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infancia es destino * santiago ramirez x siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 248, DELEGACION COYOACAN, 04310, MEXICO, DF. siglo xxi editores argentina, s.a. LAVALLE 1634 PISO 11-A C-1048AAN, BUENOS AIRES, ARGENTINA edicién al cuidado de alejandra gomez lara portada de carlos palleiro primera edicién, 1975 decimoctava edicién, 2003 © siglo xxi editores, s.a. de c.v. isbn 968-23-1741-x derechos reservados conforme a la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in méxico inDICE PROLOGO PRIMERA PARTE: EL UNIVERSO FAMILIAR Y SUS HUELLAS Infancia es destino La organizacién familiar La relacién madre-hija y su expresién en el ciclo sexual Endocrinologia y medicina psicosomatica Relacién materno-filial, corea de Sydenham y Yestriccién motriz Algunos factores psicodindmicos en la epilepsia Factores psiquicos en la valoracién del riesgo quirurgico Higiene mental del adolescente a nivel de la familia SEGUNDA PARTE: DE LA PRAXIS A LA TEORIA Evolucién de las ideas en psicoterapia . Pal El problema de la distancia en psicoterapia il 21 29 56 68 77 88 93 101 115 La regresion y la situacién analitica La melodia en la comunicacién en la situacién analitica El psicoandlisis: ciencia, ideologia y situacién psicoanalitica TERCERA PARTE: EL HORIZONTE CULTURAL Tensiones sociales en las relaciones de mexicanos con americanos del norte La mujer en México Patrones culturales en la vida genital y procreativa de la mujer Problemas de un mundo en transicién Rebeldia juvenil y cambio de generaciones 128 140 153 191] 202 210 PROLOGO Hace casi treinta afios me gradué como médico, enero de 1945, Desde poco antes incursiono en los campos de la neurologia, la psicologia, la psiquiatria y el psicoanilisis, Siendo estudiante de medicina manejé con cier- ta habilidad las técnicas de plata para tincién del sistema nervioso, colaborando con el Dr. Costero; posteriormente publicamos un trabajo cuyo titulo era “Terminaciones nerviosas sensoriales en la pia ma- dre”, Aparecié en la Revista del Instituto de Investi- gaciones de Ciencias Médicas y Bioldgicas recién fun- dada. En la Revista del Centro de Asistencia Médica pava Enfermos Pobres (camer) publiqué en igual época un ensayo sobre ‘““Hemianopsias y signo de Argill Robertson”. Después mi aficién se trasladd a la psicologia, orien- tacién vocacional, pruebas proyectivas y psiquiatria. Dan constancia de estas aficiones mi tesis Estandari- zacién del psicodiagndstico de Rorschach, El tipo mental del adolescente universitario, la fundacién del Departamento de Psiquiatria del Hospital Infantil y mi ejercicio profesional en el manicomio, ‘La Cas- tafieda”, de aquel entonces, Finalmente mi interés desbocé en el psicoanalisis, en la antropologia cultural y en la medicina psico- somatica. El mexicano, psicologia de sus motivaciones, Esterilidad y fruto, Psicologia de la funcién procrea- tiva y Antropologia cultural, en colaboracién con Diaz Conty, surgieron de esos intereses. Mi devo- cién por la técnica se empez6 a explicitar con la (7) 8 PROLOGO publicacién de los trabajos de un congreso nacional sobre el tema. La compilacién realizada junto con el Dr, Valner apareciéd en un libro Ilamado: Psicoand- lisis. La técnica. Los ensayos sobre teoria y técnica psicoanalitica que forman este libro, han sido leidos en congresos nacionales, latinoamericanos ¢ internacionales, su pu- blicacién dispersa es dificilmente accesible. E] titulo de este libro Infancia es destino, deriva de uno de los conceptos mds acendrados en mi en el curso de mi prdctica como psicoanalista: 1. El troquel temprano, infancia, imprime su sello a los modelos de comportamiento tardio; en otros términos, praxis es devenir o la infancia es el destino del hombre. 2. La conducta en forma reiterada, estereotipada y constante se repite. Lo anterior llevé al Dr. José Luis Gonzalez a construir la siguiente frase: “La neurosis es como el Bolero de Ravel”. En este libro trato de dar al lector una idea de los conceptos que han sido mas caros en mi practica analitica. México, D. F., noviembre de 1974 PRIMERA PARTE EL UNIVERSO FAMILIAR Y SUS HUELLAS INFANCIA ES DESTINO Desde sus primeras publicaciones, Freud enfatizé la importancia de las experiencias previas en el deter- minismo de las neurosis; senald que vivencias prefia- das de afecto, eran capaces de actualizarse y tefirse con matices calcados de la historia individual;! en virtud de la toma de conciencia de este hecho tan significativo, la recuperacién de recuerdos se trans- formé en un motivo principal y central en los primeros afios de la historia del psicoandlisis; sigue siendo un pilote basico y un buen indice del progreso y marcha del tratamiento psicoanalitico, En este tema todo el edificio metodolégico del psicoandlisis ha sido conse- cuente con lo apuntado desde sus comienzos. En otras areas ha habido cambios, rectificaciones, divergencias de enfoque, etcétera; el edificio ha sido inconmovi- ble en la importancia que se da al recuerdo en el determinismo de la psicopatologia actual. En el afio de 1914, se sintetizan gran parte de las observaciones al respecto en un trabajo de extraor- dinario valor en el curso del pensamiento de Freud. Efectivamente en Recuerdo, repeticién y elabora- cién, apunta ideas que muchos afios después se siguen manejando y estructurando dentro de nuevos marcos, Angulos y particularidades. De este articulo voy a extraer algunas ideas para dar al lector una imagen de su importancia. Los afios infantiles se han olvidado; a pesar de ello nos quedan, como en las ciudades perdidas, restos que nos sirven para reconstruir su arquitectura, Los recuerdos encubridores son una representacién con- densada, sintética y a menudo simbdlica de los afios (12) 12 EL UNIVERSO FAMILIAR infantiles olvidados, Hace tiempo, siguiendo las ideas de Freud, vengo sefialando el valor de estos recuer- dos, no por la importancia que en lo particular y circunstancial puedan tener, sino porque son preci- pitados de experiencias ulteriormente condensadas en un recuerdo unico y concreto, La experiencia concreta carece de importancia por si, pero esta plena de ella en tanto que es significativa, expresiva y demostradora, no de lo individual concreto, sino de lo global genérico. Una experiencia aislada no mo- tiva conducta ulterior normal o patoldgica, de la misma manera que una golondrina no hace verano; sin embargo, la golondrina puede ser usada simbé- licamente para connotar una caracteristica migrato- ria de las aves. Freud sefiala que el analizado no recuerda nada de lo olvidado o reprimido, sino que lo vive de nuevo. No lo reproduce como recuerdo sino como acto, Siguiendo las ideas apuntadas puedo decir que los recuerdos encubridores y los hechos actuales son importantes y significativos cuando se corresponden entre si. Uno y otro se daran validacién reciproca. No se tarda en advertir que la ultima experiencia de la persona en terapia, la terapia misma, est4 so- metida a las leyes apuntadas. La transferencia no es por si misma, sino una repeticién del pasado olvida- do. En virtud de lo anterior, la enfermedad del ana- lizado se debe tratar tanto como un hecho histérico, cuanto como una potencia actual. En linea con lo que tratamos, Menninger 3 sefiala: “defino insight, como e] reconocimiento por parte del paciente de: 1] que este o aquel aspecto de sus sentimientos y actitudes, esta o aquella técnica de comportamiento, este o aquel papel que le asigna a las demas personas pertenece a una pauta; 2] esta pauta, como la huella de un oso que ha perdido al- gunos dedos en Ja trampa, se originé hace mucho INFANCIA ES DESTINO 13 tiempo y se estampa en cada paso del viaje de su vida; que esta presente en sus situaciones de realidad contemporanea y que también lo esta en sus relacio- nes analiticas; 3] que esta pauta se originéd por una razon que fue valida entonces y que ha persistido a pesar de los cambios de algunas de las circunstan- cias que la determinaron; 4] que esta pauta contiene elementos que son ofensivos y perjudiciales para otros y también que son costosos y molestos para el paciente”. Lowenstein* expresa: “aunque a veces errénea- mente se piense que el interés del anilisis se enfoca en el pasado, el hecho es que se ocupa también de las interrelaciones entre el pasado y el presente. El papel primordial que el andlisis de la transferencia desem- pefia en la técnica psicoanalitica se basa en esta espe- cial intercomunicacién que encontramos entre el pa- sado y el presente de la vida humana”. Kardiner 5 al referirse a la leccién que nos ha brin- dado la psicodindmica, sefiala: “los tipos de reaccién mds comunes, no representan idiosincrasias y por lo tanto no pueden atribuirse a diferencias genéticas, sino a las diferencias del proceso integrativo o de construccién que caracteriza a la personalidad huma- na; estos tipos estén determinados por variaciones en las caracteristicas especificas de los padres, por los usos y las costumbres y por las condiciones a las que el individuo debe adaptarse desde el nacimiento hasta la edad adulta”. En otra ocasién he sefialado® que “uno de los ha- llazgos sobresalientes de la psicologia contemporanea es la postulacién de unos cuantos enunciados basicos: 1, La conducta se encuentra motivada, consciente o inconscientemente. 2. Los motivos generadores de conducta son funda- mentalmente infantiles y se encuentran anclados en el pasado, 8. En el curso de la vida infantil se estructuran 4 EL UNIVERSO FAMILIAR modelos, los cuales constituyen formulas transactivas, particularmente funcionales en su época, operativas y econdmicas. 4, En el curso de la evolucién se estructuran sis: temas defensivos que con frecuencia tratan de encu- brir el modelo fundamental, el cual, sin embargo, emergerd ante cualquier situacién de peligro que pon- ga en movimiento el modelo mis estable y primitivo”’. De la misma manera que un sujeto elige unos cuan- tos recuerdos para poner encima de ellos toda la tematica de su historia infantil, asimismo solamente elegira algunos fragmentos de la realidad actual, mos- trando una inatencién selectiva, para todo aquello que no le permita la repeticién sistematica, econd- mica y atitomatica de su modelo, Ejemplifiquemos: un sujeto recuerda un episodio, en él ve a su padre violento e iracundo sefialandole que debe ser limpio. El modelo con el cual el sujeto manejé la emergen- cia ante el padre autoritario, fue la de someterse sumisamente y evadir sus reacciones de protesta y hostilidad. Este mismo sujeto, al que por otra parte le unian para con su padre sentimientos tiernos y de dependencia positiva, va a elegir aquellas personas que le permitan repetir la pauta aprendida: de las multiples caracteristicas de los seres con los cuales entre en contacto, solamente elegira aquellas que le permitan repetir el modelo. ‘Todas las que se le opon- gan serain omitidas o simplemente no las percibira. Esto es lo que quiero decir cuando sefialo que el sujeto tan sélo ha aprehendido un fragmento de la reali- dad, podria decir un precipitado de la misma, que le es afin, sinténica y significativa. En ocasiones el manejo de las situaciones infantiles le permite al sujeto repetir su pauta o modelo, no simplemente a manera de calca sino encubriéndola y revistiéndola en una forma por lo demas particular. Por ejemplo, el negro en los Estados Unidos en for- ma sistematica sufre una profunda lesién en su auto- INFANCIA ES DESTINO 15 estima; es victima, tanto de parte del blanco como de su propio grupo (en la medida en que su grupo se somete a la moral del blanco), de una serie de estereotipos: “‘sucio, apestoso, inapropiado, etcétera”. Estos estereotipos menoscabantes de la autoestima tienen a poco plazo un efecto particular, a saber la compulsién al bafio, al vestido ostentoso y Ilama- tivo, etcétera. Tales formas de conducta son resulta- do reactivo a apreciaciones que la cultura y el am- biente tuvo para con las necesidades del nifo negro. Quiero hacer uso de algunos casos tomados al azar para hacer ilustrativa la comunicacién que expongo. A. P. es un sujeto de treinta anos, hijo de una familia destruida por el alcoholismo del padre; tan sélo vivid en compafiia de la madre. Ella trabajaba duramente para obtener lo necesario a Ja subsistencia. Cuando salia a trabajar lo dejaba en casa, amarrado en la cama. Recuerda que ante la ausencia de su madre, objeto anhelado y necesitado, empezaba a Norar. Al poco tiempo de hacerlo y ante el fracaso propositivo de su Ilanto, el grito se empezaba a hacer mis ritmico, adquiriendo las caracteristicas y la tonalidad melddica del arrullo, paulatinamente las lagrimas cesaban y una de ellas se quedaba adherida a su parpado. Jugueteando con la Ligrima y los de- dos, el paciente empieza a hacer que la luz, al refle- jarse en la esfera cristalina de su Hanto, transforme y dé policromia a los objetos de alrededor. La ima- gen visual lograda, al unirse con el cambio de mo- dulaci6n de Ja voz, de pronto hacen que el nifio se tranquilice. La voz poco a poco deja de ser la suya y, al ser percibida como de si mismo, sus tonalidades se mimetizan con el canto que hubiera deseado que la madre usara para dormirle, Las imagenes fragmenta- das de multiples colores se condensan en una sola, la del objeto anhelado y ausente. Este recuerdo en- cubridor, es pantalla de toda la tematica de una in- fancia solitaria, en que la privacién y ausencia de 16 EL UNIVERSO FAMILIAR la madre es uno de los hechos caracteristicos. Tam- bién en este recuerdo el paciente nos muestra cual es la modalidad con la que se acerca a su trauma y qué pautas y normas us6 para elaborarlo. Efectiva- mente en la edad adulta sus relaciones con los demas siempre estuvieron precedidas de una lejania y de un tipo de eleccién narcisista, que bien hubiera podido traducirse en Ia siguiente frase: “no necesito de los demas, por mi mismo soy capaz de recrear a la persona que me tranquilice y calme, tanto en la pri- vacién como en la ausencia. Tampoco necesito de usted ni de la terapia, es inutil que se esfuerce, hace tiempo que aprendi a pasarmela solo”. Es mis, este sujeto va a elegir, con una atencién bien dirigida, todas aquellas de mis caracteristicas y las de la situa- cién terapéutica, que le permitan justificar su mode- lo; a la vez va a prescindir selectivamente, de cual- quiera de mis cualidades susceptibles de rectificar la vieja pauta”’. Z. M. es hija de una madre violenta, dominante, poco cercana a los hijos y particularmente restric- tiva; el padre es una figura débil que actua tan sdlo como proveedor pero que no erige los modos, pautas y valores del hogar. La madre particularmente teme- rosa de la sexualidad de sus hijas vive sistematica- mente amenazandolas con los peligros de la misma, Por otra parte, una y otra vez pone como ejemplo su deterioro fisico para hacer notar los inconvenien- tes de la vida marital. Esta atmésfera tan particular- mente lesiva, cotidiana y constante, se va a precipitar en el siguiente recuerdo encubridor: “Mi hermano y yo estabamos jugando sexualmente en la azotea, oimos ruido y nos asustamos, al bajar las escaleras de caracol sin fijarme me tomé de uno de los alambres de la luz, me di un toque terrible”. El recuerdo anterior es en rigor dos cosas: una expe- riencia concreta, pero al mismo tiempo, y ello es lo mas importante, un precipitado simbdlico de toda INFANCIA ES DESTINO 17 la atmésfera infantilmente vivida. Como recuerdo aislado, no hace verano; como experiencia que forma parte de un todo, simboliza una estacién particular- mente cdlida. Esta paciente se acercé al tratamiento con fuertes edemas angioneuréticos que la afeaban y estigmatizaban, los que habian emergido a raiz de una experiencia sexual con un compafiero particular- mente traumatizante. De todos los posibles objetos actuales, habia elegido a aquel que mds podia aco- plarse a su infancia, dindole por lo tanto mas validez a su destino, En su ultima experiencia, la analitica, sdlo detectaba, cuando emergian en ella impulsos sexuales, los aspectos derogatorios, sucios y poco placenteros de mi persona. Toda su vida estaba Nena de alambradas eléctricas que amenazaban la emer- gencia de sus impulsos, cualquiera que fuese el nivel de integracién y adaptacién en que emergiesen. El material de A. F. me es brindado como caso de supervisién por el doctor Gustavo Lutteroth;? son conjuntas las observaciones al caso, A. F. es hija de una familia desintegrada, el padre intelectual y diplomatico, ave de paso, casa con la madre de la paciente, mujer rica, arraigada y conservadora; rapi- damente las hostilidades se rompen y la nifia, ansio- samente, es vectora e instrumento de la inminente ruptura de los padres. En ocasiones, sigue al padre por diferentes paises en el curso de su vida diplo- matica, en otras, la acapara la madre, la retiene y la hace su aliada. Frente a los dos padres, la paciente se sintid partida y en verdadero conflicto con los problemas de lealtad, Sus primeros recuerdos la ha- cen verse como una nifia solitaria y abandonada. Recuerda estar con su padre en una ocasién dur- miendo la siesta; él, seductoramente, detiene y retiene su mano, la nifia se siente ansiosa, quisiera irse, pero el padre la retiene; también quisiera quedarse, mas cerca atin, pero también el padre, y el recuerdo de la madre lo impiden. Cuando asiste a tratamiento siente 18 EL UNIVERSO FAMILIAR que no se liga a las cosas, que es ave de paso, tanto de intereses como de objetos. Todas las caracteris- ticas de relacién de objeto, como sefala Lutteroth, se modelan sobre una misma tematica “que es la de aproximaci6n a sus objetos con técnicas destinadas a preservar una distancia econdmicamente placentera en la que evita la posesién y la pérdida simultanea- mente. Dichas técnicas las Neva a cabo mediante el pago adelantado de un precio ante el disfrute, al tra- vés de la fuga “voluntaria” frente a la posibilidad de encuentro con el objeto valorado, o mas frecuente- mente en la eleccién simultanea de varios objetos, con cuyo manejo alternante mantiene un equilibrio equidistante de todos. El nucleo conflictivo sigue apa- reciendo y esta representado en el recuerdo encubri- dor de la siesta del padre con todos sus elementos: la madre ausente, el padre dormido, pero al mismo tiem- po impidiendo cualquier intento de separacién y ella propendiendo a objetos diferentes. En toda su historia existe, como destino, la desgraciada unién con el hombre extrafio, o pasajero, cosmopolita o encumbrado que hace posible la permanencia. Los cortes psicodinamicos aparecen definidos por sucesivas situaciones ejemplares: 1. A los cuatro afos de edad se recuerda junto a su madre en la borda de un barco, al intentar abra- zarla, recibe una mirada airada de aquélla. 2. A los ocho afios duerme la siesta junto a su pa- dre y asida por su mano, infructuosamente intenta desprenderse de él para salir a jugar. 3. A los catorce besa a un joven frente a la casa de su padre y éste la increpa Iamandola “ave de paso”. 4. Cuando tenia 23 afios despide a su amado que parte a la guerra y un mes mas tarde entrega su vir- ginidad a un desconocido. 5. Teniendo 25, se siente obligada a abandonar a un hombre que ama en Europa, para seguir a su padre solitario a una misién diplomatica. INFANCIA ES DESTINO 19 6. A los 29 se embaraza de un funcionario y tiene que casarse con un amigo protector encubridor del problema. 7. Cuando empieza a acercarse afectivamente al terapeuta, cita amigos ocasionales a la salida de la hora analitica. Cuando uno se ve abrumado por la repetida, reite- rada y sistematica inundacién de la infancia de un pasado en el presente terapéutico, es légico que pen- semos, en gran parte movidos por la obra de Silver- berg,§ que la infancia si es el destino de la vida de un sujeto. La labor terapéutica implica modificar el destino, cambiar el pasado por un destino menos traumatico y mas operante; en ese sentido toda interpretacién es un desaffo o un preparar el terreno para ulteriores intervenciones que habran de serlo. En ocasiones es preciso no interpretar en tal o cual sentido, porque la estructura desafiante de la interpretacién traeria aparejado el incremento de defensas, ya en niveles sintomaticos, ya en niveles caracterolégicos. En el pasado todo sujeto estructuré una distancia, con respecto a sus objetos; ésa, precisamente ésa, sera la que repita en la relacién terapéutica. La labor operativa de la terapia es disminuir el espacio que media entre el paciente y sus objetos. Una interpretacién es exacta cuando lo que se dice es exacto (contenido de la interpretacién). en la for- ma adecuada (cémo) y en el tiempo debido (timing). Hay ocasiones en que una interpretacién Ieva el contenido exacto pero es inadecuadamente expresada, tanto afectiva como intelectualmente, y a un tiem- po inapropiado. Sera tanto mas cercana a la dimen- sién terapéutica si Ilena cabalmente su funcién: mo- dificar el pasado y demostrar que a la postre lo mas adecuado no es precisamente hacer de la infancia un destino inevitable. 20 EL UNIVERSO FAMILIAR REFERENCIAS: 1. Freud, Sigmund, Estudios sobre la histeria, en Obras * ~ completas, coleccién Biblioteca Nueva, tomo 1, Madrid, Espafia. Freud, Sigmund, Recuerdo, repeticion y elaboracion, en Obras completas, coleccién Biblioteca Nueva, tomo u, Madrid, Espajfia. Menninger, Karl, Teorta de la técnica psicoanalitica, Editorial Paz-México, 1962. Lowenstein, Rudolph M., Some remarks on defenses, autonomous ego and psychoanalytic technique, en In- ternational J. Psycho-Analytic, 35: 188-193, 1954. » Kardiner, Abraham, La marca de la opresidn, Univer- sidad Veracruzana, México, 1962. Ramirez, Santiago, Factores psiquicos en la valoracion del riesgo quirurgico, en Revista Médica, Secretaria de Marina, volumen vu, nim. 29, 1962 (cap. de este libro) . . Lutteroth, Gustavo, (Comunicacién personal.) . Silverberg, William, Childhood experience and person. al destiny, Springer Publishing Company Inc., Nueva York, 1952. LA ORGANIZACION FAMILIAR La organizacién de la familia tiene caracteristicas va- riables segin Ja cultura en la que la misma se des- arrolla. Existen muchos tipos de familia; por el momento me contentaré con sefialar la existencia de una familia cuyo trato es la organizacién en forma triangular, en la que los vértices del tridngulo estan constituidos por el padre, la madre y los hijos. En el mundo occidental, a grandes rasgos, es el tipo de organizacion prevalente. Aparte de la anterior existen otras a las que los socidlogos han denominado culturas uterinas, deri- vando dicha denominacién de la circunstancia de estar integradas por una prevalente relacién madre-hijo. El nifio al nacer establece sus relaciones de afecto, sus necesidades de satisfaccién, proteccién y apoyo con la madre. Al principio tales necesidades son fun- damentalmente alimenticias, pero también de con- tacto, de ternura y cercania. En una familia normal el nifio va a encontrar una madre preparada para satisfacer las demandas sefialadas. Hay familias, las uterinas, en Jas que la relacién madre-hijo es parti- cularmente intensa. En México, por lo menos en las areas rurales y en las urbanas de clase media y baja, la familia tiene estas caracterjsticas. Un grupo de investigadores ha estudiado la organi- zacién familiar de un drea de la ciudad de México que tiene la forma de un tridngulo, delimitado por las calles de Constituyentes, Observatorio y Parque Lira. En este tridngulo se han estudiado con técnicas rigurosas de muestreo las caracteristicas de la orga- nizacién familiar. En esta zona, cada mujer ha tenido [21] 22 FL UNIVERSO FAMILIAR mas de seis embarazos y en un porcentaje elevado han sido satisfactorios y carentes de problema. La lactancia es de once meses, cifra fuertemente contras- tada con los escasos veinte a treinta dias presentes en la cultura norteamericana. También en la cultura americana uno de los problemas centrales de la or- ganizacién familiar es el hijo unico. En otros estudios hemos observado que durante el proceso de urbanizacién, mujeres procedentes del campo frecuentemente se embarazan en condiciones particularmente traumaticas, Rechazadas de sus lu- gares de origen, las hemos investigado en un centro de proteccién de tipo religioso para madres abando- nadas. Si bien es cierto que el nimero de mujeres estudiadas fue pequefio, cincuenta, no menos cierto es el impacto que nos produjo la ausencia de tras- tornos durante el embarazo y la lactancia, a pesar, repito, de que las circunstancias de embarazo se reali- zaron en condiciones muy traumaticas, violacién, rap- to, seduccién y engafio, etc. Este grupo de mujeres se embaraz6 después de un promedio de 1.6 coitos. Uno de los problemas centrales en la organizacién fami- liar de México es el gran nimero de madres solteras. Del esbozo de cifras precedentes nos permitimos preguntarnos ¢qué determina la gran procreatividad de la madre mexicana?, ¢qué la lactancia tan pro- longada?, zqué la facilitacién de los partos? En México hay una atmdsfera sociocultural alre- dedor de la imagen de la mujer. Esta atmésfera con- trasta con lo que sucede en otras culturas en las cuales los abortos son multiples, asi como las pertur- baciones durante el embarazo intensas y las dificulta- des en la lactancia severas. La atmdsfera sociocul- tural en unos casos facilita y en otros dificulta, El mundo del mexicano tiene una doble moral sexual y caracteristicas contrastadas en los papeles que reciprocamente juegan el hombre y la mujer. El varén es dueiio de prerrogativas, usa sin restricciones LA ORGANIZACION FAMILIAR 23 el dinero, se permite placeres que niega a la mujer y gasta en ropa y atuendo cantidades mas significa- tivas que su pareja. El mundo en México, desde el punto de vista de la atmésfera sociocultural de tipo sexual, es un mundo de hombres. Palabras tales como “viejas” o “vieja el ultimo”, adquieren caracteristi- cas despectivas. En nuestro mundo “ser vieja el ulti- mo” es equivalente de desprecio, también el ser “ma- rica”. El hombre tiene el privilegio de ser servido por la mujer; a ésta no se le permite que indague la utilizaci6n que el hombre hace del dinero, El varén detenta poder y recursos. El padre es temido, fre- cuentemente ausente, tanto como presencia real como en su cardcter de compafiia emocional. La familia en México esta integrada por una serie de obligaciones y de compromisos. Las mujeres tienen que satisfacer sus necesidades en oficios poco califi- cados, lavanderas, servicio doméstico o pequefios co- mercios, prefiados de ausencias, en los que se trafica frecuentemente con unos cuantos estropajos, un poco de tequesquite y algunas rajas de ocote. Estas mu- jeres habitualmente han sido abandonadas por un compaiiero que cuando presente, fue violento, alco- hdlico y habitualmente ausente. Hace afios, estudiando la estructura familiar del cuartel de la Soledad, en- contramos que en una familia constituida por un poco mds de cinco hijos, estos habian sido concebidos por una madre unica y por un poco mas de tres padres. La cohesién del hogar, de tipo uterino, se estructuraba alrededor de la madre. El padre tan sdlo habia sido procreador eventual. Estas mujeres no son coquetas sino abandonadas. La licenciada Berman también se abocé a estudiar cuales eran las caracter{sticas dindmicas de dicho abandono. Encon- tré que en un alto porcentaje el abandono acontece durante el embarazo de la mujer. En México la mujer se acerca a la edad adulta con un miedo a la sexualidad que le han enfatizado desde 24 FL UNIVERSO FAMILIAR pequefia. Este clima de recato es el que prevalece con alta intensidad en los pequefios pueblos del pais. Agustin Yafiez lo describié magistralmente en su no- vela Al filo del agua. En el pequeno pueblo del novelista, Teocaltiche, toda la organizacién social gira alrededor de congregaciones religiosas, Hijas de Ma- ria, mujeres enlutadas que esconden en forma masiva un sexo proscrito y sustraido de la comunidad. Estas muchachas, j6venes modosas y arregladas, son promo- toras de afectos por parte de los hombres jévenes. En la cancién mexicana encontramos ejemplos reve- ladores de esta actitud. Con frecuencia la unién no se puede llevar a cabo en forma pausada y normal, debido a los celos de los padres y hermanos de la muchacha, vigilantes guardianes de la virginidad de la hija. En el lenguaje popular es un vejamen el que alguien califique de “cufiado” a un amigo. Pareciera como que nuestra parte femenina, colocada en la hembra, se ve muy amenazada ante esta calificacién. La union frecuentemente es lograda mediante el rap- to. El matrimonio leva una vida sexual pobre. En el area triangular a la cual ya me he referido, hemos encontrado que solamente un quince por ciento de las mujeres han buscado en forma activa a su pareja masculina. La investigacién de referencia ha tenido como finalidad la planeacién familiar y el control de la natalidad. Quien con mds vehemencia ha mostrado reticencia al control ha sido el varén. La mujer acepta pasivamente este papel en el que se le veda sexualidad y se le premia la procreacion. Todas las instituciones culturales, desde antes de la conquista, aplauden y premian los aspectos materna- les de la mujer y por el contrario censuran sus ex- presiones sexuales. En los consejos que los antiguos mexicanos daban a la nifia en edad crecedera le re- comiendan la discrecién, el recato y la ausencia de coqueteo. Diego Rivera, en uno de sus murales del Palacio Nacional, el tianguis de Santiago Tlatelolco, LA ORGANIZACION FAMILIAR 25 nos pinta la imagen despectiva que el mundo pre- hispdnico tenfa de la prostituta. La Hamaban la ale- gradora; su tono era estridente, masticaba chicle, se colocaba chapopote en los dientes para llamar la atencién y se pintaba las piernas con colores !ama- tivos. Esta mujer era objeto de censura. Mas tarde, en la conquista, México se hace guadalupanista ha- ciendo hincapié en los valores sobresalientes de la Virgen de Guadalupe, cuyo santuario esté ubicado en el antiguo asiento del templo de la Madre de los Dioses. Madre de los Dioses, Virgen recatada, proge- nitoria del Cristo y Vaso Espiritual de Leccién for- man una unidad estrecha e indiscutible en la mente del mexicano. Buscamos mujeres que se asemejen a nuestras ma- dres, mujeres que se embaracen mucho, que lacten bien y que cocinen mejor, pero a la vez condiciona- mos el que tan sélo un quince por ciento de ellas se nos acerque sexualmente. Las mujeres colaboran para que esta mancuerna subsista; a poco de embara- zarse se descuidan, dejan de arreglarse y se privan de atractivos sexuales. La maternidad y la lactancia se llevan a cabo abiertamente y sin ningun pudor. El pecho se le brinda al nifio en cualquier lugar pi- blico o privado. Pronto el hombre abandona a esta mujer para reanudar un nuevo enlace amoroso cuyo destino tendr4 iguales caracteristicas. Ella se refu- giard en el martirio masoquista de la “mujer abne- gada”. Las instituciones sociales aplauden: la condi- cién maternal y reabastecen este circulo enfermizo que hace que la familia del mexicano sea de cardc- ter uterino, con una madre asexuada y un padre ausente. Las pautas de comportamiento se aprenden tempra- namente; la mujer aprende su manera de ser desde nifia. Los troqueles en los que la nifia mexicana vive le brindan desde muy pequefia la aceptacién del rol maternal. Observa una madre desorbitadamente fe- 26 EL UNIVERSO FAMILIAR cunda; tempranamente se le asignan funciones en el cuidado de sus hermanos menores; en sus juegos muy precozmente se entrena a hacer “la comidita”’. No todas las culturas ensefian a ser madre. Hay otras en las que por razones que no vienen a colacién se enfatiza el papel sexual de la mujer en oposicién a su funcién maternal. Ejemplo demostrativo de lo anterior es la cultura de las Islas Marquesas, en la que se condiciona una actividad sexual desmesurada en oposicién a la exigua maternidad. La niiia es educada en el recato y en la evasién de todos y cada uno de los tépicos sexuales. Temprana- mente se la aleja del compafiero varén. La coeduca- cién en México fue objeto de escindalo y de protesta; amenazaba Ja estructura familiar tan rigidamente acuartelada en la privacién, represién y huida ante todo lo que connotase sexo en el mundo de la mujer. En el aspecto educativo también se refuerza la rela- cién de la madre con el hijo, La mayor parte de las sociedades de padres de familia en la escuela prima- ria estan constituidas fundamentalmente por madres. El padre casi no participa en los problemas pedagd- gicos, de crecimiento y de crianza de sus hijos. Hasta hace poco tiempo con muy poca frecuencia vefamos padres cargando a sus hijos. Hemos vivido en una cultura en la que lo funda- mental ha sido la relacién con la madre. El padre ausente, por serlo, es anhelado. Una buena familia necesita ser triangular, debe descansar sobre la base de una adecuada relacién sexual, de un juego reci- proco en el encuentro genital. Una mujer adecuada- mente satisfecha en sus aspectos genitales no brinda al nifio el exceso de sus cargas no satisfechas. Hace muchos afios venimos diciendo que lo que caracteriza a la familia mexicana es el exceso de madre y la au- sencia de padre. E] hombre mexicano carente de un padre que le brinde estructura va a buscar en aspectos formales externos aquello qne no ha incorporado en LA ORGANIZACION FAMILIAR 7 su interioridad. Por eso hard alarde externo de una hombria, de una paternidad, de la cual carece. Su dinero y recursos los empleard en objetos, cosas y diversiones que estereotipadamente han sido califi- cados de masculinos. La pistola, el caballo, las espue- las, el sombrero de charro o el automédvil ultimo modelo, en la actualidad son atuendos externos que le permiten calmar su inseguridad masculina, La con- vivencia con hombres, la elusién de afectos tiernos, de llanto, de trato cordial con la mujer, le hacen alucinar que leva dentro de si mismo mucho hombre. Son muchas las razones histéricas que han permi- tido que Ja mujer sea devaluada. Ya desde Hernan Cortés, el trato a la Malinche revela que una vez utilizada es objeto de regalo a un subdito. Unos po- cos inmigrantes hombres, muy valuados, conquistan y colonizan a un mundo de mujeres indigenas a las cuales pueden utilizar, minimizar e identificar con lo devaluado, Estas mujeres se van a refugiar en una maternidad exuberante cuando no encuentran en el varén la espina dorsal que las sustente. Hay un mun- do de varones del cual son excluidas las mujeres; esto es mas acentuado en la clase baja. Las reuniones so- ciales discriminan y segregan a la mujer del mundo privilegiado de un hombre que tiene conversacién interesante, chiste mordaz y grueso que no ha de contaminar la comunicacién lineal e insustantiva de las mujeres. Una pequefia resefia del dia de una familia de la clase media nos mostraria a una mujer que se levanta temprano, le brinda el desayuno a un sefior grufién, que le ha brindado una sexualidad escasa y espa- ciada y que sale al trabajo, bien arreglado, a las nueve de la mafiana, para probablemente regresar a las dos de la madrugada. Esta mujer tan abandonada, tan frustrada, encontrara en la procreacién el camino reparativo a las limitaciones en su calidad de com- patiera. Ademas el hombre espera que asi lo haga. 28 EL UNIVERSO FAMILIAR Su expectacién es encontrar a la mujer cocinando y cuidando a los nifos. Ella a su vez es la victima ab- negada y asexual, Los padres del mexicano pocas veces mostraron una fachada sexual y erdtica enfrente de los hijos, El beso brillé por su ausencia y la imagen de ella, vinculada a la comida, se visualiza sirviendo la sopa, los huevos, el pequefio bistec de la clase media, la verdura y los frijoles, La madre, en la organizacién familiar del mexicano, ha sido totalmente desexuali- zada. Y el sexo es muy importante, tan importante como tener hijos, El problema de la organizacién familiar en México es sustantivamente la ausencia de padre, el exceso de madre y la limitacién sistemdtica del drea genital entre los progenitores. Esto no debe interpretarse mal. En ningun momento he querido decir que la vida genital se tenga enfrente de los hijos, pero es importante que proyecte su sombra en la cordialidad de la familia. La mujer mexicana y el padre mexicano no deben interponer mis entre su relacién reciproca a los hijos. Que se aprenda que el papel genital no esta en contradiccién ni tiene por qué oponerse al papel maternal. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 30 EL UNIVERSO FAMILIAR para expresar Ja sexualidad genital pasiva, Para dicha autora, seria la insuficiencia de ambos érganos lo que haria que la nifia recargase de tendencias activas la presencia del clitoris y de tendencias pasivas la boca y el ano. Karen Horney expresaba que “mientras el varén puede fadcilmente cerciorarse de que su genital no ha sufrido dafio, la nifia en cambio nunca puede eliminar sus dudas angustiosas al respecto, porque la mayor parte de su drgano se encuentra colocado en el interior de su cuerpo y se substrae a una revisién sistematica’’. Ya Karen Horney criticaba la posicién de Freud, puesto que para él toda la femineidad no era sino un pobre substituto, e incluso la maternidad y los deseos procreativos no eran sino suceddneos del pene nunca alcanzado, Horney hacia notar en The denial of the vagina que si la nifia aparentaba desconocer su vagina y reclamaba un pene concentrando su sen- sibilidad genital en el clitoris, ello era debido a que desde esta posicién podia negar sus tempranas expe- riencias vaginales cargadas de culpa, angustia y temor. La posibilidad de que la nifia se identifique tem- pranamente con su madre es de particular importan- cia; la posibilidad de transformar sus tempranas ten- dencias pasivas en activas debe ser fomentada por la madre. En las clases populares o en la cultura Samoa- na tal como la describe Margaret Mead,‘ la identifi- cacién no se ve matizada por culpa sino que, por el contrario, es social y culturalmente aceptada. En la cultura judia es frecuente que encontremos que Ja ma- dre acepte la funcién activa que le impone la socie- dad en la relacién con sus hijos con mucho resenti- miento, frustrando y no tolerando por ende las iden- tificaciones que la hija espontaneamente manifiesta. Utiliza a la hija para reivindicar, desde ella, la po- sicién que la cultura le otorga. Es por ello que para esta nifia, futura mujer, todo indice de crecimiento RELAGION MADRE-HIJA 31 en la linea especificamente femenina es vivido con sentimiento de culpa; siente que se apropia de algo que la madre prohibié. En su profundo infantilismo femenino hay un sometimiento a la madre; la apa- rente rebeldia intelectual que la lleva a realizar ac- tividades que la madre no llevé a cabo no es sino consecuencia vicariante de una frustracién en la ma- dre, transformandose en el instrumento de reivindica- cién de la “inferioridad de la mujer judia enfrente del hombre”. M. Klein® expresaba que las tendencias receptivas tempranas, presentes en la mujer, la Ilevan a una mayor introyeccién de los padres, lo que trae apa- rejado, a diferencia de lo sefialado por Freud, la crea- cién de un supery6 o conciencia moral mas intensa que en el varén. Una de las ideas presentes en la menta- lidad de la nifia segun Melanie Klein es la de que “el pene es a modo de un pecho mas potente, algo bueno que alimenta y reconforta, Quiere tenerlo para dar- selo a la madre y reconciliarse en esta forma con ella, después de haberla dafado en sus fantasias”. M. Langer ® expresa que “Jos trastornos psicosomé- ticos procreativos de la mujer pueden reducirse a un denomimador comin: la mujer que tiene dificultades en este terreno expresa asi su rechazo a ser madre”. También sefala que “la postergacién de la menarca, la amenorrea y la dismenorrea, etc., siempre estan relacionadas, en el fondo, a conflictos con respecto a la maternidad”. Para ella las frustraciones de la primera infancia susceptibles de generar problemas psicosomaticos en la vida procreativa se pueden es- quematizar en la siguiente forma: 1. La madre que frustra a la nifia, ya sea negan- dole el pecho o dejandola pasar hambre o alimen- tandola sin carifio. 2. La madre que tiene exigencias demasiado inten- sas y estrictas en la educacién esfinteriana, crea en la mentalidad de la nifia la imagen de un objeto 32 EL UNIVERSO FAMILIAR que se apodera de sus contenidos intestinales precur- sores de contenidos procreativos. 3. La madre que se interpone entre la nifia y su padre hace que esta ultima experimente la relacién edipica con grandes sentimientos de culpa. 4. El rechazo imaginario o real que sufre la nifia con motivo del nacimiento de hermanos menores. Como se puede observar, la concepcién de la femi- neidad ha variado; después de Freud, se ha defendido la existencia de un valor femenino per se, de una identidad de la vagina y del interior corporal, no sim- plemente como resultado de una ausencia del pene, sino como un factor positivo y afirmativo. La luz con que se visualizaron los problemas feme- ninos cambié de foco y de un area androcéntrica en la que la mujer tenia que aceptar la ausencia del pene y superar la envidia del mismo, se pasé a otra en la que el signo femenino se localizaba en las tem- pranas identificaciones orales con la madre. La aceptacién de la vagina como organo receptivo tiene que suponer una serie de etapas previas bien resueltas, Primeramente, la aceptacién profunda de la madre en base a una identificacion temprana, sola- mente resuelta en tanto las satisfacciones orales y su consecuente introyeccién, hacen posible neutralizar la calidad agresiva oral y la calidad agresora del pecho, Cuando ello acontece, la identificacién del pe- cho con el pene puede lograrse sin hostilidad ni re- sentimiento; se acepta el pene en la medida que el objeto previamente introyectado, pecho, no resulta amenazante o destructor. La aceptacién de la calidad oral de la vagina no resulta amenazante si no se han colocado en ella con anterioridad componentes orales destructivos. Si la magnitud de efectos positivos reci- bidos por la nifia en su temprana relacién oral son suficientes, no habra temor de destruir el pene ni se temera que el mismo destruya el interior en forma retaliativa. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 36 EL UNIVERSO FAMILIAR cuidado muy compulsivo de los animales y fuertes crisis de angustia ante el temor de que algo pudiera pasarle a los animales, en particular a los perros. La sociedad protectora de animales la conocia por llevar a ella con frecuencia animales encontrados en las calles. A partir de la iniciacién de su vida sexual, los temores y las ansiedades se incrementaron fuerte- mente y su yo debilitado se empezé a ver presa de una angustia generalizada. Empezaron a presentarse sintomas somaticos consistentes en edemas particular- mente localizados en la cara, motivo por el cual fue referida al andlisis por el internista. En particular nos interesan aquellos aspectos de su sintomatologia relacionados obvia y manifiestamente con su ciclo glandular. Después de casada y pese a sus deseos conscientes de tener un hijo, la paciente fue estéril. Los estudios realizados por el ginecdlogo no revela- ban ninguna circunstancia organica susceptible de justificar el problema procreativo. Al lado de los sintomas y temores obsesivos ya descritos, empezaron a aparecer temores intensos hacia los insectos; temia sistemdticamente la presencia de cucarachas en par- ticular en su cocina y en su casa. Voy a transcribir algunas de las sesiones de la pa- ciente suficientemente ilustrativas en relacién al ma- terial que venimos describiendo: “Precisamente los dias de ovulacién son terribles para mi; le diré como es la cosa: empecemos desde el primer dia de la regla, ya usted sabe, me siento mareada y tengo edemas muy marcados, suefio y mucha angustia. Por el dia 12, 13 6 14 mds o menos me pongo muy irritada, llorona, susceptible, angustiada e hinchada. En estos dias intermedios entre una y otra menstruacién es cuan- do me empeoro. Me pasaba por ejemplo, que un dia amanecia con una inquietud espantosa, brincaba to- da, es decir me sobresaltaba, de todo Horaba y tenia una tensién tremenda. Si esto me pasaba y yo no me acordaba que estaba en los dias en que se ovula, RELACION MADRE-HIJA 37 le decia a mi marido: ‘Estoy muy desanimada de verme asi, sin razén aparente ninguna he amanecido muy nerviosa’, Cuando él me preguntaba cudndo ha- bia tenido la regla yo sacaba la cuenta y estaba en el treceavo dia”. “En aquel libro, el Matrimonio perfecto, yo leia que para quedar encinta, habia que aprovechar esos dias, 13, 14, 15; que el coito debe ser estando la mujer boca arriba y que después de él debia perma- necer acostada. En esos dias siempre estoy cansada. Si el coito es estando yo boca arriba siento que mi marido me aprisiona, me da la sensacién de estar apresada y dominada de tal forma que siento una de- sesperacién terrible... muy lejos de gozar el coito, lo que sentia era ganas de voltear a mi marido. Siempre encuentro alguna razon para levantarme y cuando forzAndome, de plano me quedo acostada, me entran unas ganas de orinar imposibles de contener y de todos modos termino por levantarme después del coito, Otra cosa, siempre tengo que pelear con mi marido en esos dias; lo tengo muy presente porque yo misma me digo: ‘jestoy en el 13avo dia! y suceda lo que suceda no pelearé con él’. Pero peleaba, jy en qué forma! Nos dejamos de hablar dos o tres dias y a veces cojo mis sabanas y me voy a dormir al sofa. Me doy cuenta de que en el fondo tengo panico de tener hijos y por eso hago todo esto. Sin embargo, cada vez que me viene la menstruacién es una nueva desilusién y un desengafio. Entre una y otra mens- truacién mis sintomas son peores, la misma inquie- tud me hace estar en una actividad tremenda, es decir, puedo pasarme el dia entero trabajando sin descanso, pero en tareas pesadas: lavar, limpiar y mo- ver muebles. En los dias cercanos a la menstruacién y cuando acaba de pasar ésta me pongo vxcitada sexualmente. En cambio cuando estoy a la mitad me pasa que en pleno coito estoy pensando que una alimafia me va a saltar encima y si no es eso, tengo 38 FL UNIVERSO FAMILIAR miedo a no sé qué. No puedo tener el orgasmo (en el intermenstruo) por tantos temores que se me pre- sentan en mi mente”, Resulta particularmente claro que en los dias in- termenstruales, el temor y la posibilidad de reprodu- cir la relacién madre-hija en forma autoplastica se incrementa notablemente, la capacidad de identifi- carse introyectivamente con la madre y proyectiva- mente con el évulo, potencialmente huevo, la hacen temer desde ambas identificaciones, las cuales por otra parte no son rigidas sino cambiantes. Por eso en un primer intento elude al marido en tanto pue- de ser el vector que haga posible, a través de la fecundacion, dicha identificacién. Cuando los deseos de reparar y recrear se incrementan en funcién de la terapia la ansiedad aumenta, los deseos de expulsar y eludir la relacién la hacen eludir toda actitud re- ceptiva, compensa con una hiperactividad toda posi- bilidad pasivo-receptiva y cuando su yo se fuerza a ello equipara la posible ecuacién con sus excretas y se ve compulsada a arrojarlas al exterior en forma de orina. Oigdsmola en un Ilavo dia del ciclo, el dia 24 de enero, la menstruacién se habia presentado el dia 13 del mismo mes: “Hoy no tengo dnimo, tengo una inquietud horro- rosa que no me deja hacer nada. Anoche fue una noche de panico; como a las tres de la mafiana tenia ganas de salirme del cuarto porque no soportaba el miedo. A esa hora, a las 8, encendi la luz del cuarto, porque con la del bafio me parecia ver detras de la puerta que se habia metido un animal; lo vi clara- mente pero creo que el tal bicho no existia sino en mi cabeza. De todos modos, como yo tenia la seguri- dad de haberlo visto y de que estaba detras de la puerta aquello fue horroroso; no sabia c6mo bajarme de la cama, me imaginaba que si bajaba podria salir y morderme o hacerme algo. Toda la noche se me fue RELACION MADRE-HIJA. 39 en oir ruidos y en estar muerta de panico. Cuando empezaba a dormirme alguna cosa fea que sofaba me despertaba’”. Es claro cémo el huevo es percibido como una alimafia, que son los calificativos que ella se da a sf misma en tanto puede percibir inconscientemente su agresion oral, por eso teme que en la identificacién introyectiva con su madre, la alimafia, ella misma, la muerda, Por otra parte en un nivel mas profundo alu- de a como la madre la devoré y la mutilé en su capa- cidad hedénica y procreativa. El dia 26, 18avo del ciclo me dice: “Hoy me he sentido muy molesta con esos dolores de espalda y vientre y con pesadez en la cabeza todo el dia. En estas noches pasadas estaba sofiando que veia una gran cucaracha, le tiraba escobazos y en una de ésas, la escoba me daba en la pierna en don- de quedaban untados los pedazos de Ja cucaracha. En ese mismo suefio recuerdo que habia tratado de matar aun puerco, le habia quitado los ojos, un pedazo de cada oreja y el hocico, a pesar de eso no se habja muer- to sino que chillaba de dolor de un modo horrible. Yo sufria una angustia y una desesperacién terrible al ver que aquel animal se sentia de ese modo y no se moria. El asunto del cerdo me trae a la memoria un perro que encontré una yez en una carretera, tenia la espina rota y andaba ayudandose sdélo con las patas de- lanteras, el animal no estaba recién herido sino que se notaba que habia quedado asi desde tiempo atras. Traté de darle cloroformo pero el animal huyé gritan- do, Atin hoy al describirle esto siento una terrible an- gustia. Debe haber pasado sed, le debo haber quemado el hocico, me acuerdo de lo confiado que se me acered, siento que merezco que me quemen en lefia verde’. Una vez mas emergen los fuertes deseos destructi- vos de la relacién madre-hija, en ocasiones ella iden- tifica a la madre con la cucaracha, el puerco y el perro de sus asociaciones, en otra ella es la que se 40 FIL UNIVERSO FAMILIAR identifica y relata las terribles ansiedades orales que le hizo sufrir su madre, la terrible hostilidad que le despertaron y los sentimientos de culpa a ellas vincu- lados. El perro con sed y Jas mutilaciones al hocico del puerco hablan de todo lo que sufrié en su _pri- mitiva relacién con su madre y de los temores y an- siedades de que esta situacién pueda repetirse. A continuacién presento una sintesis de los dias intermenstruales (de la menstruacién correspondiente al 13 de enero): Viernes 22: temor a las relaciones sexuales. Sabado 23: gran inquietud, estuvo despierta hasta las 3 de la mafiana con panico a las alimafias y oyendo ruidos extrafios. Domingo 24: la misma inquietud y ansiedades. Lunes 25; acto sexual con mucho miedo y sin orgasmo. Martes 26: mas tranquila. Miércoles 27: la situacié6n va mejorando, El jueves 4 de febrero con seis dias de adelanto se presenté la menstruacién, oigdmosla: “Poco después se me presenté la regla, se me ade- lant6é un montén de dias, en la noche tuve suefios muy raros: entraba a un cuarto de bafio en compafiia de una tipa, no sé quien seria pero vomitaba en una forma horrible. Cerca del lavabo donde ella volvia el est6mago yo habia colocado mi sombrilla, veia que en uno de los esfuerzos que hacia para vomitar iba a bahar mi sombrilla con toda esa porqueria. Yo le decia: espérate, espérate, déjame quitar mi sombrilla, pero era tarde, todo aquel vémito inmundo caia en mi sombrilla, primero en el mango y después en el resto. Yo tenia diarrea y habia que ver cémo quedaba aquel bafio. También esa misma noche sofié me en- contraba un ratén y un perro chiquititos, eran recién nacidos, yo los guardaba en una bolsa y los dejaba protegidos”, Durante la menstruacién, al haber desaparecido RELACION MADRE-HIJA Al cabalmente la posibilidad de repetir la relaci6n ma- dre-hija, siente que todos sus contenidos son expul- sados, se siente aliviada y la posibilidad de adquirir niveles de integracién en los que aparecen formacio- nes reactivas de cuidados y mimos a ratones y perritos se hacen factibles. Durante los dias menstruales la paciente es particularmente coprolalica en el curso de sus sesiones, también en esos dias sus fantasias y excitacién sexuales son intensas: se ve en casas de prostitucién con hombres y mujeres en plena orgia. Los sintomas presentes en la menstruacién se estruc- turan en la identificaci6n con un hermano mayor intensamente alcohdlico con el que tuvo juegos sexua- les en su infancia. En estos dias se siente mareada y particularmente hinchada; tal y como veia al her- mano a quien cuidaba cuando alcohdlico Megaba a la casa. Este hermano, asi como los restantes miembros de la familia, no se atrevian a rebelarse contra la madre sino cuando estaban borrachos. La paciente tiene un acentuado parecido fisico con el hermano con quien jugaba sexualmente. Durante la menstrua- cién no existe peligro de jugar sexualmente, de exci- tarse, de afrontar a los demas, a la madre, pelear con ella, porque la posibilidad de que la relacién con su madre se repita —en ella con el hijo— es nula. Por eso se siente capaz de insultar, de decir malas pala- bras, etc. Tanto los dias que preceden a la menstrua- cién como durante ella, el miedo a las alimafias desaparece. La hostilidad que sintié hacia la madre por las ofensas y agravios que de ella recibid, se encuentran dinamicamente presentes y operantes autoplésticamen- te a través de las vicisitudes del ciclo sexual: “me sigue pareciendo injusto lo que hicieron de mi y nece- sito descargarlo con alguien. Soy muy _ rencorosa, siempre recuerdo a mi mama con resentimiento y hago comparaciones acerca de cémo son otras madres, aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 44 EL UNIVERSO FAMILIAR de la corriente, era terrible, me desperté la angustia de que la lancha se pudiera voltear”. Ese dia me habla de que sus conocidos discutian hace afios, antes de que se enfermase, quién seria la de ojos mas bellos en la familia, si la paciente o su hermana. Unos se inclinaban por los ojos de una y otros por los de la otra. Cuando se iniciéd su enfer- medad (inicio vinculado a su primer noviazgo) los ojos se le saltaron, la cara se le hinché y*empezaron a aparecerle arrugas en el rostro. La cara de belleza inalterable de la hermana era para la paciente un signo de virtud. En un plan profundo, las dos perso- nas del suefio son tanto ella como su hermana asi como dos aspectos distintos de la misma paciente: una que niega el peligro del embarazo y de la vida sexual tumultuosa (un torrente) y la otra que ha sufrido sus inclemencias. Para la paciente embarazarse es afearse y deformarse fisicamente. Asi pues, hay dos aspectos en la paciente, una que no teme el torrente © que por lo menos trata de negar el miedo mante- niéndose incédlume y bonita y la otra que responde con ansiedad y temor ante los peligros de la corriente que puede inundarla, el esperma que Ilena su casa, es decir ella misma inundada por semen fecundante. En el andlisis de sus temores descubrimos que no fue sino hasta su matrimonio cuando aparecié el panico a las cucarachas; lo racionalizaba diciendo que en su casa de soltera no existian esos insectos. Paulatinamente recordé que antes de casarse se habia enfrentado a ellas sin tener una reaccién despropor- cionada, A diferencia de su padnico a las cucarachas, sus edemas se iniciaron con bastante anterioridad al matrimonio; la cronologia de los mismos fue como sigue: su primer novio, frio, seco, poco carifioso, tra un hombre cuyo temperamento la mantenia a salvo de sus propios instintos; con él nunca tuvo edemas. Estos se hicieron extraordinariamente intensos cuan- do con un segundo novio el acercamiento sexual fue RELACION MADRE-HIJA 45 intenso, aun cuando sin mantener relaciones sexuales. No obstante ello, la enferma se sentfa extraordina- riamente culpable. Cuando rompié con él, la mejo- ria se hizo ostensible. Meses después fue de vacaciones a provincia. Alli entablé una relacién amorosa que culmind con el acto sexual; éste se llevé a cabo en cir- cunstancias por demas traumaticas: fuga, hotel, etc. A los pocos dias presentaba una quiebra casi psicd- tica, Fue entonces cuando entablé contacto con ella. Bien pronto se-presenté una seudociesis. La hincha- zon del vientre era marcada, aparecieron mareos y otros trastornos que simulaban un embarazo. La pa- ciente rapidamente se recluyé en su casa, dejé de coquetear, de arreglarse, de lucir y los edemas empe- zaron a disminuir. Mas adelante tuvo otro novio ex seminarista, totalmente reprimido, incapaz de nin- guna iniciativa sexual y que al decir de la paciente era “su angel de la guarda”. Meses después cuando inicié una nueva relacién después de romper la an- terior, los edemas se intensificaron. Poco después se casé6 y cuando empezé el temor a embarazarse se inicié el panico a las cucarachas, La paciente asi nos explica lo que para ella sig- nifica el embarazo: “‘en realidad el embarazo era para mi, usted ya lo sabe, perder completamente el atractivo fisico (identificarse con la madre odiada), no puedo imaginar de madre modelo a una actriz. Quiza todos los rasgos fisicos feos de mi madre los haya atribuido a los embarazos y a la maternidad. Ella nos decia que los hijos la habian acabado y des- compuesto. Me acuerdo que decia “yo era preciosa, preciosa, con un pelo y unos ojos que habia que ver, ahora ni me reconozco”. Las palabras de la madre objetivaban las fantasias inconscientes de la paciente, segtin las cuales la dafiaba y destruia. Conforme la terapia prosiguié, los suefios angus- tiosos durante el intermenstruo se fueron mutando. Por ejemplo, he aqui uno sofiado con posterioridad 46 EL UNIVERSO FAMILIAR en un dia 13: “estoy encinta, veo mi panza ya bien grande pero completamente tranquila, mas adelante estoy sentada frente a frente con usted, estamos en anilisis, al rato me veo besindolo y pienso que son muy sabrosos los besos que usted me da, mas adelante estoy en un excusado y usted me dice con mucha ternura: ‘anda, haz tu caquita’.” Hay hechos que es importante sefalar. Parece que por primera vez, después de 5 afios de terapia, se encuentra excitada sexualmente en el intermenstruo; también en esta ocasién, el temor a las alimajias, presente en otros intermenstruos, ha desaparecido. Coincidiendo con su ovulacién tiene el suefio de embarazo antes descrito; siguiendo sus concepciones infantiles, yo la beso y al besarla la embarazo, con ternura la ayudo a parir pidiéndole que eche la caquita. En el determinismo de las alimafias como recurso utilizado para expresar un temor inconsciente se en- cuentran multiples determinismos ademas de los obviamente simbdlicos, a saber: Para ella los esper- matozoides son como las sabandijas, abundantes, mi- croscépicos y se meten por los genitales, La cucaracha, en este contexto, le produce panico por una doble conexién asociativa: su identificacién con el esper- matozoide y los miles de hijos que procrea. En los momentos fértiles del ciclo, el temor a los insectos aumenta, vaginalmente se cierra y ante el te- mor de que le penetren los espermatozoides no puede permanecer en situacién pasiva. Tiene que expulsar- los con su actividad o simbdlicamente a través de la miccién, Corroborando lo anteriormente expresado, nos en- contramos con las asociaciones de la paciente en ocasiones de retrasarse la menstruacién en forma pro- longada: “mi temor es cada vez mayor, ya no sola- mente temo que se metan cucarachas sino ratas y cu- lebras. Hace unos dias habia un ratén en mi cuarto, aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. RELACION MADRE-HIJA 49 dio pese a que en la conducta para con sus hijas y en la vida era la negacién de todo aquello que fomen- taba: dependiente, sometida, abnegada, poco arre- glada y nada instruida. Cuando sus hijas expresaban actitudes femeninas o socialmente consideradas como tales, mostraba desagrado. No las dejaba coser, tam- poco cocinar ni ocuparse de la casa. La paciente se habia forjado una imagen negativa de la maternidad. Esa imagen se habia fomentado en la casa, tan es asi que un hermana mayor fue estéril con fuertes trastor- nos menstruales y los matices de la paciente en rela- cién con estos rasgos de la madre seran objeto de nuestra descripcidén. La conducta de la madre condicioné que la paciente se sintiera torpe y tonta en las labores domésticas o en las culinarias; le impuso severos temores acerca de la sexualidad. Cuando por segunda vez se emba- raz6, le sugiriéd las conveniencias de abortar, La pa- ciente siempre tuvo la idea de ser producto de un error en las técnicas anticonceptivas de sus padres. Sentia que no se toleraban sus caracteristicas feme- ninas y que la madre solamente estaba contenta cuan- do realizaba lo que hubiese deseado hacer y que las circunstancias le impidieron: todo menos madre. Esta actitud primitivamente externa, ulteriormente se internalizé y era la responsable de movilizaciones defensivas en todas aquellas ocasiones en que la pa- ciente deseaba ser mujer. En el curso de sus sesiones, sus movimientos defensivos eran claramente osten- sibles. Cuando en ocasiones el deseo de tener un hijo se hacia muy intenso, (tercer hijo que en su fantasia era mujer), se defendia de mi —que en la relacién transferencial la apoyaba en su femineidad— hablan- dome de aspectos de su trabajo y de situaciones pura- mente intelectuales. Al poco tiempo de iniciarse su andlisis, también defensivamente, la menstruacién fue siendo mas frecuente, el lapso entre una y otra fue cada vez mas breve hasta llegar a ser de 28 dias, Curarse 50 EL UNIVERSO FAMILIAR transitoriamente de su trastorno tenfa como finalidad eludir el andlisis y la investigacién profunda del sintoma. El material intelectual que presentaba en sus sesio- nes se interpreté como defensa sistematica para elu- dir situaciones emocionales mds profundas que la pudieran poner en contacto conmigo, Temia vincu- larse afectivamente a mi y expresar sus necesidades: ser apoyada, cargada y mimada; los vinculos que esta- blecia eran intelectuales y desprovistos de afecto. Cuando los sentimientos biasicos de la paciente se hicieron evidentes, empezamos a analizar algunos ele- mentos instintivos y emocionales mezclados con la situacién defensiva y que hacian irrupcién a través de ella. En este momento, la menstruacién una vez mas se empezé a retrasar y concomitantemente al sin- toma somatico aparecié una grave crisis de depresién acompariada de Ianto; fantaseaba un embarazo pese a que durante todo el mes habia usado medidas anti- conceptivas. Mas tarde empezé a olvidar su diafrag- ma siendo el marido quien le recordaba la ausencia de él o le indicaba el sitio en que lo habia dejado. El matiz de la depresién era similar al que tenia en la relacién con sus hijos, en particular cuando éstos la rechazaban. Compulsivamente, a pesar de los antecedentes sefialados, la paciente no descartaba la posibilidad de estar embarazada; se manda a_ hacer reacciones de laboratorio y no es sino hasta que reci- be la negatividad de las mismas, cuando aparece la menstruacién. En el intermenstruo, y sin que por ese entonces lo ligaramos a la ovulacién, tuvo un pleito con el marido en e] que la motivacién no era clara; él le dio una cita a la que ella llegé tarde; sin gran enojo, él se lo hizo notar. La reaccién de ella fue despro- porcionada. La situacién era para mi tanto mas extrafia cuanto que en general ella no presentaba ese tipo de reaccién. RELACION MADRE-HIJA 5h En el siguiente intermenstruo tuvo un suefio en el que me veia muerto en Veracruz, a la orilla del mar, lloraba intensa y desesperadamente; la gente le hacia ver que en realidad no habia perdido sino un analista y que bien podria conseguir otro, En el curso de su suefio pensd no volver mds con un ana- lista hombre y decidié ver a mi mujer, la cual debia ser buena analista ya que se habia Ievado bien con- migo durante tantos afios. Ademds pensaba, en el curso del suefio, que a las mujeres les importa la parte de abajo del cuerpo y no la de arriba. Justamente en la sesién anterior me habia traido material de naturaleza intelectual al cual yo Ie ha- bia prestado atencion, sin darme cuenta de la intensa naturaleza defensiva del mismo. Salié descontenta y muy deprimida, Al analizar el contenido manifies- to del suefio, me sorprendia que la hostilidad hacia mi y la sensacién de ser abandonada emergieran tan facilmente. Me daba cuenta que atrés de dicho ma- terial existian contenidos mds profundos. Existian circunstancias que me habian hecho seguir la pista de sus trastornos menstruales y de su ciclo; durante las sesiones correspondientes a su ultima menstrua- cién una y otra vez habia cometido el lapsus de decir trastornos de mi embarazo en lugar de trastornos de mi menstruacién. Parecia que con el retraso de su menstruacién en el mes anterior traté de negar en forma maniaca, la falta de “reparacién” de un embarazo y entonces lo fantaseaba, hacfa un esbozo de seudociesis, retrasaba la regla, iba al laboratorio y a pesar de la inyeccién de fuertes dosis de prepara- dos glandulares, la menstruacién no aparecia. Empe- zabamos a darnos cuenta del enojo hacia el marido, estaba profundamente enojada con él por no emba- razarla, por encontrarse ovulando sin que él le diera la posibilidad de utilizar ese é6vulo para formar una hija. En el intermenstruo en el que aparece el suefio aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. RELACION MADRE-HIJA 53 terapéutica sustancialmente mutativa, en que la fun- cién endégena dejaba de actuar, para prevalecer la relacién externa con el terapeuta. En un momento de su terapia, las necesidades re- gresivas vivenciadas autoplasticamente en el sintoma y retraso menstrual, empezaron a expresarse aloplasti- camente en la relacién transferencial, El édvulo (con el cual estaba identificada proyectivamente) habia dejado de ser ella misma; yo asumia los papeles ma- ternales que antes ella se habia asignado en la pan- talla del ciclo. Desde esta posicién en la que existian grandes deseos de ser tratada como una nifia, mimada y cuidada, desde la que se pedia que la acariciara pasando mi mano por su frente, empezd a madurar. FE] andlisis de la paciente se interrumpidé un afio des- pués; el trastorno sintomdtico por el cual se habia acercado la paciente a andlisis habia desaparecido, la caracterologia solamente habia mutado levemente. En el Ultimo mes de anilisis, en la ovulacién correspon- diente a ese intermenstruo y sabiendo que existia una fecha fija para la terminacién de la terapia, se embaraz6. Nueve meses después tuvo una nifia, pri- mera hija mujer después de dos hijos varones. Muy posiblemente, el significado del embarazo tuvo una connotacién maniaca, para elaborar la depresién con- secuente a la interrupcién precoz y no consolidada de la terapia; lo cual no le resta genuinidad al tipo especifico de defensa utilizada. Hemos utilizado muy especificamente y propositi- vamente los casos anteriores para objetivar cémo pue- de ser utilizado el ciclo gonadal en dos tipos de mujeres con diferentes posibilidades defensivas y di- versos grados de patologia mental, En la primera, la ovulacién (en funcién de la in- tensidad patolégica de la relacién con la madre) era vivida con panico, los contenidos hostiles y destruc- tivos de su primitiva relacién se actualizaban y ope- raban en sus sintomas y en sus suefios. La posibilidad 54 FL UNIVERSO FAMILIAR de embarazarse tenia connotaciones siniestras, que a toda costa evitaba, Las manifestaciones sintomaticas, transferenciales y oniricas seguian —de acuerdo a su pasado— el ciclo gonadal y lo utilizaban para apo- yarse en su pantalla. En la segunda paciente, los montantes de hostilidad en la primitiva relacién con la madre, eran menores, la necesidad de reparar aun estaba preservada y en ella embarazarse era re- parar los aspectos negativos de la madre mala, Tam- bién en este caso las modificaciones sintomiaticas, del humor, de los suefios y de los sintomas, utiliza- ban e incluso modificaban el ciclo gonadal para ex- presarse a través de él. El objeto de este articulo ha sido enfatizar en la mente de los analistas la importancia del ciclo perié- dico presente en la mujer, la utilizacién del mismo para proyectar sobre él relaciones de objeto tempra- nas y por ultimo tenerlo presente en el movimiento transferencial como una constante prototipica parti- cularmente importante. REFERENCIAS: 1. Freud, S., Introduccidn al psicoandlisis, tomo 2, en Obras completas, vol. v, Editorial Americana, Buenos Aires, 1948. Nuevas aportaciones al psicoandlisis, en Obras completas, vol. xvi, Editorial Americana, Buenos Aires, 1943. 2. Deutsch, Helen, The psychology of women, Grune Strat- ton, Nueva York, 1945. 3. Horney, Karen, The denial of the vagina, en Int. Journ. of Psychoan., vol. xiv, nim. 1, 1933. The flight from womanhood, en Intern. Journ. of Psychoanal., vol. vu, 1926, 4. Mead, Margaret, Adolescencia y cultura en Samoa, Edi-| torial Abril, Buenos Aires, 1945. | 5. Klein, Melanie, El psicoandlisis de nifios, Biblioteca de Psicoanalisis, Buenos Aires, 1948. Contributions to RELACION MADRE-HIJA 55 Psychoanalysis, Hogarth Press, 1950, Love, hate and reparation, Hogarth Press, 1953. Envy and gralitude, Tavistock Publications, 1957. 6. Langer, M., Algunas aportaciones a la psicologia de la menstruacién, Patologia Psicosomatica, Biblioteca de Psi- coanilisis, Buenos Aires, 1948. Maternidad y sexo, Edi- torial Nova, Buenos Aires. 7. Benedek, T. y Rubinstein, B., El ciclo sexual de la mujer, Biblioteca de Psicoandlisis, Buenos Aires, 1945. 8. Daniels, G., An approach to psychological control studies of urinary sex hormones, a report on three menstrual cycles, en Am. Journ, of Psychiatry, vol. 100, nim. 2, septiembre, 1943. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. ENDOCRINOLOG{A Y MEDICINA PSICOSOMATICA 57 los elaborados del pensamiento filosdfico hasta los relativamente simples de la enfermedad. El hombre, ante las tensiones que le plantea su transito vital, responde con manifestaciones de las mas diversas; la expresién estética, el trastorno de caracter, la enfer- medad, la manera de relacionarse con los demas, son algunas de las multiples maneras de responder al es- timulo que las condiciones externas plantean. Los intentos compulsivos realizados para compren- der al hombre y a su enfermedad en términos de qui- mismo y de conduccién nerviosa han fracasado rotun- damente para explicarnos la conducta teleoldgica del hombre en su ambiente y en sus circunstancias, Toda esta serie de hechos trajeron como consecuencia la necesidad de acufiar y de hacer digeribles para el mé- dico y el campo de la medicina, hasta entonces reacios a cualquier intromisién, una concepcién ad usum delfini. La expresién MEDICINA PSICOSOMATICA, venia como anillo al dedo. Sin embargo, el término y el concepto se utilizan de la manera mis disimbola. Para algunos, medicina psicosomatica es la influencia que los factores soma- ticos ejercen en el psiquismo de un sujeto. Seguin este criterio se habla del estado mental de los tuber- culosos, de las embarazadas, de las puérperas y del cardiaco. Segtin este mismo concepto se trata de comprender las manifestaciones psicoldgicas de la pubertad o de la menopausia como el resultado en el psiquismo de ciertas alteraciones glandulares. En otras ocasiones, en forma vaga, el médico usa el término para expresar que hay factores que él ignora en la génesis y patogenia de determinados trastornos que descubre en forma somatica y a través de sus ins- trumentos de exploracién y diagndstico; es asi como expresa que la ulcera gastrica es un padecimiento que cae en el terreno de la medicina psicosomatica o que la hipertensiédn tiene aspectos y componentes de naturaleza psiquica. Cuando interrogamos al médico 58 FL UNIVERSO FAMILIAR acerca de sus conceptos sobre el tema, nos expresara, que la vida moderna... que el ritmo de nuestra cul- tura contempordnea... etc. Haciendo medicina psico- somatica, actuara con una conducta benevolente a través de la cual dara consejos que el enfermo habi- tualmente no podrd seguir: repose, no trabaje en exceso, tome las cosas con calma, etc. Yo creo que si queremos abordar las cosas en forma cabal, tenemos que partir de un punto de vista que nos permita uniformar el lenguaje y los conceptos vertidos. Para ello trataré de esquematizar cual es el desarrollo del ser humano y como pueden influir factores ambien- tales sobre su personalidad, factores que ulterior- mente van a expresarse en una alteracién de Ja fun- cién. Las necesidades basicas del ser humano al nacer, si no idénticas, por lo menos son parecidas, No obs- tante ello, cuando encontramos al sujeto maduro y adulto, uno serd anoréxico, el otro tendra un ape- tito devorador, uno quijotescamente flaco y el otro sanchopancescamente obeso. Una mujer sera hiper- fértil y concebira apenas el semen toque sus labios, la otra sera estéril a pesar de todos los procedimien- tos médicos, quirurgicos, etc, La una, con su matriz en retroversién, se embaraza facilmente y retiene el producto, la otra, con igual retroversidn, no se em- baraza y no bien lo hace el producto se desprende una y otra vez como prendido con cera de Campeche. El médico, afecto a establecer relaciones de continuidad, no bien se encuentre ante la estéril e infértil expre- sara “es necesario operar con el objeto de corregir la mala posicién”. Haciendo uso de su psicoterapia armada, quirurgica e instrumental y procediendo ade- mds de buena fe, motivo por el cual la psicoterapia tendra mas efecto aun, estar4 autorizando a la pa- ciente a través de un rito similar a la limpia, pero mas complejo y aséptico, a transformarse en una mujer fecunda. Hemos expresado que las necesidades bdsicas del ENDOGRINOLOGIA Y MIDICINA PSICOSOMATICA 59 ser humano son bastante parecidas; sin embargo, al ponerse estas necesidades en contacto con las perso- nas o las situaciones del medio ambiente susceptibles de satisfacerlas, se van a moldear de acuerdo a la con- ducta que las personas tienen para con las necesidades. Si enfrente de las necesidades de carifio y apoyo que el ser humano tiene, la persona encargada de satis- facer la necesidad responde en forma violenta o frus- tradora, la necesidad se va a moldear y adecuar a la manera de ser de la persona u objeto directamente relacionado con la necesidad. Para que en nuestra terminologia seamos capaces de entendernos, expre- saré que hasta ahora he introducido dos términos de nuevo curio: necesidad bdsica, término que en si mismo se define y objeto, o sea aquella persona encar- gada de entrar en contacto con la necesidad. La con- ducta de un sujeto sera la resultante de Ja interac- cién entre necesidades y objetos. El tema de la obesidad,. problema endocrinoldgico, nos viene como anillo al dedo a manera de explica- cién de los conceptos sefialados. En la historia fami- liar del obeso encontramos en forma sistematica la presencia de una madre sobreprotectora en lo que se refiere a las necesidades alimenticias del nifio, y frus- tradora en cuanto a la necesidad que el nifio expresa en edad mas avanzada con respecto a su conducta motora. En la organizaci6n familiar del obeso la figura paterna habitualmente es una figura débil. El nifio, en el momento de su nacimiento, centra la mayor parte de sus ligas y relaciones con el mundo que le cir- cunda a través de la madre y mas especificamente a través dé los cuidados y alimentos que ésta le brin- da. Una madre que por sus propias ansiedades expe- rimenta alivio cuando el nifio come, cuando come no sélo para satisfacer sus necesidades sino para cal- marle su ansiedad, es una madre que le dara al nifio una sobreproteccién o sobreestimulacién en una de- terminada necesidad. Sera una madre que se satisfaga 60 FL UNIVERSO FAMILIAR con el apetito del nifio, con su aspecto exterior de nifio bien nutrido. Si cuando el nifio pasa de esta etapa a la de la necesidad de expresarse a través de una con- ducta motora, moviéndose, sentindose, andando, etc., la madre, también por su ansiedad, limita la expresién de esta necesidad, es decir, si es frustradora para con ella, el nifio habra incorporado dentro de si en for- ma automatica una pauta de conducta, impresa por la madre, que a grandes rasgos la podriamos esque- matizar con una frase bien conocida que caracteri- zaria a este tipo de madres: nifio come pero no te muevas 0 nivio, come pero estate quieto. Es decir: la caracterologia de la madre, modelada por sus ansie- dades, va a ser permisiva para el nifio en un area y frustradora en la otra. Este nifo pronto aprende que cuando come encuentra el amor de la madre y que cuando se mueve ocasiona su desaprobacién. En estos tempranos afios lo que mas le importa al nifio es conservar el amor y aplacar la hostilidad de los objetos que le rodean. Cuando el niiio se hace adulto, de la misma manera que incorpora el lenguaje ma- terno, hablando espafiol si la madre lo habla y chino si su progenitora lo es, también habra incorporado esta manera de reaccionar, es decir comera ante cual- quier tensién porque esa fue Ja manera como en su infancia se le permitié derivar su tensién y ansiedad. Cuando la madre impide la expresién motora y a la vez no facilita la vehiculizacién de las tensiones en el nivel alimenticio, facilita que la agresién y la impulsién motriz tomen vias de expresién extrapira- midal, dando margen a la expresién de la corea de Sydenham, con o sin infeccién reumdatica. De nada servira que el médico imponga dietas, restricciones alimenticias y ejercicios si su conducta se opone a las pautas impresas por la madre; el paciente una y otra vez pasard por encima de sus prescripciones, dado que seguirlas implica basica y sustancialmente perder el aprecio de la madre, ahora ya no presente en el ex- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You 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LA MELODIA EN LA COMUNICACION 141 sucede, que la infancia del ser humano va a deter- minar el cardcter de todas sus experiencias tardias. Fue en ese contexto en el que usamos la frase “in- fancia es destino’. Intercambiando puntos de vista al respecto, e impresionados masivamente por las ca- racteristicas resefiadas, José Luis Gonzalez y el que suscribe acufiamos una frase, motivo de un trabajo por parte de Gonzalez, denominado La neurosis y el Bolero de Ravel. El tema de la composicién musical se repite un numero indeterminado de veces; los aspectos forma- les cambian, pero la estructura melédica persiste ob- sesionante, abrumadora y desesperantemente. Asi la relacién del objeto, la defensa, la sefial de alarma y su disparo, y la distancia o lejania son desesperada- mente repetidas. Eso nos ha Ilevado a decir en algun trabajo que “la conducta es un trozo de historia”. En los momentos actuales dirfamos atin mds que “la con- ducta es la expresién, no de un trozo sino de toda la historia del sujeto”. Estos puntos de vista se encuen- tran en total acuerdo con la evolucién de nuestro pensamiento tedrico en los ultimos afios. La formu- lacién de este pensamiento en parte es debida a Mon- tafio,5 quien verbaliza su pensar, el cual hago propio, sefialando que la conducta, visualizada en sus multi- ples dimensiones, histérico genética, nivel de concien- cia, grado de adaptacién, etc., se inicia por un grado de organizacién primaria al cual se le puede dar ar- bitrariamente el valor de “unidad de organizacién”. De este punto inicial la conducta va mostrando gra- dos de organizacién crecientemente complejos. La re- gresién, tanto normal como patoldégica (suefho o psi- cosis), representa niveles de organizacién mas arcaicos, menos adaptativos y de menor grado o nivel de con- -ciencia. Estas caracteristicas del proceso regresivo o temprano, hacen que el lenguaje con el cual se expre- sa, tenga determinadas calidades, las mismas que el yo poseia, para manejar los problemas en esos niveles de aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have 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Los ensayos sobre teorfa y técnica psicoanalitica que forman este libro llevan el titulo de Infancia es destino porque parten de uno de los conceptos mas acendrados dentro de la practica como psicoanalista del autor. El troquel temprano, la infancia, imprime su sello a los modelos de comportamiento tardio; en otros términos, praxis es devenir, o la infancia es el destino del hombre. La conducta en forma reiterada, estereotipada y constante, se repite. Santiago Ramirez ha publicado ensayos sobre neurologia, psicologia, psiquiatria y psicoandlisis, entre los que destacan E/ mexicano, psicologia de sus motivaciones, Esterilidad y fruto: psicologia de la funcién creadora, Antropologia cultural (en colaboracién con Diaz Conty), asi como la compilacién junto con el Dr. Valner aparecida bajo el titulo Psicoandlisis: la técnica. ISBN 968 23 1 Ill 15 lo intiuno: » AR

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