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ACTITUDES DE LOS HIJOS ANTE EL DIVORCIO DE SUS PADRES

Las rupturas familiares siempre conllevan una carga de dolor


inevitable. Este proceso de ruptura conlleva una serie de
repercusiones importantes. Los niños no son sólo agentes pasivos en
la separación, sino que pueden adoptar una responsabilidad activa,
como su papel en las disputas legales. Muchos de los
comportamientos que los hijos muestran frente a la situación de
separación de sus padres deben entenderse como una forma de
afrontar la nueva situación, una manera de adaptarse, mejor o peor,
al conflicto que están viviendo. Sin embargo, los adultos que rodean
al niño, y sus padres principalmente, utilizan estos comportamientos
de forma partidista haciéndolos formar parte del conflicto ya
desatado.

Dependiendo de la edad, los hijos emplean una serie de estrategias –


de forma consciente o no – para poder enfrentarse a su mundo
cambiante y a los aspectos más dolorosos del divorcio de sus padres:

- Ante el miedo a ser abandonados, al principio los niños de todas


las edades suelen intentar que sus padres se reconcilien y
vuelvan a vivir juntos (por ejemplo, contándole al padre las
cosas buenas que hace la madre).
- La ansiedad ante la separación puede expresarse tras la
ruptura mediante dificultades para alejarse de uno u otro
progenitor cada que vez que se produce el intercambio en las
visitas (por ejemplo, llorando al tener que volver con el padre o
la madre)
- Los niños pueden ofrecerse como detonantes de la tensión
entre sus padres, atrayéndola hacia sí mismos (por ejemplo,
hablando a su padre de las nuevas relaciones afectivas que
mantiene la madre).
- El miedo al rechazo afectivo puede provocar que los hijos
intenten asegurarse constantemente el amor que sienten por
ellos (por ejemplo, llamando por teléfono de forma repetida a
un progenitor cuando está con el otro).
- Una forma más de garantizar el afecto de al menos uno de los
padres, es probándole su lealtad mostrando su rechazo hacia el
otro progenitor (por ejemplo, negándole las visitas).
- Los hijos, en algunos casos, pueden intentar evitar el conflicto
tratando de mantener una posición de neutralidad entre sus
padres (por ejemplo, mostrando su deseo de permanecer
exactamente el mismo tiempo con cada uno de ellos).
- Haciendo esfuerzos por proteger la autoestima de sus padres,
debilitada tras la ruptura, se aseguran de que no les abandonen
emocionalmente (por ejemplo, diciendo a cada uno de ellos que
quieren convivir con él/ella más que con el otro).
- En los casos de niños mayores y adolescentes es posible que se
produzcan intentos de manipular la ruptura para obtener
ventajas inmediatas (por ejemplo, expresando su deseo de
convivir con el padre más permisivo).

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