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su medio hemos heredado tambin nosotros esa nueva condicin. A esto estbamos
destinados por decisin del que hace todo segn su voluntad. Y as, nosotros, los
que ya esperbamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.
Palabra de Dios.
R/ Te alabamos Seor.
Reflexin
Qu bueno saber que Dios no nos ha tirado aqu en este mundo para que
sobrevivamos de cualquier manera, tal vez llenos de amargura y de dolor. Uno
viene a este mundo es a sufrir, afirma mucha gente a partir de sus propias angustias
y dolores, o repitiendo como loros una enseanza que se convierte en una pcima
mortal. La carta a los Efesios que leemos hoy nos viene a decir que, aunque a veces
pasemos momentos duros, aunque a veces suframos, no estamos destinados al
sufrimiento, a la miseria, a la frustracin. Tenemos cada da la posibilidad de
refugiarnos en aquel que tiene voluntad para salvarnos. En esa fuente de vida, de
fuerza, de amor, de energa dinamizadora, que nos ha bendecido en la persona de
Cristo, que nos colma de bienes espirituales y celestiales, que nos ha elegido a ser
santos e irreprochables ante l por el amor y nos ha destinado a ser sus hijos. Si nos
sentimos hijos de Dios que es Padre y Madre, aunque vivamos en medio de este
mundo imperfecto, en medio de peligros y de realidades a veces dolorosas,
asumiremos cada da como una gran aventura digna de ser vivida y con la certeza de
estar conducidos por la gracia de Dios hacia la plenitud.