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6.4. La crisis del 98: La liquidación del Imperio colonial y sus consecuencias.
6.4.1. Liquidación del Imperio colonial.
6.4.2. Las consecuencias del desastre. El regeneracionismo.
- Repercusiones humanas, económicas y políticas.
- El Regeneracionismo.
- La Generación del 98.
- El Krausismo y la Institución Libre de Enseñanza.
.
IES FRAY LUIS DE LEÓN Tema 6. El régimen de la Restauración (1874-1902).
- Sistema canovista.
POLÍTICO
SISTEMA
1876
- Bipartidismo (Partidos Conservador y Liberal).
Constitución - Caciquismo.
1881 1884 1885 1890 1892 1895 1897 1899 1901 1902
EVOLUCIÓN POLÍTICA
Cánovas Sagasta Cánovas Gob. Largo de Sagasta Cánovas Sagasta Cánovas Sagasta Silvela Sagasta
2
Canovas Canovas
1875 Intensa labor
Final guerra MUERTE DE Síntomas de agotamiento del sistema
ALFONSO XII Legislativa
carlista
1878
Final guerra cubana PACTO DE EL PARDO
OPOSICIÓN
INTRODUCCIÓN.
Tras el fallido intento de instaurar un régimen democrático durante el Sexenio (1868-1974), se restauró la
monarquía borbónica y España volvió al liberalismo censitario. El nuevo sistema político, ideado por Cánovas del
Castillo, se fundamento en la alternancia en el poder de los dos grandes partidos, el conservador y el liberal.
La Restauración duró más de cincuenta años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta
la proclamación de la II República en 1931. Durante esta largo periodo, que abarca los reinados de Alfonso XII y
Alfonso XIII (tema 7), con el interregno de la regencia de Mª Cristina, se consolidó un régimen constitucional y
parlamentario que, a pesar del establecimiento del sufragio universal masculino en 1890, nunca llegó a ser
plenamente democrático y estuvo dominado por la burguesía oligárquica apoyada en un capitalismo de base agraria.
El gran mazazo para el sistema será la crisis del 98, año en el que se pierden las últimas colonias, a partir de
ahí España se replantea la razón de su ser y las medidas a llevar a cabo para su modernización. El sistema político de
la Restauración, que más o menos ha funcionado en el XIX, se continúa en el XX, pero ya está obsoleto y acabará
saltando por los aires en los años treinta con la caída de Alfonso XIII y la proclamación de la II República en 1931.
Evolución
formación de nuevo gobierno a Cánovas, lo que supuso la vuelta al poder de los conservadores en enero de 1884,
Política:
Cánovas reanudándose el férreo control sobre la prensa y las medidas represivas (cierre de la Universidad de Madrid).
El anarquismo.
Los anarquistas se organizaron en la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), con una
importante implantación en Andalucía y Cataluña, y desarrollaron una acción sindical de carácter reivindicativo.
La continua represión del movimiento obrero favoreció que un sector del anarquismo optara por la “acción directa”,
consistente en la realización de atentados terroristas contra los pilares básicos del sistema capitalista: el Estado, la
burguesía y la Iglesia. La respuesta contundente de las autoridades no hizo sino alimentar una dinámica de acción-
represión continua.
El sector anarquista partidario de una acción de masas planteaba la revolución social como un objetivo a
medio plazo y daba prioridad al activismo reivindicativo y a la creación de organizaciones de carácter sindical, lo que
dio lugar a la fundación de Solidaridad Obrera (1907) y de la CNT (1910), central anarco-sindicalista.
El Socialismo.
Los núcleos obreros madrileños de orientación marxista, encabezados por Pablo Iglesias, fundaron en 1879
el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El PSOE era un partido marxista de orientación obrerista, partidario de
la revolución social, que tenía su mayor implantación en Madrid, Vizcaya y Asturias. Su primer programa político se
basaba en tres objetivos fundamentales: la abolición de las clases sociales y la emancipación de los trabajadores, la
transformación de la propiedad privada en propiedad social o colectiva, y la conquista del poder político por la
clase obrera. Contaba además con un programa reformista que pretendía la democratización del sistema y la mejora
de las condiciones laborales y salariales de la clase trabajadora.
La salida de la clandestinidad de las asociaciones obreras en 1881 fue aprovechada para difundir
ampliamente el programa. Fue interesante el año 1884 porque en él se publicó el valioso Informe de Jaime Vera,
médico y amigo de Pablo Iglesias, en respuesta a la consulta realizada por la Comisión de Reformas Sociales, que
acababa de ser creada por el Gobierno, a todas las organizaciones proletarias existentes para que expusieran su
programa y objetivos.
En el Informe de Vera se condensaba lo esencial del ideario marxista y se afirmaba que solamente la propia
clase trabajadora podía ser la artífice de su emancipación. Y, tras hacer una amplia crítica al sistema capitalista,
concluía señalando que lo primero que tenían que pedir los obreros a los gobiernos era libertad para autoorganizarse
y así poder autoliberarse; y como la lucha de clases era inevitable, solamente de los gobernantes dependía que fuera
una lucha civilizada y no una masacre.
La salida de El Socialista a la calle en 1886 como periódico oficial del partido fue de enorme importancia,
porque durante muchos años iba a ser el único instrumento de interrelación entre los diversos grupos socialistas del
país. Este periódico pasó muchas dificultades en su inicio debidas a la oposición de la prensa de los partidos oficiales
y al desprecio de la fuerte prensa anarquista.
IES FRAY LUIS DE LEÓN Tema 6. El régimen de la Restauración (1874-1902).
La crisis económica de 1887, que trajo consigo cierre de fábricas, incremento del paro, etc., llevó al Partido
Socialista a crear una organización capaz de proceder de forma coordinada contra el capital. Y el resultado fue la
fundación en agosto de 1888, en Barcelona, de la Unión General de Trabajadores (UGT), que vino seguida del I
Congreso del PSOE en la misma ciudad, cuyo objetivo era perfilar la organización del partido. El fin de la U.G.T. era
puramente económico: la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, y los medios para obtener
las reivindicaciones precisas serían la negociación, las demandas al poder político y la huelga. Con unos mismos
planteamientos ideológicos, el partido sería el instrumento de la acción política y el sindicato (UGT) el instrumento
de las exigencias laborales cotidianas.
A partir de 1891 el PSOE concentró sus esfuerzos en la política electoral y no admitió ninguna alianza con los
partidos burgueses. Tras obtener escasos resultados, a principios del siglo XX se inició la colaboración con los
republicanos. En 1910 se formó la conjunción republicano-socialista que produjo un importante crecimiento
numérico en sus filas. 8
6.3.4. Nacionalismo español y nacionalismos periféricos.
* Anotar las indicaciones de clase sobre el nacionalismo español, que también existe.
La emergencia de movimientos nacionalistas y regionalistas en diversas zonas de España (Cataluña, País
Vasco, Galicia) se explica como una reacción frente a los deseos uniformizadores del sistema político liberal y su
pretensión de imponer una cultura oficial castellanizada que ignoraba otras lenguas y culturas.
Hasta la Restauración, la reivindicación particularista se había canalizado a través del republicanismo federal
y del carlismo (foralismo). Debilitadas ambas corrientes, surgen ahora movimientos que reivindican los derechos
históricos catalanes, vascos, gallegos, valencianos y andaluces.
El Catalanismo.
Tiene sus antecedentes en la Renaixença, movimiento cultural y literario surgido en el contexto del
romanticismo, cuya finalidad era la recuperación de la lengua, las instituciones y leyes históricas, y las señas de
identidad de la cultura catalana, cuya máxima expresión eran los “juegos florales”, certámenes literarios en lengua
catalana.
El catalanismo político se inició con las formulaciones de Valentí Almirall, procedente de las filas del
federalismo de Pi i Margall, quien fundó el Centre Catalá, organización que impulsó la redacción de un “Memorial de
Agravios” que denunciaba la opresión de Cataluña y reclamaba la autonomía desde posiciones progresistas.
Un grupo de intelectuales de tendencia conservadora, encabezados por Prat de la Riba se fusionó con el
grupo de Almirall, fundando la Unió Catalanista, cuyo programa quedó fijado en las Bases de Manresa (1892),
documento básico del nuevo nacionalismo catalán, donde se planteaba una propuesta de sistema federal en el que
las regiones obtuvieran un régimen de autogobierno con instituciones propias. El principal problema de la Unió
Catalanista era su carácter minoritario y su escaso arraigo social y su falta de apoyos sociales, con escasa capacidad
para influir en la realidad social y económica catalana.
La convergencia de intereses ente los sectores catalanistas favorables a la participación electoral y la
burguesía industrial y comercial, más próxima a los planteamientos regionalistas después del“desastre del 98”, dio
lugar a la creación en 1901 de la Lliga Regionalista, cuyos principales dirigentes fueron Enric Prat de la Riba y
Francesc Cambó:
- Programa político de carácter conservador, favorable a un reformismo que otorgase la autonomía a Cataluña.
- Luchó contra el corrupto sistema de la Restauración, convirtiéndose en la primera fuerza política en Cataluña
entre 1901 y 1923.
El nacionalismo vasco.
Factores que explican el nacimiento del nacionalismo vasco:
→ La abolición de los fueros tras la derrota del carlismo dio origen al nacimiento de una corriente que reivindicaba la
recuperación foral (corriente foralista).
→ La fuerte inmigración procedente de otras regiones españolas (maketos), favorecida por el proceso de
industrialización, provocó la reacción de sectores defensores de la lengua y la cultura vasca frente a la amenaza de
quiebra de la sociedad tradicional vasca (corriente euskera).
Sabino Arana recogió las tradiciones foralista y euskera, sentando las bases del nacionalismo vasco con la
fundación del PNV en 1895, con unos planteamientos iniciales muy radicales que proponían la secesión frente al
Estado español:
→ Ideología basada en los principios de la raza vasca, la recuperación de los fueros y la defensa de la religión
católica.
IES FRAY LUIS DE LEÓN Tema 6. El régimen de la Restauración (1874-1902).
→ Invención del término Euzkadi para definir la nueva nación, una bandera propia y su lema “Dios y ley antigua”
→ Defensa de la vieja sociedad patriarcal desde una perspectiva antiliberal y tradicionalista.
→ El nacionalismo vasco evolucionó en los primeros años del siglo XX desde posiciones independentistas hacia la
lucha por la obtención de la autonomía política.
El 31 de julio de 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco con una solemne declaración antiespañola y
con una voluntad de restaurar en el territorio el orden jurídico tradicional. Pero el partido no fue capaz de conseguir
nada mientras se mantuvo en la órbita de los primeros seguidores de Arana -la pequeña burguesía bilbaína
tradicionalista-, por lo que se vio obligado a ampliar sus bases hacia una burguesía más moderna e industrial. Fue
entonces cuando apareció la tensión interna entre los defensores de la independencia y los que buscaban, como
objetivo más viable y práctico, la autonomía dentro del Estado español.
El Galleguismo 9
→ Particularidades de la sociedad gallega: sociedad eminentemente rural, con una débil burguesía y una población
mayoritariamente campesina, en la que la lengua gallega y las tradiciones culturales propias estaban muy
arraigadas.
El movimiento cultural del “Rexurdimento” significó el redescubrimiento literario de la lengua y la cultura
gallega, como signos de identidad del galleguismo. La figura literaria más destacada fue Rosalía de Castro (1837-
1885). Entre 1886 y 1889 se consolidan en Galicia las tres corrientes que configuran el regionalismo gallego: el liberal
de Murguía, el federal de Pereira y el católico tradicionalista de Brañas. Una de las debilidades del regionalismo
gallego en este momento, junto a la ausencia de una base social específica, reside en la división ideológica que
dificultó los acuerdos y colaboraciones. El galleguismo político tiene sus raíces en la minoría culta que
responsabilizaba a la subordinación política de Galicia de su atraso económico.
El regionalismo andaluz comenzó a caminar a partir de los movimientos cantonalistas de 1873. Para Blas Infante ( su
libro Ideal Andaluz) esta fecha fue fundamental para la formación de la conciencia andaluza en el marco de una
República Federal. El primer acto andalucista clave fue en Antequera en 1883 -décimo aniversario de la República-,
donde se proclamó la Constitución Federalista Andaluza y se solicitó expresamente una "Andalucía soberana y
autónoma". Sin embargo, no se alcanzó la consolidación de un partido andalucista burgués, posiblemente por la
vinculación de la propia burguesía andaluza con el poder central o por la derivación del movimiento obrero andaluz
hacia el anarquismo, contrario a todo pacto con la burguesía.
6.4. La crisis del 98: La liquidación del Imperio colonial y sus consecuencias.
Tras la Paz de Zanjón (1878), los gobiernos españoles no acometieron con decisión las reformas
descentralizadoras defendidas por los autonomistas cubanos, lo que, junto a una política fuertemente
proteccionista que estrangulaba la economía cubana, favoreció el surgimiento de nuevas revueltas que condujeron
a la independencia de la isla.
Causas de la independencia de Cuba:
→ El desarrollo de un sentimiento nacionalista cubano, que se reforzó durante la lucha contra los españoles en la
Guerra Larga (1868-1878), y que maduró en un movimiento independentista indígena liderado por José Martí y
Antonio Maceo.
→ El gobierno español fue retrasando la concesión del régimen de autogobierno, dejándose presionar por los
grupos con intereses coloniales, que se oponían a cualquier cambio que pudiera reducir sus ganancias en la
explotación de los recursos de la isla.
→ El fracaso de los proyectos de los gobiernos liberales de dotar a Cuba de una mayor autonomía y de reformar su
estatuto colonial (ejemplo: Proyecto Maura) provocó el descrédito del Partido Autonomista Cubano y el aumento de
los apoyos sociales a los sectores independentistas.
→ La oposición cubana a los fuertes aranceles proteccionistas que España imponía para dificultar el comercio con
Estados Unidos, principal comprador de productos cubanos. La condición de Cuba como espacio reservado para los
productos españoles se reforzó con el arancel de 1891, que daba lugar a un intercambio sumamente desigual, lo que
provocó gran malestar tanto en la isla como en EE.UU. El presidente de EE.UU. McKinley amenazó con cerrar las
IES FRAY LUIS DE LEÓN Tema 6. El régimen de la Restauración (1874-1902).
puertas del mercado estadounidense a los principales productos cubanos (azúcar y tabaco), si el gobierno español no
modificaba su política arancelaria en la isla.
→ Los políticos norteamericanos eran firmes partidarios de la independencia cubana porque significaba el abandono
por los europeos de su última colonia en América, considerada por EE.UU. su área natural de expansión imperialista
(Doctrina Monroe).
→ La fundación del Partido Revolucionario Cubano, creado por José Martí en 1892, que será el protagonista de la
revuelta independentista.
Desarrollo y escenarios de la guerra: Madrid, Cuba y Estados Unidos.
La insurrección comenzó en febrero de 1895, en la parte oriental de la isla, con el “Grito de Baire”, dirigida
por Antonio Maceo y Máximo Gómez, que consiguieron extender la guerra a la parte occidental de la isla. El
gobierno Cánovas designó al general Martínez Campos para dirigir la lucha contra la revuelta y buscar una salida
negociada a la crisis, pero su fracaso decidió al gobierno a su sustitución por el general Valeriano Weyler, partidario
10
de métodos más contundentes para acabar con la insurrección.
La ofensiva militar permitió la recuperación de gran parte del territorio y fue acompañada de una política
de concentración de los campesinos en aldeas cerradas, para privar a los insurrectos de apoyo popular. Se inició así
una guerra de desgaste que se prolongó a lo largo de 1896 y 1897, basada en la superioridad militar española y en
la acción de los guerrilleros cubanos, que recibían armamento y suministros estadounidenses.
Las medidas represivas de Weyler, junto a las enfermedades, provocaron una elevada mortalidad y las
destrucciones de plantaciones e infraestructuras agravaron la crisis de la economía cubana.
Tras el asesinato de Cánovas (1897), el nuevo gobierno liberal de Sagasta optó por la estrategia de la
conciliación, en un intento desesperado de poner fin a la insurrección independentista: relevó a Weyler, concedió a
Cuba la autonomía política y arancelaria y proclamó el final de las hostilidades.
La toma de posesión del nuevo gobierno autonómico cubano en enero de 1898 parecía que podía dar paso a
la pacificación definitiva, pero los independentistas no aceptaron el cese de las hostilidades, a la espera de una
intervención en la guerra de EE.UU.
En 1898 EE.UU. se decidió a declarar la guerra a España, con el pretexto del hundimiento del acorazado
Maine, fondeado en el puerto de La Habana para “proteger los intereses norteamericanos en la isla”. El gobierno
norteamericano y su opinión pública responsabilizaron a España de la voladura del barco y tras proponer la compra
de la isla, lanzó un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba expresamente a la
soberanía. La flota del almirante Cervera, tras permanecer sitiada en Santiago, recibió la orden de salir de puerto y
fue destrozada por los barcos estadounidenses.
En las Filipinas, tras tres años de insurrección independentista, el ejército español había conseguido
dominar en parte la situación. Pero, ante la inminencia de guerra entre Estados Unidos y España, la flota
norteamericana en Hong Kong se dirigió a las islas para apoyar a los insurrectos. El desarrollo de las operaciones fue
rápido y contundente, dada la superioridad militar y técnica norteamericana y la mayor cercanía a los teatros de
operaciones. Los barcos estadounidenses tomaron Cavite, destrozando la flota española, tras lo cual se hicieron con
el control de Manila.
En diciembre de 1898 se firmó la Paz de París, por la cual España abandonaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas,
que pasaron al dominio e influencia de EE.UU. El desmantelamiento completo de los restos del Imperio colonial
español se produce en junio de 1899, cuando el gobierno español, consciente de la imposibilidad de mantener los
últimosreductos, cedió a Alemania las islas Marianas, las Carolinas y las Palaos, a cambio de 15 millones de dólares.
Repercusiones políticas. A pesar de la envergadura del "desastre" y de su significado simbólico, sus repercusiones
inmediatas fueron menores de lo que se esperaba. No hubo una gran crisis política, como se había vaticinado, ni la
quiebra de Estado, y el sistema de la Restauración sobrevivió al "desastre" consiguiendo la pervivencia del turno
dinástico. Los viejos políticos conservadores y liberales se adaptaron a los nuevos tiempos y a la retórica de la
"regeneración" y el régimen mostró una gran capacidad de recuperación. Consecuencia inmediata fue el ascenso de
nuevos dirigentes como Silvela y Maura, en el bando conservador, y Montero Ríos y José Canalejas, en el bando
liberal.
Por otro lado, los movimientos nacionalistas conocieron una notable expansión, sobre todo en el País Vasco
y en Cataluña, donde la burguesía industrial comenzó a tomar conciencia de la incapacidad de los partidos dinásticos
para desarrollar una política renovadora y orientó su apoyo hacia las formaciones nacionalistas, que reivindicaban la
autonomía y prometían una política nueva y modernizadora de la estructura del Estado.
Tampoco hubo crisis económica a pesar de la pérdida de los mercados coloniales protegidos y de la deuda 11
causada por la guerra. Las estadísticas de la época nos muestran que en los primeros años del nuevo siglo se produjo
una inflación baja, una reducción de la Deuda Pública y una considerable inversión proveniente de capitales
repatriados. Así, la estabilidad política y económica que siguió al "desastre" deja entrever que la crisis del 98, más
que política o económica, fue fundamentalmente una crisis moral e ideológica, que causó un importante impacto
psicológico entre la población y que favoreció la aparición de movimientos culturales y políticos que criticaron el
sistema de la Restauración y defendieron la regeneración y modernización de la vida política española:
El regeneracionismo.
La crisis colonial favoreció la aparición de movimientos que, desde una óptica cultural o política, criticaron el
sistema de la Restauración y propugnaron la necesidad de una regeneración y modernización de la política española.
Tras el 98 surgieron una serie de movimientos regeneracionistas que contaron con cierto respaldo de las clases
medias y cuyos ideales quedaron ejemplificados en el pensamiento de Joaquín Costa, que propugnaba la necesidad
de dejar atrás los mitos de un pasado glorioso, modernizar la economía y la sociedad y alfabetizar a la población
("escuela y despensa y siete llaves al sepulcro del Cid"). También defendía la necesidad de organizar a los sectores
productivos de la vida española al margen del turno dinástico con unos nuevos planteamientos que incluyesen el
desmantelamiento del sistema caciquil y la transparencia electoral.
La Generación del 98.
Además, el "desastre" dio cohesión a un grupo de intelectuales, conocido como la Generación del 98
(Unamuno, Valle Inclán, Pío Baroja, Azorín...). Todos ellos se caracterizaron por su profundo pesimismo, su crítica
frente al atraso peninsular y plantearon una profunda reflexión sobre el sentido de España y su papel en la Historia.
Finalmente, la derrota militar supuso también un importante cambio en la mentalidad de los militares, que
se inclinaron en buena parte hacia posturas más autoritarias e intransigentes frente a la ola de antimilitarismo que
siguió al "desastre". Esto comportó el retorno de la injerencia del ejército en la vida política española, convencido de
que la derrota había sido culpa de la ineficacia y corrupción de los políticos y del parlamentarismo.
El Krausismo y la Institución Libre de Enseñanza.
Fundada en 1876 por un grupo de catedráticos (entre los que se encontraban Francisco Giner de los Ríos,
Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón), separados de la Universidad por defender la libertad de cátedra y
negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas oficiales en materia religiosa, política o moral que tras el decreto de
Orovio censuraba cualquier pensamiento que « atentaba contra los dogmas de fe» y no afianzaba el principio
integrista que hacía de la nación un proyecto sostenido en la voluntad divina, como defendía Cánovas.
Ello los obligó a proseguir su tarea educadora al margen de los centros universitarios del Estado, mediante la
creación de un establecimiento educativo privado, cuyas primeras experiencias se orientaron hacia la enseñanza
universitaria y, después, a la educación primaria y secundaria. En el proyecto participaron Joaquín Costa, Augusto
González de Linares, Hermenegildo Giner, Federico Rubio y otras personalidades comprometidas en la renovación
educativa, cultural y social.
Desde 1876 hasta la guerra civil de 1936, la ILE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la
cultura española y en cauce para la introducción en España de las más avanzadas teorías pedagógicas y científicas
que se estaban desarrollando fuera de las fronteras españolas. Así lo testifica la nómina de colaboradores del Boletín
de la Institución Libre de Enseñanza: Bertrand Russell, Henri Bergson, Charles Darwin, John Dewey, Santiago Ramón y
Cajal, Miguel de Unamuno, María Montessori, León Tolstoi, H. G. Wells, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez,
Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín, Eugenio d'Ors o Ramón Pérez de Ayala, algunas de
ellas íntimamente vinculadas con la Institución, como Julián Sanz del Río, Antonio Machado Álvarez, Antonio
IES FRAY LUIS DE LEÓN Tema 6. El régimen de la Restauración (1874-1902).
Machado y su hermano Manuel Machado, Julio Rey Pastor, Constancio Bernaldo de Quirós, Luis Simarro, Nicolás
Achúcarro, Francisco Barnés o Alice Pestana.
Asimismo, a través de una red de institutos asociados a la ILE se investigó sobre el pasado español (el
llamado Centro de Estudios Históricos, dirigido por el fundador de la filología hispánica, Ramón Menéndez Pidal) o se
puso en contacto a las elites artísticas con las vanguardias europeas (Residencia de Estudiantes, organizada por
Alberto Jiménez Fraud) y científicas (Junta para Ampliación de Estudios, organizada por el institucionista José
Castillejo.
* El fracaso del gobierno "regeneracionista".
El gobierno de Sagasta estaba desgastado y desprestigiado y de acuerdo con los mecanismos del turno, en
1899, la Reina Regente entregó su confianza a un nuevo líder conservador, Francisco Silvela, quien convocó
elecciones. El nuevo gobierno mostró una cierta voluntad de renovación, dando entrada a algunas figuras ajenas a la
política anterior, como el general Polavieja o el regionalista conservador Manuel Durán y Bas. Se inició una política 12
reformista, se esbozaron proyectos de descentralización administrativa, y se impulsó una política presupuestaria que
aumentaba los tributos sobre los productos de primera necesidad y creaba nuevos impuestos para hacer frente a las
deudas contraídas durante la guerra .
Las nuevas cargas fiscales impulsaron una huelga de contribuyentes y los ministros más renovadores
acabaron dimitiendo ante las dificultades que debían afrontar sus propuestas de reforma. El espíritu de
"regeneración" en el gobierno había durado escasamente un año. A pesar de todo, el gobierno se mantuvo en el
poder hasta 1901, año en que María Cristina otorgó el poder a los liberales. Las promesas de "regeneración" habían
quedado en retórica, sin que tuviesen una auténtica incidencia en la vida política del país. El turno de partidos y las
viejas prácticas políticas estaban mostrando su capacidad para amoldarse a cualquier intento de cambio y de
regeneración. El sistema de la Restauración había recibido un duro golpe, pero había sobrevivido casi intacto al
desastre.