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El libro como dice su autor esta divido en “dos niveles uno histórico
sincrónico que analiza el antiguo régimen en el Perú durante el periodo que
abarca desde el siglo XVI hasta el XVIII y otro histórico diacrónico que se
adentra en los estudios de los siglos XIX al XXI” pág. 28
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En: Paulo Drinot, Historiografía, Identidad historiográfica y conciencia histórica en el Perú,
Colección Realidad Nacional, Editorial Universidad de Lima, Lima, Perú, 2006.
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Alberto Flores Galindo, Obras Completas, Tomo III (I), Sur Casa de Estudios del Socialismo,
1986, Lima, Perú, pág. 107.
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publicar o no “el gran libro que se esperaba de él” pág. 42, Manuel de
Mendiburo , Mariano Felipe Paz Soldán, resaltados estos por sus intentos de
realizar una Historia de Larga duración, Nemesio Vargas y Rubén Vargas
Ugarte; Historia de la Generación del Centenario en donde menciona como
importantes representantes a Raúl Porras y Jorge Basadre, el primero de
herencia positivista que es juzgado por el lamentable hecho de no
“escribiera la gran obra a la que estaba destinado” pág. 44, el segundo
Basadre “la nota disonante de la generación” la influencia Annales, el si
logro alcanzar una obra extensa y con la lógica de la larga duración,
discípulos de los mencionados respectivamente: Guillermo Lohnman, María
Rostworowski y influenciados por Basadre: José Antonio del Busto, Margarita
Guerra, Franklin Pease y Pablo Macera, este ultimo también criticado
fatalmente porque nunca llego a publicar la gran obra que se esperaba de
él.
La ultima parte de este ensayo historiografía tal vez sea la más interesante
y novedosa, porque critica la Historia actual en base a su periodos; la
Etnohistoria o Historia Pre-Hispania fracaso: según el texto en ciertas
promesas “no incursiona en la interdisciplinariedad que tanto profesa (…)
fracaso en su intento de elaborar un corpus terminológico (…) y no logro la
mayoría de edad, pues no incursiona en la larga duración” pág. 59; A los
estudios virreinales les critica porque “aun está lejos de definir al Antiguo
Régimen en el Perú y los formas políticas propias de la modernidad que
prevalecieron entonces”; Las investigaciones sobre la Independencia están
ancladas aun en la tesis de Bonilla y Spalding y el no aprovechar
adecuadamente la Colección Documental del Sesquicentenario y por último
los estudios Republicanos se ensimisman en cada centuria y no comprenden
del todo la herencia colonial.
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cortesana que para el mundo moderno, ya no sería simplemente los
servidores de índole domestica o asesores del gobernante, sino ministros,
secretarios, clérigos que mantendrán el centro exclusivo del poder y honor,
estos personajes se llamarían “validos”, “El valido era la persona que en el
entramado del poder lograba monopolizar el favor real al punto de que
volviéndose un primer ministro que rivalizara con la nobleza” pág. 82 Esto
ocurrida cuando los validos peninsulares traídos por los nuevos virreyes no
compartían los mismos intereses de los cortesanos limeños criollos y
particularmente a la hora de ser participes de la administración del Reino,
fue necesario un “pacto tácito” que se cumpliría a medias entre la elite
peruana y el soberano. Este panorama sobrevivió hasta mediados del siglo
XVIII, cuando el soberano comenzó a marginar en forma expresa a la elite
local.
Dentro de este contexto el texto realiza una muy interesante definición del
concepto de corrupción en el Antiguo Régimen “de nuevo debe regresarse a
la noción de justicia para que el concepto halle su realización, cuando la
justicia emanaba del monarca se desvirtuaba en detrimento del buen
gobierno, surgía un campo fértil para la corrupción política” pág. 93, tres
requisitos eran necesarios para que un acto sea corrupto; primero “que la
justicia del rey se vea desvirtuada”, segundo que se apelara a la costumbre
como otra fuente de derecho aparte de la ley, y el tercer requisito es la
conciencia y decisión de apelar a los exigencias anteriores.
“Más bien para dar respuesta a la pregunta podría decirse que se trata
de una supervivencia de un momento, la del antiguo régimen desde
1821. Al no extinguirse el andamiaje de cultura política, social y
económica virreinal y al convivir este con formas antagónicas como lo
pretendieron los liberales peruanos, se constituyo en esencia una
quimera, una ficción novelesca: el Perú Republicano. (…) En otras
palabras el discurso Republicano-Liberal nunca fue interiorizado por los
supuestos ciudadanos del Perú (…) cuando el Antiguo Régimen supero
su tiempo natural el Perú se jodio, y no por que las formas políticas del
los siglos XVI al XVIII fueran deleznables, tiránicas o incorrectas como
cualesquier otra; lo que no debió ocurrir es que se mezclaran con otra
forma de hacer y entender el mundo como lo hicieron con el
liberalismo republicano” pág. 121
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¿Entonces antes del Perú Republicano vivíamos no jodidos?, ¿Y la herencia
andina y no andina territorialmente qué papel juegan?, ¿o es que en esos
tiempos para el texto el Perú no existían?, esta referencia aunque sea
extensa representa con exactitud la mentalidad del texto, ¿Pero cuáles son
las características de esta herencia colonial? 1) Estado Patrimonial, que
puede ser delegado a los súbditos, por lo que ellos debían rendirle tributos y
lealtad para la retención de los beneficios de la administración. 2)
Estructura Social estratificada, gracias a la división basada en el estatus y
nacimiento, creadora de una relación de dominación y subordinación. ¿Y por
qué no actuó la modernidad capitalista para eliminar esta herencia?, citando
a De Trazegnies, esta modernidad en el Perú reposaba en la tradición, por
consiguiente “la modernidad alcanzada solo fue superficial y principalmente
se concentro en obras públicas, carreteras, edificios, ferrocarriles y caminos,
aquella que se manifiesta al nivel de cultura política se atraso” pág. 125
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El penúltimo y quinto ensayo se titula “El Autoritarismo” aquí empieza
analizando el absolutismo presidencial que se hico presente en todas las
Constituciones. “quien revise las doce constituciones que ha tenido el Perú
vera como el poder ejecutivo se ha fortalecido a lo largo de la historia”. Por
ejemplo: gobernante con la potestad de promulgar leyes y otorga los oficios
más importantes, nombrarse jefe supremo de las fuerzas armadas:
constitución de 1823; Presidente vitalicio: constitución del 1826; Periodo de
seis años, capacidad de suspender jueces y dar decretos: Constitución de
1839; Anulación de la renovación por tercios del parlamento, lo que hizo
que el presidente se eligiera junto con los diputados y senadores:
constitución de 1860; Facultades extraordinarias para dar decretos ley,
Permitir disolver la cámara de diputados: constitución de 1979; congreso
unicameral, presidente con la capacidad de disolver el congreso, dictar
decreto en materia económica, creación del ministerio sin cartera:
Constitución de 1993.
Pero a pesar de todas estas ventajas el Ejecutivo o Presidente concurría la
gran mayoría de las ocasiones en el autoritarismo y dictadura basado en el
caudillismo o populismo donde “la democracia debe darse por pérdida”.
En la parte intermedia de este ensayo se hace un análisis de los validos
como hombres de confianza de virreyes y presidentes. Uno de Estos fue
Hipólito Unuane en sus primeros años actuó como valido con el “Virrey
Teodoro de Croix quien le mostro especial referencia y busco en el consejo
en materia de educación” y “Unuane también busco auspicio para fundar un
anfiteatro”, más tarde afianzaría su posición política frente a los criollos
peruanos y pidió que estos no fueran marginados pero durante la
efervescencia de 1820 actuaria como secretario del bando virreinal. “por
ello resulta insostenible aquella idea que Unuane fuera precursor de la
independencia del Perú”. Otro Valido fue Bernardo de Monteagudo y
Faustino Sánchez Carrión, el primero estuvo al lado de San Martin,
convencido de estar sanado del liberalismo político, mas tarde sería un
republicano autoritario que morirá acuchillado por un criollo limeño, el
segundo es un defensor de los ideales republicanos basados en el idealismo,
irónicamente estaría al lado de bolívar cuando se declaro dictador del Perú.
Es así que esta degeneración del valido se vio incluso en el siglo XX, con
tres gobiernos relacionados a los periodos más decisivos de la historia
reciente del país: En el oncenio de Leguía estaría Germán Leguía y Martínez,
encargado de la represión del régimen, presidente del consejo de ministros,
persiguió, encarcelo y exilio a los enemigos del régimen con la escusa de
salvar la republica del caos. En la dictadura de Manuel Odria estaría
Alenjandro Esparza Zañurtu, se le nombro director del gobierno
encargándosele la defensa del régimen, dirigió: deportaciones torturas,
creador de un sistema de soplones y espías que vigilaba a los apristas,
comunistas y estudiantes, entre ellos a Mario Vargas Llosa, se hizo una gran
fortuna con el presupuesto del gobierno bajo la escusa de “imprevistos”,
utilizo el chantaje a políticos de la época antes que Montesinos, discrepo
con Odria cuando este planteo trazar o aliarse con la oligarquía. En el
gobierno de Fujimori: Vladimiro Montesinos Torres, burócrata del ejército,
vendió información clasificada, declarado traidor pero gracias a sus vínculos
no fue fusilado, torturado en Ecuador, declarado por segundad vez traidor a
la patria, intento acercarse a Mario Vargas Llosa en las elecciones del 1990,
pero trabajaría para Fujimori donde se encargaría de: borrar toda prueba de
la existencia de grupos paramilitares, del hostigamiento a denodados
opositores no menos que torturas y desapariciones.
Para Finalizar este ensayo el reflexionar sobre los falsos profetas del siglo
XX, democracias endebles que permitieron el autoritarismo y la dictadura
“simplificando el argumento la existencia de un Odria, Velasco, Fujimori solo
se explicar por el fracaso rotundo de un Bustamante, un Belaunde y un
García” pág. 189. Bustamante: con una visión paternalista de los indígenas
no los considero como ciudadanos y peor era su visión de la selva, no logro
la industrialización, tuvo mucha oposición con un parlamento Aprista, no
promovía una reforma agraria ni un voto universal, “primer fracaso
democrático del siglo XX”. Belaunde: Falta de lineamientos ideológicos,
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reformismo moderado al implementar una caricatura de reforma agraria,
crisis económica y falta de decisión política a la hora de enfrentar el
problema de la International Petroleum Campany y en su segundo gobierno
el problema de Sendero Luminoso. Alan García: gobierno caudillista y mono
partidista, una orientación socialista mal aplicada, irresponsable populismo
representado en los paquetazos, el intento de estatizar la banca y la
exagerada inflación.
En la última parte de este esfuerzo ensayístico, se examina como el
concepto de estado patrimonial se ha usada a lo largo de la historia
republicana para repartir recursos del erario nacional a interesen
eminentemente personales matando el concepto de meritocracia, por
ejemplo el pago de la deuda interna, conocido como consolidación, este
pago al chocarse con las estructuras mentales del Antiguo Régimen “los
bonos comenzaron a ser vendidos y revendidos y así quedaron en manos de
un grupo muy reducido” pág. 200, otro ejemplo reciente y por excelencia de
el uso del estado patrimonial es la compra literalmente, por parte de
Fujimori, de una clientela que la sostuvo por ocho años, “dentro de ellos
están Luis Bedoya de Vivanco-prestigiosos hombres de negocios- los
Crusillal, Delgado Parket, Shutz -cúpula militar- Nicolás Hermoza – políticos
de oposición – Augusto Mantilla, Alberto Kouri, fiscales miembros del jurado
nacional, entre otros múltiples funcionarios de los recodos más buscados del
aparto estatal” pág. 206.
El último ensayo, “Retazos de Monarquía” explora la microfísica o
microhistoria del poder autoritario en el Perú Republicano, emprende esta
tarea con las “las rígidas reglas ceremoniales” alude que los simbolismos:
en la juramentación de los ministros, la misa de acción de gracias, el
tedeum, el desplazamiento presidencial al congreso, la lectura del mensaje
presidencial y el besamanos o saludo presidencial en vez de “afianzar el
republicanismo y ensalzar los valores cívicos recogen las etiquetas y
protocoles de una monarquía”, por ejemplo en el Tedeum, el presidente se
ubica en el medio de todos, como parte de un cortejo de autoridades
estrictamente jerarquizado y cuando el cardenal levanta la ostia en las
afueran se comienza a tocar la marcha de bandera que representa la
función del plano religioso con el político, distinto ejemplo es el de los
besamanos o saludo presidencial que significaba en tiempos monárquicos
“pedir o besar las manos al rey o príncipe nuestro señores temporales, por
conocimiento del señorío que dios del dios sobre nosotros” esta costumbre
increíblemente supervivió hasta el 2004.
Pero es pomposidad ceremonial, según el texto no solamente se relaciona
con la elite presidencialista y sus validos, “véase los quinceañeros, los actos
académicos, la lectura de discursos, los funerales, las premiaciones y se
descubrirá que lo que antiguamente fue la más celosa propiedad de los
monarcas ha ingresado a la esfera de las masas” pág. 221, esta
pomposidad no solamente representa la sobrevivencia del: discurso
jerárquico del Antiguo Régimen, acaso también de uno de los principales
umbrales de la modernidad: que todos solo iguales o que por lo menos
podemos serlo. El arte de pedir es relacionado por el texto exclusivamente
con todo discurso que para obtener sus fines utiliza únicamente la retorica
de pedir, mas no lo que indica la modernidad: la valoración del trabajo y el
esfuerzo, sin estas señas, la supervivencia del discurso autoritario, en donde
el que concede el poder “se eleva a una posición del gran señor, cual
arcaico soberano escucha el sentido clamor de un individuo que se
proclama inferior” pág. 227, se relaciona directamente con el estado
patrimonial. Pero para mí el merito esta justamente en el arte de pedir, en
el esfuerzo y trabajo de convencer, claro que no está profesionalizado, pero
en situaciones de extrema pobreza debemos de comprenderla y no juzgarla.
Otro retazo monárquico es la “argolla” que “define al grupo cerrado e
informal que gira alrededor de quien ejerce el poder (…) esta situación hace
que al interior de la argolla los meritos profesionales se mezclen con
cuestiones meramente personales. Asciende quien se gane la gracia del
jefe” pág. 243. Esta argolla tiene su modelo más real en la oligarquía que
vivió en la época contemporáneo, desde 1930 hasta el golpe militar del
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1968. El titulado –diferente retazo- es concebido como, por el cual se cree
que por el solo hecho de conseguir un título profesional universitario se
garantiza el éxito, esto se convierte en autoritarismo cuando estos se
sienten por arriba de los que no son universitarios, “una forma de detentar
autoridad frente al otro que en el peor de los caos conduce a la
interiorización de la elitizacion por parte del sujeto que cree que sus grados,
títulos y honores lo sitúan por encima de cualquier otro ciudadano”.
Un estudio muy seductor es el de la impuntualidad peruana, explicado en
tres orígenes: 1) La carga del Antiguo Régimen donde el tiempo en un
elemento dilatado en la ritualidad barroca que “necesita un espacio
temporal para expresar su contenido simbólico”, esta se mantiene pues no
hubo una revolución industrial que apreciara el valor del tiempo. 2)
Apreciación del tiempo en el mundo Andino, que lo concibe como algo
cíclico, basado en el clima y por ende más flexible. 3) La carga autoritaria
que tolera la transgresión para convertirse en el dueño del tiempo y así
ejercer el autoritarismo.
La última parte del libro desarrolla como el racismo hacia el indígena en
nuestros días se ha vuelto más sutil, muestra de esto, en los catálogos
publicitarios, universitarios, etc. los modelos que allí aparecen no
representa a la gran mayoría de los peruanos, esta “nueva elite de racistas,
entiende que la condición de los demás será la de potenciales sirvientes.
Como en el antiguo régimen esta personas siguen sosteniendo que hay
gente que ha nacido para mandar y gente que ha nacido para obedecer”
pág. 271.
Para finalizar este resumen, siendo este un estudio sobre la teoría del
discurso político autoritario como hibridación más que practica o forma real
en determinados casos de nuestra Historia Republicana, se propone una
adecuada definición y diferenciación a profundidad tiempo-espacio-
cosmovisión, de conceptos como: autoritarismo, dictadura, corrupción en la
modernidad, caudillo, populismo, etc. y mas importante aun un marco
histórico o filosófico claramente definido.
Las contribuciones de este texto son un intento de dar una explicación
histórica al autoritarismo como discurso en el Perú Republicano y
Contemporáneo, intentando alejarse de los empirismos históricos o
explicaciones facilistas sin complejidad, concluye que el autoritarismo
político peruano es reflejo de muestra mentalidad, una no únicamente
colonial sino una hibridación entre esta y la modernidad, que ingreso al Perú
en la época de la independencia. Más que un análisis de casos políticos
exhaustivos, lo genial es que se centra en forma global en el factor histórico
de nuestra cultura política.
TEXTO RESEÑADO:
BUSCANDO UN REY, El autoritarismo en la historia del Perú, Siglos XVI-XXI,
Eduardo Torres Arancivia, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima – Perú, 2007.