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El sistema de la Restauración

Se denomina Restauración a la vuelta de los borbones a España en la persona de Alfonso XII en 1875,
así como al régimen político del último cuarto del siglo XIX, que estudiaremos en esta lección, y del primer
cuarto del siglo XX, en que el sistema entró en crisis.

El diseño de este sistema correspondió a Antonio Cánovas del Castillo, siguiendo el modelo bipartidista
inglés. Se buscó el fin de los pronunciamientos militares, la prosperidad económica y la estabilidad, lo que
significaba congeniar el liberalismo y la monarquía, el catolicismo y la tolerancia. La muerte de Alfonso XII
dio paso a la Regencia, por lo que podemos distinguir dos períodos:
Cánovas configuró un sistema político semejante al parlamentarismo británico con dos partidos políticos
que aceptaban la monarquía liberal, la Constitución de 1876, y que llegaban a pactos para turnarse
pacíficamente en el poder, práctica que dominó la vida política de los gobiernos de la Restauración.

Los dos grandes partidos del comienzo de la Restauración fueron el Partido Liberal-Conservador y el
Partido Liberal Fusionista, conocidos como "conservadores" y "liberales" respectivamente. El turno
pacífico exigía moderación y aceptación de las reglas del juego por ambos partidos, así como renunciar al
recurso al ejército, al que se intenta dejar al margen del sistema.

No se trataba de partidos modernos de masas, tal como los conocemos hoy, con sus sedes,
agrupaciones, y afiliados, sino de partidos de notables, es decir, de la reunión de varios líderes políticos
cuya función era mantener unidas las facciones con sus respectivas clientelas, sus órganos de prensa y
sus apoyos locales, basados en calculados repartos de beneficios.

El líder debía tener un gran carisma para aglutinar a todas las facciones, ya que si un partido perdía la
unidad interna mientras estaba gobernando, el rey podía quitarle su confianza y llamar a la oposición para
que formara nuevo gobierno y convocara las elecciones para un nuevo parlamento. El nuevo ejecutivo
sistemáticamente ganaba las elecciones, casi siempre cometiendo fraude electoral

Las fuerzas opositoras al régimen de la Restauración estuvieron compuestas por seguidores de distintas
opciones políticas: republicanos, carlistas, socialistas, anarquistas, y otras organizaciones de distinta
inspiración que habían quedado inicialmente fuera del sistema bipartidista.

La oposición fue, sin embargo, leve, debido a la división existente entre los distintos grupos que
componían cada una de estas organizaciones y a la dificultad que demostraron para enraizar en la
sociedad y arrastrar a unas masas que no estaban formadas políticamente.

Los regionalismos y nacionalismos periféricos también cuestionaron el modelo centralista del Estado
en la Restauración

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