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II. El inicio
Debido a la cada vez más difícil situación económica
y a la intransigencia del gobierno, el 18 de mayo
la FSODF notificó a los patrones e industriales que
a partir del día 22 los salarios debían ser pagados en
oro o su equivalente en papel moneda de curso legal,
en virtud de que los sueldos eran insuficientes por
Primer Comité de Huelga: sentados, Esther Torres y Ausencio Venegas;
“la fluctuación constante del valor del papel moneda de pie, Timoteo García y Luis Harris.
Veracruz con relación al tipo de oro nacional”, que
era la base de las transacciones comerciales. La Fe-
deración daba un plazo de setenta y dos horas para suspender la huelga, ya que éste les prometió cele-
que se le contestara la demanda. brar una reunión con los comerciantes y los patrones
Como no hubo respuesta, el 22 de mayo los elec- para resolver el problema. Ésta se efectuó al día si-
tricistas, tranviarios, empleados de comercio y traba- guiente.
jadores de otras fábricas del Distrito Federal suspen- Los patrones propusieron pagar los sueldos con
dieron actividades. Ese mismo día, en una junta con billetes infalsificables, que para ese momento se va-
el general Benjamín Hill, comandante militar de la luaban a veinte centavos oro por peso. Las amenazas
plaza, los representantes de la FSODF accedieron a de Hill y un “hipotético voto de calidad suyo que
hizo efectivo para desempatar una votación de los
trabajadores” dieron la victoria a la propuesta pa-
tronal.
La FSODF reinició su lucha reivindicadora
debido a la rápida devaluación del papel moneda
infalsificable y al incumplimiento de la promesa del
general Hill (la de fijar los precios de los productos
de primera necesidad en billetes infalsificables y no
en oro), entre otras circunstancias. En julio de 1916
su consejo federal decidió ir a huelga general. Como
medida precautoria se designaron tres comités de
huelga, esto “a sabiendas que en el régimen actual
es procedimiento obligado encarcelar a los dirigentes
obreros, cuando ejercitan actos en defensa de sus de-
rechos e intereses”.
En sesión secreta, el 30 de julio, los integran-
Papel moneda circulante en esa época, síntoma de la tes de los tres comités de huelga acordaron el paro
inestabilidad económica reinante. general de labores para el 31 a las cuatro de la maña-
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Una vez en Palacio Nacional, Carranza presidente, quien les dijo que Carranza invitaba al
comité de huelga a ir a Palacio Nacional, “para bus-
le preguntó: “¿Por qué se han ido a car la forma de resolver sus peticiones”.
huelga? Son unos cínicos, traidores a la Sin medir el peligro, César Pandelo, Casimiro del
patria, y no merecen ni ser cintareados Valle, Alfredo Pérez Medina, Federico Rocha, Ti-
moteo García, Ausencio Venegas, Leonardo Her-
[…] sino ser arrojados de mi presencia a nández, Angela Inclán, Reinaldo Cervantes Torres y
patadas”. Ordenó encarcelarlos y Esther Torres –quienes formaban el primer comité
abrirles proceso por el delito de traición de huelga– acompañaron a Murillo. Una vez en Pa-
lacio Nacional, Carranza le preguntó: “¿Por qué se
a la patria, para que en consejo de han ido a huelga? Son unos cínicos, traidores a la pa-
guerra fueran juzgados en términos de tria, y no merecen ni ser cintareados […] sino ser
arrojados de mi presencia a patadas”. Ordenó encar-
la ley del 25 de enero de 1862
celarlos y abrirles proceso por el delito de traición a
la patria, para que en consejo de guerra fueran juzga-
na. Ernesto Velasco, dirigente de los electricistas, dos en términos de la ley del 25 de enero de 1862.
debería permanecer oculto; giraría instrucciones de Sólo habían transcurrido diez minutos desde la
reanudar el servicio de energía eléctrica cuando las salida del comité de huelga en compañía de Murillo,
demandas fueran atendidas. cuando la policía montada irrumpió en el salón Star,
El 22 de julio de 1916 apareció publicado en va- disolvió la asamblea y clausuró el local.
rios periódicos de la ciudad de México un documen- Casi al mismo tiempo, pero en Palacio Nacional,
to de la FSODF, en el que se exigía lo siguiente: después de ser apresados los miembros del comité de
• Salarios de los trabajadores en oro nacional, huelga, Carranza ordenó al ejército que patrullara la
“con sujeción a las tarifas del año de 1914”. ciudad para evitar que se formaran grupos de obre-
Aumento de 50%, “entendiéndose que esos ros; también ordenó que clausurara la nueva sede de
sueldos serán por ocho horas de trabajo y en la la COM (en Bucareli 59) y que ocupara las instala-
inteligencia que en ningún caso habrá sueldos ciones de las plantas de energía eléctrica Necaxa,
menores a un peso oro nacional”. Nonoalco y La Verónica.
• Ningún trabajador que diera su apoyo al movi-
miento debería ser despedido. 1 de agosto:
• “En caso de separación de alguno o algunos Con el fin de provocar la claudicación de los trabaja-
compañeros o en caso de clausura del estableci- dores, Carranza decretó la Ley Marcial.
miento en que trabajen [se les debería abonar] En el transcurso del día el Ejército encontró el es-
el sueldo correspondiente a tres meses”. condite de Ernesto Velasco. Después de ser deteni-
• Ninguna fábrica debería dejar de trabajar sin do, por la noche fue conducido ante César López de
existir de por medio “un convenio previo entre Lara, gobernador del Distrito Federal, quien con en-
obreros y patrones”. Esto es, que injustificada- gaños y amenazas lo obligó a mandar la orden de rea-
mente las empresas no debían cerrar ni despedir nudación del servicio de energía eléctrica.
trabajadores.
2 de agosto:
III. El desarrollo, la represión y el desenlace Una columna desfiló por varias avenidas de la ciu-
Para doblegar a los obreros, Venustiano Carranza dad de México; se detuvo en la Plaza de la Constitu-
optó por la represión. ción, el Hemiciclo a Juárez y el Jardín de San Fer-
Cerca de las 9:30 horas del 31 de julio, a unas ho- nando; en cada uno de estos sitios, después de tocar
ras de iniciada la huelga, cuando el comité de la el himno nacional y presentar armas, el teniente co-
FSODF hacía del conocimiento de los trabajadores ronel Miguel Ángel Peralta dio lectura al bando de
–reunidos para ese fin en el salón Star, sede del Ley Marcial.
SME– las resoluciones tomadas en la sesión secreta Ante las escasas oportunidades de triunfo, y debi-
del día anterior, llegó Gerardo Murillo, vocero del do a que ya se había reestablecido el servicio de elec-
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11 de agosto:
Apoyado en las conclusiones del agente del Ministe-
rio Público, coronel Antonio Villalobos, el consejo
de guerra absolvió del delito de rebelión a todos los
miembros del primer comité de huelga, a Ernesto
Velasco y a Luis Harris, operador de la planta distri-
buidora de electricidad Nonoalco. La Comandancia
Militar de la Plaza, por órdenes de Carranza, nulificó
el veredicto.
El 26 de agosto de 1916 inició el consejo de gue-
rra extraordinario. Después de trece horas de de- Anuncio de la Ley Marcial que desencadenaría
la represión del gobierno.
liberaciones, el dictamen fue absolutorio para once
de los inculpados; solamente a Ernesto Velasco se le
culpó de “complicidad en el delito de rebelión y, por
lo mismo [se le declaró] reo de la pena de muerte”.
En abril de 1917, debido a las constantes protestas Fuentes
de varias organizaciones sindicales le fue conmutada Araiza, Luis, Historia del movimiento obrero, México, Casa del Obrero
Mundial, 1975, t. IV, p. 142.
la sentencia por veinte años de prisión; en febrero de Clark, Marjorie Ruth, La organización obrera en México, México, Era,
1918 fue liberado. 1988, p. 41.
Córdoba, Arnaldo, La ideología de la revolución mexicana, México, Era,
Después de la derrota el sector obrero tuvo que 1982, p. 212.
enfrentar las cada vez más duras condiciones de la Gilly, Adolfo, La revolución interrumpida, México, El Caballito, 1982,
precaria situación económica nacional –desempleo p. 214.
Hart, John M., El anarquismo y la clase obrera mexicana (1860-1931),
e inflación galopantes–, desde una postura en la México, Siglo XXI, 1980, pp. 190-191.
que la desmovilización, la indiferencia, la apatía y, Richmond, Douglas, La lucha nacionalista de Venustiano Carranza
(1893-1920), México, FCE, 1986, p. 186.
principalmente, la desorganización, fueron las carac- Ruiz, Ramón Eduardo, La Revolución mexicana y el movimiento obrero
terísticas. (1911-1923), México, Era, 1987, p. 81.
Villaseñor, José y Juan Leal, En la Revolución (1910-1917), México,
En el transcurso de los siguientes meses reinó en Siglo XXI/IIS-UNAM, (La Clase Obrera en la Historia de México, 5),
la atmósfera laboral la confusión. Las agrupaciones 1988, p. 374.
Carr, Barry, El movimiento obrero y la política en México (1910-1929),
obreras se mostraron vacilantes al pasar de “protes- México, Era, 1984, pp. 72-75.
tas coléricas” a “humildes peticiones”. Sus exigen- González Casanova, Pablo, En el primer gobierno constitucional
cias las hacían en “formas primarias y carentes de (1917-1920), México, Siglo XXI/IIS-UNAM, (La Clase Obrera en la
Historia de México, 6), 1980, pp. 13-38.
malicia”; llegaron incluso a escribirle al presidente Gilly, Adolfo, op. cit., pp. 215-216.
Carranza, “como si quisieran convencerlo de su arre- Villaseñor, José y Juan Leal, op. cit., pp. 377-379.
“La huelga general de 1916 a través de la prensa”, en Historia Obrera,
pentimiento, sus razones o hasta de su filosofía”. julio 1977, n. 9, p. 24.
Todo esto acompañado de la pauperización a la que Gil Olivo, Ramón, “Los electricistas en la huelga general de 1916”, en
Plural, julio 1978, n. 82, p. 62.
los trabajadores y sus familias continuaron siendo so- Musacchio, Humberto, Diccionario enciclopédico de México, t. II, Méxi-
metidos. < co, Andrés León editor, 1944, p. 857.
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