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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

ESCUELA DE FILOSOFÍA Y TEOLOGÍA


FACULTAD DE TEOLOGÍA
CRISTOLOGÍA

Nombre: Sebastián Toapanta


Profesor: Mgt. David de la Torre SS.CC.
Fecha: 26 de enero de 2010

EL RUMOR DE JESÚS

En el texto de Joseph Moingt es claro ver que el acontecimiento


Jesús de Nazaret es de capital importancia es por esta razón que es
necesario plantearse la siguiente pregunta: ¿Por qué Jesús sigue siendo
un personaje de la historia?

Es necesario decir que Jesús sigue siendo un personaje dentro de


la historia, pero no porque Él lo quiso “sino que pertenece a ella desde
que se hablo de él y porque hizo hablar de él, y sobre todo la fe que él
suscitó”1 dentro de los primeros cristianos hasta el día de hoy.

El tal rumor, que plantea el autor, es el acontecimiento de la


muerte y resurrección de Jesús el cual produce una gran controversia,
por tal motivo Jesús se convierte en un “asunto de Estado, cambiaba el
curso de la historia”2. Por tal motivo Jesús pasa a ser el centro de la vida
de los que creen que Él era el verdadero Dios.

Es claro que el hecho de la resurrección no fue anunciada por los


apóstoles en sí misma sino más bien como un hecho que traía la vida a
los muertos, como la venida inminente del Reino de Dios y que además
fue anunciado por esa persona que tomó nuestra condición humana, que
tenía que venir al mundo y al cual todos lo esperábamos. Jesús
entonces, es anunciado “como el hombre del futuro, que viene del
futuro y que es también el futuro de la humanidad entera”3

Cabe decir que este rumor tuvo una gran acogida en la Iglesia
primitiva (primeros creyentes) que encontraron en el personaje Jesús a
un enviado, a un instrumento de Dios, él cual con su vida, muerte y
resurrección brinda la vida eterna, “la lectura de los evangelios en la
vida de las comunidades habían sido progresivamente consignadas por

1 Moingt, Joseph, El Hombre que venía de Dios, Volumen I, Ed. Desclée de Brouwer,
Bilbao, 1995, p. 18
2 Ibíd., p. 19
3 Ibíd., p. 23
escrito y organizadas las tradiciones orales de Jesús”4 por tal razón los
evangelios son hasta hoy una fuente esencial.

Es importante ver que los relatos de la vida de Jesús, que se hallan


en los evangelios, son una fuente muy importante, ya que en ellos
podemos ver “que Jesús, allí por donde pasaba, llevaba a los ojos de las
muchedumbres, confesado o contestado, el personaje de Cristo, que
pregonaba alrededor suyo un rumor de Cristo”5.

El mensaje de Jesús siempre fue de esperanza, ya que anunciaba


la buena nueva y la venida del Reino de Dios, por tanto este anuncio se
convertía en una novedad que atraía y que inquietaba a todos los que lo
escuchaban, pero esta “esperanza no era puramente afectiva, era
también de orden discursivo, procedía y se nutría de la interpretación de
las Escrituras, de la relectura de la historia de Israel”6.

Finalmente es necesario decir que el día de hoy esta esperanza


que fue dada por Jesús y que los apóstoles la siguieron transmitiéndola,
sigue siendo una esperanza que inquieta los corazones que quieren
tener ese encuentro con Dios.

CONCLUSIÓN

Desde los primeros comienzos, la resurrección de Jesús fue


anunciada los judíos como una promesa de salvación pero que con el
correr de los tiempos este anuncio fue hecho para todas las personas
que quisieran descubrir en Cristo Jesús como a su único y verdadero
Dios que da la vida interna y que gracias a su muerte en la cruz, nos ha
liberado y nos ha dado la salvación eterna

Este hecho de la venida de Jesús sigue siendo para muchos como


una obra magnífica del amor de Dios, es por eso que podemos afirmar
que Él sigue siendo y seguirá en el futuro de nuestras generaciones
como un ser que ha marcado la historia de la vida del hombre y que
sigue siendo un personaje de la historia que transmite palabras de vida
eterna y como lo afirmaba San Juan diciendo que “Jesús dijo: yo soy la
luz del mundo; el que me sigue no caminará el oscuridad, sino que
tendrá la luz de la vida” Jn 8, 12. Siempre en la vida del hombre estará
presente este hombre que tiene el poder de transformar la vida misma a
una vida marcada en el bien, para los que se acojan al mensaje de su
Palabra, Él sea de convertir en la luz que ilumina y que también da vida.

BIBLIOGRAFÍA

4 Ibíd., p. 31
5 Ibíd., p. 34
6 Ibíd., p. 24
Moingt, Joseph, El Hombre que venía de Dios, Volumen I, Ed. Desclée de
Brouwer, Bilbao, 1995

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