una asignatura pendiente en la construccin actual. Es habitual ver a albailes atacando vigorosamente a cincel y maceta el hormign armado y, semanas ms tarde, continuar la labor ... sin haber afilado ni una sola vez el cincel. La consecuencia de una herramienta de corte "sin corte" es el tener que aplicar ms fuerza a los golpes para obtener algn resultado, lo que trae como consecuencias un mayor cansancio y el peligro de romper el borde de la herramienta al aplicarle un exceso de fuerza
El afilado con amoladora tiene el
inconveniente de calentar mucho el filo, lo que provoca su destemplado. Para reducir este peligro es conveniente tener un vasito con agua al lado de la muela y enfriar inmediatamente el acero tras cada pasada.
Asentado: Una vez que hemos afilado la
herramienta de corte en la muela de esmeril gruesa, o fina, hay que asentar el filo, es decir, eliminar los minsculos araazos que el esmeril deja en el filo. Esto se consigue con una piedra de afinar. La ms conocida es la piedra de Arkansas, muy cara y con muchas imitaciones en el mercado. Este tipo de piedras suele venir en una caja y se asienta el filo en seco o con unas gotas de aceite. Para las herramientas de corte agrcola (hoces, guadaas, cuchillos) existe la chirla, que es una piedra alargada en forma de huso que se utiliza para mantener el filo en perfecto estado mientras se trabaja. Un filo asentado corta mejor que uno simplemente afilado y es ms duradero que este. Se asienta con movimientos circulares suaves hasta obtener un filo absolutamente pulido en el que los mejores aceros adquieren un brillo ligeramente azulado.
En Espaa algunas chirlas se tallan en forma de cilindro abombado en el centro, con un
mango. Este tipo de afilador se llevaba en una funda, al cinto, como si fuera un cuchillo, para afilar durante las tareas del campo.
En Mallorca se utilizaba tradicionalmente la Piedra del Puerto de Valldemossa, roja y spera,
para el afilado de las herramientas de corte. Es una piedra extremadamente dura y conocida por los afiladores ambulantes, que recorran los pueblos y calles haciendo sonar su caracterstico silbato que avisaba de su presencia. En la parte de atrs de su ciclomotor llevaban adaptada una gran rueda roja que hacan girar con la ayuda del motor. Buscando en los torrentes se pueden encontrar excelentes cantos rodados de esta piedra, listos para afilar nuestras herramientas. Tambin algunos adoquines antiguos ( los rojos) son de la misma piedra.