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Objetivo 8- ) Explicar las características clínicas de cada tipo de

diabetes (tipo 1 y tipo 2)


Diabetes tipo 1
La diabetes es una enfermedad sistémica, crónico-degenerativa, con grados
variables de predisposición hereditaria. Se caracteriza por hiperglucemia crónica
debido a la deficiencia en la producción ó acción de la insulina, lo que afecta el
metabolismo intermedio de los carbohidratos, proteínas y grasas. Los principales
síntomas de la hiperglucemia son la poliuria, polidipsia, pérdida de peso, algunas
veces polifagia y visión borrosa. Todas estas patologías son consecuencia de las
alteraciones metabólicas. La pérdida de la función insulinica afecta no solo al
metabolismo de la glucosa sino también de las grasas y al de las proteínas.

La Diabetes tipo 1 se caracteriza por destrucción de las células β pancreáticas,


que se traduce en un déficit absoluto de insulina y dependencia vital a la insulina
exógena. Se presenta a cualquier edad, pero su mayor incidencia se observa en
menores de 15 años, con mayor frecuencia en edad preescolar y especialmente
prepuberal. Su etiología en el 90% es autoinmune, lo que se determina por la
presencia de anticuerpos anti-islotes (ICA), antiGAD y anti-insulina. Un 10% de los
casos son idiopáticos.

El diagnóstico de la DM1 se define por las características clínicas de la


enfermedad, forma de presentación, estado nutricional, generalmente
enflaquecido, e inestabilidad metabólica, con tendencia a la cetoacidosis. La
mayoría de las personas con DM1 debutan con cuadro clínico de rápida
evolución, presentando sintomatología clásica (poliuria, polidipsia y baja de
peso) y marcada hiperglucemia. Algunos, en especial niños y adolescentes
presentan como primera manifestación cetoacidosis. Se debe tener
presente que en edades mayores la sintomatología suele ser menos
agresiva, con hiperglucemia poco sintomática, hasta que en un período
variable se presenta la dependencia absoluta a la insulina exógena.

El déficit de insulina produce una degradación excesivo de los depósitos


de grasa con el consiguiente aumento de los niveles de ácidos grasas
libres esta oxidación produce cuerpos cetónicos.
La velocidad a la que se afrontan los cuerpos cetónicos puede superar el
ritmo al que son utilizados lo que causa cetonuria. Si la deshidratación
dificulta la eliminación urinaria de las cetonas, se producirá un aumento
de la concentración de H+ en el plasma con lo consiguiente acidosis
metabólica.
Diabetes tipo 2

La Diabetes tipo 2 es mucho más frecuente y es de aparición más tardía, suele


asociarse a la obesidad y previamente fue denominada diabetes no dependiente
de insulina (DM de tipo 2). En este grupo de síndromes, el páncreas segrega
cantidades muy variables de insulina, de forma que su concentración plasmática
puede ser normal o incluso superior a la normal, pero relativamente insuficiente
para mantener niveles normales de glucemia.

Puede manifestarse también con poliuria y polidipsia pero a diferencia de la tipo 1


la edad de los pacientes suele ser más avanzado (por encima de los 40 años) y a
menudos son pacientes obesos.

Aunque los pacientes con diabetes tipo 2 también sufren alteraciones metabólicas
estas son más fáciles de controlar y son menos graves. Cuando se
descompensan, los enfermos sufren o desarrollan un coma hiperosmolar no
cetosico, un síndrome debido a una deshidratación grave secundaria a una
diuresis hiperglucemica.

En ambas formas de diabetes de larga evolución las complicaciones de la


arterosclerosis como el infarto al miocardio, el accidente cerebro vascular, la
gangrena de las piernas o la insuficiencia renal son los episodios más peligrosos y
frecuentes. Los diabéticos sufren también mayor aceptabilidad a las enfermedades
de la piel y a la tuberculosis, la neumonía y la pielonefritis.

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