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OLFATEANDO EL LOBO ESTEPARIO

Como ya se sabe El Lobo Estepario refleja de Hermann Hesse la profunda crisis


psicológica que este sufriera en 1920.

Padecer este shock psicológico en el campo médico es tomado como nubes mentales
y en otros casos suele sumergirnos en profundos estados depresivos, pero al mismo al
tiempo en muchos casos fueron la consecuencia para que muchos escritores
hagan parir magníficos aportes literarios.

Harry Haller no sólo representa un simple viejo huraño y ermitaño personaje de


semificción, sino que expresa y marca una época permanentemente bélica, dada la
sombra de la segunda guerra mundial a la cual execra mostrándonos el sombrío
porvenir ideológico de la esvástica hitleriana como también nos muestra una postura
antibélica que lejos de abandonarla, marca una actitud confrontacional frente a ella.

Por otro lado irrumpe en la personalidad lobuna del personaje la lucha constante entre
varias personalidades que dentro de sí mismo lleva cada hombre que escondemos o
exteriorizamos en determinados momentos, la reflexión entre la vida burguesa, la
guerra, la bohemia, la vida, la muerte y el suicidio es una constante en su obra. No
sólo conviven con él el lobo estepario, distintos animales que determinan su
personalidad transfigurada llevándonos a veces a la realidad dentro de una historia
que pulula entre lo ficticio y lo supuestamente real.

En el Perú como muchos tipos de personalidades en el mundo, predominan los


“Sabalitas” según la propaganda empresarial, pero no se dieron cuenta o tal vez por
conveniencia o complejo social la burguesía no quiere reconocer y aceptar que
también existen “espíritus” vagabundos, bohemios, creadores, extasiados de
verdadero arte y cultura que odian la bazofia formal y restringida que nos mantienen
bajo el pudor austero de creatividad que nos impone la moral burguesa, al final de
cuentas los espíritus infinitamente creativos de los Vallejo, los Van Gogh, no
comulgaron jamás con los estrechos márgenes del tecnicismo artístico y cultural,
aunque la burguesía se niegue a reconocerlo y luego de ellos después de muertos
hayan hecho simples fantoches, ello es precisamente el reclamo hondo y estrepitoso
de El Lobo Estepario.

La vida “normal”, sus ritos habituales, cuestiones solemnes, es un lento recorrido por
las convenciones burguesas que todo hombre padece, quepar en esos márgenes
formales es difícil para Harry. En aquellos momentos solo es necesario actuar como
una buena puesta en escena, para que la sociedad nos aplauda. Tal vez por todo ello
al encontrar a su viejo amigo en la biblioteca para Harry le fue insoportable
permanecer en la casa de éste y tras improperios amables desapareció por las
curvadas calles de la ciudad no sin antes como que echándole pimienta al gusto, dejó
en claro su desprecio por la forma como el arte oficial retrataba a los Goethe de
correctos vates, escritores de casa, sobrios y buenitos.

La lucha constante entre el orden establecido y la anarquía es un escenario


permanente en donde el lobo estepario se ve atrapado, como si de alguna manera
gustase de los placeres pequeñoburgueses y los odiara al mismo tiempo.
El lobo estepario enuncia la violencia humana a través de “Entrada a cazar
alegremente montonerías de autos”, donde tal vez revela sus más altos bajos instintos
extravagantes y perversos, es como si cada puerta nos mostrara un aspecto de Harry
Haller y son también las puertas de la humanidad.

Corteja con el suicidio y estos pensamientos también le fueron cercanos en la vida


“real” y en todo momento hayamos en la obra de Hesse un constante coqueteo y una
permanente reflexión sobre aquello. Su lenguaje lujurioso dista mucho de la vulgaridad
literaria que muchos autores grotescamente profesan alegando ser inéditos.

Pero mi olfato detectó un intenso olor proletario sobre todo cuando sobre los ojos del
lector deja en manifiesto su deseo ávido por retorcerle el pescuezo a cualquier
burgués, ello al mismo tiempo es un estrangulamiento literario y ecuménico de toda la
sociedad burguesa. Este deseo que ha simple lectura puede sonar a homicida es en
realidad el deseo por violentar la circunspección burguesa ya que Harry no ama los
días buenos, sino los bohemios, cuando leo el Lobo Estepario, siento como si Harry
expresara obscenos y lunáticos deseos que alguna vez todo cerebro piensa y desearía
realizar, pero bien no lo dicen, no lo hacen o no lo escriben.

Arrancar la peluca a un ídolo, hacer polvo las catedrales, como el mismo Harry
manifiesta, su odio a esa autosatisfacción burguesa de los hombres bien, de la salud,
esa prospera y disciplinada, trivial, normal y corriente vida burguesa, de la cual no sólo
reprocha y execra sino que también se deleita y vive rodeado de ella, es como su elixir
dulce y amarga.

Diego

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