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MARTIN PASCUAL
CIENTISTA POLÍTICO
INVESTIGADOR FUNDACIÓN CENDA
7 DE NOVIEMBRE 2008
- Todo esto a fin de cuentas parece depender de los trabajadores, porque si los acuerdos
internacionales no son vinculantes, la legislación laboral colectiva es especialmente débil y,
por ejemplo, la nueva ley de subcontratación tiene precisamente una de sus falencias en lo
referente a los derechos colectivos, entonces, el problema es cómo se articula el movimiento
sindical, porque si pensamos que lo de la ley de subcontratación partió desde el asunto de
los subcontratados de Codelco, articulándose un movimiento de facto, porque de legalidad
no tenía nada, es claro que la presión de un movimiento trabajador organizado puede
originar cambios.
M.P.: Cabe precisar que el movimiento sindical de los trabajadores subcontratados venía de
antes, por ejemplo el SINAMI, el sindicato de trabajadores de montaje industrial, tenía
experiencias anteriores de negociación ilegal, con la salvedad que se trata de trabajadores
especializados, quienes por esta condición podían imponer en alguna medida las
condiciones de trabajo que el empleador estaba obligado a considerar, porque de lo contrario
el proceso productivo quedaba cortado.
Ahora dicho movimiento es efectivamente un tema especial; yo creo que el movimiento se
fortaleció con la ley, como asimismo se dice que la ley fue producto del movimiento. En el
fondo, hay una relación dialéctica, el movimiento se hizo mucho más fuerte en la medida que
había una ley de subcontratación, porque esta ley fue un “buen acompañante” y es más, el
movimiento adquirió mucha más fuerza una vez que se planteó la propia fiscalización que
hizo la Dirección del Trabajo.
Analizando la ley misma, yo creo que la ley de subcontratación tiene otro elemento que le
falta y que le falta a toda la legislación chilena, que es la igualación de salarios, es decir, a
igual función igual salario; si se estableciera este principio de igualación de salarios, es claro
que se produce un desincentivo a la subcontratación.
- Tendríamos que entender entonces que, en el caso de que existiera una equiparación
salarial, digamos a igual trabajo igual remuneración, no sería tan necesario que estos
trabajadores, tanto los subcontratados como los suministrados, tuviesen acceso a derechos
colectivos, principalmente a sindicalización y negociación colectiva.
M. P.: No absolutamente, igual.
- Me refiero en el sentido que en ese supuesto se le daría a estos instrumentos el uso que
tienen de acuerdo a su naturaleza, que es estrictamente provisoria. Por ejemplo, el
suministro tiene, entre una de sus causales, la contratación de personal cuando una empresa
comienza a funcionar, el periodo de marcha blanca…
M. P.: Pero ahí mismo tienes una relación laboral de varios meses. De hecho, la ley respecto
a las faenas tiene un sistema en que a los tres meses de trabajo se puede instalar una
negociación, lo que demuestra que sí tiene sentido legislar acerca de los derechos colectivos
de los subcontratados y sindicalizados; lo más probable es que quizás no tiene sentido
respecto del salario, pero sí lo tiene respecto a los otros beneficios que puede obtener un
trabajador subcontratado. Precisamente es esto lo que pelean los trabajadores
subcontratistas de Codelco, en el sentido del por qué no tienen un derecho a la vivienda o
derechos de salud que sí tienen los trabajadores de planta; entonces puede negociarse en la
empresa donde estás trabajando, por lo que sí tiene sentido. Sin perjuicio de eso, lo que digo
es que si se iguala el salario, estás desincentivando a que la empresa utilice el engaño.
- Y a través de que…
M.P.: De esta figura, que te digo yo, que es la figura de la negociación por funciones por
oficio…
- A eso iba enfocada la pregunta que hicimos respecto al tema de los convenios
internacionales, los TLC. Viendo el panorama por encima, quizás sin tanta profundidad, ve
que el movimiento sindical hoy día esta deprimido, y que seguirá en este estado mientras no
tenga las herramientas para poder negociar. Considerando también que la Concertación no
ha manifestado siquiera la voluntad política de hacer reformas al respecto, ya que se ha
dedicado a administrar el régimen económico heredado de la dictadura, con algunas
reformas que son meros paliativos.
M.P.: Bueno, si tú me preguntas cual es la solución, desde luego cambiar la Constitución,
totalmente, radicalmente…
- Hay un texto de Adrián Sotelo, que se refiere a un fenómeno nuevo que se está dando, que
es la exportación del trabajo precario, principalmente en EE.UU. a través de las crisis
económicas y del discurso neoliberal con respecto a la flexibilización. En EE.UU. durante la
crisis asiática se produjo mucho despido y después se contrató a la misma gente con menor
salario y después vino lo que se denominó como el nuevo milagro norteamericano, período
en que se mejoró la productividad, lo que la literatura oficial atribuyó sobre todo al avance
tecnológico e informático, pero que para Sotelo sólo fue producto de la precarización del
trabajo y de la mayor productividad que las empresas obtuvieron a través de eso.
M.P.: Se ha hecho un reordenamiento, sin duda. Yo también he leído a otros autores que
dicen que el mundo hoy día hizo una nueva división del trabajo; así, están las tecnologías
concentradas en el primer mundo, la manufactura se la llevaron para Asia y la producción
alimenticia en America Latina y África. No es absolutamente así, hay polos industriales
también desarrollados en países de America Latina, esencialmente Brasil y Argentina, pero
en líneas generales tiene razón, ése es el fenómeno que ha ido ocurriendo. De esto es lo que
está tomando conciencia hoy día el movimiento sindical con la ruptura de los marcos de las
centrales ideológicas; así, se creó la Central Sindical Internacional, que es la unión de los
sindicatos de la vertiente cristiana y la vertiente social demócrata; también se formó la
Central Sindical de las Américas en base a estas dos grandes vertientes. Se está
construyendo un movimiento sindical mucho más poderoso, antes era un movimiento que
estaba estructurado sobre un esquema ideológico cristiano, social demócrata, comunista, o
vertientes anarquistas. Hoy día se está llegando a esto, entre otras cosas por esto que usted
comentaron, porque tanto en el primer mundo como en los países en desarrollo, tercero,
cuarto mundo, como le queramos llamar, se está tomando conciencia que en definitiva el
capital se mueve en el mundo global como en una mesa de billar; los mismos capitalistas se
autoasignan el nombre de jugadores globales “global players”, yo me muevo en el mundo.
Por ejemplo, a los trabajadores de la Volkswagen en Alemania les plantearon que debían
bajarse un 20 % los salarios o la fábrica se iba para Rusia, conclusión: se bajaron un 20% los
salarios los trabajadores alemanes. Lo mismo se planteó aquí en Unilever, cuando se
cerraron las plantas de desodorante y pasta de dientes; Unilever planteó en las plantas que
quedaron que los sueldos debían reducirse en un 20% o si no éstas se cerraban. El capital
está jugando con esto y los trabajadores están tratando de buscar la formula de
contrarrestar, pero todavía hay muchas dificultades; cuando se discutió el tema del TLC Chile
- EE.UU. la AFL-CIO le propuso a la CUT dar juntos esa pelea y la CUT de Chile, no inmersa
en las nuevas relaciones sindicales multinacionales, desconfió de esa proposición, tras lo
cual, terminó Diego Olivares (N. de la R. Presidente de la Unión Nacional de Trabajadores)
en Miami en la firma del TLC. Pero ese hecho marcó un precedente. Pasados cuatro años
del TLC, hoy día la CUT dice lo contrario, que hay que trabajar con los sindicatos del norte,
porque en definitiva los sindicatos del norte están defendiendo su pega, pero no en
desmedro de los trabajadores chilenos, sino que, en la medida que nosotros levantemos
nuestros estándares laborales, ellos garantizan su pega y nosotros tendremos que buscar y
crear nuestros propios modelos desarrollo, nuestras propias estrategias de atraer inversión y
pega, pero no sobre la base que de que ofrecemos trabajo precario, barato, sin protección
social, tal cual como los costos ambientales, que dicho sea de paso también se externalizan,
con lo que la contaminación la pagamos todos; esos son los dumping que se dan en nuestros
países.
A propósito del tema ambiental, el movimiento sindical ha ido tomando conciencia e
incorporó esta idea en sus propuestas; muchos líderes sindicales afirman que el
calentamiento global afecta directamente al trabajo, ya que lo que éste produce, los cambios
climáticos, que a su vez producen por un lado sequía, por otro lado, tierras arrasadas por
grandes deslaves o inundaciones, implica trabajo que se desplaza, ya que son territorios que
dejan de ser productivos, supone mano de obra que debe emigrar y que termina finalmente
afectando el trabajo en otros lugares. Pero pese a esta visión integral de trabajo con
medioambiente, el problema aún no penetra lo que uno esperaría. Por ejemplo, esta el caso
de los trabajadores salmoneros. Al principio cuando se planteaba, hace cinco o seis años
atrás, que estos trabajadores estaban desempeñándose en malas condiciones, que esas
condiciones no eran sostenibles en el tiempo, los mismos trabajadores respondían que lo
tenían claro, pero no hacían nada porque era el trabajo que tenían. Y hoy día, cuando llevan
4.500 despidos y a fin de año anunciaron que se iba a llegar a 10 mil despidos porque hay un
virus ISA, que afectó a los salmones por un mal manejo ambiental, los trabajadores dicen
bueno aquí hay que pedir estándares en todos los planos, estándares laborales, ambientales,
sanitarios, porque a fin de cuentas eso es trabajo estable y sustentable en el tiempo, y
además porque de lo contrario el propio trabajador se convierte en un depredador. A los
trabajadores más viejos les da lo mismo y si no hay baño no les importa, “estamos en una
balsa, si cagan los salmones porque no vamos a poder cagar nosotros” (sic), y no tienen
baños las balsas, porque entre otras cosas hay un tema de antinomia, porque la legislación
naval prohíbe los baños y la Dirección del Trabajo los exige. Los marinos prohíben los baños
porque esos baños van al agua finalmente.
Nosotros transmitíamos con esto de los jugadores globales; y tal cual los empresarios dicen
ser jugadores globales, intentamos traspasarle esa mentalidad a los trabajadores, claramente
con otra perspectiva. El trabajador se convierte en jugador global cuando se pone en ese
contexto; no hay que autodefinirse como el trabajador de la empresa xx del barrio tanto, no,
yo soy trabajador de la industria del calzado y global, estoy aquí, pero llega un chinito y me
caga (sic) la pega. Entonces, ser trabajador global implica actuar localmente pero pensar
globalmente; sino, no se garantiza ni el trabajo decente ni la empleabilidad. De hecho, en
este momento la gran preocupación hoy en día es la competencia con el mercado laboral
chino, o más bien, qué puede hacerse con las multinacionales que están en China y se
aprovechan de la situación de un país de 1.300 millones de habitantes que está haciendo
recién su revolución industrial, que el mundo occidental hizo hace 200 años. Es más, China
hace lo mismo que hace Chile, ofrece las mejores condiciones para los inversionistas
extranjeros, lo que incluye, evidentemente, que el gobierno chino reprima al movimiento
sindical que se trata de organizar contra las multinacionales…
- Quien lo diría…
M.P.: Quien lo diría, pero claramente eso dejó de ser socialismo hace rato. Pero así ocurre
ahora, hay que estar atento a todos los fenómenos contemporáneos, con el objeto de crear
una gobernanza global en el plano político que tiene que incluir esto; instituciones como
UNASUR o MERCOSUR tienen que crear una ciudadanía latinoamericana que te permita
moverte de un lado a otro sin problema, hay todo un plan, el famoso IRSA (Integración
Interregional de Sudamérica) de los corredores bioceánicos, que está pensado sólo en
función del comercio, del traslado de productos de puerto a puerto que van a cruzar las
amazonas, que van a cruzar tal países, pero… ¿y la gente no se van a mover por esas
carreteras? ¿No van a bajar del Altiplano hasta el puerto de Iquique a buscar pega? Pensar
global significa eso, incorporar el factor trabajo en estos efectos que produce el capital, tal
cual lo anunció Carlos Marx en su Manifiesto. Todo esto que se está produciendo trae todo
este conjunto de cambio y por tanto hay que empezar a pensar en esto, nuevamente en el
internacionalismo, nuevamente en la solidaridad que se perdió.
- Ese es otro tema el tema de la solidaridad. Leyendo uno de los Cuadernos de Investigación
de la Dirección del Trabajo, el N°22 “Flexibilidad Laboral: Las Empresas y Las Personas” de
Magdalena Echeverría y Diego López, se habla sobre la paradoja que en Chile el discurso de
los empresarios hace hincapié en la falta de flexibilidad de la legislación laboral, pero la
realidad es que la ley da plena cabida a la flexibilidad, en temas como jornada de trabajo o
remuneraciones y que siempre tiende a incentivos individuales, no a incentivos colectivos,
reflejo de lo cual es precisamente el sistema de pensiones.
M.P.: Pero si tratan de loca a la Cristina Fernández y la Cristina no ha hecho ninguna locura.
De 400 mil pensiones que está pagando el sistema privado 200 mil las financia la mitad el
Estado, 100 mil las financia completas el Estado y sólo 100 mil las financia la AFP, estonces
¿para qué sirven? Y que es lo que ocurrirá en Chile, con la reforma previsional, el 75% de las
pensiones las va a financiar el Estado.
FIN