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Plan de estudio en la carrera

de Enfermería
Dra. Marta Pernas Gómez, Especialista de II Grado en Fisiología. Master en Educación Médica. Profesora Titular. Asesora de la
Vicerrectoría de Desarrollo del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.
(
Dra. Marta Pernas Gómez. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Vicerrectoría de Desarrollo. G y 25. El Vedado,
Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, Cuba. E- mail: mpernas@infomed.sld.cu ).

Lic. Magdalena Zubizarreta Estévez, Master en Educación Médica. Profesora Auxiliar. Metodóloga Nacional de Enfermería.

Lic. Nilda Bello Fernández, Profesora Consultante. Asesora de la Vicerrectoría de Desarrollo del Instituto Superior de Ciencias
Médicas de La Habana.

Lic. Nilda Luna Marcel, Profesora Auxiliar. Metodóloga de Enfermería de la Vicerrectoría Docente del Instituto Superior de Ciencias
Médicas de La Habana.

Dra. Eva Miralles Aguilera Especialista de II Grado en Medicina Interna. Master en Educación Médica. Profesora Auxiliar. Asesora de
la Vicerrectoría de Desarrollo del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana.

Carmen Garrido Riquenes Profesora Asistente. Directora Docente Metodológica de la Vicerrectoría Docente del Instituto Superior de
Ciencias Médicas de La Habana.

"…un mundo mejor…no se nos ha dado;


comencemos entonces, sin demora, a hacer uno"

Florence Nightingale
El currículo de formación: modelo del profesional, plan de estudios, disciplinas y asignaturas

El currículo de Enfermería es el proyecto de formación de enfermeros, atendiendo a un propósito, que es dar respuesta a las
necesidades sociales de atención de salud desde la perspectiva de esta profesión. Uno de sus componentes, el modelo del profesional,
es el documento que expresa de forma resumida cómo es el profesional que se aspira a lograr en el proceso docente-educativo. La
caracterización de ese profesional se hace de diversas formas: se expresan los objetivos educativos e instructivos que guiarán el
proceso, se precisan las principales competencias a lograr en correspondencia con las funciones que podrá desempeñar en su trabajo y
con los principales problemas profesionales que ha de enfrentar el egresado de la Licenciatura en Enfermería.

En Cuba la formación de técnicos y Licenciados en Enfermería son dos momentos o ciclos de un mismo proceso. En el ciclo técnico se
hace énfasis en la formación técnica: en él se prepara al estudiante para enfrentar adecuadamente en la práctica todas las funciones que
le corresponden a un técnico, con una formación teórico-práctica que le da respaldo a esa actuación como enfermero. En el ciclo
universitario se completa la formación técnica a partir del entrenamiento en determinadas técnicas y métodos de trabajo de mayor
especialización y cientificidad, al mismo tiempo que se profundiza en la formación teórico-práctica.

El informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, que, con el título "La educación encierra
un tesoro", afirma que la educación, a lo largo de la vida, se basa en 4 pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir
juntos y aprender a ser. Precisamente en dicha formación se tienen en cuenta estos pilares, pues no es posible abordar un programa de
educación en valores éticos solo a través de la preocupación por el desarrollo singular de la personalidad y de las capacidades de
autonomía, juicio y responsabilidad. Es necesario integrar tales objetivos y preocupaciones en un marco más amplio, el de la
formación de personas capaces de comprender al otro, la comprensión mutua y la paz, y, además, formadas en niveles de excelencia en
el conocer y el hacer.

La educación en valores éticos debe ser dinámica y significativa, precisa tomar como referente la propia vida escolar y debe integrarse
en el currículo como algo vivo que impregna el conjunto de la propia vida escolar y que afecta, por tanto, a la vida en general. No
puede entenderse como una parcela del saber ni tampoco solo como el conjunto de contenidos de aprendizaje que se identifican como
actitudes, valores y normas.

En el libro de Pedro Horruitiner Silva de 2006 se encontró que el objetivo supremo asumido por la UNESCO para caracterizar la nueva
calidad que debe estar presente en la educación en la época actual es "Educación para todos durante toda la vida".
Otros aspectos planteados por este autor son que "algunas cualidades de la universidad actual, surgidas a fines del pasado siglo y
acentuadas en el presente son la masificación, disminución del financiamiento estatal, pérdida de autonomía, formación integral,
nuevos escenarios tecnológicos, pérdida de exclusividad y redefinición de los saberes."

En el Nuevo Modelo Pedagógico, llamado después de Nuevo Modelo de Formación (NMF) se cumplen todos estos aspectos.

Actualmente la enfermería como ciencia en el último decenio ha ampliado y profundizado su campo de acción, reflejado en su
dimensión: atencional, gerencial, educativa e investigativa manifestándose en su competencia y desempeño profesional.

Esto se ha mantenido históricamente y en el momento actual por su pertinencia, necesidad y para dar respuesta efectiva y eficiente a la
creciente demanda, cuantitativa y cualitativa, de la sociedad de un(a) enfermero(a) de nivel profesional con una competencia
ascendente y sostenida, a la altura de la complejidad de la técnica y la ciencia contemporáneas, dado el desarrollo alcanzado por ambos
niveles educativos (el medio o técnico y el superior o profesional), se hace necesario diseñar un sistema coherente de formación que
garantice el ingreso, permanencia y desarrollo continuado de los jóvenes a captar para este perfil, mediante un tránsito ininterrumpido
de uno a otro nivel educativo. Fernández, J. A., Pernas, M. 2004 (10). Este tránsito debe estar impregnado por una formación en
valores a la altura de la Batalla de Ideas que libra hoy el país.

Caracterización de la profesión

La enfermería es una de las profesiones que se distinguen de la educación médica superior por la actuación profesional de este recurso
en salud, que esencialmente se concreta en 4 dimensiones fundamentales: el cuidado de enfermería, la persona (familia, comunidad), la
salud y el entorno. Se ocupa de la satisfacción de las necesidades de salud de la persona, la familia y la comunidad, aplicando la lógica
del Proceso de Atención de Enfermería como método científico de la profesión; teniendo en cuenta acciones de promoción,
prevención, curación y rehabilitación para garantizar el bienestar físico, mental y social. Además, utiliza los procesos docente,
administrativo e investigativo para garantizar la calidad y optimización de los servicios de enfermería, en la búsqueda de la excelencia.

Objeto de estudio de la profesión


Es el cuidado de enfermería a la persona, la familia y la comunidad; sanos, en riesgo y/o enfermos, en relación recíproca con su medio
natural y social, tomando como base las necesidades de salud humanas y su satisfacción a través de la aplicación del Proceso de
Atención de Enfermería, extendido a la familia y la comunidad.

Esferas de actuación

El(La) Licenciado(a) en Enfermería podrá desempeñarse en los 3 niveles de atención de salud y en los diferentes niveles y centros de
la estructura administrativa, asistencial, docente e investigativa del Sistema de Salud.

Aunque el papel del enfermero(a) -tanto el técnico como el universitario- en el equipo de salud es cualitativamente diferente del que
tiene el médico, en los modos de actuación hay determinadas similitudes aunque con el enfoque particular de la enfermería. Es muy
importante que desde el comienzo de la carrera el estudiante de Enfermería comprenda que aunque en el equipo de salud el enfermero
se subordina al médico en determinados aspectos, el licenciado es un profesional también y existe una gama importante de decisiones y
acciones que debe asumir de forma independiente.

A partir de los modos de actuación que se le han definido para dar solución a los diferentes problemas profesionales que atiende el
enfermero(a), en el proceso de diseño de la carrera se toman decisiones acerca de cómo estructurar la formación, es decir, cómo
organizar el plan de estudio, definir qué áreas de formación ha de tener, etc.

La formación ha de satisfacer las necesidades de aprendizaje para los siguientes modos de actuación:

Diagnosticar: realizar el diagnóstico de enfermería con la persona, la familia y la comunidad teniendo en cuenta el contexto en que se
desarrolla su competencia profesional. Este diagnóstico se caracteriza por estar en correspondencia con las necesidades humanas y
problemas de salud reales, de riesgo o potenciales. Contiene los aspectos que deben ser tratados de manera independiente por el
profesional de enfermería. Implica la precisión de las respuestas individuales y colectivas a las manifestaciones del proceso
salud-enfermedad y no a su aspecto nosológico y es consecuencia de la valoración como parte del método profesional.

Tratar: planificar y/o ejecutar cuidados de enfermería mediante acciones independientes e interdependientes (de colaboración)
teniendo en cuenta los diagnósticos realizados, para la solución de las situaciones detectadas en tiempo de paz, guerra y en situaciones
de desastres en relación con su competencia profesional. En el profesional de enfermería (licenciados) predominan las de carácter
independiente como parte del equipo de salud. Incluye la evaluación del impacto de las acciones realizadas como información
necesaria para aceptar o replantear la valoración realizada en función del perfeccionamiento del plan de cuidados y de la calidad de
atención profesional brindada.

Investigar: aplicar el método científico en la solución de los problemas científicos priorizados que se presenten en su práctica
asistencial, docente y administrativa, en relación con su competencia profesional.

Administrar: aplicar el proceso administrativo en la práctica y gestión de enfermería y de salud en relación con su competencia
profesional.

Educar: desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje en la formación de los recursos humanos de enfermería,


personal afín y en actividades de educación para la salud con personas, familias y comunidad.

Todo lo anterior queda expresado de forma resumida o en síntesis en los objetivos que se deben lograr durante la formación, los que
también son una parte importante del modelo del profesional.

Cada estudiante es el principal responsable de asegurar el desarrollo de las competencias profesionales que ha de requerir para tener un
buen desempeño como Licenciado(a) en Enfermería.

El proceso de formación se organiza por semestres y años académicos, según se muestra en el esquema o malla curricular que se
muestra en el anexo 1.

Este Plan de Estudio se destaca por su transversalidad: esto quiere decir que existen disciplinas representadas por varias asignaturas y
ejes de la formación que se extienden durante una parte o toda la carrera. El primer ejemplo a señalar es el eje de formación
profesional liderado por la disciplina Enfermería, considerada la rectora del plan de estudio. Observe que tiene asignaturas en todos los
semestres y años de la carrera. Las asignaturas Fundamentos de Enfermería I y II ubicadas en el primer año, le permitirán apropiarse
de conceptos muy importantes para el desempeño profesional con calidad, así como desarrollar un grupo importante de habilidades
técnicas. Todo eso se aplica, consolida y amplía en las asignaturas del segundo año, las Enfermerías Médico-Quirúrgicas y
Comunitarias I y II. En el tercer año, que es el último del ciclo técnico, su formación tendrá un nivel de especialización con las
asignaturas Generalidades de Enfermería en Salud Mental, Administración en Enfermería, Enfermería Pediátrica y Comunitaria y
Enfermería Ginecoobstétrica y Comunitaria. El nombre de estas asignaturas de segundo y tercer años refleja la intención de desarrollar
modos de actuación profesional propios de un desempeño en los diferentes niveles de atención, lo que contribuye al desarrollo del
perfil amplio del futuro egresado. La última asignatura de la disciplina Enfermería del tercer año, que cierra el ciclo de formación
técnica es la práctica preprofesional del nivel técnico. Es una asignatura cuya única forma organizativa es la educación en el trabajo y
tiene como propósito completar y profundizar las habilidades propias de la profesión, relacionadas en este caso con todas las funciones
de los enfermeros técnicos.

La disciplina rectora se continúa en el cuarto año con varias asignaturas que amplían y profundizan los conocimientos y habilidades
adquiridos en los cursos anteriores. Las mismas son la Enfermería de Urgencias, Salud Mental, Gestión de los Servicios de Enfermería
y Enfermería Familiar y Social.

El eje de formación humanista. También está centrado por la disciplina rectora, la Enfermería, ya que es en el desempeño profesional
donde se ponen de manifiesto y se consolidan los valores de los técnicos y profesionales de la Salud, cuyas bases teóricas y parte
también importante de su desarrollo son aportes de otras asignaturas que se cursan en diferentes momentos a lo largo del proceso de
formación: Enfermería, Sociedad y Ética, Historia de la Enfermería, Psicología, Bioética y Ética en Enfermería y Bases Conceptuales
de la Enfermería.

El eje de formación científica. De igual forma, la disciplina Enfermería tiene un papel muy importante, porque es la que aporta los
problemas científicos y la disciplina Informática en Salud con sus 5 asignaturas a lo largo de la carrera le aportan a los estudiantes las
herramientas teóricas y prácticas para ese desarrollo.

Además de las disciplinas Enfermería e Informática en Salud, otras muy importantes con varias asignaturas completan el plan de
estudios: Salud Pública, Preparación Física y Deporte, Bioquímica, Morfofisiología, Farmacología, Medios Diagnósticos, Psicología y
Filosofía. La asignatura Proceso de Enseñanza-Aprendizaje es una asignatura independiente que prepara al estudiante para su función
docente y completa la malla curricular de este plan de estudio de Licenciatura en Enfermería.
Anexo 1. Malla curricular para la formación de enfermeros técnicos y licenciados en Enfermería.
Anexo 2. La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo xxi.
Compendio Delors J, Al Mufti I, Amagi I, Carneiro R, Chung F, Geremek B, Gorham W, Kornhauser A, Manley M, Padrón Quero M,
Savané MA, Singh K, Stavenhagen R, Won Sujr M, Nanzao, Z. (Fragmentos)

Las tensiones que han de superarse. A este fin conviene afrontar, para superarlas mejor, las principales tensiones que sin ser nuevas
están en el centro de la problemática del siglo xxi.

La tensión entre lo mundial y lo local: convertirse poco a poco en ciudadano del mundo sin perder sus raíces y participando
activamente en la vida de la nación y las comunidades de base.

La tensión entre lo universal y lo singular: la mundialización de la cultura se realiza progresivamente pero todavía es parcial. De
hecho es inevitable, con sus promesas y sus riesgos, entre los cuales no es el menor el de olvidar el carácter único de cada persona, su
vocación de escoger su destino y realizar todo su potencial, en la riqueza mantenida de sus tradiciones y de su propia cultura,
amenazada si no se presta atención, por las evoluciones que se están produciendo.

La tensión entre tradición y modernidad pertenece a la misma problemática: adaptarse sin negarse a sí mismo, edificar su autonomía
en dialéctica con la libertad y la evolución de los demás, dominar el progreso científico. Con este ánimo conviene enfrentarse al
desafío de las nuevas tecnologías de la información.

La tensión entre el largo plazo y el corto plazo: tensión eterna pero alimentada actualmente por un predominio de lo efímero y de la
instantaneidad, en un contexto en que la plétora de informaciones y emociones fugaces conduce incesantemente a una concentración
en los problemas inmediatos. Las opiniones piden respuestas y soluciones rápidas, mientras que muchos de los problemas encontrados
necesitan una estrategia paciente, concertada y negociada de reforma. Tal es precisamente el caso de las políticas educativas.

La tensión entre la indispensable competencia y la preocupación por la igualdad de oportunidades. Cuestión clásica, planteada desde
comienzo de siglo a las políticas económicas y sociales y a las políticas educativas; cuestión resuelta a veces pero nunca en forma
duradera. Hoy, la Comisión corre el riesgo de afirmar que la presión de la competencia hace olvidar a muchos directivos la misión de
dar a cada ser humano los medios de aprovechar todas sus oportunidades. Esta constatación nos ha conducido, en el campo que abarca
este informe, a retomar y actualizar el concepto de educación durante toda la vida, para conciliar la competencia que estimula, la
cooperación que fortalece y la solidaridad que une.
La tensión entre el extraordinario desarrollo de los conocimientos y las capacidades de asimilación del ser humano. La Comisión no
resistió a la tentación de añadir nuevas disciplinas como el conocimiento de sí mismo y los medios de mantener la salud física y
psicológica, o el aprendizaje para conocer mejor el medio ambiente natural y preservarlo. Sin embargo, los programas escolares cada
vez están más recargados. Por tanto, será necesario escoger, en una clara estrategia de reforma, pero a condición de preservar los
elementos esenciales de una educación básica que enseñe a vivir mejor mediante el conocimiento, la experimentación y la formación
de una cultura personal.

Por último, la tensión entre lo espiritual y lo material, que también es una constatación eterna. El mundo, frecuentemente sin sentirlo o
expresarlo, tiene sed de ideal y de valores que vamos a llamar morales para no ofender a nadie. ¡Qué noble tarea de la educación la de
suscitar en cada persona, según sus tradiciones y sus convicciones y con pleno respeto del pluralismo, esta elevación del pensamiento y
el espíritu hasta lo universal y a una cierta superación de sí mismo! La supervivencia de la humanidad -la Comisión lo dice midiendo
las palabras- depende de ello.

Pensar y edificar nuestro futuro común. Nuestros contemporáneos experimentan una sensación de vértigo al verse ante el dilema de
la mundialización, cuyas manifestaciones ven y a veces sufren y su búsqueda de raíces, referencias y pertenencias.

La educación debe afrontar este problema porque se sitúa más que nunca en la perspectiva del nacimiento doloroso de una sociedad
mundial, en el núcleo del desarrollo de la persona y las comunidades. La educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción
hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí
mismo y realizar su proyecto personal.

Esta finalidad va más allá de todas las demás. Su realización, larga y difícil, será una contribución esencial a la búsqueda de un mundo
más vivible y más justo. La Comisión desea recalcarlo enfáticamente en un momento en que ciertas mentes se ven embargadas por la
duda respecto a las posibilidades que ofrece la educación.

Por supuesto, hay otros muchos problemas que resolver. De ello hablaremos más adelante. Pero este informe se redacta en un
momento en que la humanidad duda entre acompañar una evolución que no se puede controlar o resignarse, ante tanta infelicidad
causada por la guerra, la criminalidad y el subdesarrollo. Ofrezcámosle otro camino.
Todo convida entonces a revalorizar los aspectos éticos y culturales de la educación, y para ello dar a cada uno los medios de
comprender al otro en su particularidad y comprender el mundo en su curso caótico hacia una cierta unidad. Pero hace falta además
empezar por comprenderse a sí mismo en esta

suerte de viaje interior jalonado por el conocimiento, la meditación y el ejercicio de la autocrítica.

Este mensaje debe guiar toda la reflexión sobre la educación, juntamente con la ampliación y la profundización de la cooperación
internacional con que terminarán estas conclusiones.

En esta perspectiva todo se ordena, ya se trate de las exigencias de la ciencia y la técnica, del conocimiento de sí mismo y de su medio
ambiente, o de la creación de capacidades que permitan a cada uno actuar como miembro de una familia, como ciudadano o como
productor.

Esto significa que la Comisión no subestima de ninguna manera la función central de la materia gris y de la innovación, el paso a una
sociedad cognoscitiva, los procesos endógenos que permiten acumular los conocimientos, añadir nuevos descubrimientos, ponerlos en
aplicación en los diferentes campos de actividad humana, tanto la salud y el medio ambiente como la producción de bienes y servicios.
También conoce los límites, cuando no los fracasos, de los esfuerzos por transferir las tecnologías a los países más desprovistos,
precisamente a causa del carácter endógeno de los mecanismos de acumulación y de aplicación de los conocimientos. De ahí la
necesidad, entre otras, de una iniciación temprana a la ciencia, a sus formas de aplicación, al difícil esfuerzo por dominar el progreso
dentro del respeto de la persona humana y su integridad. Aquí también debe estar presente la preocupación ética.

Esto también significa recordar que la Comisión es consciente de las misiones que debe cumplir la educación al servicio del desarrollo
económico y social. Con demasiada frecuencia se responsabiliza del desempleo al sistema de formación. La constatación es solo
parcialmente justa y, sobre todo, no debe ocultar las demás exigencias políticas, económicas y sociales que hay que satisfacer para
realizar el pleno empleo o permitir el despegue de las economías subdesarrolladas. Ahora bien, la Comisión piensa, volviendo al tema
de la educación, que un sistema más flexible que permita la diversidad de estudios, pasarelas entre diversos campos de enseñanza o
entre una experiencia profesional y un regreso a la formación, constituye una respuesta válida a las cuestiones planteadas por la
inadecuación entre la oferta y la demanda de trabajo. Un sistema así permitiría también reducir el fracaso escolar, causante de un
tremendo despilfarro de recursos humanos que todo el mundo debe medir.
Pero estas mejoras deseables y posibles no dispensarán de la necesidad de innovación intelectual y de la aplicación de un modelo de
desarrollo sostenible de acuerdo con las características propias de cada país. Todos debemos convencernos de que con los progresos
actuales y esperados de la ciencia y la técnica y la creciente importancia de lo cognoscitivo y lo inmaterial en la producción de bienes y
servicios, conviene reconsiderar el lugar del trabajo y sus diferentes estatutos en la sociedad de mañana. La imaginación humana,
precisamente para crear esta sociedad, debe adelantarse a los progresos tecnológicos si queremos evitar que se agraven el desempleo y
la exclusión social o las desigualdades en el desarrollo.

Por todas estas razones, nos parece que debe imponerse el concepto de educación durante toda la vida con sus ventajas de flexibilidad,
diversidad y accesibilidad en el tiempo y el espacio. Es la idea de educación permanente lo que ha de ser al mismo tiempo
reconsiderado y ampliado, porque además de las necesarias adaptaciones relacionadas con las mutaciones de la vida profesional, debe
ser una estructuración continua de la persona humana, de su conocimiento y sus aptitudes, pero también de su facultad de juicio y
acción. Debe permitirle tomar conciencia de sí misma y de su medio ambiente e invitarla a desempeñar su función social en el trabajo
y la ciudad.

Se ha podido evocar a este respecto la necesidad de dirigirse hacia "una sociedad educativa". Es verdad que toda la vida personal y
social puede ser objeto de aprendizaje y de acción. Grande es entonces la tentación de privilegiar este aspecto de las cosas para recalcar
el potencial educativo de los medios modernos de comunicación o de la vida profesional, o de las actividades culturales y de
esparcimiento, hasta el punto de olvidar por eso algunas verdades esenciales. Porque, si bien hay que aprovechar todas estas
posibilidades de aprender y perfeccionarse, no es menos cierto que para poder utilizar bien ese potencial la persona debe poseer todos
los elementos de una educación básica de calidad. Más aún, es deseable que la escuela le inculque más el gusto y el placer de
aprender, la capacidad de aprender a aprender, la curiosidad del intelecto. Imaginémonos incluso una sociedad en que cada uno sería
alternativamente educador y educando.

Para ello, nada puede reemplazar al sistema formal de educación en que cada uno se inicia en las materias del conocimiento en sus
diversas formas. Nada puede sustituir a la relación de autoridad, pero también de diálogo, entre el maestro y el alumno. Todos los
grandes pensadores clásicos que han estudiado el problema de la educación lo han dicho y lo han repetido. Es el maestro quien ha de
transmitir al alumno lo que la humanidad ha aprendido sobre sí misma y sobre la naturaleza, todo lo que ha creado e inventado de
esencial.

Implantar la educación durante toda la vida en el seno de la sociedad. La educación durante toda la vida se presenta como una de
las llaves de acceso al Siglo xxi. Esta noción va más allá de la distinción tradicional entre educación básica y educación permanente, y
responde al reto de un mundo que cambia rápidamente. Pero esta afirmación no es nueva, puesto que en anteriores informes sobre
educación ya se destacaba la necesidad de volver a la escuela para poder afrontar las novedades que surgen en la vida privada y en la
vida profesional. Esta necesidad persiste, incluso se ha acentuado, y la única forma de satisfacerla es que todos aprendamos a aprender.

Pero además surge otra obligación que, tras el profundo cambio de los marcos tradicionales de la existencia, nos exige comprender
mejor al otro, comprender mejor el mundo. Exigencias de entendimiento mutuo, de diálogo pacífico y, por qué no, de armonía, aquello
de lo cual precisamente, más carece nuestra sociedad.

Esta posición lleva a la Comisión a insistir especialmente en uno de los cuatro pilares presentados e ilustrados como las bases de la
educación. Se trata de aprender a vivir juntos conociendo mejor a los demás, su historia, sus tradiciones y su espiritualidad y, a partir
de ahí, crear un espíritu nuevo que impulse la realización de proyectos comunes o la solución inteligente y pacífica de los inevitables
conflictos, gracias justamente a esta comprensión de que las relaciones de interdependencia son cada vez mayores y a un análisis
compartido de los riesgos y retos del futuro. Una utopía, pensarán, pero una utopía necesaria, una utopía esencial para salir del
peligroso ciclo alimentado por el cinismo o la resignación.

En efecto, la Comisión piensa en una educación que genere y sea la base de este espíritu nuevo, lo que no quiere decir que haya
descuidado los otros tres pilares de la educación que, de alguna forma, proporcionan los elementos básicos para aprender a vivir juntos.

Lo primero, aprender a conocer. Teniendo en cuenta los rápidos cambios derivados de los avances de la ciencia y las nuevas formas
de la actividad económica y social, conviene compaginar una cultura general suficientemente amplia con la posibilidad de estudiar a
fondo un número reducido de materias. Esta cultura general sirve de pasaporte para una educación permanente, en la medida en que
supone un aliciente y sienta además las bases para aprender durante toda la vida.

También, aprender a hacer. Conviene no limitarse a conseguir el aprendizaje de un oficio y, en un sentido más amplio, adquirir una
competencia que permita hacer frente a numerosas situaciones, algunas imprevisibles, y que facilite el trabajo en equipo, dimensión
demasiado olvidada en los métodos de enseñanza actuales. En numerosos casos esta competencia y estas calificaciones se hacen más
accesibles si alumnos y estudiantes cuentan con la posibilidad de evaluarse y de enriquecerse participando en actividades profesionales
o sociales de forma paralela a sus estudios, lo que justifica el lugar más relevante que deberían ocupar las distintas posibilidades de
alternancia entre la escuela y el trabajo.
Por último, y sobre todo, aprender a ser. Este era el tema dominante del informe Edgar Faure publicado en 1972 bajo los auspicios de
la UNESCO. Sus recomendaciones conservan una gran actualidad, puesto que el siglo xxi exigirá

mayor autonomía y capacidad de juicio junto con el fortalecimiento de la responsabilidad personal en la realización del destino
colectivo. Y también, por otra obligación destacada por este informe, no dejar sin explorar ninguno de los talentos que, como tesoros,
están enterrados en el fondo de cada persona. Citemos, sin ser exhaustivos, la memoria, el raciocinio, la imaginación, las aptitudes
físicas, el sentido de la estética, la facilidad para comunicar con los demás, el carisma natural del dirigente, etc. Todo ello viene a
confirmar la necesidad de comprenderse mejor a uno mismo.

La Comisión se ha hecho eco de otra utopía: la sociedad educativa basada en la adquisición, la actualización y el uso de los
conocimientos. Estas son las tres funciones que conviene poner de relieve en el proceso educativo. Mientras la sociedad de la
información se desarrolla y multiplica las posibilidades de acceso a los datos y a los hechos, la educación debe permitir que todos
puedan aprovechar esta información, recabarla, seleccionarla, ordenarla, manejarla y utilizarla.

Por consiguiente, la educación tiene que adaptarse en todo momento a los cambios de la sociedad, sin dejar de transmitir por ello el
saber adquirido, los principios y los frutos de la experiencia.

Por último, ¿qué hacer para que, ante esta demanda cada vez mayor y más exigente, las políticas educativas alcancen el objetivo de una
enseñanza a la vez de calidad y equitativa? La Comisión se ha planteado estas cuestiones con respecto a los estudios universitarios, los
métodos y los contenidos de la enseñanza como condiciones necesarias para su eficacia.

Anexo 3. Declaración mundial sobre la Educación Superior en el siglo xxi: Visión y acción. Marco de acción prioritaria para el cambio
y el desarrollo de la Educación Superior aprobados por la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior.

La educación superior en el siglo xxi: Visión y acción (9 de octubre de 1998).

Misiones y funciones de la educación superior

Artículo 1. La misión de educar, formar y realizar investigaciones.


Reafirmamos la necesidad de preservar, reforzar y fomentar aún más las misiones y valores fundamentales de la educación superior, en
particular la misión de contribuir al desarrollo sostenible y el mejoramiento del conjunto de la sociedad, a saber:

a. Formar diplomados altamente calificados y ciudadanos responsables, capaces de atender a las necesidades
de todos los aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles calificaciones que estén a la altura de los tiempos
modernos, comprendida la capacitación profesional, en las que se combinen los conocimientos teóricos y
prácticos de alto nivel mediante cursos y programas que estén constantemente adaptados a las necesidades
presentes y futuras de la sociedad.
b. Constituir un espacio abierto para la formación superior que propicie el aprendizaje permanente, brindando
una óptima gama de opciones y la posibilidad de entrar y salir fácilmente del sistema, así como oportunidades
de realización individual y movilidad social con el fin de formar ciudadanos que participen activamente en la
sociedad y estén abiertos al mundo, y para promover el fortalecimiento de las capacidades endógenas y la
consolidación en un marco de justicia de los derechos humanos, el desarrollo sostenible la democracia y la
paz.
c. Promover, generar y difundir conocimientos por medio de la investigación y como parte de los servicios que
ha de prestar a la comunidad, proporcionar las competencias técnicas adecuadas para contribuir al desarrollo
cultural, social y económico de las sociedades, fomentando y desarrollando la investigación científica y
tecnológica a la par que la investigación en el campo de las ciencias sociales, las humanidades y las artes
creativas.
d. Contribuir a comprender, interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y
regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y diversidad cultural.
e. Contribuir a proteger y consolidar los valores de la sociedad, velando por inculcar en los jóvenes los valores en
que reposa la ciudadanía democrática y proporcionando perspectivas críticas y objetivas a fin de propiciar el
debate sobre las opciones estratégicas y el fortalecimiento de enfoques humanistas.
f. Contribuir al desarrollo y el mejoramiento de la educación en todos los niveles, en particular mediante la
capacitación del personal docente.

Artículo 2. Función ética, autonomía, responsabilidad y prospectiva.

De conformidad con la recomendación relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior aprobada por la
Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 1997, los establecimientos de enseñanza superior, el personal y los estudiantes
universitarios deberán:
a. Preservar y desarrollar sus funciones fundamentales, sometiendo todas sus actividades a las exigencias de la
ética y del rigor científico e intelectual.
b. Poder opinar sobre los problemas éticos, culturales y sociales, con total autonomía y plena responsabilidad,
por estar provistos de una especie de autoridad intelectual que la sociedad necesita para ayudarla a
reflexionar, comprender y actuar.
c. Reforzar sus funciones críticas y progresistas mediante un análisis constante de las nuevas tendencias
sociales, económicas, culturales y políticas, desempeñando de esa manera funciones de centro de previsión,
alerta y prevención.
d. Utilizar su capacidad intelectual y prestigio moral para defender y difundir activamente valores
universalmente aceptados, y en particular la paz, la justicia, la libertad, la igualdad y la solidaridad, tal y como
han quedado consagrados en la Constitución de la UNESCO.
e. Disfrutar plenamente de su libertad académica y autonomía, concebidas como un conjunto de derechos y
obligaciones siendo al mismo tiempo plenamente responsables para con la sociedad y rindiéndole cuentas.
f. Aportar su contribución a la definición y tratamiento de los problemas que afectan el bienestar de las
comunidades, las naciones y la sociedad mundial.

Artículo 6. Orientación a largo plazo fundada en la pertinencia:

a. La pertinencia de la educación superior debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que la sociedad
espera de las instituciones y lo que estas hacen. Ello requiere normas éticas, imparcialidad política, capacidad
crítica y, al mismo tiempo, una mejor articulación con los problemas de la sociedad y del mundo del trabajo,
fundando las orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades sociales, comprendidos el respeto de las
culturas y la protección del medio ambiente. El objetivo es facilitar el acceso a una educación general amplia,
y también a una educación especializada y para determinadas carreras, a menudo interdisciplinaria, centrada
en las competencias y aptitudes, pues ambas preparan a los individuos para vivir en situaciones diversas y
poder cambiar de actividad.
b. La educación superior debe reforzar sus funciones de servicio a la sociedad, y más concretamente sus
actividades encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia, el analfabetismo, el hambre, el
deterioro del medio ambiente y las enfermedades, principalmente mediante un planteamiento
interdisciplinario y transdisciplinario para analizar los problemas y las cuestiones planteados.
c. La educación superior debe aumentar su contribución al desarrollo del conjunto del sistema educativo, sobre
todo mejorando la formación del personal docente, la elaboración de los planes de estudio y la investigación
sobre la educación.
d. En última instancia, la educación superior debería apuntar a crear una nueva sociedad no violenta y de la que
esté excluida la explotación, sociedad formada por personas muy cultas, motivadas e integradas, movidas por
el amor hacia la humanidad y guiadas por la sabiduría.

Artículo 10. El personal y los estudiantes, principales protagonistas de la educación superior.

Un elemento esencial para las instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación del personal. Se deberían
establecer directrices claras sobre los docentes de la educación superior, que deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a sus
alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de ciencia.

A continuación se reflejan las figuras continuidad de estudios y formación técnica y profesional para su análisis y comprensión (Figs.
5.1 y 5.2).

Fig. 5.1. Contuidad de estudios.


Fig. 5.2. Formación técnica y formación profesional.

Todo esto está avalado por las VADI 66 y 68 de 2005 las cuales hacen referencia a las indicaciones a los CEMS para el desarrollo del
5to. año en las carreras de Licenciatura en Enfermería y Tecnología de la Salud y las Orientaciones Metodológicas para aplicar en la
carrera de Licenciatura en Enfermería, como una muestra más de garantizar la continuidad de estudios del personal de enfermería.

En la Resolución Ministerial No. 396 con fecha 3 enero de 2008 se aprueban y ponen en vigor las Regulaciones de la Práctica de
Enfermería en todos los niveles del Sistema Nacional de Salud, debido a la presencia en el sistema de personal de Enfermería con
diferentes niveles de competencia, esto obliga a regular cuales son las funciones apropiadas para cada uno de ellos en base a la
formación, complejidad y responsabilidades; describe en base a su perfil, puesto de trabajo, funciones y técnicas de Enfermería de una
forma bien precisa para cada uno de ellos.

A continuación se muestra la malla curricular del plan de estudio "D" de la Carrera de Licenciatura en Enfermería

La malla curricular del nuevo modelo formativo de la carrera de Licenciatura en Enfermería se representan en las tablas 5.1, 5.2, 5.3,
5.4 y 5.5).
Tabla 5.1. Primer año (ciclo básico)

*A impartir en cualquiera de los 2 semestres.

Tabla 5.2. Segundo año (ciclo técnico)


Tabla 5.3. Tercer año (ciclo técnico)

Tabla 5.4. Cuarto año (ciclo profesional)


Tabla 5.5. Quinto año (ciclo preprofesional)

**Dra. Eva Miralles Aguilera MSc. miralles@infomed.sld.cu

***Dr. José A. Fernández Sacasas MSc. Teléfono: 831 1701. sacasas@infomed.sld.cu

****Dr. Juan M. Diego Cobelo MSc . juma@infomed.sld.cu

*****Lic. Nilda Bello Fernández MSc. nilda.bello@infomed.sld.cu

******Lic. Magdalena Zubizarreta Estévez MSc. magdalen@infomed.sld.cu

Vicerrectoría de Desarrollo.Edificio Ramón Paz. Calle G y 25. El Vedado. Ciudad de La Habana. Teléfono: 831 1701.

*Profesora Titular Fisiología. Facultad Dr. Salvador Allende (ISCMH). Asesora Vicerrectoría de Desarrollo (ISCMH). Master en
Educación Médica. Especialista Segundo Grado Fisiología.

**Profesora Auxiliar Medicina Interna. Facultad Gral. Calixto García (ISCMH). Asesora Vicerrectoría de Desarrollo. (ISCMH).
Master en Educación Médica. Especialista Segundo Grado Medicina Interna.
***Profesor Consultante de Medicina Interna. Facultad Miguel Enríquez (ISCMH). Vicerrector en funciones Vicerrectoría de
Desarrollo (ISCMH). Master en Educación Médica. Especialista Segundo Grado Medicina Interna.

****Profesor de Mérito y Consultante de Salud Pública. Facultad Manuel Fajardo (ISCMH). Asesor Vicerrectoría de Desarrollo
(ISCMH). Master en Salud Pública. Especialista Segundo Grado Administración de Salud y Ginecobstetricia.

***** Profesora Consultante Enfermería. Facultad Gral. Calixto García (ISCMH). Asesora Vicerrectoría de Desarrollo (ISCMH).
Master en Educación a Distancia.

******Profesora Auxiliar Enfermería Facultad Miguel Enríquez (ISCMH). Metodóloga Nacional Enfermería. Viceministerio de Salud
Pública de Docencia e Investigaciones. Master en Educación Médica.

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