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I CONGRESO NACIONAL DE

JUSTICIA RESTAURATIVA Y ORALIDAD

MANIFIESTO DE GUERRERO

Considerando que:

• La oralidad y la justicia restaurativa aplicadas a la criminalidad se


remontan a la vida gregaria de comunidades ancestrales desde
épocas remotas, y aún en la actualidad continúan practicándose en
distintas regiones del planeta, incluyendo a México.

• Las víctimas y los ofendidos en nuestra sociedad se han visibilizado y


alcanzado garantías constitucionales durante las últimas dos décadas,
aún cuando su efectiva protección continúa siendo una asignatura
pendiente.

• La obligación del sistema de ejecución de sanciones de readaptar a


los delincuentes ha sido avasallada por la concepción neoclásica del
derecho penal que recupera la fundamentación vindicativa de
expiación de culpas y castigos ejemplares a quienes han dado el paso
al acto criminal.

• La expropiación del Estado de las respuestas al fenómeno criminal,


volviéndolas de su exclusiva competencia, ha convertido a la
comunidad en un referente retórico sin participación efectiva en la
búsqueda de respuestas a los conflictos producidos.

• Los centros de readaptación social producen condiciones objetivas


para que la peligrosidad de los delincuentes se acentúe.

• Los esfuerzos de la Organización de las Naciones Unidas para


generalizar la regulación en los sistemas jurídicos contemporáneos de
procedimientos penales acusatorios y orales en los que la justicia
restaurativa cumpla con una función toral, han sido insuficientes hasta
ahora.
• Desde la perspectiva bíblica se procura dar fundamento a una
concepción humanista y de intervención mínima del derecho penal, en
donde conceptos como arrepentimiento, responsabilización genuina,
cicatrización de heridas emocionales y perdón se integren a su misión.

En la Ciudad de Acapulco, Guerrero, el día 13 de marzo del año 2010, se emite


el siguiente:

MANIFIESTO

1. Es urgente que Estado y sociedad establezcamos un pacto para


prevenir y enfrentar la criminalidad con una concepción humanística
fundamentada en la premisa de que la paz y la seguridad sociales son
posibles.

2. Los delitos son expresión del fracaso en el proceso de socialización; de


ahí que en las respuestas al fenómeno criminal se debe considerar la
corresponsabilidad de la familia, del sistema educativo, de la comunidad
próxima y de los demás agentes formales e informales de dicha
socialización fallida.

3. La escuela penal restaurativa y el procedimiento acusatorio y oral deben


construir una eficaz respuesta a la criminalidad para lo cual se tiene que
atender a las necesidades de los protagonistas del conflicto y de los
afectados indirectos.

4. La investigación y el estudio sobre juicios orales y procesos


restaurativos tiene que incluir en cada país las buenas prácticas de las
comunidades originarias en la materia, así como la evolución del
sistema procesal patrio que es acorde a nuestras culturas, y sólo
secundariamente nutrirse de sistemas jurídicos de distintas familias del
derecho penal sustantivo y adjetivo contemporáneos.

5. El nuevo sistema procesal oral y la justicia penal restaurativa están


comprometidos a proporcionar a la víctima y al ofendido un espacio en
el que se aseguren condiciones para que de manera puntual y efectiva
se atiendan sus necesidades.

6. Es indispensable que las salidas alternas a la audiencia de juicio oral -a


saber, el criterio de oportunidad, la suspensión del procedimiento a
prueba, los mecanismos reparatorios - incluido el procedimiento
abreviado, operen atendiendo a las necesidades de reintegración de los
delincuentes a la comunidad, por lo que es necesario que en todas y
cada una de dichas salidas alternas sea una condición su participación
en los procesos restaurativos.
7. En la búsqueda de la paz y la concordia sociales los órganos
responsables de operar la justicia penal restaurativa deben disponer de
atribuciones para impulsar unidades comunitarias en las que se
atiendan con un enfoque restaurativo ilícitos penales de escasa
gravedad, con el fin de evitar la estigmatización de sus generadores, y
dar vigencia a la concepción del delito como un conflicto interpersonal
que adecuadamente abordado previene ilícitos futuros.

8. La justicia penal restaurativa es una eficaz opción para recuperar a las


víctimas o los ofendidos y a los delincuentes en la fase de ejecución de
sanciones.

9. La mediación, la conciliación, las conferencias, los encuentros de


facilitación y los círculos, son procesos restaurativos que en esta fase de
la evolución de la corriente de la justicia penal restaurativa resultan
idóneos para que transitemos hacia el entendimiento social, al dar
amplio espacio a las necesidades y a la satisfacción de las mismas tanto
de las víctimas o los ofendidos, como del ofensor y de la comunidad.

10. El diseño de políticas públicas para operar procesos restaurativos en


comunidades urbanas, rurales y originarias, es una estrategia eficaz
para prevenir la comisión de delitos graves, restableciendo la paz y la
armonía sociales.

Por la Comisión Redactora del presente Manifiesto firman sus


Coordinadores Generales.

DR. JORGE PESQUEIRA LEAL DR. EDMUNDO ROMÁN PINZÓN


Por la Universidad de Sonora; Presidente del Tribunal Superior de
la Academia Mexicana de Justicia Justicia, Consejo de la Judicatura del
Restaurativa y Oralidad, A.C. y el Estado de Guerrero y Vicepresidente de
Instituto de Mediación de México, S.C. la CONATRIB.

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