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FRANCISCO COMARAZAMY
Como decía en anterior comentario en este mismo periódico (LISTIN DIARIO), Joaquín
Balaguer es quizás el presidente dominicano más publicitado después de su fallecimiento a
través del libro.
No hablo durante su ejercicio sino de los días que han transcurrido tras su deceso. En otro
orden la primacía corresponde a Juan Bosch contando desde su elección hasta nuestro días.
En el conteo se exceptúa al dictador Rafael Trujillo en su ejercicio de tres décadas y
posteriormente de su ajusticiamiento.
Incluso ha sido llevado a la cinematografía con una filmación de largo metraje de un guión de
la novela “La Fiesta del Chivo” del peruano Mario Vargas Llosa, con la diferencia de que
mientras que para Bosch y Balaguer los juicios son de elogios y exaltación, los referentes a
Trujillo son condenatorios por las tropelías de su nefasto régimen.
A mí me han llegado en estos días casi de manera simultáneas tres importantes libros sobre la
personalidad, la obra y la influencia de Balaguer, escritas después de su partida hacia lo
ignoto. El primero, que lo comenté el pasado domingo, corresponde a la pluma del dirigente
político Víctor Gómez Bergés. El segundo es del historiador y periodista Fernando Pérez
Memén, oriundo de Macorís del Este y actualmente director del diario “La Información”, de
larga e influyente data editada en la ciudad de Santiago. Gira exclusivamente en derredor de
la juventud de Balaguer transcurrida en la ciudad e los Treinta Caballeros, bajo el título de “El
Joven Balaguer”, Literatura, Periodismo y Política.
1922-1930”. El volumen cubre un período de ocho años de la vida del polifacético hombre
público desde sus primeras colaboraciones en el mencionado diario cibaeño hasta el 23 de
febrero de 1930, cuando redacta el célebre “Manifiesto al País”, que firmó Rafael Estrella
Ureña justificando el levantamiento contra el gobierno de Horacio Vásquez, denominado
“Movimiento Cívico”.
Luego sigue una larga cronología que se inicia a los 15 años con la publicación de su primer
libro “Salmos Paganos”, que fue el comienzo de su grandiosa carrera literaria, mientras fungía
como redactor de “La Información”, dejando una luminosa estela de comedimiento, rectitud,
inteligencia y civismo.
El autor trae a colación como modelo de un singular estilo periodístico y calidad literaria 65
artículos, 34 editoriales y 21 poemas insertados en dicho periódico durante su dedicación al
periodismo y la poesía. Y agrega con mística admiración que “la pluma y la tribuna fueron los
instrumentos utilizados por el joven intelectual para expresar sus inquietudes y
preocupaciones a fin de responder a los graves problemas de ese tiempo. Sus ideas se
encuadraron en el pensamiento liberal democrático, el arielismo de Rodó, el antiimperialismo,
antihaitianismo y el panamericanismo”.
Pero así como Pérez Memén resalta las actitudes del autor de “El Cristo de la Libertad” (Juan
Pablo Duarte), limpia y sonora pieza historiográfica, también consigna la rica calidad del
numen poético de su biografiado, produciendo poemas publicados en aquella época en La
Información y El Diario. En uno de esos poemas Joaquín Balaguer pone de manifiesto la
humildad que caracterizó su preciosa existencia: “San Francisco de Asís: Yo ser quisiera como
tu fuiste, bienhechor hermano, / porque así a cada espina que me hiriera/ su mal le
devolviera/ con la pródiga sangre de mi mano./ Yo quiero ser hermano San Francisco, cordero
de tu aprisco”.