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Inmunidad
Antígenos y sistema inmunitario:
Antígeno: moléculas ajenas a un organismo, que son reconocidas como tales y
desencadenan en él una repuesta inmunitaria.
Los antígenos son diferentes en los distintos seres vivos. Una molécula que
posee carácter antigénico para un organismo determinado no lo tiene para otro en el
cual constituye una molécula propia.
Características de los antígenos:
• Son moléculas de gran tamaño, fundamentalmente proteínas (independientes o
unidas a glúcidos o lípidos) y polisacáridos complejos. Numerosas moléculas
sintéticas actúan también como antígenos. Existen, además, ciertas moléculas
(haptenos), con una baja masa molecular, que por sí mismas no son
antigénicas, aunque adquieren esta capacidad al unirse a proteínas del
organismo en el que son introducidas.
• Pueden ser moléculas libres o moléculas que forman parte de determinadas
estructuras biológicas (membrana plasmática, cápsida y envuelta vírica, etc).
• Para que el sistema inmunitario desencadene una respuesta cuando detecta la
presencia de antígenos, es preciso que estos se reconozcan como tales. Este
reconocimiento se lleva a cabo mediante la unión selectiva de los antígenos con
ciertas moléculas, denominadas receptores antigénicos situadas en la
membrana plasmática de algunas células del organismo. Se trata de una
identificación estructural; es decir, existe una complementariedad entre la
forma espacial de estos receptores y la de los antígenos correspondientes. El
antígeno no se une al receptor antigénico en su totalidad, sino por una zona
llamada epitopo o determinante antigénico que suele estar constituida por
una corta secuencia de aminoácidos. Las moléculas antigénicas tienen muchos
epitopos, iguales o distintos entre sí.
Sistema inmunitario: Los seres vivos cuentan con un complejo conjunto de
mecanismos, conocido como sistema inmunitario, para defenderse y rechazar las
sustancias ajenas que penetran en su organismo. El sistema inmunitario no es un
conjunto de órganos que tengan continuidad anatómica entre sus componentes, pero
presenta una unidad funcional evidente. En él participan diversos órganos, células y
ciertas moléculas producidas por algunas de ellas.
Las defensas del organismo
Defensas externas o barreras pasivas:
Existen cuatro tipos de defensas externas (estructurales, mecánicas,
bioquímicas y ecológicas) que pueden actuar conjuntamente:
• Estructurales. Están constituidas por la piel y las mucosas. La integridad de
estas estructuras que cubren la superficie corporal externa y las cavidades
digestivas, respiratorias y genitales (abiertas al exterior), respectivamente, es
fundamental para evitar la invasión por antígenos extraños. Una de las vías de
acceso más frecuentas de los agentes patógenos se produce cuando estas
estructuras se rompen o son destruidas por causas diversas.
• Mecánicas. Consisten en sistemas de expulsión que favorecen el arrastre de los
microorganismos y otras partículas extrañas para evitar su fijación al organismo (cilios
que tapizan las vías respiratorias, cuyo movimiento elimina los microorganismos y otros
elementos extraños adheridos al mucus que los cubre).
• Bioquímicas. Algunas sustancias y secreciones actúan como barrera protectora
contrarrestando o neutralizando la acción de determinados agentes patógenos: la
lisozima, enzima presente en la saliva, en las lágrimas y en la orina de la mujer
embarazada, actúa rompiendo la pared bacteriana; los ácidos grasos y el ácido láctico,
segregado por las glándulas sebáceas de la piel, que al producir un descenso de pH
impiden el crecimiento de muchos microorganismos; el jugo gástrico del estómago.
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El interferón
Las células infectadas por un virus sintetizan y liberan unas proteínas conocidas
con el nombre de interferón, que impiden que la infección se propague. El interferón
lleva a cabo dos acciones básicas:
1. Impide la replicación del virus en células infectadas que aún no han sido
destruidas por la acción vírica. El interferón liberado se une a receptores de la
membrana celular, lo que constituye una señal para la síntesis de unas enzimas
llamadas proteínas antivíricas o AVP, que interfieren en la formación de las
proteínas del virus.
2. Activa unos linfocitos, denominados células asesinas naturales o células NK,
capaces de reconocer células infectadas por virus o células cancerosas y
eliminarlas.
El interferón actúa en dos niveles: por un lado, evita la replicación vírica en células
aún sanas y, por otro, favorece la destrucción de las células ya infectadas.
Las moléculas de interferón realizan, además, otras acciones: activan a los
macrófagos y linfocitos B,
y modulan la síntesis de
anticuerpos y otras
sustancias reguladoras.
Es característica del
interferón la acción
protectora frente a todos
los virus que pueden
infectar a las células de los
organismos de una
determinada especie. Sin
embargo, no tienen acción
protectora en las células
de los individuos de otra
especie. Su especificidad,
por tanto, se manifiesta a
nivel de organismo invadido, no de virus.
Defensas específicas
A diferencia de las inespecíficas, las defensas específicas se dirigen únicamente
a un tipo concreto de antígenos. Para cada antígeno extraño que es detectado en un
organismo se produce una respuesta que actúa específicamente contra él. Además de
la especificidad, esta respuesta tienen otra característica importante: una vez
detectado un antígeno, se crea una memoria inmunitaria que permite rechazar el
mismo antígeno, incluso con mayor efectividad, cuando vuelve a aparecer.
Las células implicadas en esta respuesta específica son los linfocitos.
Los linfocitos no pueden formar pseudópodos y, por tanto, no fagocitan ni son
móviles. Sin embargo, tienen capacidad para reconocer antígenos específicos. Por este
motivo producen una respuesta específica contra antígenos concretos.
Existen tres tipos de linfocitos:
1. Linfocitos B. Sintetizan proteínas específicas (anticuerpos) ante la presencia de
antígenos. Son responsables de la inmunidad humoral.
2. Linfocitos T. Son responsables de la inmunidad celular, Pues no producen
anticuerpos, sino que provocan la muerte de ciertas células alteradas y, por
tanto , no deseadas (células diana). Así mismo, algunos linfocitos T regulan la
actuación del sistema inmunitario.
3. Linfocitos no-B no-T. También destruyen células diana, pero de una forma
inespecífica.
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Órganos linfoides
Las células precursoras de los linfocitos, se originan en la médula ósea y se
convierten en linfocitos maduros en los órganos linfoides. Estos son los lugares donde
se generan, acumulan e interaccionan los linfocitos.
Se distinguen dos tipos de órganos linfoides: primarios y secundarios.
• Órganos linfoides primarios. En ellos se produce la diferenciación de los
linfocitos. En la médula ósea roja se encuentran las células madre, precursoras
de los linfocitos. Estas células madre pueden madurar en la propia médula ósea,
con lo que se transforman en linfocitos B, o salen de la médula ósea y migran al
timo donde se transforman en linfocitos T. En el caso de los linfocitos B, el
órgano linfoide primario es la médula ósea, y en el de los linfocitos T, el timo,
glándula situada detrás del esternón que alcanza su máximo desarrollo durante
la pubertad para luego ir disminuyendo.
• Órganos linfoides secundarios. En ellos tiene lugar la acumulación e
interacción de los diferentes tipos de linfocitos. Los principales son los ganglios
linfáticos y el bazo, aunque también se consideran órganos linfoides secundarios
el apéndice, las placas de Peyer intestinales, las amígdalas y las adenoides.
Mecanismo de acción de la inmunidad específica
La respuesta inmunitaria específica se desarrolla siempre a lo largo de las
siguientes fases:
Identificación y reconocimiento del antígeno. El primer paso para poner en
marcha la maquinaria defensiva específica del organismo es detectar la existencia de
sustancias extrañas, que se realiza por el contacto de los antígenos con ciertas
moléculas presentes en la membrana de los linfocitos. Estas moléculas son
anticuerpos en el caso de los linfocitos B y moléculas denominadas receptores de
antígenos (TCR) en el caso de los linfocitos T. El mecanismo de identificación consiste
en un acoplamiento espacial entre los determinantes antigénicos y los receptores de
los linfocitos; se trata, por tanto, de un reconocimiento morfológico entre ambas
moléculas.
Aunque en algunos casos los antígenos pueden ser reconocidos directamente, lo
habitual es que sea necesaria la intervención de las llamadas células presentadoras
de antígenos, que fagocitan estructuras antigénicas y, tras su digestión intracelular,
sitúan determinados fragmentos de los antígenos en su superficie. Estas células se
dirigen entonces a los órganos linfoides donde se encuentran los linfocitos. De esta
forma, los antígenos son presentados a estos linfocitos para su reconocimiento más
rápido y eficaz.
Activación de los linfocitos. Tras el reconocimiento del antígeno, los linfocitos
sufren unos cambios metabólicos y fisiológicos, y comienzan a dividirse activamente.
Se produce entonces un importante aumento en el número de linfocitos y se pone en
marcha una serie de mecanismos para activarlos. En esta activación también
participan los macrófagos.
Desencadenamiento de la respuesta inmunitaria. Una vez activados, los
linfocitos llevan a cabo su función de defensa. Los linfocitos B se transforman en las
llamadas células plasmáticas, que producen gran cantidad de anticuerpos
específicos contra el antígeno correspondiente. Los linfocitos T, por su parte, atacan a
las células portadoras del antígeno (célula diana) y causan su destrucción. La
respuesta inmunitaria debe estar perfectamente regulada para evitar una actuación
defensiva deficitaria o excesiva, lo que se consigue mediante la acción de otros tipos
de linfocitos T.
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Inmunidad humoral
Se denomina inmunidad humoral al conjunto de mecanismos inmunitarios en los
que intervienen proteínas específicas fabricadas contra los antígenos extraños que
difunden en por los fluidos corporales.
Estas proteínas son los anticuerpos, y su difusión se realiza por la sangre, la
linfa, los líquidos intersticiales y las secreciones donde llevan a cabo su acción.
La síntesis de los anticuerpos se realiza por los linfocitos B.
Los linfocitos B se forman y diferencian en la médula ósea. Allí adquieren
capacidad para producir anticuerpos, moléculas específicas contra los antígenos
invasores. Por esta razón se dice que son inmunocompetentes.
En la médula ósea se generan millones de linfocitos B, genéticamente
diferentes, cada uno de los cuales fabricará distintos anticuerpos, capaces de unirse a
la enorme cantidad de antígenos diferentes que entran en el cuerpo.
Los genes que codifican para la síntesis de anticuerpos se encuentran
fragmentados y, por ello cada linfocito pre-B (inmaduro) adquiere un lote de intrones y
exones. Estos se mezclan y se recombinan al azar durante el proceso de maduración,
de manera que cada linfocito maduro contiene una combinación génica única cuya
información se expresa bajo la forma de un único receptor de membrana (anticuerpo)
que permitirá el reconocimiento específico de un único antígeno.
De este modo, a partir de unos pocos genes iniciales se obtiene una gran
cantidad de combinaciones génicas distintas.
Según la teoría de la selección clonal hay una gran diversidad de células
inmunocompetentes, la llegada de un antígeno estimula a una de ellas, la que tenga el
anticuerpo específico contra ese antígeno. Tras el reconocimiento del antígeno, los
linfocitos B se activan. Su activación consiste en la rápida división de estas células
para originar una serie o clon de células iguales productoras del mismo tipo de
anticuerpo.
Los linfocitos que no contactan con el antígeno específico no se activan, pero
siguen disponibles por si este antígeno aparece en el futuro.
La mayor parte de los linfocitos activados se convierten en las llamadas células
plasmáticas, de gran tamaño y con una enorme producción de anticuerpos. Sin
embargo, algunos de ellos quedan como linfocitos B de memoria, que permanecen
preparados para actuar de forma más rápida y eficaz si el mismo antígeno vuelve a
aparecer.
La activación de los linfocitos B se intensifica mucho por la acción de las
interleucinas, unas sustancias segregadas por ciertos linfocitos T y por los macrófagos.
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Los anticuerpos
Se conocen también con el nombre de inmunoglobulinas o
gammaglobulinas, los anticuerpos son proteínas con una pequeña parte glucídica.
Cada molécula de anticuerpo consta de cuatro cadenas polipeptídicas, dos de mayor
tamaño (cadenas pesadas o H) y dos más pequeñas (cadenas ligeras o L). Tanto las
dos cadenas pesadas como las dos ligeras son idénticas entre sí.
Existen puentes disulfuro entre las cadenas pesadas y entre estas y las ligeras,
que dan lugar a una estructura en forma de Y. En realidad, la molécula de anticuerpo
presenta una forma tridimensional compleja originada por el plegamiento de esta
estructura.
Cada molécula de anticuerpo tiene una región constante que es la misma
para cada uno de los tipos de inmunoglobulina, pero que difiere entre ellos. Esta
región constante es la encargada de la unión a la propia membrana de los linfocitos B,
a los fagocitos o al complemento, según los casos. Está constituida por una parte de
las cadenas pesadas y de las ligeras (zona correspondiente al pie y a la zona inferior
de los brazos de la Y).
Existe también una región variable, distinta en cada anticuerpo específico,
que se encuentra en el extremo opuesto de las cadenas pesadas y de las ligeras. Esta
región corresponde a los extremos de los brazos de la Y, donde se sitúan los extremos
amino terminal de las cadenas polipeptídicas. En este lugar, concretamente en la
región denominada parátopo (constituida tan solo por unos pocos aminoácidos), se
produce la unión al antígeno (en la zona de este denominada epitopo). El lugar de
unión con cada antígeno se puede considerar como un hueco entre las porciones
variables de una cadena H y otra L en la que encaja el determinante antigénico del
antígeno específico.
De este modo, cada molécula de anticuerpo puede unirse a dos moléculas de
antígeno y se dice que tiene valencia 2.
La parte glucídica del anticuerpo se halla unida covalentemente a la región
constante.
Los anticuerpos se localizan en la sangre y en muchas secreciones (saliva,
mucus, leche, etc), en los líquidos intersticiales y en la membrana de los linfocitos B.
Según la composición de las cadenas peptídicas se distinguen cinco clases de
anticuerpos: Inmunoglubulinas G, A, M, D y E.
Funciones de los anticuerpos:
• Neutralización. La unión del anticuerpo al antígeno elimina los efectos
negativos que este tiene sobre el organismo invadido. Se incluyen en este
tipo de reacciones los anticuerpos que actúan como antitoxinas bloqueando
a las exotoxinas producidas por algunos microorganismos y a otros productos
tóxicos que pueden haber invadido un organismo, así como la unión de
algunos anticuerpos a las zonas de la cápsida o de la envuelta de los virus
por las que estos se fijan a la superficie de las células a las que infectan.
• Precipitación. Si el antígeno tiene dos o más sitios de unión a los
anticuerpos se forman un gran agregado de ambos tipos de moléculas. Esto
permite que los antígenos solubles precipiten, con lo que es más fácil el
ataque de los fagocitos.
• Aglutinación. Se produce al reaccionar los anticuerpos con moléculas de
antígenos situados en la superficie de bacterias u otras células. Como
resultado de esa reacción, las células forman agregados que sedimentan con
facilidad.
• Opsonización. Los microorganismos o partículas antigénicas son
fagocitadas más ávidamente por los fagocitos sanguíneos cuando tienen
unidas a su superficie moléculas de anticuerpos. Esto se debe a que la unión
de los anticuerpos produce un aumento de la adherencia del complejo
antígeno-anticuerpo a la superficie de los fagocitos sanguíneos, lo que
facilita su fagocitosis. Los microorganismos recubiertos de anticuerpos se
dicen que están opsonizados (listos para comerse).
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La respuesta inmune
Se conocen dos tipos de respuesta inmune: la primaria y la secundaria.
• Respuesta inmune primaria. Es la que se produce ante el primer
contacto con un determinado antígeno. Al cabo de varios días de este contacto
empiezan a aparecer anticuerpos en la sangre del animal infectado cuya
producción va en aumento exponencial hasta una fase estacionaria en la que
empiezan a declinar. Los anticuerpos que se forman en esta respuesta son de
las IgM.
• Respuesta inmune secundaria. Cuando el aparato inmunológico
detecta por segunda vez la presencia del mismo antígeno, origina una
respuesta bastante distinta de la anterior: hay menos retraso entre la entrada
del antígeno y la aparición de anticuerpos, que son del tipo de las IgG; siendo
su producción mucho más rápida, los valores de concentración de estas
inmunoglobulinas en la sangre son mayores y su persistencia en la sangre es
muy superior.
Las características de la respuesta inmune secundaria (respuesta más rápida,
más intensa y de más larga duración) indican claramente que existe una memoria
inmunológica. La base de esta memoria inmunológica hay que buscarla en los
linfocitos, algunos de los cuales, tras el primer contacto con el antígeno, se
transforman en células de memoria (B o T) de larga duración, sobreviviendo gran parte
de la vida del animal. Los linfocitos d memoria están circulando continuamente en la
sangre y en los órganos linfoides secundarios, por lo que rápidamente detectan una
nueva entrada del antígeno.
Inmunidad celular
Es una inmunidad mediada por células, sin producción de anticuerpos. Ese
proceso resulta muy eficaz en la destrucción de:
• Células extrañas a un organismo procedentes de otro individuo distinto,
aunque sea de la misma especie (por ejemplo, los órganos
trasplantados).
• Células propias tumorales.
• Células infectadas por virus.
• Células que contienen un microorganismo de crecimiento intracelular.
Existen dos tipos de linfocitos implicados en esa respuesta: los linfocitos T y los
linfocitos no-B no-T.
Linfocitos T
Los linfocitos T se diferencian en el timo y se dividen en dos grupos principales,
T4 y T8.
Linfocitos T4. Contienen en la membrana celular unas proteínas receptoras
denominadas CD4. Se distinguen dos tipos de linfocitos T4.
• Linfocitos TH (cooperadores): su función consiste en estimular a otros linfocitos
T y a los linfocitos B.
• Linfocitos TD: provocan un aumento del número y de la actividad de los
macrófagos.
Linfocitos T8. Poseen en su membrana unas proteínas conocidas como CD8. También
se diferencian dos subgrupos.
• Linfocitos TC (citotóxicos): provocan la destrucción de las células diana.
• Linfocitos TS (supresores): evitan una respuesta inmunitaria excesiva o
desproporcionada.
Los linfocitos T actúan de forma específica contra células diana que portan
antígenos extraños en su superficie. Poseen receptores de antígenos, moléculas
que tienen una región constante unida a su membrana celular y una región
variable encargada de reconocer y unirse al antígeno.
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Tipos de inmunidad
La inmunidad que un individuo desarrolla frente a determinados antígenos
puede deberse a procesos naturales o bien a la aplicación de ciertas técnicas médicas.
En el primer caso se habla de inmunidad natural, y en el segundo, de inmunidad
artificial. En cada uno de estos tipos, la inmunidad puede ser pasiva, si se adquiere
al recibir anticuerpos específicos fabricados por otro organismo, y activa, si el propio
organismo sintetiza los anticuerpos tras la introducción del antígeno, gracias a sus
defensas inmunitarias. Se distinguen, por tanto, los siguientes tipos de inmunidad:
• Inmunidad natural pasiva. Se adquiere por la transferencia de anticuerpos
de la madre al feto y al niño lactante, a través de la placenta y de la leche
materna, respectivamente. De esta forma, el niño recibe anticuerpos de
manera constante en un período durante el cual su sistema inmunológico aún
no está desarrollado por completo.
• Inmunidad natural activa. Se produce después de superar una enfermedad
infecciosa, ya que el organismo queda cargado con los anticuerpos
sintetizados y, sobre todo, con linfocitos de memoria, por lo que durante un
tiempo se evita la reinfección.
• Inmunidad artificial pasiva y activa. Se obtiene estimulando el sistema
inmunitario del individuo por medio de técnicas médicas.
Inmunización pasiva
La inmunización pasiva consiste en la introducción en el organismo de
anticuerpos sintetizados previamente por otra persona o por un animal, por lo que el
sistema inmunitario del individuo receptor no necesita activarse.
Este procedimiento tiene unas ventajas evidentes:
• Proporciona una protección inmediata, lo que puede ser importante en los
casos en que se necesite anticuerpos rápidamente.
• Al no ser necesaria la síntesis propia de anticuerpos, esta inmunidad
resulta útil en individuos con deficiencias en su sistema inmunitario.
Sin embargo, también presenta una serie de inconvenientes:
• Se obtiene una inmunidad de duración limitada, ya que los anticuerpos
administrados desaparecen del cuerpo del receptor pasado un tiempo.
• Existe el riesgo de transmitir las enfermedades padecidas por el individuo
del que se han obtenido los anticuerpos.
• Si los anticuerpos proceden de la sangre de un animal pueden producirse
reacciones de rechazo contra alguna proteína de este.
Para llevar a cabo la inmunización pasiva es preciso obtener previamente los
anticuerpos. Para ello se inocula el antígeno correspondiente a un animal que sintetiza
así los anticuerpos contra una enfermedad determinada. También se pueden obtener
de la sangre de individuos hiperinmunes que posean gran cantidad de los anticuerpos
que se precisan.
En la inmunización pasiva se emplean dos tipos de sustancias:
• Sueros: Contienen solamente los anticuerpos específicos.
• Gammaglobulinas. Consisten en mezclas de anticuerpos obtenidos de la
sangre de un organismo inmune.
Inmunización activa. Vacunación
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Los antígenos responsables del rechazo son los autoantígenos del MHC que se
encuentran en la superficie celular. Entre los individuos de una misma especie hay una
gran variedad de autoantígenos del MHC. Los genes del MHC que codifican estos
autoantígenos son numerosos.
Si los autoantígenos del donante y del receptor no coinciden, se produce el
rechazo, que comienza con el ataque de los linfocitos T c, los cuales causan la lisis de
las células de los tejidos trasplantados. Únicamente cuando los autoantígenos del MHC
son idénticos no se produce rechazo. Por este motivo, antes de llevar a cabo un
trasplante de órganos, es imprescindible realizar pruebas para asegurarse de que los
autoantígenos de las células del donante y del receptor son iguales o muy semejantes.
Además de la acción de los linfocitos Tc, también intervienen en el rechazo de
los órganos trasplantados la respuesta específica humoral (anticuerpos) y la respuesta
inespecífica (macrófagos, complemento).
El proceso de rechazo puede iniciarse 48 horas después del trasplante o bien al
cabo de varias semanas o meses.
Para evitar el rechazo se suministran al enfermo fármacos inmunosupresores
que inhiben la respuesta inmunitaria, principalmente esteroides, que actúan sobre los
macrófagos, y ciclosporina, que bloquea los receptores de las interleucinas.
La inmunodeficiencia
Se entiende por inmunodeficiencia la incapacidad del sistema inmunitario de
atajar las infecciones microbianas. Las causas pueden ser diversas, como trastornos
genéticos, fallos en el desarrollo normal de los órganos linfoides primarios y
secundarios o bien infecciones víricas.
La inmunodeficiencia congénita: es una anomalía inmunitaria de tipo genético, se
nace ya con ella y es hereditaria. La diagnosis de esta inmunodeficiencia son algunas
enfermedades infecciosas graves y de tipo repetitivo que aparecen en el niño desde el
nacimiento o a los pocos meses de edad.
Las inmunodeficiencias de este tipo más frecuentes se deben a defectos en los
linfocitos B que no son capaces de producir anticuerpos normales o en cantidad
necesaria. También puede deberse al fallo en la síntesis de las proteínas que forman el
complemento o a los linfocitos T que no desarrollan correctamente sus funciones. En
algunos casos, el desarrollo anormal de los órganos linfoides como el timo, durante el
proceso embrionario, provoca un fallo en la formación o maduración de los linfocitos.
La inmunodeficiencia adquirida: es la que se consigue con posterioridad al
nacimiento, en algún momento de la vida de la persona. Muchos tipos de cáncer en
estado avanzado inducen secundariamente algún estado de inmunodeficiencia. Son
particularmente importantes es este aspecto los que afectan a células o a órganos del
aparato inmunológico como las leucemias y los linfomas.
La invasión de ciertos microorganismos patógenos, como el virus del SIDA,
puede inducir también fenómenos de inmunodeficiencia adquirida.
SIDA/VIH
SIDA = Síndrome (conjunto de síntomas) de Inmuno (que afecta al sistema
inmunitario) Deficiencia (incapacidad para luchar contra la infección) Adquirida (que la
enfermedad viene de fuera del cuerpo).
VIH = virus de inmunodeficiencia humana.
El virus del SIDA:
El virus del SIDA o VIH fue aislado por primera vez en 1983 por el equipo de Luc
Montagnier en el Instituto Pasteur de París. Es extremadamente pequeño y se
compone de un núcleo interno o cápsida de forma troncocónica, hueco y que está
constituido por una proteína denominada P24.
En el interior de la cápsida se encuentra el material genético del virus en forma
de dos hebras de ARN y que se encuentran ligadas, cada una de ellas, a una molécula
de una enzima, la transcriptasa inversa. Dentro de la cápsida se encuentran también
otras proteínas de tipo enzimático como la integrasa, una proteasa y una ribonucleasa.
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Toda la cápsida se halla a su vez rodeada por una envoltura esférica formada por una
capa proteica continua interna (proteína P17) y por una bicapa lipídica externa como la
que forma las membranas de las células eucariotas, a la que se asocian diferentes
proteínas que se incrustan entre las moléculas lipídicas (proteína GP41) o que se
proyectan hacia fuera de ellas (proteína GP120).
En la actualidad se conoce la existencia de dos cepas o modalidades de virus del
SIDA muy similares entre sí. Uno de ellos, el VIH-1 es el más generalizado en todo el
mundo y el que produce los efectos más devastadores en las personas infectadas. El
otro, o VIH-2, ha sido detectado en poblaciones del África occidental, es menos
virulento y se diferencia del VIH-1 en algunas proteínas de la envoltura. Se ha
comprobado que el material genético del virus del SIDA está sometido constantemente
a mutaciones en su ARN, que se traducen principalmente en modificaciones en la
estructura de sus proteínas de membrana que actúan como antígenos de superficie.
Éste es uno de los motivos por el cual es extremadamente difícil encontrar una vacuna
contra el virus.
Desenvolvimiento de la infección VIH/SIDA:
A SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) é a fase final da infección
producida polo VIH (virus da inmunodeficiencia humana).
El VIH es un virus de acción lenta. Desde que penetra en las células escogidas
hasta que se reproduce masivamente en ellas, pueden pasar años. Período de tiempo
variable.
El VIH es capaz de entrar en la persona a través de las heridas de la piel o de las
mucosas de las aberturas naturales. Llega a la circulación sanguínea que lo distribuye
por todo el cuerpo. Las proteínas GP120 de la envoltura del virus son capaces de
unirse estrechamente con las proteínas CD4 que se encuentran en diferentes tipos de
células del sistema inmune, pero son en particular los linfocitos T colaboradores o T 4
los más afectados por disponer de gran cantidad de receptores CD4 en sus
membranas.
Una vez que el material genético del virus ha quedado integrado en el de la
célula inmunitaria, puede quedar inactivo en forma de provirus durante un tiempo más
o menos prolongado antes de comenzar a duplicarse a expensas del material de la
célula huésped. Finalmente, esta duplicación ocurre y también consecuentemente la
producción de nuevos virus hijos que salen de las células infectadas y van a infectar a
otras sanas. La infección por el VIH produce en las células inmunocompetentes una
pérdida apreciable de sus funciones defensivas y, si la infección es elevada, puede
llegar a destruir a estas células.
Después de la entrada del virus, hay una fase de incubación que dura entre 1
y 6 semanas en la que no se aprecia ningún síntoma. A continuación, y debido a la
proliferación del virus en las células inmunocompetentes, hay una fase de infección
aguda (1) que comporta síntomas parecidos a los gripales (leves y pasajeros); en
algunas personas estos síntomas no son apreciados.
Al cabo de 1 a 4 meses la persona infectada comienza a producir anticuerpos
anti-VIH, indicando esto que la persona está infectada por el VIH y tiene capacidad
para infectar a otros. Aunque los anticuerpos no son suficientes para destruir al virus,
sí que lo mantiene a raya transitoriamente y reducen la fase aguda de infección.
También produce linfocitos T citotóxicos que se encargan de destruir a las células
infectadas por el virus. Se cree, sin embargo, que una determinada cantidad de células
infectadas no son atacadas y en ellas el virus se va replicando lentamente durante
meses o años.
A partir de este momento, las personas son portadores de anticuerpos anti-VIH o
seropositivas y se inicia la fase asintomática (2) que puede durar hasta 10 años.
Durante el período asintomático de la infección el portador del VIH, aunque no
presente manifestaciones externas o síntomas de enfermedad, sin embargo es
potencial transmisor del virus a otras personas.
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Capacidad de transmisión
1 2 3 4
SIDA
Período asintomático Período sintomático
Inmunología
1.- ¿Qué es un hapteno?
2.- Toda sustancia conocida como extraña por el sistema inmunológico que induce a la
reacción inmune se conoce como:
a) Anticuerpo.
b) Macrófago.
c) Antígeno.
d) Patógeno.
3.- La zona del antígeno que se une al anticuerpo:
a) Se denomina epítopo.
b) Recibe el nombre de determinante antigénico.
c) Está constituida habitualmente por una pequeña zona peptídica.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.
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4.- ¿Qué diferencia fundamental existe entre los mecanismos de defensa inespecíficos
y los específicos?
5.- Cita las barreras pasivas que conozcas, indicando la acción de cada una de ellas.
6.- Las defensas del organismo humano frente a infecciones constituidas por el
revestimiento externo de la piel y de las entradas a conductos o tractos interiores se
conocen como:
a) Barreras mecánicas y químicas.
b) Barreras inmunológicas.
c) Mecanismos específicos de inmunidad
7.- ¿En qué consiste un proceso inflamatorio?
8.- ¿Qué se entiende por diapédesis? ¿Qué células tienen esta capacidad y qué ventaja
tiene?
9.- ¿Qué es el sistema del complemento? ¿Para qué sirve?
10.- ¿Cuál es el mecanismo de acción del interferón?
11.- ¿Cuáles son las funciones de los fagocitos?
12.- ¿Qué es un macrófago?
13.- ¿Cuáles son las dos principales características de la inmunidad?
14.- Explica las diferencias que hay entre la respuesta inmunitaria humoral y celular.
Explica qué es un linfocito B y T
15.- En la estructura de las células plasmáticas, ¿qué es lo que destaca
poderosamente y cuál es la causa?
16.- Describe la estructura de una molécula de anticuerpo.
17.- Enumera las funciones de los anticuerpos
18.- ¿Cuál es la diferencia entre las reacciones antígeno-anticuerpo de precipitación y
aglutinación?
19.- ¿Son todos los anticuerpos iguales? Razona la respuesta.
20.- ¿Qué tres tipos de linfocitos T existen?; ¿por qué se caracteriza cada uno de ellos,
además de por su función?
21.- ¿Cómo llevan a cabo sus funciones los linfocitos T colaboradores? ¿Cuál es la
misión de los linfocitos T supresores?
22.- ¿Qué diferencia hay entre los receptores de superficie de los linfocitos B y T?.
23.- ¿Qué son las interleucinas y qué misiones tienen?
24.- ¿Cómo se activan los linfocitos TH?
25.- ¿Cuáles son las ideas básicas que propone la teoría de la selección clonal?
26.- ¿Qué es un antígeno? ¿Y un anticuerpo? ¿Qué relación hay entre estos dos
elementos de las reacciones inmunes?.
27.- Indica cuáles de estos modos de acción son propios de los anticuerpos:
1. Destruyen antígenos.
2. Aglutinan antígenos.
3. Precipitan al unirse con el antígeno correspondiente.
4. Forman las linfocinas que atraen al antígeno.
5. Fijan el complemento una vez unidos al antígeno.
28.- ¿Qué es una célula de memoria?, ¿con qué reacción inmunitaria está asociada?
29.- a) Una vez que el sistema inmunitario de una persona reconoce por primera vez a
un antígeno, ¿qué tipo de respuesta se produce?; b) ¿y en un segundo contacto con el
antígeno?; c) Explica cada una de ellas.
30.- ¿Qué diferencias aprecias entre inmunidad natural e inmunidad artificial? ¿Y entre
inmunidad activa y pasiva?
31.- Explica brevemente la importancia de las células madre de la médula ósea roja
de los huesos.
32.- ¿Qué células segregan perforinas?
33.- Las proteínas sintetizadas por células infectadas por virus o por leucocitos, que
inducen la síntesis de enzimas de resistencia en células vecinas, se conocen como:
a) Mediadores.
b) Complementos.
c) Interferones.
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a) Células de memoria.
b) Células plasmáticas.
c) Células colaboradoras.
d) Células citotóxicas.
44.- ¿Qué son las vacunas y los sueros? ¿Cómo actúan cada una de ellas?
45.- ¿Qué características debe tener una vacuna para poder ser aplicada?
46.- ¿Qué tipos de vacunas existen?
47.- La inmunidad conseguida mediante vacunación se conoce como:
a) Artificial activa.
b) Natural pasiva.
c) Artificial pasiva.
d) Natural Activa.
48.- Atendiendo a sus efectos, la inmunidad conseguida mediante vacunación, se dice
que es ……………..., mientras que la conseguida mediante seroterapia es
………………...
49.- ¿Qué es la autoinmunidad?
50.- El organismo humano reacciona inmunológicamente frente a las células cancerosas
debido a que:
a) Son perjudiciales.
b) Invaden y destruyen tejidos adyacentes.
c) Tienen alterados sus antígenos MHC de clase I.
d) Tienen alterados sus antígenos MHC de clase I.
51.- La aceptación o rechazo de órganos de trasplantes están relacionados con
reacciones de inmunidad llevadas a cabo por:
a) Linfocitos citotóxicos.
b) Linfocitos supresores.
c) Linfocitos B.
d) Monocitos.
52.- Describe brevemente el proceso que tiene lugar durante el rechazo de un tejido
transplantado.
53.- ¿Por qué en un transplante entre gemelos univitelinos no se produce rechazo?
54.- El hecho por el cual las células del sistema inmunitario no reconocen las células del
propio organismo y reaccionan frente a ellas específicamente, se conoce como:
a) SIDA.
b) Alergia.
c) Hipersensibilidad.
d) Autoinmunidad
55.- Indica cuáles de las siguientes enfermedades se deben a alteraciones del sistema
inmunitario:
a) Inmunidad pasiva.
b) Alergia.
c) Esclerosis múltiple.
d) SIDA.
56.- ¿Cuáles de estos síndromes obedecen a un fenómeno de inmunodeficiencia?
a) Ausencia de leucocitos.
b) Presencia de reacciones inmunológicas frente a agentes extraños.
c) Propensión a padecer múltiples infecciones.
d) Aumentos de leucocitos.
e) Aumento de la aparición de tumores.
57.- El VIH es causante de la enfermedad inmunitaria conocida como ….......…………;
este virus afecta, principalmente a los ……............………… por poseer en su superficie
una proteína, la GP - 120 que se une a los receptores …..............……………… .
58.- Enumera las vías de transmisión del VIH.
59.- ¿Cómo se desarrolla el sida a partir de la infección de un organismo por el VIH?
60.- Agrupa de tres en tres, mediante una frase los términos siguientes:
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