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MIEDOS TRAS EL TERREMOTO

¿CÓMO ENFRENTARLOS EN FAMILIA?

La tragedia del 27 de Febrero ha sido un evento que sin distinción, provocó efectos emocionales en todas
las personas; algunos más, otros menos…pero a todos alcanzó de alguna forma en este sentido...

A esto se debe sumar más aún la exposición a veces directa y otras indirecta, a pérdidas materiales, de
rutina diaria, de condición familiar, entre otras consecuencias que se suman a la potenciación de secuelas
que pueden ser llamadas con toda propiedad como “psicológicas”…pero ¿qué hacer con esto?, ¿es una
tarea que se asume sólo para los hijos e hijas?, ¿hay tiempos definidos para su duración?...

Lo cierto es que todo lo que se haga para enfrentar la re construcción emocional, involucra asumir que
adultos, jóvenes y niños tienen el mismo derecho de estar viviendo un estrés de alta intensidad, de
hecho, en el esfuerzo de los padres y madres por evitar que los hijos e hijas se vean afectados, la falta de
contención entre adultos puede provocar a largo plazo, cuadros ansiosos inesperados. Esto es muy
necesario de tener en cuenta, porque toda la conducta parental proyecta de una u otra forma, el estado
emocional de los adultos, hacia los hijos…y esto puede generar ansiedad no vivida en un principio por
este grupo. Por lo tanto, ADULTOS, TRATEN DE EXPRESAR ABIERTAMENTE LO QUE HAN
SENTIDO Y PENSADO, en la medida que se hable, se va trabajando el miedo.

Algunas sugerencias extraídas como criterios comunes entre psicólogos infantiles son las que siguen a
continuación:

• Frente al retorno a clases, se debe transmitir desde el adulto, que el colegio es un lugar seguro, que
tienen un plan de emergencia para enfrentar situaciones como ésta y que existen adultos que se
harán cargo de ellos. Que existen distintas formas de protegerse estando en él.
• Hablar de las experiencias post terremoto con ellos ya que esto les permite simbolizar y elaborar
su miedo y/o dolor. Promover un ambiente de confianza en el cual los niños se sientan cómodos
para hacer preguntas. Esto se puede realizar estando en familia o destinando ciertos espacios de
tiempo.
• Retomar los ritmos habituales como el juego y rutinas domésticas, de forma paulatina y
respetando los ritmos de cada niño o niña, por ejemplo, al momento de volver a su pieza.
• Controlar la cantidad de información expuesta sobre el terremoto, considerando sobretodo,
detalles que pueden ser mal elaborados. Considerar los criterios evolutivos de casa grupo de niños
y jóvenes.
• Informarles sobre aspectos positivos que simbolicen periodo de reparación tras el terremoto,
resaltando la importancia de esto como oportunidad de ser solidarios, valorar la familia, los
amigos, etc.
• Entregar sentido optimista pero que al mismo tiempo, permita canalizar ansiedad, por ejemplo,
organizar campañas de ayuda no sólo alimentos, sino juguetes, plantar un árbol en el patio o
jardín.

Finalmente, el miedo es una emoción también necesaria, permite estar alerta y defensivos ante el peligro,
por lo tanto, tampoco hay que coartar el miedo ni reprimirlo, sino, reconocerlo y validarlo…ya pasará!

Ps. Paulina Soto

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