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Agua

El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial para la supervivencia
de todas las formas conocidas de vida. En su uso más común, con agua nos
referimos a la sustancia en su estado líquido, pero la misma puede hallarse en
forma sólida (hielo), y en forma gaseosa que llamamos vapor. El agua cubre el
71% de la superficie terrestre.[2] En nuestro planeta, se localiza principalmente en
los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes
polares tiene el 1,74%, los depósitos subterráneos en (acuíferos), los permafrost y
los glaciares continentales suponen el 1,72% y el restante 0,04% se reparte en
orden decreciente entre lagos, la humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y
seres vivos.[]

Desde el punto de vista físico, el agua circula constantemente en un ciclo de


evaporación o transpiración (evapotranspiración), precipitación, y desplazamiento
hacia el mar. Los vientos transportan tanto vapor de agua como el que se vierte en
los mares mediante su curso sobre la tierra, en una cantidad aproximada de
45.000 km³ al año. En tierra firme, la evaporación y transpiración contribuyen con
74.000 km³ anuales a causar precipitaciones de 119.000 km³ al año.[]

Se estima que aproximadamente el 70% del agua dulce se consume en la


agricultura.[5] El agua en la industria absorbe una media del 20% del consumo
mundial, empleándose como medio en la refrigeración, el transporte y como
disolvente de una gran variedad de sustancias químicas. El consumo doméstico
absorbe del orden del 10% restante.[]

El agua potable es esencial para todas las formas de vida, incluida la humana. El
acceso al agua potable se ha incrementado sustancialmente durante las últimas
décadas en la práctica totalidad de la superficie terrestre.[7] [8] Sin embargo
estudios de la FAO, estiman que uno de cada cinco países en vías de desarrollo
tendrá problemas de escasez de agua antes del 2030; en esos países es urgente
un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los sistemas de riego.[]

Suelo
En las ciencias de la Tierra y de la vida, se denomina suelo a la parte superficial
de la corteza terrestre, biológicamente activo, que tiende a desarrollarse en la
superficie de las tierras emergidas por la influencia de la intemperie y de los seres
vivos. De un modo simplificado puede decirse que las etapas implicadas en su
formación son las siguientes:

• Disgregación mecánica de las rocas.

• Meteorización química de los materiales regolíticos, liberados.

• Instalación de los seres vivos (vegetales, microorganismos, etc.) sobre ese


substrato inorgánico. Esta es la fase más significativa, ya que con sus
procesos vitales y metabólicos, continúan la meteorización de los
minerales, iniciada por mecanismos inorgánicos. Además, los restos
vegetales y animales a través de la fermentación y la putrefacción
enriquecen ese sustrato.

• Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales.
Vida silvestre se refiere a todos los vegetales, animales y otros organismos no
domesticados. Organismos domesticados son aquellos que fueron adaptados para
sobrevivir con la ayuda de (o bajo el control de) los humanos, después de muchas
generaciones. Especies de plantas y animales fueron domesticadas muchas veces
para el beneficio humano en todo el planeta, lo que acarreó un gran impacto sobre
el medio ambiente, tanto positivo como negativo.

La vida silvestre o vida salvaje puede ser encontrada en todos los ecosistemas.
Desiertos, florestas tropicales, planicies y otras áreas -incluyendo las ciudades
más desarrolladas- todas tienen distintas formas de vida silvestre. Aunque en la
cultura popular la expresión generalmente se refiera a animales aún sin contacto
con la presencia humana, la mayoría de los científicos concuerdan que la vida
silvestre alrededor del planeta sufre, de un modo u otro, del impacto de las
actividades humanas.

Forestal

La Forestal es el nombre de una empresa argentina de capitales extranjeros que


manejó buena parte de la actividad política y económica de un sector del norte
argentino a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Su nombre es
tristemente recordado por haber significado la destrucción de una parte importante
de los recursos naturales, la explotación de sus trabajadores y los oscuros
contactos con el poder de turno.

Esta empresa de origen inglés, pero además con capitales franceses y alemanes,
fue iniciada en 1872 a raíz de un empréstito que la Argentina obtiene con la
empresa Murrieta de Londres. Esta firma llevó a la desastrosa explotación de
2.000.000 hectáreas de quebrachales en el Chaco Austral (norte de la provincia de
Santa Fe, sur de la provincia del Chaco y noreste de la provincia de Santiago del
Estero). Según algunas versiones, la explotación llegó hasta la zona de El
Impenetrable chaqueño. La empresa exportaba postes y durmientes para el
ferrocarril, rollizos y, esencialmente, tanino.

El Suelo
Uno de los principales recursos que brinda la naturaleza al hombre es el suelo,
ya que en él crecen y se desarrollan las plantas, tanto las silvestres como las que
se cultivan para servir de alimento al hombre y los animales.

La formación de los suelos depende de un largo y complejo proceso de


descomposición de las rocas, en el cual intervienen factores físicos, químicos y
biológicos. La interacción de estos, como factores ecológicos, provoca la
desintegración de los minerales que, unidos a los restos de animales y plantas en
forma de materia orgánica, originan el suelo.

Los seres vivos intervienen en la destrucción de la roca madre y, además de


los agentes climáticos, toman parte en la mezcla de sustancias del suelo, en su
distribución horizontal, y añaden a éste materia orgánica. Las sustancias de
desecho de animales y vegetales, así como los propios cuerpos de estos al morir,
son las únicas fuentes de materia orgánica del suelo, la cual proporciona a éste
algunos componentes esenciales, lo modifica de diferentes modos, y hace posible
el crecimiento de fauna y flora variadas, que de otra manera no podrían existir.

Además, la materia orgánica incorporada al suelo almacena mayor cantidad de


energía, obtenida del Sol por la fotosíntesis, que la materia inorgánica a partir de
la cual se sintetizó. Por consiguiente, los seres vivos contribuyen a la formación
del suelo aportando no solo materiales, sino también energía, tanto potencial
como cinética.

La presencia de distintos tipos de minerales, las variaciones climáticas, la


altura sobre el nivel del mar, la latitud geográgica y otros factores, determinan una
gran variabilidad de los suelos, la cual se manifiesta en las características físicas y
químicas de estos.

Otros fenómenos que se presentan en los suelos son el exceso de acidez y


salinidad, los cuales imposibilitan la utilización óptima de los suelos.

Para evitar la degradación de los suelos es necesario:

• Restituirles, por medio de la fertilización, los nutrientes que van siendo


extraídos por las plantas o que son arrastrados por las aguas.
• Evitar las talas y los desmontes desmedidos, así como las quemas,
fundamentalmente en las laderas.

• Preparar los surcos, en zonas de alta pendiente, en forma perpendicular a


estas, de manera que el agua, al correr, no arrastre el suelo.

• Proporcionar al suelo la cobertura vegetal necesaria para evitar la erosión.

• Evitar la contaminación que provoca el uso indiscriminado de productos


químicos en la actividad agrícola.

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