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Somos hijos de Dios, y como tales se nos ha dejado al Espíritu Santo
para que podamos comunicarnos con Dios. Ahora podemos escuchar la
voz de Dios porque somos sus ovejas y Él es nuestro Pastor.
Lamentablemente muchas veces nos damos cuenta que hemos dejado
de percibir su voz. No que Dios no quiera hablar, El siempre está
interesado en hablarnos, pero por ciertas razones dejamos de escuchar
Su voz.
El dejar de depender del Espíritu Santo es peligroso porque
comenzamos a depender de nuestra alma y de lo que hemos
aprendido religiosamente, lo cual nos puede llevar a caer en el
humanismo, el legalismo o misticismo.
Somos hijos de Dios, y como tales se nos ha dejado al Espíritu Santo
para que podamos comunicarnos con Dios. Ahora podemos escuchar la
voz de Dios porque somos sus ovejas y Él es nuestro Pastor.
Lamentablemente muchas veces nos damos cuenta que hemos dejado
de percibir su voz. No que Dios no quiera hablar, El siempre está
interesado en hablarnos, pero por ciertas razones dejamos de escuchar
Su voz.
El dejar de depender del Espíritu Santo es peligroso porque
comenzamos a depender de nuestra alma y de lo que hemos
aprendido religiosamente, lo cual nos puede llevar a caer en el
humanismo, el legalismo o misticismo.
Somos hijos de Dios, y como tales se nos ha dejado al Espíritu Santo
para que podamos comunicarnos con Dios. Ahora podemos escuchar la
voz de Dios porque somos sus ovejas y Él es nuestro Pastor.
Lamentablemente muchas veces nos damos cuenta que hemos dejado
de percibir su voz. No que Dios no quiera hablar, El siempre está
interesado en hablarnos, pero por ciertas razones dejamos de escuchar
Su voz.
El dejar de depender del Espíritu Santo es peligroso porque
comenzamos a depender de nuestra alma y de lo que hemos
aprendido religiosamente, lo cual nos puede llevar a caer en el
humanismo, el legalismo o misticismo.
Malaquas 4.5 He aqu, yo os envo al profeta Elas antes que venga el da del Seor, da grande y terrible. El har volver el corazn de los padres a los hijos, y el corazn de los hijos haca los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldicin. (LBLA) Mirar a la profeca bblica es algo as como mirar a una cadena montaosa: Vemos los picos unos detrs de otros, pero nos resulta difcil saber la distancia que los separa. Un ejemplo es Isaas 9.6. El profeta ver su profeca cumplida en el nacimiento y subida al trono de Ezequas, si bien en nuestra perspectiva neotestamentaria entendemos esa misma profeca como mesanica, referida a la persona de Jess en su primera venida. Otros de los grandes misterios para los profetas del Antiguo Testamento es la iglesia, la oportunidad que Dios da a los paganos, o la primera venida del Mesas como siervo sufriente. En esta perspectiva me gustara mirar el texto de Malaquias: Elas deba venir para preparar el da del Seor. Juan el bautista fue un precioso tipo y cumplimiento parcial de esta palabra: (ver Lucas 1.17). Juan prepar el camino a Jess en el espritu y poder de Elas. Pero, porqu cumplimiento parcial de la profeca de Malaquas? El profeta habla del da del Seor, "da grande y terrible" (Mal 4.5), sin embargo Jess, en su primera venida no vino a juzgar, sino a inaugurar el ao agradable del Seor : Cuando Jess debuta su ministerio, lee la profeca de Isaas 61, y se detiene justo despus del "ao agradable del Seor (Lucas 4.19) omitiendo la segunda parte de la profeca; "el da de venganza del Dios nuestro" (Is 61.2b). Porqu esta omisin? Si el Elas que haba de venir segn Malaquas deba de preparar el da del Seor, y Cristo, en su primera venida no vino para traer el juicio del da del Seor, significa que alguien con un ministerio como el de Elas y el de Juan vendr para preparar la segunda venida de Cristo. Efectivamente esto es lo que se avecina, pero Lucas nos da una aclaracin preciosa para entender esta venida de Elas al final de los tiempos; Juan vena "en el espritu y el poder de Elas": Ello significa que puede venir este tal Elas para restaurar todas las cosas, como dijo Jess (Marcos 9.12-13), sin que se trate de una sola persona fsica, sino de un espritu y un poder, el del Espritu proftico de Cristo. Antes de la venida de Cristo, Dios preparar a la iglesia para el ministerio de los ltimas das, y lo har derramando el manto de Elas sobre muchos de sus siervos, que servirn en el espritu de Elas, predicando dos grandes verdades; la vuelta del corazn de los padres a los hijos; o sea la Gracia, el deseo del Padre de volver su corazn hacia sus hijos. La otra gran parte del ministerio de Elas en los ltimos das ser la predicacin de la vuelta de los hijos a los padres, o sea el arrepentimiento que empezar en la iglesia. As que los pivotes del ministerio proftico a venir sern la Gracia, como en tiempos de los reformadores, y el arrepentimiento, que prepara la venida definitiva del Reino Mesanico. En estos ltimos aos la iglesia ha sido visita en Toronto con un enfoque nuevo sobre la Gracia y el corazn del Padre (ver el libro de Jhon Arnnot, pastor de la iglesia exvineyard de Toronto; "La bendicin del Padre", Editorial Peniel). La otra gran visitacin de Dios a la iglesia ha sido Bronwsville, Pensacola: El eje de ese avivamiento es el arrepentimiento, la vuelta del corazn de los hijos a los padres. Estos dos avivamientos en estos ltimos aos son una seal proftica: El manto de Elas viene sobre la iglesia:. Podemos esperar en los prximos aos ver el ministerio proftico en la iglesia ser restaurado y acrecentado en el espritu y el poder de Elas, de Juan, de Calvino, de Lutero, de Wesley, de Finney, de Jonathan Edwards, del avivamiento de Azusa Street en California, del hermano Branham, de Reinard Bonke... Vivimos un tiempo particular en el que la profeca de Malaquas toma una especial actualidad; el Espritu va a levantar profetas que preparen a la iglesia para la venida del Seor.