Interpretación del plano urbano de Madrid y Barcelona
Pueden observarse rasgos comunes derivados de la existencia de un patrón general, al ser dos ciudades del mismo tamaño y en el mismo país. Las unidades morfológicas homogéneas son: El casco urbano antiguo, de morfología irregular. El Ensanche, con trazado rectangular en damero, en Barcelona cruzado por dos vías en diagonal. Una organización polinuclear, exterior al Ensanche, de estructura irregular, que coincide con antiguos núcleos rurales integrados en la ciudad. En el caso de Madrid, una zona singular, la Ciudad Lineal. La interpretación histórica del crecimiento de las dos ciudades sería la siguiente: Las cuatro áreas diferenciadas han tenido un origen histórico diferente, lo que explica sus rasgos fundamentales. El casco antiguo ha venido conformándose en un largo período de siglos, siendo el emplazamiento primitivo de ambas ciudades en la proximidad al agua. Algunas modificaciones de su trazado interior han sido fruto de operaciones urbanísticas más recientes, lo que no ha servido para transformar fundamentalmente la morfología de este área de la ciudad. El Ensanche obedeció a la planificación unitaria del crecimiento de la ciudad, característica del siglo pasado, y que tuvo en la nueva clase burguesa su máximo impulso. Ello explica la trama urbana geométrica y ortogonal, y que en el caso de Barcelona participa de la concepción barroca de la perspectiva, con las dos amplias diagonales que la cruzan. La planificación del crecimiento urbano no absorbió el incremento demográfico originado por las corrientes migratorias. Fuera del perímetro del Ensanche, la población obrera fue instalándose en núcleos rurales cercanos a la ciudad central. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el crecimiento fue más rápido en aquellas zonas situadas en la proximidad del ferrocarril o unidas a la ciudad por tranvía. En el caso de Barcelona, el crecimiento de determinadas áreas fue grande al instalarse la industria en su cercanía. El relleno del Ensanche, ocupado por las clases medias, y el crecimiento de los núcleos satélites, próximos a ambas aglomeraciones, han empastado el uno en los otros, formando un todo continuo, en una misma unidad, mediante la anexión jurídica de los municipios afectados por la ciudad central. Finalmente, el trozo de Ciudad Lineal que aparece en el plano urbano de Madrid, corresponde a la materialización parcial de un proyecto más ambicioso que pretendía la construcción de una cinta urbanizada que diera la vuelta a la ciudad. La realización fue mucho más modesta
EL CRECIMIENTO HISTÓRICO DE MADRID.
1- ORÍGENES DE LA CIUDAD. EL MADRID MEDIEVAL. Sobre la meseta castellana, en el centro de la península, entre los ríos Guadarrama al norte y Tajo al sur, aparece la ciudad de Madrid. Las primeras noticias de la existencia de Madrid se atribuyen a Abderramán II (812-856) quien la fundó como enclave árabe. A mediados del siglo IX se establece una alcazaba amurallada ante las frecuentes incursiones de leoneses y castellanos durante el proceso de la Reconquista. A finales del siglo IX y tras la conquista de Alfonso VI la ciudad de Magerit queda definitivamente inmersa en la zona de influencia cristiana. La alcazaba pasa a ser un alcázar cristiano y la mezquita se transformó en iglesia bajo la advocación de la Virgen de la Almudena ( la leyenda afirma que apareció una virgen en la muralla próxima al almudín o almacén de trigo) El recinto musulmán estaba delimitado por Puerta Cerrada, Puerta de moros, Puerta de Guadalajara y Puerta de Santa María. Durante la Edad Media Madrid será una villa sin excesiva importancia. En tiempos de los reyes Católicos la ciudad se iba extendiendo hacia el este por la ribera del Manzanares y Alcalá y hacia el sur por Atocha. La puerta de Guadalajara era el centro de irradiación de tres importantes ejes: el de la calle Mayor, el de la calle Atocha y el de la calle Toledo. 2- EL MADRID DE LOS AUSTRIAS. El factor esencial que marca el inicio de Madrid como núcleo urbano surge con Felipe II cuando en 1561 traslada la corte a esta ciudad iniciándose el despegue político y económico de la ciudad. La decisión de los Austrias hizo que Madrid se convirtiera en una de las ciudades más representativas del país y sufrió un rapidísimo crecimiento en todos los ámbitos. Felipe II mandó construir una cerca que da una nueva configuración a la ciudad. La puerta del Sol se amplía hacia el camino de Alcalá, la de Antón Martín hacia Atocha y la de la Latina hacia la actual Puerta de Toledo. La ciudad crece al incrementarse la población. Felipe IV en 1625 ordena construir, ante el crecimiento de la ciudad, una nueva cerca o muralla que se mantendrá hasta mediados del siglo XIX. Esta cerca se extendía por la calle Princesa, los bulevares, el Paseo del Prado, la calle Segovia y la ronda de Toledo. En esta cerca se abrían 5 puertas: Alcalá, Atocha, Toledo, Segovia y Bilbao. El Madrid de los Austrias es conocido a través del plano de Texeira (1656) y en él se puede observar: Una estructura urbana confusa. Un plano irregular en el que aparecen pocos espacios verdes. Al oeste se sitúa el Alcázar, residencia real; al este el Palacio del Retiro con jardines reales. La mayor parte de los edificios (1/3 de la superficie) pertenecen a órdenes religiosas. Las principales vías de comunicación parten de la Puerta del SOL. La red viaria es estrecha y sinuosa aunque existen algunas plazas. El sistema generalizado de transporte es el peatonal y los carruajes solo se utilizan para el transporte de mercancías y como signo de riqueza. Las zonas comerciales y artesanales se sitúan en las plazas y en las calles adyacentes, especializándose cada una de ellas en una mercancía o actividad: en la calle Mayor se localiza el comercio de lujo (joyeros, orfebres, sedas...); el pescado se vende en la plaza de la Cebada; la carne en el rastro; las flores y plantas en la Puerta de la Cruz; se abren nuevos mercados en las plazas de Antón Martín, Santo Domingo y Red de San Luis. Calles que conservan todavía la actividad que concentraron entonces: cuchilleros, bordadores, curtidores... El anárquico crecimiento de la ciudad provocó una serie de problemas como el hacinamiento de la población, insuficiencia de servicios, deficiente saneamiento, falta de agua... 3- EL MADRID DE LOS BORBONES. El siglo XVIII supone pocos cambios en Madrid aunque la monarquía hizo algunas reformas urbanísticas: mejoró el empedrado, se inicia el alcantarillado, mejora la iluminación, etc. La monarquía borbónica puso un gran empeño en la construcción de los reales sitios (La Granja, Aranjuez) y procede a la edificación del nuevo Palacio real tras el incendio del antiguo alcázar en 1734. Carlos III inició una remodelación de Madrid mejorando su aspecto externo e iniciando un incipiente urbanismo. Transformó el Paseo del Prado en un amplio paseo con árboles y adornado de simbólicas fuentes (Cibeles, Apolo, Neptuno) Se abrió la Puerta de Alcalá. Se crearon paseos como el de La Florida, el de Delicias, el de Acacias, así como rondas y glorietas. Fundó Academias y Museos ( Museo del Prado, Jardín Botánico, Observatorio astronómico...) Los servicios públicos mejoraron y se creó el cuerpo de serenos que vigilaban la noche madrileña 4- MADRID EN EL SIGLO XIX. El siglo XIX fue un siglo de agitaciones políticas y sociales. Durante el breve reinado de José Bonaparte se realizaron reformas urbanísticas: se derribaron templos y conventos, se abren numerosas plazas (Oriente Santa Ana, santa Bárbara, Las Cortes, San Miguel, San Martín) por lo que a José I se le conoce también como el rey “plazuelas”. Se construyeron los primeros cementerios en las afueras de la ciudad al prohibirse dar sepultura en las iglesias. El rápido crecimiento demográfico hace necesario el desarrollo de la ciudad. La población a mediados de siglo era de 200.000 habitantes y ante la imposibilidad de un crecimiento horizontal por la existencia de una cerca, la ciudad crece en altura construyéndose casas de 4 pisos y buhardilla. Tras la desamortización de Mendizábal y la demolición de conventos se abrieron calles y plazas, se construyeron nuevas viviendas, edificios públicos y mercados; se mejoró el alcantarillado y el alumbrado de gas. De esta época son la Plaza de Pontejos, del Correo, Progreso y Bilbao. En 1860 se aprobó el plan de Carlos Mª de Castro que preveía ensanches en el barrio de Salamanca y Argüelles en los que se asienta la burguesía acomodada. En 1868 se derriba la antigua cerca y Madrid queda dividido en 3 zonas: el casco interior, el ensanche y el extrarradio. El casco viejo está saturado, los ensanches son para la burguesía y el extrarradio pasa a ser la zona de asentamiento del creciente proletariado (barrio de Cuatro Caminos)
5- MADRID EN EL SIGLO XX.
La población madrileña siguió creciendo aceleradamente lo que plantea nuevas necesidades en el orden de la planificación urbana y de los servicios públicos. La expansión de la ciudad es tentacular en torno a las vías de comunicación: Por el norte Chamartín se une a Madrid por los barrios de Tetuán y la calle Bravo Murillo. Por el sur, por la carretera de Toledo, los Carabancheles se unen a la capital por la calle General Ricardos. Por la carretera de Valencia, Madrid se prolonga hacia Vallecas. Por la carretera de Aragón, por Canillejas, Canillas y Vicálvaro. Por la carretera de Burgos, por Fuencarral.
El crecimiento de Madrid se verá frenado por el Retiro. El Manzanares, la Casa
de Campo, el Parque del Oeste y el Arroyo Abroñigal. En los primeros años del siglo XX hay que destacar las iniciativas urbanizadoras de Arturo Soria (Ciudad-Lineal), la apertura de la Gran Vía y la inauguración del metro (1919) Tras la Guerra Civil la reconstrucción y la industrialización son dos de las metas principales del Estado pues tras la contienda la ciudad quedó destrozada. En la década de los 50 España deja el aislacionismo y firma los pactos con EEUU. El fuerte crecimiento demográfico unido al éxodo rural provocó una enorme demanda de viviendas. Se crearon poblados de absorción en Entrevías y Orcasitas, en el extrarradio, donde las viviendas no poseían las condiciones mínimas. Se adoptan una serie de medidas de protección y desgravación fiscal para fomentar la iniciativa privada en la construcción de viviendas. La iniciativa privada comenzó a interesarse por la construcción de nuevos barrios y colonias residenciales: Puerta de Hierro, Mirasierra, la Concepción, Niño Jesús, Moratalaz... El plan de estabilización y el desarrollismo provocan un gran desarrollo de Madrid. Un nuevo plan de ordenación urbana propició el crecimiento de la zona norte. El plan no es frenar el crecimiento de Madrid sino canalizarlo hacia otros municipios del área metropolitana como Alcobendas, Alcorcón, Getafe, Leganés, Coslada, San Fernando de Henares, San Sebastián de los Reyes .El estancamiento demográfico del municipio de Madrid, sobre todo en sus zonas centrales, refuerza la descongestión del casco antiguo. Se promueve la construcción de oficinas en los grandes ejes (Castellana, Colón, Azca..). Se promueve la construcción de viviendas en régimen de cooperativas en Aluche, Campamento, Móstoles, San Blas... Se inician los polígonos de descongestión industrial en Guadalajara, Toledo y Alcalá de Henares.