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DE WILLIAM SHAKESPEARE.
Versin de Paco Marn.
Personajes:
William Shakespeare.
Adonis.
Julieta.
Lady Macbeth.
Titania.
Venus.
I
William Shakespeare.- Como un mediocre actor sobre la escena
que lleno de temor se paraliza
o igual que henchida fuerza que agudiza
e impone al corazn su dbil pena.
Yo, que inseguro de un amor que ordena
sus ceremonias en galante liza,
avasallndolo con torpe prisa
menos amor mostr que el que me llena.
Questos versos ahora me defiendan
si mi boca de explicita ha pecado
pidindole a tus ojos que ahora entiendan
al corazn que hay en ellos guardado,
con gentiles miradas lo comprendan
y este amor en silencio sea salvado.
II
Ni mi espejo podra convencerme
mientras seas joven de que he envejecido,
cuando tu juventud haya partido
la vida no podr mas retenerme.
Tu belleza despierta si hacen nido
dulces latidos que en tu pecho inerme
dicta mi corazn, y al contenerme,
volvindome a tu edad, voy protegido.
Por tanto, amor , duplica tus cuidados
recuerda que tambin aqu en mi pecho
guardo a tu corazn y a sus dictados.
No pienses sin embargo que en mi lecho
cuando selle la muerte sus tratados
devuelva un corazn que es mi derecho.
III
Porqu mis versos van tan tristemente
desprovistos de lujos y atavos?,
porqu en sus cauces no abrigan mis ros
rpidos bruscos ni brava corriente?
Porqu si escribo, escribo solamente
de la misma cuestin y sin desvos,
deste instante sin mar y sin navos,
desta misma dolencia hecha presente?
Amado, tu presencia me ha invadido
y hace de mi escritura un slo tema
donde el amor y t, sueo tejido,
revisten con su luz que a veces quema
a las pobres palabras que he elegido,
y que de esta persona son emblema.
IV
Eres tan deleitable y apacible,
que ni el da ms feliz de primavera
con su luz es posible que venciera
la luz de tu sonrisa irresistible!
Toda belleza es harto combustible
ante el fuego del tiempo, frgil cera,
puede brillar el sol o su ceguera
dar paso a la penumbra impredecible.
Pero nada podr con tu hermosura!,
ni siquiera la muerte podr verte,
errante entre sus sombras, sin quererte!
Y han de sobrevivir, por devolverte,
estos versos que exaltan tu figura,
en la regin del tiempo que perdura.