Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
El sabio y el necio
Salomn fue el hombre ms sabio y ms
rico que jams haya existido. Dios lo
bendijo a tal grado que de l se dice: Y
Jehov engrandeci en extremo a
Salomn a ojos de todo Israel, y le dio
tal gloria en su reino, cual ningn rey la tuvo antes
de l en Israel (1 Crnicas 29:25). l, el hombre ms
poderoso que hubo, declaraba de s mismo:
Engrandec mis obras, edifiqu para m casas, plant
para m vias; me hice huertos y jardines, y plant en
ellos rboles de todo fruto. Me hice estanques de
aguas, para regar de ellos el bosque donde crecan los
rboles. Compr siervos y siervas, y tuve siervos
nacidos en casa; tambin tuve posesin grande de
vacas y de ovejas, ms que todos los que fueron antes
de m en Jerusaln. Me amonton tambin plata y oro,
y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice
de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de
los hombres, y de toda clase de instrumentos de
msica (Eclesiasts 2:4-8).
Es un cuadro paradisaco. Muchas de las nociones que
tenemos de lo que debe ser un rey se originan
precisamente en el rey Salomn. Riqueza. Poder. Lujo.
Muchos de nosotros no lo tenemos todo; de hecho,
Vanidad de vanidades
Todo es vanidad
Por David Boanerge
davidboanerge@gmail.com
Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza. Por eso
somos ms que las bestias del campo. Por eso a Dios
le interesa nuestra vida y nuestra muerte. El mundo y
lo que en l hay es vanidad. Todo pasa, pero el que
hace la voluntad de Dios permanece para siempre:
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de
la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el
mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre (1 Juan
2:16-17).
La misericordia de Dios
Pero, afortunadamente, Dios tiene
cuidado de nosotros. Por algn motivo,
sin que lo mereciramos, Dios nos am
y por tal motivo mand a Su Hijo Jess
a morir por nuestros pecados. La Palabra de Dios dice:
Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unignito, para que todo aquel que
en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna