Amor Después de La Muerte (3 Capítulos)

Portada:Maquetación 1 14/11/2008 19:06 Página 1
Proyecto RAENIO
Al adquirir este libro usted Este libro ha sido dictado
está colaborando en la crea- por el guía espiritual de Juan
ción de la “Fundación Juan llamado Thamanuel. El canal
Rioseras”, para ayudar a que se ha utilizado ha sido la
jóvenes de familias deses-
Amor Después de la Muerte madre de Juan.
La madre de Juan Rioseras

tructuradas. En él se explica cómo el
amor es lo que nos hace evo-
lucionar una vez que hemos
dejado nuestro cuerpo físico
en la tierra.
Nuestra energía se eleva
y ésa es la que evoluciona
hacia la luz y sois vosotros
desde la tierra los que con
vuestro amor nos ayudáis en
esa evolución.
Aquí explicamos cómo la
madre de Juan ayudó a su
hijo a llegar a la eternidad.
El amor es lo más grande
que existe, sin él no alcanza-
AMOR DESPUÉS DE LA MUERTE

remos la eternidad.
La madre de
Juan Rioseras Aurensanz

libro:Raenio 31/10/2008 17:33 PÆgina 3
Amor después
de la muerte
La madre de
Juan Rioseras Aurensanz
Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro,

así como su tratamiento informático, grabación magnética o
cualquier almacenamiento de información o sistema de recu-
peración o por otros medios, ya sean electrónicos, mecáni-
cos, por fotografía, registro, etc., sin el permiso previo por
escrito del autor.
© Autora: Elena Aurensanz Ortiz, 2008
Coautor:Thamanuel (guía espiritual de Juan Rioseras Aurensanz)
Edita:
© La Fragua del Trovador
c/ Severo Ochoa,5 -2ºB
50011 Zaragoza
Telf. y Fax 976 332 397
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Imprime:
Gráficas Mola, s. coop.
Portada:
“Luz del espíritu”, Robert Fludd. Utriusque Cosmi, tomo I,
Oppenheim, 1617
Elena Aurensanz Ortiz

Apartado Correos 1187 - 50080 ZARAGOZA
http://juanrioseras.blogia.com
I.S.B.N: 978-84-935519-6-4
Depósito Legal: Z-4125-2008

PRÓLOGO
A primera vista, las manos de Elena Aurensanz, manejadas por

el guía espiritual Thamanuel, nos ha diseñado un libro de asequible
comprensión… solo a primera vista.
Desconocido lector, usted se encuentra ante unos textos que,
debido a la sencillez con la que están escritos, en un principio los
creerá fácil de entender. No se engañe, porque, si usted los lee
atentamente, analizando cada renglón y cada frase, su humilde li-
teratura le hará comprender la gran profundidad que contienen,
así como también la falta de sensibilidad que existe en nuestras
vidas, sentimiento desaparecido en la realidad que nos envuelve.
Cuando localizamos el verdadero sentido del contenido que
describen las letras que impregnan las páginas de este libro, cap-
tamos sin mucho esfuerzo la falsedad que nos rodea. También
comprendemos la falacia en que hemos convertido la humani-
dad… nuestra humanidad. Y es entonces cuando nos damos cuenta
del amor que a lo largo de nuestra vida hemos dejado de sembrar,
y del mucho amor que no tenemos y que nos falta; lo cual es un
contrasentido, porque por no usarlo tendríamos que estar rebosan-
tes de él.
El guía espiritual Thamanuel, a través de Elena Aurensanz, en
el presente libro Amor después de la muerte, nos explica hasta la
saciedad que el amor es la única realidad que existe, que ha exis-
tido y que existirà; y que nosotros, aun olvidado como lo tenemos,
seguimos siendo fruto de él, seguimos formando parte de él, y al
final absolutamente todos nos dirigiremos a él.
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Desde nuestros ancestros más lejanos, hemos aceptado unos

esquemas mentales que nos impiden ver más allá de lo que nuestra
capacidad mental alcanza. Sin embrago, nuestro entendimiento a
veces es iluminado por hechos o sensaciones de procedencia no
humana, percepciones que por no poseer naturaleza física creemos
de dudosa credibilidad.
Nos invade un materialismo corrosivo que destruye nuestras
conciencias. Por él solemos no comprender ni creer en lo que no
vemos; no obstante si analizamos esas situaciones sentimentales,
tendremos que aceptar que existen fuerzas que sobrepasan nuestro
intelecto hasta límites insospechados.
La realidad es opuesta a la hegemonía que sobre la vida cree-
mos mantener, porque aunque nuestro objetivismo se encuentre
forjado por el materialismo más férreo, en nuestro interior no
dudamos de que existen fuerzas que difieren de nuestro estado
material y que se escapan a nuestra corta capacidad de compren-
sión humana; por lo tanto, es concluyente que no siempre tenemos
que ver para creer en lo que con nuestra percepción física no cap-
tamos.
La vida animal está compuesta por dos esencias totalmente
opuestas pero imprescindibles en su formación. Una es la materia,
el cuerpo físico, lo visible, lo palpable; y la otra es la energía que
hace las funciones de motor de la primera; ésta es invisible e im-
palpable. Para que nuestra parte material se pueda mantener con
vida se tiene que alimentar con productos orgánicos, no así nuestra
parte energética o espiritual; ésta se nutre de las actuaciones que
durante toda su vida desarrolla el cuerpo físico al que sirve de
motriz, y ésta parte propulsora y principal causante de nuestra
existencia se mantiene unida al cuerpo físico mientras éste se man-
tiene con vida.
Está demostrado que la materia sin vida se destruye y descom-
pone, como también se sabe que la energía nunca se acaba, su
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fuerza podrá variar y realizar otras funciones a las que en un prin-

cipio estaba destinada; podrá evolucionar y/o regresar a un estado
más estable, su primitiva fuerza podrá quedar más apaciguada,
podrá tener variaciones, pero nunca, nunca se extinguirá.
Nuestras existencias actuales se desarrollan en un espacio to-
talmente diferente al de las energías que han abandonado la mate-
ria, el cuerpo físico con el que se encontraban unidas mientras
duraba su etapa de vida humana. No obstante, aunque dichos pla-
nos o espacios sean completamente distintos, entre ellos no existe
ninguna lejanía, su proximidad, aunque sea intangible, es tan cer-
cana que estas fuerzas se encuentran completamente involucradas
en la dimensión/espacio/tiempo en que estamos subsistiendo. El
involucramiento existente entre ambas desarrolla una conexión
entre la vida y la muerte más cercana de lo que podemos imaginar.
Entre la vida y la muerte no existe ninguna separación, la vida es
el principio de la muerte y la muerte el final de la vida, y ambas
fases van unidas desde el principio del ser. Nacemos para morir,
por lo tanto, no tendríamos que sentir ningún pavor de la muerte.
Existe un plano espiritual que da cobijo a todas las energías
que abandonan sus cuerpos, y existen razones sentimentales por
las cuales los contactos con las personas amadas que han dejado
de existir pueden ser totalmente reales.
Nuestro subconsciente siempre ha deseado comunicarse con
el ser o los seres que hemos querido y que han abandonado nuestra
existencia, sobre todo si estos fallecimientos han sido de forma
violenta o inesperada.
En cualquier situación nunca se tiene que intentar molestar a
los seres fallecidos; llegado el caso, serán siempre ellos quienes
por algún motivo se comuniquen con nosotros. Cuando ha existido
un lazo poderoso de unión espiritual entre dos personas y una de
ellas cruza el umbral que nos separa del más allá, será ésta la única
que con derecho se pueda comunicar con los que no lo han cru-
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zado, nunca tenemos que intentar hacerlo nosotros. Jamás se tiene

que sufrir por ellos, porque en el plano que se encuentran son fe-
lices, y más si reciben amor en el recuerdo, porque ellos se ali-
mentan de amor, de nuestro amor.
Ellos se encuentran bien y se dirigen a un iluminado destino,
a un fulgor en la oscuridad, a un eterno resplandor, a una luz
final…
Amor, Energía, Luz, tres palabras que significan lo mismo y
son lo más importante para nuestras vidas actuales y para las de
después de morir. El Amor es el elixir de la felicidad, la Energía
la fuerza del Amor y la Luz el camino a seguir de ambas. Con
Amor nunca te desviarás del camino marcado, porque tenlo en
cuenta, el Amor cierra el círculo de la vida.
La luz que impera en la energía de la vida nunca deja de ilu-
minar nuestra fuerza/espíritu cuando éste se separa de nuestro
cuerpo; por ello cuando algún humano muy escogido, de alguna
manera consigue entrar en los canales de comunicación de esas
fuerzas espirituales, las expresiones y diálogos que de ellas recibe
pueden alterar totalmente las formas y opiniones que sobre ese
desconocido y temido más allá anteriormente poseía.
Elena Aurensanz, por el amor que le unía a su hijo Juan, ha
podido ser recepcionista de estas energías.
Juan, en un tiempo eras totalmente desconocido para mí; ahora,
aunque solo sea a través de tu madre, te he conocido. He sabido
que un día, en mitad de la primavera de tu existencia tuviste la
desdicha de coincidir con unos pestilentes desechos humanos, en
el instante que éstos defecaban el odio de su irracional agresividad;
y dichas bestias, agrediendo a la humanidad más esencial provo-
caron dos crueldades, la primera tronchar el verde tallo de un árbol
joven, el de tu vida floreciente, y la segunda, quebrar por completo
la naturaleza de una madre.
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Elena, superficialmente has sabido reponerte y aun convale-

ciente de tu dolor, tu recuperación la empleas en ayudar a otros
seres que como tú, su fragilidad de humanos también ha sido que-
brada.
Gracias, Elena, por tu amor al mundo.
Ya hemos llegado al final, a ese destello luminoso, a ese túnel

de blanca luz que un día todos cruzaremos; y puede que ese bri-
llante fulgor no sea nada más que la completa gama de colores que
contiene el reflejo de la invisible y silenciosa estructura del amor.
Julio Herrero García

Zaragoza, octubre de 2008
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Agradecimiento de Rosa Peralta a Elena y Juan.
Quiero escribir unas líneas en agradecimiento a una gran

mujer. Conocí a Elena en una presentación del libro transmitido
por su hijo Juan. Desde entonces mi vida fue crucial, hubo una
conexión muy fuerte con ella y su hijo. Le pedí el número de te-
léfono y muy amablemente me lo dio.
Pasaron como unos dos meses, sentía a Juan como si quisiera
que me comunicara con su madre. Una amiga me invitó una tarde
a tomar café. Al llegar a su casa me dijo: “¡Mira, Rosi, qué libro
me han dejado! Como sé que a ti te gustan estos temas, quería que
lo vieses”. Lo tenía encima de la mesa del salón y cuál fue mi sor-
presa cuando ví que era el libro de Raenio. Desde entonces no
dudé que hubo una gran conexión.
Quiero dar mi más sincero agradecimiento a estos dos grandes
seres, Elena y Juan, y agradecer a Dios por habérmelos puesto en
mi camino.
Arcos de luz, atravesando

el umbral.
Ángeles en misión de
humanidad;
entre ellos, Elena y Juan.
Vuestra fama se extiende
creando esperanza y paz,
aprendiendo y enseñando
el amor incondicional.
Con amor, de Rosi Peralta
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Agradecimiento de Lucía Heras.
Agradecer es bueno e importante. Creo que la mejor forma de

hacerlo es compartiendo lo que uno tiene, lo que sabe o lo que es,
por lo que voy a escribir sobre la luz.
La luz es el motor que mueve el mundo. Todos, consciente o
inconscientemente, somos movidos, dirigidos y llevados por ella.
El que seamos inconscientes de la verdad que nos envuelve no le
quita realidad. Vivimos dentro de una burbuja que no nos permite
sentir lo que somos y, a la vez, nos protege de lo que no somos.
La razón de nuestro devenir está en ese aprendizaje que todos
tenemos que hacer, saber lo que somos “en esencia”. Por mucho
que alguien nos lo explique, no nos lo podrá hacer comprender
hasta que no lo experimentemos por nosotros mismos, ya que es
un viaje personal e intransferible. Busquemos la esencia de nuestro
ser y estaremos en el camino; busquemos otras cosas y nos habre-
mos desviado de él, es así de sencillo. En realidad, es todo muy
simple, somos nosotros los que lo hacemos complejo.
La verdad espiritual es una y está diseminada por todo el uni-
verso. Al igual que la luz es una en sus diversas intensidades. El
amor uno en sus múltiples manifestaciones, la paz una…, así pues,
todos somos uno con nuestras variadas personalidades.
Se llega a la unidad, espiritualizando la materia. Esta verdad
gobierna nuestro ser y cuando nos obstinamos en desoírla nos
azota; por lo que nunca debemos olvidar que Dios es pura cuali-
dad que gobierna y rige, y, aquel que no se adapta a Él, fenece.
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Luz de Vida
Tu vida es un canto a la vida,

un volver después del marchar,
una cometa que vuela,
un nuevo caminar.
Te soñamos y tú nos miras,

te amamos y nos admiras,
buscamos de tu sombra
y hallamos tu respirar.
Susurros entrecortados
que en el aire se alzarán,
son los amores perdidos
que se han de volver a enlazar.
A Juan de Lucía
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Carta de Mª Pilar Torres.
Estimada amiga Elena:
He tenido el honor de ser una de las privilegiadas que han leído

tu libro “Amor después de la muerte”, antes de que se publique.
Al igual que el libro de Juan “Raenio”, me ha gustado mucho

y os estoy muy agradecida por ellos.
Si “Raenio" condensa toda la búsqueda que una madre em-

prende tras la marcha de su hijo y que le cuesta encontrar libros,
“Amor después de la muerte” es una guía maravillosa para las ma-
dres que no sabemos de qué forma hacer llegar nuestro amor a
nuestros hijos en este nuevo camino.
Gracias Juan. Gracias, Elena, por vuestros regalos.
Hasta siempre.
Mª Pilar Torres, madre de Carlos.
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NOTA DEL CANAL
Cuando el guía de Juan llamado Thamanuel me dijo que él

me iba a dictar Amor después de la muerte, me emocioné.
No pensaba que este libro fuera a tener tanta importancia
para mí. Mientras lo iba tecleando, me iba dando cuenta de muchas
cosas que me han servido para mi curación. No podía imaginar
que el amor fuese tan importante. Además, un amor que no cuesta
dar, es decir, un amor que sale de tu interior sin ningún esfuerzo,
es un amor de madre, ese amor que se da sin pedir nada a cambio.
Como os decía fueron unos meses muy bonitos para mí,
mientras duró su transmisión.
Mi mente, mientras transmitía sus mensajes, estaba tran-
quila y relajada. Gracias a ello he podido curarla. Después de lo
que sucedió, el asesinato de mi hijo, piensas que ya no vas a poder
vivir. Debido a todo esto he empezado a vivir y a ser feliz de
nuevo.
Estos seres de luz que me acompañan en mi camino hacia
el amor son los que me han dado la vida de nuevo.
Yo sí podría deciros que habéis sido vosotros los que, con
vuestro amor, me habéis salvado de una vida sin esperanza. Os
quiero y os doy las gracias por haber sido tan buenos y haber
tenido tanta paciencia, porque me ha costado mucho comprender
todo lo que se dice en este libro.
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POEMA
Mi amor,
cuando te acercabas a mi tumba,
yo estaba cerca de ti.
Has mirado mi fotografía y me has sonreído,
has pensado… ¡qué guapo eras Plácido!
Me llena de alegría que te acerques a verme
sí, Elena, yo fui reencarnación de Jorge,
por eso nos atraíamos tanto.
Blancas eran tus flores, con qué cariño las pusiste.
Mi corazón vibró de emoción
al verte cerca de mi tumba.
Elena, mi amor,
te quiero hasta tal punto
que siempre serás mi amor.
Mi amor,
mi tumba mira hacia la puerta del cementerio.
Desde que Juan esta ahí,
siempre que vas a ver su tumba, te acercas a la mía también.
Caminas ligera, siempre llevas flores en las manos.
Voy a tu encuentro y te acompaño hasta la tumba de Juan.
Dejas las flores, a veces pones alguna en mi tumba también.
¡Qué feliz me hace pensar que también te acuerdas de mí!
Visitas mucho el cementerio desde que Juan está ahí.
Me gusta verte cuando entras, con tus flores en las manos.
En el cementerio de la Paúl está la tumba de Juan.

Diecinueve años tenía Juan, igual que los míos.
Juan murió acuchillado, mi muerte fue por accidente de tráfico.
Un coche chocó contra nuestro camino del Cir.
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Mi muerte fue rápida, mi cabeza quedó destrozada.

Mi amor, habíamos pasado la tarde juntos, bailando.
Nos íbamos en coche, camino del Cir.
En el accidente que perdí la vida,

también venían mis dos amigos:
Manolito y Ramón.
Ramón iba en el asiento de atrás;
el impacto de los dos coches
apenas le hizo algún rasguño.
En cambio, Manolito
tuvo muchas fracturas en las piernas.
Él conducía ,
sufrió mucho con mi muerte.
A pesar del tiempo que ha transcurrido,
todavía no ha superado mi muerte.
No tuvo ayuda psicológica, eran otros tiempos.
Yo intentaba ayudarte pero no me recibías.
Vivíamos en la Paúl, éramos primos hermanos.
Mi padre Francisco y tu madre Balbina eran hermanos,
así que nosotros éramos primos hermanos de sangre.
No era posible nuestra unión, no para ti, no lo hubieras consentido;
vivíamos felices, formábamos una buena pareja
en los estudios, en los juegos, en el baile.
Te gustaba subirte a los árboles y nadar.
Tu pelo largo y negro, cuando ibas con trenzas me gustaba tirar de ellas;
te enfadabas, no te gustaba.
Fue una adolescencia muy bonita.
Cuando te fuiste a Zaragoza, me quedé muy solo.
Los fines de semana subías a ver a tus padres.
En uno de esos fines de semana bajaste con nosotros a Zaragoza;
esa fue la última vez que viajamos juntos,
pues por la noche, cuando regresábamos al Cir, tuvimos el accidente.
18
Mi amor,
cuando dejé ese mundo, llegué a un lugar oscuro.
Mis ojos no veían la luz;
pasó mucho tiempo hasta que pude verla.
Mi madre, sin saberlo, me retuvo con ella y no pude evolucionar.
He estado muchos años esperando hasta que viniste tú
en una meditación dirigida por tu amiga Gloria.
Te cogí de la mano y te acompañé hasta el lugar,
donde muchos años atrás habíamos vivido una historia de amor.
Tú ibas a ser la que me ibas a ayudar para poder llegar a la luz.
Gracias a ti, estoy en la luz
y puedo escribir estas líneas en este libro
que se va a titular “Amor después de la muerte”.
Aquí vamos a hablar del amor.

Ese amor que vosotros desde la tierra nos dais
y, gracias a él, nosotros podemos evolucionar y seguir nuestro camino.
Vamos a hablar de cómo nuestros seres queridos desde la tierra,
nos pueden ayudar para llegar a alcanzar la luz.
AMOR, LUZ, dos palabras que se funden en ENERGÍA.
Amor, luz, energía quedan suspendidas en el UNIVERSO, allí están
y sois vosotros los que con vuestro amor
podéis llegar a nuestra energía a través de la luz;
así nuestra energía estaría con vosotros.
19
A la madre de Juan
CAPÍTULO I
La energía que ha quedado suspendida en el universo puede

canalizarse a través de la luz y sois vosotros, desde la tierra, los
que podéis llegar a nuestra energía llenándoos de luz. Con vuestro
amor, al querer estar con nuestra energía, no es difícil con un poco
de práctica y sobre todo teniendo fe en vosotros mismos y que-
riendo estar con nosotros. Porque estemos muertos no os tenemos
que dar miedo, somos seres de luz, no existen los fantasmas. Como
os decía, somos seres de luz y si vosotros pensáis en nosotros y nos
imagináis como cuando estábamos viviendo en la tierra, podréis
visualizarnos.
El amor que vosotros nos dais desde la tierra es lo que a nosotros
nos ayuda para seguir evolucionando. Nosotros nos alimentamos
del amor que vosotros nos dais y si, además, comprendéis la
muerte dejándonos en libertad, todavía mejor. Que vosotros sigáis
viviendo normalmente a nosotros nos ayuda mucho; así no tenemos
que estar tan pendientes de vosotros, porque si vosotros no estáis
bien nosotros sufrimos mucho por vosotros.
Cuando un ser querido deja ese mundo, somos nosotros, desde
aquí arriba, los que ayudamos. Cuando llegan aquí están desorien-
tados; al principio no saben dónde se encuentran, pocos vienen
preparados desde la tierra.
Aquí se les recibe a todos por igual, a los que han sido buenos
y a los que han sido malos. Se les informa dónde están y se les
recuerda su vida, tanto si ha sido correcta como si no. Cuando se
nace, elegimos la vida que vamos a llevar. Si esa vida que has ele-
gido la has vivido bien, sin desviarte de tu camino, emprenderás
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aquí arriba tu camino de evolución hacia la luz; pero si la vida que

has elegido no la has vivido como tal, tendrás que volver a vivirla
otra vez; es decir, tendrás que reencarnarte en otra vida y así hasta
que vivas como elegiste.
Vamos a ver, Elena, te lo voy a explicar. Para que lo compren-
das, voy a ponerte un ejemplo: tu padre murió cuando tenía
ochenta años. Él no va a reencarnarse, vivió la vida como la había
elegido, no se desvió de su camino; eso sí, tenía mal genio, hizo
sufrir mucho a tu madre. Al llegar aquí arriba tardó mucho tiempo
en comprender que tenía que seguir su camino hacia la luz; fue su
nieto Juan quién le habló, le dijo que tenía que evolucionar.
En el universo está la energía de esos seres que han dejado la
tierra. Hay energías positivas y energías negativas. La energía po-
sitiva la forman esos seres que al llegar aquí arriba han llegado a
la luz; la energía negativa es de esos seres que están en proceso de
querer evolucionar, son planos más bajos, que no tienen luz.
Las personas como tú, Elena, las que están en la luz, nunca
tendrán ninguna experiencia negativa con esos seres porque ellos
no pueden acceder a vuestra luz. ¡Has llegado a tal estado de luz
que sólo puedes conectar con los seres de luz; así es, Elena, tu
labor en la tierra va a ser tan bonita y vas a realizar muchas obras
buenas. El Señor te va a recompensar. A pesar de tu gran dolor por
la pérdida de tu hijo Juan, no has perdido la fe y eso es lo que te
ha salvado y por eso has logrado llegar a donde has llegado, a
poder estar con nosotros! Todo esto es tan maravilloso para ti; te
hace tan feliz poder estar con la energía de tu hijo.
Siempre que tú te llenas de luz, esa energía pasa a través de ti
y tú, a través de tus manos, vas a poder pasarla a otras personas
que la necesiten. Todo esto que tú vas a hacer, ayudar desinteresa-
damente a otras personas, es un trabajo de evolución para ti. Ayu-
das a seres que están en la tierra y a seres que están en el universo,
todo esto, como decía anteriormente, es a través de la luz; tu
cuerpo y tu mente han llegado a estar en armonía, tú misma te has
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curado; cuando tu cuerpo está armonizado, llega la curación. Eso

es lo que va a hacer cuando tú pases la energía de tu hijo Juan; ar-
monizar los cuerpos para que luego haya curación; si esas personas
que reciben tu energía tienen fe, se curarán, no así aquéllas que no
la tengan.
El universo es tan poderoso que se podría salvar a muchas
personas solamente con aprender a canalizar la energía.
Aquí en el universo hay tantas almas como personas viven en
la tierra. Muchas de ellas están faltas de amor, bien porque no tie-
nen a nadie que se acuerde de ellas o porque su familia piensa que
no hay vida después de la muerte y una vez que el ser querido ha
muerto se preocupan poco de él.
Aquí arriba también nos alimentamos, como vosotros os ali-
mentáis allí en la tierra de comida, aquí nos alimentamos del amor
que nos dais vosotros. Tenednos presentes en vuestras conversa-
ciones, que queráis saber a través de nosotros y qué es lo que hay
más allá después de la muerte es lo que a nosotros nos hace crecer
cada día más en nuestro camino de evolución. ¡Cuánto más grande
es vuestro amor hacia nosotros, más avanzamos hacia la luz!
Cuando hemos llegado a la luz, sois vosotros quienes nos ayudáis
con vuestro amor y, a su vez, os podemos ayudar desde el uni-
verso.
Elena ha ayudado tanto a su hijo Juan, sin saberlo, solamente
queriéndolo con toda su alma y queriendo saber cosas de él. Por-
que ella sabe que hay otra vida después de la muerte. Con todo
eso, Elena ha participado en la evolución de su hijo Juan. Su hijo
Juan ha subido tan alto que puede ayudar a su familia, ayudarles
a ser felices y a vivir en paz sin tener rencor hacia esas personas
que arrebataron la vida de su hijo. Es él quien les ayuda a seguir
viviendo en paz, así también ayudará a otras personas cuando su
energía pase a través de Elena.
¡Es tan importante el amor después de la muerte! El amor es
nuestro alimento y para esos seres olvidados de los que te hablaba
antes la evolución es muy lenta.
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Comentábamos anteriormente que cuando un alma llega al uni-

verso, después de haber dejado su cuerpo en la tierra, empieza su
proceso de evolución. Y como haya vivido en la tierra continuará
viviendo aquí. Vamos a poner un ejemplo; una persona que tiene
a su cargo la presidencia, es decir, el representante del país elegido
por el pueblo. Ha sido elegido por mayoría por los ciudadanos que
forman ese país, si esa persona no cumple, no hace caso al pueblo
porque piensa que él va a salir perjudicado, esa persona no está
actuando bien, no piensa en los demás, piensa en sí mismo.
Cuando después de muerto llega aquí al universo, va a seguir pen-
sando igual que ahí en la tierra. Va a tener que cambiar mucho
para poder evolucionar, porque para llegar al camino del amor tie-
nes que purificar tu alma, por eso a veces el poder y querer vivir
a costa de los demás se paga. Hay que ser humilde para entrar en
el reino de los cielos, y para llegar a la luz.
26
CAPÍTULO II
Elena, tú sabes que la primera vez que hablé contigo a través

de J. H. fue para pedirte que dejaras en libertad a tu hijo Juan, para
que no le retuvieses, para que abrieses tus manos y lo dejases volar.
Fue muy bonito ese encuentro contigo, tú me aceptaste sin temor.
Se abrió una luz para ti. Te dije que Juan estaba conmigo, que yo
era su guía y que le estaba enseñando a poder comunicarse con-
tigo; también te dije que era un alma joven, un moreno muy guapo
y fuerte, que era muy bueno, que te quería mucho.
Tú me preguntaste el porqué de esa muerte tan horrible, yo te
contesté que el nene moreno estaba donde tenía que estar, te dije
que abrieses tu corazón y que entrase la luz y que vivieras porque
tu hijo Juan era feliz donde estaba. Tú escuchabas con mucho in-
terés; en esos momentos estabas con una profunda depresión. Este
primer contacto que tuviste con nosotros te llenó de paz; ya sabías
que tu hijo estaba bien y con quién estaba, que no estaba solo sino
que tenía un guía que lo quería como a un hijo. También tenía
como a un amigo, Rafael, alguien que tiene mucha luz y Juan iba
pegado a él. Todo esto a ti te dio vida, sabías que no tenías su
cuerpo pero sabías que sí tenías su alma.
Después del contacto que tuve con Elena, Juan empezó a evo-
lucionar. Su madre había comprendido que no tendría su cuerpo
pero sí iba a tener su energía. Al empezar ella a vivir, su hijo Juan
pudo remontar el vuelo, hasta entonces él no había podido dejar a
su madre así. Ella empezó a salir de la depresión, dejó de tomar
todo lo que estaba tomando. E., la madre de J. H., la ayudó, ella pa-
saba energía todas las noches a Elena y poco a poco fueron reto-
mando su camino, tanto ella como su hijo Juan. Ella comprendió
que si estaba bien su hijo, podía seguir su camino.
27
¡Qué momentos tan maravillosos pasaban en el piso de la hija

de E.! Ellas hablaban mucho de Rafael, el marido de su hija, que
había fallecido hacía pocos meses antes. Ellos han venido a escu-
charlas en muchos momentos y ellas han notado su presencia. Han
celebrado cumpleaños, han brindado por ellos y eso a ellos les
hacía muy felices, verlas a ellas, lo bien que lo pasaban, lo que ha-
blaban de ellos. Otros seres tenían envidia al ver que sus familias
no tenían reparo con los espíritus.
Ese amor que vosotras habéis manifestado por vuestros seres
queridos les ha ayudado tanto que ellos han podido hacer muchas
cosas por vosotras.
Cuando Juan llegó aquí al universo su madre, Elena, le ayudó
muchísimo con su actitud ante la muerte. Ella leyó muchos libros
relacionados con la muerte, con el paso a planos más elevados. Al
comprender Elena muchas cosas, su hijo Juan llegó muy rápido a
la luz. Comprendió a Juan; a pesar de que era su hijo, ella no tenía
ningún derecho a retener a Juan, su obligación era el ayudarlo en
su evolución y… ¿cómo lo podía ayudar? se preguntaba ella. Le
iba a costar mucho pero haría lo que Thamanuel le había dicho en
casa de la hija de E.. Abrir su corazón, que entrase la luz y dejar
en libertad a su hijo, simplemente por haber hecho eso, su hijo se
elevó muy rápido porque hizo lo que nosotros le dijimos.
Juan al llegar a la luz pudo ayudar a su familia, sobre todo a su
madre que era la que más lo necesitaba; los dos se han ayudado
mutuamente. El amor de Elena hacia su hijo ha sido tan grande
que se encontraron de nuevo, es la fuerza de su amor la que ha
dado lugar a todo esto que está haciendo Elena y lo está haciendo
por su hijo. Ella ha sacrificado su vida por su hijo, pues le ha en-
tregado su amor, amor incondicional hacia los demás. Ella no
quiere nada, sólo ayudar a su hijo para que no tenga que volver a
vivir otra vida. Ella la va a continuar por su hijo ahí en la tierra;
ella sabe que haciendo todo esto que le hemos pedido ayuda a su
hijo pues Juan va a ayudar a mucha gente en la tierra a través de
28
su madre y aquí en el universo también a través de su madre, es el

amor lo que ha movido esta alteración vertiginosa.
La energía de Juan ha retornado a su madre y todo esto ha sido
movido por el amor tan grande que se profesan Juan y Elena. Ellos
lo pasan muy bien cuando la energía de Juan está con Elena, en
esos momentos Elena rejuvenece, es la energía de Juan la que la
hace sentirse así, es el amor de los dos lo que hace posible esa
transformación, es el amor que seguirá vivo hasta la eternidad;
Elena alimenta a Juan con su amor y cuanto más grande es ese
amor más crece Juan.
Que Elena esté en la tierra y Juan aquí en el universo no es
ningún obstáculo para que ellos puedan comunicarse. Es el amor
lo que hace posible esta comunicación. Es el amor que Elena está
dando a Juan después de la muerte, entendamos la muerte del
cuerpo pero no la del espíritu; es decir, la de la energía del ser que
ha dejado su cuerpo en la tierra. Esto sólo es posible a través del
amor.
El amor rompe todas las barreras, con amor todo llega a con-
seguirse. Elena ha conseguido con su amor elevar a su hijo Juan
hasta tal punto que su hijo Juan puede hacer cosas para la huma-
nidad, ayudar. Sí, Elena, tú sin saberlo solamente por el amor que
has tenido a tu hijo has roto esa barrera que separa a los humanos
de los espíritus o energía, como quieras llamarlo; accedes con tanta
facilidad hacia los planos superiores que puedes transmitir al
mundo mensajes de amor y de paz. Mensajes de amor a los seres
queridos de los que están aquí arriba y es tu amor lo que provoca
esta alteración. El amor que tú le has dado a Juan después de la
muerte es maravilloso, es un amor puro y sano; pocos seres hemos
recibido el amor que tú has dado a tu hijo Juan después de la
muerte.
El que Juan esté aquí en el universo no va a impedirle que
pueda continuar su vida ahí en la tierra. No va a estar en cuerpo
pero sí en energía y va ser su madre y luego su hermana V. las que
29
continúen su vida ahí en la tierra. Juan está muy contento porque

su madre ha aceptado todo lo que le ha pedido, le ha dado su amor.
Gracias a ese amor y al querer estar con él, Juan puede seguir con
su familia en la tierra pues su energía está con ellos y es su madre
la que mantiene viva esa alteración. Su madre ha sacrificado su
vida por su hijo, ella va a dedicar lo que queda de su vida ahí en
la tierra a demostrar que la energía de Juan está con ella y es el
amor lo que mantiene viva esta alteración. Amor de madre hacia
ese hijo a quien le han arrebatado la vida, ella sabe que su amor ali-
menta a Juan y cuanto más grande es ese amor más lo eleva.
No se había hablado hasta ahora de todo este proceso que el
amor es lo que da vida y el amor de Elena hacia Juan es lo que le
ha dado la vida de nuevo para poder seguirla ahí en la tierra a tra-
vés de su madre. Elena, tan humilde y que hayas llegado tan lejos,
sí, tan lejos ha ido tu amor, tu amor hacia Juan.
30
CAPÍTULO III
En el mundo en que se vive muy pocos se preocupan de sus

seres queridos que han muerto. A nosotros aquí arriba nos duele
porque nuestra alma o energía, como queráis llamarlo, sigue
viviendo. El cuerpo, al que tanta importancia damos, queda des-
truido. Veneramos el cuerpo pero muy pocos el alma o energía,
debería ser al contrario pues la energía no se destruye; a ésa hay
que venerarla, podéis ayudarla con vuestro amor, con las obras
buenas que realizáis desde la tierra para nosotros, con el amor a lo
que hacéis; así nos alimentáis para elevarnos más y más.
Vosotros pensáis que estamos muertos, sí, está muerto nuestro
cuerpo pero no nuestro espíritu. Nuestro espíritu está vivo y evo-
luciona gracias a vuestro amor, el amor que vosotros nos transmitís
y el amor que dais a los demás, así es como nos ayudáis. Amor,
qué palabra más sencilla y qué grande a la vez. Amor a todos noso-
tros, sin amor no hay vida, el amor da vida. La vida que le ha dado
Elena a su hijo Juan, su amor, el amor de madre, un amor incon-
dicional, el que se da sin pedir nada a cambio
El que nosotros estemos aquí arriba en el universo y vosotros
ahí en la tierra no implica que no podamos estar unidos y es el
amor lo que nos une a vosotros, ese amor que sale desde vuestro
corazón sano y puro. Amor hacia esa energía que ha dejado el
cuerpo en la tierra, esa energía que vosotros podéis convertir en
forma humana con la fuerza de vuestro amor. Vuestro amor puede
atraer esa energía y estar en contacto con ella a través de la mente.
Cuando vuestra mente está relajada y llena de luz, la energía
puede acceder a vosotros y transmitir cosas. Cualquier persona
puede llegar a poder realizarlo a través de relajación y meditación,
31
dedicar unos minutos al día poniendo vuestra mente en blanco, es-

cuchando vuestro interior, deseando estar con el ser querido que
ahora es energía. No se necesita hacer nada especial, solamente
llevar una vida ordenada y equilibrada, sin abusar mucho de comi-
das ni bebidas, aceptando como es cada uno. La vida es más sim-
ple de lo que vosotros pensáis, conformaros con lo que tenéis, no
queráis acaparar aquello que no os pertenece. Se está viviendo un
período de inestabilidad en todo el mundo, no es bueno vivir así,
debería haber más humanidad y más amor. Los que han pasado
por trances dolorosos se dan más cuenta del sistema de vida que
es está llevando e intentan corregirlo.
Elena ha comprendido tantas cosas desde que su hijo Juan esta
aquí en el universo que valora mucho la vida dando gracias cada
día que amanece. Cada día se esmera más en hacer mejor las cosas,
sabe que con esa actitud está cada día más cerca de su hijo.
El que vosotros estéis ahí y nosotros aquí no impide que nues-
tro amor esté vivo, es un amor espiritual. El cuerpo necesita unas
satisfacciones y procuramos dárselas, pero está nuestra alma que
también necesita atención y amor; sois vosotros desde la tierra
quienes alimentáis nuestras almas con vuestro amor.
El espíritu vaga si no hay nadie que se preocupe de él, queda
olvidado por mucho tiempo y no puede evolucionar. Si vosotros
desde la tierra alimentáis el alma del ser querido, este ser se eleva
cada día más. Cuando ya ha terminado el camino del amor y ha lle-
gado a la luz ese alma puede realizar cosas buenas para la huma-
nidad.
Las energías que vagan por el universo se pueden canalizar
desde la tierra, pero para canalizarlas la persona que lo quiera
hacer va a tener que seguir unas pautas ahí en la tierra; en primer
lugar tendrá que tener fe, habrá aceptado la muerte del ser querido,
habrá controlado su mente y su cuerpo y habrá enviado amor a ese
ser querido que ahora es energía. Si todo esto lo hace de corazón,
desde el silencio de su interior, podrá llegar a esa energía.
32
En segundo lugar, siempre que la persona acceda a esa energía,

si es para bien llegará, pero si no va con buenas intenciones nunca
podrá alcanzar la energía del ser querido. Por eso las personas que
no tengan fe, aunque repitamos una y mil veces lo tenemos que
decir, sin fe no se alcanzará esa energía por mucho que queramos
intentarlo.
Cuando un alma se encuentra en estado de gracia, es decir, que
cuando su paso por la tierra ha sido el correcto, aquí llega evolu-
cionada y enseguida alcanza la luz. Además de hacer trabajos aquí
arriba, esa alma está pendiente de la tierra; no dejará a sus seres
queridos, les ayudará en todo lo que pueda para que puedan vivir
tranquilos y en paz. Aquí en el universo realizamos muchos traba-
jos pero podemos estar en varios sitios a la vez. Por eso si a noso-
tros nos viene información de que en la tierra nos necesitan,
podemos estar allí y ayudar sin dejar nuestro trabajo de aquí
arriba. Es un poco complicado de entender para vosotros pero
para nosotros es muy sencillo: cuando vosotros pensáis en vuestro
ser querido que está muerto, esa energía se pone en movimiento
y llegaría a vosotros si vosotros estuvierais relajados y supierais
canalizarla. Podríais mentalmente captar muchas cosas de esa
energía. Si le dais amor, esa energía crece y crece cada día más.
Elena ha visto la luz de Juan y ha sido su amor lo que ha hecho
posible esa transformación, el amor que ella da a su hijo después
de su muerte.
Como os decía aquí en el universo estamos en perfecto estado
de relajación, vivimos en paz, somos felices, no necesitamos nada.
Bueno, sí, necesitamos vuestro amor pues es lo que nos alimenta.
¡El amor, qué palabra más bonita y que grande! Amor, sólo lo
forman cuatro letras pero qué grande es y qué fuerza tiene. El amor
rompe todas las barreras del mundo por muy grandes que sean. Si
todo lo haces con amor se vuelve a ti con amor, así de sencillo, no
cuesta dinero, es lo más barato que hay. Además, si das amor, se
vuelve a ti, pero un amor que no pide nada a cambio, un amor in-
33
condicional. Cuántas penas podríamos evitar en la tierra si hubiese

más amor. Aquí en el universo los seres que reciben amor evolu-
cionan y llegan a la luz, son seres privilegiados y luego esos seres
van a poder devolver ese amor a la tierra.
Cuando hay amor después de la muerte, hemos dicho que ese
ser evoluciona más deprisa que otro ser que no recibe amor de sus
seres queridos. El amor es energía, el amor eleva esa energía.
Cuando surge el amor entre esa energía y el ser querido que está
en la tierra aquí arriba, en el universo, se crea una gran envoltura
que danza en los espacios universales dando lugar a una estrella.
Esa estrella entra a formar parte del universo y mientras haya amor
siempre podrás llegar a esa estrella a través de la luz, podrás te-
nerla contigo, siempre te acompañará y te guiará por el camino de
la luz
Elena, sabemos que todo esto que tú estás escribiendo no lo
comprendes muy bien, no importa. Muchas personas que lo lean,
de momento tampoco comprenderán que el amor ayuda a evolu-
cionar.
Cuando un alma está muy avanzada, y es el amor la que la ha
elevado, llega a la luz, brilla como las estrellas del universo y
forma parte de él. Podrá ayudar a sus seres queridos que están en
la tierra y también a los que han llegado aquí arriba. El alma es luz
y la luz es amor; el amor es lo que une al alma con la luz fusionán-
dose en los espacios y seguirá evolucionando hasta alcanzar el es-
tado perfecto, es decir, la eternidad.
En la tierra sólo estáis de paso. Las distintas vidas que se ha te-
nido son para que el alma se purifique hasta alcanzar la perfección.
El amor es lo que ayuda a perfeccionar el alma, amor incondicio-
nal, dar sin recibir.
34

Amor Después de La Muerte (3 Capítulos)

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Portada:Maquetación 1 14/11/2008 19:06 Página 1

La madre de Juan Rioseras

AMOR DESPUÉS DE LA MUERTE

Juan Rioseras Aurensanz

Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro,

© Autora: Elena Aurensanz Ortiz, 2008

Coautor:Thamanuel (guía espiritual de Juan Rioseras Aurensanz)

Elena Aurensanz Ortiz

Depósito Legal: Z-4125-2008

A primera vista, las manos de Elena Aurensanz, manejadas por

Desde nuestros ancestros más lejanos, hemos aceptado unos

fuerza podrá variar y realizar otras funciones a las que en un prin-

zado, nunca tenemos que intentar hacerlo nosotros. Jamás se tiene

Elena, superficialmente has sabido reponerte y aun convale-

Gracias, Elena, por tu amor al mundo.

Ya hemos llegado al final, a ese destello luminoso, a ese túnel

Julio Herrero García

Agradecimiento de Rosa Peralta a Elena y Juan.

Quiero escribir unas líneas en agradecimiento a una gran

Arcos de luz, atravesando

Con amor, de Rosi Peralta

Agradecimiento de Lucía Heras.

Agradecer es bueno e importante. Creo que la mejor forma de

Tu vida es un canto a la vida,

Te soñamos y tú nos miras,

Carta de Mª Pilar Torres.

Estimada amiga Elena:

He tenido el honor de ser una de las privilegiadas que han leído

Al igual que el libro de Juan “Raenio”, me ha gustado mucho

Si “Raenio" condensa toda la búsqueda que una madre em-

Gracias Juan. Gracias, Elena, por vuestros regalos.

Mª Pilar Torres, madre de Carlos.

NOTA DEL CANAL

Cuando el guía de Juan llamado Thamanuel me dijo que él

En el cementerio de la Paúl está la tumba de Juan.

Mi muerte fue rápida, mi cabeza quedó destrozada.

En el accidente que perdí la vida,

Aquí vamos a hablar del amor.

La energía que ha quedado suspendida en el universo puede

aquí arriba tu camino de evolución hacia la luz; pero si la vida que

curado; cuando tu cuerpo está armonizado, llega la curación. Eso

Comentábamos anteriormente que cuando un alma llega al uni-

Elena, tú sabes que la primera vez que hablé contigo a través

¡Qué momentos tan maravillosos pasaban en el piso de la hija

su madre y aquí en el universo también a través de su madre, es el

continúen su vida ahí en la tierra. Juan está muy contento porque

En el mundo en que se vive muy pocos se preocupan de sus

dedicar unos minutos al día poniendo vuestra mente en blanco, es-

En segundo lugar, siempre que la persona acceda a esa energía,

condicional. Cuántas penas podríamos evitar en la tierra si hubiese

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