Vous êtes sur la page 1sur 2

Cuaderno

Algunas ideas en torno al proceso creativo


en los artistas

En el arte el proceso creativo es un poco distinto al de otras


áreas, como podrían serlo la ciencia, la filosofía, etc. Existe
como un arquetipo del artista, arquetipo que se ve retratado en
la literatura, el cine, etc., y que se corresponde bastante bien
con la realidad de los artistas conocidos. Generalmente el artista
lleva un tipo de vida bastante particular, tipo de vida que
probablemente sea necesaria para la producción artística.
Examinemos a grandes rasgos en qué consiste este tipo de vida.
Un rasgo que destaca es la inconsciencia en su actuar. La
mayoría de las personas cuando son interrogadas acerca de lo
que están haciendo pueden responder sin problemas acerca de
ese porqué, sin embargo, el artista puede decir porque tenía
ganas, porque tuvo el impulso de hacerlo, porque necesitaba hacerlo aunque en este
momento no supiera completamente hacia donde se estaba dirigiendo ese impulso. El
artista generalmente es la persona más inconsciente al actuar, sólo comparable al niño. El
tiene una sensación general de que va hacia algún lado, pero puede que no sepa bien
hacia donde va, pero no tiene miedo, confía en su inconsciente, en que éste lo está
dirigiendo hacia donde en definitiva quiere ir.

Este es el rasgo más sobresaliente en la producción artística: actuar sin mucha conciencia
de hacia donde se está yendo, pero sabiendo o confiando que se está yendo hacia donde
se quiere ir. El artista debe confiar en sus procesos inconscientes, confianza que se ha
ido formando a través de anteriores creaciones. Claro, la vida misma es una de nuestras
principales obras, por lo que no es extraño que esa inconsciencia se traslade hacia la vida
misma y lo que se haga, es más, se toma como forma de vida este actuar inconsciente
para favorecer los procesos creativos.

Los psicoanalistas de la escuela del yo -Hartman, Ernst Kris- hablan de una regresión
al servicio del yo en la producción artística. Generalmente las regresiones involuntarias
revelan debilidades en la estructura del yo y son perjudiciales, sin embargo, el artista
aprende a tener estas regresiones al servicio del yo, regresiones muy importantes de las
cuales pueden salir luego sin problemas restableciéndose las funciones yoicas. El artista
puede cederle el control al inconsciente para la creación de la obra y luego retomar el
control. Pero claro, para realizar esta actividad debe en buena medida adoptarla como
forma de vida. El artista posee una confianza inquebrantable en su inconsciente, en
la capacidad de éste para crear, pero debe ayudarlo, debe dejarse vivir por él, debe
estimularlo.

El inconsciente del artista está siempre activo y dando indicaciones sobre lo que debe
hacer el artista, por ejemplo, el artista experimenta el impulso de visitar cierto lugar, la
conciencia del por qué es difusa, pero visita el lugar, más adelante tiene otros impulsos
que lo llevan a hacer otras cosas, aunque no sepa porqué, al final todo esto comienza
a tomar forma y se revelan los motivos por los que el artista debía hacer estas cosas y
cómo estaban involucradas en su proyecto, en la obra.

Como este tipo de fenómenos ocurren con mucha frecuencia en la vida de los artistas,
estos comienzan a confiar en su inconsciente y lo estimulan de alguna manera para que
tome el control y dirija la vida del artista. Toda la vida del artista se convierte como
en un gran proceso, bastante inconsciente, que se va moviendo en una dirección, las

1
Cuaderno

distintas obras del artista revelan un sentido de conjunto, una tarea de conjunto que se
va prefigurando en las primeras obras y que se van definiendo paulatinamente en las
siguientes.

El artista puede emplear su yo para corregir la obra a medida que la realiza, pero el
material emergente es completamente inconsciente. Los relatos de los mismos artistas
son similares, por ejemplo el poeta recibe una palabra, tal vez un verso, y trabajando
sobre esa palabra o verso va tironeando hasta sacar a luz el poema, que claro,
posiblemente le haga correcciones, pero en esencia el poema vendrá de lo inconsciente.

Este proceso se repite en todas las ramas del arte, el artista recibe alguna señal, una
pequeña indicación a partir de la cual comienza a trabajar. A veces, claro, puede recibir
la obra completa como inspiración de un tirón.

Sabiendo todo esto, el artista favorece la producción de su inconsciente no oponiéndose,


dejándose conducir suavemente sin criticar. Simplemente se deja llevar con la creencia
de que al final llegará a algún lugar con valor para su producción artística.

Otro elemento que muchas veces se asocia con los artistas es el uso de drogas o el
alcohol. Existe un motivo para ello, el alcohol desinhibe, relaja las funciones yoicas, por
lo que puede favorecer el proceso creativo. De esta manera un artista muchas veces
termina convirtiéndose en una especie de niño, porque debe seguir cada impulso pues
cada impulso puede llevarlo a la realización de su obra. Claro, no siempre es así y el
artista puede verse envuelto en graves problemas por actuar de esta manera, pero, la
inconsciencia en el actuar es como necesario para ellos.

El artista necesita confiar ciegamente en su inconsciente.

Cuando el inconsciente se cierra, cuando el escritor se enfrenta al síndrome de la hoja


en blanco, o el pintor al de la tela en blanco, poco se puede hacer. Los artistas han
inventado cantidad de métodos para favorecer sus procesos creativos, desde escribir con
la misma máquina de escribir, o con la misma pluma, o el de trabajar en el mismo lugar
a la misma hora, una infinidad de triquiñuelas para darse confianza -confianza necesaria
para la creación-, pero cuando se enfrentan al síndrome de la hoja en blanco, cuando el
inconsciente se cierra, nada se puede hacer.

Posiblemente la pérdida de la confianza sea uno de los motivos, otro el de una especie de
supercriticismo, que paraliza al artista. En estos casos es cuando los artistas acuden a las
drogas o al alcohol, para disolver su yo y hundirse nuevamente en el inconsciente.

Los procesos creativos cuando están activos movilizan fuerzas emocionales de una
intensidad tan grande que pueden dañar a un yo frágil. Este es otro de los motivos
por los que la creación artística muchas veces se relaciona con la locura, pues muchos
artistas terminan derrumbándose ante las fuerzas activas de su inconsciente. En estos
casos también el artista recurre a las drogas o al alcohol para poder manejar ansiedades
muy difíciles de manejar en estado normal.

El artista necesita dejarse vivir por su inconsciente y a veces este proceso conduce al
artista a la destrucción, pues adopta como forma de vida debilitar o relajar las funciones
yoicas, y claro, cuando necesita retomar el control puede que ya estén demasiado
debilitadas.

En síntesis: el artista actúa como un médium, debe prestar su cuerpo para que algo se
exprese a través suyo, con el peligro de que eso que toma el control en ciertos momentos
termine por controlarlo al punto de terminar destruyéndolo.

Fuente: Algunas ideas en torno al proceso creativo en los artistas

Vous aimerez peut-être aussi