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Ya se estudió en otro tema que Dios, después de haber creado todas las
cosas, creó al hombre: a Adán y Eva, de los que descendemos todos.
Dios crea a todos los hombres. Con la colaboración de los padres forma el
cuerpo, y, directamente, Él crea de la nada el alma que infunde en ese cuerpo.
El alma es lo que da vida al cuerpo. Todo esto quiere decir que cada uno de
nosotros hemos sido creados por Dios. Ha pensado en cada hombre, nos ha
amado y, como fruto de ese amor, nos ha creado. Además, como dice la
Sagrada escritura, nos ha creado a "su imagen y semejanza" (Génesis 1,26).
El libro del Génesis nos dice que Dios formó el cuerpo del hombre "de barro de
la tierra", y le inspiró en el rostro "aliento de vida". Con estas palabras tan
sencillas Dios nos dice que formó al hombre de una materia que ya existía y
que, después, creó directamente de la nada u alma y la unió a ese cuerpo.
Después de Adán y Eva, los hombres recibimos el cuerpo de nuestros padres,
pero el alma la recibimos directamente de Dios.
El hombre y la mujer han sido creados por Dios en total igualdad como
personas humanas, pero con diferencias morfológicas y peculiaridades
psicológicas. "Ser hombre" o "ser mujer", pues, es una realidad buena y
querida por Dios. El hombre y la mujer son, por tanto, con la misma dignidad,
"imagen de Dios".
Curso de Catequesis. Don Jaime Pujol Balcells y Don Jesús Sancho Bielsa.
EUNSA. Con la autorización de Don Jesús Sancho
SUGERENCIAS METODOLÓGICAS
4. Propósito de vida cristiana. Procurar ser agradecidos con Dios, que nos ha
creado y cuida de nosotros con amor. Aprovechar especialmente la Santa Misa,
que es un acto infinito de acción de gracias.
CATECISMO
1. ¿Qué es el hombre?
El hombre es un ser racional y libre, compuesto de alma y cuerpo, creado por
Dios a su imagen y semejanza.
ORACIONES
-¿Hice bien mis confesiones anteriores o callé algún pecado mortal por
vergüenza?
-¿He quitado lo que no era mío? ¿He devuelto lo que me han deja do? ¿He
hecho trampas en el juego?
-¿He pensado o hablado cosas impuras? ¿He mirado cosas sucias dándome
cuenta?
-¿He luchado en seguir los consejos de mis padres o del sacerdote para
mejorar en mi vida espiritual?
Después, ten dolor de los pecados. Es sentir pena por haber ofendido a Dios;
Él es nuestro Padre, nos ama y no se merece que le ofendamos. Tener dolor
de los pecados es muy importante, ya que si no nos arrepentimos de ellos, no
se nos perdonan aunque nos confesemos. Para manifestar ese pesar puedes
decirle a Jesús esta jaculatoria: “Señor, me duele haberte ofendido con estos
pecados”. Cuanto más grande sea tu arrepentimiento, más tiempo de
purgatorio se te perdona en la confesión.