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DESDE
SU
NACIMIENTO
POLITICO
AL
CAPITALISMO
una
descontroles que
sensacin de riqueza, y la
del petrleo a nivel internacional, aadindose otras variables tales como la falta
de produccin de otro tipo de rubros y la escasez de un altsimo porcentaje de
alimentos de la dieta diaria, as como de medicinas.
Lo acotado anteriormente es un crculo referido a la manera como se
desplaza el comportamiento rentista, lo que se traduce a su vez en la imperante
necesidad que siente el individuo en su entorno social. A mi manera de ver la
sociedad de consumo es contrarrevolucionaria porque despolitiza al sujeto y lo
sumerge en la inmediatez, en el vaco, en el estereotipo, estableciendo una
especie de presente eterno en la medida en que fragmenta la historia, el espacio y
la poltica; pero tambin es contradictoria en el ser y el hacer, en ese discurso que
permanentemente recibimos donde se nos ha dicho hasta la saciedad que SER
RICO ES MALO, y digo contradictorio porque esos mismo que a cada instante
repiten eso como bandera de la revolucin son los mismos que viven en la
opulencia, rodeados de lujos, residen en las mejores zonas, en mansiones , carros
importados, relojes de marcas y pare usted de contar, sera interminable la lista del
consumo desorbitado al que hacen alarde estos ejemplares de la nueva burguesa
venezolana. Esa fragmentacin, no se trata de una fragmentacin comunal, sino
de una, en la cual el individuo queda desprovisto ante el poder del capital. Las
estruendosas camionetas deportivas importadas, ltimo modelo, de un costo
altsimo, el silicn, los biopolmeros, el iphone, etc, se entremezclan as con el
Che Guevara y Carlos Marx, con el cantar de Al Primera, con los Consejos
Comunales y el antiimperialismo. Bajo esta frmula, la revolucin se convierte en
espectculo circense barato y de muy mal gusto.
Y quin detiene esto? Ciertamente, el efecto que puede producir la
disminucin o la distorsin negativa del bombeo de la renta, evaporara la magia
que nuestro capitalismo recrea como bienestar social, abriendo el camino a una
crisis social. No obstante, el aumento del llamado gasto pblico no se refiere
nicamente a necesidades bsicas, sino a expectativas de vida, a deseos
construidos, e imaginarios Hay que atender urgentemente al creciente hueco que
rentista,
representada
por
los
ingresos
provenientes
de
la
la renta del
pas,
Autor:
Ing. Roberto J, Martnez S.
C.I. 19.534.015
Referencias Bibliogrficas