El documento discute cómo el lenguaje y las palabras se han vuelto cruciales en la política española, con políticos y grupos que usan marcos y eslóganes para describir la realidad de maneras que benefician sus intereses. Ahora la política se ha convertido más en una guerra de palabras enmarcadas que en un enfrentamiento de ideas, con expertos en marketing político que construyen discursos en lugar de teóricos políticos.
El documento discute cómo el lenguaje y las palabras se han vuelto cruciales en la política española, con políticos y grupos que usan marcos y eslóganes para describir la realidad de maneras que benefician sus intereses. Ahora la política se ha convertido más en una guerra de palabras enmarcadas que en un enfrentamiento de ideas, con expertos en marketing político que construyen discursos en lugar de teóricos políticos.
El documento discute cómo el lenguaje y las palabras se han vuelto cruciales en la política española, con políticos y grupos que usan marcos y eslóganes para describir la realidad de maneras que benefician sus intereses. Ahora la política se ha convertido más en una guerra de palabras enmarcadas que en un enfrentamiento de ideas, con expertos en marketing político que construyen discursos en lugar de teóricos políticos.
La poltica deviene en una guerra de palabras enmarcadas ms que en
un enfrentamiento de ideas FERNANDO VALLESPN 11 JUL 2014 - 10:18 CEST La poltica en Espaa cambi de signo cuando empez a renombrarse la realidad. Los pioneros fueron los grupos del 15-M, con sus magnficas consignas de no nos representan, lo llaman democracia y no lo es, PPSOE, etc. Aparecieron otras expresiones como la de lites extractivas, ciudadanos contra lites, casta, derecho a decidir... Casi sin darnos cuenta el lenguaje de la autoridad se revirti para dar paso a un hbil ejercicio dialctico de desnudamiento del poder en todas sus formas. No es nada nuevo, aunque ahora lo llamen frames o enmarques, que queda ms fino. El ms potente de ellos puede que fuera aquel de Marx de las relaciones de produccin son relaciones de explotacin, que tuviera tanto impacto. Ya sabemos de sobra que nuestro acceso a la realidad se produce siempre mediante palabras, as que su manejo es crucial para que podamos ver en ella unas cosas u otras. De ah que en una sociedad tan mercantilizada como la nuestra predominen los relatos y las definiciones de cuanto acontece a travs de lemas o eslganes similares a los de la publicidad. Acceder o mantenerse en el poder exige, por tanto, que la descripcin de lo existente pueda hacerse concordar con lo que a cada cual interese transmitir en cada momento. Eso lo van aprendiendo todos, hasta Rajoy, que vende su eleccin de alcaldes al partido ms votado como parte de un plan de regeneracin democrtica. A quien le sale de forma casi natural es a Esperanza Aguirre, autora de algunas perlas estupendas, como cuando, al referirse al mismo tema, dijo que la propuesta del Gobierno era mejor que una coalicin de perdedores. O cuando afirm que los candidatos del PSOE eran muy guapos. El mismo Pedro Snchez no se queda atrs al subvertir el sentido de la palabra de moda para pasar a hablar del PSOE como un partido de casta. El hecho es que el mundo de lo poltico se va recubriendo de una espesa red expresiva, mezcla de relatos y consignas construidas. Los expertos en marketing y comunicacin poltica estn jubilando a los tericos polticos, que prefieren construir discursos. La poltica deviene as de forma creciente en una guerra de palabras enmarcadas ms que en un enfrentamiento de ideas. Se piensa para ganar en la batalla de las definiciones del mundo, y eso evita tener que convencer mediante argumentos. No es de extraar que la sede de este nuevo enfrentamiento encuentre un mejor acomodo en las declaraciones intempestivas y en las tertulias ms frvolas antes que en los sesudos artculos de opinin. Como deca el viejo Hobbes, el lenguaje es similar a una tela de araa: Los ingenios blandos y fastidiosos se pegan y quedan atrapados en las palabras, pero los fuertes la rompen. As que, atentos, no nos dejemos enredar.