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POR LA

UBERACION DEL HOMBRE


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PATRICIO AYLWIN
As& de hugw.d6n
ndenMyodít9s9

* PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO


DOCUMENTOS
1 da la
- -
Pff M E R A CONVENClON NACIONAL .
Con el Aniiiio de expresar lo que a la Hiimanidad
significó el adveniiiiiento del Cristiaiiisiiio, I'astérnak
-el discutido poeta ruso- pone en boca d e iriio d e
sus peisonajes estas Iieriiiosas y sugerentes palabras:
"Y he aquí que en aquella orgía de mal gusto, en oro
y mArmol -la del mundo romano- lleg6 El, ligero y
vestido de luz, fundaiiieiitalinente huiiiaiio, voliinta-
riamente provinciano, el Galileo, y desde ese instante
los pueblos y los dioses dejaron de existir y comenzó
el hombre, el hombre carpintero, el hoiiibre agricul-
tor, el hoiiibre pastor entre un rebafio de ovejas a la
puesta del sol. el Iioinbre ciiyo noinbrc no sonaba ni
solemne ni feroz, el hombre generosaiiieiite ofrecido a
todas las canciones d e ciina de las madres y a todos
los museos de pintiira del mundo".
Pienso que esta frase encierra todo el sentido de
niiestra lucha.
La creatiira humana ha sido puesta sobre este 1111111-
d o para ser persona. No sblo para crecer y inoltipli-
carse y henchir la tierra, sino tambii-ii para enseñorear-
se de ella. No para vivir como otro animal cualquiera,
sino para ser sujeto, para ser actor, para realizarse e n
el trabajo, y desarrollar todas las aptitudes d e su ser,
físicas y espiritiiales, coriqiiistar iiiediante 61 la alegría
y plenitud de la vida faiiiiliar y en paz.
Esta es la tarea y destino de todo hombre. No s61o
de unos pocos, sino de la gran coinunidad de herma-
nos, todos de la misina hechura, todos creados a ima-
gen y semejanza de Dios, todos con derecho a la mis-
iiin dignidad. qiic coiistituyen la familia huiiiana.
N O ESTARIOS PAKA UNA
TRANSACCION

Pero han transciirri<lo veinte siglos desde qiie el Hi-


jo del Hoiiil>re padeció por sus heriiiaiios pecl~ieiíos,y
la Hiinianidad todavía no vivg sii lección. Divi<li<laen
dos niiin<los. sacrifica la paz y miitila al hoiiibre en
aras de ideales parciales o limitados. Una parte. qiie
se denoiiiina cristiana y dice amar la libertad, no re-
conoce verclatlera y prlcticaniente la coiidicióii de per-
sona, ni olrece efectivas posibilidades de desarrollar
sus atril>iitos, sino a la iiiinoría privilegiada qiie al-
canza acceso a . l a fortuna. La otra, que se proclama
atea y dice buscar la justicia, exige al hombre qiie
reniiiicie a su propio ser, lo rediice a u n número
aplastado e insignificante dentro del todo omnipo-
tente y lo condena a tina vida en que la niiseria es
reemplaracla por el temor o el servilisiiio. En uno 7
otro iniiiido, el hombre comíln. en especial el que
pertenece a la multitud irinuiiierable d e los pobres,
es coiiscieiite o iiiconscienteiiiente preterido u olvida-
do. Palabras bellas -muy a meniido profanadas- o
esquemas teóricos de iin futuro proiiiisor, sirven para
aliviar sus sufrimientos y emborrachar su hambre y
sed (le tina vida digna de Ilainarse Ii~iinana.
Esta es la realidad en que nos ha tocado vivir. Y
contra ella nos levantamos nosotros, los deinócrata cris-
tianos, <lispiiestos a vindicar a1 hombre.
No estaiiios aquí para tornar partido entre la em-
presa privada o el Estado comunista, ni para buscar
entre ellos tina transacción.
Estaiiios en la brega para interpretar al hombre,
que no sabe de sistemas ni de filosofías, pero que no
se resigna a tener que elegir entre la iiiiseria o la ti-
ranía, ni quiere ser carne de caáón, y qiie cree en la
verdad, anhela la justicia, se siente llamado a la li-
bertad. prefiere el aiiior al odio y busca un lugar dig-
no bajo el sol.
Junto con 61 decimos que no puede Ilainaixe cris-
tiano ni huiiiano un iii~incioen el que el 757' de su
población estA subaliiiienta<la, y millones (le personas
carecen dc techo decente bajo el cual giiarccerse, y
duermen e n callaiiipas, eii pocilgas o en las calles,
mientras tina iiiinoria goza dc? comodidades tales co-
mo iin transatllntico que oFrece "las inls Iiijosas pe-
rreras qiic jaiiiss se Iiayaii creado, con aire acondicio-
nado y en diineiisiones adeciiadas para todos los ia-
matios y formas de los pasajeros de la raza canina".
Jiinto con i-I deci~nosque es hipocresía o necedad
1i;iI)lar del "sagrado derecho a la propiedad privada",
en nii ortlcii social eii que la propiedad es el privile-
gio de los iiicnos y para la gran iiiayoria d e los hoiii-
bres resiilia pr;iciicaiiiente inalcanzable.
Junto con i.1 tleciiiios qiie es i i i i sarcasnio que ha-
blen (le justicia, de paz y de fraternidad entre los
Iioiiibres, quienes aherrojan las conciencias, esclavizan
a los pueblos, acumiilan poder bi.lico y avasallan pa-
trias ajenas, ni quienes los aplaiideii e iiiiitan cual
iiionicacos inconscientes.
Dos guerras iiiiiiidiales fueron netesarias para que
los cristianos clespertaraii y los' piieblds (le occideiitei
volvieraii sil iiiirada hacia los principios del Evaiige-
lio eii busca <le uii cainiiio. Hoy la Democracia Cris-
tiana es una fiierza viva y poderosa que en Eiiropa y
eii América abre nuevos derroteros, propone solucio-
nes propias y supera el falso dilema de capitalisiiio o
coiiiunismo. Otros pueblos, como la Iiidia d e Nehru y
el mundo Arabe de Nasser, buscan también siipenr
ese dileiiia, inspirados en principios distintos, pero
por caiiliiios anAlogos.

LA LIBERACION DEL HOAIBRE


ES NUESTRA TAREA

H e aquí, setíores, la gran tarea d e los fioiiibres d e


este siglo: la liberacibii del hoiiibre.
Liberacibn de la iiiiseria, mediante el desarrollo ar-
nibnico d e la ecoiiornia de las naciones y tina justa re-
distribiicibii de la riqueza.
Libcracibii d e la tiranía, mediante la prActica d e
una efectiva deiiiocracia que gnraritice los derechos
natiirales del Iioiiibre y eii la qiie todos participe11 del
p<)clcr ~ ~ o l i t i c o .
Lil>er;icibii d e la ignoitiqcia, iiiediaiite la estensibn
al iii;lxiiiio de la eiisetíaiiza en todos los niveles, sin
otros Iliiiites que la vocacibii y la capacidad d e cada
cual.
I'or esto Iiiclia la ~lciiiocracia cristiana. I'ara esto
llaiiia a Iiicliar a todos los Iioiiibres de buena volun-
i;id. No les pide identidad en la fe religiosa, que es
i i i i don gratuito de Dios; les exige, eii caiiibio, amor
a la verdad, vocaci6ii por la jiisiicia, clara conciencia
<le la digiiiclad personal de loclo hoiiibre, vivo seiiti-
iiiicnto (le la Iieriiiaiidad huiiiaiia y generosa entrega
de si iriisiiios.
Llaiiia especialiiieiite, la <leniocracia cristiana, al
vasto y sieiiipre crccieiite niiiii<lo <le1 trabajo. La re-
dención <IcI prolctariaclo iiiecliante sil acceso a las
ventajas y responsabili<lades tle la ciiltiira y del poder
político y ecoii6iiiico, Iia tle ser priiicil>aliiiente el frii-
tu de sii l>rol>ioesliierzo. Qiiiciies eii niiestros dias Iia-
blan de "dar" al piiel>lo bsto o lo otro, revelan iiiia
arcaica iiicoiiipreiisióii <le la realidad social del ticm-
po e n qiie viviiiios. Los problemas de esta 6poca no
adiiiiten soliición por el viejo caiiiino de la geiierosi-
dad privada o el paternalisiiio. Coiiio lo enseiia aiito-
rizado maestro>nadie piiede ignorar o desconocer que
los esliierzos <le los trabajadores por mejorar su con-
dición, cliocaii con cierta "estructiira" que contrasta
con el or<lcii iiatiiral y con el fin propio de los bienes
terreiiales. Hay qiie canibiar esa "estructura" y crear
un. orden iiiievo. Una transformación profiincla es ne-
.cesaria y tal cosa sólo piicdc conseguirse mediante u n
moviiiiiento social qiie arraigiic sus ralces en el c o n -
z6n del pueblo, '

HAY QUE CAMBIA LAS ESTRUCTURAS


BASICAS

Qiie nadie se engaiie pensando qiie basta una admi-


nistración Iioiiesta y eficiente para solucionar los ma-
les que afligen hoy a las naciones. Ninguna solucióii
ser5 posible si no se parte por eliminar los grandes
desniveles sociales que dividen y convulsionan a los
piieblos. Ctiando el 117, de los propietarios agrícolas
son diieiios. coiiio ocurre en Chile. de iii;is del 757,
de la siiperficic regada del territorio nacional, y u n
57, de 1;i pol>lacióii goza, en conjiiiito. de inhs de iin
tercio (le toda la producción, nada efectivo podri rea-
lizarse sin reforiiiar las estructiiras mismas qiie han
generado tan agudas desigualdades. /
Si la propiedad es, coiiio se lia dicho, "la base ina-
terial (le la existencia personal" y "aqiiel a qiiien na-
da pertenece cesa Iiiego de pertenecerse a si inisnio",
no piicde pensarse honradaineiite, qiie constituya so-
Iiición, niiigiiiia iiiedida .que niaiitenga a los trabaja-
dores al iiiargen de la propiedad. En esto no hay ter-
minos inedios: o se hace a todos propietarios o se va
al colcctivisiiio en riianos del Estado. Bien sabernos
que los caracteres modernos de la produccibn indus-
trial. cliie rcqiiiere grandes capitales y la explotación
eii eiiiprcsas iiiiiclias veces gigantescas, no favorece la
cxteiisiúii de la propiedad privatla iiidivi(liial. Pero
frente a esta dificultad, la <leiiiocracia crisii;iiia pro-
pone una de sus genuinas soliicioiies: la propiedad
comunitaria. Creeiiios que solo podri hablarse de que
la propiedad es una de las bases fiin~laiiientales-del
orden social cuando se extienda a todos, no solo res-
pecto de los bienes de uso, sino también sobre los lile-
dios d e producción. Propiedad personal en ciiaiito E.
los bienes que cada, honibre necesita privatiraiueiite
para la existencia suya y d e sii faiiiilia o que trabaja
por sí mismo con la ayuda d e ésta; propiedad en cn-
iiiiiii sobre los bienes que explota o trabaja en con-
junto con otros hoinhres.
Esta concepción comuiiilaria, que se nutre ríe la
iiiejor savia cristiana, abre nuevas perspectivas a la
Iiuinanidad doliente. El indivi<lualisiiio. qitc iiiedisn-
te la iniciativa de cada cual y la libre coinl>ctciicia,
aportó al inundo el fantistico progreso <Icl siglo XlX,
teriiiinó por siiinir al honibre en un egoisiiio atoiiii-
zarite y hoy se deiiiuestra estéril para las actiiales ter-
mas de vida y de creación que iiecesariaiiiciite ndqiiie-
ren un caricter social. Cada día es iiiás cierto que vi.
\!ir es convivir. En este iiiiindo iiiiestro que se aclii-
ca, cada día el hoiiibre riccesita iiiis de sil p~ójiiiio:
cada vez le es iuis preciso sentirse iiijeiiil)ro tle iina
comunidad. lliiiiese faiiiilia, ,gremio o siii<licato, b a
rrio o población. Estas son las que nosotros llaina~iios
"comunidades natiirales intermedias", a través de las
cuales se integra el honibre en la sociedad y cesa de
ser u n individuo inerte ante el Estado.

QUERERíOS UNA SOLUCION JUSTA,


SIN ODIO

A los que asentados en su comodida<l pecliieiia o


grande, miran y no ven, oyen y no esciichaii, nosotros
les pedimos que abran los ojos y atiendan scriaiiien-
te. Que no se dejen seducir por el espejisiiio de b
buena vida burguesa. Que adviertan a tieiiipo el alud
incontenible que se viene encima. El diploiiiitico iior-
teamerciano Chester Boivles en su interesante libro "Las
nuevas diiiiensiones d e la paz", ha deniostrado. coiii-
parando las revoluciones d e Iiidochina, <le la India v
d e Birmania, ocurridas ante nuestros ojos, cuiin trg-
gicainente iniitil es oponeise a las~corrieiitesde la his-
toria y cóiiio logran superar siis crisis las naciones ca-
paces de entenderlas oportuiiaiiieiite, de hacerlas su-
yas y de proporcioiiarles adcciiado caiice. ~Oi<ilo bien!
No es aferrándoiios a este ca~liicomiiiido en qiie el
dinero es rey, a la traiiqiiilida<l foriiial dc iiii orclen iii-
justo que está preñado de i~lieldias.a la posesión iii-
dividual de los bienrs que bien o inal nos pertenecen.
como ha d e salvarse la dignidad espiritual del hoiii-
bre. Nada se obtendrá iiiediante i i i i anticoinunisiiio
de paiai>ras o de peiseciicioiies policiales. S610 la eii-
trega generosa y cruenta a los reqiieriinieiitos de la
justicia, el voluntario y oportiino reiiuiiciainiento a
todo privilegio, la efectiva y real integración eii la
coniunidad fiateriia de los pobres, en la que todos
den segíiii su capacidad y participeii.de1 prodiicto se-
gtín sii contribiición. puede salvar al iiiuiido libre de
la anienaza coiiiuiiista.
Y a vosotros, los que peiiosaiiiente soportáis la car-
ga d e trabajos iiit-zqiiinos y dias liiiiitatlos, y experi-
mentáis ansias d e justicia y qiiei-éis para viiestros Iii-
jos un niiin(lo riitevo, aiiiable y Iiiniinoso, los deiiiócra-
tas cristianos os deciiiios: no os dejkis entiisiasmar por
la tentacióii del paraíso riiso. No es al~tlicandode la
fe de sus padies, ni reiiegan<lo <le siis patrias. coiiio
los pobres ciicoiitradn felicidad. No es por el soine-
tiniiento a iin solo patrón, diieño de todas i a s eiii-
presas y íiiiico eiiipleador posible, que a la vez es go-
bierno, dirige los ejbrcitos, iiiaiieja la policía y ad-
ininistra justicia. como los trabajadores se liberariii
d e la explotacióii. No es bajo el signo del odio y de la
violencia como se levaiitari iina sociedad eii paz. ¡\'e-
nid a la Deiiiocracia Cristiana! Ella os entrega cl ver-
dadero camino ]>ara (lar cxpirsión coiistructiva a vues-
tras jiistas rel>cl<lias.Ella reclaiiia vuestra confianza y
\fiiestro esfuerzo para <leiiioler io<lo lo odioso y ca<lii-
co del iiiiiiiclo en qiie \~iviiiiosy etlificar la niieva ciu-
dad cooiiinitaria cii qiie los hoiiil,res sean verdadera-
mente Iieriiiniios y e5ti.n contentos de vivir.

SOAIOS RIUCHOS, EN AhIERICA


Y EUROPA

Esta es nuestra tarea. En ella estaiiios los deiiiócra-


tas cristianos <le Chile, coiiio los de Francia, de Ale-
niaiiia, de Italia, <le UC.lgica, de Eiiropa Central, <le
Argentina, <le Brasil, de Bolivia, de Eciiatlor. de Perii,
d e Veiieziiela, de Uriigiiay y <le tantas otras patrias
aiiiigas. Estaiiios contentos por<liie no nos sciitiiiios so-
los. Nos sabeiiios partes de i i i i iiioviiiiieiito universal.
Estaiiios viendo eii nuestra tierra geriiiinar la idea.
Miles de Iioiiibres y iiiiijeres acrecienta11 iiiiestros cua-
dros en todos los rincones del país. Soiiios iiiuy lejos
la priiucra fuerza entre la juventiid universitaria, pro-
riiesa cierta de qiie el futuro serA nuestro. Los profe-
sionales m i s destacados y los eiiipresarios progresistas
eiiipiezan a comprender nuestros principios y a otor-
garnos su respaldo. Nuestros dirigentes gremiales d e
empleados y obreros conquistan la confianza de los
trabajadores chilenos y ganan para la Deiiiocracia Cris-
tiana un puesto de vanguardia en la luctn cotidiana
d e sus organizaciones sindicales. Y en septiembre últi-
iiio, con el valioso apoyo de iiuestros amigos nacional
populares, deiiiocr.iticos de Chile e independientes <le
todos los sectores, ideiitilicados todos en ideales muy
cercanos a los iiiiestros. obtuviinos el voto de 255.000
chilenos para el iiiejor de niiestros honibres.
Hora propicia es ésta para reiterar a nuestros alia-
dos de entonce\la expresi611 de nuestra gratitud, d e
la aiiiistad que nos liga y del deseo veheinente de coii-
tinuar iinidos riiiestra común tarea. Hora es asiiiiisiiio
d e testimoniar la gratitud del partido a todos siis aiió-
niiuos niilitantes que, de un extremo a otro de la na-
ción ofrendaron sus inejores esfuerzos a la causa. Y
hora es también d e rendir el Iioiiieiiaje que la Deiiio-
cracia Cristiana de Chile 'debe a la, generosa y fecun-
da entrega de Eduardo Frei, a su iiiodestia cuando pa-
recía triunfante, a su entereza en la adversidad y a la
abnegación y renovada fe coii qiie sigiie lucliaiiho.
No nos detendremos ahora a mirar hacia el pasa-
do. Es posible que hayaiiios coiiietido errores. ¿Que
creatura huiiiana esti libre d e caer en ellos? Coiiia
quiera que haya sido, teneinos la coiicieiicia d e haber
obrado sienipre liiupiaiiiente, haciendo Iioilor a iiues-
tras convicciones y sin otra inira qiie el bien coiiiiin
de los chilenos. Coiiiprendeinos que si el triunfo no
fue nuestro, es porque todavía era preiiiatiiro. Y todo
nos induce a mirar hacia el iiiaíiaiia con confianza y
optimismo.
Se quivocan quienes nos creen vencidos o aiiiarga-
dos. Estamos viviendo el feiióineiio extraordinario y
paradojal d e que <lespub d e la derrota eleccionaria,
nuestros cuadros se han iiiis que duplicado y coiiser-
van el mismo entusiasmo d e la víspera. Tanto los vie-
jos militantes como los nuevos que llegan día a día.
saben iiiuy bien que d e este I'artido no pueden espe-
rar nada para sí, salvo la satisfacción de sentirse niieiii-
bros de tina coiiiiinidad de artifices, eiiircga<ln cii ciier-
po y aliiia a la tarea de construir un iiiiiiido nuevo ci-
mentado en los valores eternos de la moral cristiana.

SEREMOS FIELES A LA DEMOCRACIA


Y A L PUEBLO DE CHILE

Tenenios una tradición democritica, qiie no es me-


ranieiite foriiial, sino que arranca de nuestras iiiás hon-
das convicciones. Fieles a ella, fuimos los primeros en
reconocer el triiiiifo del actual niaiidatario y sin de-
nioras ni regateos, contribuíiiios coi1 nuestros votos en
el Congreso I'leno a perfeccionar el proceso constitu.
cional de su elección. Anhelantes del bicii de Chile y
respetuosos del ri.giiiien juridico, no. heiiios negado ni
iiegareiiios al Gobierno el apoyo y cool>eracibii a que
en justicia tiene derecho toda legítiiiia autoridad. I'e-
ro ningiin Gobierno puede exigir que todos concuer-
den con la orientación de su política, y es evidente
que el actual, los honibres que la encarnan, las fuer-
zas sociales e n que fundaiiieritaliiiente se apoya, tie-
nen criterios de gobieriio, ideas, priiicipios, aiiii cicr-
tü estructura iiieiital, substancialniente diversas de la
nuestra. Por esto, y iio por iiioiivos iuezcluiiios ni cir-
cunstanciales, hemos asumido responsableiiiente el
puesto de vanguardia que eii la oposicíon nos corres-
ponde.
hluchos creen que un gobicrno se define por la hon-
radez y capacidad de sus integraiites. por sus buenas
intenciones, por el acierto o el fracaso d e unas cuan-
tas iiiedidas. Sin diida todo eso es iriiportaiite, pero la
verdad es que un Gobierno se define fuiidaiiiental-
niente por su manera d e encarar el problema inedular
de su ticinpo. I'aia nosotros, en esta hora, en Chile, el
problenia esencial es el de la iiiiseria, expresada e n el
irrisorio nivel de rentas y en el standard de vida sub-
huiiiaiio de gran parte de nuestra población trabaja-
dora. Para abordar cste problema con bxito se precisa
de una iiiovilizacióii general d e todos los recursos y
energías iiacionales, en la cual se exija el mayor sacri-
ficio a los que tienen iiiis y se otorguen los mayores
estí~iiulos a quienes iiiis los riecesitan. Hay que au-
mentar considerablemente y restribuir con justicia el
prodiicto nacional. Menester es encarar una reforma
d e nuestra estructura agraria para ponerla en condi-
c i o y s d e producir por lo menos los alimentos que el
país necesita y de proporcionar un iiivel d e vida digno
a la poblacibn cariipesiiia. Todo esto requiere iiri plan
armónico de desarrollo econbmico, en que se establez-
ca un orden de prioridades y se coiiibinen los aportes
público y privado. Requiere, adeiuis, fe en el pueblo
y una efectiva sensibilidad ante los probleinas hunia-
nos del niundo del trabajo.
Desgraciadamente, no vemos en el Supremo Go-
bierno la indispensable coinprensibn de esta iiiateria.
I'or el contrario, los plan(eamientos que hasta ahora
ha formulado revelan el propbsito de insistir en una
política econbmico-social de objetivos liiiiitados que
ya se ha demostrado estéril para expandir la econoinía
y que esti agudizando los desniveles sociales al dis-'
iiiiiiuir la participacibn del sector asalariado en la ren-
ta del pafs. Por muchas cosas buenas que el Gobierno
haga, mientras persevere en esta política funesta en
materia tan fundamental, no podri encontrar de nues-
tra parte otra ayuda que la exposicibn franca y eriei-
gica de nuestros puntos de vista desde la oposicibn.

NUESTRA VOCACION ES CRISTIANA


Y. POPULAR

Caiiiandas y amigos:
Esta Convención que Iioy iniciaiiios tiene por obje-
to encontrar y definir los mejores caminos para qiie
nuestro partido asunia eficaziiiente la responsabilidad
a que la historia lo está Ilaiiiando. Creernos iiiuy se-
riamente que la Democracia Cristiana es la iinica al-
ternativa que pueden oponer al coiiiunisino los pue-
blos que quieren obtener la justicia sin sacrificar su
libertad.
Para estar a 18 altura de esta tarea necesitamos or-
ganizacibn eficiente, claridad de objetivos y d e niéto-
dos o ticticas de accibn, y la mixiiiia generosidad y
disciplina de cada uno de los deinbcratacristiarios.
Revisaremos nuestra estructura orghnica, para adap:
tarla a las exigencias de un partido moderno y igil.
Forinulareiiios un programa que concrete, en confor-
iiiidad a los principios de nuestra doctrina, los objeti-
vos pricticos e ininediatos en torno a los cuales la De-
mocracia Cristiana de Chile concentrara sus esfuerzos
eri los prbxiinos aíios. Ese prograiiia ha de contener
los criterios del Partido con respecto al enfoque y so-
lucibn de los m i s trascendentes probleinas nacionales.
Definireinos nuestra línea de conducta en la politica
interna, en materia internacional y en el caiiipo siii-
dical. Este es el trabajo que esta iarde acoiiieteiiios.
No iiie corresponde anticipar opiniones sobre los te-
nias eii tabla. En fraterno debate deiiiocr5tico. esta
Convención decidir5 sobre ellos y lo que ella resuel-
va constituirh la Única iiorina a que nos sujctareiiios
todos.
I'ero séaiiie permitido reiterar aquí, en esta oportu-
nidad solemne, la inalterable vocación cris1iana.y po-
pular de nuestro iiiovimiento.
Soinos u n Partido cristiano. Al margen d e todo con-
fesionalismo religioso, nuestro I'artido existe para d a r
expresión en la realidad teniporal a los principios del
Iiiimanisino cristiano. Los católicos que iiiilitaiiios e n
sus filas procuraiiios cumplir lealiiiente, no sólo en su
letra sino en su espiritu, las ensefianzas sociales de la
Iglesia. Laiiientableiiiente hay quienes, iii5s einpefia-
dos eii usiifructuar la bandera del catolicisriio que en
cuinplir sus lecciones, parecen entretenerse en difa-
iiiariios y tergiversar nuestra coiiducta. Sin detenernos
a poleniizar con ellos, les negamos todo derecho y a u -
toridad para juzgariios. Su actitud recuerda la de
aquellos que, segun el Evangelio, iiiiran la paja en el
oio ajeno sin reparar en la viga que tieiieii eii el pro-
pio.
Soiiios un Partido popular. Creeiiios que nuestra iiii-
sión fundaineiital es dar un cauce deiuocrhticu y con-
cordante coi1 nuestros principios al erioriiie torrente de
anhelos, rebeldías y esperanzas de tina vida iiiejor que
conniiieve al mundo proletario. l'or eso heiiios abier-
to ainpliameiite nuestras puertas a los obreros y caiii-
pesjiios. I'or eso los trabajadores deiiiócrata cristiaiios
actíian decididamente en el caiiipo sindical, luchando
pot la conquista de la justicia cotidiaiia para sus coiii-
pañeros d e trabajo. Por eso nuestro I'artido ha defen-
dido y seguirh defeiidieiidq, cualesquiera que sean las
coiiicidenuas que esta actitud deteriiiine, el dcreclio'de
los trabajadores a expresarse a través de sus organiza-
ciones sindicales y a obtener satisfaccióii en sus legiti-
iiias reivindicaciones.
Seiiores delegados extraiijeros:
Vuestra presencia en esta Coiiveiicióii constitiiyc el
m i s valioso aliento y estiiiiulo para iioostros. Repre-
seiitlis en vuestras respectivas Patrias lo nihs destaca-
do de la Democracia Cristiana, que hoy se abre caiiii-
no entre los piieblos del iiiundo. Con sacrificio hab6is
llegado hasta aqui, porque sabeis que sonios vuestros
coiiipañeros de lucha. hluchas gracias. Sed entre nos-
otros bienvenidos.
Setior ~'r&idcntedel l>articío Nacional I>op~ilar.
La conc~irrericiavuestra y d e los demds diiigctiies y
pnrlniiicntarios d e vuestro I'artido qiie iios ac»iiipafiaii
cii esta ocasibn es una prueba niás de los estrechos la-
zos que nos unen. Sabeinos que iiiiestros principios e
itleales no son extratios a vuestro I'artido y por eso
teneiiios la coii~~iccibii de que debciiios encarar tinidos
el porvenir.
Caiiiaratlas coiivcncionales:
Habcis vciiitlo de todos los p~iiitosdel terfitorio pa-
trio a ciiiiiplir abncgadaiiieiite vuestro deber partida-
rio. Hacedlo con toda la seriedad y dedicacibii de qiie
se;iis capaces. Recordad en este iiistaiite el ejetnplo de
los Iioiiibres <le la priiiiera Iiora; de los precursores,
coiiio don Carlos Vergara Bravo; de los' coiuejeros, co-
iiio <lo11Rafael Luis Giiiiiucio; de los ejeciitorcs, coiiio
Beriiar<lo Leiglitoii y hlaniiel Garrci6n. hliracl cii este
iiistaiite el ejeiiiplo que con iiiodesiia y entereza ad-
iiiiraúle iios Iiriiida tlia a dia ese varbir ilustre qtre es
clan 1-Ioracio \Valker.
C:liilciios qiic esc~icliáis,esta convenci6ii rliie ahora
inicia I;i Deriiocracia Cristiana, coiistitiiye 1111 paso iiií¡s
en una liicha <lile es taiii11ii.n la vuestra y e n la cual
1l;iiiiaiiios a totlos a toiiiar posicioiies: la lucha por
construir una Patria e n la que el hoiiibre, e1 hoinlire
c;irpiiitcto, el Iioiiibre agric~iltor,el Iioinbre pastor cii-
tre tin rcbaiio de ovejas a'lü puesta del sol, el hoinlire
ciiyo noiiilire no suene ni solciiiiie ni feroz, ptieda vi-
\ ir en paz tina vida jiista y digna. ,
Iiivocantlo el iioiiibre tle ntiestro Padre que estí¡ en
los .Ciclos, cuya protecci6n iiiiyloro, para que iluiiiiiie
iiiiestras iiieiites, acere iiiiestras voluntades, abrace <le
cüridníl iiiiestros corazones y nos revista con la coraza
de la justicia, declaro inaugiirada la Priiiicra Coriveii-
ci6n del l'artido Dcii16crata Cristiano.
Edit. Del Piclfico, S. A. - San F n n c i m 116

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