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D ot Xo Pora padnes Jean-Claude Liaudet Traduccién de Rosa Alapont PLAZA & JANES EDITORES, S.A. «Tia origina Doo epliguée eax parents Primers edicién: marzo, 2000 (© 1998, LAcchipe, 8 dela rude: Ros Alapooe (© 200, Plaza Jas Editoces, S.A. ‘Trnvenera de Gril, 4749-0900) Barcelona inane hi ee zi cna dle Sud Sesppetie Set anrgns leds enter, te Torr ol dessa ca poral medio poe rhe ci repping eam frm, Te eM Sori Retr clk de gee peso pio, rite in Spain ~Impresoen Espa SBI B-O1-013615 posto legal B.11.206~ 2000 Fotocomporicin: Compex Ast, SL. Impreo en Hoeope SL. Lima, 3 bis Bs 1013615 A Rebecca y asu querida mama INDICE ProLoco 1. Elnino es una persona El psicoanalista se dirge a una persona Lacause de los nitios ‘La infancia olvidads 2. Todo es lenguaje Los humanos nacen y viven del lenguaje Enistimos por el lenguaje La franqueza 3. Antes del nacimiento Laconcepci6n, un encuentro entre tes La vida intrauterina Taimagen del cuerpo fetal 4, Ellactante: de la leche a la lengua materna La imagen inconsciente del cuerpo La imagen corporal ene lactante [as primeras palabras Lalactancia Hel padre? El destete y la castraci6n oral 5. Los primeros pasos hacia la autonomia .. La imagen corporal en la edad de la marcha Lacxperienca dl espejo Lacastracion anal 13 15 16 7 19 a a 26 7 31 31 35 39 4 2 8 Bt 33 59 6B La preparacién del sentido moral La limpieza Elaprendizaje de la autonomia Los fracasados de la castracion anal 6. Eldescubrimiento de la diferencia de sexos ‘a castacion primaria Llamar alas cosas por su nombre El papel procreador del padre 7. Hacerse una mujer, hacerse un hombre, o la resolucién del complejo de Edipo La castacion edtpica ~ ELEAipo ene chico E1Eaipo.en la chica as carencas pateras.- Ta resolucion del Edipo 8. Dela fase de latencia a la pubertad . El periodo de latencia i : Laadolescencia_ Revivir el Edipo El primer amor 9. En familia La educacion de los hijos Hermanos y hermanas Los padres separados El progenitor que est solo Et hijo adoptado 10, Enlaescuela Primaria Secundaria 11. A propésito de algunos trastornos frecuentes 12, Breve biografia de Frangoise Dolto 13, Frangoise Dolto hoy y mafana Hoy - Mafana BrBLioGRAFIA 10 n 5 8 87 90. 8 of 105 13 u7 9 19 rm 12 12 17 128 . 134 138, 149 11 195 195 160 163 ns 181 181 184 199 (Quiero expresar mi agradecimiento a Jacques Letondal y a Roger Zagdoun, por su ojo analitico, asi como a Dominique Chryssoulis, por su atencién ¥ sus consejos en lo concerniente a la redaccién. PROLOGO Este libro va dirigido a los padres y educadores que desean conocer los puntos de referencia elaborados por Francoise Dol- to para comprender a los nifios, pero sin embargo encuentran Gificultades para conseguirlo debido al rigor del metodo y del vocabulario psicoanaliticos. En efecto, como ocurre con cualquier saber, el psicoandlisis ha elaborado un lenguaje técnico destinado a los profesionales, tanto més engafioso cuanto que a menudo utiliza palabras co- rrientes dotandolas de un sentido especial. Por ejemplo, para el psicoanalista lo sexual no es tan sélo genital, sino que engloba todo aquello que pertenece al registro del placer. Asimismo, los términos pulsién, sublimacién, inconsciente, sujeto, imaginario, simbdlico castracién revisten para el psicoanalista un sentido distinto del habitual De ahi las numerosas dificultades de lectura que se le plan- teanal publico, asf como el sinfin de equivocos que ésta implica En consecuencia, me propongo el siguiente desafio: conver- tirme en el intermediario, es decir, el traductor de un saber y un método psicoanaliticos en un lenguaje lo mas accesible posible para los lectores, buscando al mismo tiempo no traicionar la es- pecificidad ni la complejidad del pensamiento de Francoise Dolto. M PROLOGO El presente libro no es el primero, y sin duda no sera el ailti- ‘mo, en proponer un comentario de la obra de Francoise Dolto (lo cual es prueba de su vigencia, si es que hacia falta alguna). Sin embargo, me parecié que hasta el momento no disponta- mos de una obra de sintesis cuyo objetivo fuese dirigitse a todos, 0 al menos al mayor niimero de personas posible. En efecto, los volmenes que en la actualidad existen son de indo- le universitaria, 0 técnica, y van destinados a un publico lector compuesto por profesionales. Al obrar asi, me he limitado a seguir el ejemplo de la propia Francoise Dolto, quien hacia el final de su vida se consagré aun trabajo de pedagogia destinado a los padres y educadores. In- tervino en la radio, pronuncié conferencias, concedi6 entre- vistas y redact6 numerosos articulos, reunidos en obras que ac- tualmente han sido reeditadas bajo la direccion de su hija, Catherine Dolto-Tolitch. Una cosa mas. A lo largo de estas paginas no me he limitado # bucear en mi experiencia psicoanalitica; si he redactado este libro, Ha sido asimismo en calidad de padre y pensando en las preguntas que todo progenitor se plantea El nifio es una persona Antes de abordar el meollo del tema que nos ocupa, me pa rece necesario exponer una primera conviccin de Francoise Dolto, que supuso para ella un punto de referencia permanente alla hora de escuchar a los nifios. Elpsicoanalista _En el ejercicio de su profesion, Francoise no esun educador — Dolto se prohibié en todo momento tra- zarse plan alguno en relacién con los ni- hos alos que trataba. En tal sentido, siempre establecio una cla- ra distincién entre su papel y el de un progenitor, Como psicoanalista, la opcion de vida de un nifio no le concernia. Que éste prefiriese ser «raro», que siguiese pareciendo «desqui- ciado» o retrasado, o de sexo incierto, poco le importaba si ha- bia conseguido alcanzar el equilibrio en su interior y en las rela- ciones con su entomo vital; «si funcionaba bien», ella no tenfa nada que decir al respecto, respetaba su eleccion, En ese sentido, es posible que molestase a mas de un proge: nitor, pues un padre o una madre no pueden evitar concebir proyectos con respecto a su descendencia, y el paso que supone reconocer en su hijo a una persona independiente, que toma opciones que no son las suyas, exige de cualquier padre realizar un trabajo consigo mismo, a un tiempo de renuncia y apertura, 16 DDOLTO PARA PADRES siempre dificil y tal vez susceptible de ser rehecho en todo mo- mento. Tal ausencia de moral, en el sentido en que se trataria de so- meter al nifio a ciertos valores y ciertos principios, de hacerle adoptar determinados comportamientos en detrimento de otros, debe entenderse como el establecimiento de una moral superior, una ética: el reconacimiento del nifio como persona auté- noma. Dicho reconocimiento bebe de dos fuentes: en primer lugar, esté en la base del proyecto psicoanalitico, y en segundo lugar, re- fleja asimismo la vision del nifto por la que Francoise Dolto tuvo que batallar duro, en ocasiones a riesgo de suscitar escan- dalo, Huelga decir que no existe discrepancia entre ambas. — El psicoanalista se dirige a una persona — Elnino es sujeto de si mismo Fl psicoanalista no puede hacer otra cosa que reconocer en el nifio a una persona. 4Cémo ser psicoanalista si uno no cree que se trate de un sujeto auténomo, y mAs concretamente, si no se esta seguro de que el nitio es «sujeto de su propio deseo»?, dice Francaise Dolto, quien extrae todas las consecuencias posibles de esa fe: a ese nifio sujeto lo describe como un deseo de vivir que se encamna en el momento de la concepcion, como una energia que busca realizarse a través de encuentros con otros se- res humanos (como sus padres) e intenta desde el principio asumirse con absoluta autonomia. «Nuestro papel [como psi- coanalista] —afirma— no estriba en desear algo para alguien, sino en ser aquel gracias al cual ese alguien puede advenir a su deseo.» Consiste en ayudar al nifio a reconocer sus propios de- se0s (incluso los que més dificil le resulta aceptar) y a hallar por si mismo las soluciones a sus conflictos. EL NINO ES UNA PERSONA 7 3QUE ES EL SUJETO? La nocién de sujeto es una de las més complejas que exis- ten. En psicoandlisis, el sujeto no es aquel que dice «yo», no coincidecon el sujeto de la gramatica, voluntarioy consciente. ‘A propésito del sujeto afirma Francoise Dolto: «Para ha- blar como psicoanalista, no sé nada al respecto.» La raz6n es que para ella el sujeto del deseo es inconsciente: es lo desconocido en nosotros que permanece desconocido y hace que digamos eyo». Lo que fundamenta al individuo es esa dimensién de misterio. Lo que fundamenta el reconoci miento que podamos tener del otro como sujeto es, pod mos decir, el respeto de ese misterio, que cabe denominar asimismo libertad. El papel del psicoanalista: ayudar al nino a trazar su camino por st mismo Dicha posicion resulta perfecta- mente ilustrada en los relatos de casos qué salpican su obra. En cada ocasion encontramos la ‘misma confianza otorgada al nino para que trace por sf mismo su camino, ast como idéntica modestia: es el nifio quien sabe adonde va, ella se limita a seguirle. El objetivo de su trabajo es- triba en que ese saber oscuro, inconsciente, no asumido, reco- a su camino en el nifio, por su propio bien. Con frecuencia ella misma no comprende lo que ha ocurrido hasta mas tarde, una vez finalizado el tratamiento. — La causa de los nifios — La sociedad se niega a reconocer en el nifio. una persona Esa visién del nitio como persona completa no se basa en la mera expe- riencia de psicoanalista de Francoise Dolto. En La Cause des enfants insiste 8 DOLTO PARA PADRES enel hecho de que la sociedad se niega a tratar al nifio como a una persona Enel mejor de los casos, el nifio constituye una virtualidad y no una realidad; se trata de un potencial que hay que desarrollar. La sociedad espera que rentabilice la inversién que ha hecho en él. No existe por lo que es, sino por lo que puede llegar a ser. «A su pesar, pertenece a un subcontinente», afirma Dolto, ya se trate de un nino del Tercer Mundo o de los paises occidentales. Elnifio no es sélo Cuando se reconoce un dinamismo en el futuro del hombre el nifio, es para «torcerle» hacia el fu- turo: si el pequefto posee inteligencia, se le promete un brillante porvenir. Lo adiestrarén para que se convierta en el hombre o la mujer que todavia no es, lo forma- +n y armarén con una logica de eficacia y de insercién en la so- ciedad, Sin embargo, tampoco debe triunfar demasiado deprisa ni demasiado bien, Ha de permanecer en su sitio de menor. Por «desgracia, los adultos que le rodean contemplan las cualidades del nifio a un tiempo como una amenaza y como una promesa, Es un motivo afiadido para insistir en la inmadurez de «la cria del hombre», en su debilidad Por consiguiente, en los casos de excepcién se protege exa- geradamente al nifio, al que se toma por una pequefia méquina Diologica cuya fragilidad es fuente de angustia para los padres y cuyas funciones es preciso mantener con sumo cuidado. Se tra- ta de un nitio-tubo digestivo que uno logra sacar adelante a fuerza de raciones alimentarias y de raciones escolares, de horas de suefio reparador y de sesiones de orinalito, una cosa pura~ ‘mente funcional cuyas emisiones vocales se interpretan como el ruido de una maquina: zqué es 1o que no funciona’, gcomo hay que repararlo? Puede tratarse asimismo de un nifio juguete, una pequefia maravilla, a saber, un objeto cuya vocacién y destino consisten en satisfacer a los padres, ELNINO ES UNA PERSONA 19 Enel peor de los casos, se explota la debilidad del nino, Sele toma por un animalito, un enano, un discapacitado con el que van a obtenerse beneficios. Pensemos en el nimero de nittos que en la actualidad trabajan en nuestro planeta en condiciones escandalosas.! Y siempre se desconfia de él. Sus manifestaciones de energia se perciben como perjudiciales: molestan, resultan intempesti- vas, el nifio es temerario, o tirano, 0 vandalo, jel crfo no se por- ta como es debido! — La infancia olvidada — Elnifio es un extrario Desgraciadamente, los adultos han ol- para el adulto vidado su infancia (la que precede a los siete afios, «la edad de la razén»); contemplan a los «pequefios» con mirada distante. Entre adul- tos y nifios existe la misma barrera que entre los hombres-y las mujeres, las cuales, no hace tanto tiempo, carecfan de alma en opinion de la Iglesia cat6lica y no gozaban del derecho de voto en los paises democraticos, «Supone un escdndalo para Para Francoise Dolto, lainfancia el.adulto que el ser humano no constituye solamente un pe- en el estadio infantil iodo de paso. Asumodo de ver, ssea su igual.» (FE D.) no existe diferencia entre lo que denomina «la inteligencia sim- olicay de unnifio deunaitoy la de un adulto de sesenta afios, esa inteligencia de humano que confiere sentido a las cosas y que ella designa de este modo: «La 1, Yesono solo ocure en el Tercer Mundo; tarnbién en Europa los nifos(y to .. Dolto no vacila en apuntar otras explicaciones: por lo que respecta al periodo anterior, la pereza de las madres, en una época en que no existian ni los pafiales desechables. ni la lavadora; pero asimismo (gy sobre todo?) en lo tocante al cambio operado, el orgullo que implica poner de mani- fiesto su capacidad para establecer su autoridad sobre el bebé, al que entonces no estan tratando mejor que a una mufieca. Como todos los mamiferos, la crfa del hombre adquiere es- pontdneamente los habitos de higiene. Sin embargo, para ello hay que esperar a que haya adquirido el control de los esfinte- res, el cual slo es posible cuando el sistema nervioso ha alcan- zado la madurez Eladiestramiento de «El adiestramiento de los habitos de Ios habitos de higiene _higiene resulta intl, si no perjudicial resulta perjudicial de cara al futuro.» Tales son las pala- bras de Frangoise Dolto. «Es c6modo —aiade—, pero no educative.» Por qué? Porque los padres no piensan en ayudar al pequefio a realizar sus propios deseos @ fin de progresar. Porque al exigir limpieza someten el cuerpo del nifio, y més precisamente una zona que para él constituye fuente de placer, a su voluntad. Para calificar dicha actitud, Dolto apunta el término «perversion», Io cual resulta justifica- 10S FRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMIA B do, en la medida en que se trata de someter al nitio al placer del progenitor, sin tener en cuenta el suyo propio. LA CACA COMO REGALO Ciertas obras de psicologia vehiculan la teorfa segtin la cual la caca seria una ofrenda hecha por el nifio a su madre, a quien aconsejan valorar esa dadiva, Francoise Dolto no ‘comparte la misma opinién. La caca no puede ser un regalo, afirma, salvo en el contexto del adiestramiento de los habi- tos de higiene, en el que la madre exige lo que se le debe a hora fija, lo cual provoca la tipica actitud del nino que muestra su orinal bien lleno al extraio que esté de paso, conminado a su vez a extasiarse... : Por fortuna, se da el caso de que el nifio no sea pervertible y s¢ resista. ;Dichosos los nitios sucios que hallan en su interior la fuerza suficiente para no satisfacer a sus'padres, les cueste lo que les cueste! Siel pequeiio se vuelve limpio antes de tiempo, sit sentido de lacteatividad se ve mermado; en efecto, haaprendido que obede- cer pasivamente eso propio de una buena telacién humana. Co- nie el riesgo de convertir semejante actitud en modelo de todas, sus telaciones y, por consiguiente, verse retardado en la adquisi- cion de su autonomia. Todos conocemos aesos chiquillos encan- tadores que se portan muy bien, son muy educados, muy «limpi- tos», pero se muestran incapaces de tomar la menor iniciativa, Lo mas frecuente es que haya aprendido asimismo que la zona uroanal es «caca», y proyectard esa sensaciOn de suciedad sobre las actividades genitales que, por mera cuestign de anato- mia, se desarrollan en esa region. Entonces, 0 bien se vera obli- gado a convertirse en perverso afin de no renunciara su placer, obien el proceso desembocara en una inhibicien. 1% DDOLTO PABA PADRES UNA UMPIEZAEEMPLAR | En Au jeu du désir Dolto cita el caso de un nifio que des- de los siete dias de edad dio muestras de una limpieza abso- luta, prueba de que en ocasiones el bebé esté dispuesto a todo por satisfacer a su madre, aun a riesgo de sacrificarse. ‘Alos dieciocho meses se comportaba como un perfecto voyeur, levantando la falda a las mujeres y palpando los pan~ talones de los hombres. A los ocho afios se habia convertido fen un esquizofténico que mantenia un completo mutismo. Perseguir la limpieza precoz supone asimismo, por la fuerza de las cosas, otorgar suma importancia a los excrementos. La atencién obsesiva de los padres con respecto a esa produccién forzosamente la valoriza, y conduce al nitio a jugar con la reten- cin a fin de agradar o desagradar al adulto. El nifto corte el riesgo de desarrollar un modo de relacién en el que su placer consistira en no dar al otro lo que éste espera, un juego de ava~ ricia Afectiva que puede declinarse en todos los niveles. Dicha valoracién de los excrementos por parte de los padres impulsa al nifio a prestarles a su vez una atencin exagerada y convertir- os en un juguete predilecto, De no existir esa circunstancia, no revisten para él especial interés, ni se pasa el tiempo manipu- landolos o llenando moldes con ellos. En ocasiones, el nifio puede someterse muy pronto a las cexigencias de la madre. Llevado del deseo de conservar una re lacion agradable con ella y conseguir un amor que sin embargo su madre no manifiesta al exigir de él semejante cosa, puede llegar a orinar y defecar a horas fijas, comportamiento que no carece de consecuencias. Dolto pulsa sin ambages el timbre de alarma: «En este momento de la fase anal pueden apare- cer neurosis obsesivas si el adulto, en lugar de guiar la des- treza manual y gestual del nifio, o su habilidad para hablar y r 0S PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMA 15 cantar, impone un ritmo artificial a la defecacion y la miccién.» Solo cuando el nino haya adquirido la habilidad motora, se- hal de que su sisterna nervioso ha alcanzado la madurez, cabra esperar de él que se vuelva limpio. Porlo general, ocurre de ma- nera natural, al surgir esponténeamente en el nitio el deseo de crecer y, en consecuencia, de ir al lavabo como los mayores, Bastara con haber dejado alli un orinal a su disposicién Los habitos de higiene aparecen en las nifias alrededor de los veinte meses, y en los niftos a partir de los veinticinco meses. Tal diferencia se debe al hecho de que en el varén el aparato genital y elexctementicio se hallan relacionados. Durante mucho tiem- po, el pequeito confunde ereccion y miccién. Enefecto, s6lo tar- diamente, hacia los treinta meses, ya no le es posible orinar si tiene una ereccién, Porla misma raz6n, un chico diferencia con ‘mayor dificultad que una chica las sensaciones anal y uretral; ast pues, resulta intl esperar de un nifio que manifieste la misma actitud que su hermana mayor supo mostrar a su edad, Por iltimo, suele ocurrir que los propios padres siembren la confusion al utilizar un lenguaje indiferenciado, por ejemplo, al denominar globalmente «culo» tanto a la zona anterior como a la posterior. — El aprendizaje de la autonomia — Aportar seguridad para que el nifo legue a ser auténomo Como hemos visto, lo que Dolto lla- ma «castracion anal», cuando est4 bien estructurada, se refiere algo distinto del control de los esfinteres, més bien a lo que cabria denominar los excesos musculares. Al ser capaz de desplazarse, de manipular los objetos, el nifio pe- quefto conquista el mundo, podriamos decir que lo domina. En efecto, acttia como un conquistador, y de entrada su voluntad 16 DOLTO PARA PADRES carece de limites, tanto con respecto a los demas como a si mis- mo. Al no haber adquirido todavia el sentido del projimo (no olvidemos que apenas empieza a descubrirse como individuo), ees preciso derribar a toda persona que se cruza en su camino; esa edad, matar no supone, de hecho, sino eliminar aquello que estorba, y no atentar contra otro." Por lo demés, es facil que su ignorancia del mundo le Hleve a poner en peligro su inte- gridad. Como ya se ha dicho, las prohibiciones que formulan los adultos de su entorno apuntan a vedarle hacer dafo a otros, ‘mas igualmente a si mismo. Latarea educativa de los padres consistira en indicar al nifio los limites necesarios y aportarle seguridad a fin de que amplte progtesivamente su ambito de autonomfa, Tal elemento de se- guridad resulta esencial cuando el nino se enfrenta a un fracaso. 1a primera Seguridad radica en la propia prohibicién, explicada por razones de prudencia y sin hacer de ella un absoluto: «Mas tarde te ser4 posible, pero hoy todavia no puedes llegar, por- que.» Cada vez que el nifio yerra en una experiencia, sale de ella humillado. Ast pues, ¢s importante tranquilizarle diciendo- le queen otra ocasién saldré airoso, y explicéndole técnicamen- te Ia causa del {racaso. Hacerle retroceder acundndolo en los razos como cuando era un bebé no le aportara seguridad algu- na; se encontrara siempre igual de indefenso cuando de nuevo intente la misma experiencia. Una vez més, el intercambio lin- gistico resulta esencial, ya que permite al nifio comprender que la magia no interviene en lo ocurrido (cosa que de entrada se siente inclinado a creer), sino que en su fracaso subyacen ra- zones muy reales, que pueden ser comprendidas 1, Algunos adultos se han quedado ancldos en ese punto, LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMIA n PAPA anil Cuando es muy pequefio, el nifio vive todavia en un mun- cdo magico, en el que as prohibiciones adquieren una dimen- ién fantastica, En Image inconsciente du corps Doltorelata ‘que, desafiando la prohibicidn desu padre, unnifio de nueve meses introdujo los dedos en un enchufe. Varios dias des- pués, al recordar todavia su desagradable experiencia, sefia- lel enchufe asus abuelos mientras les decfa: «;Papa ahi» Cuando ha fracasado, soltarle al nifio «Te estd bien emplea do, ya te habia dicho que no lo hicieras», 0 bien «Justo castigo», 0 «Eso te ensefiaray, o incluso «Déjame en paz», implica dejar- le solo frente a un mundo percibido como peligroso, del que el adulto se declara complice. Asimismo, manifestar angustia ante el menor de sus gestos constituye la mejor manera de impedirle llevar a cabo sus expe- riencias en el clima de seguridad que el adulto deberia aportarle. Cada fracaso supone para el nifio una humillacion frente a Jos adultos, esos gigantes que lo consiguen todo sin dificultad. Burlarse de él implica marginarle en la impotencia y al mismo tiempo indicarle que nunca formara parte de los adultos. La autonomia se prepara La autonomfa del nino culmina desde los primeros meses mucho mas deprisa si el adulto ha puesto pronto de manifiesto su apoyo, con ocasion de los intercambios entre la madre y el lac- tante, durante lo que los psicoanalistas denominan «fase oral Los primeros juegos consisten en coger y lanzar, y aparecen para colmar la ausencia de la madre, hacia los cinco meses. La mano, afirma Francoise Dolto, toma de manera inconsciente el relevo de la boca para atrapar y del ano para expulsar. Asi, to- mar el pecho materno con la boca y expulsar ala madre interior 6 DOLTO PARA PADRES _ por el ano se transfiere en cierto modo a los juegos de la mano que coge y que lanza. E! nifio simboliza con ello la llegada y la partida de la madre, mas en lugar de sufrir esas idas y venidas, es él quien se muestra activo. Todos estamos familiarizados con los juegos que consisten en lanzar el mismo juguete fuera de la cuna o del cochecito una y otra vez. Asi es como debemos com- prenderlo y, por aftadidura, prestarnos a ello sos juegos son los primeros de una larga serie, y por lo ge- neral van acompafiados de vocalizaciones y més tarde de pri- meras palabras: juegos de desplazamiento, de construccién y desmontaje, juegos de pelota, de equilibrio, de habilidad cor- poral, en los que el nifio expresa su independencia en el espa- cio y con respecto a los adultos que hasta entonces lo han suje- tado y Ilevado en brazos. Poco a poco, el nifio aprende a controlar sus movirnientos y a dominar el mundo que le rodea, como hacen los adultos, sus modelos. Placer, creatividad, asuncion de riesgos, tales son las experiencias y comporta- mientos que es preciso animar en el nif pequefio. Basta con no poner obstéculos para que se mani- fiesten. La cosa empieza con la libertad en la alimentaci6n y la excrecin, durante la fase oral, y continua con el espacio que se le propone (por qué no subir al desvan durante algiin tiempo eljarron chino y el florero de cristal?). Frangoise Dolto llega al extremo de decir: antes que impedirles subirse a los muebles, proceded a fijarlos (jlos muebles!). Igualmente, recomienda que se permita al pequetio elegir su ropa por la mariana y vestir- se solo. Impedir que el nifio Ileve a cabo determinadas expe- riencias supone mutilar su creatividad para toda la vida, obsta- culizar sus progresos, Placer, creatividad, asuncién de riesgos LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMIA 78 Elnifio necesita decir ano» para hacer «sin ‘Alo largo del segundo afio sobreviene la fase lamada de oposicién, el mo- mento en que el nifio se afirma al opo- netse, Dice que no constantemente. Dolto observa que a esa edad el nitio todavia no sabe decir «yo» y habla de sf mismo en tercera persona, a menudo designdndose por su nombre de pila. Afirma que hay que entender los primeros eno» como una imitacion del adulto, que con tanta frecuencia le responde con una negativa, Asi, decir «no» constituiria ante todo para el nifio una actitud positiva de imitacién de los mayores. Serfa muy poco hébil tomarle la palabra y creer que piensa que no porque dice «no». Una vez ha dicho «no», explica Dolto, ya puede hacer «si», es decir, hacer lo contrario de lo que ba di cho. De ese modo tiene la sensacién de actuar por propia inicia- tiva, y no de ejecutar una orden. Sieladulto toma la palabra al nifio y cristaliza el conflicto en un intento de forzarle a hacer aquello a lo que él afirma negarse, el pequefio se enredara a su pesar en una actitud negativa de oposicion que le har desdichado. La actitud més conveniente, afirma Dolto, es no reparar en el mo», hacer como si no se hubiera ofdo. En ocasiones ella misma decia a los nifios: «Tu boca dice “no”, pero tu mano hace “sf Silos adultos no bloquean al nino en la oposicion, ésta dura muy poco, apenas unas semanas. El pequefio sale reafirmado en su sentimiento de individualidad, y a menudo se trata del ‘momento en que empieza a hablar en primera persona, a decir eyor y a obtener placer diciendo que sf A partir de ese momento el nifio trata de imitar a los adultos entodos los aspectos y adquiere los gestos que le permitirén de- sarrollarse solo, aproximadamente hacia los cuatro afios. 0 DOLTO PARA PADRES Una conquista: Una de las grandes conquistas del comer solo en la mesa niflo consiste en comer solo en la mesa de los adultos, Mas eso no so- breviene de golpe. A lo largo de mucho tiempo, si bien empieza comer con la cuchara, acaba cogiendo el alimento con los de- dos, y ademas, se levanta de la mesa, Los esfuerzos que le exi- gen esos nuevos actos, los cuales requieren tanta destreza y concentracién, s6lo puede realizarlos durante un tiempo limi- tado. Hay que saber tolerar tales momentos de fatiga y dejar que el nifo adquiera esas nuevas conductas a su ritmo. En cam- bio, si se le obliga a comportarse en la mesa como es debido, lo que constituia el placer de un descubrimiento se convierte en tuna coacci6n contra la cual habra de resistitse; por lo general, no tendré hambre, o bien renunciaré a comer solo y regresard a una actitud pasiva, dejandose alimentar. Comer «como un go- rrino» es la condicion necesaria para mostrar mas tarde buenos modeles en la mesa. Una vez més, hay que conceder al nitto la .posibilidad de lograrlo a su ritmo, sin dudar ni una sola vez que desea nctuar como los adultos y dejandole el tiempo necesario para conseguitlo. «Permitir que el nifio realice sus progresos a su propio ritmo es una de las claves de la crianza de los hijos», concluye Dolto. — Los fracasados de la castracion anal — Lacoercién es la madre Las prohibiciones formuladas de ma- de los conflictos nera coercitiva, y no con el propé- sito de ayudar al nifio a progresar, conducen a conflictos cotidianos, conflictos de los que ni padres ni hijos pueden escapar, ni siquiera por un momento (iningin padre es perfecto!). Elnifio provoca enfrentamientos, se opone a todo, no tiene hambre... Dispone del ingenio suficiente para en- LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA AUTONOMIA aL contrar cada dia un nuevo motivo por el que entrar en contflicto con los adultos. El conflicto debe cumplir la funcion de «timbre de alarma» De resultas del mismo, uno ha de preguntarse con ocasion de qué experimenté el nifio una frustracién o una humillacién, y buscar el modo de repararlo, Los padres posesivos Los fracasados, més habituales de la y protectores castracién anal estan ligados a la pose- sividad de los padres, que, so pretexto de proteger a su hijo, lo encierran en casa, lo levan en brazos, le evitan todo peligro y fatiga; el nifio no tiene la posibilidad de ex- plorar el espacio a su ritmo. En lugar de llevar a cabo la experien- cia de la realidad, se confina en las ensofiaciones que le procura eliinico sentido que sigue despierto, la vista, mientras es llevado en brazos al coche, y del asiento a la cama. Es cierto que, sise le deja solo unos instantes, con su escasa experiencia correra el riesgo de sufrir accidentes, los cuales corroborarin los temores previos de sus padres y les impulsarén en mayor grado a hacerlo todo por él y, en consecuencia, a conservar su importancia con respecto al nifio, prisionero del pretendido amor parental Con respecto a tales nifios Dolto sostiene que, al no poder experimentar su esquema corporal en la realidad, siguen cre~ yéndose dotados de una omnipotencia imaginaria, la que iba asociada a su imagen corporal de lactantes.! La falta de explicacién Otro fracaso de la castracién anal de- riva del hecho de que a los nits so- breprotegidos no se les explica nada. Todas las explicaciones aportadas por los padres con ocasion de un fracaso, todos los consejos «técnicos» para realizar tal o cual gesto constituyen 1, Vease eleapitulo 4 2 [DOLTO PARA PADRES soportes importantes para el nifio. Los memoriza mucho mas de lo que se cree, y le sirven de guia, a modo de una voz inte- rior, podriamos decir, cuando se lanza por st solo a ensayar un gesto oun movimiento que todavia no domina bien. 1a ausencia de esa voz interior que ha sido tejida dia tras dia, minuto a minuto, provoca en el nifto la falta de un espacio de seguridad para osar aventurarse en el mundo. ‘Las palabras alarmistas no le ayudan, no s6lo porque susci- tan angustia, sino en mayor medida porque quiebran la con- fianza entre el nifo y el adulto, Sie le ha repetido sucesivas ve~ ces que no podria bajar la escalera sin tomperse una pierna y, no obstante, llega abajo sin problemas, ;cémo podria seguir creyendo lo que dicen los adultos? Entonces deja de beneficiar se de la seguridad que le aportan las palabras de sus padres y se encuentra en peligro. LOS NINOS INESTABLES Con frecuencia ocurte que se llevaal psicoanalista a nifios cuyo lenguaje es muy limitado y que no pueden estarse quie- | tosenel sitio, hasta el punto de perturbar acuantos les rodean. Se trata de nifios con los que su madre no supo, 0 no pudo, comunicarse con palabras y se limité a una relacién | Ge cuidados corporales, sobrevalorando de ese modo los placeres ligados a las sesiones de alimentacién € higiene. No aprendieron a relacionar sus movimientos con las pala~ bras y se deshacen en pura absurdidad aparente. No saben traducir su deseo de comunicarse de otra ma- nera que mediante ese goce muscular, que Dolto interpreta ‘como si su cuerpo entero fuese un tubo digestivo en movi- miento, desde la boca hasta el ano. No por eso se trata de nifios retrasados, como cabria pensar. Basta con que se les dé ocasién de «pasar al lengua- je» para que progresen con suma rapidez. 6 El descubrimiento de la diferencia de sexos EL bebé ha descubierto su propia imagen en el espejo, una imagen-cosa que sabe que es «é] mismov, tanto a los ojos de los dems como a los suyos propios. Ahora mira 2 los demés nifios con un nuevo saber: estan hechos coino él. Le interesa en especial el dorso, pues es la zona de si mismo que no puede ver: en la parte de arriba, ca- bello sin rostro; en la de abajo, nalgas separadas por una raya, Tal observacion se extiende progresivamente a la parte de delante, hasta que, hacia los dos afios y medio, repara en lo que hasta entonces veia sin ser consciente de ello: to- dos los nifios no son iguales. Unos tienen como pequetias nalguitas, otros una cosa que cuelga. Entonces vuelve frente al espejo y se examina con esa nueva mirada: jen qué caso se encuentra él? — La castracion primaria — El descubrimiento de la diferencia de sexos es lo que Dolto denomina «castracion primariay a DOLTO PARA PADRES Al igual que todas las castraciones descritas en los capitulos prece- dentes, también ésta constituye ‘una prueba en ocasién de la cual el nifio debe renunciar a algo para conquistar una nueva manera de ser. ‘Al nacer, renuncié a formar parte de un gran todo para ad- quirir un comienzo de individualidad. Al abandonar el pecho, su boca se encontré libre para hablar. Acto seguido se separé de su madre con objeto de conquistar el mundo. En lo sucesivo ya no sera sino esto o aquello, hombre o mu- jeren ciernes. «La castraci6n primaria supone el descubrimien- 10, por parte del nifio, de su sexo, del hecho de que sélo perte- nece a ese sexo y de lo que ello significa para su futuro.» Castracion primaria que, en la terminologia de Dolto, ira segui- da de una castracién secundaria que sobreviene en el momento ‘del complejo de Edipo jA qué debe renunciar el pequefto cuando descubre que es nifto o nifta? Hasta entonces sabia si era una cosa u otra, se lo hhabfan repetido suficientes veces. Sin embargo, tal aserto sélo tenia un sentido vago, esencialmente ligado a comportamien- tos, aactitudles: os chicos no lloran y son por naturaleza revol- tosos y temerarios; las chicas son coquetas, reflexivas... El hecho novedoso es que en adelante esa diferencia se basard en una realidad corporal, y pasard a estructurar toda una vision del mundo, como el yin y el yang en el pensamiento chino. Por definicin, la experiencia del uno y la otra no es la mis- ma, Empecemos por la que parece mas simple, la del chico. Sentado en las rodillas de su padre o de su madre ya ha presen- tido una diferencia. :Por qué? El hombre es minusvalido en relacion con la mujer, ¥y ésta es minusvallida en relacién con el hombre: «Siempre existe wna falta en ambos.» (F D.) 1, Llmageinconscenc du corps, p- 184. _EL DESCUBRIMIENTO DE LA DIFERENCIA DE SEXOS 85 Para el chico, lo mds dificil es descubrir que no llevard aum hijo en su seno Luego viene la conmocién. La primera vez que observa cmo esta hecho el sexo de una nifia, el chico no puede dar crédito a sus ojos. Da por supuesto que su pene (pues forzosamente debe de tener uno, al igual que él) no tardara en crecer. No obstante, si mira bien y acepta lo que ve, se angustia: jhabran mutilado a esa nina, y a él podria pasarle lo mismo! LA SUPERIORIDAD MASCULINA. Segin Dolto, si nuestra cultura insiste en la superioridad del varén es para compensar el sentimiento de inferioi dad masculino, mucho més intenso que el femenino, «Si nos fijamos bien —dice—, seremos conscientes de que el Gnico sexo que tiene la seguridad de ser el autor de su descendencia es el femeninos, sencillamente porque es la mujer quien se queda embarazada y quien da a luz. El hombre sélo accede a la paternidad cuando la madre le de- | signa como genitor. En consecuencia, el padre real del nitio puede no coincidir con el genitor, siempre y cuando la ma- dre asf lo decida. Por eso, con el fin de reequilibrar los po- deres femenino y masculino (incluso en las sociedades ma- triarcales), durante mucho tiempo las leyes han conferido la autoridad al hombre. Durante cierto tiempo todavia, el nifio creera que aquella que constituye el centro de su universo, la diosa todopoderosa a Ja que adora, no comparte tan desafortunada condicién. Mas tarde se rendira a la evidencia: su madre es como las nifias pe- quefias, carece de pene. Por tiltimo, y eso es lo esencial de la penosa prueba por la que pasa, el chico comprende que jamés llevard a un hijo en su 86 DOLTO PARA PADRES seno. En esa época no tiene otro modelo que su madre. Descu- bbre que nunca sera como ella, que jams tendra hijos.' Sélo po- dra convertirse en un hombre. Para Francoise Dolto tal expe- riencia resulta decisiva y marcara por siempre jamds sus relaciones con las mujeres, Por lo dems, la conmocién que ha experimentado al descu- brir que las niftas «no lo tienen» despierta en él angustias de castracion: si a ellas se lo han quitado, gse lo cortaran a él? En el imaginario infantil resulta plausible, y tanto més inquietante cuanto que estima que las nitias no son «guapas», puesto que es €l quien es «guapo»; aun cuando la valorizacion cultural no se lo enseftase, las propias chicas estan ahf para confirmarselo, cuando intentan apropiarse de esa cosa atrapandola, reivindi- candela. Laninasesiente Para la nia, el descubrimiento de la orgullosade llegar anatomfa masculina supone asimismo aser como su madre una conmocién. Aunque el desengafio 7 no dure mucho y se olvide rapidamen- te, se asocia con el siguiente descubrimiento: ella no tiene nada, ni pene, ni siquiera pechos. Su primera reaccion consiste en tra- tar de arrebatar al chico, manu militari, podrfamos decir, lo que cree que le ha robado. ‘Cuando las cosas van bien, la envidia del pene deja paso al orgullo de ser una chica. Segin Dolto, ésta se describe como portadora de «un botén con un agujero». El orgullo de ser una chica aparece con la certeza de que los pechos le saldrén, como a su madre, cuando sea mayor, y que sera ella quien lleve hijos en su seno. Ademés, si bien no tiene pene, sus exploraciones le han demostrado que su «botén» le procura placer. 1, Todavia no conoce el papel que desempeiael hombre en Ia procreacon, EL DESCUBRIMIENTO DE LA DIFERENCIA DE SEXOS 7 Asi, chicoy chica salen de la prueba orgullosos de su tespec- tivo sexo, y preparados para desear casarse can su padre o con su madre, — Lamar a las cosas por su nombre — El feliz desentace de la prueba que supone el descubrimien- to de la diferencia de sexos sélo se produce si los padres estén abt para poner nombres a las cosas. Mas que nunca, la franque- za de los padres y del entorno es esencial para ayudar al nitio a construirse Allos padres les resulta Se trata de ayudar al nifio desde el dificil hablar de su placer primer momento a abordar sus fantasmas de castracién, Con fre- cuencia se hace necesario explicar que sila nifia o la madre ca- ecen de pene no es porque se lo hayan quitado, y que el chico tampoco corre el riesgo de verlo desaparecer. Es importante responder a los interrogantes que suscita el descubrimiento de los sexos. El nifio est en la edad de las pre- guntas, Tras haber explorado el mundo deambulando y mane- jando objetos, quiere saber. Los «por qué» y los «como» del pe- ‘queio los acusan con frecuencia los padres como demasiado ‘ntimos, porque les exigen hablar acerca de los sexos y el acto se- xual. Tienen la sensacion de verse llevados a airear su propia sexualidad cuando su hijo les pregunta: « {Qué se hace con es0? Nosotros lo haceis? ¢Os gusta como a mi?» En efecto, el nifo, al igual que el adulto,! tiene una vida sexual, en su doble vertiente de afecto y de placer, yes susceptible de conocer el orgasmo. 1. Ycomo el anciano, lo que no siempre s etd dispuesto a aceptar 88 DOLTO PARA PADRES Si el adulto reprocha al nifio que haga tales preguntas, éste re- sgyesara al mundo de la analidad, todavia cercano. Para él, el sexo se convertiré en «cacay y la sexualidad en una cosa vergonzosa Silos padres se niegan a hablar de esos temas, piensa el nifio, es porque hay algo turbio en ello: quiza no se atreven a confesat lo que han hecho; el silencio deja la via abierta a la imaginacion mis fecunda, Es entonces cuando los fantasmas de castracién de las chicas y de castracion posible de los chicos afloran de nuevo Como se hacen los bebés As pues, es necesario que el adulto hable con franqueza. Indefectible- mente, la cuesti6n de la diferencia entre hombres y mujeres de- ‘semboca en la consabida pregunta: ;cOmo se hacen los bebés? Abundan los discursos alusivos mas o menos metaforicos, y mas co menos afortunados, sobre el tema, desde la flor y el abejorro, o el piston que hace funcionar la maquina, hasta el celo en los animales. Todas esas descripciones graficas ponen de manifiesto idénticardefensa: hablar con rodeos es el recurso de que se vale eladulto para evitar hablar de su afectividad y de su placer. Aho- ra bien, esos discursos, ya sean «cursilones o «realistas», per- miten que el nifio imagine lo peor. Concebira el amor como una ‘mecénica, o una pelea de gatos, o incluso como una funcién or- sganica segan el modelo de ecomer-pipf-cacay, a falta de tener ‘una vision humana del amor contemplado como la relacion en- we un hombre y una mujer. Por consiguiente, es preciso que el nifio aprenda el papel exacto del padre y de la madre en la fecundacion, el encuentro que les acercé, el deseo y el placer que presidieron la concep- cion de su hijo. Resulta asimismo necesario ir més alla y no dejar creer al nifio que sus padres solo han hecho el amor tantas veces como hijos han tenido (menos de dos veces en la vida, de creer en la EL DESCUBRINIENTO DE LA DIFERENCIA DE SEXOS = media de la fecundidad occidental). Hablar con franqueza con- duce a explicar que hacer el amor no constituye un acto técnico (como pasar un pedido) tinicamente destinado-a la procrea- i6n, sino que se trata de un acto realizado por la alegria del en- cuentro y el goce de los cuerpos Hasta ese momento el padre slo habia existido a través de la madre. Formaba parte de un conjunto de dos cabezas, en el que los papeles de uno y otra se confundian. Para el nifio, su progenitor adquirira ahora una identidad. El papel del padre en El descubrimiento del papel del padre la concepciény con _ en la concepcién permite al chico re- respecto alaley nunciar a traer hijos al mundo y afir- marse en su sexo, ya la chica desligar- se de su madre. Por eso es importante que se explicite con palabras, El papel del padre consiste asimismo en inscribir al nifio en laley al reconocerle en el registro civil y darle su apellido, EL nifio se orienta en el contexto social al conocer su filia- cién, pues descubre un pasado que precedié a su nacimiento. Aunque alin sea pequetio, comprende que su padre y su madre fueron engendrados por sus abuelos. Y-ese pasado le abre un futuro: también él tendra hijos. Descubre el lugar que ocupan sus tios y sus primos, se trata de un nuevo espacio que se cons- truye, un espacio humano en el que tiene un sitio que ocupar y un valor. Es la primera vez que el nifio descubre una ley que esta por encima de sus padres, ala que tanto los adultos como los nifios se hallan sometidos. La ley de la vida, como en ocasiones se dice pomposamente; también podriamos decir: el orden de las generaciones. Es con esa condicién de «hablar claro», lo cual, sin embar- 0, es dificil que se produzca, como chica y chico se situaranen * ‘DOLTO para PADRES una sexvalidad humanizada (término que Frangoise Dolto gus- ta de emplear), y su deseo de saber y de comprender para ha- cerse mayores no se verd obstaculizado. HAY QUE DECI Revelar a un nifio su filiacién plantea a veces problemas a los adultos, que se ven obligados a desvelar un secreto de familia celosamente guardado. Con gran frecuencia es la cuestién de la identidad del padre lo que se plantea. Francoise Dolto se muestra clara al respecto: hay que aclarar al nifio su origen. Un chico que no tiene padre lo buscaré sin cesar, hasta que encuentre una respuesta. fsta puede proceder de la madre, pero asimismo de un allegado, 0 un abuelo, con tal que las circunstan- ccias de la unin de sus genitores sean relatadas con respeto. También resulta apropiado aportar todas las precisiones ne- cesarias: apellido paterno, razones de la separaci6n de sus . padres... Incluso si el nacimiento ha sido dramético, hay que de- cirlo. Argumento clave de Dolto: si el nifio esté ahi es por- que, pese a las condiciones dificiles por las que atraves6, tuvo el deseo y la fuerza necesarios para sobrevivir. — El papel procreador del padre — Hasta esa edad es la madre quien desempenia el papel falico, para hablar como los psicoanalistas; es ella quien ha sido porta- dora de la vida, quien ha acumulado en si todas las imagenes de poder. Con el tlescubrimiento del lugar que el padre ocupa en la procreacién, los papeles masculino y femenino se ven redis- uribuidos Para el chico, el pene no era todavia sino un objeto que ca- ca EL DESCUBRIMIENTO DE LA DIFERENCIA DE SEXOS a bria calificar de econtundentey: algo con lo que pegar, golpear, penetrat. Es la revelacién del papel procreador del padre lo que le permite verse valorado en su sexo, Resulta, pues, esencial que se le diga. A partir de ese momento podra abandonar los modelos femeninos alos que trataba de semejarse y entrar en el masculino identificandose con su padre, midiéndose por su ra- sero. «Saberse hijo de su padre —dice Dolto— da al chico el derecho de identificarse en lo sucesivo con los hombres.» Para la chica, el conocimiento del papel procreador del pa- dre es igualmente esencial. Le permite desligarse de su madre y volverse hacia su padre en sus deseos sexuales, Asimismo, con- fiere valor al interés que éste le demuestra y se encuentra valo- ada en su feminidad. 7 Hacerse una mujer, hacerse un hombre, o la resolucion del complejo de Edipo ‘Todo el mundo ha oido hablar del complejo de Edipo, y to- dos lo han olvidado. {Quien recuerda el amor que profesaba a su madre o a su padre? No el amor casto y filial con el que el hijo debe honrar a sus progenitores, sino el amor auténtico, la pasion, el enamoramiento que el nifio experimenta durante afios antes de verse obligado a renunciar a él. ELEdipo, una —_Ese amor hunde sus rafces en la fusion y el historia olvidada posterior cuerpo a cuerpo con la madre, en la relacion cotidiana con los padres, esos gigantes, esos dioses que constituyen el centro del univer- so infantil. Dicho amor se transforma con el descubrimiento de los sexos y de la concepcién, momento en que cristaliza en un deseo que el nifio, chica o chico, expresa con naturalidad, sin complejo de culpa: «Cuando sea mayor me casaré con mama [0 con pap4].» Acto seguido se instala en la expectativa amorosa, que dura atios, desde los tres hasta los seis o siete, a veces inclu- so hasta la preadolescencia (y aun toda la vida, en un registro inconsciente). Ccurre, no obstante, que su paciencia llega a un limite: se ‘vuelve exigente, o bien se sume en el mal de amores y se le ve triste y enfermo, Procede entonces a desarrollar su estrategia o DDOLTO PARA PADRES (Mama ha salido y no ha dicho a qué hora volverian, dice la taimada hija a su padre), que en ocasiones llega al extremo de destruir la pareja que componen sus padres si éstos se muestran envidiosos por su causa (cuando han atravesado mal su propio Edipo y reviven con sus hijos el amor que profesaban a su pro- genitor, al cual no han sabido, o podido, renunciat) Es lo que los psicoanalistas denominan «entrada en el com- plejo de Edipo»: el enamoramiento y la expectativa. 'No siempre podemos captar la importancia de lo que siente elnino, sencillamente porque no lo soportartamos, s6lo nos se- ra posible vivir en propias carnes lo que éste experimenta a partir de nuestra propia experiencia olvidada, jpero lo cierto es que no deseamos volver a eso! Tendriamos que compren- der que nuestro hijo nos ama como nosotros mismos amaba- mos (0 amamos todavia) a nuestro padre o nuestra madre. Y precisamente se trata de algo de lo que desde hace tiempo ya no queremos ser conscientes, algo que hemos rechazado. Tampoco captamos en mayor medida la revolucién interior que representa el hecho de renunciar a ese amor. Todo cuanto el nifio ha hecho hasta el momento perseguia el objetivo de consumar ese amor incestuoso con uno de sus progenitores Era lo que le sostenia mientras realizaba todos sus progresos, afirma Dolto. — La castracion edipica — Como en los dems casos, la prueba de la castracion edipica comporta para Dolto una renuncia y un desarrollo; al renunciar a su esperanza de tener un hijo con su progenitor, el nitio sale del cfrculo restringido de la familia y se abre al mundo en todos sus aspectos. Sin dicha castraci6n edipica, todos sus intereses permanecerian anclados en el ambito afectivo y sexual, sin de- _ HACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE, 95 sarrollarse en los campos del saber y las relaciones sociales. Se- guiria siendo el siervo de su dios domeéstico. Lo que pone en juego para él el hecho de culminar de mane- ra adecuada la ruptura con ese primer amor es algo esencial: «salir del Edipo», como dicen los psicoanalistas, permite al nifio convertitse en un ser humano completo. Al aceptar someterse a la ley de la prohibicién del incesto, es decir, al saber con claridad que las relaciones sexuales con sus padres, hermanos y hermanas jamés se consumaran, el nitio aprende a dominar sus deseos. En lo sucesivo establecera una diferencia entre aquello que piensa, imagina o desea y su modo de actuar. Se sentira responsable de sus actos Elhecho de que el chico renuncie a ponerse en el lugar de su padre, y la chica en el lugar de su madre, implica que podran ser como ellos. Se identificaran con ellos, 0 sea, con unos padres que a su vez se hallan sometidos a la ley de prohibicién del in- cesto. Es entonces cuando aparece el sentido moral. Hasta el momento el nitio imitaba al progenitor en sus gestos, sus pen- ssamientos, queria parecerse a él. En adelante se identificara con ély compartira la misma ley, a la que ambos estan sometidos, como el resto de los hombres, por lo demés; se tomara plena- mente humano mo enunciar Ta prohibicién del incesto Asi pues, resulta esencial que los pa- dres puedan enunciar la prohibicion del incesto. En opinion de Dolto, se trata de algo que con demasiada frecuencia se da por hecho, y uno no se toma la molestia de manifestar claramente, con pala- bras, dicha prohibicion. Y sin embargo, es fundamental que el nifio pueda atribuir palabras a la cosa; de lo contrario, gcémo sabré que esta prohibido? {Cémo se enuncia la ley de probibicion del incesto? Es el padre quien debe verbalizarla al decir al chico, utilizando las % 7 DOLTO PARA PADRES propias palabras de Dolto: «Te prohibo a tu madre, porque es mi mujer-y porque te trajo al mundo, Ambas cosas son impor- tantes. Asimismo, tus hermanas te estan tan prohibidas desde el punto de vista sexual como tu madre.» A la nifa deben decfrse- le frases equivalentes. Huelga decir que la madre ha de corrobo- rar con claridad tales palabras, de lo contrario la situacién se vuelve perversa. Si, por ejemplo, el padre enuncia dicha ley y la made sigue prodigando excesivas caricias a su hijo, le esta dan- doa entender que la ley podria tener una excepcién. {Cuales son los puntos clave del enunciado de la prohibi- cin? El progenitor deseado queda vedado para el nifio porque est casado con el otro progenitor. Eso es lo esencial de la prohi- bicion del incesto. LA RELACION ADULTO/NINO La prohibicién de las relaciones sexuales entre adultos y nifios constituye una extensién de la prohibicién del inces- to. Es asimismo importante enunciarla con claridad, decir que est prohibido por la ley. Si el nifio sufre los abusos sexuales de un adulto {y recor- demos que para él todos los adultos proceden de los gigan- tes tutelares y benéficos que fueron sus padres en su tempra- na edad, y que le resulta dificil oponerse a ellos), no sabré resistitse porque ignoraré que «esté prohibido». Se debe hacer explicito también que hermanos y hermanas quedan asimismo prohibidos. Un incesto entre hermano y her- mana no constituye sino una manera disfrazada de trasladar la relacién hijo/progenitor. Con respecto al chico, otra razon de que la madre esté prohibida estriba en el hecho de que ha nacido de ella. Un HACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE. 97 vinculo incestuoso madre/hijo es, para Dolto, «como un rio que remontase hasta su fuente». Por ultimo, y éste es un punto esencial, la prohibicion no se establece porque «el rey dice: “Nos asi lo queremos"»; no es para imponer su voluntad y su deseo por lo que el progenitor la formula, aun cuando deba mostrarse firme y no transigir, sino porque él, a su vez, se halla sometido a esa ley, que no hace mas que representar, Lo cual se explica de la manera més simple del mundo: «Tampoco yo me casé con mi madre {o mi padre], ni con mis hermanas [o mis hermanos] », puede decir el progeni- tor. «Cuando seas mayor, encontrarés una esposa [o un marido, o bien una compafiera o un compafero] fuera de nuestra fami- lia, como hice yo, como hace todo el mundo.» Plantear asf las cosas supone poner en contacto al nifio con una ley que rige para todos los humanos. Supone asimismo in- vitarle a salir de la familia, a descubrir el mundo para encontrar en él una relaci6n amorosa. Por qué resulta dificil imponer la prohibicion Sin embargo, resulta dificil imponer esa prohibici6n. Para poder formu- lirsela al nifio, es preciso que uno mismo tenga clara la Tey, que haya «salido bien del Edipo», es decir, que haya renunciado al amor por su padre o su madre. Cada cual ha «salido» de él con mayor 0 menor fortuna, sin que sea del todo responsable de ese éxito a medias. Los padres han tenido algo que ver en ello, porque sus propios padres, a su vez... En esta causalidad en cascada no existe un culpable. Con objeto de situar claramente la responsabilidad parental en las neurosis infantiles, Dolto cita al respecto un dicho sacado de Ezequiel: «Los padres comieron las uvas, y fue a los hijos a quienes dieron dentera,» Esto puede aplicarse a todas las gene~ raciones, No obstante, no se trata de un destino ineludible: los acontecimientos de la vida, la intervencién, voluntaria o no, de 98. ‘DOLTO PARA PADRES ‘una persona, una reaccién personal (o bien una psicoterapia oun psicoandlisis) pueden romper la cadena. Se da tambien el caso de que los padres no formulen con claridad esa prohibicion porque no soportarian dejar de ser el centro del mundo para su hijo. Tales padres desean, sin saberlo, que la vocacién de sus hijos consista en satisfacerles. Como una ebuena madre», dirén al nifio: «Piensa en el dafio que nos ha- ces», 0 «Vivo solo para tix. Lo culpabilizarén antes que «cas- trarlo» enunciando la prohibicién del incesto. Esos padres, sos- tiene Dolto, no soportan verse a su vez castrados, es decir, renunciar a que el nitio satisfaga sus deseos. El pequenio toma parte activa en este proceso. En la ince- sante tentativa de seducir a su progenitor, intuye el inconscien- te tanto de su padre como de su madre. Sabe pulsar en ellos los puntos mal resueltos, De ese modo se desarrollan circulos vi- ciosos en los que el nifio llega a crear una relacion desdichada. Prefiere suftir antes que soportar la falta (ast es como vive la autonomia a la que no quiere acceder). A fin de colmar ese va- cio, sabré provocar azotainas (que pese a todo son seftal de in- terés) 0, por el contrario, conductas de exceso afectivo, dicta- das tinicamente por la culpabilidad del progenitor (le cual sabra suscitar). ‘Algunos padres jamas confiesan a sus hijos que tienen otros intereses en la vida distintos de él. Por otra parte, los hay que no tienen, de hecho, otro interés que su hijo, lo cual resulta todavia més inquietante. Tampoco éstos comprenden que la vocacién del nifio no consiste ante todo en satisfacerles. Se da el caso, por ejemplo, de que el marido o la mujer que tienen problemas en su vida de pareja proyectan sus expectativas en el pequefio; es- tan casados con él en vez de con su cényuge. Otro caso frecuen- teesel de la madre soltera que no tiene una vida amorosa satis- factoria. Es importante que todos ellos adquieran un polo de interés en la vida distinto de su hijo. HACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE, 99 Otros padres, en fin, creen representar la ley dando mues- tras de autoridad intempestiva. De hecho, no es el deseo de hacer respetar las reglas lo que guia su comportamiento, sino mas bien la manera que tienen de expresar sus desmesuradas expectativas con respecto a su hijo, También éstos son de la opinion de que el nifio debe satisfacerles en todo punto, Lo cierto es que, tras las apariencias, son dependientes de su hijo; siempre estén a la espera de una conducta o un gesto por par- te del nifto, no viven su vida ni aceptan que el pequefto viva la suya. — El Edipo en el chico — {Como transcurre esta fase en el chico cuando se supera con éxito? La entrada en el Edipo», como dicen los psicoanalistas, so- breviene hacia los tres afios, después de que el nif se haya re- conocido como futuro hombre capaz de engendrar un hijo. Se le ha explicado para qué servirin més tarde sus erecciones y sabe el papel que desempefiard en la procreacién. Por consiguiente, conoce la diferencia de sexos. Ahora bien, durante cierto tiempo todavia, la elegida entre las elegi- das, su todopoderosa madre, escapara de la humana condi- cién: en sus fantasmas inconscientes,’ es imposible que no esté dotada, al igual que él, de un pene. Sin embargo, tendra que acabar admitiendo que fue una nila pequeia como las demas. 1. Como ocurte a menudo, esta creenca no siempre es expresada drectamente porel nino. La interpretacin de sus palabras y de sus actos, ya sea en sesion de pst- coterapiao en otra pate, permite detectarlaen la mayors de los nos, 100 DOLTO PARA PADRES En el momento de ese descubrimien- to, suele ocurrir que el chico se nie- gue a obedecer a su madre como habia hecho hasta entonces, Se vuelve opositor; la madre ya no puede hacer nada al respec: to, como tampoco ninguna otra mujer. Si el padre esta presente y es valorado, se convierte-en su modelo. A él le obedece sin dificultad. Correspondera, pues, al padre hacer que el nifio respete la voluntad de la madre, repre- sentante en su ausencia de las érdenes que él dicta, Si la union de la pareja es fragil, el nifio corre el riesgo de volverse agitado o desarrollar trastornos del caracter. Ante todo, es preciso que el padre ocupe su lugar de padre, y que la madre soporte que su hijo «se le escape» y no se site al mismo nivel que él, que no se constituya en victima perseguida por el «nifio malo». Asimismo, debe haber tenido la posibilidad de aceptar la orden dictada por stt propio padre cuando era nia para que ahora acepte convertirse en la tepresentante de tin orden esta- blecido por su marido o su companero, es decir, el’ padre del nifioysin tener por ello la sensacion de estar desvalorizada. La entrada en el Edipo Elpadre sirve de modelo El padre servira también de mode- lo amoroso para el chico. Al princi- pio, éste vive sus desens de una forma surgida de la fase anal (véase capitulo anterior). Busca dominar, tomar posesién del cuerpo del otro para «percutirlo», escribe Dolto. El coito cons- tituye una penetracion agresiva que se ventila en el seno de una pulsion que Dolto denomina «parcial». En lenguaje adulto, po- driamos decir que para el chico el deseo y la relaci6n sexual son «cuestion de culo»; se trata de aportar satisfaccion a una parte del cuerpo, satisfaccion que se obtiene penetrando el sexo del otro con el pene, sin tomar en consideracion la totalidad de la persona, Se dal caso de que la representacion de la relacién amorosa | | HACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE io queda anclada en ese estadio, En primer lugar en los nifios, que describen la relacion sexual como una mecanica —por ejem- plo, eljuego de un pistén en un cilindro— o como el celo de los, animales, Pero también entre los adultos, cuando convierten la relacion amorosa en una cuestién meramente corporal o higi nica LAS {COSEDORAS DE BRAGUETAS»! Sies demasiado débil, el padre puede obstaculizar el de- sarrollo viril de su hijo. Ahora bien, también la madre puede entorpecerlo, con frecuencia porque no se siente «cémoda en su sexo». Una madre ecastra» a su hijo cuando se opone a que se vista como un chico o le impide correr riesgos, manifestar su fuerza... en definitiva, cuando él intenta expresar su virli- dad. Despierta en él angustias de castracién, sea por su comportamiento prohibitivo, sea al expresar su temor de que se haga dafio. En un intento de agradar a su madre, el chico trataré de renunciar a su virilidad regresando a estadios precedente. Veremos aparecer la enuresis, la glotonerfa, asi como tras- tornos corporales diversos. También en su manera de tener en cuenta a su madre, de respetarla, el padre sirve de modelo a su hijo. Este comprende que la relacion amorosa es una relacion de persona a per sona, que implica una compenetracién afectiva tanto como sen- sual, al qual que una responsabilidad, un compromiso con res- pecto al otro, Enese periodo, entre los tres y los seis aftos, el chico todavia 1. Expresién utizada por Dolo, 102 __BOLTO PARA PADRES, no ha integrado la prohibicion del incesto, aun cuando haya sido Claramente verbalizada. Necesitara tiempo para llegar a renun- ciaraél. Porel momento, existe demasiada diferencia de tamanio entre sumadre y él pero, como suele decirse para sus adentros, el tiempo arreglar4 eso. Esta creciendo dia tras dia... Por eso acepta esperar, porque es paciente. Y en la espera, busca contentar a la que un dia serd su mujer. En cuanto al rival, expresa sin ambages Jo que piensa al decir: «Cuando ti mueras, papa, me casaré con mamé.» El futuro esté henchido de promesas. Al chico le mueve entonces su deseo de parecerse a su padre. Lo imita en todos sus juegos, intenta actuar como él, si no mejor que él, lo quele permite desarrollar su destreza manual y verbal Es el momento de jugar a médicos, a papas y a mamés. Todos esos juegos manifiestan a todas luces un deseo incestuoso, Con las nifias, juega a desnudar y a desnudarse, Tales retozos erbti- cos, afirma Dolto, son del todo normales y no hay nada repren- sible en ellos. Si bien no existe razén alguna para culpabilizarle por ello, tampoco la hay para prestar una atencién demasiado participativa, lo cual resultaria perverso. Es preferible dejar que el nino «viva su vida», sin estar en todo momento encima de él Mientras espera hacerse mayor, el chico juega a la guerra, lo que le permite matar a numerosas figuras paternas, sin atentar contra su padre, al que quiere tanto como odia, De ese modo aprende a establecer la diferencia entre lo real y lo 1maginario. Si por desgracia se da el caso de que el padre muere, ello de- sencadena la confusién de géneros, y lo real va al encuentro del fantasma, Tal «victoria» origina un trauma: se siente culpable por haber matado a su padre, como si su deseo hubiera tenido un poder magico. El golpe de gracia se produce si la madre, 0 1. Lo eual no son capaces de hacer los adultos cuando juegan ede verase ala quer, matando en los eenerigos» a una figura patera que se Temonta ese perio- do edipico, _ _ | | HACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE, 103, alguna otra persona, le da a entender o le explicita: «Eres el es- ponsable de la muerte de tu padre.» Nunca volvera a levantar cabeza por completo, Un conflicto imposible Asi es como se va desarrollando pro- gresivamente el conflicto edipico; el deseo de dar un hijo a su madre es cada vez més claro y mas in- tenso y, al mismo tiempo, la imposibilidad de cumplir ese deseo resulta mas y mas manifesta, Porque atin es demasiado peque- fio, porque su madre le deja claro que le quiere en segundo lu- gat y no en primero y, sobre todo, porque su padre se opone a ello enunciando la prohibicion del incesto. El chico empieza por enfrentarse a ese rival a causa del cual conoce el veneno de los celos. Todas las razones son buenas para ctear conflictos. En esos momentos lo que el nifto necesita es un padre de buen temple, que resista los ataques sin ponerse agresi- ‘vo a su vez y sin provocar su culpabilidad, Si el padre se muestra demasiado débil, el nifiose siente culpable debido a sus ataques, Jos refrena y, a causa de ello, su viilidad se ve entorpecida ‘Aun cuando el padre y la madre desemperien adecuada- mente su papel, el pequefto experimentara culpabilidad y te- mores. Se trata de algo constitutivo de la experiencia edipica, por grandes que sean los deseos de los padres de ahorrar todo sufrimiento a su hijo, UN COMPLEJO NADA SENCILLO. sPor qué se le llama «complejo de Edipo»? Por referencia al mito de Edipo, de acuerdo, pero spor qué ecomplejox? Porque ese periodo ve surgir un nudo de conflictos que el nifio debe superar a fin de desarrollarse. El chico no sélo ama a su madre, porque sigue siendo la reina de la que proviene y la elegida de su coraz6n, sino que 104 DOLTO PARA PADRES asimismo la detesta. Le ha decepcionado puesto que est desprovista de pene, y porque no cede a sus avances se- xuales. Con respecto a su padre, no sélo experimenta odio hacia el interdictor, sino que al mismo tiempo le quiere; es un mo- delo al que desea imitar, y siente también hacia él una atrac- cidn sexual pasiva que, en forma sublimada, constituird el fundamento de las sociedades masculinas (ejército, comu- nidad deportiva, etc.): En consecuencia, el conilicto con el padre para gozar de la madre se duplica (se triplica) con la adicién de otros dos conflictos: ama y no ama al mismo tiempo, tanto a su padre como a su madre. 2Cuél es el origen del temor esencial del chico? Su propia agresividad, que se vuelve hacia él «a modo de un bumerén», podriamos decir, El nifio mide a su padre con idéntico rasero: le atribuye la misma agresividad que experimenta él su respecto. Los psicoanalistas dicen que «proyecta» sus propios sentimien- tos; en todo momento inconscientemente, y a veces de manera consciente, el chico piensa que su padre lo considera un rival y que quiere eliminarle, en especial en el terreno donde él desea pecar... Fl nifia pequenio cree que si las nifias carecen de pene es. sin duda porque se lo han cortado y que, por consiguiente, a él puede sobrevenirle idéntica desventura. Tales fantasmas se de- sarrollan inconscientemente: cuanto mas desea el chico dar un hijo a su madre, més se expone al peligro de ser castrado por su padre, Podrfamos decir que asi es como el nitio se arma de va- lor. Para sustentar el deseo que siente por su madre debe en- frentarse a un peligro imaginario. LHACERSE UNA MUJER, HACERSE UN HOMBRE, 105, Lasalida del Edipo Poco a poco el chico integra el hecho de que debe abandonar la lucha con el pa- dre y volverse hacia otras mujeres (0 futuras mujeres) distintas de su madre. Acaba por darse cuenta de que la lucha resulta init, tanto mas cuanto que la madre ya ha elegido al padre (si- quiera sea para concebirle). Sedael caso de que el nifio entra entoncesen una fase depresi- va, Puesto que su madre le esta prohibida, su sexo se vuelve irriso- rio, inuitil. Se siente desvalorizado y desvaloriza todo deseo, en cocasiones de modo definitivo. De ese modo entra en la «fase de la- tencia» de su sexualidad, que se prolongard hasta la pubertad, — El Edipo en la chica — Aligual queen el aso del chico, para a chica todo empiezacon el descubrimiento de la diferencia de sexos. Como ocurtia con él, tal descubrimiento no lo transforma todo de un dia para otro. La nifla pequefia comienza por desarrollar una relacion heterose- xual con su padre y una relacién homosexual con su madre, la cual —aiin no lo ha puesto en duda— se halla provista de aque- lo que ellano tiene. Notenerlo El descubrimiento de la diferencia de sexos supo- ne un desengaiio para la chica: ella no tiene ese ¢aparato», valorado porque supone «un afadidos y sobrevalo- rado por nuestra cultura (siempre y cuando la cultura familiar se muestre acorde con ello). La nifia niega ante todo los hechos; necesitard verificar su existencia mas de una vez para aceptar esa realidad que la hiere y la pone celosa, Entonces quiere aga- mar lo que le falta, de modo que lo toma y tira de él; «es mio», afirma, Si su talante no es tan agresivo, cuando menos le apete- ce verlo, jugar con él, Mas tarde ese sentimiento de envidia se 106. ‘DOLTO PARA PADRES _ transforma en su contrario, sin duda mas facil de sobrellevar: empieza a despreciar a esos chicos que, segiin sostiene Dolto, le recuerdan demasiado su dolor, y encuentra en ellos mil motivos para consideratlos inferiores. En esa primera época, provisional y pronto rechazada, olvi- dada por siempre jamés," la chica se siente desfavorecida y atri- buye a su madre el maltrato que ha tenido que sulrir. En sus fantasias, piensa que su madre le ha arrebatado un pene del que habia sido dotada al principio, como todo el mundo. Recorde- mos que en ese momento atin cree que su madre tiene uno (y tal creencia, como toda creencia, no es susceptible de ser invali- dada por las observaciones que pueda llevar a cabo; aunque no loves, jsu madre tiene uno!) Elaprendizaje de A la edad de tres 0 cuatro aftos, el nifio la seduccion ain vive en un universo magico, donde el imaginario todavia no ha sido «castradon, «para utilizar la terminologia de Dolto; es decir, que no ha re- nunctado a la creencia segiin la cual lo imaginario acta sobre lo real o, formulado de otro modo, que decir es hacer. Es a esa edad cuando la nifta realiza una experiencia que jamds olvidars. Como sabemos, le gusta mostrarse, exhibirse. Si el entorno es positivo, eso quiere decir que la admiran como ella admira a los chicos porque estén dotados de un pene. Para ella es como si lo tuviera, se dice, en una «ldgica ilogica» que caracteriza al in- consciente. De ese modo inicia el aprendizaje de la seduecién. Cabria decir que, al seducir, muestra aquello que no tiene,? ha- ciendo de su cuerpo entero un equivalente falico. 1. Y que las mujeres adultas negerin haber vivido en su infancia: de hecho, para calificar esta epoca de me- tamorfosis. El adolescente es como un bogavante o una langos- taen el momento de la muda, firma; como ya no tiene capara- z6n, acusa todos los golpes, los cuales dejaran huella bajo la nueva piel. Por consiguiente, resulta esencial mostrarse espe- ialmente atento en el didlogo, sin imponer ni reglas ni com- portamientos, Sin embargo, es demasiado tarde para eso. Hacia los once atios, el adolescente conoce una intensa acti- vidad amorosa de indole imaginaria. Esla época de los fans y los {dolos. Ya no encuentra sus modelos en la familia, sino en el ex- terior. Sus padres han dejado de constituir una referencia para 41. Sélo le anima un deseo: «salir», fisica y psiquicamente, del Ambito familiar. Los grupos de amigos le ayudan a realizar esa escapada, le sirven de relevo en su busqueda de la autonomia. Los signosde La adolescencia termina, afirma Dolto, una adolescencia cuando se alcanza esa autonomfa, Como bien concluida se reconoce? El adolescente deja de tener en cuenta la oposicion y las angustias de sus padres a la hora de actuar y tomar decisiones. Ya no se sien- te culpable por separarse de ellos ni confia en cambiarlos, y la representacién que se hace de si mismo deja de depender de 2 _DOUTO PARA PADRES ellos, En ese sentido, muchos adultos han conservado algo mas que una chispa de adolescencia... — Revivir el Edipo — Con el empuje adolescente y la aparicion de los caracteres sexuales, los conflictos edipicos reaparecen si no han sido re- sueltos en su momento, Es muy importante ayudar al nifioa su- perarlos antes de los trece afios, es decir, cuando atin esta proxi- ma la infancia y los padres pueden desempefiar todavia (por poco tiempo) un papel de referencia como ocurria en ese perio- do. De lo contrario, sostiene Dolto, cabe prever la aparicién de trastornos importantes cuando se alcance la autonomia y se to- men opciones amorosas, alrededor de los dieciocho aftos. Se da el caso asimismo de que aparezcan emociones amoro- sas que no fueron vividas con anterioridad. El nifio y la nifia no sapen qué hacer con las emociones er6ticas que les despiertan las personas de su entorno (padre, madre, hermanos, tios). No pueden hablar de ello, sobre todo a aquellos a quienes desean 0 creen desear. A menudo buscan librarse de tales tentaciones masturbéndose. Todavia con més frecuencia, tratan de olvidar esos deseos y se repliegan en s{mismos. Entonces caen en la de- presiOn y todo les produce fatiga. — El primer amor — El primer amor supone un momento crucial, porque marca el fin dela infancia y porque cuando se acaba o fracasa surgen afectos en ocasiones traumatizantes, hasta el punto de provocar en el adolescente el deseo de morit. Es frecuente que el primer amor constituya un fracaso, ya ( | | | | | | | | | | | | } } | DE LA FASE DE LATENCIA A LA PUBERTAD 123 que se dirige a una persona que no puede ser un companero (es mis mayor, o ya tiene pareja, o sencillamente se muestra indife- rente) Francoise Dolto distingue dos casos de figura, ambos desa- fortunados. Laestrella Suele ocurrir que la persona amada sea objeto ylalombriz de una idealizacion tan grande que el adoles- cente no ve cémo podria hacerle participe de su atraccién. Adorna al objeto amado con las mas extraordinarias cualidades, y se considera tan poco a la altura en relaci6n con ese ser admirable que no osa llamar su atencion. A partir de ese ‘momento, la situacién se vuelve insostenible; el adolescente su- fre una indiferencia que é1 mismo alimenta al no manifestar sus sentimientos. Tal estado de cosas evoca en él la situacién edipica vivida entre los cuatro y los seis afios con su padre o su madre: el objeto amado ama a otro, y él percibe que esta de mas y se siente rechazado, Sufre en silencio la tortura de unos celos ‘que es incapaz de expresar. O bien se sume en la depresién, o se venga de la indiferencia del objeto amado. Puede manifestar reacciones violentas, dirigidas contra s{ mismo (suicidio) 0 con- tra la persona amada, Tal es el caso cuando el adolescente no ha tenido ocasion de vivir lo que Dolto denomina «una castracién promocionante», es decir, cuando la prohibicion del incesto le ha sido explicitada con brutalidad, sin miramientos, y sobre todo sin dejarle la posibilidad de reconstruirse (de otro modo que amando a su progenitor) aun cuando se le valore. Te quiero, Asi, se dael caso de que el objeto elegido no res- ti tampoco ponda al deseo amoroso, sea porque ama a otra persona, sea porque no es un compafiero adapta- do. El adolescente no siempre toma opciones realistas: ama a ‘una persona que ya vive en pareja, o que est demasiado alejada read DDOLTO PARA PADRES de él porla edad o la situaci6n social, Si consigue declararse, se ve obligado a soportar un rechazo, que inconscientemente aso- cia con otro fracaso experimentado en la infancia: el fracaso edt- pico. En efecto, en esa época ya tuvo que sufrir el rechazo de su padre o su madre, Todas las emociones de ese periodo resurgen ahora, en especial siel conflicto edipico fue mal resuelto 0 n0 se resolvi6 en absoluto. Entonces el imaginario se impone. El adolescente se siente culpable por amar 2 una persona que considera prohibida, como cuando era nifto (aun cuandoen realidad el objeto de sus deseos actuales no esté prohibido). La negativa en boca de la persona deseada recuerda la prohibici6n del incesto verbalizada en la infancia. LA CULPABILIDAD ADOLESCENTE Con frecuencia los adolescentes experimentan culpabi- lidades puramente imaginarias, desproporcionadas. Se sien- “ten aplastados por una condena todopoderosa cuyo eco ha- Ilan tanto en si mismos como en su entorno. Francoise Dolto ve en ello el efecto de castraciones fra- casadas. El adolescente interioriz6 en el momento de la in- fancia, y conservé, una imagen de sus padres tal como se comportaron con él, la imagen de unos padres a los que complacia mostrarse autoritarios con objeto de manifestar su poder sobre su hijo. Los percibfa como tadapoderosos; a sus ojos, Sus prohibiciones no ténfan como finalidad prote- | gerlo de los peligros que atin no estaba en edad de afrontar ‘en un momento dado, No supieron ensefiar a su hijo que en ocasiones resulta necesario desobedecer, si se trata de un acto voluntario y reflexivo. La prohibicién bien planteada debe ser comprendida por el nifio como protectora y no absoluta (excepci6n hecha de la prohibicién del incesto). Y si bien éste debe respetarla, _DE LA FASE DE LATENCIA A LA FUBERTAD 1s ha de poder ejercer asimismo su espiritu critico. Es lo que no permiten los padres a los que satisface disfrutar de su po- der sobre su hijo, aquellos que se tienen por todopoderasos. Los efectos se acusan al llegar la adolescencia. Esa culpabilidad puede ocasionar efectos graves y llevar al suicidio en los casos mas extremos. Es asimismo susceptible de provocar enfermedades psicosomaticas o depresiones Es importante que una persona proxima pueda escuchar al adolescente; una persona neutral, sobre todo no el padre ni la ‘madre, cuya posicién, en este caso de reviviscencia del Edipo es la menos adecuada, Una abuela, un tio, un amigo de la fami- lia o incluso otro adolescente que desempene el papel de confi- dente pueden, con su escucha positiva, ayudar al joven a salir airoso de la prueba y revalorizarse. 9 En familia Lafamilia Yaen 1961 Dolto insistia en la crisis de la fami- hecha aficos lia. La pérdida de los puntos de referencia es general, afirmaba, y se manifiesta, entre otras cosas, en el eclipse del papel del padre. Los padres ya no tienen nada de prestigioso a los ojos de sus hijos, y toda manifestacion de autoridad se percibe como autoritarismo. Se han perdido las raices, el entorno permanece anénimo para esas familias a las que las exigencias (y las ambiciones) profesionales condenan a mudarse con demasiada frecuencia, y que solo piensan en largarse (salir del reducido domicilio, de la ciudad estresante) cuando se acerca el fin de semana, El locus familiar ya no tiene nada de intimo. Su apertura al mundo, siquiera sea gracias a la television y a sus miles de in- formaciones y de personajes por lo general desprovistos de interés, no lo ha enriquecido. La familia se esta convirtiendo en sede de un show permanente, donde todos ansfan hacer acto de presencia. A imagen del politico, de la estrella o del participan- te en el concurso televisivo, todos buscan ser plebiscitados en lugar de simplemente ser. 128 DDOLTO PARA PADRES — La educacion de los hijos — Lanaturaleza sin embargo, sostiene Dolto, mas alla de las conmociones sociales, la naturaleza humana permanece invariable, Siguen haciendo falta tres para que nazca un nifto. Con frecuencia, la primera educaci6n es obra de ambos padres, lo que le parece indispensable al menos hasta la edad de seis afios. Mas adelante veremos que no tiene por que tratarse forzosamente de lo que lla denomina «padres de nacimiento» Incluso cuando los padres no se hallan presentes, los nifios evan en su interior una idea del padre y la madre. Es una ley psicol6gica, afirma Dolto, que apela con regularidad a la na- turaleza humana, Segin parece, todos levamos en nosotros tuna idea tipo del padre: un hombre cuya presencia es discon- timna, que da su apellido al nifto, representa la ley ¢ introduce en el mundo social y profesional. La madre es aquella que re- conforta y cuida, la que aporta una presencia corporal conti- nua, at menos hasta los siete afios, mas o menos; y también aquella que constituye el objeto por excelencia de las apeten- cias sexuales. humana no cambia Dos necesidades: Piense uno lo que piense de tales arqueti- latriadaylaley pos psicol6gicos, y ya esté Ia familia des- membrada, sea monoparental, «de geome- tra variable» o haya sido sustituida por una institucién, es necesario que el nifio se sitiie entre una instancia paterna y una instancia materna. Sélo en una relacion de tres pueden transmi- tirse las leyes, con el fin de ayudar al nifio a desarrollarse. ‘Allo largo de los capitulos precedentes hemos visto cémo el desarrollo del nino viene medido por lo que Dolto denomina castraciones, que pasan por el enunciado de probibiciones tan pronto como el pequefio posee rudimentos de lenguaje, En EN FAMILIA 19 nuestra época de crisis permanente e incertidumbre, resulta ms importante que nunca recordar el papel crucial de las leyes que los padres estan obligados a transmitir. Dolto distingue dos tipos de leyes 1) Las destinadas a proteger al nifio, y que desaparecen a medida que éste va creciendo. Se trata en general de prohibicio- nes enunciadas en el seno de la familia y sus prolongaciones na- turales (la nifiera, la maestra), 2) Las que sobrepasan el ambito de la familia y provienen de la colectividad de la que el nifio y su familia forman parte. Por ejemplo, la obligacién escolar o la probibicién de robar.! Es esencial que los castigos previstos sean administrados, no s6lo para hacer respetar la ley, sino también por el bien del nifto, pues una infraccién que no es sancionada deja a éste entregado a suculpabilidad. Lo que significa igualmente que los padres ja- mis deben tratar de preservar a su hijo de las sanciones de que es objeto (en la escuela, por ejemplo) La perversidad En cuanto a la relacion que los padres man- de los padres tienen con las leyes, y. de modo mas general con la educacién, Dolto habla a menudo de perversion, en un sentido muy preciso. Con mayor frecuencia de lo que se cree, afirma, los padres tratan de hacer que su hijo retroceda antes que contribuir a su desarrollo con miras al futuro. Eso es lo que la psicoanalista entiende por perversién: mantener al nifio en la infancia, para el placer de los padres y pese a su intenso deseo de crecer. Los ejemplos que proporciona son multiples y de muy diversa indole: impedir al 1. Tales probibiciones som las propias de una comunidad, No son naturales ni ‘ezernas en tiempo de guera est permiido(e incluso se recomend) mataral vec node allende la fronter entre ls gitanos,aproplarse de los bienes de un payono se considera un robo, ec 130 DOLTO PARA PADRES nino que llore tapandole la boca con una tetina equivale a dejar que crea que siempre hallaré tetinas sustitutorias cuando expe- rimente alguna carencia; obligar a una criatura a mostrar hébi- tos de higiene en el momento en que la madre lo decida supone no respetar st ritmo natural de desarrollo, etc. La perversidad consiste asimismo en educar al nifto en la idea de que debe proporcionar placer a sus padres, asi como satisfacerlos. Ahora bien, en opinion de Dolto, los padres no estan ahi para ser amados sino para proveer al desarrollo del hijo. El mandamiento biblico reza: «Honrards a tu padre y a tu madre»; no es casual que su texto no estipule: «Amaras a tu padre y a tu madre.» Dolto no deja de repetir: los padres tienen todos los deberes y ningiin derecho, ni siquiera el de ser ama- dos. ¥ concluye con esta frase definitiva: «Los seres humanos no estén hechos para aglutinarse los unos con los ottos en un circulo cerrado» Igualmente, habria podido anadir: en las familias cerradas en s{ mismas flota siempre un tufillo a in- esto. Subyace una gran violencia en estas palabras, sin duda ligada al caracter franco y directo de Dolto. No cabe ver en ello s6lo el ajuste de cuentas en relacion con un contencioso que se remon- ta a su propia infancia, sino més bien un intenso fervor en de- fender a esos miles de nifios a cuyos sufrimientos, consecuencia de las actitudes de tantos padres, ha prestado oidos. En efecto, para la psicoanalista existen multitud de padres perversos. Al mismo tiempo, como hemos visto, Dolto no arroja la pri- mera piedra a los padres, no les acusa. En ocasiones recurte a la imagen de las colisiones multiples de vehiculos en la auto- pista. Si uno embiste el coche que le precede porque el que le sigue ha embestido el suyo, uno es responsable, mas no culpa- ble. Un nifto que sufre constituye el producto de una colisién maltiple de al menos tres generaciones; ninguna de ellas es culpable, sin que por ello deje de ser responsable. Asi, no exis- . EN FAMILIA rey ten las madres buenas o malas, afirma, Si un nifio ha nacido de una mujer, és porque la ha deseado; en una palabra, la ha he- cho madre {Cémo no ser un progenitor perverso? ;Como ser, en la medida de lo posible, un buen padre? No existe receta universal. Co- rresponde a cada cual inventarlo, a partir de su propia historia, de su familia, de su hijo, Resulta mds facil describir en qué con- siste una educacion negativa, es decir, aquello que uno debe evitar hacer. En cualquier caso, Dolto vuelve una y otra vez sobre algu- nos puntos de referencia, de los cuales ya hemos tenido diver- s0s atisbos. Ser padre no es una profesion No basta con formarse o con informarse para adquirir competencias de progenitor. La im- plicacion con respecto al nitfio es demasiado vviva para no despertar todas las resonancias inconscientes, ast como al nifio que uno mismo fue. Ser padre significa avanzar por intuicién y, en consecuencia, ser capaz de confiar en uno mismo y al mismo tiempo ponerse en tela de juicio. PADRE Y PAPA, MADRE Y MAMA, Para un nifio, «padre» no es sindnimo de «pap», ni «madre» de «mama», sostiene Dolto. A su modo de ver, «mamy y «papas designan a todos los adultos que lo to- man a su cargo y le aportan la seguridad necesaria para su desarrollo. Cuando esta presente la confianza, el nifio llama con facilidad «mamé» 0 «papa» a la persona que se ocupa de él. Muchas madres se.alteran cuando, al reencontrarse 13 2 DOLTO PARA PADRES con su hijo tras una jornada de trabajo, le oyen llamar emamé» a la persona que lo cuida. De inmediato las embar- gan la culpabilidad 0 los celos. No obstante, pueden tener Ta seguridad de que para el niffo siempre seran su madre. «Uno puede tener treinta y seis mamas, pero sdlo tiene una madre», dice Francoise Dolto. Iguaimente, se da el caso de que una nifia 0 un nifo lla- men a su padre «maméy. Se trata de un témino de recono- cimiento que da cuenta del hecho de que el padre ha toma- do a su cargo la satisfaccién de sus necesidades vitales (alimentaci6n, cambio de ropa...). {No por eso ha cambiado de sexo alos ojos del pequetio! Dolto cita asimismo casos de inversién de nombres, como cuando el nifio llama «mama» a su padre y «papas a su madre. Para él, eso no significa una pérdida de puntos de referencia. Si se le pregunta quién es cel sefior» y quién «la sefioran, no se equivoca. Simplemente, el vocabulario in- fantil no es el nuestro. El padre y la madre no son forzosamente los adultos que se oclipan del pequefio. Sin embargo, en palabras de Dolto, siguen siendo el padre y la madre «de nacimiento. Ella so- lia utilizar ese vocabulario con los nifios, que la compren- dian perfectamente El padre y la madre de nacimiento son aquellos que con- cibieron al nifio. Aun cuando la pareja se separe, incluso aunque el nifio no conozca a su padre 0 su madre, es impor- tante que se le diga que estuvieron unidos. Y para Dolto no se trata de una figura retérica; en efecto, para que un hom- bre y una mujer conciban un hijo, es esencial que estuvie- ran unidos, al menos en su deseo inconsciente, en el mo- mento de la concepcién. A ojos del nifio, negar esa unin implica negar su misma existencia, puesto que equivale a rechazar su origen. En la actualidad, numerosos nifios que comparten te- EN FAMILIA cho con lo que se denomina enuevas» parejas tienen un padre de nacimiento y un papé que los cria. Ambos son importantes, y no deben confundirse. El nifio necesita a los dos, ya coincidan en una sola persona o se trate de dos dis- tintas. Luego, se trata de que los padres eduquena sus hijos, a ries- go de desagradarles. «Si el nifio declara: “No te quiero" —escri- be Dolto—, se debe responder: “Eso no tiene la menor impor- tancia, no has nacido para quererme.”» Convertir El objetivo fundamental de la educacion estriba en auténomo en conseguir que el nifto'llegue a ser auténo- al nifio mo. En consecuencia, hay que dejarle tan libre como sea posible, sin imponerle reglas super- fluas. Un ejemplo: a partir de los tres aftos de edad, el nino pue- de gozar de libertad total en lo que respecta a la comida y la ropa. Para el nino, la educacion siempre es mala Hagan lo que hagan los padres, su educa- cién siempre es mala a ojos de sus hijos Solo deben preocuparse en caso de que el nifio los encuentre perfectos. Como mini- ‘mo, tal sumision es sefial de que no le han permitido desarrollar el espfritu critico que resulta imprescin: dible para conquistar la autonomia.! Para Francoise Dolto, su caso esté claro: no gozan de buena salu. 1. Yaun en el caso de que los padres fuesen, de hecho, perfecto, s importante que sus hijos les eritiquen, a fin de aleanzar la autonomia (la cual no puede conce- derse) ————_—— ort [DOLTO PARA FADRES Unpadre siempre Del mismo modo, agotarse en demostrat al nifo que uno tiene razén supone que- rer dominarle a fin de estar en paz con la propia conciencia. Es preciso poder aceptar este hecho sin cilpabilidad: a ojos del nit, el progenitor se equivoca la ma- yor parte del tiempo. se equivoca Un padre puede Fl progenitor hace lo que puede. No tiene mostrarse injusto por qué representar un papel magico, So pretexto de tranquilizar a su hijo, decla- randose infalible; no lo sabe todo, ni lo puede todo, y debe ser capaz de decirio, Para Dolto, nada impide a un padre declarar: «Puede que me equivoque, quizé sea injusto, pero asi son las cosas.» El fendmeno que un periodista denomin6 «doltoma- nia» no es obra de Francoise Dolto; ella no arrastra a los padres fa someterse a la tiranfa de un modelo de progenitor perfecto (con respecto al cual, por definicion, s6lo podrian estar en una osicion falsa). Flideal no pertenece a este mundo, ni siquie~ ral ideal psicoanalitico; aun cuando los pa- dres fuesen ejemplares, su hijo presentaria de todos modes, en wn momento u otto, trastornos que pueden ser causa de inquietud. Siempre hay épocas dificiles de pasar. ‘Asi pues, no es posible evitar todo sufrimiento al nifto. Tal ‘vez sea lo més dificil de aceptar para un padre El sufrimiento es inevitable — Hermanos y hermanas — En a obra de Dolto encontramos consejos de tipo educativo que conciernen a las relaciones entre hermanos y hermanas. Se trata sobre todo de consejos para regular los conflictos, ya en la EN EAMILA 5 convivencia cotidiana entre ellos, ya con ocasién de un naci- miento por lo que respecta al primogénito. Nada de imitaciones entre hermanos y hermanas Dolto insiste en que cada nifio tenga la posibilidad de llevar a cabo su propio desarrollo con independencia de sus hermanos. No puede ser de otro modo desde el momento en que los padres consideran a cada uno de sus hijos una persona singular, con necesidades y un ritmo de evolucién propios. Por eso se muestra muy critica con respecto a toda actitud. que favorezca la imitaci6n entre hermanos. Con frecuencia los padres toleran menos las imitaciones cruzadas hermano/her- mana, pero suelen permitir —e incluso recomendar— con bas- tante facilidad que el pequefio tome como modelo a su herma- no mayor, o la nifia a su hermana mayor. La constitucion de tales binomios, siempre compuestos de un dominante y un do- ‘minado, perturba el desarrollo tanto del uno como del otro du- rante mucho tiempo. Cuando un nifio comete una travesura en compatifa de su hermano mayor, Dolto aconseja castigar al benjamin antes que al otro, pues ha cometido dos erzores: por una parte la travesu- 1a en si, pero ademés ha imitado a su hermano sin discerni- miento, sin dar prueba de espfritu critico. Como situarse en En las situaciones de conflicto abierto en- los conflictos tre hermanos, Dolto ofrece consejos rebo- santes de buen sentido + No tomar jamés partido ni mezclarse en la disputa, lo que significa rechazar los chivatazos y hacer que todos los implica- dos (presuntamente responsables victimas) paguen, o repa- ten, lo que se haya roto. 136 DOLTO PARA PADRES _ ‘+ Mostrarse comprensivos con las quejas verbalizadas por unos y otros, es decir, tener en cuenta los pesares expresados (puesto que se pronuncian, eso significa que el nifto los vive realmente), sin tratar de «consolar al pobre chiquitin» y exclu- yendo toda condena y todo juicio desfavorable. Celos del primogénito Uno de los primeros trabajos de Dolto se centraba en los celos del primoge- nito al nacer el segundo. Para toda persona, afirma, el bienestar va ligado a situacio- nes que permiten desarrollarse, alcanzar la plenitud. Hasta ese momento, los padres no han hecho sino aportar al primogéni- to situaciones de ese tipo. Cuando un recién nacido aparece en la familia, el primer impulso del mayor, a imitacién de sus padres, consiste en quererle. Es entonces cuando se siente en peligro pues, para él, amar se confunde todavia con «ser como». Querer al recién nacido implica volverse como él: in- .capaz de caminar, privado de lenguaje, comerse a su madre De ese modo, el mayor es invitado a regresar a comportamien- tos y a una imagen corporal que le resultan extrafios y amena. zadores para su integridad. Con el fin de acercarse a su herma- nito, volverd a hacerse pipi de noche o durante el dia, a hablar como un bebé, a recurrir al biberén y a perder la autonomia que habia conquistado. Es importante no desvalorizar tales conductas (lo que supondria sumar agravios a las desdichas que ya sufre el primogénito) y comprender hasta qué punto constituyen una manera de buscar la relacién con su hermano menor. Con objeto de luchar contra ese peligro de regresi6n, el ma- yor recurre a una primera defensa: evitar al bebé, fingir que no existe, Para lograrlo, puede legar a desarrollar estados de estu- por y de insensibilidad susceptibles de preocupar a quienes le Todean. Cabe estimar que logra superar ese mal trance cuando = = EN FAMILIA bz rechaza activamente al benjamin manifestando agresividad, que los padres interpretan como celos. ‘Asf pues, que el primogénito se vuelva agresivo es una bue- na sefial. Cuando declara que el bebé es insoportable, feo, ton- to, cuando reprocha a sus padres haberlo traido al mundo, jhay que pensar que va por buen camino! Esa violencia es absoluta- mente normal, y esta bien que se exprese. En modo alguno se debe condenar al mayor por tales palabras, ni tratar de perstia- dirle de que quiere mas a su hermanito o hermanita de lo que cree, Es necesario escucharle con benevolencia. Cuanto mas in- tensos son esos sentimientos, afirma Dolto, en mayor grado permiten la constitucién de una fuerte personalidad. Aconseja no reprimirlos, ni culpabilizar al nifio por expresarlos. Basta con dejarle hacer su propio trabajo para elaborar y «digerir» por st mismo la situaciéon. SITUAR AL PRIMOGENITO EN SU EDAD Para evitar al hijo mayor las situaciones de regresién, ha- bré que animarle a desarrollarse a su ritmo ya su modo, sin recurrir a pedirle que se ocupe del bebé. Es bueno que reali- ce actividades propias de su nivel y que, en caso necesario, se le preste apoyo para ello (que Heve a cabo actividades con su padre, entre hombres, asf como con nifios de su edad). Dolto relata que con uno de sus propios hijos se propuso adopiar los sentimientos de su primogénito, diciendo: «Es ver- dad que este pequefiajo es desagradable, llora sin parar y ni si- quiera sabe jugar.» jEntonces el mayor empez6 a defender a su hermanito! La razén es que al hijo mayor le embargan senti- mientos encontrados, a un tiempo de amor y de odio. Si se le permite «abrir las compuertas» de lo que interpretamos como 138 DOLTO PARA PADRES celos, saldra por st mismo de ese trance delicado y podré esta- blecer una relacién de amor con el bebé recién llegado, a ima- gen de los adultos que le rodean. Para Dolto, la conquista del primogenito consiste en poder querer a alguien sin verse impelido a actuar, pensar y ser como él, Sin. esa diferenciacion, resulta imposible aceptar que otro piensa de manera distinta a la de ‘uno sin sentirse en peligro, puesto en tela de juicio en su ser, es imposible asimismo permitirse pensar de modo distinto a otro, salvo si se entra en conflicto con él. Sin esa distincion entre querer» y «ser como», no puede existir ni cooperacion ni rela- ciones sociales. La conquista de la libertad individual se llevard a cabo progresivamente (y no siempre por completo, como sa- bemos). Poder diferenciar querer a alguien» de user como él» + —Los padres separados — Elnino siempre se siente herido por la separacién de sus pa- dres, ya sea declarada y levada a la practica,o bien vivida a tra- vés de las palabras y los gestos mudos de una pareja que no lle- gaa separarse aun cuando se halle desunida, Una separacién asumida no es el peor acontecimiento Dolto insiste en que no hay nada peor que esas falsas parejas que, debido a la desdichada situacién por la que atravie- san (a menudo por falta de madurez), se encuentran en la incapacidad de mantener una relacién auténtica con su hijo. Las parejas que no se aman no pueden ofrecer al nifio sino una mera apariencia, que por cierto no le engafia, al menos en el inconsciente, pues, en igual medida que [EN FAMIUA 139 lo que se dice, o las demostraciones que se hacen, son los he- chos del dia a dia y las maneras de ser lo que confiere sentido y proporciona puntos de referencia al nifio, En una pareja «en fal- so», el pequetio no encuentra las ‘imagenes femenina y masculi- nna que necesita para construirsé. Es en el seno de tales familias donde se encuentra a los nitios con trastomos més graves, Después de todo, si los mieinbros de la pareja ya no se quie- ren yno pueden vivir juntos, siempre es mejor recurtiral divor- cio. Si bien no ahorra sufrimientos al nifio, al menos los proble- ‘mas estan sobre el tapete. Entonces resulta posible una solucién, aunque con ciertas condiciones. Francoise Dolto confié siempre en el dinamismo y la inteligencia de los nifios. En este caso tam- bien es cierto, Hablar al nino La condicion primera y primordial estriba en decir al nifio, cualquiera sea su edad, que sus padres se ven en la obligacion de separarse, y decirselo con la suficiente antelacion para que pueda prepararse. Sin embargo, hablar de la separaci6n al pequefto no significa verbalizarle crudamente los sentimientos que a uno le embat- gan: «Tu padre nos abandona porque hay otra mujer, porque es un intil, porque es un alcohélico, un sinvergienzan, 0 «Tu madre se va porque es una zorra, porque ya no te quiere». En tales momentos de crisis, hablar con demasiada crudeza no ayuda en modo alguno al nifio. NO DECIR NADA ES LO MISMO QUE HABLAR No hablar al nifio de la separacién de los padres implica darle a entender que es preciso ocultarla, que hay algo ver- gonzoso en ella, lo cual produce dos tipos de efectos. Si los padres no pueden hablar de su separacién, es porque se oe DOLTO BARA PADRES [ vive como una transgresién. Ahora bien, todo aquello que | siempre se mantiene oculto es como si se ocultara asimismo bajo las mantas; para el nifio, lo que sus padres no airean tiene que ver con sus relaciones sexuales. Este guardard el secreto de la separacién como se oculta cuanto tiene rela- cién con el placer sexual, e incluso con el goce mismo. A partir de ese momento evitard hablar de ello, privandose ast de un modo de elaborar su sufrimiento, al tiempo que se ais- lade los dems nifios; sc6mo invitar a los amigos a casa, por ejemplo, cuando se quiere ocultar que los padres se han di- vorciado? 2Quién se equivoca? La propia justicia afiade lenta al fuego al @Quién tiene razén? — tratar de identificar a una victima y un culpable en los procesos de divorcio. La cuestion no estriba en saber a quién asiste la razon y quién esta gquivocado, cuestién, por lo demas, demasiado dificil de zan- jar. Tal mujer solo ha podido elegir a un hombre duro y violen to, un «macho ibérico», y luego tiene que morderse los nudi- los; tal hombre no ha podido elegir sino a una mujer nifia, que se revela irresponsable y voluble... La eleccion de pareja, jamés inocente,! condiciona a menudo la evolucién y el fin de la rla- cion. Una logica de acusacién, ataque y defensa no puede sino agravar el desasosiego del nifio. El progenitor «que se equivo- ca» es desvalorizado, mientras que el otro puede posicionarse como victima, lo cual no supone un valor superior, mientras que el pequetio, para construirse, necesita una buena imagen tanto de su padre como de su madre 1, Aquise trata de los motives inconscientes de Te eleccion amorosa,desgracs damente neuroticos. EN FAMILIA Peor todavia seria decirle: «Si til no existieras, esto no habria ocurrido», o algo mas retorcido: «Si nos separamos es por tu bien.» El nitio siempre encontrar razones imaginarias para creerse culpable de la separacion de sus padres, asi que no tiene sentido confirmarlas en la realidad, ja menos que uno desee marcar a su hijo para toda la vida!

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