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| maiz dé profecia nan me cl Fs Mena ett Ee): Mest ele) ete LISD (eRe ABRIL - MAYO - JUNIO 2015 Titulo del original en inglés: E. G. White Notes for the Sabbath School Lessons. Traduccién: Juan Carlos Viera Notas de Elena G. de White para las lecciones de la Escuela Sabatica. Spanish-language periodical for second quarter, 2015. Volume 15, No. 2. Published quarterly by Pacific Press® Publishing Association, 1350 N. Kings Road, Nampa, Idaho 83687-3193, U.S.A. Periodicals Application Pending. One-year subscription in the U.S.A., $15.64; single copy, $4.99. One-year ‘iption to countries outside U.S.A., $22.64; single copy, $4.99. All prices . exchange. When a change of address is desired, please send both old and new addresses, Copyright © 2014 Pacific Press” Publishing Association. Impreso en los Estados Unidos de América EL LIBRO DE LUCAS Contenido 1. La venida de Jestis (marzo 28-abril 3). 2. El bautismo y las tentaciones (abril 4-10) . 3. gQuién es Jesucristo? (abril 11-17)..... 0.0... c cee eee 19 4, El Hamado al discipulado (abril 18-24) ............204. 26 5. Cristo es Sefior del sabado (abril 25-mayo 1).......... 33 6. Las mujeres en el ministerio de Jestis (mayo 2-8)........ 39 7. Jesiis, el Espiritu Santo y la oracién (mayo 9-15)........ 46 8. La misién de Jestis (mayo 16-22 bee eee eee 54 9. Jestis, el gran Maestro (mayo 23-29) ... sates emi 61 10. Seguir a Jesus en la vida diaria (mayo 30-junio 5)....... 69 11. El Reino de Dios (junio 6-12).......... ee .... 76 12. Jestis en Jerusalén (junio 13-19)....... beeeeee 83 13. Crucificado y resucitado (junio 20-26)..... vee. 90 Leceion 1 La venida de Jests Sabado 28 de marzo Cuanto mas pensamos acerca de Cristo convirtiéndose en un bebé sobre la tierra, tanto mas admirable parece este tema. ,Cdmo podfa ser que el nifio indefenso del pesebre de Belén siguiera siendo el divino Hijo de Dios? Aunque no podamos entenderlo, podemos creer que Aquel que hizo los mundos, por causa de nosotros se convirtié en un nifio indefenso. Aunque era mas encumbrado que ninguno de los angeles, aunque era tan grande como el Padre en su trono de los cielos, llego a ser uno con nosotros. En él, Dios y el hombre se hicieron uno; y es en este acto donde encontramos la esperanza de nuestra raza caida. Mirando a Cristo en la carne, miramos a Dios en la humanidad, y vemos en él el brillo de la gloria divina, la imagen expresa de Dios el Padre. Al contemplar la encarnacién de Cristo en la humanidad, que- damos aténitos frente a un misterio insondable que la mente humana no puede comprender. Mientras mas reflexionamos acerca de él, mas extraordinario nos parece. {Cuan vasto es el contraste entre la divini- dad de Cristo y el impotente bebecito del pesebre de Belén! {Como se puede medir la diferencia que hay entre el Dios todopoderoso y un nifio impotente? Sin embargo el Creador de los mundos, Aquel en quien moraba la plenitud de la Deidad corporalmente, se manifesté en el des- valido bebé del pesebre. jIncomparablemente mas elevado que todos los angeles, igual al Padre en dignidad y gloria, y sin embargo vestido con la ropa de la humanidad! La divinidad y la humanidad se hallaban combinadas misteriosamente, y el hombre y Dios fueron uno solo. En esta unién es donde encontramos la esperanza de la raza c: caltad a Jesis, p. 69). Domingo 29 de marzo: Un informe ordenado (S.Lucas 1:1-3; Hechos 1:1-3) No ha habido ni una sola nube que ha caido sobre la iglesia para la cual Dios no haya hecho provisién; no se ha levantado ni una sola fuerza opositora para contrarrestar la obra de Dios que él no haya pr visto. Todo ha ocurrido como lo predijo por medio de sus profetas. No ha dejado a su iglesia en tinieblas y olvidada, sino que ha mostrado mediante declaraciones proféticas lo que ocurriria, y obrando por medio de su providencia en el lugar designado de la historia del mundo, ha dado lugar a aquello que el Espiritu Santo revelé a sus profetas para que lo predijeran. Todos sus propésitos se cumpliran y se afirmaran. Su ley esté unida con su trono, y los instrumentos satanicos combinados con los instrumentos humanos no pueden destruirla. La verdad es ins- pirada y esta protegida por Dios; perdurara y tendra buen éxito, aunque algunas veces aparezca oscurecida. El evangelio de Cristo es la ley ejemplificada en el caracter. Los engafios practicados contra ella, toda invencion destinada a vindicar la falsedad, y todo error forjado por los instrumentos satanicos, llegaran a ser desbaratados para siempre, y el triunfo de la verdad sera como la apariencia del sol en el mediodia. El Sol de justicia brillara con poder sanador en sus rayos, y toda la tierra estard Ilena de su gloria (j Maranata: E/ Seftor viene!, p. 16). Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio del instrumento humano, y él mismo, por su Santo Espiritu, habilito a hombres y los hizo capaces de realizar esta obra. Guid la inteligencia de ellos en la eleccién de lo que debian decir y escribir. El tesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo... y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poder divino, Ileno de gracia y de verdad. Los escritores de la Biblia tuvieron que expresar sus ideas en un lenguaje humano. Fue escrita por seres humanos; pero éstos fueron inspirados por el Espiritu Santo... Las Escrituras no fueron dadas en forma de una cadena ininterrum- pida sino parte por parte a través de las generaciones, como Dios en su providencia vio conveniente para impresionar al hombre en distintos tiempos y lugares... No hay siempre un orden perfecto o aparente unidad en las Escrituras... Las verdades de la Biblia son como perlas escondidas. Tienen que ser buscadas ahondando con esfuerzo perseverante. Los que echan un vistazo superficial sobre la Escritura, con el conocimiento superficial que ellos consideran muy profundo, hablan de las contradic- ciones de la Biblia y ponen en duda su autoridad. Pero aquellos cuyos corazones estén en armonia con la verdad y el deber escudrifiaran las Escrituras con el corazon preparado para recibir las impresiones divinas (La fe por la cual vivo, p. 13). Lunes 30 de marzo: “Se Hamara Juan” Dios habia llamado al hijo de Zacarias a una gran obra, la mayor que hubiera sido confiada alguna vez a los hombres. A fin de ejecutar esta obra, el Sefior debia obrar con él. Y el Espiritu de Dios estaria con él si prestaba atencién a las instrucciones del angel. Juan habia de salir como mensajero de Jehova, para comunicar a los hombres la luz de Dios. Debia dar una nueva direccion a sus pen- samientos. Debia hacerles sentir la santidad de los requerimientos de Dios, y su necesidad de la perfecta justicia divina. Un mensajero tal debia ser santo. Debia ser templo del Espiritu de Dios. A fin de cumplir su misién, debia tener una constitucién fisica sana, y fuerza mental y espiritual. Por lo tanto, le seria necesario dominar sus apetitos y pasio- 6 nes, Debia poder dominar todas sus facultades, para poder permanecer centre los hombres tan inconmovible frente a las circunstancias que le rodeasen como las rocas y montaiias del desierto (EJ Deseado de todas las gentes, p. 75). Juan el Bautista, el precursor de Cristo, recibié de sus padres su primera preparacién. Pasé la mayor parte de su vida en el desierto. Prefirié Juan dejar de lado los goces y lujos de la vida en la ciudad para someterse a la severa disciplina del desierto. Alli el ambiente era favorable para los habitos de sencillez y abnegacién. Alli, sin que le interrumpiera el clamor del mundo, podia estudiar las lecciones de la naturaleza, de la revelacién y de la providencia... Desde la infancia se le habia recordado su misi6n, y él habia aceptado el cometido santo. La soledad del desierto le proporcionaba una grata oportunidad de escapar de una sociedad en que las sospechas, la incredulidad y la impureza lo dominaban casi todo. Desconfiaba de su propia fuerza para resistir la tentacion y rehuia el contacto constante con el pecado, no fuese que hubiese de perder el sentido de su excesiva pecaminosidad (E/ hogar cristiano, pp. 116, 117). EI mismo acto con el cual Herodias pensé que libraria al mundo de la influencia del profeta, lo transformé en un martir santo, no solo para sus discipulos sino para aquellos que no se habian atrevido a declararse sus seguidores. Muchos que habian escuchado su mensaje y adver- tencias, y que secretamente estaban convencidos de sus ensefianzas, ahora, espantados por el horrible crimen a sangre fria, se declararon publicamente sus discipulos. Herodias fracas6 en su intento de silenciar la influencia de las ensefianzas de Juan; éstas habrian de extenderse generaciOn tras generacion hasta el fin del tiempo, mientras que la vida corrupta de esa mujer vengativa cosecharia solamente infamia (The Spirit of Prophecy, t. 2, p. 81). Martes 31 de marzo: “Llamaras su nombre Jestis” Cuando la Majestad del cielo se convirtié en una criatura y fue confiada a Maria, ésta no tenia mucho que ofrecer por ese precioso don. Llev6 al altar solamente dos tértolas, que eran la ofrenda designada para los pobres; pero fue un sacrificio aceptable para el Sefior. Ella no pudo presentar tesoros preciosos como los que los sabios del Oriente ofrecieron al Hijo de Dios en Belén; sin embargo la madre de Jestis no fue rechazada debido a la pequefiez de su don. Fue la disposicién de su corazon lo que el Sefior contempl6, y su amor torné suave la ofrenda. Asi también Dios aceptara nuestro don, aunque éste sea pequefio, si es lo mejor que tenemos y si se lo ofrecemos con amor (Consejos sobre mayordomia cristiana, p. 182). No solo cuando vino el Salvador, sino a través de todos los siglos 7 después de la caida del hombre y de la promesa de la redenci6n, “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a si” (2 Corintios 5:19). Cristo era el fundamento y el centro del sistema de sacrificios, tanto en la era patriarcal como en la judia. Desde que pecaron nuestros primeros padres, no ha habido comunicaci6n directa entre Dios y el hombre. El Padre puso el mundo en manos de Cristo para que por su obra media- dora redimiera al hombre y vindicara la autoridad y santidad de la ley divina. Toda comunicacion entre el cielo y la raza caida se ha hecho por medio de Cristo. Fue el Hijo de Dios quien dio a nuestros primeros padres la promesa de la redencién. Fue él quien se revelé a los patriar- cas... Fue él quien dio la ley a Israel (La maravillosa gracia de Dios, p. 43). Cristo no habia cambiado su divinidad por humanidad; sino que revistié su divinidad con humanidad. Sed cuidadosos, sumamente cuidadosos en la forma en que os ocupais de la naturaleza de Cristo. No lo presentéis ante la gente como un hombre con tendencias al pecado. El es el segundo Adan. El pri- mer Adan fue creado como un ser puro y sin pecado, sin una mancha de pecado sobre él; era la imagen de Dios. Podia caer, y cayé por la transgresi6n. Por causa del pecado su posteridad nacié con tendencias inherentes a la desobediencia. Pero Jesucristo era el unigénito Hijo de Dios. Tomo sobre si la naturaleza humana, y fue tentado en todo senti- do como es tentada la naturaleza humana. Podria haber pecado; podria haber caido, pero en ningtin momento hubo en él tendencia alguna al mal. Fue asediado por las tentaciones en el desierto como lo fue Adan por las tentaciones en el Edén. Su nacimiento fue un milagro de Dios, pues el angel dijo ahora, concebirds en tu vientre, y dards a luz un hijo, y Ilamaras su nombre JESUS. Este sera grande, y sera llamado Hijo del Altisimo; y el Seftor Dios le dard el trono de David su padre; y reinara sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendra fin. Entonces Maria dijo al angel: ~Cémo sera esto? pues no conozco varon. Respondiendo el Angel, le dijo: El Espiritu Santo vendra sobre ti, y el poder del Altisimo te cubrira con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacera, sera llamado Hijo de Dios”. Estas palabras no se refieren a ningiin ser humano, excepto al Hijo del Dios infinito. Nunca dejéis, en forma alguna, la mas leve impresién en las mentes humanas de que una mancha de corrupci6n o una inclina- cion hacia ella descans6 sobre Cristo, o que en alguna manera se rindié a la corrupcién. Fue tentado en todo como el hombre es tentado, y sin embargo él es Ilamado “el Santo Ser”. Que Cristo pudiera ser tentado en todo como lo somos nosotros y sin embargo fuera sin pecado, es un misterio que no ha sido explicado a los mortales. La encarnacién de Cristo siempre ha sido un misterio, y siempre seguira siéndolo, Lo que se ha revelado es para nosotros y para nuestros hijos; pero que cada ser humano permanezca en guardia para que no haga a Cristo completa- 8 mente humano, como uno de nosotros, porque esto no puede ser. No hecesario que sepamos el momento exacto cuando la humahidad combin6 con la divinidad. Debemos mantener nuestros pies sobre la Roca Cristo Jests, como Dios revelado en humanidad (Comentario biblico adventista, t. 5, pp. 1102, 1103). r Miércoles 1 de abril: El pesebre en Belén Jests vino a este mundo en humildad. Era de familia pobre. La Majestad de los cielos, el Rey de gloria, el Jefe de las huestes angélicas, se rebajé hasta aceptar la humanidad y escogié una vida de pobreza y humillacion. No tuvo oportunidades que no tengan los pobres. El traba- jo rudo, las penurias y privaciones eran parte de su suerte diaria. “Las zorras tienen cuevas -decia- y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza” (S. Lucas 9:58) Jestis no buscé la admiracién ni los aplausos de los hombres. No mand6 ejército alguno. No goberné reino terrenal alguno. No corrié tras los favores de los ricos y de aquellos a quienes el mundo honra. No procuré figurar entre los caudillos de la nacién. Vivi6 entre la gente humilde. No tuvo en cuenta las distinciones artificiosas de la sociedad. Desdefié la aristocracia de nacimiento, fortuna, talento, instruccién y categoria social (EI ministerio de curacion, p. 149). El Salvador contintia realizando hoy la misma obra que cuando ofrecié el agua de vida a la mujer samaritana. Los que se Ilaman sus dis. cipulos pueden despreciar y rehuir a los parias; pero el amor de él hacia los hombres no se deja desviar por ninguna circunstancia de nacimien- to, nacionalidad, 0 condicién de vida. A toda alma, por pecaminosa que sea, Jesus dice: Si me pidieras, yo te daria el agua de la vida. No debemos estrechar la invitacion del evangelio y presentarla solamente a unos pocos elegidos, que, suponemos nosotros, nos honra- ran aceptandola. El mensaje ha de proclamarse a todos. Doquiera haya corazones abiertos para recibir la verdad, Cristo esta listo para instruir- los. El les revela al Padre y la adoracién que es aceptable para Aquel que lee el corazon. Para los tales no usa parabolas. A ellos, como a la mujer samaritana al lado del pozo, dice: “Yo soy, que hablo contigo” (El Deseado de todas las gentes, p. 165). Los padres de Jestis eran pobres y dependian de su trabajo diario para su sostén. El conocié la pobreza, la abnegacién y las privacio- nes. Esto fue para él una salvaguardia. En su vida laboriosa, no habia momentos ociosos que invitasen a la tentacion. No habia horas vacias que preparasen el camino para las compafias corruptas. En cuanto le cra posible, cerraba la puerta al tentador. Ni la ganancia ni el placer, ni los aplausos ni la censura, podian inducirle a consentir en un acto pecaminoso. Era sabio para discernir el mal, y fuerte para resistirlo... Jestis vivid en un hogar de artesanos, y con fidelidad y alegria 9 desempefié su parte en Ilevar las cargas de la familia. Habia sido el generalisimo del cielo, y los angeles se habian deleitado cumpliendo su palabra; ahora era un siervo voluntario, un hijo amante y obediente. Aprendié un oficio, y con sus propias manos trabajaba en la carpin- teria con José. Vestido como un obrero comtn, recorria las calles de la pequefia ciudad, yendo a su humilde trabajo y volviendo de él. No empleaba su poder divino para disminuir sus cargas ni aliviar su trabajo (El Deseado de todas las gentes, pp. 52, 53) Jueves 2 de abril: Los testigos del Salvador Maria esperaba el reinado del Mesias en el trono de David, pero no veia el bautismo de sufrimiento por cuyo medio debia ganarlo. Simeén reveld el hecho de que el Mesias no iba a encontrar una senda expedita por el mundo. En las palabras dirigidas a Maria: “Una espada traspasara tu alma”, Dios, en su misericordia, dio a conocer a la madre de Jestis la angustia que por él ya habia empezado a suftir (E/ Deseado de todas las gentes, pp. 38, 39). Jestis no se interpuso para librar a su siervo. Sabia que Juan soportaria la prueba. Gozosamente habria ido el Salvador a Juan, para alegrar la lobreguez de la mazmorra con su presencia. Pero no debia colocarse en las manos de sus enemigos, ni hacer peligrar su propia misién. Gustosamente habria librado a su siervo fiel. Pero por causa de los millares que en afios ulteriores debian pasar de la carcel a la muerte, Juan habia de beber la copa del martirio. Mientras los discipulos de Jesiis languideciesen en solitarias celdas, 0 pereciesen por la espada, el potro o la hoguera... jqué apoyo iba a ser para su corazon el pen- samiento de que Juan el Bautista, cuya fidelidad Cristo mismo habia atestiguado, habia experimentado algo similar!... Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirian si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propésito que estan cumpliendo como colaboradores suyos. Ni Enoc, que fue trasladado al cielo, ni Elias, que ascendié en un carro de fuego, fueron mayores o mas honrados que Juan el Bautista, que pere- cié solo en la mazmorra. “A vosotros es concedido por Cristo, no solo que credis en él, sino también que padezcais por él” (Filipenses 1:29). Y de todos los dones que el Cielo puede conceder a los hombres, la comunion con Cristo en sus sufrimientos es el mas grave cometido y el mas alto honor (Conflicto y valor, p. 278). Al aceptar a Jesucristo, también debemos aceptar las condiciones y requerimientos que ello significa. Es hacer del reino de Dios nuestra prioridad en la vida. Las dificultades y obstrucciones apareceran, espe- cialmente aquellas que tienen que ver con el yo, porque Cristo demanda el corazén, el alma, la mente y la fuerza de cada ser humano. “No sois vuestros. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a 10 Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espiritu, los cuales son de Digs” (1 Corintios 6:19, 20). Requerira humillacion, abnegacién y sacrificios, y un constante conflicto con las pasiones humanas. En la senda preparada para los redimidos del Sefior no hay lugar para expresar nuestro tem- peramento natural. Los que profesan caminar en la senda angosta pero practican las acciones de los no convertidos, solo tendran como resul- tado vergiienza y desgracia (Bible Training School, octubre 1, 1916). Aquel que cree plenamente en Cristo llega a ser un participante de la naturaleza divina, y el poder asi recibido le servira para hacer frente a cualquier tentacion. No caera en la tentacién ni sera derrotado por falta de ayuda. En los momentos de prueba podra valerse de las promesas y por medio de ellas escapar de la corrupcién que hay en el mundo a causa de la concupiscencia... Para hacernos participantes de la naturaleza divina, el cielo entre- g6 su tesoro mas valioso. El Hijo de Dios se quité su manto real y su corona y descendio a la tierra en la forma de un nifio. Resolvié vivir una vida perfecta desde la infancia hasta la madurez. Se comprometié a permanecer como representante del Padre en un mundo caido. Y hasta moriria en beneficio de la raza caida. ;|Qué obra maravillosa ésta! (Dios nos cuida, p. 60), Viernes 3 de abril: Para estudiar y meditar El Deseado de todas las gentes, pp. 29-33. ll Lecci6n 2 El bautismo y las tentaciones Sabado 4 de abril La nifiez, juventud y edad adulta de Juan se caracterizaron por la firmeza y la fuerza moral. Cuando su voz se oy6 en el desierto dicien- do: “Aparejad el camino del Sefior, enderezad sus veredas”, Satanas temio por la seguridad de su reino. El caracter pecaminoso del pecado se revelé de tal manera que los hombres temblaron. Qued6é quebrantado el poder que Satands habia ejercido sobre muchos que habian estado bajo su dominio. Habia sido incansable en sus esfuerzos para apartar al Bautista de una vida de entrega a Dios sin reserva; pero habia fracasado. No habia logrado vencer a Jesus. En la tentacién del desierto, Satana: habia sido derrotado, y su ira era grande. Resolvié causar pesar a Cristo hiriendo a Juan. Iba a hacer sufrir a Aquel a quien no podia inducir a pecar (El Deseado de todas las gentes, pp. 195, 196). Cuando Cristo se presento a Juan para el bautismo, Satands estaba entre los que presenciaron ese acontecimiento. Vio el relampago que salia de los cielos sin nubes. Oyo la majestuosa voz de Jehova que resonaba por el cielo, y retumbaba por la tierra como el estrépito del trueno, anunciando: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo compla- cencia”. Vio el brillo de la gloria del Padre que se proyectaba sobre la figura de Jestis, destacando con seguridad inconfundible entre la multi- tud a Aquel a quien reconocia como a su Hijo. Las circunstancias que rodearon esa escena bautismal fueron del maximo interés para Satanas. Entonces se dio cuenta con seguridad que, a menos que pudiera vencer a Cristo, de alli en adelante habria un limite para su poder. Comprendidé que ese mensaje del trono de Dios significaba que el hombre podia llegar mas directamente al cielo que antes, y en su pecho se desperté un odio intensisimo (Comentario biblico adventista, t. 5, p. 1054). Domingo 5 de abril: Prepara el camino del Sefior En medio de las discordias y las luchas, se oy6 una voz procedente del desierto, una voz sorprendente y austera, aunque llena de esperanza: “Arrepentios, que el reino de los cielos se ha acercado”. Con un poder nuevo y extrafio, conmovia a la gente. Los profetas habian predicho la venida de Cristo como un acontecimiento del futuro lejano; pero he aqui que se oja un anuncio de que se acercaba. El aspecto singular de 12 Juan hacia recordar a sus oyentes los antiguos videntes. En sus modales © indumentaria, se asemejaba al profeta Elias. Con el espiritu y poder de Elias, denunciaba la corrupcién nacional y reprendia los pecados pre- lecientes. Sus palabras eran claras, directas y convincentes. Muchos creian que era uno de los profetas que habia resucitado de los muertos. Yoda la nacién se conmovid. Muchedumbres acudieron al desierto. Juan proclamaba la venida del Mesias, e invitaba al pueblo a arre- pentirse. Como simbolo de la purificacién del pecado, bautizaba en las aguas del Jordan. Asi, mediante una lecci6n objetiva muy significativa, declaraba que todos los que querian formar parte del pueblo elegido de Dios estaban contaminados por el pecado y que sin la purificacién del corazén y de la vida, no podrian tener parte en el reino del Mesias. Principes y rabinos, soldados, publicanos y campesinos acudian a oir al profeta. Por un tiempo, la solemne amonestaci6n de Dios los alar- mo. Muchos fueron inducidos a arrepentirse, y recibieron el bautismo. Personas de todas las clases sociales se sometieron al requerimiento del Bautista, a fin de participar del reino que anunciaba (E/ Deseado de todas las gentes, pp. 79, 80). Los votos que asumimos con el bautismo abarcan mucho. En el nombre del Padre, el Hijo y el Espiritu Santo, somos sepultados como en la muerte de Cristo, y levantados a semejanza de su resurreccién, y hemos de vivir una vida nueva. Nuestra vida debe quedar ligada con la vida de Cristo. Desde entonces en adelante el creyente debe tener presente que esta dedicado a Dios, a Cristo y al Espiritu Santo. Debe subordinar a esta nueva relacién todas las consideraciones mundanales. Ha declarado publicamente que ya no vive en orgullo y complacencia propia. Ya no ha de vivir en forma descuidada e indiferente. Ha hecho un pacto con Dios. Ha muerto al mundo y debe vivir para Dios y dedicarle toda la capacidad que le confi6, sin perder jams de vista el hecho de que lleva la firma de Dios; es un stibdito del reino de Cristo, participante de la naturaleza divina. Debe entregar a Dios todo lo que es y todo lo que tiene, empleando sus dones para gloria de su nombre (Joyas de los testimonios, t. 2, p. 396). Debemos guiarnos por la teologia verdadera y el sentido comtn. Nuestras almas deben estar rodeadas por la atmésfera del cielo. Los hombres y las mujeres tienen que vigilarse; han de estar constantemente en guardia, no permitiéndose palabra 0 acto que podria ser causa de que se hablase mal de su conducta. El que profesa seguir a Cristo debe vigilarse, mantenerse puro y sin contaminacién en sus pensamientos, palabras y actos. Su influencia sobre los demas debe ser elevadora. Su vida ha de reflejar los brillantes rayos del Sol de Justicia. Es necesario dedicar mucho tiempo a la oracién secreta en intima comunién con Dios. Unicamente asi pueden ganarse las victorias. La eterna vigilancia es el precio de la seguridad. EI pacto del Sefior ha sido hecho con sus santos. Cada uno ha de 13 discernir sus puntos débiles de caracter, y guardarse celosamente contra ellos. Los que han sido sepultados con Cristo en el bautismo y resuci- tados a la semejanza de su resurreccién, se han comprometido a andar en novedad de vida. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestras vida esta escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vue: tra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:1-4) (Consejos para los maestros, pp. 244, 245). Lunes 6 de abril: “Tu eres mi Hijo amado” Jestis fue nuestro ejemplo en todas las cosas que atafien a la vida y a la piedad. Fue bautizado en el Jordan, asi como deben ser bautiza- dos los que van a él. Los angeles celestiales contemplaban con intenso interés la escena del bautismo del Salvador, y si los ojos de los espec- tadores hubieran podido ser abiertos, habrian visto a la hueste celestial que rodeaba al Hijo de Dios cuando se incliné en la orilla del Jordan. El Sefior habia prometido darle a Juan una sefial para que pudiera saber quién era el Mesias, y en ese momento, cuando Jestis salié del agua, fue dada la sefial prometida; pues vio los cielos abiertos y al Espiritu de Dios -como una paloma de oro brufiido- que se cernia sobre la cabeza de Cristo, y vino una voz del cielo que decia: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”... {Qué significa esta escena para nosotros? {Cuan irreflexivamente hemos leido el relato del bautismo de nuestro Sefior, sin comprender que su significado era de la maxima importancia para nosotros, y que Cristo fue aceptado por el Padre en lugar del hombre! Cuando Jestis se inclino en la orilla del Jordan y elev6 su peticién, la humanidad fue presentada ante el Padre por Aquel que habia revestido su divinidad con humanidad. Jestis se ofrecié a si mismo al Padre en lugar del hombre, para que los que se habian separado de Dios debido al pecado, pudieran regresar a Dios por los méritos del Suplicante divino. La tierra habia estado separada del cielo por causa del pecado, pero Cristo rodea a la raza caida con su brazo humano, y con su brazo divino se aferra del trono del Infinito, y la tierra disfruta del favor del cielo y el hombre queda en comunién con su Dios. La oracién de Cristo en favor de la humanidad perdida se abrié camino a través de todas las sombras que Satanas habia proyectado entre el hombre y Dios, y dejé un claro canal de comunicaciones hasta el mismo trono de la gloria. Las puertas fueron dejadas entreabiertas, los cielos fueron abiertos y el Espiritu de Dios -en forma de una paloma- circund6 la cabeza de Cristo y se oyé la voz de Dios que decia: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Se oy6 la voz de Dios en respuesta a la peticién de Cristo, lo cual le asegura al pecador que su oraci6n hallaré cabida en el trono del Padre. Se les dar spiritu Santo a los que buscan su poder y su gracia, y 14 cL nos ayudara en nuestras debilidades cuando tengamos una audiencia con Dios. El cielo esta abierto para nuestras peticiones, y se nos invita a ir “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Debemos ir con fe, creyendo que obtendremos las mismas cosas que pedimos a Dios (Comentario biblico adventista, t. 5, pp. 1053, 1054). Martes 7 de abril: Después que el Salvador ayuno durante cuarenta dias y cuarenta noches, “tuvo hambre”. Entonces fue cuando Satands se le aparecié. Vino aparentando ser un hermoso angel del cielo, declarando que Dios lo habia comisionado para poner fin al ayuno del Salvador. “Si eres hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (S. Mateo 4:3). Pero en la insinuacién de desconfianza de Satanas, Cristo reconocié al enemigo cuyo poder habia venido a resistir en la tierra. No aceptaria el desafio, ni seria conmovido por la tentacién. Se mantuvo firme en lo afirmativo. “No solo de pan vivira el hombre”, dijo, “sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (vers. 4). Cristo se sostuvo por toda palabra de Dios, y prevalecié. Si noso- tros asumiéramos la misma actitud cuando somos tentados, negandonos a acariciar la tentaci6n o a discutir con el enemigo, la misma experien- cia seria nuestra. Cuando nos detenemos a razonar con el diablo es cuando somos vencidos. Es tiempo de que individualmente tomemos conciencia de que estamos en plena contienda, optemos por la afirma- tiva a los ojos del Sefior, y alli permanezcamos. Asi obtendremos el poder divino prometido (Alza tus ojos, p. 253). Es peligroso abrigar la duda en el corazén aunque sea por un momento. Las semillas de la duda que Faraon sembré cuando recha- z6 el primer milagro, se dejaron crecer y produjeron una cosecha tan abundante que todos los milagros subsiguientes fueron incapaces de persuadirlo de que su posicién era equivocada. Siguié aventurandose en su propio camino, pasando de un grado de indagacién hasta otro, y su corazon se endurecié cada vez mas, hasta que se vio obligado a contemplar los rostros frios e inertes de los primogénitos (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 255). Tenemos gran necesidad de mas fe. Estoy alarmada cuando veo la falta de fe entre los nuestros. Necesitamos ir directamente a la presencia de Cristo, creyendo que curara nuestras dolencias fisicas y espirituales. omos demasiado faltos de fe. ;Oh, como desearia que pudiera inducir a nuestros hermanos a tener fe en Dios! No deben creer que a fin de ejercer fe deben ser acicateados hasta llegar a un alto grado de excitacion. Todo lo que tienen que hacer es creer en la Palabra de Dios, asi como creen en lo que dicen uno al otro. El lo ha dicho, y cumplira su Palabra. Dependa Ud. tranquilamente de las promesas de Dios, porque 15 él quiere decir precisamente lo que dice. Diga: El me ha hablado en su Palabra, y cumplira cada promesa que ha hecho. No os volvais impa- cientes. Confiad. La Palabra de Dios es fiel. Proceded como si pudierais confiar en vuestro Padre celestial (Mensajes selectos, t. 1, pp. 96, 97). Miércoles 8 de abril: “Si me adorares” La presunci6n es una tentacién comin, y cuando Satanas asalta a los seres humanos con ella obtiene la victoria nueve veces de cada diez. Los que profesan ser seguidores de Cristo y por su fe aseguran estar enlistados en la guerra contra todo lo que es de naturaleza pecaminosa, frecuentemente se sumergen pensarlo en tentaciones de las cuales se requeriria un milagro para sacarlos sin mancha. La meditacién y la oracién los habria preservado e inducido a evitar la posicién critica y peligrosa en la cual se colocaron al concederle a Satanas una ventaja sobre ellos. Las promesas de Dios no son para que las reclamemos irre- flexivamente mientras nos apresuramos temerariamente a entrar en el peligro, violando las leyes de la naturaleza y descuidando la prudencia y el juicio con que Dios nos ha dotado. Esta clase de presuncion es la mas flagrante de toda A Cristo le fueron ofrecidos los tronos y los reinos del mundo y la gloria de ellos, si tan solo se postraba para adorar a Satanas. Los seres humanos nunca serén probados con tentaciones tan poderosas como las que asediaron a Cristo. Satanas se acercd con honores mundanales, riquezas y los placeres de esta vida, y se los presenté bajo la luz mas atractiva con el fin de atraerlo y engafiarlo. “Todo esto te daré -le dijo a Cristo- si postrado me adorares” (S. Mateo 4:9). Cristo rechaz6 a su artero enemigo y salié victorioso. El ejemplo de Cristo se halla delante de nosotros. El vencié a Satanas, y nos mostré cémo nosotros también podemos vencerlo. Cristo resistié a Satands con las Escrituras. Podria haber echado mano de su propio poder divino, y hacer uso de sus propias palabras; pero dijo: ; Sagradas Escrituras fueran estudiadas y obedeci- das, los cristianos serian fortalecidos para enfrentar a su astuto enemigo (Exaltad a Jestis, p. 74). Nuestra unica seguridad consiste en no dar lugar al mal; porque sus sugerencias y propésitos siempre nos dafiaran, e impediran que confiemos en Dios. Satanas se transforma en un angel de pureza, para poder, mediante sus especiosas tentaciones, introducir sus artificios, de tal manera, que no discernamos sus trampas. Cuanto mas cedamos, tanto mas poderosos seran sus engafios. No 2guro discutir o parla- mentar con él. Por cada ventaja que le demos al enemigo, él pedira mas. Nuestra unica seguridad consiste en rechazar firmemente la primera insinuaci6n a la presunci6n. A través de los méritos de C: nos ha dado gracia suficiente para resistir a Satands, y ser mas que vencedores. La resistencia es el éxito. “Resistid al diablo, y de vosotros 16 huira”. La resistencia debe ser firme y constante. Perdemos todo lo que yanamos si resistimos hoy para ceder mafiana. Hay quienes se exponen temerariamente al peligro y a las tenta- ciones, y se requeriria un milagro de Dios para sacarlos sin daiio y sin contaminacién. Esos son actos presuntuosos que no agradan a Dios. La tentacién que Satanas presento al Salvador del mundo, de arrojarse desde el pinaculo del templo, fue firmemente enfrentada y resistida. El archienemigo cité una promesa de Dios, de seguridad, para que Cristo pudiera hacer eso seguramente, confiando en la promesa. Jesus hizo frente a esa tentacién con las Escrituras: “Escrito esta, no tentaré Sefior tu Dios” (S. Mateo 4:7). De la misma manera, Satands insta a los hombres a ir a lugares a los que Dios no quiere que vayan, presentan- doles las Escrituras para justificar sus sugerencias. Las promesas de Dios no son para que las reclamemos impruden- temente para protegernos mientras corremos temerariamente hacia el peligro, violando las leyes de la naturaleza, 0 desentendiéndonos de la prudencia y del juicio que Dios nos ha dado. Esto no seria una fe genui- na, sino presunci6n... Satanas acude a nosotros con honor mundano, riquezas y los placeres de la vida. Estas tentaciones son variadas, para adaptarlas a hombres de toda categoria y condicion, para tentarlos y ale- jarlos de Dios, para servirse a si mismos mas que a su Creador. “Todo esto te daré, si do me adorares” (S. Mateo 4:9), le dijo Satanas a Cristo. Y Satanas le dice al hombre: “Todo esto te daré”. “Todo este dinero, toda esta tierra, todo este poder, y honor, y riquezas te daré”; y el hombre queda encantado, engafiado, y traidoramente arrastrado a su ruina (Mente, cardcter y personalidad, t. 1, pp. 24, 25). Jueves 9 de abri : Cristo, el Vencedor Cuando Satands indujo al hombre a pecar, esperaba que el odio que Dios tiene por el pecado lo separaria para siempre del hombre y romperia el vinculo que une el cielo y la tierra. Cuando de los cielos abiertos oy6 la voz de Dios que se dirigia a su Hijo, para él fue como el sonido de un toque de difuntos. Esto le dijo que ahora Dios estaba por unir consigo al hombre mas estrechamente, y que le daria fortaleza moral para vencer la tentaci6n y para escapar de las redes de las trampas satanicas. Satanas sabia muy bien la posicién que Cristo habia ocupado en el cielo como el Hijo de Dios, el Amado del Padre; y el hecho de que Cristo hubiera dejado el gozo y la honra del cielo para venir a este mundo como hombre, lo Ilenaba de temor. Sabia que esta condescen- dencia de parte del Hijo de Dios no presagiaba ningtin bien para él... Habia Ilegado ahora el tiempo cuando el dominio sobre el mundo le seria disputado a Satanas, y su derecho impugnado, y temid que su poder fuera quebrantado. Sabia por las profecias que habia sido anunciado un Salvador cuyo reino no se estableceria con un triunfo terrenal y con honores mundanos y ostentacién. Sabia que las profecias predecian un reino que seria establecido por el Principe del cielo sobre 17 la tierra que él reclamaba como suya. Ese reino abarcaria a todos los reinos del mundo, y entonces cesarian el poder y la gloria de Satanas, y éste recibiria su merecido por los pecados que habia introducido en el mundo y por la desgracia que habia traido sobre la raza humana. Sabia que todo lo que atafiia a su prosperidad dependia de su éxito 0 fracaso al procurar vencer a Jestis con sus tentaciones, e hizo que el Salvador soportara todas las artimafias de que disponia para apartarlo de su inte- gridad mediante sus seducciones (Comentario biblico adventista, t. 5, pp. 1054, 1055). Cada uno de nosotros sera tentado intensamente; nuestra fe sera sometida a prueba hasta un grado maximo. Debemos tener una cone- xi6n viva con Dios; debemos ser participantes de la naturaleza divina; entonces no seremos engaiiados por las invenciones del enemigo, y escaparemos de la corrupcion reinante en el mundo a causa de la con- cupiscenci: Necesitamos estar anclados en Cristo, arraigados y fundados en la fe. Satands obra mediante sus instrumentos. Elige a los que no han estado bebiendo en las aguas vivas, cuyas almas estan sedientas de algo nuevo y original, y que siempre estan listos a beber en cualquier fuente que se les ofrezca. Se oiran voces que digan: “Mirad, aqui esta el Cristo”, 0 “Mirad, alli esta”; pero no debemos creerlas. Tenemos evidencias innegables de la voz del Pastor verdadero, y él nos esta llamando para que le sigamos. Nos dice: “He guardado los mandamien- tos de mi Padre”. Conduce a sus ovejas por la senda de la obediencia humilde a la ley de Dios, pero nunca las insta a transgredirla (Mensajes selectos, t. 2, p. 57). Viernes 10 de abril: Para estudiar y meditar El Deseado de todas las gentes, pp. 89-105. Leecién 3 {Quién es Jesucristo? Sabado 11 de abril is vino a este mundo en humildad. Era de familia pobre. La Majestad de los cielos, el Rey de gloria, el Jefe de las huestes angélicas. se rebajé hasta aceptar la humanidad y escogié una vida de pobreza y humillacion. No tuvo oportunidades que no tengan los pobres. El traba- jo rudo, las penurias y privaciones eran parte de su suerte diaria. “Las zorras tienen cuevas -decia- y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza” (S. Lucas 9:58) Jestis no buscé la admiracién ni los aplausos de los hombres. No mando ejército alguno. No gobern6 reino terrenal alguno. No corrié tras los favores de los ricos y de aquellos a quienes el mundo honra. No procur6 figurar entre los caudillos de la nacién. Vivid entre la gente humilde. No tuvo en cuenta las distinciones artificiosas de la sociedad. Desdeiié la aristocracia de nacimiento, fortuna, talento, instruccién y categoria social (E/ ministerio de curacion, p. 149). Domingo 12 de abril: Reacciones ante Jesus Jestis estaba delante de la gente como exponente vivo de las pro- fecias concernientes a él mismo... Su actitud impresionante y el mara- villoso significado de sus palabras conmovieron a los oyentes con un poder que nunca antes habian sentido... Mientras sus corazones estaban movidos por el Espiritu Santo, respondieron con fervientes amenes y alabaron al Sefior Pero cuando Jestis anuncié: “Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oidos”, se sintieron inducidos repentinamente a pensar en si mismos y en los asertos de quien les dirigia la palabra. Ellos, israelitas, hijos de Abrahan, habian sido representados como estando en servidumbre. Se les hablaba como a presos que debian ser libra- dos del poder del mal; como si habitasen en tinieblas, necesitados de la luz de la verdad. Su orgullo se ofendid, y sus recelos se des- pertaron {Quién es este Jestis? preguntaron. El que se habia arrogado la oria del Mesias era el hijo de un carpintero, y habia trabajado en su oficio con su padre José. Le habian visto subiendo y bajando trabajo- samente por las colinas; conocian a sus hermanos y hermanas, su vida y sus ocupaciones... Al abrir la puerta a la duda, y por haberse enternecido momenta- heamente, sus corazones se fueron endureciendo tanto mas. Satands estaba decidido a que los ojos ciegos no fuesen abiertos ese dia, ni 19 libertadas las almas aherrojadas en la esclavitud. Con intensa energia, obr6 para aferrarlas en su incredulidad... Las palabras de Jestis a sus oyentes en la sinagoga Ilegaron a la raiz de su justicia propia, haciéndoles sentir la amarga verdad de que habian apartado de Dios y habian perdido su derecho a ser su pueblo. Cada palabra cortaba como un cuchillo, mientras Jestis les presentaba su verdadera condicién. Ahora despreciaban la fe que al principio les inspirara. No querian admitir que Aquel que habia surgido de la pobreza y la humildad fuese otra cosa que un hombre comin. Su incredulidad engendré malicia. Satands los dominé, y con ira clamaron contra el Salvador. Se habian apartado de Aquel cuya misién era sanar y restaurar; y ahora manifestaban los atributos del destructor (El Deseado de todas las gentes, pp. 204-206). En el encuentro de Cristo con los discipulos de Juan el Bautista encontramos una lecci6n de fe. Cuando Juan el Bautista se encontraba prisionero en una mazmorra solitaria cay6 en el desaliento, por lo que envié a sus discipulos a Jesus, preguntandole: “;Eres ti aquel que habia de venir, 0 esperaremos a otro?” (S. Mateo 11:3). Cristo conocia la misién que traian los mensajeros, y mediante una grandiosa demos- tracién de su poder les dio evidencias inconfundibles de su divinidad. Volviéndose hacia la multitud habl6, y los sordos oyeron su voz. Hablo nuevamente, y los ojos de los ciegos fueron abiertos para ver las belle- zas de la naturaleza... Extendié su mano y a su toque la fiebre abandoné a los enfermos. Por su mandato los endemoniados fueron sanados, y cayendo a sus pies le adoraron. Volviéndose luego hacia los discipulos de Juan dijo: “Id, y haced saber a Juan las cosas que ois y veis” (vers. 4). El mismo Jestis que realiz6 aquellas obras poderosas es hoy nues- tro Salvador y esta dispuesto a manifestar su poder en nuestro favor como lo hizo en favor de Juan el Bautista. Cuando estemos rodeados por circunstancias adversas, asediados por dificultades que parecen imposibles de vencer, no debemos murmurar, sino recordar la amante benevolencia del Sefior en lo pasado. Mirando a Jesiss, el autor y consu- mador de nuestra fe, podremos mantenernos como viendo al Invisible, y esto impedira que nuestras mentes sean nubladas por la sombra de la incredulidad (Reflejemos a Jesiis, p. 344). Lunes 13 de abril: Hijo de Dios Desde el principio ha sido el plan ideado por Satanas hacer que los hombres se olvidaran de Dios para poder aprisionarlos. Ha procurado, pues, desfigurar el caracter de Dios a fin de que los hombres tengan un falso concepto de él. Ante la mente de ellos, el Creador ha sido presentado como revestido con los atributos del principe del mal -como arbitrario, severo e implacable- para que fuera temido, rehuido y aun odiado por los hombres... Cristo vino para revelar a Dios ante el mundo como un Dios de 20 imor, de misericordia, ternura y compasion. El Redentor del mundo despejo las densas tinieblas con las que Satanas habla recubierto el trono de la Deidad, y otra vez el Padre se manifesté a los hombres como la Luz de la vida (En lugares celestiales, p. 8). La dignidad de Cristo como Maestro divino era de un orden superior a la de los sacerdotes y gobernantes. Era diferente de toda la pompa mundana, pues era divina. Hacia caso omiso a toda ostentacién mundanal, y mostraba que consideraba los niveles sociales, fijados por la opulencia y el rango, como enteramente sin valor. El habia descen- dido... de su alto puesto de comando para traer a los seres humanos el poder de llegar a ser hijos de Dios; y el rango terrenal no tenia el mas minimo valor para él. Podria haber traido consigo a diez mil angeles si le hubieran podido ayudar en la obra de redimir a la raza caida (Reflejemos a Jestis, p. 220). Cristo es la fuente de toda sabiduria porque est4 al mismo nivel del Dios eterno. En su humanidad, la gloria de la luz divina se reflejaba directamente sobre él, iluminando a su vez al mundo y a los que le recibian y creian en él. Su personalidad humana mostraba su perfeccién y excelencia de caracter, y su voz, aunque usaba el simple lenguaje humano, tenia autoridad como la voz de Dios, porque estaba en perfec- ta unidad con él y provenia del centro de su gloria (Fundamentals of Christian Education, p. 406). El soberano del universo no estaba solo en su obra benéfica. Tuvo un compaiiero, un colaborador que podia apreciar sus designios, y que podia compartir su regocijo al brindar felicidad a los seres creados. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios” (S. Juan 1:1, 2). Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en natura- leza, en caracter y en propésitos; era el nico ser que podia penetrar en todos los designios y fines de Dios. “Y Ilamarase su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Principe de paz”. “Sus salidas son desde el principio, desde los dias del siglo” (Isafas 9:6; Miqueas 5:2). Y el Hijo de Dios, hablando de si mismo, declara: “Jehova me poseia en el principio de su camino, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternalmente tuve el principado... Cuando establecia los fundamentos de la tierra; con él estaba yo ordenandolo todo; y era su delicia todos los dias, teniendo solaz delante de él en todo tiempo” (Proverbios 8:22-30). El Padre obré por medio de su Hijo en la creacién de todos los seres celestiales. “Porque por él fueron criadas todas las cosas... sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue cria- do por él y para éI” (Colosenses 1:16). Los angeles son los ministros de Dios, que, irradiando la luz que constantemente dimana de la presencia de él y valiéndose de sus rapidas alas, se apresuran a ejecutar la volun- tad de Dios. Pero el Hijo, el Ungido de Dios, “la misma imagen de su 21 sustancia”, “el resplandor de su gloria” y sostenedor de “todas las cosas con la palabra de su potencia”, tiene la supremacia sobre todos ellos. Un “trono de gloria, excelso desde el principio”, era el lugar de su santua- rio; una “vara de equidad”, el cetro de su reino. “Alabanza y magnifi- cencia delante de é1: fortaleza y gloria en su santuario”. “Misericordia y verdad van delante de tu rostro” (Hebreos 1:3, 8; Jeremias 17:1 2; Salmo 96:6; 89:14) (Patriarcas y profetas, pp. 11, 12). Martes 14 de abril: Hijo del Hombre No podemos entender cémo Cristo se hizo un pequefio e indefenso bebé. El pudo haber venido a la tierra con tal hermosura que se diferen- ciara totalmente de los hijos de los hombres. Su rostro pudo haber sido radiante de luz, y su cuerpo alto y hermoso. Pudo haber venido en una forma tal que encantara a los que lo miraran; pero ésta no fue la forma en la cual Dios planeé que apareciera entre los hijos de los hombres. Debia ser semejante a los que pertenecian a la familia humana ya la raza judia. Sus facciones tenian que ser semejantes a las de los seres humanos, y no debia tener tal belleza en su persona que la gente lo sefialara como diferente de los demas. Debia venir como miembro de la familia humana y presentarse como un hombre ante el cielo y la tierra. Habia venido a tomar el lugar del hombre, a comprometerse en favor del hombre, a pagar la deuda que los pecadores debian. Tenia que vivir una vida pura sobre la tierra, y mostrar que Satands habia dicho una falsedad cuando afirmé que la familia humana le pertenecia a él para siempre, y que Dios no podia arrancarle a los hombres de sus manos (Exaltad a Jestis, p. 69). Cristo dejé de lado los hogares de los ricos, las cortes de la reale- za, los renombrados centros de educacion, y se establecié en un hogar humilde y despreciado de Nazaret. Su vida, desde el principio hasta el fin, fue de humildad y modestia. La pobreza Ilegé a ser sagrada por su vida de pobreza. No quiso asumir una actitud de formalidad que hubiera impedido a los hombres y mujeres de condicién mas modesta que vinie- ran a su presencia y escucharan sus enseiianzas.... Ningin maestro honré de esa manera al hombre como lo hizo Jesucristo. Era conocido como amigo de publicanos y pecadores. Se mezclaba con todas las clases y sembraba la verdad en el mundo. En el mercado y la sinagoga proclam6 su mensaje. Aliviaba toda suerte de suftimiento, tanto fisico como espiritual... Se entreg total y completa- mente a la obra de salvar almas... Mientras andaba “haciendo bienes”, la experiencia de cada dia era una entrega de su vida. Solo de una manera podia sostenerse esa vida. Jestis vivia en total dependencia de Dios y en comunién con él. Los hombres acuden de vez en cuando al lugar secreto del Altisimo, a la sombra del Omnipotente; permanecen alli por un tiempo, y los resi tados se manifiestan en buenas obras; luego falla su fe, se interrumpe 22 la comunion, y la obra de la vida se arruina. Pero la vida de Jestis fue de constante confianza, sostenida por una comunién continua; y su servicio para el cielo y la tierra no vio fracasos ni vacilaciones. Como hombre suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba con la corriente celestial que conectaba la humanidad con la divinidad. Recibia vida de Dios y la impartia a los hombres (Dios nos cuida, p. 333). Miércoles 15 de abril: “El Cristo de Dios” Jesus hizo entonces una segunda pregunta relacionada con los dis- cipulos mismos: “Y vosotros, ,quién decis que soy?” Pedro respondid: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde el principio, Pedro habia creido que Jesiis era el Mesias. Muchos otros que habian sido convencidos por la predicacién de Juan el Bautista y que habian aceptado a Cristo, empezaron a dudar en cuanto a la misién de Juan cuando fue encarcelado y ejecutado; y ahora dudaban que Jestis fuese el Mesias a quien habian esperado tanto tiempo. Muchos de los discipulos que habian esperado ardientemente que Jestis ocupase el trono de David, le dejaron cuando percibieron que no tenia tal intencién. Pero Pedro y sus compaiieros no se desviaron de su fidelidad. El curso vacilante de aquellos que ayer le alababan y hoy le condenaban no destruy6 la fe del verdadero seguidor del Salvador. Pedro declaré: “Ta eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. El no esperé que los honores regios coronasen a su Sefior, sino que le acept6 en su humillaci6n. Pedro habia expresado la fe de los doce. Sin embargo, los discfpu- los distaban mucho de comprender la misién de Cristo. La oposicién y las mentiras de los sacerdotes y gobernantes, aun cuando no podian apartarlos de Cristo, les causaban gran perplejidad. Ellos no veian cla- ramente el camino. La influencia de su primera educacién, la ensefianza de los rabinos, el poder de la tradicién, seguian interceptando su visién de la verdad. De vez en cuando resplandecian sobre ellos los preciosos rayos de luz de Jess; mas con frecuencia eran como hombres que andaban a tientas en medio de las sombras. Pero en ese dia, antes que fuesen puestos frente a frente con la gran prueba de su fe, el Espiritu Santo descansé sobre ellos con poder. Por un corto tiempo sus ojos fueron apartados de “las cosas que se ven”, para contemplar “las que no se ven”. Bajo el disfraz de la humanidad, discernieron la gloria del Hijo de Dios. © Jestis contesté a Pedro: “Bienaventurado eres, Simén, hijo de Jonas; porque no te lo revelé carne ni sangre, mas mi Padre que esta en los cielos.” (El Deseado de todas las gentes, p. 379, 380). No es suficiente que creamos que Jestis no es un impostor, y que la religion de la Biblia no consiste en fabulas arteramente compuestas. Podemos creer que el nombre de Jestis es el tinico nombre debajo del 23

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