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Hay varios tipos, según en qué fase de la cadena metabólica se produce el fallo. Puede ser por:
• Otras causas.
• El crecimiento
Su ausencia, durante las primeras semanas de vida puede pasar desapercibida, pero poco a
poco puede manifestarse.
La principal repercusión de la carencia de hormona tiroidea es el retraso mental, que será más
profundo cuanto más tarde en ser diagnosticado el trastorno.
• Piel fría
• Lentitud, somnolencia
• Ictericia (color amarillo de la piel, los ojos y las membranas mucosas).
• Llanto ronco.
• Poco apetito.
• Hernia umbilical (ombligo hacia afuera).
• Estreñimiento.
• Crecimiento óseo lento.
Una vez detectado el problema, se inicia el tratamiento, que consiste en aportar hormona
tiroidea sintética a diario para reponer su deficiencia. Algunos niños requerirán terapia de
reemplazo hormonal de por vida, mientras que otros superarán el trastorno,
generalmente a los 3 años. El control regular de los niveles de la hormona tiroidea
durante el curso del tratamiento, incluyendo la interrupción del tratamiento durante 30
días para verificar si la tiroides responde, puede ayudar a que el médico de su hijo
realice un diagnóstico más acertado de la condición del niño.
Pero garantiza que ese bebé se va a desarrollar igual que los de su edad, y no va tener
retraso mental.
Se controla su crecimiento y maduración psicológica, así como los niveles de hormona tiroidea.
Además del hipotiroidismo congénito, existen otras formas de hipotirodismo que pueden
producirse a otras edades y por variadas causas. Entonces hablamos de hipotirodismo
adquirido.
Alrededor de los 7 años de edad debe realizarse un estudio radioisotópico para aclarar la causa
del hipotiroidismo congénito que puede ser una ausencia de la glándula tiroides, o
que la glándula no haya descendido desde la base de la lengua.
Estimulando a tu bebé
La inteligencia de tu bebé es un gran tesoro. De ella depende en gran medida su futuro. Si bien
tu bebé al nacer tiene un potencial inmenso, la inteligencia es algo a construir. Desde lo clínico
ésto se ha probado a través de las teorías del desarrollo cerebral que afirman que el cerebro no
culmina su desarrollo al nacer. Existen millones de conexiones nerviosas a realizarse sobre
todo en los primeros años, que dependen en gran parte de los estímulos externos. Estos, en
los primeros años dependen de la madre.
Los primeros tres años de vida son por ello cruciales para el desarrollo intelectual y afectivo de
tu bebé. Todo lo que reciba en esos años le servirá de base para más adelante. Brindándole a
tu hijo mucho afecto y estimulación adecuada a sus necesidades, podés ayudarlo a desarrollar
de manera plena su potencial.
Nadie mejor que vos para estimular a tu bebé. Sos quien mejor lo conoce y la que puede
percibir sus necesidades. El mejor camino para estimularlo es ofrecerte como guía, brindándole
herramientas adecuadas y acordes a su desarrollo.
Tan pronto como esta estrategia fue de dominio público, casi de modo espontáneo
se empezó a aplicar también a niños sin problemas, pensando que también ellos
podrían obtener beneficios con una estimulación especial. No hay pruebas de que
esto sea así, y si es cierto que la estimulación adecuada es imprescindible, también
lo es que su exceso aplicado sin criterio es contraproducente, pues puede aturdir al
bebé, frenando su propia iniciativa e incluso llegar a causarle lesiones físicas, como
en algún caso ha sucedido.
Muchas veces se puede acertar con la actividad que más conviene al niño
simplemente dejándose llevar por los propios sentimientos y observando el
comportamiento y la respuesta del bebé. En cualquier caso, las funciones que se
pretendan estimular serán obviamente aquéllas para las que va estando capacitado
a medida que su sistema nervioso madura.
Antes de empezar cualquier actividad con tu bebé es muy importante que tomes en cuenta
estos puntos:
Después de pasar tanto tiempo en tu vientre el cuerpo de tu bebé está contraído y rígido, por lo
que es importante hacerle con frecuencia ejercicios de relajación, en especial si vas a empezar
a trabajar con él, ya que de esta forma disfrutará el resto de la rutina.
Para relajar a tu bebé puedes hacerle movimientos del tronco y extremidades para que vayan
adquiriendo flexibilidad, o bien, darle un masaje. Es importante que ayudes a tu bebé a
relajarse cuando "esté llorón" y antes de dormir. Éste es un excelente principio para desarrollar
poco a poco una rutina de ejercicio.
Lo más importante para que tu bebé logre relajarse es que tú lo estés, ya que de esta forma le
transmitirás tranquilidad.
Tanto para la relajación como para los ejercicios, puedes poner música tranquila o cantarle
canciones adecuadas para cada actividad. Si no se te ocurre qué cantarle, compra algunos
cassettes de canciones infantiles (de las que a ti te gustaban de chiquita) y escoge las que más
te gusten y se adecuen a cada situación.
En esta etapa es muy importante que tu bebé pase el mayor tiempo posible boca abajo y de ser
posible en el suelo, ya que superficies suaves como una cama le limitan el movimiento. Déjalo
en la mayor libertad posible, ten en cuenta que la cuna, carreola, sillita, y más tarde la
andadera y columpio, lo entretienen pero no le ayudan a moverse lo suficiente para desarrollar
las habilidades físicas necesarias.
A. Relajación:
B. Relajación de manos:
Tu bebé todavía tiene el reflejo prensil, es decir, que toma con fuerza los objetos que caen en
su mano. Ayúdalo a ser capaz de soltarlos enseñándole a tenerlas relajadas:
C. Brazos cruzados:
1. Acuesta a tu bebé boca arriba y con sus brazos cruzados, toma con tus
manos sus antebrazos y con movimientos ligeros llévalos a que sus manos
toquen el hombro opuesto, su pecho y su cara.
2. Cuando sientas que sus músculos se han relajado, suelta suavemente
sus brazos y ofrécele algún juguete para que lo observe y toque, poco a poco
logrará sostenerlo él solo.
D. Abrir-cerrar:
1. Acuesta a tu bebé boca arriba, hazlo que tome tus pulgares entre sus
dedos o tómale los antebrazos, lleva sus brazos hacia afuera para que queden
perpendiculares a su cuerpo y después llévalos hacia adentro de forma que
vea sus manos.
2. Realízalo varias veces y continúa con sus piernas, abriéndolas y
cerrándolas.
3. Recuerda que si haces los ejercicios cantando le ayudarás a identificar
una rutina y será un placer para él oír tu voz.
Es muy importante que el bebé vaya identificando las partes de su cuerpo y dándoles
movimiento.
E. Bicicletas:
1. Acuesta a tu bebé boca arriba, sosténle las piernas por debajo de las
rodillas y hazlas girar lentamente, procurando no forzarlas.
2. Dóblale las rodillas hacia el pecho, primero una y después la otra como
si anduviera en bicicleta.
F. Doblar y estirar:
Acuesta a tu bebé boca arriba, toma firmemente sus piernas, dóblalas hacia su pecho y
estíralas suavemente lo más que puedas. Con esto, además de darle flexibilidad y movimiento,
ayudarás al fortalecimiento de sus músculos.
G. Pica- perica:
Para gatear, caminar, etc., requerimos del desarrollo de patrón cruzado, es decir, ser capaces
de utilizar una pierna y el brazo contrario al mismo tiempo, este ejercicio es de gran ayuda:
1. Acuesta a tu bebé boca arriba, toma uno de sus pies y haz girar
lentamente su tobillo, sin forzarlo.
2. Haz girar el tobillo de la pierna contraria.
I. Sal solecito:
Carga a tu bebé de forma que quede boca abajo, sosteniendo su pecho con una mano y la
cadera con la otra. Colócate frente a un espejo y acércalo y aléjalo, de modo que busque su
reflejo y con esto tonifique los músculos de la nuca y la espalda.
J. Girar:
Girar sobre sí mismo es una actividad que pronto podrá realizar él solo, mientras lo logra,
ayúdalo.
Busca una posición cómoda para tu bebé y ayúdalo a impulsarse tomándolo por el brazo, de
forma que gire fácilmente. Si sientes que el brazo sobre el que debe girar se le atora,
cámbiaselo de posición.
Teniendo el brazo sobre el que va a girar paralelo a su cuerpo, impúlsalo para que suavemente
llegue a la posición boca arriba.
K. Abdominales:
Acuesta a tu bebé boca arriba, haz que tome tu dedo con su mano, o bien, toma sus
antebrazos y ayúdalo a sentarse y de regreso.
Necesitarás un rodillo de hule espuma forrado con tela. También puedes colocarlo sobre tu
pierna y dejarlo en esta posición por unos minutos.
M. Arrastre:
N. Equilibrio:
Esta es una edad ideal para ayudar al bebé a desarrollar el equilibrio, a pesar de que muchos
padres lo hacen instintivamente, éstas son algunas opciones:
Desde esta edad puedes enseñar a tu bebé a tener respuestas ante determinados estímulos,
premiándolo con tu sonrisa y palabras de aliento cada vez que lo intente. En esta etapa el
movimiento es muy importante para hacer más efectivas sus funciones vitales, como la
respiración y la digestión.
Para ir formando una rutina agrega un ejercicio nuevo cada vez, no pretendas que el primer día
pueda realizarlos todos. Así mismo, puedes aumentar la duración de cada ejercicio conforme
vayan avanzando. Puedes realizar una parte de la rutina en la mañana y si parece cansarse
continuar por la tarde. Tener flexibilidad con los bebés es una herramienta muy importante.
Todos los bebés pueden ser masajeados. Así que aprovecha para empezar a masajear hoy
mismo al tuyo. El masaje puede desarrollar más rápidamente la coordinación motora, aumentar
sus reacciones musculares, aparte de que hará con el bebé sea más receptivo y más apto a
reaccionar al espacio que lo rodea. Además de esos, hemos seleccionado otros beneficios:
2- Ayuda al bebé a relajarse y lo alivia del estrés, de los bloqueos, que produce encontrarse
diariamente con cosas nuevas.
Como decíamos al principio, el masaje es indicado a todos los bebés, especialmente a los que
se encuentran en la incubadora o sometidos a la ventilación mecánica. En este caso, el masaje
no puede ser echo en su totalidad, pero se hace lo que uno puede y ya está. Será muy
beneficioso para los bebés prematuros que se encuentran en esta situación. Será favorable
tanto para los bebés como para sus padres pues proporciona una forma de contacto
emocional, físico, y una comunicación entre ambos. La experiencia es muy gratificante para los
dos. Veréis como el bebé responderá positivamente y será mucho más feliz porque ha sido
tocado y masajeado. Se recomienda este contacto diariamente, siempre que sea posible.
Masaje de relajación
El masaje se utiliza en diferentes culturas con fines diversos, entre los que se encuentran: curar
alguna enfermedad o problema físico, ayudar a las funciones vitales del cuerpo y la relajación.
La técnica que se presenta está tomada del Masaje Shantala, que sigue la tradición hindú de
dar masaje a los bebés con resultados sorprendentes, plasmada por Frédérick Leboyer y por
su adaptación occidental conocida como masaje Vimala.
Beneficios
En la India, dónde se origina este tipo de masaje, ha demostrado tener efectos curativos y de
alimento. Niños con alimentación sumamente pobre, sobreviven gracias al constante contacto
físico de su madre al darles masaje.
La mejor forma de dar masaje a un bebé es: la madre sentada en el piso con la espalda recta y
cómoda, y el niño acostado en sus piernas con la cabeza hacia los pies de la mamá.
Si les acomoda, puedes poner la espalda y cabeza del bebé sobre una cuña, es importante que
sostengas todo el tiempo su cuerpo con tus piernas y tus manos buscando la simetría y
manteniendo el contacto visual. d)
Rutina sugerida
Para iniciar el masaje toma un poco de aceite en tus dedos, si no lo habías entibiado
previamente hazlo con tus manos y úntalo en la parte del cuerpo con la que vas a trabajar.
Toma aceite cada vez que sea necesario.
Realiza primero una pierna, luego la otra, sigue con un talón primero, luego el otro y así
consecutivamente el resto del cuerpo.
Ejercicio Descripción
Piernas Ordeñador Con la base de la palma y los dedos (excepto pulgar) se toma la
hindú pierna y se desliza una mano por la parte exterior, de arriba hacia
abajo y enseguida entra la otra por la parte interior. (Partir desde
la unión de la pierna con la cadera, hasta el tobillo).
Molinillo
Toma la pantorrilla de tu bebé con tus manos y hazla vibrar.
Pies Planta del Toma el pié de tu bebé de forma que puedas recorrer con el
pie pulgar la planta. Hazlo de abajo hacia los dedos, deteniéndote a
la mitad en niños pequeños para no estimular el reflejo plantar y
en niños que ya caminan hazlo hasta el final.
Dedos Con el pulgar y el índice haz molinillo en cada dedo dando al final
un pequeño jaloncito.
I love you Del ombligo hacia abajo, con los dedos índice y medio, o si te
acomoda con un tercero también, traza una "I", tres o cuatro
veces, después una "L" de izquierda a derecha y al final una "U"
en este mismo sentido.
Brazos Axilas Con los dedos índice y medio da un masaje circular en las axilas.
Éste es un excelente estímulo para el sistema linfático.
Mano Toma con ambas manos la mano de tu bebé y con los pulgares
dale masaje de la muñeca hacia los dedos por el dorso, esto lo
ayudará a abrir sus dedos.
Molinillo Toma cada uno de sus dedos, gíralos ligeramente y termina con
un pequeño jaloncito.
Cara A la mayoría de los bebés no les gusta que les toquen la cara, por
lo que debes hacerlo poco a poco.
Frente Con las puntas de los dedos de ambas manos recorre varias
veces la frente del centro hacia los lados, y de regreso, llegando
cada vez más lejos.
Con Recorre la cara de tu bebé ejerciendo una ligera presión con los
pulgares pulgares, empezando por los párpados, después caminando de la
nariz hacia la boca, terminando en la parte baja de las mejillas y
después dibujando una sonrisa en la parte superior e inferior de
los labios.
Terminar Una vez acabada la rutina realiza estos tres ejercicios que
acentúan los estiramientos musculares, eliminan la tensión
restante y ejercitan los ligamentos.
Los dos Cruza los dos brazos de tu bebé sobre su pecho y vuélvelos a
brazos abrir.
Con esto ayudas a liberar la tensión que pueda existir en la
espalda.
Toma el pie del bebé y la mano del costado opuesto haciendo que
Un brazo y el brazo y la pierna se crucen. El pié del bebé pequeño puede
una pierna tocar el hombro opuesto y la mano puede tocar la pompa del otro
costado. Regrésalos a su posición inicial y hazlo con el lado
opuesto.
Produce la torsión de la columna sobre su eje, lo cual lo libera de
toda tensión.
Ese aspecto regordete que tienen se debe a que hasta los dos años no se forma el arco plantar
y la región está rellena de tejido graso. Cuando comienza a caminar se empiezan a ejercitar los
músculos que ayudan a formar el arco. Mientras tanto, nosotros podemos estimular los pies
del bebé a través de algunas técnicas.
Por medio del trabajo de estimulación motriz y sensorial le brindamos más medios para
favorecer el gateo y luego el andar, además de contribuir a que empiece a tomar conciencia de
su propio cuerpo.
• Masajear sus pies. Los masajes son muy beneficiosos para los bebés. Además de
mimos, ayudan a crear lazos y a fortalecer la musculatura del bebé. Después del baño
puedes hacerle masajes en todo el cuerpo deteniéndote un rato en los pies. Debes
hacer una leve presión con tus pulgares en la planta del pie, desde el talón hasta los
dedos, acariciando suavemente cada dedito.
• Andar descalzo. Siempre que puedas quítale los zapatos para que el bebé se
encuentre cómodo y siempre quítaselos par dormir (siempre que estén calentitos,
claro)
* Sensaciones. Hazlo caminar descalzo por diferentes superficies como arena, césped,
alfombras… así podrá experimentar diferentes sensaciones y potenciar el sentido del tacto, al
igual que hace con las manos o la boca.
• Juegos. Jugar con los pies del bebé, contar los dedos, hacer cosquillas, colocarle
calcetines con cascabeles, hacer que toque tus manos al dar pataditas… hay un
montón de juegos que se pueden inventar. Les encanta el “este compró un huevito”.
Recuerda también que es muy importante que el bebé use un calzado adecuado que
acompañe el desarrollo natural del pie y evite deformidades.
Tienen que ser zapatos transpirables, ligeros y muy flexibles, que le den la sensación de estar
descalzo. Los dedos no deben estar encogidos, pero tampoco es conveniente que el zapato
sea demasiado amplio. Debe sujetar pero con libertad.
En esta etapa puedes continuar con los ejercicios que haz ido incorporando a la rutina, en
especial, te recomendamos continuar con la relajación e ir incorporando más ejercicios que le
permitan a tu bebé fortalecer los músculos. En este periodo es importante trabajar aquellos
músculos necesarios para poder sentarse y seguir dándole oportunidades de estar en el piso,
boca abajo para que se arrastre. Colócale juguetes y objetos atractivos a la vista, pero a una
distancia suficiente para que intente desplazarse hasta ellos. No le des todo en la mano, déjalo
que se esfuerce para alcanzarlos.
Es importante también, buscar que el bebé participe activamente, no hacer los ejercicios por él,
no olvides que ya es capaz de tener reacciones de equilibrio, ya ha desarrollado algunos
reflejos y otros los irá desarrollando siempre y cuando tenga la oportunidad. Quita de la rutina
aquellos ejercicios que le disgusten y sustitúyelos por otros. Continúa con los juegos
recomendados para el equilibrio.
Procura que el momento de ejercicio sea un rato de juego, que tanto tú como tu bebé disfruten,
lleno de risas, abrazos, besos y reconocimiento ante el esfuerzo que él hace.
Entre los ejercicios que puedes incorporar a la rutina o realizar aisladamente te recomendamos:
A. Pelota:
Una pelota de playa (de las más grandes) un poco desinflada, es un excelente instrumento
para ejercitar a tu bebé, además de disfrutar la sensación, pueden realizar en ella diferentes
ejercicios para fortalecer los músculos dorsales y ayudar así, a que sea capaz de sentarse sin
ayuda.
B. Volando voy:
Coloca a tu bebé boca abajo sobre una mesa, tómale las manos hacia delante y súbelas un
poco, intentará levantar la cabeza y la espalda, con lo cual fortalecerá mucho estos músculos.
C. Te quiero alcanzar:
1. Coloca a tu bebé boca abajo sobre una mesa, con los brazos y la
cabeza fuera de ésta y tú deteniéndolo de pompas y brazos.
2. Pide a alguien que le enseñe algún juguete para que intente alcanzarlo
y de esta forma levante la cabeza y fortalezca los músculos de la espalda.
3. Poco a poco ve retirando el apoyo de los brazos. Conforme vayas
sintiendo que progresa, coloca una parte de su pecho fuera de la mesa.
D. Lagartija:
Este es un excelente ejercicio para fortalecer los músculos de los brazos, ayudarlo a cargar su
propio peso y prepararlo para gatear.
E. Paracaídas:
F. Rodillo:
El rodillo es un utensilio que puedes usar de muchas formas diferentes dependiendo de la edad
de tu bebé, en esta etapa lo puede hacer de la siguiente forma:
Este tipo de ejercicios son excelentes para fortalecer los músculos de piernas, brazos y
espalda, además son una excelente preparación para gatear.
G. Abdominales:
Continúa con los ejercicios abdominales de la etapa anterior, vigilando que en esta etapa ya
debe sostener bien la cabeza. Procura que sea él quien tome tus manos para que ejercite la
aprehensión.
1. Una vez que tu bebé sea capaz de realizar los abdominales tomado de
tus manos o de un barrote, levántalo hasta que quede suspendido en el aire
por algunos segundos. Aumenta paulatinamente el tiempo en que esté
separado del suelo.
2. Puedes balancearlo cuando esté prendido de tus dedos o del barrote.
La meta es que llegue a un mínimo de 10 segundos suspendido, cargando
todo su peso.
I. Ejercicios de piernas:
Los bebés suelen usar mucho los pies, casi como segundas manos. Conforme crecen van
perdiendo esta habilidad.
Si tienes un gimnasio para bebés lo pueden utilizar, si no, coloca algún objeto llamativo o un
juguete colgado a la altura del ombligo de tu bebé y sosténle los brazos para que intente
alcanzarlo con los pies.
J. Aprendiendo a sentarse:
Con este ejercicio fortalecerá los músculos abdominales y aprenderá el camino para sentarse
cuando esté lo suficiente maduro para hacerlo. Cuando llegue a estar sentado, déjalo un
momento en esa posición, pero no lo fuerces.
K. Martinillo:
1. Estando tu bebé acostado boca arriba, tómalo por las piernas y los
brazos y únelos por arriba del ombligo.
2. Balancéalo (como campana) hacia los lados, procurando que sus
manos y pies toquen el piso.
3. Al final, levántalo de forma que ninguna parte de su cuerpo toque el
piso, cuidando que poco a poco detenga por sí mismo el peso de su cabeza.
Hacia los seis meses los ejercicios con tu bebé pueden ser un verdadero juego, ya que la
interacción es mucho mayor, ya sabe expresar lo que le gusta y lo que no y, sobre todo,
participa cada día más.
Es recomendable que continúes con la mayoría de los ejercicios mencionados en las etapas
anteriores, pidiéndole que participe más o elevando el grado de complejidad.
Continúa trabajando con reflejos como el del paracaídas, (meter las manos cuando se caen),
incluso cuando ya camine.
Algunos ejercicios que puedes incorporar a la rutina:
De lagartijas a carretillas:
1. Continúa haciendo el ejercicio de las lagartijas (acostado boca abajo, sostenido por sus
manos y tú ayudándole, deteniéndolo a la altura del abdomen) y ahora, cuando el bebé
se sostenga con sus manos en el suelo, ve recorriendo las tuyas del abdomen a la
cadera hasta llegar a sostenerlo por las piernas.
2. Una vez dominado este movimiento y cuando sea capaz de detenerse con sus manos,
ayúdale a dar unos pasos.
Con esto lo ayudarás a fortalecer los músculos, coordinar sus movimientos y prepararlo
para gatear.
Equilibrio en el rodillo:
1. Coloca el rodillo sobre el piso y acuesta a tu bebé sobre él (a lo largo) boca abajo.
2. Balancéalo hacia un lado y hacia el otro, cuando tu bebé sienta que se va de lado,
intentará meter las manos.
3. Repite el ejercicio con tu bebé acostado boca arriba.
Este ejercicio, además de ayudarle al equilibrio y a fortalecer los músculos de la
espalda, le ayudará a desarrollar el reflejo, tan importante, de meter las manos en
protección propia.
Sentado en el rodillo:
1. Coloca a tu bebé sentado en medio del rodillo y sujétalo por los muslos y las rodillas.
2. Gira suavemente el rodillo hacia delante y hacia atrás.
Parecido a lo que hace sobre la pelota, tu bebé, al tratar de mantener el equilibrio y permanecer
en una línea media, fortalecerá los músculos del abdomen. Continúa realizando este ejercicio
en la pelota de playa sin que esté completamente inflada. Recuerda mantenerte dentro de su
campo visual para fortalecer su confianza.
1. Con el rodillo en el suelo, coloca a tu bebé sobre él, como si lo estuviera montando.
2. Jueguen al caballo, ya sea que le ayudes o que te conviertas en otro jinete y montes el
rodillo con él.
3. Muévanse hacia un lado y hacia el otro para que tu bebé toque el piso con sus pies y
se apoye en ellos.
4. A los bebés les encanta jugar al caballo y galopar, háganlo libremente.
Es muy importante que desde chiquitos los bebés vayan conociendo su cuerpo, una excelente
forma de lograrlo es con canciones:
1. Canta con tu bebé alguna canción que mencione las partes del cuerpo. Si es una en la
que se repiten una o varias frases y menciona una parte del cuerpo diferente cada vez,
mucho mejor.
2. Conforme van mencionando las partes del cuerpo ayuda a tu bebé a tocárselas, a
veces no les gusta que les manipules mucho las manos, si esto le molesta, señálale tú
su cuerpo o incluso el tuyo. A veces los bebés parecen distraídos o más interesados en
otra cosa, pero una parte de ellos está poniendo atención y absorbiendo la gran
riqueza de jugar juntos.
3. Este ejercicio es más efectivo si lo realizan frente a un espejo.
4. Repítele las partes del cuerpo con frecuencia y en situaciones diferentes.
1. Colóquense los dos frente a un espejo y canten alguna canción de sí y no. Cuando
mencionen estas palabras muevan su cabeza o su dedo índice hacia arriba y hacia
abajo o hacia los lados según corresponda.
2. En un principio deberás guiar la cabeza de tu bebé, si le molesta que lo hagas, mueve
la tuya y él poco a poco lo hará por imitación.
En sus marcas:
1. Una vez que tu bebé domine estar de pié, prendido de tus dedos o de la barra, puedes
hacer estos ejercicios:
2. Necesitas una barra fija, a una altura adecuada, para que cuando estés cargando a tu
bebé pueda alcanzarla. (Puede ser un tubo de cortina de baño bien fijo, algún
changuero, etcétera).
3. Carga a tu bebé por la cadera y la cintura mirando hacia ti y sosténlo firmemente.
4. Acércalo a la barra para que sus manos puedan agarrarla, cuando lo logre, baja el
resto de su cuerpo para que sus brazos queden completamente rectos. Una vez que se
sienta seguro, manteniendo tus manos en su cadera, balancéalo un poco hacia atrás y
hacia delante.
5. Gradualmente ve disminuyendo el apoyo para que poco a poco sea capaz de sostener
todo su peso, lo ideal es que cada sesión no exceda de 20 segundos.
Además del fortalecimiento de los músculos y el desarrollo cerebral ligado con este tipo de
actividades, este ejercicio le permitirá a tu bebé desarrollar la coordinación fina y a realizar una
pinza con sus dedos.
Ejercicios de equilibrio:
Para ayudar al desarrollo de tu bebé es importante colocarlo en cualquier posición que le haga
girar su eje con respecto a su ubicación con el suelo. Es decir, cargarlo de lado, de cabeza,
etcétera. Usa tu creatividad, pero ante todo es importante que cuides mucho su seguridad.
Meciéndolo:
1. Pon a tu bebé acostado boca arriba y con la ayuda de otra persona tomen al bebé por
las manos y por los pies.
2. Levántenlo y mézanlo suavemente. La velocidad no importa mientras tu bebé disfrute
de la actividad.
Vueltas:
Realiza alguno de los juegos de vueltas que les encantan a los niños, ya sea que lo tomes por
ambas manos o por una y un pie y den vueltas, pero en todo momento ten cuidado de que no
haya ningún objeto con el que pueda golpearse y que la velocidad no provoque que ninguno de
los dos se maree.
Arrastre y gateo:
Si tu bebé todavía se arrastra apóyalo para que lo siga haciendo, manténlo en un lugar limpio,
seguro y agradable, que lo invite a moverse. Es importante que no le des todo en la mano,
déjale los juguetes a una distancia suficiente para que pueda verlos y se desplace hacia ellos.
En algún momento, dentro de esta etapa, descubrirá una forma mucho más sencilla de
transportarse: gateando.
Una vez que tu bebé gatea, es importante volver a revisar la seguridad del espacio en el que se
mueve.
Probablemente en cuanto logre gatear, él quiera dar el siguiente paso para pararse y caminar,
no se lo impidas, si lo intenta ayúdalo pero no se lo fomentes. Recuerda que entre más gatee,
más pronto caminará y más sólido será su desarrollo físico e intelectual.
• Una vez que tu bebé gatee procura cargarlo lo menos posible para transportarlo o
entretenerlo (sólo hazlo para estar juntos, apapacharlo y comunicarse). Invítalo a que
te siga a los lugares de la casa a donde tú vas.
• Ponte a su nivel (bájate al piso) para jugar, y cuando te sea posible gatea con él,
jueguen a perseguirse, etcétera.
• Créale escenarios atractivos para que se desplace hacia ellos. Con un pequeño detalle
que cambies en la forma en que está ordenado su cuarto, si un día en el librero subes
las fotos y bajas los libros, etcétera, lograrás cambiarle el panorama y hacérselo más
atractivo.
• Procura ponerlo sobre texturas diferentes (pasto, arena, piso, alfombra, etcétera) y
déjalo libre para que se transporte sobre ellas.
• Para que tu bebé disfrute gatear, trata de que lo haga con pantalones y calcetines, de
esta forma se lastimará menos. Es recomendable que la mayoría del tiempo lo haga
sobre alfombra, ya que en el piso liso puede llegar a dolerle.
• Ayúdalo a que cada día gatee distancias mayores, alejándole los juguetes dentro de la
recámara, llamándolo desde otro cuarto para que en poco tiempo sea capaz de cruzar
la casa. Déjalo gatear en cualquier lugar, el pasto del parque, etcétera.
Otras actividades que ayudarán al desarrollo de tu bebé:
Mientras come:
• Ayúdalo para que poco a poco tome su mamila con sus manos.
• Seguramente ya has empezado a darle alimentos sólidos. Además de las papillas y
otros alimentos que tú le des en la boca, colócale en su mesa pequeños pedazos de
alimento que pueda tomar con sus manos y llevárselos él mismo a la boca.
Alimentación de los seis a los nueve meses.
• Mientras le das de comer préstale una cuchara, para que al jugar con ella aprenda a
tomarla.
• Aprovecha la hora de la comida para socializar, explícale qué está comiendo, porqué
es importante ese alimento, etcétera. Platícale sobre las cosas que hay a su alrededor.
• Aprovecha cualquier momento en que estés con tu bebé, pero sobre todo, cuando lo
bañas o cambias de ropa para tocarlo y acariciarlo. El lenguaje del cuerpo es un gran
instrumento para hacerle saber cuánto lo quieres y reforzar su seguridad y autoestima.
• Al vestirlo o cambiarle el pañal, procura cantarle o platicarle, recuerda que le encanta
oír tu voz.
Ejercicios y juegos de los nueve a los doce meses
En esta etapa a los niños les gusta hacer las cosas por sí mismos y en ocasiones les disgusta
que los guíes en los ejercicios. Realiza sólo aquellos que ambos disfruten y promuevan la
imitación, es decir, tu haz el ejercicio para que él te copie. Siguen siendo aplicables todos los
ejercicios de seis a nueve meses de los cuales, dependiendo del desarrollo de tu bebé, puedes
elevar el grado de esfuerzo y complejidad.
Movimiento independiente:
En esta etapa la mayoría de los niños, si se les da la oportunidad, saben ingeniárselas para
alcanzar lo que quieren. Los que todavía no gatean ya pueden cambiar de posiciones como: de
estar sentados a la posición de gatear, rodarse, de estar acostados a sentarse, etc. Si tu bebé
todavía no lo hace dale la oportunidad, si es necesario ayúdalo al principio, pero siempre con el
objetivo de que sea él mismo el que alcance lo que quiere. Sólo dándole la oportunidad y no
haciendo las cosas por él, será capaz de desplazarse y aprender a gatear, pararse y caminar.
Recuerda que cada bebé tiene un ritmo de desarrollo diferente, y que en esta etapa el grado
alcanzado por un bebé va desde ser incapaz de desplazarse hasta poder caminar solo, por lo
que a continuación te damos recomendaciones para el caso en el que se encuentre tu bebé:
Si todavía no gatea, no te preocupes, algunas de las actividades que pueden realizar son:
Cuando aprenda a gatear, recuerda que es muy importante que gatee mucho, para lo cual te
recomendamos:
• Una vez que tu bebé gatee procura cargarlo lo menos posible para
transportarlo o entretenerlo (sólo hazlo para estar juntos, apapacharlo y
comunicarse). Invítalo a que te siga a los lugares de la casa a donde tú vas.
• Ponte a su nivel (bájate al piso) para jugar, y cuando te sea posible
gatea con él, jueguen a perseguirse, etcétera.
• Créale escenarios atractivos para que se desplace hacia ellos. Con un
pequeño detalle que cambies en la forma en que está ordenado su cuarto, si
un día en el librero subes las fotos y bajas los libros, etc., lograrás cambiarle el
panorama y hacérselo más atractivo.
• Procura ponerlo sobre texturas diferentes (pasto, arena, piso, alfombra,
etc.) y déjalo libre para que se transporte sobre ellas.
• Para que tu bebé disfrute gatear, trata de que lo haga con pantalones y
calcetines, de esta forma se lastimará menos. Es recomendable que la mayoría
del tiempo lo haga sobre alfombra, ya que en el piso liso puede llegar a dolerle.
• Ayúdalo a que cada día gatee distancias mayores, alejándole los
juguetes dentro de la recámara, llamándolo desde otro cuarto para que en
poco tiempo sea capaz de cruzar la casa. Déjalo gatear en cualquier lugar, el
pasto del parque, etcétera.
Un bebé está listo para caminar cuando ya ha gateado kilómetros y kilómetros, es capaz de
ponerse de pie por sí solo (ayudándose de los muebles) y pasar de un mueble a otro (dar un
paso sin ayuda).
En esta etapa el bebé puede desarrollar la capacidad de hacer una pinza con sus dedos y
tomar con ella un objeto tan pequeño como una migaja de pan. Para lograrlo necesita pasar por
un largo proceso de ensayo y error, lo cual requiere de una exposición constante a
oportunidades de intentarlo. Algunas opciones son: dejarlo comer con las manos, exponerlo a
objetos pequeños (seguros o comestibles en caso de ser llevados a la boca).
Cuando realices el ejercicio en que tu bebé está sentado en el rodillo y lo meces hacia delante
y hacia atrás para conservar la línea media, llévalo más hacia delante para que quede de pie.
• Equilibrio.
• Reconocimiento de las partes del cuerpo.
• Mover su cabeza y su mano para decir sí y no.
Mientras come: