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I EDUCACI ON y SOCIEDAD 23
DE LA DEMOCRATIZACION AL PROFESIONALISMO'
Mariano F. Enguita
Entre la Ley General de Educac ión de 1970 y la Ley Orgánica del Derecho
a la Educación de 1985, pasando por la Ley Orgánica del Estatuto de Centros
Docentes de 1980, una parte impo rtante de los viejos deseos de profesores, pa-
dres de alumnos y estudiantes en favor de una mayor autonomía de los centros
y una participación más democrática en su gestión , si bien sólo una parte, ha
pasado de las plataformas reivindicativas al texto de la ley. Pese a ello, los ór-
ganos de la «comunidad escolar» llevan en la mayoría de los centros una vida
mortecina, cuya inercia se interrumpe más a menudo para verlos convertirse
en escenario de agrios conflictos entre las partes, sobre todo entre profesores
y padres , que para dar lugar a una colaboración verdaderamente fructífera,
por no hablar ya de la explosión de imaginación , iniciati va e innovación con
que mucho s soñaron.
No voy a entrar aquí a analizar en detalle los cambios habidos en la regu-
lación legal de la gestión y la participación, ni sus implicaciones más genera-
les, cosa que ya he hecho en otros lugares .? Baste señalar que los órganos
colegiados formados por profesores, padres y alumnos son ahora de existen-
cia obligatoria en todos los centros no universitarios públicos y privados con-
certados, que son la inmensa mayoría, y que sus funciones son amplias y de
carácter ejecutivo. Entre ellas cabe destacar algunas de las más importantes:
elegir y revocar al director, contratar a los profesores si se trata de centros pri-
vados , aprobar la programación anual, autorizar el presupuesto, elaborar el
reglamento de régimen interior y supervisar la actividad general del centro .
I Este articulo se basa en los resultados del proy ecto de investigaci ón La participación en la
gestión de los centr os de enseñanza no universitaria, finan ciado por el Plan Region al de Investiga-
ció n de 1990 de la Co munidad de Madrid .
2 Véase Enguita , Poder y participación en el sistem a edu cativ o, Barcelon a, Pai dós , 1991.
ca p. V. Y La participación democrática en los centros de ense ñanza no univ ersitaria, cit., 1991,
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Esto es el resultado de IIn largo proceso por el cual han ido ganando pau - ~~,,~ .0. ... o..... '" o
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ser titulares de un conjunto de derechos y garantías, de ser tratados como IIn
simple sujeto pasivo de la enseñanza a ser cons iderados como agentes activos
de Sil gestión y de estar virtualmente ausentes a contar con una presencia rele- -o
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Por el MEC o el titular. Por el MEC en los cen- Por el Consejo Escolar
Elección del director en los centros públicos y
oído el Claustro en los tros públicos y por el ti-
centros de BUP y otros tular en los privados. por éste y el titular en los
órganos en los de EOB y oídos el Claustro y el privados
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Elegir representantes
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Otras competencias profesores en Consejo;
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PRIVADO
Todos 9 u. 3 4 4 2 15
Todos 10 u. 2 4 4 2 14
EGB : Colegios de Educación General Básica . BUP : Institutos de Bachillerato. FP: Centros de Formación Profesional . Pr .: Pree scola r .
Ed. Esp .: Centros de Educación Especial . u.: Número de unidades . Tit: Representantes del titular . Dir: Director. JdE : Je fe de estu dios.
Pro: Representantes de los profesores . Pad : Representantes de los padres . Alu : Representantes de los alumnos. PAS: Rep resentantes
del personal de adm inistración y servicios . PPP : representantes del personal psicopedag ógico. To t : Número total de componentes del
CE . Los números separados po r un guión (1-2) indican que el número de compo nentes varía según ciertas característ icas del cent ro :
Los jefes de estudios serán uno o dos según el centro fun cione con uno o dos tumos. Los representan ta del P .A .S. serán . en ciertos
caso s. uno o dos según sean menos o más de diez los repr esentan do s. Los números separados por una barra (412. 0/2 ) indica n que
una representación aumenta a medida que disminu ye la otra. en concreto la de los padres a medida que pueden estar presente s lo s
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la mayoría efectiva con el voto de calidad, en los de ocho o más unidades, con que se dé una fuerte identidad de intereses entre propietarios y profesores co-
análogo refuerzo del no docente en los de dieciséis o más. Sin embargo, están mo porque numerosos miembros de la familia o la orden propietaria, corno
en minoría en los de siete unidades o menos . En los de preescolar, en fin, nece- es el caso en la mayoría de los centros privados, son colocados en el centro
sitan al representante del personal no docente para alcanzar la mayoría en los como profesores), con lo cual, si sumamos su número al de los representantes
centros de ocho unidades o más y la pierden indefectiblemente en los de me- de los profesores y el director, nos encontramos de nuevo con que el profeso-
nos. En los centros de enseñanzas especiales (artísticas e idiomas), el bloque rado tiene la mayoría asegurada frente a la suma de padres, alumnos y perso-
docente cuenta con la mitad de los puestos, sin necesidad del personal de ad- nal de administración y servicios, incluso en los centros más pequeños
ministración y servicios, y por tanto con una mayoría efectiva asegurada tanto recurriendo al voto de calidad, y, contando con el representante del P.A.S.,
gracias a éste como al voto de calidad presidencial. frente a padres y alumnos en todo caso .
De manera que el cuerpo de profesores (con la ayuda de los trabajadores
no docentes, en su caso) tiene más poder cuanto más elevado es el nivel de en-
señanza en que trabajan y mayores son las dimensiones del centro, mientras La gris realidad de la participación
el bloque clientelar (con la inclusión del representante municipal, en su caso)
gana posiciones justo en el sentido contrario. Los profesores, por tanto, ven Aunque sería imposible aquí, en el espacio de un artículo, dar cuenta de-
aumentar su peso frente a todos los demás a medida que lo hacen su nivel pro- tallada de la tónica habitual de la participación en la gestión de los centros,
fesional o la edad de sus alumnos. Los alumnos, en cambio, ven aumentar el podemos presentar un resumen de las características comunes al proceso en
suyo frente a los padres con la edad, pero, sumados a éstos, lo ven disminuir nueve casos recientemente estudiados.' Parece oportuno concentrarse en las
al mismo tiempo frente a los profesores. La «profesionalidad» docente, aquí competencias legales más relevantes de los consejos -aprobar la programa-
entendida como categoría ocupacional, resulta ser un factor más determinante ción general del centro, elegir al director y gestionar los recursos
que la edad discente. económicos-, en los casos de actuación conjunta más clara de todos los sec-
En cuanto a los centros privados, la ley consigue a la vez consolidar a la tores y en los motivos más comunes de conflicto.
«comunidad escolar» frente al titular o propietario y reducir a sus demás com- La ley asigna a los consejos la tarea de «aprobar y evaluar la progra-
ponentes a una posición minoritaria frente al profesorado. La persona o enti- mación general del centro», así como «supervisar la actividad general» del
dad titular del centro cuenta sólo con dos o tres representantes directos, pero mismo. Aunque la normativa es algo confusa en este aspecto, parece claro
casi todos los demás son o pueden ser también, hasta cierto punto, sus repre- que, si bien por un lado se mantiene una clara intervención del claustro a este
sentantes indirectos . El director es nombrado por el titular a propuesta del respecto, pues le compete «programar las actividades docentes del centro»,
consejo, con lo que ha de ser una persona de confianza, y está todavía por la programación que llegue al consejo debe incluir los horarios, las activi-
llegar la noticia de algún nombramiento contra la voluntad del titular. Los dades docentes, las complementarias y la memoria administrativa. Lo mismo
profesores, en general, son contratados por acuerdo entre el consejo y el titu- reza para la memoria anual que debe aprobarse al final de cada curso escolar.
lar (no van a parar al centro con independencia de éste o de su director, como Lo que sucede realmente, sin embargo, es muy distinto. Por uno u otro
los de la enseñanza pública), lo cual significa también una relación de confian- procedimiento, la dirección del centro suele hurtar al consejo la posibilidad
za; o, si se prefiere, de dependencia. No digamos si los profesores o profesoras de discutir realmente la programación: en algunos centros se presenta simple-
son miembros de alguna orden religiosa: entonces, la jerarquía de ésta se su- mente la introducción a ésta, formada por una serie de vaguedades carentes
perpone a la estructura democrático-estamental del consejo, con lo que los re- de contenido real; en otros, se someten a discusión tan sólo los horarios, las
presentantes de los profesores en éste no serán, en realidad, y aunque se siga actividades extraescolares y/o las tutorías; en otros, en fin, se presenta el con-
el procedimiento formal previsto para su elección, sino el eco obediente de la
dirección, y aquéllos y ésta el brazo obediente de la entidad titular. Los mis-
mos representantes de los padres, en los centros privados, surgen con dema - 1 Esta sección y la siguiente son una síntesis apretada de algunos de los resultados de la in-
siada frecuencia de una Asociación montada y teledirigida, al efecto de lograr vestigación antes mencionada, Lo participación democrática... El trabajo de campo fue realizado
las subvenciones y conciertos, por el titular, o de la mano de éste pero sin ne- por Fernando Suárez Galván, Victoria Sáiz Calvo y Ana Medina Garda . Consistió en la recogida
de las actas de consejos y claustros de varios anos y otros documentos diversos. la realización de
cesidad siquiera de montar asociación alguna. entrevistas y grupos de discusión con personas de todos los sectores en cada centro y la observa-
Al mismo tiempo, es más que probable que los representantes de la enti- ción de cuantas reuniones fue posible . M.' Jesús Montes Corral colaboró en la transcripción de
dad titular sean profesores, normalmente profesores del centro (no tanto por- las entrevistas ,
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MARIANO F. ENGUITA
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tenido de la programación como un conjunto de decisiones -no de públicos o no se concede toda la subvención solicitada a los privados, o cuan-
propuestas- ya tomadas por el claustro o la dirección, limitándose la discu- do hay que reclamar recursos o actuaciones extraordinarios para llevar a cabo
sión a aspectos marginales. una obra, colocar un semáforo a la puerta del centro u otras cuestiones simila-
La elección del director es puramente protocolaria. Por lo general, cuan- res. Entonces se produce una unidad militante en el consejo, y las resoluciones
do se presenta una candidatura ante el consejo ya ha sido aprobada previa- reivindicativas de éste van acompañadas de cartas de los padres a la Adminis-
mente por el claustro. Esto puede suceder de manera formal, reflejándose en tración correspondiente. visitas a las autoridades, etc. El director o el titular
las actas de este órgano, o simplemente informal. Aun siendo padres yalum- casi nunca van a pedir solos, y, en los casos más graves, es a los padres -a
nos minoría en el consejo, la presentación de dos o más candidaturas les daría las madres. para ser exactos- a quienes corresponde manifestarse y utilizar
un peso decisivo en la elección, y es justamente esta posibilidad la que es cui- otras formas de presión . En cierto modo, puede decirse que los padres de
dadosamente evitada mediante el filtro previo del claustro, que carece de cual- alumnos actúan como la infantería del pequeño ejército escolar.
quier fundamento legal. En los nueve centros de nuestra investigación, sólo Lo segundo, mucho más frecuente, ocurre cuando los profesores quieren
se presentó un caso de aparición de dos candidatos, debido a un fuerte desa- acortar el horario, se niegan a organizar directamente actividades extraescola-
cuerdo entre los profesores. La poca disposición general a asumir tareas de res, ponen obstáculos a actividades directamente organizadas por los padres,
dirección facilita mucho más este mecanismo. Otra importante competencia se lavan las manos respecto a las funciones de custodia (cuidar el comedor,
nominal del consejo en los centros privados, la contratación de los profesores, vigilar la llegada del transporte, etc.) o reciben críticas o, simplemente, de-
es habitualmente delegada en los representantes de éstos y del titular , y resul- mandas de información que, a su entender, entran en lo que consideran su
tarla conflictivo no hacerlo así. parcela de competencia profesional exclusiva : la organización de la actividad
En cuanto a la gestión económica, las posibilidades reales de decisión son docente. la evaluación de los alumnos o la valoración de alguna actuación in-
limitadas, ya que el presupuesto llega a los centros organizado por partidas dividual (de un profesor). Este es el motivo de los conflictos más agrios, que
estancas. Sin embargo, el ámbito de autonomía de los centros tampoco da lu- en algunos casos llegan al enfrentamiento casi absoluto entre el profesorado
gar a un ejercicio visible de competencias por el consejo. Las cuentas son (generalmente encabezado por la dirección) y los representantes de los padres
aprobadas rutinariamente, sin que jamás se discutan prioridades y casi nunca (desigualmente secundados, pero no cuestionados, por sus representados). Es-
propuestas alternativas . La actuación de los representantes de los padres y los tos conflictos son mucho más frecuentes en los centros públicos, donde los
alumnos se limita a escuchar unas cuentas que se aprueban sin discusión, habi - profesores se sienten amparados por su condición de funcionarios, que en los
tualmente en escasos minutos . Los únicos recursos económicos cuyo empleo privados, donde la autonomía de éstos es menor y los titulares no quieren ni
es objeto de cierta atención son los especialmente aportados por los padres pa- pueden ignorar la función de simple custodia que, además de otras, esperan
ra actividades extraescolares, etc. los padres que desempeñen las escuelas.
¿En qué utilizan su tiempo, entonces, los consejos? Fuera de la aproba-
I ción rutinaria de la programación y la memoria, el candidato único a director
o las cuentas, dedican más su tiempo a la discusión de las actividades extraes-
1
colares y servicios complementarios, la petición de recursos a la Administra-
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ción -dos puntos sobre los que luego volveremos-, las cuestiones de
disciplina y diversas quejas de los padres sobre los suspensos. las tutorías y
otras cuestiones. Episódicamente. la dirección, el claustro o algún profesor
La actitud de los sectores Implicados
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EDU CACJ ON y SOCIE DA D
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mantenida a toda costa, las competencias y prerrogativas defendidas hasta el
fin. La mayoría de los asuntos importantes que pasan por el consejo han sido trínseco de estos documentos era muy desigual, mezclando planteamien tos
antes discutidos en el claustro, y sus decisiones funcionan de hecho como un maximalistas con sugerencias de andar por casa y propuestas que fueron y son
mandato para los profesores miembros de aquél. El director, por otra parte, objeto de un amplio interés social con ocurrencias más o menos rocamboles-
actúa siempre como un amortiguador entre los padres y alumnos y el profeso- cas, tuvieron la virtud, al menos en relación a un puñado de cuestiones esen-
rado : el consejo, que con frecuencia felicita al profesorado por cualquier co- ciales, de sintetizar el estado de opinión del momento entre importantes
sa, jamás amonesta como tal, sino que es el director el encargado de decir a sectores del profesorado y de otros colectivos implicados o, como mínimo, in-
talo cual profesor que existe talo cual problema. Más que el brazo ejecutivo teresados . Una de estas cuestiones, sin lugar a dudas, era la gestión democráti-
del consejo (en el ámbito de sus competencias), el director es el portavoz del ca de la enseñanza. Vale la pena detenernos en lo que los principales de estos
profe sorado y el mediador entre este colectivo (que es el suyo) y el órgano má- documentos decían.
ximo. El co nsejo , en suma, no act úa en realidad como un órgano de decisión, El más popular de ellos, «Una Alternativa para la En señan za», fue apro-
sino más bien como una mesa de concertación entre dos partes: el profesorado bado por la Junta General del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofí a
y el público del centro, pero co n la peculiaridad de que, llegado el caso, preva- y Letras y en Ciencias del distrito universitario de Madrid en enero de 1976.
lece siempre la posición del primero. En el apartado dedicado a la «Gestión Demo crática», afirmaba:
, Esta sección y la siguiente est án lomadas, con leves mod ificaci ones . del capit ulo último de
La participación dem ocrática...• cil. ~ Citado en V. Bozal, Una alternativa para la ense ñanza, Madrid, Centropress, 1977. p. 126.
6lbid., p . 291.
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La dirección educativa del centro compete al conjunto de los enseñantes El claustro de profesores , así como (los) padres de alumnos, habrán de
del mismo. La función coordinadora y ejecutiva tiene que recaer sobre uno participar en la gestión de los centros. (... )9
o más enseñantes, elegidos democráticamente por un periodo determinado
y revocables. Hubo otras tomas de posición , por supuesto, y no todas en la misma lí-
Los padres tienen que intervenir en el control de los resultados de la es- nea. Entre las opuestas a las aquí recogidas, hay que destacar necesariamente
cuela, así como en la aplicación correcta de los fondos económicos asigna-
dos. En dicho control participarán también los alumnos, según su edad, y la de la Comisión de Enseñanza de la Conferencia Episcopal, inspiradora de
diversos documentos posteriores de la F.E.R.E .,la C.E.C.E., la CONCAPA
el personal no docente.
Para que los intereses personales que inevitablemente tiene el padre res- y otras entidades vinculadas a la enseñanza privada en general y católica en
pecto a la escuela no parcialicen excesivamentesu gestión de control, interesa particular. Señalemos de la primera de ellas, simplemente, que, aun bajo los
arbitrar la participación de aquellas entidades representativas que están obje- principios generales de la libertad de creación de centros y el derecho preferen-
tivamente interesadas en el funcionamiento de la escuela: sindicatos, asocia- te de los padres a elegir el tipo de educación de sus hijos, se aceptaba la partici-
ciones de vecinos, etc. 1 pación de todos los sectores, siempre y cuando respetaran el carácter propio
de cada centro.
Un año más tarde, la asamblea general de la XI Escola d'Estiu presentaba
una formulación algo más concreta y con mejor sintaxis: (... ) La libertad docente y de expresión de los profesores, como la parti-
cipación de éstos en todo el proceso educativo, deben ejercerse en el respeto
La gestión del centro debe recaer en un Consejo de Escuela, máximo or- objetivo a la conciencia personal del alumno y al proyecto educativo de la
ganismo de representación y de decisión, formado por representantes de los escuéla que los padres han elegido para sus hijos.
maestros, del personal no docente (con funciones educativas Yadministrati- Es necesario (...) conseguir que (la) organización académica yeconómi-
vas), de la Asociación de Padres, de los alumnos -según su edad- y de las ca (de los centros docentes dependientes de la iglesia) se inspire en los princi-
demás fuerzas sociales representativas del lugar en que radica el centro, que pios de:
estén objetivamente interesadas en el funcionamiento de la escuela (sindica- - participación activa de los diversos sectores de la comunidad educati-
tos, asociación de vecinos, etc.). va, en la orientación del centro docente, siempre dentro de la fidelidad al ca-
Las competencias de este organismo serán de tipo económico, organiza- rácter católico de la institución educativa y de su proyecto educativo. (...)10
tivo y de definición de las lineas generales de la pedagogía del centro, tenien-
do en cuenta el medio en el que se sitúa la escuela. (... ) Pero el hilo que conduce a la Ley Orgánica del Derecho a la Educación
El Claustro de Escuela, constituido por la totalidad de los enseñantes no procede del episcopado, sino de las «alternativas» mencionadas . Todas ellas
del centro y el personal no docente con funciones educativas, tiene como ta- invocaban a los tres principales sectores implicados en la educación, y ninguna
rea primordial la elaboración de las propuestas pedagógicas y metodológi-
cas, que deben ser aprobadas por el Consejo de Escuela. El Claustro concretará llegaba a concretar sobre la composición de los órganos desde los que se unifi-
y aplicará las decisiones de este Consejo .f caría su intervención. Las alternativas de Madrid y Valencia se limitaban a afir-
maciones generales, aunque la de Madrid asignaba a todos la «dirección
Un tercer pronunciamiento relevante fue el del Colegio de Doctores y Li- pedagógica», primero, y la «linea educativa», después, entendiendo ésta de una
cenciados del distrito universitario de Valencia, «Una Alternativa para la En- manera bastante generosa, que incluía «objetivos generales , métodos, conte-
señanza en el Pais Valenciano. Anteproyecto.» Esta, que no abordaba nidos y programas» .
sistemáticamente la gestión de los centros, reclamaba en forma dispersa, no Los documentos de la Escola d'Estiu, por el contrario, reflejaban una ac-
titud notablemente menos favorable hacia los padres. En el primero de ellos,
obstante, en pasajes distintos:
dirección, coordinación y ejecución se asignaban a los enseñantes, mientras
La participación de los alumnos en la gestión de la clase, de centro o para los padres, el personal no docente y, en su caso, los alumnos, quedaba
a nivel más global, a través de sus organizaciones propias, es un indudable el control económico y de los resultados. Sobre los padres todavía se presenta-
derecho (...). ba otra cautela: como se les consideraba demasiado particularistas, se propo-
Y, aunque habría que explicar entonces por qué unos la piden cuando no la subprivilegiados tratan de ejercer un «cierre de usurpación», hacia arriba, que
tienen y otros la niegan mientras pueden, es dc justicia reconocer que es muy se basa comúnmcnte en prácticas «de solidaridad» (i.e. de movilización con-
probable que así sea. En el caso de los centros de enseñanza, que es el que IIOS junta y reclamación del apoyo de otros sectores, apoyándose en el mayor nú-
ocupa, no cabe duda de que profesores, padres y alumnos se han visto llama- mero). La mayoría de los grupos, según Parkin, no ejercen solamente un tipo
dos a intervenir en un espacio institucional del que sólo dominan una parte de cierre, sino alguna combinación de ambos, a lo que denomina «cierre
de las claves, permaneciendo las otras, en general las más importantes, en ma- dual».
nos de la Administración Y de los titulares de los centros privados. En mi opinión, este último punto tiene un gran valor, pues incide en algo
Sin embargo, por muy cierto que sea esto, la insistencia monocorde en que cuesta aceptar a otras teorías sobre las clases o la estratificación sociales:
ello sólo puede llevarnos a ignorar que, además de estructuras, sistemas, nor- que muchos grupos son a la vez explotados y explotadores, sujetos al mismo
mas, etc., existen actores sociales, grupos, prácticas. Si hubiera que resumir tiempo de privilegios y desventajas, etc., aunque casi ninguno sea ambas cosas
este trabajo en una única conclusión, sería precisamente ésta: que lo que ve- en el mismo grado. Todo lo demás me parece inaceptable: la teoría es, como
mos suceder en el ámbito de la participación en la gestión de los centros de decla Hegel del Absoluto de Fichte, una noche en la que todos los gatos son
enseñanza es, sobre todo y en primer lugar, el resultado de estrategias grupa- pardos . Por más que todas puedan ser objeto de crítica, o merezcan la aten-
les, de los comportamientos de los actores, de prácticas que no están normati- ción social, las relaciones de clase, que son impersonales e implican por sí mis-
vamente dictadas. En una palabra: el factor que determina la suerte de la mas explotación económica, no pueden ser metidas en el mismo saco con las
participación de todos, profesores, padres y alumnos, consiste, en lo esencial, relaciones de prívilegío basadas en el sexo o la etnia (o la edad, ignorada por
en los intereses y las prácticas colectivos de los profesores. Parkin), que conciernen a características adscritas de los individuos y no im-
Atrapado en la trampa de todas las semiprofesiones, el profesorado trata plican por sí mismas explotación (en una sociedad abierta), si bien pesan enor-
de defender y mejorar su posición de grupo frente a sus empleadores (la Ad- memente sobre las desiguales oportunidades de cada cual de convertirse en
ministración y los propietarios de centros privados) y frente a su público (los explotador, explotado o ni una cosa ni otra. Por lo demás, lo que Parkin de-
alumnos y sus padres o madres) . Se enfrenta así, por un lado, al «autoritaris- nomina «cierre de usurpación», ni es tal cierre, pues consiste precisamente en
mo», el «ordenancismo», etc., de la Administración, frente a la cual reclama abrir lo que estaba cerrado para la mayoría, ni usurpa nada, a no ser que se
una mayor autonomía de los centros; por otro, a los padres como «comprado- adopte la perspectiva de María Antonieta.
res» de enseñanza o como celosos «propietarios» de sus hijos, ante los cuales Pero era necesario este paréntesis, porque los términos de Parkin vienen
reclama una mayor autonomía para sí mismo . Y, en un hábil juego de equili- como anillo al dedo para explicar el caso del profesorado (y, por extensión, el
brios, se apoya en la Administración contra los padres y en éstos contra aqué- de la mayoría de las profesiones liberales y las «serniprofesiones»). Sólo que,
lla, o por lo menos lo intenta . en el sentido en que aquí se utiliza, el cierre no se refiere al acceso a recompen-
Aquí bien podríamos aplicar, aunque transformado, el concepto de «cie- sas materiales sino a la delimitación de ámbitos de competencia: no es una prác-
rre social», y más concretamente de «cierre dual», del sociólogo inglés Frank tica económica, sino política. Si, donde Parkin coloca las oportunidades
Parkin!", si bien para ello deberemos permitirnos un excursus. Este autor to- económicas, ponemos las «políticas», o sea las competencias, la capacidad de
ma el término «cierre social» de Weber, alterando su contenido, para englo- decidir, la teoría parece hecha a la medida. (Por supuesto que, tras sus oportu-
bar bajo el mismo todo un conjunto de prácticas «explotadoras» (en un nidades políticas, el profesorado persigue también, como cualquier otro grupo,
sentido también weberiano: que producen una distribución desigual de las oportunidades económicas: la diferencia estriba en que los grupos que no tienen
oportunidades vitales) como las que utilizan los que poseen un capital econó- pretensiones profesionales reclaman simplemente recompensas económicas,
mico o cultural contra los que carecen de él, los hombres contra las mujeres mientras los grupos que sí las tienen querrían verlas venir asociadas a las políti-
o las mayorías étnicas contra las minorlas. Según Parkin, los grupos privile- cas y simbólicas, pero sin necesidad de pedirlas de manera expresa).
giados ejercen un «cierre de exclusión», hacia abajo, que se apoya por lo gene- En el campo de la gestión de la enseñanza, lo que los profesores necesitan
ral cn prácticas «legalistas» (pues para algo son ellos quienes han hecho la ley, «usurpar» son las competencias que mantienen en sus manos la Administra-
o quienes resultan más favorecidos por la misma) . En respuesta, los grupos ción y los propietarios de centros; y a quienes necesitan «excluir» es a los pa-
dres y a los alumnos de las competencias que, individual o colectivamente,
están en sus propias manos (las del profesorado) . En la jerga propia todo esto
12 Véase su obra Marxismo Y teoria de clases: Una critica burguesa. Madrid. Espasa-Calpe, tiene un nombre específico y original. Lo que Parkin llamaría «usurpaci ón»,
1984 .
en el sistema educativo español se llama «democratización», «descentraliza-
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MARIANO F. ENGU IT A
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EDUC AC IO N y SOCIEDAD 43
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Demanda de
democratización
cuadamente al cambio de tono político registrado por nuestra sociedad, podemos
también interpretarlo de otro modo: mientras el problema fundamental de los
profesores fue el de arrancar competencias a la Administración y los propieta-
rios, vale decir la «democratización» de la enseñanza, la petición de solidaridad
que se dirigía a los padres y los alumnos, sobre todo a los primeros. se veía favo-
(cierre de usurpación) recida por la identificación con ellos dentro de una categoría común, la de «tra-
bajadores»; cuando el problema pasó a ser la defensa de viejas o nuevas
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PROFESORADO
competencias frente a los padres. o incluso arrebatarles algunas de sus prerrogati-
vas sobre sus propios hijos , se hizo necesario buscar una identidad que situara
al grupo por encima de su público. la del «profesional».
CUADRO IV
II
Demanda de
profesionalización
LOS PROFESORES ANTE LAS ORGANIZACIONES Y EL PUBLICO
Organizaciones Clientela
(Alumnos)
II
CLIENTELA (Padres)
Que busca
Con apoyo de
Para obtener
Como defensa contra
Descentralización
Padres y alumnos
Autonomía
Descualificación
Tecnocratización
Admón. y propietarios
Competencias exclusivas
Pérdida de estatus
Autoimagen asociada Trabajadores Profesionales
La historia reciente del movimiento de enseñantes da consistencia a esta
hipótesis. En los últimos años sesenta, los setenta y los primeros ochenta,
13 Todav ía se llama as' la revista del más potente de sus sindicato s. Según este mismo indica-
frente a la dictadura y frente a los gobiernos de la derecha celosos de mantener dor , el otro gran sindicato es más profesi onal y, en el mismo sentido , más modern o : [Nuestra
la autoridad de la Administración, la iglesia y los empresarios de la enseñanza, escuela!
los enseñantes reclamaban la democratización del sistema educativo, para lo
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