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Capítulo UNO

El Nama-aparadha
El Vaisnava aparadha
Consecuencia - como librarse de él

El desarrollo etimológico de la palabra aparâdha es: "râdhât-arthat


ârâdhanat apagataì, que significa: Estar distanciado (apagataì) de la adoración
y del servicio devocional (ârâdhana). Las ofensas (aparâdhas) cometidas a los
pies de loto de los vaiëòavas lo distancian a uno del servicio devocional al
Señor Supremo.
El Señor mantiene un afecto de guardián sobreprotector hacia sus devotos
rendidos (bhakta-vatsâla) así que no puede tolerar ofensas en contra de ellos.
Sin la bendición de un vaiëòava, una persona no puede recibir la misericordia
del Señor Caitanya. El bhakti o servicio devocional puro es únicamente
accesible por las bendiciones de un devoto vaiëòava. En virtud de ese bhakti
se atrae la misericordia del Señor Supremo quien siempre es capturado por
bhakti. El Caitanya Bhâgavata declara: “Una persona puede lograr el refugio
Viävambhara, Ärî Caitanya Mahâprabhu, por la gracia de los vaiëòavas. La
ejecución de austeridades o aun el canto sin bhakti del Santo Nombre es
inútil”. (C.B. Madhya 22/7)
Su Divina Gracia Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda escribe en su
comentario: "Sin haber desarrollado una actitud de servicio positiva hacia el
seva del Supremo Señor, el canto del Santo Nombre o la ejecución de
diferentes austeridades y votos será en vano. La modalidad devocional positiva
puede ser cultivada apropiadamente sólo cuando uno recibe las bendiciones de
un devoto puro del Señor Supremo".
Aquí el término actitud de servicio positivo (sevanmukha) es sinónimo de
bhakti. En este verso Ärîla Vèndâvanadas Ùìâkura dice: “Si una persona
comete ofensa a los pies de loto de un vaiëòava aun si pudiera recibir la
misericordia del Señor Kèëòa, permanece aún privado de obtener amor por
Dios, prema”. (C.B. Madhya 22/8)
El comentario de Ärîla Prabhupâda sobre este verso es: El ofensor a un
vaiëòava es también un ofensor al Santo Nombre (nâma-aparâdha), así que él
se vuelve descalificado para rendir servicio devocional puro al Señor Supremo.
Aunque para la vista pública pueda parecer que tal ofensor está siendo
favorecido por el Señor a medida que continúa haciendo presunción de cantar
el Santo Nombre, verdaderamente el Señor está muy disgustado con él, por
ser antagonista para con los devotos.
Por esto, cuando se discute el tema de abandonar el nâma-aparâdha, el
primer paso a ser tomado es renunciar a la crítica o a encontrar faltas en los
sâdhus o santos puros (sâdhu-nindha).
En referencia a la frase: “kèëòa kèpa hoileo” (aunque él pudiera recibir la
misericordia de Kèëòa), Ärîla Sarasvatî Prabhupâda comenta:
“Los hombres comunes (debido a su falta de conocimiento) pueden pensar
que el ofensor a un vaiëòava está facultado todavía para andar sin dificultad y
por esto el Señor podría continuar favoreciéndolo. Ellos están equivocados en
su suposición debido a que el Señor detesta a los enemigos de sus devotos y
no es conmovido en lo más mínimo por su falsa religiosidad y devoción”.
El autor del Ärî Caitanya Bhâgavata, Ärîla Vèndâvana das Ùìâkura continúa
diciendo que estas afirmaciones no son solo suyas sino que son el veredicto de
los Vedas. La Suprema Personalidad de Dios, Ärî Caitanya Mahâprabhu, dice
que está disgustado con su propia madre Ärîmatî Äacîdevî, porque ella ofendió
a Ärî Advaita Âcârya Prabhu, y hasta que ella pida perdón nunca podrá obtener
kèëòa-prema. El Señor Caitanya ha usado este conmovedor incidente para
guiar por completo a los devotos y alejarlos de los peligros de cometer nâma-
aparâdha, en particular vaiëòava-aparâdha. Esto es ciertamente un
pasatiempo único. Los detalles están registrados en el Caitanya Bhâgavata,
Madhya Cap. 22:
Un día el Señor Caitanya se sentó en el trono de la Deidad. Él reunió allí a
sus expansiones en la forma de salagrâma-silas y las colocó en su regazo. Este
pasatiempo es conocido como el 'mahaprakasa lîlâ' (la gran revelación).
Sentado en el trono dijo: “En Kali-yuga yo soy Kèëòa, yo soy Nârâyaòa, soy el
mismo Râma quien construyó un puente sobre el océano de leche (Kshira-
sagar) cuando el ensordecedor llamado de Nada (Advaita Âcârya) me despertó.
Descendí para distribuir la ciencia del amor devocional por Dios (prema-
bhakti). ¡Oh Nada! ¡Oh Ärînivasa! Pídeme cualquier cosa que tu corazón
desee”.
El Señor Nityânanda, la encarnación directa de Balarâma, observó
respetuosamente la magnánima forma del Señor Caitanya. Él corrió hasta su
trono, se paró al lado derecho y sostuvo la sombrilla sobre su cabeza.
Gadâdhara Panàîta se colocó a la izquierda de Ärî Caitanya y empezó
rápidamente a preparar pan (tambula) para el Señor, los otros devotos se
acercaron y le rodearon. Algunos comenzaron a abanicarlo con el abanico de
cola de yak (câmara). El Señor Supremo como el árbol de deseos que cumple
los deseos de sus devotos, empezó a distribuir servicio devocional a todos.
Ellos pidieron al Señor devoción, para sí mismos, para sus madres, padres,
algunos para sus Gurus, discípulos y demás. Siempre dispuesto a cumplir las
promesas a sus devotos, el Supremo Señor otorgó sonrientemente bendiciones
para obtener devoción pura. Viendo que el Señor estaba inundando a todos
con la corriente de Kèëòa prema, Ärî Gadâdhara Panàîta pidió al Señor
Caitanya llover prema bhakti sobre su madre Ärîmatî Äacîdevî. A lo cual el
Señor declaró:
“El Señor Supremo (Caitanya Mahâprabhu) dijo: '¡Oh Ärînivâsa!, no me pidas
eso, Yo no ofreceré a ella el éxtasis de amor experimentado únicamente en el
servicio devocional puro. Ella ha cometido vaiëòava-aparâdha y por lo tanto le
es negada la entrada a la morada del amor de Dios'”. (C.B. Madhya 22/25-26)
Al escuchar esto Ärîvasa Panàîta, en estado de confusión dijo al Señor:
“Tus palabras son como afilados cuchillos dirigidos a los corazones de tus
devotos, que borran nuestras mismas vidas. Madre Äacî es esa personalidad
divina que te dió el nacimiento! Ella es la fuerza que sostiene la vida del
devoto y la madre universal en persona -¿y Tú dices que Ella no es elegible
para prema? ¿Es rechazada por Ti? Seguramente es este uno de Tus muchos
juegos y bromas, ¿no es así? Bueno, esto ya fue lo suficientemente lejos y
ahora madre Äacî deberá ser bendecida con prema, Mi Señor. ¿Cómo puede
ella ser culpable de vaiëòava-aparâdha? Y aún si piensas que lo es,
bondadosamente absuélvela y dale tu misericordia en la forma de prema”.
El Señor contestó:
“Yo puedo dar el consejo apropiado sobre como debe ser perdonado el
vaiëòava-aparâdha pero no puedo excusarlo personalmente. La única forma de
ser absuelto del vaiëòava-aparâdha es aproximarse al vaiëòava ofendido y
pedir su perdón. Recuerda la historia de cómo Durvâsâ Muni, el poderoso
sabio, cometió ofensas a los santos pies del Rey Ambarîëa? Tu sabes cómo fue
él exonerado de su ofensa. Äacî mata ha cometido una ofensa a los pies de
loto de Advaita Âcârya y tiene que colocar el polvo de sus pies de loto sobre su
cabeza e implorar su perdón. Por Su gracia Ella recibirá entonces Mis
bendiciones en la forma de prema, no de ninguna otra manera”. (C.B. Madhya
22/32-36)
El significado de esto es que aun el mismo Señor Supremo no puede retirar
el vaiëòava-aparâdha cometido a los pies de sus devotos puros. La posición del
Señor sobre este tema es como el dice:
“Yo soy dependiente de mis devotos. Aunque soy absolutamente
independiente, soy un cautivo de mis devotos. Los devotos son Mi corazón y
alma, y de igual manera Yo soy la vida y alma, de Mis devotos. Los devotos no
conocen a nadie aparte de Mi. Y yo tampoco conozco a nadie aparte de Mis
devotos rendidos. Soy siempre un protector de los devotos y los devotos están
deseando sacrificar sus vidas por Mi”.
Por esto, ¿cómo puede el Señor perdonar a un ofensor de Sus queridos
devotos? El singular discurso a disposición del ofensor es arrojarse a los pies
del vaiëòava que ha ofendido con sincero remordimiento, y sinceramente pedir
su perdón. Cuando el compasivo vaiëòava perdone al ofensor, entonces el
Señor, que saborea la magnanimidad de Sus devotos, llegará a estar
complacido con el ofensor y lo bendecirá.
Tan pronto como los devotos escucharon las instrucciones del Señor se
apresuraron a encontrarse con Advaita Âcârya Prabhu. Ellos le narraron cada
palabra. Escuchando las instrucciones del Señor, Advaita Âcârya estaba
asombrado y pidió al Señor en su mente que pudiera pasar esta prueba dada
por El. Él le dijo a sus devotos:
“¿Ustedes desean acabar conmigo y ocasionar mi ruina? ¿No realizan la
posición supramundana de madre Äacî? Mi querido Señor ha aparecido de su
vientre, ella es mi madre también. Considero mi gran fortuna ser un humilde
receptáculo del polvo de sus pies. Ella es la madre universal, la corporificación
del Viëòu bhakti. Estoy sorprendido de que todos ustedes sean ignorantes de
Su potencia espiritual y hablen de esta forma. Cualquiera que pronuncie su
nombre, si aún bajo la ilusión de que es un sonido mundano, será inspirado y
llegará a ser libre de todo temor pues esa es la potencia de su nombre. El
sagrado Ganga y Madre Äacî no son diferentes. Madre Äacî está en la misma
categoría espiritual que Madre Yaäodâ y Devakî”.
Mientras glorificaba los atributos divinos de Madre Äacî, Advaita Âcârya cayó
en éxtasis y se desmayó en el piso. Madre Äacî quien estaba escondida todo el
tiempo, entró rápidamente y colocó el polvo de los pies de Advaita sobre su
cabeza. Incapaz de contener su intenso éxtasis, ella perdió la conciencia y se
desplomó en el piso. Advaita Âcârya cayó inconsciente por el nivel espiritual de
madre Äacî y madre Äacî se desmayó por la potencia espiritual de Advaita
Âcârya. Los devotos se pusieron locos de júbilo. (Este pasatiempo está
registrado en el Caitanya Bhâgavata de Ärîla Vèndâvana Dasa Ùìâkura en el
capítulo 22 versos 46 al 50).
Al mismo tiempo, Mahâprabhu sentado sobre el trono de la Deidad empezó a
reír fuertemente estando extremadamente complacido con su madre y dijo:
“Ahora eres bendecida con devoción pura al Señor Viëòu. Todas tus ofensas
a Advaita Âcârya son absueltas”. (C.B. Madhya. 22/52)
Los devotos se mostraron jubilosos ante este pronunciamiento. En esta
forma la Suprema Personalidad, el Señor Gaurasundara, usó a Su madre como
ejemplo para instruir a la humanidad acerca de la gravedad y el peligro de
cometer vaiëòava-aparâdha. Ärîla Vèndâvana Dasa Ùìâkura, el más exaltado
de los preceptores vaiëòavas, enfoca nuestra atención sobre este punto:
“Si alguien tan poderoso como el Señor Äiva ofende a un vaiëòava, entonces,
en acuerdo a la declaración de las escrituras, será destruido. Y aquellas
personas tontas que son ignorantes de este hecho y cometen vaiëòava-
aparâdha, deberán sufrir penas indescriptibles, nacimiento tras nacimiento.
Que hablar de otros, si aun la misma madre del Señor Supremo Gaurasundara
no fue perdonada por cometer vaiëòava-aparâdha”. (C.B. Madhya. 22/55-57)
Mi adorable maestro espiritual, Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda,
escribe en su significado:
“Los odiosos pecadores que osan ofender a un vaiëòava tendrán que
enfrentar el horrible destino de la condenación eterna. Aun la madre del
Supremo Señor, la más bendecida entre las mujeres, tuvo que enfrentar las
rigurosas censuras del vaiëòava-aparâdha. Así que sería redundante discutir el
destino de mortales ordinarios”.
Al analizar la supuesta ofensa de madre Äacî, debe ser tomado en
consideración su condición de agudo pesar causada por la separación de su
hijo. En cuyo caso, obviamente, no hubo ofensa. Aún así Mahâprabhu condenó
su acción como una ofensa y le negó prema-bhakti. Mientras nosotros sin
remordimiento, cometemos tantas atroces ofensas, pueden ser ellas
contabilizadas? ¡Ay! Nadie sabe cuál será nuestro destino final.
Por lo tanto: “¡Oh mis Señores Gaurâôga y Nityânanda!, los dos hermanos
amigos de las almas caídas, soy un abominable pecador, bondadosamente
rescátenme por su ilimitada misericordia”.
El hijo mayor de Äacî mata, Viävarûpa, desarrollando desapego por la vida
material entró en la orden renunciada de sannyâsa -y esto sucedió por la
influencia de la asociación de Advaita Âcârya. Viendo a su hijo menor
Viävambhara alejarse también de los asuntos familiares, madre Äacî llegó a
estar alarmada y pensó que Advaita Âcârya estaba animándolo a dejar su
hogar. Así, en gran ansiedad y preocupación dijo:
“El (Advaita Âcârya) es conocido por todos como Advaita pero para mí él es
dvaita”. (C.B. madhya 22/59)
Ärîla Vèndâvana Das describe este incidente en algunos detalles. Él empieza,
desde el punto antes en que Viävarûpa tomara sannyâsa.
Viävarûpa era el hermano mayor de Mahâprabhu. Él es la expansión no
diferenciada de Balarâma y Nityânanda y es el Señor Mahâ-sankarsana de
Vaikuntha. Él era extraordinariamente bello y refulgente, el depósito de todas
las conclusiones de las Escrituras y extremadamente preparado. Navadvipa no
pudo presentar ni un solo escolástico que penetrara su profunda erudición ni
su uso de aforismos. Él jugaba como un muchacho ordinario con sus amigos,
actuando como un muchacho de su edad.
Un día, Ärî Jagannatha Miähra, Su padre, lo llevó a una asamblea de
panàîtas. Los panàîtas estaban muy complacidos de ver a Viävarûpa. Su
encanto exquisito cautivó a todos. Un panàîta erudito preguntó a Viävarûpa
“Hijo! ¿Qué estudias?” Y Viävarûpa contestó: “Tengo algún conocimiento de
todas las Escrituras”. Escuchando su respuesta y considerándolo como a un
simple muchacho, el panàîta se abstuvo de hacer más preguntas. Pero Ärî
Jagannâtha Miähra estaba desconcertado y triste. Terminando su trabajo allí, él
y Viävarûpa partieron para la casa. Por el camino su padre le tiró las orejas y lo
regañó.
Él dijo:“ ¿Por qué no nombraste los textos que estudias? Todos deben haber
pensado que eres un ignorante. Me pusiste en ridículo en esa reunión”.
Después de llegar a casa, Viävarûpa se escabulló y regresó a la asamblea. Él
se dirigió a los panàîtas diciendo: “Ustedes no preguntaron acerca de nada en
particular sino solo una pregunta simple que yo respondí a su vez con una
respuesta simple y fui castigado por mi padre. Y ahora, si alguien tiene una
pregunta específica gentilmente pregunten”.
Uno de ellos preguntó: “Explícanos en detalle tu lección de hoy”. Viävarûpa
empezó su disertación por presentar una tesis y luego refutarla con fuertes
argumentos y luego establecer otra tesis en favor de la primera. Tan brillante
teoría dejó a los panàîtas boquiabiertos de admiración y asombro. Después de
su disertación los panàîtas se amontonaron entusiasmados elogiando al
hermoso y joven muchacho.
La falta de devoción al Señor Supremo y de conciencia de Dios entre los
residentes de Navadvîpa causó gran perturbación en la impresionante mente
del joven Viävarûpa. A pesar de los maestros y brâhmaòas panàîtas que
estudiaban y leían regularmente el Bhagavad-gîtâ y el Ärîmad Bhâgavatam,
sus charlas y explicaciones estaban ausentes de bhakti. La única excepción
estaba en las asambleas regulares en la casa de Ärî Advaita Âcârya donde
todas las Escrituras eran discutidas a la luz del bhakti. Estas asambleas daban
inmenso placer a Viävarûpa así que gastaba largas horas escuchando las
conclusiones espirituales discutidas allí. A menudo madre Äacî solía enviar a
Viävambhara a llamar a Viävarûpa para prasâdam.
De esta manera, Viävarûpa desarrolló gradualmente un desinterés en los
asuntos materiales y las transacciones mundanas. Finalmente, dejó el hogar,
tomó sannyâsa y llegó a ser Ärî Sankararanya. Más tarde obtuvo samadhi
perfecto o siddhî en Pandarpura, Mahârashtra. La ausencia de Viävarûpa era
una fuente de continua y fuerte pena en el suave corazón de madre Äacî. El
dolor de la separación y el pensamiento de que Advaita Âcârya era la causa de
que Viävarûpa abandonara el hogar, eran sus compañeros constantes. Pero el
miedo al vaiëòava-aparâdha la hizo desistir de expresar su sentimiento interno
al público. Ella abrazó a Viävambhara contra su pecho y soportó todo el
sufrimiento.
Entonces, Viävambhara, su pequeño Nimai, empezó a pasar largas horas en
la casa de Advaita Âcârya. Él llegó incluso a olvidarse de su joven y bella
esposa Ärî Lakëmîdevî. Viendo esto, madre Äacî se sintió extremadamente
temerosa. Él era el menor y único hijo que tenía; ¿estaba siendo arrancado Él
también de ella y de su familia? Con angustia madre Äacî se lamentó:
“¿Quién dice que él es Advaita?: Para mi él es dvaita (duplicista). Él ya
condujo a mi hermoso hijo con cara de luna fuera de casa. Y no está
permitiendo a mi único hijo que está ahora conmigo establecerse en el hogar.
Estoy tan sola, sin un protector y nadie tiene simpatía por mi. Para el mundo él
puede ser el famoso Advaita pero para mi, él es dvaita o mâyâ -el creador de
la ilusión”. (C.B. Madhya. 22/113-117)
Esta fue la única falta u ofensa de Madre Äacî, y por esto el Supremo Señor
Gaurasundara rehusó bendecirla con prema-bhakti. Aquí hay un ejemplo donde
la madre del Señor Supremo quien estaba abrumada por los dolores de la
separación de su hijo tuvo tales así llamados pensamientos ofensivos en su
mente, -ni siquiera expresados nunca a nadie- y aún así fue rechazada por el
Señor. Por lo tanto, tan solo imaginen el terrible desastre que recae sobre un
mortal ordinario que abierta y directamente ofende al sâdhu, Guru o vaiëòava;
el sólo pensar en esto nos hace estremecer. Por esto devotos, sean muy, muy
cuidadosos.
Con el fin de recalcarnos la gravedad del vaiëòava-aparâdha, el Caitanya
Bhâgavata declara:
“Gauàîya-bhasya: El Omnisciente Dios Supremo Gaurahari instruyó a su
madre para que implorara perdón por sus ofensas a Ärî Advaita Âcârya. Este
pasatiempo fue presentado para hacer hincapié en la gravedad de cometer
vaiëòava-aparâdha y la urgencia de absolverlas y eliminar actos futuros de
vaiëòava-aparâdha.” (C.B. adi. 1/139)
De nuevo, en otra parte, Ärîla Vèndâvana Das Ùìâkura escribe:
“De esta forma, el Señor Gauracandra, el alma suprema y vida del universo
liberó a Jagâi y Mâdhâi. El misericordioso salva a todos excepto a los que
blasfeman a vaiëòavas, que son los más pecaminosos. La blasfemia en contra
de los devotos del Señor es una ofensa terrible. En acuerdo a la Escritura, aun
si el ofensor es tan poderoso como el Señor Äiva, tendrá que enfrentar severo
castigo”. (C.B. madhya. 13/386-393)
En el Ärîmad Bhâgavatam, el rey Râhugana dice a Jaàa Bharata:
“He cometido una gran ofensa al insultar a un gran devoto como usted.
Debido a esto, yo, que soy casi tan poderoso como el Señor Äiva seré vencido
sin demora, como reacción a mis ofensas a los pies de loto de un vaiëòava”.
(S.B. 5/10/25)
Aun si el ofensor es extremadamente conocedor y erudito será arrojado al
más bajo de los infiernos. El Santo Nombre de Kèëòa es el más potente de los
agentes Purîficadores, pero el ofensor a un vaiëòava no podrá ser absuelto de
sus ofensas ni siquiera por cantar. El siguiente verso del Padma Purâòa es
altamente iluminador y por prestar atención a su exhortación uno es bendecido
con amor puro por Dios. La blasfemia o la crítica envidiosa a las personas
santas es la ofensa más dañina que una persona puede cometer contra el
Santo Nombre. ¿Cómo podrá el Santo Nombre de Dios tolerar los más mínimos
comentarios derogatorios en contra de aquellos que han dedicado sus vidas a
diseminar las glorias del Santo Nombre? (Significado: Nam-prabhu nunca
tolerará tales ofensas y les ocasionará ruina total).
El significado del verso 391 citado anteriormente es el siguiente:
Más potente que todos los métodos de prayascita (penitencia)
recomendamos en todas las escrituras Smèti para exonerar los pecados, es la
habilidad Purîficadora del Santo Nombre. Pero si el canto del Santo Nombre
ofende y blasfema de un devoto del Señor Supremo no podrá ser protegido de
sus ofensas por nadie. De las diferentes ofensas en contra del Santo Nombre,
la blasfemia de los santos, es la ofensa original. Cuando se comete nâma-
aparâdha el ofensor no podrá beneficiarse de nâma-âbhâsa ni de suddha-nâma
hasta que el nâma-aparâdha sea absuelto.
El Caitanya Bhâgavata describe el episodio de Jagâi y Mâdhâi de esta
manera:
“Los dos infames hermanos (Jagâi y Mâdhâi) cometieron toda clase de actos
inmorales pero nunca habían blasfemado o insultado a un vaiëòava. Ellos
siempre estaban ebrios y hacían todo en estado intoxicado, así pues de alguna
manera ellos habían sido capaces de evitar el vaiëòava-ninda. Pero hasta una
asamblea de sannyasîs llegará a ser despojada de su pureza religiosa si
comete vaiëòava-ninda”. De hecho un grupo de borrachos es mejor que una
asamblea impía. Un vil borracho tiene todavía el chance algún día de ser
excusado por su actuar incorrecto, pero el ofensor a un vaiëòava espera
seguro una pésima condena”. (C.B. madhya. 13/39-43)
En el significado de Ärîla Bhaktisiddhânta Prabhupâda al verso 43 citado
anteriormente, es relatado en este äloka:
parasvabhâva karmanî na prasamsenna garhayetvisvam-ekatmakam pasyan
prakrtya purusena ca. (S.B. 11/28/1)
“Es la responsabilidad de cada uno determinar lo que es auspicioso y lo que
es inauspicioso. En cambio, si uno se dedica a encontrar faltas y a criticar a
otros, siguiendo a sus instintos inferiores, se arrastrará a sí mismo a un
remolino de aflicción. Sin liberarse de 'matsarya', envidia, nadie podrá escalar
el abismo de lo inauspicioso”.
“El Supremo Señor Caitanya libera aún a los borrachos y libertinos pero
arroja a los ofensores de vaiëòavas al peor de los infiernos conocidos como el
Kumbhîpaka. Ninda o blasfemia no podrán nunca ampliar nuestra devoción o
dedicación espiritual, sino que acumulará severas penalidades y pecado. Esta
es una de las razones por lo que las grandes almas evitan vaiëòava-ninda”.
(C.B. Madhya. 13/311-312)
“Un tonto ignorante primero adora los pies de un brâhmaòa y luego patea su
cabeza preparando así su camino al infierno. Similarmente, alguien que adora
la Deidad del Supremo Señor Viëòu pero no reverencia y respeta al Señor
Viëòu, como la superalma dentro del corazón de todas las entidades vivientes,
también se abalanza él mismo al infierno”.
(Nâradîya Pañcarâtra)
“Dejando a un lado las penas del vaiëòava-ninda, cualquiera que torture a
una entidad viviente ordinaria deberá enfrentar severas consecuencias. Aún
una persona que adora la Deidad del Señor Viëòu pero que atormenta a Sus
seres creados no obtiene resultados de su adoración y si experimenta una
terrible agonía. Tal persona es ignorante del hecho de que su Deidad adorable,
el Señor Viëòu, reside en todos los seres vivientes. Esto es como adorar un
brâhmaòa con una mano y golpearlo en la cabeza con la otra. Es de grave
consideración lo que resulte o suceda a estas personas tontas. Los terribles
resultados de incurrir en vaiëòava-aparâdha son mil veces más serios que los
de torturar a jîvas -almas ordinarias-. Una persona que adora la Deidad del
Señor Viëòu con fe sencilla (äraddhâ) pero no es respetuosa y amable con los
devotos del Señor; o no es compasiva con el ignorante, inocente o caído; o
adora a una expansión del Señor Supremo y no las demás -haciendo
distinciones entre Kèëòa y Râmacandra; o no respeta al Señor Balarâma, el
Señor Äîva, etc., es designado en las Escrituras como un devoto de tercera
clase”. (C.B. Madhya. 5/140-149)
El Ärîmad Bhâgavatam afirma:
La persona que se ha rendido a un Guru, tomando iniciación de él; adorando
la Deidad del Señor Viëòu en acuerdo al Pañcarâtra con fe mezclada y
entendimiento espiritual confuso; que no sirve y adora a los devotos del Señor
debido a su ignorancia acerca de los diferentes grados de devotos pero
mantiene la compañía de personas no devocionales, es un devoto materialista
(prakèta), un neófito (kaniëùha) o simplemente allegado a un vaiëòava
(vaiëòava-praya). (C.B. 11/247)
El siguiente äloka aparece en el Haribhakti-vilâsa:
“Alguien que ha tomado iniciación (de un maestro fidedigno) en el Viëòu
mantra y está adorando la Deidad del Señor Viëòu con fe, es, en acuerdo a los
preceptores espirituales, un vaiëòava -otros no son vaiëòavas”. Padma Purâòa
(1/55)
Esta verdad es reiterada en el Skanda Purâòa citado también en el
Haribhakti vilâsa (12/338). Por lo tanto, un devoto del Señor Viëòu es un
vaiëòava. El Supremo Señor quien es famoso como el protector de sus devotos
(bhakta-vatsâla), no tolerará ninguna blasfemia en contra de sus devotos.
En el Râyasûya-yajña de Yudhiëùhîra Mahârâja (ritos de sacrificio ejecutados
por poderosos emperadores) surgió el interrogante de quien en la augusta
asamblea debería ser el primero en recibir la adoración. El quinto y más joven
de los Pâòàavas, Sahadeva, inmediatamente señaló al Señor Kèëòa, el
Supremo Señor de Señores. El reconocido enemigo de Kèëòa desde su
nacimiento, Äiäupâla, no pudo soportar que Kèëòa recibiera tanta prominencia
y glorificación. Él comenzó una perorata de insultos en Su contra. La asamblea
entera constituida por personas santas estaba escandalizada. Así en Ärîmad
Bhâgavatam declara:
“Entonces los miembros de la asamblea cubrieron disgustados sus oídos con
sus palmas para no escuchar las vituperaciones de Äiäupâla en contra del
Señor Kèëòa y salieron enojados de la sala”. (S.B. 10/74/39-40)
Las personas que al escuchar maliciosas inventivas en contra del Señor
Supremo o sus devotos, no abandonan inmediatamente el sitio, volviéndose
parte de esto, pierden entonces toda piedad y son finalmente empujadas al
infierno.
Äiäupâla, sin perturbarse por el éxodo que había causado entre los
seguidores de Kèëòa, la Suprema Personalidad de Dios, se levantó
rápidamente de Su asiento y trató de calmarlo e impedir que sus seguidores
salieran. Pero cuando vio a Äiäupâla correr hacia Él con su espada, El Señor
liberó Su disco Sudaräana hacia Äiäupâla y separó su cabeza de su cuerpo.
Gran conmoción y caos se creó debido a los acontecimientos en la asamblea.
Los partidarios de Äiäupâla corrieron desordenadamente temiendo por sus
vidas. Cuando Äiäupâla lanzó su último aliento sobre el piso de la concurrida
asamblea, su alma, un brillante punto de luz, se fusionó en el cuerpo de Kèëòa.
Ni una gota de sangre fue derramada, así que el yajña no fue contaminado ni
interrumpido.
Poco después de este incidente, otro demonio Dantavakra, también hostil a
Kèëòa, fue muerto por el Señor y obtuvo sarupya-mukti (un estado de
liberación en el que se obtiene la misma forma de Señor). Äiäupâla y
Dantavakra eran las terceras y últimas encarnaciones de Jaya y Vijaya, los
asociados eternos del Señor Nârâyaòa. Con su muerte fueron restituidos en
Vaikuòùha como los asociados eternos del Señor Supremo. El Señor Kèëòa, el
Señor de los yajñas (Yajñesvara) protegió la santidad del yajña, permaneció
hasta su conclusión en Indraprastha, y se dirigió a Dvârakâ
Capítulo Dos
MAHADEVA ÄIVA
Y EL SACRIFICIO DE SATÎ
En el cuarto canto del Ärîmad Bhâgavatam se narra la historia de cómo el
rey Dakëa ofende a Äiva y decide no invitarlo a su yajña (ceremonia de
sacrificio). Debido a esto el Señor Viëòu rehusa dar sus bendiciones al sacrificio
de Dakëa. Satî, la casta esposa del señor Äiva, siendo invitada a la ceremonia
por su padre (Dakëa) decide asistir a la ceremonia a pesar de la oposición de
su esposo; Dakëa difama públicamente de Äiva y Satî, profundamente apenada
por esto, se lamenta:
“¡Ay de mí! Debido al sentimentalismo y a mi inestabilidad mental no presté
atención a las advertencias de mi esposo y vine a la casa de mi padre solo
para ser torturada al escuchar blasfemia en contra de tan exaltado vaiëòava.
¡Qué avergonzada estoy! ¿Cómo podré rectificar este vil crimen del vaiëòava-
aparâdha? No podré seguir viviendo en este cuerpo concebido por mi ofensor
padre. Abandonaré este cuerpo contaminado y Purîficaré mi alma por rendirla
a los pies de loto de mi santo esposo”.
Luego se dirigió a su padre Dakëa:
“¡Escucha padre! Solo tú pudiste comportarte de manera tan vil en contra de
una personalidad tan sagrada como Äiva, querido por todos los seres vivientes
y que está siempre igualmente dispuesto para con todos y por esto no posee
enemigos. La naturaleza de una persona santa es la de ignorar las faltas de los
demás y apreciar sus buenas cualidades. Pero una persona envidiosa como tú
ve como faltas hasta las buenas cualidades de los demás. El devoto
madhyama adhikârî discrimina apropiadamente entre las buenas y malas
cualidades y las glorifica como si fueran símbolos de grandeza. Pero tú
maldices de una personalidad que posee cualidades divinas”.
La naturaleza del crítico superficial es la de buscar solo las faltas de los
demás. Ignoran los buenos rasgos y tratan de hacerlos ver como si fueran
defectos. Las hormigas buscarán hasta la más pequeña grieta y causarán
rompimiento aún en la cubierta de gemas del más bello templo. Estos críticos
son como tamices llenos de agujeros (faltas) que a conveniencia pasan por alto
sus propias faltas pero ridiculizan la más pequeña equivocación en los demás.
La persona santa está liberada de esta tendencia a buscar faltas. El
Caitanya-caritâmèta define al vaiëòava de primera clase:
uttama hañâ vaiëòava habe nirabhimâna jîbe sanmân dibe jâni kèëòa
adhiëùhâna. (C.C. Antya 20/25)
“Aunque un vaiëòava es la personalidad más exaltada, él no es orgulloso y
ofrece respeto a los demás sabiendo bien que ellos son el lugar de reposo de
Kèëòa”.
Aquellos que consideran el cuerpo material como el yo real están
despistados y locos teniendo el corazón endurecido no siendo sorprendente
que difamen de las personalidades exaltadas. Las personas santas toleran con
ecuanimidad todas las injurias lanzadas en contra pues esa es su naturaleza.
Ellos son ecuánimes e imperturbables ante la alabanza o la calumnia, el honor
o el deshonor, la alegría o la tristeza. Pero en cuanto a sus seguidores o
discípulos que son como polen aferrado a sus pies de loto, ¿podrán ellos tolerar
las ofensas en contra de su Señor y protector? Ciertamente capturarán y
acabarán con los poderes demoníacos de los torturadores.
Las dos sílabas que forman la palabra Äiva (si y va) son tan auspiciosas que
por su simple pronunciación son removidos el pecado y los síntomas
inauspiciosos. Sus instrucciones son leyes y sus pasatiempos los más santos y
gloriosos. Por lo tanto, sólo el más abominable malhechor podría pensar en
criticar a este amigo y bienqueriente de todas las entidades vivientes.
A este punto Dakëa coloca un contra argumento en la forma de pregunta:
“Tú has descrito las características sublimes de los santos y me adviertes
acerca de encontrar faltas en otros. Pero, ¿qué hay de mi? Soy un brâhmaòa
además en mi posición de prajâpati (progenitor) soy adorable para todos. Soy
tu padre y merezco tú respeto. ¿En este caso no constituye una ofensa de
parte tuya el que me critiques de esta manera?”
Satî respondió:
“Como puedes tú, enemigo de Äiva, quejarte de injuria? Debería matarte por
el solo hecho de cometer esta ofensa y al no hacerlo solo aumento mi pecado”.
Escuchemos las instrucciones de las escrituras sobre el tema:
karòau pidhâya nirayâd yad akalpa îäe dharmâvitary asèòibhir nèbhir
asyamâne chindyât prasahya ruäatîm asatîê prabhuä cej jihvâm asûm api tato
visèjet sa dharmaì (S.B.4/4/17)
“Si uno escucha a una persona irresponsable blasfemar en contra del
maestro o guía espiritual, debería cubrir sus oídos y salir del lugar si se es
incapaz de responder. Pero si se tiene la fuerza, debería cortársele la lengua y
matársele, y luego abandonar la existencia propia”.
En su comentario a este äloka, Ärîla Viävanâtha Cakravartî escribe:
“Bajo la autoridad del Ksatriya-dharma (deberes y responsabilidades para los
ksatriyas, la clase marcial) se está empoderado para cortar la lengua del
ofensor. Las otras clases de la sociedad védica (brâhmaòas, vaisyas y sudras)
no están autorizadas para ejercer castigo físico a otros; de ahí que los
brâhmaòas cubrirán sus oídos, cantaran el nombre de Viëòu y abandonarán el
lugar debido a su gran pesadumbre”.
Debido a que los vaiëòavas son como mínimo iguales a los brâhmaòas, ellos
seguirán el código brâhmaòa. Ärîla Jîva Gosvâmî escribe en su Bhakti-
sandarbha, en el contexto del sâdhu-nindâ relativo al primero de los nâma-
aparâdhas:
“el solo escuchar vaiëòava-nindâ ya es una grave falta”.
El Ärîmad Bhâgavatam establece:
nindâê bhâgavataì äèòvaês tat parasya janasya vâtato nâpaiti yaì so 'pi yat
yadhaì sukètâc eyutaì (S.B. 10/74/40)
“La persona que al escuchar ofensas en contra del Señor Supremo o de su
devoto rendido no abandona ese lugar impuro, está implicada en la ofensa y es
carente de todo sentimiento de piedad”.
Las instrucciones acerca de abandonar el lugar de la ofensa están indicadas
para aquellos que son débiles e incapaces de ofrecer resistencia, pero aquellos
que son fuertes y poderosos deben como asunto de deber arrancar la lengua
del ofensor.
Ärîla Bhaktisiddhânta Ùìâkura Prabhupâda escribe en su significado del äloka
del Ärîmad Bhâgavatam 4/4/17:
“Los seguidores del sistema védico de Sociedad Varòâärama son los
instructores o Gurus de los sin casta (aquellos que no se ajustan a los edictos
de las leyes védicas). Los brâhmaòas son los Gurus de la Sociedad
Varòâärama. El Guru del brâhmaòa es el vaiëòava Âcârya o el preceptor
espiritual y el protector de la teología y religión vaiëòava. Al primer signo de
blasfemia en contra del Âcârya es el deber de uno reaccionar y abandonar
inmediatamente el lugar. Si uno está en la capacidad de hacerlo debería
idealmente cortar la lengua del ofensor, y si se es incapaz de hacer esto
debería uno abandonar su vida estando afligido por insoportable dolor y
vergüenza”.
Las personas que rondan en el plano mental son críticas y hostiles hacia el
Señor Supremo y su devoto. Juzgan y analizan el fenómeno material estando
influenciados por la naturaleza dualista que los seduce constantemente a la
argumentación. A pesar de que sus opiniones mundanas son peligrosas estas
no tienen efecto en lo absoluto.
Por esto las Escrituras no absortan a que evitemos la compañía de los
materialistas. Es parte de la etiqueta vaiëòava evitar la asociación no-
vaiëòava. Ärîla Bhaktivinoda Ùìâkura escribe:
“El carácter y el comportamiento del vaiëòava es siempre ideal y puro.
Cualquiera que envidiosamente difame de él será rechazado por mí
(Bhaktivinoda) y no me preocuparé de ver su cara o hablarle”.
El Ärîmad Bhâgavatam declara;
“Uno debe por tanto evitar las malas compañías y asociarse solamente con
devotos. Con sus sabias instrucciones tales santos pueden cortar el nudo que
nos ata a las actividades desfavorables al servicio devocional.” (S.B. 11/26/26)
De nuevo:
yosit-sangat yatha pumso yatha tat-sangi-sangatah
(S.B. 3/31/35)
“La ilusión y esclavitud que un hombre acumula como resultado de su apego
a un objeto en particular no son tan desastrozas como los resultados de la
asociación con mujeres o con hombre apegados servilmente a mujeres”.
Estas afirmaciones, con citas de las Escrituras en los significados de Ärîla
Bhaktisiddântha reiteran claramente que no solo esta prohibida la asociación
de vaiëòava-aparâdhis sino también de sus asociados.
Satî, la exaltada esposa y compañera del mejor de los vaiëòavas (Ärî Äiva),
continuó reprendiendo a su ofensor padre Daksa de una manera firme y
temeraria:
“No deseo permanecer ni un minuto más en este despreciable cuerpo, ácido
de la semilla de un ofensor a los vaiëòavas. Cuando una persona consume
equivocadamente cosas inmundas, los doctores le recomiendan el vómito
como una forma de curarse. Similarmente, mi cuerpo contaminado, el cual se
ha originado de un enemigo del Señor Äiva, es una carga innecesaria digna de
ser tirada. Eres despreciable y estoy extremadamente avergonzada de estar
relacionada contigo debido a este cuerpo. Mi nacimiento es una desgracia
debido a que soy hija de un vil ofensor a las grandes almas. Mi Señor que
monta un toro (Ärî Äiva) se dirige a mi como “Dakëayani” (la hija de Dakëa).
Cuando pienso en esto y en como ese nombre me relaciona contigo siento
repugnancia y dolor en mi corazón. Por esto, este cuerpo, nacido de ti, es
abominable y lo dejaré sin demora”.
Sati recriminó fuertemente a su padre aún en la presencia de muchos, en la
arena de sacrificio. Luego entró en profunda meditación y mediante sus
poderes yóguicos abandonó su cuerpo. La desconcertada asamblea lloró su
muerte con lamentación. Dakëa, duro de corazón por naturaleza, permaneció
impasible y silencioso mientras su propia hija hacía esto. El grupo de
acompañantes de Sati llegó a saltar en furia ante la insensibilidad de Dakëa y
tomando las armas se dispusieron a ejecutarle.
Viendo avanzar peligrosamente a los guardias de Satî el poderoso sabio
Bhrigu entonó un poderoso mantra del Yajur Veda y ofreció oblaciones en el
fuego de sacrificio. Del fuego surgieron cientos de ribhus espadachines (seres
militantes celestiales) que mediante sus poderes mágicos empezaron a
contraatacar. Superados en el número por guerreros superiores, los guardias
huyeron en todas las direcciones.
Mientras tanto Nârada Muni, quien vio todo el incidente mediante su visión
mística, vino donde Äiva y le narró todo. El Señor Äiva, en una modalidad
enfurecida, arrancó un mechón de su pelo enmarañado y lo tiró al piso. El
mechón se transformo instantáneamente en un guerrero llamado Virabhadra.
Este se inclinó en profunda reverencia ante su maestro y solicitó instrucciones.
El Señor Äiva dijo: -Eres mi expansión parcial; ve y destruye a Dakëa y a su
arena de sacrificio-. Vîrabhadra reunió de nuevo a los guardias de Satî y se
aprestaron a sitiar a Dakëa. Ärî Viëòu, el Señor de los sacrificios, no presta
atención a un sacrificio que no es bendecido por la presencia de su devoto
puro, el Señor Äiva. Ärî Viëòu el reconocido protector de sus devotos
(bhaktavatsala) nunca tolera insultos en su contra. Si una persona presta
adoración al Señor Supremo pero no toma en cuenta a sus devotos rendidos, el
Señor Supremo rechaza tal adoración considerando al adorador un tonto
arrogante. Los soldados de Äiva devastaron la arena de sacrificio haciendo que
los asistentes huyeran por miedo a perder la vida. Vîrabhadra arrestó a Dakëa;
Maniman capturó Bhrigu Muni; Candesa capturó a Suryadeva y Nandisvara
puso cautivo a Bhaga.
Virabhadra arrancó el bigote de Bhirgu debido a que se le enroscó mientras
se reía burlonamente del Señor Äiva. Luego arrojó a Bhagadeva al piso y sacó
sus ojos pues éste había animado a Dakëa guiñándole el ojo mientras insultaba
a Äiva. Y debido a que Pusadeva (Surya) había mostrado sus dientes sonriendo
por el insulto a Äiva, Vîrabhadra quebró todos sus dientes. En el Ärîmad
Bhâgavatam (10/61/29-37) hay una descripción del Señor Balarâma haciendo
lo mismo con los dientes de Dantavakra.
Después Vîrabhadra se sentó sobre el pecho de Dakëa y trató de cortar su
cabeza con un hacha (kharga). Fallando en su intento trató con muchas otras
armas cortantes sin lograr causar siquiera un rasguño en la piel de Dakëa. Para
completa sorpresa de la asamblea tomó finalmente el afilado puñal usado para
matar el animal de sacrificio y cortó la cabeza de Dakëa. Luego arrojó la
cabeza al fuego a manera de oblación y prendió fuego a todo el escenario.
Después reunió a sus soldados y partió de regreso a Kailasa. De este modo es
destruida una oración de sacrificio que blasfema de un vaiëòava puro como el
Señor Äiva.
El sacerdote del sacrificio (ritvik), los semidioses asistentes y los prajapatis ,
estando supremamente afectados, se aproximaron al Señor Brahmâ y le
narraron el sangriento episodio. El Señor Brahmâ y el omnisciente Señor
Nârâyaòa no habían asistido al sacrificio conociendo de antemano el fatídico
desenlace. El Señor Brahmâ escuchó pacientemente las quejas de los
semidioses y dijo:
“Aquellos que maldicen de una personalidad poderosa y desean vivir
pacíficamente encontrarán la vida totalmente inauspiciosa. Ustedes han
ofendido gravemente a Äiva quien es parte receptora de las oblaciones
ofrecidas en sacrificio y han tramado inventivas para forzarlo a marcharse.
Ahora con sincero arrepentimiento deben ir y arrojarse a sus pies. Él es
Asutosha (muy fácil de satisfacer), así que traten de complacerlo. Cuando se
enoja es capaz de destruir el mundo entero. Él está muy lastimado por la
crítica sarcástica y por la pérdida de su querida esposa. No veo forma de
solucionar este asunto aparte de la súplica sincera a sus pies de loto”.
El Señor Brahmâ condujo luego a Indra y a los demás semidioses hacia
Kailasa. Allí encontraron a Äiva, el mejor de los vaiëòavas meditando en el
Señor supremo sentado bajo un árbol. Luego ofrecieron sus respetuosas
reverencias y el respondió a su saludos de igual manera. Glorificando con
fuerza al Señor Äiva, el Señor Brahmâ pidió perdón por la ofensas de Dakëa y
así poder culminar la ceremonia de sacrificio. Luego imploró perdón para los
semidioses ofensores y alivio para sus heridas.
Asutosha, el Señor Äiva, fue complacido de ésta manera por las oraciones
del Señor Brahmâ y los semidioses. Él colocó una cabeza de carnero a Dakëa y
lo regresó a la vida. Los otros semidioses afectados también fueron curados.
Luego el Señor Äiva los acompaño a la arena del sacrificio. Dakëa dándose
cuenta de su error cayó a los pies de Äiva e imploró su misericordia. El yajña
fue reiniciado. El supremo Señor Nârâyaòa vino personalmente a recibir las
oblaciones. Después el Señor Äiva y el Señor Brahmâ fueron también adorados
y recibieron los remanentes de las ofrendas de sacrificio. De esta manera fue
completado el yajña de Dakëa. Con el tiempo, Satî reencarnó como Pârvatî la
hija de Menaka y el Himalaya, y obtuvo de nuevo a Äiva como su esposo. Por
escuchar ésta sagrada historia del Señor Äiva, la joya cumbre entre los
vaiëòavas, las jîvas seran extremadamente cuidadosas de cometer vaiëòava-
aparâdha y obtendrán así el amor por Dios por la misericordia de los
vaiëòavas.
Capítulo Tres
ÄRÎ NÂRADA MUNI
Y LOS HIJOS DE DAKËA

Existen diez ofensas en contra del Santo Nombre. Blasfemar al devoto puro
que predica las glorias del Santo Nombre y que ha tomado pleno refugio del
mismo, es tan delicado que ha sido puesto encabezando la lista de nâma-
aparâdhas. El devoto debe ser extremadamente cauteloso de evitar cometer
este serio nâma-aparâdha.
De lo contrario, uno podría cantar el Santo Nombre por millones de vidas sin
recibir las bendiciones del nâma-prabhu (Santo Nombre). Las Escrituras nos
informan que a Dakëa le fue devuelta la vida al recibir una cabeza de carnero y
que finalmente complació al Señor Äiva por muestras sinceras de
arrepentimiento y por glorificar al Señor Äiva.
El vaiëòava-aparâdha es tan temible que si un simple murmullo de éste
permanece en el corazón, no será extinguido fácilmente.
Dakëa, quien cometió vaiëòava-aparâdha en la era de Svâyambhuva
manvantara, tuvo que sufrir sus consecuencias miles de años después, en el
tiempo de Câkëuëa manvantara. Tal como afirma el Ärîmad Bhâgavatam:
“Siguiendo la orden del Señor Brahmâ todos los precetas aceptaron la
muchacha como esposa. Del vientre de esa muchacha, el hijo del Señor
Brahmâ (Dakëa) tomó nacimiento. Dakëa tuvo que nacer del vientre de Marisa
porque desobedeció e irrespetó al Señor Mahâdeva (Äiva). A consecuencia de
esto tuvo que abandonar su cuerpo dos veces”. (S.B.4/30/48)
Ärîla Viävanâtha Cakravartî Ùìâkura escribe en su comentario:
Ajana, el Señor Nârâyaòa en la era de Svâyambhuva Manu dio origen a
Brahmâ de su ombligo. Dakëa fue el hijo del Señor Brahmâ y entonces por
haber ofendido al Señor Mahâdeva, tuvo que nacer de nuevo del vientre de
Mâriëâ, hija de una apsara llamada Pramlocya, criada por Vèksas y dejada en
embarazo por un Këatrya (precetas). Primero murió en las manos de
Vîrabhadra y luego por muerte natural.
Se encuentra más información en el verso siguiente:
“Su cuerpo anterior había sido destruido, pero Dakëa, inspirado por la
voluntad suprema, creó de nuevo todas las entidades vivientes deseadas en el
câkëuëa manvantara”. (S.B. 4/30/49)
El Universo material es destruido al final del quinto manvantara. Dakëa nació
en el svâyambuva y deseando gran opulencia ejecutó austeridades y votos por
un período de cinco manvantaras. Al llegar el sexto manvantara (câkëuëa) él
alcanzó su meta.
Ärîla Viävanâtha Cakravartî comenta:
“De nuevo, por la misericordia del Señor Äiva quien fue complacido por sus
oraciones (panegíricos), dakëa logró fabulosas riquezas”.
En el Câkëuëa manvantara, por orden del Supremo Señor Hari, Prajapatî
Dakëa (progenitor) aceptó como su esposa a Askini la hija de Pancajana y
engendró a través de ella diez mil hijos conocidos como los Harjyasva. Él a su
turno instruyó a sus hijos para incrementar la población.
Luego bajo las órdenes de su padre, ellos viajaron al oeste a un sitio entre
Sindhûnad y su confluencia en el océano. Este santo lugar de peregrinaje
conocido como Nârâyaòa-sarovara era santificado debido a la presencia
constante desde tiempo inmemorial de almas autorrealizadas. Por la influencia
Purîficadora del agua del sarovara (lago) sus apegos materiales fueron
anulados y lograron el elevado estado de parâmahaêsas.
Recordando la instrucción de su padre de poblar el mundo, empezaron a
ejecutar severas austeridades que los ayudaran en este propósito. Nârada
Muni los encontró ejecutando penitencia y les preguntó sobre diez asuntos
esotéricos.
Entendiendo la importancia de estas preguntas por la misericordia de Nârada
los Harjyasvas llegaron a desarrollar apatía por la vida familiar y decidieron
emprender una vida de devoción pura al Señor Supremo. Ellos rodearon a
Nârada Muni y ofrecieron reverencias agradeciéndole por comprometerlos con
la rendición devocional. Luego, cuando Dakëa escuchó que sus grandiosos
hijos habían tomado la vida de renuncia se sumió en el océano de lamentación
y exclamó:
“¡Hay de mí! Aún los buenos hijos pueden ser la causa de gran ansiedad”.
Esta clase de lamentación es a menudo expresada por padres engañados por
la potencia ilusoria del Señor.
De alguòa forma el señor Brahmâ consoló a su terriblemente afligido hijo.
Dakëa engendró de nuevo mil hijos a través de su esposa Asikini. Ellos fueron
llamados Savalâsva y Dakëa los instruyó, tal como lo había hecho previamente
con los Harjyasva, para tener descendencia. Los Savalâsva siguiendo los pasos
de sus hermanos mayores, los Harjyasva, viajaron al lugar de peregrinaje de
Nârâyaòa-sarovara. Su agua limpió sus corazones de toda contaminación
material.
Ellos permanecieron en Nârâyaòa-sarovâra por varios meses viviendo sólo de
agua por un tiempo y luego de aire. Todo esto era posible debido a que ellos
cantaban el poderoso y Purîficante mantra -Om namo nârâyaòaya puruëaya
mahât mane: viäîddha-sattva-dhiänaya mahâhamsaya dhimahî. De esta forma
ellos adoraron al Señor del mantra, el Supremo Nârâyaòa.
Nârada Muni pasó por allí y vio a los Savalasva absortos en meditación. Él, al
igual que antes (con los Harjyasva) los instruyó para que abrazaran el sendero
de la renunciación. Él les dijo: -“¡Oh Savalasvas!, hijos de Dakëa, presten
atención a mi consejo e imiten a sus hermanos mayores (los Harjyasvas);”
luego partió. Recibiendo la misericordia de Nârada Muni ellos siguieron el recto
y auspicioso camino de sus predecesores y se convirtieron en devotos del
Señor Supremo.
Durante ese tiempo Dakëa se había puesto cada vez más aprensivo debido a
diversos signos inauspiciosos. Cuando supo que sus hijos, los Savalasva
tomaron el sendero de la renunciación y desaparecieron, cayó abrumado por la
pena. De nuevo, Nârada había aconsejado a sus hijos dejarlo todo. Entonces,
cuando Dakëa se encontró finalmente con Nârada Muni temblando de la ira le
habló de la siguiente manera:
“Prajapati Dakëa dijo: ¡Oh Nârada Muni!, vistes con la ropa de un
renunciante y persona santa sin serlo en realidad. En verdad, aunque en el
momento me encuentro en la orden de grihasta, soy a diferencia de ti una
persona santa. Al indicar a mis hijos el sendero de la renunciación has
cometido conmigo una terrible injusticia”. (S.B. 6/5/36)
“Causaste la pérdida de mis hijos ya una vez, y ahora de nuevo esta
calamidad se repite por causa tuya. Eres un pillo que no sabe como
comportarse con los demás. Podrás viajar por todo el universo pero te maldigo
para que no puedas residir permanentemente en ningún lado”. (S.B. 5/6/43)
Desde el nacimiento, un brâhmaòa tiene deuda con los èëis, con los
semidioses y con su padre. De acuerdo a las Escrituras sruti el brâhmaòa
podrá saldar esta deuda de la siguiente manera: Para con los sabios a través
de la observancia del voto de brahmâcârya (celibato), hasta su matrimonio;
para con los semidioses por la ejecución de yajñas; y para con su padre por
engendrar a su vez hijos. De aquí que Dakëa insistía en el punto de que sus
hijos tenían un compromiso para con él que no había sido cumplido y debido a
esto no calificaban para recibir mokëa (liberación). Debido a esto la actitud de
Nârada al aconsejarles la renunciación sería comparable a una grave ofensa
para con Dakëa. Además de privarlos de recibir bendiciones en esta vida y en
la siguiente. Además, Nârada se había aprovechado de su inmadurez de
juventud y confundió sus mentes -todo esto era para Dakëa una acción infame
y cruel. También dijo a Nârada que su condición de asociado eterno del Señor
Hari había empañado la imagen del Mismo. Y por esto era apenas lógico que
Nârada no permaneciera más en la compañía de los asociados eternos del
Señor. Así Nârada, al actuar adversamente para con aquellos que no le eran
hostiles había abierto brecha en su relación fraterna con Dakëa. Los devotos
del Señor son siempre compasivos para con los demás y Nârada en su
actuación con Dakëa habría perdido esta cualidad de un devoto del Señor. Por
concluir que el sendero de la renunciación (nivèttimarga) puede romper el
apego a los deberes de familia (pavèttimarga) Nârada, en la apariencia de un
devoto, había causado confusión mediante sus instrucciones a los jóvenes hijos
de Dakëa. Cualquiera puede dar una instrucción pero no cualquiera puede
educar a la humanidad en la verdadera comprensión del desapego (vairâgya).
El ser humano experimenta dolor y sufrimiento como su cuota por disfrutar en
el mundo material todo lo cual surge únicamente del sentimiento de
explotación. Es lógico que ante esto haya remordimiento y apatía, pero el
acudir en búsqueda de consejo de personas más confundidas no nos
conducirá a la realización del desapego.
El comportamiento mal intencionado de Nârada para con aquellos que se
encontraban ejecutando deberes fruitivos ocupacionales de acuerdo con las
Escrituras, había sido en cierta forma tolerado por ellos (Dakëa y sus hijos). Por
esto Nârada, causa de la destrucción de toda una dinastía por comportamiento
desleal no tendría un lugar fijo en ninguna parte de la creación. (De hecho
Dakëa expresó realmente esta maldición)
Nârada Muni, respetado por las personas santas, respondió ante esta
maldición sin protestar y con una enigmática indiferencia.
Alguien que acepta voluntariamente una maldición lanzada sobre él y
permite que tome efecto a pesar de ser capaz de contrarrestarla es digno de
alabanza de la misma persona que lo maldijo - por su gran demostración de
tolerancia. Las instrucciones de Dakëa sobre la acción fruitiva es del interés
de aquellos que se encuentran enredados en actividades materiales. Para
estas personas las instrucciones de Nârada sobre la devoción pura carecen de
significado debido a que se encuentran más allá de su comprensión. Esto los
conduce a cometer vaiëòava-aparâdha. Es por esta razón que en las escrituras
se objete algunas veces el sendero del pavriti o acción fruitiva regulada y se
recomiende acentuadamente al sendero del nivrti o la renunciación.
Entre tanto Dakëa sumido en desesperación por la pérdida de sus hijos fue
de nuevo consolado por Brahmâ. Por temor a que dar sin generación y por
consejo de Brahmâ engendró sesenta hijas en el vientre de su esposa Asiknî.
Estas hijas llegaron a ser fuertemente apegadas a las instrucciones de su
padre y cuando tuvieron la edad casadera fueron dadas en matrimonio a
Dharmaraja (diez de ellas), a Kasyapa (trece), a Candra (veintisiete), a Bhuta, a
Angîra y Kusasva (dos respectivamente), y las cuatro restantes a Tarksa. Los
hijos, nietos y demás generación resultante se encargaron de poblar los
catorce sistemas planetarios.
El propósito de este episodio de la historia puránica es el de recordarnos
cómo el vaiëòava-aparâdha arruina la vida espiritual de uno. Con el tiempo
Dakëa salvó su vida al recibir una cabeza de carnero (todo esto había sucedido
como resultado de una ofensa a Äiva) lo que ocurrió en el período de
svâyambhuva manvantara. En ese tiempo fue perdonado por Äiva pero según
parece su arrepentimiento no fue del todo sincero. Si no, ¿qué podría haberlo
llevado a cometer de nuevo vaiëòava-aparâdha a los pies de Nârada sabiendo
bien de su posición de asociado del Señor? Esta ofensa sucedió mucho después
de la primera, en el período de câkëuëa manu, el sexto en la línea de los
manvantaras. De esta manera aprendemos que debemos ser muy cuidadosos
y evitar del todo el vaiëòava-aparâdha.
Es imposible obtener la misericordia del Señor, aun si se le adora por un
millón de vidas- si se ha ofendido a un devoto vaiëòava del Señor. El ofensor
no podrá salvarse a menos que se arrepienta de todo corazón y sinceramente
se aproxime al vaiëòava que ha ofendido para solicitar la absolución de su
crimen. Que esto sirva de consejo a todos los devotos.
A menudo decimos: Canto el Santo Nombre de Kèëòa regularmente pero mi
corazón parece permanecer tan vacío y áspero como el rayo; árido debido a la
falta del rasa devocional. Canto porque se supone que tengo que hacerlo -tal
vez por hábito- pero tan pronto termino mis rondas dejo a un lado mis japas
sin experimentar ningún cambio positivo. ¿Por qué me sucede esto?
Ärîla Kèëòadasa Kavirâja Gosvâmî ofrece una respuesta a esto: “Existen
ciertas ofensas que debemos evitar al cantar el Santo Nombre de Kèëòa. Es
debido a esto que uno no llega al éxtasis por el simple hecho de cantar”. (C.c.
adi. 8/24)
“Si nuestro corazón no cambia, ni lágrimas fluyen de nuestros ojos, nuestro
cuerpo tiembla o nuestros bellos corporales se erizan al cantar el Santo
Nombre de Kèëòa, debemos entender que nuestro corazón se ha endurecido
como el hierro. Esto debido a las ofensas a los pies de loto del Santo Nombre”.
(S.B. 2/3/24)
“Tan sólo por cantar el Hare Kèëòa mantra sin ofensas se desvanecen todas
las actividades pecaminosas y el servicio devocional puro -causa del amor puro
a Dios- se hace manifiesto. Cuando el servicio amoroso trascendental al Señor
se despierta en verdad, éste genera transformaciones en el cuerpo tales como
la transpiración, titubeo en la voz y lágrimas en los ojos”.
“Como resultado de cantar el Hare Kèëòa mantra, se alcanza tan gran
avance en la vida espiritual que se termina la existencia material y se recibe el
amor por Dios; el Santo Nombre de Kèëòa es tan poderoso que por cantar tan
sólo una vez se obtienen fácilmente estas riquezas trascendentales”.
Si uno canta el Santo Nombre de Dios una y otra vez sin desarrollar amor por
Él y sin que lágrimas aparezcan en su ojos, es evidente que debido a una
ofensa en el cantar no brota la semilla del Nombre”. (C.c. adi. 8/26/30)
¿Entonces qué recurso le queda al ofensor? En respuesta Ärîla Kèëòadasâ
Kavirâja Gosvâmî dice a pesar de que al cantar el Santo Nombre de Kèëòa se
consideren las ofensas, al cantar los nombres de Caitanya y Nityânanda -las
encarnaciones de la misericordia- no se tienen en cuenta.
“Si uno tan sólo canta los nombres de Caitanya o Nityânanda -aún si no lo
hace con fe- será absuelto rápidamente de todas sus ofensas y tan pronto
como canta el Hare Kèëòa mantra sentirá el éxtasis del amor por Dios. La
Suprema Personalidad de Dios, Ärî Caitanya es de lo más magnánimo y a
menos que uno le adore no podrá alcanzar nunca la liberación”. (C.c. adi.
8/31/32)
Esto no implica que el Señor Caitanya y Nityânanda otorguen amor por Dios
a pesar de la presencia de un aparâdha. Ellos son tan ilimitadamente
magnánimos que cualquiera que busque refugio a Sus pies de loto recibirá Su
misericordia debido a que son protectores extremados de aquellos que se
rinden a ellos (sarana-gata-vatsâla). Pronto se evaporarán las ofensas y el
ofensor recibirá el amor por Dios.
Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkuraescribe en su comentario al verso del Caitanya
caritamèta citado anteriormente:
“Si una persona se rinde al Señor Caitanya y Nityânanda con fe sincera,
todas sus ofensas previas serán absueltas automáticamente. Luego, cuando
empiece con el canto del nombre de Kèëòa, el Santo Nombre lo bañará en
amor por Dios (amèta-pravaha-bhasya)”.
En su comentario Anubhasya, Su Divina Gracia Ärîla Bhaktisiddhânta
Sarasvatî escribe:
“Kèëòa y Gaurâôga no son diferentes de sus nombres trascendentales.
Considerar a Kèëòa como subordinado o inferior a Gaurâôga es un síntoma de
ignorancia. El hecho es que los nombres de Gaurâôga y Nityânanda han
llegado a ser extremadamente eficaces para las necesidades de las jîvas.
Gaurâôga y Nityânanda son extremadamente misericordiosos e incluyen
mâdhurya o la cualidad del rasa divino. La magnanimidad del Señor Kèëòa se
extiende a las almas liberadas, a los seres perfectos y a los devotos rendidos.
Las jîvas ofensoras saturadas de anarthas (deseos materiales) son liberadas de
los grilletes de los deseos sensoriales y ofensas por la corriente magnificente
(audharya) que fluye libremente de los pies de loto de Gaurâôga y Nityânanda,
y que es distribuida a ellos desde el santuario de los pies de loto de Kèëòa y
Gaurâôga”. La adoración y el servicio a Ärî Gaurâôga no implica una cultura
devocional que excluya la adoración de Kèëòa o una forma de servicio
devocional inferior a la adoración de Ärî Ärî Râdhâ y Kèëòa. Porque tal forma
de cultura devocional, si existiese, seria ficticia; seria como mínimo inspirada
por mâyâ y carente del néctar divino del amor por Kèëòa.
El Señor Caitanya nunca pasó por alto el vaiëòava-aparâdha. Capala Gopâla,
Devânanda, etc., son vívidos ejemplos de esto. Aun la madre Äacî tuvo que
implorar el perdón de Ärî Advaita antes de ser bendecida con prema por parte
del Señor. Sólo hasta que el ofensor se aproxime sincera y profundamente, al
vaiëòava que ha ofendido y pida su perdón, será perdonado en el corazón y
sus ofensas desaparecerán. De otro modo las consecuencias serán fatales. Por
tanto tiempo como el corazón esté sobrecargado por las ofensas este
permanecerá endurecido.
Ärîla Bhaktivinoda Ùìâkura canta:

aporâdh-phale mamâ cîtto bhela


bajrosamtuya name nâ
labhe bikarhaùas hoiye hari,
bado dukhe dakî bar bar

“Las ofensas han endurecido mi corazón, cruel como el rayo. ¡Ay de mi! ni
siquiera Tu Santo Nombre parece transformarlo. Frustradas están todas mis
esperanzas y por esto lloro mientras repito tu nombre con mi corazón
endurecido”.

ha gaura-nitaî tora dutî bhai


potito janoè boôdhuadhom
potito, amì he durjjân hao
mere kèpa-sinàhu

“¡Oh divinos hermanos Gaura y Nitay! (amigos de las almas caídas). Soy un
pecador; el más caído de los caídos. ¡Oh océano de misericordia por favor sé
mi salvador!”
Las almas condicionadas son ciegamente egocéntricas. Si ven peligrar sus
intereses culpan de esto al Guru y a los vaiëòavas y ciegos por la ira traman
inventivas e insultos en contra de ellos. Volviéndose hostiles para con ellos
actúan odiosamente en su contra. Siendo presa de mâyâ las jîvas se
encuentran empantanadas en el fango de la ignorancia; pero aun así son
arrogantes llamándose preparadas, prudentes y eruditas lo que los lleva de
manera caprichosa a actuar en contra de las normas religiosas y a rechazar el
sendero que conduce a su propio bienestar. Abandonados en el océano de
sufrimiento causado por el nacimiento, la enfermedad y la vejez toman
repetidos nacimientos alguòas veces en el infierno y alguòas veces en el cielo.
Cuando un ciego trata de conducir a otro ciego ambos terminan en
problemas.
Similarmente, cuando estos así llamados panàîtas tratan de manejar sus
vidas por sí mismos el resultado es predeciblemente desastroso. Las Escrituras
nos advierten sobre tales eventualidades:
“Estas personas materialmente apegadas son colocadas en la rueda de
avidya o ignorancia. Ellas se encuentran atraídas a la familia y amigos;
falsamente se consideran conocedores y eruditos de las Escrituras y toman el
sendero equivocado. Al tratar de colmar sus deseos materiales, así como el
ciego es conducido por otro ciego, ellos no alcanzan su destino (la buena
fortuna). Ellos sufren las miserias del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la
muerte estando atados a la rueda giratoria de los nacimientos repetidos ya sea
en el cielo o en el infierno”. (Kathopanisad 1/2/5)
Su Divina Gracia Ärîla Bhaktisiddhânta Prabhupâda escribe en su comentario
Gauàîya bhasya:
“El Supremo Señor Kèëòa se manifiesta en el plano material en cuatro
formas. Aunque a primera vista uno no sea capaz de verlas como el mismo
Señor, la verdad es que ellas no son diferentes de Él y son adoradas como sus
manifestaciones. El vaiëòava, Tulasî, Gaôgâ y el Ärîmad Bhâgavatam son las
cuatro expansiones divinas del Señor (prakâäa-vigraha).
Por análisis morfológico la forma de la Deidad del Señor es sólo adorable
cuando ha sido instalada formalmente y a través de los rituales (prâòa-
prathiëùa); pero esta regla no se aplica al vaiëòava, a Tulasî, al Gaôgâ o al
Ärîmad Bhâgavatam. Y aunque estos cuatro parezcan formas u objetos para el
disfrute del Señor en esta tierra (bhogya), son en verdad los disfrutadores o
maestros (bhokta, bhoktri) -principios de Divinidad y Supremacía no diferentes
del mismo Señor, absolutos y trascendentales. Este es el veredicto de los
Vedas.
“Es por esto que los representantes de la Divinidad, que son manifestaciones
no diferentes del Supremo, como el vaiëòava, no deben ser irrespetados en lo
más mínimo o de otro modo seríamos privados de recibir la misericordia del
Señor. Y entonces todos nuestros deberes y adoración devocional serían
inútiles como arrojar mantequilla purîficada sobre las cenizas -sólo reiniciarían
el fuego”.
El mismo Señor Caitanya dice:
“Ahora escuchen, en verdad digo que aquellos que me adoran ignorando a
Mis sirvientes y devotos son los canallas más despreciables pues al hacer esto
mutilan Mi cuerpo. Aquel que critica y ofende a Mi devoto, así sea una sola vez,
será vencido por Mi nombre que es como un árbol de deseos que cumple los
deseos de todos (kalpataru). Cada entidad viviente es Mi sirviente y por esto
no puedo tolerar violencia alguna en su contra; destruiré a cualquiera que trate
de lastimar a Mis sirvientes.
Aun si es un sannyâsî el que ofende a un devoto puro, éste caerá de sus
votos de sannyâsa y se desviará de sus prácticas religiosas. Levantando sus
manos al viento el Señor Gauracandra declaró al mundo: “Abandonen la
actitud ofensiva de criticar a los vaiëòavas y canten el Santo Nombre del Señor
Kèëòa. Cualquiera que pronuncie el nombre de Kèëòa tan sólo una vez sin
ofensas, será liberado por Mí prontamente”. (C.B. Madhya. 19/207-210, 212-
14)
Ärîla Vèndâvana Das Ùìâkura ha censurado fuertemente a los ofensores del
Señor Viëòu, de Kèëòa o de Sus devotos, los vaiëòavas. Él ha citado un verso
del Caitanya Bhâgavata pronunciado por Nârada Muni:
“Un pecador descarado y de fácil identificación es en muchos aspectos mejor
pues él sólo se hunde en las profundidades de la depravación mientras que un
hombre pecaminoso que posa como santo es peor pues se arrastra a sí mismo
y a sus seguidores al más oscuro de los infiernos”. (C.B. Madhya 20/140)
«Bakavritti, o aquellos que son como cuervos hipócritas que usurpan la
posición elevada de los santos y guían equivocadamente a la población en
general en el nombre de la religión. Ellos animan al público a las malas
criticando los verdaderos representantes de los principios religiosos (los
vaiëòavas). Ellos se destruyen a sí mismos lo mismo que a sus desafortunados
seguidores. Personas incautas se reúnen para escuchar instrucciones
espirituales de estos charlatanes, pero terminan escuchando insultos e
inventivas en contra de las personas santas. Al creer en tales enseñanzas los
seguidores labran su propio camino al infierno. Con gran pena Ärîla Vèndâvana
Das Ùìâkura escribe:
“Estas personas se reúnen para recibir instrucción espiritual de un hombre
que piensan es un santo sólo por su apariencia externa. Pero de éste ofensor
sólo se escucha crítica ofensiva a los verdaderos santos, y es debido a esto
que ellos se hunden en el infierno. Los Vedas declaran inequívocamente que si
alguien escucha palabras de insulto en contra de un vaiëòava perderá todo
mérito piadoso acumulado y será arrojado a condiciones abominables de vida,
nacimiento tras nacimiento. Un dacoit sufre tan sólo una vida de sufrimiento
en condiciones infernales mientras que un ofensor a un vaiëòava es colocado
en miseria sin fin. Así el dacoit es mucho mejor que el ofensor”. (C.B. Madhya
20/143-46; 48-49)
Si alguien canta el Santo Nombre de Kèëòa sin ofensas, así sea tan sólo una
vez, Kèëòa le liberará prontamente de su enredo material.
Una persona puede ser bien versada en los cuatro Vedas pero si aún
mantiene una actitud ofensiva hacia los vaiëòavas será condenada
eternamente al más oscuro infierno.
El Ärîmad Bhâgavatam también condena a estos ofensores: viëòu-vaiëòava-
nindâ sravanât mahadosa vahâ. (S.B. 10/74/4)
“Tan sólo al escuchar ofensas en contra del Señor Supremo o de los
vaiëòavas ya constituye una grave falta”.
Este verso es expresado en el Bhakti Sandarbha de Ärîla Jîva Gosvâmî 265. El
comentario Gauàîya Bhasya al verso 145 del Caitanya Bhâgavata explica: “Los
dacoits deberán sufrir las consecuencias de sus actividades criminales hasta
que ejecuten penitencia (prayâsccita), pero los canallas que están en contra de
los vaiëòavas del Señor o el Señor Supremo son peores ofensores y deberán
soportar miseria a cada momento por tiempo interminable”.
Gauàîya bhasya versos 148 y 149:
“Cuando un ofensor detiene sus ofensas en contra del vaiëòava y pronuncia
el nombre de Kèëòa tan sólo una vez, fácilmente recibe la gracia del Señor.
Pero un nâma-aparâdha, u ofensa al Santo Nombre comete ofensas a los pies
del Guru al criticar al sâdhu o vaiëòava, y un ofensor al Guru es un ofensor al
mismo Señor Supremo. Degradándose paulatinamente al nivel de
Bhâgavadnindâ (ofensa al Señor Supremo) el ofensor es privado no sólo de
recibir Prema -resultado de cantar el Santo Nombre- sino que no está ni cerca
de lograr religiosidad, riqueza o disfrute material (dharma, arthâ, kâma) debido
a su nâma-aparâdha”.
Debido a las ofensas en contra del Señor o de los vaiëòavas, la persona
pecaminosa deberá entrar después de cada nacimiento al más tenebroso de
los infiernos conocido como Kumbhipaka. No serán salvados ni por estudiar los
cuatro Vedas o por ser maestros en el arte de los sacrificios rituales. En esta
condición su estudio de los Vedas les afectará adversamente actuando como
catalizador y arrastrándolos al infierno; y sus cantos del Sama-Veda
pervertirán por su boca incitándolos a criticar vaiëòavas.
Capítulo Cuatro
LIBRO BHÂGAVATA
Y BHAKTA BHÂGAVATA
LA EDUCACIÓN DE DEVÂNANDA
PANÀÎTA

Un día el Señor Caitanya salió a caminar a través de Nadya llegando hasta


un dique en Vidyânagar. Este dique había sido construido por el padre de Ärî
Sârvabhauma Bhattâcârya, el gran escolástico Ärî Maheävara Visarada, para
proteger su casa contra las inundaciones. Devânanda Panàîta había construido
su morada cerca del terraplén. Él era célibe de nacimiento, llevaba a cabo
estrictas austeridades, y era muy renunciado y conocedor. Él había ganado una
reputación como profesor del Bhâgavata Purâòa. Pero debido a su fuerte deseo
por liberación y a su falta de devoción, él no podía entender la importancia real
del Ärîmad Bhâgavatam, el cual es el océano del bhakti-râsa o melosidad
devocional pura.
De aquí que Ärîla Svarûpa Dâmodara Gosvâmî aconsejó a este brâhmaòa de
Bengala:
“Si deseas entender el Ärîmad Bhâgavatam debes aproximarte a un
vaisnava autorrealizado y escuchar de él. Podrás hacer esto cuando hayas
tomado refugio completamente de los pies de loto de Ärî Caitanya
Mahâprabhu. Asóciate con los devotos del Señor Caitanya porque sólo
entonces entenderás las olas del servicio devocional”. (C.C. ant. 5/131-2)
Pero aun Devânanda tenía la oportunidad de aprender devoción:
“Él (Devânanda Panàîta) poseía la habilidad del conocimiento, pero debido a
algún aparâdha no podía realizar a Kèëòa como la meta última”. (C.B. Madhya
21/10)
El comentario Gauàîya-bhasya de este verso aclara:
“Cada entidad viviente es un vaiëòava; por lo tanto Devânanda Panàîta como
jîva tenía la elección de conocer los significados del Ärîmad Bhâgavatam. Pero
esto permanecía dormido en él, y la causa de su ignorancia tenía su origen en
un aparâdha. Su elección fue temporalmente suspendida. El Señor Kèëòa es la
Superalma omnisciente: El tipo de aparâdha que era la raíz de su ignorancia de
la esencia del Ärîmad Bhâgavatam a pesar de estudiarlo y enseñarlo, era
conocida sólo por Kèëòa. Al no poseer la visión del pasado y futuro, la jîva
ordinaria no puede conocer estas cosas”.
Mahâprabhu estaba pasando mientras Devânanda Panàîta dictaba una
conferencia sobre el Ärîmad Bhâgavatam. Al no escuchar una apropiada
descripción devocional de Ärîmad Bhâgavatam, el Señor Caitanya habló
enfurecido:
“El Señor dijo: ¿Cómo ese rascalero puede interpretar (el Bhâgavatam) de
esta manera? Él es completamente un ignorante de las enseñanzas esenciales
del Ärîmad Bhâgavatam. ¿Qué autoridad tiene para hablar de él? El Ärîmad
Bhâgavatam es el libro encarnación del Señor Kèëòa. La meta última del
Ärîmad Bhâgavatam es el servicio devocional puro al Señor Supremo; las
escrituras védicas han declarado que el Ärîmad Bhâgavatam establece de
manera inequívoca (como el dharma de la jîva) la imperactividad de una
relación de amor con el Supremo. Los cuatro Vedas son comparados al
yoghurt; éste fue batido y servido por Äukadeva a Parîkëit Mahârâja quien
obtuvo pleno gusto del mismo. Äukadeva Gosvâmî me es muy querido y es
plenamente consciente de las verdades esotéricas reveladas en éste. El
Bhâgavatam está repleto de descripciones acerca de mi posición y naturaleza
absolutas como la Suprema Personalidad de Dios. Cualquiera que hace la más
pequeña distinción entre Yo (El Señor Supremo), Mis devotos puros, y el
Ärîmad Bhâgavatam, está condenado por siempre”. (C.B. Madhya. 21/13-27)
Aunque el Señor habló estas palabras de manera airada, los vaiëòavas
reunidos estuvieron muy complacidos por sus instrucciones. El Señor continuó:
“Aquel que no describe las enseñanzas del Ärîmad Bhâgavatam a la luz del
bhakti es un canalla desagradecido que se revuelca en su ignorancia. Este
bribón habla continuamente sin una sola mención de bhakti. ¡Haré trizas sus
libros!”
Con enojo el Señor avanzó como si quisiera llevar a cabo su amenaza pero
los vaiëòavas le suplicaron no hacerlo.
Los Vedas han elogiado totalmente al Ärîmad Bhâgavatam como la literatura
más profunda y esotérica; pero envenenado por la erudición material y el
orgullo de ser renunciante y famoso este así llamado panàîta no puede captar
la Verdad. Alguien que se jacta de comprender por completo el Bhâgavatam
pierde al instante el conocimiento de su esencia. Pero alguien que percibe que
este no es diferente del inconvencible y Supremo Señor es iluminado sobre su
significado: Devoción pura al Señor Supremo.
Devânanda Panàîta estaba embellecido con todas las buenas cualidades; en
verdad, raramente uno se encuentra con una personalidad de su categoría y
erudición. Todas aquellas personas que tienen un falso entendimiento del
Bhâgavatam, lo mismo que aquellos que los alaban, son castigados
severamente por Dharmarâja, el Señor de la Muerte (Que también es un
Mahajana que protege las Escrituras).
En el comentario Gauàîya-bhasya al último verso citado se dice: “A pesar de
ser talentoso, un escolástico erudito, no se puede entender y podría uno mal
interpretar la esencia arcana del Ärîmad Bhâgavatam. Cuando tales
escolásticos luchan por fama y gloria, Yamarâja (El Señor de la Muerte), quien
juzga lo correcto y lo incorrecto y en acuerdo a esto premia o castiga, los
castigará”.
¿Qué podemos aprender de esto? Si una persona erudita y calificada como
Devânanda Panàîta mal interpreta el significado del Ärîmad Bhâgavatam, de
igual manera nosotros si nos jactamos de conocerle como escolásticos eruditos
seremos castigados severamente por Yamarâja.
La razón de la ira del Señor Caitanya hacia Devânanda Panàîta esa tarde
tenía sus raíces en el pasado. El Señor había recordado de repente que
Devânanda había ofendido a Ärîvasa Ùìâkura, la encarnación del devoto
Nârada Muni. Esto sucedió antes que el Señor Caitanya apareciera en la tierra
cuando ésta se encontraba privada del fervor devocional y los dispersos
devotos estaban resignados a una vida extremadamente infeliz. Los maestros
y escolásticos de Navadvîpa estaban profundamente ocupados en estudiar el
Gîtâ, el Bhâgavatam, etc., pero desafortunadamente ninguno de ellos
explicaba le esencia de estas Escrituras, llámese el servicio devocional puro al
Señor Supremo. Debido a que estos panàîtas nunca cultivaron una actitud de
servicio hacia el Señor, ellos rehusaron indagar sobre la melosidad devocional
de estas literaturas trascendentales.
Devânanda Panàîta, un brâhmaòa altamente calificado, académico y célibe
de nacimiento, era el más famoso entre tales escolásticos que enseñaban el
Bhâgavatam. La gente le tenía en gran estima. A pesar de tales atributos y
debido a su desatención en el proceso de rendición devocional, él cometió
grave vaiëòava-aparâdha a los pies de un devoto puro del Señor. Un día el
gran devoto vaiëòava Ärîvasa Ùìâkura deseaba escuchar una disertación sobre
el Ärîmad Bhâgavatam. El vino a la conferencia de Devânanda Panàîta y se
sentó en la audiencia. El Bhâgavatam está compuesto de sílabas
trascendentales remojadas en el gusto devocional del amor por Dios.
Al escuchar los älokas del Ärîmad Bhâgavatam, Ärîvasa Ùìâkura cayó en
rapto devocional. Los ocho síntomas de profundas emociones espirituales
(astâ-sattvîka-vikora) tales como el temblor del cuerpo, erizamiento de los
bellos del cuerpo, suspiros largos y cortos, llanto, etc., aparecieron en su
cuerpo.
Encajados en los áridos bosques de una academia y extraños de cultura de
rendición devocional, todos los estudiantes de la audiencia se sintieron
molestos por las transformaciones trascendentales de Ärîvasa Ùìâkura.
Ärîvasa Ùìâkura estaba inconsciente de lo que sucedía a su alrededor. Él fue
sacado a rastras y dejado afuera por los estudiantes. Todo este tiempo
Devânanda Panàîta se abstuvo de hacer alguòa oposición a este acto de
vandalismo. Luego, cuando Ärîvasa Ùìâkura volvió en sí, se dio cuenta de lo
sucedido y regresó a casa con el corazón oprimido. El Señor Caitanya, el Señor
Supremo que reside en el corazón de todas las jîvas como la Superalma, supo
de este vergonzoso aparâdha cometido por Devânanda. Así que ahora, al ver a
Devânanda, el cruel incidente se revolvió en su memoria al pensar que los
discípulos de un Guru no devocional son réplicas de mismo. En una modalidad
enojada le reprendió”.
“¡Tú, Devânanda! Una vez un devoto de nombre Ärîvasa Ùìâkura vino a
escuchar tu conferencia. ¿Cuál fue su ofensa para ser sacado a rastras de tu
casa por tus estudiantes mientras se encontraba absorto en los pasatiempos
de Kèëòa? ¿Es tal maltrato una respuesta adecuada para alguien cuyo corazón
está inmerso en el deleite trascendental? Él es una personalidad apreciada por
nadie menos que Gaôgâ devi misma. Podrás explicar el Bhâgavatam pero
nunca comprenderás a fondo su verdadera importancia. ¿Acaso cuando una
persona come a satisfacción no se muestra en disposición favorable a los
demás? En cuanto a ti, aunque enseñas a otros el Bhâgavatam, no puedes
saborear su néctar divino que da placer ilimitado”. (C.B. Madhya. 21/68-80)
Como verdadero brâhmaòa, Devânanda escuchó silenciosamente la airada
reprimenda del Señor sintiéndose sorprendido. Luego el Señor se marchó y así
mismo lo hizo Devânanda partiendo para su casa profundamente desanimado.
A pesar de ser censurado, Devânanda era en verdad un alma afortunada
pues ser castigado por el Señor es una rara bendición. Aún los demonios
matados por el Señor logran el cielo espiritual, Vaikuòùha.
Cualquiera que fiel y sinceramente acepte los consejos o advertencias del
Señor Supremo será pronto bendecido con el servicio devocional puro a Sus
pies de loto. Pero aquellos que no hacen caso del castigo del Señor perecerán
condenados eternamente.
Por reprochar a Devânanda Panàîta, Caitanya Mahâprabhu nos enseña una
lección muy importante: Si uno comete vaiëòava-aparâdha, no importa cual
sea su servicio y rendición a Kèëòa, nunca podrá obtener amor por Dios
(prema), debido a que está desposeído de vaiëòava-kèpa, misericordia de los
vaiëòavas.
Kuliyagrâma se encuentra al otro lado del Ganges frente a Ärîdhâma
Mâyâpur. Mientras viajaba por Navadvîpa, el Señor Caitanya fue de la casa de
Vacaspatî en Vidyânagara a la casa de Chakari en Kuliyagrâma. Cierto
brâhmaòa vino al encuentro del Señor y sosteniendo Sus Pies de loto contra su
pecho imploró:
“Señor, por favor escucha mi suplica. Soy un vil pecador; al no comprender
la potencia del servicio devocional a menudo critico a los vaiëòavas, al proceso
del canto congregacional, y al Santo Nombre, pensando que no existen
verdaderos vaiëòavas en Kali-yuga y dudando de la eficacia de cantar. Ahora el
sólo pensar en mi maldad causa dolor a mi alma. Tú mi Señor eres la más
poderosa de las personalidades -El león entre los hombres al salvar a la
humanidad entera de la esclavitud de la vida materialista. Por favor dime
¿cómo puedo absolver mi pecado?” (C.B. Antya 3/380)
El Señor estuvo complacido con el brâhmaòa y su confesión sincera.
Sonriendo le dijo:
“¡Oh brâhmaòa!, cuando el néctar de la inmortalidad es administrado a una
persona que ha tomado veneno, la toxicidad se reduce gradualmente y su
cuerpo se vuelve inmortal. Tú has tomado veneno inconscientemente al criticar
y ofender a los vaiëòavas. El Santo Nombre de Kèëòa y Sus atributos
transcendentales son las formas más elevada del néctar de la inmortalidad.
Por esto, al constantemente saborear éste néctar y glorificar a los vaiëòavas
con la misma lengua que los calumniaste, tú serás exonerado. Divulga las
maravillosas características de los vaiëòavas a través de canciones, poesía o
por otros medios. Yo te absolveré personalmente de tus ofensas y neutralizaré
personalmente todos los efectos venenosos. Para alguien que
inconscientemente comete vaiëòava-aparâdha el único recurso es glorificar
incesantemente a los vaiëòavas y a la Suprema Personalidad de Dios. y al
mismo tiempo dejar de cometer más aparâdhas. Este es el singular método
para contrarrestar los malos efectos del aparâdha, ya que penitencias o
cualquier otra práctica será inefectiva. Así que regresa a tu casa y toma deleite
en glorificar al devoto del Señor”. (C.B. Antya 3/449-463)
Los vaiëòavas reunidos cayeron en éxtasis al escuchar las misericordiosas
palabras del Señor y respondieron gritando “Hari, Hari”. La más magnificiente
encarnación de Dios, el Señor Gaurâôga, instruye de esta manera a todos los
que inconscientemente ofenden a los vaiëòavas, pero aquellos que no dan
atención a esto y continúan ofendiendo y criticando sâdhus se ahogarán en el
océano sin fondo de las penurias.
Pero aquellos que sinceramente prestan atención a estas enseñanzas y
entienden que ellas son la crema de las instrucciones védicas, muy fácilmente
cruzan sobre el vasto océano de la ignorancia y entran en el cielo espiritual
eterno.
A continuación cito los comentarios del Gauàîya-bhasya sobre los dos älokas
específicos (453 y 463):
“Cuando el ofensor, por decirlo así, usa la misma lengua que blasfemo al
vaiëòava para expresar arrepentimiento y para glorificarle, esta se vuelve
favorable a él. El veneno debilita las funciones corporales pero el antídoto
contrarresta la toxicidad y trae de nuevo al cuerpo su condición saludable. De
la misma manera, en cuanto se refiere a contrarrestar el vaiëòava-aparâdha,
nada puede ser tan efectivo ni siquiera el hecho de no repetir al aparâdha ni
las millones de penitencias, como una sincera y cándida glorificación de los
vaiëòavas. (453)
“Aquellos ofensores que escuchen las instrucciones del Señor Caitanya y
crean estas como verdad infalible arrojándose a los pies de los vaiëòavas y
suplicando perdón, cosecharan grandes bendiciones. Ellos desarrollarán fe
resuelta en el Señor Caitanya y cruzarán sobre el vasto océano de la
ignorancia”. (463)
Tan pronto que el Señor Caitanya terminó de instruir al brâhmaòa entró
Devânanda Panàîta. Devânanda, como se dijo antes, no tenía una fe firme en
el Señor pero era un hombre preparado, ecuánime y erudito. A pesar de estas
nobles características, el no había podido desarrollar fe en el Señor o en sus
enseñanzas. A pesar de sus muchos estudios y de que enseñaba el Ärîmad
Bhâgavatam, él era incapaz de percibir su mensaje trascendental de rendición
devocional al Señor Supremo. Por no haber saboreado la ambrosía del bhakti,
él era incapaz de que otros saborearan la dulzura estando ansioso por el deseo
de la liberación.
Después que el Señor Caitanya aceptó sannyâsa y partió para Jaganâtha
Purî, la Providencia quiso que Devânanda se encontrara con Ärîla Vrakesvara
Panàîta, un gran devoto y asociado eterno del Señor; esto fue una suerte
inesperada para Devânanda. La asociación con un devoto puro del Señor es
como una piedra de toque. De esta forma Devânanda desarrolló rápidamente
ruci o gusto por el proceso del servicio devocional además de una fe fuerte por
Ärî Caitanya.
Ärîla Vrinadavan Ùìâkura describe como el gran vaiëòava Ärî Vrakesvara
Panàîta, por coincidencia divina, llega a la morada de Devânanda. Al ver Su
apariencia resplandeciente, sus extraordinarias transformaciones físicas
causadas por sentimientos espirituales profundos de Kèëòa-prema, y su
extático danzar y cantar, Devânanda estuvo completamente maravillado. Su
deseo por liberación le fue disipado del corazón y cayó a los pies de Ärî
Vrakesvara esparciendo el polvo de sus pies por todo su cuerpo; de inmediato
surgió dentro de él un gran respeto por Ärî Caitanya. Tal es la consecuencia
maravillosa de servir a un mahâ-bhâgavata (devoto puro).
Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùìâkura escribe:
“Como resultado directo del servicio a un vaiëòava puro, la fe resuelta por
Ärî Caitanya surgió en el corazón de Devânanda Panàîta de Kuliyagrâma. La
permanencia de Ärîla Vrakesvara Panàîta en el asrâma de Devânanda trajo una
gran fortuna a Devananda. Aunque Devânanda era un seguidor de la religión
smarta (aquellos que profesan los rituales brahmínicos del smèti äâstra) era
sin embargo una persona erudita y auto controlada. Sus estudios de la
Escritura estaban exclusivamente dedicados al Ärîmad Bhâgavatam. Él era
obediente al Señor y distante de los dictados de sus sentidos, pero carecía de
fe en Caitanya Mahâprabhu. Por la gracia de Ärî Vrakesvara Panàîta sus ideas
equivocadas fueron erradicadas y desarrolló sumisión y respeto hacia el Señor
Caitanya”.
Ärîla Vèndâvana Das Ùìâkura escribe:
“El servicio a los vaiëòavas es más elevado que el servicio al Supremo Señor.
Este es el veredicto unánime del Bhâgavatam y de todas las otras Escrituras
reveladas. El Bhâgavatam declara: “Pueden existir dudas acerca de si aquellos
que sirven al Supremo Señor obtendrán la perfección o no, pero no existe la
más absoluta incertidumbre acerca de lograr la perfección por servir a los
devotos del Señor.”' De este modo, el servicio a los vaiëòavas es el método
más seguro y eficaz para todas las entidades vivientes de obtener a Kèëòa”.
(C.B. Antya 3/485-487)
La visita de Devânanda a Ärî Caitanya (para obtener Su darsan o visión
divina) es un resultado directo de la asociación espiritual y Purîficadora de Ärîla
Vrakesvara Panàîta. La humildad y demás atributos vaiëòavas estaban
manifiestos en la personalidad iridicente de Devânanda mientras se postraba a
los pies de loto del Señor. Luego se levantó y sumisamente permaneció parado
en un rincón. El Señor estaba complacido de ver a Devânanda, un receptor de
la gracia de su asociado eterno, y le hizo señas para que viniera y se sentara
más cerca. El Señor había perdonado todas sus ofensas anteriores y ahora
conversaba con él de manera íntima.
El Señor dijo:
“Has tenido la gran fortuna de servir a mi devoto querido, Vrakesvara, y por
eso estás aquí hoy. Vrakesvara es la expansión madura del sakti de Ärî Kèëòa
(Su potencia Divina). Quien sea que le sirva logrará a Kèëòa. Su corazón es el
lugar de descanso favorito y hogar de Ärî Kèëòa. Dondequiera que esté se
manifiestan todos los lugares de peregrinaje, y ese lugar es Goloka”.
Devânanda Panàîta juntó sus manos y empezó a glorificar al Señor:
“¡Oh magnificiente Señor! Tú llegaste a Navadvîpa con el propósito
específico de liberar a las almas condicionadas. Soy un pecador vil y miserable.
Debido a mi enfermizo destino no pude reconocerte y así fui privado de la
Suprema Bienaventuranza de Tu asociación y misericordia. Es tu naturaleza el
ser compasivo para con toda entidad viviente; sólo pido que pueda lograr amor
por Ti; deseo someter mi humilde petición a Tus pies de loto. Mi Señor,
bondadosamente instrúyeme sobre mis deberes. Soy un ignorante e inculto; el
Ärîmad Bhâgavatam es el texto dado para los más eruditos y perceptivos
escolásticos; entonces, ¿cómo puedo yo estudiar, analizar y enseñar a otros el
Ärîmad Bhâgavatam? -por favor guíame”.
Estando complacido con la aptitud sumisa de Devânanda, el Señor dijo:
“¡Oh brâhmaòa!, no trates de explicar el significado del Ärîmad Bhâgavatam
en cualquier otro contexto salvo a la luz del bhakti. Desde el comienzo al final
el mensaje inequívoco del Bhâgavatam es el proceso eternamente perfecto,
indestructible e infalible del servicio devocional a Kèëòa. En la creación
material entera el Kèëòa bhakti permanece como la única verdad absoluta.
Aun en el momento de la aniquilación total ésta verdad permanece intacta y
con plena potencia. El Supremo Señor Nârâyaòa ofrece la liberación a las jîvas
engañándolas y privándolas de Bhakti. El Kèëòa Bhakti, siendo
extraordinariamente raro, no es disponible sino se recibe primero la
misericordia del Señor Supremo Kèëòa”.
El Ärîmad Bhâgavatam es la única Escritura donde bhakti o el servicio
devocional amoroso al Supremo Señor Kèëòa es propuesto y establecido como
el paradigma esotérico por excelencia, de aquí que ninguna otra escritura
puede siquiera comparársele. El Bhâgavatam no es compuesto por mortales,
éste es divino, literatura supramundana que se manifiesta a sí misma
(avirbhâva-tirobhâva)como las encarnaciones Matsya y Kurma del Señor
Supremo. Y más recientemente por la misericordia del Señor Kèëòa, se
manifestó a sí misma a través de Ärîla Vyasadeva por la potencia
trascendental de bhakti.
Así, Ärîla Vèndâvana das Ùìâkura nos aconseja para que no suframos
tontamente bajo las ideas equivocadas de conocer y entender plenamente el
Ärîmad Bhâgavatam.
El Señor continuó:
“Aún si es una persona ignorante la que se aproxima sumisamente al Ärîmad
Bhâgavatam, su significado le será revelado automáticamente en el corazón.
Al corporificar el amor espiritual puro ésta no es diferente de la forma de la
Deidad de Kèëòa. Los pasatiempos sublimes y trascendentalistas de Kèëòa se
encuentran descritos allí. Aunque Vedavyâsa compiló los cuatro Vedas, el
Mahâbhârata, los Purâòas, etc., permanecía descuidado e incompleto. Después
que recitó el Bhâgavatam por primera vez, él se sintió satisfecho y feliz. Aun
así existen almas desafortunadas que después de leer la más brillante joya
entre las Escrituras, están privados de saborear su esencia nectarina (bhakti).
“Por esto, ¡oh brâhmaòa!, simplemente enfatiza el bhakti cuando enseñes el
Ärîmad Bhâgavatam. Entonces permanecerás libre del aparâdha y tu corazón
se inundará de felicidad. En verdad la esencia de todas las Escrituras es la
devoción a Kèëòa, pero el Bhâgavatam es único pues está saturado de
melosidad divina (Kèëòa bhakti râsa) distribuye este océano de ambrosía
devocional a todos”.
Ärîla Devânanda Panàîta estaba sobrecogido de emoción al escuchar las
maravillosas instrucciones de Mahâprabhu. El, repetidamente dio gracias a
Dios por las bendiciones que estaba recibiendo. Después de ofrecer
reverencias rendidas a los pies de loto de Mahâprabhu, partió para su ermita.
El Señor Caitanya usó este episodio con Devânanda Panàîta para divulgar al
mundo las glorias del Ärîmad Bhâgavatam consistente en doce cantos; es el
proceso del bhakti yoga que está bendecido por esa auspiciosa literatura libre
de mal y enfermedades. La adoración del Ärîmad Bhâgavatam equivale a la
adoración a Kèëòa. La devoción pura a Kèëòa es lograda a través de escuchar
y recitar regularmente este extraordinario libro.
Existen dos “bhâgavatas”: Granta Bhâgavata, la forma literaria del Supremo,
y bhakta-bhâgavata, la forma del devoto del Supremo. El escuchar, recitar y
adorar diariamente al Ärîmad Bhâgavatam conduce a realizar la verdad acerca
de los devotos del Señor y del mismo Señor.
Por esto, Ärîla Kèëòa das Kavirâja escribe:

eka bhâgavat-bada-bhâgavat äâstra âra bhâgavat-


bhakta bhakti-râsa-pâtra (C.c. Adi. 1/99)

“Uno de los bhâgavatas es la gran Escritura del Ärîmad Bhâgavatam y el otro


es el devoto puro absorto en la honra (râsa) de la devoción amorosa”.
Devânanda Panàîta, al recibir la misericordia del Señor Caitanya y de Su
asociado eterno Ärîla Vrakeävara Panàîta, llegó a ser iluminado acerca de la
posición exaltada de Ärîla Ärîvasa Ùhâkura, también asociado íntimo y eterno
del Señor Caitanya lo mismo que una encarnación de Nârada Muni. Con
sentimiento de profundo arrepentimiento y gran humildad él repetidamente
pidió perdón a los pies de loto de Ärîvasa Ùìâkura. Así, él recibió las
bendiciones incondicionales de Ärîla Ärîvasa Ùhâkura y de todos los devotos de
Mahâprabhu.
Nadie es capaz de traer la misericordia del Ärîmad Bhâgavatam, el libro
Bhâgavata, sin estar primero santificado por la gracia del bhakta bhâgavata.
Sin esto él permanecerá privado eternamente de saborear el néctar del kèëòa-
bhakti y de toda buena fortuna. El más simple aparâdha en contra del Bhakta
Bhâgavata privará a todas las almas de la misericordia del Ärîmad
Bhâgavatam, la encarnación literaria o sabda-brahmân, y del Brahmân
Supremo, la Personalidad de Dios. De aquí que el Señor haya declarado: ëabda
brahmâ paraê brahmâ mamobhe äaävatî tanû. Tanto el sabda brahmâ (la
vibración sonora trascendental ) como el paraê brahmâ son mis formas eternas
siempre existentes.

Capítulo Cinco
ÄRÎVAS PANÀÎTA
Y LA LIBERACIÓN DEL LEPROSO

El Señor Caitanya llegó a Râmakeli, en donde permaneció por unos días, de


paso para Mathurâ. De allí en adelante, en vez de viajar a Mathurâ, Él fue hacía
el sur a Jagannâtha Purî. De paso se detuvo en la casa de Ärî Advaita Âcârya en
Santipura. Un leproso vino a visitar a Mahâprabhu. Gimiendo y lamentándose
en voz alta se tiró boca arriba ante el Señor. El leproso levantó los brazos
implorando misericordia.
“Mi Señor! Usted es supremamente compasivo. Usted ha aparecido en éste
mundo para salvar a las desdichadas almas condicionadas de ésta existencia
material plagada de miseria. Su benigno corazón se encuentra naturalmente
afligido al ver los sufrimientos de los otros. Sabiendo esto he venido a Ti. Me
encuentro con lepra y no tolero más éste insoportable dolor. Por favor libérame
de ésta angustia”.
El Señor Caitanya, sin embargo, le respondió irritadamente:
“¡Oh tú despreciable pecador! Apártate de Mi vista, vete. Uno se infecta con
iniquidades con sólo mirarte. Inclusive una persona justa sufre el día en que
por casualidad te mira a la cara. Eres un horrible pecador con un carácter
abominable -un ofensor de un vaiëòava, y por esto también no hay límite para
el sufrimiento que te espera. ¡Oh despreciable blasfemador!, no puedes ni
siquiera soportar el presente dolor, ¿cómo harás para tolerar la terrible
expiación en Kumbhipaka, el peor de los planetas diabólicos?
Tu has severamente insultado a un santo vaiëòava cuyo solo nombre
santifica la creación. Inclusive el Señor Brahmâ y los semidioses cantan sus
glorias. Por simplemente adorarlo a él uno obtiene ésa extrema recompensa
de los pies de loto del Señor Kèëòa -Inaccesibles al Señor Äiva o Ananta Äeëa.
No hay adoración más grande que servir a éste santo vaiëòava. Para Kèëòa, él
es más querido que el Señor Äeëa, Lakshmi-devi, el Señor Brahmâ, el Señor
Äiva, incluyendo Su propia forma transcendental.
Kèëòa dice en el Ärîmad Bhâgavatam hablándole a su querido amigo
Uddhava: “Querido Uddhava! tú, mi devoto, eres tan querido para Mi que
aunque Brahmâ es Mi hijo, Sankara es Mi expansión, Sankarsana es Mi
hermano y Laksmi Mi esposa, ellos no son tan queridos para Mi.” ( S.B.
11/14/14)
“Cualquiera que blasfeme a un vaiëòava sufre indecibles miserias
nacimiento tras nacimiento a lo largo de su vida. El haber nacido en una clase
alta, su intelecto, sus penitencias etc., son esfuerzos inútiles para el ofensor de
un vaiëòava. Semejante adoración de parte de un pecador blasfemo es
rechazado por el Señor Supremo Kèëòa. La madre tierra se purîfica por tocarla
los pies de un santo vaiëòava cuando baila. El Purîfica todas las direcciones
con solo su mirada. Cuando él baila y levanta sus brazos todos los peligros a
los planetas celestiales son neutralizados. Ese elevado vaiëòava, Ärîvasa
Panàîta es un mahâ-bhâgavata y tu criticaste su inmaculado carácter. Por lo
tanto tu cuerpo arde de intenso dolor con tu lepra. Pero este castigo no es
nada comparándolo con lo que Yamarâja te tiene reservado para ti más tarde.
Detesto tener que verte. Yo no te puedo salvar”.
Las palabras de Mahâprabhu tuvieron un impacto inmediato en el leproso. En
extrema humildad, sosteniendo una paja entre sus dientes el imploró:
“Querido Señor! Me enloquecí; no entendí la enormidad de la falta de mis
acciones blasfemando a un vaiëòava, por lo cual hoy me encuentro sufriendo.
Pero ahora, siendo Tú el Controlador Supremo, por favor piensa por mi
beneficio. Es la naturaleza innata de los sâdhus aliviar los sufrimientos de las
masas. Los sâdhus son compasivos incluso con los blasfemos. Por lo tanto
busco refugio y me rindo a Ti. Si Me repudias, ¿quién puede salvarme? Tú
conoces todos los remedios y penitencias aplicables a las diferentes ofensas,
así que, como el padre omnipotente universal que eres por favor dime que
penitencias debo hacer. Por ahora ya estoy sufriendo las consecuencias de la
ofensa a un vaiëòava (vaiëòava-aparâdha).
El Señor Caitanya habló:
“Para una persona que ha ofendido a un vaiëòava, estar infectada con lepra
no es suficiente castigo. Esto es solo la reacción inmediata por su ofensa, pero
el sufrimiento que le sigue vida tras vida es incalculable y más horroroso. ¡Oh
Leproso! Has ofendido a Ärîvasa Panàîta, es a él a quien tienes que pedir
perdón. Ve y póstrate a sus pies. Solo si él te excusa, tu infracción por tus
ofensas puede ser absuelta. Una espina encajada en el cuerpo sale
exactamente por la misma perforación por donde entró. Una espina encajada
en el pié no saldrá por los hombros”.
Similarmente, el ofensor debe acercarse al vaiëòava ofendido y rogarle lo
absuelva de sus iniquidades; solo cuando el vaiëòava misericordiosamente
accede, el ofensor es absuelto. Yo acabo de decirte como puedes liberarte de
éste dilema. El corazón y la conciencia de Ärîvasa Panàîta son absolutamente
puros; sin engaño, póstrate a sus pies y toma refugio. Él nunca ve faltas en
otros, el te absolverá de todas tus ofensas. Serás liberado y tus penas se
disiparán.
La congregación de vaiëòavas sintió extremo regocijo oyendo las
instrucciones del Señor y lo aplaudió con gran aprecio. El leproso se postró
ante el Señor Caitanya en humilde realización de Su ilimitable benevolencia y
partió en busca de Ärîla Ärîvasa Panàîta. Cuando lo encontró, se tiró a los pies
del santo vaiëòava y le pidió perdón por sus fechorías. El magnánimo y
compasivo vaiëòava, Ärîvasa Ùìâkura, perdonó sus ofensas y el leproso se
liberó
Las instrucciones directas del Señor Caitanya sobre la ofensa al vaiëòava, su
peligro y su liberación son vehementemente específicas y articuladas:
“El Señor, Ärî Caitanya, enfáticamente hace hincapié sobre las indeseable
consecuencias resultantes de blasfemar a un alma santa -un vaiëòava. Pero a
pesar de Su advertencia, si cualquiera insulta o critica a un vaiëòava, el Señor
personalmente lo castiga. Si eres testigo de un altercado entre vaiëòavas, es
de tu interés no ver eso como una pelea mundana, sino como un ensayo para
la difusión y acrecentamiento del amor de cada uno de ellos por Kèëòa. Algo
así como las peleas verbales entre la reina Satyabhâmâ y la reina Rukmiòî. El
tema transcendental de sus peleas fue siempre el mismo (Kèëòa)”.
Las aparentes diferencias de opiniones entre vaiëòavas son arregladas por el
Señor Supremo, Caitanya, para establecer las conclusiones correctas de puntos
discutibles. Si en forma temeraria una persona toma parte en éste debate,
dándole el lado a una de las partes, ésa persona se vuelve un ofensor vaiëòava
al contradecir y criticar a otro vaiëòava. Y los resultados concomitantes son de
los más dañinos para él. Con una de sus manos el sirve a Kèëòa, pero con la
otra él está hiriendo a Kèëòa. Cuál es el beneficio de una acción como ésta?
Cuando una persona entiende que todos los vaiëòavas son los diferentes
miembros del cuerpo transcendental de Kèëòa, se vuelve equilibrado y firme
en su persecución espiritual.
Adora y medita en Kèëòa y Sus devotos, los vaiëòavas, como una entidad,
mientras tu permaneces sumergido sirviéndole a los pies de loto del Señor
Kèëòa; luego te volverás transcendental, inmortal.
Quien sinceramente narre u oiga éstas instrucciones auspiciosas está
siempre protegido de cometer una ofensa a un vaiëòava”. (C.B. Antya 4/386-
395
El punto a considerar aquí es que los aparentes desacuerdos entre vaiëòavas
puros le da placer a Kèëòa porque ellos no critican a Kèëòa. Pero en el caso
donde un Sâdhaka, infectado con nâma-aparâdha, es impulsado por odio,
envidia y violencia a ofender a un vaiëòava humilde y puro, entonces nada
habrá de lástima o cooperación para ésta atroz ofensa a un vaiëòava. Los
vaiëòavas deben resguardarse con las palabras de Ärîla Bhaktivinoda Ùìâkur:
“Inicialmente él fue un Guru fidedigno y recto, pero de alguòa manera se
infectó con nâma-aparâdha, lo cual paulatinamente evaporó sus poderes de
discriminación y la pureza del intelecto. Como consecuencia él detectó faltas y
criticó a los vaiëòavas. Su gusto por el canto del Santo Nombre desapareció.
Bhaktivinoda no se asociará con tales ofensores y evitará su compañía”.
Seguidamente Ärîla Bhaktivinoda escribe:
“Al principio él fue un Guru espiritual fidedigno y recto. Por alguòa razón se
convirtió en un ofensor del Santo Nombre y gradualmente comenzó a perder
sus poderes de discriminación e inteligencia. Él blasfema a un devoto vaiëòava
y pierde su gusto y apego por el canto del Santo Nombre. Poco a poco cae
entre las garras de la codicia y mujeres”.
No sé cuantos ejemplos hay en las Escrituras que trazan las caídas
espirituales y la propia destrucción de los ofensores de vaiëòavas. El Hari-
bhakti-vilâsa cita un äloka del Skanda Purâòa la que fue hablado por
Mârkaòàeya Èsî a Bhagîratha:
“Esos tontos y bribones quienes buscan faltas y critican a los vaiëòavas, no
solo se arrastran a los terribles infiernos conocidos como Mahâraurava, sino
que forzan a sus padres a que los acompañen. Aquellos que atacan, critican,
odian y no sienten alegría al verlos, son arrojados al más bajo purgatorio,
niraya. Los seis de arriba son las causas del destierro del hombre al infierno”.
(H.B.V.: 10/311-312)
La asociación con un ofensor de vaiëòava ha sido condenada enérgicamente
en las escrituras como algo detrimente y mala asociación. Así el Hari-bhakti-
vilâs cita El Ärîmad Bhâgavatam (S.B. 11/26/26): “Personas con la conciencia
despierta y muy inteligentes deben categóricamente rehusar la mala
asociación y buscar la compañía de devotos santos, ya que solo con sus
instrucciones espirituales pueden extirpar la ansiedad debido a degradantes e
indeseables deseos”. (HBV. 10/318)
El significado dado por Ärîla Viävanâtha Cakravart Ùìâkur de “vyasanga” es:
“Viruddhâmasaktîm” o apegos contraproductivos o apegos denunciados en las
Escrituras.
Comentando en el Hari-bhakti-vilâsa, Ärîla Sanâtana Gosvâmî, conocido
como “digdaèëinî”, dice:
“El apelativo 'santa' o almas santas, se refiere exclusivamente a los devotos
del Señor Supremo, no al trabajador fruitivo, empírico o yogui etc. La frase
'manaso' o 'manovyasangam' significa el apego del hombre por la familia,
amigos y el hogar; también significa la relación motivada por la lujuria, avaricia
etc. La palabra 'uktibìih' denota: Para instrucciones de beneficio y edificación
-palabras de sabiduría”.

Capítulo Seis

GURU APARÂDHA

SUICIDIO ESPIRITUAL
Ärîla Kèëòadasâ Kavirâja Gosvâmî describe conmovedoramente la
desaparición o la muerte de Ärîla Mâdhavendra Purî en el Ärî Caitanya
Caritamèta. Uno de sus discípulos, Ärî Râmacandra Purî estuvo presente allí. Él
vio que su Guru estaba cantando los Santos Nombres y llorando. Él también a
menudo repetía 'mathurâ na painu', yo no podría obtener Mathurâ. En verdad,
Ärîla Mâdhavendra Purî estaba exhibiendo síntomas de vipralambha bhava o la
modalidad intensa de separación.
Râmacandra Purî, por naturaleza fue un buscador de defectos y por lo tanto
fue privado de recibir la gracia de su Guru. Aunque él era discípulo de Ärîla
Purî, su visión estaba cubierta y el vio a su Guru como una personalidad
mundana, violando así la etiqueta y en completa indiferencia por el status
transcendental de su Guru dijo: “Si estás en completa bienaventuranza
espiritual”, él dijo “ahora debes recordar solo el Brahmân. ¿Por qué estás
llorando? Escuchando ésta instrucción, Mâdhavendra Purî lo reprochó
airadamente diciéndole, “¡Lárgate, pecador miserable! ¡Oh mi Señor Kèëòa!,
no te pudo alcanzar ni tampoco pude alcanzar tu morada, Mathurâ. Me estoy
muriendo infelizmente, y ahora éste bribón ha venido a darme más dolor. No
me muestres tu cara! Lárgate para donde mejor te parezca. Me estoy
muriendo sin haber logrado el refugio de Kèëòa y por lo tanto no me siento
nada feliz. Ahora éste condenado y tonto bribón ha venido a instruirme a mí
acerca del Brahmân”. En ésta forma Mâdhavendra Purî denunció a
Râmacandra Purî. Debido a su ofensa, los deseos materiales comenzaron a
aparecer gradualmente en su corazón. (C.C. Antya 8/21-26)
Râmacandra Purî, un empírico simplista tuvo la audacia de proferir
instrucciones a su Guru Ärîla Mâdhavendra Purî, un mahâ-bhâgavata quien
personificó kèëòa-prema, sobre la no diferenciación del Brahmân. No entendió
que su Guru estaba sumido en viraha o separación por Mathurâ, la morada
transcendental de Ärî Kèëòa.
Ärîla Bhaktisiddânta Sarasvatî Prabhupâda escribe en su comentario
'Anubhasya':
“Constatando que su discípulo era un bribón tonto quién estaba mancillando
a su Guru, Ärîla Mâdhavendra Purî retiró su bendición y se retractó de
cualquiera responsabilidad por él, y le dijo que se fuera”.
Ärîla Bhaktivinoda, en su comentario “Amèta-prabahâ-bhasya”, explica el
significado de la palabra “basana” o deseo:
“Aquí, deseo indica apego al conocimiento árido mundano y a la filosofía
empírica, lo cual conlleva una ofensa al vaiëòava. La causa real de la desgracia
de las jîvas son sus ofensas contra el Guru y vaiëòava”.
En Kasî, Benares, la rutina diaria de Mahâprabhu incluía un baño en pancâ-
nada, pasando al templo de Ärî Bindu Mâdhava para daräana y baile con los
devotos enfrente de las Deidades. Un día, mientras estaba absorto en kîrtana y
bailando, el Señor notó un grupo grande de mâyâvâdî sannyâsîs observándolo.
Él se detuvo de inmediato. Del grupo de sannyâsîs mayavadis salió al frente a
encontrarse con Él, Ärî Prakâäânanda Sarasvatî, el Guru de miles de sannyasîs
mâyâvâdîs. Mucho antes, Ärî Prakâäânanda había sido Purîficado por
Mahâprabhu de su contaminación mâyâvâdâ y él se había rendido junto con
sus discípulos a los pies de loto del Señor. Ahora, en forma repetida le rogaba
a Mahâprabhu que lo perdonara por sus ofensas cometidas, debido a su
inexperiencia en las conclusiones esotéricas de la filosofía bhakti. El
magnánimo Señor perdonó sus ofensas ofreciéndole refugio en Sus pies. A
esto, Ärî Prakasânanda dijo:
“Con anterioridad yo he cometido muchas ofensas en contra Suya
blasfemándolo, pero ahora los efectos de mis ofensas han quedado
contrarrestados al tocar Sus pies de loto. Si una persona que se considera
estar liberada en ésta vida, comete ofensas contra esa reserva de potencias
inconcebibles, la Suprema Personalidad de Dios, caerá de nuevo deseando el
mundo material para el disfrute material”. (C.C. Madya 25/75-76)
Prakasânanda Sarasvatî continuó:
“Tú eres la Suprema Personalidad de Dios, Kèëòa Mismo. Sin embargo Tú
Mismo te consideras Su eterno sirviente. Mi querido Señor, Tú eres el Señor
Supremo y aún cuando Tú Mismo te consideras el sirviente del Señor, Tú eres
de todas maneras adorable. Eres mucho más grande que yo, por lo tanto,
todos mis logros espirituales se han perdido por haberte blasfemado. Cuando
una persona maltrata a grandes almas, la duración de su vida, opulencia,
reputación, religión, posesiones y buena fortuna son destruidos. De aquí en
adelante ciertamente cultivaré servicio devocional a Tus pies de loto”. (C.C.
Madya 25/81-86)
Ärîla Jîva Gosvâmî cita éste äloka en su “Bhâgavat-parisîsta-vacânam” como
comentario al verso 110 de su libro Bhakti-sandarbha:
“Aún almas liberadas, si ellas ofenden al Supremo Señor Hari, poseedor de
inconcebibles e ilimitadas potencias, están ligadas por las reacciones del
karma y una vez más se condicionan. En ciertos casos, incluyendo algunas
almas liberadas (si ellas se desvían del servicio devocional) se enredan en
asuntos materiales, debido a deseos mundanos; pero los bhakti-yogîs, siendo
devotos rendidos del Señor, nunca han regresado a la vida material debido a
reacciones kármicas”.
Ärîla Rupa Gosvâmî escribe en el Bhakti-rasâmèta-sindhuì:

iha yasya harer karmana


manasa giranikhilasv apy avasthasu
jîvanmuktah sa ucyate
(Brs. 1/2/187)

“Si una persona, aún situada en éste mundo material entrelaza todas sus
acciones, palabras e intelecto en el servicio del Señor Supremo Hari, se le
conoce como “jîvan-mukta” o liberada mientras viva en éste mundo material”.
Pero éstas jîvan-muktas, si ellas blasfeman al omnipotente Señor Supremo o
a sus devotos, pueden caerse en el ámbito de la acumulación de fortuna, vida
sexual irrestricta y esforzándose por posesiones materiales y reconocimiento.
Los empíricos filósofos mâyâvâdî se consideran ellos mismos como jîva-mukta,
pero en realidad no hay conciencia ni intelecto alguno que se vuelva puro sin
el servicio devocional a Kèëòa. En las enseñanzas del Señor Mahâprabhu a
Ärîla Sanâtana Gosvâmî encontramos:
“Hay muchos especuladores filosóficos (jñanis) pertenecientes a la escuela
Mâyâvâdâ, quienes se consideran liberados y se llaman Nârâyaòa. Sin
embargo, su inteligencia no está purîficada a no ser que se empleen en el
servicio devocional de Kèëòa”. (C.C. Madhya 22/29)
El Ärîmad Bhâgavatam cita degradación de los no-devotos en la vida
material aún procedente de un estado liberado:
“¡Oh Hari!, el de los ojos de loto, esos que piensan que ellos están liberados
en ésta vida pero sin prestarte servicio devocional son de una inteligencia
impura. Aunque ellos aceptan severas austeridades y penitencias y se elevan a
la posición espiritual, la realización del Brahmân impersonal, ellos caen de
nuevo porque son negligentes en la adoración de Tus pies de loto”. (S. B.
10.2.32 )
Así Râmacandra Purî fue rechazado y despreciado por Ärîla Mâdhavendra
Purî debido a sus ofensas. Temprano por la mañana Râmacandra Purî fue a
visitar al Señor Caitanya en el templo de Gambhîra. Mientras esperaba él vio
hormigas por fuera de la puerta de Mahâprabhu. Sin pensarlo mucho
Râmacandra Purî dijo:
“Anoche como que hubo azúcar cande aquí , él dijo, razón por la cual hay
tantas hormigas. ¡Ay!, éste sannyâsî está apegado a tal gratificación”. (C.C.
Antya 8/49)
Después de decir esto Râmacandra Purî se levantó y se fue. Él hizo el
esfuerzo de ver al Señor todos los días y aún así no pudo dejar de encontrar
faltas en el carácter del Señor. Más adelante, él transmitiría públicamente su
criticismo. Los reportes de la censura pública de Râmacandra en contra de Él
habían llegado a oídos del Señor. En consideración a que Râmacandra Purî era
hermano espiritual de Su Guru (Iävara Purî), Mahâprabhu siempre le deparó
mucho respeto. Actuando sobre su reciente criticismo referente a Sus hábitos
en el comer, Mahâprabhu Se puso a dieta, Él le dijo a Su sirviente Govinda:
“De ahora en adelante queda establecida la regla de que solo puedo aceptar
un cuarto de recipiente del prasâda del Señor Jagannatha y cinco gandas de
vegetales, si me traes más de esto no Me verás más aquí”. (C.C. antya 8/53-
54)
Cuando Govinda da a conocer a los íntimos amigos del Señor, referente al
estrechamiento que Mahâprabhu mismo se impuso, se sintieron como si el
cielo cayera con gran estrépito sobre ellos. Ese día un cierto brâhmaòa vino a
ofrecer Jagannatha prasâda a Mahâprabhu. Govinda, siguiendo las ordenes de
Mahâprabhu solo aceptó un cuarto del recipiente de arroz y cinco gandas de
vegetales. El brâhamaòa estaba apesadumbrado y comenzó a mover la cabeza
en señal de desaprobación. El Señor Caitanya tomó solamente la mitad de
éste, dejando la otra mitad para Govinda.
Los devotos, viendo a Mahâprabhu tomando tan poca prasâdam todos los
días, fueron sobrecogidos con profunda desesperación y ellos también dejaron
de comer del todo. Mahâprabhu sin embargo ordenó a su sirviente Govinda y
Kasisvara Panàîta a mendigar alimentos para ellos y de cualquier lugar para
compensar por la frugalidad. La gravedad de éste estado de cosas continuó
por unos pocos días. Finalmente la noticia llegó a Râmacandra Purî quién se
apresuró a verlo. Mahâprabhu lo recibió con el honor debido, ofreciéndole sus
reverencias y un asiento. Râmacandra Purî se rió y le aconsejó:
“No es competencia de un sannyâsî gratificar sus sentidos. Él debe llenar su
barriga de una forma u otra. He oído que Usted ha reducido en la mitad su
comida. En verdad veo que Usted está flaco. Semejante renunciación no es la
religión de un sannyasi. Un sannyâsî come tanto como es necesario para
mantener su cuerpo, pero él no disfruta satisfaciendo sus sentidos
materialmente. Así un sannyâsî se vuelve perfecto en su avance espiritual de
conocimiento”. (C. C. antya 8/64-66)
Oyendo esto, Mahâprabhu, la humildad personificada quien siempre ofreció
respeto a otros sin esperar nada de vuelta, contestó:
“Yo soy solo un muchacho ignorante y soy como su discípulo. Es mi buena
fortuna que usted Me esté instruyendo”. ( C. C. Antya 8/69)
Râmacandra Purî seguidamente se fue y Mahâprabhu aprendió que los
devotos estaban ayunando por completo o comiendo solo la mitad de una
porción, desde hace muchos días. Un día Ärîla Paramânanda Purî con sus
discípulos vinieron a encontrarse con Mahâprabhu. Él le dijo al Señor
humildemente:
“Râmacandra Purî (mi hermano espiritual) es por naturaleza un crítico
mordaz. Si usted renuncia a comer debido a su crítica, ¿qué se gana? Esa es su
naturaleza dejar que uno coma hasta su completa satisfacción, seguidamente
él lo exhorta a comer más de lo necesario. En ésta forma él induce a uno a
comer más de la cuenta para de inmediato criticarlo en su cara diciendo: 'Tú
comes demasiado' ¿Cuánto dinero tienes en tu tesoro? También, al inducir a
los sannyasîs a comer más de la cuenta daña sus votos religiosos. Por lo tanto
yo puedo entender por qué usted no ha progresado espiritualmente.”
Râmacandra no hace sino averiguar siempre los asuntos privados de otros
incluyendo los hábitos diarios en el comer. Estas dos clases de actividades son
rechazadas en las Escrituras reveladas y son su ocupación diaria.
El Bhâgavatam dice (S.B. 11.28.1): “Uno debe ver éste mundo, el cual es el
lugar de encuentro de prakèti (naturaleza material) y puruëa (entidades
vivientes), como controladas por el Puruëa Supremo (Señor Supremo). Así que
uno no debe alabar ni criticar las características y actividades de otros” C. C.
Antya 8/72-78)
El verso que sigue al anterior en el Bhâgavatam dice:
“Quien alaba o critica las características y actividades de otros está atrapado
en la vorágine del concepto dualístico en la existencia material, y muy pronto
se desvía de la última meta de la vida”. (S.B. 11.28.2)
Ärîla Paramânanda Purî continuó:

“De las dos reglas, Râmacandra Purî obedece la primera, así abandona los
elogios, pero aunque él conoce que el segundo es más prominente, él se burla
del mismo criticando a otros”. (C. C. Antya 8/79)
Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda comenta sobre éste verso en el
'Anubhasya':
“En el Bhâgavatam Äloka encontramos que 'no alabe' es la primera regla y,
'no critique' la segunda. Si le destacamos la segunda regla sobre la primera la
conclusión es que no es tan malo alabar, pero es imperativo no criticar.
Râmacandra Purî ha observado la primera regla -no alabar. Sin embargo, él ha
fallado en adherirse a la segunda regla: No criticar. Esta declaración del
Bhâgavatam parece dudoso y por lo tanto necesita mayor elaboración”.
Ärî Caitanya Caritamèta continúa:
“Entre la primera y la segunda regla, la última es más importante”. (Un
verso de la literatura nyaya)
“Aún donde hay cientos de buenas cualidades, un crítico no las considera.
Más bien intenta utilizando un truco, señalar una falta en ésos atributos. Uno
no debe, por consiguiente, seguir el ejemplo de Râmacandra Purî. Sin
embargo, debo decirle algo en contra de él por que él está partiendo nuestros
corazones. ¿Por qué Usted ha suspendido su dieta normal debido a la critica de
Râmacandra Purî? Por favor acepte invitaciones como antes. Esto se lo
solicitamos unánimemente.”
Ärî Caitanya Mahâprabhu responde:“ ¿Por qué están todos ustedes
disgustados con Râmacandra Purî? Él está exponiendo los principios modelos
de la vida sannyâsa. ¿Por qué lo condenan? Para un sannyâsî ceder en darle
satisfacción a la lengua es una gran ofensa. Es deber de un sannyâsî comer
solamente lo estrictamente necesario para mantener el cuerpo y el alma
juntos”. ( C.C. Antya 8/80-85)
Después de esto los devotos fervientemente solicitaron al Señor que
aceptara una porción completa de prasâdam. Al principio el Señor rehusó pero
posteriormente estuvo de acuerdo en aceptar solamente media porción.
Los gastos para alguien que quiera invitar a Caitanya Mahâprabhu a comer
prasâda salen en dos panas. La cantidad de prasâdam por dos panas fue
compartida por dos o tres devotos. Si un “abhojyan na vipra” (un brâhmaòa
cuyo arroz cocido no pudo ser aceptado ni comido) invita a Mahâprabhu él
tendría que gastar dos panas para conseguir Jagannâtha-prasâda. Si un
“bhojyanna vipra” (un brâhmaòa cuya cocina era aceptable) invita
Mahâprabhu, entonces se compra una parte de prasâda y otra parte se cocina
en casa.
En los días cuando Gadâdhara Panàîta Gosvâmî, Ärî Bhâgavan Âcârya o
Sârvabhauma Bhaùùâcâya invitaban al Señor, entonces Mahâprabhu, quien es
subyugado por el amor de Sus devotos por Él, no tenía independencia para
seleccionar. Él Señor Supremo es como un árbol que satisface los deseos; con
tal de satisfacer el deseo de Sus devotos. Él sumisamente acepta prasâda
preparada y servida conforme a los deseos de los devotos. La principal razón
de su advenimiento es para darle placer a Sus devotos. El Señor Supremo
siempre actúa en cierta forma que el considera apropiada conforme al tiempo
y circunstancias. Sobre esto Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja escribe:
“Debido a independencia absoluta, Ärî Caitanya Mahâprabhu algunas veces
deseó comportarse como un hombre común y otras veces Él manifestó su
opulencia divina. De ésta manera el Señor a veces aceptaba a Râmacandra
Purî como Su maestro y Él Mismo su sirviente, y otras veces el Señor, sin
importarle lo veía como una paja de la calle. Ärî Caitanya Mahâprabhu se
condujo como la Suprema Personalidad de Dios, más allá de la jurisdicción de
cualquier persona inteligente. Hizo lo que quería, pero todas Sus actividades
eran muy encantadoras”. (C. C. antya 8/93-95)
Râmacandra Purî dejó Nilachal después de pocos días en un peregrinaje.
Pareció como si su partida le hubiera quitado un peso de encima de la cabeza
de los devotos. Los devotos se sintieron felices, aliviados de tremendo peso.
Estaban ahora libres para invitar al Señor,- a preparar y servirle prasâda. Ellos
mismos comenzaron a saborear prasâdam a su entera satisfacción. El Señor
una vez más quedó absorto con la felicidad del kirtan y el baile. Así la moraleja
de éste pasatiempo con palabras de Ärîla Kavirâja es:
“Si el maestro espiritual de uno lo rechaza, uno se vuelve tan caído que,
como Râmacandra Purî, comete ofensas aún en contra de la Suprema
Personalidades Dios. Ärî Caitanya Mahâprabhu no tomó las ofensas de
Râmacandra Purî en forma personal por considerarlo Su maestro espiritual. Sin
embargo, por medio de su carácter el Señor instruyó a todos acerca de la
resultante de ofender al maestro espiritual”. (C. C. Antya 8/99-100)
Por el otro lado, una devoción resuelta en lo referente al servicio al Guru está
demostrada en Ärîla Iävara Purî. Él le sirvió personalmente a Ärîla
Madhavendra Purî, su Guru, sabiendo que era un devoto muy excelso y puro
del Señor y que estaba exhibiendo aprakata lîlâ o los pasatiempos de su
desaparición. Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja describe:
“Iävara Purî, Maestro Espiritual de Ärî Caitanya Mahâprabhu, le prestó
servicio personal a Mâdhavendra Purî, limpiándole excremento y orina con sus
propias manos. Isvara Purî estuvo siempre cantando el Santo Nombre y
haciendo recuento de los pasatiempos del Señor Kèëòa para que Mâdhavendra
Purî los oyera. En ésta forma él ayudó a Mâdhavendra Purî a oír. En ésta forma
él ayudó a Mâdhavendra Purî a recordar el Santo Nombre de Kèëòa y sus
pasatiempos en la hora de la muerte.
Complacido con Isvara Purî, Mâdhavendra Purî lo abrazó y le dio la bendición
que el sería un buen devoto y amante de Kèëòa. Así Iävara Muni se volvió un
océano de amor estático de Kèëòa, mientras que Râmacandra Purî se convirtió
en un especulador aburrido, sin inspiración y un crítico de todos.
Iävara Purî recibió las bendiciones de Ärîla Mâdhavendra Purî, mientras que
Râmacandra Purî recibió su reproche. Por lo tanto éstas dos personas (Iävara
Purî y Râmacandra Purî) son ejemplos vivos del recibo de bendición y castigo
de parte de una gran personalidad. Mâdhavendra Purî instruyó al mundo
entero al presentarle estos dos ejemplos”. (C.C. Antya 8/28-32)
Jagât-guru Mâdhavendra Purî bendijo a la afortunada sociedad humana con
el tesoro de amor sublime por Kèëòa; y mientras saboreaba el transcendental
humor de amor en separación (vipralambha). Mientras cantaba el verso
siguiente él entró en la morada eterna de los divinos pasatiempos de Ärî Râdhâ
y Kèëòa:

“ayi dîna-dayardra nathâ he mathurâ-nathâ


kadavalokyase hèdayam ùvad-aloka-katarâm
dayita bhramyati kim karomyaham”.

“¡Oh mi Señor! Lo más misericordioso para los mansos y caídos! ¡Oh rey de
Mathurâ! ¿Cuando te volveré a ver? Sin verte mi corazón agobiado por la
ansiedad, se ha vuelto inestable. ¡Oh lo más querido!, ¿qué debo hacer
ahora?”
Vaiëòavas, quienes siguen el proceso del servicio devocional puro y se
adhieren a las conclusiones del Vedanta, son de cuatro clases. De ésos, Ärîla
Mâdhavendra Purî aceptó la Mâdhâvâcârya Sampradâya y allí recibió la orden
vaiëòava de sannyâsa. De Mâdhâvâcârya a Lakëmîpatî (el Guru de
Mâdhavendra Purî) ésta sampradâya (sucesión discipular) carecía de la
modalidad de ärîngara-rasa (humor conyugal) en la rendición devocional. El
humor espiritual que prevalecía en la sampradaya fue revelado en la discusión
de Mahâprabhu con la tattva-vadis cuando Él recorría el Sur de la India.
Ärîla Mâdhavendra Purî sembró la semilla del ärîngara-rasa-bhakti con la
composición de éste verso sublime. La emoción espiritual expresada en éste
verso es que después de que el Señor Kèëòa deja Vrindavan para ir a Mathurâ,
Ärîmatî Râdhikâ experimentó intenso amor en separación de Él. La más alta
forma de devoción es la meditación y adoración a Kèëòa en subordinación. Un
devoto sumergido en ésta rasa o humor, se considera muy pobre y humilde, y
el siempre implora al Supremo Señor quien es un océano de compasión y
bondad. La modalidad de separación de Kèëòa es el humor más natural de
bhajana (adoración y meditación) por las jîvas.
Después de la partida de Kèëòa para Mathurâ, el corazón de Ärîmatî Râdhikâ
estaba tembloroso y afligido por no poder verlo. Anhelando ver Su cara
exquisita, Ärîmatî se lamenta— “¡Mi más querido amor! Mi corazón se debilita
de inquietud por no poder verte. Por favor dime, ¿qué debo hacer para volverte
a ver? Otórgame Tu misericordia sabiendo que soy pobre y desamparada”.
Esta es la modalidad expresada en el äloka de Ärîla Mâdhavendra Purî. Esta
modalidad es comparable al Señor Caitanya con el humor de Ärîmatî Râdhikâ
al ver a Udhava. Así nuestros pasados instructores espirituales nos han dicho
que la raíz del árbol de ärîngara-rasa es Ärîla Mâdhavendra Purî, Isvara Purî su
corteza, el Señor Caitanya el tronco principal y Sus seguidores son las muchas
ramas.
Cuando la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Caitanya Mahâprabhu fue
a Remuna para tener daèsana de la Deidad de Ksira-cora-Gopînâtha, Él
comenzó a recitar éste verso compuesto por Ärîla Mâdhavendra Purî. El Señor
seguidamente exhibió un éxtasis sublime. Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja comenta
que aparte de Ärîmati Râdhikâ, el Señor Caitanya y Ärîla Mâdhavendra Purî, no
hay una cuarta personalidad quien pueda saborear el rasa inminente de éste
verso.
“Por el continuo frotamiento, el aroma a sándalo Malaya se pronuncia.
Similarmente, por reflexionar sobre éste verso, su importancia se profundiza.
Así como la kaustabha-mani es considerada la más preciosa entre las piedras
valiosas, éste verso es similarmente el mejor género de poemas sobre el
humor espiritual o rasa. Este verso fue hablado por Ärîmatî Râdhârânî misma,
y por su sola misericordia se hizo manifiesto en las palabras de Mâdhavendra
Purî. Solo Ärî Caitanya Mahâprabhu ha probado la poesía de éste verso. Nadie
más es capaz de entenderlo”. (C. C. Madhya 4/192-195)
Cuando Râmacandra Purî regresó a Nilacala Purî se encontró con el Señor
Caitanya. Mahâprabhu y Paramânanda Purî. Ambos le ofrecieron los debidos
respetos en memoria al recuerdo de su asociación con Ärîla Mâdhavendra Purî.
Los tres consultaron en solicitud sobre asuntos esotéricos. Ärîla Jagadânanda
Panàîta, un asociado íntimo y eterno del Señor Caitanya Mahâprabhu, invitó a
Râmacandra Purî a comer prasâda. Trajeron maha-prasâda del templo
Jagannâtha. Él bondadosamente le sirvió a Râmacandra Purî una porción
grande de prasâda para su completa satisfacción. De aquí en adelante
Râmacandra Purî, después de repetidas solicitudes, hizo que Jagadânanda
Panàîta tomara prasâda, vigilando cuanto se servia con gran afecto.
Inmediatamente después de haberse lavado las manos, Ärîla Jagadânanda
Panàîta comenzó a criticar— “Yo he oído que los seguidores de Ärî Caitanya
comen suntuosamente, hoy soy testigo de ello. Ellos alimentan a los sannyâsîs
con exceso de prasâda y dañan sus votos de renunciación, como también
complaciéndose en el comer en exceso. Él debe ser un sannyâsî desprendido
practicando frugalidad y aún así ¡él come tanto! ¿Que será de sus votos?
Ärîla Jagadânanda Panàîta simplemente imitó el comportamiento usual de
Râmacandra Purî para llamar la atención sobre el punto. Primero Râmacandra
Purî le daba de comer a los devotos espléndidamente y al momento siguiente
hacia una media vuelta y los criticaba por comer suntuosamente, aunque todo
esto fue por su propia insistencia! Naturalmente el devoto se sentía
supremamente avergonzado. Esto fue un comportamiento impropio de un
vaiëòava. Al final terminaba criticando al Mismo Señor Supremo.
De aquí la severa advertencia dada a todos, que siendo negligentes con el
Guru y como consecuencia de ello ser rechazado por el Guru, una persona
comienza blasfemando a los vaiëòavas para terminar fatalmente blasfemando
al Señor Supremo.
La Suprema Personalidad Dios no tolera la blasfemia en contra de Sus
devotos, los santos vaiëòavas. Así el blasfemador queda privado para siempre
de la gracia del Señor Supremo. Todos los esfuerzos espirituales y prácticas
devocionales son nulos y sin valor. Por lo tanto el acólito espiritual debe ser
muy cauteloso para evitar cometer ofensa al vaiëòava.
Estamos poniendo mucho énfasis en esto no para engañar y asustar a los
devotos. Uno tiene solamente que acordarse de Râmacandra Purî (un vaiëòava
blasfemador) y su suerte.
Se señala en el Ärîmad Bhâgavatam (S.B. 12/12/55) que el recuerdo de los
pies de loto del Señor Kèëòa, significando lo ansioso por servirle a Él, remueve
todo lo inauspicioso de las vidas de las jîvas. En otras palabras extirpa la
actitud ofensiva de no querer prestarle servicio devocional lo que atrae la
bendición en la forma de la gracia de Dios. Despierta en el corazón de las jîvas
la inclinación de servirle al Señor -una inclinación que es innata a su identidad
espiritual original. Él se libera de las influencias de las modalidades de la
ignorancia, pasión y bondad y se sitúa en bondad pura (visuddha-sattva). La
devoción pura por el Señor comienza a nacer en su corazón, tan pronto como
renuncia a su servilismo a las modalidades materiales. Entonces, por el
entendimiento científico del verdadero ser y por la aparición del conocimiento
transcendental que lo hace desprenderse en forma natural de las cosas no
relacionadas con Kèëòa, se vuelve uno un recipiente de la sublime gracia. Pero
blasfemando al Guru y a los vaiëòavas todo eso se pierde, se destruye.
Por ofender a un devoto quién se ha refugiado en el Santo Nombre, el gusto
de los ofensores por el canto del Santo Nombre se rescinde. Él ronda en el
plano de la conciencia material que le engendra anhelos burdos, indeseados,
invitando situaciones desfavorables y desgracia. Lo que es una bendición real
para las jîvas ha sido enumerado en el Ärî Caitanya Caritamèta en la discusión
entre el Señor Caitanya y Râmânanda Râya.
Ärîla Râmânanda Râya dijo que devoción por Kèëòa es el objetivo final de la
realización en el conocimiento transcendental. La fama y reputación más
grande que cualquiera persona puede lograr es aquella de ser un devoto y
sirviente de Kèëòa. La posesión más preciosa es amor divino por Ärîmatî
Râdhârânî y Ärî Kèëòa. El sufrimiento más grande es la separación de Kèëòa de
sus devotos. El amante de Kèëòa es la persona más excelsa y liberada. El
canto de canciones que describen los pasatiempos sublimes de Râdhâ y Kèëòa
es la religión suprema del hombre. La asociación de los devotos de Kèëòa es la
única bendición real para la jîva.
El nombre transcendental de Kèëòa, sus cualidades, belleza, pasatiempos,
etc., son los temas singulares de constante recordación y los pies de loto de
Ärîmatî Râdhâ y Ärî Kèëòa son los únicos propósitos de meditación y adoración.
Descartando todos los otros lugares, sólo Vèndâvan-dhâma, el lugar de la
danza râsa de Râdhâ y Kèëòa, es excepcionalmente digno de residencia. Los
pasatiempos eternos de Râdhâ y Kèëòa son los únicos tópicos para oír.
El canto de los Santos Nombres de la Divina Pareja (Râdhâ y Kèëòa) es la
mejor forma de kirtan y la forma más elevada de adoración. Todos éstos son
senderos beneficiosos (sreyah-patha) para la sociedad humana.
Pero si el deseo desastroso, en la forma de ofensa (aparâdha) contra Hari (La
Suprema Personalidad de Dios), Guru y vaiëòava, infecta el corazón, entonces
la jîva se aparta del sendero de la bendición (sreyah-patha) y entra a la fuerza
en el papel de un viajero angustiado en el sendero plagado de miserias del
hedonismo (preyah-patha).
Bharata o India es una expansión de Vaikuòùha donde los semidioses
rivalizan para tomar el raro nacimiento como seres humanos, un nacimiento
que ofrece la mejor oportunidad y posibilidad de prestar servicio devocional al
Señor Supremo, lo cual es muy difícil de obtener aún para los semidioses. Y
ése precioso regalo se desperdicia por ésta ofensa (aparâdha) y se transforma
en una carga pesada.
El Señor Caitanya Mahâprabhu da su propia descripción de quien es una jîva-
“jîvera svârup hoy kèëner nityo das” -la identidad verdadera u original de la
jîva (alma) es que es el eterno sirviente de Kèëòa.
Si la jîva permite que su innata naturaleza se desvíe del servicio de Kèëòa para
servirle a ésta temporal e ilusoria naturaleza mundana llamada mâyâ,
frustrando así el propósito verdadero de una rara oportunidad de un
nacimiento humano, ¿cómo puede ser esto indicativo de buena inteligencia?
Por lo tanto todos los devotos deben prestar atención- NO COMETAN
OFENSAS!!

Capítulo Siete
NÂMÂCÂRYA

HARIDAS ÙHÂKUR
Y LA LIBERACIÓN DE LA PROSTITUTA
Glorificando a Su más querido devoto Ärîla Haridâsa Ùhâkura, quién es el
Âcârya del canto del Santo Nombre, el Supremo Señor Caitanya Mahâprabhu,
el reconocido protector de Sus devotos (bhakta-vatsâla), desarrolla miles de
bocas. Las bendiciones del Señor Caitanya se multiplican ilimitadamente,
cuando Él describe las extraordinarias cualidades de Sus devotos. Además, los
atributos Ärîla Haridâsa Ùhâkur también eran numerosos. Ärîla Kèëòadâsa
Kavirâja Gosvâmî escribe en la Antya-lîlâ del Ärî Caitanya Caritamèta acerca de
Ärîla Haridâsa Ùhâkura:
“La grandeza de Ärîla Haridâsa Ùhâkur es inconmensurable. Es imposible
describir aún sea una parte de sus magnánimas características, que tratar de
intentar enumerarlas exhaustivamente”.
Si llevamos a cabo un intento, eso también permitiría ligeramente el toque
superficial de sus ilimitadas cualidades, esto es simplemente para nuestra
purîficación personal. Ärîla Vrndavan das Ùhâkura ha bebido también la
ambrosía de la excelencia sublime de Ärîla Haridâsa Ùhâkura.
Ärîla Haridâsa Ùhâkura dejó su casa en el pueblo de Budan y viajó a Benapol
situada cerca de Bonega, Bengala Occidental, donde se encuentra hoy la
estación diurna de trenes. Él pasó algún tiempo viviendo en el bosque en una
pequeña cabaña que él mismo construyó. Ärîla Haridâsa sirvió Tulasî devi y
cantó día y noche por lo menos trescientos mil nombres de Dios. Como una
abeja, él recogía un poquito de comida de cada hogar de brâhmaòas rectos y
así se mantenía él mismo. Los habitantes del pueblo estaban impresionados
con su fervorosa devoción y ellos lo amaron y respetaron mucho.
Râmacandra Khan era el jefe del pueblo. Él era ateo, odiaba a los vaiëòavas
y un inconforme extremadamente envidioso. No podía entender el hecho de
que los habitantes del pueblo amaran a Ärîla Haridâsa. Aunque nacido de una
familia brâhmaòa, Râmacandra era una manzana podrida, una desgracia para
su casta y adicto al vino y las mujeres.
Deseando traerle deshonra a Ärîla Haridâsa, él comenzó a trâmar;
seguidamente lo implementó por medio de medios injustos y sucios. Pero Ärîla
Haridâsa, un modelo dechado de virtudes, no pudo ser perturbado por nada.
Como un último intento, Râmacandra ordenó que le trajeran varias
prostitutas a él, a quienes les encargó el trabajo de vencer la resistencia de la
resolución espiritual de Ärîla Haridâsa manchando así su carácter. Una joven y
bella prostituta habló diciendo que ella necesitaba tres días para cumplir con
ésta tarea. Complacido, Râmacandra le prometió regalos a ella.
Ordenó que sus guardas deberían acompañarla para agarrar a Ärîla Haridâsa
con ella en una posición comprometedora y así traerlo en cadenas.
La joven prostituta sugirió que ella fuera sola la primera noche y la segunda
noche los guardas podrían acompañarla. Ella regresó a casa y esperó por la
caída de la noche. Ella se vistió con ropa fina y subyugante y fue a la choza de
Haridasa Ùhâkura. Pretendiendo ser una devota se inclinó ante Ärîla Haridâsa y
Tulasî devi. Más adelante se sentó enfrente de Ärîla Haridâsa para estar en su
línea de visión. Ella comenzó a hacer movimientos seductivos y gestos
tendientes a provocar su lujuria, pero no logró afectar a Ärîla Haridâsa.
Finalmente y en forma desesperada, ella incluso le hizo una propuesta
indecente, a lo que Haridas Ùhâkura respondió:
“Te aceptaré sin fallarte, pero tendrás que esperar hasta cuando haya
terminado de cantar mi número regular de rondas en mis cuentas (japas).
Hasta entonces, por favor siéntese y escuche el canto del Santo Nombre. Tan
pronto como finalice, yo satisfaceré sus deseos”. C.C. Antya 3/114-115)
Ärîla Haridâsa cantó continuamente, mirado por la joven prostituta sentada
cerca a la puerta. La noche finalizó y el cielo occidental despertó con el
amanecer. Ella retornó a casa. Más tarde le reportó a Khan que había visitado
a Ärîla Haridâsa en su cabaña quién le prometió que le satisfacería sus deseos
ésta noche. Manteniendo vivas las esperanzas de Khan, ella partió para el
bhajana-kutira o cabaña de meditación de Ärîla Haridâsa, al verla Ärîla
Haridâsa le habló en tono alentador:
“Anoche estabas decepcionada. Por favor excuse mi ofensa. Yo con
seguridad estaré con usted pronto. Por favor siéntese y escuche el canto del
Hare-Kèëòa mahâ-mantra hasta cuando termine las rondas designadas,
entonces, sus deseos serán satisfechos con seguridad”. (C.C. Antya 3/120-121)
El significado de las palabras de seguridad de Ärîla Haridâsa Ùhâkura a la
prostituta no pudieron ser medidas por ella debido a que su conciencia estaba
cubierta por la lujuria. Pero a pesar de eso, un claro cambio ya se notaba en
ella. Esta noche, ella ofreció reverencias a Tulasî devi y se sentó cerca a la
puerta y escuchó el canto suave de Ärîla Haridâsa. De pronto ella comenzó a
cantar, 'Hari, Hari'. Una vez más la noche terminó y amaneció. Ella se volvió
impaciente y agîtâda. Ärîla Haridâsa dijo:
“Yo he prometido cantar diez millones de nombres en un mes y ahora estoy
cerca a su fin. Pensé que hoy completaría ésta promesa, pero a pesar de
cantar toda la noche aún queda un resto. Mañana terminaré y mi promesa será
satisfecha. Entonces me será posible gozar contigo en completa libertad”.
( C.C. Antya 3/124-129)
La prostituta regresó donde Râmacandra Khan y le informó lo sucedido. El
día siguiente ella vino temprano en la tarde y permaneció con Haridâsa Ùìâkur.
Después de ofrecerle reverencias a la planta Tulasî y Haridâsa Ùhâkur, ella se
sentó en el umbral del cuarto. Así ella oyó el canto continuo de Haridâsa
Ùhâkura y también comenzó a cantar 'Hari, Hari, Hari', el Santo Nombre del
Señor.
“Hoy me será posible terminar mi canto”, Haridâsa Ùhâkura le informó a
ella.“ Entonces satisfaceré todos tus deseos”.
La asociación pura de una alma grande por tres noches y la buena fortuna
para oír los cantos del Santo Nombre de sus santos labios nunca van en vano.
La tercera noche también paso como las dos primeras, en un canto continuo
del Santo Nombre. Pero con la llegada de la tercera amanecida, un nuevo
despertar también amaneció en el corazón de la joven prostituta. La penumbra
de la ignorancia que envolvía su conciencia quedó levantada. El fuego del
remordimiento dentro de ella quemó totalmente toda su contaminación. Ella se
Purîficó y una nueva persona apareció, y una nueva vida empezó.
Ella se arrojó al suelo, cayendo como una vara a sus pies. Llorando
profusamente, en forma lastimosa, imploró clemencia para que sus pecados le
fueran perdonados. Ella confesó que Râmacandra Khan la había empleado para
seducirlo. Ella dijo:
“Habiendo tomado la profesión de prostituta, he ejecutado ilimitados actos
pecaminosos. Querido maestro, sé misericordioso conmigo. Libera mi alma
caída”.
Haridâsa Ùhâkura respondió, “Sé todo acerca de la conspiración hacia mí de
Râmacandra Khan. El no es otra cosa que un tonto ignorante, por lo tanto sus
actividades no me hacen sentir infeliz. El mismo día en que Râmacandra Khan
comenzó su intriga atentando contra mí yo pude haberme ido de éste lugar
inmediatamente, pero debido a ti, que viniste a mí, permanecí aquí por tres
días para liberarte”.
La prostituta dijo, “Por favor actúa como mi guía espiritual instrúyeme en
mis deberes por lo cual yo pueda obtener alivio de la existencia material”.
Ärîla Haridâsa contestó: “Ve a casa e inmediatamente distribuye todas tus
posesiones a los brâhmaòas. Luego regresa a éste cuarto y permanece aquí
para siempre en conciencia de Kèëòa, canta el Hare Kèëòa mahâ-mantra
constantemente y préstale servicio a la planta Tulasî regándola diariamente y
ofreciéndole sus oraciones. En ésta forma, muy pronto encontrarás refugio en
los pies de loto de Kèëòa”. ( C.C. Antya 3/132-137)
Ärîla Haridâsa Ùhâkura dejó el pueblo no sin antes haber iniciado a la
prostituta en el Santo Nombre. La prostituta, entendiendo que las instrucciones
del Guru deben ser ejecutadas sin demora o argumentación, distribuyó todas
las pertenencias que ella había acumulado por medios inmorales degradados.
Ella renunció a su hogar el cual para ella era ahora un infierno. Ella se afeitó la
cabeza y comenzó a vivir en la bhajana-kutira de su Guru. Ella ansiosamente
se empeñó en sus prácticas devocionales, cantando día y noche trescientos mil
nombres, sirviendo a Tulasî devi regándola y adorándola, comiendo
frugalmente, siguiendo los varios días de ayuno, etc. Como resultado: “Ella
gradualmente controló los sentidos y pronto se manifestaron en ella síntomas
de amor por Dios. Se volvió una devota célebre, sumamente elevada y muchos
vaiëòavas venían a visitarla. Viendo la sublime transformación en su carácter,
todos estaban verdaderamente asombrados. Ellos glorificaron la potencia
espiritual de Ärîla Haridâsa y le ofrecieron sus reverencias”. (C.C. Antya 3/141-
143)
En ésta forma, por recibir las bendiciones de un vaiëòava eminente, inclusive
una prostituta se vuelve pura y una devota avanzada. Mientras que
Râmacandra Khan, un brâhmaòa por nacimiento fue un borracho despreciable
y licencioso, quien era tan caído que fue malévolo con Haridâsa Ùhâkura. Y por
ésta ofensa él tuvo que soportar severos sufrimientos. Este acto es para que
todos reflexionemos profundamente y recordemos siempre de la seriedad de la
ofensa al vaiëòava (vaiëòava-aparâdha).
Râmacandra Khan fue un no-vaiëòava innato y para colmo él odiosamente
trató con un devoto santo, Ärîla Haridâsa Ùhâkura. Ärîla Bhaktisiddhânta
Sarasvatî Prabhupâda escribe en el comentario de su 'anubhasya':
“Aunque nacido en una familia brâhmaòa, Râvana, el hijo de Vimasrava,
odiaba al Señor Supremo, y por ésta atroz ofensa a los pies de loto del Señor, a
Râvana se le conoció como un asura o demonio. Similarmente, Râmacandra
Khan, por ofender a un gran devoto vaiëòava, se volvió famoso como un
'asura-sama' o parecido a un demonio, en sociedad”.
Los resultados de las ofensas de Râmacandra Khan dieron una forma
aterradora para él. El Señor Baladeva o Nityânanda Prabhu, la Suprema
Personalidad de Dios, viajaba por todo Bengal con un grupo grande de
discípulos y asociados con la intención de propagar el Santo Nombre y vencer
las fuerzas demoníacas (C.C. Antya 3/149). Un día Él llegó a la casa de
Râmacandra Khan y se sentó en el candi-mandapa o área cubierta para la
adoración a Devi (Durgâ). Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî escribe en su
comentario: Familias adineradas no-vaiëòavas construyen en sus dependencias
residenciales áreas separadas para Durgâ-pûjâ. Durante otros días aparte de
Durgâ-pûjâ o Devi-pûjâ, ésta área se usaba para entretener a los huéspedes.
La comitiva del Señor Nityânanda llenó toda la mandapa y el patio. Como el
anfitrión, y siendo visitado por nada menos que por el Supremo Señor Mismo,
Râmacandra Khan debió haber salido personalmente a darle la bienvenida a Él.
Râmacandra debió haberse sentido lleno de gratitud por su inmensa buena
suerte que su casa fuera santificada con las pisadas de los pies de loto del
Señor Nityânanda y por la presencia de Sus asociados. Pero en vez de eso, por
razones desconocidas, Râmacandra estuvo poseído de tal perveèëidad que él
envió a uno de sus sirvientes a verse con el Señor Nityânanda insultando así al
Señor Supremo y a sus excelsos seguidores. En un breve y displicente mensaje
al Señor, el sirviente le informó debido a que Él se encontraba con un grupo
grande, no tenía como acomodarlos debidamente por lo que ya se habían
hecho arreglos en otra parte y que todos ellos deberían ir allí.
Lo que siguió lo describe el Caitanya Caritamèta:
“Cuando Nityânanda Prabhu oyó ésta orden del sirviente de Râmacandra
Khan, Él se enfureció y se salió. Riéndose a carcajadas Se expresó así:
Râmacandra Khan está en lo cierto. Este lugar no es adecuado para Mi. Es para
comedores de carne de vaca”. (C.C. Antya 3/154-155)
Diciendo esto el Señor Nityânanda salió de la casa de Râmacandra Khan. Él
inclusive dejó el pueblo para darle una lección al ofensivo de Khan.
Râmacandra Khan era tan demoníaco que él ordenó a sus sirvientes levantar la
tierra donde el Señor se había sentado, y lo hizo rellenar de nuevo y lavarlo
con agua y estiércol de vaca. Incluso limpiaron el patio donde los seguidores
del Señor se sentaron, con una mezcla de estiércol y agua. Pero después de
todo esto Râmacandra no estaba completamente satisfecho. Sin embargo, las
serias consecuencias de las ofensas al Señor Supremo y a los vaiëòavas no
demoró mucho en tomar efecto.
Râmacandra Khan había estado engañando consistentemente al rey
evadiendo el pago completo de los impuestos. Enfurecido por ésta estafa al
tesoro público el magistrado tomó por asalto su casa y ocupó el mismo lugar
en la Durgâ-mandapa donde el Señor Nityânanda se había sentado. El
magistrado pasó tres días, hizo sacrificar una vaca y cocinaron su carne, todo
esto dentro de la Durgâ-mandapa.
Los miembros de la familia de Râmacandra Khan fueron hechos prisioneros y
atados. Su casa y el pueblo fueron saqueados por los hombres del magistrado.
En el cuarto día, el magistrado y sus hombres dejaron el pueblo saqueado de
su riqueza, sus propiedades destruidas y sus miembros en un estado de
angustia y sobresalto. Mucho tiempo después de esto, el pueblo tiene una
apariencia decrépita. Râmacandra Khan perdió su posición, riqueza y
seguidores. Kèëòadâsa Kavirâja escribe:

“mahanter apomân je des-grame hoyek


janâr dose sabàes ujadoy”.

“Cada vez que se insulta a un devoto avanzado, tienen que sufrir todos los
que estan en conexión con el que comete la falta”. ( C.C. Antya 3/164)
Muy a pesar de ver y oír sobre las fatales consecuencias de ofender al Señor
Supremo o los devotos, la gente rehusa que se le ilumine al respecto - ésta es
la temible nube de la ilusión que mâyâ crea para engañarnos a todos.
Haridas Ùhâkura, después de haber dejado Benapol, fue a candapura.
Conforme a Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura en su “Amèta-pravâha bhasya”
Candapura situada al Norte de Saptagrâma en Triveni, (Triveni es la
confluencia de tres ríos) -hogar de Hiranya y Govardhana Majumdar (Familia
de Raghunâtha das Gosvâmî.) Candapura también fue la residencia de
Balarâm y Jadunandana Âcârya, sacerdotes familiares de los Majumdars de
Septagrâma.
Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî escribe en su Anubhasya: “Candapura estaba
situada en el distrito de Hooghly en Bengal Occidental en el Triveni. Muchos
opinan que posteriormente cambió su nombre a Kèëòapura”. Aquí, Ärîla
Haridâsa se residenció en la casa de Balarâma Âcârya. Balarâma Âcârya fue
muy favorecido por la gracia de Ärîla Haridâsa. Él fue un devoto brâhmaòa y
muy devocional. Él cuidó muy bien de Ärîla Haridâsa. Ùhâkura Haridâsa pasaba
el tiempo cantando sus tres laks del Santo Nombre en una solitaria casa de
campo con techo de paja, recibía prasâda de su casa y disfrutaba ejecutando
kîrtana.
Ärîla Raghunâtha das Gosvâmî, hijo de Ärî Govardhana Majumdara, era para
ese entonces un muchacho joven de colegio. Él venía regularmente a visitar y
asociarse con Ärîla Haridâsa Ùhâkura. Ärîla Haridâsa derrâmaba sus
bendiciones sobre éste brillante muchacho lleno de juventud. Estas
bendiciones pagaron su dividendo espiritual más tarde, y trajo a Ärîla
Raghunâtha a los pies de loto de Ärî Caitanya Mahâprabhu.
“Naturalmente Haridâsa Ùìâkur era misericordioso con él, Ärîla Raghunâtha
dâsa, y debido a la misericordiosa bendición de un vaiëòava exaltado, más
tarde logró refugiarse en los pies de loto de Ärî Caitanya Mahâprabhu”. (C.C.
Antya 3/170)
Ärîla Raghunâtha das Gosvâmî es una alma eternamente perfecta y un
íntimo y eterno asociado del Señor Caitanya. La asociación y el recibir
bendiciones de Ärîla Haridâsa son claros ejemplos del axioma de que la
devoción solo es posible por la misericordia de un excelso y puro devoto del
Señor.
Un día Balarâm Âcârya, después de mucho suplicar, se las arregló para hacer
que Ärîla Haridâsa atendiera una asamblea religiosa en la residencia de
Majumdara. Ambos hermanos, Hiranya y Govardhana Majumdaras recibieron a
este exaltado vaiëòava con el debido respeto. Muchos brâhmaòas panàîtas, la
pequeña nobleza, y los dos hermanos anfitriones quienes igualmente eran muy
eruditos, asistieron a la asamblea. Todos en la asamblea generosamente
colmaban de alabanzas a Ärîla Haridâsa.
Ellos elogiaban a Ärîla Haridâsa por su compromiso de cantar tres laks del
Santo Nombre. La discusión se centró alrededor del Santo Nombre.
Alguien en la asamblea dijo que el canto del Santo Nombre absuelve todos
los pecados. Otro observó que el canto resulta en mukti o liberación, etc.
Oyendo hablar a la gente de los resultados concomitantes secundarios del
canto del Santo Nombre, Ärîla Haridâsa se interpuso diciendo que esos no eran
los principales resultados del canto puro.
Haridâsa Ùhâkura protestó. “Estas dos bendiciones no son el verdadero
resultado del canto del Santo Nombre. Cantando el Santo Nombre sin ofensas,
uno despierta su estático amor por los pies de loto de Kèëòa.”
El Ärîmad Bhâgavatam dice, (S.B. 11/2/40) que cuando una persona es
verdaderamente avanzada y disfruta cantando el Santo Nombre del Señor,
quien es muy querido por él, él se agita espiritualmente y canta los nombres
en voz alta. Él se ríe, llora, se agita y canta exactamente como un loco, sin
importarle la gente. (C.C. Antya 3/178-179)
Ärîla Viävanâtha Cakravarti comenta sobre éste äloka: “La palabra
evamvratah significa, un devoto, quien por medio de sus votos devocionales de
regularmente oír y cantar deriva el resultado de prema-bhakti-yoga o unión
con el Supremo Señor en el amoroso servicio devocional: Sus esfuerzos y
actividades son siempre transcendentales a los deberes de la existencia
material”.
(Ärîla Cakravarti Ùhâkura seguidamente explica por qué, entre los nueve
diferentes extremidades devocionales del bhakti, es nâma-kirtana o el canto
del Santo Nombre, el más elevado). Svâ-pèya-nâma-kîrtya o el nombre de
Kèëòa es muy querido por Kèëòa; ésta frase en sánscrito se refiere a cualquier
persona que por medio del canto del nombre de Kèëòa ha desarrollado
anuraga o amor sublime por Kèëòa. En ésta coyuntura, el citta o corazón se
vuelve druta o se derrite como el oro, debido al calor del fuego por el anhelo
de ver a Kèëòa.
¿Qué causa hasya-rasa o la risa en un devoto? Kèëòa, el héroe del
pasatiempo del robo de la mantequilla se introduce tímidamente una mañana
temprano en la casa de una gopî. Jarati, una gopî anciana sentada cerca de la
entrada principal advierte en alta voz a las otras gopîs ocupadas en los oficios
caseros que, el hijo de Yaäodâ, el famoso ladrón de mantequilla ha entrado a
la bodega; ellas gritan- ¡Agárrenlo! ¡Agárrenlo! Los devotos en profunda
meditación en los pasatiempos de Kèëòa se ríen de gozo al ver a Kèëòa
huyendo con una risa traviesa.
Al momento siguiente, cuando el devoto despierta de su 'visión', se lamenta:
“¡Ay! ¡Ay! El ilimitado océano de felicidad (maha-nidhi) estaba al alcance y
cerca de mi, y ahora lo he perdido”. Él llora lastimosamente golpeándose el
pecho en separación por Kèëòa. Él grita en alta voz: “¡Oh Señor! ¿Dónde estás
Tú? Por favor háblame de una vez”. Cuando el Señor Supremo, amante y
protector de sus devotos, oye la angustiosa súplica de Sus devotos, Él le habla
palabras tranquilizadoras: “Mi querido devoto! Ya ves, vine corriendo a ti tan
pronto como oí que me llamabas”. Luego el afortunado devoto recobra su
'visión' del Señor Supremo y comienza a elogiar con gran júbilo, la
extraordinaria excelencia del Señor. Él comienza a bailar repitiendo: “Estoy
rebosante de alegría, hoy mi nacimiento ha cumplido su propósito”.
En esta etapa, el devoto no presta atención a los elogios, tampoco le importa
sus mofas, insultos y desatención hacia él. Su condición se describe así:
“Embriagados con el vino del rasa divino o deleite, de Harí, la Suprema
Personalidad de Dios, nos volvemos desvergonzados y a veces rodamos por el
suelo, bailamos en completo abandono. Dejemos que el mundo diga lo que
tenga que decir acerca de nosotros, no nos remuerde la conciencia
escucharlo”.
Por lo tanto el despertar de Kèëòa-prema es el resultado natural y directo del
canto del Santo Nombre, no el perdón de reacciones pecaminosas ni el logro
de la liberación, -los cuales son sus efectos secundarios. Ärîla Haridâsa citó el
ejemplo del sol naciente. El resultado directo de la aparición del sol es la
aparición de la luz, y la disipación de la oscuridad es su correlativo
subproducto. Primero el citó un verso del “Nâma-kanmadi” por Ärî
Laksmidhara Svâmî y más tarde del Bhâgavatam para sustanciar su punto,
como están anotados en el Ärî Caitanya Caritamèta:
“Liberación y extinción de las reacciones de la vida pecaminosa son dos
concomitantes, subproductos del canto del Santo Nombre del Señor”. El
ejemplo de los primeros destellos del sol de la mañana es apropiado.
“ A medida que el sol naciente disipa la oscuridad del mundo, la cual es
profunda como un océano, así el Santo Nombre del Señor, si se canta una vez
sin ofensas, puede disipar todas las reacciones de la vida pecaminosa de una
entidad viviente. Todas las glorias al Santo Nombre del Señor, el cual es
auspicioso para todo el mundo”.
Después de recitar éste verso Haridâsa Ùhâkura dijo: “¡Oh eruditos!,
expliquen el significado de éste verso”. Pero la asamblea le pidió a Haridâsa
Ùhâkura, “ Es mejor para nosotros que usted explique el significado de este
importante verso”. Haridâsa Ùìâkur dijo, “Cuando el sol está a punto de salir y
antes de que aún sea visible, elimina la oscuridad de la noche. Con el primer
destello de luz, temor de los ladrones, fantasmas y demonios, éstos
desaparecen de inmediato, y cuando el Sol es verdaderamente visible, todo se
manifiesta, y todos comenzamos a ejecutar nuestras actividades religiosas y
deberes ocupacionales.
Similarmente, con el primer indicio de canto sin ofensas del Santo Nombre
del Señor, las reacciones de una vida pecaminosa terminan instantáneamente,
y cuando uno canta el Santo Nombre sin ofensas, despierta el servicio
devocional en amor estático a los pies de loto de Kèëòa. Liberación es el
insignificante resultado que se deriva de la visión momentánea o incipiente del
canto del Santo Nombre sin ofensas. La liberación es inaceptable a un devoto
puro, aunque Kèëòa siempre la ofrece sin dificultad. Mientras moría, Ajâmila
sin intención cantó el Santo Nombre del Señor llamando a su hijo Nârâyaòa. De
todas maneras el logró el mundo espiritual. ¿Qué entonces decir de esos
quienes cantan el Santo Nombre con fe y reverencia? (S.B. 6.2.49)
“Mi devoto no acepta salokya (vivir en el mismo planeta del Señor), sarsti
(adquirir la misma opulencia del Señor), sarupya (lograr las mismas
características corporales del Señor), samipya (vivir siempre cerca del Señor) o
en unidad Conmigo (sayujya) -aún si yo ofrezco estas liberaciones -en
preferencia sobre el servicio devocional a Mi”. (S.B. 3.29.13) (C.C. Antya
3/180/190)
Uno de los brâhmaòas presente en ésa asamblea fue Gopal Cakravarti, el
jefe-colector de impuestos y mensajero oficial del Muslîm badsah (gobernador),
quien vivió en el complejo residencial de Majumdara. Él no pudo tolerar el
comentario de Ärîla Haridâsa acerca de cómo cantando el Santo Nombre en
estado inclusive de nâma-bhasa o canto sin ofensa, ofrece liberación. Él
respondió disgustado:
“¡Oh asamblea de eruditos!, sólo escuchen las conclusiones de éste devoto
sentimental. Después de muchos millones de nacimientos, cuando uno
adquiere conocimiento completo aún así pueda que uno no adquiera
liberación, y éste hombre dice que uno lo obtiene simplemente por el
despertar de un destello del Santo Nombre (nâma-bhasa).
Haridâsa Ùhâkura dijo, “¿Por qué estás dudoso? Las Escrituras reveladas
dicen que uno puede lograr la liberación simplemente en las primeras
indicaciones del canto sin ofensas del Santo Nombre. Para un devoto quien
goce de la bienaventuranza transcendental del servicio devocional, liberación
es lo más insignificante, por lo tanto el devoto puro nunca desea lograr
liberación.
“Mi querido Señor, ¡Oh maestro del universo!, ya que Te he visto
directamente, mi bienaventuranza transcendental ha tomado la forma de un
gran océano. Estando situado en ése océano, realizo cualquier otra llamada
felicidad, incluso Brahmânanda (bienaventuranza del Brahmân), como un
charquito de agua contenido en las huellas de la pezuña de un ternero”. (Hari
Bhakti Sudhodaya 14/36)
El brâhmaòa dijo, “Si uno no es liberado por nâma-bhasa, entonces usted
puede estar seguro de que le cortaré su nariz”.
Aceptando el desafío Haridâsa respondió, “Si con nâma-bhasa no se logra
liberación, entonces me cortaré mi nariz”(C.C. Antya 3/193-199)
Toda la asamblea quedó boquiabierta de asombro, se registraron protestas
de escándalo por el hecho de que cualquier persona pudiera hablarle a Ärîla
Haridâsa en forma tan irreverente.. Los antiguos Majumdaras se sintieron
ofendidos, ellos comenzaron a castigar severamente a Gopala; Balarâma
Âcârya reprendió: “Tu eres sólo un lógico tonto, enredado en retórica absurda,
¿qué conoces a cerca del proceso de rendición devocional? ¡Tienes la audacia
de insultar a Ärîla Haridâsa! Tu curso suicida terminará en condena! La buena
fortuna te ha abandonado”.
Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja usa el término “ghata-patîya” para describir a
Gopala Cakravarti. Significa un lógico enredado en sutilezas de retórica acerca
del pote y la tierra, con unas cuantas páginas de aprendizaje, semejante
panàîta se atreve a reprender en forma grosera a una alma santa como Ärîla
Haridâsa, los Majumdaras cortaron toda conexión con él. Él mismo se expuso
ante todos, que él era un ofensor del Santo Nombre. Él no tenia fe que el Santo
Nombre es omnipotente y transcendental.
Cuando Gopala Cakravarti dejó la sala, todos, dirigidos por los Majumdaras,
se tiraron a los pies de Ärîla Haridâsa implorando perdón. Ärîla Haridâsa nunca
ve falta en otros, sonrió compasivamente y dijo:
“Ninguno de ustedes está en falta. En verdad, incluyendo a éste ignorante
mal llamado brâhmaòa no esta en falta por que él está acostumbrado a la
especulación simplista y lógica. Uno no puede entender las glorias del Santo
Nombre simplemente por lógica y argumentos. Por lo tanto éste hombre no
tiene posibilidades para medir las glorias del Santo Nombre. Todos ustedes
pueden irse a sus casas. Que el Señor Kèëòa otorgue Sus bendiciones sobre
ustedes. No sientan pena por habérseme insultado”. (C.C. Antya 3/205-207)
Todos se dispersaron y se fueron para sus casas. Hiranya y Govardhana
juraron nunca más asociarse con ese brâhmaòa ofensor de un vaiëòava. Las
reacciones por haber cometido nâma-aparâdha no tomó mucho tiempo
incubándose:
“En un período de tres días ese brâhmaòa estaba infectado con lepra y como
resultado de esto su nariz se derritió y se cayó. Los dedos y extremidades del
brâhmaòa los cuales estaban delicados como los capullos de la campaka, se
consumieron y debilitaron en sepas. La gente estaba temerosa y asombrada
de ver éste fenómeno, ellos alabaron la influencia espiritual de Ärîla Haridâsa y
le ofrecieron reverencias. Aunque Haridâsa, como un vaiëòava, no tomó
seriamente la ofensa del brâhmaòa, la Suprema Personalidad de Dios no pudo
tolerarlo, e hizo que el brâhmaòa sufriera las consecuencias. Una característica
de un devoto puro es que él excusa las ofensas de un bribón ignorante, las
características de Kèëòa, sin embargo, es que Él no puede tolerar blasfemia
contra Sus devotos”. (C.C. Antya 3/209-213)
Cuando Ärîla Haridâsa supo que Gopala había contraído lepra se entristeció
profundamente. Él dejó la casa de Balarâma Âcârya y viajó a la casa de Ärîla
Advaita Âcârya en Santipûra. Ärîla Haridâsa se postró ante el Âcârya y Ärîla
Advaita lo levantó y lo abrazó amorosamente dándole la bienvenida con
honores y deferencia. Ärîla Advaita construyó una choza sobre la ribera del
Ganges e hizo los arreglos para que condujera su meditación y adoración en
soledad pacífica. Ärîla Haridâsa continúo su rutina diaria del canto intensivo,
honrando prasâda en la casa de Ärîla Advaita, oyendo el Gîtâ y Bhâgavatam de
Ärîla Advaita. Así ambos experimentaron inefable felicidad discutiendo acerca
del Señor Supremo.

Capítulo Ocho

ÄRÎ GARUÀA
EL TRANSPORTADOR DIVINO DE VIËÒU
Las consecuencias y castigos por ofender a un vaiëòava digno y puro son
extremadamente severos. Un grande y poderoso yogui se cae de su status al
verse implicado públicamente en vida sexual y pierde todos los poderes
yógicos. La historia del famoso Saubhari Èëi en el Ärîmad Bhâgavatam ilustra
este punto. (Canto 9, C. 6 Canto 10 C. 16 y 17 es narrado para comprobar este
punto).
El gran rey Mahârâja Yuvânaäva, progenitor de Ambarîëa Mahârâja, no tuvo
hijos. Él trató por todos los medio posibles engendrar un hijo por medio de sus
cien esposas pero no tuvo éxito. Completamente descorazonado se retiró al
bosque. Cumpliendo con sus deberes, sus esposas lo siguieron. Pero todo era
taciturno. Los sabios en el bosque, quienes por naturaleza eran compasivos,
iniciaron el Indra-yajña, y asi el Señor Indra diera bendiciones al rey y tuviera
un hijo. Ellos ejecutaron el sacrificio con mucha atención y cuidado.
Fue dejada en el area de sacrificio una jarra de agua, para ser tomada por
las principales reinas del rey para fertilizarlas, una noche, el rey despertó de
su sueño con sed. Buscando agua encontró la jarra de agua y se tomó todo su
contenido. A la mañana siguiente los sabios se alarmaron cuando encontraron
la jarra vacía. Preguntando más adelante encontraron que el rey se había
tomado el agua. Ellos entendieron inmediatamente que esto pudo solamente
haber ocurrido por la intervención del Supremo Controlador. Ellos ofrecieron
oraciones al Señor en su acto divino, y glorificando Su forma misteriosa la que
estaba fuera del alcance del intelecto humano.
A su debido tiempo, un hijo exquisito con todas las marcas de un príncipe
poderoso apareció por el lado bajo derecho del abdomen del rey Yuvanasva. El
niño lloraba continuamente de hambre por la leche de pecho. Los sabios
estaban en un dilema sobre como alimentar al niño. Fue entonces cuando el
Señor Indra, quien fue adorado en el yajña apareció y consoló al niño que
lloraba. Él le ofreció su dedo índice para chuparlo diciendo -“Tu puedes
tomarme” (mandhata). Por esto al príncipe se le conoció como Mandhata.
Aunque el niño nació por medio de una perforación en la parte baja del
abdomen del rey Yuvanasva, el rey no murió debido a la gracia y bendiciones
de los sabios. De allí en adelante el rey permaneció en ese lugar y ejecutó
severas austeridades, logrando finalmente la perfección yógica. El niño creció
y fue un rey extremadamente poderoso, gobernando sin ayuda el mundo
entero. Él sacó fuerzas del Supremo Señor Viëòu y ejerció dominio sobre todas
las siete islas (Jambû, Plakëa, Äâlmali, Kuäa, Krauñca, Äâka, Puëkara) que
componía éste planeta Tierra. Demonios poderosos como Râvana fueron
siempre temerosos de él y por esto el Señor Indra lo llamó Trasaddasyu (uno
que infunde temor en los rateros y delincuentes).
El emperador Mandhata repartió inmensa caridad y ejecutó yajñas para
satisfacer y adorar a la Suprema Persona, el Señor Viëòu. Él engendró tres
hijos y cincuenta hijas con su esposa Bindu mati, la hija de Sasabindu. Los hijos
fueron Purukutsa, Ambarîëa y Mucukunda -el gran místico. La historia de
Saubhari Èëi se narra en los versos siguientes:
Saubhari Muni ejecutaba rigurosas austeridades bajo la profundidad del agua
del río Yamunâ. Un día su atención la distrajo un par de peces, macho y
hembra, quienes gozaban apareados. La lujuria latente en el Èëi se despertó y
salió del nacimiento del río y fue a Mathurâ. Él se acercó al Emperador
Mandhata y le pidió la mano en matrimonio de una de sus hijas. El Emperador
le dijo que en una función especial donde todas sus hijas estarán presentes,
cualquiera de ellas estaría en libertad de escoger el sabio por esposo.
Saubhari Èëi pensó: “Yo estoy viejo, arrugado, canoso y un hombre de
austeridades así no es un atractivo o prospecto de novio para una joven
princesa soltera. Por lo tanto debo ponerme tan buen mozo que, inclusive las
doncellas celestiales soñarán por tenerme como su esposo”. Así, con los
poderes ganados por medio de estrictas penitencias él se trasformó en un
robusto joven con mirada embrujadora.
Cuando la guardia real lo acompaño a entrar, todas las cincuenta princesas
lo encontraron tan irresistiblemente atractivo que entre ellas pelearon
queriendo todas casarse con él. Saubhari Èëi construyó para sus cincuenta
esposas un magnífico palacio tan esplendoroso que el palacio de Indra lucia
falto de brillo. El Emperador Mandhata se atemorizó por la opulencia
doméstica. Él se sintió desnudo en comparación al estilo de vida de la familia
real del Èëi y se vió obligado a reconocer su error muy a pesar de su inmenso
imperio.
Aunque Saubhari estaba rodeado por un lujo fantástico y mucho gozo, dentro
de sí él no se sentía satisfecho, ni en paz consigo mismo. Como la mantequilla
alimenta el fuego, la gratificación de los sentidos aumenta los deseos
lujuriosos del hombre. Él buscaba un lugar solitario y reflexionaba:
“¡Ay! ¡Ay! Yo soy la causa de mi caída. Sintiéndome atraído por la vida
sexual al observar a dos peces apareados he desertado el camino de la buena
fortuna. Yo me comporté ofensivamente con el gran devoto Garuàa, causando
así mi desviación. Para proteger los peces yo le prohibí atacarlos en el
Yamunâ”.
¡Oh pobladores del mundo! Vean el espectáculo de mi denigración. Yo
estaba firmemente situado en mis prácticas espirituales bajo el agua por
muchos años, pero la simple vista de dos peces copulando, anuló, debido al
pensamiento por asociación, todas mis resoluciones y votos. Aquellos que
están deseosos de liberación deben poner atención de mi ejemplo y no
asociarse con gente de mente mundana apegados a la familia y al sexo. No
permitas que tus sentidos moren en objetos de los sentidos externos. Busca
paz y tranquilidad y protege tu corazón y mente en constante meditación en
el Supremo Señor Hari. Y si el anhelo por asociación es indomable entonces
asóciate con almas santas quienes han tomado refugio en los pies de loto del
Señor.
“En verdad, anteriormente yo también estaba apegado al sendero solitario
de la profunda y constante meditación en el Señor Hari. Pero el asunto sexual
de dos peces me arrastró al enredo familiar. Yo me casé con cincuenta esposas
y tuve cien hijos con cada esposa. Las modalidades de la naturaleza material
han corrompido mi conciencia y me he vuelto atraído por la fantasmagoría
mundana, por lo que no veo fin a mis deseos materiales de gozo en esta vida o
en la próxima”.
Saubhari Èëi pasó sus días en lamentación. Luego él sintió la urgencia de
desprenderse de la familia y así él tomó los votos de vanaprastha y se internó
en el bosque.
Saubhari, un conocedor del ser comenzó a practicar penitencias y severas
austeridades para realizar la máxima meta. En la hora de la muerte cuando él
fue enviado a las llamas se inmoló en el servicio de la Superalma, Paramâtmâ,
Sus esposas también alcanzaron la misma meta espiritual ya que ellas
fueron esposas devotas quienes le sirvieron lealmente hasta el fin. Ellas fueron
naturalmente ayudadas por los poderes espirituales de su esposo para el logro
del destino supremo. Después de narrar la historia de la caída inicial de
Saubhari Èëi y su final liberación nos vamos al Décimo Canto del Ärîmad
Bhâgavatam para aprender como las ofensas de Saubhari Èëi, en contra del
devoto puro Garuàa ocasionó su democión desastrosa del sendero de la
liberación.
En la mitad del río Yamunâ, en Vèndâvan estaba un lago grande y profundo.
La corriente del río fluía alrededor del lago sin tocar sus aguas, de otra manera
la corriente del río en Mathurâ y demás habría sido envenenada con el veneno
de la serpiente Kâlîya haciendo fatal su uso. Cuando el gran sabio Saubhari
comenzó sus austeridades en este lago, Kâlîya no se había residenciado allí
todavía.
La isla de Jambudvîpa en éste planeta está dividida en nueve tierras
conocidas como varsas: Ilavèta Kimpûrnsa, Hari, Ramya, Râmanaka,
Bhaàrasva, Ketumalâ Hiranmâyâ y Ajaôabha, las cuales posteriormente,
después del Rey Bhârata, cambiaron su nombre a Bhâratvarsa. En la mitad de
ésas nueve tierras había un gran océano con la isla de Râmanaka en el medio,
-habitada por serpientes. Los residentes humanos de ésta isla, temiéndole a
las serpientes, le ofrecían alimentos mensualmente los que colocaban
fijamente en las raíces de grandes árboles. Cada una de las serpientes a su
turno, ofrecían en cada noche de luna nueva y luna llena, una porción de su
colección a Garuàa, para aplacarlo.
Kâlîya, una culebra grande hija de Kadru, era orgullosa y arrogante de su
fuerza y de su peligroso veneno. Él rehusó ofrecerle porción alguòa a Garuàa.
Cuando el poderoso y valiente Garuàa, un devoto puro del Señor Viëòu supo de
esto se encolerizó y se abalanzó hacia abajo con sorprendente velocidad para
agarrar a Kâlîya. Kâlîya no se dejó acobardar por Garuàa y rechazó el ataque
vomitando veneno con una sorprendente prontitud. Pero Garuàa, el
transportador personal del Señor, también conocido como “Madhusudanasana”
o el vehículo del Señor Madhusudana, Hari, comenzó a golpear tan fuerte con
sus garras doradas brillantes que Kâlîya corrió por temor a su vida. Kâlîya
sabia que a Garuàa le fue prohibido entrar en el lago en el Yamunâ lo que él
aprovechó para tomar refugio en sus profundas aguas.
¿Por qué estaba éste lago fuera de las fronteras para el poderoso Garuàa? El
gran sabio Saubhari estaba practicando austeridades por muchos años.
Algunas veces bajo la profundidad del agua y otras veces levitando
exactamente sobre la superficie de éste lago. Un día, hambriento Garuàa se
zambulló en el lago a pesar de estar proscrito por Saubhari y pescó un pez
grande de mucho sabor para los pájaros. Los peces más pequeños alarmados y
asustados viendo a su pez rey siendo fácilmente devorado. Saubhari Èëi,
sintiendo compasión por las criaturas marinas más pequeñas y tratando de
protegerlas de mayores angustias le dijo el siguiente verso a Garuàa:
“En verdad te digo, si en cualquier momento te atreves de nuevo a entrar en
éste lago con la intención de consumir pescado, inmediatamente perecerás”.
(S.B. 10/17/11)
En su comentario sobre ésta äloka Ärîla Viävanâtha Cakravarti Ùhâkura
escribe: Saubhari Èëi cometió dos ofensas en contra del gran devoto Garuàa:
ajnapradana (dando ordenes) y tadistâpratikûlya (actitud desfavorable hacía su
adorable Señor Supremo). Mientras que las dos ofensas culpables:
ajnalângìana (desobedeciendo ordenes) y prani-himsâna (muestra de violencia
contra otra criatura) que Garuàa había cometido, no lo podían acusar debido a
su exaltada y poderosa posición. Saubhari cometió una tercera ofensa: Él
maldijo a un digno y auto-realizado devoto. Pero desafortunadamente ésta
exhibición de compasión por los peces resultó en vano porque el veneno de
Kâlîya contaminó las aguas y todos los peces murieron de todas maneras
retorciéndose y agitándose en el dolor.
El significado de la maldición a Saubhari es que si Garuàa entraba al lago y
se comía los peces moriría inmediatamente, pero si entra y no come pescado
igualmente moriría, quizás no de inmediato. Por lo tanto la maldición dice que
si en cualquier momento Garuàa entra al lago morirá, el que coma pescado o
no, tiene consecuencia. Garuàa, sabiendo sobre ésta maldición nunca se
arriesgó dentro del lago. Kâlîya también sabía sobre ésta maldición, razón por
la cual, para escapar de Garuàa, se refugió en éste lago y desde ese momento
en adelante el lago es conocido como Kaliyadaha o Kâlîyahrada.
En un esfuerzo para mostrar misericordia por los peces, Saubhari se buscó
para sí mismo la terrible consecuencia de aparâdha contra un devoto puro.
Esto lo desterró del sendero de la auto-elevación y lo lanzó dentro de una larga
e infernal pesadilla en la forma de vida familiar adornada con placeres carnales
sin inhibición. Él permutó los ilimitados gozos de la realización transcendental
del brahmân por los efímeros cosquilleos de la carne. Él sufrió éste purgatorio
por largos años como resultado de su aparâdha. Luego, solo por su asociación
con Yamunâ-devi en Vèndâvana, cuando él había tomado refugio en sus aguas
mientras ejecutaba austeridades, que él estaba profundamente arrepentido y
pudo reanudar sus prácticas espirituales las cuales finalmente lo guiaron a la
liberación. Kèëòa, el Señor Supremo, el insuperable lleno de juventud hijo de
Nanda Mahârâja, el rey de Vraja, finalmente sojuzgó a Kâlîya. Un día, Kèëòa
fue con otros vaqueritos a darle de comer pasto a las vacas. Balarâma no pudo
acompañarlos ya que Él tuvo que quedarse y ejecutar rituales especiales y
adoración. Conforme la astrología, en ése día la misma situación astrológica
estuvo presente como en el día de Su nacimiento. Incidentalmente, en ésos
días cuando Balarâma estaba ausente, el travieso Ejecutor Divino,
invariablemente ocasionó cualquier tipo de caos.
Más detalles encontramos en el Canto 10, Capítulo 15 del Ärîmad
Bhâgavatam.
El grupo de jóvenes vaqueritos, las vacas y terneros iban hacía el lago en el
Yamunâ a buen paso, incitados por una sed extrema. El joven Kèëòa estaba
detrás, caminando sin prisa. Por la influencia de yoga-mâyâ, el grupo entero
estaba irresistiblemente atraído al lago y ellos en forma sedienta bebieron las
aguas tóxicas contaminadas por el veneno de Kâlîya. Inmediatamente después
de haber tomado agua, los jóvenes vaqueritos amigos de Kèëòa, todas las
vacas y terneros cayeron inconscientes, listos para echar su último suspiro.
La suprema mística de Kèëòa, siempre protectora de sus devotos, al ver la
condición de sus queridos amigos y compañeros de juego y las indefensas
vacas, lanzó Su mirada de inmortalidad (amèta-vaèëini dèsti) en ellos,
trayéndolos de inmediato de vuelta a la vida. En verdad, los vaqueritos y los
terneros eran todos seres perfectos (nityasiddhâ) por lo tanto su condición
cercana a la muerte fue un arreglo de yoga mâyâ con el propósito de
manifestar los pasatiempos de Kèëòa. Cuando los vaqueritos se levantaron y
miraron alrededor, los unos a los otros en asombro, dijeron: Nosotros
creiamos que estábamos muertos, ¿cómo resucitamos? ¿Alguien nos dio la
propia medicina o cantó el mantra apropiado para contrarrestar el veneno?
Finalmente ellos concluyeron que su salvador no fue otro que Kèëòa quien
los hizo regresar a la vida con Su mirada inmortal.
Un día Kèëòa decidió purîficar el lago Yamunâ envenenado por Kâlîya. Él
escogió un día cuando Balarâma no lo podía acompañar. Él se subió en el árbol
Kadamba en la ribera del lago y saltó dentro de las nocivas aguas. Él comenzó
a nadar, chapoteando en el agua felizmente. La serpiente Kâlîya había
usurpado el lago a la fuerza, considerándolo su dominio. Los deportes
acuáticos de Kèëòa enfurecieron a Kâlîya quien atacó a Kèëòa, capturándolo y
amarrándolo en sus anillos negros, y simultáneamente comenzó en forma
repetida a hundir sus colmillos en Él.
Los amigos de Kèëòa, los vaqueritos viéndolo a Él desaparecer en esos
grandes y siniestros colmillos se llenaron de inmenso temor y cayeron
desmâyâdos al suelo. Mientras tanto, los residentes de Vraja (Vrajabasi),
quienes consideraban a Kèëòa su vida y su alma, vieron signos de mal agüero
alrededor. Ellos dijeron: “Hoy Balarâma no llevó a las vacas a pastar, sólo Dios
sabe que peligro lo acecha en el campo”. (S. B. 10/16/13)
Los Vrajabasis comenzaron a seguir las huellas de Kèëòa. Sus corazones
latían como un tambor grande y con extremidades temblorosas ellos se
acercaron a las riberas del Yamunâ.
Cuando ellos vieron a su querido Kèëòa aplastado entre los anillos venenoso
de Kâlîya de inmediato se desmayaron. Algunos se prepararon para lanzarse al
agua haciendo un heroico intento de salvar a su amado. Pero Balarâma, quien
conocía los divinos poderes de Kèëòa, los interceptó y razonó con ellos para
que desistieran de semejante acción. Saltar dentro del agua es suicida,
además Él estaba absolutamente seguro de que Kèëòa podía fácilmente tomar
control de la situación.
Alrededor del lago ningún árbol, planta o enredadera podía crecer debido a
los nocivos gases que emanaban del agua. Solo un solitario árbol de Kadamba
permaneció en la ribera como un centinela debido a su buena fortuna de ser el
futuro recipiente del toque de los pies de loto de Kèëòa o como lo certifican los
Purâòas, debido a que Garuàa habiéndose sentado sobre sus râmas con el pote
de néctar de la inmortalidad, los gases tóxicos no produjeron ningún efecto en
éste árbol de Kadamba.
El veneno de Kâlîya tampoco pudo afectar a los queridos amigos y parientes
de Kèëòa (los Vrajabasis).
Cuando Kèëòa vio que los Vrajabasis, especialmente Su padre, madre y
amigos estaban en condiciones críticas, Él hizo pedazos los tortuosos anillos
alrededor de Él y se liberó de ellos. Kèëòa, el bailador sublime y la musa
original de las artes comenzó a hacer cabriolas sobre las cientos de capuchas
de Kâlîya. Los ciudadanos celestiales aparecieron en el firmamento y tocaron
instrumentos musicales, tocaron sus tambores y derramaron confetis
(papelitos) de flores sobre el Divino bailador. Ellos cantaron himnos
glorificando al Señor Supremo y ofrecieron las más escogidas oraciones en
alabanza.
Kâlîya se había vuelto tan insolente que él rehusó siempre inclinar su cabeza
ante nadie. Ahora, Kèëòa, en cada paso, aplastaba sus capuchas sometiéndolo.
Kèëòa rompe el orgullo de todos. Kâlîya comenzó a vomitar sangre por su boca
y narices. Kèëòa continuó bailando, como el baile de la destrucción (tandava)
del Señor Äiva, y las capuchas de Kâlîya languidecían completamente
debilitados por la pelea. Kâlîya realizó que él se había encontrado con su
pareja y así recordó al Guru de toda la creación, el Señor Nârâyaòa y buscó Su
refugio. Las esposas piadosas de Kâlîya enviaron a sus hijos a orar a Kèëòa
rogándole por la vida de Kâlîya y ellos mismos le ofrecieron himnos y oraciones
a los pies de loto de Kèëòa.
Las esposas oraron:
“¡Oh munificente Señor! Tu encarnaste en éste mundo para someter y
enseñar a los bribones traviesos. El castigo que le has dado a nuestro esposo
es apropiado y justo. Ves con igual visión tanto a Tus enemigos como a tus
seres queridos. Por lo tanto nosotras, almas caídas y desdichadas,
reconocemos tus acciones punitivas como impulsadas por Tu compasión por
nosotras. Los atroces pecados resultado de haber adquirido nuestro esposo
ésta espantosa forma de serpiente ha sido anulado por el toque divino del
polvo de Sus pies de loto. Y Su ira transcendental en este contexto es en efecto
Tu benigna gracia sobre nosotras.
Pensamos que nuestro esposo debió haberse entregado a difíciles
austeridades con gran humildad en su previo nacimiento o ejecutado obras
altruistas para el beneficio de la sociedad entera, de otra manera ¿cómo
puedes estar satisfecho con él? La más piadosa Lakëmîdevî renunció a todos
los apegos materiales y observó votos estrictos meditando por largos años
para tener el polvo de tus pies de loto. Más allá de toda comprensión está lo
que nuestro esposo ha ejecutado o qué votos ha observado para haber podido
volverse merecedor de ser tocado por Sus pies de loto, lo cual es lo más raro
de todas las bendiciones materiales. Por lo tanto, nuestra creencia firme y
unánime que es simplemente Tu ilimitada misericordia sin causa y no ninguòa
capacidad o resultado de austeridades que nuestro esposo posee, que él haya
recibido Tu gracia.
El ser tocado por Tus pies de loto es algo casi imposible incluso para el
altamente exaltado Señor Brahmâ. Lakëmîdevî, cuya eterna residencia es el
pecho del Señor Nârâyaòa ejecutó intensas y prolongadas austeridades pero
no pudieron recibir el toque de sus pies de loto. Pero a pesar de su repugnante
nacimiento, Kâlîya fue bendecido no solamente por el toque, sino también por
la suavidad del fugaz pataleo de rabia de sus pies de loto, bailando la pasmosa
danza de la destrucción sobre sus capuchas. En verdad esto es de lo más
asombroso, un millón de nacimientos piadosos nunca podría dar a una persona
éste inefable sentimiento de éxtasis del toque de Tus pies de loto.
Querido Señor! Nuestro esposo es como Tu hijo. Debido a su bajo nacimiento
como una serpiente, lo cual le da una odiosa y violenta naturaleza, él no
realiza Tus potencias supremas lo cual lo hace cometer ofensas a Tus pies de
loto. Por favor perdónalo. Tu eres el mantenedor de éste universo, nuestro
esposo ha abandonado su cuerpo el cual fue aplastado bajo Tus pies de loto.
Nosotras, las esposas desamparadas somos objeto de compasión por parte de
los santos misericordiosos, así te rogamos que el alma de nuestro esposo
pueda fluir hacia Tus pies de loto. Las jîvas se liberan ellas mismas de todos
sus temores simplemente por seguir lealmente Tus inequívocas instrucciones.
Nosotras somos Tus sirvientas, por favor instrúyenos manteniendo esto en
mente”.
El Señor Kèëòa estaba muy complacido oyendo las oraciones que salían del
corazón de éstas señoras piadosas, quienes eran extremadamente
devocionales. Él saltó al suelo de la casi muerta capucha de Kâlîya. La infinita
benevolencia del Señor comenzó a resucitar a Kâlîya. Él sentía que sus
sentidos despertaban y su respiración fluía más fácilmente. Su corazón
inundado de gratitud, las palmas cruzadas en oración, Kâlîya dijo:
“¡Oh Supremo Señor¡ Nosotros hemos nacido como serpientes en éste
mundo creado por Ti. Somos rencorosos, envidiosos, llenos de ira y damos
pasos en la modalidad de la ignorancia.
La naturaleza animal es como el planeta maléfico en el horóscopo de uno,
nunca se puede desmantelar. Estamos completamente engañados por Tu
potencia ilusoria, mâyâ. ¿Cómo podremos sacudirnos de ella? Nadie es
individualmente capaz de zafarse por si mismo de la influencia de mâyâ, salvo
y excepto por Tu benigna gracia. Por lo tanto trátanos de la manera que Tú
creas conveniente, ya sea indultándonos o castigándonos”.
A esto el Señor Supremo quien estaba ejecutando Sus pasatiempos
terrenales habiendo aceptado una forma humana contestó:
“¡Oh Serpiente!, no permanezcas más aquí. Toma a tus esposas, hijos,
equipo y parientes y sal inmediatamente para el océano. Los seres humanos,
vacas y terneros están siempre usando las aguas del Yamunâ. Cualquier
persona que recuerde o cante éstas instrucciones que Yo te he dado, nunca
más tendrá miedo de ti”. (S. B. 10/16/60-1)
Ärîla Viävanâtha Cakravarti Ùhâkura escribe en su comentario en el Ärî
Sararùha davsîni-tika.
“Los dos älokas juntos, comenzando con “natrâ stheyâm” y terminando con
“yusêad bhayâm-apnuyat”, son conjuros mágicos para la erradicación de un
reptil, especialmente la malignidad de una serpiente”.
El Señor Supremo continuó:
“Cualquier persona que después de un baño en éstas aguas sagradas, las
que son Mi lugar deportivo, ofrece sus aguas como oblación a los semidioses o
me adora y me recuerda a Mi manteniendo un ayuno, será absuelto de todos
sus pecados. Tu huiste de tu residencia en la isla de Râmanaka temiéndole a
Garuàa y tomaste refugio en éste lago, ahora el mismo Garuàa no comerá
nunca más viendo las marcas de Mis pies en tus capuchas”. (S. B. 10/16/62-63)
En la próxima äloka Ärîla Äukadeva Gosvâmî se dirige a Parîkëit Mahârâja:
“¡Oh rey!, habiendo sido dejado en libertad por Kèëòa, el ejecutor de actos
maravillosos (adbhutakarnana), Kâlîya y sus esposas adoraron al Señor
Supremo con gran reverencia y afecto”.(S. B. 10/16/64)
Ärîla Visvanatha Cakravarti explica en su comentario por qué Ärîla Äukadeva
se refiere a Kèëòa como “adbhutakarmana”:
“Primero, debido a que Kèëòa liberó a los Vrajabasis de la opresión de Kâlîya
y segundo, Él salvó a Kâlîya de los ataques de Garuàa. Por esos dos actos,
Kèëòa liberó a Kâlîya de dos aparâdhas: Ofensas perpetradas por él a Sus
amados residentes de Vraja y a los pies de loto de Garuàa, quien es Su devoto
querido. El Señor hizo esto simplemente por amor a Sus devotas rendidas, las
esposas de Kâlîya, quienes rogaron encarecidamente por la vida de Kâlîya”.
Kâlîya adoró a Kèëòa con profunda gratitud, orando:
“Mi querido Señor! Yo soy el epítome del pecado y la maldad. Por derramar
misericordia en mi, Tú has mostrado que Tú eres el epítome de la compasión.
De otra manera ¿cómo podría yo, en toda tu creación de este cosmos material
y la ilimitada expansión espiritual, ser quien lleve sobre mi cabeza las señales
sublimes de la pluma, la luz, aguijada, etc., de tus pies de loto? Por lo tanto mi
Señor por favor déjame junto con mis esposas embalsamar con pasta de
sándalo Tu cuerpo transcendental lavado con mi veneno. Permítenos adornarte
con seda fina, piedras preciosas, joyas, aceites fragantes y guirnaldas de flores
de loto, etc.”.
Kâlîya y sus esposas comenzaron a decorar y adorar al Señor Supremo
sintiendo una inexplicable alegría. Cuando el Señor expresó satisfacción y
placer, ellos dieron vueltas a Su alrededor ofreciéndole repetidas reverencias.
Luego, con el permiso del Señor, Kâlîya, acompañado por sus esposas, hijos y
parientes, salieron para la isla de Râmanaka. Inmediatamente después de su
partida, por la maravillosa gracia del Señor Supremo, las aguas del lago
Yamunâ se Purîficaron de todos los tóxicos y se tornaron en néctar dulce de la
inmortalidad.
Entre las joyas ofrecidas a Kèëòa durante la adoración estaba la kaustubha.
Mientras Kèëòa vencía a Kâlîya, el collar de kaustubha se salió de Su cuello sin
darse cuenta y fue a parar al fondo del agua dentro del tesoro de Kâlîya.
Cuando las esposas de Kâlîya estaban adornando a Kèëòa con gemas y
ornamentos ellas le ofrecieron el collar de kaustubha a Kèëòa, pensando que
les pertenecía a ellas. Sobre esta joya se escribe en el Ganoddesâ-dipika:
“La gema llamada kaustubha, la que había caído en el lago por deseo de
Kèëòa, y también por su deseo fue regalada a Él por medio de las manos de
las esposas de Kâlîya”.
Al momento de la partida de Kâlîya, el Supremo Señor, quien se transporta
en el gran pájaro Garuàa, puso Sus manos quitadoras de temor sobre la
cabeza de Kâlîya y disolvió todos sus dolores y golpeaduras que el había
sufrido en el proceso de subyugación. Kâlîya respondió diciendo:
“¡Oh Señor Supremo!, jinete de Garuàa, ahora yo también me he vuelto el
sirviente de Garuàa, mi hermano mayor. Si alguòa vez Tu requieres viajar
lejos, por favor piensa en éste sirviente de Tu sirviente, quien te puede
transportar como Tu humilde transportador, un millón de millas en cosa de
momentos”.
Esta declaración, como también el hecho de que Kèëòa por ordenes de
Kamsa había viajado a Mathurâ sobre Kâlîya, está anotado en diferentes
Purâòas.
Este incidente tomado de el Ärîmad Bhâgavatam ofrece una profunda
penetración sobre el manejo sutil de una ofensa a un vaiëòava (vaiëòava-
aparâdha). El poderoso sabio Saubhari cometió una grave ofensa a los pies de
Garuàa, un devoto puro del Señor, simplemente para mostrar simpatía a los
peces. En el proceso, él no solamente, indirectamente, orquestó la extinción
masiva de las criaturas acuáticas viviendo en el lago Yamunâ, sino que
también fue la causa del angustioso hostigamiento de los Vrajabasis quienes
no podían tener acceso a sus aguas sin poner en peligro sus vidas. Así
Saubhari ofendió inclusive a los Vrajabasis, tan queridos a Kèëòa.
En lo referente a su vida personal, Saubhari se cayó del sendero del yoga,
neutralizando todo su avance espiritual. Él se degeneró en un disfrutador
mundano de los placeres sexuales por un prolongado número de años,
atrayendo sobre sí innumerables deseos insaciables.
Por lo tanto, después de mucho trabajo laborioso y muchas pruebas durante
muchos años, el recuperó su status espiritual por la misericordia de
Vèndâvana-dhâma y Yamunâ-devi. Pero en lo referente a saborear el néctar
del Kèëòa-bhakti, no hizo ningún esfuerzo visible. Mientras que Kâlîya, aunque
originalmente un individuo envidioso y caprichoso fue ayudado por los buenos
deseos de sus esposas quienes eran profundamente devocionales, quienes
atrajeron la misericordia del Supremo Señor Kèëòa, trayéndole a él todo fervor
auspicioso y devocional.
Debemos tener presente que es casi una tarea imposible lograr liberarse de las
consecuencias de vaiëòava-aparâdha. Si no se tiene un remordimiento intenso
y profundo en el corazón, y sin rendirse incondicionalmente a los pies del
devoto del Señor quien fue el blanco de blasfemia, por ello satisfaciendo y
apaciguándolo completamente, el ofensor nunca puede ser exonerado de
vaiëòava-aparâdha. Desprovisto del perdón total del vaiëòava ofendido, todos
los esfuerzos y prácticas espirituales son infructuosos y en vano.

Capítulo Nueve

EL REY VAIËÒAVA

AMBARISH MAHÂRÂJA
A menudo oímos ésta declaración de aflicción: ¿Qué es eso que no deja
desarrollar un gusto por el canto del Santo Nombre? El compasivo Ärîla
Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî, quien se aflige ante el sufrimiento de otros, ha
respondido este interrogante en forma sucinta y precisa por medio de versos
simples en el Caitanya Caritamèta, Adi-lîlâ, capítulo octavo. Si somos
verdaderamente sinceros y deseosos de absorvernos en bhajana, debemos
repetidamente referirnos a esta sección y tratar de seguir sus instrucciones.
Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura escribe en el resumen de este capítulo:
“El octavo capítulo describe las glorias de Ärî Caitanya Mahâprabhu y Ärî
Nityânanda Prabhu. Incluso si uno canta los Santos Nombres nacimiento tras
nacimiento pero con ofensas (con nâma-aparâdha) él se priva de recibir amor
de Dios. Esto nos lleva a la conclusión, que los síntomas de éxtasis del cuerpo
(aëùa-sâttvika-vikâra), si son exhibidos por personas quienes cantan con
nâma-aparâdha, son artificiales y con intención de engañar. Quien repita los
nombres del Señor Caitanya y del Señor Nityânanda (Pañca-tattva) rendido por
completo, con sentimientos de sincero regocijo, el panca-tattva purga su
corazón de todas las aparâdhas para luego experimentar resurgente amor por
el Santo Nombre de Kèëòa”.
Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja escribe:
“Los argumentos basados en la educación cultivada por los eruditos quienes
no creen las declaraciones del Caitanya Caritamèta son como el tumultuoso
croar de las ranas. Quien no acepte las glorias del Pañca-tattva pero continua
haciendo un espectáculo de servicio devocional a Kèëòa nunca puede lograr la
misericordia de Kèëòa ni tampoco avanza a la última meta espiritual.
Anteriormente, reyes como Jarâsandha (suegro de Kaêsa) estrictamente
seguía los rituales védicos adorando al Señor Viëòu. Pero él (Jarâsandha) o
cualquier otro que no acepte a Kèëòa como la Suprema Personalidad de Dios
es ciertamente un demonio. Similarmente cualquier persona que no acepte a
Ärî Caitanya Mahâprabhu como Kèëòa, la misma Suprema Personalidad,
también es un demonio”. (C.C. Adi 8/6-9)
Ärîla Bhaktivinoda explica los significados de 'e-sab' en su amèta-pravâha-
bhâëya (a.p.b.):
“Quien no acepte las glorias del Pañca-tattva y se dedique al servicio
devocional de Kèëòa nunca puede atraer la misericordia de Kèëòa”.
El Supremo Dios Kèëòa, la personificación del Panca-tattva, aparece como el
Señor Caitanya para la enseñanza personal del Kèëòa-bhakti con el ejemplo a
todo el mundo.
Por lo tanto, si no aceptamos las enseñanzas de Ärî Caitanya, ¿cómo
podemos fijarnos en lo que es la esencia cristalizada de la filosofía y práctica
del Kèëòa-bhakti? Aquí se cita a Jarâsandha como un ejemplo.
Ärîla Bhaktisiddhânta Prabhupâda escribió en su comentario del 'anubhasya':
“El Rey Jarâsandha adoraba al Señor Viëòu con sus rituales védicos y
mantras, pero debido a que él era enemigo o más bien apático hacia el Señor
Kèëòa, el origen del Señor Viëòu y la cima de la divinidad entre todas las
divinidades, su espectáculo de religiosidad no era mejor que sus ritos
demoniacos. Similarmente, los empeños de la jîva en adorar al Señor Viëòu en
un estado de olvido de su infinitesimal estatura espiritual y de su eterna
posición como sirviente de Ärî Caitanya Mahâprabhu, causa caos en la
sociedad, debido a que tal adoración es equivalente a ritos demoníacos
sencillamente una práctica no-vaiëòava”.

Quedé aquí
La Divina forma de Ärî Caitanya Mahâprabhu es la amalgama de los cuerpos
transcendentales del Supremo Señor Kèëòa y Ärîmati Râdhârâòî, por lo tanto,
en la plataforma de la verdad espiritual absoluta Él no es diferente de Râdhâ y
Kèëòa. Él apareció en Kali-yuga para revelarnos el proceso transcendental del
bhajan esotérico (adoración y meditación) a la divina pareja Ärî Râdhâ y Kèëòa,
y para este propósito Él escoge desempeñar el papel de un devoto puro como
se mencionó en el Caitanya Caritamèta: “apani acari dharma jîvere äikhâye”.
¿Cuál fue la necesidad por la cual el Supremo Dios abrazó la orden de
sannyâsa? Ninguna, más debido a que la gente en general por naturaleza
respetan mucho a un sannyâsî y por ofrecerles reverencias a Él se alivian sus
sufrimientos, con éste pensamiento en mente el Señor Caitanya se volvió un
sannyâsî, Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja amargamente se lamenta diciendo:
“Quien es irrespetuoso al más munificente Señor, Ärî Caitanya Mahâprabhu,
y no lo adora debe ser considerado un demonio, aun cuando él tenga una
posición exaltada en sociedad. Por lo tanto, yo digo de nuevo con los brazos
levantados: ¡Oh semejantes!, por favor adoren a Ärî Caitanya y Ärî Nityânanda
y dejen a un lado todo sofisma y argumentos inútiles.”
Los amantes de la lógica afirman: “A no ser de que haya una prueba
concluyente por medio de la lógica y argumentos sobre cual Deidad adorar,
¿cómo puede alguien decidir? Si estás verdaderamente impresionado con
lógica y retórica entonces aplica las mismas en el tema de la misericordia de
Ärî Caitanya. Si así lo haces, encontrarás que es extraordinariamente
maravilloso”. (C.C. adi 8/12-15)
Los significados de estos versos han sido elaborados por Ärîla
Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda en su comentario; 'anubhasya'. Él dice
que los lógicos primeramente dependen de inferencias y evidencias directas
para apoyar sus argumentos. El punto a examinar es que deducciones eruditas
o académicas no son lo suficientemente concluyentes para establecer la
verdad en forma inequívoca. En cuanto a las deducciones no-académicas y
especulativas del alma condicionada ignorante, ellas nunca pueden acercarse
a la verdad. Sin embargo, si una persona conocedora y afortunada fuera a
juzgar imparcialmente la magnitud de la magnanimidad de Caitanya
Mahâprabhu y comparamos con cualquier otra de cualquier otro ser humano o
cualquier otra divinidad (Viëòu-tattva) o la lista entera de encarnaciones de
Dios o para tal efecto, con la fuente de todas las encarnaciones, el Señor
Kèëòa Mismo, Él unánimemente concluye que la misericordia del Señor
Caitanya es decididamente más grande y más sorprendentemente maravillosa.
Por lo tanto, a pesar de conocer esta verdad si uno disminuye la
responsabilidad de seguir la instrucción del Señor Caitanya, entonces:
“Una persona se puede empeñar en oír y cantar por muchas vidas, pero aún
el no puede lograr el tesoro inestimable de amor divino por los pies de loto de
Kèëòa. (C.C. Adi 8/16)
Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura escribió en su comentario
'anubhasya':
“Si una persona se dedica al servicio devocional por muchas vidas,
comenzando con oír y cantar, pero sin tomar refugio a los pies de loto de Ärî
Caitanya, le es imposible obtener el amor de Dios, Kèëòa”.
Conforme a las enseñanzas de Ärî Caitanya, aquellos más humildes que una
brizna de grama y más tolerantes que un árbol, que no anhelan respeto para sí
pero siempre listos para ofrecer respeto a otros sin desear reconocimiento
material o prestigio, son liberados de las garras de las diez ofensas (nâma-
aparâdhas). Ellos pueden cantar continuamente y son bendecidos con el amor
de Dios.
Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura escribió en A.P.B.:
“Si una persona, contaminada con los diez nâma-aparâdhas, oye y canta
durante innumerables vidas, el no desarrollará su amor dormido por Kèëòa”.
Para destacar la gravedad de vaiëòava-aparâdha, la primera de las diez
ofensas, la historia de Ambarîëa Mahârâja y Durvâsâ Muni, Ärîmad
Bhâgavatam, Canto 19, Capitulos 4-5. En el séptimo manvantara, Vaivaävaùa
Sraddìadeva fue el séptimo Manu. Su hijo fue Nabhâga y su nieto Nabhâga. El
exaltado y devoto puro Ambarîëa era el hijo de Nabhâga. Su pureza podía
evitar la inescapable e irrevocable maldición Brahmâ-sapa.
Ambarîëa Mahârâja fue un alma infinitamente afortunada. Él gobernó por
completo y sin ayuda este planeta que consta de siete islas. Él fue el
propietario de inagotable riqueza y tesoros. Aún así, él trató sus fabulosas pero
efímeras posesiones materiales con desdén. Habiendo cultivado amor profundo
por el Señor Supremo y una afección simpática por los devotos del Señor y
santos, el consideró el mundo y todo su atractivo como basura.
Él absorbía su mente meditando en los pies de loto de Kèëòa, su habla para
glorificar las cualidades de Kèëòa, sus manos en limpiar el templo de Kèëòa y
otros servicios domésticos al Señor, sus sentidos auditivos en oír tópicos sobre
la conciencia de Kèëòa, su visión para ver la forma de la Deidad del Señor, los
lugares santos de los pasatiempos del Señor y los vaiëòavas, el sentido del
tacto, para servir los sentidos de los vaiëòavas y las Deidades, el sentido del
olfato para oler a Tulasî, incienso, flores, etc. ofrecidas al Señor, saboreando
alimentos ofrecidos a Kèëòa, sus piernas para darle la vuelta al templo y a las
damas, su torso y cabeza para ofrecer reverencias al Señor. Él enlaza sus
deseos para el logro del servicio devocional puro al Señor para poder recibir la
gracia del Señor y nada de disfrute de los sentidos materiales como
retribución. Así, si cualquiera dedica todos sus sentidos, cuerpo, mente y
palabras en el servicio del Señor, entonces él pronto desarrolla atracción por el
humor devocional de los asociados puros del Señor y por el Supremo Señor
Mismo.
Los ministros-devotos y eruditos brâhmaòas quienes eran los bienquerientes
de los reyes aconsejaron a Ambarîëa Mahârâja como administrar los asuntos
del imperio. El emperador no se empeñaba personalmente en rituales piadosos
y fruitivos como yajña, sino que se los dejaba a los brâhmaòas calificados
como Vasiëùha, Asiùa, Gautâma y otros. Él se mantenía libre de todas esas
actividades para así poder absorberse en el servicio devocional puro al
Supremo Señor. La Suprema Personalidad de Dios, Ärî Hari, estando
complacido en extremo con Ambarîëa y su solo objetivo, devoción, lo dotó con
la protección de Su sudarshan-cakra que siempre está lista para resguardar a
los devotos del Señor de cualquier daño y que asume la forma terrorífica de un
destructor contra las fuerzas enemigas y maléficas. Su darshana estaba
siempre al lado de Ambarîëa.
Para satisfacer al Señor Kèëòa, Ambarîëa Mahârâja acompañado por su
reina, quien también era una devota calificada, observó los votos de Ekâdaäî y
dvâdaäî por un año en Mathurâ, en las riberas del Yamunâ. Al final de la vrata,
en el mes de kârtika, después de un ayuno de tres noches, Ambarîëa se bañó
en el Yamunâ y fue a Madìuvana (Vèndâvana) para adorar a Kèëòa. Ärîla
Viävanâtha Chakravartî Ùhâkura escribió en su comentario:
“Mahârâja Ambarîëa observó Ekâdaäî-vrata a lo largo de su vida. Aun así él
desarrolló el anhelo de observar lo mismo por un año en Mathurâ-dhâma. Al
final de este vrata se recomienda un ayuno de tres noches. Esto significa,
comer (haviëyânna) simple prasâdam sobre el dâsami y dvâdaäî una vez al
mediodía y guardar ayuno seco durante todo el ekâdaäî, día y noche. Ambarîëa
Mahârâja ejecutó la ceremonia del baño maha abhisekham de Kèëòa en gran
escala de acuerdo con los rituales Védicos, con panca-gauvya, pañcamèta,
sarvauëadhi, mahauëadhi etc. Él decoró al Señor con joyas y artículos finos.
Regaló en caridad trajes de seda, vacas y otros regalos costosos a los
Brâhmaòas Siddhârthan (Brâhmaòas satisfechos quienes no aceptan nada
excepto cualquier recompensa o adoración). En casa, él distribuyó millones de
vacas con los cuernos y cascos coronados con oro y plata respectivamente, y
decorados con los equipos más finos, a los sâdhus y los brâhmaòas eruditos. Él
hizo una fiesta para todos los brâhmaòas y los alimentó suntuosamente”.
Mientras Ambarîëa Mahârâja se preparaba para romper su ayuno bajo la
dirección de los Brâhmaòas Siddhârthan, Durvâsâ Muni, el extremadamente
influyente sabio con poderes místicos, llegó a la casa de Ambarîëa. Ambarîëa
inmediatamente atendió al sabio excelso ofreciéndole hospitalidad apropiada
de acuerdo con su posición. Él se sentó a los pies del Muni y le rogó honrar el
prasâdam en su casa. El sabio afablemente aceptó la invitación diciendo que él
tenía primero que completar sus abluciones diarias y baño y después el estaría
listo para comer. El sabio fue a bañarse en el Yamunâ y después de sus
rituales e inmeèëiones quedó absorto en profunda meditación en el Brahmân
impersonal, de pié en el agua.
Mientras tanto el muhûrtha (tiempo auspicioso calculado por los astrólogos
Védicos ) para romper el ayuno estaba por terminar. Ambarîëa tenia que
romper ayuno pronto, de otra manera su observación de Ekâdaäî vrata se
estropearía. De la otra manera, si el anfitrión come antes de que el Brâhmaòa
invitado haya comido, es una transgresión del código de hospitalidad y del
respetuoso comportamiento debido a los Brâhmaòas. En este dilema crucial el
emperador buscó el consejo de los Brâhmaòas.
Viendo que los Brâhmaòas permanecían en un silencio obstinado, el decidió
tomar agua. Los Vedas han declarado: “apo'änâti tan naivâäi taê naivânaäitam
iti”, lo que significa que el agua tanto rompe como no rompe ayuno, se
considera tanto alimento como no alimento. Los Brâhmaòas consintieron a
esta vía de acción. El rey seguidamente meditó en el Señor Supremo, tomó un
poquito de agua y esperó a que el sabio regresara.
El gran místico Durvâsâ Muni después de completar sus rituales del mediodía
de madhyâknika regresó del Yamunâ. Él emperador lo recibió
ceremoniosamente. Durvâsâ Muni pudo entender por medio de sus poderes
místicos que el emperador había tomado agua sin su permiso lo que le hizo dar
un ataque de ira. Aunque con hambre, el sabio comenzó a castigar al
emperador quien permaneció ante él con las manos cruzadas. Él dijo: “¡Ay! Ay!
He aquí a este cruel! Grosero e intoxicado con orgullo de riqueza, él piensa que
es Dios, en verdad él no es un devoto, este rey ha violado las leyes religiosas.
Primero me invitas a comer pero tu has comido ya, sin antes darme de
comer a mi. Te castigaré por tu desdeñable comportamiento”.
Lívido y con su cara distorcionada de la rabia, Durvâsâ Muni se arrancó
pedazos de su enmarañado cabello con los que hizo un demonio a semejanza
del fuego abrazador de la destrucción para castigar a Ambarîëa Mahârâja. El
temido demonio sostenía una tridente en sus manos el que pesadamente dejó
caer en el suelo, haciendo temblar a la tierra, mientras se acercaba al
emperador. Pero el emperador permaneció sin perturbarse y calmo y no se
movió de su posición. El Sudaräana Cakra del Señor Supremo en poder de
Ambarîëa por previa orden del Señor, inmediatamente consumió las llamas del
demonio.
Durvâsâ Muni presenció boquiabierto la destrucción del demonio que el
había creado y notó el siniestro Sudaräana, protector de los devotos, se
precipitaba hacia él en forma amenazante. Él corrió atropelladamente por
temor a su vida. Pero para donde corría, el disco Sudaräana lo seguia detrás
escaldando su espalda con su calor incinerador. Durvâsâ buscó refugio en la
cueva del Monte Sumeru, en el firmamento, en todas las direcciones en la
superficie de la tierra, en los palacios de gobernantes poderosos, en el océano
y para donde fuera el veía el disco flamante acercándose a él.
Por lo tanto, él fue primero donde el Señor Brahmâ y luego donde el Señor
Äiva, implorándole a ambos refugio, pero ellos rehusaron sabiendo que el era
un ofensor de vaiëòavas. Sin embargo, el Señor Äiva le aconsejó rendirse al
Señor Supremo, Hari. Durvâsâ Muni corrió a Vaikuòùha, la morada espiritual
del Señor Nârâyaòa, y se tiró a los pies del Señor Supremo, quien se
encontraba reposando con Su consorte eterna, Ärî Lakëmî devi, la diosa de la
fortuna.
Su cuerpo temblando como una hoja y constantemente huyéndole al calor
del sudarsan, Durvâsâ rogó a los pies del Señor:
“¡Oh Supremo Señor! Sin darme cuenta de Tu omnipotencia y Tus poderes
ilimitados, yo he ofendido a Tu devoto preferido, por favor excúsame por esta
ofensa. Un residente del infierno puede inclusive ganar su liberación
simplemente cantando Tu nombre, por lo tanto nada se hace imposible para Ti.
Sálvame de esta horrible situación”.
En respuesta el Señor dijo:
“Yo estoy bajo el control de mis devotos. En verdad, Yo no soy independiente
en lo absoluto. Debido a que mis devotos están completamente desprovistos
de deseos materiales, Yo me siento solamente en el centro de su corazón. Que
decir de Mis devotos, inclusive aquellos que son devotos de Mis devotos son
muy queridos para Mi. ¡Oh el mejor de los brâhmaòas!, sin las personas santas
para quienes Yo soy su único destino, Yo no deseo gozar Mi transcendental
bienaventuranza y Mi opulencia Suprema.
Ya que los devotos dejan sus casas, hijos, esposas, parientes, riquezas,
incluyendo sus vidas simplemente para servirme, sin ningún deseo para el
progreso material en esta vida o en la próxima, ¿cómo puedo Yo abandonar
tales devotos en cualquier momento dado? Así como las mujeres castas
controlan a sus maridos por su servicio, los devotos puros, quienes son iguales
a cualquiera y completamente apegados a Mi en el fondo de su corazón, Me
controlan por completo. Mis devotos, quienes están siempre satisfechos de
estar ocupados en Mi amoroso servicio, no están interesados ni siquiera en los
cuatro principios de la liberación (salokya, saêipya, sarupya, sarsti) aún cuando
esas son automáticamente logradas por sus servicios. ¿Qué decir entonces de
tales felicidades perecederas como la elevación a los más altos planetas
celestiales?”
El devoto puro está siempre en el fondo de mi corazón, y Yo estoy siempre
dentro del corazón de mi devoto puro. Mis devotos no conocen nada más sino
a Mi, y Yo no conozco a nadie más sino a ellos.
¡Oh brâhmaòa!, permíteme ahora aconsejarte para tu propia protección. Por
favor óyeme. Por ofender a Mahârâja Ambarîëa has actuado con envidia, por lo
tanto debes ir donde él inmediatamente, sin un momento que perder. Las
hazañas de uno cuando se emplean en contra del devoto, ciertamente le hacen
daño a quien la emplea. Es el sujeto y no el objeto quien recibe el daño.
Para un brâhmaòa, la austeridad y el aprendizaje son ciertamente
auspiciosos, pero cuando son adquiridos por una persona quien no es
caballerosa, tal austeridad y aprendizaje son de lo más peligrosos. ¡Oh el mejor
de los brâhmaòas!, tu debes, por lo tanto, ir inmediatamente donde el rey
Ambarîëa, el hijo de Mahârâja Nabhâga. Te deseo buena fortuna. Si puedes
satisfacer a Mahârâja Ambarîëa, entonces habrá paz para ti”. (S. B. 9/4/63-71)
Una vez recibió las instrucciones del Señor supremo, Durvâsâ Muni de
inmediato se apresuró a regresar donde Ambarîëa Mahârâja. Él se tiró a los
pies de este gran devoto y los estrechó apretándolos en sus manos. El hecho
que un sabio como Durvâsâ Muni tocara sus pies desconcertó mucho a
Ambarîëa Mahârâja. Comprendiendo que Durvâsâ Muni estaba próximo a
comenzar su panegírico,su corazón rebosado de simpatía por el sabio.
Comenzó a rogar al disco Sudaräana. El emperador dijo:
“ ¡Oh protector confeso de los devotos del Señor Supremo! Destructor de
todas las armas. ¡Oh el más poderoso de los vaiëòavas! Eres la expansión de la
habilidad divina, disipador de la ignorancia impía en la jîva y simultáneamente
el revelador del proceso eterno de servicio devocional al Señor. El
exterminador de la visión cubierta de la jîva debido a carencia de
entendimiento de la relación eterna entre Dios, Sus múltiples energías y la jîva
(sambandha-jñâna) y el dador de la visión auspiciosa (Sudaräana) en la forma
de sambandha-jñana. Tu eres el más amado devoto del Señor”.
El Sudaräana-cakra fue pacificado y se contentó con Durvâsâ Muni. El sabio
sintió gran alivio al salvarse del dolor insoportable del disco abrazador, y
repetidas veces bendijo a Ambarîëa Mahârâja y dijo:
“Mi querido rey, hoy he experimentado la grandeza de un devoto de la
Suprema Personalidad de Dios, muy a pesar de haber yo cometido la ofensa,
usted ha rogado por mi buena fortuna”. (S. B. 9/5/14)
Durvâsâ Muni continuó:
“Para los devotos que han alcanzado (por medio del servicio devocional) al
Señor Supremo, quien es el maestro de los devotos puros, nada es imposible
de conseguir, por lo tanto, ¿que puede ser imposible de renunciar para ellos?
Para los sirvientes del Señor que puede aún permanecer incompleto que no
pueda ser hecho por ellos? Simplemente por escuchar los Santos Nombres del
Señor uno se Purîfica. ¡Oh rey!, eres tan misericordioso que has ignorado mi
ofensa y salvado mi vida, estoy muy agradecido contigo”.
En esta forma el gran místico Durvâsâ Muni expresó su profunda gratitud al
más exaltado de los devotos, Ambarîëa Mahârâja. El emperador había estado
esperando todo este tiempo por el regreso del sabio, y no había comido por
casi un año. Ahora él se postró a los pies de Durvâsâ y le rogó que comiera. Él
lo alimentó suntuosamente con variedad de manjares. Bien alimentado y
satisfecho, el gran místico solicitó al emperador que tomara prasâdam. Él dijo:
“Mi querido Rey, yo estoy muy complacido. Al principio te tomé como una
persona ordinaria cuando acepté tu hospitalidad. Pero ahora entiendo que tu
eres un extremadamente excelso devoto del Señor Supremo. Por lo tanto, por
simplemente verte, tocar tus pies y hablarte me siento contento y muy
agradecido contigo. Las benditas mujeres de los planetas celestiales y todos
los residentes de este planeta tierra continuarán elogiando tu carácter y
actividades sin mancha”.
Así, derrâmando profusas alabanzas y panegíricos para el emperador devoto
puro, Durvâsâ Muni, sintiéndose completamente satisfecho, partió vía camino
al cielo a Brahmâloka o el planeta del Señor Brahmâ, el cual está desprovisto
de agnósticos y simplistas filósofos empíricos.
Originalmente, Durvâsâ Muni había dejado el lugar de Ambarîëa Maharaja en
una sola carrera, sin comer, cuando era perseguido por el temeroso disco
Sudaräana, y regresó después de casi un año. Todo este tiempo el emperador
había sobrevivido con agua solamente esperando el regreso del sabio. Después
de alimentar al sabio brâhmaòa, el honró la comida santificada a su entera
satisfacción. Él comprendió en su mente que el indulto de Durvâsâ del peligro
y su propio nivel de tolerancia e indulgencia fueron actos de la Providencia.
Nunca por un momento el estuvo lleno de orgullo como para pensar que todo
esto fue su hechura. Los devotos del Señor están siempre desprovistos de
orgullo falso.
En esta forma, Ambarîëa Mahârâja, quien fue dotado con cualidades
transcendentales, debido a su empeño en el servicio devocional realizó la
única Verdad Absoluta, el Señor Vasudeva, quien es conocido como el
Brahmân, Paramâtmâ y Bhagavân. Siempre ejecutando las diferentes
extremidades del desempeño devocional, él consideró que inclusive el más
avanzado de los planetas materiales de Brahmâloka, con su inmensa opulencia
y placeres, es un lugar de sufrimiento como el infierno”.
En la conclusión de esta historia Ärîla Äukadeva se dirige a Parîkëit Mahârâja
y dijo: “Mahârâja Ambarîëa no desea más ningún tipo de asociación con cosas
materiales debido a su posición avanzada en la devoción. Él se retiró de los
asuntos familiares. Él dividió su propiedad igualmente entre sus calificados
hijos y tomando los votos de la orden vanaprastha, entró en el bosque para
absorber sus mente completamente en el Señor Supremo, Vasudeva”.
Cualquier persona que narre o medite en este sublime pasatiempo de
Ambarîëa Mahârâja será deseable para empeñarse en el servicio devocional
puro a los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios.
Esperamos que los respetados lectores hayan medido nuestras principales
intenciones al incluir la totalidad del episodio del Ärîmad Bhâgavatam entre
Mahârâja Ambarîëa y Durvâsâ Muni. Un gran yogui místico, expansión parcial
del Señor Äiva y dotado con tremenda habilidad, Durvâsâ Muni cometió
ofensas a los pies de loto del más exaltado de los vaiëòavas, Mahârâja
Ambarîëa, y aún así no consiguió escapar de sus consecuencias en ningún
lugar, no en Brahmâloka, tampoco en Äivaloka. Ni Brahmâ ni Äiva pudieron
protegerlo de la ira del disco Sudaräana, el arma personal del Señor Supremo
Viëòu.
Actuando bajo los buenos consejos del Señor Äiva, cuando el sabio se acercó
a Vaikuòùha y se rindió a los pies de loto del Señor Nârâyaòa y le imploró
protección, el Señor no pudo hacerlo.
La razón de la inhabilidad del Señor para hacerlo lo vimos anteriormente en
este capítulo de Su propio pronunciamiento, incluso, si un ofensor (un devoto
puro del Señor) se rinde a los pies de loto del Señor, Él no acepta esto como un
acto devocional favorable. Aunque el Señor Supremo es completa y
absolutamente independiente Él es subyugado por el amor de Sus devotos
puros por Él. El Señor Supremo rehusa retener Su independencia en relación
con Su devoto puro. Por lo tanto la misericordia del Señor tiene éxito solo
después de la gracia del devoto puro.
Si cualquier persona desea la misericordia del Señor Supremo el debe
primero abordar en forma sumisa a un devoto puro y suplicarle con sincero
remordimiento. Para refugiarse en la gracia de un devoto puro y rogarle por el
alivio de su sufrimiento él debe rogar a los pies de loto del Señor, luego el
Señor Supremo, quien es controlado por el amor de Sus devotos, le concederá
sus ruegos. Así tomando la posición de un sirviente puro del Señor, un devoto
atraerá la misericordia del Señor, por la bendición de Su devoto puro.
El Señor Supremo intencionalmente nos advierte contra vaiëòava-aparâdha
dándonos el ejemplo de Durvâsâ Muni. Durvâsâ Muni poseía tal habilidad
mística por medio de la meditación y las austeridades que con su cuerpo físico
pudo visitar Brahmâloka, Äivaloka y aún Vaikuòùhaloka. Pero aún allí no pudo
escapar de la amenazante ira del Sudaräana. Sólo después de seguir las
directas instrucciones del Supremo Señor Nârâyaòa e incondicionalmente se
rindió a los pies de Ambarîëa y solo después de Ambarîëa haber aplacado el
Sudaräana con las más escogidas oraciones, Sudaräana, el arma personal del
Señor se vuelve benigna hacia Durvâsâ Muni.
La visión distoèëionada y condicionada de la entidad viviente no puede ser
corregida sin la gracia benigna del Sudaräan (visión auspiciosa). La
comprensión propia de los principios esotéricos de Viëòu y vaiëòava nos elude
sin ella. La buena suerte de perforar la tiniebla de la ignorancia construida por
la potencia ilusoria, mâyâ, e iluminándonos con el recóndito conocimiento de
los principios de sambandha, abhidheya y prayojana, no ocurre sin la gracia de
Sudaräana. (Sambandha: Relación eterna entre el Supremo Señor, Sus
múltiples energías y la jîva Abhidheya: Eso que denota lo obvio: De aquí el
canto del Santo Nombre. Prayojana: la absoluta necesidad, significando amor
por Dios).
La Suprema Personalidad de Dios Kèëòa, hijo de Nanda Mahârâja, vino como
Ärî Caitanya Mahâprabhu, embellecido con el humor sublime y el aspecto de
Ärîmati Râdhâ. El Señor Caitanya entre Su séquito trajo a Sus confidentes
eternos, Ärîla Ramânanda Râyâ y Ärîla Svarûpa Dâmodara Gosvâmî, como
voceros para difundir la supremamente resplandeciente y pináculo de las
relaciones amorosas o rasas de Vraja- (sèngara o mâdhurya o rasa conyugal)
El proceso por el cual esta muy secreta y en constante expansión relación
espiritual puede ser saboreado, fue comprobado como saôkîrtana o canto del
Santo Nombre de Kèëòa.
El Supremo Señor mismo determinó el pre-requisito sintomático para
saborear mejor el proceso del canto: Humildad, más que una brizna de grâma,
tolerancia, más tolerante que un árbol, no demandando respeto para uno
mismo y ofreciendo todo respeto a otros. Él debe también cantar los 16
nombres, 32 sílabas maha-mantra, personalmente iniciado por Ärî Caitanya
Mahâprabhu, sin cometer las 10 nâma-aparâdhas. Solo entonces el se hace
merecedor de experimentar la morada espiritual del más alto tesoro de
Goloka, Vraja-prema-rasa.
De otra manera, una persona puede caminar con sus japas por muchas vidas
pero no estará lista para recibir este tesoro del amor por Dios, que con
antelación a Ärî Caitanya nunca fue revelado o dado liberalmente. Por lo tanto
todos debemos evitar las 10 nâma-aparâdhas, especialmente la primera:
Ofender a un vaiëòava. Esto se debe a que los vaiëòavas se han refugiado en
el Santo Nombre y se dedican a la propagación de sus ilimitadas glorias
transcendentales. La contravención de esto neutralizará los esfuerzos de todas
las practicas devocionales, como echar aceite en cenizas apagadas.
****

Capítulo Diez
EL VAIËÒAVA PURO
GLORIFICADO EN LAS ESCRITURAS
Su Divina Gracia Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Gosvâmî Ùìâkur nunca
toleraría ninguòa falta de respeto a un devoto puro vaiëòava. Ärî Caitanya
Mahâprabhu también declaró que Él no podría tolerar ningún insulto a un
vaiëòava. La Suprema Personalidad de Dios, Caitanya Mahâprabhu, la fuente
de todas las encarnaciones vino en Kali-yuga siendo el más munificente
salvador de las almas condicionadas. Él es la directa manifestación del
Supremo Dios Kèëòa hijo de Mahârâja Nanda. Kèëòa y Caitanya son uno y la
misma personalidad. Su primera expansión y manifestación diferenciada el
Señor Nityânanda, es la misma como el Señor Balarâma.
El Señor Balarâma, el Sankarsana original, se expande en dos clases de
expansiones parciales de catur-vyûha (la primera en Dvârakâ: Vasudeva,
Sankarsana, Pradyumna y Aniruddha y la segunda en Vaikuòùha teniendo los
mismos nombres). Mahâ Sankarsana de la segunda caturvyûha en Vaikuòùha
es una expansión parcial del Señor Balarâma, cuya otra expansión parcial
Mahâviëòu es expansión de Su expansión. Él está en el océano causal y
también es conocido como Kâraòadakaäâyî Viëòu. La encarnación del Señor
Mahâviëòu es Ärîla Advaita Âcârya. Ärî Gadâdhara Panàîta, Svarûpa Dâmodara
Gosvâmî, Ramânanda Râya y otros, son energías del Señor Caitanya, Ärîvasa
Ùìâkur y otros son encarnaciones de Sus devotos. Hay dos manifestaciones del
principio del Guru sikëâ o el Guru instructor, y dikëâ o Guru iniciador.
El Señor Caitanya Mismo se manifiesta en estos seis principios y Ärîla
Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî al comienzo del Ärî Caitanya Caritamèta le ofrece
oraciones. Por lo tanto la falta de respeto más pequeña a cualquiera de estos
seis principios equivale a indiferencia, de aquí el rechazo del Supremo Señor
mismo, Caitanya Mahâprabhu:
Vande gurun îsa-bhaktan isaê isavaùarakan
tât prakasâms câ tac-chakùih kèëòa-caitanya-samjnakam. (C. C. adi 1/1)
“Yo ofrezco mis respetuosas reverencias a los dos maestros espirituales
(sikëâ, dikëâ), los devotos del Señor, la encarnación del Señor, Su porción
plenaria, Sus energías y el original Señor Ärî Caitanya Mismo”.
El Sikëâ Guru y el Dikëâ Guru: Îsa-bhaktan o devotos como Ärîvasa Ùìâkur;
îsa-Avatarakam es Advaita Âcârya; Tat-Prakasâms es el Señor Nityânanda;
Ärîla Gadâdhara, Svarûpa Dâmodara y otros son el Sakti, e Isam es el Supremo
Señor Caitanya Mahâprabhu, quien se manifiesta en ellos de nuevo, en el
comienzo del Segundo Capítulo de antya-lîlâ en el Ärî Caitanya Caritamèta,
Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja ofrece oraciones similares invocando estos seis
principios:
“Yo ofrezco mis humilde reverencias a los pies de loto de mi maestro
espiritual y de todos los otros preceptores en el sendero del servicio
devocional. Ofrezco mis respetuosas reverencias a todos los vaiëòavas y a los
Seis Gosvâmîs quienes son Ärîla Rupa, Ärîla Sanatana, Ärîla Raghunatha dâsa,
Ärîla Raghunata Bhatta, Ärîla Jîva y Ärî Gopala Bhatta. Ofrezco mis respetuosas
reverencias a Ärîla Advaita Âcârya, Ärî Nityânanda Prabhu, Ärî Gadâdhara y Ärî
Caitanya Mahâprabhu con todos Sus devotos, encabezados por Ärîvasa Ùìâkur.
Por lo tanto ofrezco mis respetuosas reverencias a los pies de loto de Ärî
Kèëòa, Ärîmati Râdhârâòî y todas las gopîs, encabezadas por Ärî Lalitâ y Ärî
Viäâkhâ”. (C. C. antya 2/1)
En ambas de las oraciones invocatorias arriba mencionadas (mangala-
carana) los vaiëòavas son venerados. Nuevamente Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja
escribe:
“Al comienzo de ésta narración, simplemente por meditar en el maestro
espiritual, los devotos del Señor (vaiëòavas) y la Personalidad de Dios, yo he
invocado sus bendiciones. Tal meditación destruye todas las dificultades y
detrimentos y muy fácilmente ayuda a uno a satisfacer sus objetivos deseados.
(C. C. adi 1/20-21)
De ésta manera, los vaiëòavas han sido glorificados en todas las oraciones
de invocatoria. En esas literaturas, las cualidades extraordinarias del vaiëòava,
el beneficio espiritual por servicio al vaiëòava y comer sus remanentes como
también los efectos desastrosos de vaiëòava-aparâdha se describen repetidas
veces. El Ärî Caitanya Caritamèta (Madhya 19/156) dice: “Si un devoto comete
aparâdha a los pies de un vaiëòava, mientras ejecute servicio devocional en el
mundo material, su ofensa es comparada a un elefante loco quien arranca y
quiebra la enredadera de la devoción, pronto la enredadera y sus hojas se
secan”.
Los síntomas característicos de las tres categorías de vaiëòavas, kaniëùha
(neófito), madhyama (intermedio) y uttama (avanzado), son enumerados en
los capítulos 15 y 16 del madhya-lîlâ en el Ärî Caitanya Caritamèta. Ärîla
Kèëòadâsa Kavirâja dice que para ganarse el refugio a los pies de loto de un
vaiëòava, es imperativo recibir la misericordia del Señor Nityânanda:
“Todos los vaiëòavas quienes viven en Vèndâvana están absortos en el canto
del todo auspicioso nombre de Kèëòa. El Señor Caitanya y el Señor Nityânanda
son su alma y vida. Ellos no saben otra cosa que no sea servicio devocional a
Ärî Râdhâ y Kèëòa. El polvo y la sombra de los pies de loto de los vaiëòavas ha
sido concedido a esta alma caída por la misericordia del Señor Nityânanda. (C.
C. adi 5/228-230)
Ärîla Bhaktisiddhânta Prabhupâda escribe en su anubhasya:
“ Todos los vaiëòavas que viven en la morada santa de Ärî Vèndâvana son
almas muy afortunadas, apegadas en grado sumo al Santo Nombre de Kèëòa.
Ellos han tomado refugio completo en el proceso de servicio devocional
conocido como Kirtana o el canto del Santo Nombre. El Señor Caitanya y el
Señor Nityânanda son su alma y vida. Ellos no conocen ningún otro proceso de
devoción-imaginaria o diferente, además del servicio eterno de Ärî Râdhâ y Ärî
Kèëòa. ”
Ärîla Bhaktivinoda Ùìâkur, un eterno asociado del Señor, nos exhorta a que
roguemos al Señor Caitanya para que recibamos la sombra segura de los pies
de loto de un vaiëòava. Derrâmar lágrimas de remordimiento en completa
humildad a los pies de loto de un vaiëòava presentándole su crisis de angustia
debido a su alejamiento de Kèëòa y ardiendo en la conflageración de la
existencia material. El vaiëòava es un océano de compasión a quien le duele el
sufrimiento de otros. Cuando el le informa al Supremo Señor Kèëòa de
nuestras miserias, en forma recíproca Kèëòa se inclina bondadosamente a
nosotros, reconociéndonos como los seguidores de Sus escogidos favoritos. La
misericordia de Kèëòa desciende solamente por la vía médium de los
vaiëòavas.
La misericordia del Señor Supremo está personificada en la forma pura del
devoto vaiëòava, quienes son también conocidos como Karsana. Los pies de
loto del vaiëòava Guru representan la misericordia del Señor. El Señor Kèëòa
es el tesoro invaluable entronizado en el corazón del Guru vaiëòava He aquí
el porqué el Señor puede fácilmente regalar este tesoro (Él Mismo) a aquellos
quienes están incondicionalmente rendidos a los pies de loto de Sus devotos.
No hay un segundo método o alternativa para recibir la gracia de Kèëòa a no
ser sirviendo y tomando refugio en los pies de loto de un vaiëòava o Karsana,
cuya misma vida está hipotecada a Kèëòa. Por esto Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja
elogia los honores a los remanentes de los vaiëòavas describiendo las
actividades de Ärî Kali dâsa, el tío de Ärîla Raghunâtha dâsa Gosvâmî:
“ Tomando los remanentes de alimentos de los vaiëòavas es tan valioso que
ello induce a Caitanya Mahâprabhu a ofrecer Su Suprema misericordia a Kali
das. Por lo tanto abandonando el aborrecimiento y la vacilación, coman los
remanentes de los vaiëòavas, conseguirán la meta deseada de la vida.
El alimento ofrecido al Señor Kèëòa se llama mahâ-prasâdam. Después que
el mahâ-prasâdam es saboreada por un devoto, sus remanentes son
glorificados como mahâ-mahâ-prasâdam.
El polvo de los pies del devoto puro, el agua del baño de sus pies y os
remanentes de su alimento son tres extremadamente potentes sustancias
espirituales. Rindiéndole homenaje a estas tres sustancias uno alcanza la
Suprema meta del amor estático por Kèëòa. Todas las escrituras declaran esto
con firmeza una y otra vez. Por lo tanto, mis queridos devotos, por favor
escúchenme haciendo hincapié sobre este punto: Nutre tu fe en estas tres
sustancias y ríndele homenaje a ellas en la modalidad de servicio sin
vacilación. De ellas se logra la meta más alta de la vida (amor estático de
Kèëòa). Ésta es la más grande misericordia de Kèëòa, Kali dâsa es su prueba
viviente,» (C. C. antya 16/57-63)
Ärîla Bhaktivinoda Ùìâkur escribe:
“Cuando el Señor Caitanya derrâmará su suerte sobre mí, de manera que yo
pueda descansar en la sombra de los pies de loto del vaiëòava. Permaneceré
humildemente en la santa presencia del vaiëòava Sosteniendo una paja entre
mis dientes, sin engaño ni mentira. Llorando con profundo remordimiento le
suplicaré por mis miserias causadas por el calor abrazador de la conflageración
de la existencia material y sus relaciones. Pidiéndole a Él un tregua de todo
esto.
El vaiëòava compasivo oyendo mi apuro suplicará al Señor Kèëòa con todo
su poder. Movido solo por la sincera petición del vaiëòava, la gracia de Kèëòa,
la que entonces descenderá sobre mi, un alma pobre, desgraciada y débil”.
(Kalyana-Kalpataru)
De nuevo Ärîla Bhaktivinoda escribe:
“¡Oh vaiëòava excelso!, océano de misericordia, Por favor derrama tu
compasión sobre mi. Por favor arrástrame a la sombra de tus pies de loto. Y
Purifica mi manchada conciencia, caí a sus pies y los agarré fuertemente. El
Señor Kèëòa es tuyo, tu lo puedes reglar tu estas dotado con tales poderes
espirituales. Yo soy un mendigo, mendigando a Kèëòa. Así yo te sigo detrás
con gran esperanza”.
('Ohe vaiëòava' canción de la rendición).
Ärîla Narottama dâsa Ùìâkur también derrâma toda clase de elogios
referente a las características de un vaiëòava donde el escribe:
“Hombre pecaminoso yo soy, ¿Cómo puedo servirle al Señor? No hay amor
para el Guru que yo posea ni para el devoto puro vaiëòava. Mi mente está
acaparada por interminables ilusiones y no tengo ni una gota de apego por los
vaiëòavas. Ciego y sufriendo de amnesia, estoy empapado de vida material. La
bruja mâyâ me espera para colgar el nudo corredizo en mi cuello. Sin la ayuda
de la misericordia de los vaiëòavas y las almas santas, yo no puedo conquistar
esta bruja por mi mismo. Nunca considera faltas, aunque pecaminosas. ¡Oh
vaiëòava!, sálvame, Narottama, el más caído, te lo suplica”.
( Prarthana)
Las canciones de Ärîla Narottama están llenas de maravillosas glorificaciones
a los vaiëòavas y son un tesoro para todos los devotos y una joya invaluable de
instrucción, ayudando al desarrollo en el servicio devocional. Ärîla
Bhaktisiddhânta Prabhupâda, desde su niñez escogió el cancionero de Ärîla
Narottama como su constante compañero en el sendero del servicio
devocional.
El ilustre Vèndâvana das Ùìâkur, se consideró el mismo como el último
sirviente directo de Ärî Nityânanda Prabhu. Él ha glorificado profusamente a los
vaiëòavas a todo lo largo de su obra maestra “Ärî Caitanya Bhâgavata”. Él
comienza su libro con cinco versos invocatorios en sánscrito, orando a los pies
de loto de Ärî Caitanya y Ärî Nityânanda y sus asociados. Él verso Sexto y
Séptimo dice:
“Comienzo ofreciéndote mis ilimitadas postradas reverencias a los pies de
todos los queridos asociados del Señor Caitanya. Por lo tanto ruego a la
Suprema Personalidad de Dios Ärî Kèëòa-Caitanya, quien advino a Navadvîpa y
fue conocido también como Viävambhara,» (C. B. adi 1/6-7)
Primero, Ärîla Vèndâvana das Ùìâkur ofrece reverencias a los devotos del
Señor Caitanya y luego al Señor Caitanya Mismo. La razón por el cual sigue
este orden en particular lo explica el autor en el siguiente verso
“La Suprema Personalidad de Dios ha declarado firme y escuetamente en
todas las escrituras incluyendo Bhâgavat: La adoración de Mis (Kèëòa) devotos
es más grande que Mi propia adoración.” (Esta declaración fue hecha por
Kèëòa a Uddhava en el Bhâgavatam).
“ Así yo he glorificado y orado primero a los vaiëòavas, en esta forma estoy
asegurado del éxito de mi aventura”. (C. B. adi 1/8-10)
La próxima declaración es del Itihsa-Samuccaya:
”Si uno desea ganarse la misericordia del Señor Supremo Viëòu, el debe
primero complacer al vaiëòava por medio del servicio. Esto solamente satisfará
al Señor, de esto no hay duda”.
Este verso del Pausayana-Sruti, lo cita Ärîla Madhava en su comentario en el
Brahmâ-Sutra (3/3/47):
“Adora a los devotos del Señor Supremo, sírvele, escúchalos, ellos te
protegerán en todo respecto”.
El Muòàaka-Upanisad dice:
El verso del Muòàaka-Upanisad “tasmadatmajnam hyarccayed-bhutikamah”
(Mund. 3/1/10) lo cita el Brahmâ-Sutra (3/3/51) y en su comentario sobre este
verso en el Govinda-Bhasya, Ärîla Vidyâbhûäâna escribe:
“Quien está deseoso de obtener el tesoro de moksa o liberación, debe servir
al devoto puro del Señor para alcanzar esta meta”.
El Ärîmad Bhâgavatam declara:
“Jñane prayâsam-udapaäya nâmanta eve jîvanti sanmukharitam
bhâvadiyavaètam sthaôe sthiùah srutigatam tanuvang manobhir ye
prayaso'jiùa jiùo'pyasî taistrilokyam”.
(El Señor Brahmâ ora a Kèëòa): “Mi querido Señor, esos devotos que han
totalmente rechazado el concepto del brahmân impersonal de la Verdad
Absoluta y descartaron la búsqueda del conocimiento especulativo empírico,
escucha de los devotos santos acerca de Tus gloriosas actividades. Ellos siguen
las huellas de los devotos puros y te sirven a ti y a los vaiëòavas con cuerpo,
mente y palabras, Tu eres inconquistable y raramente alcanzado, pero Tu eres
conquistado por tales devotos”. (S. B. 10/14/3)
En el Padma Purâòa el Señor Äiva dice:
“¡Oh Diosa Pârvâtî! La forma más elevada de adorar y superior a la
adoración de todos los diferentes semidioses, es la adoración del Señor
Supremo Viëòu. Pero aún más elevada es la adoración de «tadîya» o de sus
Señorías devotos (incluye: Ganga, Tulasî, el libro Bagavat y el devoto Bagavat
etc.,”
Pero, después de oír todas estas glorificaciones de los devotos del Señor,
una nota de advertencia es imperativa relacionada con el intento categorizar a
los vaiëòavas conforme a consideraciones mundanas. Ärîla Vèndâvan das
Ùìâkur enérgicamente condena tal visión anti-espiritual. En varios lugares el
nos pidió cautela:
(Hablando de Haridâsa Ùìâkur). Para enseñar a la humanidad lo absurdo de
los conceptos mundanos (especialmente con relación a un devoto puro) de
raza, credo, familia etc., el Supremo Señor hizo los arreglos para que Ärîla
Haridâsa Ùìâkur tomara nacimiento en una clase baja (Muslim). “Todas las
escrituras reveladas declaran que si un devoto del Señor Viëòu aparece
aunque sea en una familia de casta baja, el es adorable por todos los otros”.
(C. B. adi 16/237-238)
“ Un pecador nefando es aquel quien imputa discriminación de casta
mundana en un vaiëòava, el está condenado vida tras vida a nacer como un
prescrito. ( C. B. madhya 10/102
“Un devoto vaiëòava puede escoger aparecer en cualquier familia o raza, y
aún así el es la persona más elevada por decreto de todas las escrituras”. (C.
B. Madhya 10/100)
La Suprema Personalidad de Dios es el controlador y protector de todas las
entidades vivientes, y Él no puede tolerar insultos y faltas de respeto a Sus
devotos entidades vivientes. Extremadamente cuidadoso del bienestar de Su
devoto puro y querido, el rehusa aceptar adoración de esos quienes
menosprecian a Sus queridos seguidores. El Señor alegre e
imperturbablemente arrebata alimento y regalos de Sus devotos puros, pero le
es repulsivo ofertas de los no-devotos. El Señor saborea ofertas de devotos las
que naturalmente sirven con amor y devoción. Al Señor Kèëòa le gustaba
comer lo sencillo, arroz partido cocido por la esposa de Vidura e ignoraba las
fiestas reales preparadas por Duryodhana. El Señor no podía resistir comer
unos pocos bocados de arroz simple hecho por Sudama. Así Él le dice a
Sudâmâ:
“¡Oh brâhmaòa! ¿Qué regalo has traído para Mi de tu casa? Aún una
pequeña oferta de un devoto es grande para mi, mientras que un gran regalo
de un no-devoto no Me satisface. Cualquiera quien me ofrece a Mi con
devoción una hoja, una flor, una fruta y un poco de agua, Yo felizmente recibo
esta ofrenda hecha con devoción”. ( S. B. 10/81/3-4)
El Supremo Señor Caitanya Mahâprabhu cita del Itihasa-Samuccaya y Ärîla
Kèëòadâsa Kavirâja lo hace constar:
“Una persona puede ser un erudito en todos los cuatro Vedas pero si el no es
puro en su servicio devocional, el no puede ser Mi devoto. Mientras que una
persona, aunque nacida en una familia de parias, de come perros, se dedica a
Mi en servicio devocional puro, es muy querido para Mi. Hay que dar todo
respeto a aquellas almas elevadas. Su ofrecimiento debe ser honrado por
todos y el es tan adorable como Yo lo soy”. (C. C. madhya 19/50)
Lo que sigue es una cita de Haribhakti-sudhodaya (3/11-12):
El Señor Caitanya dijo: “Una persona que lleva las características honradas
de un brâhmaòa, quien está purificado de todos los pecados hechos cenizas
por el poderoso fuego del servicio devocional puro, se salva de sufrir otras
reacciones de pecados, como tomando nacimiento en una casta baja. Aunque
nacido en una familia proscrita de come perros a el le rinden honores los otros
eruditos. Mientras que si un erudito de los Vedas es un ateo se burlan de él.
Para una persona que no hace servicio devocional, el nacimiento en una gran
familia o nación, conocimiento de las escrituras reveladas, ejecución de
austeridades y penitencias, y cantando los mantras Védicos son como
ornamentos en un cuerpo muerto. Dicha ornamentación simplemente sirve los
placeres caprichosos de la gente común”. (C. C. madhya 19/74-75)
Cuando el Señor Caitanya fue a abrazar a Haridâsa Ùìâkur, con toda
humildad Haridâsa dijo:
“Mi querido Señor, por favor no me toque, yo soy el más caído, un intocable
de lo más bajo de los hombres.
El Señor Caitanya respondió: Deseo tocarte para Purîficarme porque Yo no
poseo tu inmaculada reputación. Cada momento tomas baños sagrados en
todos los peregrinajes y a todo momento estas ejecutando sacrificios,
austeridades y caridades. Tu continuamente estudias los Vedas y eres más
excelso que un brâhmaòa con segundo nacimiento y un sannyâsî quien ha
renunciado a todo.
(El Señor entonces recitó este äloka del Ärîmad Bhâgavatam 3/33/7). Aquel
quien siempre canta Tu Santo Nombre, aunque nacido en una familia de come-
perros, es el santo más elevado. Él ha en verdad ejecutado toda variedad de
austeridades, sacrificios, tomado baños en peregrinajes sagrados y estudiado
los Vedas y Vedântas, Por lo tanto el es un verdadero Âcârya o uno cuya
conducta es pura”. (C. C. madhya 11/188-192)
El Padma Purâòa, Uttarakhanda declara:
“Cuando una persona se admite ella misma en el rebaño del Señor Viëòu se
llama un vaiëòava. Se ha dicho que de todas las diferentes castas y credos el
vaiëòava es en verdad el más exaltado”.
En Dvârakâ-Mahatmya:
“Una persona quien es dedicada al Señor Janârdana, la Suprema
Personalidad de Dios, es un alma santa no importa si es de bajo nacimiento;
mientras que una persona aunque nacida en una familia aristocrática de noble
linaje pero no es un devoto del Señor, es comparable a un mleccha o de
descendencia vil”.
Aquí se denuncia categóricamente la asociación de no-vaiëòavas y los mal-
llamados brâhmaòas, quienes son enemigos de los vaiëòavas y están
desprovistos de sentimiento devocional por el Señor Supremo. Conforme a el
Padma Purâòa:
“La asociación de candalas o come-perros, está estrictamente prohibida
(porque su estilo de vida va en contra de las regulaciones de las escrituras); de
la misma manera, la compañía de un brâhmaòa no-vaiëòava incluso el
contacto físico debe evitarse. Mientras que un vaiëòava, (uno que es iniciado
en la adoración y servicio al Señor Viëòu y está lleno de afecto para el Señor
Viëòu y Sus devotos) aunque nacido en una familia proscrita, es capaz de
Purîficar el universo entero y los tres mundos”.
No es necesario cavar más sobre este tópico, pero Ärîla Vèndâvana das
Ùìâkur nos hace llegar una nota de mucho cuidado en relación con los
Brâhmaòas no-vaiëòavas aunque sean de extracción brahamana:
“Ofrecer reverencias, tocar y aun hablar con brâhmaòas no-vaiëòavas ha
sido condenado sin ambigüedad en todas las escrituras devocionales un
momento de asociación con ellos erosiona la piedad de una persona”. (C. B.
adi 16/302,305)
De acuerdo con el Padma Purâòa, los síntomas vaiëòavas son:
“Quien está dedicado en la adoración al Señor Viëòu después de haber
recibido iniciación en el Viëòu-mantra es clasificado como un «vaiëòava» por
preceptores espirituales; todos los otros son no-vaiëòavas”. (Hari Bhakti Vilâsa
1/55)
Brâhmaòas por nacimiento, quienes no son vaiëòavas y son enemigos de
Viëòu y de los vaiëòavas pero que se atribuyen como verdaderos brâhmaòas, y
esos llamados panàîtas brâhmaòas quienes condonan tales brâhmaòas no-
vaiëòavas son ambos pecadores despreciables. Así encontramos a Ärîla
Vèndâvana das Ùìâkur profundamente atormentado protestando contra esos
homónimos brâhmaòas y su mal comportamiento. Él sustenta su reclamo con
un äloka del Varaha Purâòa:
“Todos éstos demonios son brâhmaòas, homónimos solamente, realmente
ellos son candidatos para recibir un severo castigo de Yamaraha, el dios de la
muerte. En Kali-yuga, los demonios nacerán de familias brâhmaòas para
acosar y torturar a los devotos justos del Señor Supremo.
Los demonios escogen Kali-yuga para tomar nacimiento en familias
brâhmaòas y atormentar a esos raros personajes quienes se adhieren al
sendero enunciado por los Vedas (Sruti). Ellos actúan en forma viciosa para
trastornar el servicio devocional de los devotos del Señor Supremo”.
Los que maliciosamente se hacen pasar por Brâhmaòas miran con desdén a
los vaiëòavas necios de casta baja. A ellos los mata la envidia cada vez que un
iniciado vaiëòava practica sus deberes devocionales de oír, cantar etc. o
cuando el vaiëòava recibe honores y respeto debido a el. En cada oportunidad
ellos tratan en vano de exponer la casta del vaiëòava, antecedentes familiares
con falta de conocimiento (de acuerdo a ellos) y otras trivialidades mundanas
para menospreciarlos. Semejantes brâhmaòas homónimos son viles, de mente
estrecha, mezquinos demonios.
La Bèhad-Aranyaka Sruti los describe como:
“¡Oh Gargi! Quien deje este mundo con el entendimiento completo del
principio infalible de la Verdad Absoluta, es honrado como un brâhmaòa, pero
aquel que no posee esta realización es en verdad un avaro”.
La Suprema religión eterna libre de falsedad y engaño como lo exponen los
grandes sabios Ärîla Kèëòa-Dvaipayana Vyâsadeva en el Ärîmad Bhâgavatam
la realizan sabios puros, pero no pueden ser comprendidos por envidiosos, los
llamados Brâhmaòas, mezquinos de corazón. La forma transcendental del
Supremo Señor o el cuerpo puro del vaiëòava no debe ser considerado
mundano. Así lo aprendemos de Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî:
“No hay blasfemia más grande que pensar que el cuerpo del Señor Viëòu, la
Suprema Personalidad de Dios es material.” El Señor Caitanya dijo: “El cuerpo
del vaiëòava nunca es mundano, es supra-mundano, espiritual y recargado con
felicidad transcendental”.
(C. C. Adi 7/155/antya 4/191)
Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja contesta en su propio lenguaje por qué el cuerpo de
un devoto puro vaiëòava es «aprakèta» o transcendental:
“Al momento de dikëâ (Iniciación de un fidedigno Guru vaiëòava para
empeñarse en servicio devocional puro al Señor Supremo), el devoto se rinde a
Kèëòa con su cuerpo y su alma, en reciprocidad Kèëòa lo acepta y lo eleva a
un status igual a Él. El Señor transforma su cuerpo y lo hace depositario de
felicidad transcendental, mientras lo ocupes en servirle Sus pies de loto”. (C. C.
antya 8/192-193)
Después de estos versos hay una cita del Ärîmad Bhâgavatam:
“Cuando los seres humanos mortales rechazan las aspiraciones y actividades
materiales, rindiéndose por completo a Mi y conduciendo su vida bajo Mi
(Señor Supremo) dirección, el alcanza inmortalidad (liberación). Seguidamente
el se vuelve merecedor de estar junto Conmigo para intercambiar y compartir
sentimientos espirituales (rasa) Conmigo, en su identidad espiritual original.”
(S. B. 11/29/34)
¿Qué es lo que se entiende por rendirse?
“ El devoto completamente rendido y el devoto renunciado y libre de
cualquier anhelo material, ambos están en el mismo nivel de devoción, pero el
devoto rendido se ha ofrecido incondicionalmente a los pies de loto del Señor.
Cuando el devoto es así de rendido, el se vuelve tan querido para Kèëòa como
Su propio ser”. (C. C. madhya 22/99,102)
Su Divina Gracia Ärîla Sarasvatî Prabhupâda escribe en el comentario de su
«anubhasya»:
“Al momento de la iniciación, el devoto entrega todos sus conceptos
materiales, percepciones y especulaciones mentales, mientras trata de
desarrollar el entendimiento transcendental de Sambandha-jñana o la eterna
relación entre el Señor Supremo, sus múltiples energías espirituales y la jîva.
Una vez adquirido este supra-mundano, conocimiento esotérico, el gana la
elegibilidad para prestar servicio devocional a Kèëòa en su cuerpo espiritual
original..
Tan pronto como el rendido devoto denuncia el refugio de mâyâ-energia
material inferior de Kèëòa, el Señor lo eleva a la plataforma de igualdad
cualitativa con El.
En este estado, la mundana falsa identificación del devoto como el
«difrutador» del reino material de placeres sexuales se disipa y su verdadero
ser adquiere una nueva identidad como un sirviente eterno de Kèëòa.
Él alcanza su saccidânanda Svarûpa o identidad espiritual original dotada
con eternidad, conocimiento espiritual y felicidad. Él se vuelve la
personificación de la eterna relación de servidumbre con Kèëòa y le sirve a Él
en su forma transcendental recientemente adquirida. El servicio
transcendental del devoto puro en humor espiritual estático en esta etapa
elevada de devoción, es frecuentemente mal interpretada y mal entendida por
materialistas burdos, cuyo intelecto esta corrompido por la desnudez mundana
y acciones fruitivas. Por esta aparâdha, tales materialistas están privados de
tomar refugio de una personalidad transcendental -un Guru vaiëòava”.
(anubhsya C. C. antya 4/193)
“El Señor Caitanya enseñó a todos Sus seguidores y al resto que el cuerpo
transcendental de un vaiëòava no es como el de un trabajador fruitivo, filosofo
empírico o como el cuerpo de un yogui mundano que tiene ardiente deseo por
placeres efímeros. El Señor no visualiza a personalidades como Ärîla Haridâsa
Ùìâkur, quien tomó bajo nacimiento en una familia de musulmanes, Ärîla
Sanâtana Gosvâmî, cuyo cuerpo estuvo infectado con los poros llenos de pus, y
Vasudeva Vipra, quien sufría de lepra aguda, como parias sociales y
pordioseros plagados de enfermedad. Pero Él los abrazó probando que el
cuerpo de un devoto puro nunca se vuelve impuro debido a aflicciones
materiales. El cuerpo del devoto puro es transcendental, infundido con
felicidad espiritual y con la mejor actitud de servirle a Kèëòa, experimentando
así un éxtasis eterno. (anubhasya C. C. antya 8/191)
El uso del término «âtmâsama» y demás, no implica en lo más mínimo que
los devotos puros son igual al Señor Supremo en ningún aspecto. El Supremo
Señor es el depositario absoluto de cualidades transcendentales, mientras que
la jîva posee cualidades transcendentales en grado limitado.
El Señor Caitanya declara:
«La jîva o entidad viviente e Iävara o el Supremo Controlador, Dios, nunca
pueden estar a la par el uno con el otro o igual, justo como una chispa de
fuego nunca es igual al fuego”.
(El verso siguiente se cita en el Bhâgavat-sandarbha y en el comentario de
Ärîdhara Swâmî en el Ärîmad Bhâgavatam 1/7/96). El Supremo Señor,
Controlador Absoluto es la personificación de la eternidad, conocimiento y
bienaventuranza ad infinitum. Dos de Sus múltiples energías espirituales son:
Hlândinî-sakti o la potencia dadora de placer y Samvit o el conocimiento
perfecto del ser y todo lo demás. Mientras la jîva, la entidad viviente
condicionada están en ignorancia, así constantemente atormentada por las
tres miserias profundamente amarradas en sufrimiento”. (C. C. mad, 18/113-
114)
“Él es un bribón despreciable y tonto quien dice que las entidades vivientes y
el Supremo Señor son lo mismo en todos los aspectos. Él verdaderamente es
un agnóstico y un candidato para castigo infernal”. (C. C. madhya 18/115-116)
“Esos que consideran a semidioses poderosos como Brahmâ y el Señor Äiva
como iguales al Señor Supremo Nârâyaòa, son de veras ateos tontos” ( Hari-
Bhakti-Vilâsa 1/73)
Ca
pítulo Once
VAIËÒAVA APARÂDHA
PRECAUSIÓN EN EL SENDERO
ESPIRITUAL
Una vez un poeta mundano y brâhmaòa Panàîta del Bengal Oriental escribió
una obra de teatro sobre el Señor Caitanya. Él fue a Nîlâcala Purî y se encontró
con uno de los asociados del Señor Caitanya, Ärî Bhâgavan Âcârya. El poeta lo
conocía de tiempo atrás y deseaba que el escuchara su obra. Él leyó su obra a
los Âcâryas y a un grupo de vaiëòavas. Ellos quedaron impresionados y
alabaron la composición. Ellos desearon que el Señor Caitanya también
escuchara la obra.
Cada vez que una composición, que está bien los intercambios espirituales
de râsa (râsabhasa) o que mal interpreta los principios esotéricos de la ciencia
devocional (siddhanta), era leída al Señor Caitanya, lo dejaba profundamente
agraviado. Así que para evitar este contratiempo, todas las composiciones y
escritos se presentaban primero a Ärîla Svarûpa Dâmodara, el confidente y
eterno asociado del Señor Caitanya. Sujeto a su aprobación, después eran
leídos al Señor.
Ärî Bhâgavan Âcârya era amigo de Ärîla Svarûpa Dâmodara. Él se acercó a
Ärîla Svarûpa Dâmodara y le solicitó que primero lo leyera y después de estar
satisfecho presentarlo al Señor Caitanya. Ärîla Svarûpa Dâmodara era un
exponente de la filosofía de Kèëòa y paradigma de la ciencia devocional. Ärîla
Svarûpa Dâmodara sabia que su amigo, el Âcârya, era un vaiëòava simple y
puro. Él lo censuró con poco rigor por ser tan crédulo. Él dijo:
“Querido Ärî Bhâgavan Âcârya, eres un vaquerito muy liberal, el deseo de
leer al azar cualquiera literatura, alguòas veces te agobia. Los escritos de los
llamados poetas crean anomalías en el intercambio e interpretación de
sentimientos espirituales (râsabhasa). Estas aberraciones en lo principios
devocionales esotéricos no produce el deseado efecto estimulante cuando se
escucha. Uno que no tenga la pureza de intelecto para discriminar entre lo que
es sentimiento espiritual divino o emociones (râsa) y lo que no es o más bien
cual es una veèëión pervertida de ello, entonces el no puede comprender las
conclusiones recónditas de la ciencia del servicio devocional.
El poeta, quien no tiene conocimiento de los principios de la gramática
(vyakarana), ornamentación y estilo (alankara), especialmente empleado en
drâma, y no sabe cómo presentar los pasatiempos transcendentales del Señor
Kèëòa, es inútil. Qué hablar de los pasatiempos del Señor Caitanya los que son
particularmente difíciles de agarrar. Así, sólo aquellas personas quienes hayan
encerrado los pies de loto del Señor Caitanya en sus corazones como su alma y
vida tienen opción para narrar el Kèëòa-lîlâ y el Gaura-lîlâ.
Los escritos de un poeta mundano (quien escribe sobre el amor y sus
pasiones de los mortales ordinarios) me hacen infeliz cuando lo leo. Pero las
composiciones y las formas narrativas de un devoto puro quien está empinado
en amor estático, trae gran júbilo. Ärîla Rûpa Gosvâmî ha fijado las normas
para escribir drama; simplemente oyendo el pasaje introductorio a sus dos
dramas acrecienta en uno el placer espiritual”. (C. C. antya 5/101-108)
A pesar de las palabras de cautela de Ärîla Svarûpa Dâmodara, Ärî Bhagavat
Âcârya en forma repetitiva le solicitó darle a este poeta, por lo menos
escucharlo una vez para luego proferir un juicio apropiado. Después de varios
días de continuas solicitudes Ärîla Svarûpa Dâmodara finalmente aceptó contra
su voluntad. Él reunió a todos los vaiëòavas y se sentó a escuchar el drâma
sobre el Señor Caitanya. El poeta lee el prólogo bendecidor:
“La Suprema Personalidad de Dios ha asumido un aspecto dorado y se ha
vuelto el alma del cuerpo llamado el Señor Jagannâtha, cuyos radiantes ojos
como el loto están expandidos ampliamente. Así Él ha aparecido en Jagannâtha
Purî y trajo la materia inerte a la vida. Permite que el Señor, Ärî Kèëòa-
Caitanya-deva, conceda sobre ti toda clase de buena fortuna”. ( C. C. antya
5/112)
Después de nandi-äloka (prólogo bendecidor) fuera recitada, todo el mundo
generosamente alabó la composición. Ärîla Svarûpa Dâmodara permaneció
calmo y le pidió al brâhmaòa poeta que explicara el significado de nandi-äloka.
El brâhmaòa explicó que el cuerpo del Señor Jagannâtha es exquisito y bello y
el Señor Caitanya, quien es extremadamente grave, es el alma de este cuerpo.
Y este Señor Caitanya ha aparecido en Nilacala o Jagannâtha Purî, para
despertar las consciencias espirituales del completo y aburridisimo mundo
material. Nuevamente los vaiëòavas reunidos expresaron apreciaciones
espontáneas, pero Ärîla Svarûpa Dâmodara estaba agraviado y adolorido y en
censura dijo:
“¡Oh hombre tonto! Te destruirás tu mismo no tienes la fe para entender que
ambos son la Suprema Personalidad de Dios. El Señor Jagannâtha es la
personificación de la transcendencia y bienaventuranza espiritual absoluta,
aun así tu describes Su cuerpo como material, mutable, insulso e inerte.
Cuando el Señor Caitanya quien es el Ser Supremo, absoluto y completo con
seis opulencias, tu lo mencionas como un mortal ordinario. Él es el «fuego
Supremo «de donde emana todo, pero tu lo consideras una simple chispa. Aquí
ya has cometido dos ofensas (al Señor Jagannâtha y al Señor Caitanya), por las
cuales estás condenado al infierno. Este es un castigo apto para esos quienes
no son conocedores acerca de los principios esotéricos pero se atreven a
comentar de ellos.”
Mas tu estás en ilusión total. Has distinguido entre el cuerpo y el alma de la
Suprema Personalidad de Dios (Señor Jagannâtha y Señor Caitanya),esta es
una ofensa grave. No hay distinción en lo absoluto entre el cuerpo y el alma
del Señor Supremo. La identidad personal del Señor y Su cuerpo son de la
misma energía espiritual de bienaventuranza. Por lo tanto no hay diferencia
entre ellos.
“Nunca hay disparidad entre el cuerpo y el alma del Supremo Dios” (äloka
del Kurma Purâòa citada en Laghû-Bhâgavatamèta-1.5.342.)
“¡Oh mi Señor!, yo no veo una forma superior a Tu presente forma de eterna
bienaventuranza y conocimiento. En la efulgencia de Tu Brahmân impersonal
en el firmamento espiritual, no hay cambio ocasional ni deterioro de la
potencia interna. Me rindo ante Ti porque, mientras yo soy orgulloso de mi
cuerpo material y sentidos, Tu Liderazgo es la causa de la manifestación
cósmica, aún así no soy tocado por la materia.
Esta forma presente o cualquier forma transcendental expandida por la
Suprema Personalidad de Dios, Ärî Kèëòa, es igualmente auspiciosa por todos
los universos. Ya que te has manifestado en esta forma personal eterna sobre
la cual Tus devotos meditan, yo Te ofrezco mis respetuosas reverencias.
Aquellos que están destinados para ser despachados al sendero del infierno
desatienden Tu forma personal debido a la especulación sobre tópicos
materiales.”.
Kèëòa es el Señor de la energía ilusoria «mâyâ», y la personificación
absoluta de todas las opulencias espirituales y de la infinita felicidad; mientras
que la entidad viviente es infinitesimal en estatura y siempre sufriendo como
sirviente de mâyâ.
“El Supremo Señor, Controlador Absoluto, es la personificación de la
eternidad, conocimiento y felicidad ad infinitum. Dos de Sus múltiples energías
espirituales son, Hlâdinî-sakti o dadora de placer y Samvit-sakti o conocimiento
perfecto del ser y de todo lo demás. Mientras la jîva, las entidades vivientes
condicionadas esta en ignorancia., constantemente atormentadas por las tres
miserias del mundo material, ellas están profundamente amarradas en
sufrimiento”. (C. C. antya 5/117-127)
Cuando los vaiëòavas oyeron estas observaciones de desaprobación de Ärîla
Svarûpa Dâmodara, el maestro del análisis filosófico sutil, quedaron
petrificados en una conmoción de silencio. El poeta estaba extremadamente
avergonzado, sorprendido y aprensivo, como una grulla entre cisnes el se
conservó sentado con su cabeza colgando. Luego, Ärîla Svarûpa Dâmodara,
quien era un océano de compasión y magnanimidad, viendo el estado de
abyecto desaliento se conmovió y dijo:
“Ve y estudia Ärîmad Bhâgavatam con un vaiëòava auto realizado y toma
refugio completo en los pies de loto del Señor Caitanya. Siempre busca la
asociación de los devotos del Señor Caitanya, solo entonces podrás medir el
océano de las conclusiones espirituales secretas. Todo lo importante de las
escrituras se te será revelado y luego como un verdadero panàîta podrás
narrar puramente los pasatiempos de Kèëòa”. (C. C. antya 5/131-133)
Vale la pena mencionar que la madre Sarasvatî, diosa de la sabiduría,
transforma las extraordinarias ilusiones de personas desprovistas de las
propias conclusiones espirituales en elogios a su adorado Señor Kèëòa. Como
lo encontramos en el Ärî Caitanya Caritamèta:
“No hay diferencia entre el Señor Jagannâtha y el Señor Kèëòa, pero aquí el
Señor Jagannâtha esta fijo en un lugar como la Persona Absoluta apareciendo
en forma de madera. Por lo tanto el no se mueve. Así el Señor Jagannâtha y el
Señor Caitanya Mahâprabhu, aunque apareciendo como dos, son uno porque
ellos ambos son Kèëòa, quien es la singular Verdad Absoluta. El Supremo
deseo de liberar el mundo entero arde dentro de sus corazones, y por esa
razón también ellos son uno y el mismo. Para salvar a toda la gente del mundo
materialmente contaminada, el original Señor Kèëòa ha descendido,
moviéndose como el Señor Caitanya Mahâprabhu. Viendo al Señor Jagannâtha
uno se libera de la existencia material, pero no todos los hombres de todos los
países pueden venir y ser admitidos en el templo aquí en Jagannâtha Purî. Ärî
Caitanya Mahâprabhu, sin embargo, se mueve de un país a otro,
personalmente o por medio de Sus representantes. Así El, como el Brahmân
activo, libera toda la gente del mundo”. ( C. C. antya 5/148-153)
El brâhmaòa poeta entendió su error. Sosteniendo una paja entre sus dientes
en completa humildad, el implora por refugio en todos los pies de los
vaiëòavas. Los vaiëòavas quedaron impresionados por su humildad y siendo
por naturaleza blandos de corazón hicieron los arreglos para el encontrarse
con el Señor Caitanya. Por lo tanto vemos que el criterio para recibir la
misericordia del Señor es primero recibir la gracia del devoto. El poeta más
tarde tomó sannyâsî y continuó viviendo en Nilacala, Purî.
Por lo tanto Viëòu y vaiëòava o Kèëòa y Karsneya nunca pueden ser
sometido a un examen mundano; este no puede ser aprobado por el Señor
Supremo o por las escrituras. El Señor Supremo Mismo dice en el Bhagavat-
Gîtâ:
avajânanti mâê mûàhâ
mânuëîê tanum âärîtam
paraê bhâvam ajânanto
mama bhûta-maheävaram
( B. G. 9/11)
“Los tontos se burlan de Mi cuando desciendo en la forma humana. Ellos no
conocen Mi naturaleza transcendental y Mi supremo dominio sobre todo lo que
es”.
En el Caitanya Caritamèta:
De todos los pasatiempos divinos de Kèëòa, Su manifestación como un ser
humano es de lo más superior. Él aparece como un joven vaquero sosteniendo
una flauta, un bailador encantador, radiante, con una siempre joven belleza;
esta manifestación de Él es perfectamente apropiada para Sus pasatiempos
humanos. (C. C. madhya 21/101)
La Suprema Personalidad de Dios es el Señor completamente independiente,
maestro de toda Su ilimitada, inconcebible y extraordinaria potencia.
Controlador de mâyâ, Él usa Su yoga-mâyâ sakti (potencia interna), la que es
una transformación de su transcendental energía de bondad suprema, para
ayudarlo a Él en la manifestación de sus pasatiempos en la modalidad de
Vraja, en este plano material. Y aunque ellos (pasatiempos) parecen ser
mundanas, ellos están situados en transcendencia pura:
“La transcendental forma de Kèëòa es mostrada al mundo por la energía
espiritual interna del Señor Kèëòa, la cual es una transformación de bondad
pura, esta bella forma como una joya es el tesoro más secreto de los devotos.
Esta forma se manifiesta en los pasatiempos eternos de Kèëòa. ”(C. C. madhya
21/103)
Considerar el Supremo Señor, completo con sus opulencias, controlador de
mâyâ, infinito y transcendental, ser igual a la infinitesimal jîva quien es
fácilmente subyugada por mâyâ o distinguir entre el cuerpo y el alma del
Supremo Señor como si Él fuera un mortal ordinario o a pesar del hecho que
este fenomenal universo es creado por el Brahmân, la Verdad Absoluta, y no
reconocer la realidad y existencia temporal de esta creación, pero negar la
totalidad de ella como mithya o falsa, - todas dichas vistas incorporan una
pervertida filosofía llamada mâyâvâdâ. Así el Señor Supremo Kèëòa condena
como avajânanti o ilusorio la no aceptación de los Mâyâvâdîs de Su eterno,
lleno de conocimiento y absolutamente bienaventurado cuerpo el cual es una
transformación de bondad pura.
Ärîla Viävanâtha Cakravarti Ùìâkur escribe en su comentario: “A la pregunta:
¿Qué le pasa a esos que concluyen que el cuerpo del Señor es material,
ilusorio y lo mismo como el de un ser humano, así mofándose de Él? El Mismo
Señor contesta:
moghâsa moghâ-karmaôo
moghâ-jñana viceùadah
raksasim asuriê caîva
prakètim mohinim ärîtah.
(B. G. 9/12)
“Aquellos que están perplejos son atraídos por los demonios e ideas ateas.
En ese estado de engaño sus esperanzas (por liberación), actividades fruitivas
y cultura de conocimiento están todas frustradas.”
Cuando los ofensores son devotos, entonces también sus esperanzas y
expectativas están defraudadas, significando su mucho deseo después de
liberación (slokya etc.), permanece inalcanzable. Si ellos son karmis
(trabajadores fruitivos) están privados de ser elevados a los planetas
celestiales o Svarga-loka; en cuanto a jñanis o filósofos empíricos, ellos no
pueden obtener mokëa o la liberación sayujya de fusión con el Brahmân.
Entonces, en realidad, ¿cuánto ganan? —Ellos adquieren una mentalidad y
naturaleza demoniaca. Ellos se apartan del sendero recto y se vuelven
hacedores del mal y odian al Supremo Señor Viëòu y sus devotos los
vaiëòavas”.
El Bhagavad-Gîtâ declara:
mahâtmânas tu mâê
daivîê prakètim âäritâì
bhajanty ananya-manaso
jñâtvâ bhûtâdim avyayam
(B. G. 9/13)
“ ¡Oh hijo de Pètha!, aquellos que no estén engañados, las grandes almas,
están bajo la protección de la naturaleza divina. Ellos están ocupados por
completo en servicio devocional porque ellos Me conocen como la Suprema
Personalidad de Dios, original e inagotable.”
Esas grandes almas realizan que aunque el Supremo Señor aparece en la
forma humana Él es la personificación de sat, cit y ânanda,
consecuencialmente Él es indestructible e infinito. Este ânanda anânya-
manaso o perseverancia en bhajana o servicio devocional es la «raja-guhyam»-
el rey del conocimiento, confidencial y recóndito. La siguiente äloka del Gîtâ
explica la naturaleza del bhajana:
satataê kîrtayanto mâê
yatantaä ca dèàha-vratâì
namasyantaä ca mâê bhaktyâ
nitya-yuktâ upâsate
(B. G. 9/14)
“Siempre cantando Mis glorias, esforzándote con gran determinación,
ofreciéndome reverencias, estas grandes almas perpetuamente Me adoran con
devoción”.
Cantando el nombre del Señor, juzgando la pureza del tiempo, lugar y
persona es superfluo. Por lo tanto las escrituras lo inculcan:
“¡Oh cazador! No hay regulaciones de tiempo y lugar para cantar el nombre
del Señor Hari, tampoco hay reglas prohibiendo el canto en un estado sucio y
contaminado”. ( Viëòu-dharma )
Los devotos deben siempre cantar, cerciorándose cuidadosamente de las
cualidades transcendentales personales del Señor Supremo, observar
estrictamente los votos sobre el Ekâdaäî y adorar al Señor en servicio
devocional puro. Hay una indirecta deliberada hacia el Râgânuga-bhakti o
servicio devocional puro espontáneo, en esta äloka del Gîtâ.
Sin embargo, las escrituras advierten que tal «mahâtma» o gran alma, nunca
debe ser juzgada teniendo en cuenta consideraciones mundanas:
“Una persona que considere a la Deidad adorable del Señor Supremo como
una piedra escultural, el Guru fidedigno y Vainavas como mortales ordinarios,
los vaiëòavas como perteneciendo a una clase o casta social particular, el agua
de los pies del Señor Viëòu o de los vaiëòavas como agua sencilla, el todo
Purîficador Santo Nombre de Viëòu (Kèëòa) como una vibración mundana, y el
Supremo Señor de Señores, Ärî Viëòu, Hari, como siendo igual a los
semidioses, es un residente del infierno”. (Padma Purâòa)
El Señor Caitanya anuncia: “jivera svarûp hoy kèëòer nityodas»” (la
identificación original de la jîva es que el es el eterno sirviente de Kèëòa) (C. C.
madhya 20/108), ha confirmado que el eterno servicio de la jîva al eterno
Señor Supremo, Ärî Kèëòa, es su eterna ocupación en su identidad original
eterna.
El olvido de su original y eterna identidad (Svarûpa) induce a la jîva a delirar
de grandeza acerca de el status de su nacimiento familiar, riqueza, educación
y atractivos físicos (janma, aisvarya, sruta, ärî). Estas cuatro abanican su
orgullo y en su momento precipitan acciones ofensivas contra Viëòu y
vaiëòava.
Ärî Paraôkusa Muni dice que la negligencia en el cultivo de estas cuatro
cualidades en particular, impulsa a la jîva a cometer la aparâdha de -arccye
viëòu siladhir, o ver la forma de la Deidad del Señor que se adora como una
piedra escultural ordinaria. Estas cualidades son:
1.- SAULABHYA: El Señor aparece en la tierra en Su forma de Deidad para
que todos la vean con sus ojos dados por Dios, así la jîva debe desarrollar la
cualidad de verlo en esta forma y refugiarse en Él.
2,- SAUSILYA: Realizar él status supremo del Señor Supremo y su propio
inferior, estatura infinitesimal, para en esta forma volvernos humildes y buscar
la misericordia del Señor.
3.- SVAÊITA: Alimentar la confianza en él Señor que Él con seguridad
satisfará sus deseos.
4.- VATSÂLYA: Muy a pesar de encontrar faltas en otras entidades vivientes
la habilidad de ignorarlas y ofrecerles refugio para que así se sientan sin
temor.
La jîva debe cultivar una vista exterior positiva y descartar la mala
asociación mientras busca la compañía de devotos puros. Él deseo por
actividades indeseables las que no favorecen al servicio devocional conduce al
final a la mala asociación. Gradualmente la jîva desarrolla una mentalidad
demoniaca y atea. Las escrituras nos exhortan a mantener buena asociación:
“Engañándose uno mismo y a otros se llama kaitava. La asociación con
engañadores se llama 'duhsaôga' o mala asociación. Esos que desean cosas
diferentes cosas tocantes con él servicio para Kèëòa también se llaman
'duhsaôga'”. (C. C. madhya 24/99)
“Por lo tanto una persona debe rechazar la mala asociación y estar en la
compañía de devotos. Devotos y personajes santos pueden, con sus
inequívocas instrucciones, cortar él nudo de los apegos a actividades
desfavorables las cuales van contra los principios de la devoción pura”. (S. B.
11/26/26)
Si él Guru de uno es hostil hacia los vaiëòavas (vaiëòava-vidvesi) entonces
debemos abandonar su asociación, el no es merecedor de dar una buena
asociación espiritual. Las escrituras instruyen que tal Guru ritualistico,
mundano y no fidedigno debe ser descartado por uno Guru fidedigno, un Guru
vaiëòava. Cualquier clase de mala asociación debe evitarse como una plaga.
En una forma amplia podemos citar dos tipos de duhsaôga o asatsaôga:
“La propia conducta de un vaiëòava es denunciar toda compañía materialista
o mala. Mala asociación significa la compañía de personas muy apegadas a las
mujeres, ellos son inmorales y ello también incluye a no-devotos, quienes no
aceptan a Kèëòa”. (C. C. Mad. 22/87)
Conforme a esta declaración de las escrituras, el alma sincera debe evitar
«asatsaôga» acompañándolo con una firme resolución de siempre buscar la
asociación de devotos puros; de otra manera todos los esfuerzos en cantar y
en servicio devocional serán en vano. Una mala asociación resulta en
aparâdha. Vaiëòava-aparâdha y guru-avajna, u ofender y desobedecer al
maestro espiritual, son las dos ofensas más graves. Por lo tanto el devoto debe
siempre permanecer dentro del campo de energía protectora del sâdhu sanga
o asociación santa.
El devoto sincero se abstendrá cuidadosamente de permitir cualquier
pensamiento denigrante sobre una casta vaiëòava, linaje, calificación
educacional etc. que influencie su mente, que decir de personajes exaltados
quienes son salvadores de la humanidad como Ärîla Haridâsa Ùìâkur,
Râmacandra Raya, Raghunâtha dâsa Gosvâmî, Narottama dâsa Ùìâkur,
Syamânanda Prabhu y otros, inclusive un neófito quien haya recientemente
tomado refugio de un Guru vaiëòava fidedigno y está iniciado dentro del
proceso de servicio devocional puro y no está fuertemente fijado en bhakti,
nunca debe ser juzgado por normas mundanas. Ärîla Vèndâvana dâsa Ùìâkur
escribe que aún un pilar vaiëòava tiene que sufrir las consecuencias por
faltarle el respeto a otro vaiëòava.
Solo porque una persona ha nacido como un brâhmaòa como resultado de
acciones piadosas previas no le da a él, el derecho a actuar o hablar en forma
arrogante y arbitraria. Una vez la mentalidad de una persona es visitada por
pensamientos denigrantes contra un vaiëòava, su vida se desintegra en caos
inauspicioso en esta misma vida. Este es el resultado de desechar bhakti.
Controlado por la lujuria, la avaricia y la ira etc. el abiertamente se vuelve
codicioso por riquezas, distinción, adoración y posición. Él se absorbe
totalmente en la vida material y sus apegos cubren densamente su visión que
incluso la muerte no puede abrir sus ojos a la verdad que insoportables
aflicciones le esperan en el infierno.
Un yogui poderoso como Saubhari Èëi, debido a su aparâdha contra un
elevado devoto puro Garuàa, tuvo también que sucumbir a un señuelo material
y apegos por esposa y hogar. Prajapati Dakëa tuvo que sufrir indecible miseria
debido a sus ofensas al Señor Äiva, el mejor de los vaiëòavas. En los
pasatiempos del Señor Caitanya Mahâprabhu hay muchos ejemplos como este:
Devânanda Panàîta y Gopala Capala ofendieron al más puro de los devotos
Ärîla Sirvasa Ùìâkur; Râmacandra Khan y el brâhmaòa Gopala Cakravarti
ofendieron al más exaltado vaiëòava Ärîla Haridas Ùìâkur. Todos estos
ofensores experimentaron horrendas miserias.
vaiëòava-aparada puede ser absuelta solo implorando perdón al vaiëòava
ofendido y solo cuando el lo perdone. Suplicándole a otros vaiëòavas o incluso
acudiendo al Mismo Señor Supremo y llorándole a Sus pies no exonerará al
ofensor. Es bien conocido que el gran místico Durvâsâ Muni, después de
ofender al magnánimo y puro vaiëòava Ambarîëa Mahârâja, fue perseguido y
acosado por el declarado protector de los vaiëòavas, Ärî Sudarsan-cakra. El
Supremo Señor no pudo condenar su ofensa. Durvâsâ Muni tuvo que regresar,
después de un año, al vaiëòava ofendido (Ambarîëa Mahârâja) y solo después
de rendirse a los pies de Ambarîëa Mahârâja su ofensa fue excusada.
Un Guru o un vaiëòava ofensor pueden esforzarse suficientemente cantando
y en servicio devocional, pero en realidad están meramente simulando un
acto: En un millón de vidas esto no producirá ningún fruto devocional. Cual es
el uso de bhajana (canto) y sadhana (servicio devocional), si el único
«medium» por mediación del cual Kèëòa hace descender su misericordia, ¿es
denigrado? Es imposible recibir la gracia del Señor Supremo si las bendiciones
del Guru y los vaiëòavas son ignoradas”. yasya prasâdam bhâgavat-prasâdo”.
El Señor Supremo es bhakta-vatsâla o el guardián de los devotos, Él no pone
la menor atención a los ruegos de los ofensores de los vaiëòavas. Privados de
la gracia de Dios, estos ofensores se vuelven supeditados a las mentalidades
demoniacas y ateas las que gradualmente transformaran sus naturalezas. Ellos
terminan volviéndose una carga viciosa para la humanidad. Durante la sesión
de preguntas y respuestas entre el Señor Caitanya y Ramânanda Raya un
punto muy pertinente vino a colación
El Señor Caitanya inquirió: “ De todo lo que es bueno y beneficioso para la
jîva, ¿Qué es lo que le da un óptimo beneficio? Ärîla Ramânanda Raya
respondió: “Para la jîva, no hay nada mejor que Kèëòa-bhakta-sanga o
asociación de los devotos puros de Kèëòa”. (C. C. madhya 8/251)
El Señor Caitanya instruyó a la raza humana entera usando a Sanatana
Gosvâmî como Su intermediario:
“Una persona nacida en una familia baja no está inhabilitada para
desempeñar servicio devocional a Kèëòa, ni es uno considerado hábil para el
servicio devocional simplemente porque es nacido en una familia aristocrática
de brâhmaòas. Cualquiera que tome servicio devocional es exaltado, mientras
que un no-devoto está siempre condenado y es abominable. Por lo tanto, en la
ejecución del servicio devocional al Señor, no hay consideración de status
familiar. La Suprema Personalidades Dios, Kèëòa, es siempre extremadamente
bondadoso con el manso y humilde, mientras que los aristócratas, eruditos y
ricos son muy orgullosos de sus calificaciones materiales.
Entre los varios procesos de ejecución del servicio devocional, el método
conocido como nava-vidha o nueve veces bhakti es el mejor por ser lo
suficientemente potente para conceder Kèëòa bhakti y su extatico amor por Él.
Y de todas esas nueve ramas del bhakti, cantar el Santo Nombre del Señor es
lo más elevado. Si uno canta sin cometer ninguòa de las diez ofensas en
contra del Santo Nombre, obtiene el insuperable tesoro del amor por Dios”. (C.
C. antya 6/66-68,70-71)
Los brâhmaòas, por nacimiento, poseen los únicos derechos de recomendar
y ejecutar sacrificios, penitencias, austeridades conforme con las escrituras
smèti, las que tratan con las actividades mundanas fruitivas. Ellos también
procuran por los planetas celestiales, los que son indeseables y metas
temporales para un devoto de Kèëòa. Por lo tanto entre el trabajador fruitivo
de la población, los cuales forman la mayoría en la sociedad humafa, los
brâhmaòas son considerados por ellos como la élite. Por el dictum Vedico:
“bhaktau nr-maùrasya-adhikârîta”, porque solamente seres humanos, cada
entidad viviente tiene completos derechos de enrolarse en bhakti. Por lo tanto
un vaiëòava devoto, aún si es nacido en una familia de come-perros es
aceptado como el mejor de los brâhmaòas en una sociedad espiritual; mientras
que un brâhmaòa por nacimiento, con toda su experiencia en la ejecución de
rituales fruitivos, debido a que no es un devoto, se considera muy degradado:
“Si un candala es un devoto del Supremo Señor Hari, el muy superior a un
brâhmaòa de doble nacimiento, pero si un brâhmaòa de doble nacimiento esta
desprovisto de devoción por el Señor Supremo Hari, el es peor que un candala
come-perro”.
Especialmente en Kali-yuga, la forma más efectiva de sacrificio es
Sankîrtana-yajña o el canto congregacional del Santo Nombre de Kèëòa. Por lo
tanto quien es iniciado en este proceso de nâma-yajña es ciertamente el mejor
entre los humanos. El Ärîmad Bhâgavatam, la fruta madura del árbol del
conocimiento Védico, la ciencia experimentada de la verdad védica y la joya de
todas las escrituras reveladas, ha concluido que solamente hombres de
intelecto superior pueden comprobar Sankîrtana-yajña como el único medio en
Kali-yuga para debidamente adorar y satisfacer al Supremo Señor Viëòu,
Yajnapati o el Señor de los sacrificios. Citas sobre el proceso de Sankîrtana-
yajña y nava-vidha bhakti abundan en el Ärîmad Bhâgavatam:
kèëòa-varnam tvisakèëòam
sangopangaätra-prasâdam
yajnaib sankîrtana-prayair
hî sumedhasab
(S. B. 11/5/32)
“ En la era de Kali personas inteligentes adoran la encarnación de Dios por
medio de la ejecución del canto congregacional constante del nombre de
Kèëòa. Aunque Su tez no es negruzca, Él es Kèëòa Mismo. Él está acompañado
de Sus asociados, sirvientes, armas y acompañantes confidenciales”.
“(Una persona es inteligente) Solamente si adora a la Suprema Personalidad
de Dios, Kèëòa como único objetivo y en forma resuelta.”(S. B. 2/3/10)
Hay tres älokas que claramente defienden, consecutivamente, la eficacia de
äravanaê, kîrtana y smaranam (oyendo, cantando y recordando):
tasmaà ekena manâsa
Bhâgavan satvaùam patih
srotavyah kirtîta vyas ca
dhyeyah pûjyas ca nityada
(S. B. 1/2/14)
“Por lo tanto, con la atención centrada uno debe constantemente oír,
glorificar, recordar y adorar a la Personalidad de Dios, quien es el protector de
los devotos”.
tasmat sarvâtmâna rajan
harîh sarvaùra sarvada
stotavyaì kirtitavyas ca
smartavyo Bhâgavan nènam
(S. B. 2/2/36)

“¡Oh Rey!, es por lo tanto esencial que cada ser humano oiga, glorifique y
recuerde a la Suprema Personalidad de Dios siempre y en todo lugar”.
tasmad bharata sarvâtmâ
Bhâgavan isvaro harîh
srotavyaì kirtitavyas ca
smartavyas cecchatabhayam
(S. B. 2/1/5)
“¡Oh descendiente del Rey Bhârata!, quien desee liberarse de todas las
miserias debe oír, glorificar y recordar a la Suprema Personalidad de Dios,
quien es la Superalma, el controlador y salvador de todas las miserias.”
La próxima äloka establece que el nâma-sankîrtana es el más eficaz medio
de todos- incluyendo karmi, jñani y yogui
etan nirvîdyamanânam
icchatam akuùo-bhayam
yoginaê nèpa nirnitam
harer nâmanukîrtanam
(S. B. 2/1/11)
“¡Oh Rey!, el constante canto de los Santos Nombres del Señor después de
las vías de los grandes preceptores es sin duda alguòa y sin temor la vía del
éxito para todo, incluyendo quienes están libres de todo deseo material, esos
que están deseosos de todo goce material, y también esos satisfechos por
fuerza del conocimiento transcendental”.
Ärîla Jîva Gosvâmî ha profusamente glorificado este proceso de nâma-kirtana
describiendo con versos escogidisimos, el nombre, cualidades, belleza,
pasatiempos del Supremo Señor, en su libro Bhakti-Sandarbha. Él explica allí
en el comienzo que conforme al S. B. 1/2/6 la ocupación Suprema de la jîva o
“parodharmo”, es prestar servicio devocional (bhakti) sin motivación (ahaitukî)
e ininterrumpido (apratiìâta) al transcendental Señor Supremo (adhokëaja), y
esto solo satisfará por completo y traerá felicidad al ser (âtma-suprasidati).
Posteriormente el cita otra äloka del Bhâgavatam que inequivocadamente
identifica al nâma-sankîrtana con la principal y más importante ocupación de la
jîva:
etavan eva loke smin puêsam
dharmaì parah smètah
bhakti-yoga bhâgavati
tan-nâma-grahanadibhîh
(S. B. 6/3/22)
“El Señor Supremo Kèëòa dijo: ¡Querido Uddhava! Yo he designado tres
procesos de yoga: jñana, karma y bhakti por los cuales los seres humanos
pueden alcanzar mokëa o liberación. Más allá de estos tres, no hay
absolutamente nada más, no hay otro camino”.
Para alcanzar mokëa, en esta äloka, el Señor ha graduado a los seres
humanos conforme a su inclinación individual, karma-yoga, jñana-yoga y
bhakti-yoga. Pero sin bhakti nadie puede alcanzar este destino supremo. Así
los otros sistemas de yoga son dependiente del bhakti, pero el bhakti no
depende de ninguno. En algún lugar del Ärîmad Bhâgavatam esto también se
declara inequivocamente:
na sadhayatî maê yoga
na sankhyâm dharma uddhava
na suadhyayas-tapâs-tyago
yatha bhaktir-mamorjita
(S. B. 11/14/20)
“¡Oh Uddhava! La manera en la cual el servicio devocional puro puede
satisfacerme e incluso subyugarme no es la práctica mística o astanga yoga, la
filosofía sankhya, religiosidad. estudiando los Vedas, penitencias, caridad,
tampoco ni ningún otro proceso se acerca al bhakti”.
Sin embargo, bhakti ejecutado con amor es el más favorecido del Señor y así
lo reitera el Señor Mismo:
“Así, para ese yogui afortunado cuyo corazón fluye naturalmente hacia (mi)
Kèëòa y quien se une conmigo en servicio devocional, ni jñana (conocimiento
empírico), tampoco vairagya (renunciación) son medios benéficos y eficaces de
sadhana o practica espiritual para llegar al destino supremo en este mundo.”
Cualquier tipo de objetos se obtienen en este mundo por medio del trabajo
fruitivo (karma), austeridad, conocimiento, renunciación, yoga mística, caridad,
religiosidad o cualquier otro sendero auspicioso, pero Mis devotos lo obtienen
comprometiéndose en el servicio devocional. Lo que es más, respondiendo a
sus oraciones, el puede ser elevado a los planetas celestiales, a la realización
del Brahmân e incluso al firmamento espiritual y eterno de Vaikuòùha.
“ Pero los equilibrados y santos devotos Me aman mucho, ellos rehusan
aceptar liberación del ciclo de nacimientos y muertes, aunque Yo mismo se la
ofrezco”.(S. B. 11/20/31-35)
¿Por qué la gratificación de los sentidos y la liberación del Brahmân son
indicativo de una escasez de conocimiento y un apego a la ignorancia? ¿Por
qué son ellos engañosos, caprichosos e ilusorios? ¿Por qué son ellos extraños y
una carga innecesaria para el alma? ¿Por qué se designa a Kèëòa-prema como
la necesidad suprema y la quinta y más importante meta humana ? (más allá
de las cuatro védicas). Para percibir esta verdad, incluso los panàîtas más
inteligentes, después de un extenso escrutinio de los Vedas y Vedânta, no
pueden tener éxito. Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî ha escrito:
“De acuerdo a su karma, todas las entidades vivientes están errando por el
universo entero (alguòas veces en el sistema planetario superior y otras en el
inferior). Un alma rara y afortunada encuentra refugio a los pies de un Guru
fidedigno por la gracia del Señor Kèëòa. Él implanta esta (invaluable) semilla
en su corazón como un jardinero cuidadoso y la cuida regándola
religiosamente, oyendo y cantando (el nombre de Kèëòa) y con el servicio
devocional.
A medida que la bhakti-lata-bija o semilla de la devoción retoña y con el
riego se convierte en planta, gradualmente se convierte en enredadera que
crece alta y penetra la cubierta de este universo material (brahmânda)
expandiéndose en el otro lado de Viroja ( la extensión de agua que divide el
mundo espiritual del mundo material). Ella crece más allá de Brahmâloka o de
la efulgencia del Brahmân-brahmâjyoti para entrar a la «paravyoma» o morada
espiritual. Finalmente llega al reino espiritual más elevado de Goloka-
Vèndâvana para entrelazarse con los pies de loto de Kèëòa, los cuales poseen
las cualidades de un árbol de deseo (kalpa-vèksa).
Allí se extiende y produce los frutos del prema o amor de Dios. Pero, aunque
el jardinero permanece en el plano material, el continua alimentando la
enredadera oyendo y cantando regularmente.
Sin embargo, si por casualidad el devoto comete vaiëòava-aparâdha, lo que
se compara a un elefante rabioso suelto en un jardín, su ofensa desarraigará o
partirá la enredadera bhakti. Inmediatamente las hojas comenzarán a
arrugarse y morir. Por lo tanto, (como un preventivo) el jardinero debe ser
diligente para cercar a su enredadera de la devoción para evitar que cometan
un vaiëòava-aparâdha. La otra amenaza es en la forma maleza indeseada,
trepando la enredadera en la forma de placeres materiales sensuales, el deseo
por liberación y numerosos otros anhelos mundanos. Esas malezas son:
Actividades prohibidas, que van en detrimento de la devoción, duplicidad o
comportamiento diplomático, violencia, matanza de otras entidades vivientes;
anhelo de riquezas, respeto, adoración, posición y prestigio.
Las malezas alimentándose del agua destinada para la enredadera de la
devoción, bhakti-lata, crece saludable y aniquila el crecimiento de la
enredadera de la devoción. El devoto introspectivo y observador, a la primera
señal de maleza la corta y así facilita el crecimiento de la enredadera hasta
cuando alcance Vrindavana, la morada eterna de Kèëòa. Allí la enredadera da
el fruto de prema o amor de Dios, el que madura y cae en el suelo. El jardinero
felizmente lo saborea. Tomando ventaja de la enredadera el llega a los pies de
loto de Kèëòa los que son como el árbol del deseo, kalpa-vrksa. Él queda
totalmente absorto al probar el jugo nectarino de la fruta y al servirle al árbol
del deseo de los pies de loto de Kèëòa. Esta fruta madura de prema (en
Goloka) es la perfección suprema de las aspiraciones humanas la que hace
otras aspiraciones y metas lucir pequeñitas e insignificantes, incluyendo las
cuatro recomendadas en los Vedas”. (C. C. madhya 19/151-164)
El Señor Ärî Caitanya Mahâprabhu explicó esta esencia bíblica, los principios
esotéricos del bhakti, mientras hablaba a Su querido y eterno asociado Ärîla
Rupa Gosvâmî. Aquellos quienes han realizado esta esencia y están ejecutando
servicio devocional puro bajo la guía y refugio de los pies de loto de un Guru
vaiëòava fidedigno, son en verdad raros y muy afortunados. Por lo tanto, ¿qué
podría ser más injustificado que perseguir personajes de intelecto refinado
basándonos en su casta, credo y familia? Las escrituras condenan cualquier
forma de insulto a vaiëòavas, considerando estas como ofensas graves. Todas
las personas deben ser cuidadosas acerca de vaiëòava-aparâdha.
Cantar el Santo Nombre o nâma-bhajana es ciertamente lo mejor y más
eficaz entre todas las otras formas de bhajana o actividades devocionales. El
grado de vaisnavismo de un devoto se comprueba por la profundidad de su
absorción o gusto por el nâma-bhajana. Sin tomar en consideración si tal
devoto es un vaiëòava neófito (kaniëùha) o intermedio (madhyama) o elevado
(uttama), el hecho de que el, después de realizar la suprema posición del
nâma-bhajana, se ha comprometido a cantarlo, lo pone en una posición noble,
digna de apreciación y respeto. Él puede venir de una familia de casta baja o
con malos antecedentes, pero juzgarlo obre estas bases equivale a vaiëòava-
aparâdha.
Sin embargo, vaiëòavas nacidos en castas inferiores o que vienen de familias
degradadas no deben, debido a orgullo herido, forzar a personas de casta alta
a comer sus remanentes o alimentos cocinados por él. Violaciones sobre esto
le implicará en iniquidad, en desatender el dictamen del Señor Caitanya,
tènâd api sunîcena taror api sahiëòunâ
amâninâ mânadena kîrtanîyaì sadâ hariì (Äikëâëùaka)
“ Un devoto quien es más humilde que una brizna de grâma, más tolerante
que un árbol y quien está listo para ofrecer respeto a todos sin esperar nada
en retorno es elegible para cantar el Santo Nombre de Hari, Kèëòa, todo el
tiempo.”
Además, su inhabilidad para medir el significado de ésta instrucción
aumenta su arrogancia, y no su humildad vaiëòava, y su disciplina en el
servicio devocional se interrumpe- el también crea caos en la sociedad.
El brillante ejemplo del Namâcârya Ärîla Haridâsa Ùìâkur es para nosotros,
siempre motivo de emulación. La calificación de un vaiëòava no depende de su
fuerza física, poder, riqueza o erudición. Cada uno de nosotros debemos tener
en mente que: “El Supremo Señor es generoso con Su misericordia con el
manso y humilde”. Si una persona es testigo de una ofensa que se está
cometiendo contra un vaiëòava puro, el debe protestar enérgicamente. En
caso de que no pueda hacerlo, entonces, con profunda pena, debe irse del
lugar de inmediato y cortar toda conexión con el ofensor.
Uno no debe pasar por inadvertido la gravedad de vaiëòava-aparâdha para
proteger su propia imagen o prestigio; no debe el tratar de defender la
posición y honor del vaiëòava ofensor basado en la ley mundana o etiqueta
social sobre eso, agregando inmerecida preeminencia, lo que te haría cómplice
del vaiëòava-aparâdha, lo que a su vez suena la muerte final de todo su
progreso espiritual y bienestar material. Por lo tanto los devotos deben estar,
todo el tiempo, extremadamente alerta para no enredarse o convertirse en un
cómplice de vaiëòava-aparâdha. Nunca mires a un devoto con visión mundana
y siempre recuerda como la Madre Sati renunció a que su cuerpo oyera
inventivas, improperios lanzados contra su grande y elevado esposo vaiëòava,
el Señor Äiva.
La arrogancia como consecuencia de un “complejo de superioridad” es
ciertamente condenable, pero también lo es el tenerse lástima y el desánimo
debido a un “complejo de inferioridad”.. Si en cualquiera de estos dos casos la
violencia, el odio o la envidia son factores afirmativos en la personalidad,
entonces que decir del servicio devocional al Supremo Señor en que inclusive
las características humanas desaparecen. Una persona es reconocida como un
vaiëòava solamente cuando el mismo se ha establecido en la plataforma de las
enseñanzas de Ärî Caitanya Mahâprabhu, las que Él Mismo en forma sucinta
enunció en el verso siguiente encontrado en el Padyavali (74), como también
en el Ärî Caitanya Caritamèta:
“Yo no soy un brâhmaòa, no un ksatriya, un Vaisya o sudra, tampoco soy un
brahmâcari, un cabeza de casa, un Vanaprastha, tampoco un sannyâsî. Mi
verdadera identidad es que Yo soy el sirviente del sirviente del sirviente de los
pies de loto de Kèëòa, el amo y mantenedor de las gopîs, el océano de néctar,
la fuente del universo, bienaventuranza transcendental y divina efulgencia”.
(C. C. madhya 13/80
Si los vaiëòavas nacidos en familias de casta alta insolentemente
menosprecian a los vaiëòavas nacidos de familias de baja casta social, y
además los últimos son envidiosos de los primeros entonces que podemos
decir sobre el trato vaiëòava, esto no está ni siquiera en el nivel de una
conducta humana propia. Si alguòas personas de baja clase, sin realización
sobre la filosofía de el Señor Caitanya abrazan el vaisnavismo camuflando su
verdadera intención de pavonearse, cubrirse de brâhmaòa con el fin de
embarcarse en una diatriba en contra de la clase alta, los brâhmaòas,
entonces tal acción es enérgicamente censurada por preceptores espirituales e
igualmente por las escrituras. El ataque verbal de los tales vaiëòavas sobre los
brâhmaòas y viceversa, los asaltos de los brâhmaòas de sola apariencia sobre
los vaiëòavas solo puede precipitar la destrucción de la sociedad humana y sus
valores. No hay indicios de religiosidad o espiritualidad envueltos en tales
conflictos debilitadores, más bien es un acto de darle rienda suelta a los
agentes del caos y del trastorno.
Un vasallo de nombre Paundraka decía que el era Vasudeva, Kèëòa. Él envió
un mensajero al Señor Kèëòa, el gobernante de Dvaraka, con el mensaje de
que el Señor Supremo debería renunciar de su posición como Dios ya que
(Paundraka) era el verdadero avatar o confrontarlo a el en batalla. Kèëòa, al
escuchar semejante delirio se rió por un rato al principio y luego regresó el
mensaje diciendo que si Paundraka, el charlatán, no paraba su argucia e
impostura entonces tendrá que hacerle frente a una lista de espantosas
consecuencias. Así el Señor continuó con Su desafío y conquistó a ambos,
Paundraka y su aliado, el Rey de Kasi. El esfuerzo artificial de hacer el papel de
Kèëòa, el Dios Supremo, es lo máximo de la insolencia que con seguridad lleva
a la perdición; similarmente, haciéndose pasar por un vaiëòava (impostor) y
estando embriagado de orgullo equivale a desastre.
Rechazando la mala asociación (asat-sanga) y censurando las cuatro ordenes
titulares de la categoría Varòâärama, mientras abrazamos la vida humilde de
renunciación (akincana), no es el decreto final del Señor Caitanya. El Señor
dice que el renunciante (akiñcâna) y las almas rendidas (äaraòagâta) tienen
características similares, pero los devotos que están rendidos al Señor poseen
la cualidad adicional, ellos ofrecen sus almas. Ellos se refugian en Kèëòa y se
dedican por completo a Él. El aspecto de la rendición vale la pena tomarlo en
cuenta.
Si la humildad y la renunciación (akincana) están desprovistas de almas
rendidas a los pies de loto de Kèëòa, entonces gradualmente se convierte en
falsa renunciación o renunciación superficial (phalgû-vairagya) e invita el
concepto blasfemo del impersonalismo para viciar el intelecto.
Esta äloka del Bhagavad-Gîtâ concluye:
viëayâ vinivartante
nirâhârasya dehinaì
rasa-varjaê raso'py asya
paraê dèëùvâ nivartate
(B.G. 2/59)
“El alma encarnada se puede restringir del disfrute de los sentidos, pero su
gusto por los objetos de los sentidos permanece. Pero cesando dichos (bajos)
compromisos al experimentar un gusto más elevado, el se vuelve fijo en una
conciencia despierta.”
El significado de este verso es, a medida que uno aumenta su compromiso
con la conciencia de Kèëòa, el objetivo de reducir los apegos a conceptos e
identidades mundanas se vuelve de fácil obtención, lo que conlleva al
florecimiento de su carácter de cualidades vaiëòavas en forma conmensurada.
Esa alma afortunada se embellece no solamente con veintiséis cualidades, sino
ilimitadas excelencias.
El Caitanya Caritamèta dice que, un devoto de Kèëòa es decorado con las
cualidades ilimitadas de Kèëòa. Cuando un devoto desarrolla afiliación y afecto
por Kèëòa y por cualquier cosa conectada con Kèëòa (Karsna), luego el alma
resuelta a rendirse a lo pies de loto, tiene que resolverse indispensablemente.
A medida que el mismo devoto comienza a identificarse más y más como
sirviente de los sirvientes de Kèëòa, toda mala asociación que fuese
patrocinada por el ego falso, ambos, sutil y burdo, comienza a desaparecer y el
apego y la atracción por Kèëòa y Karsna a despertar. ¿Cuándo puede el odio, la
violencia, la envidia etc. encontrar un lugar en este estado de conciencia? La
insidiosa mentalidad que se anuncia como superior, que piensa de si mismo
como superior, desaparece. El anhelo del corazón por buscar a Kèëòa se
intensifica hasta el grado donde los devotos claman el nombre de Kèëòa día y
noche. Antecedentes familiares, riqueza, conocimiento, prestigio, se desvanece
en el olvido.
Por lo tanto, la teología vaiëòava pura no es sobre el apego manifiesto ni
tampoco completo disgusto por el sistema Varòâärama. Las enseñanzas del
Señor Caitanya las que Él Mismo demostró con ejemplos, formuló la religión
vaiëòava pura, donde, en su misma raíz, el servicio a Kèëòa y Karsna se lleva a
cabo por medio del proceso de completo rendimiento y eso con el único
intento de satisfacer sus transcendentales sentidos. De aquí que es natural ese
desapego y apatía hacia lo mundano, categorización titular como en el sistema
Varòâärama esté marcadamente presente en ésta ciencia de la
autorrealización.
Cuando una persona nacida en una casta baja desea ser respetada como un
brâhmaòa y ostenciblemente acepta el vaisnavismo como su religión, el está
materialmente motivado. Su tipo de religión es «anyabhilasita» o deseo por
cosas no puramente espirituales. No hay nada en común entre ésta pretensión
y motivación materialista en el nombre de vaisnavismo, con la religión
vaiëòava pura que adopta humildad y respeto por todas las entidades
vivientes. Es en realidad una grave ofensa tratar a un vaiëòava como a un no-
vaiëòava o juzgarlo por consideraciones mundanas de familia, casta etc. Pero
igualmente grave y ofensivo es llenar de alabanzas a un no-vaiëòava y
adorarlo como a un vaiëòava (atiätuti) o glorificar a un neófito en el nivel de un
devoto puro.
Solamente cuando la jîva permanece fija en la plataforma de servidumbre
eterna a Kèëòa, la actividad eterna de su identidad espiritual original, y ejecuta
servicio devocional puro a Kèëòa y Karsna bajo la dirección de guru y vaiëòava,
ella puede encontrar alivio de las garras amenazadoras de vaiëòava-aparâdha,
la ofensa más maligna. Nuestros previos Âcâryas nos han advertido que el
canto de una persona nunca Purîfica en mala asociación; en el mejor de los
casos, alguòas veces solamente, puede estar en la etapa de limpieza o ser una
mera sombra del nombre puro (nâma-bhasa), aunque los nombres del Señor se
estén pronunciando.
Pero nâma-aparâdha está siempre presente y acechando. Mala asociación es
un detrimento en el sendero de Kèëòa-bhakti. Así que si uno desea cantar el
nombre de Kèëòa puramente entonces debemos asociarnos con devotos
vaiëòavas quienes son los más santos de todas las entidades vivientes.
Simultáneamente el debe frenar las ansias por placeres carnales, liberación
impersonal, poderes místicos etc.:
bhukti-mukti-spèha yavaù
piäacî hèdi vartate
tavad-bhakti-sukhâsyatra
kathaê abìyudayo bhave
(Bhakti Rasamèta Sindhu, 1.2.22)
“Bhukti o placeres sensuales materiales y mukti o liberación del brahmân
impersonal son dos brujas. Mientras estos dos deseos persigan el corazón de la
jîva, ¿donde está la cuestión de experimentar la felicidad transcendental del
servicio devocional?
De acuerdo con los preceptores espirituales previos, asatsanga o mala
asociación consta de no-vaiëòavas, karmis (ellos desean distracciones
sensuales temporales), jñanis (ellos desean fusionarse con el brahmân), yoguis
místicos (ellos buscan poderes místicos) y no devotos. El adelanto en bhakti
está directamente ligado con el evitar mala asociación.
La predominante guòa o modalidad de la naturaleza material, en un
brâhmaòa es sattvaguòa o modalidad de la bondad. El Ksatriya o los
administradores y la clase gobernante están bajo la influencia de una rajah-
guòa (pasión) fuerte mezclada con una sattvaguòa débil. Los Vaisyas
(agricultores y comerciantes) están controlados por una mezcla de râjah y
tamah (pasión e ignorancia) mientras que los sudras (oficios domésticos o
clase obrera) están en las garras de tamah guòa (ignorancia).
Consecuentemente, se considera que los brâhmaòas son la clase más alta de
hombres en la sociedad humana porque ellos están dotados de cualidades
nobles como control de los sentidos, veracidad, habilidad para discriminar
entre materia y espíritu etc. Ellos son los Gurus o guías espirituales en el
sistema Varòâärama (Varnanam brahmâno-guruh) de orden social.
De las cuatro ordenes espirituales Védicas (asrâma): Brahmâcârya, gèhasta,
vânaprastha y sannyâsâ (estudiante célibe, cabeza de familia, retirado de
responsabilidades familiares y permanece en el bosque, mendicante
renunciante), la orden de sannyâsa debido al desapego de las atracciones
mundanas y estando en el plano transcendental, es ciertamente preeminente.
Pero Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî rápidamente envió una carta circular
con señales de advertencia para aquellos quienes piensan que la orden de
sannyâsa da a la persona un status especial:
“Si los seguidores del sistema védico Varòâärama simplemente ejecutan las
regulaciones y responsabilidades de sus ordenes individuales sociales y
religiosas pero no atienden la adoración del Supremo Señor Kèëòa, ellos se
pudrirán en condiciones infernales.
(Ärîmad Bhâgavatam 11/5/3 dice:) Aquellos entre los seguidores de sistema
Varòâärama quienes no adoran y sirven directamente al Señor Supremo Viëòu,
Nârâyaòa, pero en su lugar se vuelven arrogantes y obsesionado con sus
posiciones varna y asrâma y desatienden adorarlo, rápidamente se verán
desalojados de sus posiciones y caerán en la más profunda depravación. (C. C.
madhya 22/26,28)
Los síntomas principales de un devoto son que el sirve y adora a Kèëòa y no
se preocupa que o quien es superior o inferior en el mundo material o en el
sistema varòâärama. Las escrituras enuncian que el devoto de Kèëòa es el
más elevado en la sociedad humana, mientras que los no-devotos son
degradados. Para adorar y servir a Kèëòa las calificaciones o descalificaciones
materiales no son criterio, todos son elegibles. Esta debe ser la actitud y
preocupación del devoto.
El Ärîmad Bhâgavatam en muchos lugares establece que el karma-yoga o
actividad fruitiva sin bhakti es labor inútil (S. B. 1/2/8; 1/2/13). El mismo
principio se aplica al jñana-yoga o conocimiento deductivo empírico (S. B.
1/5/12; 10/14/4 etc.) y el astanga-yoga o el sendero místico de las ocho y/gas
(S. B. 10/14/5 etc.) El bhakti puro es glorificado como la forma más elevada de
rendimiento al Señor Supremo muy por encima del bhakti mezclado con
karma, jñana etc.
Devotos quienes están absortos con los significados de los versos de las
escrituras como: “Sarva dharman parityajya..”., “na nirvinno natisaktah..”.,
“samsiddhir-hari-tosanam..”., “gopî-bhartuh pada kamalayor-dâsa-
dâsanudâsah,,,” “Kirtaniya sada-harih,,,”, y otros, son constantemente
empleados en servicio devocional a Kèëòa y de aquí que sus actividades no
tienen que buscar separadamente aprobación o directriz de ejemplos del
Varòâärama mundano. Sin embargo, esto no puede ser usado como una
excusa o razón para rechazar el uso vital del sistema Varòâärama, el cual ha
sido recomendado en los Vedas, Purâòas, Itihasas y otras escrituras. Ärîmad
Bhâgavatam declara:
“ Mientras uno no esté äacîado de las actividades fruitivas, no haya
despertado su gusto por el servicio devocional por medio de Sravanam
Kirtanam Visnoh, el tiene que actuar conforme a los principios regulativos de
los mandatos Vedicos”. (S. B. 11/20/9)
El devoto leal no está inspirado por ninguòa actividad otra que el servicio
devocional comenzando con oír y cantar, porque su fe ha despertado por
escuchar tópicos de los maravillosos pasatiempos de Kèëòa. Así debido a que
el devoto permanece absorto en la conciencia de Kèëòa en un grado, en
proporción a su rendimiento, no podrá ajustar sus actividades bajo las
directrices del Varòâärama, pero al mismo tiempo, el reconoce la necesidad de
tal ordenanza la cual mantiene a la sociedad evitándole un deslizamiento
seguro de anarquía y caos.
La proliferación y las profundas desviaciones de las ordenes Védicas del
Varòâärama, es la perdición de la sociedad moderna. Plagada de
irresponsables e incontrolables hábitos en el comer, dormir, aparearse y
defenderse uno mismo contra el peligro, los ideales y ennoblecedoras
exhortaciones del ejemplo Varòâärama se están ofuscando. La erosión de las
normas morales las que se reflejan en todas las esferas de la humanidad han
alarmado a los modernos pensadores quienes están preocupados por el
beneficio final de la sociedad humana. Los Gauàîya vaiëòavas están deseosos
de cooperar con personas de la misma opinión y que tengan preferencias
culinarias similares, pero ellos no pueden ayudar las formas indiscriminadas y
caprichosas de la sociedad contemporánea y sobre todo su apatía por
conciencia de Dios.
Estipulaciones en hábitos alimenticios no es restrictivo de la comunidad
vaiëòava únicamente. El yoga-äâstra proscribe al yogui no aceptar alimento ni
agua cocinados por personas con una mentalidad contraria a la de ellos. Tales
alimentos causan vacilación mental y de decisión en aquellos que desean
elevarse en yoga, lo cual puede finalmente tener un final desastroso.
Regulaciones en cada aspecto de la preparación y en la toma de alimentos,
afecta directamente el nivel de pureza y de impureza en la conciencia del
hombre. Así los Vedas decretan: ahar suddhau sattva-suddhau dhruvasmètih
“Una dieta pura y limpia purga la conciencia, tal conciencia purîficada enfoca
la mente en el recuerdo constante de la meta fundamental”.
Por ésta razón, devotos estrictos no aceptarán alimentos cocinados por
brâhmaòas no devotos, aunque ellos se consideran lo más elevado entre las
cuatro ordenes Varòâärama. El Itihasa-Samuccaya declara:
“El Señor Supremo dice: Una persona que no esté empeñada en servicio
devocional no es querida para Mi aun cuando sea un erudito en los cuatro
Vedas, pero si un come perros está ejecutando servicio devocional, entonces el
es querido para Mi. Por lo tanto uno debe dar caridad a tal come perro y recibir
regalos de el porque el es tan adorable como Yo lo soy”. Hbv. 10/127)
Los devotos saborean prasâdam o alimento ofrecido al Señor Supremo con
amor y devoción. Por lo tanto los devotos nunca rehusarán prasâdam de
ningún vaiëòava, indiferente de su previo antecedente familiar. De otra
manera esto se vuelve otra forma de vaiëòava-aparâdha. Pero en un caso
donde todo es hecho de acuerdo con las escrituras devocionales y si surge la
situación en que una burda infracción de parte del anfitrión o los alimentos
fueron cocinados por vaiëòavas sin la iniciación brâhmaòa, entonces la única
acción a seguir es emular los ejemplos sentados por nuestros previos Âcâryas,
Ärîla Gurudeva o sus asociados íntimos. Que tan critico o delicado el dilema
puede ser, bajo ninguòa circunstancia debe permitirse. En lo más recóndito de
nuestra conciencia, la más remota oportunidad de vaiëòava-aparâdha apuntala
su cabeza fea. Ärîla Raghunâtha dâsa Gosvâmî nos exhorta a todos.
“¡Oh mi incomprensible ser interior!, mi querido hermano mente, yo
humildemente me postro ante ti. Agarrándome de tus pies, yo te imploro por
favor abandona todo orgullo y ríndete por completo a Ärî Gurudeva, a la
morada espiritual de Vrajadhâma, a los residentes de Vraja, a todos los
devotos vaiëòavas del Señor, a los sattvika-brâhmaòas, al Santo Nombre del
Señor Supremo, y la Divina Pareja de floreciente belleza (Ärî Ärî Gandharvika-
Giridhari) siempre fresca y llena de juventud y en esta forma rápidamente
desarrollar apego sublime a ellos”. (Manah-Siksa 1)
Ärîla Raghunâtha dâsa Gosvâmî se dirige a su propia mente para hablarnos a
nosotros, y sus enseñanzas son indispensables para nuestro progreso en la
vida espiritual. Un vaiëòava debe permanecer sin orgullo como Ärîla
Raghunâtha dâsa. Aunque él era completamente conocedor de las
conclusiones esotéricas de la ciencia de la devoción pura, él demostró con su
ejemplo el proceso de oír, cantar, etc.,, en forma pura, Él fue extremadamente
renunciante, tenia perfecta conducta vaiëòava, era muy humilde y demás. Aún
si un vaiëòava es muy elevado el siempre piensa de si mismo humilde y
manso. Él debe recordar la instrucción del Señor Caitanya: “tènad api
sunicena” etc.
Si uno piensa de si mismo como un vaiëòava, entonces uno no puede
permanecer «amani» o sin orgullo. El siniestro deseo por pratistha o adoración
y posición contaminará la conciencia y lo arrastrará a agonías infernales.
Sintiéndose superior, si él a propósito deja sus remanentes para otros, su
conciencia se doblará bajo el peso de la arrogancia. Por lo tanto el vaiëòava,
con tal de evitar todas éstas fallas debe siempre pensar de si mismo como el
discípulo humilde de su maestro espiritual y rehusar adoración (pûjâ) para si
mismo, de cualquiera.
Una vez el devoto es capaz de establecerse por si mismo en la plataforma de
“gopîbartuh padakamalayor-dâsa-dâsanudâsah”, entonces el falso ego en la
forma de casta elevada, antecedentes familiares, riqueza, conocimiento,
austeridad etc. no puede influenciarlo tanto como desviarlo del sendero de
suddha-bhakti. Su corazón está siempre encendido con la lámpara de la
humildad y el es inocentemente franco internamente y externamente. En su
corazón no hay lugar para que entre la oscuridad del engaño. Manteniendo el
orgullo inflado internamente, pero externamente haciendo un espectáculo de
humildad, semejante engaño es absolutamente ajeno del devoto puro.
Quien ha desarrollado amor puro por el Señor Supremo, quien está
sumergido en la meditación del Santo Nombre, cuyo corazón busca
constantemente a Kèëòa, el Señor de su corazón, mientras clama de verdad
por Él (no haciendo teatro), es indudablemente un vaiëòava que puede
Purîficar el universo entero. Bajo ninguòa condición puede el orgullo, honor
mundano, adoración etc.- los que son producto de las tres modalidades de la
naturaleza material (triguòa), afectarlo. El encaja la descripción del Ärîmad
Bhâgavatam de un uttama adhikary quien esta deseoso a rendirle reverencias
a un caballo, burro, vaca, candala, brâhmaòa.
Una personalidad exaltada como el nunca puede insultar o irrespetar a una
jîva ordinaria, que decir de cometer vaiëòava-aparâdha. Él es la personificación
y el protector de las enseñanzas del Señor Caitanya: “jive sanman dibe jani
kèëòa adhisthan ”(ofrece respeto a todas las jîvas sabiendo que Kèëòa reside
en sus corazones). solo cuando nosotros podamos emular a tan elevada alma,
entonces por la misericordia de los vaiëòavas podemos adquirir la gran fortuna
de saborear el océano nectarino de la devoción pura.

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