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Pese a que el precio de venta del crudo venezolano se acerca preocupantemente a sus costos de producción, y el sistema decisorio nacional paralizado , esta clase política bicéfala ---con ambas cabezas vacías, al parecer--- se dio el lujo de jugar al "reality show" de las altas investiduras del poder.
Pese a que el precio de venta del crudo venezolano se acerca preocupantemente a sus costos de producción, y el sistema decisorio nacional paralizado , esta clase política bicéfala ---con ambas cabezas vacías, al parecer--- se dio el lujo de jugar al "reality show" de las altas investiduras del poder.
Pese a que el precio de venta del crudo venezolano se acerca preocupantemente a sus costos de producción, y el sistema decisorio nacional paralizado , esta clase política bicéfala ---con ambas cabezas vacías, al parecer--- se dio el lujo de jugar al "reality show" de las altas investiduras del poder.
1. Profundizacin de la crisis nacional Pobre de Venezuela. Dios la ha castigado con una clase poltica, cuya derecha es cretina (tonta) y cuya izquierda es idiota (absorbida por asuntos propios triviales). La evidencia emprica respectiva es abundante. Con tres actos aberrantes y en menos de una semana, la derecha derroch gran parte del capital poltico que haba ganado electoralmente, a saber: 1. la juramentacin de tres diputados imputados legalmente; 2. el mezquino retiro de los retratos de la Asamblea Nacional; 3. las provocadoras ofensas a las Fuerzas Armadas. La izquierda, sin embargo, no se qued atrs. En lugar de aprovechar esa derrota estratgica auto-infligida de la derecha y arrebatarle el papel de hegemn de la salvacin nacional, Maduro desperdici la trascendental oportunidad de "Memoria y Cuenta" para noquearla. Present un discurso patticamente carente de la gran narrativa de salvacin que la nacin pide ---y por la cual vot el 6D--- y la sustituy con el bluf (ardid) poltico del decreto de "emergencia econmica". De esta manera, en esta primera semana postelectoral, ambos actores polticos actuaron como catalizadores de una crisis nacional, que el mismo Maduro ha calificado (en lo econmico) como "catastrfica". Pese a que el precio de venta del crudo venezolano se acerca preocupantemente a sus costos de produccin, y el sistema decisorio nacional paralizado , esta clase poltica bicfala ---con ambas cabezas
vacas, al parecer--- se dio el lujo de jugar al "reality show" de las altas
investiduras del poder. Para ser ms preciso, jug de manera frvola con la crisis de la nacin. 2. Parlisis del sistema estatal operativo La estructura operativa misma del Estado burgus venezolano se encuentra inmovilizada, porque su sistema de equilibrio de poderes (checks and balances) se ha quebrado. Toda macroorganizacin humana requiere de una cadena de mando unificada, para ser operativa. Hoy da, el Estado venezolano ha perdido la propiedad de la "autosimilariedad a toda escala" (de las estructuras fractales), que garantiza el flujo y la implementacin de la informacin y las decisiones, en todos los niveles del sistema. El poder legislativo, "autnomo" segn Henry Ramos Allup, confronta al bloque de poder ejecutivo-judicial (TSJ) y la sociedad poltica (Estado) termina en un estado de estupor. 3. Parlisis del sistema partidista Tal parlisis operativa de la estructura del Estado se agrava por la parlisis y fragmentacin en los bloques partidistas. El ruidoso choque de los dos bloques parlamentarios, MUD y Oficialismo (PSUV), no debe distraer del hecho, de que ambos estn profundamente fragmentados. El partidismo de la MUD se divide por el centrismo, caracterizado por lderes como Henrique Capriles y el ex-chavista Henry Falcn, y los "salidistas": los enamorados de "la salida", como Ramos Allup y algunos encarcelados. En el bloque del oficialismo coexisten los Maduristas o "Chavistas" ineficientes (Salas, Arreaza), los "Chavistas" eficientes (Isturz, Castro Soteldo), el capital privado (Miguel Prez Abad) y los aficionados del apparatchik Cabello. La lucha por la hegemona en ambos bloques partidistas influye fuertemente la evolucin de la contradiccin principal partidista entre MUD y PSUV. Y es seguro afirmar, que toda solucin pacfica posible de la crisis "catastrfica" pasa inevitablemente por una gran alianza entre el Centro opositor y el Chavismo eficiente; mxime, cuando ambos bloques partidistas cuentan, a grosso modo, con el mismo
poder social, es decir, el apoyo de alrededor del 40 por ciento de la
sociedad civil. 4. La Fuerza Armada El fiel de la balanza en esta situacin lo constituyen las Fuerzas Armadas y las masas, en este orden. La fraccin dominante de las FANB ha actuado con sabidura bblica coyuntural, hasta ahora. Dio al Csar y a Dios lo que es de cada quin. A la oposicin le concedi el triunfo electoral y al oficialismo la autonoma del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Esa estratagema de "una de cal y una de arena", le dio a la clase poltica una breve moratoria frente a la violencia; moratoria que fue reforzada por la precisa instruccin de la necesaria "prudencia". Aunque la advertencia enfri momentneamente a los "salidistas" y su hiperactivo lder parlamentario, no resolvi, como es obvio, el problema de fondo: el empate de poder entre las dos fracciones de la inepta clase poltica. 5. Las masas y las amnistas Es ah, donde entran las masas en la ecuacin del poder nacional. Toda persona pensante entiende, que el decreto de "emergencia econmica" no pretende resolver la crisis econmica. Es un ardid de mercadotcnia poltica para liberarse de la responsabilidad gubernamental de la "catstrofe" econmica. Es decir, es el intento de una auto-amnista poltica del pasado econmico para recuperar la imagen de "gobernabilidad" para el futuro. De hecho, es el equivalente funcional gubernamental a la amnista poltica-judicial pretendida por la oposicin. Si la clase poltica bicfala venezolana fuera un zoon politicon ---un ente poltico colectivo pensante--- con sentido de responsabilidad nacional, encontrara ah el campo de negociacin para la concordia oppositorum, en beneficio del pas. Lamentablemente, las dos cabezas no parecen tener la madurez ni los planes de gobernanza que la superacin de esta crisis extrema exige. Ante sus (infructuosos) intentos de acumulacin de fuerzas para derrotar al otro, la entropa del sistema aumentar rpidamente y su determinismo catico lo llevar hacia la crisis final. La MUD y el oficialismo abren, en su ceguera, el camino a la intervencin
directa de los dos actores que ms temen: las masas y las Fuerzas Armadas.