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que no solamente nos hacen saber ms, sino que nos puede hacer
mejores.
La filosofa puede libertarnos de la tirana del prejuicio y de las
aberraciones derivadas de estrechas miras. La filosofa responde a
una inquietud o tendencia (amor) caracterstica del hombre, que lo
lleva siempre de nuevo a preguntarse qu son las cosas en sus
fundamentos mismos. Filosofando se va haciendo el hombre cada vez
ms libre. Nos permite hacernos cargo de nuestra situacin (toma de
conciencia); cargar la situacin (encarnacin), y encargarnos de
cambiarla (compromiso). Sirve porque slo el hombre, mediante la
reflexin, puede autoformarse; porque su espritu lo puede conducir a
la liberacin, a romper sus cadenas.
La filosofa ha sido tambin requerida por su funcin crtica como til
en el esfuerzo por sealar siempre las situaciones que ahogan la vida
humana o cuando el hombre est sometido a mltiples peligros que lo
alienan de muchos modos. La filosofa no salva a nadie, ni al propio
filsofo, pues su destino y su horizonte es como el hombre mismo, un
viajero incansable que buscndose a s mismo en un laberinto
interminable de preguntas y respuestas no tiene cmo hallar reposo en
una meta absoluta y definitiva. La filosofa es un esfuerzo til para
captar la verdad pensando.
La filosofa no brinda soluciones sino respuestas, las cuales no anulan
las preguntas, pero nos permiten convivir racionalmente con ellas
aunque sigamos plantendonoslas una y otra vez: por muchas
respuestas filosficas que conozcamos a la pregunta que inquiere
sobre qu es la justicia o qu es el tiempo, nunca dejaremos de
preguntarnos por el tiempo o por la justicia ni descartaremos como
ociosas o superadas las respuestas dadas a esas cuestiones por
filsofos anteriores. Las respuestas filosficas no solucionan las
preguntas de lo real, sino que ms bien cultivan la pregunta, resaltan
lo esencial de ese preguntar y nos ayudan a seguir preguntndonos, a
preguntar cada vez mejor, a humanizarnos en la convivencia perpetua