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Universidad de Uppsala
Anders Rudqvist
Departamento de Sociología
i
PREFACIO
∗
Los datos estadísticos aquí presentados han sido extraídos de las siguientes fuentes: United Nations, Yearbook
of National Accounts Statistics 1977 (Nueva York, 1978: vol. II, tabla 3), OIT/ILO, Anuario de Estadisticas del
Trabajo/Yearbook of Labour Statistics 1982 (Ginebra, 1982: tabla 2-A), Economía de los Países
Latinoamericanos (Moscú, 1978: tabla 7, p. 326), N. Buenaventura, “Proletariado agrícola” (Estudios
Marxistas, Revista Colombiana de Ciencias Sociales, Bogotá, 1969: no. 1, p. 32). Véase también: Joan E.
Garcés, Desarrollo Político y Desarrollo Económico. Los casos de Chile y Colombia (Madrid, 1972).
ii
de enlace entre la clase obrera urbana y el campesinado, asegura la viabilidad de dicha
alianza.
Pablo Suárez
Director de Investigación del CELAS
iii
1. Introducción
En este trabajo se analizará el desarrollo de la organización campesina más importante de la II
posguerra mundial en Colombia: la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC).
Trataremos de establecer el significado y las consecuencias políticas y organizativas en este
desarrollo de las intervenciones del Estado, de los partidos políticos de izquierda y de los
grupos de investigadores sociales independientes.
El gobierno se vio obligado a organizar a los campesinos como un grupo de presión a favor de
la reforma.
1
La ley de reforma agraria, Ley 135, se promulgó en 1961, durante el gobierno de Alberto Lleras Camargo. Los
objetivos de la reforma eran modernizar el sector agrario, aumentar su productividad e integrarlo al desarrollo
capitalista del país. Otro objetivo fue pacificar las áreas rurales afectadas por la acción de la guerrilla.
1
Otro factor que también ha de haber jugado un papel a más largo plazo, es la posibilidad
contemplada de usar la organización campesina como apoyo en futuras elecciones y como
maquinaria electoral propiamente.
Se definió como usuario a cada campesino que hubiera utilizado, estaba utilizando o iba a
utilizar los servicios del Estado ofrecidos dentro del sector rural. Esta definición dio todos los
campesinos la posibilidad de afiliarse alas asociaciones locales de la nueva organización. La
organización se vio fortalecida por el hecho de que las instituciones estatales para el agro, por
decisión del gobierno, tuvieron que incluir representantes de la ANUC como participantes en
sus procesos de planeamiento y decisión. Se estableció que la participación campesina seria
voluntaria, gratuita y apolítica.
La íntima colaboración del gobierno reforzó obviamente la posición de los campesinos y, por
lo menos hasta 1970, cuando se posesionó el presidente conservador Misael Pastrana Borrero,
los campesinos apoyaron la política agraria del gobierno.
2
Gustavo I. de Roux: The social basis of peasant unrest. University of Wisconsin, Ph.D thesis, 1974, pp. 329-
330.
2
El Primer Congreso Nacional de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, tuvo lugar
en julio de 1970, un mes antes de finalizar el mandato de Carlos Lleras Restrepo. El congreso
significó la constitución oficial de la ANUC y, además de 380 dirigentes campesinos de
diferentes partes del país, participaron el presidente, el ministro de agricultura y varios
funcionarios de las instituciones agrarias del gobierno. Según la información oficial, había en
ese momento 845.000 miembros registrados en las Asociaciones Municipales de Usuarios
Campesinos, asociaciones que alcanzaron el número de 450, habiendo atendido a los cursos
6.800 dirigentes campesinos. Durante el congreso, los campesinos presentaron su primera
Declaración de Principios.3
2.2. Fin de la política agraria reformista - comienzo del conflicto con el Gobierno
El final del mandato de Lleras marcó una etapa en el desarrollo de la organización campesina.
Durante los cuatro años de la presidencia de Lleras, los campesinos habían demostrado un
grade relativamente alto de confianza en la voluntad del gobierno de aplicar la reforma
agraria. Los usuarios defendieron INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria)
contra los ataques de los terratenientes y los políticos conservadores, pues tenían conciencia
de que el instituto se encontraba en una situación caracterizada por limitaciones legales y
financieras.
Después de 10 años de “reforma agraria”, sin embargo, los campesinos concluyeron que los
resultados de tal reforma eran prácticamente nulos en lo referente a la estructura de la tenencia
de la tierra en Colombia. Ni siquiera durante el gobierno de Lleras, el más favorable a la
reforma agraria, se habían podido nivelar en algo los índices extremadamente altos de
concentración de la tierra.4
3
Declaración de Principios del Primer Congreso Nacional de la ANUC, Ministerio de Agricultura, Bogotá 1970.
4
Bruce Michael Bagley y Fernando Botero: Organizaciones campesinas contemporáneas en
Colombia: un estudio de la asociación nacional de usuarios campesinos (ANUC). En Estudios Rurales
Latinoamericanos No. 1, enero-abril 1978, Bogotá, p. 67.
3
A partir de la presidencia del conservador Pastrana Borrero, empezó a desarrollarse la crisis
en las relaciones entre el gobierno y la ANUC. El nuevo presidente trató de afianzar la
dominación conservadora sobre el movimiento campesino y reemplazó a los promotores
Lleristas. Se nombró nuevo personal en el Ministerio de Agricultura, algo que también afectó
las relaciones entre la ANUC y el nuevo gobierno.5
Otro factor que contribuyó a agudizar la crisis fue el deterioro objetivo de las condiciones de
vida de los campesinos en la mayoría de las zonas rurales del país, en parte como
consecuencia del cambio estructural del sector agrícola causado por la modernización y la
penetración del capitalismo en el campo, y, por otra parte, debido a la resistencia opuesta por
los terratenientes contra la reforma agraria, que se expresó en muchos casos en desalojos y
represión de los campesinos. La mencionada Ley 1 de 1968 se constituyó particularmente en
un elemento de conflicto entre los campesinos y terratenientes, encontrando estos últimos más
eco en el gobierno de Pastrana que el logrado en la administración anterior, para sus
exigencias de represión de los campesinos.
4
En el Primer Mandato Campesino, la ANUC expuso más detalladamente su posición
radicalizada respecto de la reforma agraria en cuanto a las expropiaciones de tierras, la
propiedad privada y social y la cooperación agraria (organización de cooperativas de
autogestión campesina).
En la practica, sin embargo, la ANUC había utilizado las recuperaciones de tierras ya desde
mediados de 1970, como un medio de acelerar la reforma agraria9, y, durante los primeros
años de la década de los años 70, se produjeron miles de tomas de tierras en diferentes partes
del país, pero con especial intensidad en la Costa Atlántica.
Fue igualmente en la Costa donde se hizo la mayor parte de experiencias en cuanto a llevar a
la práctica los planteamientos teóricos acerca de los CERAs, lanzados en el Primer Mandato
Campesino. Según Orlando Fals Borda, la formación de CERAs se circunscribió
principalmente a los departamentos de Córdoba, Caldas, Sucre y Atlántico.10
En medio de ese enfrentamiento agudo y masivo entre la ANUC, por un lado, y el gobierno y
los terratenientes, por el otro, se realizó el Segundo Congreso Campesino en Sincelejo, Sucre,
entre el 20 y el 24 de julio de 1972. En ese momento, el movimiento campesino se había
constituido en la mayor organización izquierdista de masas de Colombia y la lucha campesina
por la tierra alcanzaba un auge nunca visto hasta entonces.
Los Usuarios confirmaron en ese congreso su rechazo total de las políticas agrarias del
gobierno, dieron a conocer su intención de impulsar las tomas de tierra y se vieron obligados a
establecer el pago de pequeñas cuotas a sus miembros para contrarrestar la suspensión del
apoyo financiero e infraestructural del gobierno. Reuniones posteriores del Comité y de la
Junta Directiva Nacional indicaron que la recolección de estas cuotas constituyó un proceso
difícil y lento, por lo que 1a organización tenia severas limitaciones de carácter financiero.11
9
Bagley y Botero: obra citada, p. 68.
10
Orlando Fals Borda: obra citada, p. 170.
11
Bagley y Botero: obra citada, p. 71, citando Informe General del Comité Ejecutivo a la VIII Junta Directiva de
Usuarios Campesinos reunida en Bogotá del 7 al 13 de enero de 1973, en Documentos de la ANUC: La tierra es
p’al que la trabaja. Editorial La Pulga, Medellín, pp. 88-110.
5
de veredas. Este esfuerzo cobró importancia debido a la actividad divisionista realizada por
ANUC-Línea Armenia, una organización paralela fomentada y controlada por el gobierno. La
maniobra para crear la Línea Armenia se había iniciado a través del Ministerio de Agricultura
a partir de 1971; tomando la organización aquel nombre, después de un congreso de
campesinos controlado por el gobierno y efectuado en la ciudad de Armenia, después del
Segundo Congreso de Sincelejo.
Durante el Segundo Congreso hubo un gran debate sobre las implicaciones de las consignas
del movimiento campesino, “Tierra para quien la trabaja” y “Tierra sin patrones”. La última
consigna reflejaba la orientación socialista que había recibido la ANUC de los intelectuales
del Bloque Socialista, en tanto que la primera expresaba una posición más moderada, de-
fendida por otros sectores políticos partidarios de la revo1ución democrático-burguesa o
democrática y popular. Según los dirigentes del Comité Ejecutivo de la ANUC, las dos
consignas no eran necesariamente contradictorias, sino que ”Tierra sin patrones” representaba
el objetivo a largo plazo, en tanto que ”Tierra para quien la trabaja” resultaba un objetivo más
inmediato.
El conflicto sobre las consignas, sin embargo, se convertirá en una controversia prolongada
dentro del movimiento y contribuiría a las divisiones futuras.
12
Entrevista con el Comité Ejecutivo de la ANUC (Froilán Rivera, Jaime Vásquez, Noel Montenegro, Antonio
Poveda, Richard May, José Reyes). En la revista Alternativa No.14, 20 de agosto de 1974, Bogotá, p. 17.
6
2.4 La nueva política agraria no reformista
Se demostró por lo tanto, con una claridad meridiana, que los campesinos no podían esperar
ningún cambio de sus condiciones sociales y económicas bajo el sistema político imperante en
Colombia. La respuesta de la ANUC a la política agraria del gobierno de Pastrana, fue una
serie de movilizaciones de las masas campesinas combinadas con nuevas recuperaciones de
tierras que continuaron hasta el final de la administración Pastrana. Aparte de las tomas de
tierras, la organización hizo uso de paros cívicos en varias regiones, de marchas campesinas y
de ocupaciones de las oficinas del INCORA, como medidas para dejar sentir la presencia y las
exigencias de los campesinos organizados. El siguiente presidente, López Michelsen, cuyo
mandato comenzó en agosto de 1974, se limitó a cumplir el Acuerdo de Chicoral y a
continuar y profundizar la política agraria iniciada por Pastrana, dirigida principalmente hacia
la constitución de grandes explotaciones capitalistas en el sector agrario.
Como un apéndice de esta política y para disminuir los riesgos del brote de explosiones
sociales y el crecimiento de la guerrilla en las zonas rurales, se propuso un programa de
Desarrollo Rural Integrado (DRI), bajo las orientaciones del gobierno de los Estados Unidos y
las grandes instituciones crediticias internacionales (Banco Mundial, BID), que, ante el
fracaso de las reformas agrarias en América Latina, inventaron esta nueva fórmula para
mantener el status quo político y la calma social en el continente, mientras se impulsaba el
desarrollo del capitalismo y la modernización, de las grandes explotaciones agrícolas.
Aparte de los objetivos políticos, el programa del DRI buscaba, por medio de la canalización
de créditos y asistencia hacia los pequeños productores - los mayores productores de alimento
para el consumo interno - mejorar la productividad de ese sector. El programa DRI no tenía
ninguna ambición que tendiera a la redistribución de las tierras.
2.5. El Tercer Congreso Campesino - Comienzo del reflujo del Movimiento campesino
A fines de agosto de 1974 se inició el Tercer Congreso de la ANUC-Línea Sincelejo, con una
impresionante marcha de campesinos en Bogota. Se calcula que superaron la cifra de 40.000
personas13 los participantes en la marcha inicial del Congreso.
13
Bagley y Botero: obra citada, p. 73.
14
Entre otras cosas debido al allanamiento y la confiscación de los archivos de la organización que efectuó el
ejército por orden del ministro de Agricultura, en diciembre de 1975.
7
periodista Germán Vargas, que en un articulo en El Periódico a fines de Agosto de 197415
estima que, después de la división de 1a organización, la Línea Sincelejo se había quedado
con alrededor de 300.000 campesinos, representando la Línea Armenia apenas a 10.000.
Asimismo estima que cerca de 500.000 miembros dejaron la organización a consecuencia de
la división.
El Tercer Congreso rechazó enérgicamente, como es obvio, la política agraria del gobierno
López, por favorecer únicamente a los grandes propietarios o empresarios de las
explotaciones capitalistas modernas.
El Congreso de 1974 tuvo como uno de sus resultados más significativos el que salió a flote
una gran crisis política e ideológica que se gestaba dentro de la organización desde hacia
algún tiempo. Esta crisis se expresó en las posiciones contrapuestas de diferentes corrientes
respecto de cuestiones tales como la recepción y manejo de recursos económicos provenientes
de fuentes externas al movimiento. El debate acerca de ello tendría una gran repercusión en la
región de Córdoba y consecuencias inmediatas para el movimiento campesino y el trabajo de
La Rosca16 en esta región. La delegación de Córdoba en el Tercer Congreso defendió la ayuda
externa como útil y necesaria para desarrollar la consolidación y el trabajo de organización en
una época de aguda carencia de fondos.
15
Historia de la ANUC ilegal. El Periódico, 31 de agosto de 1974, pp. 1-4.
16
Fundación de investigadores independientes para la investigación-acción.
17
Holanda, Alemania, Suecia. Es importante destacar que la ayuda económica de estos países no provino de
entidades gubernamentales sino de organizaciones religiosas o voluntarias sin ánimo de lucro. Los fondos fueron
entregados sin condiciones políticas e ideo1ógicas.
8
delegaciones del Congreso. Antioquia y Guajira registraron su desacuerdo y otras 3
delegaciones se dividieron al respecto.18
Uno de los puntos más importantes de los debates del Tercer Congreso se refirió,
subsiguientemente, al control político y burocrático de la organización. Las agrupaciones
maoístas jugaron el papel más destacado en esos ataques sectarios y agresivos a los sectores
políticamente independientes de la ANUC. El Congreso se constituyó en una demostración
deprimente de la inmadurez política de algunos sectores de la izquierda colombiana y, como
consecuencia, del gran vacío en el que se encontraban las organizaciones de masas del país en
lo que toca a orientación política e ideológica. El carácter de las intervenciones de estos
grupos y las consecuencias para el Congreso y el movimiento campesino se revela claramente
en las siguientes citas:
Por una parte, hubo una abierta actitud de hostigamiento a la mesa directiva, basada en
intereses de grupo que podían haber sido tratados a otros niveles.
Durante el III Congreso se inició también el debate de una habla ido gestándose en el período
anterior al trataba del carácter mismo de la organización campesina. Si ésta debiera
permanecer como una organización fundamentalmente gremial-sindical, o si, por el contrario,
había la necesidad de que se convirtiera en un partido político.
18
Alternativa No.16, septiembre 16 a 29 1974, pp. 5-6.
19
Presidente del gobierno colombiano 1970-74.
20
Alternativa No. 16, septiembre 16 a 29 1974, p. 6.
21
Alternativa del Pueblo. Julio de 1975.
9
la necesidad de algún organismo que pudiera ligar las consignas y luchas gremiales
inmediatas con una estrategia para un cambio social más amplio y a largo plazo.
Este proceso había venido dándose antes del Tercer Congreso. Durante este, se limitó a la
protocolización.
A nivel nacional, el organismo de la ANUC que más combatió los activistas y grupos
políticos dentro de la organización campesina fue la llamada Comisión Política, que
posteriormente, en 1975, se constituiría en la Organización Revolucionaria del Pueblo (ORP).
Todos los grupos políticos de izquierda de Colombia se mostraron muy críticos respecto del
intento del sector del Comité Ejecutivo y la Comisión Política de la ANUC de formar' un
Partido Agrario. La iniciativa también creó Mucha confusión en Sucre y Córdoba, regiones
que nos interesan particularmente en este trabajo. Inmediatamente después del Tercer Congre-
so, Orlando Fals Borda fija la posición de La Rosca respecto de esta cuestión, en una
entrevista publicada en la Revista Alternativa:
22
Persecución ideológica, política y administrativa (N. del E.).
10
también con intelectuales que hayan adoptado esa ideología proletaria. Sólo así puede
pensarse en un verdadero movimiento político que incorpore a todos estos sectores...
Seria absurdo pensar en un partido exclusivamente de campesinos, que olvidara el
papel histórico dirigente que esta llamado a desempeñar el proletariado. Inclusive las
nuevas fuerzas políticas o populares aquí planteadas pueden sumarse a organizaciones
existentes, que demuestren comprensión del problema y correctos métodos de trabajo.
Desde otro punto de vista, no debe olvidarse el gran aporte campesino a la
radicalización de la actual lucha de clases y su cuota de mártires, héroes y
encarcelados; su desafió a la propiedad privada; su esfuerzo por recuperar elementos
culturales e históricos que ha colocado al servicio de la revolución; la incorporación de
la mujer a esta lucha. En toda lucha existen aliados actuales y potenciales. La
experiencia y la observación han indicado que son los jornaleros y las gentes sin
tierras los que han sido más combativos en la ANUC, especialmente en las regiones
donde el capitalismo empieza a arraigarse. Es decir, se cumple aquí la regla marxista
del papel de vanguardia del proletariado del campo. Pero la experiencia también ha
enseñado que los pequeños y medianos propietarios pueden alinearse con el
proletariado agrícola, en la medida en que la ANUC plantee reivindicaciones a estos
sectores de clase, estos lucharan al lado de los jornaleros.23
El conflicto entre el Comité Ejecutivo de la ANUC y los diferentes grupos políticos acerca de
la cuestión del Partido Agrario y el "anarcosindicalismo” se agudizó durante el per1odo
posterior al Tercer Congreso. Las posiciones se volvieron más radicales y sectarias de una y
otra parte. Patria Roja, un órgano maoísta, caracterizaba la política del Comité Ejecutivo y la
Comisión Política de la siguiente manera:
Nos parece, sin embargo, que la responsabilidad mayor por el surgimiento de esa situación,
recae en los grupos y partidos de izquierda que fueron los que, por lo menos en Córdoba y
Sucre, iniciaron la macartización y persecución política de los dirigentes campesinos
independientes, así como de los intelectuales que participaron en el proceso. Hay que buscar
la explicación del surgimiento de este tipo de "trabajo político”, en el carácter de estos
partidos y en su particular interpretación de la concepción bolchevique respecto de la
construcción del partido. Lo que buscaban esos grupos políticos era fundamentalmente
controlar la organización campesina e impartir la línea política. Se trataba, en la terminología
de Teodor Shanin, de "acción política guiada” por parte de un grupo o movimiento "externo”
al campesinado:
23
Entrevista con Orlando Fals Borda. Revista Alternativa No. 16, septiembre 16 a 29, 1974, Bogotá, p. 9.
24
A un año del Tercer Congreso de ANUC. Patria Roja No. 1, septiembre de 1975, pp. 1-6. Citado por Bagley y
Botero, Ibid.
11
The common factor found in all these very different movements is the existence of a
closely-knit group of activists, having its own impetus, specific organisational
structure, aims and leadership - a group for which the peasantry is an object of
leadership or manipulation. The peasantry, in this case, may be “used” (i.e. delibe-
rately tricked into some action alien to its own interests) or “led to achieve its own
aims”: yet, the very definition of “aims” is in the hands of qualitatively distinct
leaders. The peasants interests and attitudes are only one of the factors to be taken into
account by them.25
Los dirigentes campesinos del Comité Ejecutivo, durante el Tercer Congreso y el periodo
siguiente, se dedicaron a combatir y defenderse de la oposición de los grupos políticos, ac-
tivos tanto dentro como fuera de la ANUC. Pero también surgió una oposición interna en el
movimiento, promovida, no tanto por la influencia de los grupos políticos, como por la misma
composición de clase de la organización campesina. Esta, como se puede deducir del origen
mismo de la organización, siempre fue heterogénea, y la ANUC, por otro lado, nunca com-
prendió a todos los hombres de trabajo del campo colombiano. Este hecho fue apenas una
consecuencia de las relaciones de producción predominantes y las circunstancias particulares
que caracterizaron la formación de la organización. Obviamente se puede discutir si es
posible, o siquiera deseable, aspirar a tener una sola organización representando a todos los
trabajadores del campo; al respecto, los dirigentes del Comité Ejecutivo indican algunos
problemas en la entrevista anteriormente citada:
No obstante, después del Tercer Congreso se produjo un debate interne en torno alas políticas
de la ANUC con relación a los grupos del campesinado que estaban representados la
organización. Se trataba principalmente de las que reflejaban los intereses de los pequeños y
medianos propietarios (créditos, mercadeo, mejoras infraestructurales) por un lado, y, por
otro, los intereses de otro grupo: el campesinado sin tierra (luchas por la recuperación de las
tierras). Los intereses de estos grupos no son obviamente antagónicos o mutuamente
excluyentes, sino que tienen más bien un carácter complementario, especialmente a largo
plazo. A corto plazo y para la formulación de políticas inmediatas pueden surgir conflictos
entre los diferentes grupos.
Orlando Fals Borda, en la entrevista citada anteriormente, toca este tema e indica dónde hay
que poner el énfasis en el desarrollo de la política y las acciones del movimiento campesino,
cuando dice: “la experiencia y la observación han indicado que son los jornaleros y las gentes
sin tierras los que han sido más combativos en la ANUC, especialmente en las regiones donde
el capitalismo comienza a arraigarse … Pero la experiencia también ha enseñado que los pe-
25
Teodor Shanin: Peasantry as a political factor. En Shanin (ed.) Peasants and peasant societies. Penguin Books,
Harmondsworth 1971, p. 257.
26
Entrevista con el Comité Ejecutivo de la ANUC. En la revista Alternativa No. 14, 20 de agosto 1974, Bogotá,
p. 17.
12
queños y medianos propietarios pueden alinearse con el proletariado agrícola. En la medida
en que la ANUC plantee reivindicaciones a estos sectores de clase, éstos lucharán al lado de
los jornaleros”.
En el fondo sucede que el DRI, al menos teóricamente, esta dirigido a satisfacer las
reivindicaciones que la Comisión Política le esta planteando a la ANUC (crédito,
asistencia técnica), desde que se abandonó realmente la lucha por la tierra. Esas son
consignas que, alejadas de la lucha por la tierra, sólo le sirven al campesinado rico y a
las capas del campesinado medio que el gobierno quiere ablandar enriqueciéndolas.
Porque reivindico el carácter gremial de la ANUC, cuya dirección fue asaltada por un
grupo para atacar políticamente a la izquierda. Porque rechazo la posición triunfalista
sobre unas luchas que hace rato no se dan, porque no se promueven. No se promueven
reuniones, ni análisis de los problemas, ni programas de lucha. La ANUC esta en
reflujo, no sólo por la vasta represión en los campos sino porque su dirección ha
preferido abandonar estas tareas, en aras de la macartización a los revolucionarios.
Además, porque se ha subordinado la lucha por la tierra a la lucha por el crédito y
porque no se impulsa la alianza con el proletariado agrícola, sector decisivo para las
luchas campesinas. La dirección de ANUC se ha convertido en una secta que quiere
vivir de las glorias pasadas. Mientras tanto, la represión se ha convertido en un
verdadero reto para el movimiento campesino y para todo el movimiento
revolucionario.27
El Comité Ejecutivo, a través de su control sobre una gran parte del financiamiento externo,
había logrado crear un importante aparato burocrático compuesto de activistas y promotores
de la organización, a nivel nacional y regional. Este aparato se utilizó para promover la
política y la posición del Comité Ejecutivo ante las críticas de varias de las Asociaciones
Regionales. En páginas siguientes veremos algunas de las expresiones de ese proceso en los
departamentos de Córdoba y Sucre.
Durante aquel periodo, el trabajo político del Comité Ejecutivo adquirió ciertos rasgos
personalistas, caudillescos y clientelistas (ver la siguiente página), tan característicos de la
política colombiana en general.
Respecto a esos fenómenos, uno de los exponentes de la crítica interna de la ANUC, Víctor
Félix Pastrana, anota:
Personalmente, critico el hecho de que las finanzas se estén utilizando como arma
política para fortalecer los intereses del grupo de la Comisión Y para tratar de
bloquear el trabajo de las regionales de ANUC que no comparten sus concepciones y
sus métodos de trabajo. Un caso concreto, ampliamente denunciado ya, es el de
nuestra regional de Caquetá. Por otra parte, las finanzas no tienen ningún control,
además de que empieza a crearse la mentalidad de que sin los dineros del Ejecutivo no
se puede pelear.
27
Entrevista con Víctor Félix Pastrana, dirigente de la Junta Nacional e Intendencial-Caquetá, de la ANUC. En
Alternativa No. 62, diciembre 1 al 7 de 1975.
13
Cuando no puede responderse con argumentos, se apela a medidas tan desesperadas
como la de “destituir” a la gente, violando todos los procedimientos legales y hasta
apelando a la fuerza bruta. Esa destitución (la del dirigente Pastrana de las Juntas
Nacional e Intendencial del Caquetá. a.a.) ni es representativa, ni emana de la instancia
que le corresponde. Es un ardid del grupo de Cuéllar y Gamboa para impedir que yo
presida el Comité Ejecutivo y el próximo Congreso de ANUC. Porque se sabe que en
esas condiciones ya no se puede seguir manipulando.
Usted sabe que en el Caquetá acaban de realizarse dos asambleas simultáneas. Una,
organizada por la Intendencial y un llamado Congreso extraordinario montado por el
Ejecutivo con amigos traídos de todo el país. Se tomaron nuestra Asamblea, nos
violentaron y, al final, nuestros 249 delegados plenos se retiraron para evitar una
tragedia. Entonces ellos, 50 personas que no son de Caquetá, 50 maestros y
estudiantes de Valparaíso, y 60 campesinos, decidieron ”destituirme” de la dirección
en 1a Intendencia y de la Junta Nacional.28
Se hace necesario recordar en este contexto que la ANUC, a partir de 1973, experimentó un
crecimiento rápido de las medidas represivas del gobierno, a la vez que se hacía sentir la
heterogeneidad de la organización de un modo más agudo que durante los primeros años de
auge y efervescencia de 1a lucha campesina. Estos factores explican hasta cierto punto el afán
de centralización del Comité Ejecutivo y, también, el surgimiento de 1a discusión y posterior
fundación de un “Partido Agrario”.
No se justifican, sin embargo, las prácticas políticas del Comité Ejecutivo durante el período
posterior al Tercer Congreso, que se expresaron en un control cerrado de los recursos
exc1uyendo a las bases campesinas, y la creación, basada en estos mismos recursos, de un
aparato clientelista29 de apoyo a1 mismo Comité Ejecutivo. Estas prácticas confirman las
denuncias hechas por Víctor Félix Pastrana, en una entrevista, y son corroboradas todavía más
por la forma como preparó el Comité Ejecutivo el Cuarto Congreso de la ANUC en Tomala,
Sucre, en 1976:
Después del 3er Congreso, tanto el Comité Ejecutivo como los sectores ML se
dedicaron a organizar a sus clientes para dar el debate interno. En el Cuarto Congreso,
en Tomala (Sucre) el Comité Ejecutivo financió y transportó a sus adherentes,
mientras la oposición tuvo grandes dificultades para trasladarse al lugar de reunión. El
resultado fue un Congreso altamente manipulado, que respaldó al Comité Ejecutivo y
silenció la oposición.30
28
Entrevista con Víctor Félix Pastrana. Ibid.
29
Expresión que caracteriza la relación de dependencia política y/o económica entre “patrón” y “cliente”. En los
estudios campesinos ha sido usada entre otros por Teodor Shanin. En Colombia se usa con una connotación
peyorativa con relación a la política de los partidos tradicionales, los caciques y gamonales. “Seguidores
convencidos” por medio de la dominación política y/o económica.
30
Alejandro Reyes Posada: El Movimiento campesino en 1980. CINEP, Bogotá 1981, p. 2, manuscrito.
14
que pedía la protección del gobierno y las Fuerzas Armadas para la ANUC y la represión
contra otras fuerzas de izquierda.31
31
Carta del Comité Ejecutivo de la ANUC al Ministro de Defensa, publicada en El Tiempo de 28 de julio de
1980.
15
3. El proceso político de la ANUC en la región que comprende Córdoba y
Sucre
Este grupo de dirigentes comenzó a trabajar y colaborar con La Rosca cuando esta inició sus
actividades de investigación-acción en la Costa. Otro de los principales protagonistas del
proceso político del movimiento campesino en esa región fue el Partido Comunista de
Colombia marxista-leninista.
El PCml inició su trabajo político dentro del movimiento campesino prácticamente desde el
comienzo de este a nivel regional, ejerciendo influencia sobre la ANUC en ciertos sectores del
departamento.
El PCml, en cambio, era un partido político moldeado en una concepción leninista, fuerte y
elitista, que se consideraba vanguardia de la revolución. Era un partido sectario y dogmático
que buscaba ampliar e intensificar sistemáticamente su influencia y su control sobre todo el
espacio político existente en el área de sus actividades. En sus planteamientos estratégicos y
tácticos, el partido daba prioridad al trabajo político dentro del campesinado, considerado - en
un esquema maoísta - el grupo clave para desarrollar la revolución en Colombia. El PCml
buscaba adquirir, por lo tanto, el monopolio político en general, pero, en particular, un
monopolio político sobre la organización campesina.
16
Como se ve, los puntos de partida de las tres organizaciones eran totalmente diferentes al
comenzar el proceso de movilización campesina en la región. La posición más débil era sin
duda la de La Rosca, que llegó a la zona después de iniciado el proceso, con buenas
intenciones de ayudar en la aceleración del proceso de movilización campesina y la lucha por
la tierra, por medio de la investigación-acción, pero sin un programa político definido, lo cual
significó que la organización se encontraba asimismo más indefensa ante los posibles ataques
políticos.
La ANUC, por el contrario, se encontraba en una situación totalmente diferente. Nadie podía
cuestionar la posición del movimiento como autentico representante de las capas más pobres
del campesinado de Córdoba y de Colombia en general. Lo que 51 se podía cuestionar y
efectivamente se lo hizo, en un momento determinado, era la capacidad política de los diri-
gentes de la asociación para orientar de una manera Correcta la lucha política y gremial de los
campesinos.
El PCml resultaba también una organización claramente definida. Un partido político con un
programa determinado y con métodos de trabajo político definidos. Los dirigentes y militantes
del partido se definieron de una manera aún más corta y tajante como “la vanguardia de la
revolución y del proletariado en Colombia”.
Cuando La Rosca llegó a Córdoba (marzo de 1972), el investigador estableció contactos con
el nuevo grupo de dirigentes departamentales de la ANUC. Esta relación se iba reforzando
con el tiempo y se desarrolló hasta un punto tal que se definió como el grupo “Falsista” dentro
del movimiento campesino. En ese momento, ese grupo de dirigentes representaba a la
mayoría del movimiento campesino de Córdoba. Tanto los dirigentes campesinos como el
investigador de La Rosca32 estiman que representaban por los menos al 75% de los
campesinos organizados del departamento. En el municipio de Montería solamente, había
alrededor de 30 a 40 Comités Veredales que seguían las orientaciones de los dirigentes
“Falsistas”.
Las actividades del PCml en Córdoba y Sucre se habían limitado tradicionalmente a ciertas
actividades sindicales urbanas. Su trabajo político de masas en las zonas rurales, la inició el
PCml por medio de la vinculación al movimiento campesino principalmente. Ciertos rasgos
en la política del PCml: el ultra izquierdismo, el militarismo, la apología de cómo un
prerrequisito para la toma de conciencia revolucionaria pero, fundamentalmente, la aspiración
a monopolizar la dirección política del movimiento campesino, eran elementos que
determinarían el surgimiento de conflictos y contradicciones en las relaciones con la ANUC.
32
El sociólogo colombiano Orlando Fals Borda.
17
Uno de los dirigentes campesinos de la ANUC-Córdoba nos contó respecto al trabajo de los
grupos políticos de izquierda en general y del PCml en particular:
El Bloque Socialista también se presentaba con lo mismo. El mismo tiro diciendo que
no, que la organización (ANUC) era una cosa campesinista. Que de ninguna forma
podría aceptarse la organización como revolucionaria, sino que ellos eran los
revolucionarios y nosotros éramos gremialistas. Nosotros teníamos que explicar al
campesino que cuando hablábamos de gremio era cuando comenzábamos en un
comité sencillo, a hacer la primera visita, segunda visita, pero después no. Después ya
se convertiría en política.33
Hay un problema de tipo interno que repercute muy negativamente. A partir del Paro
Tabacalero del 73, la unidad que había en el movimiento campesino empieza a res-
quebrajarse en la medida en que se van presentando algunas organizaciones políticas
que pretenden diluir el movimiento campesino. Pretenden vanagloriarse como las
campeonas del movimiento y como las personas que habían hecho todo el movimiento
campesino.
33
Entrevista con un dirigente campesino de la ANUC-Córdoba, Montería, febrero de 1980.
34
Moisés Banquett: Memorias de un dirigente campesino. Punta de Lanza, Bogotá s/f, pp. 84-85, manuscrito.
18
En el año 73 se notan las primeras contradicciones en ese Paro Tabacalero35. Los
sectores del PCml empiezan a realizar una tare a que fue muy negativa, nefasta hasta
la muerte, y fue precisamente la de atacar y macartizar a aquellos compañeros
dirigentes de masas que no se querían alinear. Mucha gente muy respetada y una gente
muy versada, que sabía trabajar… esa situación se va reproduciendo, incluso esos
dirigentes de la ANUC no alineados en ese momento, también aprenden esos métodos
sectarios de macartización y responden con una política de atacar alas organizaciones
políticas. Incluso se asumen algunas posiciones reaccionarias en determinado
momento, como era la de rechazar las organizaciones políticas en las veredas donde
ellas tenían influencias.36
Como hemos podido constatar, los métodos de trabajo de La Rosca y, por lo tanto, del
“Falsismo”, se diferenciaron radicalmente de los empleados por el PCml. Estas diferencias de
concepciones se reflejan también claramente en la forma de organización campesina para la
explotación de las tierras recuperadas, planteada por La Rosca y los dirigentes campesinos
“Falsistas”.
Por parte de La Rosca, una forma de evitar el conflicto con el PCml hubiera podido ser
subordinarse al partido. Este tipo de solución no fue considerado aceptable por La Rosca,
pensamos nosotros que con mucha razón si se toman en cuenta las características de aquel
partido en particular.
Para La Rosca, y en ese momento para mí, no había otra alternativa que hacer
espontaneismo, o sea, ser francotiradores en el sentido político. Porque ninguno de los
grupos políticos de izquierda en ese momento, respetaban ni hacían la investigación.
La investigación científica parecía ser algo secundario, inclusive reaccionario y
contrarrevolucionario. Lo importante para los otros era la acción, la guerrilla, la toma
del poder. Investigar, ¿para que? Por esto no había ningún sitio al cual el investigador
podía acogerse, es decir, que perteneciera a un partido político, a un grupo donde lo
35
Para más detalles acerca del Para Tabacalero, ver Alejandro Reyes Posada: Latifundio y Poder Político, La
Hacienda ganadera en Sucre. Editorial CINEP, Bogotá 1978, pp. 170-172.
36
Entrevista con un exmilitante del PCml en Sucre. Bogotá, agosto de 1900.
37
Fundación de investigación-acción regional del departamento de Córdoba establecida por La Rosca y afiliada
a esta.
19
respetaran como intelectual..., entonces el investigador está condicionado a la
estructura política real del momento. Si no hay partidos políticos que estimulen, que
respeten al investigador, cae uno indefectiblemente en el espontaneismo político si
uno quiere hacer investigación, investigación comprometida con mas razón, una
investigación que tenga efecto político. Los del ML inteligentemente empezaron a
recoger esa experiencia, pero luego se quedaron cortos en su asimilación real como
cuadros investigadores.38
El PCml de Córdoba acogió una buena parte de los trabajos de La Rosca y se benefició de los
resultados de los mismos. Inclusive hubo colaboración entre La Rosca y el partido durante un
primer período. Sin embargo, el carácter fuertemente dogmático del partido y su ambición de
controlar y monopolizar la dirección política de las masas campesinas, hacía previsible e
inevitable el conflicto con La Rosca y los sectores del movimiento campesino que se resistían
al control político del partido.
Yo creo que en el fondo no fue un ataque a mi persona como tal, sino que yo me puse
de parte de una facción y a mí era mucho más fácil atacarme que a los compañeros
campesinos disidentes; porque era un intelectual no cordobés y recién llegado, que
además tenía todos los lastres de mi propia historia. Entonces era mucho más fácil
atacarme a mí que a los dirigentes campesinos. Es decir, se les puso el blanco para que
atacaran, y atacándome a mí debilitaban a todo un grupo o facción del movimiento
campesino, y a un grupo o facción sumamente importante, porque era el grupo
mayoritario, el que se impuso en las asambleas siempre y al que le llamaban los
“Orlandistas”, los “Falsistas”.39
El PCml, hasta cierto punto, tenía razón al considerar a La Rosca como un rival y competidor
político por el control del movimiento campesino, porque La Rosca, en el fondo, representaba
una alternativa de organización sindical-política y de acercamiento a las masas, diferente y
opuesta al modelo representado por el partido maoísta.
38
Entrevista con Orlando Fals Borda. Bogotá, enero de 1980.
39
Entrevista con Orlando Fals Borda. Bogotá, enero de 1980.
20
El modelo de organización campesina propuesto por La Rosca se refleja más claramente en la
forma de asociación de los campesinos en los Baluartes de Autogestión Campesina.
Esta práctica política de La Rosca, implica por tanto una posición política aun cuando fuera
inconsciente y no articulada en un programa explícito. La Rosca resultaba también criticando
abiertamente ciertas tendencias y métodos de trabajo de la izquierda, al hablar del
“establecimiento de nuevas formas de dependencia y neocolonialismo intelectual”, al tratar de
“imponer una línea” o de enseñar una “doctrina correcta”.40
Aparte de esas contradicciones doctrinarias objetivas surge también otro problema con la
presencia de un investigador o una organización como La Rosca. La misma concepción
política de los dirigentes del partido político y su estilo de liderazgo, por un lado moldeado en
un leninismo acentuado y, por otro, caracterizado por el tradicional caudillismo o gamona-
lismo latinoamericano, lleva inmediatamente al conflicto por el poder político en sí. Además
de que un conflicto tal surge a veces sin que existan razones objetivas expresadas en pro-
gramas políticos o diferencias ideológicas, sino a causa de los intereses políticos creados de
los dirigentes y por el manejo del poder dentro de una organización política o sindical.
21
me llevó a romper fue el problema de la lucha política. El problema del poder político.
El problema de tener ascendencia en las masas.41
Podría considerarse la magnitud y la intensidad del conflicto entre La Rosca y el PCml como
una especie de indicador o termómetro que midiera los resultados y la eficiencia del trabajo
del investigador en un área de investigación-acción, porque para llegar a constituirse en un
rival y competidor peligroso por el poder y la influencia dentro de una determinada
organización de masas, el trabajo tiene que haber dado resultados y creado influencias y
consecuencias.
Otro factor que influye en la intensidad y el manejo del conflicto es la capacidad política del
investigador, su conciencia de las fuerzas políticas que actúan, el análisis de las mismas y su
habilidad para manejarlas.
En cuanto a este último factor había una cierta “ingenuidad política” en La Rosca, lo que era
simplemente natural, dado el carácter experimental y pionero de las actividades realizadas por
la fundación. La luz que las experiencias de La Rosca ha podido arrojar sobre estos problemas
es tal vez uno de los resultados más valiosos de sus trabajos de investigación-acción.
Yo no sentí que en esos momentos estaba haciendo una labor crítica dentro del marco
político de la izquierda, que estaba contribuyendo positivamente a ella. Yo no tenía
conciencia de eso, pero me parece importante, porque si se hacen estas cosas
inconscientemente, ello quiere decir que el investigador tampoco tiene capacidad
política. No sabe, no puede medir las consecuencias de lo que está haciendo.42
A juzgar por la intensidad de la acción del PCml en su conflicto con La Rosca y los
“Falsistas” del movimiento campesino, tienen que haber sido importantes las actividades y la
influencia de éstos.
41
Entrevista con un exmilitante del PCml en Sucre. Bogotá, agosto de 1980.
42
Entrevista con Orlando Fals Borda. Bogotá, enero de 1980.
43
Entrevista con un dirigente campesino de la ANUC-Córdoba. Montería, febrero de 1980.
44
Entrevista con un dirigente campesino de la ANUC-Córdoba. Montería, febrero de 1980.
22
Por las particularidades del contenido concreto del debate entre las facciones en pugna, y que
caracterizamos antes, no nos parece importante hacer un análisis detenido del mismo. Basta
anotar que La Rosca, los “Falsistas” y todo lo que representaban fueron calificados como
instrumentos de la CIA que actuaban con la finalidad de dividir y aburguesar el movimiento
campesino; que los baluartes eran islotes dentro del sistema capitalista, sin perspectivas de
desarrollo real y con tendencia a “aburguesar” a los campesinos que los integraban, etc. La
misma realidad y los acontecimientos posteriores al período de nuestro análisis, se han
encargado de refutar esas acusaciones.
Únicamente en la crítica que se hizo a los baluartes puede encontrarse una relación con la
realidad regional, ya que esa critica - aunque fuera muy superficial, sin fundamentos teóricos
y sin presentación de alternativas - contribuyó en algo para poner la atención en el problema
de la articulación de los baluartes con el sistema capitalista dominante. Se consideró que los
baluartes - con una estructura económica y social de corte socialista o comunitaria - no podían
funcionar dentro de un estado y una estructura socioeconómica capitalistas. Ese era el
argumento que usaba el PCml a nivel de dirigentes y bases campesinas. Sin embargo, de
acuerdo a lo anteriormente expuesto en este capítulo, consideramos que la crítica a los
baluartes se debía fundamentalmente a la pugna por el poder y control políticos, ya que la
organización de los baluartes, como lo hemos visto, implicaba ciertas limitaciones y
restricciones al espacio político del PCml.
Durante el trabajo de campo para este estudio, pudo observarse con nitidez otro fenómeno
relacionado con el debate político.45 El interés y la importancia del debate ideológico
disminuyen en la medida en que uno se acerca a la base (grupos políticos - dirigentes
campesinos - bases campesinas, como por ejemplo los campesinos integrantes de los
baluartes). Para las bases campesinas, lo importante y lo que da crédito ante sus ojos, es la
solución de necesidades concretas y directamente sentidas. Muchos de los problemas
ideológicos y políticos que se discuten con vehemencia a nivel de dirigentes y grupos
políticos, se solucionan “automáticamente” o simplemente no existen a nivel de bases.
Durante las entrevistas realizadas en los baluartes de Córdoba, dentro del marco de nuestra
investigación, los campesinos que habían participado en el proceso tenían una opinión uná-
45
Anders Rudqvist: Notas de campo. Córdoba 1980-81.
23
nimemente favorable alas actividades realizadas por La Rosca, mientras que la imagen de los
grupos políticos que habían estado activos en la región se presentaba bastante borrosa e
indefinida.46
La dinámica del proceso político y particularmente las consecuencias del enfrentamiento entre
los dirigentes de la ANUC y el PCml, determinaron que un sector dentro de la ANUC buscara
la creación de un partido político (el Comité Ejecutivo y la Comisión Política), como
instrumento de mantenimiento del control sobre la asociación y de mayor eficiencia para
combatir a los adversarios. En el caso de La Rosca se dieron también ciertas tendencias
organizativas (reuniones de coordinación) que pudieran interpretarse como el germen de la
creación de un partido. Esto y la creciente influencia de la Fundación del Caribe y La Rosca
dentro del movimiento - ya existió de hecho una corriente “Falsista” en Córdoba - hicieron
que el Comité Ejecutivo Nacional se considerase amenazado respecto de su control político
sobre el movimiento, no solamente por el PCml sino también por La Rosca y los dirigentes
“Falsistas”, y decidiese en consecuencia tomar medidas para proteger su posición.
A mediados de 1974 llegaron a Córdoba dos representantes del Comité Ejecutivo para
“reestructurar” las Asociaciones Departamental y Municipal de Montería, a objeto de reforzar
la posición del Ejecutivo ante el Tercer Congreso que tendría lugar dos meses después. Estas
asociaciones se encontraban controladas por dirigentes “Falsistas” o la “Vieja Guardia” y la
“reestructuración”, en realidad, significó reemplazar la “Vieja Guardia” por una “Nueva
Guardia” adicta al Comité Ejecutivo.
Así, los dirigentes “Falsistas” y La Rosca se encontraron bajo fuego cruzado tanto del PCml
como del Comité Ejecutivo.
Hacia finales de septiembre de 1974 los dirigentes campesinos “Falsistas” se reunieron con el
investigador, con objeto de buscar una estrategia para enfrentar los múltiples ataques de que
eran objeto en aquel periodo.
Sí. Llegó un momento en que los ataques al “Falsismo”, al grupo “Falsista”, que era la
mayoría del movimiento campesino, por reacción a los ataques, casi, casi, se
46
Ibid.
24
constituye en un grupo político. Hubo una reunión en un metedero47 con esos líderes
que me plantearon el problema. Me lo dijeron en secreto: “A nosotros nos están lla-
mando ‘Falsistas’ todos los días, nos están insultando. Tenemos que organizarnos
políticamente para contestarles”. Y fue, realmente, un embrión de un movimiento
político. Pero lo interesante de este caso fue que los campesinos fueron los que me
dijeron: “Usted venga a ver que hace, asuma la posición de liderazgo”. Pero yo no le
jalé. Las alternativas que yo tenía me pusieron contra la pared. Me decían: “Usted se
responsabiliza políticamente de esto que se está haciendo”. Entonces yo tuve que
decidir: O me meto a político, o sigo siendo un intelectual crítico, investigador, etc.,
que es el principal papel que yo consideraba justificado vitalmente.48
Vemos por tanto cómo la dinámica de este proceso de conflictos y enfrentamientos entre los
diferentes grupos activos dentro del movimiento campesino en Córdoba, induce y obliga a
esos mismos grupos a buscar formas de organización política partidaria. Obviamente, el
partido político no es la forma de organización adecuada para un movimiento de masas como
la ANUC.
Las tendencias a la organización partidista dentro del movimiento campesino, junto a los
enfrentamientos que surgieron internamente entre el Comité Ejecutivo y las diferentes
Asociaciones Departamentales y Municipales, así como con grupos políticos externos,
contribuyeron a reforzar las inclinaciones del Comité Ejecutivo hacia practicas clientelistas49
en la dirección del movimiento, tal como lo hemos visto en párrafos anteriores de este trabajo.
En el caso de La Rosca, tal como lo establece el mismo investigador, no consideramos que
habría sido factible o aún deseable que el investigador asumiera el papel de dirigente político
del movimiento campesino. Además, los dirigentes de los movimientos campesinos y obreros,
deben ser campesinos u obreros, elevándose la perspectiva del nivel regional al nacional. A
nivel nacional, la ANUC, después del Tercer Congreso, inició un proceso de divisiones y
reflujo que redujo drásticamente su importancia como movimiento de masas y, por lo tanto,
su papel como basamento de cualquier partido político. En la región de Córdoba, los
dirigentes “Falsistas” o la “vieja guardia” ya habían sido desplazados del control del aparato
administrativo y de dirección del movimiento regional: las Asociaciones Departamental y
Municipal de Montería. La base para la creación de un partido político representando a ese
sector del movimiento campesino, se encontraba por tanto en erosión progresiva. Debido alas
particularidades del proceso conflictual en Córdoba, la intensidad de los ataques personales,
determinó que el investigador tampoco hubiera podido constituirse en un factor aglutinante,
significando por el contrario una nueva etapa en la escalada del conflicto.
Sin embargo, la situación nos demuestra un dilema general y muy común de la investigación-
acción: hasta dónde llega el compromiso del investigador, y cómo conciliar el papel de
investigador con el de activista.
47
Tienda, restaurante o café popular.
48
Entrevista con Orlando Fals Borda. Bogotá, enero de 1980.
49
Para una descripción de los mecanismos de clientelismo político que operan en la Costa Atlántica, ver
Alejandro Reyes Posada: Latifundio y Poder Político. Editorial CINEP, Bogotá 1978, p. 113.
25
había hecho durante el tiempo anterior. En ese momento, también los baluartes perdieron el
apoyo de la ANUC-Córdoba. Algunos de ellos fueron tomados por los diferentes sectores en
los que se había dividido el movimiento campesino regional, mientras que otros fueron
dejados prácticamente a su suerte por los nuevos dirigentes que controlaban el movimiento
campesino a nivel regional.
Esta política la impulsó y dictó el Comité Ejecutivo por consideraciones tácticas, a objeto de
defender su posición Política dentro del movimiento campesino. Citas de la revista
Alternativa y Alternativa del Pueblo demuestran el cambio abrupto y contradictorio en la
posición del Comité Ejecutivo con referencia a los Baluartes de Autogestión Campesina.
Unos meses después, la dirección del movimiento cambió radicalmente de opinión y sostenía
que:
Consideramos eso como otro ejemplo que ilustra la peligrosa tendencia de dar primacía a
consideraciones tácticas en defensa de las posiciones políticas y los intereses creados de los
dirigentes, que señalamos y analizamos ya antes en relación al PCml y el Comité Ejecutivo de
la ANUC.
Después siguió un largo periodo de reflujo en el movimiento campesino, acentuado por las
nuevas políticas represivas del Estado. El reflujo a nivel nacional y regional fue generalizado
y se acentuó asimismo por las progresivas divisiones tanto del movimiento campesino cuanto
de las organizaciones políticas de izquierda.
Sólo a partir de 1980 han podido observarse algunas tendencias y tentativas de reagrupación
del movimiento campesino a nivel regional y nacional, impulsadas por el clamor de las bases
campesinas, cuyas desmejoradas condiciones de vida las obligan a buscar salidas a su
situación desesperante.
50
Entrevista con el Comité Ejecutivo de la ANUC (Froilán Rivera, Noel Montenegro, Antonio Poveda, Richard
May, José Reyes Prado). En la revista Alternativa No. 14, 20 agosto de 1974, Bogotá, p. 16.
51
Comunicación de la ANUC al Comité Editorial de la revista Alternativa del Pueblo. No. 22-23, Bogotá,
diciembre 15 a enero 15, 1974-75
26
En ese contexto, es interesante observar las consecuencias sociales de la política económica
de Colombia, nominalmente un país democrático, en comparación con las dictaduras militares
del sur del continente latinoamericano. La política económica ha traído como consecuencia
una acelerada concentración de capitales y de propiedad territorial, mientras que han empeo-
rado, también de manera acelerada, las condiciones de la gran mayoría de la población:
... los salarios reales han caído en cerca del 6% en la última década mientras la
productividad ha aumentado en cerca del 12% y la participación de los salarios en el
ingreso nacional ha pasado de 44% a 35% en el mismo período.
En términos de nivel de vida, mientras en 1964 el 25% del total de la fuerza de trabajo
urbana y el 25.4% de la rural estaban por debajo de la línea de extrema pobreza,
porque éramos un país subdesarrollado. Ahora que somos un país de mediano
desarrollo, estos porcentajes se han elevado, para 1973 a 50.7%, 43.4% y 67.5%, res-
pectivamente. Calculándose que para 1975, el 43% de la población no alcanzaba el
mínimo de subsistencia y que el 30.6% de la población total era considerada
francamente indigente. Este porcentaje equivale a que 11.133.000 de personas estaban
padeciendo hambre física. Es decir que en el breve lapso de diez años el país logró el
nada envidiable record de duplicar la cantidad de población bajo la línea de extrema
pobreza. También aquí el cambio en la posición relativa del país dentro del contexto
latinoamericano y mundial puede tener alguna significación. Hoy tenemos un mayor
porcentaje de población bajo la línea de pobreza que países francamente genocidas
como Brasil, Chile y Argentina. Pasamos a ocupar, según la clasificación de CEPAL,
el puesto 61 entre los 69 países que ostentan desigualdades “muy altas” en la
distribución del ingreso… 52
A medida que las vías legales para mejorar la situación han sido cerradas para las grandes
masas, entre otras causas por el Estatuto de Seguridad adoptado por el gobierno Turbay
(1978-82), que recorta y restringe los derechos humanos y sindicales, se ha dado un avance y
un reforzamiento de los mecanismos y las organizaciones de lucha popular ilegal, como las
organizaciones guerrilleras por ejemplo. Nunca han avanzado y fortalecido tanto como en el
momento actual.
Las mismas condiciones de vida de las mayorías explotadas, sin embargo, imponen también la
tarea de reestructuración y reagrupamiento de las fuerzas populares legales por medio de sus
organizaciones, para poder impulsar de nuevo la movilización obrera y campesina.
Para poder avanzar y superar etapas y situaciones pasadas es necesario tener en cuenta y
aprender de las enseñanzas de las luchas realizadas. Esta es, fundamentalmente, la
justificación del presente trabajo.
52
Jesús A. Bejarano: La intervención estatal en la economía: Anotaciones para un marco de referencia. Bogotá
1980, p. 2, mimeo.
27