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MEDICAMENTOS ANTI-HIPERTENSIVOS

Es preferible prevenir que tratar la hipertensión con medicamentos. Para prevenir la


hipertensión lo mejor es limitar la ingesta de sal y grasas saturadas y controlar el peso.
Por otra parte, independientemente de los medicamentos que se estén tomando para la
presión arterial, si ha conseguido mantener su presión normal durante mas de un año, se
puede ir disminuyendo la dosis y monitorear si puede mantener el control de la presión
con un tratamiento sin medicamentos.

Antagonistas del receptor de la angiotensina

No hay evidencia de que este tipo de medicamentos tengan el mismo efecto protector
sobre el corazón y el riñón que los inhibidores del enzima conversor de la angiotensina.
Este tipo de medicamentos ocasiona los mismos problemas en la mujer embarazada que
los anteriores pero no producen tos seca con tanta frecuencia.

La utilización de este tipo de medicamentos debe reservarse para casos en que no se


toleran los inhibidores del enzima conversor de la angiotensina.

Candesartán, Eprosartán, Irbesartán, Losartán , Telmisartán , Valsartá

Alfa-receptores

Aquí se incluye el carvedilol (Coreg) y el labetalol (Normodyne, Trandate). Los efectos


secundarios indeseables son parecidos a los de otros beta-bloqueadores pero pueden
ocasionar con mayor frecuencia hipotensión ortostática. Labetalol se ha asociado con
hepatotoxicidad.

Alfa-bloqueadores

Este tipo de medicamentos también se utilizan para tratar la hiperplasia prostática. Los
pacientes que utilizan este tipo de compuesto (Cardura) tienen un mayor riesgo de
hospitalización que los que utilizan otros diuréticos mas antiguos y más baratos.

Los alfa-bloqueadores pueden ocasionar taquicardia y sincope. También están asociadas


a otros efectos adversos como dolor de cabeza, retención de líquidos, mareos, debilidad,
efectos anticolinérgicos y erección prolongada y dolorosa. Las mujeres que toman
bloquedores alfa también presentan con mayor frecuencia incontinencia urinaria.

Agonistas alfa-adrenérgicos centrales

Aquí se incluye el clonidina (Catapres), guanabenz (Wytensin), y metildopa (Aldomet).


Olvidarse de una dosis de clonidina desencadena efectos adversos severos incluyendo
sudoración, temblor, enrojecimiento, e hipertensión severa. La clonidina puede provocar
depresión. El guanabenz tiene efectos secundarios parecidos.

La metidopa puede ocasionar parkinson, perdida de la capacidad de pensar, problemas


autoinmunes y hepatitis.
Es preferible no utilizar este tipo de medicamentos.

Vasodilatadores

La utilización de medicamentos de esta familia puede provocar taquicardia y retención


de fluidos. Los vasodilatadores deben darse con beta-bloqueadores (para enlentecer el
ritmo cardíaco) y un diurético glomerular (para reducir la acumulación de sodio y agua).

Estos medicamentos no deben recetarse a pacientes con coronariopatía. La hidraliacina


(Apresoline) puede producir lupus eritematoso. El minoxidil (Loniten) se reserva para la
hipertensión severa que no responde a otro tipo de medicamentos. Puede ocasionar una
retención severa de líquidos y crecimiento excesivo del pelo.

Agonistas alfa-adrenérgicos periféricos

Estos medicamentos se usan muy poco porque pueden producir reacciones adversas
severas. La reserpina puede provocar depresión, mareos, enrojecimiento de la piel y
bradicardia. El guanadrel disminuye el volumen de sangre que bombea el corazón y
provoca hipotensión ortostática y en el ejercicio.

Diuréticos Los diuréticos actúan esencialmente disminuyendo el volumen sanguíneo, lo


que disminuye a su vez la tensión sobre las paredes arteriales. Existen cuatro clases
distintas en la actualidad, de las cuales sólo los derivados tiazídicos son recomendados
para el tratamiento de la hipertensión. Esto se debe a: la alteración del equilibrio
hidroelectrolítico por la pérdida de agua y electrolitos que pueden suceder con su uso, y
a la falta de beneficios demostrables en el tratamiento a largo plazo de la hipertensión.

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