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Indicios de una posible relación entre el mundo físico y la conciencia

Las reacciones aleatorias se alteran cuando ocurre algo importante para la sociedad

Un experimento iniciado en 1970 y presente en 65 países desvela una


sorprendente relación entre los acontecimientos importantes para la
sociedad humana y las reacciones físicas aleatorias. No sólo se
desvían de sus valores habituales cuando ocurre algo significativo
en la sociedad, sino que la alteración puede producirse incluso antes
de que el acontecimiento relevante tenga lugar. Ocurrió horas antes
del 11 de septiembre y en vísperas del tsunami asiático. La
investigación, aunque ya tiene 35 años, está todavía en sus primeros
pasos y no puede considerarse concluyente, si bien sugiere que una
relación todavía desconocida para la ciencia existe entre el mundo
físico y el mundo de la conciencia. Por Eduardo Martínez.

na red mundial de generadores de números aleatorios muestra anomalías de


funcionamiento cuando se producen acontecimientos que afectan a millones de
personas, según un experimento iniciado en 1998 y que hoy tiene presencia en
países de todos los continentes.

La red se llama The Global Consciousness Project (GCP) y representa el primer


esfuerzo internacional para explorar si la atención social que comparten millones de
personas cuando ocurren determinados acontecimientos relevantes, puede ser
medida y validada científicamente.

La red GCP lleva operando desde hace 35 años y tiene presencia en 65 países,
desde Alaska a las islas Fidji. Funciona en todos los continentes del globo y en
todas las franjas horarias. En ella trabajan 75 investigadores, analistas e
ingenieros.

Aunque está alojada oficialmente en la Universidad de Princeton y muchos de los


investigadores participantes forman parte del estrato académico, la red GCP no
está financiada por subvenciones universitarias, sino por una serie de
patrocinadores. Entre ellos destacan The Princeton Engineering Anomalies
Research y The Linux Documentation Project.

The Princeton Engineering Anomalies Research (PEAR) fue creado en 1979 por el
decano de la Escuela de Ingeniería y Ciencia Aplicada de la Universidad de
Princeton, Robert G. Jahn, con la finalidad de estudiar científicamente la interacción
entre la conciencia humana y los instrumentos mecánicos y físicos. Entre los
artículos explicativos de esta experiencia destaca el publicado por la
revista Foundations of Physics Letters. El texto íntegro ha sido difundido por GCP.

Conciencia y realidad
Robert G. Jahn ha dedicado un equipo de ingenieros, físicos, sicólogos y humanistas
a desarrollar una serie de experimentos y elaborar modelos teóricos que
contribuyan a explicar el papel que juega la conciencia en el establecimiento de la
realidad física.

La búsqueda de una posible relación entre la conciencia y la realidad material es


una vieja tarea de la física teórica que fue perfectamente explicada en 1984 por
John Wheeler y Wojcieck Zurek, cuando escribieron en su obra Quantum Theory
and Measurement que son necesarios los observadores para dar existencia al
mundo. Al buscar la posible relación entre la conciencia humana y determinados
acontecimientos, el GCP forma parte de esa línea de investigaciones.

GCP funciona mediante una red de generadores numéricos aleatorios (GNA, REN en
inglés). Una vez por segundo, cada GNA experimenta con 200 bits, es decir, con
200 ceros y unos, para determinar cuál de los dos dígitos prevalece. Es como tirar
200 veces una moneda al aire para determinar cuántas veces cae cara y cuántas
cruz.

GNA utiliza la tecnología informática para generar dos números –el 1 y el 0-


continuamente, en una secuencia totalmente aleatoria, emulando así el ejemplo de
la moneda arrojada al aire, con dos posibles resultados: cara o cruz. Las secuencias
resultantes se reflejan en gráficos. Las desviaciones en estas emisiones o en sus
resultados provocan la aparición de curvas en los gráficos.

Leyes clásicas de cambio y de los Grandes Números

Estas secuencias se rigen por las leyes clásicas del cambio, así como por la ley de
los grandes números. Las leyes clásicas de cambio, como las leyes de Newton sobre
la conservación de los momentos lineales, dictan que los generadores emiten igual
cantidad de unos y de ceros en cada experimento.

La Ley de los Grandes Números, considerada el primer teorema fundamental de la


teoría de la probabilidad, establece a su vez que la frecuencia relativa de los
resultados de un cierto experimento aleatorio, tienden a estabilizarse en cierto
número, que es precisamente la probabilidad, cuando el experimento se realiza
muchas veces.

Según ambas leyes, por tanto, cada segundo del experimento GCP se emite la
misma cantidad de unos y ceros en 65 países diferentes del mundo, al mismo
tiempo que las probabilidades de que predominen unos o ceros tiende a
estabilizarse en el tiempo en todos los experimentos, representando así la
probabilidad.

Un programa presente en cada ordenador de la red registra las secuencias


aleatorias resultantes de cada generación de unos y ceros. Memoriza esas
resultantes y envía los datos, cada cinco minutos, al servidor central de Princeton,
donde son comparados informáticamente con los datos obtenidos por el mismo
procedimiento por el resto de la red.

Impacto social y aleatoriedad


Lo que ha sorprendido a los científicos es que cada vez que ocurre algo que tiene
un gran impacto social, las secuencias de estos generadores numéricos aleatorios
se alejan de los valores habituales, mostrando desviaciones extraordinarias. Han
constatado que un fenómeno social impactante influye en el comportamiento del
generador, tal como sugiere la metáfora del gato de Schrödinger.

Por ejemplo, si después de varios años de arrojar monedas al aire se establece que
en un 35% cae cara y un 65% cae cruz, esos valores cambian radicalmente cuando
ocurre algo importante que capta la atención de mucha gente en el mundo,
desviándose de los valores ordinarios.

Estos cambios en los comportamientos aleatorios se han detectado en una serie de


episodios, como el bombardeo de una embajada, el ataque terrorista del 11 de
septiembre, una catástrofe aérea o una toma de rehenes. Incluso en el reciente
tsunami asiático.

Los generadores funcionan constantemente, generando millones de números y


gráficos segundo a segundo, día a día, extraidos del ruido cuántico. La mayoría del
tiempo, el gráfico que refleja los resultados de este juego aleatorio se mantiene
más o menos en una línea plana, que refleja la probabilidad.

Cambio sorprendente

Sin embargo, el 6 de septiembre de 1997, cambió: el gráfico subió hacia arriba,


registrando un cambio repentino. Los científicos lo achacaron a la atención centrada
de millones de personas en el entierro de Diana de Gales en la abadía de
Westminster.

En otros momentos del experimento, importantes acontecimientos sucedidos en el


mundo hicieron variar las fluctuaciones aleatorias derivadas de las máquinas GNA:
el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia, la tragedia submarina de Kursk, las
vísperas de año nuevo…

Predicciones de catástrofes

Sin embargo, lo más sorprendente estaba aún por llegar. El 11 de septiembre de


2001, cuatro horas antes de que las torres gemelas sufrieran el ataque terrorista de
dos aviones suicidas, los gráficos comenzaron a trastocarse, como si la conciencia
humana previera que algo terrible, impactante e importante para la comunidad
global fuera a suceder.

Las desviaciones registradas el 11S en las pulsiones aleatorias no pueden atribuirse


a alteraciones electromagnéticas o excesivo uso de los móviles, tal como explican
los protagonistas de esta experiencia en el Journal of Scientific Exploration.

Para los científicos, aquellas cuatro horas fueron extrañas: no sabían lo que estaba
pasando para que los números variaran, y se quedaron atónitos cuando
descubrieron que quizá lo que había afectado a los gráficos era un hecho que, para
cuando éstos habían comenzado a cambiar, aún no había ocurrido.

En aquel momento, las transformaciones en el orden numérico parecieron un fruto


del mero azar. Sin embargo, en diciembre de 2004, las máquinas parecieron
volverse locas de nuevo. Veinticuatro horas antes de que sucediera el inmenso
terremoto del Océano Índico que tanto afectara al Asia suroriental, devastando las
costa y matando a 250.000 personas, los gráficos se trastocaron de nuevo.

Algunos científicos insisten en que todo puede ser casualidad, a pesar de que el
equipo de Princeton señala que es muy difícil cambiar el orden aleatorio de los
números al azar, sin que haya una causa de peso para ello.

Relación desconocida

El doctor Nelson, miembro del equipo de Princeton, en declaraciones a RedNova,


señala sin embargo que la importancia de los resultados registrados en los gráficos
radicaría en que, a pesar de que todos funcionemos como individuos, parece ser
que hay algo mayor, un elemento común en nuestras conciencias, un elemento
global, si bien cuando se habla de conciencia global se trata únicamente de una
metáfora.

La investigación, aunque ya tiene 35 años, está todavía en sus primeros pasos y no


puede considerarse concluyente, si bien sugiere que una relación todavía
desconocida para la ciencia existe entre el mundo físico y el mundo de la
conciencia.

http://www.tendencias21.net/Indicios-de-una-posible-relacion-entre-el-mundo-
fisico-y-la-conciencia_a548.html

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