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A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón.
A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón.
A través de los cuatro Evangelios vemos que el Señor Jesús en varias ocasiones les hacía preguntas a Sus discípulos para luego aprovechar esa oportunidad y enseñarles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrándose en la región de Cesarea de Filipo, Él le pregunta a Sus discípulos quién decían los hombres que es el Hijo del Hombre; y éstos le responden diciendo: “unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas”. Luego, Jesús les pregunta quién pensaban ellos que Él era. Y respondiendo Simón Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Desde entonces comenzó Jesús a declarar a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día (Mt 16:13-21). También vemos en las epístolas del Apóstol Pablo que él empleaba este mismo método para enseñar e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningún motivo-, dejar de escudriñar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que Él espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazón.
A travs de los cuatro Evangelios vemos que el Seor Jess en varias
ocasiones les haca preguntas a Sus discpulos para luego aprovechar esa oportunidad y ensearles la sana doctrina y revelarle los misterios del reino. Por ejemplo, encontrndose en la regin de Cesarea de Filipo, l le pregunta a Sus discpulos quin decan los hombres que es el Hijo del Hombre; y stos le responden diciendo: unos, Juan el Bautista; otros, Elas; y otros, Jeremas, o alguno de los profetas. Luego, Jess les pregunta quin pensaban ellos que l era. Y respondiendo Simn Pedro le dijo: T eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Desde entonces comenz Jess a declarar a Sus discpulos que le era necesario ir a Jerusaln y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer da (Mt 16:13-21). Tambin vemos en las epstolas del Apstol Pablo que l empleaba este mismo mtodo para ensear e instruir al pueblo. Y de hecho, todo lo que se escribi en el pasado se escribi para ensearnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. Nosotros no podemos -bajo ningn motivo-, dejar de escudriar las cosas que dice la Biblia pues en ella se encuentra el mensaje que Dios quiere darle a nuestra vida y lo que l espera que nosotros hagamos para que agrademos Su corazn. La Palabra del Seor nos exhorta a que ninguno se aparte de la gracia de Dios. Y que ninguno sea fornicario, profano, como Esa, que por una vianda vendi su primogenitura, segn leemos en Heb 12:16 SRV. La palabra profano se dice en el vocablo griego bbelos-G952; la cual tiene su base en la G939 y la palabra blos cuyo significado es umbral. Por tanto, la palabra profano significa cruzando el umbral o la entrada. Ahora, si la Biblia nos exhorta a que no seamos como Esa y a ste se le describe como fornicario y profano, entonces debemos conocer cules son las cosas que conducen a una persona a involucionar hasta el punto de convertirse en profano para que podamos apartar nuestro pie de tales prcticas. Igualmente es necesario que conozcamos a qu umbral se est refiriendo la Palabra. A este respecto, vemos en las Escrituras que Dios enva a Su siervo Sofonas a que profetizara al pueblo de Israel acerca del da de la ira de Jehov y les hace ver que en aquel da l castigar a todos los que saltan sobre el umbral, a los que llenan la casa de su seor de violencia y de engao, conforme se expone en Sof 1:9 LBA. Mientras que la versin RV1977, al traducir este pasaje escribe a todos los que saltan por encima de la puerta. Al leer el contexto de este versculo entendemos que se nos est hablando acerca de la gran tribulacin y lo que acontecer en ese entonces; pero llama nuestra atencin el hecho de que menciona que hay ministros idolatras. Este tipo de idolatra no solo se refiere a los dolos, sino que tambin abarca el idolatrar a otros hombres o a s mismos. Otro punto a resaltar en el contexto de ese pasaje de la Escritura es que claramente se dice que Dios va a castigar a los prncipes, a los hijos del rey y a todos los que visten ropa extranjera. Esto significa que aquellos que han trado y favorecido la prctica de costumbres paganas dentro de la iglesia, son gente profana delante de los ojos de Dios. Nuestro servicio al Seor debe hacerse en el orden de
Guatemala, 27 de diciembre del Ao de la Misericordia
Dios y con el nico fin de hacerle fiesta a l y exaltar Su dulce nombre; y
para ello es menester que el Espritu Santo nos guie y nos ensee la forma correcta de hacerlo. El Seor nos permite ver que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, se es ladrn y salteador, Jn 10:1 LBLA. Sabemos que la puerta es Cristo Jess y aquellos que evaden el entrar por ella, lo que realmente estn haciendo es rechazando la salvacin que de Su mano nos es dada. Aquellos que evaden el umbral y suben por otra parte piensan que es por sus buenas obras que pueden alcanzar la gracia y el favor de Dios; sin embargo, ignoran que como trapo de inmundicia son todas sus obras justas. Slo hay un Dios, y slo hay uno que puede ponernos en paz con Dios: Jesucristo, el hombre. l dio Su propia vida para salvar a todo el mundo. Querer evadir a Cristo como la puerta que nos da salvacin y vida eterna, es ser profano. Es importante mencionar que en la puerta suceden varias cosas como parte de nuestro desarrollo y crecimiento; pero aquel que opta por subir por otra parte, no solo rechaza a Jess sino tambin el proceso por el cual todo creyente debe pasar para evolucionar. Por ejemplo, en Lam 5:14 LBA se nos permite ver que los ancianos se apartaron de las puertas y los jvenes de su msica. En otras palabras, ellos dejaron su funcin y al apartarse de la puerta se volvieron profanos. Una cosa que debemos tener claro es que el verdadero avivamiento no proviene de la juventud, como hoy da se ha querido ensear como parte de la ola de engaos surgido; sino que el avivamiento quien lo da es Dios. Por ello leemos en las Escrituras que el Seor dice: Entonces se regocijarn las vrgenes al sonido de msicos instrumentos, y tambin los jvenes a una con los ancianos. Yo cambiar su llanto en gozo, y los consolar, y los llenar de alegra en cambio de su pasado dolor (Jer 31:13). Ntese que los jvenes y los ancianos deben estar juntos; pues cuando se derrumba la brecha generacional, entonces viene el verdadero avivamiento y cae la bendicin de Dios sobre la iglesia. El que desecha a los ancianos o a los jvenes, es un profano. Una de las cosas que se lleva a cabo en la puerta es la circuncisin, tal como leemos en Gn 34:24 LBLA. Una persona que salta el umbral prcticamente se est negando a ser circuncidada en su corazn, sus ojos, sus odos y su boca. Es alguien que se niega a recibir ministracin y a ser liberada en su alma de todo aquello que desagrada a Dios. Nuestro Padre Celestial anhela que nosotros vivamos de manera digna delante de l; que le agrademos en todo, y para ello es necesario que pasemos por el proceso de purificacin, el cual se da precisamente en la puerta que es Cristo Jess. Negarse a pasar este proceso nos vuelve en profanos ante Sus ojos. Roguemos al Seor que Su espada circuncide el exceso de carne en nuestra vida para que nuestro hablar y nuestro comportamiento sea de Su total agrado. Y que no seamos hallados profanos delante de nuestro Rey y Salvador, sino que seamos hallados puros y limpios ante Sus ojos y podamos recibir la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Amn! Redactado por: Hna. Natalie Marie Figueroa
1 Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.