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MODOS Y SISTEMAS DE REPRESENTACIÓN

Una teoría que recoja los diferentes modos mediante los cuales puede representarse un
objeto puede servirnos para dar un sentido unitario a las diferentes disciplinas que gravitan
en torno al concepto de dibujo, esto debería ayudar al estudiante a comprender no solo el
sentido de cada programa de asignatura en particular, sino también a clarificar las
relaciones que se dan entre las diferentes asignaturas que tienen al dibujo como
herramienta y como fin. Sucede con frecuencia que el estudiante se muestra confuso ante
la proliferación de propuestas que se le hacen en torno al dibujo, y no tanto porque estas
estén mal planteadas o no se hagan explícitas como por la dificultad propia de construir en
su mente el objeto específico al que se dirigen aquellas. No sólo los planteamientos son
diferentes en cada caso, también las herramientas y los usos a los que se ofrecen estas, el
dibujo, el trazo, los objetos a representar, el utillaje técnico, los propios criterios de
evaluación, etc. difieren presumiblemente tanto en dos asignaturas tales como Dibujo y
Sistemas y Anatomía que le puede costar entender que ambas disciplinas formen parte del
mismo entramado que tiene como fin su formación como dibujante. Una teoría general de
la representación puede hacerse cargo de tales premisas y así tratar de racionalizar (o al
menos arrojar alguna luz) sobre lo que de común tienen asignaturas tan dispares al
presentar la práctica del dibujo ya no al modo de un “manual de instrucciones”, sino como
el resultado final de diferentes aproximaciones, complementarias entre sí, que tienen un
mismo fin: suministrar las herramientas necesarias para traducir la realidad en los términos
de un material determinado.

OBJETIVOS
.- Estudiar las diferentes posibilidades que se tiene a la hora de representar un objeto,
partiendo de una teoría general del signo propuesta en clase.

.- Establecer los criterios y convenciones que rigen los diferentes medios de


representación.

.- Elaborar una teoría del objeto como artefacto cultural (es decir, como material cargado
de connotaciones simbólicas).

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.- Estimular la imaginación del estudiante invitándole a tomar una mayor conciencia del
objeto a dibujar mediante una aproximación más “física” a este, que le permita una mayor
riqueza de mediciones y conocimientos previos del objeto a dibujar.

ACTIVIDADES A REALIZAR
Clase teórica de hora y media de duración, en la que se describen las diferentes vías que
van desde el objeto a su representación, así como las características diferenciales de cada
una de ellas. En todo caso se trata de una aproximación global al problema de la
representación gráfica, dejando los aspectos más arduos para más adelante, cuando el
alumno curse asignaturas más específicamente teóricas (Semiología, Antropología, etc.).

Una vez impartido el apartado teórico, al alumno se le pide que traiga de su casa un
determinado objeto que, por sus dimensiones y características, sea fácilmente manipulable
a la vez que complejo en detalles (un cepillo de dientes, un despertador, un antiguo
juguete, cualquier objeto puede ser válido en este punto). A continuación se le plantea que
trate de representar el objeto seleccionado de todas las maneras posibles de acuerdo a
signos pertenecientes a las tres categorías descritas (iconos: dibujos, dibujos coloreados,
fotografías, esquemas, dibujos geométricos basados en sistemas de representación, etc.),
índices (huellas del objeto, improntas)1 y símbolos (determinación de todo el caudal
semántico adherido al objeto y sus definiciones). Los procedimientos a utilizar, así como
los materiales y los soportes, son totalmente libres, el ejercicio se desarrolla en el aula con
el fin de que cada alumno pueda seguir las evoluciones de sus compañeros de clase y
enriquecerse mutuamente con nuevas experiencias.

Para este tipo de ejercicios es importante la elaboración previa de croquis y bocetos, se


trata de familiarizarse en primer término con las características del objeto sin olvidar o
desechar ninguna. La fase final de ejercicio se desarrolla a modo de puesta en común y
debate en grupo de los resultados obtenidos. Se tratará de centrar la discusión en dos
cuestiones:

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Al tema de la representación mediante el uso de “índices” (huellas, improntas) dedicamos uno de los
capítulos del curso, con su teoría y ejercicios propios (véase más adelante “9.3. EL DIBUJO COMO
HUELLA DEL OBJETO”) .

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A.- Que las posibilidades de cada representación están siempre limitadas a las
posibilidades materiales del medio mismo y que, por ello mismo, ninguna de ellas por
separado es capaz de registrar en su conjunto la riqueza del modelo, que siempre
aparece dispuesto a nuevas representaciones.

B.- Que cada modelo de representación “construye” su propio objeto en el marco de esto
mismos límites, seleccionando aquellos que les son más propicios y convirtiendo todos los
demás en no pertinentes, así el dibujo al carboncillo propicia la representación del
claroscuro mediante el uso de la mancha, pero se muestra más inapropiado para utilizar la
línea o el color , una fotografía en blanco y negro nos informa de la calidad y calidad de los
contrastes, de la nitidez o difusión de los contornos, pero no necesariamente el tamaño o
densidad de los cuerpos que representa, etc.

Duración total: 8 horas (1-1/2 teóricas-6-1/2 prácticas)

MATERIALES A UTILIZAR
De libre elección por parte del alumno.

CONTENIDO TEÓRICO
MODOS DE REPRESENTACIÓN. ICONO, ÍNDICE Y SÍMBOLO
Para nuestra asignatura, un “proceso de configuración” se inscribe en un modelo más
general que comprende no sólo prácticas concretas, como el dibujo o la pintura, sino que
describe también el modo en que nuestro cerebro, nuestra imaginación y nuestras
adquisiciones culturales se articulan a la hora de elaborar un determinado mensaje. Todo
ello se plantea dentro de una teoría activa en la que el objeto a representar no es previo a la
representación como tal, sino que en cierto modo es producido por aquella. Así, un sistema
regido por un modelo icónico debe hacerse cargo de todas las convenciones ligadas al
concepto de semejanza (criterios de selección, perspectiva, encuadre, etc.), lo que dará
como resultado una imagen que será más o menos “realista” en razón de su mayor o menor
adecuación a un modelo previo de representación; a diferencia de una representación
fundamentada en el uso de índices (huellas, improntas) que, no buscando tanto el parecido
con el objeto como la proximidad física (causal) con éste, nos informará sobre aspectos del
objeto tales como su textura, peso, singularidad, etc.; por último, una representación
simbólica del objeto nos informará sobre toda la serie de convenciones -de uno u otro tipo-

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que han venido sumándosele hasta construirlo como objeto culturalmente determinado.
Iconos, índices y símbolos son, pues, tres maneras de acercamiento al objeto que, en cada
caso, nos hablan de aspectos diferentes de tal objeto y, en consecuencia, “construyen” a
aquel como referente propio.

SISTEMAS DE REPRESENTACIÓN. PERCEPCIÓN, CONOCIMIENTO Y


DESCRIPCIÓN
También nos interesará considerar las tres diferentes maneras a través de las cuales
podemos representar un objeto cualquiera a partir de un modelo icónico de representación.
Estas corresponderán con una visión fundamentalmente perceptiva, sensorial; con una
visión intelectual, globalizadora del objeto o, por último, con una visión parcializada,
analítica, asimismo, sumamente intelectual. Estos tres sistemas de representación (que lo
serán también de entendimiento del objeto) los definiremos como basados en la
percepción, el conocimiento o la descripción.

Probablemente un sistema basado en la percepción sea el menos exacto y menos adecuado


para cualquier comunicación mensurable, pero sus capacidades denotativas y las
posibilidades de expresión que conlleva aproximan eficazmente al espectador a la idea
global del objeto representado. La fotografía de un objeto, o un dibujo de perspectiva
cónica son ejemplos de este primer sistema de representación.

Los otros dos sistemas a los que hemos aludido corresponden a situaciones en general
sumamente convencionalizadas, en las que tanto el emisor como el receptor asumen una
representación más intelectualizada. La ventaja o utilidad de este modelo se revela en el
campo de lo medible, de lo directamente mensurable. La visión sintética del conocimiento
encontrará un instrumento adecuado en el sistema axonométrico, mientras que la voluntad
descriptiva se expresará muy bien en un sistema diédrico de representación.

Txema Franco Iradi


Bilbao, Enero del 2004

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BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
AUMONT, Jacques (1990), La imagen, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona, 1992.
CARRASCAL, Ana, Aproximación interdisciplinaria a la imagen visual, Bellaterra,
Facultad de Ciencias de la Información, Barcelona, 1983.
GUBERN, Román, La mirada opulenta. Exploración de la inconosfera
contemporánea, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1987.
MONTERO, Fernando, Objetos y palabras, Fernando Torres Editor, Valencia, 1976.
PANOFSKY, Erwin (1955), El significado en las arte visuales, Alianza Editorial,
Madrid, 1979.
PEREZ CARREÑO, Francisca, Los placeres del parecido. Icono y Representación,
Visor, Madrid, 1988.
VV.AA., Imagen y lenguajes, Editorial Fontanella, Barcelona, 1981.
ZUNZUNEGUI, Santos, Mirar la imagen, Servicio Editorial Universidad del País
Vasco, Zarauz, 1984.

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