ie, el
, J. y Tomlinson, A., eds. (1994): Hosts and Champions, Arena,
hot. ; a
Cap. 145 "La pasién futbolistica y 1a Copa del Mundo: jpor qué tanto ruido y tanta
furia?”, por Christian Bromberger (Trad. Maria Graciela Rodriguez).
———
“Uno no vaa ver Macbeth para aprender sobre
historia escocesa pero si para aprender acerca
de cémo se siente un hombre que ha ganado su
reino y perdido su alma”.
Northrop Frye!
jPodemos realmente comparar un partido de futbol con el valor y la
profundidad alegorica de una gran pieza de teatro? Es posible afirmar que si hoy &
» (al menos los hombres) aman esos eventos, no es tanto para saber el resultado ;
final 0 qué tipo de juego es, sino por las profundas significaciones de lo que se
pone en juego en el estadio que iatensifica y escenifica los valores
fundamentales de la vida. 2
Estas son premisas un tanto iconoclasticas que se contradicen con el juicio
mas aceptado sobre los eventos deportivos. Una tradicion filosofica y sociolégica
muy establecida trata estas reuniones de masas con mucho cuidado. definiendo su
funcion primaria no como algo que expresa_un tema esencial sino como que 4
distrae la atencién de él. Se ha icho que se trata del opio de los pueblos, que es
un entretenimiento popular que distrae la percepcion de la gente sobre su
verdadero lugar en la sociedad y de sus problemas cotidianos como individuos y
como grupo, que se manipula a las masas, que se trata de una fantasia
compensatoria, de un divertimento que promueve un sentido ilusorio de
homogeneidad que oculta los conflictos de la vida cotidiana. Estas innumerables
etiquetas restrictivas descartan de plano las oleadas de pasiones colectivas.
Esta vision critica y ‘desencantada-no esta desprovista de argumentos en su
- favor: en Italia, con los fascistas, al igual que en la Argentina con ja junta §
militar, los éxitos de los seleccionados nacionales fueron utilizados como |
propaganda; existen muchos capitanes de la industria (Achille Lauro en Napoles,
la familia Agnelli en Torino, los Peugeots en Sochaux, Bernard Tapie en
Marsella, por ejemplo) que fueron capaces de utilizar el rol de dirigente para
promover, directa 0 indirectamente su propia imagen publica 0 consolidar su
poder de base. Mas atin: es posible notar, siguiendo este razonamiento, que en
general los pueblos que han caido en desgracia y perdido su rumbo los que, en
una busqueda nostalgica de pasadas glorias, son los mas apasionadas con los
clubes que los representan, como si Jas hazanas del equipo pudieran remendar
sus heridas.
De todos modos, el argumento de que las fuerzas que moviliza el futbol
descansan exclusivamente en Jas manos de los poderosos y de los Estados para
crear una ilusién, cae enseguida en contradiccién bajo el peso de algunas
ese ge
1 Northrop Frye, citado por Clifford G apoyar su interpretacién de ta rita de gallos en Bali
en términos de jucgo profundo’, Ver Clifford Geertz (1973): ‘Juego profund otas sobre la rita de
yen La interpretacioa de las culturas, Nueva York, Basic Books.4
situaciones donde los clubes, los estadios y las competiciones han actuado como
poderosos catalizadores de las protestas y las demandas, excitando antes que
anestesiando la conciencia politica: en 1958 se vio al equipo del Frente Nacional
de Liberaeién de Argelia (constituido por famosos jugadores salidos de la Liga
Francesa) realizando un tour mundial y presagiando el nacimiento de la nacidn;
en 1984 aparecieron desde Lorraine (apoyados por FC Metz) trabajadores
metalurgicos que gritaban su fastidio en las calles de Paris después de que su
club gané la Copa Francesa. En otro nivel, la revista Napulissimo, editada por
jovenes fans, se ocupa tanto de las Wltimas hazafias de las estrellas como de los
problemas sociales de esa ciudad del sur de Italia. Si se presta atenciOn a estos
casos aislados, es necesario enfatizar la manera en que el futbol ha actuado como
agente de revelacion y ha formado el cemento cultural y simbdlico que junté a la
clase obrera del Norte de Europa en la primera mitad de este siglo. Simplemente,
cuando se intenta delinear las funciones latentes del futbol, uno encuentra
Brocesos-multivalentes,_fluidos.y-contrauictorios “¢ desafiancwalquier «
interpretacién-unica-o_reduccionista. —
‘Se podria preguntar: jqué se puede decir de las multitudes? Ciertamente se
trata de hordas anénimas y unidas en donde el fervor comunitario, el placer
regocijante de estar juntos y una comunidén emocional en contra del adversario,
anestesia, al menos temporalmente, cualquier posible toma de conciencia de las
diferencias individuales. Nuevamente debemos ser cautos en la observacion. Con
su forma de anillos compartimentados donde se ostentan las jerarquias
establecidas (de las tribunas a las plateas), los estadios pueden ser entendidos
como uno de esos raros espacios donde la sociedad se da a si misma una imagen
perceptible no solo de unidad sino también de los contrastes que la moldean.
Estas particiones no pasan inadvertidas a los binchas. Aquellos en las tribunas,
concientes de que estan donde pertenecen, a veces se burlan de los de su mismo
club que estan en las plateas, a los que consideran demasiado formales y poco
entusiastas. Esta es una de las tantas observaciones que se pueden hacer, en
foncion de la naturaleza heterogénea de los partidarios y las rivalidades entre
grupos de fans del mismo club, que contrabalancea los argumentos en torno a la
funcién mistica de los eventos deportivos y ‘de la unanimidad del comportamiento
de las multitudes.
Los fans de futbol no son diferentes a otra persona en el sentido en que ni
son ifetrados ni sus pasiones los bloquean en una ilusion, ni son incapaces de
mantener una distancia critica de cara al mundo que los rodea. Si el partido no es
ni una ficcién seductora ni un espejismo pernicioso, cual es, entonces, el
significado de las repentinas oleadas de pasién que hacen levantar tanta¢
temperatura?
El futbol en su organizacion habitual (desde las ligas locales y regionales .
hasta el ‘Campeonato mundial) provee un foro de expresion para la afirmacion de
identidades colectivas y.de antagonismos Téfionales. Es ciertamente en
ésta habilidad para movilizar ary exponer as exporier Tas Tealtades donde se debe buscar una
explicacién de la impresionante popularidad de este deporte de equipos basado en!
el contacto fisicb y la competividad abierta. Cada partido entre pueblos, regiones)
0 paises rivales toma la forma de una completa guerra ritualizada. con sus
himnos, sus fanfarrias militares y los estandartes esgrimidos por los hinchas
que forman las divisiones partidarias y que se llaman a si mismos "brigadas",“comandos", "legiones y "grupos de asalto"*. Pero esta funcion celebratoria de la
lealtad de los grupos partidarios no puede explicar por si sola la tensidn que pesa
sobre un partido y las manifestaciones de comportamientos violentos. /
Para hacer justicia con este fendmeno y evitar caer en interpretaciones
erréneas, debemos en primer lugar preguntarnos qué es lo que constituye este
espectaculo dramatico cuya narrativa se desarrolla fuera de Ja del puplico que lo
ibira Y que puede (o-cree que puede) Hfve iar y aun cambiar su_desenlace:
'§ propios jugadores han sentido sa inamnlea de octuacion Soa eae
audiencia. La estrella francesa, Eric Cantona, favorito de la Primera Liga del
futbol inglés en los primeros afios de 1990, expres asi las emociones de esta
sitio de amor entre la multitud y los jugadores. La multitud
vibra con el juego"’.
‘Durante un_partido, el comportamiento de las multitudes ciertamente
permite hacer una afirmacion fuerte acerca de una especifica identidad pero
+ también se puede leer como el resultado de una _v. nsion de e! i
agrupada toda junta en un solo lugar tiempo. No hay nada mas”
satisfactoris m partido donde nada esta en juego, en el cual uno no puede
senurse involucrado como actor de la escena y la transicién entre el “ellos" y
“nosotros” no se realiza. La explosién de expresiones verbales y gestuales, los
emblemas esgrimidos y los insultos que se lanzan son parte de la natural
confrontacion del espectaculo y seria un error sobreinterpretarlos. ;Se puede
decir, entonces, que este fendmeno carece de sentido? Definitivamente no. Un
estadio de futbol es- uno de esos raros espacios donde las emociones colectivas
estan desatadas (en palabras de Norbert Elias, un “control desco! le
emociones™), donde esta permitido expresar.
Tonsiderados tabu (la cruda afirmacion del uno diferente del Otro, por ejemplo).
——"n otras palabras, 1a retérica de los fans debe-sor waa tanto dent 01
AES aeaeene | fo los tifossi cantan “Devi moi
("debe
mori’) @ Jugador adversario que ha caido lastimado, realmente no estan
deseando que muera pero el tono de sus maldiciones no se desvia mucho de‘ese
significado. Cuando los seguidores del Milan llaman “africanos" a los del Napoli
no se trata de un insulto inocente pero el impacto puede ser racionalizado
cuando se advierte que los mismos fans del Milan hincharon por Camertn en la
Copa del Mundo de 1990 contra Argentina, equipo que incluia a un jugador del
Napoles: Diego Maradona. Puede ser tan im rbitrariedad_al
len
Pero jtrabajan estas emociones encontradas completamente en
una confrontacion con el Otro y en una participacién mimética en el juego?
futbol ina no sélo por su habilidad de movilizar o por su retorica
- emotiva sino también porque, como un melodrama caricaturesco, descansa en
uno de los mayores ejes simbélicos de la sociedad. Su estructura profunda (las
leyes del género mas que las leyes del juego) representa el destino incierto del
hombre en el mundo de hoy.*4Qué quiere decir esto exactamente? Como en otros deportes, se celebra el
mérito, la perfomance y la competicién entre iguales; en un sentido rigido y
brutal reiine la incertidumbre y la naturaleza cambiante del status individual y
colectivo poniéndolos a prueba. Esto se simboliza en las emblematicas figuras de
los jugadores y el banco de suplentes; las recurrentes glorias y caidas de las
estrellas; la promocién y el relegamiento‘de los equipos; el sistema de ranking,
regla de oro de todas las sociedades modernas basada en la evaluacién de la
habilidad. Como claramente lo sefiala Alain Ehrenberg), la popularidad de los
deportes. reside en su habilidad para abrazar los ideales de la sociedad
democratica mostrandonos a través de los héroes que "nadie puede convertirse
en alguien", que el status no es algo dado por el nacimiento sino que es algo que
se gana en el transcurso de la vida. Después de todo, los deportes competitivos
tomaron forma en aquellas sociedades construidas en el ideal de la democracia
(Grecia antigua, siglo 19° en Inglaterra) y en lugares donde era posible concebir
tanto la competicion social como los cambios de las estructuras jerarquicas. No
puede haber nada tan distinto del futbol como, por ejemplo, el tlatchtli, un juego
de pelota jugado por los aztecas que conserva muchas similitudes formales con el
deporte actual. En una sociedad donde el destino del hombre estaba fijado desde el
nacimiento y nada estaba librado al azar, el éxito y la derrota tenian un valor
simbélico intercambiable: era inconcebible, aun en el juego, obtener un cambio
de posicién®,
De todos modos, jse puede reducir el proceso de ficcionalizacién del
imaginario que se da én el fiitbol a la simple celebracion del mérito donde el
éxito puede ser directamente proporcional a las cualidades de cada individuo?
Este deporte (y éste es indudablemente uno de sus mayores atractivos) presenta
una pintura de la vida mucho mds compleja y contradictoria.
Siendo una perfomance individual, el futbol pone en_juego el valor del
trabajo en equipo, la division del trabajo y la planificacién colectiva, ideas éstas
que son parte de la id jo_industrial. Los slogans de muchos
clubes (desde "Todos somos uno" del Benfica hasta "Nunca caminaras solo" del
Liverpool) subrayan este esfuerzo cooperativo necesario en la ruta del éxito. En
el otro extremo, cada posicién requiere la implementacion de habilidades
especificas (la- fortaleza del libero que demanda respeto; el vigor del
mediocampo, “pulmones del equipo"; las sutiles habilidades de los wings que
pueden “driblear sobre un pafiuelo de bolsillo"; la capacidad tactica del armador).
Del mismo modo, los diferentes tipos de fans pueden encontrar un amplio
espectro de jugadores distintos con los que se pueden identificar, una lealtad con
ciertas estrellas segiin un complejo de afinidades que mds o menos reflejan
identidades sociales. Pero, si el partido de futbol brinda tanto para ver como para
pensar, es por el lugar especial que ocupa en él la incertidumbre y el azar, sobre
todo teniendo en cuenta las complicadas técnicas Involucradas en el juego,
basadas en el inusual uso del pie, la cabeza y el pecho, y el amplio rango de
pardmetros que se necesitan para conseguir la victoria. A ello hay que agregarle
el desvastador y poderoso rol del arbitro que debe penalizar inmediatamente las
infracciones; muchas veces dificiles de discernir.
5 Ehrenberg, A. (1991): Le cule de Ja perfomance, Paris, Calman-Levy.
6 cfr. Christian Duverger (1978): L'esprit de jeu chez les aztéques, Paris, Mouton. .ai
El espectro del azar, rara vez conceptualizado y desde el cual surge el
sentido del destino, pésa sobre estos encuentros deportivos de forma tal que nos
recuerda con brutal honestidad que el mérito solo no alcanza_para_triunfar,
como ocurre en esos shows televisivos basados en el azar antes que en el
conocimiento. Asi como puede cambiar el rumbo de la vida, el azar puede
cambiar la trayectoria que un jugador quiso darle a la pelota. #
Danny Blanchflower, quien escribio para el periodico Observer durante las
finales de la Copa del Mundo en Suecia de 1958 (poeta del Celtic y capitan del
Northern Irish que perdio todas las posibilidades quedando entre los ultimos
ocho en el torneo), lo escribe poéticamente:
En un tiempo de gran dedicacién al futbol, vivi la experiencia de estos ‘curiosos’
azares. Habitualmente la pelota respondia razonablemente a mis deseos. A veces parecia
anticiparse a mis deseos y se acomodaba tan suavemente que la creia parte de mi y el
mundo entero se rendia obedientemente a mis pies. Pero hubo veces que le pegué
espantosamente'mal y me he pasado dias luchando contra las invisibles fuerzas que me
atormentaban (7 de junio de 1958).
Son estas variables del le jugadores y seguidores_intentan
exorcizar a fe una cantidad de micro-rituales dirigidos a encauzar el curso
del destino. De alli que el futbol pueda ser enten: ido como una gama infinita de
variantes entre el drama y la fortuna del mundo, Si la ruta del éxito depende de
una mezcla de mérito y suerte, entonces uno debe ayudarse a si mismo con
pequefias trampas: la pretension y la decepcion, actuadas oportunamente,
pueden ser ventajosas, en futbol mas que en otros deportes. La negra figura del
Arbitro contrarresta las trampas con las estrictas reglas del juego. Si las reglas
solo castigan infracciones deliberadas (la intencionalidad es extremadamente
dificil de establecer: jtoco la mano deliberadamente a Ja pelota? {Fue foul o no?),
un partido se ofrece a si mismo como un debate de proporciones s sobre =
Validez o la arbitrariedad de Ya imperfecta justicia. EI notorio episodio en la
semifinal tela Copter Mundo de-T987 en Sevilla entre Alemania Occidental y
Francia, es un buen ejemplo: minutos después de entrar al campo como suplente,
el defensor francés, Battiston, fue atrozmente “hachado” en el area penal por el
arquero adversario, Schumacher. Mientras que el francés fue retirado del campo.
y nunca mas pudo volver a patear una pelota, el arbitro le concedio un saque de
arco a Alemania y Schumacher (cuyo nombre es aun sinénimo de foules
mortales) se dispuso a atajar los penales (en la primera definicion por penales de
los Campeonatos Mundiales) para llevar a su equipo a la final.
También la justicia fue burlada_ cuando los organizadores de la Copa USA.
sacrificaron la igualdad meritocratica en pos de satisfacer las demandas
eograficas y étnil del mercado. En competencias previas las semillas de un
empate dependian‘de los objetivos de rendimiento de las naciones en los tres
torneos previos a la Copa. Sin embargo los rankings de 1994 fueron manipulados
para proveer pasion partidaria a las comunidades étnicas dentro de los EE.UU. De
este modo Irlanda se perdio de obtener beneficios de un ‘objetivo de segundo
Srden' a través (junto con Italia) dé la ventaja que hubiera significado jugar ‘en
casa’ en los campos de Nueva York.
7 Por otro Jado,el- futbol articula una imagen del mundo-de-hoy.que esa Ja vez
cor ne rr Se celebra el mérito individual y colectivo en forma |
fe una competencia que persigue recompensar al mejor pero también subraya elpape! del azar y la tampa en la consecucién del éxito, los cuales se rien en la
cara del mérito. Estos elementos, y la forma particular de hacer justicia,
muestran un mundo concebido en términos humanos, aun cuando se sostenga
sobre el éxito . Para aquellas sociedades en que todos estan urgidos en perseguir
el éxito tanto individual como colectivo, el fracaso y el infortunio son sdélo
psicolégicamente aceptables si se pueden explicar en términos de injusticia o
destino. El futbol sostiene un orden impecable basado en el mérito puro puesto
en tensi6n con el atractivo de la suspicacia y la necesaria incerttdumbre. ;Cual
seria el punto de una sociedad o de un mundo completamente transparente donde
se tuviera la seguridad racional de ocupar el puesto que uno se merece?) 7
Si el futbol oculta los meandros de nuestra forma de medir el destino,
también brinda de Tgual modo una asombrosa manera de enfrentarnos con otras
verdades esenciales que la vida cotidiana oculta o vuelve impercepubles, Nos
dice, de manera clara y fuerte, que en un do donde las posesi
HOSOn_etepnas, la-felicidi ma persona esta condicionada aL
Otra (mors tua, vita mea). El grupo soci uku-Gama de Nueva Guinea alcanzo
ef molde de esta regla de acero de futbol y de la sociedad occidental tan bien, que
estan dispuestos a insistir hasta que el juego se corresponda con mas precision
con su forma de vida. "Juegan tantos juegos en dias consecutivos como los
necesarios para que cada equipo cancele sus deudas con sus victorias"’. Pero
nuestra propia nocion de felicidad no consiste solamente en la derrota de
nuestros adversarios o en el infortunio de nuestros vecinos. Para. que-finalmente
podamos obtener ito, como Io ilustran las matematicas de los sistemas de las
ligas, nuestros rival sean cercanos 0 lejanos, débiles o fuertes, deben ganar.o
perder también en otros cam
as competiciones futbolisticas también exhiben las leyes de la vida
moderna: la compleja inter lencia~entre_los_ des:
fortunas en la ruta hacia Ja felicidad.
lon de fondo universal, cada liga y equipo internacional deja
Marcas de sus tradiciones especificas. Las competiciones permiten leer en ellos
tanto valores generales que modelan nuestra época como los estilos individuales
de los grupos adversarios involucrados. Este estilo, percibido como emblema de
tirsentitio comun dé pertenencia, Suna marta ue la vida real practica de los
jugadores y a menudo refleja la monolitica y estereotipada auto-imaggn que una
golectividad provecta sobre_si misma _y-los demas, Tas dindmicas de esto estan
lictadas por la logica de cémo los hombres disfrutan hablando sobre el estilo de
juego de sus equipos y la propia existencia antes que sobre la forma en que
realmente juegan y viven ellos mismos. El estilo de juego brasilefio que valoriza
el arte de la finta ilustra la regla dorada de una esfera social donde es importante
saber como ‘hacer la tuya' sin problemas, con disimulado estilo’, El sistema suizo
‘Swiss Bolt’ de los '30 reflejaba.a un pais en proceso de retirarse hacia adentro de
si mismo durante el tiempo del conflicto. El equipo francés que fue a la Copa
Mundial de 1982 (conducido por la talentosa linea mediocampista del 'futbol
champagne’, formada por Tigana, Giresse, Genghini y Platini) continuaron
atacando con verdadera extravagancia gala estando 3-1 arriba dentro de los
Pprimeros siete minutos de tiempo extra en la semi-final, permitiendo a los
7 Claude Lévi-Strauss (1962)\La pensée sauvage, Paris, Plon.
8 cfr. Roberto Da Matta: ‘Notes sur le futebol brésilien’, Le Début (19), febrero 1982.alemanes contraatacar y finalmente triunfar en una exhibicién de extrema
tetigcidad teutonica. Se podria pensar también en la squadra azzurra y la
expresiva metafora referida al estilo italiano de vida que combina la dureza
tramposa de los braccianti del catenaccio (artesanos de la defensa) y los genios
creativos de los artisti del contro-piede (los artistas. del mediocampo atacante)?,
Confirmando las fidelidades territoriales y particularmente_las lealtades
nacionalistas de ‘un-modo mds o menos agresivo, el futbol-va detras we Ja
clasificacion del sentido de pertenencia y de idéntidad v fo “Sus
jmaginadas sustancias Tdeolégicas-——~ a 3
ee @,de referencia masculino, que trasciende las fronteras
espad -a.didlogar.lo paricular v.19 universal Y-aCOmeie,
con los r de meri justicia y arbitrariedad, “ellos”
Mosotros". Un partido de futbol puede ser visto com fa de las matrices
Simbdlicas de nuestro Tempo. Bajo Ta clasificacion de un: entretenimiento
popular sin valor, delinea una aspera luz sobre los problemas esenciales y se ha
convertido en una suerte de paradigma de actividad colectiva. Miembros de la
industria, administradores y gobernantes no han pasado por alto esta impronta,
a pesar de su indulgencia para con las metaforas deportivas. De todos modos,
actualmente la comparacién se dirige en oa direccién: mientras alguna vez el
equipo fue comparado con una organizacion de negocios, hoy se compara al lider
con el segundo. Estas percepciones del juego varian, por supuesto, segun el
contexto, el lugar, la clase, el grupo y la edad, y esta flexibilidad_de la
representacion es posible por el amplio rango de valo positive eeld
one en escena: ¢ quipo, sen p F
trabajo de equipo, fuerza y habilidad. Pero debajo de estas variaciones y de los
Contrastantes modelos de vida colectivos que el fatbol puede agrupar en nuestra
imaginacién, el partido nos recuerda, semana a semana, de manera incisiva, la
verdad fundamental de un mundo incierto: el_destino esta condenado a ser un
eterno recomenzar.
Foviembre de 1993 vi al equipo nacional francés conceder un ultimo y
agonizante gol en Paris jugando contra el menospreciado equipo de Bulgaria,
para perder 2-1. Algunas semanas antes, misteriosamente y como locales,
habian permitido dos goles en los momentos finales de un partido contra Israel,
pasando de un confortable margen ganador de 2-1 a una derrota de 3-2. La
certidumbre colapsé en incértidumbre en ambas actuaciones del tragico drama
francés. Un punto (para un empate o un ajustado resultado) de alguno de estos
fixtures podria haber garantizado la aparicion de Francia en la Copa Mundial "94
en U.S.A. Estas dos derrotas condenaron a Francia a no ser considerados en el
suefio americano de 1994. Francia, quien en 1988 sera la anfitriona de los suenos
futbolisticos de los mejores equipos del mundo (clasifica automaticamente para la
competicién, fuera de las meritocracia y la suerte del sistema de los grupos),
tendra cuatro aflos para aguantar con paciencia la angustiosa espera por la
posibilidad de un mas afortunado circuito en el eterno recomenzar.
9 cir. Cattenaccio ¢ contropiede. materiale ¢ immaginari del football italiano, editade por Ricardo
Grozio, A Pellicane, Roma, 1990.