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com/Insurgencia
FRANÇOIS HOUTART
Presidente
ISBN: 978-9962-645-37-5
ISBN: 978-959-242-135-6
Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin la autorización de Ruth
Casa Editorial. Todos los derechos reservados en todos los idiomas. Derechos Reservados
conforme a la ley.
Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar por escrito su opinión
acerca de este volumen y de nuestras ediciones.
RUTH
CUADERNOS DE PENSAMIENTO CRÍTICO
Trípo de
Trípode
13/ JULIO A. GARCÍA OLIVERAS: El movimiento estudiantil
antibatistiano y la ideología de la Revolución
24/ FRANK JOSUÉ SOLAR CABRALES: El Directorio, revolucionario de
su tiempo
51 / GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ: Mujer y Revolución:
Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
77 / SERGIO LÓPEZ RIVERO: Emigración y Revolución (1955-1958)
120/ JORGE IBARRA CUESTA: Frank País y los orígenes del movimiento
revolucionario en Santiago de Cuba
140/ JULIO CÉSAR GUANCHE: El compañero señor Chibás
170/ LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY: Rafael García Bárcena:
La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
200/ RICARDO QUIZA MORENO: Cuba: cultura y dictadura (1952-1958)
225/ CARIDAD MASSÓN SENA: Proyectos y accionar
del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
248/ JORGE RENATO IBARRA GUITART: Enero-marzo de 1958:
Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
275/ REINALDO SUÁREZ SUÁREZ: Articulación del primer gabinete
revolucionario
302/ CARLOS ALZUGARAY TRETO: Colimando al caimán:
Cuba y Estados Unidos en 1959
343/ FIDEL CASTRO RUZ: Carta a Celia (5 de junio de 1958)
Palabra propia
344/ CARLOS ROMEO: Che
La linterna
379/ Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido
a Aníbal Escalante y 36 acusados más
Derroteros
405/ JOSÉ BELL LARA: Una sola revolución
413/ Manifiesto del Moncada
1959:
Una rebelión contra las oligarquías
y los dogmas revolucionarios
* Ha coordinado, junto a Fernando Martínez Heredia, Carlos Tablada Pérez, Alexander Correa
Iglesias y la Redacción de RUTH. CUADERNOS DE PENSAMIENTO CRÍTICO, el dosier «1959: Una
rebelión contra las oligarquías y los dogmas revolucionarios».
12
13
15
1
Por auténticos se refiere al Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) [PRC (A)] [n. de la R.].
2
La Universidad de La Habana, por su ubicación, se conoce familiarmente como «la Colina» [n.
de la R.].
16
17
5
Ver J. A. García Oliveras: José Antonio Echeverría: la lucha estudiantil contra Batista, Editora
Política, La Habana, 1979.
5
Ídem.
18
7
J. A. García Oliveras: José Antonio Echeverría: la lucha estudiantil contra Batista, ob. cit. (en n. 5).
19
8
J. A. García Oliveras: José Antonio Echeverría: la lucha estudiantil contra Batista, ob. cit. (en n. 5).
20
9
Ver Pablo de la Torriente Brau: «Álgebra y política», Cartas cruzadas, Editorial Letras Cubanas,
La Habana, 1981.
21
10
Fidel Castro Ruz: En esta Universidad me hice revolucionario, discurso en el Aula Magna de la
Universidad de La Habana, 4 de septiembre de 1995, Oficina de Publicaciones del Consejo de
Estado, La Habana, 2000.
11
Ver La Internacional Comunista. Ensayo histórico, Editorial Progreso, Moscú [s. f.].
22
23
La historiografía cubana está urgida de contar con una obra que reconstruya íntegramente el
desempeño de la segunda organización insurreccional en importancia durante todo el proceso de
lucha: el Directorio Revolucionario. Debemos reflejar en toda su complejidad el devenir de la
Revolución Cubana, pues en la medida que entendamos y dilucidemos las dificultades y diferen-
cias que debieron superarse en asuntos tan vitales como el de la unidad revolucionaria, por
ejemplo, podremos aquilatar la grandeza y el talento político de sus hacedores, y la Historia
como ciencia podrá cumplir su verdadero objetivo formador en lo social.
* (Cuba, 1981). Máster en Estudios Cubanos y del Caribe. Profesor de Historia de América de
la Universidad de Oriente. Es coautor de los títulos Nombrar a Martí y Nuevas voces de la
historiografía santiaguera. Tiene en preparación un libro sobre el Directorio Revolucionario 13 de
Marzo.
24
Torrente en la Colina
25
1
Hilda Berdayes: «Declaración de principios de la Federación Estudiantil Universitaria», Papeles
del Presidente (compilación), Casa Editora Abril, La Habana, 2006, p. 13.
26
27
3
Organización insurreccional de origen auténtico surgida el 13 de marzo de 1952 en la Univer-
sidad de La Habana y cuya principal figura fue Aureliano Sánchez Arango, ex ministro de
28
29
4
A la campaña contra la farsa electoral deben sumarse las desarrolladas para denunciar el
proyecto gubernamental de construir el Canal Vía-Cuba y la que se libró para exigir la amnistía
de los presos políticos en 1955.
30
5
Entrevista realizada por el autor a Faure Chomón, 15 de diciembre de 2004.
31
6
Se planeaba atacar el Palacio Presidencial, el Buró de Investigaciones y se pensaba contar con
el apoyo de la Sección Radiomotorizada de la Policía Nacional; véase Enrique Rodríguez
Loeches: «Biografías de Menelao Mora y Carlos Gutiérrez Menoyo», Alma Mater, La Habana,
1969; 97: 10, marzo.
32
33
34
35
12
«Respuesta a una infamia», ob. cit. (en n. 10).
13
Ídem.
36
14
Ídem.
15
Juan Nuiry Sánchez: ¡Presente! Apuntes para la historia del movimiento estudiantil cubano, Editora
Política, La Habana, 2002, p. 102.
16
«El Directorio llama a la unidad», Alma Mater, La Habana, 1956; [s. n.]: 3, 7, 30 de septiembre.
37
17
«El Directorio llama a la unidad», ob. cit. (en n. 16).
18
Ídem.
38
39
22
Julio A. García Oliveras sirve de enlace a José Antonio para los contactos con Castiñeiras y
propicia los encuentros entre el oficial y el dirigente universitario a finales de 1956 e inicios de
1957. Ver J. A. García Oliveras: Contra Batista, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2006, p. 279.
23
«Declaraciones de José Antonio Echeverría, presidente de la FEU», Bohemia, La Habana,
1956; 42-43, 1ro. de enero.
40
24
Julio A. García Oliveras afirma: «[...] a veces en los relatos sobre hechos históricos del movi-
miento estudiantil, se crea una diferencia entre la FEU y el Directorio, como si fueran dos
organizaciones distintas», J. A. García Oliveras: Contra Batista, ob. cit. (en n. 22), pp. 287-288.
El planteamiento es compartido por Faure Chomón: «Identificarse como Directorio Revolu-
cionario o la FEU era lo mismo», F. Chomón: «A 50 años de la “Carta de México”», Granma,
La Habana, 28 de agosto de 2006, p. 3.
41
25
Además, la historia reciente de pactos entre organizaciones opositoras era de triste recorda-
ción para el pueblo cubano. Era preciso desmarcarse de engendros como el Pacto de Montreal,
que se había diluido entre los alardes insurreccionalistas de sus promotores.
26
F. Chomón: «El movimiento estudiantil, foco insurreccional», Alma Mater, La Habana, 1972;
136: 44, noviembre.
42
27
J. A. García Oliveras: Contra Batista, ob. cit. (en n. 22), p. 288.
43
44
29
«Actuó Echeverría de acuerdo con la FEU», El Mundo, La Habana, 1956; 55 (17506): 1, 4 de
septiembre.
30
«Bases de la Unidad Revolucionaria», Alma Mater, La Habana, 1956; [s. n.]: 1, 3, 30 de
septiembre.
31
Ídem [con énfasis en el original].
32
Ídem.
33
Ídem.
45
46
47
Señal de libertad
48
49
50
Introducción
51
3
Fulgencio Batista, líder de la llamada «revolución septembrista». Lideró el movimiento de los
sargentos contra la dictadura de Gerardo Machado. Ver Fondo María Gómez Carbonell:
«Cruzada educativa cubana», Archivo de la Biblioteca de la Universidad de Miami.
4
En mis libros me refiero a la participación y liderazgo femenino y las relaciones hombre-mujer
en la lucha insurreccional. Ver entre otros: G. M. García Pérez: Cuando las edades llegaron a estar
de pie; «Género, historia y sociología. Cuba siglo XX: mujer y Revolución. Algunos apuntes
sobre estudios de casos y familias a partir de la perspectiva de la nación y la emigración»;
Insurrección y Revolución (1952-1959).
5
Carlos Barros: Historia a debate; en la misma compilación ver: «Reflexiones en torno a la
historia de las mujeres», de María Luisa Bueno Domínguez (Universidad Autónoma de Ma-
drid) y «Algunas cuestiones a debatir sobre la historia de las mujeres», de Cristina Segura
Graiño.
6
Sobre las dos concepciones dentro del campo revolucionario, por un lado, los autores influidos
por la ideología soviética, el movimiento comunista y la reproducción de los rasgos del tipo de
dominación en nombre del socialismo de tendencia dogmática soviética: Oleg Darushenkov:
Cuba. El camino de la Revolución; A. D. Bekarevich: El gran Octubre y la Revolución Cubana; Vania
Bambirra: La Revolución Cubana, una reinterpretación. Y entre los autores, cuyas concepciones
tienen su origen en el proceso insurreccional, su ideología de liberación y su triunfo, que
desarrolló la «revolución popular», ver Fernando Martínez Heredia: El ejercicio de pensar,
pp. 28-29.
7
Ver G. M. García Pérez: Memoria e identidad: un estudio específico (1952-1958), p. 1, n. 1; Evelyn
Picón Gardfield e Iván A. Schulman: Las entrañas del vacío. Ensayos sobre la modernidad americana.
52
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
vimiento de liberación nacional.
El aporte de las combatientes clandestinas, guerrilleras, o de las Sec-
ciones del Exilio, descubre sus historias de vida como militantes de las
agrupaciones femeninas, o las de ambos géneros o las que militaron
indistintamente en unas y otras. El caso de Eva Jiménez, cuya trayecto-
ria servirá de ejemplo en este ensayo, representa la continuidad y la
ruptura del proceso independentista y de las generaciones revoluciona-
rias de 1895, 1930 y 1950.
La conciencia insurgente de hombres y mujeres de la Generación del
50 fue portadora de la cultura patriótica,12 del pensamiento de justicia
social y, en algunos elementos de la vanguardia, de la mentalidad de la
8
F. Martínez Heredia: El ejercicio de pensar, ob. cit. (en n. 6), pp. 16-28: sobre el pensamiento
social, el patriotismo radical, el patriotismo popular, antimperialismo y justicia social como
corrientes de pensamiento.
9
F. Martínez Heredia: «Pensamiento social y política de la Revolución», ob. cit. (en n. 6), p. 3,
n. 1.
10
La Nueva Historia como tendencia historiográfica promovida por la Escuela de los Annales
francesa y retomada después por Carlos Barros, desde las últimas décadas del siglo XX. En Cuba
se destacan, entre otros promotores en el estudio de la Revolución, los historiadores Jorge
Ibarra, Newton Briones; el ensayista y filósofo Fernando Martínez Heredia; en historia social,
cultural y estudios de género María del Carmen Barcia; y las sociólogas Niurka Pérez Rojas y
Marta Núñez.
11
Ver G. M. García Pérez: Insurrección y Revolución (1952-1959).
12
Cultura patriótica: Mentalidad promotora de la tesis de independencia política, soberanía
económica y justicia social, y de la necesidad de llevar a cabo un movimiento de libertad para
una época nueva de la revolución moderna. Ver G. M. García Pérez: Memoria e identidad: un
estudio específico (1952-1958), p. 1. Concepción martiana que implica la de nación libre e
independiente del injerencismo de potencia extranjera.
53
1952
54
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
te en el Frente Cívico de Mujeres Martianas. En 1956 surge Mujeres Opo-
sicionistas Unidas; en la antigua provincia de Oriente se organizó el Frente
de Mujeres Cubanas; en las Secciones del Exilio del MR 26-7 en Nueva
York, la Sección Femenina; y en Tampa, Florida, el MR 26-7 agrupó a
las militantes en su estructura con el nombre de Frente Cívico de Muje-
res Martianas. En Cuba ni el MR 26-7, ni el Directorio Revolucionario
13 de Marzo tuvieron en sus estructuras secciones femeninas. Tampoco
incluyeron en sus programas los intereses de este segmento social, que
demandó desde principios del siglo la revolución de la mujer.19
Castro, tomó el poder en 1959; y el Frente Cívico de Mujeres Martianas, organizado por sus
fundadoras y dirigentes –de ideología martiana nacionalista popular y de ideas de izquierda–
Aída Pelayo y Carmen Castro Porta, Neneína. Todos ellos tras el golpe de Estado de 1952
conformaron la masa crítica de la Revolución, como avanzada del pueblo. En el decursar de la
lucha surgieron otras agrupaciones partidarias del enfrentamiento armado al poder.
17
Aunque en la actualidad se utiliza la denominación Movimiento 26 de Julio –como se eviden-
cia en el uso que hace la mayoría de los autores incluidos en nuestro dosier–, la autora, no solo
investigadora, sino también combatiente y dirigente de dicho Movimiento, explica que, tanto
la Dirección Nacional, provincial y regional del Movimiento, así como en documentos de
Fidel Castro, se firmaba Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7). Alude a una de las
primeras declaraciones públicas de Fidel Castro, por escrito, desde la prisión Miguel Schultz,
en México (1956), que publicara el periódico mexicano Excelsior: «Nuestro programa es
democrático nacionalista. El Movimiento Revolucionario 26 de Julio lucha por convertir a
Cuba en una nación libre [...]»; citado en Heberto Norman Acosta: La palabra empeñada, t. 2,
p. 143 [n. de la R.].
18
Fidel Castro: «Pensamiento económico (tesis del Movimiento Revolucionario 26 de Julio)»,
Pensamiento político, económico y social de Fidel Castro.
19
Mariblanca Sabas Alomá: Feminismo. Cuestiones sociales y crítica literaria; G. M. García Pérez:
«Emilio Roig de Leuchsenring: desde una perspectiva de género».
55
Mujer y Revolución
20
Louis Pérez Jr.: The Cuban Revolutionary War, 1953-1958. A Bibliography. Se destacan entre
otros autores las periodistas e historiadoras Mirta Rodríguez Calderón y Nydia Sarabia; tam-
bién Ernesto Che Guevara y Vilma Espín.
21
Ver G. M. García Pérez: Cuando las edades llegaron a estar de pie; Memoria e identidad: un estudio
específico (1952-1958); Insurrection and Revolution: Armed Struggle in Cuba, 1952-1959 (Studies in
Cuban History). En todos estos libros formulo las concepciones que tienen su origen en el
proceso insurreccional, su ideología de liberación nacional y su triunfo, como resultado de la
56
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
pectiva de la insurgencia me condujo a valorar en las historias de vida la
manera en que se manifestaba la continuidad de la cultura patriótica, la
ideología de la liberación en el pensamiento independentista y de justi-
cia social, el papel de las mujeres, la nueva familia mambisa en el pro-
yecto, y si ellas fueron conscientes o no de ser vanguardia del segmento
social femenino.
Las escasas publicaciones sobre la dinámica de cambios sucedidos
entre los subordinados al poder y el régimen, así como la necesidad de
revolución popular, ideas que sintetizo en el libro objeto del debate: Insurrección y Revolución
(1952-1959). Estos resultados fueron sometidos a discusión en la predefensa del Departamen-
to de Historia de la Universidad de La Habana, y aprobados por unanimidad en ese nivel
académico. Pero en el Tribunal Nacional de Grados Científicos engendraron de nuevo el enfren-
tamiento a la concepción dogmática ortodoxa, tergiversaciones y falsedades. Ver G. M. García
Pérez: Confrontación: debate historiográfico.
22
Resultados de investigación que fueron objeto de enfrentamiento al dogma ortodoxo sovié-
tico en el debate académico en el Instituto del Movimiento Comunista y la Revolución
Socialista (1974-1979), Instituto de Ciencias Sociales (ICSO) de la Academia de Ciencias de
Cuba (1981-1987) e Instituto de Historia de Cuba (1989-1997).
23
«Mujer y revolución», proyecto que obtuvo premio de la Beca de Humanidades de la Funda-
ción Rockefeller 1995-1996, Instituto de Investigaciones Cubanas (CRI), Universidad Inter-
nacional de la Florida (FIU), Miami. Los resultados fueron presentados en diferentes eventos;
entre otros los Congresos de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) celebrados
en: Washington, Chicago, Miami y Guadalajara. También en conferencias y encuentros en la
Universidad de la Florida, Gainsville, en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill,
y en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
24
Noam Chomsky: «Perspectivas sobre el poder», en Xabi Puerta, Carlos Fernández Liria,
Vicente Romano y Ricardo Alarcón de Quesada: ¡Buenos días, Utopía! (De la posmodernidad a la
neohistoria), y G. M. García Pérez: Confrontación: debate historiográfico.
57
Uno de los ejemplos que ilustra la historia de las mujeres y sustenta las
afirmaciones anteriores es el de Eva Jiménez Ruiz.
Contar su vida, en la que se personifican los valores de sus ancestros,
que lega a la contemporaneidad su existencia de mujer común y a la vez
excepcional –que despertó admiración, simpatía, amor, amistad en mu-
chos de los que la rodearon, pero también fue ignorada, abandonada y
desconocida por otros en momentos de su vida–, ejemplifica en lo par-
ticular el contexto de la dinámica del proceso revolucionario de media-
dos del siglo XX.
25
Entre los resultados se recoge la historia de un grupo de mujeres que participaron con el
Frente Cívico de Mujeres Martianas. Ver Carmen Castro Porta, Aída Pelayo y otras: La lección
del maestro.
26
G. M. García Pérez: Insurrección y Revolución (1952-1959), capítulos 2 y 3 y anexos 1 y 2.
27
G. M. García Pérez: Eva, en proceso editorial.
58
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
general Juan Carrillo, su padre, el teniente coronel Juan Jiménez Castro,
eran los personajes y los héroes.
Aprendió en su hogar los valores de la libertad, honestidad, integri-
dad de principios y la amistad, que había que construir y cultivar. La
cultura transmitida por su abuela, padre y tío esculpieron la personali-
dad de aquella niña, cuyos pensamientos y sentimientos se fueron asen-
tando en tales principios. Así se fraguó la mujer, cuya talla emerge a
mediados de la década del 20, y que por la firmeza de su carácter y
decisiones ante la vida, transitó rompiendo lo determinado por la socie-
dad patriarcal, que limitaba la libertad participativa femenina.
Las nuevas relaciones de poder entre lo femenino y lo masculino, no
logradas en la esencia de una época nueva29 con la República, represen-
tarían un reto para quien, como ella –por su temperamento, lenguaje y
expresión fuerte– solo podía concebirse a sí misma en una vida como
luchadora firme e incansable, que todo lo revolucionaba a su alrededor,
al no corresponderse las normas de conducta con los valores que ella
poseía y tampoco con la vida que esperaba.
28
Eva Jiménez Ruiz: «Testimonios», recorte de prensa en el archivo de José Pepe Gruart Jiménez,
su sobrino.
29
G. M. García Pérez: Memoria e identidad: Un estudio específico (1952-1958), p. 1, n. 1. Para la
elaboración del concepto «época nueva» parto del enunciado de José Martí acerca de la idea de
la revolución moderna en una nueva época, no solo de la experiencia americana, sino univer-
sal, que califica en esencia como un movimiento de libertad, que está en todas partes, rompe
con los elementos de la anterior forma, a la vez que acumula aquellos que pueden persistir de
la nueva. Este concepto está dado también para lo estético por Rubén Darío; ver Evelyn
Picón Garfield e Iván A. Schulman: Las entrañas del vacío. Ensayos sobre la modernidad americana.
59
30
María Victoria Cabrera: María Escobar Laredo, inédito, Museo Municipal de Historia de Reme-
dios, Remedios.
31
Boffill, cerca del Central Narcisa, fue el último campamento del Generalísimo, Máximo
Gómez, y su Estado Mayor. En el lugar operaron los abuelos mambises de la autora, el alférez
Isidro Pérez y su esposa, doña Lola de los Reyes y Arteaga.
32
Ver notas del historiador de Remedios, Fondo José A. Martínez Fortún, Instituto de Litera-
tura y Lingüística; y Archivo de la autora. Disquete M3; MVC 0175, 185, 195.
33
Testimonios de José Gruart Jiménez, La Habana, 4 de marzo de 2008.
34
Eva Jiménez: Autobiografía, Fondo Archivo de Remedios, disquete M2.MVC.
35
Programa e Ideario, Fondo Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos), Archivo Nacional de
Cuba.
60
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
tos y objetivos cívicos.39
En ese tiempo Fidel investigaba acerca de la vida de derroche e
inmoralidades del presidente de la República, Carlos Prío Socarrás, y en
una de esas ocasiones se dirigió a la casa de Eva para decirle que al día
siguiente la iba a buscar para entrar en la finca El Rocío, propiedad del
presidente, y hacer una película donde se vieran los soldados del Ejército
trabajando para él de sol a sol. El día señalado partieron en dos autos.40 Al
llegar, Eva se hizo pasar por mexicana y mientras conversaba con los
soldados en la posta, René Rodríguez los iba grabando. Fidel decidió guardar
la película en la casa de unos militantes ortodoxos cerca del lugar.
36
Eva Jiménez: Autobiografía, ob. cit. (en n. 34).
37
Ídem.
38
Ver nota 2. Ver además, C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: La lección del maestro, y Clara
Hernández: «Combatientes clandestinas», El Mundo, 21 de agosto de 1968, en: Tomas Fernández
Robaina: Bibliografía de la mujer cubana, p. 118, asiento 972. C.
39
C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: «Testimonio de Eva Jiménez: una martiana en México», La
lección del maestro, pp. 132-139.
40
Ídem.
41
Eva Jiménez: Autobiografía, ob. cit., (en n. 34).
61
62
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
entre mayo de 1952 y abril de 1953 creó la red del MNR,49 que se nutrió
del movimiento popular del PPC (O) y de jóvenes universitarios.50 Du-
rante el año transcurrido prepararon las condiciones para tomar el cuar-
tel de la ciudad militar de Columbia. Concibieron la entrada por la posta 13,
pero la conspiración abortó. Los miembros del Buró de Investigaciones
de la Policía Nacional y del SIM51 ocuparon el apartamento de Eva.52
Conducida junto a García Bárcena y el grupo que los acompañaba al
Buró y después al SIM, desafió al jefe de la Inteligencia, Ugalde Carrillo,
acusándolo de violar la Constitución.53
47
Eva Jiménez se refiere al Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7); al Partido del
Pueblo Cubano (Ortodoxos) en la tendencia insurreccional; asimismo el Partido Revolucio-
nario Cubano (Auténtico), la Triple A y al Directorio Revolucionario, que se llamó después del
asalto al Palacio Presidencial Directorio Revolucionario 13 de Marzo.
48
Ver Eva Jiménez: Autobiografía; ob. cit. (en n. 34); C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: La lección
del maestro, p. 132, y Testimonio de Rosita Mier, La Habana, julio de 2008.
49
En el archivo de la autora, Testimonio del general Guillermo Rodríguez del Pozo. Él y
Gustavo Arcos extendieron la red del MNR a todos los municipios de la antigua provincia de
Las Villas. Esta estructura sirvió, en 1955, de base municipal a la reorganización de El
Movimiento con el nombre de MR 26-7.
50
Heberto Norman Acosta: La palabra empeñada, t. 2, p. 47. Al MNR perteneció Vilma Espín.
51
El Servicio de Inteligencia Militar (SIM) fue creado en sustitución del Grupo de Represión de
Actividades Subversivas (GRAS), como sección del Estado Mayor General, bajo el mando del
jefe del Estado Mayor, general del Ejército, mayor general Francisco Tabernilla Dolz.
52
«Parte del Estado Mayor del Ejército», Información, La Habana, 5 de abril y 7 de abril de 1953
(periódico).
53
Ver C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: La lección del maestro, p. 133.
63
54
Entre ellas Marta Fray de Barraqué, Delia López Puncet, Herminia Delfín Charles y Ana Luisa
Capote García.
55
Información, La Habana, 7 de abril de 1953.
56
En Bohemia, La Habana, 26 de abril de 1953, ver Luis Ricardo Alonso: «Es falso que intentara
tomar Columbia el Domingo de Resurrección». Entrevista a Rafael García Bárcena, quien
maniobró junto con sus abogados, Armando Hart y Eduardo Corona, la táctica a seguir en las
declaraciones. Entre los detenidos se encontraban jóvenes estudiantes, obreros, campesinos,
empleados, propietarios de diversas edades.
57
Testimonio del general Arsenio García, expedicionario del Granma, compañero de Eva Jiménez
en México, La Habana, 13 de mayo de 2008; Testimonio de Rosita Mier, La Habana, 13 de
mayo de 2008.
58
Familia mambisa, concepto que elaboro para abordar las relaciones interfamiliares de la mujer
que actúa y participa en la lucha insurreccional al igual que el hombre; y junto a sus hijos,
padres y/o hermanos se enfrenta al poder del régimen.
64
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
policía se agudizó en ataques a golpes y a tiros, y el 13 de abril resultó
herida Idelisa Álvarez, de la Facultad de Pedagogía de la Universidad
de La Habana.
El 27 de abril se inició en la prisión del Castillo del Príncipe el juicio
a los complotados en la Causa no. 237,60 radicada en el Tribunal de
Urgencia. El Tribunal decidió entregar a sus padres los siete conspira-
dores, menores de edad. Los alrededores del Castillo del Príncipe se
convirtieron en zona militar, donde soldados, perseguidoras y policías
armados, apostados en las esquinas, bloquearon el acceso a la prisión, a
la que acudían familiares, abogados, fotógrafos y periodistas.
Eva se mantuvo serena y firme al enfrentarse al Tribunal. Le brilla-
ban los ojos y hablaba de prisa. Declaró que era cierto que le ocuparon
la bandera de Carlos Manuel de Céspedes, que la quería para ir con ella
a Bayamo a recordar al «Padre de la Patria»; y que también encontraron
un emblema con las firmas de los que se reunían en su apartamento. Y
añadió: «La firma del jefe del MNR la puse yo, de mi puño y letra. Por-
que quiero aclarar que el doctor García Bárcena es mi jefe, a quien
admiro y respeto. Creo, sin molestar a nadie, que después de la muerte
de Chibás es el cubano de más honor que tenemos».61
59
«Protesta ortodoxa», Información, La Habana, 14 de abril de 1953. Participaron: Paquita
Vivar, Luisa Heredia y Nieves Porto, en nombre de la Sección Femenina del Partido del
Pueblo Cubano (Ortodoxos).
60
La Causa decreto 491, mencionado el Artículo 32 del decreto-ley 292, de 1934, señala la
similitud de acción en la rebelión y los delitos contra los poderes del Estado. Ver E. de la Osa:
«Tribunal de Urgencia», ob. cit. (en n. 44), pp. 285, 286.
61
Ibíd., pp. 272-283: la Causa no. 237, La Habana, 3 de mayo de 1953.
65
62
Testimonio del general Arsenio García, expedicionario del Granma, ob. cit. (en n. 57).
63
Santiago Álvarez, Rebeca Chávez: La Guerra Necesaria. Ver foto de Fidel Castro con el grupo
de futuros expedicionarios del Granma; entre otras mujeres, aparece Eva Jiménez.
66
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
cubanos habían violado las leyes mexicanas,64 y le advirtieron que visi-
tarían su casa.
Por orientaciones de la Dirección del MR 26-7 en México, María
Antonia Figueroa, dirigente en la provincia de Oriente, recibió instruc-
ciones de informar a la Dirección Nacional, radicada en Cuba, que ini-
ciara una campaña de denuncias, tal y como se estaba llevando a cabo
en Estados Unidos y en México, país este donde fue encabezada por
Eva Jiménez, con el apoyo de doña Laura Meneses y Juan Juarbe.
Las cartas publicadas en la prensa a favor de los detenidos y la de-
nuncia del contubernio entre las autoridades represivas cubanas y
mexicanas, cambiaron la correlación de fuerzas en la opinión pública a
favor de los prisioneros. No se hizo esperar el apoyo del ex presidente
mexicano Lázaro Cárdenas, y por medio de la Tribuna de la Juventud
mexicana enviaron una carta al entonces presidente de México, Adolfo
Ruiz Cortínez, que pedía la libertad de los cubanos presos.65
Juan Juarbe66 cuenta sobre la tenaz labor desarrollada por Eva, doña
Laura y él para que se publicaran numerosas cartas y no dejara de fluir la
denuncia dirigida a informar a la opinión pública mexicana. Para Eva
fue motivo de orgullo que los exiliados le confiaran la firma en su repre-
sentación del «Mensaje de los exiliados cubanos en México», cuyo con-
tenido proyectaba la identidad de lo femenino y lo masculino en la lucha
64
H. Norman Acosta: «Entrevista a Eva Jiménez, noviembre de 1983», La palabra empeñada, ob.
cit. (en n. 50), p. 93, n. 11.
65
C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: La lección del maestro, p. 136.
66
H. Norman Acosta: «Entrevista a Juan Juarbe», La palabra empeñada, ob. cit. (en n. 50), p. 160,
n. 20.
67
67
C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: «Testimonio de Eva Jiménez», La lección del maestro, p. 136.
El «Mensaje…», hecho en imprenta en forma de hojas sueltas, tenía fecha: México D. F. Julio
de 1956.
68
C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: «Detención de Fidel en México, junio de 1956», La lección
del maestro, p. 130; ver también testimonios de Carmen Castro y Olga Román, pp. 130-131.
69
Ídem.
68
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
FEU y Directorio Revolucionario
Los miembros del ejecutivo y los cuadros de acción del Directorio Re-
volucionario comenzaron a llegar a la capital mexicana, en octubre de
1956, para celebrar una segunda reunión con la dirección del MR 26-7.
En la primera (agosto) José Antonio y Fidel Castro habían firmado la
«Carta de México».71 El motivo principal de este segundo encuentro
entre Fidel, José A. Echeverría y los dirigentes de la FEU y del DR
13 de Marzo fue planear acciones militares de apoyo. Acordaron man-
tener la lucha según la concepción táctica de cada organización, pero
haciendo coincidir sus operaciones para golpear de forma efectiva a la
dictadura.
El MR 26-7 reiteró que al finalizar el año desembarcaría en Cuba
para iniciar la guerra, apoyada por la acción armada en las ciudades y
secundada por una huelga general política. Mientras, el Directorio, de
manera simultánea, a la vez que continuaría con sus planes, apoyaría el
desembarco con una insurrección armada urbana, en coordinación con
las fuerzas del MR 26-7 en la capital de la República.72
70
Ídem.
71
Llegan a México: José A. Echeverría, Fructuoso Rodríguez, Joe Westbrook, Faure Chomón,
Juan Pedro Carbó, José Machado y Juan Nuiry, secretario general de la FEU. Ver Julio García
Olivera: José Antonio Echeverría: a lucha estudiantil contra Batista, p. 303, «La Carta de México»,
pp. 263 y 296; Juan Nuiry: ¡Presente!, p. 108.
72
Julio García Olivera: José Antonio Echeverría: la lucha estudiantil contra Batista, p. 335.
69
73
C. Castro Porta, A. Pelayo y otras: La lección del maestro, p. 137, y Archivo de Pepe Gruart.
74
Eva Jiménez en Clara Hernández: «Combatientes clandestinas», El Mundo, 21 de agosto de
1968, en: Tomas Fernández Robaina: Bibliografía de la mujer cubana, p. 118, asiento 972. C.
75
H. Norman Acosta: Entrevista a Melba Hernández, diciembre de 1983, La palabra empeña-
da, ob. cit. (en n. 50), p. 426.
70
El regreso a Cuba
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
Ya se conocía que los expedicionarios habían alcanzado la Sierra Maes-
tra cuando Eva decidió regresar a Cuba, por la vía de Miami. Por tercera
vez fue a solicitar la visa que le fue denegada. Airada, dijo al diplomáti-
co estadounidense: «A ustedes la América Latina entera los odia, uste-
des son los que han sembrado las dictaduras, a las que hay que ponerles
un letrero que diga “made in Washington”».
No tuvo otra alternativa que arriesgarse y regresar con otro nombre
en un vuelo directo México-La Habana. Salió del aeropuerto rumbo a
El Vedado, localizó a Carmen Castro, se reincorporó al Frente Cívico e
hizo contacto con su amiga Gudelia García, responsable estudiantil del
Frente. En casa de Neneína conoció además a Guillermo Jiménez,
Jimenito, delegado nacional del Ejecutivo del Directorio Revolucionario
13 de Marzo, y desde ese momento conspiró directamente bajo sus ór-
denes, durante 1957 y 1958.78
Transcurrían los primeros días de febrero de 1958. Jimenito la locali-
zó para que fuera a ver a Mario Reguera, asilado en la embajada de
Ecuador. Ya ella lo había conocido en casa de Neneína, después de que
él había participado en la operación de asalto a Radio Reloj79 –cuando
los sucesos del ataque al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957,
76
Ibíd., n. 94, p. 461; Oficina de Asuntos Históricos, Fondo Raúl Castro Ruz, no. 40.
77
Testimonio del general Arsenio García, expedicionario del Granma, ob. cit. (en n. 57).
78
Eva Jiménez: Autobiografía, ob. cit. (en n. 34).
79
Guillermo Jiménez, Juventud Rebelde, La Habana, 20 de abril de 2008.
71
72
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
El Frente Cívico de Mujeres Martianas dio por concluida su misión y
decidió disolverse el 28 de enero de 1959.
Conclusiones
Bibliografía
74
GLADYS MAREL GARCÍA PÉREZ / Mujer y Revolución: Una perspectiva desde la insurgencia cubana (1952-1959)
Special Collection, Archivo de la Biblioteca de la Universidad de
Miami.
GARCÍA OLIVERA, JULIO: José Antonio Echeverría: la lucha estudiantil contra
Batista, Editora Política, La Habana, 1979.
GARCÍA PÉREZ, GLADYS MAREL: «Cuba, siglo XX: historia de vida y fami-
lia», Revista Brasileira do Caribe, Goiania, 2008; VIII (16): janeiro-junho.
––––––––––––: Insurrección y Revolución (1952-1959), Ediciones Unión,
La Habana, 2006.
––––––––––––: Confrontación: debate historiográfico, Editorial Requeijo, La
Habana, 2005.
––––––––––––: Crónicas guerrilleras de Occidente, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 2005.
––––––––––––: «Género, historia y sociología. Cuba siglo XX: mujer y
Revolución. Algunos apuntes sobre estudios de casos y familias a
partir de la perspectiva de la nación y la emigración», Santiago, Santia-
go de Cuba, 1999; 86: 114-134, ene.-abr.
––––––––––––: Insurrection and Revolution: Armed Struggle in Cuba, 1952-
1959 (Studies in Cuban History), Louis A. Pérez Jr. (prewords), Lynne
Rienner Publisher, Boulder (Colorado), 1998.
––––––––––––: «Emilio Roig de Leuchsenring: Desde una perspectiva
de género» (ponencia presentada en el XIV Congreso de la Unión
Nacional Historiadores de Cuba), Archivos de Unión Nacional de
Historiadores de Cuba, La Habana, 1997.
––––––––––––: Memoria e identidad: un estudio específico (1952-1958), Edi-
torial de Ciencias Sociales, Premio Pinos Nuevos, La Habana, 1996.
75
76
* Historiador cubano. Coautor, junto a María Antonia Márquez Dolz y Zaida Puñón Riaño, de
Emigración y clandestinidad en el M-26-7. La emisión de bonos.
** Capítulo II, «Consolidación organizativa», tomado de Emigración y Revolución (1955-1958). El
papel del frente exterior del MR 26-7 en el proceso nacional liberador cubano, Editorial Félix Varela,
La Habana, 1995.
1
En Obras completas, t. III, Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963, p. 36.
77
78
5
Comité Obrero Democrático de Exilados y Emigrados Cubanos: «Llamamiento a la Unidad»,
Oficina de Asuntos Históricos, Nueva York [s. f.], Fondo del MR 26-7 en Nueva York.
6
El Club Patriótico de Bridgeport se abstuvo de votar en esta asamblea, dado que constituía un
alineamiento independiente fundado por la Dirección Nacional del Movimiento, con dere-
chos sobre su jurisdicción. El 4 de julio de 1957 elaboraron el documento Pronunciamientos
acerca de la Unidad en New York que fija su posición al respecto: «1) [...] este Club nunca ha
afrontado el problema de la Unidad, 2) [...] este Club ha mantenido su disposición de indepen-
dencia y al mismo tiempo de crítica [...] frente a los tres grupos […], 3) Constitución e
integración del Movimiento 26 de Julio en la ciudad de New York, sin vínculo alguno con
grupos o facciones llámense ellas como se llamen»; Club Patriótico 26 de Julio de Bridgeport:
Pronunciamientos acerca de la Unidad en New York, Nueva York, 4 de julio de 1957, Archivo
personal de Luis García Leal.
7
Acta del MR 26-7 en New York, 31 de marzo de 1957, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo
del MR 26-7 en Nueva York.
8
Acta del MR 26-7 en New York, 27 de abril de 1957, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo
del MR 26-7 en Nueva York.
79
9
Eusebio Valdés emigró hacia Estados Unidos el 21 de mayo de 1948 por motivos económicos.
En Nueva York fue fundador del Comité Ortodoxo.
10
Gustavo Zorrilla: Respuestas a cuestionario sobre el Comité 26 de Julio en Cayo Hueso, [s. l.], [s. f.].
Gustavo Zorrilla emigró hacia Estados Unidos, por razones políticas, en el año 1956. Ese
mismo año se incorporó al Club Patriótico 26 de Julio de Cayo Hueso del cual fue vicepresi-
dente (noviembre de 1957) y secretario (desde comienzos de 1958).
11
Emilia Carbó Nodarse: Autobiografía [s. l.], [s. f.]. Emilia Carbó emigró hacia Estados Unidos
en el año 1940, luego de contraer matrimonio con Julio Cabañas, natural de Cayo Hueso,
Florida. Ambos fueron fundadores del Club Patriótico 26 de Julio de aquella localidad.
12
El 7 de enero de 1957 se constituyó el Grupo Cubano, que a partir del mes de marzo asumiría
la representación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio.
13
El 25 de abril de 1957 se autorizó la organización del Club Patriótico de Washington, D. C. La
reunión fue convocada por el Comité Ortodoxo de Nueva York y contó con la asistencia del
Club Patriótico de Bridgeport. Se aclaraba que el documento acreditativo era extraoficial,
para «el futuro reconocimiento legal»; «Acta de Constitución», Brooklyn, 25 de abril de 1957,
en Oficina de Asuntos Históricos, Fondo del MR 26-7 en Nueva York.
80
81
82
17
El Diario de Nueva York, Nueva York, 4 de diciembre de 1956, p. 3; 11 de diciembre de 1956,
pp. 3, 6.
18
Todas sus actividades las celebrarían en el Edificio de las Logias de Miami e incluirían el
«Homenaje a los héroes de Cuba», el 11 de marzo; «Fidel te llama», el 11 de abril; el homenaje
a los estudiantes asesinados y los mártires del Goicuría, el 4 de mayo; la velada en memoria de
José Martí, el 18 de mayo; y «La hora cero te reclama», el 13 de julio de 1957.
19
Ernesto Guevara: «Proyecciones sociales del Ejército Rebelde», Pensamiento Crítico, La Haba-
na, 1969; 27: 180, abril.
83
84
23
Patria, Nueva York, no. 4, 25 de abril de 1957, p. 4.
24
Batalla, Nueva York, no. 5, 20 de mayo de 1957, pp. 1-3, 6.
25
Desde el mes de mayo, en Washington, D. C., comenzó la labor divulgativa, que transcendió
al Palm Garden de Nueva York, el mismo mes; al teatro Flagler de Miami, en junio; y resultó
una constante en los actos por el aniversario del 26 de Julio en Nueva York y en México.
26
La bandera del Movimiento Revolucionario 26 de Julio ondeó, en estos momentos, en la
Estatua de la Libertad, en la Campana de la Libertad (Filadelfia) y en el Club San Carlos de
Cayo Hueso.
85
86
87
36
Batalla, Nueva York, no. 10, 4 de agosto de 1957, pp. 1, 10.
37
Patria, Nueva York, no. 7, 26 de julio de 1957, p. 1.
38
Juan Cheda y F. Margolles: Carta a Osvaldo J. González, Miami, 11 de junio de 1957, Oficina
de Asuntos Históricos, Fondo del MR 26-7 en Miami.
39
Armando Hidalgo: Carta a Juan Cheda, Nueva York, 2 de marzo de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo del MR 26-7 en Miami.
88
La reorganización necesaria
40
Pablo Díaz: Carta a Pedro Miret, Nueva York, 13 de julio de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo del MR 26-7 en Miami.
41
Batalla, Nueva York, no. 9, 21 de julio de 1957, p. 10.
42
Batalla, Nueva York, no. 3, 7 de abril de 1957, p. 5, Patria, Nueva York, no. 7, 26 de julio de
1957, p. 3.
43
Ver Pedro Álvarez Tabío: «El más extraordinario de nuestros combatientes», Bohemia, La
Habana, 26 de julio de 1985, pp. 68-75; Yolanda Portuondo: Ob. cit. (en n. 14).
89
44
Frank País: «A quien pueda interesar», Santiago de Cuba, 21 de junio de 1957, Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo Frank País.
45
Mario Llerena fue miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Nacional Revoluciona-
rio hasta su desarticulación. En 1954 integró el Movimiento de Liberación Radical, de orien-
tación católica, que participó en las gestiones de solución pacífica propugnada por la Sociedad
Amigos de la República. En el año 1957 integró el Comité de Resistencia Cívica de La Habana.
46
Frank País: Carta a Fidel Castro, Santiago de Cuba, 7 de julio de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo Frank País.
47
Fidel Castro: «A las Directivas y a los miembros de los Clubs Patrióticos 26 de Julio radicados
en Estados Unidos», Sierra Maestra, 15 de junio de 1957, Archivo personal de Jacinto Vázquez.
90
91
92
93
60
En el año 1955 se había logrado una relativa unidad en el Partido del Pueblo Cubano
(Ortodoxos) en Cuba, alrededor de la figura de Raúl Chibás, quien ocupó la presidencia del
Consejo Nacional Director. Más adelante, en agosto de 1956, las pugnas internas conducen a
la renuncia de este. A partir de aquí funcionaron dos Consejos Directores. Uno, encabezado
por Pelayo Cuervo (abstencionista, luego «ortodoxia histórica»), y otro por Emilio Ochoa
(electoralista). Carlos Márquez Sterling se separó y fundó la Ortodoxia Libre, después Partido
del Pueblo Libre. El 13 de marzo de 1957 fue asesinado Pelayo Cuervo y el Consejo Nacional
que presidía acordó no suplir la vacante hasta que el gobierno concediera garantías. La
directiva provisional quedó integrada entre otros, por Raúl Chibás, Manuel Bisbé y Roberto
Agramonte. Sin embargo, la incorporación de Raúl Chibás a la Sierra Maestra fue una acción
a título personal; «Declaraciones del Dr. Raúl Chibás al incorporarse a las fuerzas del Dr. Fidel
Castro, en la Sierra Maestra», Biblioteca Nacional, Fondo 1952-1958.
61
«Documentos para la Historia», Bohemia, La Habana, 28 de julio de 1957, p. 69.
62
«[...] libertad inmediata de todos los presos políticos, garantía absoluta para el ejercicio de los
derechos individuales y políticos [...]; designación de alcaldes provisionales en todos los muni-
cipios, para consulta con las instituciones cívicas; supresión del peculado y establecimiento de
la Carrera Administrativa; elecciones libres en los sindicatos y federaciones obreras; inicio
inmediato de una campaña intensa contra el analfabetismo; basamentos de una reforma
agraria; adopción de una política financiera sana y creación de nuevos empleos»; en «Docu-
mentos para la Historia», Bohemia, La Habana, 28 de julio de 1957, p. 69.
94
63
Ernesto Guevara: Escritos y discursos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1972, t. II,
p. 127.
95
96
68
En el acto intervendrían Pascacio Lineras –dirigente obrero textil, muy vinculado a la Orga-
nización Auténtica–, Alberto Mora, por el Directorio Revolucionario 13 de Marzo; María
Tallet, por el Frente Cívico de Mujeres Martianas; Félix Martínez, enviado especial de la
Triple A de Aureliano Sánchez Arango; y algunos miembros del Movimiento en Miami, como
Edilberto Serrano y Lino Elías, que personalmente apoyaron la actividad.
69
Diario Las Américas, Miami, 25 de junio de 1957, Biblioteca Nacional, Fondo 1952-1958. En
una carta a Fulgencio Batista, el ex presidente reflejaba lo distanciado que estaba de la
doctrina revolucionaria: «Váyase Batista. Usted es el obstáculo [...]. Todos estamos dispuestos
a aceptar hasta una Junta Militar integrada, inclusive, por los mismos hombres que están hoy
bajo su mando [...]», en Batalla, Nueva York, no. 9, 21 de julio de 1957, pp. 4, 7.
70
Pablo Díaz: Carta a Pedro Miret, Nueva York, 13 de julio de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo del MR 26-7 en Nueva York.
97
71
Patria, Nueva York, no. 7, agosto de 1957, p. 2.
72
Corinthia, Nueva York, agosto de 1957. En La Habana, el presidente del Partido Revolucio-
nario Cubano (Auténtico), Manuel Antonio de Varona, expresaba sin rodeos: «Ni continuismo,
ni manigua; acuerdo decoroso». Y, al indagarse sobre la posición de Carlos Prío declaraba:
«[E]stoy autorizado para decir que si la libertad y la paz se alcanzaran por vías pacíficas, él sería
el primero en saludar alborozado [...]», Bohemia, La Habana, 14 de julio de 1957, p. 70.
73
Al Combate, Nueva York, no. 3, 10 de octubre de 1957, p. 6.
74
René Ramos Latour: Carta a Fidel Castro, Santiago de Cuba, 9 de octubre de1957, Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo René Ramos Latour.
98
99
100
101
83
Armando Hart: Carta a Celia Sánchez, Santiago de Cuba, 6 de diciembre de 1957, Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo Armando Hart. Todo el proceso que abarca los antecedentes, la
rúbrica del Pacto y su destino posterior, transcurrió mientras en la Sierra Maestra el Ejército
Rebelde resistía la llamada Ofensiva de Invierno de la tiranía, cuyo plan de operaciones
consideraba las siguientes etapas: R1 (12 de octubre-2 de noviembre), R2 (2 de noviembre-5 de
diciembre), R3 (5 de diciembre-19 de enero), 4 (19 de enero hasta la aprobación del plan Fase
Final), ver Martha V. Álvarez y Sergio Ravelo López: «Brazo armado del pueblo», Bohemia, La
Habana, 17 de julio de 1987, pp. 58-63.
84
Luis M. Buch se vinculó al MR 26-7 desde finales del año 1956. En 1957 laboró en el
Movimiento de Resistencia Cívica. La Dirección Nacional del 26 lo responsabilizó, primero,
con indagar acerca de las gestiones de unidad que se realizaban en Miami, exponiendo los
criterios contrarios; y trasladar, después, la réplica de Fidel Castro.
85
Armando Hart: Carta a Celia Sánchez, Santiago de Cuba, 6 de diciembre de 1957, ob. cit. (en
n. 83).
86
Centro de Estudios de Historia Militar, Fondo del MR 26-7 en Costa Rica.
102
87
Club Patriótico de Cayo Hueso: «Manifiesto al pueblo cubano y los cubanos de la emigración
y sus descendientes», Cayo Hueso, 27 de noviembre de 1957, Archivo personal de Gustavo
Zorrilla.
88
Fidel Castro: «Señores dirigentes del Partido Revolucionario Cubano, Partido del Pueblo
Cubano, Organización Auténtica, Federación Estudiantil Universitaria, Directorio Revolu-
cionario y Directorio Obrero Revolucionario», Sierra Maestra, 14 de diciembre de 1957,
Biblioteca Nacional, Fondo 1952-1958, folleto no. 6.
103
89
El desplazamiento del Congreso espurio, funcionarios y dirigentes de la CTC vinculados al
dictador, no se haría esperar; al igual que la libertad de los presos políticos y el encauzamiento
de los que tuvieran complicidad con el régimen. El nuevo gobierno se regiría por la Constitu-
ción de 1940 y su ejecutivo asumiría las funciones legislativas del Congreso, teniendo como
tarea principal conducir al país a elecciones generales y desarrollar el programa mínimo ex-
puesto en el «Manifiesto de la Sierra Maestra». Además, decidiría cómo constituir el nuevo
Tribunal Supremo –luego de disolver el impotente actual– que se dedicaría a reorganizar todos
los tribunales del país.
90
Las causas para su designación fueron: primero, su posición ante la causa de los expediciona-
rios del Granma, donde declaró que «[...] organizar una fuerza armada contra el régimen no era
delito, sino perfectamente lícito, de acuerdo con el espíritu y la letra de la Constitución y la Ley
[...]»; segundo, que su vida «[...] consagrada a la recta administración de justicia, es garantía de
que tiene la suficiente preparación y carácter para servir de equilibrio a todos los intereses
legítimos [...]» y, tercero, que nadie puede ser tan equidistante de partidarismos «[...] ya que no
pertenece a ninguna agrupación política [...]».
91
Ernesto Guevara: Ob. cit. (en n. 63), t. II, p. 127.
104
105
95
Luis María Buch: «Informe de actividades» [s. l.], 28 de diciembre de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo Luis María Buch.
96
René Ramos Latour: Carta a Fidel Castro, Santiago de Cuba, 9 de octubre de 1957, Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo René Ramos Latour.
97
Raúl Castro: Carta a Fidel Castro, Sierra Maestra, 20 de noviembre de 1957, ob. cit. (en n. 78).
98
Luis María Buch: Informe a la Dirección Nacional del MR 26-7 [s. l.], [s. f.], Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo Luis María Buch, no. 93.
99
El día 24 de noviembre apareció el Boletín de la Junta de Liberación Cubana, como resumen de las
actividades desplegadas durante su lapso histórico de existencia. En este número hacen un
recuento de las arbitrariedades del régimen dictatorial en Cuba, explican la visita de sus
delegados a la cancillería de Washington solicitando el cese del envío de armas a Batista,
saludan a los militares dignos del país e invitan a la población cubana a cooperar en un
programa desestabilizador de la dictadura.
106
100
Fidel Castro: Carta a Mario Llerena, Sierra Maestra, 10 de octubre de 1957, Oficina de
Asuntos Históricos, Fondo Fidel Castro. En el contenido de la carta se proponía su designa-
ción como presidente «[...] para que en cualquier reunión o gestión puedas representar al
Comité con amplio voto de confianza [...]».
101
Carlos Franqui era redactor en La Habana del periódico Revolución. El 7 de marzo de 1957 fue
detenido por la policía batistiana y, luego de salir en libertad provisional, se asiló en la
embajada de Ecuador. El 5 de septiembre de 1958 arribó a San José de Costa Rica, donde se
integró al Comité 26 de Julio.
102
Fidel Castro: «Carta a los exilados y emigrados cubanos», Sierra Maestra, Nueva York, no. 1,
marzo de 1958, p. 4.
107
103
Mario Lecour y Carlos L. Torrens: Carta a Mario Maró y Gustavo Zorrilla, Nueva York, 10 de
marzo de 1958, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo del MR 26-7 en Nueva York.
104
Comisión Organizadora: «Manifiesto al Congreso del Movimiento Revolucionario 26 de Ju-
lio», Nueva York, 23 de febrero de 1958, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo del MR 26-7 en
Nueva York.
105
Orestes Noa: Carta a Gustavo Zorrilla, Nueva York [s. f.], Oficina de Asuntos Históricos,
Fondo del MR 26-7 en Nueva York.
106
También fueron expulsados José Infanzón y León R. Ciordi, del Club de Chicago, Sierra
Maestra, Nueva York, no. 1, 30 de marzo de 1958, p. 8.
108
109
110
111
112
115
Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Nueva York: «A todos los pueblos libres de
América», Biblioteca Nacional, Fondo 1952-1958, no. 59. Es necesario aclarar que, el 27 de
octubre de 1957, el Comité Ortodoxo organizó también un acto dedicado al joven estadouni-
dense en Manhattan Towers. Allí, Charles Ryan explicó los acontecimientos en el campo de
batalla y convocó a la opinión pública a repudiar el envío de material bélico por parte del
gobierno de Estados Unidos a la dictadura. Entre los años 1955 y 1957 el gobierno estadouni-
dense había apuntalado a la dictadura batistiana con siete carros de combate, una batería de
SERGIO LÓPEZ RIVERO / Emigración y Revolución (1955-1958)
piezas ligeras de montaña, 4 000 cohetes, 40 ametralladoras pesadas, 3 000 fusiles automáti-
cos M-1, 15 000 granadas de mortero y 100 000 proyectiles calibre 50. En el mes de marzo de
1958, el notorio desprestigio de la tiranía indujo al Departamento de Estado a suspender
oficialmente el suministro. En adelante, la exigencia de neutralidad enarbolada por el Comité
del Exilio se basaría en un evidente apoyo encubierto.
116
La solidaridad de América Latina hacia la revolución cubana había sido pulsada por el arqui-
tecto Reynaldo Estévez en su recorrido proselitista, ver S. Rivero López: Emigración y Revolu-
ción (1955-1958). El papel del frente exterior del MR 26-7 en el proceso nacional liberador cubano,
Editorial Félix Varela, La Habana, 1995, capítulo I, p. 32, n. 5. Una relación detallada de la
gira y los contactos realizados sería enviada al responsable de Propaganda y Relaciones Públi-
cas del Movimiento en el exterior. Diversas manifestaciones de apoyo continental se habían
sucedido en este momento histórico. En Puerto Rico, durante el Festival Casals correspon-
diente al mes de mayo de 1958, a solicitud del delegado del MR 26-7, el famoso violoncelista
don Pablo Casals escribió sobre un programa del último concierto: «Mi adhesión y mi profunda
admiración a Fidel Castro y a los defensores de la dignidad de su patria», Archivo personal de
Silvino Sorhegui. Mientras que en el Congreso Nacional de Brasil, en el mes de marzo, y en la
Cámara de Diputados de Tucumán, el 29 de mayo, se escucharon adhesiones a la revolución
cubana.
113
117
Sierra Maestra, Nueva York, no. 1, marzo de 1958, p. 7; no. 2, abril de 1958, p. 2; no. 3, mayo
de 1958, no. 3, p. 6.
118
Ahora todas las iniciativas tendrían un destino común. En Nueva York, en el mes de octubre,
se organizó la recaudación de $20 000 dólares, a razón de $ 1 000 por cada ramal, en un plazo
de 10 días, Carlos González, Ángel Pérez Vidal y Francisco García: «Comunicación al Exilio»,
Nueva York, 28 de octubre de 1957, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo del MR 26-7 en
Nueva York. Además, en el local central del 206 de Amsterdam, se organizó un Bazar los días
22 y 23 de marzo de 1958, y una Cena Revolucionaria el 5 de abril. En Puerto Rico, durante
el mes de enero, el Movimiento ejecutó La Marcha de la Fe, desde San Juan hasta Isabela. En
Venezuela, la Sección del 26 celebró el 24 de febrero con la Gran Cena de la Confraternidad
Cubano-Venezolana.
119
El 1ro. de marzo de 1958, el delegado del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en Puerto
Rico informaba a los miembros que a aquella representación le correspondieron $12 000 en
«bonos cubanos», Acta no. 19, Archivo personal de Jacinto Vázquez. Ver: Sergio López, María
Antonia Marqués Dolz y Zaida Puñón Riaño: Ob. cit. (en n. 55).
120
Raúl Chibás: «Conciudadano», Miami, 27 de noviembre de 1957, Oficina de Asuntos Histó-
ricos, Fondo del MR 26-7 en Miami.
114
121
Sierra Maestra, Nueva York, no. 1, marzo de 1958, p. 3.
122
Frank País: Carta a Pedro Miret, Santiago de Cuba, 23 de mayo de 1957, Oficina de Asuntos
Históricos, Fondo Frank País.
123
René Ramos Latour: Carta a Fidel Castro, Santiago de Cuba, 20 de noviembre de 1957,
Oficina de Asuntos Históricos, Fondo René Ramos Latour.
124
El Diario de Nueva York, Nueva York, 5 de febrero de 1958, p. 1.
125
Entrevista a Alonso Hidalgo realizada por el autor, La Habana, 25 de marzo de 1983.
115
116
130
Evelio Rodríguez Curbelo y Pedro Bello: «Circular a los Comités del MR 26 de Julio», San
José, Costa Rica, 12 de febrero de 1958, Archivo personal de José A. Tabares.
131
Carlos Franqui: «Informe a la Dirección Nacional MR 26-7», Miami, 5 de marzo de 1958,
Oficina de Asuntos Históricos, Fondo del MR-26-7 en Miami.
117
132
Para comprender la decisión de Mario Llerena, resulta valioso reproducir el siguiente frag-
mento de una carta de Marcelo Fernández a Fidel Castro, fechada el 5 de junio de 1958: «[…]
Franqui y otros compañeros del exilio, me han escrito reiteradamente dándome quejas sobre
la actuación de Mario. Se le acusa de: a) tener 2 guardaespaldas, b) asignarse un sueldo de $350,
c) mantener pugnas con casi todos los compañeros, d) subestimar y sabotear a Urrutia. Mario
alega que todo eso es falso, que muy a pesar tiene que mantenerse con fondos del Movimiento
pues no tiene propios (rechazó una proposición de cátedra en la Universidad de Vanderbilt
con un sueldo de $450), que es incierto que trate de pugnar con otros compañeros y finalmen-
te, que aunque estima que Urrutia adolece de ciertos defectos, lo acepta como nuestro
Presidente Provisional y siempre lo defiende públicamente […]». Entonces, si en el mes de
marzo la Dirección Nacional había ratificado al Comité del Exilio, y calificado de «absurdo»
su deseo de abandonar la responsabilidad de presidente de ese organismo; tres meses después
daba razón a los críticos y proponía «ir pensando en otro»; en Marcelo Fernández: Carta a Fidel
Castro [s. l.], 5 de junio de 1958, Oficina de Asuntos Históricos, Fondo Marcelo Fernández.
133
En los años 50 de este siglo [el autor se refiere al siglo XX (n. de la R.)], Venezuela encabezaba
las estadísticas como el país más opulento de América Latina. Su ingreso medio anual por
habitante, para utilizar un índice aproximativo, alcanzaba los 480 dólares, una cifra bien
distante de los $2 400 que se registraban para Estados Unidos, pero superior a los $300 que se
fijaban para Cuba. En la década, la frase «Venezuela flota en un mar de petróleo» se convirtió
en una atracción para los migrantes del área.
134
En Venezuela, la Sección del Movimiento instaló un radio trasmisor-receptor denominado
Indio Azul, que estableció contacto con Radio Rebelde en la Sierra Maestra; ver Entrevista a
Luis María Buch realizada por el autor, La Habana, 26 de mayo de 1984.
135
La designación de Ricardo Lorié como delegado bélico, tiene su antecedente inmediato en el
papel desempeñado por este para lograr el éxito de la expedición de Costa Rica.
118
119
* (Cuba, 1931). Doctor en Ciencias Históricas, investigador titular del Instituto de Historia de
Cuba. Ha recibido la Orden por la Cultura Nacional, la réplica al Machete de Máximo Gómez
y el Premio Nacional de Ciencias Sociales. Entre sus libros se encuentran: Historia de Cuba y
Cuba 1898-1958. Estructuras y procesos sociales.
** Tomado de Enrique Oltuski Ozacki, Héctor Rodríguez Llompart, Eduardo Torres-Cuevas
(coords.): Memorias de la Revolución, Imagen Contemporánea, La Habana, 2007, pp. 92-114.
120
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
de conferirle un papel preeminente a una clase o a un estrato social
determinado en la conducción del movimiento revolucionario en sus
orígenes. A los historiadores de mi generación no les corresponde ese
quehacer. Ya vendrán otras promociones de estudiosos de la historia
favorecidos por la distancia de los hechos históricos, que ordenarán,
clasificarán y explicarán imaginativamente, con más objetividad y pon-
deración que nosotros, el proceso histórico que nos tocó vivir.
El intento que me anima esta mañana, es simplemente reconstruir las
condiciones en las que surgió la dirección revolucionaria del joven estu-
diante universitario y maestro Frank País. Por eso, debo decir que la
generación que se entregó en cuerpo y alma a la ardua, difícil y compleja
empresa de hacer una revolución no disponía desde el principio de los
medios y recursos más elementales para llevar a feliz término sus pro-
pósitos. Los jóvenes revolucionarios no contaban con el capital necesa-
rio para adquirir en el extranjero los armamentos requeridos para enfrentar
al ejército de la dictadura, ni disponían de los contactos en las fuerzas
armadas para promover el derrocamiento del dictador; tampoco tenían
nexos con el movimiento sindical para emprender la lucha en los me-
dios obreros contra la tiranía. ¿Qué podían hacer entonces? ¿Seguir a las
organizaciones y partidos políticos tradicionales que pregonaban poseer
alijos de armas en el país o contactos en el ejército capaces de promover
la destitución del dictador? ¿Relacionarse acaso con dirigentes obreros
121
122
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
pendencia de sus intereses y percepción de clase, comenzaron a tomar
conciencia de que solo una transformación profunda de la sociedad que
le habían legado sus mayores, podía satisfacer las reivindicaciones más
sentidas de los cubanos. Revolución que hicieron no solo los jóvenes,
sino que la prepararon, organizaron y dirigieron.
En ese sentido la clave del triunfo revolucionario radicó en la manera
en que integraron al proceso revolucionario a los obreros, a los campe-
sinos y a la clase media. Ninguna otra generación había hecho suya de
manera tan raigal la exigencia de justicia social y de repudio a la corrup-
ción política y de las costumbres. Este imperativo moral, como vere-
mos, constituirá el fundamento del accionar revolucionario de Frank
País, la cifra y el compendio de su predicamento político entre los jóve-
nes. De sus conceptos de honradez política y justicia social se derivará
su anticolonialismo, como él llamaba al antimperialismo, y su percep-
ción de una revolución social profunda.
La breve incursión que hemos efectuado en la sociedad neocolonial
cubana en los años 50 tenía por objeto, situarnos un poco «en época», a
los efectos de comprender la problemática existencial del héroe cubano.
123
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
cas, Gramática o Historia a la formación de ciudadanos cívicos
con cariño para su patria y responsabilidad en su futuro. De seguro
que no vacilaría por lo segundo. ¿Porque de qué sirve la cultura
humana cuando se es traidor? Prefiero la sencillez cuando es seria,
respetuosa y leal. Perder el curso dicen que es el miedo, perder la
dignidad y el honor, como se está perdiendo, debía ser el verdadero
miedo.
Este escrito que fustiga el individualismo y el egoísmo de sus condis-
cípulos, recuerda uno de los primeros discursos de Martí donde flagelaba
la flojedad culpable de los cubanos desterrados quienes le daban las
espaldas a los proyectos revolucionarios forjados por los patriotas de la
emigración. Quizás no fuera esta la manera más idónea de atraerse a los
apáticos e insensibles, pero al menos tenía la ventaja de sacudir la con-
ciencia de algunos descaminados y contribuía a reafirmar las conviccio-
nes de los revolucionarios frente a la indiferencia y la inconciencia
imperantes en ciertos grupos de estudiantes.
El sentimiento de repudio moral ante la insensibilidad al dolor de
la patria se manifiesta de manera más terminante en el discurso que
pronunciara el 28 de enero de 1953 en la conmemoración del naci-
miento de Martí: «Fue un hombre ante el que se presentaran las mis-
mas y aun mayores dificultades y pruebas y amarguras [de las] que se
125
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
porque esa gente no va a hacer nada». Es por eso que Frank, de acuerdo
con William Gálvez, decidió finalmente fundar Decisión Guiteras, una
organización insurreccional de los jóvenes estudiantes santiagueros que
se constituía de manera independiente de los partidos políticos tradi-
cionales. No se han recogido suficientes testimonios de las actividades
de Decisión Guiteras, pero todavía hay mucho que investigar sobre es-
tos núcleos revolucionarios originales.
Los primeros signos de lo que iba a ser la actividad revolucionaria
futura de Frank se encuentran en dos cartas que le escribió a Elia Frómeta
a raíz del ataque al cuartel Moncada de Fidel Castro. En la primera le
comunicaba que luego de oír los tableteos de ametralladoras y disparos
que se escucharon durante las primeras horas del asalto armado revolu-
cionario, se dirigió con Pepito Tey y otros hacia el cuartel con el propó-
sito de conectarse con los asaltantes y conseguir armas, pero cuando los
soldados de Batista le impidieron avanzar a tiros y se consumó con
posterioridad la derrota revolucionaria, «fuimos a buscar armas [...] y
anduvimos todo el día caminando y enterándonos de lo que pasaba». La
compañera Marina Malleuve, participante de los destacamentos de es-
tudiantes originales, ha confirmado que en el grupo se encontraban Félix
Pena, Pepito Tey y otros, quienes caminaron por la carretera de Siboney
buscando armas que pudieran haber dejado abandonadas los asaltantes
en su retirada.
127
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
Vilma y Nilsa Espín, Orlando Benítez, José Quiala, Pepín Lupiañez,
Belarmino Castilla, Pantoja, Palais y otros, destacándose en el conjunto
los que serían los principales dirigentes del movimiento clandestino re-
volucionario en Santiago de Cuba. En la Plaza de Marte, un nutrido
grupo de esbirros de la policía y del SIR [Servicio de Inteligencia
Regimental] aguardaban que transitase la manifestación. Al comenzar
esta, Félix Pena y un grupo de compañeros enarbolaron unos carteles
que proclamaban: ¡Los derechos no se mendigan, se arrancan con el filo
del machete!; ¡Chaviano asesino!; ¡Chaviano chacal!; ¡Abajo la dictadu-
ra! De inmediato la manifestación fue brutalmente reprimida, la policía
efectuó numerosas detenciones y los remitió al vivaque de Santiago.
La dirigencia de la FEUO organizó de nuevo un acto de recordación
a José Martí, el 27 de enero. Entre las instituciones que convocaban al
acto aparecían el Partido Socialista Popular y el Club Rotario, lo que dio
lugar a una protesta de esa última institución. El Consejo Universitario
acordó entonces suspender el acto, cuyo orador principal debía ser Ar-
mando Hart, quien se había destacado como el defensor de Rafael García
Bárcena en el juicio por el frustrado asalto de un grupo de revoluciona-
rios al campamento militar de Columbia. La visita del joven abogado
sirvió para que Frank, Pepito y otros miembros de la FEUO estrecha-
sen vínculos con el dirigente del Movimiento Nacional Revoluciona-
rio (MNR). Era la posibilidad de ampliar el ámbito local en el que se
129
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
era un disparate. Frank, que se mantuvo todo el tiempo callado, dijo al
final, tras ponerse de pie: «Lo único que tengo que decir es que si yo
fuera el último cubano que creyera en la revolución me echaría un fusil
al hombro y me iría a pelear a las montañas». Acto seguido se fue. Al
final Conte Agüero dijo: «Estos muchachos son suicidas» y Grillo le
respondió que esa era la posición de la juventud santiaguera.
La anunciada visita de Batista a Santiago de Cuba dio lugar a varios
preparativos por parte de la juventud. Félix Pena había planeado entrar
en la catedral por medio de algunas relaciones que tenía allí y desde la
torre de la catedral disparar contra Batista, quien debía hablar al públi-
co de pie en el balcón del Ayuntamiento en un acto político convocado
a esos efectos. Pena fue denunciado y apresado días antes por las fuer-
zas represivas, pero a la llegada del dictador sonaron unas seis bombas.
El 4 de junio de 1954 por la noche, Pepito Tey y Frank llegaron a mi
casa para esconderse y conversamos sobre la posibilidad de poner en
efecto un plan que habíamos concertado desde hacía algún tiempo para
visitar el Realengo 18. Frank era secretario del buró campesino de la
FEUO. Yo había leído el relato de Pablo de la Torriente sobre el Realengo
18, en el cual refería cómo los campesinos habían protagonizado varios
conatos de insurrección armada contra la guardia rural y la primera dic-
tadura de Batista. De ahí que me pareciera interesante establecer con-
tactos con el campesinado y tantear las posibilidades insurreccionales
131
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
te esperanza la de Cuba cuando hay tantos y tantos hombres que viven
muriendo en la ansiedad de cada día, sufriendo el dolor de ella, la burla,
la traición y el desamparo». Y para concluir la parte sustancial del artícu-
lo, Frank reproducía las últimas palabras del guajiro: «No tenemos otra
esperanza que morir esperando a alguien con corazón de pueblo, alma
de poeta y sentimientos de hombre, no de hiena, que venga al campo,
no a pedir votos, sino a brindar el amor de hermanos, no pensando en
cómo engañar al pobre guajiro, sino pensando que el futuro de Cuba
está en el monte, no lo olviden. No lo olviden».
No podía concluir el artículo con unas palabras más proféticas.
El 18 de junio de 1954 Estados Unidos, con el apoyo del coronel
[Carlos] Castillo de Armas, organizó un ejército de mercenarios que in-
vadió a Guatemala con el propósito de derrocar el gobierno democráti-
co y constitucional de Jacobo Arbenz, que había emprendido una
reforma agraria con la finalidad de erradicar el latifundismo y entregarle
la tierra a los campesinos. La United Fruit Company, la mayor compa-
ñía latifundista del país, era propietaria de cerca de una quinta parte de
las tierras y por consiguiente, era la principal entidad afectada por la
reforma agraria guatemalteca. Tan pronto Frank y yo tuvimos conoci-
miento de la invasión estadounidense, visitamos al rico maderero san-
tiaguero Toffi Babún, propietario de una flota que compraba maderas
en Centroamérica, para pedirle que nos permitiera viajar en una de sus
133
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
de la Universidad. Acto seguido fueron increpados por los dirigentes
universitarios habaneros, que se fueron a las manos con ellos. Frank y
yo participamos en el intercambio de golpes con los bonchistas. Como
consecuencia de los contactos que tuvimos con José Antonio durante
ese año, este nos facilitó cuatro M-1 para un atentado que no se llegó a
fraguar contra el coronel [Alberto] del Río Chaviano, jefe del regimiento
del cuartel Moncada.
De regreso a Santiago de Cuba, se anunció por el régimen la libera-
ción de García Bárcena, que permanecía encarcelado en Isla de Pinos.
Frank decidió que Pepito Tey y yo fuéramos a visitarlo y le anunciára-
mos nuestros planes de preparar un alzamiento en el término de un año
en la región del Realengo 18. Bárcenas nos dijo que eso era imposible
en las condiciones actuales. En el siglo XX no era lo mismo que en el XIX:
los ejércitos contaban con aviación y artillería que destruirían cualquier
tipo de movimiento insurgente en el campo. Por otra parte, no ofrecía
ninguna solución concreta para la lucha contra Batista. En la cárcel
había escrito un libro, Redescubrimiento de Dios, en el que desplazaba sus
inquietudes fundamentales hacia la religión. Al tanto Frank de esto,
decidió separarse del Movimiento Nacional Revolucionario. Había te-
nido lugar una amplia incorporación de nuevos combatientes a nuestras
filas. Entonces, Frank me pidió que elaborase el programa de la nueva
organización. El programa se centraba en la necesidad de efectuar una
135
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
El prestigio creciente que había ganado Frank entre los estudiantes y la
juventud santiaguera lo había convertido ya en el líder indiscutible del
movimiento revolucionario.
El paso de Frank al Movimiento 26 de Julio (M-26-7), o sea la fusión
de Acción Nacional Revolucionaria con el Movimiento que dirigía Fidel
Castro, no se produjo del día a la mañana como han apreciado algunas
versiones periodísticas. De acuerdo con estas, bastó con que María
Antonia Figueroa le propusiera a Fidel que designase a Frank País como
jefe de Acción para que este se incorporase al M-26-7. De acuerdo con
la disquisición que hace William Gálvez en su libro,1 así como de otros
testimonios, entre los que se pueden incluir el aval del conferenciante,
no fue hasta que Frank País se reuniera por segunda vez con Pedro
Miret –al cabo de un mes de haber partido Fidel para México–, que
aceptó ingresar en el M-26-7. Todavía no se conocen las discusiones y
las condiciones o capitulaciones previas que puso para ingresar con las
fuerzas revolucionarias que dirigía.
Después de superar algunas diferencias con Frank, Félix Pena, el más
acreditado dirigente estudiantil partidario de la insurrección de Santia-
go, ingresaba en las filas del M-26-7, designado jefe de las Brigadas
Estudiantiles por Ñico López. No obstante, se mantendrían algunas
1
W. Gálvez: Frank, entre el sol y la montaña, 2 ts., Ediciones Unión, La Habana, 1991 [n. de la R.].
137
JORGE IBARRA CUESTA / Frank País y los orígenes del movimiento revolucionario en Santiago de Cuba
para diezmar y vencer finalmente al ejército de la tiranía. Todos los es-
fuerzos debían subordinarse a la lucha armada en el medio rural, hasta
que esta se consolidara. No aceptó la proposición de Faustino Pérez de
abrir un segundo frente en Las Villas para dispersar las fuerzas de la tira-
nía, hasta que no hubo fortalecido lo suficiente a la Sierra Maestra, per-
suadido como estaba de que nadie mejor que Fidel podía hacer viable la
victoria frente a la dictadura. Tan pronto se convenció de que la Sierra
Maestra se había consolidado, concibió la posibilidad de abrir un segundo
frente con el propósito de desviar y disgregar a las fuerzas del ejército
enemigo, pero solo en la región que ocupa hoy el II Frente Frank País.
Había palpado el potencial revolucionario del campesinado y del proleta-
riado rural durante su visita al Realengo 18, y eso lo llevó a fraguar un
alzamiento en esa región. Como sabemos, ese intento fracasó en sus orí-
genes a causa de la mala organización y preparación del contingente de
combatientes urbanos que pretendió abrir el frente guerrillero.
139
140
1
Miembros de la agrupación política ABC, que, después del derrocamiento de Gerardo Macha-
do, se convirtió en partido político. Los líderes principales del ABC fueron Joaquín Martínez
Sáenz, Jorge Mañach, Carlos Saladrigas, Joaquín O. Hermida, Francisco Ichaso, Juan A. Lliteras,
Alfredo Botel y otros [n. de la R.].
141
El populismo cubano
142
Jorge Ibarra Cuesta: Cuba: 1898-1958. Estructura y procesos sociales, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1995.
5
En Cuba, la reflexión que utilizó el paradigma de la teoría de la dependencia para comprender
la historia de la formación y de la estructura del capitalismo nacional, se opuso, en su momen-
to, al marxismo oficial soviético-criollo que había calificado a la propia teoría de la dependen-
cia como «corriente burguesa de pensamiento». Lamentablemente, es una tesis que no se ha
recuperado después en el escenario intelectual del país, no obstante lo valioso de los enfoques
abiertos por la teoría de la dependencia –aún con todas las críticas que recibiera después de sus
primeras formulaciones– para pensar el socialismo como salida al capitalismo dependiente.
Los trabajos cubanos que más avanzaron en esa dirección son los de López Segrera y Germán
Sánchez Otero, citados en nota 4.
6
El texto de Antonio Annino, ob. cit. (en n. 4), aborda el populismo cubano como una onda
larga comprendida entre 1934 y 1952, pero la mayor parte de los abordajes sobre el tema se
concentran en el análisis de los gobiernos auténticos y en el programa de Eduardo Chibás. Sin
embargo, el de Annino es un análisis relevante para esta problemática.
143
7
«Esta es, de manera muy resumida, la dimensión estructural del populismo en América Latina:
el predominio de la producción para el consumo personal, la gravitación de la pequeña
propiedad –es decir, la misma que la de su precedente ruso–. Los rasgos diferenciales de la
expansión del capitalismo industrial en el desarrollo tardío en América Latina, explican que
los elementos comunes hayan podido manifestarse con efectos opuestos en uno u otro caso: en
Rusia –como también en Estados Unidos–, para nutrir ideológicamente los ataques a la
expansión del capitalismo industrial; en América Latina, para impulsar su desarrollo»; Carlos
M. Vilas: «El populismo latinoamericano: un enfoque estructural», en La democratización
fundamental. El populismo en América Latina, Carlos M. Vilas (comp.), ob. cit. (en n. 4).
8
Entre la amplia bibliografía sobre el tema, es valioso el repertorio La democratización fundamen-
tal. El populismo en América Latina, Carlos M. Vilas (comp.), ob. cit. (en n. 4). Por otra parte,
de Ernesto Laclau: La razón populista (Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005), es
una polémica reconstrucción intelectual del concepto, que se reclama como hecha desde el
marxismo.
144
9
Francisco López Segrera: «Peculiaridades del populismo en Cuba: clases sociales y política
(1940-1959)», en Cuba sous le régime de la constitution de 1940. Politique, pensée, littérature, James
Cohen et Francoise Moulin Civil (dir.), ob. cit. (en n. 4), p. 159.
145
10
Grau, ya presidente constitucional, explicaría la necesidad de desarrollar esta industria de la
siguiente manera: «Ha dicho un estadista que los pueblos más progresistas, los más considera-
dos en el convivir social y económico, por lo general participan igualmente de las faenas
agrícolas y de las faenas industriales, de las faenas del campo y de las faenas de la fábrica,
nosotros, al organizar las escuelas politécnicas, hemos iniciado en el alumno el conocimiento
de la materia prima indispensable para la actividad industrial, que luego se transforma y que va
a ser una industria textil, una de las manifestaciones más plenas de nuestra capacidad produc-
tora»; Ramón Grau San Martín: La revolución constructiva. (Discursos en el poder), Ediciones de la
Oficina de Información y Publicidad del Gobierno de Cuba, La Habana, 1947, t. I, p. 180.
146
ración de Patronos, la autorización de las relaciones directas entre las organizaciones obreras
y patronales sin intervención del Estado, la legitimación del despido compensado y la neutra-
lización y disminución de las conquistas obreras. Un verdadero programa de acción contra la
Constitución de 1940 y el perfil de la política populista, que es preciso poner en relación con
el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952; ver Germán Sánchez Otero: «La crisis del
sistema neocolonial en Cuba: 1934-1952», Los partidos políticos burgueses en Cuba neocolonial.
1899-1952, ob. cit. (en n. 4). Marini describió el marco de este proceso en el continente: «Solo
en aquellos países donde el sector exportador, controlado directamente por el capital extran-
jero, no disponía de las condiciones necesarias para cambiar su orientación es que las tensiones
se hicieron más graves, dando lugar a conflictos radicales que terminaron, sin embargo, por
conducir a una situación de represión impuesta por las antiguas clases dominantes, la cual se
tradujo en un relativo estancamiento económico»; Ruy Mauro Marini: Subdesarrollo y revolución,
Siglo XXI Editores, México, 1970, p. 13. Para una descripción más general del proceso, ver
Osvaldo Sunkel y Pedro Paz: El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, Edición
Revolucionaria, La Habana [s. f.].
147
14
En los últimos meses de 1934 Guiteras funda la organización Joven Cuba, que pensaba fuera
una organización de masas; admitía en ella a los que pudieran servir en la lucha para alcanzar
el poder. En su programa, como lineamientos, se subrayaba el antimperialismo y las ideas de
llegar al socialismo, la solución al problema agrario, la necesidad del desarrollo industrial del
país y una serie de medidas beneficiosas al proletariado.
148
15
Guillermo Martínez Márquez: «El Autenticismo Revolucionario en la teoría y en la realidad»,
en Los partidos políticos y la Asamblea Constituyente, Club Atenas, La Habana, 13 de febrero-15
de mayo, 1939, p. 305.
150
16
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. II, no. 57, La Habana, 1940, p. 12.
151
17
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. II, no. 67, La Habana, 1940, p. 19.
18
Ver Katia Figueredo: «La polémica educacional de los años 40 en Cuba», Temas, La Habana,
2008; 56: 184-195, oct.-dic.
19
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. II, no. 45, La Habana, 1940, p. 15.
20
Ídem.
152
153
154
24
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. I, no. 14, La Habana, 1940, p. 45.
25
Ibíd., p. 57.
26
Julio Antonio Mella: «Los nuevos libertadores», en Mella. Documentos y artículos, Eduardo
Castañeda y otros (comps.), Instituto de Historia del Movimiento Comunista y la Revolución
Socialista de Cuba/Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 123.
155
27
J. A. Mella: «Carta a Gustavo Aldereguía», Mella. Documentos y artículos, ob. cit. (en n. 26), p. 258.
28
Ver Benedict Anderson: Las comunidades imaginarias, Fondo de Cultura Económica, México,
1993.
29
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. II, no. 45, La Habana, 1940, p. 16.
30
Edgar Morin: «Las clases biosociales y la revolución planetaria», Crítica de la Utopía, Universi-
dad Nacional Autónoma de México, México, 1971, pp. 57-92.
156
31
El 4 de septiembre de 1933 un movimiento de clases y de sargentos depuso a la oficialidad del
Ejército. Aunque sus reclamos fueron originariamente de índole castrense, se colocó en el
curso del proceso que derrocó a Gerardo Machado con un programa político mucho más
amplio, inspirado en el programa del Directorio Estudiantil Universitario. El movimiento del
4 de Septiembre fue el acta de nacimiento de Fulgencio Batista como figura política.
32
Ver José Ignacio Rasco: «Nacionalismo en la Constitución de 1940», en La Constitución de
1940. Ciclo de conferencias [s. e.], Miami, 1991.
157
159
34
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. II, no. 66, La Habana, 1940,
pp. 19-20.
35
Recientemente, algunas acusaciones de «socialista» proferidas contra Barack Obama, durante
su campaña electoral para presidente de Estados Unidos, recuerdan cómo cualquier política
de intervención gubernativa en la economía que contradiga el principio de libertad de merca-
do es considerada «socialista» en ese muy frágil y vulgar sentido.
160
36
Juan Clemente Zamora: «Nuevas orientaciones en materia constitucional», en Los partidos
políticos y la Asamblea Constituyente, ob. cit. (en n. 15), p. 26.
161
37
Chibás veía en otra parte la fuente de sus preocupaciones en este sentido: «El peligro funda-
mental que yo preveo en el futuro, va ser la penetración fascista dentro de la América debido
a las consecuencias que ya se están viendo, del resultado de la guerra europea»; en Diario de
sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. I, no. 34, La Habana, 1940, p. 27.
38
Diario de sesiones de la Convención Constituyente de 1940, vol. I, no. 34, La Habana, 1940, p. 27.
163
164
tido «se trazaba una senda, que pasaba entre la burguesía y el proletariado
y se asignaba el papel de árbitro entre las dos clases». La práctica del
41
«La crisis de la competencia populista llegó de este modo a la crisis de la función reguladora del
Estado. Con la dictadura de Batista este fue definitivamente privatizado por el capital finan-
ciero […]». «La crisis del Estado cubano fue precoz en el contexto latinoamericano, porque
precoz fue el desarrollo del capitalismo, y porque aquel se identificó con el ciclo del azúcar en
la fase de su agotamiento. La experiencia populista se basó esencialmente en un crecimiento
interno de mediano plazo, la “cubanización”, sin la ayuda del capital norteamericano. Cuando
este decidió reorientar su estrategia, no pudo contar más con el aliado cubano. El desfase en
el tiempo entre el comportamiento del capital cubano y el del capital norteamericano llevó al
giro autoritario de Batista, el cual, deslegitimando la experiencia anterior, eliminó toda alter-
nativa moderada»; A. Annino: Ob. cit. (en n. 4), pp. 456-457.
165
42
Michael Löwy: «Transformación del populismo en América Latina», en <http://
www.scribd.com/doc/6805471/Michael-Lowy-Tranformacion-Del-Populismo-en-America-
Latina> (2 de febrero de 2009).
43
La idea esencial de este planteamiento es «la unidad mundial del sistema de explotación
capitalista», que explica las relaciones centro-periferia o metrópoli-satélite, pero también, por
ejemplo, las de ciudad-campo, capital-región, economía capitalista industrial-economía de
subsistencia indígena, como eslabones de una sola cadena de explotación mundial. Por ello, «la
causa del “subdesarrollo” ha sido la integración de América Latina al sistema capitalista
mundial, empezando con la conquista»; André Gunder Frank: Capitalismo y subdesarrollo en
América Latina, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1970. Ver la continuidad de estos
enfoques, entre otros, en Immanuel Wallerstein: Sistema mundo y mundo sistémico, Instituto de
Estudios Nacionales, Panamá, 2002.
44
Carlos del Cabo Martín: «Configuración constitucional del capitalismo avanzado: estado social
y estado de derecho», en <http://www.bibliojuridica.org/libros/libro.htm?l=144> (25 de enero
de 2009).
166
167
169
El pensamiento de Rafael García Bárcena se concreta sobre un trípode ideológico definido en:
«Nacionalismo, Democracia, Socialismo», consecuencia de la aspiración de que Cuba viviera la
creación de una nueva República,que superara el deficiente orden económico, político y social
existente y creara nuevas formas de vida con la definitiva consolidación de su integración
nacional. El análisis diacrónico de sus ideas deja ver la arraigada defensa del humanismo en
consonancia con la justicia socialista y las razones que le hacen comprender que ello constituiría
la única alternativa posible para sus esperanzas sobre Cuba, siempre animadas con las ban-
deras de la legalidad y la aceptación ciudadana.
170
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
teórica que ello supone, sino ser –aunque intente un reencuentro cultu-
ral con el referente nutricio de la vieja España en un esfuerzo más de
rechazar las múltiples seducciones, la asfixiante provocación que desde
Estados Unidos intenta pervertir lo criollo e insular– una teleología,
una sustancia que, cósmica y mestiza, escape a lo meramente cultural
para dar cuerpo al añejo sueño de la República. Es imposible explicar a
la nación sin esta vanguardia, que además, y partiendo del complejo de
situaciones que se dan, logra una coincidencia en algunos casos valiosa
entre vanguardia cultural y vanguardia política, para suerte de lo que
creo identificar como la misma génesis de la Revolución.
Por otro lado, el elemento capitalizador del pensamiento en estos pri-
meros años es José Martí. Porque cuando se intente resolver lo nacional
será en Martí en quien se encuentre el contenido del destino de ser.
Desconocido, edulcorado, muy temprano apropiado por los políticos
independentistas, terminará siendo, y sobre todo gracias a esta vanguar-
dia, rescatado y finalmente apuntado hacia la sociedad cubana como un
verdadero y magnífico instrumental crítico. Un instrumental que per-
mitirá examinar con aspereza nuestros vicios tanto como nuestras vir-
tudes, pero ante todo aportará las claves para salir del dédalo de los
primeros 20 años de vida republicana, en que por ejemplo la produc-
ción filosófica se vio marcada por la impronta del denominado Plan
Varona, que provocó, entre otros males, el desesperado chovinismo in-
dicado a una elaboración teórica netamente cubana, en un período his-
tórico que, en lo objetivo, no ofreció camino para que se lograra tal
171
172
II
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
En esta órbita se encuentra, por fin, el alzamiento que la conciencia y
la cultura general cubanas van a lograr a partir de los primeros años de
la década del 40. Según García Bárcena, se abría para la generación de
cubanos que había luchado por la realización de conquistas como estas
«un nuevo sentido de responsabilidad».5
Él mismo, sin dudas, se siente inserto en la nueva etapa del intelec-
tual cubano, tras su temprana incursión en la filosofía y en las letras,
con su poesía. En ambos terrenos se volverá un trabajador incansable, y
también en lo polítco, con sus escritos, donde comienza a estudiar la
relación entre nación y socialismo.6
Resulta interesante acercarse a la conexión histórica de aquellas ideas.
García Bárcena recoge los frutos permanentes que en la cultura cuba-
na, y en especial en la creación filosófica, han dejado como impronta
José de la Luz y Caballero y Félix Varela, quienes se desenvolvieron en
etapas muy distintas a la que se desarrolla entonces, es evidente, pero
con un instrumental que sirve de base, sobre todo a una raíz de expre-
sión profundamente cristiana. Un repaso a los ejemplares atesorados en
su biblioteca personal, de permanente consulta y estudio, nos coloca en
perfectas condiciones de demostrar lo anterior. En esta dimensión, anota-
ba García Bárcena sobre Luz y Caballero: «La característica más señalada
4
R. García Bárcena: Sobre la filosofía cubana, Parte III (documentos originales bajo custodia
familiar).
5
Ídem.
6
R. García Bárcena: «Nacionalismo y socialismo», Polémica, La Habana, no. 5, julio de 1936.
173
7
«Prólogo» de Rafael García Bárcena al libro de José de la Luz y Caballero: Aforismos y apunta-
ciones, Roberto Agramonte (ordenación y anotación), Universidad de La Habana, Col. Biblio-
teca de Autores Cubanos, La Habana, 1945.
8
Rafael García Bárcena abordaba tales temáticas en «Individualización de la ética», Revista
Universidad de La Habana, La Habana, no. 19, 1938.
9
En este sentido, apunta: «El pensamiento de José Martí, que se mantiene vivo en la copiosa
producción literaria que nos dejara como legado el gran Maestro, es una cantera inagotable de
valores que señalan, como si fueran el índice orientador de nuestro excelso compatriota, hacia
los supremos ideales encarnados en la Verdad, la Belleza y en el Bien. Estas tres ideas univer-
sales se fundan en él en un consorcio tan indisoluble, que tanto lo verdadero como lo bello
resultan incorporados a la superior categoría de lo bueno»; en «El ideario político de José
Martí. El sentido de su doctrina», Cívica, no. 7, La Habana, 1942, p. 155.
10
En el año 1944 deja listo su trabajo La filosofía y las ciencias filosóficas (inédito), donde aborda
estos temas.
174
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
sobre la filosofía, que como hemos visto, se encuentra cundida de un
fuerte sentimiento cristiano, un análisis del comportamiento humano
a partir de las características que se describen en la sociedad, con
elementos como el psicológico como prioridad y guía de su accionar
en comunidad, en relación estrecha con otros no menos interesantes
como el biológico. Todos en armonía y organizados jerárquicamente
desde el punto de vista axiológico, según sus interpretaciones, permi-
tirían en cada individuo una evaluación de su calidad humana. En
esta dimensión, describe la presencia en los hombres de valores reli-
giosos (cultivo de la fe), éticos, estéticos y lógicos. Sobresale en sus
estudios la permanente aclaración de que estos no constituyen con-
clusiones absolutas y que siempre serán proclives a rectificaciones y
discusiones. Tal elevación la logra enunciar en su Esquema de un correlato
antropológico en la jerarquía de los valores, considerada como una de sus
obras medulares, en la que mezcla objetivamente contenidos corres-
pondientes a las esferas del conocimiento ontológico, axiológico y an-
tropológico, indicando un estudio que revela los nexos entre la
estructura psicofísica del hombre y sus valores humanos.11 «Muchas y
muy variadas excelencias he encontrado en este estudio. Su rigurosa
terminología técnica [...], la claridad, la precisión de diversos puntos,
11
R. García Bárcena: Esquema de un correlato antropológico en la jerarquía de los valores (folleto),
Imprenta Virtudes, La Habana, 1943.
175
176
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
de Filosofía, donde García Bárcena recreará su perspectiva de pensa-
miento. Marcaban ambos acontecimientos hitos en el desarrollo y ex-
pansión de la cultura filosófica nacional.
A la luz y por medio de esta publicación, saldrán varios de sus traba-
jos, el primero de los cuales se inserta en el primer número, con el título
«Coyuntura histórica para una filosofía latinoamericana»,16 donde eva-
lúa el ritmo de la producción filosófica en la región y sus derivaciones
en los campos de la cultura en general, la política, la moral y la religión,
asumiéndolos como integrantes exactamente de una filosofía propia,
bajo influjo de la cultura occidental.
En la misma dirección, las palabras del editorial publicado en el se-
gundo número entrañarían las esperanzas de García Bárcena en la crea-
ción de una producción filosófica autóctona y firme en nuestra raíz. En
esta edición, salida a la luz en la fecha abril-mayo de 1947, es publicado
su ensayo Estructura de la estructura (esquema para una Filosofía de la Estruc-
tura), donde aborda y recrea los antecedentes del estructuralismo.
En lo adelante, serán conocidas en Cuba obras como la serie que
inicia en la década del 40 y que la revista reproduce: Estampa espiritual
15
En el grupo promotor de la idea de fundar un instrumento de debate filosófico también se
encuentran Máximo Castro Turbiano, Jorge Mañach, Gustavo Torroella, Roberto Agramonte,
Inés Segura de Bustamante, Mercedes García Tudurí y Medardo Vitier, todos ilustres pensado-
res cubanos de la época.
16
En Revista Cubana de Filosofía, La Habana, 1946; 1: bimestre junio-julio.
177
17
Filósofo, poeta y filólogo alemán, con destacados pronunciamientos en el campo filosófico de
los siglos XIX y XX, cuya obra se basa en el sistema moral y la ética humana, y que fuera
estudiado con detenimiento y admiración por Rafael García Bárcena, en ocasión de este libro.
18
Rafael García Bárcena a Ángel del Cerro: «El ateísmo, una actitud contra la vida». Entrevista
realizada en colaboración para Prensa Libre (23 de enero de 1957, pp. 1-11), reproducida en
Vida Universitaria, Sección de Libros, marzo-abril, 1957, pp. 4, 27.
19
R. García Bárcena: Redescubrimiento de Dios, Editorial Lex, La Habana, 1956, p. 1.
178
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
vista del lector, denota una sintonía profunda con el pensamiento cuba-
no del siglo anterior, de la misma manera que ocurre, consustancialmente,
con el resto de la reflexión filosófica en América Latina.
Es en este camino donde se produce la dicotomía con el pasado, que
plantea –en esencia a partir de Varela– la separación de la fe de la cien-
cia, vías que García Bárcena asume sin paralelismos.
Y era una fe depurada aquella que encuentra la razón. Un análisis
ubicado en el interior del desarrollo de las ciencias y la religión en el
hombre, una tendencia natural de su existencia, un ejercicio de la fe
como parte de vivir.
IV
180
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
Es en esta, su obra más trascendente de poesía (compilatoria del pe-
ríodo de 1929 a 1936, antes de que saliera publicada en 1937), en que
García Bárcena va a definir cuáles serán los valores estéticos que mati-
cen su pensamiento en versos. En la propia introducción al texto, en el
cual trata de ubicar su poesía entre la fusión de los conceptos del hom-
bre y el mundo, estará advirtiendo un camino entre los propios valores
propuestos en su estudio en filosofía, en la misma escala axiológica que
instrumentará en sus futuros ensayos filosóficos, que parten necesaria-
mente de la realidad objetiva, de la cual se convierte como poeta en
vigilante estudioso. Estará ubicada en este razonamiento su propia sed,
la meta de desenmascarar la individualidad del hombre a través de sus
ambiciones, sus esperanzas y su mundo circundante, al que llama univer-
so, cuando escribe: «universo que sabes a mí mismo, / ¿Dónde no estaré
yo en ti?»24
En lo adelante, su pensamiento revolucionario se vería más com-
prometido en sus versos, a medida que maduran sus ideas. El hombre,
en su ascenso en la vida, alcanzaría mayor estatura en la misma medida
de su aportación patriótica. Así, en el año 1943, la Comisión Pro Monu-
mento a los mártires universitarios, constituida para honrar la memoria
de los mártires de la Colina del período histórico comprendido entre el
23
Raúl Roa: «Opiniones sobre Sed», Índice, La Habana, marzo de 1937.
24
R. García Bárcena: Sed, poesía (1929- 1936), Empresa Editora de Publicaciones, La Habana,
1937.
181
25
R. García Bárcena: «Responso heroico a los mártires universitarios de la Revolución». Esta
obra será reproducida por el boletín informativo Mis Libros, no. 67, Biblioteca Popular
Mariano Moreno, Buenos Aires, 1947.
182
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
revolución».27
Significa en su concepción el momento culminante de un período
histórico en que la política le vería integrado con fuerza, y por única
vez, alcanzando la oportunidad de ocupar cargos en la dirección nacional.
Primero desde Marianao es electo al cargo de delegado provincial, y
más tarde nombrado como candidato a gobernador de La Habana, estímu-
los que recibe con modestia y esperanzado por promover sus ideas de
convertir a la capital en un organismo vivo que impulsara a la nación
sobre mayores conquistas sociales.
Pero muy pronto el surgimiento de una tendencia negativa dentro de
las filas del partido comenzará a alejar a García Bárcena de su militancia:
el nacimiento del denominado Tercer Frente y sus gestiones pactistas con
agrupaciones de los Partidos Auténtico y Demócrata,28 a la vez que obli-
gó a la reforma de algunos de los artículos de los estatutos fundacionales
del partido, delimitó la actitud que de manera muy rápida y sin trance
asumiría García Bárcena quien, como muchos militantes en todo el país,
decidió rechazar las posturas contrarias a la línea de independencia políti-
ca. En tal sentido, decide abandonar su filiación partidista.29
26
R. García Bárcena: Responso heroico a los mártires universitarios de la Revolución, ob. cit. (en n. 25).
27
R. García Bárcena: Apuntes a la fundación del PPC (O), documento inédito.
28
Así lo demuestran los acuerdos tomados por el Bloque Pactista del Partido, dirigidos a la
Asamblea Nacional, con fecha 13 de marzo de 1948. Ver Archivo Nacional de Cuba: Fondo
Eduardo Chibás: PPC (O)- legajo 8, no. 258, folio 2.
29
En la fecha del 19 de marzo, Rafael García Bárcena dirige una carta al presidente de la Junta
Municipal de Marianao, con el objeto de solicitar la baja del Partido del Pueblo Cubano
(Ortodoxos) (PPC [O]).
183
30
R. García Bárcena: «La revolución y los gobiernos revolucionarios», Kayuko, La Habana, 23 de
febrero de 1934, p. 1.
31
R. García Bárcena: «El principio del fin», Kayuko, 23 de marzo de 1934, p. 1.
32
R. García Bárcena: «Concentración y contrarrevolución», Kayuko, Sección Kayukazos, 2 de
marzo de 1934, p. 1. El subrayado pertenece a un fragmento de Discurso pronunciado en la
Universidad de La Habana en la velada del 30 de septiembre para conmemorar la muerte del estudiante
Rafael Trejo, Imprenta de la Universidad de La Habana, La Habana, 1945.
184
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
sería conquistada para Cuba en la medida en que la revolución fuera
capaz de sustraerse de «toda enajenación o tutelaje por parte del extran-
jero».34 En su trabajo ¿Qué necesita Cuba para ser una gran Nación?, aborda
la penetración nefasta del imperialismo en los pueblos latinoamerica-
nos. En el caso cubano, la llega a calificar como «una crónica enferme-
dad», curable únicamente en la total movilización de los recursos
nacionales.35
Esa revolución volvería a ser necesaria en la medida en que estuviera
presente el pensamiento del Apóstol y el caudal de su sabiduría ética.
De Martí, entonces, García Bárcena refiere: «Su pensamiento, valioso
para todos los instantes de la vida nacional, adquiere una significación
particular en los momentos actuales».36
Su convocatoria se escuchó clara:
[…] Frente al derrumbe moral de los que en vez de hacer historia,
consagraron sus energías a hacer fortuna, se alza erguida la fe de
una juventud que no ha desertado de la probidad pública, que no
33
R. García Bárcena: «La Revolución y los gobiernos revolucionarios», Kayuko, Sección
Kayukazos, 23 de febrero de 1934, p. 1.
34
R. García Bárcena: Discurso pronunciado en la Universidad de La Habana en la velada del 30 de
septiembre para conmemorar la muerte del estudiante Rafael Trejo, ob. cit. (en n. 32).
35
Ya en su lección de Sociedad Política sobre «La intervención americana en Cuba y el Tratado
de París», abordaba estos temas, durante su magisterio en el Instituto No. 1 de La Habana.
36
R. García Bárcena: «El ideario político de José Martí. El sentido de su doctrina», Cívica, ob. cit.
(en n. 9), p. 155.
185
VI
37
R. García Bárcena: Discurso pronunciado en conmemoración de la muerte de Ramiro Valdés Daussá,
Aula Magna de la Universidad de La Habana, 15 de agosto de 1949 (archivo del autor bajo
custodia familiar).
186
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
fase de la Revolución Nacional que va desde el diez de marzo has-
ta la toma de posesión del gobierno que resulte electo bajo los
auspicios de la Constitución de 1940, sólo puede constituirlo el
Movimiento Nacional Revolucionario [...].
Pero la Revolución Cubana, en puridad a la verdad, no es más que
un proceso vital indivisible que ha presentado diversos brotes y
que aún en nuestros días no ha alcanzado totalmente su consuma-
ción. Cada uno de esos brotes ha constituido un nuevo movimien-
to nacional revolucionario, un nuevo período de lucha por la
realización, en mayor o menor grado, de la nacionalidad, de la de-
mocracia y la justicia social.
[...] Nada podrá detener la Revolución, porque ella obedece a cau-
sas que actúan desde el fondo mismo de la historia. Esas causas
estaban presentes desde antes, pero la generación del treinta, des-
pués de 1935, no pudo continuar la lucha con la misma combativi-
dad e intransigencia.
[...] la del año 30 y la del Cincuentenario, han tenido que enfrentar-
se a un mismo enemigo: Batista y las fuerzas antinacionales,
antidemocráticas y antisociales que él representa. La historia se ha
repetido en el proceso. También se repetirá en los resultados: la
victoria la consumará la última generación.38
38
R. García Bárcena: «Una nueva generación y un nuevo Movimiento Nacional Revoluciona-
rio», Bohemia, La Habana, 25 de mayo de 1952, pp. 56-93, 96.
187
188
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
Esto es superar «definitivamente al régimen blando, incapaz y co-
rrompido que cayó el día 9, y al régimen tiránico, pero igualmente inca-
paz y corrompido, que madrugó el día 10».41 Se trataba de la fundación
de dos raíces que confluyen en el interés ideológico del Movimiento:
«una, el propósito de rescatar la libertad del pueblo; la otra, la decisión
de transformar sustancialmente a Cuba».42
El contenido de esa visión está arraigado con mucha fuerza en la
razón de ser del Movimiento que funda: esa ideología presente en un
contexto histórico en que la nación ve perder el rumbo de planteamientos
claros y precisos acerca del grave problema nacional instaurado con el
10 de Marzo. Es en este momento en que la sociología humana –en
opinión de García Bárcena– «debía asumir la responsabilidad filosófica
de colocar en el centro de la ciencia social del hombre de carne y hueso,
con todos los valores absolutos y relativos que se adhieren a la persona
humana»43 y en tal sentido actuar en virtud de reivindicar sus propias
esperanzas perdidas y su propia dignidad.
40
R. García Bárcena: «La fórmula nacional de la FEU», Bohemia, La Habana, no. 25, 22 de junio
de 1952, p. 60.
41
En documento a mimeógrafo A dos años de la fundación del Movimiento Nacional Revolucionario
(original), Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, La Habana, p. 1.
42
Ibíd., p. 2.
43
Tomado de escritos y borradores sobre cuestiones filosóficas y sociológicas de Rafael García
Bárcena.
189
44
Tomado desde este punto de vista, en la acción pública, el Movimiento Nacional Revolucio-
nario estaría integrado en el marco de lo lícito, legitimidad que se ofrecía desde las propias
leyes que ahora eran vejadas por el tirano Batista en lógico detrimento del Estado de Derecho,
inexistente de facto.
45
En tanto concepto, el término «Revolución Nacional» es abordado «[...] para llevar a término
la labor que iniciaron en los albores del pasado siglo los conspiradores independentistas
cubanos, continuaron los patriotas de 1868, mantuvieron los libertadores del 95 y trataron de
completar los revolucionarios del año 30; realizar la definitiva integración de nuestra naciona-
lidad; desarrollar todas las posibilidades económicas del país y colocar a Cuba en el puesto
destacado que corresponde por su ubicación geográfica y la superior cultura de sus hijos. El
planteamiento y desarrollo de esta obra constituyen la Revolución Nacional»; tomado de
Vanguardia, órgano de prensa oficial del MNR, no. 1, diciembre de 1953. Se aclara que los
artículos publicados en este medio de prensa no presentan autoría individual, sino que propo-
nen el criterio del grupo radical que ostenta la dirección independiente del Movimiento, tras
el encarcelamiento de su principal jefe, en abril de 1953.
46
R. García Bárcena: «La fórmula nacional de la FEU», Bohemia, La Habana, 22 de junio de
1952, p. 59.
47
Las citas comentadas en este epígrafe pertenecen a: A dos años de la fundación del Movimiento
Nacional Revolucionario, ob. cit. (en n. 41).
190
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
inconcluso de la Revolución Nacional [...]. En pie, en el centena-
rio de Martí y de Varela. ¡En pie, que la historia aguarda por no-
sotros!48
Estas palabras anunciaban la marcha de la Revolución Cubana, de la
cual el MNR se convierte en instrumento. Y es que nunca dejará García
Bárcena de pensar en el pasado, presente y futuro de la patria.
VII
191
50
Correspondencia de Rafael García Bárcena (hijo) a redacción de la revista Cuba Nuestra,
Estocolmo, 2004; 50: febrero (el énfasis es nuestro).
51
Tomado de: A dos años de la fundación del Movimiento Nacional Revolucionario, ob. cit. (en n. 41),
p. 5.
192
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
el segundo elemento del trípode ideológico sobre el cual se levanta el
pensamiento del MNR. Democracia capaz de alcanzar su identificación
a partir de la independencia de la tutela externa y la instrumentación
efectiva de la participación ciudadana.
Es en esta identificación que se inserta el adjetivo integral como ele-
mento además diferenciador que se define en la que
se extiende a todos los órdenes de la convivencia: la democracia
política, misión y ejercicio de los ciudadanos, por la cual todos
participen activamente en la elección y en la obra del gobierno; la
democracia social, donde exista una igualdad civil, no teórica sino
práctica; y la democracia económica, en la cual una equitativa dis-
tribución, al servicio del bien común, de la propiedad, el trabajo y
las cargas impositivas, debe proporcionar a todos los ciudadanos la
base material necesaria para que sean reales su libertad política y
su igualdad civil. El MNR cree que así como una nación, para ser
verdaderamente libre dentro de la comunidad internacional, tiene
que ser económicamente dueña de su destino, así cada hombre
tiene que ser económicamente dueño de su destino para poder pro-
clamarse realmente libre.
52
Correspondencia de Rafael García Bárcena (hijo) a redacción de la revista Cuba Nuestra, ob.
cit. (en n. 50); el énfasis es nuestro.
53
Ídem.
193
54
Correspondencia de Rafael García Bárcena (hijo) a redacción de la revista Cuba Nuestra, ob.
cit. (en n. 50); el énfasis es nuestro.
194
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
precede al 10 de marzo de 1952. El hombre –como se define en la
propia adjetivación que sucede al socialismo para el MNR– es quien se
coloca en el centro de los cambios no solo en el marco social, sino en la
restructuración institucional y económica que requiere Cuba para con-
vertirse en nación, como aspiración primigenia.
El carácter absoluto de pensar el hombre incluso dentro de sus pro-
pias aspiraciones, se resume en el pensamiento de un socialismo que «se
opone a que los seres humanos sean considerados solamente como pie-
zas necesarias para el soporte de la producción o del Estado, pues ad-
vierte en cada hombre la dignidad y la libertad inherentes a su condición
de persona humana» de ahí la conclusión de que el «Socialismo Hu-
manista lleva a la exaltación del hombre y a su justo equilibrio con el
Estado»,56 con la claridad en el sentido de afirmar que su pensamiento
filosófico encarna en primer lugar los valores del espíritu, rechazando
las concepciones materialistas y económicas del comunismo, pero diri-
gido a superar revolucionaria y necesariamente el capitalismo, elimi-
nando su forma base de distribución de las cargas sociales, así como su
modo de producción en sentido general, que atentan contra la expan-
sión de las potencialidades del ser humano.
Estas generales reglas doctrinales que rigen el fundamento ideológi-
co del MNR, bajo los influjos indirectos de Rafael García Bárcena, es-
tán marcadamente insertas en un período histórico llamado a reverdecer
55
A dos años de la fundación del Movimiento Nacional Revolucionario, ob. cit. (en n. 41), p. 7.
56
Ídem.
195
57
Opinión esta derivada del estudio del filósofo cubano Pablo Guadarrama González, quien
señala que entre las principales ideas en la interpretación deformada del marxismo en estos
pensadores se encuentran algunas que también guardan relación, a nuestro parecer, con las
expuestas, nacidas en la ideología del MNR, entre las cuales menciona: «reducción de todo el
materialismo filosófico a su expresión vulgar presuponiendo que este no tomaba en conside-
ración adecuadamente el papel de los factores espirituales en el desarrollo social; hiperbolización
de su determinismo al atribuirle subestimación del papel de la libertad humana; crítica al
estatismo y al colectivismo que atentaba contra el desarrollo de la individualidad; rechazo de
la concepción de la dictadura del proletariado por contravenirse con los principios de la
democracia [...]».
196
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
agrícola.
En lo adelante, los acontecimientos desencadenados en la fecha del
5 de abril de 1953 llevan a García Bárcena a la cárcel, acompañado de
un grupo de compañeros, donde recibe brutal tortura. Escribirá incan-
sablemente sobre política, filosofía y religión, y alimenta su esperanza
revolucionaria. Mientras, el sueño de la Gran Nación sigue conceptual-
mente animando los esfuerzos del grupo radical de jóvenes que conti-
núa confiando en el MNR, que en lo adelante será más extendido a todo el
país. Al calor de esos esfuerzos, desde diciembre de 1953 ya ha salido a
la luz un pequeño periódico clandestino, Vanguardia, bajo el concepto
de que el MNR es «la vanguardia de la Revolución y teniendo a Rafael
García Bárcena como la figura más gallarda de la hora nacional, presu-
puesto justipreciador de su inteligencia, su moral y su coraje».59
Su lectura evidencia que sus redactores estaban profundamente
impactados por la personalidad del profesor:
Todas las horas históricas tienen sus hombres. Esta hora de Cuba
tiene un hombre entre muchos, un hombre que asumió desde el
58
En esta consecución de ideas que definimos, y a partir de la guía ideológica modernizadora del
cristianismo que propone García Bárcena, unido a los aportes de la dirección radical, el
programa del MNR va a estar orientado en tesis similares a las propuestas por la socialdemo-
cracia, de tipo burguesa, obviamente, no más allá de un carácter reformista, en sentido
general.
59
«Rafael García Bárcena, la figura más gallarda de la hora nacional», Vanguardia, no. 1, diciem-
bre de 1953, p. 4.
197
198
LUIS ALBERTO PÉREZ LLODY / Rafael García Bárcena: La condición humana en el proyecto de la Gran Nación
regresa con el triunfo de Enero de 1959, incorporándose de inmediato a
las tareas encomendadas por Fidel. La revolución sin odios que tanto
predicó le hizo decir que todos los que daño hicieron quedaban perdo-
nados, mientras apunta con su mano segura por un porvenir luminoso,
al fin, para la Gran Nación. Lo anterior denotaba un mensaje ético cla-
ro, sin dudas, coherente con su forma de pensar y actuar.
Filósofo que abandona la academia para ir tras la idea de la revolu-
ción, cuya cosmovisión de lo humano lo coloca en el camino de lo ético.
No perteneció a élites, ni se comprometió con ellas. Se suma a las ansias
de preñar a la patria de saberes, y asiste a los resultados arrojados de
una filosofía nacional que en su conjunto contribuye a la fermentación
ideológica de sus procesos y a la misma génesis revolucionaria, aún hoy
necesitada de más profundos e incluyentes estudios.
199
* (Cuba, 1964). Historiador y ensayista. Investigador del Instituto de Historia de Cuba. Autor
de El ojo que te ve: discurso clínico y cirugía social en la escuela cubana (1902-1930) y de Nuevas voces,
viejos asuntos, y coautor de El cuento al revés: historia, nacionalismo y poder en Cuba. Próximamente
Ediciones Unión publicará su libro Imaginarios al ruedo: Cuba y los Estados Umidos en las
exposiciones internacionales (1876-1904).
** Versión revisada de «Cuba: cultura y dictadura (1952-1958)», publicado en Cuadernos Cubanos
de Historia, Editora Política, La Habana, 2007, pp. 183-199.
200
II
1
Servando Valdés Sánchez: El proyecto reformista batistiano, inédito, 1994.
202
203
204
5
Ibíd., p. 97.
6
Dirección General de Relaciones Culturales: Anuario Cultural de Cuba, 1943, Úcar, García y
Cía., La Habana, 1944, pp. 312-313. Ver además: F. Batista: Ob. cit. (en n. 4), p. 108; José
María Chacón y Calvo: «El Plan Trienal y la cultura», Revista Cubana (Publicaciones de la
Secretaría de Educación, Dirección de Cultura), La Habana, 1927; IX (25): 109-110, julio.
7
Anuario Cultural de Cuba, 1943, ob. cit. (en n. 6), pp. 305, 312-313.
8
La Revista Cubana continuó existiendo como el órgano oficial de la Dirección de Cultura del
Ministerio de Educación hasta 1952. Entre 1953 y parte de 1956 cesa en sus funciones hasta
que reaparece en ese último año bajo la égida del Instituto Nacional de Cultura. Aún en la
década del 50 la revista contó con las colaboraciones de reconocidos intelectuales cubanos y
extranjeros como Dulce María Loynaz, José Lezama Lima, Emilio Ballagas, Francisco Ichazo,
Francisco Pérez de la Riva, Enrique Labrador Ruiz, Salvador Bueno, Emeterio Santovenia,
Humberto Piñera Llera, Juan J. Remos, José María Chacón y Calvo, Max Henríquez Ureña,
Herminio Almendros y Roger Callois.
205
206
207
208
209
210
211
17
El artículo 4 de la ley no. 6 de 27 de octubre de 1955 le concedía a la Orquesta Sinfónica de
La Habana la suma de 50 000 pesos. Este decreto surgió a instancias del propio Batista quien
se interesó en subordinar la Orquesta al Instituto Nacional de Cultura. Un año después de
haber salido esta ley se celebraba un almuerzo en el Palacio Presidencial para discutir el
aumento del presupuesto de la Sinfónica. En este sentido resulta ilustrativo el estudio de las
Actas de la Junta de Asesores del Instituto Nacional de Cultura porque muestran la infinidad
de sesiones que se dedicaron al análisis del desenvolvimiento de la Orquesta. El tomo tercero
de dichas actas está dedicado en su mayor parte a este asunto. Ver Actas del Consejo Asesor del
Instituto Nacional de Cultura (3 ts.), t. I, 26 de marzo de 1956, Archivo del Ministerio de
Cultura, Fondo Instituto Nacional de Cultura, folio 85, y 2 de octubre de 1956, folio 185.
Véase además el tercer tomo de las referidas Actas.
212
18
Para festejar el centenario de Martí el gobierno encomendó al destacado director mexicano
Emilio Fernández, El Indio, la realización de una película sobre el Apóstol; para ello desembol-
só la suma de 250 000 pesos. El hecho de que participara en su rodaje un numeroso personal
extranjero, así como que se eligieran los Estudios Churubusco (México) para filmarla provocó
la protesta por parte de los trabajadores del cine cubano y de un segmento importante de la
opinión pública. La polémica alcanzó dimensiones profundas puesto que los involucrados en
ella denunciaron el desvío de recursos que hizo el régimen en detrimento del desarrollo cinema-
tográfico nacional y mostraron su inconformidad ante el hecho de que se le otorgara a extranje-
ros la responsabilidad de hacer una película de esta naturaleza. Luego de su exhibición, el
213
11 de agosto de 1954, las opiniones alrededor del filme se hicieron más críticas, pues este, a
juicio de muchos, había resultado ser una historia banal que distorsionaba la imagen de Martí.
A la premier de La rosa blanca asistió la esposa del dictador [Marta Fernández Miranda],
persona clave en la campaña populista del régimen, conocida por sus actos de caridad. Para
más detalles el lector podrá acudir a Arturo Agramonte: Cronología del cine cubano, Ediciones
ICAIC, La Habana, 1966, p. 98; sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, año 45, no. 12, 22 de
marzo de 1953, pp. 60-61; Alexei Pacheco: Tratamiento de la historia patria en el cine de ficción
producido en Cuba entre 1897 y 1958, material inédito, 1988.
19
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, año 45, no. 6, 8 de febrero de 1953, p. 60.
20
César García Pons: «Las honras que el Apóstol hubiera rechazado», Bohemia, La Habana, año 45,
no. 4, 25 de enero de 1953, p. 68; Fidel Castro Ruz: «Asaltado y destruido el estudio del
escultor Fidalgo», Bohemia, La Habana, año 45, no. 6, La Habana, 8 de febrero de 1953, p. 66.
214
215
23
Prueba de la actitud del INC hacia aquellas instituciones que mantuvieran una conducta
irreverente fue la represalia tomada contra la Sociedad Espeleológica, a la que le retuvieron las
mensualidades que se le asignaban; ver Acta de la Junta Consultiva de Asesores del Instituto
Nacional de Cultura, t. II, Acta no. 62, 18 de diciembre de 1956, Archivo del Ministerio de
Cultura, Fondo Instituto Nacional de Cultura, folios 29, 30.
24
Guillermo de Zéndegui: «Dedican los rotarios una sesión al INC», Boletín Informativo, órgano
del INC (Ministerio de Educación), La Habana, no. 1, noviembre de 1955, p. 2.
218
25
Boletín Informativo, La Habana, número por el aniversario, julio de 1956, p. 2.
219
26
Tomado de Pamela Smorkaloff: Literatura y edición de libros. La cultura literaria y el proceso social
en Cuba, Editorial Letras Cubanas, La Habana, Cuba, 1987, p. 79.
27
Boletín Informativo, La Habana, no. 1, noviembre de 1955, p. 5; no. 3, marzo de 1956, p. 4.
220
28
Boletín Informativo, La Habana, no. 3, marzo de 1956, p. 1.
29
Al escoger al INC discriminamos otras tareas que ejecutara el gobierno entre 1952 y 1955,
fecha previa a la fundación de esta entidad. Entre ellas se destaca la fundación de la Organi-
zación (Nacional) de Bibliotecas Ambulantes y Populares (ONBAP) y la publicación de la
revista Isla. Según estimados, existieron alrededor de 1 000 bibliotecas ambulantes por las que
desfilaron unos 105 163 usuarios, mientras la revista Isla tuvo 22 números.
Por otra parte y en aras de la síntesis, obviamos otras actividades impulsadas por el INC y
simplificamos la información referente a instituciones como el Grupo de Amigos de la Cultura
y la emisora CMZ.
221
III
224
El Partido Socialista Popular, entre 1952 y 1958, logró desarrollar una amplia propagan-
da a favor de las transformaciones urgentes que necesitaba la sociedad cubana a fin de lograr
su liberación nacional y social; denunció y alertó sobre las maniobras del imperialismo, decidió
apoyar la lucha guerrillera durante su última etapa; cientos de sus militantes y simpatizantes
comunistas fueron reprimidos, encarcelados, torturados y asesinados por la tiranía y, finalmen-
te, contribuyó de modo esencial a cohesionar a las masas para lograr la unidad que consolidó el
triunfo definitivo de la Revolución.
* (Cuba, 1958). Investigadora titular del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan
Marinello, Doctora en Ciencias Históricas. Ha publicado, El Curita, Tras la estela cubana de
Gabriela Mistral, Lorca y Maroto en Caimito (en coautoría con Midalys Blanco), Rubén: desde el
recuerdo y la esperanza y La Revolución Cubana en la vida de pastores y creyentes evangélicos.
225
226
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
en las urnas. En unas horas cambió totalmente el panorama político
nacional.
La reacción del PSP ante el zarpazo se concretó en la realización de
declaraciones condenatorias inmediatas. En su mensaje al pueblo pre-
sentó un programa de lucha por el restablecimiento de la legalidad, la
convocatoria a elecciones generales y la formación de un Frente Demo-
crático Nacional. Por su parte, el ejército ocupó sus oficinas centrales y
algunas de las provinciales y municipales.
El partido se desenvolvía en un entorno político de aislamiento. Las
organizaciones burguesas y nacionalistas evitaban cualquier tipo de coa-
lición con los comunistas; la Confederación de Trabajadores de Cuba
había pasado a ser controlada por Eusebio Mujal y sus seguidores; la
represión, la cárcel y el asesinato hostigaban constantemente a sus mili-
tantes; existían dudas sobre la potencialidad y viabilidad de un poder
comunista a solo unas millas del imperialismo estadounidense; y se
manifestaba cierto repudio e incomprensión en una parte de la ciudada-
nía con respecto a la alianza política que había establecido con Batista.
En tales condiciones, la posibilidad objetiva de que pudiera dirigir ac-
ciones masivas para enfrentar al golpe era muy limitada.
2
Caridad Massón Sena: En los límites de la memoria. Conversando con Edith García Buchaca, inédito,
La Habana, 2004.
227
3
«Llamamiento de la Mesa Ejecutiva», Fundamentos [revista del PSP], 1952; 129: 104, no-
viembre.
4
Blas Roca: «La situación cubana y la solución verdadera», Fundamentos, 1953; XIII (133):
abril.
5
«¿Cómo detuvieron a los compañeros Cabrera, Antonio Pérez y otros?», Carta Semanal, no. 2,
15 de agosto de 1953, p. 2.
228
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
to oponente de las aventuras, el que más empeño ha tomado en
mostrar a las masas que ese es un camino falso. Todo el mundo
sabe que el Partido Socialista Popular es el único que ha señalado
el camino justo para resolver la crisis cubana: el camino de recha-
zar resueltamente las aventuras, el terrorismo y las «expediciones»,
el camino de rechazar las «componendas» y el aislacionismo [...].7
Unos días después, el 19 de septiembre, proponía las bases para un
«arreglo limpio» de la situación nacional:
1) Modificar la convocatoria a elecciones anunciadas para junio de
1954 a fin de que tuvieran carácter general e inmediato. 2) Corregir
el código electoral para que todos los partidos y sectores tuvieran
las mismas facilidades de organización. 3) Asegurar la imparciali-
dad en los comicios. 4) Dar facilidades para la integración de un
Frente Democrático Nacional o una coalición de Partidos que
acordara programas y candidaturas comunes y, al mismo tiempo,
mantuviera su independencia orgánica, ideológica y política. 5)
Restituir las garantías, dar la libertad a los presos políticos, cesar
6
«El juicio de Santiago», Carta Semanal, no. 7, 26 de septiembre de 1953.
7
«El camino», Carta Semanal, no. 4, 3 de septiembre de 1953.
229
230
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
Sobre el segundo tema, el informe central señalaba:
El camino escogido por Fidel Castro y sus compañeros es falso.
Nosotros, que apreciamos su limpieza moral y que estamos con-
vencidos de su honradez, tenemos que decir que el putch, que la
acción armada desesperada y con categoría de aventura, no condu-
cen a otra cosa que al fracaso, al desperdicio de fuerzas, a la muerte
de su objetivo. Tenemos que decir eso, y convencer a esos jóvenes,
y a todos los jóvenes que piensan como ellos, que el camino es el
de la lucha de masas y la acción de masas.10
Sin embargo, hubo criterios divergentes, sobre todo, en lo concer-
niente a las instrucciones que se dieron durante el juicio, donde se des-
tacó en la controversia el dirigente manzanillero César Vilar.
Además de dejar bien esclarecida la total desvinculación de los co-
munistas con los sucesos, al compañero de la dirección que estaba guian-
do el proceder de los abogados se le había dado la instrucción de
aprovechar la oportunidad para denunciar la agresión de sus camaradas
en Camagüey. Dicha acusación fue hecha por escrito al tribunal a través
del periódico Carta Semanal, pero no en el juicio oral, cuestión por la
10
Carta Semanal, no. 16, 20 de octubre de 1953, citado por Oleg Darushenkov: Cuba, el camino
de la Revolución, Editorial Progreso, Moscú, 1978, p. 85.
231
232
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
va de las empresas a pagarles el diferencial que correspondía de acuerdo
con los precios del azúcar. Ese movimiento contó con la solidaridad de
numerosos sectores y ello decidió al gobierno a decretar el pago del
diferencial en 4.02 %. Aunque no se logró el 7.5 % a que se aspiraba, la
huelga resultó en un gran triunfo.
En mayo de 1954, un pequeño grupo de intelectuales hizo declara-
ciones públicas donde alertaron al país ante lo que ellos consideraban
un dilema del momento: la posibilidad de una guerra pavorosa con la
intervención de las más modernas armas nucleares o la sumisión al do-
minio soviético. Carta Semanal condenó esa postura y calificó de anexio-
nista el llamamiento.13
Unos meses después, a principios de 1955, Juan Marinello, Carlos
Rafael Rodríguez y Salvador García Agüero escribieron un folleto en
respuesta a aquel pronunciamiento. Para los comunistas el problema de
Cuba estaba muy bien definido en dos términos: independencia nacio-
nal o sumisión al imperialismo.14
Del 14 al 24 de febrero de 1956 se efectuó el XX Congreso del Parti-
do Comunista de la Unión Soviética. Blas Roca y César Escalante
13
«Frente a un llamado a la traición nacional», Carta Semanal, época II, no. 39 [s. f.], pp. 1-2.
14
Juan Marinello, Carlos Rafael Rodríguez y Salvador García Agüero: Independencia nacional o
sumisión al imperialismo [s. e.], La Habana, 1955.
233
15
A. Sobolev: «Algunas forma de transición del capitalismo al socialismo», Estudios y Documentos
Teóricos, no. 12, abril de 1957, pp. 4-5.
16
Caridad Massón Sena: Ob. cit. (en n. 2).
234
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
elecciones generales democráticas e inmediatas, con garantías para
todos los partidos y zonas de opinión, que franqueaba la posibili-
dad de dar salida por vía electoral, sin graves convulsiones, a cier-
tas de las graves cuestiones que afectan el momento nacional. Pero
cuando el gobierno despótico que padecemos –con el apoyo de sus
amos imperialistas yanquis– bloquea la vía electoral y pretende man-
tenerse en el poder por la fuerza, no hay más remedio que apelar a la
acción extraparlamentaria, es decir, a la lucha directa de las masas,
elevándola a la altura que fuera menester –incluso la insurrección
popular– para liberar a nuestra Patria de la opresión y abrir paso a
las soluciones que necesita el pueblo […].17
Con la aprobación de la línea de agosto se abrieron nuevas posibilida-
des para gestiones unitarias entre el PSP y el M-26-7. Antes, Frank País
y Léster Rodríguez se habían reunido con Francisco Rosales y Luis
Mariano Ávalos, dirigentes comunistas de Oriente, para convocarlos a
acciones conjuntas. Ellos habían respondido que no podían participar
porque no tenían autorización para hacerlo. En noviembre, el partido
orientó que se iniciaran coordinaciones con Fidel Castro a través de
17
«El camino del pueblo: agosto de 1933. Manifiesto del PSP (26 de septiembre de 1956)»,
Carta Semanal, época II, no. 165, 10 de octubre de 1956, p. 1.
235
18
«Sobre la táctica del camino de Agosto», 16 de diciembre de 1956, Archivo del Instituto de
Historia de Cuba, Fondo Primeros Partidos, sección PSP.
236
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
teral.20
En mayo se efectuó el Pleno del Comité Nacional del PSP. El infor-
me de Aníbal Escalante analiza que la lucha guerrillera ciertamente era
importante, pero constituía un fenómeno aislado en el país y le daba
mucho realce a las tácticas de sabotaje y la acción individual. En cuan-
to al Directorio Revolucionario, reconoce en él los métodos de lucha
del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) de la década del 30 y lo
valora como un retroceso con respecto al accionar de la Federación
Estudiantil Universitaria (FEU) en 1955.21
Puntualiza que el objetivo estratégico del partido era la eliminación
de la agresión imperialista y los rezagos feudales de la economía, el
cumplimiento de un programa patriótico y revolucionario que diera solu-
ciones de fondo a la crisis, para lo cual necesitan de la unidad de todos los
sectores que contribuyan a expulsar al gobierno del poder y sustituirlo por
otro que restaure la Constitución del 40, asegure la democracia, la inde-
pendencia, el progreso y la paz, un gobierno de Frente Democrático de
Liberación Nacional. Las posibilidades tácticas convenidas fueron: la
19
«Algunas consideraciones en torno a la línea del 12 de agosto», Archivo del Instituto de
Historia de Cuba, Fondo Primeros Partidos, sección PSP.
20
A. Díaz: Informe del Pleno del Comité Nacional del PSP, mayo de 1957.
21
A. Díaz: Sobre la situación actual y la táctica del partido, 1957, pp. 8-9.
237
238
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
que para esos momentos se había comenzado a valorar la realización de
un respaldo activo a la lucha guerrillera; sin embargo, en esa reunión no
aparece reflejada esa posibilidad en ninguno de sus documentos. Inclu-
so, el nuevo programa del PSP aprobado en la reunión ratificaba la línea
estratégica dirigida a obtener la liberación nacional en primera instan-
cia, para luego avanzar hacia el socialismo, materializada a través de la
táctica de las alternativas. La opción de la vía armada estaba latente, no
obstante, no se tomaron medidas concretas para preparar a sus cuadros
en ese sentido. Sus potencialidades se autolimitaban ante la convicción
de que un movimiento público de tal naturaleza provocaría la interven-
ción de Estados Unidos en Cuba, haría fracasar el frente unido y aparta-
ría de la lucha a la burguesía nacional y a otras capas anticomunistas.
Sobre todo, discrepaban de los métodos de actuación de las guerrillas
urbanas: el sabotaje, el ajusticiamiento de esbirros, las acciones de
diversionismo, calificadas todas como terroristas. Tampoco se dieron
cuenta de las diferencias de concepciones entre los líderes «del llano» y
«de la Sierra».
23
«Declaraciones del PSP. Sobre los sucesos de Cienfuegos y la salvaje represión desatada por el
gobierno», Carta Semanal, época II, no. 214, 18 de septiembre de 1957, pp. 1-3.
24
«La denuncia de Fidel Castro contra el Pacto de Miami y el pacto necesario», Carta Semanal,
época II, no. 231, [s. f.], p. 3.
239
25
E. Che Guevara: «Un año de lucha armada», Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1956-1959,
edición anotada, Editora Política, La Habana, 2001, pp. 187-217.
26
Tomado de William Gálvez: Camilo, señor de la vanguardia, Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana, 1979, p. 173.
240
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
apoyo a la Sierra Maestra. En un artículo publicado en Carta Semanal,
analiza que aunque abogaba por una solución pacífica, sus tácticas tam-
bién comprendían la lucha armada, la insurrección y la guerrilla, si el
enemigo se resistía a las salidas de otro tipo. Además de que las tropas
de Fidel se habían engrosado por campesinos deseosos de pan y libertad
y, de ese modo, se enlazaban con la lucha de masas, como se había
aconsejado.28 Ya la columna comandada por Raúl Castro se había trasla-
dado al norte de Oriente para crear el II Frente y allí buscó el respaldo
de los comunistas y dirigentes populares de la zona.
Ese propio día 12, en un «Manifiesto al pueblo de Cuba» firmado por
Fidel Castro y Faustino Pérez se planteó la proximidad de una huelga
general y un movimiento definitorio con respecto a la tiranía a partir de
los primeros días de abril. Luego de leer el documento, el PSP hizo decla-
raciones en las cuales criticaba algunos de sus enfoques porque limitaban
una mayor participación de todos los sectores sociales en la lucha.29
27
«Carta de Félix Torres González a Aldo Isidrón del Valle», Noticias de Hoy, 1965; XXVII (169):
2, 20 de julio; y testimonios de Arnaldo Milián y Alberto Torres para el libro de William
Gálvez: Ob. cit. (en n. 26), p. 340.
28
«¿Por qué nuestro Partido apoya a la Sierra Maestra?», Carta Semanal, época II, no. 239, 12 de
marzo de 1958, p. 1.
29
«Sobre el último manifiesto de Fidel Castro», Archivo del Instituto de Historia de Cuba,
Fondo Primeros Partidos, sección PSP.
241
30
«Memorándum urgente al Comandante doctor Fidel Castro, jefe de las fuerzas rebeldes y toda
la dirección del M-26-7», Archivo del Instituto de Historia de Cuba, Fondo Primeros Parti-
dos, sección PSP.
31
«Los acontecimientos de la semana pasada y lo que debemos hacer ahora», Carta Semanal,
época II, no. 245, 23 de abril de 1958.
242
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
na 8 dirigida por el Che y participó en la invasión, y el militante de la
Juventud Socialista Luis Mas Martín a la Comandancia General. Por su
parte, Antonio Pérez y Jorge Risquet fueron encomendados al II Frente
Oriental. En el comité organizador del Congreso Campesino en Armas,
efectuado el 21 de septiembre, estuvieron presentes Romárico Cordero
y José Ramírez Cruz.
El partido dio la orientación a su Buró de Camagüey, que esperaran
dos columnas invasoras que pasarían por ese territorio y una tercera que
se quedaría allí para operar. Sin saber exactamente cómo se producirían
esos desplazamientos, organizaron una unidad guerrillera en la zona de
Cubitas.34 Paralelamente, se trabajó por entorpecer el desenvolvimiento
de la farsa electoral convocada para el mes de noviembre.
Cuando los hombres dirigidos por Ernesto Guevara llegaron a Ciego
de Ávila, inmediatamente localizaron a Saturnino Aneiro, secretario
general del PSP en la región, quien les ayudó a conseguir prácticos para
32
Arquímedes Poveda Godínez: Un hombre de leyenda, Editorial Oriente, Santiago de Cuba,
1991.
33
«A todos los CCPP», 2 de julio de 1958, Archivo del Instituto de Historia de Cuba, Fondo
Primeros Partidos, sección PSP.
34
Testimonio de Felipe Torres, dirigente del PSP en Camagüey para el libro de William Gálvez:
Ob. cit. (en n. 26), pp. 239-240.
243
244
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
logró llevarla a efecto los días 20 y 21 de diciembre. Su inauguración se
efectuó en el poblado General Carrillo con una gran concentración po-
pular ante la cual habló Camilo.
Durante los combates finales contra la tiranía, la guerrilla del PSP en
Las Villas participó en el asalto a los poblados de Iguará y Zulueta y en
la toma del batey del central Narcisa, donde se situó la jefatura que
dirigió el cerco a la ciudad de Yaguajay.
Después de conocer la huida de Batista, Fidel Castro convocó a la
huelga general y ordenó a las fuerzas invasoras que continuaran su avance
hacia La Habana. El PSP apoyó la decisión e hizo un llamamiento en el
cual explicaba que aunque había caído la tiranía, eso no era suficiente. El
poder debía ir a manos de los rebeldes y de las fuerzas revolucionarias,
por eso las masas debían lanzarse a la calle para asegurar la victoria. De
esa forma, se lograba evitar que la revolución «se fuera a bolina» como
en los años 30.
37
Arquímedes Poveda Godínez: Ob. cit. (en n. 32).
245
CARIDAD MASSÓN SENA / Proyectos y accionar del Partido Socialista Popular entre 1952 y 1958
Caimito, 13 de noviembre de 2008
247
248
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
inmediato se dirigió a los miembros del Tribunal Supremo y de la Au-
diencia para que ratificasen a jueces incondicionales al gobierno: Eloy
Merino y Alberto Córdova. Como el régimen contaba con el respaldo de
los restantes magistrados, fue fácil dominar esas instancias jurídicas.
Entretanto, en el Tribunal Superior Electoral la resistencia a las preten-
siones del régimen quedó reducida al magistrado Antonio Barreras quien
afirmó: «Considero que la marcha del proceso electoral es absoluta-
mente incompatible con el estado de suspensión de garantías que vive
el país desde el primero de agosto pasado. Por tanto, estimo que debe
suspenderse hasta que sean restaurados los derechos ciudadanos».1
Se dio paso así al proceso de reorganización de los partidos políticos
con el visto bueno de las altas instancias jurídicas dominadas por la
dictadura. Salvo los partidos abstencionistas que se habían involucrado
en el «Manifiesto de la Sierra» o en el Pacto de Miami, los demás ofre-
cían una perspectiva plácida al gobierno: el Partido Revolucionario
Cubano (Auténtico) (PRC [A]) dirigido por Ramón Grau San Martín; el
Partido del Pueblo Libre (PPL) de Carlos Márquez Sterling; el Movi-
miento de Liberación Radical (MLR) de Amalio Fiallo y el Partido Na-
cionalista Revolucionario (PNR) de José Pardo Llada. Millo Ochoa había
ya declinado continuar actuando en la política. La materia prima para
orquestar una gran maniobra electoral estaba al alcance de la mano, pero
la dictadura, para asegurarse aún más, confió a Alberto Salas Amaro la
1
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 2 de febrero de 1958, p. 36.
249
2
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 2 de febrero de 1958, p. 36.
250
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
debates de la Comisión Interparlamentaria. Ahora los partidos electora-
listas habían agotado sus recursos para la discusión activa con el régi-
men y la desmoralización que los abatía, unida a sus nunca olvidadas
ambiciones de poder, los hacía converger con la dictadura en el proyec-
to gubernamental de elecciones. En ese momento, las migajas que ofre-
cía el gobierno eran codiciadas por los partidos tradicionales que todavía
se mantenían actuando en la política. Por medio de esta fórmula los
senadores ascendían de 9 a 12 por provincia distribuidos de la siguiente
forma: siete para la mayoría, tres para la primera minoría y dos para la
segunda.
El gobierno, teniendo el dominio de la componenda que se fraguó en
medio de la supresión de las libertades públicas y ante las presiones del
Departamento de Estado estadounidense, decidió restaurar las garan-
tías constitucionales el 25 de enero de 1958 con excepción de la provin-
cia de Oriente. La dictadura confió en que la jugada le saldría bien,
creía que de esa manera podría neutralizar al foco guerrillero que se
mantenía en la Sierra Maestra y monopolizar los resultados de una con-
sulta electoral amañada. Las elecciones se habían diseñado para demos-
trarle a las altas instancias de Washington que la alternativa de una
apertura democrática burguesa era posible. Por eso Andrés Rivero Agüero
en entrevista con la periodista Marta Rojas, de Bohemia, a la pregunta de
si el gobierno contaba con algún nuevo plan para sofocar al movimiento
guerrillero instalado en la Sierra Maestra, respondió: «Qué plan es mejor
que el proceso electoral, la normalidad pública, la marcha ascendente
251
3
Sección «En Cuba», Bohemia, 2 de febrero de 1958, p. 45.
4
Ídem.
252
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
tinuar una guerra criminal contra todo el pueblo de Cuba; por ello un
periodista muy aguzado, Sergio Carbó, describió en términos claros la
realidad de esos meses:
Si no hay confianza, si está difunta la fe, si el estruendo permanen-
te de los aviones militares [...] no nos deja dormir, si no se habla
más que de mortíferos combates, de desaparecidos o de gentes que
aparecen ahorcados, de cañaverales ardiendo [...], de alijos de ar-
mas encontrados por doquier, de bombas, de atentados. ¿Cómo ir a
un torneo de convicciones decisivas en este ciclón de venganza y
de muerte?6
El análisis de Carbó, un defensor honesto de alternativas reformistas,
estaba dirigido a establecer una salida negociada amplia:
Es tiempo aún para establecer la paz. Pero la paz, ahora, no son las
elecciones. Urge que los que puedan dar el paso al frente –los go-
bernantes, claro– ofrezcan a la nacionalidad íntegra, sin más diálo-
gos inútiles, con líderes y lidercillos, un planteamiento generoso y
rectificador aceptable para los descontentos, porque para todos se
gobierna, no para un grupo de favoritos.7
5
José M. Cuesta Braniella: La resistencia cívica en la guerra de liberación de Cuba, Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 1997, pp. 216-217.
6
Sección «En Cuba», La Habana, Bohemia, 9 de febrero de 1958, p. 8.
7
Ídem.
253
8
Sección «En Cuba», La Habana, Bohemia, 2 de febrero de 1958, p. 42.
9
Sección «En Cuba», La Habana, Bohemia, 9 de febrero de 1958, p. 9.
254
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
el 26 de Julio! ¡Fuera los politiqueros! ¡Abajo Batista!». El mitin se sus-
pendió, hubo un revuelo de sillas rotas.
Aunque la coyuntura histórica de abierta polarización del conflicto
cubano no daba margen para imponer una alternativa reformista con-
servadora como la que defendía Márquez Sterling, este confiaba en que
Batista tendría que adoptar una posición imparcial respecto al resultado
de la consulta electoral. El líder del PPL entendía que Batista no podía
continuar sosteniendo la guerra y que apostar al fraude significaba agra-
var el conflicto interno. Por tanto, aunque la propia selección de los
candidatos formaba parte de un proceso viciado desde sus orígenes y
que no incorporaba a amplios sectores de la opinión pública nacional,
Márquez Sterling consideraba a los opositores electoralistas como los
únicos que tenían capacidad de tender un puente entre la dictadura y la
revolución. En entrevista a Bohemia declaró:
Los insurreccionales no pueden ver en el civilismo un enemigo de
la idea de la revolución. En todas las épocas de Cuba corrieron
parejas ambas ideas y cuando se unieron triunfaron [...]. Perturbar
el proceso político sería perturbar las soluciones. Si la urna funcio-
na nadie salva al candidato gubernamental y de ello debieran darse
cuenta todos los sectores de la oposición y de la revolución. Nada
favorecería más a la insurrección que unas elecciones fraudulentas.
La llenaría de razones. Y nadie podría negarle luego el concurso a
una revolución democrática.10
10
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 9 de febrero de 1958, p. 115.
255
11
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 9 de febrero de 1958, p. 36.
12
Ibíd., p. 38.
256
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
sitos el apoyo indirecto de la alternativa reformista que fue objeto de la
represión de la dictadura.
258
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
Pero eran otros los propugnadores de la iniciativa y eran otras las condi-
ciones históricas. Si bien entre 1955 y 1956 la revolución no había to-
mado visos de una insurrección general, entre 1957 y 1958 la realidad
de una contienda bélica estaba perfectamente definida. Quienes pre-
tendieran restarle importancia a esos hechos podían estar construyendo
castillos de arena. Por eso la Bohemia de la época comentó: «En ninguna
de las declaraciones de los tetrafrentistas, se aludió directamente a los
combatientes de la montaña y la clandestinidad. Se ignoraba cómo iban
a hacer la paz sin contar con los factores que habían tomado la línea de
la guerra».15
La iniciativa también fue rechazada por el sector ortodoxo que dirigía
Millo Ochoa. En medio de estas consultas, cuando los creadores del
Cuarto Frente intentaban infundir esperanzas de mejoramiento de la
situación nacional entre los políticos tradicionales, se confirmaron las
previsiones negativas en declaraciones de Andrés Rivero a un periodis-
ta estadounidense acerca de una posible amnistía: «Faltando pocos meses
para la celebración de elecciones generales en Cuba, ya en franco proce-
so electoral y existiendo ese núcleo subversivo que no se acogerá a la
amnistía para incorporarse a la lucha política, sino para seguir su propia
ruta, no puede hablarse de perdón legal».16
14
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 16 de febrero de 1958, pp. 8-9.
15
Ibíd., p. 9.
16
Ibíd., p. 3.
259
17
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 9 de marzo de 1958, p. 83.
18
Ídem.
260
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
guerrillero dar a conocer a fondo todas sus consideraciones en torno a
la visita del representante León Ramírez. Para mitigar esa desventaja la
emigración revolucionaria se encargó de precisar algunos aspectos des-
pejando las dudas que pudieran surgir. En informe expedido por René
Ray a Fidel Castro desde Nueva York se planteaba que había sido pre-
ciso dar a conocer en los periódicos en español de la emigración revolu-
cionaria las siguientes declaraciones:
La dirección del Movimiento de Resistencia Cívica de Cuba consi-
dera que las declaraciones que en el New York Times se atribuyen a
Fidel Castro se ha cometido un error, quizás debido a la dificultad
de traducción, toda vez que el Jefe del M-26-7 mantiene inque-
brantable actitud de no entrar en pactos con el gobierno de Batista.
Un delegado de la Dirección Nacional, llegado anoche a Nueva
York, después de obtener datos directos del cuartel General de
Castro, declaró que Castro le expuso claramente al representante
Manuel de Jesús León Ramírez que para acceder a la celebración
de elecciones, a más de la fiscalización de la OEA [Organización
de Estados Americanos] era indispensable que Batista abandonara
la presidencia, que sería ocupada por el Presidente provisional, acep-
tado por todos los sectores y que su candidato para dicho cargo
continuaba siendo el doctor Manuel Urrutia.19
19
Francisco Pividal Padrón: El Movimiento 26 de Julio en Venezuela y quienes lo apoyaron, Universi-
dad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, 1996, pp. 47-48.
261
Por otro lado, en medio de los trajines de los partidos tradicionales, una
nueva alternativa reformista cobró fuerza. De nuevo, ante el cuadro
desolador que ofrecían los partidos políticos, las instituciones cívicas se
erigían en soporte de propuestas algo más realistas. Defensoras en últi-
ma instancia de los intereses de la burguesía y pequeña burguesía, esta-
ban conscientes de que los partidos tradicionales habían dejado de
constituir canales efectivos para promover soluciones a la crisis política
nacional. En un manifiesto que dirigieron al país el 17 de febrero de
1958 plantearon:
Los problemas que conturban a la ciudadanía no son ya asuntos de
gobierno y oposición que pueden resolverse por los medios usuales
y normales de la política. Están en juego cuestiones fundamenta-
les, que afectan a la integridad de la nación e interesan por igual a
todas las clases del país, reclamando la unión de todas ellas para
arribar a soluciones que restauren la paz y el imperio pleno de la
Constitución y las leyes.20
Sabían que la República enfrentaba el desafío de cambios traumáticos
para los que no tenía respuestas satisfactorias, lo mismo si se tratara de
una prolongada contienda civil, de un estado de represión generalizada,
un eventual desplome del gobierno, o más que todo del establecimiento
de un gobierno de tendencia radical conformado por jóvenes sin una
trayectoria que los vinculase a las instituciones constitutivas de la Re-
pública dependiente cubana. La sociedad civil había entrado a salva-
guardar el orden republicano, la propuesta era: «Actualmente el Conjunto
de Instituciones Cívicas considera que no puede celebrarse el evento
20
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 23 de febrero de 1958, p. 5.
262
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
alternativas reformistas de las instituciones cívicas, para salir de la larga
noche de la dictadura era necesario plantearse una lucha sin tregua uti-
lizando la violencia revolucionaria.
La SAR, por su parte, aunque había dejado de encarnar el rol prota-
gónico de mediados de los años 50, hizo otras declaraciones dirigidas a
reforzar la tesis de las instituciones cívicas: «A la proposición de “elec-
ciones para ir a la paz” oponemos la de “lograr la paz para concurrir a
las elecciones” y dar comienzo a la gran tarea de reestructurar la vida
democrática de la nación».23
En otras declaraciones de la SAR, dos días después se planteaba: «La
situación de violencia que vive la nación no resulta congruente con la
convocatoria a elecciones».24
No obstante, atendiendo al clamor de paz del conjunto de sectores
políticos y sociales, el líder del Movimiento 26 de Julio, Fidel Castro
Ruz, se manifestó públicamente por medio de una carta que dirigió a
José Pardo Llada, el 28 de febrero de 1958. El jefe rebelde, preocupado
siempre por dejar claro que la guerra es el último recurso lícito al que se
debe apelar, tal y como lo hizo también Martí, propuso una fórmula
oportuna:
21
Ibíd., p. 6.
22
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 23 de febrero de 1958, p. 6.
23
El Mundo, 20 de febrero de 1958, en Recortes varios no. 38, Biblioteca Nacional José Martí,
p. 88.
24
Diario de las Américas, 22 de febrero de 1958, en Recortes varios no. 38, Biblioteca Nacional José
Martí, p. 90.
263
25
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 9 de marzo de 1958, p. 77.
26
José M. Cuesta Braniella: Ob. cit. (en n. 5), pp. 224-225.
27
Ídem.
264
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
los fines de formar una Comisión Cubana Pacificadora que estaría
integrada por elementos de ambos bandos. [...] Surgirían dos ideas
del campo adversario: el aplazamiento de las elecciones y la amnis-
tía. De antemano se puede ofrecer el tiempo mínimo para que ellos
se organicen y presenten su candidatura. Y como no conviene de
pronto conceder amnistía, si no hay una contrapartida de la oposición
para excluir toda actividad subversiva, que se permitiera el regreso
a Cuba para actuar en política a todo el que contrajera el compro-
miso con esa Comisión Pacificadora de regresar absteniéndose de
cualquier labor terrorista [...] figúrome lograría el quebrantamiento
de los insurreccionales.28
En la solución sugerida, Iraizos se propuso para establecer los contac-
tos con Alonso Pujols y Andreu. La fórmula se parecía un tanto a la apli-
cada por Welles en la mediación de 1933 que produjo la disolución de la
Junta Revolucionaria de Nueva York aunque con el sello de la dictadura
batistiana puesto en la farsa electoral. De cualquier manera el régimen no
quiso arriesgar nada, la propuesta fue engavetada por los tanquistas.
265
266
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
de poner al descubierto las aviesas intenciones de sus colegas tramita-
dos: «Pretender que toda esa majestuosa estructura [...] se haya erigido
para sostener el chícharo nauseabundo de un gabinetico de concentra-
ción “ahora que el señor presidente va a nombrar a los nuevos minis-
tros” es prostituir y abaratar el noble gesto episcopal».30
No obstante, aunque la exhortación de la Iglesia católica tenía a su
favor que negaba la fórmula electoral del régimen, debemos significar
que la propuesta que contenía no era viable en el terreno político.
Porque, ¿cómo hacer converger a los dos polos radicalmente opuestos
del conflicto cubano –la dictadura y la revolución– en un mismo gobier-
no? ¿En qué situación quedarían Batista y sus oficiales asesinos? ¿Cuál
era el proceso que debía preceder a la conformación de ese soñado go-
bierno de unidad nacional? Si los políticos tradicionales no habían podi-
do armar ese rompecabezas, ¿se podía esperar que los obispos dedicados
a su sacerdocio dieran con la fórmula mágica?
A pesar de ello, el llamado eclesiástico produjo entusiasmo y regocijo
entre todos aquellos que recelaban de la farsa electoral. La repercusión
nacional e internacional de la convocatoria fue importante. A su favor
se pronunciaron: Acción Católica Cubana, la Universidad Católica de
Santo Tomás de Villanueva, la Agrupación Católica Universitaria, los
Caballeros de Colón, las juventudes masculina y femenina de Acción
Católica, las asociaciones de confesión a lo largo de la Isla y la Asocia-
ción de Católicas Cubanas. Entre los partidos políticos se mostraron
30
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 9 de marzo de 1958, p. 79.
267
268
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
el propio dictador se dio el lujo de recibir en Palacio a la Comisión de
Concordia por dos horas, después de las cuales no se llegó a nada con-
creto. Tenía lugar una de las tantas maniobras dilatorias del régimen
para desviar la atención de la opinión pública.
La Comisión de Concordia luego se entrevistó con distintos líderes
políticos que en general acogieron la iniciativa y propusieron la adop-
ción de medidas como el establecimiento de garantías genuinas, la am-
nistía política y el regreso de los exiliados. En ello convergían el PNR, el
MLR, el PPL y el PRC (A), este último difería en cuanto a la solución de
un gobierno de unidad pues según Grau se debía aplicar el artículo de la
Constitución que confiaba la regencia del país al magistrado más anti-
guo para viabilizar una consulta electoral nacional. Los partidos absten-
cionistas que contaban con sus líderes en el extranjero y colaboraban
con el movimiento revolucionario, se limitaron tan solo a exigir la re-
nuncia de Batista como condición primordial. En ese sentido se pro-
nunciaron Tony Varona, Carlos Prío del PRC (A) y el PPC (O) (Partido
del Pueblo Cubano [Ortodoxo]) histórico. Otras figuras, por su parte, se
manifestaron completamente en contra de la gestión: Mario Llerena,
que dirigía el Comité del Exilio del M-26-7, y Elvira Díaz, de la Federa-
ción Estudiantil Universitaria. Según Llerena: «En el extranjero somos
opuestos a ese contacto y la masa del movimiento es también adversa.
Creemos que la caída de Batista está a las puertas».35
34
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 16 de marzo de 1958, p. 5.
35
Ídem.
269
36
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 16 de marzo de 1958, p. 6.
270
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
memente interesado en unir a la familia y despejar los odios».38
Así las cosas, la Comisión de Concordia dio por cancelada su gestión.
Por su parte la convocatoria del movimiento guerrillero a permitir el
acceso de la prensa nacional tuvo oídos sordos en el régimen castrense.
Una operación verdad que pusiese al descubierto los propósitos
continuistas de la dictadura con su farsa electoral y que permitiese la
exposición diáfana de los reclamos del movimiento revolucionario no
podía ser admitida por Batista. El plazo dado por Fidel a cumplirse el
11 de marzo se agotó, por eso el 12 de marzo se hizo circular el mani-
fiesto de los 21 puntos con las consignas finales de lucha llamando a
una huelga general revolucionaria. Esta vez se convocaba nuevamente
a los sectores reformistas integrados a las instituciones cívicas a apoyar
políticamente al movimiento revolucionario. La alternativa revolucio-
naria sumaba amplios sectores que anteriormente habían adoptado po-
siciones mediacionistas. Los reformistas, hostigados y reprimidos por
la dictadura y convocados a cooperar con la revolución, debían abando-
nar progresivamente sus posturas moderadas de otros momentos. La
paz no era posible con Batista ensangrentando el país. Solo quedarían
en el triste escenario de las componendas políticas los partidos que se
habían comprometido con los comicios convocados por el régimen cas-
trense. En el Plan de Organización y Desarrollo de la Huelga General
37
Sección «En Cuba», Bohemia, La Habana, 16 de marzo de 1958, p. 7.
38
Bohemia, La Habana, 16 de marzo de 1958, p. 76.
271
39
José M. Cuesta Braniella: Ob. cit. (en n. 5), p. 231.
40
Ibíd., pp. 223-224.
272
JORGE RENATO IBARRA GUITART / Enero-marzo de 1958: Un trimestre de definiciones en la historia de Cuba
con las clases dominantes no solo en la designación de recursos de la
economía. Hay otra serie de esferas donde se producen discrepancias al
interior del Estado que dan paso a contradicciones capaces de favore-
cer las condiciones a las revoluciones sociales: «Las crisis políticas que
han lanzado las revoluciones sociales no han sido todas ellas reflejos
epifenoménicos de tensiones sociales o contradicciones de clases. An-
tes bien, han sido expresiones directas de contradicciones centradas en
las estructuras de los Estados del antiguo régimen».42
Esta apreciación de Skocpol la podemos complementar con la tesis
de Gramsci respecto al rol que juega la sociedad civil burguesa. El pen-
sador italiano entendía que la causa fundamental de la pervivencia del
Estado capitalista radicaba en la complejidad y la fortaleza de su socie-
dad civil.43 En la Cuba de los años 50 no se crearon las condiciones para
que las alternativas reformistas que defendían el conjunto de las insti-
tuciones cívicas como representantes de la sociedad civil cubana, los
partidos tradicionales y la Iglesia católica fuesen tenidas en cuenta. La
línea más sólida de defensa de la burguesía recibió el duro golpe de una
dictadura embriagada de poder.
41
Ibíd., p. 229.
42
Theda Skocpol: Los Estados y las revoluciones sociales, Fondo de Cultura Económica, México,
1984, pp. 60-62.
43
Jorge Luis Acanda: Sociedad civil y hegemonía, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura
Cubana Juan Marinello, La Habana, 2002, p. 257.
273
274
275
276
2
Testimonio de Luis María Buch Rodríguez, uno de los tres dirigentes veintiseístas que asistió
al intercambio con Fidel Castro. Aunque la idea es muy ideológica y abierta, es enteramente
creíble, no solo porque la fuente es directa, sino porque Fidel Castro leyó antes de su publica-
ción el libro del doctor Buch y no objetó la exactitud de su testimonio.
282
3
Revolución, La Habana, 6 de enero de 1959.
287
288
292
6
Reinaldo Suárez Suárez y Luis M. Buch Rodríguez: Otros pasos del Gobierno Revolucionario
cubano, p. 14.
293
295
296
11
Luis M. Buch Rodríguez: Gobierno Revolucionario cubano. Génesis y primeros pasos, p. 72.
12
Reinaldo Suárez Suárez y Luis M. Buch Rodríguez: Otros pasos del Gobierno Revolucionario
cubano, ob. cit. (en n. 6), pp. 14-15.
297
13
Fidel Castro Ruz: Discurso en la Empresa Shell, 6 de febrero de 1959.
299
Bibliografía y fuentes
300
Prensa periódica
Testimonios
301
El año 1959 constituye un hito en el conflicto entre Cuba y Estados Unidos, el cual data de
principios del siglo XIX con la «doctrina de la fruta madura». Ese año la administración
estadounidense pasó de un reconocimiento reticente del nuevo gobierno cubano, surgido de la
revolución victoriosa del 1ro. de Enero, a la puesta en práctica de una política que tuviera como
fin acelerar el desarrollo de una oposición en Cuba que conllevara a un cambio en el gobierno
cubano, favorable a los intereses de Estados Unidos. Toda una escuela historiográfica ha
defendido la falsa idea de que la adopción de un plan para reemplazar a Fidel Castro no se
tomó sino hasta marzo de 1960. Este ensayo demuestra lo distorsionado de tal interpretación.
* (Cuba, 1943). Doctor en Ciencias Históricas. Profesor titular, trabaja en el Centro de Estu-
dios Hemisféricos y sobre Estados Unidos (CEHSEU), Universidad de La Habana.
302
1
«Memorandum of Discussion at the 432nd. Meeting of the National Security Council, Wash-
ington, January 14, 1960, 9 a.m. (Source Eisenhower Library, Whitman File, NSC Records.
Top Secret. Prepared by Boggs on March 31)»; en Department of State: Foreign Relations of the
United States, 1958-1960, Cuba, Volume VI [en lo adelante FRUS, 1958-1960, Cuba, VI],
United States Government Printing Office, Washington, 1991, p. 742. A no ser que se
indique lo contrario, la traducción al español es del autor [n. de la R.].
2
Véase el debate sostenido entre Rafael Rojas y el autor de este ensayo en la revista digital
Foreign Policy en español, <http://www.fp-es.org/un-pasado-virtual#comment-38670>.
3
Philip W. Bonsal: Cuba, Castro, and the United States, University of Pittsburgh Press, Pittsburgh,
1971, p. 28.
303
304
305
306
307
308
14
Véase Luis María Buch y Reinaldo Suárez: Gobierno Revolucionario cubano: primeros pasos, Edito-
rial de Ciencias Sociales, La Habana, 2004, pp. 79-85.
15
«Memorandum of Discussion at the 396th Meeting of the National Security Council, Wash-
ington, February 12, 1959», Documento no. 250, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en
n. 1), pp. 397-398.
309
16
«Memorandum from the Director of the Office of Mexican and Caribbean Affairs (Weiland) to
the Assistant Secretary of State for Inter-American Affairs (Rubottom)», Documento no. 254
de 19 de febrero de 1959, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 404-406.
17
«Memorandum from the Deputy Assistant Secretary of State for Inter-American Affairs
(Snow) to the Under Secretary of State for Economic Affairs (Dillon)», Documento no. 255,
en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 406-408. El préstamo nunca se llegó a
concretar pues la situación de las reservas mejoró posteriormente.
310
18
Philip W. Bonsal: Ob. cit. (en n. 3), pp. 4-5.
19
C. Alzugaray: Ob. cit. (en n. 4), pp. 3-42.
20
P. Bonsal: Ob. cit. (en n. 3), p. 28.
311
312
23
Batista había recibido, como regalo de la ITT (International Telegraph and Telephone,
trasnacional propietaria de la Cuban Telephone Company) un teléfono de oro en pago por sus
servicios.
24
Tad Szulc: Fidel: A Critical Portrait, William Morrow and Company, New York, 1986, p. 486.
313
314
315
29
«Memorandum from the Assistant Secretary of State for Inter-American Affairs (Rubottom)
to the Acting Secretary of State», Documento no. 280, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob.
cit. (en n. 1), pp. 468-469.
316
30
Véase periódico Hoy, 17 de abril de 1959, p. 1.
31
H. Thomas: Ob. cit. (en n. 28), t. 3, p. 1549.
32
Dentro del sistema político estadounidense, el vicepresidente ocupa también las funciones de
presidente del Senado, aunque no tiene voto.
33
Richard Nixon: Six Crisis, W. H. Allen, New York, 1962, p. 351.
317
34
Jim Blight: (1996) The Bay of Pigs: New Evidence from Documents and Testimony of the Anti-Castro
Resistance, Brigade 2506 and the Kennedy Administration, Volume 2, Readings from Primary
Sources. A conference of scholars; former officials from the Kennedy Administration, White
House, CIA, and State Department and former members of the anti-Castro resistance. Held
at: Musgrove Plantation, St. Simons Island, Georgia, 31 May-2 June 1996. Sponsored joint-
ly by: The National Security Archive, Washington, D. C., and t+he Center for Foreign
Policy Development of the Thomas J. Watson Jr. Institute for International Studies, Brown
University, with support from: The Arca Foundation and the John D. and Catherine T.
MacArthur Foundation. [Colección de documentos agrupados en una carpeta para una confe-
rencia celebrada en Musgrove Plantation, Georgia en 1996 por el profesor James Blight. La
referencia está tomada textualmente del título que aparece en la carátula de la carpeta (n. del
A.)].
318
319
320
39
«Memorandum Prepared in the Department of State», Documento no. 292, en FRUS, 1958-
1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), p. 483.
321
40
«Telegram from the Department of State to the Embassy in Cuba», Documento no. 308, en
FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 510-511.
41
«Editorial Note», Documento no. 312, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), p. 516.
322
42
Tomado del texto en español que obra en el Archivo Central del Ministerio de Relaciones
Exteriores (MINREX), La Habana, Legajo E.U. 114 RC/3.8.
323
43
Fabián Escalante: Cuba: la guerra secreta de la CIA. Agresiones de Estados Unidos contra Cuba
1959-1962, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 1993, pp. 25-40.
44
L. M. Buch y R. Suárez: Ob. cit. (en n. 14), pp. 117-121.
45
«Telegram from the Embassy in Cuba to the Department of State», Documento no. 3210, en
FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), p. 530.
324
46
Véase la excelente fundamentación jurídica de la nacionalización de latifundios establecida
por la Ley de Reforma Agraria que realizó la doctora Olga Miranda Bravo en su obra Cuba/
USA: Nacionalizaciones y bloqueo, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996.
325
47
Las citas de la nota están tomadas de la autentificada que existe en el Archivo Central del
MINREX, La Habana, Legajo E.U.-Cuba 114 RC/3.8.
326
48
«Memorandum of a Conversation, Department of State, Washington, June 24, 1959, 2: 40-3
p.m.», Documento no. 324, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 539-541.
327
49
FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), p. 529, n. 2.
50
«Editorial Note», Documento no. 337, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1),
pp. 544-545.
51
«El caso Díaz Lanz sirvió para continuar la campaña de descrédito contra Cuba iniciada en la
prensa norteamericana desde la época de los juicios contra los esbirros de la tiranía. Desde ese
momento, a mediados de 1959, las publicaciones estadounidenses, con muy pocas excepcio-
nes –como los editoriales de Herbert Matthews en The New York Times–, desataron una amplia
especulación con comentarios e informaciones acerca del carácter comunista del régimen
cubano, y a presentarlo, también, como una amenaza a la seguridad nacional»; en Ana Julia
Faya y Pedro Pablo Rodríguez: El despliegue de un conflicto: la política norteamericana hacia Cuba,
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1996, p. 52.
328
329
57
Carlos Lechuga: Itinerario de una farsa, ob. cit. (en n. 56), p. 39.
58
Central Intelligence Agency: Inspector General’s Survey of the Cuban Operation…, ob. cit (en n.
54), pp. 4-5.
59
MINREX: Archivo Central, La Habana, Legajo 114 E.U.-Cuba, Confidencial No. 107 de 30
de septiembre de 1959 del embajador en Washington (Dihigo) al ministro de Estado (Roa), p. 6.
330
60
«Instruction from the Department of State to All Diplomatic and Consular Posts in the
American Republics», Documento no. 361, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1),
pp. 599-602.
61
Por esta fecha, la CIA, había desarrollado la doctrina o práctica de la «negativa plausible»
(plausible denial, en inglés), que consistía en encubrir de tal manera sus acciones, aun en el
registro histórico oficial secreto, de manera tal que los funcionarios del poder ejecutivo,
incluyendo al propio presidente, pudieran alegar desconocimiento si las operaciones ilegales
encubiertas eran hechas públicas. La eficiencia y la extensión de la práctica de la negativa
plausible durante la administración Eisenhower llevó al politólogo Fred I. Greenstein a
escribir su libro The Hidden-Hand Presidency: Eisenhower as Leader, Basic Books, New York,
1986.
331
62
Así lo supone el investigador estudioso de las acciones encubiertas de la CIA, el profesor Piero
Gleijeses, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns
Hopkins. Véase su artículo «Ships in the Night: The CIA, the White House and the Bay of
Pigs», Journal of Latin American Studies, Cambridge, 1995; 27: 1-42, february.
332
63
«Telegram from the Department of State to the Embassy in the United Kingdom», Documen-
to no. 368, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en . 1), p. 624.
64
«Telegram from the Embassy in the United Kingdom to the Department of State», Documen-
to no. 369, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 625-626.
65
«Telegram from the Embassy in Cuba to the Department of State», Documento no. 367, en
FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1), pp. 622-623.
333
334
335
70
«Editorial Note», Documento no. 379, en FRUS, 1958-1960, Cuba, VI, ob. cit. (en n. 1),
pp. 642-646.
336
337
338
339
77
Ver fotocopia del documento original en J. Blight: The Bay of Pigs…, ob. cit. (en n. 34).
78
En el informe que sobre los planes de atentados contra Fidel Castro preparó en 1967 por
instrucciones de sus superiores el inspector general de la CIA, J. S. Earman, desclasificado en
1994 y publicado en 1996 por Ocean Press, no hay referencia alguna a este memorándum. En
la primera página se afirma: «Esta reconstrucción acerca de la vinculación de la Agencia con
los planes para asesinar a Fidel Castro es, en el mejor de los casos, una historia imperfecta.
Debido a la extrema sensibilidad de las operaciones discutidas o intentas, como cuestión de
principio no se mantuvieron registros oficiales sobre el planeamiento, las aprobaciones o la
puesta en práctica»; Central Intelligence Agency (1967): CIA Targets Fidel: Secret 1967 CIA
Inspector General’s Report on Plots to Assassinate Fidel Castro, Ocean Press, Melbourne, 1996.
340
342
Celia:
Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los
americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta
guerra se acabe, empezará para mi [sic] una guerra mucho más larga y
grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta que ese va
a ser mi destino verdadero.
Fidel
343
Palabra propia
CARLOS ROMEO*
Che**
344
antiguos trabajadores, a cuyos representantes utilizó como portavoz ante las autoridades del
INRA. Al perdirme Pino Santos mi opinión me opuse terminantemente al referido proyecto.
345
353
***
376
378
La linterna
* Tomado de El Militante Comunista, suplemento, Reunión del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba durante los días 24-25-26 de enero de 1968, Secretaría de Organización
y la COR del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, La Habana, febrero de 1968,
pp. 93-117.
379
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
guardia de la clase obrera y que había tratado de crear un instrumento,
un aparato, para perseguir fines de tipo personal. Que había llevado el
espíritu sectario hasta el máximo grado con fines de tipo personal, al
objeto de vertebrar una organización cuyos controles estuvieran en sus
manos, cosa que, además, no había realizado de manera inconsciente,
equivocada, sino de manera deliberada y consciente, arrastrado por la
ambición personal. Como a esa política no convenía una línea de con-
trol, de disciplina, de severa exigencia a los militantes de la organiza-
ción, sino una política de tolerancia, de privilegios, de favores de todo
tipo, lo que se estaba gestando era la corrupción. Resultaba la negación
de las condiciones y calidades de los verdaderos militantes e introducía
–con sus participaciones en todas las cuestiones administrativas– un
verdadero caos. Con sus métodos de controles llegó, efectivamente, a
tener en sus manos una total intervención y control de todas las cosas
de este país.
Afortunadamente, no había en esto un poder real.
El poder real no estaba allí. Pero detrás de esto había una intención
evidente. Mediante el engaño se trataba de crear condiciones que per-
mitiesen formar un aparato para servir usos personales y que luego ba-
rriera con todos los valores viejos y nuevos de la Revolución.
381
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
nuestro Partido. Viejos y nuevos militantes –y es ya anacrónico hablar
de viejos y nuevos militantes– integran nuestro Partido, y todos son
conscientes de que militar en este Partido es un honor, aunque no mili-
tar no es un deshonor, pero militar en nuestro Partido significa más
sacrificio, más trabajo, más abnegación, menos privilegios que los de-
más. Formar filas en nuestro Partido no significa un privilegio, preben-
das, mercedes de ninguna clase; significa trabajo, sacrificio, dedicación,
esfuerzo. Por eso, los oportunistas no pueden ni podrán jamás volver a
nuestro Partido, porque el oportunista va allí donde hay ventajas, don-
de hay privilegios, pero donde hay sacrificios y trabajo, donde hay que
hacer un gran esfuerzo, con modestia, la mayor parte de las veces anóni-
mo y callado, allí no tienen terreno propicio a sus ambiciones los opor-
tunistas.
Nuestro pueblo ha ido logrando cada vez más la unidad en sus ideas
revolucionarias, pero la lucha de ideas subsiste aún, pues el hecho de
que tengamos un pueblo revolucionario no significa que no haya anta-
gonismos y contradicciones. Hay la contradicción clara, manifiesta, evi-
dente con la contrarrevolución y el imperialismo.
Pero hay contradicciones con elementos que participan de las ideas
del imperialismo, de los contrarrevolucionarios, y que sin embargo,
383
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
yó el Primer Ministro.
A pesar de todo esto, la Revolución hizo algo más, que fue evitar que
surgiera un sectarismo contra el sectarismo. La lucha contra un nuevo
sectarismo no fue planteada solamente por el Comandante Fidel Cas-
tro, que ha criticado duramente cualquier clase de sectarismo, el de la
«Sierra» o el de los «20 años de militancia», que siempre ha llamado al
pueblo a unirse, planteando que «todo aquel que no tuvo oportunidad
de luchar que no se desaliente, que por delante tiene muchas oportuni-
dades, que por delante está por escribirse toda la historia, que la Revo-
lución no ha hecho más que empezar y que tenemos por recorrer todo
un largo camino».
Otros dirigentes revolucionarios han mantenido también su vigilan-
cia y preocupación ante este problema. En el informe de la Empresa
Consolidada de la Electricidad de junio 3 de 1963, se recogen los plan-
teamientos del Comandante Che Guevara en este sentido (y citamos el
caso del Comandante Che Guevara, por citar uno de entre las figuras
más relevantes de nuestra Revolución y por ser el Che Guevara uno de
los más atacados por estos traidores).
En el acta de dicha reunión se recoge lo expresado por el Che.
385
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
rio colocarlos al frente de nuevas tareas, a otros por incapacidad, a otros
por no mantener la moral y los principios revolucionarios. Al hacerlo,
no se ha ido a revisar si su militancia es vieja o es nueva; se ha ido a
analizar su trabajo, su actitud, su capacidad, sus principios.
Es cierto que muchos militantes, viejos militantes, han sido separa-
dos, pero también han sido separados nuevos militantes y hasta coman-
dantes de la Sierra o compañeros de la clandestinidad, porque es que
para la Revolución todos, los de antes y los de ahora, son sus militan-
tes y como a tales se les exige el más estricto cumplimiento de su deber
y la más fiel observancia de los principios revolucionarios.
Se ha querido crear la sensación por estos hipócritas de que la Revo-
lución persigue a aquellos de sus miembros que proceden de las filas del
viejo Partido Socialista Popular. Nada más canallesco, nada más mise-
rable. Los verdaderos comunistas, los que no han traicionado sus prin-
cipios, los que son fieles a la ideología del marxismo-leninismo, son
parte de esta Revolución, están y seguirán estando dentro de esta Revo-
lución, y no es justo que tantos buenos comunistas carguen con las
culpas y con el desprestigio de éstos que han traicionado los princi-
pios comunistas aliándose a los reformista y a los traidores del marxis-
mo-leninismo. Porque los viejos comunistas gozan de todo respeto, del
387
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
tró que sólo era un ambicioso, y que si alguna vez fue realmente un
comunista, desde hace ya bastante tiempo ha dejado de serlo. En su
ambición fue capaz de concebir una esperanza, de imaginar un regreso,
de continuar soñando con el poder. Bajo su pretextada preocupación
revolucionaria, sólo alentó su ambición desenfrenada y su desenfrena-
do afán de poder, como han reconocido sus propios secuaces. En un
terreno bien abonado por el resentimiento, por el oportunismo, no le era
difícil sembrar en otros la semilla que germinara y floreciera en tiempo
más o menos breve. Así, se ideó una estrategia y se empezaron a utilizar
todos los elementos que podían servir a esta estrategia: la calumnia a
los dirigentes de la Revolución para intentar su desprestigio; el endilgar
a la Revolución calificativos, palabras, esquemas que la demeritaran; la
crítica a todo, que los papagayos repetían eficazmente; la explotación
interesada y canallesca de los sentimientos hacia la URSS, bajo los cua-
les se formaron los viejos comunistas; el aprovechar las propias dificul-
tades de la Revolución, que trataron de capitalizar para sus perversos
fines.
Resulta indignante escuchar, como se ha expresado aquí, que estas
cosas se hacían por la preocupación que sentían –que ahora admiten
injustificada– por la marcha de nuestra Revolución, que todo esto fue
389
Y estas ideas y estos argumentos son los que más les agradan a nuestros
enemigos. En ello coinciden los microfraccionarios con el imperialismo y
con los enemigos de la Revolución. ¿Qué dicen los enemigos de la Re-
volución? ¿Qué decía el imperialismo de nuestra Revolución? Que la
Revolución se había hecho por la pequeña burguesía, a la que Fidel
había traicionado. ¡Qué coincidencia, que ahora los microfraccionarios
acusen a la Revolución de pequeñoburguesa! ¿Qué dice el enemigo so-
bre las guerrillas y la lucha armada de otros pueblos? Que ése no es el
camino, que no hay condiciones, que los cambios sociales deberán rea-
lizarse por otra vía. En su afán de contener el avance revolucionario de
los pueblos, en su afán de aplazar el estallido revolucionario para man-
390
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
los datos ciertos que existen respecto a cada uno de nuestros planes?
Por supuesto que no. El procesado doctor Quesada decía, al prestar
declaración, que se vino a enterar de todas estas cosas en el Departa-
mento de Seguridad del Estado cuando, hablando, con un compañero
interrogador, éste le explicaba los planes de cítricos, de viandas, de in-
seminación, cañeros, frutales y las perspectivas de nuestro país en ga-
nado, en leche, en industrias de productos derivados, así como las
perspectivas en cemento, petróleo y otros muchos renglones de nuestra
economía. ¡Se vino a enterar en el Departamento de Seguridad del Es-
tado!, y es que así actuaban estos señores. Su mala fe, su ambición, los
llevaba a difamar y a desprestigiar. Se ha alegado por algunos que su
formación en el viejo Partido, su dogmatismo, la falta de perspectiva para
comprender el proceso, les hizo confundirse de buena fe. ¿Es que acaso, a
nueve años de Revolución, puede creerse en esta clase de «confusiones
de buena fe»? ¿Es que puede creerse en la buena fe de Aníbal Escalante,
que ya pasó por un proceso igual anteriormente, a estas alturas? ¿Es que
cabe la buena fe en elementos como éstos que, dentro de la Revolución,
sólo se preocupan por sus intereses personales, por los cargos, las posicio-
nes y privilegios? También, producto de su formación católica o de su
educación pequeñoburguesa, algunos contrarrevolucionarios tampoco
391
Aunque resulta ridículo que tengamos nosotros que venir aquí a anali-
zar y responder algunos de los argumentos teóricos de estos traidores, el
hecho de que hayan sido expuestos y sustenten la acción de los procesa-
dos nos obliga a entrar también en su análisis.
Aunque a algunos de estos planteamientos nos hemos referido ante-
riormente, no pretenderemos hacer un análisis exhaustivo de todos ellos;
ha sido tanta la basura, tanta la infamia vertida, que requeriría un tiem-
po interminable refutarlos, uno a uno.
Se acusa a la dirigencia de la Revolución de ser pequeñoburguesa, y a
los viejos militantes del PSP de traidores, tramitados, vendidos, etc.
Los compañeros Armando Hart, José Llanusa, Faure Chomón, Haydee
Santamaría, Marcelo Fernández, Raúl Roa y Celia Sánchez han sido tam-
bién blanco de estos ataques, que se basan en el origen de clase de estos
dirigentes. Una Revolución no se define por el origen de clase de quie-
nes la dirigen, de quienes la componen, sino por la ideología de esa
Revolución. La vanguardia es portadora de la ideología revolucionaria
y trasmite con su acción y con su teoría esa ideología a las masas, que la
adoptan porque ven en esas ideas la expresión de sus propios senti-
mientos e intereses. Las ideas revolucionarias se abren paso porque
representan verdades que enfrentan las mentiras de los enemigos de las
392
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
Moncada, estaban los libros de Martí y los libros de Lenin. Ahora bien,
el conocimiento del fenómeno imperialista no fue una adquisición teó-
rica para los miembros del 26 de Julio, sino una realización práctica, ya
que se sufrió en carne propia los crímenes que el imperialismo cometió
contra el pueblo, y se tomó conciencia de los crímenes cometidos en
todo el mundo. La filosofía política adquirida no fue producto de un
bagaje teórico, sino el resultado de la lucha. «El marxismo –dice Fidel–,
lo hemos aprendido en los libros, pero sobre todo lo hemos aprendido
en la vida».
Desde los primeros años del triunfo de la Revolución se planteó por
la dirigencia revolucionaria la necesidad de estudiar marxismo y de en-
señar marxismo, y de estudiarlo no por simple curiosidad filosófica o
histórica, sino porque es la única ciencia política revolucionaria verda-
dera. Para ser revolucionarios, hay que ser dialécticos, y el marxismo no
es un esquema que se importa mecánicamente; por el contrario, es el
conocimiento científico de realidades concretas, para actuar conforme
a las leyes de la historia; desconocer las peculiaridades de cada realidad
es actuar con un molde antimarxista por excelencia. Lenin se opuso a la
importación del modo reformista de los partidos socialdemócratas de la
Segunda Internacional para ser aplicado en la Rusia de principios de
393
Son los hechos revolucionarios los que van ganando a las masas po-
pulares para la Revolución. La adscripción a la teoría marxista, por sí
sola, no determina el carácter marxista de la Revolución. Para que ten-
ga valor la ideología, tiene que realizarse en la práctica, y es ésta, en
definitiva, la que va a ganar a las masas populares para esa ideología.
Una serie de hechos que comenzaron por una serie de leyes de bene-
ficio popular, la reducción de las tarifas telefónicas, la reforma urbana,
la reforma agraria, las nacionalizaciones y otras fueron pilares que seña-
laron el camino de la Revolución y marcaron el avance ideológico del
pueblo.
El pueblo fue haciéndose cada día más revolucionario y cuando el pe-
ligro de invasión comenzó a amenazar a nuestro país, se movilizó el
pueblo, se hicieron milicianos miles y miles de jóvenes dispuestos a
librar las batallas que fueran necesarias, es decir, a luchar por su ideolo-
gía, y cuando se produjo el ataque del 15 de abril de 1961, al día si-
guiente se proclamó el carácter socialista de la Revolución, se declaró la
ideología marxista-leninista de la Revolución, cuando ya en los hechos
se estaba realizando la Revolución marxista-leninista, y un día después,
el 17 de abril, el pueblo fue a derramar su sangre en Playa Girón, y al
frente de él, en primera línea, el Comandante en Jefe. Esa ha sido la
línea, y ese ha sido el camino que ha seguido nuestra Revolución. Ese
ha sido el camino de profundización de la conciencia revolucionaria
394
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
plo, los Comités de Defensa de la Revolución [CDR] nacen a la luz
pública antes de que se les dé vida institucional. En Pinar del Río surgió
el primer Comité para defender la Revolución como una iniciativa po-
pular, antes de que se constituyera oficialmente como creación social
de la Revolución. Y los Comités de Defensa de la Revolución son una
genuina organización de masas, no producto de un satelizaje mental, ni
de una copia mecánica, sino por el contrario, una auténtica creación de
nuestra Revolución. Y como organización de masas constituyen una
magnífica forma de enlace entre las masas y las instituciones del poder
revolucionario. Esta relación puede calificarse de magnífica porque los
CDR son organismos capaces de movilizar rápidamente a nuestro pue-
blo, y movilizar es politizar. En las movilizaciones, las masas expresan
su convicción, su decisión, su voluntad revolucionarias. Porque el pro-
ceso revolucionario mismo es el mejor maestro de la historia para el
pueblo y la vanguardia dirigente. Cuando 150 000 ciudadanos se movi-
lizan hacia las montañas para sembrar en dos días 103 caballerías de
tierra ¿puede decirse que no se ha expresado la convicción revoluciona-
ria, la fe del pueblo en la Revolución y en sus dirigentes, su voluntad de
construir un mundo nuevo? ¿Y cuando se moviliza para aplastar las
bandas de bandidos contrarrevolucionarios, como en el Escambray? ¿Y
395
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
nalista, porque esos calificativos implicarían el anteponer los intereses
nacionales a los universales. Y la Revolución Cubana ha dado buenas
pruebas de su espíritu internacionalista revolucionario. Internacionalis-
mo en el sentido más total del término. No de satelismo. Solidaridad
militante con todos los pueblos que luchan por su liberación. «Porque
cuando decimos patria, no decimos la patria de los cubanos, sino la
patria de la Revolución Cubana. Y cuando decimos Revolución Cuba-
na, hablamos de la Revolución de América Latina. Y cuando hablamos
de la Revolución de América Latina, hablamos de la Revolución en
escala universal, la Revolución de los pueblos de Asia, de África y de
Europa». Los principios internacionalistas de la Revolución Cubana están
contenidos en la Primera y Segunda Declaraciones de La Habana, docu-
mentos aprobados en Asambleas públicas de más de un millón de ciu-
dadanos de nuestro pueblo, tan sólo en la capital, que los ha respaldado
día a día con mayor integración y mayor firmeza revolucionarias. En
una entrevista con un periodista yanqui, nuestro Primer Ministro res-
pondió a una pregunta sobre la cuestión de la ayuda al movimiento
revolucionario en América Latina: «Mire, la ayuda a los movimientos
revolucionarios no puede ser negociada», y más adelante: «Eso no se-
ría propio de revolucionarios, y si nosotros alguna vez damos alguna
397
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
con criterio propio.
Si hay algo que indigna es el servilismo de estos señores que quieren
negar a nuestra Patria el derecho a pensar y a decidir ante sus propios
problemas y los problemas del mundo. Nuestra Revolución es una re-
volución gestada y desarrollada en el seno de nuestro propio pueblo,
con el esfuerzo de nuestro propio pueblo. Es alentador que un país pe-
queño como el nuestro, esté en condiciones de opinar por sí mismo en
el mundo convulso y agitado de hoy, capaz de hablarle al mundo con la
autoridad con que nuestro pueblo puede hablar.
Lo que no nos perdonan estos enanos es ser capaces de pensar y
actuar independientemente, el apartarnos de los clisés, de los manuales,
lo que no nos perdonan es la fe en la capacidad de nuestro pueblo para
seguir su camino, la decisión de dar nuestro aporte a la causa revolucio-
naria. Nadie puede endilgarnos el calificativo de satélites, y por eso se
nos respeta en el mundo. Y esta, nuestra práctica revolucionaria, es una
actuación conforme a los principios del marxismo-leninismo, a la esen-
cia del marxismo-leninismo.
La fidelidad al marxismo-leninismo requiere el desarrollo creador de
sus principios, requiere una aplicación concreta que halle las fórmulas
para las nuevas situaciones que se plantean en el mundo de hoy.
399
Informe del Fiscal en el Consejo de Guerra seguido a Aníbal Escalante y 36 acusados más
numerosas pruebas documentales aportadas a la causa, esta participa-
ción de cada uno de ellos en los diferentes hechos ha quedado plena-
mente probada. Estas actividades comprendieron la reproducción y
distribución clandestina de propaganda contra la línea del Partido; el
intento de brindar orientaciones distorsionadas a varios núcleos del
Partido. Como ejemplo de esto, citamos el caso del procesado Emilio
de Quesada, militante del núcleo del Partido del hospital Calixto García,
quien recibía orientaciones de Aníbal Escalante sobre la forma en que
debía plantear sus opiniones sobre los distintos temas que se discutían
en los círculos de estudio de dicho núcleo, cosa que debía hacer de
manera sutil y sin evidenciarse ante los demás compañeros, pero sí ar-
gumentando en contra de las líneas y principios de nuestra Revolución.
Ha quedado probado también que, siguiendo instrucciones de Aníbal
Escalante, otros procesados trabaron contactos con extranjeros a fin de
hacer llegar al exterior, fundamentalmente a miembros del PCUS [Parti-
do Comunista de la Unión Soviética] y de los partidos de la RDA y
Checoslovaquia, las discrepancias que el grupo mantenía con la línea de
nuestro Partido, tratando de socavar las relaciones internacionales de Cuba
con otros gobiernos, propósitos que perseguían, además, brindando in-
formación falsa y calumniosa a funcionarios de algunos de esos países
401
402
12 años de reclusión a:
Octavio Fernández Bonis
Inaudi Kindelán Reyes
Ramiro Puertas Quiroga
Edmigio López Castillo
Luciano Argüelles Botella
Emilio de Quesada Ramírez
Ricardo Boffil Pagés
Félix Fleitas Posada
10 años de reclusión a:
Orlando Olivera Sardiñas
Francisco Pérez de Armas
Orestes Valdés Pérez
Hugo Vázquez Medina
Ricardo López Castillo
Higinio Casuso González
Ángel Gutiérrez Paz
José Caballero Campos
8 años de reclusión a:
Manuel Ramírez Nodarse
Francisco P. Brito Rodríguez
Renay Hernández Rodríguez
Raúl Fajardo Escalona
Alfredo Batista Sánchez
Arnaldo Escalona Almeida
4 años de reclusión a:
Inocente Martínez Bravo
Hildo Madan Real
Ramón Chávez Fornaris
Manuel Martín Lavado
Luis M. Rodríguez Saínz
404
Derroteros
405
2
Ver por ejemplo el libro de Gustavo Pittaluga: Diálogo sobre el destino o el último discurso de
Eduardo R. Chibás, titulado El último aldabonazo.
3
Ver Vicentina Antuña: Logros y déficits de la Revolución. Chibás (conferencia ofrecida en el sexto
curso del programa radial Universidad del Aire titulado «Curso del cincuentenario», publicada
en Cuadernos de la Universidad del Aire, Editorial Lex, La Habana, 1952).
4
Órbita de Rubén Martínez Villena, Ediciones Unión, La Habana, 1964, p. 99.
5
«Manifiesto del Moncada», en José Bell Lara: Fase insurreccional de la Revolución Cubana, Edito-
rial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, p. 48.
406
Por eso, cuando el 1ro. de enero de 1959, ante la última maniobra del imperia-
lismo para impedir la victoria de la Revolución mediante un golpe de Estado,
6
Fidel Castro: «Las fuerzas motrices de la Revolución», en José Bell: Ob. cit. (en n. 5), pp. 56-57.
7
Que esta era la situación lo revela –según Juan José Remos– una opinión española, la del
comandante Víctor Concas, quien en su libro La escuadra de Cervera, publicado en Madrid en
1898, expresa: «Cuando empezó la guerra ya estaba de hecho perdida, lo mismo tomando
parte los Estados Unidos que otra nación de mucho menos importancia» (p. 23). Ver J. J.
Remos: «La guerra hispano-cubana», en Ramiro Guerra y otros: Historia de la nación cubana,
t. VIII, Editorial La Historia de la Nación Cubana, La Habana, 1952, pp. 422-423.
407
8
Fidel Castro: «Esta vez no se frustrará la Revolución» en José Bell, Delia Luisa López y Tania
Caram: Documentos de la Revolución Cubana 1959, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,
2006, p. 15.
408
409
410
Durante los años 50, producto de la Guerra Fría y el macartismo, tenía gran
influencia ideológica el anticomunismo, formaba parte de los instrumentos de domi-
nación del imperio, por lo que calificar de comunista a un movimiento de
liberación tenía una función divisionista y confusionista, de ahí que la Revolu-
ción se definiera por sus hechos y por la fidelidad a lo que había prometido
realizar y estaba cumpliendo.
11
Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba: El Partido Marxis-
ta-Leninista, La Habana, 1963, p. 133.
411
12
Ernesto Che Guevara: Obras 1957-1967, Casa de las Américas, La Habana, 1970, t. I, p. 679.
412
* Redactado en acuerdo y orden del comandante Fidel Castro, por Raúl Gómez García, mártir
del Moncada. Tomado de J. Bell Lara: Fase insurreccional de la Revolución Cubana, ob. cit. (en n. 5),
pp. 44-49.
413
LA REVOLUCIÓN CUBANA
418
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
telazo contra el Presidente Prío, fue un cuartelazo contra el pue-
blo; no había orden pero el pueblo era a quien le correspondía decidir
civilizadamente, escoger sus gobernantes, por voluntad y no por la
fuerza; correría el dinero en favor del candidato impuesto, nadie lo
niega, pero ello no alteraría el resultado, como no lo alteró el derro-
che del Tesoro Público en favor del candidato impuesto por Batis-
ta en 1944. Falso por completo, absurdo, ridículo e infantil que
Prío intentase un golpe de Estado. Se sufría el desgobierno, pero se
sufría desde hace años, esperando la oportunidad constitucional
justiciera del mal; y usted, Batista, que huyó cobardemente cuatro
años y politiqueó inútilmente otros tres, se aparece ahora con su
tardío, perturbador y venenoso remedio, haciendo trizas la Consti-
tución, cuando solo faltaban dos meses para llegar a la meta por la
* Fragmento de las declaraciones del primer ministro del Gobierno Revolucionario, Fidel Cas-
tro, en el juicio contra el ex comandante Hubert Matos, en Ciudad Libertad, el 14 de diciem-
bre de 1959 [n. de los A.]; tomado de José Bell, Delia Luisa López y Tania Caram: Documentos
de la Revolución Cubana 1959, ob. cit. (en n. 8), pp. 298-314.
419
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
nada más, sobre los problemas económicos y sociales:
A los que acusan a la Revolución de perturbar la economía del
país, les respondemos: para los guajiros que no tienen tierra, no
existe economía; para el millón de cubanos que están sin trabajo,
no existe economía; para los obreros ferrocarrileros, portuarios,
azucareros, henequeneros, textileros, autobuseros y otros tantos
sectores a quienes Batista ha rebajado sus salarios despiadadamente,
no existe economía, y solo existirá para todos ellos mediante una
revolución justiciera que repartirá la tierra, movilizará la inmensa
riqueza del país y le liberará las condiciones sociales, poniendo
coto al privilegio y la explotación.
¿Acaso puede esperarse ese milagro de los candidatos a Represen-
tantes en las elecciones parciales que se anuncian? ¿O se trata por
ventura de la economía de los Senadores que ganan 5 000 pesos
mensuales, de los generales millonarios, de los trusts extranjeros
que explotan los servicios públicos, de los grandes terratenientes,
421
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
el país y crecido en él; no hay tragedia mayor que la del hombre que
capaz de trabajar y deseoso de hacerlo pasan hambre él y su familia
por falta de ocupación; el Estado está obligado a proporcionárselo
ineludiblemente o a mantenerlo mientras no lo encuentre. Ningu-
na de las fórmulas de bufete que hoy se discuten contempla esa
situación, como si el grave problema de Cuba consistiera en el modo
de satisfacer las ambiciones de unos cuantos políticos desplazados
del poder o deseosos de llegar a él.
Dije públicamente: «Reuniremos a nuestros compatriotas detrás de
una idea de dignidad plena para el pueblo de Cuba y de justicia para los
hambrientos y olvidados y de castigo para los grandes culpables».
Y finalicé aquel escrito:
En Cuba no ha habido nunca justicia. Envían a la cárcel al infeliz
que robe una gallina, mientras disfrutan de impunidad los grandes
malversadores. Es sencillamente un crimen incalificable. ¿Cuándo
un juez correccional ha condenado a un poderoso? ¿Cuándo un
dueño de ingenio fue a parar a un vivac? ¿Cuándo un guardia rural
423
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
Sabe el pueblo, que con los cientos de millones sustraídos por los
trusts extranjeros, más los cientos de millones que le han robado los
malversadores, más las prebendas que han disfrutado millares de
parásitos sin prestar servicios, ni producir nada para la sociedad,
más las filtraciones de toda índole por concepto de juego, vicio,
bolsa negra, etcétera, Cuba sería uno de los países más prósperos y
ricos de América, sin emigrados ni desocupados, ni hambrientos,
ni enfermos sin camas, ni analfabetos, ni mendigos, de los partidos
políticos, organizaciones de comadres y de compadres destinadas
a sacar representantes, senadores y alcaldes, nada espera el pueblo.
De la Revolución, organización de combatientes hermanados en
un gran ideal patrio, todo lo espera y lo tendrá. Diciembre 25 de
1955.
Y aquí, en los puntos que señalábamos en este Manifiesto:
Primero: Proscripción del latifundio, distribución de la tierra entre
familias campesinas, concesión inembargable e intransferible de la
425
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
políticas; es la esperanza de tierra para los campesinos que viven
como parias en la Patria que libertaron sus abuelos; es la esperanza
de regreso para los emigrados que tuvieron que marcharse de su
tierra, porque no podían trabajar ni vivir en ella; es la esperanza de
pan para los hambrientos y de justicia para los olvidados. El Movi-
miento 26 de Julio hace suya la causa de todos los que han caído en
esta dura lucha desde el 10 de marzo de 1952, y proclama serena-
mente ante la Nación, ante sus esposas, sus hijos, sus padres y sus
hermanos, que la Revolución no transigirá jamás con sus victimarios.
El Movimiento 26 de Julio es la invitación calurosa a estrechar
filas, extendida con los brazos abiertos, a todos los revolucionarios
de Cuba, sin mezquinas diferencias partidaristas y cualesquiera que
hayan sido las diferencias anteriores.
(APLAUSOS)
[...] El Movimiento 26 de Julio es el porvenir sano y justiciero de la
Patria, el honor empeñado ante el pueblo, la promesa que será cum-
plida. Marzo 19 de 1956.
427
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
sembrar y cuya existencia debiera mover más a compasión si no
hubiera tantos corazones de piedra; a los 400 000 obreros indus-
triales y braceros cuyos retiros, todos, están desfalcados, cuyas
conquistas les están arrebatando, cuyas viviendas son las inferna-
les habitaciones de las cuarterías, cuyos salarios pasan de las ma-
nos del patrón a las del garrotero, cuyo futuro es la rebaja y el
despido, cuya vida es el trabajo perenne y cuyo descanso es la tum-
ba; a los 100 000 agricultores pequeños, que viven y mueren traba-
jando una tierra que no es suya, contemplándola siempre tristemente
como Moisés la tierra prometida, para morirse sin llegar a poseerla,
que tienen que pagar por sus parcelas como siervos feudales una
parte de sus productos, que no pueden amarla, ni mejorarla, ni
embellecerla, plantar un cedro o un naranjo porque ignoran el día
que vendrá un alguacil con la guardia rural a decirles que tienen
que irse; a los 30 000 maestros y profesores tan abnegados, sacrifica-
dos y necesarios al destino mejor de las futuras generaciones y que tan
mal se les trata y se les paga; a los 20 000 pequeños comerciantes
429
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
los cultivos, la técnica y elaboración de nuestras industrias alimen-
ticias, para que puedan resistir la competencia ruinosa que hacen
las industrias europeas de queso, leche condensada, licores y acei-
tes y las de conservas norteamericanas, que necesitamos barcos
mercantes, que el turismo podría ser una enorme fuente de rique-
zas; pero los poseedores del capital exigen que los obreros pasen
bajo las horcas caudinas, el Estado se cruza de brazos y la indus-
trialización espera por las calendas griegas.
Tan grave o peor es la tragedia de la vivienda. Hay en Cuba 200 000
bohíos y chozas; 400 000 familias del campo y de la ciudad viven
hacinadas en barracones, cuarterías y solares sin las más elementa-
les condiciones de higiene y salud; 2 200 000 personas de nuestra
población urbana pagan alquileres que absorben entre un quinto
y un tercio de sus ingresos; y 2 800 000 de nuestra población rural
y suburbana, carecen de luz eléctrica. Aquí ocurre lo mismo: si el
Estado se propone rebajar los alquileres, los propietarios amenazan
con paralizar todas las construcciones; si el Estado se abstiene,
431
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
seguir dependiendo del interés egoísta de una docena de financie-
ros, de los fríos cálculos sobre ganancias que tracen en sus despa-
chos de aire acondicionado 10 o 12 magnates. El país no puede
seguir de rodillas implorando los milagros de unos cuantos bece-
rros de oro que como aquel del Antiguo Testamento que derribó la
ira del profeta, no hacen milagros de ninguna clase. Los problemas
de la República solo tienen solución si nos dedicamos a luchar por
ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron
nuestros libertadores en crearla. Y no es con estadistas al estilo de
Carlos Saladrigas, cuyo estadismo consiste en dejarlo todo tal y
cual está y pasarse la vida farfullando sandeces sobre la «libertad
absoluta de empresas», «garantías al capital de inversión» y la «ley
de la oferta y la demanda», como habrán de resolverse tales proble-
mas: En un palacete de la Quinta Avenida, estos ministros pueden
charlar alegremente hasta que no quede ya ni el polvo de los hue-
sos, de los que hoy reclaman soluciones urgentes. Y en el mundo
actual ningún problema social se resuelve por generación espon-
tánea.
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434
FIDEL CASTRO / No hemos hecho más que cumplir lo que prometimos al pueblo
ten con hambre mientras quede una pulgada de tierra sin sembrar;
lo inconcebible es que haya niños que mueran sin asistencia médi-
ca; lo inconcebible es que el 30 % de nuestros campesinos no sepa
firmar; y el 99 % no sepa Historia de Cuba; lo inconcebible es que
la mayoría de las familias de nuestros campos estén viviendo en
peores condiciones que los indios que encontró Colón al descubrir
la tierra más hermosa que ojos humanos vieron.
A los que me llamen por esto soñador, les digo como Martí: «El
verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué
lado está el deber; y ese es el único hombre práctico cuyo sueño de
hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las
entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensan-
grentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una
sola excepción, está del lado del deber».
Y no habla el soñador de ayer, sino el Primer Ministro del Gobierno
Revolucionario, que ha cumplido todas sus promesas, y ¿cuándo una
revolución fue más clara que esta?, ¿y cuándo una revolución en el mundo
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439
442
Prado.
Desde el punto de vista de la marcha de la historia del mundo, desde el
punto de vista del gran esfuerzo que realizan todos los pueblos por librar-
se del hambre, de la miseria, de la explotación, del coloniaje, de la discri-
minación, como están luchando los pueblos de Asia, de África, de América
Latina, nosotros jamás podríamos haber estado conscientemente al lado
* El día 1ro. de diciembre de 1961, dando inicio al Noveno Ciclo de Conferencias de la
Universidad Popular, titulado «Los organismos de la Revolución», Fidel Castro ofreció una
charla sobre «El Partido Revolucionario Socialista». Fragmento tomado de: El Partido Marxis-
ta-Leninista, Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba, La
Habana, 1963, 1ra. edición, t. I, pp. 124-130 [n. de los A.]. Tomado de José Bell, Delia Luisa
López y Tania Caram: Documentos de la Revolución Cubana 1961, Editorial de Ciencias Sociales,
La Habana, 2008, pp. 459-465.
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449
2
Publicado en 1985 por la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, constituyó no solo
uno de los mayores éxitos de venta registrados en las librerías del país, sino que fue esperado con
sumo interés por creyentes y no creyentes en Cuba, así como en el extranjero. Ha sido
traducido a los idiomas más leídos y aún hoy sigue teniendo nuevas ediciones.
450
3
Carlos Marx: «Introducción», Contribución a la crítica del derecho político hegeliano, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1976, p. 15.
4
Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas: Conciencia religiosa en la sociedad cubana
contemporánea. Características y formas en que se estructura [monografía], inédita, Archivos del
Departamento de Estudios Sociorreligiosos (DESR), La Habana.
452
453
454
9
«Entrevista a José Felipe Carneado», Kairos, México, 1988; 1: 2.
10
François Houtart y André Rousseau: The Church and Revolution, Orbis Books, New York, 1971,
p. 121.
456
11
Es conveniente aclarar que la frecuente mención de las Iglesias católica o evangélicas, es
solamente una necesidad del análisis y no significa reducirlo al medio cristiano ni contraponer
estas con otras confesiones. Ocurre que son ellas las agrupaciones que incluyen un sistema
457
458
13
Para más detalles sobre el particular, véase Juana Berges, René Cárdenas y Elizabeth Carrillo:
«Le pastorat du protestantisme historique à Cuba: ses aproches socio-religieuses et la nouvelle
théologie cubaine», Social Compass. International Journal of Sociology of Religion, 1994; 41: 273-
291, June.
14
Entre las investigaciones desarrolladas por el Departamento de Estudios Sociorreligiosos
pueden citarse: Conciencia religiosa en la sociedad cubana contemporánea. Características y formas de
su estructura, ob. cit. (en n. 4), estudio de una muestra nacional, representativa para los grupos
que conforman la estructura clasista de la sociedad cubana; Creencias y prácticas religiosas en
zonas rurales [monografía], La Habana, 199?, estudio aplicado escalonadamente en zonas
rurales de 10 de las 14 provincias cubanas, que abarcó a todos los grupos sociales de dichas
regiones entre 1983 y 1990; La religiosidad de las amas de casa [monografía], La Habana, 1989,
una aplicación realizada a uno de los grupos más significativos de la estructura religiosa del
país. Ninguna ha sido publicada [Archivos DESR].
459
15
El abordaje de la inhibición en la participación social de los creyentes aquí está reducido a su
vínculo con el conflicto en la producción simbólica, lo que por supuesto no lo agota. Otras
aristas del problema, como, por ejemplo, las actitudes y actos discriminatorios generados en
nuestro país contra los creyentes, deberán ser tratados cuando se analicen los factores sociales
que coadyuvaron a dicho retraimiento.
460
464
465
es que sea peor que hace cinco años, naturalmente, es mejor que hace
cinco años, pero no ha funcionado, pero no hemos mejorado en ese
aspecto en la misma manera que hemos mejorado en otra serie de as-
pectos.
[…]
Ahora bien, eso que yo puedo captar perfectamente cuando llega a
un nivel en el cual yo tengo que tomar una decisión y desgraciadamen-
te, pues ahí hay que captarlo, uno se da contra la pared. Se produce
cada vez que se cambia un cuadro en cualquier nivel del Ministerio. Si
473
1
Doctora Graciela del Cueto, directora del Departamento de Psicología del Ministerio de
Industrias, vinculado a la dirección de Cuadros [n. de la R.].
475
2
Se refiere al Manual de Economía Política, de la Academia de Ciencias de la URSS [n. de la R.].
479
Ahora, nosotros tenemos que fijar los niveles y siempre tener presente
una cosa, por lo menos lo que decía la doctora, que la maquinaria no se
nos rompa al octavo día. Ahora, si trabaja cinco años eficientemente y se
rompe al sexto a todo lo que da y hemos sacado el 20 % más, bienvenido
sea, porque esos son los años en que es necesario eso, después ya vienen
los otros cuadros que lo remplazan a uno, que tienen mayor preparación,
mayor base y además las condiciones serán diferentes, ya todo el mundo
camina hacia eso, pero hoy hay que hacerlo. No es una defensa específica
de mi caso, es una defensa de los casos de determinados niveles del
483
3
Comandante Alberto Mora, procedente del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, fue
ministro de Comercio Exterior de Cuba, luego trabajó como asesor del Che en el Ministerio de
Industrias [n. de la R.].
484
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[…]
COMANDANTE GUEVARA: Esos problemas de los sindicatos tenemos que
discutirlos todavía y resolverlos, en definitiva resolverlos en una forma
correcta, que no lesione la sensibilidad ni los intereses de un montón de
compañeros y que permita hacer un aparato más adecuado.
489
Visiones
Simposio
El significado de la Revolución Cubana hoy
De variados signos pueden ser los homenajes al primer medio siglo de la Re-
volución Cubana. Uno de ellos es pensar la Revolución en transformación vital,
en clave de proyecto y futuro, no como pieza de museo inocua al capitalismo
mundial. En vísperas de sus primeros 50 años, la Revolución Cubana vive un
proceso de repensar sus formas socialistas, lo que responde más a demandas
de sus propias circunstancias y hechuras que a la necesidad de festejos en fechas
cerradas. Para tal demanda sería muy útil contar con un acervo amplio de
referencias históricas y fuentes teóricas que den cuenta del largo camino andado
por las nociones socialistas y su acumulado práctico en Cuba y fuera de ella.
Con el propósito de homenajear a la Revolución Cubana en virtud de su desa-
fío anticapitalista, presentamos a la consideración de ustedes preguntas referi-
das al proceso cubano mismo y a su proyección fuera de frontera.
490
Al celebrar los 50 años del triunfo del Ejército Rebelde encabezado por
el Movimiento 26 de Julio me preguntan y me pregunto qué balance
hago de la experiencia revolucionaria de Cuba en relación con nuestra
América y con respecto al capitalismo como sistema. Son dos preguntas
ligadas entre sí, y debo contestarlas como si estuviera en la escalerilla
del avión. Lo primero que me viene a la cabeza es el artículo que publi-
qué recientemente y que titulé «Cuba: la revolución de la esperanza».
Pero no lo releo e incluso aprovecho para decir lo que siento que me
faltó... La Revolución Cubana es una revolución latinoamericana y le-
jos de ser la última marxista-leninista, inicia un nuevo ciclo de revolu-
ciones que en algunos aspectos tienen características universales, es
decir características que no solo repercuten en el resto de América Lati-
na, sino en las más distintas regiones del mundo. Su repercusión variará
en cada circunstancia concreta; lejos de obedecer solo a su influjo, obe-
decerá a múltiples procesos afines que se observan en la historia uni-
versal de las luchas por la emancipación humana. Entre las contribuciones
de la Revolución Cubana destacan varias en que aparecen juntas la lu-
cha por la independencia y la lucha de clases, y otras, en que tres con-
ceptos separados se vuelven un solo concepto y un solo fenómeno que
no cabe entender si falta uno de los demás integrantes. En el nuevo
concepto compuesto interactúan en formas dialécticas y sinérgicas las
luchas por la democracia, por la liberación y por el socialismo. Piénsese
en cada una de ellas sin las otras dos y se verá que algo le falta de las que
quedan, y piénsese en las tres como procesos, y se advertirá que son a
veces coincidentes y otras desajustados en profundidad y ritmo, y hasta
encontrados en victorias y costos diferentes, según las condiciones de
la lucha y las formaciones sociales de la transición... o las experiencias
históricas de la construcción, entre mediaciones de opresión y emanci-
pación que varían en las distintas historias regionales o nacionales.
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA (MÉXICO)
Sociólogo, director de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM
494
Creo que Cuba tendría que recuperar quizás lo que de espíritu libertario
tuvo en sus principios la Revolución Cubana.
ALFONSO SASTRE
Bueno, me parece obvio que no soy el más indicado para contestar esas
preguntas sino para formularlas a quienes ya tuvieron la experiencia y
práctica de ideas y de proyectos. Pero algunos de ellos me parecen de
importancia universal. Tal vez el más importante, o el que me parece
más importante, es el que corresponde a la construcción de la fuerza
como moral colectiva, del que dan prueba diaria los líderes del 26 de
Julio y los comunistas del viejo partido comunista que hasta ahora los
acompañan, o que cayeron o nos dejaron sin apartar la vida de su pensa-
miento. La moral colectiva como fuerza revolucionaria es la que salvó a
Yo iría más que a las «fuentes» culturales del socialismo (Marx, Engels,
etcétera), a sus raíces sociales, hoy desgraciadamente tan vivas en las
miserias y los horrores de la globalización del sistema.
ALFONSO SASTRE
Las luchas por los espacios del arte y por los valores de la belleza y la
vida, asociados a la resistencia y la fiesta se fortalecen mutuamente y a
veces se celebran y libran por separado sin olvidarse una de otra total-
mente. Esas luchas corresponden a una cultura dialéctica y estética,
fundamentales para mantener la voluntad de resistir y vencer asociadas
a la alegría.
Como muchos problemas se van a plantear en un proceso universal,
con Cuba en las avanzadas para enfrentarlos, no podemos olvidar la
lucha contra la restauración del capitalismo. Esta tiene que ser tan im-
portante como la creación de una «nueva civilización». En ella será fun-
damental «la guerra de las ideas» junto con la siembra de los sentimientos
y los atractivos de un ser humano que de manera natural deje atrás la
sociedad de consumo, y construya al hombre nuevo en sus relaciones
503
Parece que antes había que elegir entre justicia y libertad, y que era
preferible para nosotros la Justicia a la Libertad. En la nueva utopía, ha
de quedar claro que sin libertad no hay justicia que valga, o sea, que la
libertad es un ingrediente de la justicia.
ALFONSO SASTRE
506
CONSEJO DE DIRECCIÓN:
CONSEJO EDITORIAL:
EQUIPO DE REDACCIÓN: