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Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto


www.fvmartin.net

“La primera empresa en que trabajé, quebró. Estas tres “realidades” -material, social y
Atribuí la causa a la terrible crisis económica psicológica- están tan entrelazadas entre sí
de los 90. Tiempo después constituí una que si una de ellas no funciona bien afectará
sociedad con otros socios, empresa que a las otras. En buena lógica, se ha de
también fue liquidada por puntos de vista comenzar por el sistema más afectado, con
irreconciliables. Pensé que ellos fueron los la precaución de que quizá el problema no
responsables. Ahora estoy en una empresa esté donde parece: 1) Culpamos al mundo y
saneada que me pertenece en exclusiva. ¿A quizá lo que sucede es que no somos -aún-
quién podría señalar si perdiese mi fuente de suficientemente competentes. 2) Acusamos
ingresos? ¡Solamente a mi! a los demás cuando el problema reside en
He decidido aprender de estas historias y una situación adversa. 3) Nos sentimos mal
dejar de buscar culpables, para poner toda la con nosotros mismos y tal vez lo que se
energía en aprovechar las oportunidades que requiera es un cambio situacional o de
nos da la vida”. relaciones. Profundicemos un poco más:
Es fácil justificarse con afirmaciones del
tipo “no envié mis naves a luchar contra los
elementos”. La mala suerte es una buena
excusa. Pero la suerte también se hace y
otros tienen éxito en situaciones más
adversas que nosotros.
Es sencillo pensar que siempre fallan los
demás, hasta que nos damos cuenta de
que “nosotros somos los demás para los
demás”, y –sin comerlo ni beberlo-
Foto: Baharri

culpables de todo a ojos de otros.


Nuestro espíritu es débil ante los reveses y
se defiende “echando balones fuera”,
hasta que –acorralado- se hunde sobre sí
mismo y pierde la alegría de vivir; salvo
En nuestra vida personal y profesional son
que encontremos una sabia salida.
tres las fuentes de problemas que hemos de
afrontar: Epicteto dejó escrito: “Acusar a los otros
1. Interacción del sujeto y el mundo. Implica por nuestros fracasos es de ignorantes; no
cambiar situaciones, con ingenio acusar más que a sí mismo es de hombres
(inteligencia creativa). que comienzan a instruirse; y no acusar ni
2. Interacción del sujeto y los demás. a sí mismo ni a los otros, es de un hombre
Requiere gestionar relaciones, con espíritu ya instruido”.
de colaboración (inteligencia social). Para llegar a esta sabiduría hay que evitar
3. Interacción del sujeto y sí mismo. Supone lo fácil: ¡Deja de culpar al mundo, a los demás y
transformar percepciones, con serenidad a ti mismo; y mejora tus situaciones, relaciones y
(inteligencia emocional). a c t i t u d e s!

Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 43, febrero 2010

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