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muertos
19:42 12/02/2010
Santiago Escuain
30 enero 2010 — Los experimentos científicos pueden desde luego adoptar una
amplia diversidad de métodos, desde la recreación de la atmósfera de Titán hasta
el ensayo de un medicamento para una enfermedad genética. Pero si los
educadores quieren animar a los estudiantes a emprender carreras científicas, más
valdrá que se callen acerca de algunos «experimentos muy desagradables» en
la Universidad de Leicester, según comunicaba BBC News. Este equipo de
investigadores decidió observar cómo se pudren las cabezas de peces. Lo que
estaban buscando en este estudio «tan hediondo» suscita cuestiones acerca de
qué clase de conocimiento se puede deducir en base de la realización de
experimentos.
Los experimentos tenían un trasfondo evolutivo de mayor alcance. Dice el Dr. Mark
Purnell: «Nos es preciso comprender cómo se descompusieron si vamos a
situarlos en su puesto correcto en el árbol de la vida». El investigador Rob
Sansom se daba cuenta, según Science Daily, de que «pasar cientos de horas
estudiando los hediondos cadáveres de peces en descomposición no es
algo que atraiga a todo el mundo».
Experimentar en tafonomía (el estudio de los procesos bajo los que los
despojos se fosilizan) es una actividad digna de encomio, pero las
interpretaciones y supuestos en este artículo hieden más que las cabezas de
los peces. ¿Les ayudarían sus experimentos a comprender peces creados
que perecieron en un cataclismo diluvial universal? Desde luego, no podrían
abarcar todas las condiciones que pudieran haber diferido respecto a peces
muertos en un laboratorio respecto de los que perecieron en el registro fósil.
Quizá necesitan realizar experimentos adicionales acerca de lo que sucede
con peces que quedan fosilizados mientras alumbran crías (véase National
Geographic) o que quedan preservados instantáneamente en la roca
mientras están comiendo (véase FossilMuseum.net).