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La pelota manchada
Aunque es un tema que posee un amplio abanico multidisciplinar de
explicaciones, existen causas psicolgicas especficas que podran
abrir el camino, junto con una labor correcta y tica por parte de
los medios de comunicacin, a la materializacin de medidas
efectivas que erradiquen este grave problema de los recintos
deportivos
Los actos violentos en los estadios de ftbol suelen ser o han sido
recurrentes en casi todos los pases del mundo en donde se practica con
asiduidad el deporte ms famoso del planeta Tierra. Venezuela no es la
excepcin: la violencia ha estado presente casi desde el mismo momento en
que el balompi fue institucionalizado y consolidado como un deporte en el
que participaban jugadores profesionales, lo cual atrajo un buen nmero de
aficionados a los recintos deportivos y esto, a su vez, gener las
confrontaciones y hecho violentos entre simpatizantes de los equipos
enfrentados dentro del terreno de juego o, incluso, hechos vandlicos de
uno de los sectores de la fanaticada.
Casi de la mano de la evolucin deportiva de la Seleccin Nacional de
ftbol, la Vinotinto, el torneo local ha experimentado una masificacin y
desarrollo importante: la Primera Divisin cuenta con 18 equipos de 16
Estados distintos, la afluencia de espectadores en los estadios ha crecido
exponencialmente, los equipos tienen presencia en torneos de talla
internacional (Copa Libertadores y Copa Sudamericana) y la cobertura de
los medios, tanto audiovisuales como impresos, ha aumentado
notablemente.
Sin embargo, actualmente,
en la Liga de Ftbol Profesional de
Venezuela se ha producido un auge en la recurrencia de los hechos de
violencia e, incluso, se han agravado hasta extremos ms que alarmantes.
Ahora bien, a un estadio de ftbol asisten un gran nmero de personas sin
distincin de color, clase social o credo y existen instituciones que rigen y
menor duda a nadie. Porque se equivoque uno no tiene que pagar el ftbol.
Yo me equivoqu y pagu. La pelota no se mancha. En este caso, habr
que esperar a que la pelota se manche para reaccionar? Esperemos que no.