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"

Capítulo V
El prólogo

¿Dónde ha ido el centro


de la obra cuando
estudiamos el prefacio?
(Derrida,Margins,XXIII)

,"-" Además del título, del nombre del autor y de la dedi-


"'¡catoria, hacen parte del marco los siguientes elementos
' de caracter literario, legal, histórico, biográfico Y-propa.:-
gandístico: \
."a:'Pr'or6gos, epígrafes y notas.
b', informaCIOnes legales como el registro de la obra
y losaerechos de aulor. El c'olofón, o sea el nombre de
la casa impresora y otros datos sobre la producción del
libro, como fecha en que fue publicado, número de
ejemplares, tipo de papel, sistema de imprenta. Códigos
usados por ciertas bibliotecas para la clasificación del
libro. Notas de aprobación de la autoridad civil, eclesiás-
tica, o del censor; y la tasa. Su función es validar el
libro, afirmar que se trata de una obra "legal", no sólo
en el sentido de que se acoge a las leyes del respectivo
país, sino que está aprobada por el autor, que no se trata
de un libro "pirata".
c. Si es una obra traducida, título en el idioma origi-
nal y el nom bre, notas o prólogo-aellrauuct0r.'""Er'presti- -
-, ,-
..."-,...,,-.~ _.~-,, "'-,-~"~--~
102 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 103

gio de éste puede reforzar los efectos del nombre del


autor por su función referencial. Normalmente, el tra-
ductor explica en inscripciones marginales (prólogos y
""'como
.- -
presores, que está orientado hacia el concepto dellibrg
mercancía, como bien de consumo. Algo parecido
sucede con los de tipo legal como la tasa y el registro de
notas) las dificultades que tuvo para expresar en el otro los derecho,s de autor. En ocasiones es difícil señalar
idioma las características de la obra y los arreglos que dónde termina lo literario y dónde comieñZálo legal y --
debió efectuar. ro propagandístico. Todos hacen parte del marco, y por
, d. Indice~guías
'~'-- para la lectura; glosario§->-_aJ?_~,I)dices,
~-,--,-,." "."..-... -m-tañf6'-CónchclOnan en mayor o menor grado la recep-
adc!EJs!a. Facilitan el acceso ¡CmateJj511 QJQ_.~omple- ción de la obra o su acceso a ella. Desde el puntq de
I1i~!ltan. Por ejem~uela, una tabla al principio vista de la teoría y el análisis literarlo;1TI-e'¡Jare'C'e-queel..,
del libro sugiere un orden para la lectura de los capítu- prólog'()';-e1--epígIafe--y--tmr-rnJtascle--pieCfe-págiña ..son
los. En TTT, una nota introductoria encabezada por el esencláTe's"paraeIe-sludi'o-del marCü"'--Adem á~-müchO'de
título "Advertencia", dice: (este libro) "no es más que lO 'que se puede aplicar a estos tres elementos es aplica-
un intento de ,atrapar la voz humana al vuelo... algunas ble a los demás. Por tal razón el presente capítulo y el
páginas se deben oír mejor que se leen y no sería mala siguiente están dedicados a ellos.
idea leerlas en voz alta". Se trata, por supuesto, de ins-
trucciones del autor al lector para leer e interpretar la
obra. Otras obras incluyen frases como: "cualquier ,~ ,~lJ?!~12_~ tiene una larga tradición retórica y está
parecido con la realidad es coincidencia". Resaltan el '",--re13Cl'Onado con diversos tópicos literarios. Además,
carácter ficticio; predisponen a la iron ía cuando en el ; ~xiste una variedadde-'coñ-ceptos-qu'e'cumplen las mis-
texto aparecen nombres de personas o hechos reatet'" ,. rhas o similares funciones. Eldiccionario trae los siguien-
e. Notas de carátula, lista de las obras del autor, ver- tes sinónimos: prolegómeno, exordio, introducción,
sos 1auQatonos~-{raseS1omadas de las reseñas favorables. prefacio (o prefación), advertencia, introito, preludio,
f. .iiI.Qn~s, --~.§g~-~1E_a.S.,
di.~~j?S~,f?!C?!?ra~ías,colores y preliminar, preámbulo, proemio, exposición, argumento,
diseños de carátula o interiores.'" .'" isagoge1. Se usan también discurso, ep Ísto1a (o epÍsto-
&_f~__de~IT~tlt~.:Los libros deben empezarse a leer por la nuncupatoria), al lector, palabras preliminares.
la fe de 'erratas. Pedro Gómez Valderrama, recordando No existen normas claras para el uso de unos y otros;
las enseñanzas del constitucionalista colombiano Jorge más bien se trata de decisiones arbitrarias de autores
Soto del Corral, comenta que el texto de la constitución y traductores, editores ~y prómgulSfas:---srn"'embaI:gü-:
de 1886 de la República de Colombia sufrió una defor- para determinar los posibles matices de significado, vea-
mación en el artículo 151 del ordinal 7, al trocar el mos las definiciones pertinentes que ofrece el Dicciona-
copista la palabra "delitos" por "motivos". El texto rio de la lengua española de la Real Academia:
errado se publicó profusamente y dio origen a disquisi- Prólogo, prolegómeno, introducción, prefacio, preli-
ciones sin cuento (21).
~l.&ld.~~~_~-~estos elementos se salen de~ controL~teJ
autor ya que haéen parte-deta'pfCrdüc'cTon física del 1. Diccionario español de sinónimos y antónimos, de Federico
libro: se trata del --,,-'--"--'-"""'--'
trabajo de diseñadores, editores e im- Carlos Sainz de Robles. Madrid, Aguílar, 1969.
"--
104 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 105

minar, proemio, isagoge, tienen definiciones similares. introducción implique un complemento al texto princi-
Se trata de un discurso antepuesto al cuerpo de una obra pal; algo que es importante para su cabal comprensión,
para dar noticia al lector del fin de la misma o para ha- y por lo tanto, estructuralmente parte de la obra. El prólo-
cerle alguna otra advertencia. go estaría relacionado más con circunstancias exteriores
El exordio se relaciona con la oratoria y tiene por a la obra, y la advertencia con algunos problemas de la
Úbj'~t'o excitar la atención y preparar el ánimo de los traducción.
oyentes. El introito y la epístola se relacionan con la En general, los conceptos citados se relacionan con las
misá y con el derecho; el preludio y la exposición con ideas de vestíbulo, tachada, umbrar,zagliáñ;deTilñtal;---'-
la música. hoja de parra o taparrabos': ;étementoslímites, má~
La advertencia es un escrito por lo común breve. El ~~por definición, localiza<fossiempre entre lo interno y
p~ülo ronllevala idea de rodeo o digresión imper- íO externo, que sirven para separar y comunicar. Impli-
tinente. can escritos al margen que realzan y enmarcan la repre-
sentación de la obra.
,- El argumento es un sumario del asunto de la obra o
En las páginas siguientes usaré la palabra "prólogo"
de cada una de las partes en que está dividida. La epísto-
la nuncupatoria es el escrito con que se dedica una obra, en su acepción general, y por lo tanto incluirá los sinóni-
o en que se nombra o instituye a uno por heredero o se mos citados. Incluirá también las notas de carátula y
le confiere un empleo. "
contracarátula que agregan algunos editores, y los versos
Dado el carácter dependiente del prólogo en relación ,r
-láudatorios que, sobre todo en el siglo de oro, venían al
con el texto principal, el contenido de éste (legal, de .- ,:.principio de las obras literarias.
teatro) podrá determinar la selección del término.~'D~ Alberto Porqueras Mayo, quien ha dedicado varios
otro lado, hay cierto matiz relacionado con la extensión o libros al estudio del prólogo en la literatura española,
brevedad; con el grado de esmero o refinamiento en la señala que su origen se remonta a la literatura griega
composición del texto introductorio: prólogo, introduc- anterior a Aristóteles. En aquella época existía "la expo-
ción, prefacio conllevan la idea de un trabajo elaborado, sición" como algo previo y esencial al drama, en la que
ya sea del autor o de otra persona, usualmente de pres- un personaje o una "deidad"3 daban explicaciones sobre
tigio, que da cuenta con cierto detalle de la obra o del las circunstancias de la obra, algunas veces dirigiéndose
autor. Por el contrario, "advertencia" o "palabras pre- directamente al público. En la literatura latina, el prólo-
liminares" implican textos más breves para consignar
algún detalle específico o de importancia circunstancial.
Lo anterior, sin embargo, no puede afirmarse categó- 2. Salvador Jacinto Polo de Medina titula "Zaguán del hospi-
ricamente, ya que algunos escritores, al acogerse al tal" el prólogo de "Hospital de incurables" (1627), y agrega el si-
tópico de la modestia, encabezan un texto de la primera guiente subtítulo: "Introducción al discurso, proemio que llaman
categoría con un título de la segunda. o prólogo de más acá dentro" (Obras completas, 179).
3. Al respecto afirma Nietzsche, refiriéndose a la tragedia grie-
E:~.~~!!llJ1ܧ.mQ~
li1¿1:g~p~Q~I1c;g,gc;urrirp<?!--~pjQ ga: "un dios debía salir fiador ante el público de los aconteci-
un prólogo del editor, una advertendil"'aéf'gue,tr.aduce, mientos de la tragedia y disipar todas las dudas sobre la realidad
y una introducción del nove~n-este caso, tal vez la del mito" (El origen de la tragedia, 79).
106 Alvaro Pineda Botero

go cumplió la función de atraer la simpatía del auditorio es aplicable a la novela. Ni el prólogo ni el epílogo la
(El prólogo como género, 22 a 28, y El Barroco, 17). pueden "resumir". Su expresión está en la totalidad del
Para la tradición literaria el prólogo ha sido un ornato texto. .
de la obra4. Cervantes está dentro de esta tradición. El . La ironía en las actitudes de Hegel V Cervantes es que
prólogo de la primera parte de El Quijote dice: arn'bOS"autores
,.- utilizan el prólogo para denunciar la
practica de escribir prólogos. En este caso la.escritura se
Sólo quisiera dártela (la obra) monda y desnuda, sin el .fQ!!..~~erte
no sólv CJJJ(.t~la[~xfo(en J!1arco)del text()-que -----.
ornamento d~ prólogo, ni la innumerabilidad y catálogo de
los acostumbrados sonetos, epigramas y elogiosque al prin-
.:Yi~~~.! conJ:in~aciónL.~!!1°en me.ta!ex1,oqe sí misunr,-y--
..Q9r lo tanto no sólo es un exterior del textOSíñoTám-
cipio de lo.slibros suelen ponerse (Obrascompletas, 1032)5. bi~-se. . ~. .

'~ñ rea1lclaClse trata de una costumbre bien estableci-


En el prólogo de Phénoménologie de 1'esprit Hegel da: Miguel de Unamuno en Niebla escribe un "ante-
afirma que el prólogo parece "no sólamente superfluo, prólogo" usando el seudónimo "Victor Cori". Su pro-
sin.o impropio" (1, 6). Se refiere al prólogo de la obra
pósito es constituir una nueva instancia metatextual que
filosófica y no avanza opiniones sobre los prólogos de sirva de marco al marco inmediato de la obra. Por su
otros tipos de. obras: la exposición filosófica sería la
parte, el prólogo a Dissemination de Derrida cumple. una
totalidad del texto dedicado a ella; en esa totalidad radi-
función paralela: su tema es la deconstrucción del pró-
ca su "verdad" o "falsedad"6. Trat(ir de exponer en las .~.
logo. En este' punto, aunque usando por supuesto len-
páginas resumidas de un prólogo lo que luego será expre-
:'guajes diferentes, la novela y el discurso filosófico se
sado a cabalidad, es menospreciar y reducir el texto,. , . tocan.
convertirlo en una especie de murmullo. Pienso que esto
Al margen de estos juegos autocríticos, el prólogo en
general se sitúa al mismo tiempo en el exterior y en el
4. Immanuel Kant, desde un punto de vista general, escribe in terior, antes y después del libro: el prólogo se escribe
sabre las ornamentas, adarnas, atavías o aderezos de la abra de al final (sería extraño encontrar uno escrito con anterio-
arte, a las que aplica el nambre genérico de parerga. La parerga no ridad a la escritura de la obra) pero se coloca al principio,
pertenece a la representación campleta e interna del abjeto, sino.
que aparece externamente como camplemento. Ayuda al juicio. y
aumenta el gusto. Y cancluye: "cuando la parerga no es bella,
desvirtúa la belleza de la obra" (Critique of Judgment, 386). 7. Andrew P. Debicld ha prapuesta restringir el uso de la pala-
5. El resto del prólogo es un manólago sobre la prablemática bra "metapaesía" (en nuestra caso "metaliteratura" o "metatex-
de hacer prólogas: juego entre la escritura y la vida; autarretrato to") para aquellas obras que "explícitamente destruyen la línea
del autar en dande se plantea la paradaja de que si se escribe lo entre el texto como construcción artística y el texto que comen-
que se vive, no llegará a vivir par escribir. Este tipo de situación es ta tal construcción" ("Metapoetry", 279). Cuando el texto. litera-
prapia del Barraco: puede camparársela con el juego de espejas y rio incluye dentro de su ficción camentarios autocríticos hacien-
la inclusión del pintar en "Las Meninas" de Velásquez. Ver Michel da que el texto. se refleje sabre sí mismo, se vialenta la norma
Faucault, Las palabras y las cosas, cap. 1; y Leo Steinberg, tradicianal que separa ambas instancias. Esto sería "metapoesía".
"VelásQuez'Las Meninas" en October, 1981,45. Par el contrario, cuando un texto. se refiere (cita, alude o crftica)
- , -'I~~" nllaestaideaenEstructura, (17). a otra, no. hay metapoesía sino relación hiper-hipotextual.
Ir

108 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 109

y generalmente es leído primero. Anuncia un futuro: en un libro (The Art of the Novel), que se lee como un
"esto es 10 que usted va a leer", pero fue escrito en el tratado de teoría de la novela. El prólogo de Borges al
pasado. Hace presentes tanto futuro como pasado, Está libro Elogia de la sombra es toda una declaración poéti-
trayendo al texto el sentido de la circularidad, uniendo ca; también el de José Gorostiza a Muerte sin fin 9 ,

el final con el principio, el futuro con el pasado (ver Los prólogos ajenos1Opor el contrario, pueden acom-
Derrida, Margins, XXIII y Dissemination, 7). pañar a obras contemporáneas o a reediciones de obras
En otras palabras, el prólogo es algo que desde el ex- de épocas anteriores. Los primeros, con frecuencia, co-
terior de la obra se escribe sobre un interior que vendrá rresponden a un compromiso del prologuista con el
a continuación, pero que ya debe haber transcurrido autor o con el tema tratado. Cumplen una función de
para poder ser escrito. Tanto en los ejemplos de Cervan- propaganda, de presentación; promueven, indican, llaman
tes y Hegel como en el prólogo en general, vemos las la atención o justifican. Refuerzan la función del título
anacrbnías y paradojas de 10 uno y 10 otro cuando con.,. y del nombre del autor. A veces se trata de un autor
curren simultáneamente. . poco conocido; el prologuista (tal vez más conoci-
Pueden establecerse distintos tipos de prólogos: en do) ofrece al autor su auditorio. En consecuencia, gene-
primer lugar, afirma Derrida, los que pertenecen al ralmente se constituyen en alabanza al autor y a su
texto, es decir, los que agregan algo a la exposición cen- obra 11 , porque la más sincera alabanza viene de afuera:
tral, en cuyo caso no tienen identidad en sí, pues son al incorporar una segunda voz que desde el margen
parte de un todo mayor. Son una prolongación del estilo ;-- dama las bondades del texto, se crea un marco de vero-
y a veces de la estructura; apéndice del texto que an\{n-
" .. 'similitud, se abre una vía de entendimiento, 10 que no
cian. Por el contrario, están los que no agregan nada, y ocurre con la autoalabanza, que no siempre la recibe
por 10 tanto son meras copias, repetición mecánica de 10 positivamente el lector. Encontramos casos de auto-ala-
que vendrá, residuo de la escritura (Dissemination, 15)8. banza en autores de gran prestigio, cuya confianza en sí
. Desde otro punto de vista, los prólogos pueden ser mismos les permite tomar posiciones de superioridad,
propios o ajenos. Los propios sirven para justificarse el que generalmente se resuelven en la ironía y el juego. En
autor, es decir, para declarar una deuda intelectual que este sentido, los prólogos de Guzmán de Alfarache pue-
valida el texto, para narrar las circunstancias especiales
'que dieron origen a la escritura. (Ver Porqueras Mayo,
Temas y formas, 163, 170 y Barroco,4). 9. Porqueras Mayo afinna que en el Siglo de Oro el prólogo
sustituye al ensayo (El prólogo como género, 166).
Muchos prólogos propios son vehículos doctrinales, 10. Según Porqueras Mayo, es en el siglo XV cuando aparece
ensayos polémicos, tratados de teoría literaria. Los pró- por primera vez el prólogo ajeno en España. Se trata del Proemio
logos de las novelas de Henry James han sido editados de Juan de Mena al Libro de las virtuosas y claras mujeres de D.
Alvaro de Luna (El prólogo corno género, 87).
11. Algunas veces toma la forma de epístola (o epístola nun-
8. Nótese que es "repetición" sólo para el autor, no para el cupatoria). Puede ocurrir que luego de publicado el libro, el
. lector quien normarmente no ha leído el texto al leer el prólogo. autor recibe una carta de alabanza de algún lector importante, y
Para éste, al contrario, el texto sería la "repetición" (o amplia- la use como prólogo en subsecuentes ediciones (ver Porqueras
ción) del prólogo, Mayo, El prólogo como género, 139).
..........

112 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 113

I~ili!
'ni
el título y abre una visión hipertext.ual para la interpre- je", 56 prólogos, 20 capítulos (el último de los cuales
Illi' tación de la obra. El título de El carnero (ver capítulo 'tTeñee1sU15fifü!<Jde--epITógO"G1fesap'artaaos"mas~'
111),que tiene ciento cuarenta y siete palabras, es, tam- --~I-~ nQ!ela, como dIce .Obieta en la ~eite.l]f~~'.!L-
"
~~..
e,:' bién un prólogo, por su función introductoria13 . . una' "gran"ldeil"-qtie-se dibujó y d'eSdIbujó, en sucesivas
A veces el prólogo implica la idea de que "esto es lo
~!~ortosi~'. Fernández "acaso jugaba (seriamente) a?
que en realidad quiso (o quiere) decir el autor en la
los prólogos y a los títulos, jugaba a la novela" (5).)
obra". Expresa la imposibilidad de poner un punto final Llama la atención, en primer lugar, el título. Se trata no
a la escritura; de que nunca se termina totalmente, por- de una novela, sino de un "museo" de la novela. Inclusi-
que siempre habrá algo que corregir, añadir, cortar, co- ve hay un prólogo al "lector de vidriera". La novela pre-
mentar. Bajo esta idea un libro nunca finalizará porque senta, en "ventanas" distintas, la preparación de una no-
es la continuación de otro; porque todos los libros de vela: "almacén de intenciones, proyectos, materiales,
un autor son un solo libro, porque un libro genera otros realizaciones, sugerencias, donde todo puede haber y
libros. caber" dice Obieta (6).
De igual forma, el prólogo tiene frases o párrafos in-
troductorios y otros de conclusión. Es decir, tiene su Incluye además "lo que está por fuera de la novela":
propio marco, lo que le da "unidad". La conclusión del los prólogos son "afueras amplias. Sólo con su ayuda
es posible contarlo todo" (31): hay un prólogo "a dos
prólogo, por ejemplo, informa "lo que en realidad el
- ...personajes desechados" (77); otro "al personaje presta-
autor quiso decir en el prólogo..."14. En ambos casos
vemos las leyes del encaje operando dentro del marco15
, do" (91); en otro enumera "los libros que a los veinti':'
~ . '. .,
, cinco años estaba decidido a escribir" (86). Se trata
Estas p~radojas están bien ejempl::.ri7,adasen Mus~o así de una novela que es y no es: "es y será futurista
de la novela de la eterna de Maced' . z _que
hasta que se escriba" (44). ,

es a compues o por una "advertencia" escrita p_or el


editor, Adolfo de Obieta, una "dedicatoria a mi persona- La novela se llamaría "La eterna" porque nunca
! "" '-"" -.."...,."
podrá ser concluida. No solo es ImposIble entrar en e1fa-
-los prólogos, preambulos y preparativos tienden al in-
finito-, sino que tampoco es posible salir de ella: de
13. Derrida afirma que "el prefacio es nada más que un título hecho, los 20 capítulos, en la naturaleza de su contenido,
largo" (Dissemination, 28). no se diferencian de los 56 prólogos: en unos y otros se
14. Refiriéndose al discurso filosófico, Culler anota que el vuelve, en círculos, infinitamente, sobre el tema de
objeto de la filosofía es resolver un problema y por lo tanto
llevar la escritura a su final. Paradójicamente, esto nunca ocurre: hacer una novela. El autor mismo plantea la dificultad
mientras más poderosa y concluyente es una interpretación, más de diferenciar prólogos de capítulos con la siguiente
escritura genera (On Deconstruction, 90). Algo similar podría pregunta: "Estos ¿fueron prólogos?, y ésta ¿será nove-
afirmarse de la Ilpvela. la?" (117). Más aún, el final, dedicado "al que quiera
15. Es interesante notar que estas situaciones se presentan tam- escribir esta novela", es un prólogo. La palabra "prólo-
bién en relación con el epílogo. De hecho, tal vez la única diferen-
cia estructural entre el ptólogo y el epílogo es la localización en go" en este lugar - ¡después del epílogo!-, indica que la
la obra. novela apenas comienza.
~~""""""'C'

~;)lvaro PinedaBotero Teoría de la novela 115


\\ / /

( . Se trata no sólo del concepto de CirCUljIJi¡l¡¡.d,.


i.nQ .....~.
Porqueras Mayo propuso la ide~ de que .~12g9... es
l~taIñ15ieñde que el lector "escribe" su propia novela16.
... . . . . un género literario (en El prólogo como ~él1ero), pero
fF~;fud~;-afirma en los últimos párrafos del Miis-eo~"" "se"encuentr'a con dificultades para sostener su argumen-
,/" ~--"--"-"- .. ..--.-........-..........--......
To. ~l m~m_o recqnoce gueel prólogo'-recibe excesiva
..

(El autor) deja autorizado a todo escritor futuro de im- íñ11uencia del. texto que viene a cont1ñUación-;irrftueiiCia
pulso y circunstancias que favorezcan un intenso trabajo, que denomíña:--npenñéabilidad". El prólogo absorbe las
para corregirlo y editarlo libremente, con o sin mención de características del texto; "de ahí que el género (prólo-
mi obra y nombre. No será poco el trabajo. Suprima, en- go) se torne algunas veces sub-género dependiente de un
miende, cambie, pero, si -=:""'-~
acaso, que algo~ quede" (236).
~- género más potente al cual presta un servicio" (El prólo-
go como género, 100). En un trabajo posterior afirma:
Esta es. su "teoría perfecta de la novela" (236), que
"en determinados momentos de máximo esplendor, (el
,.im~sa conciencia ~e 192.J?!°cesos de 1iITer~ prólogo) puede considerarse como género literario inde-
~-1&2Stl!~lidad,pero que no es tan novedosa si recordamos pendiente, aunque muy circunstanciado al libro concre-
la estrofa del Libro de buen amor en la que Juan Ruiz
to del que biológicamente participa" (Temas y formas,
invita a continuar, suprimir, cambiar la obra (ver capí- 157). En vez de entrar en una discusión de géneros y
tulo IV). Afirma Obieta: "creo que nada complaceríá subgéneros, me parece. más apropiada la idea de ver el
\ tanto a Macedonio Fernández como enterarse de varias . .f' ..-prólogo como un texto que al colocarse frente a otro
\ novelas de la Eterna sin obligación alguna de fidelidad
al original, sin conservar el título ni siquiera indicaJ Ja.
; texto, asume una función introductoria, dialoga, crea
tensiones, predispone la lectura, enmarca. Así, la per-
)
( procedencia del estímulo" (7). . --
.~

meabilidad es evidente, sobre todo en el prólogo propio.


Escribir-leer; crear-copiar: se trata de un proceso 'que El prólogo en la novela picaresca, por ejemplo, tiene
,yOfaesgracla nunca alcanzará la perfección. El escritOr, tono picaresco. Inclusive, muchas novelas de este género
para Fernángez, es sólo un "publicador.Ete borradores" continúan una tradición que se remonta al teatro clási-
(24). El'críii~qli'eátñaIaoofapéIlecta, Gtespe-ra~e1er--' co: un personaje sale al escenario antes de la obra y se
namente, y entretanto, se tiene que limitar a "elogiar la dirige al público. En el Barroco, el personaje se sale del
encuadernación" (24). Si la novela no se ha escrito; si se libro para hablarle al lector17. En la p'icara Justina
trata sólo de prólogos, ¿cómo clasificar el libro? He allí
la razón del título: Museo. Colección de cuadros cuya
ilación puede efectuar el lector a su gusto. 17. En la pintura es frecuente que la obra "se salga" o conti-
núe en el marco, como en "Two Children Are Threatened by a
Nightingale" (1924) de Max Ernest (Museo de Arte Moderno de
Nueva York), en la cual, una puerta abierta se recuesta sobre el
marco exterior de madera, y éste a su vez exhibe una cerradura.
16. Con esto no quiero afirmar ni negaI una "influencia" de Por su paIte las obras "Evening, Honfleur" (1886) y "Porten-
Fernández sobre Cortázar. El Museo fue publicado póstumamente Bessin" (1888) de Georges-Pierre Seurat (en el mismo museo) tie-
en 1967. Fernández murió en 1952, pero su teoría de la novela se nen un marco pintado alrededor de la obra, en el color dominante
había difundido desde 1929. (Ver nota de Obieta, 5). Rayuela se de ésta, y en el mismo estilo puntillista, y otro maICOconvencio-
publicó en 1963. nal más externo.
~ -.. ,,-..-

116 Alvaro Pineda Botero Teoría de la novela 117

dato, ¿por dónde empezar?, la invocación a las musas,


(1604) de Francisco López de Ubeda hay una "Intro-
ducción general" escrita "de mano de Justina". Se trata la afectada modestia, etc. (European Literature, cap.
V y VIlI)19 .
de tres apartes en los que el personaje da ciertos conse-
Otro tópico tradicional al comienzo de las obras o en
jos morales al lector (53 y ss). E~to no obsta para que
además existan otros dos prólogos: El "Prólogo al lec- el prólogo es el de "la paternidad". Cervantes dice en el
tor"... "en el cual declara el autor el intento de todos los prólogo de Don Quijote (primera parte): "quisiera que
tomos y libros de la Pícara1ustina" (41). (Aquí ensalza este libro, como hijo del entendimiento, fuera el más
al lector y pide su benevolencia). Y el "Prólogo suma- hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera
rio". (En donde el autor presenta a su personaje: "1usti- imaginarse..." (1031). Un poco más adelante lo denigra
na fue mujer de raro ingenio, feliz memoria, amorosa y llamándolo "hijo seco, avellanado, antojadizo", o sea,
risueña, de buen cuerpo ..." (47), y confiesa sus deudas combina la idea de la paternidad con la afectada mo-
destia2°.
intelectuales: Celestina, Lázaro, Asno de oro, Guzmán
de Alfarache). En Tirso de Molina encontramos también la presencia
En esta misma línea podemos clasificar los prólogos combinada de la paternidad y la modestia, con un ele-
de La vorágine. El primero es una carta del autor. El mento adicional: ya no habla el padre sino "el hijo".
segundo es un fragmento de una carta del personaje y ¿

voz narrativa principal, Arturo Cova, que al ser presen- Al bien intencionado: No sé - ¡oh tú, que me estás le-
" .,. '°' ",'
yendo! - si tienes derecho al título que te doy en este prólo-
tada en forma destacada, permite que el personaje hable go. (oo.)No quiso el que me dió el ser disculpar mis faltas
al lector, dando un anticipo del contenido de la obht/'~' (...) ni es discreta satisfacciónsacar a vistas hijos corcovados
El efecto principal es intensificar el realismo del perso- (oo.). El día que salí de la tienda entré a servir a quien me
naje, darle independencia. El papel del autor se ha limi- compró; y desdeentonces ya no corre por cuenta de quien
tado a "arreglar el manuscrito para su publicación"18 . me dió el ser mi defensa, sino del señor a quien reconozco,
Aunque el prólogo no esté identificado en la obra, (Cigarrales de Toledo, 19-21).
con frecuencia es fácil determinar por lo menos la zona
introductoria al discurso novelístico, debido al uso de Tirso cumple así con varias deudas con lo tradicional:
ciertas tradiciones de la retórica. A este respecto es bien además del uso de los tópicos aludidos, capta la benevo-
conocida la lista de tópicos que ofrece Ernest Robert lencia del lector llamándolo "bien intencionado" y
Curtius (y que no voy a desarrollar aquí). Baste mencio- "señor", y declarándose el texto "servidor".
nar los más i,mportantes: el tópico de lo nunca dicho,
el deber de manifestar la sabiduría, la escritura por man-

19. Cedomil Goic ofrece un resumen interesante de formas re-


tóricas de introducción aplicadas a La Araucana en "Poética del
18. Richard Ford amplía este análisis en "El marco narrativo
exordio en La Araucana", 5. .
de La vorágine" (Revista iberoamericana, No. 95, 1976, 573): el
autor sufre "un proceso de ficcionalización" y el personaje ad- 20. En la dedicatoria de Zapata Olivella citada en el capítulo
quiere verosimilitud. anterior vemos otra forma del tópico de la paternidad"':
~"--

118 Al varo Pineda Botero Teoría de la novela 119

El principio tiene la función de moldear y definir la depositada, sin saberlo, por un vecino; una mera partícu-
obra. No sólo hace evidente la existencia de la obra la flotante en la corriente del discurso" (The Art o/ the
misma sino que se establece como sustituto de las cau- Novel, 119), Cuando al comenzar el relato el autor obse-
sas que la originaron: explica su existencia. Inclusive, quia a su lector con una de estas semillas, le facilita la
ciertos géneros enfatizan la introducción para resaltar el entrada a la obra dándole un primer elemento de com-
origen: las crónicas y las novelas "por entregas", al prenSlOn.
reforzar el origen, con frecuencia quedan demarcadas Es necesario distinguir entre la semilla quele sirvió al
únicamente por el comienzo: el texto en sí mismo entre- aii{orpa-r~t a esarro llar" rá "6bia"y' ia-se-iñüia:' que le sirve ~í
ga su mayor contenido en los primeros capítulos y a me- leCtorpai;a"TñTerpfe1ar1a-:-rref6'--algün~~cQ.lijclaen:::'
dida que avanza el relato la importancia decae, dejando -Gá])rrer-e~l1da Márque-z"'riOSliaaado un testimonio de
un final "abierto" (Ver Lotman, Structure, 213). estos casos: afirma que sus obras nacen siempre de una
Sin embargo, la novela moderna tiene la teng~I~s!~a imagen: "La siesta del martes", surgió de la visión de
apartarse de estasmaneras tradicion,ales: muchos autoies una mujer y de una niña vestidas de negro caminando
:mICiap el relato sin prólog~ y más ailñ~iñ--'mediasr~s, bajo el sol en un pueblo desierto; La hojarasca de la ima-
lo que exige en mayor o menor grado un lector "cread:" gen de un viejo que lleva a su nieto a un entierro; El
va" (o "activo"), ya que sin las ayudas introductorias, coronel no tiene quien le escriba de la visión de un hom-
la lectura se hace más difícil. Tal es el caso de La trai-, br.e esperando una lancha en el mercado de Barranquilla. :.1
ción de Rifa Hayworth de' Manuel Puig, en donde en las ,- "Cuando esa imagen es descrita al iniciarse la obra, - se ,¡
páginas del comienzo ni siquiera se identifica a los perso- .. :'bfrece también como germen interpretativo para el
najes que participan en los diálogos. Se trata, como nota lector. Hablando en relación a Cien años de soledad,
Graciela Reyes, de diálogos sin marco narrativo. El dice García Márquez que "la primera frase puede ser el
narrador renuncia a su autoridad para ceder la palabra a laboratorio para establecer muchos elementos del estilo,
sus personajes, y sólo se le adivina como compaginador de la estructura y hasta de la longitud del libro" (El
de citas, yuxtaponiendo hablas de personajes. No aclara olor de la guayaba, 26, 27). La primera frase de Cien
en qué tono se dice algo, ni cómo es la escena, ni quién años de soledad dice:
entra, ni quién sale. A los personajes los va creando el
lector a medida que los "oye'~ hablar (Polifom'a. 148- Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento,
151). el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella
En otros casos existe 10 que Rita Gnutzm,anlLlla"J1a: tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo
rñaaü "'acto preparatOilO"r;--ü sea, cü~itos elementos no (Cien años, 7).
'-¡Opícos al comIenzo de la novela que conllevan""(;Iger-
" men del am bIente y del tema que se desarióIliir"eñTas En efecto, Julio Ortega analiza algunos elementos y
dIferentes partes del relato ("El comienzo, ¿epítome de ofrece una interpretación de la novela a partir de esta
la novela?", 188). Henry James había ya mencionado primera frase, la que nos lleva "al presente sin tiempo
la idea de "el germen de la historia" a propósito de The del tiempo de ia lectura". "¿Muchds años después de
Spoils o/ Poynton: esta novela "nació de una semilla qUé?", pregunta Ortega. "Ese futuro nos sitúa en el
120 Alvaro Pineda Botero

reiterado presente del suceso anticipado... o del descubri-


miento del hielo". Y más adelante: "se diría, pues, que
el tiempo es la materia significan te del relato. La novela
se sostiene en la temporalidad tradicional, aquella que se
articula como un ciclo de edades" ("Ciclo y errancia en
Cien años", 3-8). La frase primera es una poderosa..
introducción que de inmediato, sin los prólogos tradi-
cionales, sume al lector en el mundo mágico de tiempos
circulares de Macondo.
Algo similar ocurre con Pedro Páramo de Juan Rulfo.
La primera frase de la novela dice: "Vine a Comala por-
que me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Pá-
ramo". La obra trata, como es bien sabido, el tema de la
búsqueda del padre. No sé si ésta fue la idea germen en
la producción del texto. Pero se le entrega al lector
como la primera forma de interpretación21 .
En general, el prólogo pretende ofrecer un terreno
,'- f~~r¡mé(ior, plle(f;:¡enlrar-~iieri:ñas
a partir del ('1]::11
--desconocido del texto. En la novela contemporánea,~sin.,. '
f~~mbarg<4~'se nota una te'ñaé~;pará"'sef
'. "-'~..-'
~emplazado, algunas veces, por comIenzos de gr~DJ~_4~r-.
. za sugestIva; a partir de los cuales la novela puede ser
interpretada.
En el capítulo siguiente continúo analizando las fun-
ciones introductorias, principalmente las del epígrafe; y
además estudio las notas de pie de página y las glosas,
por sus relaciones de forma con el epígrafe, y por su
importancia como inscripciones marginales.

21. Julio Ortega ha hecho también una interpretación de esta


novela a partir de la primera línea: "El tema de la búsqueda del
padre reconoce, en primer lugar, el espacio del viaje: el héroe va
a enfrentarse a un mundo que ignora, con las distintas máscaras
de sí mismo que también desconoce". Y más adelante: "Su bús-
queda del padre equivale (...) a su encuentro del lugar: el lugar es
la extensión del padre, su sombra, la equivalencia (...) del antiguo
paraíso perseguido" (La contemplación y la fiesta, 17, 19).

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