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¿A qué llamamos democracia?

Es la aspiración de todos, una nación justa y participativa, una nación


democrática.

Pero como dijo Nelson Mandela, “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si
no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se
respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una
cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento.”

Democracia implica, responsabilidad, es interés, es participación, pero, sobre


todo, cultura y educación.
Como ciudadanos debemos estar informados de los problemas que azotan a la
sociedad. Un gobierno verdaderamente democrático, no lo componen solo los
dirigentes electos, y nuestro rol como ciudadanos no termina el día de las
elecciones a las nueve de la noche: un gobierno democrático está cimentado en
las opiniones del pueblo. Yo, tú, él, ella, nosotros, integramos ese gobierno.
Como dijo Abraham Lincoln: “Democracia es el gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo.”

¿Entonces, donde está la democracia?


Todos los ciudadanos del país hacemos la democracia, y hacer sentir nuestra
opinión en las decisiones del gobierno, es nuestra responsabilidad; somos una
sociedad decidida y valiente, que logró defenderse de la opresión y de la
dictadura, que ha luchado por sus derechos. Sin embargo, no ha sido suficiente,
porque sin darnos cuenta enemigos silenciosos nos consumen cada día, me
refiero a la indiferencia y a la ignorancia.

Tenemos un sistema educativo, frágil y titubeante, mientras nuestra sociedad


reclama una generación de jóvenes con principios y valores, preparada y capaz,
una generación democrática.

El objetivo de una sociedad democrática, debe ser el bienestar común y la


prosperidad de su gente. Pienso que solo un sistema educativo integral, que
cultive a la persona y le prepare en el presente para el futuro es la solución, una
formación que ponga en práctica la capacidad de raciocinio y de análisis. Formar
personas con valores, que piensen, solidarios con las tragedias que ocurren a
diario en nuestras calles; personas con el coraje suficiente para detener la
avalancha de antivalores como la superficialidad y el consumismo. Debemos
prepararnos como seres humanos dinámicos y hábiles, capaces de afrontar retos
y desafíos. Dispuestos a ejercer un gobierno democrático.

Como jóvenes, tenemos el desafío de limpiar un mundo saturado de corrupción,


un mundo que limita el progreso, y que excluye la idea de ofrecer una mejor
calidad de vida a las personas que nos rodean. Hagámonos responsables de lo
que acontece en este país, conozcamos la historia, aprendamos de los errores
del pasado, y construyamos un país verdaderamente democrático.

José Alejandro Sierra Kieswetter, 2009.


Juventud aquí comienza nuestro deber, estudiemos, participemos en actividades
que promuevan los valores, ofrezcamos nuestras opiniones, hagamos uso de la
razón y logremos construir un mejor Panamá apoyado en el esfuerzo de todos
sus ciudadanos. Como generación emergente, debemos ser, analíticos,
decisivos y determinantes, para que en el futuro ya inmediato podamos generar
los cambios necesarios en nuestra idiosincrasia, que permitan a nuestra
sociedad tener una vida de mejor calidad, y así mismo dejemos como herencia a
las próximas generaciones un país con justicia, de instituciones claras, eficientes
y honestas, de las cuales el mismo pueblo pueda estar orgulloso, que las valore
y verdaderamente las sienta como propias. Una nación democrática.

La fuerza y el entusiasmo que tenemos las nuevas generaciones, canalicémosla


en algo productivo y constructivo, dirijamos ese esfuerzo hacia un camino de paz
y bien, que logre el progreso y la prosperidad; de nosotros depende el futuro de
este país. Está en nuestras manos el destino de esta sociedad.

Jóvenes, la democracia se logra actuando, debemos vivirla todos los días.


Trabajemos por este país, gobernemos democráticamente con la experiencia de
las generaciones que han pasado, para que mañana los resultados de ese
gobierno verdaderamente democrático, sean personas cultas, calles tranquilas y
seguras. Luchemos por alcanzar este anhelo, la aspiración de todos, la verdadera
democracia.

Actuemos, para que el reto que hoy tomamos, sea una realidad. Actuemos por
un mejor Panamá.

Por: José Alejandro Sierra Kieswetter

José Alejandro Sierra Kieswetter, 2009.

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