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Manifiesto del Frente Popular

Los partidos republicanos Izquierda Republicana. Unión Republicana y el Partido Socialista, en representación del
mismo y de la Unión General de Trabajadores; Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido Comunista, Partido
Sindicalista, Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han
llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel a la coalición de sus respectivas fuerzas en
la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno que habrán de desarrollar los partidos republicanos de izquierda,
con el apoyo de las fuerzas obreras, en el caso de victoria.
I. Como suplemento indispensable de la paz pública, los partidos coaligados se comprometen:
1.° A conceder por ley una amplia amnistía de los delitos político-sociales cometidos posteriormente a noviembre
de 1933 [..,].
VII. La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o
económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática, impulsado por razones de interés público y progreso
social. Pero precisamente por esa definida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las condiciones morales y
materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el interés general de la producción, sin reparar, fuera de
este tope, en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos.
VIII. La República tiene que considerar la enseñanza como atributo indeclinable del Estado, en el superior
empeño de conseguir en la suma de sus ciudadanos el mayor grado de conocimiento y, por consiguiente, el más amplio
nivel moral por encima de razones confesionales y de clase social.

Reproducido en A. FERNÁNDEZ y otros, Documentos de Historia Contemporánea de España, Madrid, Actas, 1996, pp. 481-
483.

Comentario: Partidos que lo forman, programa, resultados electorales y primeras actuaciones políticas.

Manifiesto del Frente Popular


Este es un texto político que expresado como periodístico expone los objetivos y las diferencias internas de la alianza de
centroizquierda que bajo el nombre de Frente Popular concurrió a las elecciones de 1936, frente al otro gran bloque
electoral, el Bloque Nacional. El texto, reconociendo las diferencias ideológicas entre los miembros firmantes, comprometen
un plan político para presentarse a las elecciones.
El texto, plantea los objetivos del nuevo gobierno, aunque con el sesgo de los republicanos, no tanto de sus socios
socialistas y comunistas, caso de ganar la izquierda, como ocurrió: vuelta a las reformas del bienio reformista y fuerte
tendencia social (de protección de los más desfavorecidos, protección social e igualdad legal), percibiéndose un ligero tono
crítico hacia ellos.
Partidos que forman:
Izquierda Republicana (IU): Tras la derrota electoral de 1933 Azaña fundó en abril de 1935 un nuevo partido al que atrajo
a la antigua ORGA y al Partido Radical-Socialista Independiente de M. Domingo. Así surgió Izquierda Republicana que
consiguió un gran éxito en 1936.
Unión Republicana (UR): En septiembre de 1934 el PRRS de Félix Gordón de Ordax, la IRS Botella Asensi y el PRD de
Martínez Barrio se unen formando un nuevo partido la Unión Republicana, con la intención de recomponer la unidad
republicana de 1931.
Partido Socialista Obrero Español (PSOE): El partido había sido fundado en 1879 por Pablo Iglesias (la UGT en 1888) y
en el momento de proclamarse la República, el PSOE y la UGT eran las organizaciones políticas y sindicales más amplias y
mejor organizadas de España.
Entre 1931 y 1933 el PSOE colaboró en los gobiernos republicanos, pese al creciente rechazo de su política por las bases
del partido, de la UGT y de los besteiristas. Sin embargo diferentes conflictos hicieron que el PSOE saliera del gobierno en
septiembre de 1933 y que se presentara en solitario a las elecciones de noviembre.
Durante el bienio derechista se produjo un proceso de radicalización en el partido que culminó en el movimiento
revolucionario de octubre de 1934. El dirigente de esta evolución fue Largo Caballero, con el apoyo de las Juventudes
Socialistas, que rechazó cualquier colaboración con los republicanos. Prieto, líder del ala centrista, y Besteiro, del ala
moderada, se opusieron sin éxito a esta política. Las consecuencias trágicas de la Revolución del 34 obligaron al partido a
cambiar de actitud y a participar con republicanos y comunistas en el Frente Popular a fines de 1935.
Partido Comunista de España (PCE): Fue un partido sin apenas fuerza hasta el comienzo de la Guerra Civil. Su
dogmatismo estalinista impidió su crecimiento hasta que en 1932 llega a la dirección José Díaz. Desde ese momento,
aprovechando el descontento de las bases del PSOE comenzó un lento crecimiento, ofreciendo desde entonces a los
demás partidos republicanos y de izquierdas un frente antifascista. El PCE participó en la Revolución del 34 con el PSOE.
Sin embargo no estuvo en condiciones de jugar un papel importante en la izquierda hasta la formación del Frente Popular.
Partido Sindicalista, La CNT mantuvo durante los cinco años de régimen republicano una oposición constante por medio
de huelgas, muchas veces mal preparadas y resueltas, y levantamientos armados, mientras en su seno se enfrentaban
Peiró, Pestaña y la FAI. Como resultado de este enfrentamiento en 1933 el sindicato, dominado por la FAI, sufrió una
escisión con la creación de los Sindicatos de Oposición, y A. Pestaña fundó el Partido Sindicalista (PS).
Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM): En 1930 Joaquín Maurin, tras salir del PCE, crea junto al minúsculo
Partit Comunista Català, el Bloc Obrer y Camperol (BOC), de implantación casi exclusiva en Cataluña, para uirse
posteriormente con Izquierda Comunista (IC) de Andrés Nin y formar el POUM. De implantación sobre todo catalana y con
un ideario marxista próximo al trotskismo y al anarquista, participó en el Frente Popular y colaboró activamente con la
Republica y al Generalitat, especialmente en el primer año de la guerra

Los resultados, dados a conocer el 20 de febrero, fueron los siguientes:


• Electores..................13.553.710
Votantes.....................9.683.335 (71,4%)
Frente Popular............4.654.116 (34,3%)
Frente Nacional..........4.503.505 (33,2%)
Centro y vascos.............525.714 (5,4%)
Es imposible dar cifras de votos por partidos puesto que los electores votaron a alianzas y no a partidos aislados. Pero las
principales formaciones se repartieron los escaños de la siguiente manera:
FORMACIONES CENTRO-IZQ. ESC FORMACIONES CENTRO-DER. ESC
PSOE 88 CEDA 101
IZQUIERDA REPUBLICANA 79 PARTIDO DEL CENTRO 21
UNIÓN REPUBLICANA 34 COMUNIÓN TRADICIONALISTA 15
ESQUERRA CATALANA 22 RENOVACIÓN ESPAÑOLA 13
PARTIDO COMUNISTA 14 LLIGA REGIONALISTA 12
ACCIÓ CATALANA 5 PARTIDO AGRARIO 11
ORGA (Nacionalistas gallegos) 3 PARTIDO RADICAL 9
OTROS PARTIDOS CENTRO-IZQ. 18 OTROS PARTIDOS CENTRO-DER. 28
Vistos los resultados el Frente Popular obtuvo una ajustada victoria. El entusiasmo de sus partidarios fue ilimitado. Una
gran multitud se dirigió al Ministerio de la Gobernación en Madrid con una única palabra: ¡Amnistía! Un partido por encima
de todos había experimentado un mayor crecimiento tras conocerse los resultados de las elecciones. Era el PCE (Partido
Comunista de España). Este partido nació tras una escisión del PSOE en 1920. Al proclamarse la República contaba con
alrededor de 3.000 militantes, cifra bastante modesta. En 1933 obtuvo su primer representante en Cortes y tras las
elecciones de febrero de 1936 obtuvo 14 diputados. En Oviedo, una de sus principales dirigentes, diputado por Asturias,
Dolores Ubárruri “La Pasionaria” abrió las cárceles donde se alojaban gran parte de los revolucionarios de 1934. Pero
los socialistas se negaron a formar parte del nuevo gobierno, simplemente lo apoyaron débilmente, y los políticos
republicanos quedaron irremisiblemente atrapados entre el pánico de los conservadores y las nuevas esperanzas de la
clase trabajadora. Las huelgas y las invasiones de tierra aumentaron, los conflictos sociales y laborales amenazaban más
que nunca el orden constitucional.

La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del sur y la periferia. Mientras, la
derecha triunfó en el norte y el interior del país.
Tras las elecciones, Manuel Azaña fue nombrado Presidente de la República. El objetivo era que Indalecio Prieto,
hombre fuerte del ala más moderada del PSOE, ocupara la jefatura del gobierno. Sin embargo, la negativa del Partido
Socialista, dividido en diversas tendencias, llevó a que se formara un gobierno presidido por Casares Quiroga y formado
exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del PSOE. Así, el nuevo gobierno nacía debilitado.
El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista:
• Amplia amnistía para todos los represaliados tras octubre de 1934.
• Restablecimiento del Estatuto catalán.
• Alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de golpismo. Franco, Mola y Goded fueron
destinados a Canarias, Navarra y Baleares.
• Reanudación de la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los jornaleros que
se lanzaron a la ocupación de fincas.
• Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue aprobado en plebiscito en junio de
1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado en julio de 1936.
Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente
revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático.
Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias
socialistas, comunistas y anarquistas.
Mientras la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, había una trama política
conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo, Jose Antonio Primo de Rivera. Por otro
lado, crecía el número de generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela... Emilio Mola, destinado en Pamplona, se
convirtió en el jefe de la conspiración, el "director" del golpe. La salida antidemocrática tenía valedores internacionales. Muy
pronto se iniciaron los contactos con Mussolini y Hitler.

El 12 de julio era asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto, teniente Castillo. La respuesta
llegó la siguiente madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de miembros de las fuerzas de
seguridad. El enfrentamiento era inevitable.
El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas pese a las continuas advertencias de las
organizaciones obreras, vio como el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno
de la República. El triunfo parcial del golpe desencadenó la guerra civil.

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