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A mi madre y hermana

Mis más grandes amigas y complices

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ARGUMENTO

¿Los sueños pueden hacerse realidad? ¡Que alegría! ¿Pero y si son pesadillas?…

Vanessa escribe todas las noches sus pesadillas relacionadas con un hombre lobo, jamás
se imagino que en verdad Marcus el Hombre lobo existiera. Con la llegada de este se
desatan terribles desgracias en la vida de nuestra protagonista y ahora tiene que
enfrentarlas con la ayuda de quien podría matarla de un momento a otro.

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ÍNDICE

Cap. 1 Una Cuentista ………………………………………………………. 5

Cap. 2 Feliz Cumpleaños…………………………………………………… 9

Cap. 3 Beso Escarlata………………………………………………………. 18

Cap. 4 Se Busca……………………………………………………………… 26

Cap. 5 La Amenaza………………………………………………………… 33

Cap. 6 Hombre Lobo……………………………………………………….. 37

Cap. 7 Fuego Azul…………………………………………………………… 47

Cap. 8 Dolorosa Despedida………………………………………………. 64

Cap. 9 Teorías, Teorías……………………………………………………… 75

Cap. 10 Club Moon………………………………………………………… 92

Cap. 11 Odio Puro………………………………………………………….. 104

Cap. 12 Un Loki……………………………………………………………… 127

Cap. 13 De Viaje……………………………………………………………. 141

Cap. 14 Luna Rota………………………………………………………….. 156

Cap. 15 El Enemigo…………………………………………………………. 178

Inmortalidad………………………………………………………………….. 193

La Autora……………………………………………………………………… 196

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CAP.1 UNA CUENTISTA

Cuando las notas del corazón paran;


el universo da un silencio a la canción
que se perdió.

Abro los ojos lentamente, aún puedo sentir el sabor de la sangre en mi boca y el olor
impregnado por todo mi cuerpo, "es una delicia", al recordar los gritos que dio cuando
empecé a destrozar su carne lentamente y la manera en que se abrieron sus ojos por la
sorpresa cuando vio su final. Inocencia y virginidad dos palabras que nunca encontraré
en un cuerpo, lamentablemente este solo era virgen, y el gozo de asesinar se incrementa
cuando veo los rastros de lo que fue una bella chica y de lo que ahora es, están ahí
tirados aclamando venganza, la cual nunca llegará.

¿Lo que mas me gusta de mis presas?cuando huyen claro esta, me encanta perseguirlas
mientras corren por sus vidas, no se dan cuenta que es imposible escapar, no hay salida y
aun así creen poder vivir; y cuando tomo su corazón en mis garras y veo como toca su
ultima nota, la audiencia aplaude y hago una reverencia por tan gran actuación. Este soy
yo, mi nombre es Marcus. Y soy un Hombre Lobo, espérame que pronto tu y yo nos
conoceremos y haremos música para el universo...

Vanessa dio un gran suspiro al terminar de escribir su cuento de terror; su representante


había hablado con ella hace tres días y le había advertido que tenía que entregar el
tercer borrador de la historia para las correcciones que se harían luego. Aun tenía 17 años
y ya era una escritora, joven, pero era escritora, su primer libro era un cuento llamado
"Marcus el Hombre Lobo", y fue tan popular entre los jóvenes de su ciudad que la editorial
se intereso y decidió sacarlo a la venta; era un libro tétrico acerca de ese asesino
sanguinario y ella lo detestaba pero por extraño que parezca no podía dejar de escribir
acerca de él, desde que tenía memoria había soñado o mejor dicho tenía pesadillas con
ese mounstro y para que lo superara el psicólogo de su mamá le dijo que podía escribir
acerca de sus pesadillas y que así estas desaparecerían, GRAN ERROR, estas nunca
desaparecieron y cada vez eran mas vívidas, así que opto por escribirlas como si fueran
pequeños cuentos de terror pero todos con un protagonista, MARCUS el hombre lobo.

- ¿Porqué rayos le habré nombrado Marcus? - Vanessa arrugo la frente cuando miró los
últimos párrafos - Vaya que tengo imaginación de niña de siete años - seguía encorvada
en su pequeño escritorio, se levanto lentamente mientras volvía a leer el borrador y
camino en círculos hasta que se acostó en su cama y desparramo todas las hojas al
rededor - ¡Maldita historia de boberías!, ¡malditos los de la editorial! y ¡MALDITO HOMBRE
DE MIS PESADILLAS DEJAME EN PAZ!

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-¡VANESSA TE ESTOY OYENDO MALDECIR HASTA LA ESQUINA! ¡Sera mejor que controles tu
boca! - Grito su madre desde el primer piso.

- ¡Se Ma, ya te oí! - y cerró la puerta de un trancazo - eso me pasa por andar escribiendo
antes de la comida, todo mundo esta de mal humor - dijo mientras se volvía a acostar en
su cama y contemplaba todas las hojas esparcidas como lluvia de letras.

Ciertamente estaba de malas ese día en especial; mañana cumpliría los dieciocho años y
tenía un mundo de tarea por terminar, no solo de la escuela, también de su "trabajo" si se
le podría decir así; realmente no iba hacer un cumpleaños fabuloso ni tampoco
interesante, la escuela no le era complicada pero si muy tediosa a veces, sino fuera por
sus amigos que la hacían reír todos los días sería otro zombi mas sumido al yugo escolar.

Con sus pensamientos atrajo el rostro de su mejor amigo. Esteban de seguro estaría
rompiéndose la cabeza estudiando en casa para pasar y las pecas en su nariz se
arrugarían por tanta concentración, y si cada que se enredara el cabello pelirrojo o de
"zanahoria" como decía Bety era seguro que estaba apunto de mandar todo por el mal
camino y ponerse a jugar Nintendo; y esto ultimo fue suficiente como para sacar una
sonrisa de los labios de Vanessa,por que el sólo pensar que mañana ambos se estarían
pasando copia de Bety prometiéndole que estudiarían mejor y que serían buenos chicos
era algo que valia la pena disfrutar, su pobre amiga siempre les miraba con reprobación,
pero terminaba dándoles copia a ambos en lo que no sabían.

Vanessa se paró y volvió a su escritorio a regañadientes saco sus apuntes de su mochila


negra y empezó a estudiar, no fuera que Bety esta vez no se tragara sus juramentos.

Otra vez estaba soñando. Si definitivamente era un sueño por que nunca en su vida
pondría un pie en un cementerio y menos de noche, el aire helado le quemaba la cara y
los dedos de sus pies y manos se encontraban rígidos; claro que eso no era lo peor de la
situación, sino que al verse mejor noto que traía puesta una bata blanca que se ondeaba
suavemente con el aire, - "por que mejor no vengo desnuda, estúpida bata" - pensó, lo
que la irritaba mas era que no podía despertarse, aun no, por que él tiene que aparecer
para que ella termine gritando en su recamara como cada noche - "por que no te apuras
y me asesinas de una buena vez, tengo sueño" - repitió de nuevo en su mente; era claro
que esta vez había tardado - "nunca tarda" - se dijo a si misma, caminó unos pasos
lentamente entre las lapidas y los montones de tierra que se encontraban enfrente de
estas, para ella esta clase de ambiente ya no le era desconocido, no le temía después de
verlo por tantos años, tantas noches.

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- ¡Crack!

Vanessa se paro en secocuando pasaba por una lápida con la figura de un angel, hace
solo unos momentos había escuchado como se quebraban las ramitas del suelo, como si
alguien las hubiera pisado, ¡esto era suficiente! ya no la intimidaría le gritaría que había
llegado a su límite, se volteo rápidamente pero ya no había nada las tumbas seguían tan
silenciosas y solemnes, era como si él no estuviera dispuesto a aparecer, eso la enfureció y
la sacó de sus casillas.

- ¡Muy bien monstro estúpido! - gritó a la nada - ¡sino vas a aparecer tengo algo que
decirte!- sus mejillas se estaban calentando por la ira que la embargaba, ya no sentía frio,
era calor, calor de ira - ¡Esta será la ultima vez!, ¡Me oyes! - agito sus brazos - ¡la ultima!
¡Adiós pesadillas! – su voz no pudo sonar mas despreciable

- Adiós

Vanessa casi salta del susto al sentir su aliento en la nuca, al voltear lo vio estaba ahí
parado, pero era extraño, tenía otra presentación, siempre había soñado con él y lo único
que podía ver era un monstro sediento con los ojos inyectados en sangre que lo hacía
atemorizante, pero esta vez había un enorme cambio el hombre lobo lucía diferente y sus
ojos ¡vaya que habían cambiado! eran de un verde arrebatador, su rostro ya no estaba
contraído por el habré de asesinar, sino por una sonrisa llena de paz que le transmitía
cierta simpatía, pero aun con todas estas señales no bajo lo guardia.

- Ahhh... he dicho que ya..... - Maldita sea estaba titubeando frente a él -"debes dejar de
maldecir" - se dijo mientras ordenaba la ultima frase - ¡ya no te tengo miego!

- ¡Excelente! - Dijo el asesino sonriendo aun mas - pronto haremos música juntos - y
lentamente se acerco a sus labios y susurró junto a ellos - muy pronto

- ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

El grito que dio lo sintió correr desde el fondo de su estomago y surgir en su garganta en
un minuto, eso fue suficiente para despertarla y dejarla aturdida por un momento,
mientras reconocía su cuarto y prendía la lámpara, noto había oscurecido muy rápido.

- Lápiz y papel, lápiz y papel - empezó a manosear sin poder encontrar en el buró -
¡maldita sea! es que nunca tendré algo a mano - se paró rápidamente y aun nerviosa por
lo que acababa de ocurrir con las piernas temblando; se sentó en su escritorio y encontró

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lo que buscaba, tenía que escribir lo que había soñado, pero en vez de empezar a
plasmar las letras en el papel; se toco el rostro desesperadamente y entonces salieron
palabras de sus labios con gran sinceridad, la cual no había tenido en años y sintiéndose
como una niñita de siete años susurró - ¡tengo miedo!

Escribió toda la noche, no se paró a comer o tomar agua y ahora tenía mucha sed, pero
no podía despegar el lápiz del papel, y bien sabía que si no terminaba no podría dormir
en paz. Al terminar los últimos detalles de la pesadilla o ¿sería sueño?, - "lo que sea"- , se
paró del escritorio y busco en los cajones de su closet blanco su computadora portátil; su
editor le había sugerido que escribiera todo a mano y luego lo pasara a computadora
para asegurarse que no se perdería la información, a Vane eso no le molestaba pero
tenía que ponerle una contraseña a sus archivos para que nadie viera lo que estaba
escribiendo, y es que ni sus amigos sabían que ella era la que escribía acerca del Hombre
lobo mas famoso del momento, se había encargado que los de la editorial ocultaran su
nombre por unas iníciales "V&M" para ser exactos y hasta el momento nadie había
descubierto su secreto y esperaba que siguiera así, por que no encontraba la forma de
decirles a sus amigos : -"oigan chicos ¿adivinen que?, soy la sádica que escribe los
cuentos de Marcus" - no, definitivo nunca se los diría.

- Bien he terminado - dio un bostezo y apagó la maquina, dio unos traspiés y la guardó en
su mochila, mañana tendría que llevarla a la escuela. Lentamente se quedó dormida y
para su grato alivio no soñó con Marcus otra vez, bueno antes de cerrar sus ojos el rostro
del otro Marcus se proyecto en su mente y entonces se rindió. - bien cuando menos ahora
ya no pareces humanoide - le dijo al rostro moreno y de ojos verdes que sonreía con falsa
malicia.

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CAP 2.CUMPLEAÑOS FELIZ

Nuestros corazones son fuego


como tu guitarra eléctrica y mi voz

- ¡A CALLAR QUE HE OIDO EL GRTERIO!

Vanessa estaba de mal humor y que razón tenía, pués sus padres la levantaron junto con
su hermano menor a las 4 de la mañana a cantarle - "Feliz Cumpleañoz a ti, feliz
cumplea..." - , pero ella ya estaba harta, no era que le molestara, ya se había resignado
cada año era igual y lo peor de todo era que por costumbre tenian que tomarse una foto
junto al festejado a esa hora de la mañana y eso ya no era normal, mucho menos para
Vane que tenía que dormir pues iba a la escuela y el escribir de noche realmente la
agotaba, pero su familia nunca había sido comprensiva con ella.

- ¡Ay vamos mi vida la foto del recuerdo! - Su padre suplico con los ojos de cachorrito que
tanto destestaba por que terminaba por convencerla - Vamos son tus diesiocho años
debes ser feliz - terminó mientras agarraba la camara instantanea y se colocaba junto a
su mujer y su hijo a lado de Vane

- Me ves feliz - Constentó ella rechinando los dientes con su cabello enredado estilo nido
de pajaros

- Mi niña ya eres una mujercita - Su madre era muy emotiva y siempre lloraba en todas las
fiestas eso no era nuevo, Vane puso los ojos en blanco mientras le daba palmaditas en la
espalda -¿Quién necesita de quién?- pensó sarcasticamnete.

- Abazo mani - Teo su hermanito de 3 años alargó sus brasitos para felicitarla; eso fue lo
ultimo pues no podía resistirse a Teo, así que se dio por vencida, de todos modos nunca
podría cambiar de familia.

- Muy bien familia ¡SONRIAN! - Su padre sostuvo firmemente la camara y tomo la foto
sonando un "click" y un flash que podría dejar ciego al mismo San Pedro - Listo ahora a
ponerla en el refrigerador y....

- Nada de eso alguien la puede ver - rapidamente Vanessa le quitó la foto y la escondio

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bajo su almohada - Y ahora vayanse a dormir que todavía no canta ni el gallo – les incito
a salir con desgana

- Ok mi amor - su padre y su mamá la abrazaron muy fuerte mientras Teo le daba un beso
baboso que solo el podía. - Que duermas bien - se oyo a su padre que cerraba la puerta

- Si - y puso los ojos en blanco - trataré...

Vanessa sonrío por todo el show desde su cama y rapidamente sacó la foto de bajo de su
almohada. Al examinar la foto noto a la familia feliz de cuatro integrantes: Su padre, que
tenía los lentes puestos y sonreía de oreja a oreja, era común que llevara los lentes a todas
partes realmente si no tuviera lentes su padre no destacaria era un hombre muy simple,
cara alargada de estatura normal de 1.78 cm, cabello negro como la noche y su piel
morena canela con ojos café claro; vaya que era distinto a su madre, ella en cambio
parecía la mujer mas elegante del mundo, su cara redondeada, ojos cafes y cabello
castaño, y lo mas hermoso su piel tenía el color de la leche, su hermano no estaba lejos,
era igual a su madre pero sus ojos eran los de su padre; pensó y se dijo -"Yo igual tengo los
mismos ojos" - se observó en la fotografía era la unica que sonreía con dificultan y se
notaba, tenía el cabello castaño oscuro con mechones morados, cara alargada, y piel
apiñonada, no se parecía a sus padres pero si a su abuela, era igualita a cuando era
joven; lo bueno es que había crecido bastante y es que medir 1.60 cm en su familia era
considerado un logro pues su mamá era de baja estatura. Observó un poco mas la
fotografía, buscó un plumón de nuevo entre su mochila negra - "por que tengo todo
metido en esta estupida mochila" - suzurró, abrió el plumón y escribió en la parte de abajo
de la foto.

Felíz Cumpleaños
18 Años
23 Marzo

Un poco mas tarde en la mañana la familia desayunó lo mas rápido posible, Vanessa
tomaba un plato de cereal, mientras su padre comía un bollo que su mamá había
preparado la pasada noche; Teo aun dormia en su cuna pues todavía no entraba al
kinder y su mamá estaba preparnado su desayuno para que Vane lo llevara a la escuela,
su madre era fotografa independiente así que practicamente su trabajo lo hacía en casa,
su padre era contador y tenía que irse a la oficina que había puesto con un compañero y

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les estaba empezando a ir bien, pero al parecer Vane vio que no llevaba mucha prisa,
pues comía su pan muy lentamente.

- ¡Papá apurate! - gritó Vane con lo que casi hizo que su padre tirara todo su café encima
del traje.

- ¿Pero que te pasa mi vida? - su padre se levanto y colocó los trastes en el lavador
divirtiéndose con la expresiónde su hija

- Es que te ves tan relajado que pareciera que no llevas prisa – Vanessa se terminó las
ultimas hojuelas de cereal

- Jajajajajaja

- ¿Cual es la risa? - frunció su entrecejo

- Mi pequeña no seas tan gruñona y tranquilizate ya parece que eres tu la que trabaja

- Pero querido ella trabaja - Su madre había intervenido dulcemente mientras le daba su
almuerzo a Vane - Ella es una escritora - dijo con orgullo

- Es verdad - sonrío su padre -"por que no dejas de sonreir"- pensó ella - y dime pequeña
¿estas lista para Estudiar Letras en la universidad?

-¡¿Estás loco?! - Vanessa se paró y agarró su mochila

- ¿Por que no? - su padre parecía sorprendido con su declaración - eres la escritora mas
joven que he visto en mi vida y tienes mucho éxito con tu historia de Terror ¿no es asi?

- Eso no tiene nada que ver Pa'

- ¡Pero si te gusta!

-¡No me gusta solo lo hago para sacarme esas malditas pesadillas de la cabeza!

- No maldigas Vanessa - Su madre intervino de nuevo con una mirada reprobatoria

-Vale, pero miren creo que tengo que decirles algo - Miró a sus padres a los ojos mientras

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apoyaba las manos en la mesa - ¡YA- NO- ESCRIBIRE- MAS! – dijo estirando su boca con
cada palabra

-¡¡¿QUE?!!! - se oyó las voces de sus padres por toda la casa

- Como les dije, ya no. He dejado de tener pesadillas, ayer fue la ultima asi que le dire a mi
editor que fue un placer y que mi carrera como escritora a llegado a su fin – zanjó el
asunto

- Pero...

Antes de que su padre le siguiera con palabras de reflexión Vanessa ya había salido
corriendo de su casa y llegado a la esquina. Realmente no sabía si sería la última
pesadilla, pero era definitivo que dejaría de escribir de una buena vez, ya estaba
decidido. Caminó en silencio por una cuadra mas, su escuela se encontraba 5 cuadras y
entraba por atrás, pero una voz la interrumpió de sus pensamientos.

-¡Hey! espera Vane

- ¡Si! no camines tan rapido

Vanessa se dio cuenta que no era una voz eran dos y sabía perfectamente de quieres
eran. Esteban y Bety casi se caen de cansancio para seguirle el ritmo y cuando el primero
recuperó el aliento empezó a hablar.

- ¿Por que rayos no esperas a tus amigos? - El entrecejo fruncido de Esteban hacía que se
viera como un diablillo pelirrojo de mal humor - ¡eres muy mala!

- No me importa ser mala asi me quieres ¿no? - dijo alzando una ceja

- Si no te quisiera me valdría...

- Bueno ¡YA! - Bety se puso enfrente de los dos - No van a empezar a regañarse ¿cierto? –
ambos se encogieron de hombros y siguieron caminando

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- No para eso estas tu cielo - contesto Esteban que le gustaba ver a Bety sonrojarse

- ¡Aja! muy chistosito ya veremos si te ayudo en el examen - Respondío esta volteandose y


alzando la cabeza fingiendo ofensa suficiente para que Esteban se retractara
rapidamente

- Perdona soy un burro - Miró a Vanessa disimuladamente - Aun no encuentro mi cielo y


por eso lo confundo contigo - Ni Vanessa y Bety vieron su expresión de frustrasión cuando
Esteban observo que la primera tenía la vista fija en el suelo - T e vas a caer y no te piendo
ayudar en levantarte

-¡Ah! perdón no escuche - Vanessa lo miró inquieta - ¿qué decías? - Esteban bufó hacia
un lado y empezó con otro tema

- Dime Bety, ¿que tal el libro? - comentó interesado

- ¿Cu-cual libro? - Vanessa empezó a sentir un nudo en el estomago

- Pues cual mas amiga, ¡Marcus El Hombre Lobo!

- No sabía que te lo habías comprado...

- Perdón Vane pero como se que a ti te cae mal ese libro, - miró a Esteban - él y yo fuimos
a comprar unos ejemplares para cada uno - cada uno tomo una mano y se las
empezaron a agitar como señal de disculpa

- ¡PERDONANOS, ERA MUCHA LA CURIOSIDAD, PERDONA! - gritaron al mismo tiempo

- ¡Oh ya esta bien!, no soy nadie para prohibirles algo - pero los miró con reprobacion justo
como lo hacía Bety en los examenes - ¿pero que le ven las personas a ese libro tan
horrible? - se solto y caminó. Ya habían llegado a la escuela y los alumnos se empezaron a
ver por todas partes

-Pues que es el libro del momento y todo mundo dice que esta buenísimo - Dijo Belén
entusiasmada - hasta en el salón hablan de el.

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- Es verdad, aparte el escritor es muy bueno las historias son muy interesantes y... - pero
Esteban fue inerrumpido

-¡¿Interesantes?! - dijo con un tono histérico Vane en su voz - pero si es un libro de sangre y
muerte como puede ser que sea interesante

- Pues lo es- dijo Belén y mientras se sonrojaba - sobre todo el personaje principal

- Aja - Vane puso los ojos en blanco - me han dicho que es un sanguinario asesino, eso no
te educa ¡te deprava!

- A mi me gusta que me depraven jajajajaj - rio Esteban

- Chistosito - Vanesa le enseñó la lengua

Llegaron al tercer piso donde se encontraban sus salones para tomar las clases, todo
estaba alborotado de chicos y chicas con uniforme parloteando de aqui allá mientras
tocaban la campana y Vane se despidio de sus amigos ya que ella hiba al Bloque de
Humanidades, Esteban al de Fisicos y Bety a Económico, y sus capacitaciones las
tomaban juntos.

- Bueno ahi los veo al rato

- ¡Ok! y por cierto bruja - gritaron juntos a todo pulmón - ¡Cumpleaños Feliz! - Con esto
llamaron suficiente la atención para que todos la miraran extrañados y la hizo meterse
como una bala al salón

- Debería golpear a alguien por cada felicitación dada - gruñó mientras se dirijia a su
asiento

Vane estaba a punto de sentarse cuando alguien inesperado la agarró por la mochila, la
volteó para su sorpresa y le dio un beso en los labios.

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- ¡¡PERO QUE TE PASA CARLOS!! - Vanesa casi lo golpea pero él fue más rapido y salió
huyendo hacia la otra esquina del salón.

- ¡Ay vamos Vane! - su sonrisa picara estaba radiante - no me digas que no te gustó - le
dijo mientras guiñaba un ojo

- ¡PARA NADA ESTUPIDO! - Lo amenazó con el puño y se limpió la boca con rapidez

- ¡Eso te pasa por ser mala y no decirnos que es tu cumpleaños! - gritó este. En ese
momento todos sus conpañeros del salón voltearon y con una sonrisa maligna se
hacercaron a ella paso a paso con las manos levantadas como si fueran a destrozarla a
su forma de ver.

- Ni se les ocurra - puntializó Vane que ya se estaba dirigiendo hacia su lugar con mucha
precaución, pero choco contra alguién en el momento que planeaba huir

- ¿Qué no se nos debe ocurrir? - preguntó Francisco, su compañero y el chico mas alto de
la escuela, - Acaso no quieres que hagamos esto ¡EH! - exclamó mientras la abrazaba por
atrás y la alzaba del suelo - la tengo chicos ahora ¡abrazenla! - y como si fueran sus
soldados todos la empezaron a felicitar y a desearle un feliz cumpleaños, a Vane no le
quedo remedio más que esperar a que todos la felicitaran uno por uno mientras Francisco
y Carlos cantaban "Feliz, Feliz día".

Luego que pasó todo el alboroto y el maestro los hubo calmado, despues de felicitarla
también, Vanessa se sentó y empezó a buscar su libreta, cuando se disponía a escribir
sintió tres miradas curiosas que la observaban divertidas.

- Muy bien. - volteó al frente y vio a Carlos que sonreía como siempre, lo cierto era que su
compañero era un buen tipo no eran muy amigos pero si grandes compañeros, era
moreno y sus ojos eras cafes pero su sonrisa era su principal atractivo, ademas era muy
atletico y cuando jugaban juntos al futbol la dejaba ganar lo que le sumaba puntos para
llegar a ser su amigo - ¿que deseas?

- ¿No vas a pedir tu regalo? - preguntó Francisco, el se sentaba atrás de ella, cuando
llegarón al salón por primera vez ella había llegado tarde por quedarse dormida y al llegar
a la escuela se tuvo que sentar atrás de él, lo cual le había dado problemas pero al verlo
tan alto le daba un poco de miedo preguntarle si le cambiaba el lugar, al final fue él
quien se presentó y le sugirió el cambió cuando luego noto la diferencia de estaturas, eso

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hizo que Vane lo observara mejor, era rubio y sus ojos eran negros o bueno eso parecián
por que no se atrevía a mirarlo mas atentamente, con el tiempo descubrió que era un
buen tipo - anda pídelo

- Por si no lo saben no espero ningún regalo por eso no dije lo de mi cumplea...

- Enserio que eres obstinada Marcel - Vane miró a su lado y vio a su mejor compañera de
todo el salón

- No me digas que les estas siguiendo el juego Belén - la miró con reprobación. Belén era
una chica muy divertida, aunque casi no se juntaba con nadie por tener una reputación
de pandillera, desde el primer momento que se hablaron se cayeron bien, Belén era
relajada lo cual a Vane la tranquilizaba, ya que cuando tomaban la clase de Calculo
Extra con Bety y Esteban (unica clase de capasitacion donde se encontraban) era Belén
la que los relajaba en el salón y se encargaba de entretener al maestro con preguntas
mientras ellos copiaban lo que no sabían. Si Belén era genial a pesar de ser pandillera.

- En esta ocasión dejaron su miedo y me hablaron para regalarte algo - miró a Carlos el
cual tuvo un leve temblor y no precisamente de frío - jajajajaaj ves son tan gallinitas –se
burlo con el típico brillo en sus ojos

- Bueno Belén ¡daselo ya! - Francisco señaló a Vanessa y Belén buscó entre su mochila,
que realmente no traía muchos libros, era una chica practica, pero eso no se reflejaba en
su atuendo, cuando estaba en la escuela el uniforme era muy impecable, pero cuando
salia con sus patinetos de pandilla su transformación era total, su pelo negro en coleta se
lo soltaba, se ponía rimel y lapiz delineador lo que realtaba sus ojos y sus labios de color
rosa, si que era diferente de Bety que llevaba su cabello corto y casi no se ponía
maquillaje, pero ambas tenían una piel blanca como la de su madre.

-Aquí lo tienes nena - Belen le entregó un paquete cuadrado envuelto en un papel negro
con brujitas alrededor plateadas y un moño del mismo color

- ¡NEGRO! - exclamó Carlos - ¡pero si acordamos que sería rosa!

- Tu no ibas a envolverlo asi que callate - lo reprobo Belén con una mirada asesina que lo
dejó helado

- ¡Vamos abrelo ya! - Francisco animó a Vane.

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Por un extraño presentimiento Vanessa al desenvolver el regalo repetía en su mente con
voz ferviente - "que no sea lo que pienso, que no sea lo que pienso, que no...." pero sus
dudas terminaron callandola y confirmandole que este cumpleaños no sería un
"CUMPLEAÑOS FELIZ", cuando vio uno de sus ejemplares de "MARCUS EL HOMBRE LOBO"
sostenido por su manos y muy en su interior sintió como este con satisfacción sonreía al
parecer con ironía como estaba en ese momento ella.

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CAP 3. BESO ESCARLATA

La batería de tú corazón
toca el solo de nuestro amor
y se funde con mi alma.

Ahora caminaba sola por la calle rumbo a casa, se sentía pesímo y no era de
sorprenderse después del día nefasto que se había hecho pasar en la escuela a ella y sus
amigos: primero al destapar el regalo de Carlos, Fran y Belén había puesto cara de pocos
amigos y les dijo que su regalo era pésimo que mejor no le hubieran dado nada si era
para que le regalaran porquerías, eso había traido sus consecuencias aparte de que él
maestro la mando a la direccion por escandalosa Belén no le habló en toda la clase de
capacitación y el resto del día, Francisco se apenó tanto que ya ni la miraba y Carlos de
plano le estampo el balón de Futbol en la cara en clase de deportes mientras le gritaba
"malvada", por lo que lo enviaron a dirección y lo suspensieron; esta situación no había
sido lo peor pues mañana sin falta les pediría perdón, al fin y al cabo ellos no eran los
culpables; pero por lo cual caminaba sola era por la discusión que acaba de tener con
Esteban y Bety y ese recuerdo le amargaba el camino de regreso. Todo ocurrió al final del
día hace unos momentos.

- Hola preciosa - Esteban la abrazó a la salida pero vio la cara de pocos amigos que tenía
Vanessa - ¿qué sucede? - frunció sus cejas y miró mejor. Entre las manos de Vanesa venía
un ejemplar de "MARCUS EL HOMBRE LOBO" y sus manos lo apretaban tanto que parecía
como si quisiera ahorcar el libro - ya veo - Vanessa se limito a seguir caminando cuando
Bety hizo la pregunta menos apropiada.

- Y que tal ¿ya lo leíste? - Bety casi se cae de espaldas con los gritos que profirió Vanessa
llena de furia

- ¡¡¿QUE SI ME GUSTA?!! - Gritó histerica mientras Bety y Esteban se encogian - ¡¡CREES QUE
SOY ESTUPIDA PARA LEER ESTO!! ¡CREES QUE ESTA ASQUEROSIDAD ME LLEGUE A GUSTAR
ALGUNA VEZ!! - dijo señalando el libro

- Vamos Vane tranqulizate - la trató de calmar Esteban - si lo lees tal vez te guste ¿no? -
Vanessa lo vio con tal odio que él tuvo que esquivar su mirada

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- No me vengas con estupideces - Vanessa se paró en seco frente a él

- Bueno nosotros pensamos que te gustaría - Esteban sin querer había agregado lo ultimo
pero fue suficiente para que Vanessa explotara

- ¡¡¿TU LES DISTE LA IDEA?!!

- Bueno yo.... - Esteban se había puesto rojo y miraba con insistencia a Bety que estaba
igual de nerviosa

- ¡¡ESCUCHAME BIEN!! - se hacercó a él - ¡¡GUARDATE TUS OPINIONES PARA ALGUIEN QUE


REALMENTE TE TOME ENCUENTA!!, ¡¡TE REGRESO TU GRANDIOSA IDEA!! - y con esto le lanzó
el libro a los pies.

En ese momento Vanessa reaccionó a lo que acababa de hacer a su amigo, miró y


esperó pasiente la respuesta de Esteban, esperaba que le gritara como siempre y la
pusiera en su lugar, pero se dio cuenta de que tan grave habían sido sus palabras cuando
este se quedó callado, se agachó tomó el libro y salió coriendo con la cabeza baja. En
ese momento Vanessa se sintió peor que su personaje asesino.

- ¡Esteban espera no quise decirte eso! - Vanessa iba a correr tras de él pero Bety la
detuvo

- No vayas - Bety la veía con ojos compresivos, tal vez solo Bety era la unica que no se
había sentido ofendida para no verla con desprecio - iré yo y hablare con él cuando se
calme, tu regresa a casa - y diciendo esto corrió para alcanzar a Esteban dejando a
Vanessa con un gran sentimiento de culpa.

Al llegar a su casa su madre la recibió con un gran abrazó pero al ver su expresión vacía
se asuStó un poco, pero no preguntó, no le pareció el mejor momento; esto lo agradeció
Vanessa pues no quería explicar nada. Su padre llegó en la noche con un gran pastel de
moras rojas, lo partieron entre los cuatro, jugó un poco con Teo a los piratas y luego se fue
a su cuarto para terminar la tarea. Tuvo que sonreír para que su padre no se preocupara,
no le gustaba eso, pero al llegar a su recamara se acosto boca abajo en la cama y lloró
contra la almohada por ser tan estupida. Y se quedó dormida.

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Se encontraba en el cementerio de nuevo, estaba soñando... pero este sueño era
diferente, este sueño lo había provocado ella, eso lo sabía bien se sentía tan culpable que
deseaba castigarse de una forma para ya no sentirse tan miserable. El ambiente era
oscuro y frio como en todos los sueños, solo faltaba el protagonista de ellos. No sabía por
que pero supo que él estaba parado de tras de ella en el momento que se volteó al oir un
ruido. Ahi estaba. Marcus el Hombre lobo estaba herguido sobre sus patas traseras, tenía
la forma humanoide que la aterraba, sus ojos no podían estar mas inyectados en sangre y
su boca marcada por sus cormillos sobresalientes, en ella había sangre también - "acabas
de matar" - pensó, el humanoide caminó hacia ella con toda la seguridad que esta vez
ella no escaparía - "vamos entierra bien tus colmillos amigo" - Vanessa estana aterrada,
quería correr pero no podía, este sueño ella lo estaba provocando asi que aguantaria de
pie hasta el final con los ojos cerrados, - "¿Porqué te torturas asi" - al oir la voz Vanessa se
sobresaltó y abrió de golpe sus ojos, en vez de ver a la bestia, vio a un hombre joven con
las ropas desgarradas y manchado de sangre, hasta en su boca se veía la sangre viscosa
escurrir, su cuerpo al que se aderían los restos de ropa era grande, sus brazos y piernas
parecían los de un atleta - "Hay que estar en buen estado para cazar" - habló de nuevo
con mas suavidad o precaución, su voz era grave pero sus ojos eran los mas
impresionantes, seguián tan verdes, llenos de misterio, de magia.

Su corazón empezó a palpitar cuando el se acercó un poco mas hasta que sus cuerpos
quedarón casi pegados, era terriblemente alto, pero al ver sus ojos eso dejo de importar,
este Marcus ya no le daba miedo.

- Eso es una ventaja para mi niña - su voz se alzó en el silencio, y resonaba tan bien con el
ambiente que parecía que hacía musica con ella

- No soy una niña - Vanessa se sorprendió al escucharse ella misma, pero el joven sonrió
con ironía, mientras bajaba su rostro a la altura de ella

- Si, ya no eres mi niña - sonrió y sus dientes brillaron con malicia - ¿pensé que ya no
querias soñar conmigo? - Vane abrió mucho los ojos. Era verdad ella lo dijo la pasada
noche.

- Dije que ya no escribiria más – le corrigió

- Entonces... -la sujetó por los brazos fuertemente y la alzó hasta que ella quedó a la altura
de su rostro - ¿puedo hacer música con tu alma?

- ¿Mú-música? - le dolían las uñas de él que se estaban enterrando como garras en su


carne suave - ¿me matarás? – Se atrevió a preguntarle

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- No - la acercó a su boca peligrosamente- esta vez no me divertiré de esa forma con mi
presa, - su boca casi pegaba con la de ella. Vanessa estaba paralizada podía oler la
sangre que estaba en los labios de él. La sangre y el olor de él - Quiero que termines con
mi historia

- ¡¿Qué!? - Vanessa no sabía que pensar, era como si su pesadilla hubiera tomado las
riendas de nuevo

- Terminala - y la acercó un poco mas - necesito de ti - un leve gemido de frustración salio


de la boca de Vanessa cuando el la besó.

Estaba sorprendida por lo que estaba pasando, ella nunca se hubiera imaginado que un
besó pudiera ser tan intenso, ella habían besado antes a los chicos ya no le era
desconocida la boca de un hombre, pero esta se movia contra sus labios de forma
exigente, agresiva y poco amable, era un beso extraño, podía sentir la textura y sabor de
la sangre que se mezclaba con el aliento de los dos, era tan fuerte las reacciones que
estaba recibiendo que su cerebro estaba bloqueado, ¿estaba permitiendo eso?, y
entonces como si una voz la llamara desde su interior empezó a patearlo - "estupida, a él
no le dolerá"pensó y como si su boca hubiera abvertido lo sucedido, lo mordió con tal
fuerza que el soltó un alarido, aun asi solo la apartó de él de una manera brusca pero no
la dejo caer, ella estaba furiosa quería sacarle los ojos, cuando él alzó su cabeza esperó a
ver su cara llena de ira asesina pero se sorprendió al verlo sonreir de oreja a oreja.

- No eres una chica facil ¿no? - Vanessa lo miró furiosa - Eres fuerte, eso me gusta
cuentista - Y todo terminó

Estaba sentada afuera de su casa, se había levantado temprano para esperar a sus
amigos, - "si es que todavía quieren serlo" – pensó. La mañana estaba fresca y aun no
amanecía, las calles se veían vacías, - "tal vez no vendran por mi"-, abrió su mochila y
tomo su libreta de apuntes, empezó a escribir todo lo que había soñado ayer y al terminar
examinó todos los detalles, no era mucho pero fue la pesadilla mas extraña, y eso que ella
sabia de lo extraño, aun podía sentir el sabor de la sangre por su lengua, al darse cuenta
que seguía pensando en el beso se sintió enferma.

- ¡Maldito perro! - mascullo para si

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- ¡Hey sigues enojada! - la voz de Esteban la hizo voltear rapidamente, al verlo vio que
tenía el ceño fruncido -"Me gusta que frunsas tu ceño"- se dijo sin palabras

- Perdona por la mala idea - Bety hablo quedamente; tomaba la mano de Esteban
fuertemente como esperando que Vane explotase de nuevo eso hizo sentirla el ser mas
despreciable del mundo, hacía sufrir a sus amigos por cosas que ni sabían, ellos no eran
culpables.

- Discupenme ambos - Vanessa se paró y agachó la cabeza - se que soy una amargada,
no soy muy lista, soy gritona y enojona - Esteban y Bety la miraban como si no la
reconocieran - eso no me hace una buena amiga

- No digas - Vane alzó la mano para callar a Esteban que al parecer no le gustaba verla
así

- Porfavor dejame terminar - Los miró a los ojos con toda la sinceridad que podía dar en
ese momento - pero quiero decirles que son los mejores amigos que una tozuda como yo
pueda tener y que no se merece que le sigan hablando

- Eso es verdad - Esteban la miraba de una manera extraña como si quisiera penetrar su
cabeza, su alma y descubrir sus razones verdaderas; pero asi como la vio su mirada
cambió rapidamente y una sonrisa enorme iluminó sus ojos almendrados - ¡Bueno que
esperamos abrazo grupal! - en ese momento todos se abrazaron fuertemente, - "no quiero
separarme de ellos ¡jamas!" gritó en su interior Vanessa

***

Ese día en la escuela fue muy largo, y el mas dificil, tuvo que presentar examenes y
disculparse con Fran, Belén y Carlos; al primer no fue dificil convencerlo y la perdonó, pues
no era la clase de personas que busca que otras se disculpen hasta por debajo de la
banqueta, Belén estaba realmente ofendida y le prometió unos boletos para un concierto
acambio de que ya no estuviera enojada -"Seras mensa Marcel"- le dijo mientras la
abrazaba y en cuanto a Carlos tuvo que ir hasta su casa al final de clases para pedirle
perdón, los padres de Carlos creyeron que ella era su novia por que este la abrazó y beso
por toda la cara como si fuera un milagro y de muerta hubiera revivido, tuvo que calmarlo
y pedirle disculpas, Carlos le sonrió y antes de cerrarle la puerta en la cara le dijo -"No te
preocupes ya veré como cobrarmelas luego linda" - mientras guiñaba un ojo.

- Seras creído - alcanzó a decir

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Camino a casa y se encontró con Esteban, este estaba sentado en la esquina antes de
llegar, al parecer muy pensativo y taladraba el asfalto como si quisiera hacer un enorme
hoyo en el; Vane caminó lentamente -"¿qué querra? -, Esteban se percató de su
presencia y la miró profundamente, se levantó cuando vio que Vane se quedaba parada
en la calle sin intensiones de seguir caminando; Esteban caminó hasta ella, traía todavía
el uniforme escolar, no sonreía pero su rostro tampoco estaba ensombresido por la tristeza,
su mirada era de alguien que está estudiando algo.

- ¿Qu- qué? - Vane no podía hablar bien algo le decía que Esteban estaba esperando
algo

- Ahora quiero que me digas la verdad - Sus labios se movieron rapidamente al pronunciar
la ultima palabra - amiga

- Jajajajaja por que esa cara - Vane intentó evadirlo - ¿que verdad? - pero Esteban tomo
su mano antes que llegara a la entrada de su casa - todo esta bien

- ¿Todo? - Esteban la estaba desesperando y empezaba a sentirse muy nerviosa - ¿que


hiciste con el libro? - preguntó al final - ¿por que te da tanto miedo?

- Son muchas preguntas - y lo miró con dignidad - y yo no le temo a un estupido libro

- No le temes al libro - y acercó su boca al oído de Vane - le temes al que está en el libro
¿me equivoco? - Vanessa se paralizó inmediatamente su mirada se llenó de terror y un
escalosfrio corrio por todo su cuerpo, estas señales las detectó Esteban - lo sabía

- Bien si le tengo miedo - y se soltó de él - ¿estas satisfecho?, ¿te sientes orgulloso? ¡Bravo
por ti! - mientras juntaba las manos y daba palmadas - el premio al amigo impertinente se
lo lleva...

-¡Maldita sea! - Vanessa nunca había oido a Esteban gritale asi, eso la calló al
inmediatamente- ¡sino quieres que me preocupe por ti...! , ¡¿Por que se supone que somos
amigos?! Quisiera que me contaras todo - su cara se llenó de amargura - tus penas, tus
sueños, tus alegrias, tus tristezas y...- la miró decidido - tus miedos

- No pued...

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- ¡Basta!, ¡no digas que no puedes! - tiró su mochila y sacó rapidamente el libro de
MARCUS - no puedo creerte, no puedo, perdona pero es tonto ¿no es verdad? es un
estupido libro - y lo lanzó al otro lado de la calle con todas sus fuerzas.

- No hagas eso - Vanessa caminó rumbo al libro y lo tomó entre sus manos, observó la
pasta y las letras doradas que contrastaban con el rojo de la portada - no lo hagas...

- Vane...

- Esteban - le costo sacar las palabras, pero sabía que eran necesarias - ¿quien es el que
escribio este libro? - Esteban la miró desconcertado

- Lo escribió un tal V&M – respondió al fin cortando el silencio

- ¿Sabes como es fisicamente?

- No - Vane caminó hasta él con el libro entre los brazos, Esteban estaba confundido lo vio
en sus ojos y sonrió con ironía

- V&M, soy yo - Esteban abrió mucho los ojos al escucharla decir la verdad - soy la
escritora - Esteban empezó a retroceder

- No es verdad...

- Sabía que no me creerías - pensó que Esteban se había ido pero al alzar los ojos lo vio ahi
parado mirandola, estudiandola -¿que haras ahora?

- Creo que haré esto - nunca esperó la reacción de Esteban cuando la tomó entre sus
brazos y le dijo al oído - nunca te abandonaré, siempre confia en mi, yo estoy aqui para
ser tu baul de secretos, por que... te quiero - Vanessa nunca había llorado por algo tan
insignificante, en ese momento quiso hacerlo pero no pudo derramar ninguna lagrima, sus
sollozos podían escucharse cuando se apreto mas al pecho de Esteban, pero ninguna
lagrima nacio de sus ojos.

Hubiera querido no separarse de su amigo, en verdad desahogarse con el había sido una
experiencia maravillosa, se sentía libre y muy feliz, aun ahora mientras estaba acostada en
su cama y cerraba los ojos podía sentir sus brazos al rededor, algo en ella se senía

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protegido, lamentó no poder llorar con él, pero las lagrimas que derramaría mas adelante
solo serían de dolor, de sangre escarlata y recordaría ese abrazo y desearía no haberse
separado de él.

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CAP.4. SE BUSCA

Tus manos tocan las notas


y tus besos hacen música
con mi cuerpo.

Si definitivamente le gustaba el helado de fresa, es maravilloso sentir la sensación de los


trozitos de hielo derretirse contra su lengua, como el sabor se funde con el sentido del
gusto y casi podría jurar que le aceleraba el corazón cuando llegaba a la ultima parte del
cono, ¡vaya que los humanos habían inventado un manjar de dioses!eran realmente listos
cuando se lo proponian. Mientras se comía el ultimo trozo de cono estiró sus piernas
enormes y brazos a los lados para dar un gran boztezo, debería estar preocupado en
lugar de estar haciendo estas niñerías, pero que va le encantaban los dulces; sentado en
medio del centro comercial se dio cuenta que la mirada de critica y la ceja levantada
que se encontraban a su lado esperaban una respuesta.

- ¡Esta bien ganaste! - Los ojos verdes de la niña que estaba a su lado lo mirarón con
aprobación - es delicioso no me arrepiento tenía años que no comía uno - tirando la
cabeza hacia atrás la volteó la ver - deberíamos hacer esto mas seguido

- Te lo dije - la chica habló porfin, mientras seguía saboreando lentamente el helado del
mismo sabor el cual acababa de comer - pero siempre te quieres comportar como el
engreído de Adolfo - mientras hacia un ademan nada educado para una niña con la
mano derecha - te das cuenta que pareces un bebé cuando le sigues la corriente - torció
su fina boquita

- Jajajaja mira nada mas una chiquilla, dandome clases de personalidad - y le sonrió con
tal picardía que la chica bufó y giró su cara - anda no te enojes preciosa

- No soy una niña - y se estiró en su asiento, tanto que parecía un cisne con el cuella en
alto - dentro de una semana cumplire unos adecuados 13 años, lo que me convierte en
una señorita

- Si lo que digas - Y le revolvió el cabello rubio con una mano, causando que se pusiera
roja y no por que se hubiera cohibido ante la caricia.

- ¡Bruto! - la chica empezó a acomodarse el cabello corto a los lados, su corte era simple,

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recto hasta la barbilla y tan amarillo como un limón, el hombre se dió cuenta que la boca
ya no era la de una niña, tenía razón era una mujer y algo en su interior lo hizó alarmarse.

- ¿Qué harás cuando encuentres tu objetivo? - la chica era directa y quería que él le
respondiera de la misma forma, esa era la manera de ser de Paula, por eso la había
elegido, eso la hacía invensible ante una situación critica y la llenaba de belleza.

- Supongo que le daré una paliza - rechinó sus dientes - y luego le cortaré su mano - era
bueno que no hubieran personas cerca de la mesa a esta hora del día que ellos
compartían o pensarían que era un matón, pero eso era exactamente en lo que lo
habían convertido dentro de un libro, en MARCUS EL HOMBRE LOBO - deseará no haber
tocado una pluma en su vida el muy desgraciado- fijó sus ojos en ella, la cual lo miró sin
ninguna expresión

- Ahora entiendo por que el director de esa editorial se negó rotundamente darte la
dirección del autor - Marcus y Paula se pararón en el momento en que oyerón la voz -
Perdón, ¿los he asustado? - Ellos mirarón a Adolfo que tenía un papel en la mano

- Ni lo sueñes - Marcus sonrió con aire divertido

- Eres demasiado sigiloso - Paula tenía entrecerrados los ojos, -"ahi va" pensó Marcus
mientras volvia a tomar asiento - deberías relajarte nosotros no te atacariamos Adolfo -
ella parecía tan adulta que aveces se preguntaba ¡¿quien diablos era el adulto?!

- ¡Por dios! - Adolfo la miró con irritación, a Marcus no le cabía duda de que Adolfo tenía
unas ganas inmensas de darle unas buenas nalgadas a Paula desde que esta había
llegado a la Familia, pero era demasiado caballero para hacerlo. Adolfo se sentó con
toda la elegancia que podría tener un caballero ingles, -"es ingles" - se dijo asi mismo
Marcus cuando vio los ojos verdes de Adolfo y su cabellera dorada larga hasta el cuello,
que estaban en un contraste perfecto con un traje capri color cafe, mientras que él
llevaba jeans y una camiseta azul, extraña familia le vino a tocar o mejor dicho fue a
escoger; Paula y Adolfo a pesar de sus raizes eran seres delicados y finos, muy diferentes
de la mayoria de ellos, por eso eran tan extraños dentro de La Gran Familia, pues los
rubios no abundaban se podria decir que Marcus había escogido un equipo muy
especial.

- ¿Conseguiste algo? - Marcus lo examinó mientras Adolfo sacaba algo de su bolsillo,


¡maldito fuese hasta registrando sus bolsillos era delicado!

- Efectibamente - sacó un papel y lo colocó boca abajo en la mesa - tengo la dirección


del escritor

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- ¿Supongo que no lo tuviste que golpear? - Paula se limpiaba las manos con un pañuelo
rosa los restos de helado que pudieran haberse pegado, mientras miraba a Adolfo de
mala gana

- No - Adolfo se volteó hacia Marcus que estaba viendo el papel con tal intensidad que le
hubiera quemado si tuviera esa capacidad - pero debemos ser cuidadosos, el editor me
dejó claro que el escritor no es muy sociable y que esta mañana ha hablado con él - se
apoyó con lo brazós cruzados mientras lo veía a los ojos - parece que tu escritor ya no
seguirá en el negocio

-¡¿QUE?! - la voz de Marcus y Paula sonó por todo el centro comercial causando muchas
miradas indiscretas

- Bajen el tono - los reprendió - no creo que sea tan malo depues de todo esto se acabo -
sonrio satisfecho - asi que debemos volver a Inglaterra y dejar este plan loco

- De ninguna manera - Marcus se levantó de la mesa mientras golpeaba por lo cual esta
casi se desploma con el contacto de su puño - tengo que encontrar al maldito y hacerle
hablar

- Es algo absurdo que escriban leyendas sobre nosotros - Adolfo se levantó tambien
encarandolo - pero es ridículo que tu te tomes esos cuentos de una manera seria.

- Pero adolfo - Paula seguia sentada pero los dos hombres la mirarón con mucha
atención, despues de todo ella era la estratega - Marcus sigue teniendo esos sueños -
desvio la mirada de Marcus y la posó por completo en Adolfo - y son cada vez mas
intensos

-Me habías dicho que habían parado - Adolfo casi no se enojaba pero cuando lo hacía
esa mirada asesina haría estremecer a un mismo león, pero no a Marcus el cual no lo
hubiera agregado a la familia de no ser por esa mirada y su poder de convencimiento

- ¡Va! que mas te da - Marcus se giró y empezó a alejarse - los veo en el hotel - y quedo
fuera de alcanze para escuchar mas quejas

- No puedo ayudarlo si no es sincero - Adolfo volvio a tomar asiento y su rostro se torno


sereno de nueva cuenta

- Por que habría de decirtelo - Paula era tan segura de si misma que no temía un golpe de

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parte de Adolfo, por lo cual le hablaba como su igual - tu eres el que insiste en negar lo
que pasa, si lo escuhcaras el te contaría, pero eres tan cabezota como el - Adolfo apoyo
sus manos en el rostro con exasperación

- ¿Donde estan los otros? - Paula sonrió dulcemente, la clase de sonrisa que la hacía
parecer una niña indefensa y no una fría estratega

- Me estan comprando unas cosas de recuerdo - se levantó y ofreció su mano, la cual


tomó Adolfo a regañadientes, despues de todo no podía dejar que una niña anduviera
sola por las calles de una ciudad como esa.

- Vaya parece que soy el unico que hace su trabajo - Su mano se apretó a la de ella,
Paula iba viendo los escaparates mientras traducia los nombres y los precios

- Relajate - y lo paró en una chocolateria que despedía un aroma delicioso - ¡vamos! - lo


jaló hacia la tienda - te gusta el chocolate ¿no? - Adolfo se sonrojo levemente mientras
asentía y observaba la tienda - entonces a comprar

- No soy tu banco personal como aquellos tres - pero sus ojos no dejaban de mirar los
chocolates que se encontraban por toda la tienda, de diferentes tamaños, colores y
sabores; eso no le pasó desarpecibido a Paula que lo siguió jalando.

- Digamos que sere buena niña y yo te comprare esta vez - y le entregó una charola y
pinzas que tomo de la recepción, este la miró venciandose porfin al aroma dulzon y
camino entre los escaparates. Paula sonrio picaramente mientras veía como la
dependienta se comía con los ojos a Adolfo que parecía ser su chocolate blanco favorito
y suzurró muy despacito, tan calladito que ni su acompañante se dio cuenta - parece que
obtendre un descuento, despues de todo no me sales tan caro compañero. - y se
acomodó suavemente los botones de su vestido CHANEL color rosa.

***

Marcus caminaba por un callegon humedo y sombrío, la noche estaba por llegar, sus ojos
enfocaron el cielo oscuro carente de estrellas, - "Despues de todo tenía que ser una
ciudad grande" - gruñó, no era un tipo especial pero el olor era asqueroso, se había
entretenido caminando por el centro comercial en vez de irse al hotel, era seguro que
Aldolfo estaría hechando espuma por el hocico, claro que no hablaba literalmente, esto
lo hizo sonreir, si supieran los gerentes del hotel que estaban dando alojamiento a una

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manada de hombres lobos no los tratarían condescendientemente, pero lo los hijos de los
accionistas principales de esos hoteles famosos eran nada menos que sus dos
compañeros de cuarto, Elías y Eliseo; el primero era el mayor y no era serio en nada, solo
en las batallas se podría decir que su fuerza era lo mas importante de él, era el mas alto
de la familia, su grupo, y se la pasaba coqueteando con cuanta chica con falda se le
ponía enfrente, un entretenimiento que había seguido Marcus cuando acababa de
cumplir 18 años y no sabía mucho del mundo y la vida, Elías en esa epoca a pesar de no
ser su familia directa lo trataba como a su hermano menor Eliseo, el cual si era
responsable pero muy rebelde, no le gustaba acatar ordenes y es un miembro muy
inestable aveces simplemente se desaparecía por días para ir a descansar, ambos
hermanos eran rubios y de ojos verdes, por lo cual su propia familia los había rechazado y
alejado de su madre, esto para ellos era "Una Estupidez malsana", pero no podían luchar
contra el prejuicio de su familia. Cuando Paula llegó a la Familia de Marcus, Elías y su
hermano se prendieron de ella, era su princesa, la niña y monarca de la casa, lo que ella
pedía ellos se lo conseguían, pues no tenían problemas con el dinero, ahora se daba
cuenta que esto había hecho a Paula una chica segura y obstinada, sabía que
conseguiría lo que quisiera, Marcus no trataría nunca de prohibirles comportarse asi con la
chica, pero aveces para sacarlos de su mundo Adolfo intervenía y esto lo convertía en el
malo y padre regañon. Marcus nunca se quejo de su familia, ellos complementaron lo que
siempre le hizo falta actuando como los personajes de la familia que siempre quiso tener,
un padre gruñon, una madre segura y bella, un hermano mayor consentidor y un
hermano menor rebelde. Un cuadro familiar.

- ¡Disculpeme! - Marcus no se habria dado cuenta que alguien había tropezado con él,
sino fuera por la voz angustiada y ojos llenos de lagrimas que se cruzaron con los suyos -
Joven, no ha visto a un niño pequeño por este lugar - él miró a la mujer que sujetaba un
osito de peluche entre sus manos y miraba por todos lados, mientras le señalaba la
estatura del extraviado - es asi de pequeño tiene tre años y...y.... - las lagrimas de la mujer
salieron y cubrieron sus mejillas mientras sollozaba y se dejaba caer al suelo - ¡¡Por dios mi
bebé!! - Marcus estaba congelado, no sabía como actuar en estos casos, nunca le gusto
ver a alguien llorar y menos a una madre, la mujer estaba deseperada su piel era blanca
como si estuviera viendo leche y sus ojos cafes lo miraban buscando ayuda, la cual el no
sabía si pordría prestar, ¿que clase de mujer caminaba entre los comercios a esta hora?,
no una sensata y menos con un niño tan pequeño y a esta hora; la mujer inentó pararse
pero estaba tan fuera de si que se cayo al suelo de nuevo.

- Tranquila - La mujer lo vio con sorpresa cuando el habló con su voz mas fría e indiferente

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- Yo la ayudare, - paro a la mujer muy bruscamente y la sentó en una banca donde la
gente se los quedaba viendo - bien digame hace cuanto lo perdió - la mujer estaba
desesperada, asi que dedujo por su olor y su reacción fisica y de inmediato relacionó que
el niño llevaría unas horas perdido.

- Yo vine a buscar a mi esposo - su voz se había apagado al igual que sus ojos - cuando
saque del coche a mi hijo y luego di la vuelta para agarrar mi bolsa - apretó sus manos
contra su pecho mientras sotenía el osito - ¡mi bebé ya no estaba! - sus lagrimas
empezaron a brotar - lleva cinco horas asi ¡por mi deseperación no esperé a mi esposo y
empeze a caminar entre la gente! - le enseñó el osito - pero solo encontre esto

- Dejeme ver - Marcus agarró el oso y lo olio discretamente, se grabó el olor del niño
rapidamente y se lo devolvio a la madre con una sonrisa - su hijo estará aqui antes de que
cenen - se paro y empezó a correr- ¡yo se lo traeré usted espere aqui! - la mujer estaba
sorprendida por su reacción y se levantó para gritarle

- ¡¡Se llama Teo!!

Marcus corría entre las personas a una velocidad normal para un humano, pero el olor
que despedía el niño no lo iba a perder, asi que se desvió y escaló con sus uñas un edificio
y empezó a saltar entre tienda y tienda, derepente el olor se hizo mas fuerte, se paró y
empezó a localizarlo, separó cada una de las escencias que se encontraban por ahi y
encontro la que andaba buscando -"Ya te encontre" - saltó y caminó entre el tumulto que
hablaban y reían, sin darse cuenta del pequeño que estaba sentado en una calle entre
dos tiendas, atras de un enorme oso de una tienda de juguetes -"ironico"- pensó Marcus,
se acercó al pequeño que miraba las estrellas con unos ojos enormes y bellos cafe claro,
parecía que contaba las estrellas; se paró junto a él, el niño que no tendria mas de tres
años lo miró y le sonrió, Marcus se desconsertó por su reacción, no era logico que un niño
le sonriera a un extraño, y este niño lo estaba haciendo en vez de llorar y gritar mamá.

- ¿Con mamá? - el niño se paró y alzó sus brazos, Marcus sonrío y lo subió en sus hombros -
¡alto! - gritó alegre el niño cuando lo subió a sus hombros

- Gracias - Marcus empezó a caminar rapidamente para que la mamá viera a su hijo a lo
lejos - te llamas Teo ¿no? - pregunto esto por si estaba equivocandose de niño, podria ser
que estuviera robandose otro chico.

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-Tadeo… Marlí Celi - El niño empezó a inquietarse y a gritar - ¡Mamá! - agitó sus brazitos
cuando la mujer lo distinguió a lo lejos y se acercó corriendo - ¡mami aquí!

- ¡Oh Teo! - La mujer se alzó para coger a su hijo, Marcus bajó al pequeño para que ella
pudiera tomarlo entre sus brazos, la mujer se veía muy feliz y abrazaba a su hijo como el
mayor tesoro del mundo - Muchas gracias - la mujer miró a Marcus con un infinito
agradecimiento que hizo que este se sonrojara por sus palabras.

- No se preocupe - Y se empezó a retirar, tenía que alejarse de ahí y llegar al hotel

- ¡No lo olvidaré! - la madre gritó para que la oyera, pues Marcus empezó a correr mas
rapido - ¡seas quien seas! ¡Te prometo que no lo olvidaré!

- ¡ADIOS! - la voz del pequeño fue la ultima que logro distinguir entre el murmullo de voces
que se cerraban tras de si.

Marcus corrió tan fuerte que se encontro de nuevo en otro callejón y recordó las palabras
de una persona a la que había llamado padre -"Marcus mi pequeño guerrero"- al oir la
voz se cubrió los oídos y se dejo caer en el suelo encharcado.

-¡¡NO SOY TU HIJO!! - Su grito derramaba el dolor y las lagrimas que habría querido
producir en ese instantes pero las seguiría negando, aunque la vida se le fuera en ello -
Cuentista, muy pronto tu y yo nos conoceremos - sus ojos se tornaron dorados al momento
que veía la luna en lo alto del edificio y su instinto animal tomaba su cuerpo por breves
segundos - ¡Y te arrepentiras lo juro!

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CAP 5. LA AMENAZA

Tus ojos son el misterio


de mis canciones; tu corazón
es el alma que las interpreta.

-¡¿No has tenido pesadillas?!

Esa misma pregunta se habían hecho Vane esta mañana, al descubrir que en toda la
semana no había tenido ni una pesadilla, y no era que las deseara tener, faltaba mas,
pero estaba tan acostumbrada a tenerlas que ahora sus sueños estaban huecos como un
hoyo negro, -"Se han ido"- fue la respuesta que se dio a si misma, al recordar que Marcus
ya no volvería, su estomago se contrajo por ese pensamiento, era extraño ¿como era
posible que a él también lo extrañara? quería pensar que lo que había pasado no era
mas que pesadillas sin sentido pero frente a esta situación no podía dejar de preguntarse
si lo eran en realidad.

El rostro de Esteban sentado en la mesa de la cafetería la estudiaba, mientras ella parecía


reflexionar la respuesta que le daría, esta semana parecía que él y ella se habían
complementado, hecho su lazo de amistad mas resistente, sin embargo como todas las
mujeres, ella prefirio guardarse unos comentarios respecto a sus dos ultimas pesadillas y
sentía que a pesar de tener a Esteban de su parte no quería involucrarlo mas en sus
tonterías.

- ¿Me contestaras? - preguntó su amigo agarrando su soda y dandole un trago profundo -


quedamos en que serías sincera ¿no es asi?

- Si ya lo se - Vane lo miró a los ojos, mientras jugaba con el popote de su bebida - bien.... -
agitó la malteada

- Y.... - Esteban quería una respuesta rapida y que lo llenara, cosa que Vane no creía
poder decirle

- Pues como oiste - Vane se rindió y apoyó su espalda en la silla - ya no he tenido ni un


espantoso sueño - agitó sus manos enfrente de sus ojos - es como si una niebla negra no

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me dejara soñar mas, no se tal vez solo es mi subconsiente como decía el psicologo y
como ya estoy grande pues... terminó- puso sus brazos en la mesa de nuevo - no es para
tanto

- Tonta - Esteban agarró su mano y la acarició dulcemente - yo creo que eso es genial,
sabes me gustaban los cuentos de Marcus - Vane gruñó a la defensiva e intentó quitarle
la mano pero el la tomó mas fuerte - pero si él te hacía daño entonces ya no me agrada -
se hacercó a Vane lo sufieciente para quedar frente a frente - me gustas mas tú

- ¡Menso! - Vane lo empujó con lo que casi hizo que se le cayera la soda encima

- ¡Hey! era un cumplido - mientras se alzaba de su silla para que no lo mojara el líquido
que se estaba derramando por toda la mesa - voy por algo para limpiar espera nada mas
pago y nos vamos a casa ¿de acuerdo? - le guiñó el ojo

- Oki - Vane observó como su amigo se disculpaba con la gerente y pedía un trapo, no
pudo evitar enseñarle una sonrisa cuando vio como Esteban recibía un pequeño golpe en
la cabeza de la amiga de su madre, era una suerte que el conociera a la dueña de la
cafetería, Esteban siempre era amable, amigable y sociable, cuando estaba con él sentía
que nada mas le faltaba en el mundo él complementaba todo aquello con sus risas y
comentarios fuera de lugar, su amigo era la luz que iluminaba aquellos días tristes, el
tenerlo cerca desde que estaban en kinder los había hecho casi hermanos pero los lazos
de sangre no estaban y eso era algo que ambos apreciaban a su manera - Tu me gustas
igualmente - agarró sus manos y las apretó bajo la mesa imaginando un mundo sin
Esteban, su rostro se puso blanco al instante - no quisiera perderte...no por él - El rostro de
Marcus apareció y recordó aquel beso, y lo bien que se había sentido, dandole un
escalosfrio por todo el cuerpo y deseando que desapareciera la sensación de estar
siendo perseguida por algo o alguien.

Esteban apretaba su mano dulcemente mientras caminaban por la calle del


fraccionamiento, estaban ambos en silencio y eso era una forma en que ambos se solian
comunicar desde que eran pequeños, no se necesitan palabras cuando estas entre
amigos y eso es una regla universal. Las calles eran iluminadas por los rayos del atardecer
anunciando que pronto se daría paso a la noche y con ella a los secretos, leyendas, mitos
y tragedias que pronto se desatarían dentro de la vida de una chica.

Vane se quedó paralizada cuando vio a su padre abrazando afuera de su casa a su


mama y hermano, mientras lloraban, su corazón se comprimio contra su pecho -"Algo

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anda mal" - y soltando la mano de Esteban corrío hacia sus padres que al verla llegar le
contarón sobre como se había perdido Teo, al oir todo se lanzó al su hermanito y lo
abrazó fuertemente mientras imaginaba el terror que habría pasado su madre y las
consecuencias que hubiera traíado un suceso tan tragico, el solo imaginar que no tendría
entre sus brazos a ese pequeñín y no le volvería a ver hizo que soltara lagrimas por lo que
gracias al destino no paso.

- Bueno, bueno ... - Su padre se seco los ojos humedos y miró a su esposa con ternura -
Tranquilizate Olga no paso a mayores y debemos de estar contentos con que no haya
pasado nada malo jajajaja - tomo a Teo en sus brazos y entro con el a casa, su madre
contemplo como se alejaban las voces y miró a Vane, hasta ese momento nunca había
notado que su madre tuviera una cara tan cansada, era como verla muerta, este
sentimiento volvió a imprimirse en su corazón antes de escuchar a Esteban de tras suyo

- Vane...- Esteban se había quedado mirando desde una distancia prudente pero había
eschucado todo y por su expresión abvirtió que estaba un poco nervioso por no saber
que hacer, Vane tomo de la mano a su madre y le hizo una seña que le decía que estaría
bien - ok entonces nos vemos el lunes, compermiso señora - se despidió de beso de su
madre que estaba aun muy nerviosa y nisiquiera noto su caricia y de ella con una
profunda mirada. Vane se encontro sola con su madre y la llevo caminando hasta entrar
al jardín y justo cuando iban a entrar su madre la detuvo fuertemente casi le hizo daño
por tener sus manos tan apretadas a su brazo.

- Hija - Ese sonido fue suficiente para que llamara su mirada a la de ella - estoy tan
asustada, fue como si mi corazón se hubiera detenido de no haber sido por.... - su madre
vasilo para sacar las ultima palabras - por ese joven - solto el brazo de Vane y termino
entrando a la casa con pasos lentos y apoyandose de las paredes

- Mama... - su madre se dejo caer en el sillon y serro los ojos como si quisiera recoradar
algo o a alguien, se sentó entonces junto a ella y trato de que su madre hablara - ¿a
quien te refieres?

- Un joven me ayudo a encontrar a tu hermano - alzo una mano para hacerle una idea de
aquel sujeto - era muy alto y a pesar de tener un aspecto de... pandillero diria que es un
gran chico sus ojos eran tan amables y.... - su mamá la vio y tomo su mano - ya no hay
que pensar mas creo que fue una tarde muy larga y la noche ya esta aqui asi que mejor

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empiezo a preparar la cena - su madre se paró y le sonrío antes de desaparecer detras de
la puerta de la cosina.

- Ma...

Un ruido en el estudio de la casa la hizo voltear a la puerta, se paró pensando que uno de
los libros que su padre siempre tenia colocados en columnas habia sedido y la fuerza de
gravedad le había ganado, entro al estudio y no se tomo la molestia de encender la luz,
camino en oscuras hacía el escritorio y vio uno de los libros de su padre en el suelo - "¡Ay
papá!"- lo tomo y lo colocó de nuevo en su posible lugar y un sonido de la puerta
cerrandose hizo que quisiera girar pero en ese moento algo estrello su cabeza contra el
escritorio y sintío como una mano se cerraba en su boca y el aliento del desconocido
choco como fuego junto a su mejilla pronunciando las palabras mas alarmantes que
alguien le haya dirigido con odio puro al oido.

- Te encontre - sintió el peso de aquel cuerpo que la lastimaba con mucha crueldad - y si
haces algo por escapar te MATARE.... cuentista

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CAP 6. HOMBRE LOBO

Mi sangre hierve
con la sinfonía del viento
en tus ojos veo
la primera nota salir

Vane podía sentir los nudillos del desconocido cerrarse con fuerza al rededor de su boca,
la lastimaba, el peso que recargaba en ella hacía que sus piernas temblaran, eso ultimo
penso que también era por el terror que estaba recorriendola por todo el cuerpo, no
podía o mejor dicho no quería abrir los ojos el solo hecho de saber que el ser que la
acababa de someter fuera el mounstro que la atormentaba en sueños, casi la hizo llorar;
algo en ella le decía que había peligro y que tal vez no volvería a ver a su familia en ese
momento las enormes manos de su captor la voltearon y quedó de frente con los ojos aun
cerrados y oyo como su aliento a vino pegaba en su cara y la mareaba.

- Muy bien - El hombre apretaba su brazo con fuerza mientras con su manaza le cerraba
la boca - abre los ojos ¡ahora! - estas ultimas palabras no las había dicho fuertes pero se
notaba la orden en ellas lo que hizo que Vane abriera los ojos de golpe encontrandose
con dos pares de esmeraldas observandola con un ceño fruncido, ¡Era igual que en su
ultimo sueño!, el rostro de este chico era algo tan bello y a la vez tan peligroso - eso esta
mejor - su cara mostro una sonrisa irónica como quien esta seguro de haber ganado algo
- muy bien palomita si me prometes no gritar bajare la mano y hablaremos muy civilizada
y seriamente - en ese moemnto su mano se apreto mas a su brazo - pero si gritas, juro por
dios que te mato a ti y a los que estan en esta casa - Vane asintió lentamente fuera lo que
sea si resultaba ser el mounstro que veía en sus pesadillas era mejor no enojarlo y por un
instante pudo ver que esos ojos verdes tenían un toque dorado cuando había dicho las
ultimas palabras que la hicieron aterrorizarse.

El hombre joven quito su mano con suavidad y se alejó dos pasos de ella; en ese
momento fue como si una rafaga de aire entrara por su nariz y sus pulmones volvían a
funcionar perfectamente; él la seguía observando pero su mirada ahora la observaba
con curiosidad mientras le señalaba que se sentara; Vane lo obedecío pero en ningun
momento le dio la espalda o quito su mirada de aquellos ojos, fuera el dichoso sexto
sentido o el miedo algo le decía que no se confiara demasiado. Fueron los momentos mas

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largos, el cazador y la presa se estaban observando y ahora solo faltaba que uno de los
dos lanzara el primer ataque.

- Soy Marcus... tu hombre lobo

- ¿Qu-qué? ...- Vane casi se cae del asiento cuando le oyo pronunciar las palabras que
pasaban por su cabeza, este hombre era el ser al que había temido toda su vida.

Marcus parecía un poco enfadado por su reacción pero sabía controlarse no era del tipo
al que podían sacar de sus casillas, y aunque cuando la vio afuera de su casa con
aquella mujer a la que había ayudado quiso saltar sobre ella y arrancarle el brazo, el
instinto siempre era vencido por la razón eso era lo que separa a los humanos de los
animales y su control era algo que no perdería no antes de saber todas y cada una de las
historias y la información por la cual las había obtenido, hasta ese momento la razon
ganaría, pero al final de esta conversación no sabía si ella seguiría viva.

- Eres real cierto ...- Vane estaba poniendo cara de incredulidad al verse en esta situación
sus manos se torcian entre si mientras veía fijamente al sujeto en cuestion - espera
jajajajaja ya entendi me he de ver golpeado con un libro de papá y estoy soñando de
nuevo - sus ojos ahora estaban casi histericos y se golpeaba la cabeza con su puño; por su
parte Marcus no dejaba de observarla como quien ve a una loca cantando "Estrellita!" en
medio de la avenida y esto no le hacía nada de gracia esta chica no podía ser la que
escribio todas esas cosas sobre él, ¡estaba loca! y no sabía si aparte era peligrosa, lo que
tenía claro es que tenía la información correcta y no había dudas sobre quien se la había
dado, -"debí de traer a Adolfo" - se dijo para sus adentros pero desecho la idea
rapidamente al finalizar que este no hubiera dejado que la chica los viera tan cerca, cara
a cara.

-¿Podrias dejar de decir estupideces y bajar la voz? - al oir la voz de Marcus Vane se
congelo y se quedo muy quieta - me tienes miedo ¿verdad? - ¡maldición! se estaba
sonriendo al ver que ella abria mucho los ojos al oir sus palabras, que se la llevara el
infierno si le temía a este mounstro se regaño internamente, ahora lo que importaba era
que no le hiciera nada a su familia y tenía que encontrar la manera rapidamente o se
vería en un gran lío y empezó a cavilar un plan.

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-¿De ti? jajajajaj ni en un millon de sueños - Vane giró los ojos e hizo un gesto
condesendiente con la mano, sin ocultar su nerviosismo - no te hagas el chulo
- No palomita - ella no pudo notar como se había pegado tanto a su cara en el momento
de pronumciar ese estupido apodo - tal vez no en sueños - tomo su rostro y la dejo que
mirara sus ojos con lo cual pretendia intimidarla - pero si en tus pesadillas ¿no es asi?

- Bien... eso no lo sabes - dijo mientras le quitaba la mano de su rostro

- Por eso estoy aquí - él se sentó rapidamente en el sillon de enfrente y aunque por la
oscuridad no lo notaba casi estaba segura que estaba sonriendo estupidamente mientras
la veía - quiero que me digas ¿quien te dio el derecho a escribir sobre mi vida privada? y
aun mas importante ¿como sabes lo que pasará si me convierto en un loisón infiel?

- ¿Loisón?

- Un hombre lobo loco - concluyó Marcus como si fuera la palabra mas obvia del
vocabulario cotidiano

-Ahhh si ya... - Vane se mostraba aun incredula a lo que oía, pero algo le decía que no la
estaba engañando

- ¡¡A CENAR FAMILIA!!

La voz de la madre de ella los hizo saltar a ambos de sus asientos, se habían olvidado que
no estaban solos en la casa, pero la reacción a lo que su madre acababa de gritar hizo
que Vane se parara rapidamente y que Marcus se pusiera a la defensiva acunclillandose
como un animal que atacaría si ella llegaba a cruzar la puerta, esto y ver como sus ojos
cambiaban a dorado hizo que ella retrocediera

- ¿A donde crees que vas palomita?

- Mira si no me dejas ir con mi familia sospecharan del por que estoy encerrada aquí

- Diles que no tienes hambre - los colmillos de Marcus empezaban hacerse notorios
cuando abrió la boca

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- ¡Calmate quieres! - Vane caminó desidida hasta la puerta y cuando hiba a girar el
picaporte Marcus le volvió a franquear la salida
- No

- Bien - Ella suspiró y trató de hacerlo razonar, como fuera tenía que dejarla ir - te prometo
que hablare contigo enseguida pero les dire que no tengo hambre y me iré a mi
recamara ¿de acuerdo? - Marcus la miró directo hacia los ojos como queríendo
comprobar si decía o no la verdad -"leerá la mente"- se preguntó Vane cuando oyo su
respuesta

- De acuerdo, pero estas abvertida - le abrió la puerta como caballero y Vane se disponía
a salir cuando la agarró por el brazo, pero al ver su rostro noto cierto sonrojo en la cara de
este cuando preguntó - ¿en que parte de la casa duermes? - Ella no pudo evitar sonreír
mejor dicho querer carcajearse pero se calmó y le respondió con todas las ganas de que
no se le saliera la risa

- Es la ventana superior derecha de mi casa, supongo que ya esta oscuro afuera asi que
nadie te notará

- Ok, no tardes

-No te pierdas - le dijo divertida y alcanzó a oir como el reñía entre dientes

-Ja - ja - ja chistosita

Vane se quedó congelada al quedar frente a sus padres, y reaccionó cuando se dio
cuenta que acababa de bromear con un ser sumamente peligroso, no era tan terrorifico
como había imaginado pero no tenía que bajar la guardia el la había amenazado así
que se dispuso a disculparse y subir los escalones a su cuarto, era extraño como cuando
tienes una sorpresa esperandote el llegar a ella se te hace tan dificil y lenta. Llegó a su
puerta tomo aire y abrió la manilla.

Marcus se hallaba sentado en su cama, Vane volteó rápidamente y vio los vidrios rotos de
su cuarto esparcidos por todo el suelo; sintió como su cara se ponía roja de ira ¡Como se
atrevía ese lobo estupido a romper algo que no es suyo!, antes de que se le ocurriera

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lanzarle la lampara y partirle el craneo se calmo, este hombre era peligroso y no debía
hacerle enojar no estaba segura y su familia menos. Caminó hacia él que no le quitaba
los ojos de encima y se sentó en la silla de su escritorio, el la estudiaba como si fuera una
clase de bicho raro, no sabía si su mirada reflejaba cautela, miedo o duda, ella tampoco
perdió el tiempo y le echo una rapida estudiada al tipo, era increiblemente alto, pero no
se veía que fuera viejo, sus ojos ahora eran de un verde alarmante como en su sueño casi
fosforecentes, era moreno y su cuerpo estaba proporcionado como el de un corredor,
con piernas muy largas y fuertes, y claro su madre tenía razón vestía y tenía pinta de
pandillero; antes de que ella se diera cuenta el hombre se paro y eso la intimidó un poco,
ella cuando mucho medía 1.60 cm y esa no era una estatura, era una verguenza.

- ¿Y bien? - Marcus caminó hasta quedar frente a ella, Vane reacciono instintivamente y
quiso huir, pero el la agarró del brazo tan fuerte que casi le disloca el brazó, Vane tuvo
que esforzarse para no gritar del dolor - en que quedamos palomita - acercó la boca a su
oreja - no querraas romper nuestro acuerdo ¿o si? - la apreto aun mas y ella solto un
gemido - no te conviene.

- Eres...de-detestable - jadeó con dificultad y el la lanzó a la cama con una fuerza


sorprendente, si no fuera por que el colchon estaba ahí le habria roto la columna

- No me importa lo que pienses - se sentó en la silla y cruzó los brazos - y ahora tienes que
contarme el por que estas escribiendo sobre mi o si no... - Su cara fue impactada por un
oso de peluche que lo dejo confundido, vio en los ojos de la chica miedo y valor al mismo
tiempo, esto casi le saco una sonrisa, le recordaba a cierta niña casi señorita que era
parte de su familia, pero jalo sus pensamientos fuera de lugar y se concentro en la chica
que tenía enfrente - ¡vamos habla!

- Tu eres el que me debe una disculpa - los labios de la joven se movieron tan rapido que
Marcus pensó que había oído mal, fue hasta cuando vio que los ojos de la joven se
nublaron por algo parecido a lagrimas que lo dejaron callado, mejor dicho helado y un
sentimiento de amargura vino a él - Tu acabaste con mi niñez desde que tengo uso de
razón - la chica se paro de la cama lentamente no bajaba la mirada sabía que eso le
daba ventaja a las presas del depredador una lección de vida no exclusiva de los
animales salvajes - tu destruiste mis sueños - los ojos de la chica de repente brillaron con
reproche y algo casi parecido al odio - tu eres el monstro culpable de ser como soy,
¿ahora dime quien le debe una explicasión a quien?

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- ¿Sueños? - Marcus la miraba con el ceño fruncido y su cara derepente se empalideció
cuando se confesó para sus adentros -"Ella sueña conmigo, como yo sueño con mi
destino, ella ve mi futuro ¿pero por que?"

- Así es. Sueños y nada más

- ¿Tienes mas apuntes? - Vanessa se sorprendió, no esperaba una reacción asi pero al
escuchar la ultima frase, su alarma se disparó y sus nervios la traicionaron al voltear a ver
su laptop en el escritorio; el hombre se dio cuenta pero ambos se lanzarón por el aparato,
ella casi se golpea la cabeza con la esquina del escritorio pero logro tomarla a tiempo, el
soltó una maldición cuando sus pies se enredaron con la colcha de la cama y su corazón
se sobresaltó cuando la tumbó a ella con su peso y casi la aplasta con su enorme cuerpo,
depues de todo ella era muy bajita, para él - seras.... casi te mato - sus codos se
apoyaban a ambos lados del cuerpo de la chica que cerraba los ojos y sostenía la ladtop
con todas sus fuerzas

Vane abrió los ojos lentamente, y se encontro con dos esmeraldas que la observaban con
enorme frustración, fue cuando se dio cuenta de lo estupida que era, ¿arriesgar su vida
por el segundo libro?, no definitivamente estaba loca, se empezó a remolinar para
pararse cuando sintió un tirón que la dejo de píe en un instante.

- Anda dame eso - Marcus le arrebató su computadora, era ovbio que los hombres lobos
no tenía modales o cuando menos este no los tenía ni de chiste

- ¡ES MIO! - Ella tiró de su brazo para querer quitarsela pero él era muy fuerte - ¡diablos! tan
siquiera pide permiso ahi tengo cosas personales bruto - Vane se tapo la boca en el
instante, esperó a que llegara un golpe por alguna razón pero este no apareció, el
hombre ya estaba en su escritorio prendiendo su computadora portátil

- ¿Cual es tu contraseña?

- ¿Crees que te la voy a dar? - él tipo la miro como queriendo atravesarla con sus ojos al
igual que con puñales - vale es.... - Vane se maldijo para si misma por no haber sido mas
creativa y tener que pasar ahora por esta verguenza pero eso le pasaba por bruta

-¡Rápido que no tengo toda la noche! - Estaba desesperado ella tenía la respuesta a sus

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sueños y no desperdiciaría esta oportunidad. Vane dijo la contraseña con lo cual lo dejo
perplejo

- Es MARCUS - Los ojos de él por un instante se tornaron dorados y esto la asustó, eran
iguales a los del monstro de sus sueños, cuando la volvió a mirar seguian siendo verdes y
solo le quedó esperar el siguiente movimiento. Vida o Muerte.

Marcus se movia por toda la habitación, hace solo una hora había acabado de leer los
ultimos apuntes de la cuentista y su piel morena se habia puesto blanca de solo pensar en
el destino que tenía enfrente, no era el solo hecho de que ya estuviera marcado y
condenado, sino que mataría a personas inocentes, y es que por las características de
cada victima estaba casi seguro de quien se trataba, en otras palabras eran conocidos,
tenía que arreglar esto, ya tenía suficiente con sus sueños como para que ahora una niña
le viniera a arruinar su nueva vida. Marcus se percató que no se había fijado en la chica y
fue hasta entonces cuando la vio; la mirada de ella lo había seguido por toda la
habitación con mucha cautela, era lista pues sabía que con el ahí sus posobilidades de
vida eran muy inseguras.

- ¿Son todos? - preguntó cuando ella se acomodaba en la esquina de la cama

- Si - la contestacion no lo satisfacía, eso que leyo no podía ser el final, estaba truncado,
debía haber otros apuntos, ¡algo! , con lo cual el pudiera combatir su destino

-No te creo - la tomo por el cuello y la alzó, a la chica casi se le salen los ojos por la
sorpresa de verse en esa situación - tu ocultas algo...

- N-No

-Entonces no eres honesta - suavizó su mano y la atrajo hacia si. Vane estaba contrariada
pues el hombre, si se le podía decir asi, la empezó a oler al rededor del cuello, eso la
empezó a molestar en cuanto oyo que el dijo - no hueles especial, no pareces ser una
bruja, solo ellas tienen poderes de este tipo, pero digamos que ellas y yo no nos llevamos
muy bien, asi que el que tu me estes soñando es uno de los misterios que voy a resolver -
no dejaba de oler su cuello y en eso le lanzó un puñetazo al ojo

-¡Imbecil! - Vane se tomaba la mano con desesperación, el golpearlo le había dolido

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mucho era una tonta por actuar impulsivamente, tenía que aprender a ser mas
cuidadosa

- Tonta palomita - Marcus tomó su mano y como si fuera un quiropractico le tronó los
dedos oyendose un ¡crack! y un "gracias" muy sarcastico.
-Ahora que ya viste por ti mismo que no hay nada que reclamar podrias irte, esto resulta
incomodo y mañana me levanto temprano..... - Vanessa se dirigió a la ventana abriendo
lo que quedaba de ella, Marcus la estudio, los movimientos eran lentos muy normales, sin
duda era humana pero no una especial.

-¿Te gustaria verme en verdad? - Marcus había alzado la voz y ella asintió levemente
mientras se recordaba que "la curiosidad mató al gato".

Vane no sabía que la había picado para haber aceptado, pero era demasiado tarde
para arrepentirse cuando Marcus con ella a espaldas se tiró de un edifio altísimo al
pequeño parque lleno de arboles que se encontraba debajo de ellos. Cuando cayeron o
mejor dicho él cayo en sus dos piernas ella sintió como veía estrellitas y su estomago
estaba revuelto por los nervios, no había cerrado los ojos y eso había sido un gran error, y
mientras anotaba eso en su mente, sintió como Marcus la colocaba debajo de un arbol y
como si fuera normal para todos los seres vivos le miró ceñudo mientras decía:

- Ponte en pie

- ¡Estas loco!, no me podre poner en pie durante toda la semana

- No seas exagerada si huiera querido hacerte daño te hubiera soltado antes de caer, y
recuerda que aun estas a mi merced - esto a Vane no le agradó nadita, cuando él la vio
con sus ojos verdes y quiso ponerse en pie pero solo volvio a caer torpemente sobre su
trasero y juró que casi vio como el tipo se sonreía

-¡Vete al diablo! no me pararé si vas a demostrarme que no eres el monstruo que veo en
mis sueños lo hare aqui sentada

- Como quieras - la respuesta de Marcus fue seca, mostrando cara de impasiencia y a


paso agil se aseguró revisando que no hubiera nadie por los alrededores; cuando estuvo
confirmado se paro a 10 metros de Vane y mirando la luna se dijo asi mismo - esto me

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dolera, no hay luna - Vane no pudo preguntar el por que de su frase pero su voz se atascó
al empezar a contemplar como el hombre se quitaba la ropa y empezaba a quedarse
desnudo frente suyo, y no es que el estuviera de mal ver sino que el decoro en ella era
parte aun de su vida y tuvo que protestar.

-¡Espera, espera, espera no te desnudes enfrente mío! - Marcus ya iba por los pantalones y
el cinturón sin prestar atención a lo que ella decía, - ¡hey bruto! - Marcus seguía sin ponerle
atención así que tuvo que taparse los ojos cuando vio que el se disponia a quitarse sus
boxers negros

-¡Vamos quejica! mírame...- Vane estaba con los manos sobre sus ojos apretando a tal
punto que se habían quedado blancas, Marcus no podía creer que esta chica fuera tan
infantil

-¡Que tu no tengas sentido de la verguenza no es mi problema!

- Yo tengo sentido del decoro... - Marcus se estaba impasientando y para ver la reacción
de la chica terminó añadiendo - no te creo que a estas alturas no hayas visto a un
hombre desnudo, tienes la televisión, cine y revistas, ¡vives en el siglo 21 porfavor!

- Pues no se que clase de revistas, programas y películas crees que veo - Vanessa ya no lo
notaba y se había destapado los ojos y miraba echando chispas a Marcus - pero creeme
que no son clasificación C o triple "X" y... - Marcus sonreía de oreja a oreja por que los ojos
de la chica se estaban saliendo de sus orbitas ¡por fin! se había dado cuenta - ¡Dios! - El
cuerpo de Marcus estaba completamente desnudo y el parecía sentirse muy agusto tenía
los brazos cruzados, simplemente era hermoso, parecía un gladiador de Roma con su piel
morena y brillante, sus hombros anchos y brazos musculosos tan fuertes, en ese instante
Vane sintió que se moría de verguenza y miró hacia el cielo auque ya era tarde - Bien
contento

-Aun no me estas viendo

-Lo haré cuando vea que ya no eres humano

-¡Soy humano!

-Como digas ...- Vane se estaba atragantando ya no sabía que decir - pero espero jamas

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volver a ver algo asi - bajo su vista y la fijó en los ojos verdes de Marcus solo veía sus ojos -
adelante

La pupila de Marcus cambió de una manera sorprendente, de un verde brillante a un


dorado devastador, era como ver oro puro, el hombre se empezó a contorcionar, y a
poner en cuatro patas, su cabello crecío por todo su cuerpo hasta cubrir todas sus partes,
era de un negro espeso, sus brazos y piernas se estiraron y ensancharon mientras se
formaban sus patas, su hocico sobresalía de su rostro y sus colmillos crecieron
alarmantemente. Vane vio en completo mutismo todo el proceso, ahora entendía por
que dijo que era doloroso, los ojos del animal parecían expresar el enorme dolor que
sentía, derrepente el lobo se quedó agazapado como un cachorrito cubriendo su hosico
y ojos, todo había terminado, el dolor se había ido, el hombre lobo estaba completo.

- ¿Marcus? - Vane habló bajito que solo ella se escucho, cuando el animal levantó el
hocico y la miró con esos ojos dorados algo en ella la hizo sentirse aterrorizada y sintiendo
como su cuerpo cobraba fuerzas, se levantó y corrió por su vida, corrió para no morir
como en sus sueños, mientras a lo lejos se oía un ahullido anunciando el comienzo de la
caza.

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CAP 7. FUEGO AZUL

Tu sangre hace la música


tu aliento el fuego del amor
juntos llegaremos al cielo
solo di que si rockero amor

Todo su cuerpo se sentía tan caliente, los huesos de las piernas le dolian, sus ojos estaban
pesados y no podía abrirlos, el dolor crecía cada vez mas y sentía que se ahogaba, todo
era tan oscuro.

Vane despertó en su cama, estaba tratando de levantarse cuando sintió la mano de


alguien que la regresaba a su lugar, era una mano pesada y su cuerpo pudo reconocer a
quien pertenecía, sus ojos empezaron a enfocar y fue cuando lo vio, Marcus seguí allí, era
"normal" de nuevo, el rápidamente le acomodó la cabeza y la abrigaba, fue cuando se
dio cuenta que estaba de nuevo en casa. Y entonces todo volvió a su mente, como una
lluvia de recuerdos que se entrellaban en su cara; ella había corrido gritando pero él
había sido mas rápido y la había atrabado, ella forcejeó con el lobo pero este había sido
demasiado grande y fuerte, tan fuerte que cuando ella le dio una patada sintió como su
pierna casi se rompía en dos, su grito de dolor fue tan fuerte que se desmayó, habia
logrado percibir como el animal la agarraba del brazo y pensó -"ahora moriré"-, pero en
lugar de eso el animal la sujeto y la subió arriba de su lomo y la llevo de vuelta, luego todo
era oscuro solo la voz lejana que se oyo la pudo calmar en el comienzo de nuevas
pesadillas y fue - "Tu palomita, estaras bien lo juro..." –

- Lo siento yo creí que me matarías - Vane miró a Marcus mientras este con su mirada
senera no parecía perturbado por su disculpa

- Los humanos nunca debería ver lo que no es como ellos- sus ojos la penetraron - nunca
deberían intentar ser más poderosos de lo que ya son, esa es la causa de su propia
destrucción...

-Vaya tienes una manera peculiar de decir "acepto las disculpas" - La cabeza de ella
retumbaba y eso la hacía sentirse fastidiosa, tal vez fuera a que era de madrugada y
sabía que no había dormido bien

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- Nunca doy disculpas - él se levantó y caminó trayendo la mochila de su escuela - metí tu
laptop aquí, no creo que este dañada asi que...

-¿Qué?...

- Hoy en la noche vendre a que me cuentes todo - Vane estuvo apunto de protestar - solo
te doy un día, espero algo mejor que un simple "no"

- De acuerdo - Vane cerró los ojos, hoy no iría a la escuela su pierna le dolia demasiado,
su cristal, diria a su madre que se había resbalado y todo quedaría en un accidente. Tomó
su cobertor y se cubrió por completo ¡perfecto el idiota le había puesto el pijama!

***

Marcus estaba entrando a la suite principal del hotel cuando oyó tras de si un carraspeo
de desaprobación, su cuerpo se puso rigido, pero enseguida se relajo bien conocía de
quien procedía ese sonido que le llegaba a fastidiar; se volteó resignadamente alzando
las manos en señal de rendición.

- Bien me tienen atrapado – gruñó. Adolfo y todos los demas lo estaban espernado, y por
la cara de su compañero era ovbio que no estaban muy felices.

- ¡Son las 4 de la mañana! ¿Donde diablos te metiste? - Adolfo estaba que hechaba
chispas por sus ojos, era el unico del grupo que no traía ropa de dormir, sino un traje cafe
confeccionado y sin una arruga "lo típico" pensó Marcus, pero al parecer lo había
esperado toda la noche para soltarle su discurso de responsabilidad

- ¡Va! que mas te da - La respuesta de Marcus casi descontrolo a Adolfo, pero este mejor
se resigno, a final de cuentas Marcus era Marcus.

- Que desconsiderado me tienes aqui en pijama y no me invitas a pasar - Paula habló tan
repentinemente que los demas se dieron cuenta que solo llevaba una bata rosa sin
mangas, con encajes y listones en el frente; no era una bata de niña, tampoco de mujer,
pero gritaba "mirenme soy bella" en todas sus formas femeninas, era sin duda un postre
irresistible para cualquier hombre o hombre lobo, y en sus brazos sotenía a Merlín su gato

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negro. Marcus la observó solo un instante se rasco la cabeza y terminó de pasar la tarjeta
de acceso.
- Son tan molestos - Dicho esto todos pasaron tras de él y se acomodaron en la sala
blanca. Marcus tuvo que contarles todo lo que había hecho no era posible ocultarles
nada, por extraño que pareciera se conocian tan bien que sabían cuando uno de ellos
decía la verdad o no. Cuando termino fue hacia el bar agarró el wiski y se lo sirvió bien
cargado, con la mirada de Adolfo siguiéndole.

- Jajajajajajaja la asustaste jajajajaja - Marcus vio con sorna a Elías el segundo de sus
mayores, este tenía 28 años pero era el mas inmaduro de todos, su cabello rubio y sus ojos
verde musgo le daban una apariencia mas joven justo como Adolfo no parecían mayores
de 26 años, solo llevaba sus boxers puestos y se agarraba el estómago de tanto reír,
cuando lo conocio le parecío un tipo divertido y gracias a él su vida había pasado de gris
a llena de colores aventureros, no tenía nada en su contra pero su risa lo estaba irritando
de sobremanera

- No le veo lo dirvertido

- Pues claro que lo es, vaya y yo que pense que te habían entrenado bien, jajajajaja - y de
manera melodramática se toco la frente, ni un actor de teatro lo hubiera podido igualar -
él joven no sabe como seducir a una chica jajajajaja

- ¡A callar! - Su hermano Eliseo golpeó a Elías dejandolo sin aire. -¿Por que no tengo un
hermano menos infantil? - Eliseó era mas joven por un año que Marcus pero eran
completamente diferentes, el chico era rubio y de ojos verdes era maduro y responsable,
tan diferente a su hermano, pero su lealtad era tan fuerte como el oro puro, - no veo por
que tenías que buscar a esa chica en esas cinrcunstancias - Eliseo llevaba unos
pantalones de algondón puestos y tanto sus brazos cruzados como su mirada parecían
desaprobar a Marcus - púdiste matarla, es humana

- No le paso nada grave - Marcus golpeó la mesa con el vaso vacío - tampoco es tan
inocente, ella es la cuentista

- Vamos calmate querido - Paula estaba finamente sentada en un sillon redondo,


acariciando a su gato negro quien al parecer disfrutaba de sus atenciones, y su sonrisa
traviesa lo relajo al instante, solo ella no juzgaba sus actos, era una chica comprensiva y
de mente agil. Esta se levantó dejó a Mérlín en el suelo alfrombrado y tomo el vaso, con
pasos lentos y cautivadores llevó el recipiente a la cosina, con el gato siguiendola como

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su fiel guardián - no veo por que tengamos que discutir, si el ya se descubrio con ella no
hay marcha atras - habló desde la cosina, mientras se oía que estaba buscando algo en
el refrigerador- lo que nos queda es apoyarlo y empezar a trazar un plan eso es todo -
terminó diciendo con una sonrisa de oreja a oreja mientras le daba un vaso de leche a
Marcus

- ¡El ya no es un niño para que lo defiendas Paula! - Adolfo no se había relajado, al


parecer seguía tan enojado como cuando le había comentado Marcus sus sueños por
primera vez

- Tu eres demasiado agrio - dijo Paula con el ceño fruncido, esta nunca estaba de
acuerdo con Adolfo, entre ellos había una chispa de antipatía desde el momento en que
se vieron - Tal vez te deba servir miel con leche caliente cachorrito - dijo alzando la
barbilla, mostrando superioridad - asi se calmara tu mal humor - Esteban no soportó el
comentario y cerró los ojos fuertemente, la chica lo sacaba de sus casillas y solo tenía 13
años, era claro que este no quería ni pensar cuando ella tuviera sus poderes, sería una
guerrera temible e insoportable como siempre

- Bien lo acepto fui un irresponsable pero no me arrepiento - Marcus se terminó la leche y


caminó a su dormitorio - pero les diré algo...- los miró por encima del hombro mostrando
poca importancia por lo que estos fueran a decir - hoy en la noche la volvere a ver y eso
es todo - terminó dando un portazo en su cuarto.

- Es adorable cuando piensa que tiene todo bajo control - se mofó Elías quien se veía tan
divertido como hace un momento

- Si. Lo es, por eso nosotros estamos aquí - Sonrío Paula mientras avanzaba dulcemente
hacia Eliseo quien tendio gustoso sus brazos a su pequeña para acomodarla entre ellos
- Para protegerlo - acompletó la frase este con una sonrisa cuando ella le dio una caricia
dulce en su rostro

- ¡Dile a tu mugroso gato que deje de pasarse entre mis piernas! - gruño Adolfo y todo se
hizo silencio

***

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"Las pisadas se hacían mas pesadas, su aliento a sangre lo hacía enloquecer; pisada tras
pisada buscando saciar la sed. Sus victimas ahora son recuerdos olvidados a sus ojos rojos
que son los que lo dirijen, gritos, llanto y sufrimiento; su alma esta hecha a la medida del
odio, nada lo puede detener ahora todo esta perdido para el ultimo que tiene
esperanza... Por que yo soy Marcus...."

Vanessa estaba tecleanto una tras otra las palabras, había soñado con él de nuevo; algo
en su interior le decía que esto no pararía no de la forma que ella quería; cerró su portatil
de un manazo, no soportaba mas; aveces quería cortarse sus manos.

-Dime te sientes mejor

- Si no te preocupes ya se me paso la temperatura - Vane no había ido al colegio había


hablado con su mamá y esta consintió en que descansara si se sentía mal; claro que se
había armado un alboroto por la ventana rota pero sus padres no siguieron insistiendo, asi
que se había quedado cuidando a Teo y Esteban le estaba hablando para verificar por
que había faltado eso la hacía sentirse un poco mal por no poder confiar en el, pero asi
eran las cosas y si quería que Marcus saliera de su vida tendría que cooperar. Y eso era
otra cosa que la preocupaba seriamente.

- ¿Por que estas tan callada? - Esteban sabía cuando ella no le decía todo - es que paso
algo

- Mmmmmmm - Vane ya no quería mas complicaciones y cambio el tema - ¡quieres venir


a mi casa! - "estupida" penso pero ya lo había dicho

- Me tendras ahi en cinco minutos - Y se oyo como colgo con prisa

Vane se paró rapidamente de la cama y se arregló su cabello, se vio por un momento en


el espejo y al ver que traía la pijama de pantalon y blusa morada a esa hora de la tarde
se avergonzó, pero se resigno rapidamente, ya que Esteban nunca se fijaba en eso, salió
de su cuarto y fue a ver a Teo, aun seguía dormido en su cuna como de costumbre, le
acomodó la frazada y bajó a la sala. A pocos segundos de llegar se oyó el timbre.

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- Aqui me tienes linda - Esteban sonrío ampliamente con su cabello de zanahoria cuando
abrió la puerta

- ¡Vaya si que eres rapido cuando te conviene! - Vane lo dejo entrar y señalo el sofá,
Esteban se sentó de un salto - ¿quieres refresco?

-No gracias - Esteban sonreía de una manera que la hacía sentirse especial y mas cuando
sus ojos la miraban tan penetrantemente - ¿y que no te ves tan mal?

-No... - Vane se sentó a su lado y el se acomodó para abrazarla - sabes Esteban creo
que... - Vane no se atrevió a decir mas simplemente lo abrazó y se mantuvo asi por un
buen rato

- ¿Mejor? - Ella alzó su rostro y le sonrío

-Sip - y se separó de él

-Vaya esta forma tuya de enfermarte me gusta - Vane le saco la lengua - mas si recibo un
abrazo - y una almohada se estrello en su cara

- ¿Y que hicieron en clase? - Vane se agarró sus piernas y se meció de un lado a otro, pero
al ver el rostro serio de Esteban se quedó quieta - ¿sucedió algo?

- En la escuela nada - Esteban agarró un chocolate de la dulcera en la mesa y lo abmiró


un rato antes de meterselo a la boca - pero vaya que preguntas - miró a Vane y se
hacercó a su oido - Bety dice que le gusto...

- ¡¿QUE?! - Vane casi se cae del sillón al oir el pequeño pero a la vez perturbador
comentario

- Jajajaja sabía que pondrias esa cara - Esteban se hizo a un lado antes que otro cojin le
pegara - pero es cierto

- ¿Y?

- Y... pues le dije que no

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- ¡Dios! eres un bruto - Vane se paro y lo vio fijamente y Esteban se puso rojo por su
escrutinio

- Y ahora que te pasa tú sabes que ella no me gusta, es solo una amiga

- ¡Los hombres son unos animales! nunca se fijan cuando hacen daño....

- ¿De quienes hablas? - Vane se quedo petreficada, era una idiota casi decía el nombre
de Marcus

- Nada solo que me sacas de onda- se acercó - yo siempre pense que eran mas que
amigos ....- Esteban casi le saca los ojos con la mirada - ¡Vaya perdón! pero eso es lo que
pense

- De acuerdo - Él ya no siguió con el asuto y se cruzó de brazos - pero soy sincero con lo
que siento, de todas maneras recibi una buena paliza de parte de Carlos y Belen

- Tal vez te la merecías

- ¡Ja! esos dos deberían de ocuparse de sus cosas

- Y ¿como esta ella? - Vane empezó a preocuparse por Bety, desde niñas habían sido las
mejores amigas, y se contaban todo y en cierta forma le dolía que no haya confiado en
ella en algo tan delicado sino ¿para que estaban las amigas? si no era para apoyarse.

- Bety es muy madura - Esteban bajó la mirada y se veía muy confuso - pero se que le
dolío...

- Tengo que hablarle - Vane estaba estirando su brazo para agarrar el telefono cuando
sintió como su amigo la detenía y la giraba para que lo mirara a él -¿que paso?

- No le hables

-¿Por que? - lo miró frunciendo el ceño

- Ella sabe por quien le dije que no... - Y la empezó a mirar fijamente de nuevo pero en su
mirada estaba eso que la hacía sentirse tan bien - Fue por ti

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- Esteban...yo no
- Si ya se lo que me contestarás pero asi es el corazón - este dejo su brazo y se recargó en
el sillon cerrando los ojos - pero me gustas

Ella lo miró por un momento, y se acomodó a su lado, no es que ella no lo quisiera; el era
todo para ella pero el saber que Bety estaba sufriendo no la hacía sentirse feliz algo se
rompió en su interior y le gritaba que no debía detenerse pues podía ser la ultima vez.

- Esteban

-Vanessa.... que lindo suenan nuestros nombres junto ¿verdad? - y la volvió a abrazar

- Si suenan lindo - y ella lo abrazó

Marcus miraba como la cuentista estaba abrazada con aquel chico, -"es ovbio que
tenga compañero"- se dijo, pero algo le molestaba; se acomodó en el arbol desde donde
estaba viendo la escena, tendría que esperar a que ella se fuera a dormir, no sería nada
facil convencerla para que volviera con él al parque pero tenía que terminar con todo
este asunto de una vez por todas; olió el viento y se acurrucó en la rama para dormir un
poco, esta noche sería muy larga.

Los padres de Vanessa llegaron temprano e invitaron a cenar a Esteban pero este declino
por que tenía tarea por hacer, Vane se despidio de el con un apretón de manos y este se
fue corriendo por las calles del fraccionamiento.

- ¡Vaya si que ha crecido este chico! - su papá era muy alegre y miró a su hija de forma
interesante - entiendo ahora por que nos visita tanto

- ¡Si querido no es por mi forma de cosinar eso es seguro!- gritó su mamá desde la cosina

- Ire por Teo - dijo Vane poniendo los ojos en blanco

- ¡Huye del amor cobarde! pero este te alcanzará - escuchóla a su padre al final de las
escaleras

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Teo estaba sentado en su cuna jugando con sus cubitos y cuando la vio entrar le sonrió
dulcemente, Vane amaba a Teo era un angelito por alguna extraña razón nunca les dio
problemas y eso que estaba en la etapa de la pre rebeldía.

- ¿Por que si te despertaste no me hablaste? - le dijo mientras lo cargaba y le daba un


beso en su mejilla rosadita

- Mi hermanita estaba feliz - contestó el niño quien no le dio importancia

- ¿Feliz? - Lo vio a los ojos; su hermanito la miró y toco su boca

- Él hace feliz a mi hermana jajajajaja

- Eres un listillo - y le acaricio la nariz - será que puedes leer la mente pequeño duende

-No soy un duende - Teo la miró ceñudito mientras bajaban las escaleras - ellos dan miedo

- Jajaja y tu como lo sabes si no has visto uno

- Yo si he visto duendes - y puso su manita en su oreja para decirle un secreto - ellos nos
observan en la noche, sus ojos azules nos observan - Esto ultimo hizo que Vane viera a Teo
con extrañeza

- Ya no mas peliculas de los Teletubies despues de cenar

- No me gustan los teletubies soy niño grande

Despues de una conversación extraña con Teo, cenó y se preparó para la llegada de su
pequeño problema, se baño y cambió con ropa comoda, unos jeans y un sueter blanco,
dejó la ventana abierta y se acomodó entre las cobijas, miró el reloj y confirmó que no
pasaban de las diez, su mirada no se apartaba de la ventana no quería que su visitante la
agarrara con la guardia baja como el otro día, pero al llegar las doce estaba
completamente dormida y no sintió cuando su pequeño problema entraba con mucho
cuidado por la ventana mirandola sonriente.

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- Despierta palomita.....
Vane no dejaba de oir esa insistente voz en su cabeza, quería seguir durmiendo mañana
habria escuela y el no poder dormir la estaba fastidiando mucho y entonces sintió algo
húmedo pasar sobre su mejilla, eso fue suficiente para despertarle y hacerle ver al hombre
enorme que estaba sobre ella mirandola fiajemente con esos ojos esmeralda que la
dejaban por momntos noqueada.

- Mmmm.... no sabes tan mal - fue la respuesta de Marcus al ver los ojos de sorpresa de
Vane

-¡Ah-h....! - Ella estaba apunto de descubrilo si Marcus no le hubiera tapado la boca antes
de que gritara

- Ni se te ocurra - bufó - vaya que ustedes no pueden soportar una pequeña broma - los
ojos de Vane parecían dardos venenosos - es ilógico que pienses que te podría comer -
Marcus puso los ojos en blanco - no en la forma que tu crees... - terminó mientras se hacía
un lado al ver que ella lo empezaba a golpear con sus piesitos, comparados con los de él
era muy pequeños

- Eres un animal - Vane se paró de sopetón y lo miraba reprobantemente - que fue lo que
me hiciste en la cara - pregunto y muy en el fondo sabía que la respuesta no le iba a
gustar

- Te quería despertar pero eres una piedra - y sonrío sentandose en la silla del escritorio -
asi que no pude resistir y te probe un poco - Vane casi se cae de la cama al oir la palabra
"probe", es que acaso ¿si la estaba degustando como un plato de comida?; esos
pensamientos la hicieron poner cara de asco y pasarse el brazo por la mejilla para
quitarse la sensación de estar siendo comida - ¡vamos mujer no seas tan cerrada!

- Vete al diablo - le contesto entre dientes - si vuelves hacer eso yo te...

-Tú ¿que? - pregunto

- Simplemente no lo vuelvas hacer - Vane se paró de la cama, sentía la mirada de él


cuando iba de aqui alla buscando lo que le tenía que entregar. Agarró una caja negra
bajo su cama y la saco con un poco de dificultad, estuvo apunto de decirle al tipo que la
ayudara pero eso sería como invitarlo a burlarse mas de ella, y eso no lo permitiria su

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orgullo estaba ante todo, asi que jaló mas fuerte y destapó la caja, reviso todos los diarios
y lo miró - esto te pertenece

-¿Qué es eso? - Marcus se agacho junto a ella y miró un monton de libretas de todos los
tamaños y colores - Fiuuuuu..... Vaya te gustan las libretas

- Son mis diarios - le contestó Vane pero al ver que él no captaba decidío ser mas directa -
es todo lo que he escribido desde que tengo seis años - Marcus ahora la miraba
directamente parecía querer escudriñarla, arrancarle la cabeza para ver dentro de ella -
es tu historia

- ¡Esto no es mi historia! - contestó bruscamente - ¡son las locuras de una chiquilla estupida
que por alguna razón tiene información mía metida en su cabeza!

- ¡Como quieras! - Vane no se iba a dejar intimidar de nuevo, cero la caja y se la ofrecio -
esto es tuyo ahora y porfavor tomalo y no vuelvas mas

- ¿Qué te hace pensar que querría volver? - Marcus tomo la caja y con paso furioso se
adelantó a la ventana.

Ella estaba furiosa, era un tipo desagradecido y salvaje; no bastaba que la atormentara
en sueños ahora era real, pero pronto saldría de su vida en cuanto cruzara la ventana.
Marcus estaba saliendo por la ventana justo cuando sintió algo extraño, como si estuviera
dejando algo importante, giró su cabeza al interior de la recamara y vio a Vane parada
cruzada de brazos, esperando su partida con ansias nada disimuladas en los ojos, eso por
alguna razón lo hizo enfurecer, arrojó la caja al pequeño jardín sin contemplaciones y
para horror de Vane que estaba apunto de abrir su puerta y huir el la tomo del brazo y la
sacó con el fuera de la casa.

-¡¿Qué te pasa?! - Vane lo golpeaba con su mano izquierda pues la derecha había sido
atrapada por los brazos de Marcus que ahora la veían con extrañeza - ¡bajame! gritare si
no lo haces

- Solo intentalo - le dijo para terminar su discusión y saltó con ella en brazós

- ¿A donde me llevas? - ahora ella se sentía aterrada la mirada de Marcus no era buena,

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era gelida y con un toque de maldad - ¡me vas a matar! - gimió cuando el se paró en un
puente por donde pasaban autos

- No - Marcus estaba siendo irrazonable y lo sabía pero no podía evitarlo algo le decía
que tenía que sacar a la chica de aquella casa, era como si alguien se lo ordenara
desesperadamente y era endiabladamente molesto - ¡sal de mi cabeza!

- Yo no te estoy haciendo nada - Vane ahora estaba mas asustada y miraba como
Marcus se agarraba la cabeza con ambas manos y parecía querer arrancársela

- No te-ha-blo a t-ti - Marcus la vio con desesperación, lo que parecía una voz en su
cabeza lo estaba manipulando con mucha facilidad y la alarma en ella le decía que
tomara a la chica y huyera de algo desconocido para ambos pero que si los encontraba
estarían perdidos - perdoname chica

Marcus tomo a Vane en brazos de nuevo y siguió saltando y corriendo entre los techos, no
podía desobedecer a lo que le estuviera manipulando el cerebro, pero sino obedecía
algo muy malo ocurriria. Y asi los dos siguieron huyendo sin saber por que o hacía donde
pero muy seguros de que esta noche iba marcar sus caminos para siempre y en muy
pocas horas.

***

El padre de Vane se levantó de una corazonada, algo le alerto que su casa estaba
insegura, miró a un lado y su esposa seguía durmiendo tranquilamente, sonrío al verla y le
besó la mejilla; quito las colchas que lo cubrián y decidió ir por un vaso de agua, penso
que eso lo calmaría de esa repentina ansiedad, caminó hacía la puerta y cuando la abrió
vio un par de ojos azules como un zafiro que lo dejaron paralizado de sorpresa.

- Disculpe la interrupción señor... - dijo una voz suave que pertenecía a esos ojos y todo lo
demas se pintó de rojo sangre.

***

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Vane se agarraba fuertemente de la camisa de Marcus, a la velocidad que iban le era
casi imposible abrir los ojos; pero solo vastó un momento para que un presentimiento tan
fuerte como el miedo le hiciera ver que su familia corria peligro.

-¡Bajame ya! - empezó a forzejear de nuevo con Marcus pero este parecía no escucharla,
sus hermosos ojos verdes estaban nublados, era como si solo estuviera basandose en sus
instintos de supervivencia - ¡Porfavor dejame volver! - pero el hombre no paraba y sus
enormes piernas los llevaron rápidamente a las afueras de la ciudad, era algo que no
comprendía, la angustia crecía en su interior a medida que veía las luces de la ciudad
desaparecer entre las colinas ¡Este hombre le haría algo! y como un rayo una voz sono en
su mente diciendo las palabras que detendrían a su captor: "Su nombre" dijo la voz en su
cabeza, y al instante lleno de aire sus pulmones para gritar lo mas fuerte que podían sus
fuerzas. - ¡MARCUS!

Y como si de un hechizo se tratara Marcus trastabilló antes de parar de golpe contra la


tierra y dejar caer a Vane que sintió quebrarse su brazo izquierdo y pegó un alarido.

- ¡¿Que diablos?! - Marcus reaccíonó confundido, se miró las manos y al tiempo en que se
ponía de pie, estaba pensando que algo le faltaba en sus brazos cuando oyo un quejido
de dolor tras de él; cuando giró vio a la Cuentista retorciendose del dolor, parecía estar
lastimada del brazo - ¡Espera no te sigas moviendo! - Marcus caminó hacia ella, pero esta
al verlo con su rostro palido del dolor se empezó a retirar como si el fuera el mismo diablo -
¡No te haré daño! no fue que quisiera hacerte esto - Marcus la agarró por el brazo
izquierdo para traerla hacia él que oyó claramente en su oido el grito de agonía por ser
tan rudo, la chica no tenía la culpa y el lo sabía asi que maldijo hacia sus adentros y tomo
mas delicadamente su brazo - Esta roto

- ¡Vaya! me sorprende tu conclusión - Marcus miró a la chica que a pesar de todo parecía
estar apunto de sufrir un colapso

-No creo que estes para bromas ¿verdad? - sacó su celular y empezó a marcar un
número, Vane pensó que a pesar de tener manos grandes el era muy rapido oprimiendo
los numeros, algo que ella no tenpia pues era una tortuga - Necesitamos ayuda - Marcus
la veia con irritación mientras se ponía al habla con lo que parecía un amigo

- No ire contigo - Vane se trato de poner en pie pero el solo moverse le causaba dolor asi

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que decidió que el desesperarse como estaba empezando a hacer en ese momento no
era bueno. Por otra parte Marcus no hizo el menor movimiento de detenerla, tal vez le era
ovbio que ella no iria a ninguna parte

- ¿Estas disponible? - La voz de Marcus sono el la oscuridad del campo cuando al parecer
alguien le había contestado - mmmmm.... gracias sabía que podía contar contigo - Vane
vió por unos instantes algo que no creía encontrar en ese hombresote de dos metros, una
sonrisa sincera, era ovbio que quien le estuviera respondiendo era alguien de sus
confianza - Te vere pronto amor - y por supuesto tambien podria ser una amante... en
cuanto este pensamiento le vino a la cabeza lo desecho ella no tenía que preocuparse
por el - listo ¡vamos! - y se levanto con ella en brazos a pesar de su queja - nos esta
esperando

- Yo quiero ir a mi casa - Vane estaba muy cansada asi que solo pudo decir esto antes de
caer desmayada

Toda su casa estaba llena de sangre, los pies desnudos de Vanessa caminaron
manchados en ella hacia la recamara de sus padres, su corazón latía con violencia, en
las paredes aun se podía escuchar los gritos de tortura,dolor, llanto y suplica, los ojos de
ella estaban apunto de estallar en llanto algo malo sabia bien había ocurrido, siguió
avanzando hasta quedar enfrente de la recamara de sus padres, abrió la puerta y todo
se hizo oscuridad...

- ¡Noooo! - ella gritó al levantarse y quedó confundida al ver que se encontraba en una
cama que no era la suya, la pesadilla de hace un momento le decía que debia volver a
casa lo antes posible

- ¿Vaya pense que no despertarías? - Vane miró a Marcus quien salía con una toalla
humeda secandose la cara, al parecer había tomado un baño, fue entonces que se
percato del vendaje que tenía en el brazo - ella es muy habil para esto asi que te curaras
en la mañana

- ¿Ya despertó? - se oyó una voz musical que salía del baño, era de la mujer que la había
curado y no la hizo sentirse muy comoda

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- Si - conestó Marcus quien se sentó en un sillon rosa con flores vino como estanpado y
subió sus enormes pies a la mesita de centro de la salita

- Baja tus pies de mis cosas - Vane miro a la dueña de esa voz tan dulce, solo era una
jovencita de cabellos dorados y ojos verdes quien sonrería picaramente cuando le guño
un ojo - Los hombres son unos maleducados ¿no crees?- Marcus estaba bajando los pies
cuando escucho el comentario y se sonrió, mientras la jovencita se acercaba
delicadamente a Vane, su cuerpo era casi el de una niña pero sus andares eran de una
mujer - Hola soy Paula Maine - le saludó mientras tomaba su mano derecha con
delicadeza - espero que no te moleste que te haya ayudado tan tarde pero se ve que el
irresponsable de mi compañero no tiene tacto a pesar que siempre ha vivido con una
dama - La chica miró a Marcus con reprobación y este solo le contesto con una
inclinación de hombros y una mirada alegre

- Yo soy Vanessa - y soltó la mano e la muchacha cuando volteó su mirada a Marcus


quien ahora ya no sonreía - quiero que él me lleve a casa

- No puedo llevarte - Marcus se cruzó de brazos y la miró con sorna

-¿Por que? - Vane estaba llegando al punto de sus limites

- Calmate querida - Paula la miró con preocupación - lo que sucede es que al parecer
alguien le advirtió que no te dejara volver a casa por esta noche

- ¡Eso es un disparate!

- Cuidado en como le contestas Cuentista - él ya se había parado de golpe y caminaba


hacia ella tratando de intimidarla - Paula te curó y dejo que te acostaras en su cama
deberías ser cortes

- ¡Me vale lo que tú y ella piensen yo me largo! - Vane se empezó a parar y justo cuando
se iba a poner de pie la mano de una persona o mejor dicho la mano de Paula la jalo con
una fuerza impresionante que casi la hunde la cama de nuevo, esta chica no era normal

- Perdona mi falta de tacto pero la medicina que te puse tiene que hacer efecto - Paula
hizo un pucherito con su cara que Vane no tuvo corazón para enojarse con ella

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- Escuchen algo me dice que mi familia me necesita - Paula y Marcus se mirarón
extrañamente - se que no creen en una persona como yo pero les digo la verdad - estos
no parecían muy convencidos - amo a mi familia son todo para mi... - terminó en un
zusurro y al parecer estas palabras fueron las que decidieron a Marcus a mirarla con
autentica impresión

- Esta bien - le dijo y se hacercó a su rostro al punto de casi chocar - pero sea lo que
encuentres de nuevo ahi, es seguro ¡no te gustara!

- Eso yo lo decido - Vane penas sintió como el la tomaba en brazos y el aire de la ventana
abriendose le pegó en la cara dandole una muy fría acogida a la oscuridad

- ¡Dios por que no usan el elevador! - Dijo Paula a sus espaldas quien al parecer no los
pensaba en detener - todos los hombres son iguales de testarudos - alcanzó a oir las
ultimas palabras antes de que Marcus saltara al vacío con ella aferrandose a él con
esperanzas

***

Vanessa nunca había llorado por nadie, desde pequeña siempre había procurado que
sus pesadillas no interfirieran en su vida y mostraba un cara alegre todo el tiempo, sentía
que si lloraba su vida terminaría y su razón no volvería, eran pensamientos que ella se
guardaba y no los compartía con nadie, ni con su familia pero jamás imaginó que el llorar
por alguien tambien pudiera romperle su corazón. Y las llamas azules se levantaban como
montañas por toda su casa, el fuego estaba arrasando con todo, sus recuerdos, sus
sueños y su familia.

- ¡Mamá, Papá,...Teo! - las lagrimas de Vane no paraban sentían que se ahogaba, toda su
vida se estaba extinguiendo con las llamas, trató de acercarse al incendio pero Marcus se
lo impidió agarrandola fuertemente por la cintura

-¡Estas loca! son llamas azules - Marcus estaba tratando de no hacerle daño pero su rostro
reflajaba tristeza y mucha indignación - ¡no puedes hacer nada por ellos ese fuego no es
normal te calará hasta los huesos!, ¡como si nunca hubieras existido!

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- ¡Sueltame! - Vane lo mordio y se soltó, corrió hacia su casa pero no pudo cruzar, sus
piernas se congelaron y solo se quedó parada observando y llorando - ¿por que?
- Nadie puede salvar a lo que es quemado por las llamas azules - Marcus estaba tras de
ella y la jaló para que no se lastimara - lo siento...

- Tu no entiendes...- Ella lo miró con sus ojos vacíos y un escalosfrio cruzó por toda la piel
del hombre lobo, era como verla muerta y esa sensación no le gustaba nada - eran todo
para mi - y empezó a llorar de nuevo; la chica se estaba rindiendo

- Te entiendo mas de lo que piensas - Marcus la cargó de nuevo, ella no opuso resistencia
esta vez, parecía una muñequita de trapo, tan hermosa y sola. - tenemos que irnos los
humanos se daran cuenta dentro de poco y ya no tienes nada que hacer aquí....- Vane
no le contestó sus ojos seguían fijos en su casa - Escucha - la chica no lo miró pero él se
acercó a su oido y con un suzurro dijo - Yo enconrtraré a los causantes y los matare. Es una
promesa.

Ambos regresarón al hotel, pero Marcus no estaba nada contento, la furia que sentía era
inmensa, la chica a la que él odiaba ahora le necesitaba, le prometió venganza y eso le
daría; las llamas azules eran el simbolo de la muerte entre su mundo, ningun humano
podria causarlas, los unicos capaces eran los seres como él; algo en su interior le decía
que esto tenía que ver con él principalmente y si ese era el caso la familia de la Cuentista
había pagado por su imprudencia.

Cuando llegó al hotel decidió que era mejor que ella descansara en su cuarto, mañana
tendria que enfrentar a cuatro opiniones diferentes y tendría que estar listo para lograr
que ellos vieran las cosas desde su perspectiva. Marcus sintió la mano de la chica
apretarse como si fuera una niña pequeña a él, este gesto causo que se sobreslatara pero
por algo ilógico él tambien quería estar con ella, la acostó en la cama, le acomodó el
edredón, que se alegro estuviera limpio por la delicadeza de Paula, y se acostó junto a
ella sintiendo su respiración y esperando que por la mañana sus ojos ya no estuvieran
muertos.

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CAP 8. DOLOROSA DESPEDIDA

Musa de mi alma
inspirame con tu aliento suave
y mientras lloras lagrimas de cristal
dejame tocar para ti

Los ojos de Paula estaban fijos en la recamara de él mientras le daba de comer a su gato
Merlín, solo así Marcus que estaba sentado en la sala de estar se dio cuenta que su
compañera estaba preocupada por la Cuentista, ya había pasado una semana exacta
desde que había traido a la chica con ellos, y esta permanecía igual, totalemente
callada con una mirada vacía, no comía a menos que Paula le diera y entre otras mas
necesidades básicas para vivir, era ovbio que había perdido la voluntad.

La mañana en que les dijo a sus demás compañeros sobre la chica, había resultado ser
toda una bomba, Adolfo el mas grande de todos se había enojado como de costumbre y
para no discutir mas había decidido volver a Inglaterra, por otra parte Elías y Eliseo les
había impresionado todos los sucesos y se interesaron solo hasta el momento en que se
vieron aburridos y decidieron viajar y reunirse con Adolfo, solo una persona había
permanecido con él y era su querida Paula, y es que ambos sabían por lo que la chica
estaba pasando, el dolor de perder a tu familia. Así que desde entonces no sabía como
hablarle a la Cuentista, temía que no pudiera tratarla, se sentía muy confundido, no sabía
que hacer o como ayudarla.

La mano caliente de Paula le acarició la mejilla mientras se sentaba junto a él con Merlín
entre sus brazos, estaba muy bonita, esta vez llebaba una falda tablonada rosa y un
sueter de cuello alto negro, eso la hacía verse como toda una dama.

- Estas preocupado ¿verdad? - Paula podía leer sus pensamientos sin necesidad de
preguntarle, era una chica muy intuitiva y le daba gracias a los espíritus que no pudiera
ver a su verdadero yo.

- No realmente... - Marcus la abrazó y se recargó en el sillón mientras le acariciaba su


cabello amarillo limon - solo que no se que voy hacer con ella...

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- Ella esta sola - Los ojos verdes de Paula se encontraron con los de él con una expresión
serena y llena de compasión - no la abandones

- Es humana

-Y eso que tiene que ver - Paula dejó aun lado a su gato negro que se asicalaba con
mucha elegancia - tu sabes que eso no impide que la ayudemos... tu menos que nadie

-Tratas de que le tenga lastima ¿como tu? - Alzó sus cejas casi reprochandole, Paula
simplemente le sonrio y se paró de su lado

- No - lo miró tan profundamente que él sintió que su respiración faltaba, odiaba que ella
hiciera eso, esa mirada lo conseguía todo, inclusive una vez Adolfo le había llamado Bruja
por verlo así y es que sus ojos eran hechizantes y llenos de sensualidad para ser solo una
chica de 13 años - Yo no te obligaré - Se encaminó para salir del cuarto con su mascota
de tras - pero le prometiste venganza y eso es poner tu palabra en juego

Paula salió de la habitación con la misma elegancia que su felino, Marcus se paró del
sillon y se hacercó a la recámarade de su invitada inesperada, tocó una vez pero nadie
contestó, nadie contestaba nunca; tocó la manilla y la giró; si debía que encontrarse con
la cuentista y esa mirada vacía de nuevo era seguro que tendría que soportarlo y
afrontarlo, pero cual fue su sorpresa que en vez de eso se encontró con una mirada
decidida y fría como la noche; la voz de la chica se oyó como un silbido cuando se paró
de la cama y le dijo:

- Llevame de nuevo...

El cabello de Vane se agitaba con el viento, hace unas horas le había pedido a ese
hombre que la trajera, ahora no sabía si estaba arrepentida; mirando su casa o los restos
de esta era como revivir de nuevo el dolor, por lo que Paula le mensionaba, en las noticias
decían que fue un accidente y que toda la familia se había calcinado, era ovbio que no
sabían la verdad y solo sacaron conclusiones para que la gente ya no hablara o
sospechara.

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El viento era frío, se abrazó a si misma tratando de recomponer todos los sucesos, quería
encontrar la explicación a lo que le estaba pasando, el por que del asesinato de su
familia, pero lo unico que pudo destacar era que sus desgracias habían empezado justo
cuando el apareció, Marcus. Vane estaba furiosa y al ver su casa de nuevo y lo que una
vez tuvo, sus lagrimas empezaron a escurrir, lo había perdido todo; no sabía que hacer,
ahora estaba sola, sus padres nunca mencionaban tener un familiar, ambos eran
huerfanos y se habian conocido en un orfanato en donde se enamoraron, todo lo demas
era irrelevante; eso le comprobaba que no tenía nada, sus estudios, sus recuerdos, su
familia y sus amigos; el agijonazo que sintió en el estómago era tan fuerte al destacar en
el ultimode de sus pensamientos a solo una persona, pero tenía que luchar, salir adelante;
no sabían como pero lo haría y encontraria justicia. Ese pensamiento le dio esperanza
mientras se secaba las lágrimas con su sueter.

Marcus no apartaba la mirada de la chica, estaba enojado por haber cedido a su


petición y traerla a esta hora de la noche y con un frío que era insoportable para los seres
humanos como ella, el observaba su espalda, se preguntaba que estaría pensando, no
quería molestarla; el silencio aveces era el mejor remedio y sobre todo cuando la persona
que uno tiene a su lado no es para nada agradable. Sin embargo el cabello de la chica
brillaba con la luna y parecía que tocaba sinfonías con cada movimiento, no lo había
notado pero no era una chica común era como si ella lo hubiera estado esperando,
como si todo esto hubiera tenido que pasar para que ella pudiera estar a su lado, en el
momento que pensó eso se reprendió por ese acto y se metió las manos en los bolsillos.

El ambiente entre ambos era tenso y Vane no quería voltear, pues se encontraría con esa
mirada verde, y no sabría como enfrentarlo; todos estos pensamientos se esfumaron en
cuanto oyo una voz conocida que no provenía de aquel hombre.

- ¿Vane? - Ella volteó y casi se le sale el corazón cuando vio a Esteban encaminandose
hacia ella, tenía una mala pinta, como si no hubiera dormido en años, su cabello pelirrojo
y sus pecas le hacían parecer un adulto y no un joven, él estaba preocupado y muy triste

- ¿Como...estas viva? – su voz tenía un toque espantado

- Yo... - Esteban estaba parado frente a ella su mirada era innescrutable, parecía como si
estuviera viendo un fantasma - Yo... - Vane no podía hablar era como si su voz rechazara
el poder dar un explicación a su amigo. Pero a penas pudo reaccionar cuando sintió
como los brazos de Esteban la rodeaban y la traían hacia su pecho.

- Pense que nunca volvería a verte - Ella lo miró y las lagrimas de ambos se fundieron con
un tierno beso en los labios, el la retiró un poco y habló - ya no quería vivir sin ti, el saber
que no vería tu sonrisa, tu ojos, tu cabello y tu boca... - Y la besó de nuevo, Vane nunca
había besado a Esteban por considerarlo un amigo pero en este momento necesitaba

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tanto de él que no importaba como él le demostrara su apoyo - por eso venía a tu casa
todos los días esperando que salieras de esas ruinas y me sonrieras como siempre

- Esteban yo... - Pero antes que Vane pudiera decir mas, se oyó el carraspeo de una
boca, tan sutil y a la vez tan severo que solo entonces los dos amigos notaron la presencia
de aquel intruso.

-¿Quien es él? - Esteban abrazó mas fuerte a Vane como protegiendola de algo malvado,
Marcus pensó que eso era ridiculo, no dudaba de la fuerza humana del muchacho pero
el problema era que él no era humano y eso le dejaba al pobre chico en una desventaja
fatal. Había observado como los enamorados se abrazaban y besaban, solo en ese
momento reconocío que era el mismo chico que la había abrazado en su sala aquella
vez, era su novio.

- Soy Marcus - Se acercó a ellos pero Esteban seguía a la defensiva, era comprensible que
no quisiera que tocara a la chica - No soy el tipo malo - lo miró con esos ojos profundos
que por un momento proyectaron al muchacho - pero lo puedo llegar a ser

- Esteban es suficiente - La voz de Vane se escucho pequeña y sin animo, tomó el brazo
de su amigo y lo jaló tras de ella pero sin dejar de agarrar su mano - Este hombre me salvó
la vida - Esteban agrandó los ojos por tal revelació, pues nunca se hubiera imaginado el
como ella había acabado con vida - y le debo eso

- Creo que es hora que nos marchemos - Marcus se había acercado tan rápidamente
cuando tomó el brazo de Vane que esta pegó un salto de sorpresa que disparó la alarma
en Esteban

- ¡¡Tu no te la llevas a ninguna parte!! - Esteban tomó el otro brazo de Vane y miró con
desafío al hombre de los hojos verdes - ¡ella se queda!

- Mira niño...

- Soy Esteban - siseó

- Como sea... - Marcus jaló a Vane hasta tenerla por completo a su lado - ella ya no tiene
nada, ahora estará conmigo - Vane se quedó de piedra al oir esto ultimo del hombre de
quien menos se lo esperba - Ella es mi responsabilidad

- ¡¿Quien diablos te dio derecho a decidir por ella?! - Esteban estaba furioso y Vane

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empezó a temer que fuera a golpear a Marcus y es que no le preocupara el hombre
lobo, era Esteban el motivo de su angustia, si se peleaba con este tipo saldría herido

- ¡Esteban no sigas! - Vane se había soltado de Marcus y agarró a su amigo de un hombro

- Él tiene razón...

- Vane no digas eso, tu sabes que podemos decirle a mis papas y.... - ella colocó un dedo
en sus labios

- No - Vane lo miraba con decisión cuando empezó a hablar con el - yo he dejado de


existir en tu vida y no le dare problemas a nadie mas

- ¿Que estas dicieno?

- Yo ya no tengo nada que me una a este

- ¿Y yo que? - preguntó el chico - no soy nada para ti - su mirada dolida atravezó el alma
de Vane a la que se le empezaron a llenar de lagrimas los ojos

- Porfavor no digas mas - Ella se alejó y lo miró desconsolada - tengo que encontrar a los
reponsables - miró a Marcus el cual tenía una mirada severa - y este hombre los
encontrará

- No... - Esteban estaba apunto de retarlo pero al ver a Vane decidío que ella era dueña
de su destino y él solo podria esperarla y amarla. - si es lo que deseas vete - y diciendo
esto se alejo caminando hacia su casa

Vane observó como Esteban se estaba alejando, su corazón estaba palpitando


fuertemente, si se quedaba nunca encontraria justicia y si se iba su corazón quedaría
hecho pedazos, y por fin sus pies se movieron y corrió hacia Esteban, logrando alcanzarlo
y abrazarlo por detras de su espalda, este se volteó y con una mirada confusa pero alegre
la abrazó, aunque sabía que esta era una despdida dolorosa la dejaría ir, la tomo entre
sus brazos y la besó de nuevo, el beso que permanecería para ella para recordarlo y que
volviera a él.

- Te estaré esperando con toda mi alma - le dijo cuando se separaron unos centimetros -
vuelve que yo te amo

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- Volveré - Vane se desprendió de sus brazos y caminó hacía Marcus, el cual parecía tener
una mirada fría y descontenta - Estoy lista - le miró

- Entonces vamonos - Marcus miro al chico y este parecía abvertirle con la mirada que
cuidara de ella; Marcus solo se encogió de hombros y la tomo en brazos para llevarsela.

Esteban vio como el amor se alejaba de él, al notar que este hombre era especial
cuando saltó tan alto que pensó que volaba, tenía fe en volverla a ver; ella regresaría y él
estaría esperandola con una sonrisa a su regreso.

Los dos que ahora se internaban en la oscura ciudad no se dirijieron la mirada en todo el
trayecto, tampoco hubo una conversación, cuando llegaron por fin al hotel, Vane
caminó rumbo al cuarto de Marcus donde se había hospedado la semana pasada, pero
una mano cerró la puerta de golpe cuando ella intentó entrar; al voltear vio a Marcus
apoyado en la puerta, sus ojos eran tan hermosos que lastimaban, tan verdes y llenos de
vida. Solo que las palabras de la boca de este ser no fueron de vida sino de muerte.

- Tal vez no regreses jamás

***

El asiento de avión la estaba incomodando, ella nunca habia viajado en este transporte,
siempre se había imaginado que los asientos serían más comodos, eso fue un gran error.
Cuando miró a Pula y a Marcus, frente a ella fue como ver a una pareja de enamorados,
él estaba tan cansado que se había dormido en el hombro de la chica, esta parecía no
notarlo, leía una revista de modas tranquilamente, era como ver un gigante amansado
por una pequeña hada, se veían tan perfectos juntos, el cabello y piel de el morena,
contrastaba con la blanca y perfecta de ella; cuando Puala se dio cuenta que Vane la
miraba le sonrío mostrando su hermosa dentadura.

- ¿Sucede algo? ¿Te sientes mareada? - Paula era muy amable, cuando la había visto por
primera vez solo había apreciado su apariencia exterior, pero en el tiempo en que la
habia cuidado, se había percatado que tambien era bella por dentro; era una chica
realmente hermosa.

- No gracias estoy solo cansada - Paula sé paró delicadamnete para no despertar a


Marcus y se retiró de su asiento para colocarse a lado de Vane y sonréirle

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- Siento que tengamos que viajar tan rapidamente a Inglaterra - los ojos de Paula eran de
un verde mas claro y llenos de vida - pero este avión es de la compañía de la familia de
uno de nuestros compañeros asi que aprovechamos la oportunidad

- No te preocupes, yo soy la que esta apenada - Vane se agarró las manos nerviosamente

-No tengo nada de dinero y aun asi ustedes me han comprado todo lo necesario... estoy
en deuda contigo

- No tienes que...- Paula desvió su mirada a Marcus quien al parecer estaba empezando a
roncar - el solo hecho de que él tenga interes en ti me hace feliz - y una sonrisa enorme
cruzó por su hermoso rostro

-¡Ay no! no te imagines mal - Vane estaba roja nunca se hubiera imaginado que Paula
pensara que ella tenía algo con Marcus, era una locura - es solo que él me ayudará a
encontrar a quien hizo eso... - la voz de Vane se apagó con el recuerdo de su familia
estuvo apunto de llorar de no ser por las palabras de Paula

- Marcus y yo tenemos una teoría - Vane la vio sorprendida, en las semanas siguientes en
que había estado con ellos Marcus jamas mencionó sospechar de alguien. Paula la miró y
siguió su comentario - creo que él no te dijo nada para no preocuparte, asi que es mejor
que cuando lleguemos a casa sea él quien te lo diga personalmente

-¿Por que no tú?

- Digamos que me apretaría el cuello si lo hiciera - le sonrió

- No lo creo - Vane la miró incredula - el parece adorarte

- Si me quiere - y lo miró -pero solo cuando soy buena chica

- Disculpa...- Estaba avergonzada por hacer la pregunta, pero no pudo evitarlo era
irresistible - ¿tu y él...?

- Jajajajajaj - Paula se rió - no como crees, somos como hermanos... lo que pasa es que
Marcus y yo tenemos muchas cosas en común

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- Ah...

- No es que no me agrade - Paula le miró con picardía - pero mis gustos son distintos y
aparte él como los demás me aman demasiado para pensar asi en mi

- ¿Los demas?

- Asi es mis compañeros, mis hermanos - las ultimas palabras las dijo con tanto cariño y
amor que era ovbio que se habia hecho una suposición demasiado apresurada - claro
que aveces hay quienes no son muy amables - la carita de Paula frunció el ceño - pero
cuando los conozcas sabras que son un monton de niños grandes - Paula se paró -
disculpa iré a ver a Merlín debe de andar tras de una azafata - le guiño un hojo - eso me
pone celosa

- Ok - Y se relajó en su asiento cuando ya no vio a Paula, era una chica agradable se dijo
y le gustó platicar con ella, solo entonces sus pensamientos se le presentaron como un
rayo -¡¿sera que ella?!

- Ni se te ocurra decir que es una loba - Vane casi se cae del asiento cuando oyó la voz
dura de Marcus quien al parecer se había levantado de mal humor

- No lo iba a decir...- "Mentirosa" penso pues era justamente lo que sospechaba

- No tengo por que excusarnos....- Marcus la miraba desde su asiento como si quisiera
arrancarle la lengua - siertamente mi raza aprecia a las mujeres, resulta que ellas maduran
antes que los hombres - Marcus ahora lucía confundido - asi que por logica tienen al
cumplir los 12 años una fuerza impresionante, además que sus demás sentidos se hacen
increiblemente agudos, serían unas magnificas amazonas - se encogio de hombros - pero
se les cuida como un tesoro y se procura que no luchen

- ¿Luchar?

- Mi raza aun discute territorios, limites para no proliferar ni alterar el ecosistema


respetamos a los elementos

- Vaya... entonces ella se puede transformar como tu - preguntó esperando una


reprimenda pero al parecer Marcus no estaba de humor para discutir

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- No ellas solo se transforman a los 20 años ...aunque he oido que unas se pueden
transformar a los 18 como los hombres, pero son muy pocos casos casi no sucede

- Es interesante, son mas fuertes pero su transformación llega al ultimo - Marcus vio la cara
de Vane cuando ella pronunció ese comentario, por alguna razon esperaba que ella se
asustara y lo mirara con asco, pero había resultado todo lo contrario

- Llegaremos pronto - Marcus miró su reloj mientras lo acomodaba a un nuevo horario -


Habrá frio a si que cuando bajemos tienes que estar bien abrigada - la miró de reojo y vio
que llevaba una blusa azul abotonada y pantalones oscuros de mezclilla de marca, era
increible como Paula podía cambiar y vestir a alguien a sus gusto, al ver su cabello se
encontro que lo tenía suelto como siempre, pero ya no traía sus rayitos aun asi su cara
seguía siendo la misma, una cara de valiente

- Lo se, Paula me compro un abrigo y guantes para el frio dice que siempre llueve, nunca
me lo hubiera imaginado...

- Si, es un poco fastidioso prefiero el sol - él se sobresaltó cuando se dio cuenta que estaba
empezando a decirl mas de lo normal - ¿donde esta Paula?

- Aqui cariño - Paula se hacercó a el con su gato negro y le dio un beso en la mejilla - el
capitan es un hombre amable, me ha regalado unas postales

- Nunca cambias - la reprendio con una sonrisa que derretiria a cualquier chica normal
pensó Vane

- Jajajaj que cosas dices - le dio una palmedita en el hombro - pero ha dicho que nos
preparemos para la llegada

- De acuerdo - se paró y con su cuerpo tan enorme pensó Vane que el podría tumbar el
techo del avión - iré a buscar unas cosas

Una azafata venía saliendo, cuando se chocó con su carrito contra Marcus, él la sostuvo a
tiempo y le sonrió atronadoramente, haciendo que la chica se proyectara, esta se
disculpo y al parecer empezo a moverse mas cerca de él de lo que una azafata bien
educada haría, pero Vane no sabía de azafatas pero eso no era un comprotamiento
supuso para si. Marcus parecía coqueto al hablar con ella y decirle que tenía que ir a
buscar algo, ella se ofreció con demasiado entusiasmo a llevarlo a su destino.

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- Esta bien - Marcus miró a la chava con aprobación y esta le tomo del brazo - sera grato
que alguien tan profesional se tome esta molestia - Vane pensó que eso era un cumplido
muy malo pero la chica lo tomo como si el mismo rey de España se lo estuviera diciendo

- ¡Oh no es molestia! por aqui porfavor - y los dos se fueron

- Es tan inmaduro... - Vane miró entonces a Paula había estado tan concentrada en ese
coqueteo que no se dio cuenta de su otra compañera de viaje, y al parecer a esta no le
había agradado esos halagos - lo que una tiene que aguantar de esos cachorritos - bufó -
no crees que eso parecen - se dirigió a Vane

- No lo se - respondío con sinceridad

- Las mujeres siempre se portan asi cuando los tienen muy cerca.... es como una reacción
quimica - Paula se sentó y acarició a Merlín - por eso amo a Merlín el es solo mio jajajajaja

Vane le sonrió y las dos llamaron a otra azafata quien muy amable les trajo algo para
merendar, jugo de naranja y torta de huevo, comieron y vieron una pelicula juntas
mientras esperaban que Marcus regresara, Vane no ponía mucha atención al dialogo de
la pelicula su mente estaba en el hombre lobo y su conquista, su estomago se empezó a
revolver y se fue corriendo a vomitar al baño del apartado, se había mareado.

Marcus besaba con mucha pasión a la chica que ahora le apretaba a ella con sus
piernas con tal urgencia que parecía como si lo quisiera tomar en ese baño; él sabía que
su comportamiento era innadecuado cuando mordió a la chica en la oreja y se vio en el
espejo mientras ella reía de placer, pero él era lo que era y su urgencia por algo tan
instintivo había sido muy fuerte, la chica lo besaba por toda la cara y se pegaba a él
pidiendole mas de lo que podía dar, él le alzó mientras la apoyaba en el lavamanos y se
desabrochó los pantalones que estaban mas que dispuestos a salir disparados, y cuando
estaba decidido y cerró los ojos, pero la cara de la Cuentista vino en su reprensión, era
como si ella lo estuviera mirando y juzgando, esos ojos en su mente fueron suficiente para
apagar el fuego en él y se retiró delicadamente de la chica, mientras se acomodobaba y
la arreglaba a ella con rápida maestria, podía ver por la cara de la azafata que se estaba
comportando como un estupido, - ¡maldita seas! - se dirigio a la cuentista en su mente.

- ¿Por que no? - La chica lo miraba desilucionada y muy dolida - soy poca cosa

- No pienses asi - Marcus le tomo su rostro y la miró con ternura - eres bellisima, pero
digamos que esto no es algo correcto, soy un animal por haber pensado esto

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- No lo eres yo lo quería - la chica tomó su mano

- Yo igual, - Marcus ya estaba fuera del juego - pero soy un mal tipo jajaja, preciosa sera
mejor asi créelo - y la bajo del lavamanos y cuando abrió la puerta se encontro con los
ojos cafes de la persona que le había arruinado su aventura, apenas pudo reaccionar
cuando la cuentista lo vio con angustía y vomitó encima de sus CONVERSE y el maldijo
por su mala suerte.

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CAP 9. TEORIAS, TEORIAS

La banda del corazón canta


los sonidos se activan en mis venas
la energía se transmite
de mis pies a tus labios rojos

Cuando bajaron del avión Vane procuraba no ver a los ojos a Marcus y él por su parte
trataba de no incitar una conversación, cuando Paula se dio cuenta el por que ambos se
estaban comportando como niños de primaria estalló en carcajadas frente a sus dos
caras que no aguantaban la humillación.

- ¡Ya deja de burlarte Paula! - Marcus quien se había cambiado sus tennis por un par de
botas Gucci que la chica le había combrado, la veía como si quisiera que esta se
ahogara - no es divertido

- Jajajajaja.... claro que lo es - Paula no se detenía y ahora se agarraba su estómago -


cuando le diga esto a los demás no pararan en molestarte - Vane estaba terriblemente
roja, pues al terminar de vomitar encima de Marcus se dio cuenta que tras de él estaba la
azafata y no muy arreglada para ser exactos; los colores se le subieron a la cabeza al ver
el show que había armado, mientras que Marcus no hayaba como contener su mal genio
y no gritarle, al poco rato Paula llegó y supo todo lo que había pasado, Marcus se fue a
cambiar maldiciendo su suerte, la azafata no hayaba como disculparse y huir de ahí, a la
vez Paula ayudaba a Vane a limpiarse conteniendo la risa

- No tienes por que decirlo - la gruñó este y caminó más rápido a la salida del aeropuerto,
por un momento Vane casi ríe al verle hacer un berrinche como niño pequeño pero
decidió que no era buen momento

- No te procupes Vane - Paula sonreía y tomaba su bolsa Louis Voitton del equipaje que
llebaban tres guardaespaldas - es pura boca

- No me preocupo - Vane la miró angustiada - pero a mi tampoco me gustaría que


contaras lo que hice a tus compañeros

- Bueno eso que sea un secreto pero lo otro... - levantó una ceja con una sonrisa de niña
mala - lo guardaré para cuando necesite un cambio de ropa nuevo

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- Como quieras, mientras no tenga que ser yo - le mostro sus bolsillos vacíos - no tengo un
quinto

Ambas se rieron y caminaron rapidamente para alcanzar a Marcus que ya estaba afuera.
Vane se sorprendio de lo enorme del Aeropuerto de Heathrow, sin duda era de primer
mundo, había personas de distintas nacionalidades caminando de aquí alla; cuando
llegó a la entrada con Paula su boca se abrió por lo que nunca se imaginó ver, una
limosina color negra los estaba esperando, y no es que esto la sorprendiera, pues al
parecer sus nuevos acompañantes eran personas importantes, sino el hecho de subirse;
todo iba muy bien cuando sintió que alguien le colocaba algo en el cuello y la giraba,
Marcus le estaba amarrando una bufanda azul y cuando terminó la vio a los ojos, era la
primera vez que la veía asi desde que bajaban del avión pero la forma en que sus ojos
brillaban de verde eran hechizantes.

- Es para que no te lastimes la garganta - Vane salió de su proyección cuando oyó las
palabras y le quitó las manos de ella

- Lo sé por eso traje un buen abrigo - cortó su mirada y se adentró en la limosina, Paula le
sonrió y guiñó un ojo mientras tomaba asiento enfrente de ellos. Marcus tardó en entrar, al
parecer estaba hablando por celular indicando la hora de llegada, luego se sentó a lado
de Paula y le tomó las manos.

- Estas muy fría - le dijo a su compañera y miró altaneramente a Vane - mejor te hubiera
dado a ti la bufanda - Vane le enseñó la lengua por contestación y acariciaba a Merlín
que ronroneaba en su regazo

- ¡Olvidalo querido! - Paula le sonrió e hizo un gesto melodramático - esa bufanda quien
sabe de donde es, prefiero mi mascada de seda sin ofender - Marcus la vio con una
sonrisa y le dio un beso en las manos

- Asi eres y serás - le sonrió con mas fuerza

El trayecto por la ciudad fue una experiencia inolvidable para Vane, ella nunca se
imaginó que estaría viviendo algo por el estilo, estaba feliz pero su corazón estaba
oprimido contra su pecho al recordar el por que se encontraba ahí; cuando miró por la
ventanilla una pequeña lagrima escurrió por su mejilla, la cual solo Marcus logró captar de
reojo.

Para Marcus era muy dificil ver a la Cuentista sabía que el dio su palabra para vengarze,

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pero realmente no quería que ella se involucrara mas, era una humana y esta busqueda
sería muy peligrosa; y por otra parte sentía que si no la protegía y dejaba ir se arrepentiría,
al fin de cuentas los dos pactaron que si él la ayudaba ella volvería a escribir y no huiría
hasta darle el ultimo de sus sueños; por el momento tenía de su parte a Paula y a sus
compañeros de Familia, a pesar de los regaños de Adolfo, lo importante era que sus
superiores aceptaran el pacto y eso no sería facil, La Gran Aemilia era un grupo de
hombres lobos que controlaban a las demás Familias, eran los que guiaban y tomaban
decisiones para su raza si ellos aceptaban no sería problema, pero si era lo contrario él y la
cuentista estarían en grandes problemas.

Era una casa enorme, una mansión sin duda, Vane solo alcanzaba a ver el techo y las
ventanas superiores que se asomaban por encima de la pared de concreto que rodeaba
todo el lugar, era de un color beige con toques de rojo quemado en los acabados;
cuando abrieron las puertas de seguridad y entró la limosina, se podía apreciar un jardín
lleno de rosas blancas y arboles tan grandes que pasaban de la mayoría conocidos, eran
tan hermosos y frondosos que Vane no pudo resistirse a bajar la ventana y respirar el
aroma embriagador a naturaleza.

- ¿Son hermosos verdad? - Paula se puso a lado de ella para aprecialos - Las rosas fueron
un regalo de la Familia de Esteban que provienen de los Benefici, ellos cultivan esta clase
de rosas - los ojos de la chica se oscurecieron por un momento - es lo unico que le dieron
cuando lo expulsaron

- ¡Paula callate! - La voz de Marcus se oyó fuerte y muy enojada, Paula cerro la boca y
miró con una sonrisa a Vane mientras seguía con la platica

- Los sauces y pinos ya pertenecen a este lugar y juntos dan este aroma peculiar

- Son bellos - Vane se fijó en la enorme estatua de un gladiador frente al fronton de la


casa, era una escultura de broce de un joven apoyado en una rodilla alzando una
espada hacia bajo, su mirada era tan real que por un momento creyó que la miraba
fijamente, como lo hacía Marcus, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando abrieron
la puerta de golpe y alguien entró tan rápido que apenas pudo notar quien había sido

- ¡MI HERMOSA MUÑECA! - La voz vino de un hombre con cabellos rubios como el sol,
vestía un traje blanco con gabardina gris, y abrazaba a Paula que estaba riendose y le
correspondía igual

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- Jajajaja Elías tranquilo ya estamos aqui jajajajaj - Paula lo abrazaba y besaba en las
mejillas

- ¿por que rayos tardaron mi muñeca? - los ojos verdes del hombre casi brillaron de tristeza

- No sabes que aburrido es estar en compañía de Adolfo y Elias que no hace mas que
salirse de pinta - el tono del hombre era suave y a la vez resentido; Vane le calculó unos
27 años pero no estaba segura, tenía una barba en forma de candado y sus cejas
pobladas eran mas oscuras que su cabello que se encontraba bien peinado y corto, un
estilo moderno y una sonrisa exquisita de esas que dejan sin respiración

- No seas quejon y apartate que vamos a bajar - Marcus lo empujó fuera de la limusina y
el chico con Paula hacían mímicas como si dos amantes estuvieran siendo separados

- Amor mío este ogro quiere separanos pero ¡luchare! - el tipo era muy chistoso y se veía
que apreciaba a Paula, ella tenía razón la amaban como hermana

- ¡Anda ya don juan! - Marcus logro sacarlo y se colocó a un lado para dejar que bajaran
las chicas.

- Gracias querido - Paula tomo su mano al bajar y caminó rapidamente a los brazos del
otro joven quien la abrazó y le dio un beso en la frente

Vane se asomó por la puerta y se asombró aun mas cuando observó la masión ¡era
mucho mas grande de lo que se imaginaba!

- ¿Vas a salir o te quedaras baboseando? - Marcus le había ofrecido la mano pero ella la
rechazó y se bajó por su cuenta

- No necesito de tu ayuda tipo maleducado

- ¡Por dios! ¿Le contestaste a Marcus? - El hombre a lado de Paula la miraba asombrado y
por su rostro se asomó una enorme sonrisa - Vaya vaya ¿asi que trajiste a la chica?

- Porsupuesto - Marcus le lanzó una mirada asesina, cuando el otro tipo se acercó a
Marcus ella comprobó que este era mucho mas alto que su hombre lobo por varios
centímetros

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- Madmuaselle - el hombre se acercó y le hizo una reverencia - mi nombre el Elias - le tomo
una mano y la besó, Marcus jaló a Vane hacia él con tal fuerza que ella casi da un grito
de dolor

- No tienes que hacer eso, ella no esta aquí para que te diviertas - Marcus hechaba fuego
verde por sus ojos y Elías se limitó a sonreírle

- Ok - caminó hacia Paula quien veía la ecena divertida y la tomo del brazo empezando
a subir las escaleras, y cuando volteó un poco la vista arriba del hombro le aclaró a su
colega - jamás lastimaría o abusaría de la chica de otro hermano

Vane se puso roja por el comentario y cuando trató de hablar para arreglar el
malentendido Marcus la volteó frente a él y la miró con desaprobación, al parecer
pensaba que ella era la culpable del comportamiento de Elías y eso no le gusto. Ella por
su parte no venía a ligar a hombres lobo.

- Te aclaro que ellos son mis hermanos - Marcus le apretó los brazos sutilmente pero su voz
estaba cargada de advertencia - Elías es mi segundo hermano mayor, confió plenamente
en él pero en ti no - Vane se indignó y trató de soltarse

- ¡Dejame! - Vane se zafó y se apartó de él, haciendo que los otros dos que estaban
esperandolos se voltearan al oir su objeción, ella lo miró desafiante - ¡si piensas que estaré
aqui para que me maltrates puedes irte al infierno!

- ¡No me grites!

- ¡Pues no me amenazes!

- ¡Yo no te amenazo!

Elías quien estuvo esperandolos con ansia se divertía al ver a su compañero de tan buena
salud y humor, era ovbio que esta chica lo estaba perturbando; penso que era bonita,
todas las mujeres lo eran para él, pero tanto él como su hermano tenían un olfato infalible
y desde la entrada de la limosina había notado un olor especial realmente embriagador,
que provenía de la chica que ahora se quitaba un guante y se lo arrojaba en la cara a
Marcus, al parecer tenía caracter y era valiente, se iban a divertir mucho y sonrió sin una
gota de preocupación mientras Marcus alzaba a la chica y la traía cargando escaleras
arriba y los hacía aun lado para entrar en la mansión.

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- ¡Marcus bajala no seas bruto! - Paula se soltó de Elías y caminaba tras de Marcus, su voz
se dejó de escuchar en el pasillo de la recepción. Elías despidio a los guardias y cerró tras
de si

- ¡Bajame ya! - Vane estaba furiosa y pataleaba contra el estomago de su captor -


¡molesto!

- ¡Bajala ya! - la voz ahora no había venido de Vane y esta intentó ver quien era, Paula
que se encontraba a su lado sonrio y corrió hacia esa persona, Marcus se había parado -
Marcus ella no es un juguete, es un ser normal - Y al parecer esto hizo que Marcus la
bajara con un gruñido y de manera brusca al suelo

- ¿Contento? - Vane vio la sonrisa irónica de Marcus y volteó la mirada

- Eso esta mejor - Era la voz de un joven muy apuesto, si Elías era varonil, este chico era
apuesto y con rasjos un poco mas finos, tenía el cabello rubio con un corte juvenil y unos
ojos verdes del mismo tono que Elías, vestía unos jeans desgarrados y una chamarra negra
con varios cierres - No puedo creer hermano que dejaras que Marcus hiciera eso - el
chico confirmó las sospechas de Vane cuando se dirijió al otro presente

- Vamos Eliseo no seas tan estricto - Bostezó Elías, eran hermanos - a pesar de ser el mas
chico de los hombres eres tan irritante a veces....

- ¿Te quieres parecer a Adolfo? - Paula alzó su ceja izquierda mientras decía esto con una
ironía que hizo que Vane se preguntara donde estaba la chica dulce - eso no me gustaria
- e hizo un puchero

- ¡Jamas! - Eliseo cambió su rostro y sus facciones se hicieron mas jóvenes mientras
abrazaba a Paula - perdona mi mal humor - y le dio un beso en la frente

- Si ya estamos deacuerdo entonces dime donde esta Adolfo - Marcus habló con mucha
autoridad y Eliseo recordando quien era mas grande que él le contestó adecuadamente

- En la oficina - Y miró a Vane con sorpresa - vaya.... Tú tienes un...

- Hermanito sera mejor que cierres el pico - Elías sonreía pero Vane sintió escalosfríos, sin
duda era una advertencia, algo no andaba bien. Y es que Elias no quería que la chica

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supiera de su olor tan especial, era ovbio que Marcus y Paula no lo habían notado

- De acuerdo - Eliseo bajo su mirada - disculpa no es de mi incumbencia, me presento soy


Eliseo Baobhan, hermano de Elías como puedes notar y guerrero de esta familia- terminó
con orgullo

- Mucho gusto, me llamo Vanessa - Eliseo le sonrió y ella correspondió era alguien muy
cortez y le inspiraba mucha confianza

- No es un encanto - Paula le dijo a Eliseo - es muy linda y se ha convertido en mi amiga

- Eso es bueno - Eliseo le acarició el cabello - no tenías mas que a estos brutos a tu lado
era hora que encontraras una compañera para hablar

- Bueno ¿que esperan? - Marcus caminó hacia un pasillo a la derecha - no tenemos


tiempo

- Por aqui preciosa - Elías indicó el camino a Vane quien apreció la enorme mansión
desde el interior, las escaleras de enfrente se dividian en tres, tapizadas con una alfonbra
café chocolate, estaba amueblada estilo ArtDecó y sin duda era exquisita, cuando
camino por el pasillo a lado de Paula se admiró de las pinturas que se encontraban a los
lados, eran de hombres muy apuestos con ojos tan verdes y hechizante como los de
Marcus, podría jurar que eran casi sus dobles solo por ciertos rasgos. Marcus se paro frente
a una puerta tallada con figuras mitológicas, algo que al parecer eran cuatro dioses
entrelazando sus brazos al rededor de un enorme lobo. Marcus tocó de manera
educada, eso la sorprendio y esperaron la respuesta.

- Adelante - Una voz sonó al otro lado y Marcus abrió la puerta.

La puerta del estudio se abrio lentamente y dejó ver una habitación blanca rodeada de
libreros largos y con formas curvilineas; al fondo se encontraba un escritorio largo con un
mundo en la esquina y algunos pergaminos en otro lado, pero Vane no se fijó mas pues
en la silla tapizada de terciopelo cafe se hallaba un hombre muy apuesto, que la miraba
con sus ojos verdes como las hojas de los arboles en primavera, su cabello era rubio con
destellos castaños, largo un poco abajo de las orejas y su mandíbula le recordaba a la
estatua del gladiador que había visto en el patio delantero, era perfecta; estaba afeitado
y su pose lo hacía parecer un hombre muy importante y seguro de si mismo, pero su
expresión fría y desdeñosa fija en ella hizo sentir muy incomoda cuando todos se
acomodaron al rededor de la sala que estaba iluminada por la enorme ventana de cristal
cortado.

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- Buenos días - La voz del hombre era ronca y pastosa, Vane casi podía imaginarlo
narrando una historia romantica por la radio, pero era seguro que él no hací esa clase de
cosas

- Buenas Adolfo hemos llegado como puedes ver - Marcus se adelanto y señaló a las dos
chicas que ahora se tomaban de la mano; Adolfo las miró a cada una, al parecer
ninguna era de su total agrado

- Eso veo - Se paró de la silla y caminó hacia Marcus dandole la mano en señal de
bienvenida - Espero que haya sido un buen viaje

- No hubo problemas - contestó con una sonrisa Marcus quien miró a Paula advirtiendole
no comentar algo sobre la azafata

- Es bueno oir eso

- Vaya y a mi no me vas a preguntar como me fue - La voz de Paula sonó por toda la
habitación, Vane sintió como el ambiente se tensaba, como si su amiga hubiera dicho
algo indebido

- Al verte estoy seguro que no ha cambiado una pisca de tu personalidad querida... - las
ultimas palabras de Adolfo sonaron con un profundo veneno, pero al parecer Paula no se
ofendio sino sonrió y posó su mirada en él, la mirada Hechizante como ahora la nombraba
Vane, el resultado fue que Adolfo se sonrojara levemente y al instante sacudiera su
cabeza – Suficiente

- Claro - Paula miró a Marcus y este al parecer negaba con desaprobación

- Adolfo - Marcus llamo la atención de su compañero antes de que este soltara otra frase
que hiciera que Paula lo noquera - como puedes ver - señaló a Vane - he traido a la
chica y quería hablar contigo sobre esto

- ¿Ella es la que según tu causa tus pesadillas? - Adolfo ahora veía directo a los ojos a
Vane, si alguna vez se había sentido como una intrusa, esta era la ocasión - no es nada
del otro mundo - y caminó hacia ella con toda calma, se paró enfrente y bajó su rostro
para apreciarla mejor; este gesto hizó que Vane se sobresaltara, sino hubiera sido por
Paula que le tomaba de la mano hubiera salido corriendo al ver esos ojos verdes llenos de
intolerancia

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- Ese no es el caso - Marcus ahora estaba a lado de Adolfo y lo retiraba de manera
educada pero a la vez con fuerza - tampoco es un fenómeno

- ¡Posupuesto que no! - Elías que no había hablado estaba del otro lado de Adolfo y le
sonreía con mucho entusiasmo - es una criatura hermosa - y le guiñó un ojo a Vane

- Asi es - Eliseo hizo distancia entre las chicas y Adolfo con su cuerpo - Mi hermano tiene
razón - confirmó

- Si mis hermanos de familia lo dicen - encogió los hombros - entonces esta bien - y caminó
de nuevo hacia el escritorio tomando su lugar

- Odio que haga eso - le suzurró Paula a Vane en su oído - se cree el dueño de este lugar y
de nosotros

- Entonces hablemos - Adolfo terminó diciendo indicandoles a los demás la salida - solo se
quedarán Marcus y la señorita aquí presente

- ¡¿Pero por que?! - sonaron al mismo tiempo Paula y Elías

- No nesecitamos espectadores - Les miró con severidad Adolfo

- ¡Oh eres tan...! - Paula hacia un puchero mientras Eliseo los tomaba a ambos de los
hombros y se iba con ellos fuera del estudio.

Cuando la puerta se cerró tras de ellos, Vane sintió como Marcus la guiaba hacia las dos
sillas que estaban enfrente del escritorio, ¿las habría colocado cuando estaba distraída?;
la sentó y el tomo su lugar a la derecha. Adolfo tenía una mirada sería, pero por mas que
Vane tratara de hacerse a la idea que este tipo no la quería, ella no podía dejar de
pensar que era un hombre atrayente, como una lampara a las polillas y que no era del
todo malo, pues quien con esos ojos tan nobles lo sería.

- Bien mi nombre es Adolfo Benefici - se presentó - ¿su nombre? - le indicó con un ademan

- Vanessa

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- ¿Apellido?

- Marlí Celi

- Bien - Adolfo parecía de esas personas que preferían conocer todo de su enemigo antes
de atacar - y ¿cual es tu excusa para traerla a este lugar? - se dirigió a Marcus

- Ella es La Cuentista - dijo con convicción Marcus quien no se cohibia con la mirada de su
mayor en edad

- ¿Solo eso? - Adolfo tampoco se subordinaba a la mirada

- No - Marcus se levantó del respaldo - hize una promesa de palabra

- ¡Maldición! - Adolfo golpeó el escritorio, que al parecer debía ser muy fuerte para no
haberse roto con ese golpe - ¿en que tenías la cabeza? - le regaño a Marcus y al parecer
por su forma de hablar estaba empezando a molestarse

- Sus padres murireron - contestó Marcus sin inmutarse

- No era tu problema, cada día mueren los padres de muchos niños y eso bien lo sabes - le
espetó Adolfo cruelmente sin importarle Vane.

- ¡No soy capaz de dejarla! - los ojos de Adolfo se agrandarón al escuchar la palabras de
Marcus como si este se hubiera vuelto loco por completo, cuando Marcus vio la reacción
de su compañero se explicó mejor, pues Vane tambien lo veía con sorpresa - a lo que me
refiero es que en la muerte de sus padres estuvo implicado el fuego

- ¿Y eso que?

- Era fuego Azul - terminó, Adolfó volteó su mirada a Vane que saltó sobre su silla
esperando ella igual una reprimenda

- ¿Estas seguro? - Adolfo parecía haber recuperado su imagen de hombre sereno

- No hay duda lo vi con mis ojos

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- ¿Es verdad señorita Marlí? - preguntó a Vane

- Así es - contestó con seguridad y sorprendida de no haber gemido de miedo

- ¡Dios! - Adolfo se tomo con las manos el rostro y bajo su mirada - esta vez si la hiciste -
miró a Marcus - bueno... - levantó la vista - esta es tu casa, yo no puedo prohibirte que
traigas a alguien a etse lugar, estas en derecho

- Bien - contestó el chico moreno

- Pero... - Adolfo señaló con un dedo a Vane - ellos deben de verla y saber de tu
juramento

- Ya lo tenía previsto

- ¿Ella sabe entonces que pasará si ellos dicen que no? - cuando el hombre terminó la
frase, Marcus palideció

- ¿Que me pasará? - Ambos hombres la vieron, al parecer no esperaban que ella


participara en la conversación, pero Vane quería saber y si algo iba a ocurrirle tenía que
prepararse. Una sonrisa en los labios de Adolfo se asomó cuando pronunció:

- Te matarán

La puerta trono al salir Vane con tal fuerza que las personas que estaban en la sala
corrieron para ver que había ocurrido. Paula fue la primera en llegar y ver como Vane
intentaba llegar a la entrada, al parecer estaba furiosa; lamentablemente Marcus llegó a
tiempo y la detuvo la jaló hacia él mientras esta se quejaba y le golpeaba inutilmente en
el pecho, parecían una pareja de enamorados discutiendo.

-¡Sueltame ya! - Vane lo pateó en la espinilla pero Marcus no la soltaba

- ¡Para ya con un demonio! - Marcus la levantó y la arrastró de nuevo al estudio a pesar


de las quejas de la chica.

Elías, Eliseo y Paula estaban de pie para observar mejor, lo unico que recibieron fue una

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mirada asesina de Marcus, era ovbio que a él no le causaba gracia como a los tres
espectadores. Marcus cerró la puerta y sentó a Vane de nuevo en la silla, pero cuando
hizo esto recibió una cachetada de la chica que lo dejo desconsertado.

- ¡Mentiroso! - la chica estaba roja de rabia - ¡me dijiste que me ayudarias no puedes
hecharte para tras y decirme que me enviaras de regreso!

- ¡Calmate ya! - Marcus agarró los puños de la chica y los apretó sacandole un gemido de
dolor

- ¡Animal! - Vane se sobó las muñecas para aliviar el dolor

- ¡Te lo buscaste sola! - la miró ceñudo mientras se sentaba en la otra silla

- Bien. Si ambos ya dejaron de comportarse como dos niños - habló Adolfo que hasta
entonces había mirado todo el numerito - creo que debemos de explicarle a la señorita la
función de esto

- Como quieras - escupio Marcus que aun seguía cabreado

- Señorita Marli espero que entienda que esto es muy delicado - Adolfo posó sus ojos en
ella de manera pasciente - el grupo del que hablamos se llama La Aemilia y son los que se
encargan de controlar esta clase de situaciones, son muy celosos de la privacidad - y miró
a Marcus con reprobación - y lo que hizo aqui mi compañero tiene sus consecuencias

- ¿Pero yo solo quiero encontrar al asesino de mi familia?

- Lo se, pero ellos no querran que Marcus se haga cargo de usted - Poso la mirada en el
globo terraqueo - digamos que seria como rebajarlo a cierto estatus

- ¿Estatus? - Vane no comprendia, si Marcus era un hombre lobo que clase de


complicación habria

- ¡Basta! ella no necesita que le digas mas de mi - Marcus no parecía nada contento con
las palabras de Adolfo, el cual se limitó a ignorarlo

- Pero como él ha dado su palabra no podemos hacer nada mas que dejarlo en manos
de La Aemilia - cruzó los brazos - asi que eso nos deja en una gran desventaja

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-¿Por qué?

- Ellos se rigen por votos - explicó Marcus - si la mayoría dice que cometí un error al traerte
y revelarte mi identidad, entonces tu....

- Me matarán - Vane pronunció estas palabras pero por alguna razón no tenía miedo

- Si - Marcus ahora no estaba enojado, pero su mirada mostraba cautela

- Entonces hagámoslo - Marcus y Adolfo se mirarón dudando - miren se que yo soy aqui la
intrusa, ellos estan en su derecho de protegerlos - Vane se paró quería que ellos vieran
que estaba decidida- y si por alguna razón deciden eliminarme lo aceptare - se encogió
de hombros - al fin que ya no tengo a nadie - pero sus palabras le llevaron a pensar en
Esteban que la seguía esperando, lamentandolo mucho.

- Mmmmm - Adolfo se tomo de la barbilla - si estas convencida entonces que asi sea

- ¡Espera! - Marcus se paró y caminó hacia Vane - estas completamente segura

- Porsupuesto - contestó esta sin dar a más discusiones

- Ok - Marcus miró a Adolfo quien estaba acomodando unos papeles - creo que
debemos conseguir aliados fuertes - Adolfo casi deja caer una carpeta al suelo al
escuchar lo que dijo Marcus

- Pues... - Adolfo le miró muy severamente - ¿espero que no estes pensando en ese par?

- En quien más sino ellos

- No lo se - Adolfo se paró y empezó a marcar por su celular - casi no les gusta convivir con
La Aemilia

- Pero son nuestra solución - Marcus miró vane - y una oportunidad para que ella viva -
Adolfo se quedó de espaldas y empezó a hablar en un idioma desconocido por el celular,
muy suave y fuerte a la vez, tardó unos minutos al parecer la persona que estaba del otro
lado hizo que se riera un poco, luego colgo y miró a ambos

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- Listo - Dijo con una sonrisa aun que dejó desconcertada a Vane - estaran esta noche en
el lugar de siempre, al parecer estan de visita

- Eso fue un golpe de suerte - Marcus sonrió y agarró a Vane delicadamente - todo ira
como el agua - le aseguró

- ¿Vamos a ver a alguien importante? - Vane dijo esto y la respuesta de los otros dos fue
una carcajada - ¿dije algo chistoso?

- Perdona - Adolfo se volteó para recuperar la compostura y Marcus aun riendo se acercó
a ella

- Digamos que ellos me salvaron el pellejo una vez

Los tres salieron del estudio y cuando anunciaron a los otros tres que estaban en espera,
estos se rieron, Paula empezó a bailar por toda la sala, Elías saltaba de un lugar a otro,
Eliseo sonreía de manera exorbitante y Vane no entendía nada sobre eso.

- ¡Animate Vane! - Paula la tomó de las manos y empezó a bailar con ella - ellos te
ayudaran ¡seguro!

- No puedo creerlo - Elías ahora había tomado asiento en uno de los sillones blancos -
hace un año que no les vemos

- ¡Será genial!- Eliseo hizo puños sus manos - no aguanto esto será fabuloso

- ¡Bueno ya calmense! - Adolfo alzó la voz pero tampoco podía ocultar su entusiasmo -
iremos a las 12 de la noche es el mejor momento, seguro que estarán esperandonos con
igual fervor - sonrió

-¡Llevare a Vane al cuarto de huespedes! - Paula jaló a Vane y empezaron a subir las
escaleras de la izquierds - necesitas un baño y descansar para esta noche - le dijo
mientras corrian por el pasillo superior

- Paula ¿quienes son esas personas? -preguntó - ¿por que estan tan felices de verles? -
Paula se paró de golpe y la miró como dudando decirle, pero despues sin mas solto la

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sopa

- Son nuetros padres adoptivos - dijo con una sonrisa - Los Guerreros Melchor y Baltazar

- Melchor y... - Vane la miró dudativa - ¿Cómo…?

- Jajajaja si asi es - y siguió caminando - pero digamos que ellos no son tan santos como
aquellos reyes a parte... - Paula se detuvo ante una puerta blanca que olía a iris - ya no
son tres... - abrió la puerta y entraron

La habitación era muy hermosa, toda de color blanco; había un tocador negro que hacía
juego con la pequeña salita, Paula jaló a Vane y entraron en otra parte de la recamara,
ahi éra el dormitorio, la cama se veía muy comoda, acoginada y sus sábanas blancas
con flores bordadas de daban un toque femenino, al parecer desde los tapetes hasta la
punta de las paredes era blanca, solo las rosas blancas le daban un toque verde con sus
tallos; sus maletas ya se encontraban a lado del baul de madera negra, era ovbio que los
sirvientes eran rápidos y sigilosos, pensó Vane.

- Bien esta es tu habitación por el momento - Paula le mostro muy orgullosa - ¿te gusta?

-Si es hermosa - Vane no sabía si eso era suficiente para ver toda aquella belleza que le
rodeaba, sin duda alguien con un buen estilo la había decorado

- Gracias ha sido un placer- Paula llamó su atención - yo la decoré personalmente - le


terminó por aclarar - como pasatiempo... - la tomó de la mano y la guió a otras dos
puertas - esta casa la remodele toda a mi gusto desde que tenía 8 años , ha sido muy
duro estaba hecha polvo - abrió una puerta de la derecha - Este es el baño - le indicó, el
lugar hacia convinación con la recamara todos los toques con negro y plata lo hacían
muy elegante - este tina la traje desde india es hermosa y muy relajante - Vane estuvo de
acuerdo en eso, lo que mas quería era un baño - ahora ven por aqui - salieron del baño y
abrió la otra puerta, Vane casi se va para atrás cuando vio el guardarropa mas grande
de su vida - este será tu santuario - Paula le soltó y empezó a mostrarle el lugar - estos
roperos son electricos, madera negra igual, lo de aquí es un espejo de cuerpo entero y
aqui es para guardar a nuestros queridos amigos los diamantes - le señaló un mueble con
siete divisiones - todo lo que esta aqui es mio - le dijo sin importancia - pero lo quitare de
inmediato con los jovenes de ayuda, mientras tu tomas un baño - empujó fuera a Vane -
te daría todo pero es seguro que te quedara chico asi que iremos de compras para
llenarlo todo y...

- ¡Oh no Paula! - Vane estaba roja - no creo soportar que me regales mas ropa - dijo

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apenada

- ¡Que va! - Paula caminó hacia la cama y se sentó palcidamente - para mi es un placer -
pero Vane la miró inconforme - Vale te prometo que no llenaremos todo, y si lo ves como
un prestamo es mejor, - le aseguró - eres mi amiga y las amigas comparten todo - le hizo
ojitos de borrego - ¡Porfis! - y junto sus manos en forma de suplica

- Ya que - se rindió- ¿Pero que? - Vane vio una cola negra y larga asomarse por debajo de
la cama, Paula volteó y sonrió sin sorprenderse

- Merlín querido - y sacó al gato colocandolo en su regazo - asi que aqui estabas - le
acarició la oreja, el gato se limito a acurrucarse mejor - te aviso que esta ya no será mi
recamara de tesoros ok - el gato fijó su mirada en Vane, Paula la miró - ahora ella es
nuestra amiga - el gato saltó de las piernas de Paula y caminó elegantemente a Vane se
enrosco en sus piernas a modo de caricia y se fue de la habitación - creo que se ha
ofendido, pero lo aceptó mas rapido de lo que supuse

- Esta era tu recamara - Vane miraba con una ceja levantada a Paula

- Lo fue hace mucho tiempo, - dijo con nostalgia Paula - decidí cambiarme cuando
cumpli los 13 años ahora es tuya

- Mmmmm no se

- Nada - Se paró y la empujo al baño - relajate y descansa hoy será una noche muy
agitada

- ¿A donde iremos? - preguntó Vane

- Al Club Moon - dijo Paula con un pequeño ceño

- Asi que ahi veremos a Melchor y Baltazar

- Sip - Paula desvió los ojos - ademas de otras sorpresitas

-¿Sorpresitas?

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- No me pongas atención - Paula caminó a la puerta de entrada que estaba abierta -
cuando llegues comprobaras lo que te digo

Vane se quedó sola en la recámara, caminó hacia el baño y empezó a desvestirse,


cuando toco el agua de las llaves se sintió muy bien estaba tibia, metió un pie en la tina y
luego todo el cuerpo y se relajó; al fin que eso le pidieron. Cuando estaba lavandose
escuchó ruidos afuera, al parecer Paula entraba platicando con sus ayudantes; era una
buena chica, la puerta del baño se abrió y Merlín entró ronroneando, se paró a lado de la
tina y observó a Vane como evaluendola, sus ojos Dorados eran impresionantes parecian
matizar como el arcoiris, el felino se bajó y salió de nuevo, dejando a Vane un poco
extrañada; si no fuera por que es un animal juraría que le estaba diciendo que este no era
su lugar, menos su hogar.

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CAP 10. EL CLUB

El cafe de tus ojos chocolate


y tus lanbios de fresa cremosa
besan las cuerdas de mi guitarra
la dueña de tu voz

Cuando Vane estuvo frente la entrada del Club Moon al principio no le parecio extraño,
las letras eran de un color plateado, era un lugar pequeño pero al parecer muy costoso,
los autos lujosos se detenian frente y las personas eran escoltadas al interior del edificio por
mujeres vestidas de traje negro, sino hubiera notado Vane el detalle de que solo entraban
hombres al interior entonces el lugar pasaria por un club cualquiera.

- Bien este es Moon ¿que te parece cherie? - Elías iba con un traje blanco informal y un
sueter negro en el interior; Vane no sabía que decir en cierta ocasion había entrado a una
disco pero esto era muy diferente

- Creo que es elegante - sonrió apenada ante la mirada de sus cinco acompañantes,
Paula la tomo del brazo mientras salian del BMW que Adolfo conducía. Elías venía al frente
y Marcus, Paula y Vane en la parte trasera; Eliseo no los acompañó, pues opto por su
moto SUZUKI asi que era seguro que llegaría retrasado.

- Al parecer hay buen ambiente - Marcus sonrió mientras se acercaban a la mujer que
custodiaba la entrada, esta llevaba un smokin negro y un antifaz que solo dejaba ver la
mitad derecha de su rostro con lentejuelas y piedras negras, una combinación perfecta
junto con sus labios rojo sangre. - ¡Hey Martha! - saludó Marcus, la chica se volteó al
escuchar su nombre y sus ojos verdes brillaron con intensidad mientras sonreía de oreja a
oreja.

- Monseur Marcus - La chica seguía vigilando la entrada cuando los seis se acercarón a su
izquierda - ¿que maravillosa sorpresa? - y lanzó una mirada rapida a todos los demás - por
lo visto hay caras nuevas - le sonrió a Vane mientras detenía la entrada de un tipo ebrio -
lo siento amigo aqui no entras en ese estado - dicho esto aparecieron otras don mujeres
con la misma vestimenta y se llevaron al sujeto - estos tipos nunca aprenden - ¡Mía! dile a
Baltazar que han llegado - Una chica rubia asintió y fue al interior del lugar - Bien ya saben
lo que tienen que hacer ¿no? - Los cinco asisntieron y empezaron a caminar por otro lado
del edificio

- ¿Por qué no entramos? - preguntó Vane

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- Si que entraremos - le dijo Elías - solo que será por otro lugar - le indicó una entrada
trasera color verde, ahi los estaba esperando la chica que parecía ser Mía con una sonrisa
traviesa

- ¡Por aquí chicos!

- Disculpa que les molestemos en horas de trabajo - Adolfo le tomaba la mano para
saludarle, y la chica se derretía al verle a los ojos

- Ustedes nunca son molestia - le dio un leve golpecito en el hombro - aparte nos tienen
muy abandonadas - le sonrió coquetamente

- Ellos tienen mejores cosas que hacer - Paula se había convertido otra vez en niña mala,
la chica la miró mientras pasaban hacia un corredor, pero al parecer no le disgustó el
comentario al contrario la brazó y besó

- ¡Pero si la muñequita esta aqui! - Paula ahora trataba de zafarse de sus brazos

-¡Ya Mía! no soy una niñita - dijo enfadada

- ¡Oh perdona es que para mi siempre seras la pequeña! - y le acarició el cabello - ella
estara feliz de verte

- Mira te presento a Vane - Paula empujó a Vane para que la chica la estudiara - es una
amiga

- Ya veo - la chica le miro curiosa con sus ojos azules - es simpática - concluyó mientras les
mostraba una puerta para que pasaran - tomen asiento ellos vendran enseguida - y se fue
cerrando tras de si

El lugar era una pequeña sala con enormes cojines color rojo, cortinas del mismo color
con dorado y una pequeña cantina. Todos tomaron asiento y Elias se sirvió un trago, Vane
estaba nerviosa, tras la paredes no se escuchaba ningun ruido asi que por mas que
quisiera saber que lugar era no se lo imaginaba. Marcus encendió el televisor y cambiaba
a los canales que le indicaba Paula, cuando Vane se dio cuenta Adolfo la estaba
observando con aquellos ojos hechizantes, pero antes que pudiera preguntar el por que
de su estudio, la puerta de abrió de par en par.

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- ¡Hola hijos prodigos! - Saludó un tipo alto con la cabeza rapada y un arete de diamante
en la oreja izquierda, todos los presentes saltaron de la emoción ecepto Vane, tras de este
apareció un hombre con el cabello largo hasta los hombros y una sonrisa de comercial,
ambos eran tipos muy atractivos, y por lo que noto Vane tenían los mismos ojos verdes
pero al parecer en sus rostros se reflejaban los años de buena juventud.

- ¿Como estan chicos? - el tipo de cabello largo les hizo un ademan y todos se tiraron
encima de ellos, abrazandose y dando de saltos por todo el lugar, uno que otro beso
para Paula con un "mira que grande estas"

- Baltazar ¿cuando llegaron? - Adolfo se dirigia al tipo de cabello largo

- Hace unos días - y señaló con la mirada al otro sujeto - Melchor ya quería verles

- Si claro - y el hombre alzó Paula para plantarle otro beso - no es lo mismo a estar en el
hogar

- ¡Vaya y esta vez ¿a donde fueron?! - preguntó Elías quien se dirigió a la cantina

- Estuvimos en Marruecos con nuestros hermanos los Badr - Baltazar se sentó en un cojin -
fue maravilloso un día hay que viajar juntos

- ¡Fantastico telas marroquis! - aplaudio Paula

- No pienses que nos olvidamos de ti amor - le guiñó un ojo Melchor - te hemos traido unos
regalos divinos solo ten pasiencia

- ¡Estupendo! - Paula abrazó a Marcus - ves como les extrañaba

- Lo se - Marcus miró a Vane y al parecer eso fue suficiente para que los dos nuevos se
dieran cuenta.

- ¡Oh y esta preciosa ¿quien es?! - preguntó Melchor y se acercó a ella saludandola con
un beso

- Me llamo Vanessa

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- Mi nombre es Melchor a tu servicio - y miró a su compañero quien se empezaba a
hacercar - Vanessa no se llamaba aquella mujer que te llevaste a la playa y...

- Si hermano - Baltazar le calló - mientras saludaba a Vane - pero esta pequeña no tiene
que enterarse de esos detalles ¿no es asi? - le sonrió

- Ajá - Vane les calculó unos 40 años, se veían fuertes y muy vigorosos

- Tenemos que hablar con ustedes de un asunto delicado - Adolfo rompió el ambiente

- Te deberían llamar aguafiestas oficial - le recriminó Paula

- Jajajajaja siguen de enemigos ¿verdad? - Melchor daba unas palmadas a la espalda de


Adolfo quien no parecio nada contento - ¡Vamos relajate apenas tiene 13 años, dímelo
que lidie con ustedes siendo adolescentes!

- Es verdad cuando ella llegue a los 16 años la cuidaran como unos lobos - los ojos de los
presentes se ancharon - perdon jajajajaja si esos somos – rio

- Como digan - Adolfo se arrinconó en la esquina - Marcus tu eres el interesado no yo

- De acuerdo - Marcus vio a Vane y a Paula - ustedes dos vayan a la cosina

- Pero... - Paula ya iba a protestar pero al parecer algo se le ocurrió que terminó diciendo -
como quieras querido - y con una sonrisa arrastró a Vane fuera de la habitación

- Te juro que cuando habla asi me dan escalosfríos - alcanzó a oir Vane de Adolfo, pero la
puerta se había cerrado

- ¿Enserio vamos a la cosina?

- Jajajaja claro que si - le dijo Paula - pero antes te mostraré el lugar - parpadeo
inocentemente - ellos no lo prohibieron

Paula la llevó por otro corredor oscuro pero al poco tiempo unas luces tenues revelaron a
varias chicas, vestidas extravagantemente y al decirlo asi es que eran, conejitas, policias,

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amas de llave, etc... Vane estaba sorprendida, todas tenían antifaces segun el color de su
traje; al parecer Paula la habian llevado al vestidor.

- Te dije que seria divertido - Una chica se dio cuenta de la presencia de Paula y le llamó

- ¡Paulin! ¡Paulin! - la saludó y todas las chicas se acercaron a Paula para abrazarla y
besarla a lo que esta contestaba con elogios que eran devueltos

- Chicas.... chicas - estas seguian parloteando - ¡chicas! - gritó y todas callaron - jajaja
perdón - se disculpó y jaló a Vane - ella es una nueva amiga - les indico - se llama Vane y
vive con nosotros

- Hola - saludó Vane un poco nerviosa por ver a tantas mujeres hermosas de todas las
nacionalidades, estas sonrieron dulcemente y la empezaron a saludar con entusiasmo
como si fuera una amiga de toda la vida, estas empezaron a preguntarle cosas un poco
indecorosas

- ¿Asi que vives con los chicos eh? - le dijo una mujer de color muy hermosa que estaba
vestida de policia

- Si

- ¿Con Marcus y Adolfo? - preguntó una morena de ojos azules

- Aja

- Con los hermanos Baobhan - refiriendose a Elías y Eliseo

- Pues si

- ¿Y siguen igual de buenos? - preguntó una rubia con una risa tonta

- ¡Ahhh! - Vane se empezó a poner de colores

- ¡Pero que le estan diciendo! - las regaño Paula - ella no es esa clase de amiga chicas

- ¡Ahhhhhhhh! - contestaron todas a coro

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- Discúlpalas - Paula empezó a buscar algo - ven por aqui podras ver el show

-¡Si! esperamos te guste - le dijo una peliroja que llevaba un traje de bombero

- Paula... - Vane se acercó un poco

- ¿Mmm? - contestó la chica mientras la llevaba a una esquina y quitaba las cortinas rojas

- Este lugar es... - pero Paula le tapo la boca

- Aqui ellas entretienen a los hombres con sus bailes y actos nada mas - le aseguró seria
Paula - no pienses mal - le sonrio - ellas son grandes artistas

Vane confió en Paula y juntas observaron el lugar, todo era muy elegante y la musica iba
de acuerdo a un lugar tranquilo, mujeres con smoking atendian a los presentes que al
parecer eran caballeros muy importantes; las mesas eran redondas y de crital, la pista
tenía medio metro de alto al parecer y en la punta era circular, Vane dedujo que era
donde daban el show. Los hombres al parecer podían comer o pedir lo que ellos
quisieran, se veía que estaban ansiosos, Vane se sorprendió al oir una voz suave que
hablaba en frances, al parecer todos los presentes le entendian, pero ella no asi que
Paula le tradujo.

- La voz es de Mily - le dijo - y esta diciendo " Caballeros bienvenidos al Club de la Luna,
hoy ustedes son los elegidos para ver a las mujeres mas bellas del mundo y disfrutar de
estos bailes exóticos y trucos fantasticos" - ahora Paula imitó la voz con un poco de
abvertencia - "Se les recuerda no interrumpir el show o tener comportamientos indevidos
con nuestras artistas, por su atención ¡gracias!” - terminó Paula a lo que siguió fue una
musica muy sensual, a la pista de baile salio una chica vestida de smoking con un antifaz
negro, la musica era en vivo y al parecer los instrumentos eran tocados por hombres que
estaban pintados de la cara como mimos, con trajes de noche extravagantes y antifaces
tan extraños como los de las mujeres; la chica con smoking empezó a caminar con un
bastón negro muy sensualmente, todos los hombres al parecer se les había ido la voz, la
chica empezó a cantar mientras se movia entre los presentes

-"Tu eres el tesoro de los cielos mi vida y mi seducción" - cantaba la chica mientras se
deslizaba cuidadozamente entre las piernas de un hombre que estaba como estatua -
"quieres probar de mis labios la tentación" - se hacercó al rostro del tipo que al parecer le
costaba tener las manos en su lugar - "pruebalos baby" - la chica le miraba

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coquetamente - "ellos son tuyos" - y con un salto solo digno de una gimnasta se separó del
tipo y limpiamente cayo arriba de nuevo de la pista

La chica seguía cantando y bailando, mientras sacaba unos pañuelos rojos de su blusa
desabotonada, el total doce pañuelos y los agitó en el aire, los hombres parecian
hipnotizados y seguían los movimientos de la chica que se contoneaba de aquí a ya;
derrepente su voz paró y con un chasquido un ramo de doce rosas rojas aparció en sus
manos y los hombres empezaron a aplaudir y chiflar.

- Asi que este es el show... - Vane estaba realmente sorprendida

- Asi es, son maravillosas - Paula sonrería y aplaudia mientras la chica mago aparecia unas
mariposas de sus guates blancos

- Si jamas lo imaginaría - Vane tambien aplaudia era realmente fantastico

- ¿Se puede saber que hacen aqui? - Una voz alegre y dulce les rozo los oidos

- ¡Eliseo! - Paula le abrazó con entusiasmo y él le correspondio - ¿cuándo llegaste?

- Hola - Saludó a Vane y ella le asintió - pues llegue antes que ustedes pero estaba en la
cosina ayudando a Matilde ya ves como se pone cuando sus ayudantes de cosina van
lento

- Jajajaja si - Paula ahora salia del brazo y Vane les siguió, Eliseo tomó con la otra mano a
Vane y las escoltó fuera de su lugar espía.

- Bien al parecer deberían estar en la cosina no cotilleando sobre las chicas - sonrió

- ¡Que malo eres! - Paula le pellisco en la mejilla - las mujeres no cotilleamos - y miró a
Vane - solo intercambiamos información ¿verdad Vane?

- Si - Contestó

- Vaya hora tienes a una solapadora mas - Eliseo paso junto a las otras chicas y estas le
mandaron besos y saludos coquetos - hola preciosas, llevare a estas dos a que cenen
algo, luego las saludo - las chicas le sonrieron como señal que lo estarían esperando

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- Ustedes nunca cambian - Paula puso los ojos en blanco

- Jajajaja celosa - Eliseo le miró divertido

- ¡Jamás! - aseguró esta - una mujer nunca se pone celosa, simplemente - le sonrió - somos
protectoras

- Jajajaja ok

- ¿Crees que tarden hablando los otros? - Vane estaba muy curiosa de saber que estaba
pasando con su asunto

- No lo creo - Eliseo la volteó a ver - es seguro que ahora esten en la cosina asi que
apuremonos o nos dejaran sin anda - y asi juntos los tres caminaron por el estrecho
corredor

Marcus golpeaba sus nudillos contra la mesa de la cosina del club, pensaba en como le
explicaría a la Cuentista sobre la discusión que se acababa de dar entre sus padres,
hermanos y él; las opiniones variaron, los que estaban a favor de que la chica se
presentara ante el consejo eran Melchor, Elías y él, por el contrarío Adolfo discutía que
podrían idear un plan para que la chica regresara a su lugar de origen, Baltazar estaba
apoyando esta idea, el era el jefe por ser el mayor, pero a la vez sentía que la palabra de
su hijo adoptivo pesaba mucho, esto lo ponía entre dos bandos. Al final después de
mucho deliberar Melchor logro convencer a Baltazar de apoyar a la chica, asi que se
llego al acuerdo que si la Aemilia llegaba a declinar en su contra tendrían un plan para
salvarle; esto no le cayo nada bien a Adolfo que respetaba las tradiciones pero muy a
regañadientes dio su palabra de protegerla; ahora todo quedaba en manos de Marcus,
pues su palabra y defensa podrían ser las que la condenaran o salvaran. Los golpetéos de
sus dedos se hicieron más fuertes y fue cuando un cucharazo le pego en la cabeza a
modo de silenciarlo.

- ¡Auch! ¿Que diablos? - Marcus volteó y Matilde una mujer de cabellos negros le miraba y
apuntaba con la cuchara, estaba enojada - ¿que sucede por que me pegaste?

- ¡Estoy harta de tus golpeteos! - y siguió moviendo la salsa - me desesperan y todos aqui
ya no necesitamos mas presión - le regaño. Y era cierto todas sus chicas ayudantes iban y
venían a toda prisa pasando los ingredientes o algun plato que estuviera listo; era una
cosina grande, todos se hayaban cenando.

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- Disculpalo Matilde ya sabes que mis hijos a escepción de Adolfo son poco educados - se
excusó Baltazar con un guiño inocente; Matilde se puso colorada y asintió moviendo la
salsa mas de lo normal

- Bal no necesito mas ayuda - Marcus le miró nefasto - ya estoy grande como para poner
en su lugar a la gruñona de Matilde ¡Auch! - el cucharon se estrelló de nuevo contra su
cabeza, era ovbio que Matilde no opinaba lo mismo, Baltazar se rió y salio de la cosina
dejando atodos degustando; y en eso entraron Paula, Eliseo y la cuentista riendo sin
ninguna preocupación; cuando la vio riendo sintió una extraña furia por dentro era como
si odiara verla feliz y al ver sus horribles pensamientos se trató de controlar cuando Paula
se le acercó para comer de su platillo de pasta italiana

- ¡Yomi! pasta - Paula se metío delicadamente el tenedor a la boca, y mastico lentamente

- No debes de tomar las cosas de otros sin permiso - Paula lo vio con sorpresa y él mismo se
desconocio jamás le había negado nada a su compañera, y todo por estar viendo como
Eliseo y Elías platicaban con la cuentista como si ella fuera ya de la familia

- ¿Qué tienes? - Paula entrecerró los ojos - ¡acaso no se pusieron a nuestro favor!

- Perdona - y miró de reojo como Elías le recogía el cabello a la cuentista diciendole que
un corte moderno le quedaría bien, se estaba volviendo loco ¿o que? - es que estoy
nervioso...perdon que diga desesperado por que esto termine - se corrigió

- Ahhh claro - Paula miró hacia donde Marcus estava clavando la mirada, era ovbio el
por que su hermano estaba tan distraído, agilmente se levantó de su silla y caminó hacia
Eliseo y Elías con su andar seductor y su mirada Hechizante; y como si fuera un imán
ambos la mirarón y no hubo nada mas que ella en su mundo; -"me debes una querido" -
pensó mientras Marcus se sentába a lado de la cuentista bruscamente

-Hola - La cuentista le saludo amablemente mientras se desenrredaba el cabello, lo tenía


ondulado y muy grueso, se podría hacer una peluca con las puntitas

- Hola - contestó tanjante mientras se llevaba un trozo de pan de ajo a la boca, cuando la
miró ella le observaba con los ojos muy abiertos - ¿quieres pan o que?

- ¡Ah! no - ella se alejo un poco de él - "me tendrá miedo aun"- se dijo y partió un trozo de
queso que le quedaba a la mano y se lo ofreció - toma esto sabe bien lo traen desde

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Italia - ella tomó el pedazo y lo mordió un poquito - no te preocupes no tiene veneno - ella
se volteó ofendida y le contesto sarcasticamente

- El veneno a veces se suele llevar en la sangre - le miró a los ojos enojada - no en el pan -
Marcus estaba a punto de lanzarle un poco de salsa de su plato a la cara cuando la voz
de Melchor interrumpió

- Y digame señorita Vanessa... - la cuantista se acomodó para oir bien a Melchor quien
estaba comiendo como camionero en el otro lado de mesa - ¿que le parece Londres?

- Mmmmm la verdad no sabría decirle, apenas lleguamos hoy

- ¡No me diga que estos majaderos no la han llevado a conocer el Tower Bridge! -
refiriendose al puente más conocido de inglaterra

- ¡Oh no se enoje con ellos! - Marcus miró como agitaba sus manos a modo de tranqulizar
- es que con todo esto pues no hemos tenido tiempo - sonrió un poco - aparte con lo
poco que he visto se diria que es una ciudad hermosa

- ¡Pero querida! las tiendas en Soho, las compras y el buen comer por las calles eso no
tiene precio - Melchor le sonreía mientras se metía otro pedazo de pan - si gusta - dijo con
la boca llena, aveces Marcus se preguntaba como había crecido con este tipo - yo la
podria llev-

- ¡Mañana te llevo de compras! - Marcus deseo que él no hubiera sido el que dijo eso,
pero cuando vio la expresión de sopresa de Melchor y de Adolfo que estaba a su lado
casi deseo que el cucharon de Matilde le diera otro golpe

- Gracias... - La cuentista miraba al frente y sus manos hacían nudos la servilleta

La risa infantil que surgió de la puerta hizo que todos voltearan, y vieran a Baltazar
cargando a la pequeña Isabel quien son sus manitas le agarraba el cabello y sonreía
diciendo entre frases que le gustaba; Marcus estaba feliz de ver de nuevo a esa niña, era
un sol, con sus ojos verdes pistache y su cabello castaño cortito, junto con su vestido verde
la hacían parecer una muñeca de porcelana. Baltazar llevaba a la pequeña Isabel a
saludar a todos por sus nombres, estaba aprendiendo a hablar mejor, solo entonces
cuando Baltazar se hacercó a la cuentista y él, fue que se dio cuenta de la mirada triste
de ella.

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-¡Mira Isabel ellas es una nueva amiga! - Baltazar le señalaba a la cuentista y la pequeña
agitaba su manito saludando energicamente - se llama Vanessa, pero le puedes decir
Vane - sonrió

- Vane - Isabel extendio su manita hasta tocar la frente de la cuentista a modo de saludo,
Marcus estaba muy quieto observando la reacción de esta; le sorprendio ver como ella le
correspondía el saludo y le sonreía a la pequeña

- Hola Isabel un gusto conocerte - todos los que conocian la historia de Vane se daban
cuenta que tan dificil era para ella mostrarse serena - ¿cuantos años tienes? - preguntó

- Tres años - Isabel alzo tres deditos regordetes

- Tres años - Los ojos de la cuentista se empezaron a llenar de lagrimas - Teo... tenía tres
años y...y... - Marcus se congeló al ver como la chica empezó a sollozar, todos los
presentes se sintieron incomodos y Baltazar al ver su error se disculpó

- Perdóname dama mía - le acarició la cabeza - no fue mi intención - Vane se secó las
lagrimas y le sonrió

- No perdoneme usted a mi creo que la asuste - y miró a Isabel quien al parecer solo
estaba extrañada con sus ojitos bien abiertos - Su hija es hermosa - dijo Vane

- ¿Mi hija? - Baltazar agrandó sus ojos y pequeñas risitas se oyeron - no querida esta
hermosura no es mia jajajaja

- ¡Ah no! entonces... - y Vane miró a Melchor el cual se atragantó

- No linda - dijo pasandose la comida - tampoco, esa muñeca no me pertenece aunque


quisiera - le sonrio

- No entiendo...- Vane ahora fruncia el ceño

- Es huerfana como todos aquí - La voz de Adolfo se alzó y Vane se sintió muy
avergonzada

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- ¡Vaya contigo! - Melchor le dio un zape a Adolfo que causo la risa de Paula - esas cosas
no se dicen de golpe - Adolfo lo fulminó con la mirada mientras se sobaba la cabeza

- El tiene razon querida - Baltazar se dirigió a Vane y en sus ojos la tristeza casi se podía
palpar - ella... - besó a Isabel quien se rio y le abrazó - es hija de nuestro antiguo colega

- De Gaspar Goeth - Melchor ahora había dejado de comer - el murio hace tres años, a
tres meses de nacer Isabel

- Lo siento - Vane extendió sus brazos - ¿puedo cargarla?

- Porsupuesto - y Baltazar le entrego a la niña quien feliz empezo a jugar con sus mechones
de cabello

Al verla acurrucar a Isabel entre sus brazos, Marcus compredio que la cuentista no
abrazaba a Isabel, sino sostenía con fuerza los recuerdos de su famila para no olvidarlos.
Muy en su interior él tambien deseo que su familia hubiera valido suficiente como para no
olvidarlos, pues al contrario que ella, el sabía que sus padres merecían estar muertos y
haberlo abandonado.

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CAP 11. ODIO PURO

La guitarra es mi amante
la domino, la abrazo y hago el amor
con ella, pero tu voz es mejor a todo
pero no superior a ella

Despues de cenar todos se habían preparado para la tan esperada presentación, desde
el momento en que llegaron al lugar, que era una casa de forma triangular y color verde
oscuro, Vane no había tenido un buen presentimiento; esto se confirmo cuando entraron
a la mansión; en lo que parecía ser una recepción de oficina se encontraban varias
personas que iban de un lugar a otro, derrepente estas se pararon y fijaron su vista en el
grupo que acababa de llegar, las miradas eran de no bienvenida, cuando Adolfo se
acercó a una chica que parecía ser una recepcionista, esta le ignoró de una manera
ovbia, y arrugó la nariz como si Adolfo oliera mal, esto podría haber enfurecido a Marcus,
pero al parecer los ojos de sus nuevos compañeros de casa, estaba bajos, Paula, Elías y
Eliseo, no miraban a nadie; Vane quiso preguntar pero cuando Baltazar le toco el hombro,
entendio que no era buena idea. Mechor hablo con la chica quien le ofrecio una sonrisa
como si no hubiera sido maleducada con Adolfo, esta asintió lentamente y miró a Vane
con desconfienza, al parecer esta mando un mensaje por su computadora y le dijo a
Melchor algo que no pudo captar, al parecer observaba a los demas chicos.

- Bien la chica ha dicho que puedes pasar Marcus - Melchor tomo la mano de Vane -
esperemos que la fortuna este contigo - miró a los demas con tristeza - ha dicho que
tienen que quedarse fuera de la mansión, lamento esto no pude convencerla

- Es una arpía - musito Paula con la mirada abajo, estaba tan roja de furia y apretaba sus
puños con tal indignación que Vane podía asegurar que tenía muchas ganas de jalarle
los cabellos a la tipa

- Lo se cherie - Melchor acarició su cabello dorado limon - algun día entenderán

- No hay problema es mejor que seguir siendo los fenómenos de circo - Eliseo tomo de la
manoa Paula y se disponía a salir, esta se solto y abrazó a Vane con fuerza, era un gesto
muy bonito de su parte apoyarla en este momento

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- Se que no necesitas de la buena fortuna - le aseguró. Adolfo toco el hombro de Marcus
y salió junto con los otros. Solo quedaron Baltazar, Mechor, Marcus y ella, y esto le era tan
extraño; pues en el momento en que sus compañeros salieron todos volvieron a sus
asuntos, como si nada hubiera pasado.

- ¿Que hay de ustedes? - la voz de Marcus estaba calmada, su expesión era seria y no
parecía querer alterarse

- Entraremos luego, ellos te estan esperando - Aseguró Baltazar con cautela - hace mucho
que no te veían y piensan que es un milagro que hayas vuelto

- No he vuelto con ellos - Marcus tomó del brazo a Vane y empezarón a subir unas
escaleras oscuras. Llegaron al primer piso y Marcus decidió tomar el asensor, al parecer la
casa era mas alta de lo que Vane se imaginó, justo cuando las puertas se abrieron se
encontraron con dos pares de ojos verdes, frente a una puerta de madera negra.

Sentía como la mirada de este hombre le clavaba el cuerpo, era una mirada llena de
odio, el verde de sus ojos había desaparecido y el dorado intenso estaba adueñado de
ambos, era un hombre alto, no pasaría de los treinta o menos, era moreno y con un
cuerpo musculoso que seria la envidia de cualquier entrenador de gimnasio, su
mandibula era cuadrada, cabello negro y una postura autoritaria. Vanessa estaba muy
inquieta, el día en que le presentarían a La Aemilia era hoy y sentía que su estomago se
contraía de nervios, tampoco era grato ver a aquel tipo cuando ella y Marcus caminaban
hacia una puerta principal, del que al parecer el hombre acababa de salir, su boca
dibujaba un ritus de insolencia; por otra parte la compañía que tenía a lado no era menos
intimidante, era una mujer muy hermosa y joven, su cabello castaño reflejaba la luz de la
velas y su vetido rojo dejaba ver partes de su cuerpo que era seguro no había descubierto
descuidademente, esta igual tenía los ojos en torno dorado, al parecer los hombros lobo
mostraban asi su descontento, Vane despertó de su escrutinio cuando sintió el brazo de
Marcus rodearla de los hombros; cuando lo miró vio como este apretaba la mandibula,
eso no era una señal buena.

Cuando por fin llegaron hasta la puerta el hombre, hizo una reverencia burlona y la mujer
se paso la lengua delicadamente por sus carnosos labios rojos.

- Gran Murcus - El tipo parecía casi reirse al haber pronunciado esas palabras, era claro
que quería ofender a Marcus

- Baptiste - asintió Marcus con mucha rigidez

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- Hola Marcus ya tiene que no te vemos por aqui - la mujer del vestido rojo se veía muy
interesada en las piernas del hombre lobo - haz crecido mucho

- Gracias Julitte - Marcus nisiquiera la miro, era como si estuviera conteniendose - tu


siempre tan hermosa - agregó acidamente. La chica no se ofendió al contrario el dorado
de sus ojos creció de una manera aterradora para Vane quien ahora se aferró con ambas
manos al brazo de Marcus, cuando sintió que alguien le toco el cabello se heló cuando
volteó y descubrió que el hombre lobo llamado Baptiste hacía una mueca de asco

- ¡ARG! como puedes traer del brazo a esto - se limpió las manos en su pantalón de
mezclilla

- Eso no te interesa - Marcus le dedicó un gesto totalmente enfadado, al parecer no le


agradaba su expresión

- No te enojes con él querido - la chica captó la atención de Marcus cuando esta le toco
la cara y dio un beso en sus labios de una manera provocadora, Vane bajo la vista al
sentirse avergonzada - oimos que los viejos y esos asquerosos compañeritos tuyos han
venido - Marcus dio un paso atras junto con Vane - ¡oh no te enojes conmigo! jajajaja - la
risa de la chica era malvada - pero es la verdad y lo sabes - Vane sintió ganas de
abofetearla, lo hubiera hecho sino supiera que terminaría muerta, pero estaba pensando
que no era mala idea

- Nadie les pide su opinión - Marcus quiso caminar hacia la puerta pero Baptiste se le cruzó

- No creo que esa deba de entrar - señaló a Vane - ¿no lo crees?

- Ella entrará - y lo empujo deliberadamente; Vane nisiquiera pudo captar cuando era
arrebatada del brazo de Marcus y sujetada bruscamente por la cintura por Baptiste, este
le enterraba lo que al parecer eran sus uñas, solo entonces dio un grito de dolor, el cual
hizo que Marcus arremetiera contra Baptiste, pero Juliette le había cerrado el paso, lo tiró
con tal facilidad al suelo que Vane pensó que le había roto la columna; mientras que
Vane trataba de no seguir gritando pero el dolor era tan intenso que su mente se estaba
bloqueando.

- Eso no fue buena idea hermano - Baptiste movia su dedo en forma desaprobatoria,
mientras que Juliette dejaba inmovilizado a Marcus y le lamia el rostro - Juliette es muy
buena ¿no crees? - y miró a la chica quien le dedico una sonrisa triunfante - no como esta
basurita que tengo aquí - y agitó bruscamente a Vane quien se quejo de nuevo

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-¡Sueltala! - Marcus ahora no estaba jugando, sus ojos dorados estaban ardiendo y
parecía que pronto exploitaría - ¡ahora! - gritó mientras habilmente se quitaba de encima
a Juliette quien sorprendida se alejó de él

- ¿Y que me haras si no? - la voz de Baptiste sonaba ronca por la adrenalina que estaba
corriendo por su cuerpo.

- ¡Suficiente ambos! - la voz de Baltazar sonó cuando el elevador se abrió y al aparecer


junto con Melchor no estaban nada contestos, esto fue sificiente para que Baptiste se
abstuviera - ¡Suelta a la señorita o te dejaras de sentir hombre para cuando te termine de
dar una lección chico engreído!

- Tu no me das ordenes exiliado - Baptiste estaba rigido, era ovbio que no estaba nada
intimidado

- ¡Exiliados o no te lo patearemos! - Melchor caminaba amenazante

- Esto ya se puso aburrido - Baptiste volteó a Vanessa y se pegó a su oído - luego - suzurró
con desprecio - nos veremos luego - y la empujó hacía Marcus quien procuró no lastimarla
mas- Juliette creo que los demás esperan - alargó su brazo y tomó delicadamente de la
mano a su compañera quien gustosa se acurrucó a su lado

- Nos vemos querida - Juliette se despidió y asintió cuando paso junto a los otros dos
hombres quienes estaban tan furiosos que solo correspondieron al asentimiento de una
forma fría. Cuando ambos personajes se fueron la atmosfera se relajo inmediatamente,
Vane estaba tan asustada que cuando Baltazar le preguntaba si estaba mejor no le
respondía.

- Creo que ese bastardo se paso de la raya - Melchor escupio al suelo mientras apretaba
los puños

- Calmate hermano, - Baltazar tomo el rostro de Vane - pequeña creo que fuimos unos
tontos por no protegerte, ese cabezota es el lider del Croix Noir

- ¿Croix Noir? - Vane parpadeó en señal de que estaba volviendo a recuperrarse

- Así es - Marcus le miró irritado - son un grupo de hombres lobo que detestan a los
humanos y a.... - la miró intranquilo - ...seres especiales - agregó - como viste ellos
despresian a Paula y los otros por ser diferentes, ¿lo totaste?

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- Si... pero todos los otros que estan a bajo no los miraban con buenos ojos - Vane se
sobaba la cintura esperando no tener hematonas - era como si los...

- Repudían - Melchor ahora estaba al parecer de mal humor - hace muchos siglos a algún
imbecil se le pcurrió decir que los hombres lobos de cabellos dorados eran seres de mala
suerte, - dio un golpe en el suelo - lo peor no es lo que dijo

- Sino que todos los demas creyeron en su palabra - terminó Baltazar - los Croix Noir son un
grupo que esta bajo las leyes de La Aemilia, pero ellos ponene sus reglas

- Él es un hombre horrible - Vane no dudó en decirlo, su experiencia con aquel tipo no


quería que se volviera a repetir

- Su familia lo crió en esa forma - Marcus le dijo - asi que él no conoce nada mas, a pesar
que el mundo cambia, ellos no

- Te dolio - La palabras de Vane hacia Marcus fueron recibidas con sorpresa

- ¿Doler? - el chico la miró extrañado

- Si ella te golpeó muy fuerte- Vane se inquieto, pues era ovbio que´con un golpe así las
personas como él no se morian - perdón - se encogió de hombros - es que no estoy
acostumbrada a esto

- Lo entiendo - este asintió - creo que es hora de pasar, es seguro que han oido todo el
alboroto y les ha importado un bledo lo que ocurre fuera, mientras no tenga
consecuencias para ellos

- ¿Te refieres al Consejo? - Vane estaba muy dolorida y hasta el nerviosismo por aquellos a
los que había ido a ver se le fue

- Si - gruñó Marcus y la motó del brazo - no dejare que te vuelvan a lastimar si yo puedo
eviarlo - le aseguró

- No hay problema soy fuerte

- Aquí no importa - le señaló la puerta - si ellos deciden eliminarte no habra tiempo - la

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intimidación en su voz la convenció - asi que si te digo que corras, tienes que correr ¿de
acuerdo?

- Ok.

Marcus tocó la puerta, cuando recibió la respuesta los cuatro entraron. La habitación
estaba iluminada por luces blancas tan intensas que Vane tuvo que cubrirse sus ojos un
una mano; cuando su vista se aclaró, notó a un grupo de 13 hombres que estaban
acomodados al rededor de una mesa se cristal, la habitación blanca los iluminaba de tal
manera que sus vestimentas negras les hacían resaltar sobre su piel cobriza, pudo ver a
una mujer menuda pero de buena complexión con un rostro agotado parada a lado de
uno de ellos. Todos miraban a Vane con una expresión de claro interes, por alguna razón
esto alivio a Vane. Había solo una diferencia entre todos los asientos y era que solo cuatro
de ellos estaban tallados en madera y con formas animales; una tenía un toro grabado en
la espalda, otra un águila abriendo sus alas, la tercera un león rugiendo y la ultima pero
no menos importante un hermoso angel que parecía abrazar al hombre sentado en ella;
eso era muy curioso todas las demas era metalicas y muy modernas.

- Bien aqui estamos - dijo Marcus mientras caminaba sin titubeos hacia los jueces.

La mesa redonda en donde estaban los trece hombres se abrio a la mitad bajando el
círculo del centro, que representaba una luna llena, colocándose en el suelo; uno de los
hombres de las sillas especiales, la del león le indicó a Marcus qué se colocara ahi junto
con Vanessa. Cuando se pararón arriba de la luna esta empezó a subir y la mesa a
cerrarse, la luna estaba hecha de lo que parecía conchas marinas cortadas junto con
otras piedras, al parecer diamantes y el perimetro que le rodeaba estaba hecho de
cristal. Vanessa y Marcus quedarón arriba de ella y a la vista de todos; Baltazar y Melchor
estaban agachados y con la cabeza hacia abajo, al parecer era una forma de mostrar
respeto hacia el consejo e hombres. Cuando Vane fijo su atención se dio cuenta de los
rasgos de cada uno, para empezar los principales eran hombres de entre 30 o 40 años,
morenos y de ojos verdes, su rostro mostraba inteligencia, astucia y serenidad, por otra
parte los nueve hombres al rededor iban des una edad parecida a la suya a de madura
edad, todos con los mismos rasgos que los anteriores, pero en sus rostros había un deje de
curiosidad y al parecer en algunos una gran desaprobación. Eran tan parecidos y
diferntes entre si que el solo hecho de verlos dejaban a uno sin respiración, en las palabras
de Vane "Tipos al estilo MenPower".

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- Bueno si empezamos con la presentación de la jovencita sería de gran ayuda - La voz
del hombre el la silla del León hizo saltar a Vane, era aguda y con un deje de autoridad
que le recordaba a Marcus, el cual le apretó un poco el brazo en modo de advertencia;
pero este hombre era muy diferente fisicamente en algunos rasgos, tenía el cabello largo
hasta la mandíbula y unas cejas pobladas muy varoniles, ni que decir de su cuerpo que
estaba bien tonificado; el hombre la vio a los ojos y ella por un momento creyo que este le
estaba leyendo la mente, pero reaccionó cuando este volvio a hablar - Adelante señorita

- Si - Vane se soltó del brazo de Marcus y se paró herguida, no quería que estos hombres
pensaran que les tenía miedo, si había que sacar las uñas ese era el momento - Me llamo
Vanessa Marlí Celi y estoy ante ustedes para pedirles que dejen a Marcus cumplir su
palabra, no mas. - Vane habló con tal solemnidad en sus palabras que los presentes
aspiraron fuertemente cuando terminó

- Bueno - El hombre de la silla de león, vio a los otros tres - creo que es momento de
aclarar ciertas cosas que...

- No hay que aclarar nada, le prometi venganza y se la daré - cuando Marcus habló
interrumpiendo a aquel hombre los presentes empezaron a murmurar entre si, Vane se dijo
si lo que acababa de hacer Marcus no le sería penado

- Marcus - Otro de los hombres habló, esta vez el que estaba sentado en la silla con un
angel tallado; era un hombre maduro de unos treinta años, su cabello ondulado corto
parecía brillarle, cuando pronunció el nombre de Marcus sonó como si su voz fuera una
melodía, era agradable a la vista, alto en comparación con los otros tres y de rasgos un
poco mas finos y elegantes - No es necesario que interrumpas a Peter - y miró al hombre
de la silla de león que estaba sereno meditando - comprendemos esta situación lo mejor
que podemos - miró a sus otros compañeros - y te garantizo jucticia en esto - terminó
asegurando

- De ti no lo dudo Mateo - Marcus le miró desafiante y a la vez con un gran respeto - pero
dudo que los otros piensen igual y vio a todos los demas

- ¿Dudas? - El hombre con la figura de un toro en el respaldo, alzó una ceja y escudriñó a
Marcus quien no bajo la cara ante él. Sus ojos eran más perspicaces que el de los demás,
de un color verde tan oscuro que llegaría a confundirse con el negro, sus anteojos
cuadrados denotaban que era una persona muy culta, y su cabello corto e impecable

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hablaba por demás de él. El hombre juntó sus manos y siguió hablando - no estas en la
posición de dudar Marcus hijo de aquel Licaón - cuando pronunció esto Marcus se tensó y
apretó sus puños - has cometido una grave falta - miró a Vane sin ningun deje de malicia
pero si con severidad - le levelaste a una sol nuestro secreto que ha sido guardado con
delicadeza durante años - alzó un dedo - por no decir que los reportes de parte de tus
tutores dicen que en todo esto tiene que ver el fuego azul - todos los presentes se
tensaron, al parecer esas ultimas palabras les eran profundamente incomodas - si es así
haz puesto en peligro no solo a tu grupo, sino a toda nuestra raza

- ¡Una humana no puede acabar con siglos de tradiciones! - explotó Marcus - ¡hemos
dejado entrar humanos anteriormente, por que entonces tienen que ser tan dificiles en
esto!

- No creo que debas alzar tu voz - inquirió el hombre

- ¡Vete al diablo Lucas! - Marcus estaba que hechaba chispas por los ojos, muy al
contrario de Lucas que estaba en total calma

- Porfavor es suficiente - La voz del cuarto hombre sonó tan segura y fuerte que Vane no
pudo evitar cerrar sus ojos, era como recibir un regaño sin una intensión. - Creo que
ambos estan comportandose sin una educación y eso me sorprende de ambos - el
hombre era de una piel cobriza tan hermosa que parecía brillar, sus ojos verdes con
puntitos amarillos le daba un toque salvaje con su cabello revuelto como si el aire jugara
con sus mechones; no parecía ser agresivo pero si estricto, pues para haber callado a dos
hombres de una estatura mayor era ovbio que era una persona de respeto, el aguila en la
parte trasera de su silla de madera abriá sus alas triunfante ante los demás - la señorita
aquí prensente - y señaló con la mirada a Vane que no pudo evitar sonrojarse - no debe
ver la peor parte de nosotros, lo siento mucho querida - Vane le asintió - si estamos aquí es
para resivir la opinión y voto de los nueve representantes de tribu y esperamos que esta
caiga en una solución pacifica - Se paró de su asiento y todos los demás incluyendole
Marcus bajaron su cabeza a escepción de los otros tres hombres a su izquierda - creo que
tenemos los hechos: Nuestro hermano Marcus fue imprudente al ir a buscar a esta chica,
luego revelarse ante ella y tal vez y no dudo amenazarle - Vane bajó la mirada, no sabía
como se podían enterar de todo - luego... el desafortunado incidente de la familia de ella
- se inclinó respetuosamente hacia Vane - le doy mi pesame – Miró a los otros - Que
culminó con la promesa hecha palabra de VENGANZA por parte de Marcus el hombre
lobo - todos se miraron - bien terminado esto creo que es hora de votar y decidir que
hacer

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- Alguien quiere abogar por nuestro hermano Marcus - Mateo pareció dar una orden, los
presentes meditaron y luego uno de ellos alzó la mano - Zacarías tienes la palabra - señaló
al joven de cabellos largos negros con nariz perfilada, joven y al parecer indulgente

- Yo estoy a favor de que Marcus cumpla su palabra - estaba de pie y hablaba con
suavidad - creo que él por el solo hecho de ser nuestro hermano merece que le
respetemos en sus decisiones, pues la tomó con el hecho de que significaría un grave
peligro si estamos hablando de fuego azul. Es todo - y se sentó de nuevo

- Gracias - Mateo miró de nuevo a todos y otra mano se levantó, esta vez era de un
hombre unos años mayor que el otro chico; su mandibula dura y sus cortadas en las
manos, brazos y en una parte de la cara mostraban a un hombre duró; la mujer que Vane
vio al entrar estaba a su derecha parada, al parecer entre ellos había algo, pues ella le
miraba preocupada pero no intervino cuando empezó a hablar

- Estoy en contra total - Marcus pareció sorprendido con la reacción de aquel tipo -
Marcus debe de ser reprendido por haber arriesgado a nuestra familia e interacurar con
los humanos

- ¿No crees que es irónico que digas eso David? - Marcus le espetó al hombre que no se
detuvo en contestarle

- Por experiencia - y miró a la mujer de fragil constitución - conozco mejor que nadie lo
dificil que es convivir y proteger a un humano - los hombres de su lado asintieron dandole
razón - no tenías derecho a interumpir la vida cotidiana de esta chica humana y sacarle
de su mundo para introducirla al nuestro - sus manos se agarraron de los brazos de la su
silla - fue irrespondable y muy egoísta de parte tuya, no creo que merezcas la aprobación,
sino eres lo suficentemente maduro para aceptar que te equivocaste y que ella puede
morir por tu causa - y señaló a Vane - esta chica es fragil y...

- ¡Un momento! - Vane alzó la voz y se reprendió por dentro por no tener la boca cerrada
pero había que aclara algo - no soy cobarde y mucho menos fragil, se defenderme - sus
piernas temblaban pero trataba que su voz sonara convincente - yo tengo parte de culpa
en todo y si castigaran a Marcus creo que yo tambien merezco el castigo, no soy la vitima
de todo, solo quiero justicia y si eso me lleva a que me asesinen para protegerse lo

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comprendere - David le vio sorprendido y la mujer a lado de él le sonrío al parecer
orgullosa de ella - entiendo que uno solo busca defender a los suyos, yo lo haría
- No digas eso - Marcus le tomo del brazo y la jaló a lado de él, esto no paso por alto de la
vista de todos - aquí si tiene que haber un castigado sería entonces el destino que nos
puso en un cruze, soy responsable y no huyo de ello, pero quiero cumplir mi palabra como
digno hermano de ustedes y no me importa si rechazan esta petición, yo la voy a realizar

- Ya veo - Mateo sonrió y señaló a unos de los nueve hombres - Y tu Abrahan, dinos que es
lo que opina el mayor de todos nosotros, confiamos en tu criterio

Abrahan se paró, era un hombre muy imponente, sus ojos eran nobles y su mirada era
vieja, aunque su cuerpo no mostrara eso estaba muy bien, mucho mejor que ciertos
jovenes que se la pasaban de sedentarios, tendriá la edad de Baltazar o Melchor y
cuando hablo fue tan sereno y tranquilo que parecía influir en el animo de cada uno.

- Gracias por tu voto de confianza Mateo - Abrahan se inclinó - mi opinión es muy


independiente del criterio que tenga cada uno en esta sala, no pretendo influir o imponer,
pero lo que dire es la causa de mi opinión final después de presenciar y leer todo hacerca
de este tema tan delicado - Vane se agarró de Marcus y este le tomo la mano
firmemente esperando las palabras de Abrahan - Estoy a favor de que Marcus cumpla su
palabra, ya que en nuestra gente, el dar o hacer una promesa es sagrado mas si esta se
hace entre dos personas que al parecer comparten un lazo especial - Vane no sabía
como interpretar eso, tal vez sus palabras dieron a entender algo mas - no importa los
errores que cometemos en el pasado, eso ya esta escrito y no se puede borrar, lo unico
que queda es mejorar el presente, superanos y ser de una mente abierta; tengo años aquí
en el consejo como para decirles que si Marcus es mayor para tomar decisiones y
empezar a defender lo que cree, es por demas decir que lo lleva en la sangre no crees
Peter - el hombre sentado en el león le miró severo - y no digo para que aquí comience
una discusión, Marcus tomo una descisión hace tiempo que respetamos, entonces por
que no respetar la que esta tomando ahora que es consiente en mayor grado de lo que
hace, si comete un error quiero decirle que será su error no el nuestro, si no dejamos volar
al aguila, esta nunca descubrirá lo que hay mas alla de nido y eso sería una pena. Creo
que debemos de ponernos en el lugar de nuestro hermano y pensar que es lo que
haríamos, si su mente dice que no merece nuestro apoyo es totalmente respetable, pero
solo piensen, ¿ustedes no se sentirían defraudados si no tuvieran el apoyo de sus gente?,
creo que esta demás la respuesta. Es todo - y se sentó en medio de un silecio absoluto

113
El silencio en la sala era abrumador, todos los ojos estaban puestos en Vane y Marcus
quienes tenían un presentimiento extraño, sus brazos se juntaron cuando Mateo se sentó y
reflexionó, pero en vez de que él hablara la voz de Peter sonó rompiendo el silencio.

- Señorita Vanessa - Ella le miró a los ojos y el respondio con una expresión neutra y
cautelosa- se bien que su familia fue atacada con fuego azul - Vane asintió lentamente -
puede decirme si sabe ¿que significa el fuego azul?

- Yo no lo se - respondió con sinceridad - pero aquello mató a toda mi famila

- Entiendo - Peter miró a Marcus - ¿por que razón no le han contado ese detalle? - quiso
saber

- No lo creímos necesario en ese momento - contesto tanjante Marcus y tomo de la mano


a Vane quien frunció el ceño

- Entonces ella no sabe a lo que se enfrenta ¿cierto? - la ironía de Lucas irritó a Marcus y
solo le envio una mirada venenosa de contestación - que maduro de parte de ustedes - y
señaló a Baltazar y Melchor quienes seguían postrados - se supone que estan al cuidado
de Marcus y mira lo que sucede

- Ellos no tiene la culpa de mi comportamiento - Marcus objeto rapidamente

- ¡Marcus ten respeto con tus mayores! - David habló con mucha autoridad pero no la
suficiente como para intimidar a Marcus

- Creo tendremos que decirte lo que significa querida - Juan se levantó de su silla para
que Vane lo escuchara claramente - por que despues de esto decidiras si eres lo
suficientemente decidida en seguir adelante y es ahi cuando daremos nuestro veredicto

- Estoy deacuerdo - Vane consintió lo mas serena posible aunque por dentro estaba
terriblemente deseperada por saber

- El fuego azul sigifica Muerte Eterna - Juan hablo pauasadamente como queriendo que
ella escuchara todo sin perderse los detalles - ese fuego solo puede ser producido por tres
seres en este mundo

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- ¿Seres? - Vane sentía que su estomago estaba contraido y su corazón palpitaba mas de
lo necesario

- Si - El hombre la vio a la cara y dijo las palabras que mas temía ella - los Licantropos,
hechizeros y.... - se pauso y al decir la ultima palabra sus labios se pusieron rigidos -
Nocturnos o Nosferatus

- ¿Nocturnos?

- Vampiros es como les llaman los seres humanos - Respondió Marcus con una mirada fija -
pero estos en vez de quitar sangre lo que hacen es apoderarse de tu fuerza vital hasta
matarte si ellos asi lo quieren, la sangre solo les proporciona fuerza terrenal - Vane abrió sus
ojos ante la sorpresa y escucho atentamente a Juan cuando empezó a hablar

- Los hechizeros respetan la vida de los humanos, comunmente solo buscan defenderlos y
apartarse de nosotros, pero los nocturnos a pesar que pueden sobrevivir comiendo,
bebiendo y viviendo como humanos normales entre mas viejos son no pueden resistirse a
los humanos - Juan parecia irritado - es su naturaleza asesina y lamentablemente creo
que tu familia fue asesinada por uno que estaba realmente interesado en ti

- No... - Vane se tapó la boca y reprimió un grito sus ojos se llenaron de lagrimas en solo
imaginar a sus padres y a su hermanito siendo atacados - pero... la sangre que vi...

- Los nocturnos son muy discretos pero.... algunos adoran la sangre por el hecho de
sentirse comodos en ella, la sangre es sagrada para ellos, el elemento mas preciado que
un ser humano posee aparte de su fuerza vital, - Juan parecia que estaba apaunto de
vomitar - la sangre es como una droga y eso los hace muy peligrosos

- Por eso necesitamos saber si estas dispuesta a seguir con tu busqueda de justicia - Mateo
estaba sentado y su mirada indulgente le demostraba que el solo quería lo mejor para
todos los presentes

- Si - la decisión salio antes de que ella pudiera pensar, pero el solo hecho de saber el por
que de el asesinato o quien lo había hecho hizo que su cuerpo respondiera

- Entonces esta decidido - Lucas se paró y con él todos los demás

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- Nuestra desición esta tomada y como sea será respetada - anunció Peter a los presentes
que asintieron

- Puedes cumplir con tu palabra Marcus - Mateo sonrió y asintio con aprobación al chico

- Muchas gracias Mateo - Marcus sonreía, púes sabía que estaba librandose de algo muy
delicado - cumpliré mi promesa y les honraré

- Esperemos eso - Lucas le retó con la mirada - pero hay algo mas que queremos hablar
contigo a solas los cinco

- No gracias

- No es sugerencia es una orden de tu superior - el hombre le vio y su postura se encorvó a


manera de intimidación, Marcus se agazapo y asintió

- Pues sea dicho bienvenida a nuestra familia por un momento pequeña - Juan bajó de la
mesa a Vane en medio de las sonrisas de los presentes - creo que te hicimos pasar un mal
momento

- No se preocupe - Vane le sonrió mientras veía como Marcus se adentraba en otro cuarto
con los demas - ¿a donde...?

- No se preocupe el estará bien - Juan la entregó a Baltazar quien la esperaba con una
sonrisa - aqui tienes sana y salva ahora me retiro - Baltazar y Melchor hicieron una
reverencia mientras Juan cruzaba el cuarto bajo las miradas de todos

- El es muy amable - ella le comentó a sus escoltas - tamien el señor Mateo

- Si son grande hombres - contestó Melchor

- Todos lo son - Baltazar le miró tiernamente - solo que Lucas es muy celoso y precavido se
preocupa demasiado por eso puede parecer duro pero es un ser muy justo y amable, por
otra parte Peter es muy callado como ves, es el mayor de todos ellos pero su lugar lo pone
en una posicion dificil

- ¿Por qué?

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- Peter es el usurpador - contestó Melchor - ocupa el lugar de alguien que debería estar
en este consejo

- ¿De quién?

- De Marcus - Baltazar arrugó la frente - pero ese es un tema que solo le corresponde a él
decirte entiendes - Vane asintió - bien es hora de presnetarte a los demás querida

Marcus estaba rodeado de los cuatro superiores, bueno en realidad de tres si lo veíamos
desde otro punto de vista. Desde que había cumplido los 8 años había procurado no
tener mucho contacto con estos hombres, se había desecho de una responsabilidad que
no le correspondía y a la vez del honor que significaba un puesto por el estilo; pero ahora
se encontraba bajo su mirada que la parecer no era muy amigable por alguna razón.

- Bien ¿que es lo que tienen que soltar? - se colocó las manos en las caderas y miró al
rededor del cuarto principal, era pequeño y estaba adornado de mosaicos blancos con
incrustaciones de plata alrededor, parecía que hacían un circulo hacia el centro donde
se encontraba una pila en forma de copa conde un líquido dorado surgía a borbotones
pero no se derramaba. - Vaya todo sigue igual que aquella vez

- Es bueno saber que no te has olvidado de tu verdadero linaje - respondió Juan con una
sonrisa

- No es facil olvidar el pasado ¿no es así? - Lucas le miró severo y Marcus se hirguió para
mostrar su valía

- Bueno pero no fue por eso que te trajimos a este lugar - Peter habló y Marcus le miró
extrañado, este se limitó a desviar la mirada hacia la fuente, era ovbio que aun no estaba
acostumbrado a tratar a Marcus como un inferior

- Marcus estamos aquí para abvertirte de algo - Mateo puso una mano en el hombro de
Marcus para llamar su atención - te quiero hacer una pregunta ¿me permites?

- Claro

- Dinos hermano, ¿no sientes algo extraño con la presencia de esa chica humana? - Juan
ahora estaba totalmente serio y su tono fue muy precavido

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- ¿Extraño? - Marcus por un momento meditó la pregunta y luego respondió con
sinceridad absoluta - no para nada - enogiendose de hombros - es otra humana comun y
corriente

- ¿Seguro? - Lucas alzó una ceja

- Ya les dije que no siento nada - Marcus se estaba irritando - nada de nada - numero con
sus dedos - ni su olor, ni su presencia espiritual, todo en ella es como si ... - y derrepente
todo en él se aclaró - no existiera ...

- Vaya eso es algo peculiar - Mateo se dirigió a sus compañeros quienes asintieron -
Marcus eso quiere decir que nada te une a ella

- Eso creo... es extraño - empezó a cabilar

- Muy al contrario que nosotros - Lucas se movio de un lado a otro

- ¿Qué quieres decir?

- Marcus nosotros podemos sentir en exceso aquellas cosas que tu no notas - Mateo vio a
Peter - Bueno en especial Lucas, Juan y yo

- ¡No es cierto!- la voz de Marcus rugió con advertencia - eso sería horrible.... querría decir
que... - sus ojos se fijaron en sus cuatro hermanos - que ella esta hecha para uno de
ustedes

- Así es - Lucas afirmo - y eso no es muy agradable ya que ella es humana

- Eso no tiene nada que ver - Mateo miro con reprobación a Lucas - Lo grave vendría
siendo que ella podría significar un peligro para ti

- ¡¿Que?! - Marcus ahora estaba apunto de caer en colera - es solo una humana
¡porfavor! - alzó los brazos

-¡Entiende bien esto Marcus! - Peter habló tan fuerte que los demas se quedaron callados
por la sorpresa - no solo sintieron eso tus hermanos - los demas estaban tan inquietos que
Marcus tuvo que hacerle caso a Peter - ellos sintieron la mala suerte en ella, esta marcada

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con el sello de la mala suerte, lo puedo ver al rededor de ella; sabes bien que mi familia
tiene esa habilidad y no te estoy mintiedo, esa chica es peligrosa para ti y tu familia

- ¡Eres un...! - Marcus se fue sobre Peter pero los demás lo detuvieron -¡sueltenme carajo!

- ¡Marcus no seas cabezota! - forzejeaban con él - Peter te dice la verdad, el jamas jugaría
con algo asi- lo tomaron por los brazos y lo inmovilizaron entre los tres - nosotros podemos
sentirlo

-¡Entonces ella tambien es un peligro para ustedes! - rugió furioso

- No - Lucas le torció el brazo - ¡imbecil! ella sería el equilibrio para nosotros tres, pero para
ti que tienes el mismo sello sería como juntar dos bombas de tiempo ¡HARIAN EXPLOSIÓN!

- ¡Vayanse al diablo!

Vane estaba feliz por conocer a todos los demás hombres del consejo, eran amables y
sociables; la mayoría eran jóvenes solo cuatro de los nueve mostraban signos de lucha y
se veían mas grandes, de una edad madura. Baltazar y Mechor le presentaron a cada
uno, Abraham era un hombre muy atractivo y por la manera en que los demas se dirigián
a él era lógico que se trataba de el cabecilla de todos ellos; luego conocío a Benjamín, el
mas chico de todos ellos, era un chico alegre y ambos se sorprendieron al descubrir que
tenían la misma edad, los siguientes fueron Tadeo, Tobías y Darío solo un poco mayores en
edad, pero mostraban gran entusiasmo al saludarla con un abrazo y decirle que era muy
mona; cuando vio a Zacarías y Jacod presentarse, Vane no pudo evitar compararlos, el
primero era alto y con cabello largo con un aire amable y el segundo con el cabello corto
casi a raz, con un cuerpo atletico y mirada de pocos amigos, pero cuando la saludo
descubrió que era el ser mas pacífico que haya conocido; al igual que cuando Tomas le
sonrió y con una mirada timida le saludó para luego retirarse a la esquina de la
habitación; por último Baltazar condujo a Vane hasta la pareja que había visto juntos en
el momento de su juicio, el primero era David pero el nombre de la mujer que estaba a su
lado con una sonrisa sincera y andar delicado, no lo sabía.

- Buenas tardes David - Saludó Baltazar. David se inclinó correspondiendo el saludo y


sonrió al ver a su compañero, pero cuando volteó hacia Vane su rostro se borro y solo
bajo su mirada, cuando Baltazar notó esto se apresuró a hacer las presentaciones - mira
aqui te presento formalmente a Vane, es una chica encantadora

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- Gusto en conocerle - David miró a la mujer a su lado quien le sonrió con ojos llenos de
picardía, haciendo que él se sonrojara, un gesto así casi hizo que Vane se riera - ella es mi
esposa Beth - le indicó a la mujer de alado quien sin tardanza le tomo la mano a Vane
para saludarla

- ¡Hola preciosa! - sonreía como una niña y su rostro iluminaba a todos a su alrededor, por
extraño que pareciera, esta mujer hacía el mismo efecto que Paula, pero ella era
diferente, no tenía los ojos verdes y eso era muy extraño - ¡oh! ya veo que lo has notado

- ¡Ay! disculpe no debi verla así - se disculpo- soy una maleducada

- Jajajaja no te preocupes - Beth la abrazó y miró a su esposo - yo no soy como mi amado


esposo, mas bien tu y yo tenemos en comun mas de una cosa - le sonrió - ambas somos
humanas

- ¡Enserio! - Vane se alegro, era como recibir un regalo de cumpleaños ahora ya no se


sentía tan extraña como antes, Beth parecía comprenderla muy bien

- ¡Claro! ven - la tomó de la mano y se despidio de su esposo con un beso volado mientras
se alejaban - es hora de hablar entre chicas ¡uy!

Cuando Baltazar vio como se alejaban Vane y Beth, volteó la mirada a su amigo David,
quien al parecer estaba tan embobado con su mujer como desde el día en que se
conocieron, era amor puro.

- Es una pequeña humana no le hara daño a tu tesoro - sonrio

- No digas estupideces viejo - le gruño malhumorado David

Vane se sentó junto a Beth quien al parecer estaba mas emocionada que ella por verla,
eso era algo ovbio se dijo pues por lo visto en este lugar los humanos no eran muy
bienvenidos; los asientos en los que estaban eran de terciopelo blanco tan comodos que
uno no le gustaría parase de ellos por un buen rato, o cuando menos por una buena
conversación.

- ¡Vaya es tan emocionante ver a una chica como tu por aqui!

- Gracias... creo - Vane estaba algo nerviosa por conversar son esta mujer

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- No te preocupes si les caes bien a esos de ahí - señaló a los hombres que estaban en
una conversación al parecer muy entretenida - nadie te molestara lo juro - y se toco el
corazón

- Si espero eso... - Vane no sabía como responderle a una mujer con un nivel de alegria
arriba de lo normal

- ¡Dios te asuste!

- ¡No como cree!

- Tuteame querida

- Bien

- Jajajaj eres encantadora - y Beth se miró en el reflejo de un espejo - pense que andaba
mal arreglada - le guño un ojo

- No claro que no

- Asi que Marcus se hará cargo de ti

- Al parecer

- Es un buen chico - cuando Beth dijo esto Vane sintió en su tono un deje maternal - y ha
sufrido muchas cosas

-¿Como cuales?

- No te debo decir es un secreto a voces - se colocó un dedo en la boca a modo de


candado

- Mmm pero yo no se nada sobre este mundo y menos de Marcus es tan testarudo y
aveces...

- ¿Excespera?

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-¡Si! ¿Cómo lo sabes?

- Por que mi marido es igual - le sonrió - todos son así – aseguró

- Quisiera poder comprender mejor a Marcus - Vane se tomó las manos - aunque aveces
quisiera pegarle una patada - y ciñó las cejas

- Jajajaja no eres la unica - Beth la observó al parecer juzgando algo que Vane no sabía si
encontraría - te dire algo entendido - miró sigiilosamente a su marido - ahora estan tan
entretenidos que no se daran cuenta - le tomo la mano - pero promete que no lo usaras
en contra de Marcus ¡nunca!

- Lo juro

- Bien que ¿quiseras saber?

- ¿Por que Marcus debería estar en el lugar del señor Peter?

- Eso es una pregunta muy grande

- Sino quieres responder no hay problema

- Esta bien yo te di mi palabra - se quedó pensativa y empezó a hablar - la familia de


Marcus eran la respresentación del Gran León, su sangre era una de las mas antiguas y
por lo tanto con mayor prestigio y rango sobre todos los demas licantropos; todos los
hombres en las generaciones de las cuatro familias principales heredan el nombre de su
antesesor y por lo tanto la responsabilidad y el honor de dirigir a todos sus hermanos

- Vaya... y ¿por qué Marcus dejo todo?

- El padre de Marcus, se llamaba igual que él; era un hombre muy bueno y un guerrero
respetado por todos sus colegas, apreciaba a todos los seres y pensaba que algun día
podríamos convivir juntos y ser un mismo pueblo - los ojos de Beth estaban un poco tristes-
un día conoció a la madre de Marcus, pero el problema radicó en que ella era humana...

- Beth bajo la vista

- ¡Oh!

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- Creo que ya adivinas el problema ¿verdad? - Vane asintió - casi todo el consejo que no
eran en la mayoria estos chicos que ves aquí sino sus padres o abuelos, se opusieron a la
decisión del padre de Marcus de casarse

- Eso es muy egoísta - señaló Vane sintiendose indignada

- Yo pensaba antes igual, pero ahora creo comprender, solo tenían miedo de que algo le
ocurriera a un jefe principal - se encogió de hombros - debemos de comprender que
todos se ven como hermanos y este lazo es mas fuerte estando en un rango superior

- Bien... ¿y qué sucedió entonces?

- El padre de Marcus se reveló y se casó con la chica humana - Beth sonrió - yo apenas
había conocido a David cuando todo esto se dio y eramos novios a escondidas, creo que
para mi esposo el padre de Marcus fue como un heroe por luchar por algo que amaba -
se toco un anillo que al parecer era obsequio de David - todo para los padres de Marcus
fue dificil pero fueron muy felices aun mas cuando Marcus vino al mundo, no te imaginas
lo alegres que se encontraban todos por estos lugares, David me contaba que aunque
Marcus fuera hijo de una sol todos querían al futuro pequeño jefe, pues era primogénito
de una de las familas mas poderosas

- Así que Marcus fue querido por todos

- Asi es - Beth empuño sus manos - pero como imaginaras había quienes no lo aceptaban
como el grupo Croix Noir - Vane recordó a Baptiste y un escalosfrio la recorrio - esos son
tan tozudos y reotrcidos - la hermosa cara de Beth se llenó de desaprobación - intentaron
desplazar a el padre de Marcus pero nadie les apoyó, y asi fue durante cuatro años

- ¿Y? - Vane estaba muy impaciente y su garganta tan seca que parecia que con solo
tragar saliva todo se desharia

- Sucedio algo terrible que tiene exactamente 21 años - el terror en la cara de Beth avisó a
Vane que lo que vendría no serían noticias muy buenas - La madre de Marcus fue
asesinada brutalmente

- ¡Que horror! - Vane se cobrió la boca

- Lo peor de todo fue que al mes el padre de marcus se encerró y no dejaba que nadie lo

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viera a él o al pequeño, David estaba tan preocupado en ese entonces que no sabía
como calmarle - sus ojos se llenaron de lágrimas pero no soltaron llanto- y empezó la
pesadilla

- ¿Qué fue lo que pasó?

- El padre de Marcus se volvio en contra del consejo, asesinó a muchas familias de


licantropos y formo un ejercito con puros Lokis, decían que se habia vuelto loco - Beth casi
no podía hablar - mató y dicen que cometía actos tan terribles que son imposible
nombrarse, amenazó a todos los que no estaban con él que acabaría con las personas
que mas amaran que ese sería su castigo por quitarle a su tesoro

- No puedo creerlo - Vane miró a todos los hombres que ahora se reían y trataba de
comprender que sería lo que muchos de ellos sintieron cuando esa amenaza se dio

- Ese fue una de mis despedidas mas dolorosas, David para protegerme me dijo que no
me vería, pues temía que yo fuera dañada, solo por cartas secretas me contó todo lo
demás - sus manos apretaban sus piernas - Paso un año y entonces todo llegó a su fin...
mataron al padre de Marcus

-¡¿Qué?! ¿Quién hizo algo tan horrible? no puedo entender...

- Fueron los tres guerreros... - Beth miró hacia una dirección y pronunció los nombres
lentamente - Gaspar, Baltazar y Melchor, los legendarios...

- Pero...- Vane estuvo apunto de gritar pero su cuarpo temblaba tanto, cuando miró a
Baltazar y Melchor no podía por mas que quisiera comprender el por que de ese acto, es
que acaso no había otro metodo... podrian ser tan crueles, acaso su cara feliz solo era
una mascara y sobre todo el por que los asesinos del padre de Marcus ahora le cuidaban
como si fuera un hijo

- No les juzgues - dijo Beth - ellos hicieron lo mejor, lo liberaron de su locura ... sabes algo
Vane una vez Melchor estando borracho me dijo que esa vez lucharon hasta el
cansancio, llenos de sangre de sus propios hermanos y cuando llegaron a la guarida
donde se encontraba "El Gran Marcus", estaban que temblaban de miedo, los ojos de ese
hombre estaban llenos de sangre y odio, con su espada desenvainada sé colocó en
posición de ataque frente a un pequeño baúl, luego les atacó, venció con facilidad a
Baltazar y Melchor pero Gaspar fue mas rápido y le encajó su espada con el veneno
dorado, lo unico que Gaspar escucho fue un "Gracias" y asi acabaron con el cabeza de
familia de el León; cuando los tres abrieron el baúl buscando lo que al parecer protegía el
padre encontraron a el pequeño heredero, a Marcus, con cinco años y en un estado

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catatónico, había presenciado tanta maldad y hasta la muerte de su padre que el niño
ya no parecía mas que un muñequito - Beth se secó una lagrima que escurrió por su
mejilla- te imaginaras lo terrible que se sintieron al ver que eran asesinos de el padre de
ese pequeño, asi que como compensación y respeto al padre cuidaron de Marcus hasta
que cumplió los 18 años... claro que despues de todo ese suceso las familias estaban
resentidas y dolidas con la sangre MARCUS, por eso cuando el cumplió los ocho años
declino su lugar y Peter se convirtió en el ususpador ... por petición de Marcus

- Lamento tanto eso - Las lagrimas de Vane empezaron a surgir y Beth tuvo que voltearla y
secarle el rostro para que nadie se diera cuenta

- Esto era un secreto... pero yo confio en que tu haras feliz a Marcus

-¿Yo?

- Si, algo me dice que tu ayudaras a que su alma sane lo sé.

- No se que decirte....- Vane pensó en todos los sueños relacionados con Marcus y las
cosas sucedidas despues de la muerte de sus padres; pero antes de que pudiera
responder la puerta por donde Marcus había entrado antes tronó y de él salieron cindo
figuras

- ¡Me largo de aquí! - Marcus caminaba hecho una furia y cuando atisbó a mirar a Vane
la tomo del brazó y la arrastró consigo - ¡Vamonos!

- ¿Qué sucedes? - Vane estaba asutada por su reacción y él se maldijo por no ser
delicado pero quería salir de ese lugar antes que asesinar a uno de sus hermanos por
todas las tonterias que le estaban diciendo

- No te incumbe - Miró a Baltazar y Mechor que se apresuraban tras de él - ¡Dejenme solo


ahora! - ordenó y ellos se quedaron como piedra; al salir del edificio Vane sentía que su
brazo se iba a zafar por tanta fuerza y empezó a irritarse dandole pellizcos en la mano
para que la soltara - ¡diablos deja de hacer eso!

- ¡Entonces deja de portarte como un animal! - le gritó cuando iban por un callejón, quiso
corregirse pero Marcus la empujó hacia la pared y la flanqueo por ambos lados con su
enorme cuerpo

- ¡Maldita sea si dejo que alguno de esos te haga suya! - le gritó y ella cerró los ojos
tapandose las orejas

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-¡¿Qué-e...?! - en ese momento Marcus la besó y le agarró por la cintura para tenerla mas
cerca, sus labios eran tan duros y llenos de odio que Vane sintió que la fuira venía en su
ayuda; le golpeó y quiso gritar pero su boca se lo impedía, era como luchar contra el mar
cuando te estas ahogando; sin saber como algo cambió derrepente y ella le
correspondió de igual manera, furia con fuira, odio con odio y pasión con pasión;
moviendo sus bocas a un ritmo casi musical.

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CAP 12. UN LOKI

Notas de amor cuando besé;


lagrimas de sangre al cantar tu cuerpo
me lo provocan tus manos
cuando vienen y van

Había pasado exactamente un mes desde que Marcus había besado a Vane y salido
huyendo, o eso era lo que ella pensaba cuando se estaba reflejando en el espejo del
aparador de la tienda CHANEL a donde Paula la había llevado; y es que el hombre que
se supone la ayudaria a buscar al asesino no la había visto y cuando sus labios se
despegaron en aquel momento de los suyos, los ojos de él ardían como llamas verdes y la
atravezaban como dagas, después la soltó y salio corriendo simplemente diciendo "Luego
nos vemos", sino fuera por que Melchor la encontro a unas calles, quien sabe que hubiera
pasado, estaba tan enojada con Marcus y a la vez con ella por no saber que pensar
sobre aquel beso que la irritaba en desmedida.

- Vane ¿crees que esta gabardina me quede bien para celebrar navidad? - Paula entró a
su provador y de modeló el hermoso abrigo satinado color rojo que la hacían parecer una
caperucita roja con unos enormes ojos verdes

- ¡Es hermoso! - Vane sonrió con dificultad por que no quería hechar a perder esta salida
con Paula, este mes ambas habían creado un lazo tan fuerte que los demas de la familia
se abstenian de llevarles la contraria. Pero esto no fue suficiente para que Paula no se
diera cuenta en que estado Vane se encontraba

- ¿Vane ¿sigues preocupada por el?

- ¡Ja! yo no me preocupare por ese cabezota...- Y se vio el vestido beige perla que Paula
le habpia dado a provar, disimulando su enojo por Marcus - ¡Como es posible que no se
digne a venir! - golpeó el suelo

- Jajajaja querida - Paula se sentó y le miró feliz - no te preocupes él volverá el primero de


diciembre

- No me... ¿como sabes que volverá el primero de diciembre? - los ojos de Vane miraron a
Paula incredula, pero esta alzó la barbilla orgullosa y muy sonriente como quien conoce
un secreto y tiene toda la intención que este se revele

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- Veras el siempre asiste el primero de diciembre a el inicio de nuestra promesa - le enseñó
su muñeca conde tenía una pulcera delgada color rojo - cuando me convertí en
huerfana odiaba la navidad - Paula parecía añorar algo - pero Marcus me alegro la
primera navidad en que convivi con ellos y me dio esto asi que pactamos que siempre
estariamos juntos en un evento tan especial

- Ya veo... - Vane tuvo una punzadita de dolor al recordar que seria su primera navidad sin
su familia, ahora era noviembre y el frio era insoportable, eso convinado con la tristeza no
era recomendable

- Vane - Paula la tomó de las manos - estoy segura que él esta consiguiendo información y
por eso no ha tenido contacto, el esta bien - le miró segura - Marcus tiene muchos aliados
y ellos le cuidaran

- Si tu lo dices... - se encogio de hombros

- ¡Bien arriba animos! - la chica se paró con un saltito gracioso - parece que hemos
terminado las compras, asi que llamaré para que vengan por nosotras - guiñó un ojo - el
gruñon de Adolfo ha de estar pegado al telefono esperando mi llamada para saber en
que lío te meti jajajaja

Ambas salieron de la tienda riendo y observando las demás tiendas al rededor para los
ultimos detalles; cuando llegaron a la mansión Elías se encontraba tomando chocolate y
Adolfo una taza de té, el primero las recibió con una sonrisa y los brazos extendidos, pero
el segundo les lanzó una mirada fría y de completa reprobación que hizo que Vane se
avergonzara hasta las orejas, claro que esto a Paula no le preocupó en adsoluto,
simplemente paso de largo y cargo a Merlin quien ronroneo agusto de recibir las
atenciones de su ama.

- ¿Cuando llega Eliseo? - El hermano menor de Elías era un chico libre y no le gustaba
estar en lo que al parecer es una familia, no por que le desagradara, era simplemente por
el gusto a la soledad, cosa extraña para los demás que preferian estar con alguien a lado

- Mmmmm veamos... - Eliseo hizo cuentas mentalmente - creo que a finales de noviembre
ya sabes que no le gusta mucho el calor jajajaj asi que regresara pronto de su excursión -
hizo un ademan frivolo con las manos - hombre de mundo

- Lo extraño mucho - la chica con cabellos amarillos limos acarició a su gato

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- No veo la razon el tiene tambien una vida no esta sujeto a tus caprichos - el veneno en la
voz de Adolfo fue tan ovbio que Paula le lanzó un zapato que le cayó en la cabeza; Vane
pensó que este se hubiera podido mover pero al parecer disfrutaba hacer enojar a Paula

- Disculpa Elias - el chico le lanzó una sonrisa de fotografia, cosa que por un momento
dejo confusa a Vane - ¿cuando llegan Malchor y Baltazar? supongo que vendran

- ¡Claro! y nos traen una sorpresa

- ¡¿Asi?! - Paula se fue a los brazos de Elías - ¿de que se trata? - Este la abrazó y la colocó
en su regazo

- Llegará en poco tiempo no coman ansias señoritas

Cuando Eliseo llegó acaparó la atención de las dos chicas, les platico de su visita al
Amazonas y lo bien que se la había pasado en compañía de sus colegas en esa zona;
todos estaban tan inmersos en la platica del chico que no notaron que Baltazar y Mechor
llegarón.

- ¡Muy bien chichos que tenemos aquí! - Mechor sonrería de oreja a oreja y caminaba
divertido hacia sus hijos quienes se lanzaron a él para recibirlo

- Esto si que es una bienvenida eh - Baltazar traía consigo a Isabel quien caminó
rapidamente hacia los regalos bajo el arbol de navidad

- Mio - dijo alzando un enorme oso con un moño rosa

- Si que eres una niña lista - Adolfo la alzó y le acarició la mejilla

- Mi novio - Isabel le abrazo y le dio besitos por toda la cara - mio, mio, mio

- Vaya eso si que lo tenemos claro jajajaja - Paula se tocaba el estomago de tanto reir,
Adolfo le lanzo una mirada asesina y se limitó a llevarse a Isabel al sillón

- ¿Donde aprendio esa palabra? - le preguntó Baltazar antes de girarse hacia Elías quien
estaba platicando animadamente con Melchor - dime ¿ya ha llegado Marcus?

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- Aún no parece que llegara mañana

- Mmmmm entonces...

En ese momento entro en la sala el mayordomo, un hombre terriblemente alto con ojos
tan verdes que parecían negros, un cabello gris con algunos vetigios del cabello negro
que una vez tuvo y una boca recta y seria como un roble.

- Disculpen señores - se inclino de manera respetuosa - al parecer tienen una visita

- ¡Marcus Llegó! - Paula se paró de un salto por la emoción y Vane sintó como su boca se
secaba y el corazón le empezaba a latir de una manera deseperada, pero cuando el
mayordomo se hizo a un lado solo se vio a un muchacho de origen asiatico con una
sonrisa amigable mientras saludaba de forma informal.

- Hola chicos que tiempo sin verles - Vane vio como Paula corria hacia el chico que tal vez
seria dos años mayor que ella, esta le abrazó cuando porfin llegó hasta él quien le
correspondio de manera efusiva - ¡Vaya no pense que me extrañarías tanto!

- Tonto - Paula le miró con sus ojos llorosos y el chico con cabello negro le secó las lágrimas

- Vamos a ver pequeña lagartija si que has crecido eh - Melchor le rasco la cabeza y el
chico se hizo a un lado para evitar que Elias hiciera lo mismo

- Ya dejense de esas cosas jajaja - el chicó miró a Vane quien hasta entonces solo estaba
muy quieta observando toda la escena - ¿quien es ella? - preguntó mientras la señalaba

- Ella es nuestra amiga Vane - Paula agarró a Vane y la guió hasta el chico asiatico - él es
Shin, es nuestro amigo y mensajero personal

- Mucho gusto - Vane le saludo y el correspondio con una inclinación amable

- Igualmente al parecer a ti es a quien le tengo que entregar mi mensaje - todos los


presentes se quedaron callados cuando el chico pronuncio esto - jejejeje creo que me
debo explicar

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- Si y será mejor que empieces - Paula le tomo por la camisa y el le sonrio de manera
divertida

- Bien Marcus me ha mandado desde España

- ¿Qué dialos esta haciendo en España? - la pregunta de Adolfo sonó por toda la
habitación de un modo amenazador, Shin se limito a responder sin intimidarse

- Pues me entregó esto - le dio una carta a Vane - es para ti dice que es muy importante -
se volteó - y para los demas me dijo que no vendra a estas navidades

-¡¿Qué?!

Después de un rato Shin les pudo explicar que había respondido al llamado de Marcus y
este solo le habia dado esas indicaciones en un bar no lejos de una plaza, no sabía a
donde se dirigia ni que era lo que buscaba, pero lo unico que había notado era que
Marcus se encontraba en pesimas condiciones; todos empezaron a inquietarse, sobre
todo Vane quien sostenía la carta como si fuera su unica salvación, si Marcus se estaba
arrisgando era por su culpa, si algo le pasaba nunca se lo perdonaría.

- Bien eso es todo - Shin cruzó los pies sobre la mesa de centro de la sala y se recargó en el
regazo de Paula quien le acarició el cabello

- Muchas gracias por traer este mensaje Shin

- De nada pero tengo algo mas que decirles

- ¿Qué pasa? - Adolfo ahora estab sentado en el sillón principal y parecía no estar nada
contento con saber que su amigo Marcus estaba en mal estado

- Bien - Shin se paró y por su cara Vane presintió que lo que estaba a punto de decir no
iba a ser bueno- debo prevenirlos de lo que esta ocurriendo en algunas regiones de
europa

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- ¿Prevenir? - Paula abrió mucho sus ojos y tomo la mano de Shin quien siguió viendo a los
ojos a los demas

- Si - este supiró - han estado desaoareciendo ultimante muchos Lokis y se rumora que
estan muertos

- Dios eso es terrible

- Si pero nadie puede confirmar nada - empuñó sus manos y vio a Vane a los ojos -
muchos dicen que pueden ser nuestros primos, los Vampiros - Vane casi gritó al oir esta
revelación, no podía creer que los que posiblemente eran los asesinos de su familia
tuvieran que ver con los hombres lobo, definitivamente eso no era algo normal

- Estas corriendo peligro con decirnos esto - Elías lo miró y el chico asintió

- No soy cobarde, se que soy un Loki pero si me escondo de nada servirá - miró a Paula
quien le sonrio - ademas mi familia sirvio por siglos a la familia del Leon asi que Marcus es
mi amo

- Entendemos eres un guerrero valiente puedes quedarte esta noche supongo que
querras partir mañana temprano - Adolfo se paró y salio de la sala

- Gracias por dejarme hospedar aquí

- ¡Bien quiero que me platiques que has hecho todo este tiempo! - Paula lo abrazó y se
llevó al jardín a Shin, tras de ellos Eliseo quien miraba a Shin como si este estuviera
acaparando demasiado la atención de su amiga.

- Ellos se ve que se agradan - Vane estaba sentada alado de Isabel quien jugaba al té
con su osito nuevo, Baltazar la miró serio

- Si pero lo que dijo Shin es muy delicado

- ¿Por qué?

- Dudo mucho que los vampiros esten tras de esto - Mechor parecia muy irritado, pero al

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ver la cara de incredulidad de Vane decidió explicarle - no solo los vampiros pueden
atacar a un hombre lobo querida

- Asi que ¿quién mas podría?

- Otro de nosotros - Baltazar caminó hacia ella

- Eso sería imposible como podrian atacar a... - pero Vane no terminó pues la mirada de
ambos hombres le recordaron a Baptiste quien no había sido amable con ella - hablan de
los Croix Noir

- No solamente de ellos, en nuestro mundo hay mas seres que podrian lastimarnos de lo
que tu crees - respondió Melchor

- ¿Por qué querrían lastimar a un Loki?, se supone que ellos son hombres lobo como
ustedes

- Mmm ... los lokis no son como nosotros exactamente - Baltazar se sentó junto a ella - no
es que haga de menos a nuestros hermanos los lokis pero te explicare nuestra jerarquía tal
vez asi comprendas - Vane asintió - veras en la parte mas alta de neustra familia se
encuentra la Aemilia, conformada por el consejo y las cuatro familias principales, de ahi
siguen las castas los Croix Noir, los Heiligtum y los Bard, quienes se encargan de las
regiones del mundo y de vigilar a los demas hombres lobos que se encuentren en sus
territorios a su vez de mantener a raya a los enemigos, los siguientes son los Eclipses o
Mestizos que son hijos de un miembro de la familia segunda con un humano sol, estos se
dividen en dos los Adelphos quienes protegen y sirven a los Heiligtum y los Apolline quienes
siguen a los Bard ¿entiendes?

- Si pero y donde estan los Lokis

- Ellos son el ultimo grupo, son los hijos de un Mestizo con un humano sol - los ojos de
Baltazar se fijaron en la puerta de donde habia salido Shin - la Familia principal son los
hombres lobo mas fuertes, pueden cambiar de apariencia cuando lo deciden y la luna los
hace mas fuertes, muchos poseen poderes relacionados con sus sentidos que son cien
veces mas agudos que en un humano, por otra parte las Castas son de menor fuerza pero
pueden controlar su instinto lunar al igual que los Aemilia, los Meztizos generalmente
prefieren no convertirse en su parte salvaje y pasan desapercibidos en sus colonias, pero
con los lokis es distinto, ellos no son consientes cuando se transforman pierden el control y
pueden llegar a lastimar o matar a un ser querido, solo se pueden transformar en luna
llena y no poseen habilidades como los demas, en cierta forma son humanos comunes
pero con un desorden

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- Entiendo ha de ser muy duro para Shin ¿verdad?

- Si es difícil por eso los lokis se ponen a dispocisión del primer grupo la Aemilia para que
estos los controlen - Melchor golpeó con fuerza la pared al decri esto - pero los demas los
consideran un peligro y una deshonra, para ellos el matarlos y acabar con cada uno seria
lo mejor, especialmente para los Croix Noir quienes se sienten orgullosos de su pura
asendencia

- ¡Son horribles!

- Si pero muchas familias piensan lo mismo - La voz de Baltazar se escuchaba amarga -


Shin es un ejemplo de un Loki que es controlado, él se esfuerza mucho para ayudarse y
poder enseñar a sus demas compañeros que sufren el mismo mal, ya que si un Loki mata a
un ser humano o a uno de su misma especie se volverá loco y morirá

Vane no pudo evitar recordar sus sueños, a un Marcus sediento de sangre con los ojos
inyectados en sangre y un odio que corria por sus venas como si fuera sangre; su cuerpo
temblo y empezó a preguntarse si él podria estar en peligro.

- ¿Marcus es un Eclipse verdad? - esta pregunta salio de ella sin que pudiera pararla

- Si - la expresión de Baltazar era cansada - creo que sabes que significa

- El esta en peligro - la afirmación que ella dio la convencio, era hora de buscar a Marcus
y mientras sujetaba la carta firmemente se juró que lo encontraria y averiguaria quien era
el asesino de su familia costara lo que costara

En la noche Vane se encontraba frente al espejo del tocador de la recamara observando


cuidadosamente la carta que le había enviado Marcus, era un papel amrillo, estaba
manchado y arrugado tal vez por la rapidez con que fue escrito el mensaje, las letras de
él eran grandes y claras en la parte trasera del sobre donde decía el nombre del
destinatario; por alguna razon meditó mucho antes de abrirla y saber su contenido.
Lentamente rasgo el sobre y de el salio una tarjeta y una moneda, Vane tomo el segundo
objeto y lo estudio claramente, era una moneda mexicana por sus caracteristicas, tomo la
tarjeta y leyó el mensaje que era corto.

Palomita no dejes de escribir... atte. Marcus

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-¿Qué rayos?...- Vane sacudio el sobre indignada de que solo esa pequeña frase hubiese
venido, pero al no encontrar mas supuso que Marcus solo se estaba burlando de ella - Es
un... - pero en ese moemento su cerebro se iluminó tomo de nuevo la tarjeta y la volvio a
leer atentamente - escribir eh - todo estaba claro - bien hoy seguiré con tu historia

Shin estaba durmiendo en la recamara de huespedes, su respiración era lenta y relajada


sus brazos y piernas estaban marcados por las cicatrices de todas aquellas
transformaciones por las que habia pasado desde pequeño; unas manos blancas y largas
se estiraron por su torzo pero él sonrio y tomo las manos de la chica que lo venia a
molestar.

- Paula - tomo las manos de esta quien se reia a su lado despacito - sabes que debes
dejarme dormir mañana parto ya te he contado todo sobre mi encuentro con Marcus

- ¡OH! bien ... - esta hizo un pucherito que él no pudo resistir, la tomo de las manos y la
saco afuera de su cama, a pesar que era dos años mayor siempre se habían tratado
como hermanos y eso creaba una relacion espcial entre ellos - solo que no puedo evitar
sentirme triste - caminaron a la terraza y se apoyaron para ver el paisaje - mañana te vas y
no se hasta cuando podremos reunirnos, por lo que nos contaste de los ataques es algo
serio y me siento inquieta

- Todo estará bien - Shin miró la luna cubierta por las nubes - nosotros los lokis aun tenemos
esperanza... - sus ojos refleraron por un momento todo el dolor de aquella responsabilidad
del tener que vivir dependiendo de algo - creo que esa chica cambiará las cosas

- Te refieres a Vane

- Si ella es especial puedes notar su aura alrederor, es como si te envolviera con ella,
aunque no la veas pero si sentirla

- Marcus confia en ella - Paula supiró mientras caminaba al interior de la recamara -


pero... ¿y si ella termina con él?

- Marcus es fuerte el jamas se rinde por eso es un lider natural

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- Tal vez tengas razon solo espero que ese instinto natural lo lleve a tomar buenas
desciciones

***

La calle por donde caminaba con cautela era oscura como un hoyo negro, la humedad
en las paredes cubiertas por mugre olían a la alcantarilla vieja que se encontraba a un
costado de la pared, mientras la lluvia caía sobre su rostro y sus huesos se congelaban
Marcus deseaba que lo que estaba apunto de hacer valiera la pena como para alejarse
de sus compañeros y hogar. Cuando estuvo frente a la puerta negra de madera vieja con
un numero trece en plateado su instinto le dijo que ya no iba a haber marcha atras en
cuanto pisara dentro de ese lugar que le atraía como polilla a una lampara, "si te
hacercas mucho te quemas" se dijo, y dio tres golpes para llamar.

- ¿Quién fue el rey mas sabio? - preguntó una voz dura del otro lado de la puerta, Marcus
con un suzurro contesto

- Salomón - La puerta se abrió y dejo ver el interior de un pasillo iluminado con luces
calidas de velas, este lugar no había cambiado desde que lo había pisado cuando era
joven con Elias y Eliseo, luego los habian hechado por armar jaleo, esa ocasión la puerta
se había estrellado en su cabeza y el numero trece había sido lo ultimo que había visto
antes de perder el conocimiento.

- Bienvenido al Club Salomon. Va a entrar - La voz del hombre joven le distrajo, era alto y
musculoso, su cara tosca y rasgos fuertes lo hacían parecer mayor, de su chaqueta negra
colgaba un reloj plateado con un numero escarlata que indicaba que integrante y lugar
ocupaba.

- ¡Seguro! - El hombre se inclinó educadamente y lo guio a travez del pasillo, despues de


bajar unas escaleras que parecían conducir a un sotano se pudo oir la musica de rock y
un brillo resplandeciente color dorado surgir del interior del lugar que despedia aromas
exoticos - Me podría decir si se encuentra la señorita Salomé - preguntó cuando entrarón
en el salon

- Mi ama Salome vendra en un momento a atenderle - el joven hizo una indicación a una
camarera vestida de verde - lo llevaran a su estadia y ahi vera en unos minutos a mi ama -
el chico se inclinó y se alejo a paso rapido en cuanto llegó la camarera con una sonrisa

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- Buenos días caballero si me permite - la chica le entrego una toalla para secarse el agua
y lo empezó a guiar entre las mesas, que eran una mezcla de cama sin patas, con dosel y
grandes cojines, con cortinas semitransparentes para dar un poco de privacidad a los
clientes del Club; el ambiente era misterioso y es que los clientes no eran seres normales,
Marcus observó que le tocaría una cama/mesa junto a un grupo de hechizeros y brujas
que le miraron con sus ojos violetas; era de saber que solo estas personas tenían esa
caracteristica y era muy peligroso para otros seres verles a los ojos pues podrían quedar
encantados con solo mirarles, él desvió la mirada rápidamente hacia otro lugar donde se
encontraba un Loki comiendo rapidamente mientras una camarera verde le traía una
jarra de cerveza - Este es su lugar, pongase comodo - la chica lo miró y puso sus ojos en
blanco para recibir una orden - que desea para comenzar - Marcus miró su bonito
uniforme verde que consistia en falda corta, botines y un maditilo con un moño del mismo
color con un pequeño reloj colgando, tenía una cara linda y cejas arqueadas; pudo
reconocer por el color de su uniforme que era una camarera de segundo nivel

- Muchas gracias por el momento traeme wiski - le sonrio, la chica volvio a poner los ojos
normales y se fue con una inclinación, cuando la vio alejarse noto que entre las
camareras verdes se hayaba una chica de cabello corto hasta los hombros y de uniforme
rojo, sin duda era camarera de tercer nivel, una aprendiz; la chica caminaba con lo que
al parecer eran pedidos para sus vecinos de a lado que la ponían nerviosa a simple vista

- Bien aqui esta su orden señores - dijo la muchacha a los hombres y mujeres quienes se
reían - con su permiso - la chica se retiró casi llorando por el miedo; Marcus aun no
entendia por que en el mundo nacían esta clase de humanos con las capacidades para
convivir entre ellos. No pudo acabar por que la chica se tropezó con una camarera verde
que estaba tomando una orden a un chico de ojos azules y piel blanca sonrosada, el
joven que venía acompañado de dos chicas mas con un aspecto extraño, ambas vestian
de negro y sus ojos al rededor estaban pintados de negro casi al exceso de parecer
parches, vieron a la aprendiz con irritación, pero el joven de ojos azules como llamas le
sonrio y ayudó a la chica a pararse - gracias señor no fue mi intención...

- Yo no hago nada sin recibir un pago - pronunció el joven de cabello cafe, que sin
permiso tomo a la chica que estaba paralizada y pego sus labios al cuello de ella, esta
empezó a gritar y querer zafarse, la otra camarera de una manera rápida separo a la
chica del joven con una fuerza sorprendente

- Lo siento señor Nicolas pero ella no esta lista - la chica de rojo sollozo y los presentes que
hasta entonces estaban en sus asuntos se quedaron callados esperando la respuesta del
joven quien sonrio de una manera perversa y hasta malvada para asombro de Marcus,
mostrando sus afilados colmillos como si fueran trofeos

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- Entiendo - Nicolas vio sin ganas a la otra chica y se empezo a reir - jajajaj solo era un
juego querida jajajaja - La aprendiz le vio con terror al decubrir al vampiro y salio
caminando rapidamente en dirección opuesta - Ya sabes lo que queremos

- Si - fue la respuesta fria de la chica de verde quien se sentó junto a él y las otras dos
chicas y como si fueran tigres hambrientos pegaron sus bocas al cuello y muñecas de la
chica quien abrió los ojos por la rudeza

- Marcus - Una mujer de uniforme Azul estaba parada a su lado con su cabello largo y
cafe agarrado en una coleta simple

- Salome porfavor - Marcus se hizo a un lado sin dejar de contemplar a aquel tipo, Salomé
se sentó a su lado y vio las reacciones de este

- Se llama Nicolas Bathory - Marcus la miró interrogante - como te daras cuenta en un


nosferatu junto a esas dos que son sus guardianas personales, es sumamente poderoso y
su aura esta rodeada de fuerza, mi camarera roja tuvo suerte que no le hiciera nada

- No me agradan

- No todos son como él - le indicó a otro vampiro quien estaba al otro lado leyendo y
subrayando un libro de poesía - además el no podria haber hecho nada, en este lugar
esta prohibido tomar algo sin permiso - Marcus recordaba aquella vez cuando había
cuplido 19 años, sus compañeros lo trejeron a celebrar, pero al ponerse muy alegres hubo
un pequeño pleito con unos vampiros, las camareras les dieron una paliza y lanzaron fuera
del estableciminto como papas a la sopa, y es que estas mujeres no eran simples
mortales, tenían una fuerza impresionante y ademas... Marcus observó como Nicolas
soltaba a la chica verde, de igual forma sus compañeras y esta había quedado con los
ojos abiertos viendo al vacío sobre un cojín, un momemento después el brillo volvio a sus
ojos, las marcas de colmillos se borraron y se paró como si nada entrego la cuenta y se
fue tranquilamente a atender otra mesa

- Sin lugar a dudas ustedes son especiales - Salomé le sonrió y le entregó el wiski que trajo
la otra chica

- Gracias como siempre eres amable y atento - se acomodó el cabello con delicadeza - y
bien ¿que buscas?

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- Información sobre seres como los que nos encontramos aqui que pudieran haber estado
este día y hora - desplegó una dirección en un papel - en este lugar - Salomé miró el
papel

- Mmmmm esta información te costará mucho

- El dinero no es problema

- Bien si vienes mañana te tendre la información - esta se paró y le miró profundamente -


¿que ocurrió en ese lugar?

- Fuego Azul - Salomé abrió mucho los ojos y se quedo un rato parada

- Te estas metiendo en algo delicado - miró a Nicolas quien empezaba con la siguiente
ronda - si alguno de ellos esta implicado no podras hacer nada - le suzurró

- Primero tengo que averiguarlo seres como aquel tipo - señaló con la cabeza a Nicolas -
no son los unicos en emplear el Fuego Azul

- Como quieras - la mujer se retiró y Marcus se quedó un rato descansando, cuando abrió
los ojos observó que dos pares de ojos azules como fuego le miraban divertidos desde la
otra mesa, era como si supieran algo que el ignoraba

- ¡Vaya que tipo tan loco! - se dijo a si mismo y salio del lugar rápidamente para pasar la
noche en la recamara del hotel que habia rentado

Nicolas observó por un rato a Marcus al salir, lo había estado buscando desde hace
tiempo y ahora se podían ver cara a cara, el era sin duda un gran ejemplar de el grupo
de La Aemilia, sonrió con satisfacción cuando imaginó como le iba a gustar cuando
aquel chico tuviera reflejada la sangre en sus ojos, acaso se parecerían a dos rubís o tal
vez se volvería tan loco como su padre.

- Jajajajaja que divertido - Nicolas hizo una seña y otra camarera se empezó a acercar

- Amo - Laura una de sus subordinadas le abrazó y empezó a besarlo en la oreja - aun
tengo hambre - le gruño como un gatito

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- Yo igual amo - le dijo Marina quien besó su mano; él las acarició por un momento y les
besó en los labios apasionadamente

- ¿Qué les parece sangre mas espesa que esta que estabos bebiendo? - las chicas
saltaron al oir su proposición atentas a su siguiente frase - sagre de hombre lobo pura

- ¡No esta contra las reglas Amo! - Laura estaba un poco escandalizada, pero su expresión
denotaba una enorme ansiedad de provar

- La sangre de aquellos dicen nos vuelven locos - señaló Nicolas con una sonrisa - pero yo
he probado a cientos de ellos y no lo estoy jajajajaja

- Amo será un placer ir de caza - le abrazó Mariana, luego arrugó el ceño y le miró dudosa
- ¿pero amo a quién cazaremos?

- Tengan pasciencia - les indicó - él vendra a nosotros.... - dijo mientras la chica de verde
llegaba hasta ellos y se inclinaba para recibir sus colmillos

140
CAP 13. DE VIAJE

Sonidos sicodelicos tocan una vez


Panderos, guitarraras y bajos
una mezcla perfecta de amor
¿quien podría resistirse tentación?

El sueño comienza: "Al abrir los ojos se encontró con un lugar conocido, no sabía como
pero le recordaba a su antiguo hogar, el que alguna vez aprecio y añoró; caminaba
entre los cuerpos de sus victimas resientes, sangre y humo se podía oler al rededor, habían
luchado inutilmente tratando de proteger a sus hijos y seres queridos, todos estaban
dormidos en el sueño de la muerte; la mansión se imponía ante él como un titan pero el
ya no le temía, podía sentir la adrenalina correr por su cuerpo, la sangre escurriendo por
sus garras y patas, todo era rojo sangre por donde veía. Cuando cruzó la puerta rota y
astillada caminó de forma herguida por el pasillo hasta encontrarse un espejo, su reflejo
no le sorprendia ya no era un lobo noble, por el contrario era un hibrido la mezcla de dos
razas, todo el poder y toda la oscuridad dentro de él, sus brazos y piernas rasguñados y
heridos, su olor a sudor y tristeza; pero cuando terminó de inspeccionarse miró de nuevo
sus ojos en el espejo, ya no eran rojos; el azul mas puro se reflejaba en ellos, dio un paso
hacia atrás al descubrir que ya no era el quien se reflejaba, era otra persona de cabellos
dorados, mirada vacía con una estatura y cuerpo similar al suyo en constitución con la
diferencia que este ser era de un blanco saludable muy al contrario que su piel que antes
era morena cobriza; este ser le sonreía como si fueran amigos ¿por que le sonrería? ¿que
quería, el miedo cruzó por su mente y rompio el espejo de un golpe seco y fuerte; los
pedazos reflejaban el mismo rostro solo que ahora eran mas, calló de rodillas y empezó a
romperlos en trizas uno por uno sin darse cuenta que una figura mas baja y debil llegaba
tras de él con mucha cautela, para cuando él sintió su presencia se encontro con unos
ojos con reflejos cafes, aquellos ojos que lo hipnotizaban, su debilidad el rostro manchado
de sangre le decía que ella acababa de atacar, sus colmillos se reflajron cuando sonrio
perversamente y una risita pronunciaba al vacío mientras ella acariciaba su cabeza con
una mano de color rojo carmín; era un toque perversamente delicioso y ambos lo
disfrutaban.

Ella dio unos paso hacia atras y el la contemplo con el reflejo de la luna llena, su cabello
castaño oscuro brillaba y se mefundia con la noche, sus ojos ya no eran del color que el
adoraba, sino blancos al punto de brillar por encima de la luna y la figura de aquel
hombre ahora la rodeaba con los brazos y la traía hacia él diciendole con señas lo que ya
no se podia decir con palabras "ella era suya". Una furia incontrolable lo llenó por dentro y
deseó la muerte de ella, era una traidora y por ese hecho la mataría aunque con eso
tuviera que acabar con él.... la mataría.... mataría a su palomita

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Las ultimas palabras tecleadas dejaron pensando a Vane quien no se habia ido a dormir,
por estar metida en la nueva Macbook que le habian obsequiado Elías y Eliseo; no era
que sus sueños hubieran parado con anterioridad, sino que ahora estaba mas enfocados
que antes en ellos, esa noche había logrado soñar algo diferente y se había levantado
temblorosa a escribir y entre mas lo hacía se daba cuenta que poco a poco retrocedía al
momento en que todo se destaparía en una desgracia; si Marcus se iba a convertir en un
mounstro, ella lo había igual... ¿pero en que clase de monstruo?.

- Tengo una idea pero es tan absurda...- se apoyo en el respaldo de la silla y mosdía un
lapiz con el cual había dibujado algunos lugares que había visto en sus demas sueños -
esto que soñe tendra que ver con estas imagenes supongo...- y las miró, eran bellos
paisajes naturales de casas, campos, bosques y ciudades pequeñas muy pintorescas;
pero el que mas le llamó la atención fue el dibujo de dos volcanes era como si entre ellos
hubiera una relación - tan cerca y tan lejos entre si - se dijo mientras estudiaba mejor la
imagen - pero y si esto - saco la moneda mexicana con la impresión de un águila - tiene
relación con este - y alzó el dibujo - mmmmm creo que voi a investigar un poco en
internet.

Al día siguinte se paró temprano y desayunó en la cosina con los sirvientes, todos eran
muy amables con ella y le parecía que por alguna extraña razón estos despedían mucho
calor de hogar; no es que el tomar sus alimentos en el comedor no le gustara o algo asi,
pero cada vez que se sentaba a lado de Paula, sentía que la mirada de Adolfo la
atravezaba como una espada, era muy incomodo, al principio disulaba no verle
haciendo eso, pero hace dos días se había cansado y le retó con la mirada, pero su
sorpresa fue mas grande al descubrir que él no estaba para nada apenado con su
comportamiento en cambio su mirada se llenó mas de irritación como si ella lo hubiera
ofendido, las mejillas de Vane se pusieron rojas y tuvo que salir del comedor a tumbos y
con las llamadas de Paula de sorpresa tras de si pidiendo que la esperara; esa sensación
no la quería experimentar y por eso ahora se paraba temprano.

Mientras examinaba en la mesa comedor de la cosina el dibujo de los dos volcanes, una
chica se hacercó a ella y le todo el hombro, cuando se volteó la chica sonrio
alegremente.

- ¿Ese dibujo lo hizo la señorita?- indicó el dibujo

- Ahhhhh si - fue su vaga respuesta - pero no es muy bueno jajajajaj soy pesima con lso
lapices de dibujo

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- Es muy lindo me recuerda a la foto que tiene Luis en su cuarto - la chica busco con la
mirada a alguien de lso sirvientes que estaban preparandose para salir a hacer sus
quehaceres - ¡hey Luis ven un moemento! - gritó la chica y un jovencito se hacercó a ellas
dejando las tijeras de jardín a un lado

- ¿Qué sucede Rose? - el chico era muy bonito, si se podía emplear un termino asi en un
hombre, su edad reflejaba alegria y ganas de vivir, piel morena ujos oscuros y rascos
suaves, por su acento vio que este chico no era ingles

- Mira el dibujo de la señorita - le mostro - ¿a que es igualito a la foto que me enseñaste de


tu pueblo?

- A ver - este miró la imagen y abrió mucho los ojos como llegando a una conclusión -
¡vaya que si son los volcanes de mi pueblo! - exclamó efusivamente

- ¿Asi? - Vane se alarmó y decidió seguir preguntandole - ¿de donde eres? - el chico se
apenó por un moemnto pero luego con orgullo la miró a los ojos reflejando el amor que le
profesaba a su país de origen

- Soy de México - aseguró con una sonrisa

-¿México? ¡México! - Vane casi se cae de la silla y empezó a buscar la moneda, la saco y
se la dio al chico - ¿dime esta moneda es de alla?

- Si claro ¿cómo la consiguió?

- Me la regalaron - ella estaba feliz ahora sabía a donde había ido Marcus - oye dime
como se llama tu pueblo y los volcanes, ¿se puede llegar en camión? - el chico se aturdió
por las preguntas pero luego le respondio paudamente

- Mi pueblo se llama Santiago Apostol - le entregó la moneda - si se puede llegar en


camión desde la ciudad deMexico y los volcanes se llaman Popocatepelth y el
Iztazihualth "los eternos manates" son un icono de nuestro país por su leyenda

- ¿Leyenda? - le miró extrañada

- Si es una muy romantica - le dijo Rose - cuentasela Luis

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El chico la miró y tomaron asiento afuera de la mansión, mientras el contaba la historia
trabajaba en el jardín y ella anotaba cada detalle importante, si iba a encontrarse con
Marcus en ese lugar era mejor saber todo lo que pudiera; cuando el chico terminó de
relatarsela, sus lagrimas no podían parar de salir de sus ojos, era una historia muy triste,
pero llena de enseñanza; se despidió de Luis y caminó rumbo a la casa, si en ese
momento en que chocaba con alguien al entrar en el pasillo no hubier levantado la vista
y notado que Baptiste la miraba con una sonrisa llena de maldad mientras le tapaba la
boca y la jalaba dentro de un armario de herramientas, hubiera jurado que su mala suerte
estaba mejorando, pues el tipo la empezó a tocar y saborear como si ella fuera a ser un
pequeño tentenpie.

- Hola pequeña zorrita ¿me extrañaste?

Sus esfuerzos por quitarse de encima al tipo eran inutiles, podia sentir su respiración en la
frente mientras que con su mano derecha apretaba su cuello al punto de casi ahogarla,
sus ojos estaban llorosos por la frustración y si no hubiera sido por que en ese momento
Paula abrió la puerta del armario, no se hubiera querido imaginar lo que Baptiste se habría
propuesto hacerle.

-¡Qué diablos haces aquí Croix Noir! - la voz de la chica se oyo por toda la cosina, Baptiste
soltó a Vane como si fuera una muñeca de trapo sin fuerza sobre el suelo frío y dio un salto
hasta Paula y sus caras quedaron tan juntas que ni el viento podría pasar

- Hola pequeña impura - saludó con total desprecio - veo que ya no eres tan pequeña
como antes - miró la figura esbelta de Paula y fijo sus ojos en el cuello desnudo de su traje
gris - si... ahora eres toda una mujer - sonrio con malicia. Pero eso no asutaba o intimidaba
a alguien como Paula quien lo desdeño con la mirada seductora que siempre lleva
consigo y con su delicada mano lo tomo por la camisa y lo arrojó al suelo, sentandose
sobre este.

- Muy bien. - le suzurró a su oido, el hombre forsejeó pero para sorpresa de Vane, su amiga
solo parecía un poquito incomoda - ¿ahora me vas a decir por que estas aquí?

- Jajajajaja de acuerdo - pero volteó su cuerpo y sostuvo las piernas de Paula al rededor
de él, esta quiso parase dandole un empujón pero el la aprisionó con sus enormes manos -
que buena vista tengo de ti - se burló

- ¡No me tientes! - y lo golpeó con su prodia cabeza dejando desubicado por un


momento a Baptiste, cuando este reaccinó Paula ya se encontraba a lado de Vane con

144
las manos en las caderas y una mirada asesina - si no me lo dices, te aseguro no saldras
de aquí - amenazó con gran seguridad

- Ok - Baptiste se levanto y sacudio la camisa, cuando las miro tenía una sonrisa triunfal y
llena de satisfacción - he venido en busca de uno de los míos

- ¿De los tuyos? - Paula arrugó la frente - ¡mentira! ninguno de los tuyos ha estado aquí
¡largo! - grtió, pero Baptiste solo se tomo la molestia de apoyarse en la pared y soreír

- No. La que esta equivocada eres tu - olfateó el aire como buscando algo - puedo sentir
el olor de unos de los míos por esta casa - sus ojos se volvieron de un dorado tan peligroso
que Vane retrocedio - y vaya que se esta divirtiendo

- ¿Qué quieres decir? - Paula se limitada a no bajar la guardia pero muy inquieta

- Si... bueno mi subordinado esta en este momento pasandola muy bien con el mayor de
este sucio lugar

- Pau...

Pero Vane apenas pudo ver la figura agil de Paula cruzando la cosina, salío corriendo tras
de ella y subió a toda prisa al segundo piso, en el cruze oyó el estruendo demadera
siendo partida con fuerza; para cuando llegó a la habitación de Adolfo, su amiga ya
había tirado la puerta y eso casi le saca los ojos al comprobar la fuerza de una chica
como Paula.

- Paula... que.... sucede - logró articular con el aire casi saliendo de sus pulmones. Pero
Paula no la estaba viendo a ella sino a una figura acostada de espaldas sobre la cama
de Adolfo - ¿Quien es?

- Juliette he venido por ti - la voz de Baptiste se escucho divertida, cuando la chica se


volteó con soñolencia, su hermosa figura se transparentó por las sabanas beige

- ¡Oh Baptiste que linda sorpresa! - sonrió esta apoyandose en el respaldo de la cama
llevando con ella la colcha para tapar su figura desnuda - ¿que haces aquí?

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- ¿Eso mismo te pregunto yo? - la voz contenida de Paula interrumpió a la mujer quien solo
le dedico una mirada de desprecio - ¡¿te estoy hablando?!

- ¿Qué esta pasando aqui? - la figura envuelta en una bata de baño de Adolfo salio a
calmar el alboroto

- ¡¡Eres imbecil!! - Paula señaló a la chica quien se reía como tonta - ¡ella es de los que
siempre nos han insultado y hecho de menos! - Vane jamás había visto a Paula tan
enojado como en estos momentos, la chica temblaba de ira y se veía a leguas que le
estaba costando trabajo contenerse - ¿que estabas pensando?

- Eso no te interesa - gruño Adolfo, esto fue suficiente para que Paula exlotara, caminara
hasta él y le estanpara una cachetada seca

- ¡Uy! no sabía que aquí las chiquillas tenían el control - Baptiste estaba sumanente
divertido y tal vez por esto Adolfo se irritó de más tomo del brazo a Paula y la sacudio con
agresividad tal que Vane pensó que se lo arrancaría

-¡Escuchame bien Paula! - Adolfo estaba furioso y la chica trataba de zafarse sin exito - ¡ni
tu ni nadie puede decirme que es lo que debo o no hacer! ¡O a quien diablos debo de
llevarme a la cama! - señaló a Juliette - ¡puedes dejar de ser una niña y madurar!

- ¡Adolfo le estas haciendo daño! - La voz de Vane apenas se escuchaba por los gritos de
Adolfo pero alguien habló fuertemente haciendo que este volteara y dejara a Paula

- ¡Sueltala ahora Adolfo! - Eliseo estaba que hechaba humo por la nariz y dando pasos
pesados caminó hasta ellos, Adolfo empujó a Paula a la cama y sacó los colmillos a
manera de amenaza para intimidar al joven lobo quien se mantuvo a cierta distancia

- ¡Muy bien es suficiente! - Paula se paro de la cama llorando pero sin mostrar que
estuviera afectada por el maltrato - ¡vete al diablo y quedate con ella! - y salio de la
habitación con Eliseo tras de ella. Adolfo solo se quedó quieto viendola alejarse y por un
momento Vane juró que a él le había dolido lo que dijo la chica de cabello limon

- Adolfo... - Vane se intentó acercar pero este le envió una mirada asesina, la mano de
Elías quien había llegado la detuvo

- Querida será mejor que vayas a ver a Paula - le sonrió - al parecer no quiere saber nada
de ningun hombre por como aventó a Eliseo escaleras a bajo para que no la tocara

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- De acuerdo... pero - y miró a Baptiste y Juliette

- Estaremos bien

- No te preocupes impuro Elías mi hembra y yo nos iremos ahora mismo - miró a Juliette
quien ahora estaba a lado de Adolfo acariciando su mandibula que estaba roja todavía
por la mano de Paula - Juliette ¿sabes que vamos a castigarte por algo asi no? - la chica
le sonrió y se fue al baño

- Si querido señor - la chica salió despues de un minuto con un vestido rojo que no dejaba
nada a la imaginación - pero fue divertido - miró de nuevo a Adolfo y le guiño el ojo -
adios amor

- Bien eso es todo - dijo Baptiste diendose con la chica - no volvere a asustarte - se dirigió
a Vane quien fue protegida por el brazo de Elías - no siempre la podran a salvo

- Tal vez no - aseguró Elias - pero algún día ella le dara una lección a tu enorme ego

Vane sentía muchos nervios cuando dejó a Elías discutiendo con Adolfo, quien no se
arrepentía de lo que había pasado, pero eso paso a segundo termino cuando recordó
que Paula necesitaba de alguien a su lado. Cuando llegó al jardín de rosas blancas Paula
estaba sentada en un banco blanco, no se notaba que estuviera triste, sin embargo su
figura fragil la hacían ver indefenza por la forma en que se agarraba las piernas y las
apretaba a su pecho.

- Hola - Vane se sentó a sunlado y le sonrió

- Hola - Paula le sonrió - fui toda una niña malcriada ¿verdad?

- Mmm digamos que si no fuera por ti ahora quien sabe donde estaría

- No te preocupes Baptiste es un cabezota y muy mal educado - hizo un puño - pero si se


le ocurre venir de nuevo...

- Bien entiendo - le bajo el puño - las dos se quedaron calladas por un momento casi
deseperante

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- Oye que has averiguado, me dijo Rouse que estabas hablando con el jardinero
mexicano

- Ahhh eso... - por un momento Vane se arremolinó en su asiento - si averigue algunas


cosas

-¿Cómo?

- La historia de los volcanes fue lo que mas me interesó

- ¿Historia? mmm yo no - Paula estaba ahora con el cuerpo hacie ella para escuchar
mejor - a ver cuentala quiero oirla - la animó

- Bien. La historia comienza...

Hace mucho tiempo en Mexico, cuando las civilizaciones prehispánicas eran libres y
caminaban en paz sobre la tierra, dos Grandes ciudades estallaron en guerra. En una de
esas ciudades se encontraban dos enamorados que se profesaban eterna lealtad; ella
era la princesa Iztazihuatl quien era una chica realmente hermosa, con su cabello negro
como la noche y labios tan rojos como la sangre, era la adoración de su pueblo; por otra
parte se encontraba el joven guerrero Popocatepelth quien servía al rey y era abmirado
por su gran valor.

Una noche cuando la joven princesa caminaba por el lago, el guerrero se cruzó en su
caminó; las estrellas sonrieron cuando el amor a primera vista cruzó por los ojos de los dos
jóvenes, y la luna sirvió de madrina a tan dulce unión. Ambos enamorados eran felices
con solo verse en las noches y contemplarse en el día. Iztazihualt prometió a su amado
siempre esperarlo con los brazos abiertos cuando este tuvo que irse a la guerra para
liderar, y él volver a ella y quedarse a su lado.

La guerra se alargó, la sangre, dolor y deseperación llegó a la gran ciudad de la joven


princesa quien todos los días se asomaba por la pirámide a ver llegar a su gran amor, pero
este no volvía y su corazón empezó a debilitarse por la soledad. Sus fuerzas decayeron al
punto de tumbarla en sus aposentos, el monarca estaba deseperado, pues no sabia la
razon de su estado tan lamentable. Las noches y días caminaban con el sol; las flores se
marchitaban y florecian pero la princesa ya no habría los ojos; un día unos guerreros
heridos llegaron al palacio caminando orgullosos y la princesa se asomó para ver si
alguno de ellos era su amado, pero su sorpresa fue que, unos de los guerrros dijo sin mas:
"¡nuestro guerrero Popocatepelth ha muerto! y su sangre se esparce por toda la tierra de

148
nuestros dioses feliz por la victoria que tan valientemente consiguió", el discurso fue como
si una flecha atravezara el corazon de la pobre princesa quien cayo muerta esperando
encontrar en el mas allá a su gran amor.

Quien se imaginaría que su amor entraba en ese momento, sin una herida grave pues los
dioses le habian protegido y que por la envidia de sus propios guerreros el estuvo apunto
de morir, quien podría conocer el dolor que golpeó como un puño a su corazón cuando
vio a su bella amada postrada y sin vida, cuando se arrodillo a besar sus labios aun tibios y
tocar su cabello sedoso, la furia contra la guerra, contra su pueblo y contra los que
habian ocasionado tal desgracia fue tan intensa que no sabía como desacerse de
ella;rogo a los dioses justicia y dio castigo a los guerreros malvados, hablo con el monarca
y tomo a su hija de sus brazos.

Caminó sin rumbo entre el bosque helado, llorando a su amor perdido, suplicando a los
dioses que se lo llevaran a él tambien o sino que se la devolvieran, su pena y dolor fue tan
grande que los dioses le oyeron y hablandole al oído dijeron: "toma a tu amada, vela bien
no esta muerta solo duerme profundamente y lo unico que podra despertarla es la nieve
que cae en esa montaña solo servirá la nieve de la punta corre y unete a tu amor".

Popocatepelth lleno de felicidad caminó y caminó a toda prisa, con su amada en los
brazos protegiendola del frío que atravezaba sus pulmones con crueldad, sus píes estaban
tan helados que ya no sentía dolor, y cuando llegó a la punta colocó a su amada agarró
un poco de nieve y puso sobre sus parpados cerrados, pero ella no abrió los ojos y el
sueño que él tenía era tan grande por el cansancio que luchaba para no cerrarlos, no
quería que su bella Iztazihualth despertara y no fuera el lo primero que viera, asi que para
mantenerla caliente encendio a su lado una fogata y se arrodillo a sus pies
esperando...esperando... esperando pero ella no despertaba.

Cuando los moradores de la granciudad se encontraban dormidos, un temblor los


despertó y cual fuera su sorpresa, pues las montañas parecian bailar y empezaron a
formar dos grandes figuras; la primera tenía forma de una mujer durmiendo y la segunda
fue un enorme volvan que lanzaba llamas de tan vivo y despierto. Las personas quienes
no olvidaron a su princesa y a su guerrero alzaron las manos en saludo al enorme amor
que aquellos dos seres habían demostrado.

Pues hasta este tiempo las dos montañas siguen en pie, son nombradas la mujer dormida ,
Iztazihuatl y el volcan que humea popocatepelth, su gran amor ha cruzado el tiempo y él
espera aun por su amada, despierto día y noche para que cuando abra los ojos él este
ahi a sus pies mostrando su lealtad y recordando la promesa de estar con ella por
siempre. Cruzando la vida y la muerte.

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Vane terminó y dio un suspiro imaginando al guerrero al pie de su amada, una escena
muy tierna y llena de amor; la leyenda le dio la seguridad que Marcus le estaba
esperando y tenían que volverse a ver una vez mas.

- ¡Dios que linda historia! - Paula s secaba las lagrimas - no creo que ahora exista un
hombre asi ¿no crees?

- Mmmmm no lose - Vane sonrió y tambien se seco unas cuantas lagrimitas

- Cuando encuentre a mi guerrero eterno tu seras la primera en esterarse

- Bien lo mismo digo de mi parte - y ambas se tomaron de las manos, miraron el cielo azul y
soñaron con la leyenda nuevamente - Paula tengo que ir a México

- Irás - aseguró la chica - yo te apoyaré - y no hubo más palabras

***

"Son las doce de la noche en el aeropuerto de la ciudad de mexico gracias por su visita"

Marcus tomó su mochila del equipaje y caminó por el corredor rumbo a la entrada,
estaba haciendo frío pues la epoca navideña estaba muy cerca, solo llevaba unos jeans
y una camiseta roja con una chamarra negra y gorra a juego.

- Bien ahora al hotel - se acomdó la chamarra y fue a tomar un taxi para ir a su destino
que se encontraba en el centro de la ciudad el Zocalo Capitalino; ahi se encontraba
esperandolo su proximo contacto quien lo canalizaría con Tonatiu, el jefe de la familia de
hombres lobos, un grupo pequeño pero que le darían exactamente la respuesta hacerca
del fuego y quien lo provoco eran los unicos en detectar un olor sea de bestia, hombre o
planta a kilometros y decir exactamente de donde provenía; esta habilidad lo ayudaría
pues había tomado de los restos de la casa de Vane un pedazo de madera, si uno de su
especie o de otra tuvo algo que ver, Tonatiu y su grupo se lo comunicarían.

- ¿A dónde desea que lo lleve caballero? - el taxista lo saco de sus pensamientos, Marcus
se acomodó en el asiento delantero le sonrio y dio la dirección

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- Zócalo - en una sola palabra, el taxista aceleró y se perdió en la ciudad; mientras él
pensaba en si la cuantista estaría desifrando su mensaje y si era asi tendría que
prepararse, pues era tan terca que se segura ahora ya estría tomando un avión para
seguirlo - Hoy es una noche llena de estrellas

- Dijo algo joven

- Nada sólo que hay estrellas - señaló

- ¿Estrellas? - el taxista le miró señudo - aquí las estrellas no brillan hace mucho que esta
ciudad no ve el brillo de aquellas

- ¿A no? y que son esas - el hombre saco la cabeza por la ventana y abrió la boca al
descubrir las estrellas mas resplandecientes que haya visto en su vida

- Pues esto si que es extraño

- No tanto.... no tanto - Marcus se puso serio, si algo era raro era su llegada y eso no era un
buen presagio.

Paula caminaba rapidamente por el aeropuerto de Londres, siguiendo a Vane quien


acababa de oir el vuelo ha Mexico, ambas habían escapado de la casa con el pretexto
de ir de compras, y nadie las habpía descubierto cuando salienron de la tienda CHANEL
por la puerta trasera, era seguro que los demás estarían furiosos preguntandose a donde
se habrían ido pero si no lo hacían de esta forma hubieran impedido su partida.

- Mira ahi esta con los boletos - señaló Paula a Shin quien sonreía y agitaba los boletos
mientras se acercaba a ellas con alegría

-¡Hey llegan a tiempo! - Se paró y revisó que ellas estuvieran listas, al ver que no llevaban
equipaje las miró estrañados - y sus maletas

- No hay problema - Paula saco su tarjeta especial de credito, como respuesta a esto Shin
les sonrio y repartio los tres boletos

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- Bien ahora estan abordando he hablado con el capitan y nos reservaran un cuarto para
descansar y tomar una siesta - miro a Paula quien estaba roja por la caminata - espero
que esto no traiga problemas, estoy hasta el cuello de metido por ti preciosa

- Te lo recompensare - le guiño un ojo - ¿listos?

- Si - Vane tomó su bufanda y la paso por su cuello para tapar tus temblores faciales

- Entonces ¡a México!

***

Los tres se encaminaron a la entrada donde una azafata tomo los boletos y los dirigió al
interior, la otra se quedó a cerrar la puerta pero justo en ese momento una mano blanca y
sonrosada detuvo con una fuerza impresionante el empuje, tomo a la chica por el cuello y
se lo quebro sin miramientos, dos figuras femeninas cayeron sobre el cuerpo aun caliente
de vida, mientras el chico de los ojos azules como llamas sonreía y se frotaba las manos
como un niño que ha terminado haciendo una travesura.

***

Vane no sabía como había llegado a este lugar, cuando abrió los ojos se encontro con
una celda oscura y humeda, parecía ser muy antigua por la forma de los barrotes y
paredes de ladrillo, sus piernas y brazos le dolian tremendamente, por mas que quiso
levantarse solo consiguió fatigarse y regresar a la portura en que al parcer la habían
dejado. La luna se podía ver desde la pequeña ventana cubierta con barrotes, eso le
daba una idea del tiempo que había pasado, lo ultimo que recordaba era haber salido
del aeropuerto y luego todo se había oscurecido; el estar completamente inmovilizada en
el suelo frío la hacía sentirse muy impotente, era como tener cadenas atadas.

- ¡Paula y Shin! - sus ojos se abrieron al pronunciar los nombres de sus acompañantes,
hasta este momento era consiente en que no les veía por ninguna parte, solo el silencio
sepultral de la celda la acompañaba - tengo que pararme...y-yo - trato de levantarse
pero solo logro inclinarse hacia un lado, los huesos le dolian y sus quejidos se repetían
como eco al rededor - ¿por que soy tan inutil en este momento? - se preguntó

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deseperada cuando caia sobre su pecho y volvia estar casi en la misma postura de antes.
Fue en ese momento cuando oyó unos pasos o eso parecía, pegó su oido al suelo y
escucho atentamente, al parecer eran varios pasos y algo que arrastraba; su piel se puso
de gallina, pues era ovbio que sus secuectradores eran los que se estaban acercando
peligrosamente ¿que querían de ella?

Apenas pudo reaccionar cuando unas figuras encapuchadas abrián con rapidez la
celda, entraban arrastrando un cuerpo suamente herido y lo arrojaban a su lado con un
golpe seco que hizo que cerrara los ojos por puro instinto; cuando volvio a abrilos sus
captores aun seguían allí, observandola curiosamente o eso parecía pues sus rostros no se
podían ver por la capucha y la enorme oscuridad, ella no bajo la vista la mantuvo lo mas
alta y decidida que pudo, no quería mostrales miedo, eso era lo ultimo que haría, pero
todo cambió cuando oyo el quejido de su acompañante, su mirada se aparto de
aquellos y enfocó la mirada en el cuerpo casi desnudo y lleno de heridas sangrando de
un joven.

- ¡Dios mío Shin que te hicieron! - reconocío el cabello negro y el verde de uno de sus ojos
el cual seguía abierto, le habian apaleado hasta convertirlo en un saco de sangre, carne
y huesos - ¡Shin respondeme! - el chico estaba concentrado sujetandose los brazos con tal
fuerza que parecía que quería arrancarselos era tan doloroso verlo que se empezó a
arrastrar para poder tocarlo, estiró su mano y quiso acariciar una parte de su cabeza pero
este la esquivo rapidamente

- No porfavor - dijo con un gemido, que sonaba mas a suplica - te pido que no me toques

-¡Oh pero que estas diciendo! - el chico estaba aterrorizado por alguna razón ¿era posible
que Vane le diera miedo? - Shin no te hare daño - quiso tranquilizarle

- Tú no me lo haras - dijo el con mucho dolor en cada palabra, miró a los raptores que
seguían al parecer observando la escena - ¡se los suplico no me hagan esto! - Shin
parecía fuera de si y sus ojos empezaron a llorar - ¡no pueden ser tan crueles se los imploro!
- su mirada era desesperada y mientras se arrastraba hacia ellos seguían pidiendo algo
que Vane no comprendía - Saben perfectamente lo que pasará ¡porfavor! no pueden
hacernos esto - logro llegar hasta la bota de uno de los hombres pero apenas la toco y
salio disparado hacía la pared con una fuerza impresionante por el simple movimiento de
píes de aquel tipo

- ¡No! - Vane no aguantó ni un momento mas y se dirigió a ellos - ¡son unos mostruos! lo
estan matando - los hombres no parecían querer responderles pero aquel que había

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ocasionado los nuevos sollozos de Shin se dirigió a ella con una voz aguda y patosa como
si de un felino se tratase.

- ¿Monstruos? - la pregunta saltó al aire tan libida y llena de odio que parecían miles de
dagas venenosas

- Si eso es lo que son - Vane se sorpendió cuando el tipo se acercó a ella la tomo por el
cabello y la aventó junto a Shin quien recibió el impacto tratando de protegerla

- ¡Personas como tu y ese Zorro no deben de existir son tan debiles que dan asco!

- ¡Porfavor! - la voz de Shin se volvió a oir en aquel repugnante lugar lleno de miseria

- Pronto dejaras de suplicar y te sentiras mejor - Vane casi pudo notar una nota de alegría
en la voz de aquel - ella te ayudara a sentirte mejor - señaló a Vane - solo tienes que
esperar a la luna llena - los otros acompañantes señalaron el cielo donde resplandecía la
lampara natural del mundo - solo tres días - sonaron a coro - y cuando eso suceda...
estaremos ahi para acabar con tu sufrimiento

- ¿Q-qué? - Vane solo pudo pronunciar estas palabras pero los hombres con la misma
rapidez que llegaron se marcharon dejandolos a su suerte.

- Perdóname Vane - Shin hizo ademan de querer abrazarla pero sus heridas eran tan
grandes que nisiquiera podía levantar sus brazos - no pude protegerlas

- ¿Qué sucedera en tres días? - la pregunta atravezó el cuerpo de Shin como una espada
sus musculos se contrajeron y su respiración se hizo mas dificil hasta el punto de no saber si
estaba teniendo un ataque, Vane con esas simples reacciones supo lo que vendría a
continuación

- Te mataré - Las palabras de Shin resonaron en su cabeza y ambos con las pocas fuerzas
que les quedaban se quedarón a esperar su destino

Paula estaba durmiendo en una cama limpia y llena de flores de girasol a su alrededor, su
cabello hacía un perfecto contraste con los petalos que se entremezclaban con las
hebras de sus cabellos, su belleza era tal que podía dejar a cualquier ser con la boca
babeando y deseando tener esa belleza perfecta para él; estaba tan dormida sin saber
que sus amigos ahora mismo estaban pasando por uno de los peores momentos de su

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vida, que nisiquiera noto que la mano gruesa y canela de un hombre le acariciaba la
mejilla con suavidad tal que parecía mas una adoración que otra cosa. De los labios de
ese ser solo pudieron salir las palabras que podrían describir a Paula la niña-mujer en ese
moemento encantador.

- ¡Perfecta!

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CAP 14. LUNA ROTA

Dame un tequila baby


y apresuro la garganta a cantar
sonidos agudos se mezclan
con la sal y el limon de tus labios

- Si nunca he recurrido a ti ahora es el momento Tonatihu

La voz de Marcus sonaba decidida, llena de fuerza y eso mismo era lo que le transmitia al
hombre de barbas plateadas que estaba sentado frente a el en una silla de roble, tallada
con delicadeza y diseñada exclusivamente para el jefe de la familia que se encontraba
en esa sala. Los hombres y mujeres rodeaban a su jefe, a modo de protección y para
lanzar un ataque y evitar derramamiento de sangre innesesaria.

Marcus había llegado a Mexico con la información que le habían dado en el Salomon´s
club, sabía que en este país existía un grupo de hombres lobo pequeño pero con gran
fuerza, cuando tuvo la oportunidad de reunirse con aquel grupo noto la diferencia que
había entre ellos y él, eran hombres con miradas penetrantes era como si supieran lo que
pensabas, de tamaño un poco mas bajo pero su postura denotaba poder, todos
hablaban con respeto hacía sus mayores y parecían guardar secretos tras de sus
conversaciones, eran fascinantes.

- Marcus, hijo de aquel que derramó nuestra sangre - Marcus se tensó al escuchar la
afirmación del hombre viejo y ciego sentado en la silla - vienes a este pequeño grupo a
pedirnos un favor ¿que te preocupa? como para desender de tu estatus

- Se de buena fuente que tu eres el unico lupino capaz de ver a todo aquel que este
relacionado con... - hizo una pausa cuando los dos tipos mas grandes del grupo se
encorvaron - el fuego azul

-¡Ah! - el anciano ciego levantó las cejas por la deduccion asertada - entonces creo que
seré de utilidad

- Te pido que me ayudes - Marcus se puso de rodillas ante el asombro de los presentes - no
soy mas que tu o tus desendientes - miró a los ojos a todos - pero se bien como hombre
lobo que soy que tu y yo podemos comprendemos que este favor perdurará en la sangre
de mis desendientes por la eternidad hasta que sea pagado

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- Levantate Marcus el león - el hombre hizo una señal y una mujer morena con una
cicatriz en la cara le ayudó a parase- te ayudaré - Marcus inclinó la cabeza en
agradecimiento - pero - el anciano se hacercó a Marcus - creo que el favor que será
devuelto a mi familia se necesita en este momento

- ¿Cómo dice?

- Ella es mi hija Marina - señaló a la mujer quien asintió - ella tenía un esposo llamado Tlaloc
- el silecio en la sala era tal que parecía que la respiración del anciano era la unica
presente - el era un Hombre - Jaguar - Marcus se levantó ante la revelación

- Esto seguro que estaras sorprendido - el anciano parecía cansado y muy viejo - pero
ellos son nuestra familia, solo que optaron por tomar otra forma para proteger

- Te entiendo - y recordó a su madre sonriente y diciendole que el era el niño mas lindo del
mundo, ambos abrazados y volando un papalote

- Gracias por tu comprensión - el anciano de apoyo un poco en un bastón que le trajo un


niño de cabello rizado - el es el amigo de mi nieto - El niño miró a Marcus, su mirada parcía
la de un hombre mayor - El esposo de mi hija murio hace un año, y la familia de él no
perdona que haya sido él y no mi hija - la mujer parecía muy debil en este momento - asi
que ellos tomaron a su hijo Chac y se lo han llevado

- Tú quieres que recupere al niño - dijo afirmando

- Así es. No deseo que la familia de los jaguares rompa relación con los míos - la mujer
derramo lágrimas - pero el ver y sentir el dolor de mi hija es más de lo que un anciano
como yo con 500 años puede soportar

- ¿Pero todos la familia d él esta en su contra?

- No - el anciano tomo el hombro del niño a su lado - solo es el grupo de sus tres hermanos,
al parecer alguien les ha metido cosas en la cabeza y no escuchan a su lider, la madre y
consejera de ellos. Ella vino y ha dicho que tenemos su permiso para buscar a mi nieto, y si
ahora estas aqui es por que los cielos asi lo quieren

- Lo hare - Marcus extendio la mano y agarró la del anciano - pero primero me diras lo
que he venido a buscar

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- Una promesa es una promesa - y ambos caminaron hacia otro cuarto.

***

Adolfo estaba muy inquieto, cuando se habían enterado de que aquellas se habían ido a
México entro en estado de furia, aun mas cuando supo que Shin las había ayudado; pero
eso le ayudo a saber donde se encontraba Marcus, de esta forma pudo tomar la
descición de ir a ese lugar, avisó a Elías y Eliseo, ambos qerían ir, pero Adolfo consideró
que dejar a Elías era mejor, para que este cuidara su hogar y ellas llamaban, aunque esta
idea la dudaba.

- Bien Eliseo creo que esto nos va a tomar un rato - el chico le sonrio y mostro sus dientes

- Yo puedo encontrar el olor de mi niña donde sea - Adolfo giro los ojos hacia atras

- Solo espero que tu "niña" no haya cometido una estupidez

- Ella es muy fuerte - Eliseo confiaba tanto en Paula que provocaba nauseas en su
compañero de viaje, ¿como era posible que esa chiquilla tuviera tanto poder?

- Espero que la este asando bien - dijo con un tono asesino- por que cuando la encuentre
seré el pirmero en darle una buenas nalgadas que siempre necesito

- Jajajaja tu poniendole las manos encima - Eliseo era joven pero no estupido - ya quiero
ver ese intento

- Cierra el hocico "lassie"

***

Era la segunda noche en aquel horrible lugar, tenía mucha sed y sentía que su cuerpo
estaba resintiendo la falta de comida, había mucho frío por lo cual se soplaba

158
constantemente para calentarse las manos que estaban heladas. Vane se había
recuperado solo un poco las costillas aun le seguian doliendo y respirar se le dificultaba,
pero no la estaba llevando tan mal como Shin, el pobre estaba casi curado pero se había
arrinconado y no dejaba que ella se le hacercara mucho, sus ojos estaban enrojecidos y
no dormía para nada, estaba muy nervioso, sus topas estaban rasgadas y su cuerpo lleno
de cicatrices, cuando ella se quedo quieta mirandolo el arrinconó un poco mas.

- Shin enserio que no pienso en que tu puedas hacerme daño - dijo exasperada, el chico
parecía no oirla; estaba tan concentrado en no detectar su olor que hacía todo lo posible
por alejarla de su mente - ¡porfavor yo estoy tan preocupada como tu por ella!

El chico si que reacciono a estas palabras, Paula era muy importante para él, cuando
habían viajado en el avión ambos le contaron que se conocian desde niños, que incluso
su cumpleaños era el mismo día, toda una amistad.

- Yo tambien la amo es mi amiga - Vane deramo unas lagrimas pensando en que era lo
que le estarían haciendo a Paula - y siento tanto haberlos traido a este lugar

- No te culpes - Shin le miró tranquilo, parecía que el saber que su amiga podía estar en
peligro hacía que reaccionara - Paula es fuerte ella siempre tiene de su parte la suerte

- Que piensas que habrán hecho con ella- sin contrajo su expresión con dolor

- No losé - miró a travez de los barrotes de la ventana - pero en vez d estar preocupada
por ella, deverías temer por ti - Vane se sobresalto al hecho de que el tenia toda la razón -
mañana por la noche no sere yo, por años he estado entrenando y he podido controlar a
la bestia por poco tiempo pero siempre he estado entre otros los cuales me pueden
calmar

- Entonces puede ser...- pero shin no permitio que terminara

- No - su expresiónse puso oscura - yo te voy a atacar, te despedazere y nisiquiera sabre


que soy o quien eres tu, no seré Shin

- Confío en ti - Vane gateó hasta el y le toco su cara muy a pesar del chico quien parecía
haber envejecido por la angustia - pase lo que pase mañana - Vane tuvo que encontrar
las palabras que lo podrian ayudar - no tengas remosrdimientos, pues yo te perdono ok

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- Ahora veo por que Marcus te buscaba - Vane abrio mucho los ojos de la sorpresa - eres
unica Vane muchas gracias - y ella le dedico una sonrisa de esas que no se olvidan jamas

***

Marcus estaba furioso, cuando se tropezaba con algo lo aventaba de una patada o lo
hacia trocitos con sus puños. Cuando había visto a Adolfo y Eliseo, sabía que Vane había
venido a él pero Paula la acompañaba, y eso no era lo peor del caso, sino que ninguna
había sido vista, Adolfo le dijo que los videos del aeropuerto´fueron borrados a su llegada
y eso les daba mala espina. Eliseo salió con unos rastreadores a buscar el olor de Paula,
pero aun no habpian llegado, eso le enojaba aun más.

-¡Maldita sea cuanto tardan! - Marcus pateó una silla que se hizo añicos en instantes,
Tonatiu ahora estaba sentado en la sala, Marina estaba tan tensa por todo el asunto que
se sobresaltó al oir gritar de nuevo una palabrota a Marcus quien parecía ya no notar su
presencia

- Calmate - la voz de Adolfo sono autoritaria, y a pesar de que Marcus era el alfa no podía
dejar de hacer lo que su compañero le decía, resultaba un estimulo para su furia

- Bien entonces ¿qué?

- No estoy acostumbrado a salirme de mis casillas y estoy ansioso de saber que ha


ocurrido - miró a Tonatiu - y creo que el tiene algo que decir

- ¿Tonatihu? - Marcus miró al anciano esperando su respuesta, este se agarró a su baston


y toco la mano de su hija

- Ellos debe haber sido capturados por los otros

- ¿Pero ellos no sabían que estaba yo aqui?

- ¿Estás seguro?

160
- Bueno... casi

- Hay alguien detras de todo esto y casi puedo asegurar que es el mismo del que te hable

- Aún no puedo creer lo que me contaste

- Un ciejo como yo no se sorprende hace mucho que esta clase de cosas suceden frente
a nuestras narices - se encogió de hombros

- ¿Cuál es su lugar de caza? - Adolfo ahora el que preguntaba

- Nuestro territorio esta delimitado por los volcanes - Marina habló por primera vez su voz
era melodiosa, dulce como la de una madre arrullando - nosotros pertenecemos al
Popocatepelth y ellos a Iztazihualt, por eso nuestro alfa es un hombre y el de ellos una
mujer

- ¿Entonces debemos buscar del lado del Iztazihualt? - Marcus arrugó la frente incredulo

- No - ella le miró y titubeo al decir lo ultimo - ellos estan en nuestro teritoria pero es dificil
saber exactamente donde se encuentran...

Pero un fuerte sonido interrumpio y apareció Eliseo lleno de sangre, había abierto la
puerta de una pata, antes de que Marcus reaccionara salió disparado hacia el anciano,
tumbando a su guardia como naipes y lo agarro del cuello para horror de su hija quien
veía impotente como el joven zarandeaba a su padre

- ¡Maldito mil veces! - Eliseio parecía poseído - ¡ella mi Paula esta en sus manos y piensan
poseerla por pura maldad! - Marcus agarró a Eliseo contanta facilidad y lo tubo en el
suelo para inmovilizarlo pero el chico seguía gritando a todo pulmón - ¡Esos malditos nos
atacaron Marcus y el que quedo vivo me ha contado todo!

- ¡Tranquilo hermano!

-¡No todo esto es por el maldito pleito que se traen estre familias! - , miró al anciano quien
se estaba sentando de nuevo en el sillon - ¡debería matarte como a él!

161
-¡NO ES CULPA DE MI PADRE! - Marina miró con odio a Eliseo - ¡si vas a culpar a alguien que
sea a mí! - sus lagrimas empezaron a surgir y parecía apunto de derrumbarse- ¡Tlaloc era
un hombre bueno! - sollozo - no me arrepiento de haberme enamorado de él

- No tienes que disculparte - Adolfo se hacercó a ella y la sento en el sillon de nuevo,


arrojó una mirada reprobatoria para Eliseo quien se calmó al instante - no debes de
juzgar, no seas estupido y serenate, los encontraremos y estaran a salvo

- No puedes prometerlo - afirmo Eliseo

- No - Adolfo le ofreció un pañuelo a la mujer quien se lo agradecio despacio - pero no


tenmos mas alternativa que esperar a que ellos no les hagan daño suficiente y les dejen
vivir

- ¿Eliseo sabes donde se esconden? - Marcus levantó al chico y este miró al suelo

- Si

- Entonces debemos ir antes de que Shin entre en fase

- No podremos llegar hasta ellos sin un buen plan - razonó Adolfo

- Mi estratega esta en sus manos - Marcus apreciaba a Paula y el nombrarla su estratega


principal la hacía una chica superior a otras - tratare de igualar su talento

- Necesitan esperar un dia y atacer mañana el la noche - el anciano les hablo dolido - su
familia esta en paligro pero no pueden hacer nada por hoy, es seguro que ahora estan
alertas

- Bien pero mañana en la noche todo va a cambiar - Marcus miró a sus compañeros y
estos asintieron, estaban preparados para lo que se avecinaba y eso no les haría
retroceder ni un paso

***

162
Paula estaba sentada en el suelo de esa recamara tan extraña, cuando había logrado
volver en si se encontro rodeada de flores y con el rostro de un niño de no mas de siete
años muy pegado al suyo, el chico la miraba fascinado y le sonrio cunado ella se fijo en su
cabello, era rubio igual que ella y sus ojos verdes eran muy oscuros. El chico le mostro sus
juguetes que había por toda la habitación ahora mismo jugaba con el con su pista de
carreras, mientras hacpia esto buscaba una posible salida, en las tres horas que llevaba
ahi se dio cuenta de la ausencia de personas adultas, era como si sus instintos le alertaran
que no se confiaze.

- Toma este es para ti te lo regalo - el niño le dio un carrito rojo y se la quedó viendo
hipnotizado cuando ella le sonrio - eres muy linda

- Gracias mi nombre es Paula - el chico se puso todo rojo y se empezó a reir - ¿cuál es el
tuyo?

- Me llamo Chac - el chico siguió jugando con sus carritos - vas a ser mi amiga ¿verdad?

- No esta mal Chac - Paula le sonrio de nuevo y el niño casi se cae de bruses

- Mi tio Paco me dijo que serías mia si era buen niño - le sonrio pícaramente

- ¿Tuya? ¿Paco?

- Si. El fue hermano de mi papa pero ahora el quiere que le diga papa - el niño fruncio su
ceja era ovbio que no le gustaba la idea - pero yo tuve un papa y no es él

- ¿Y tu mamá? - preguntó inocente Paula

-No se - el niño se encogio de hombros - pero mi tio dice que no volvere a verle - Paula no
estaba segura pero era demasiado ovbio que el tal Paco se traia algo

-¿No la extrañas?

- Al principio lloré - le suzurro quedito - pero luego vi que ella no vendria - su voz sono
resentida- ella ya no me quiere

163
- Yo dudo eso - el niño le miró con incredulidad

- ¿Por qué dices eso?

- Por que si fuera tu mama estaría muy preocupada por mi hijo que es una lindura - el niño
le sonrio y empezó a brincar por toda la recamara

- Eres linda te quiero - le abrazó y besó su mejilla - mi tio dice que ahora tu y yo somos
como mi papa y mama

- ¿Esposos? - Paula le miró preocupada - ¿Por que diria eso?

- No se pero si el lo dice debe ser cierto

- ¿Tu quieres que sea tu esposa? - Paula le sonrio- Soy mas grande que tu

- Me gustas - el niño se acurró en sus brazos - eres como un angel como la princesa
Iztazihualt - Paula recordó la historia que le habia contado Vane - tan blanca como la
nieve

- Jajajaja entonces seria Blanca nieves - rio

- Jajajaajaja el dice que no me dejaras

-¡Claro que no! - Paula le beso y el niño parecio estrmecerse - por que tu y yo somos
iguales

- Si eso dijo mi tio

- ¿Me dirias donde esta él ahora?

- No se - el niño la guió a su cama de nuevo - duerme conmigo de nuevo tengo ganas de


una siesta

- No tengo mucho sueño pero te cantare

164
- ¡Si!

- No soy buena cantando

- No importa mama tampoco lo era - el niño parecía muy dolido al recordar s su madre -
quiero que ella venga por mi - Paula le abrazo

- Yo te llevaré con ella

-¿Cómo?

- Creo que tu yo seremos buenos amigos - Paula revisó la puerta y vio que había una
figura protegiendo la entrada - ahora duerme - le dijo bajito

Cuando el niño se quedó dormido Paula abrió la puerta, el hombre que estaba detras le
miraba curioso, era muy alto y tenía una cicatriz en forma de luna en el ojo izquierdo, a
pesar de eso no dejaba de verse atractivo, vestia con unos jeans y camisa roida un poco
sucia, su cabello largo le llegaba a los hombros y sus ojos se pusaron en Paula con mucha
urgencia de algo que a ella no le agradaba.

- Bien creo que usted es el tal Paco - el le sonrio

- Bienvenida linda - Se inclino pero mas que una galanteria parecía una burla

- ¿Dónde estan mis amigos? - preguntó friamente

- Donde deben estar los impuros - su voz sono cruel llena de odio

- Entonces lleveme con ellos no veo la razon e tenerme como juguete de su sobrino - ella
dio un paso y noto como el retrocedio con cautela - no pondre resistencia solo quiero ir
con ellos

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- No - el hombre le miró disgustado - él solo quiere a esos dos a usted no le quiere por el
momento - la miró d arriba a bajo - pero yo si la quiero

- No veo cual sea la diferencia - ella le miro venenosa - ¿quién es él?


- No pregunte - parecía nervioso algo que ella se sorprendio de ver era como si hubiera
pronunciado el nombre del diablo - solo quedese aqui con él - señalo a Chac quien
dormia feliz - él es igual a ti ambos seran felices lo prometo

- No quiero quedarme aqui si alguno de mis amigos esta sufriendo

- No puede hacer nada

- ¿Por qué tiene tanto miedo? - el hombre la agarró por la cintura y la aplastó contra la
pared hasta que quedaron muy pegados

- Si sigues provocando a mis institos tendras lo que mereces chiquilla - Paula no se asusto a
pesar de estar en una poscición muy intima

- No te temo - el hombre la apreto más a su cuerpo y la olfateo casi con behemencia

- Hueles tan bien - le saboreo con la lengua - y sabes bien - le dijo al oido - no sabes como
necesite controlarme y a mis hombres para que no te tomaran - Paula le miró a los ojos
desafiandolo - tus ojos son lo mejor de ti chiquilla...si tan solo yo pudiera

-¡No! - Chac había despertado por el golpe y cuando vio como su tio tenía a su amiga
reacciono como reacciona un niño cuando otro le quita su dulce. Se arrjo sobre su tío y lo
lanzpo con tal fuerza al otro lado de la habitación que Paula se quedo sorprendida - ¡ella
es mi amiga!

- Gracias pero pude haberle hecho eso - dijo Paula y el niño le sonrio y luego le enseño los
dientes a su tio quien se levanto gruñendo - soy mas fuerte de lo que piensas - le caricio la
oreja- pero tu me sorprendiste jamas había visto a un licaión tan fuerte a temprana edad

- ¿Soy fuerte? - el niño parecía dudoso

166
- Claro que lo eres tu hijo de Tlaloc - Paco ahora estaba cerca de ambos chicos y estons
le miraron con antagonismo - no le hare nada pero tenla aqui contigo si no quieres que le
hagan daño hijo

- No soy tu hijo

- Pronto cambiaras de idea - Paco miró a Paula y se estremecio - no entiendo por que me
siento asi pero - miró a su sobrino- supongo que él te quiere asi que no te tocare

- Gracias - dijo con irnia Paula

***

El hombre se fue cerrando la puerta tras de él; Paula y Chac se miraron por unos
momentos, el niño la llevo de nuevo a la cama y se acosto en us piernas, ella le acarició
su cabello dorado y se pregunto que debian hacer para escapar, cuando vio la ventana
ya no le quedaron dudas, quito a Chac de su regazo y le jaló hasta la ventana, se agarro
un arete y para asombro del niño lo extenio como si fuera un alfiler, ella le guiño un ojo y a
continuación empezó a cerruchar los barrotes, el niño corrio a la puerta y quedo alerta
para escuchar si alguien venía. Ambos iban a escapar y tendria que ser rápido sino
querían que su encierro se prolongara.

-Shin estas bien - Vane estaba durmiendo cuando oyo unos sollozos

- No - Shin se retorcia y parecia sufrir mucho - la transformación llegara mañana ahora


estoy sintiendo los primeros cambios - le miró

- Tranquilo - Vane se arratro y le tomo la mano - no creo que esto ayude ¿verdad?

- No - fue sincero - pero me reconforta - trato de sonreir pero el dolor no le dejaba - no


quiero hacerte daño

- Todo va ir bien Marcus nos encontrara lose

167
- Que los dioses te oigan

Shin no dejo de retorcerse toda la noche aveces sus alaridos aterraban a Vane creyendo
que su transformación le estaba matando, contuvo mas de una vez sus lagrimas para que
Shin viera que no tenia miedo, el chico necesitaba de toda su fuerza y ella no ayudaria
pareciendo una Magdalena. El día brillo a travez de los barrotes, estaba tan cansada que
se durmio apretandole la mano a Shin, tampoco noto que unos ojos azules les veían con
gran entusiasmo desde un orificio en la pared.

- ¡Guau! esta vez te luciste - Nicolas se volteó triunfante hacia Paco y sus compañeros que
se mostraban muy nerviosos cuando el chico de ojos azules les sonrio - sera todo un
espectaculo

-¿Qué hara con la que esta con mi sobrino?

- ¿Ella? - Nicolas caminó entre ellos y se unio a sus dos chicas quienes se lanzaron a sus
brazos - no me importa que le pase puedes tenerla

- Gracias señor

- Te di lo que deseabas - Nicolas entrecerró sus ojos - tienes a tu sobrino por que ordené a
mis esclavos que te ayudasen ahora estas en deuda

- Si lo se

- Pronto la luna llena saldra y cuando eso suceda procedan como les dije

- Asi lo haremos

- No quiero fallas - los ojos de Nicolas llamearon y todos se agazaparon

- No las tendra

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- Excelente ahora me iré vendre a la hora indicada y comenzará nuestra pequeña fiesta -
le suzurró algo a una de sus chicas y esta se le hacercó con un cobre a Paco - cuando
sea el momento - la chica le entrego el cofre al lupino - deberas usar esto

- Si

- Jejejeje - Nicolas besó tiernamente a la otra chica y miro como los hombres lobo le
observaban aterrorizados - espero con ansias ver a Vanessa, pronto sera navidad

El día paso lentamente, enloquecedoramente para algunos quienes fraguaban un plan


de batalla, angustiante para los que estaban queriendo escapar, perfectamente para los
que ya se imaginaban el final, y muy rapidamente para los que sabian que su vida
acabaría pronto. El tiempo es el peor enemigo o el mejor aliado en una guerra, si el señor
tiempo se apiada de ti no terminaras desangrado y muriendo, si acaso unos buenos
golpes; pero hay de aquel a quien el tiempo no favorese, puede esperar lo peor de este
enemigo silecioso, pues el es el verdugo de vidas y no puedes hacer nada para detenerlo
que es lo peor de susnto. ¿O tú si serias capaz de desafiarlo?

El sueño estaba llegando a su fin, Vane podía sentirlo. Corría por el bosque en total
oscuridad, trataba de encontrar a alguien o algo, su corazpon se oprimia fuertemente a
su pecho y su respiración se aceleraba a un ritmo enloquecedor; cuando por fin sus pies
se quedaron estaticos distinguio a cierta distancia a un chico, por curiosidad se hacercó y
empezó a desifrar sus facciones; era alto de piel sonrosada, su sonrisa se curvaba en un
ritus perfecto, su cabello cafe con hebrar doradas brillaba intensamente a la luna, pero
algo en sus ojos le advirtió que este chico no era normal, era maldad pura como fuego lo
que despedían, parecían dos antorchas ardiendo color azul. Vanessa se dio cuenta que
el chico con un movimiento de su mano logro hacer una chispa y esta se encendio como
llamas al caer en el pasto seco, eran llamas azules quienes ahora la rodeaban, no heran
calientes, pero si muy heladas, era como si estuvieran quemandola con hielo, su piel se
empezó a disolver entre las llamas y un grito de agonpia surgio desde el fonfo de su ser.
Vanessa se paró sobresaltada cuando terminpo su sueño, fue tan vivido que no paraba
de temblar, miró hacia donde se encontraba su compañero de celda y lo que pudo ver
fue a un chico retorciendose a la luz de la luna llena.

- ¡Shin! - el primer impulso fue querer tocarle pero algo, al parecer su instinto de
supervivencia la detuvo, observó como el chico la volteba a ver con dos grandes ojos

169
color dorados tan intensos que parecía que le hiban a salir chispas - ¡Dios mio! - se tapo la
boca cuando vio como el chico empezaba a convulsionar de nuevo

- ¡Alejate de mi! - Shin recorria con la mirada toda la prisión queriendo encontrar una
salida que no existia -¡ahhhhhhh!

El grito de Shin fue apagado cuando entraron en la celda seis hombres, dos de ellos lo
agarraron por la cabeza y empezaron a arrastralo fuera, otro empezó a buscar algo entre
su tunica, otro se ocupo de trazar en la pared lo que al parecer era un simbolo en forma
de un cero, el quinto parecia dirigir todo y observar cada detalle de la escena, el ultimo
hombre tomo a Vane del brazo y la levanto tan rudamente que ella profirio un grito de
dolor al sentir como sus costillas se quebraban.

- ¡Sueltenlo! - Vane luchaba con las pocas furezas que le quedaban pero era inutil, estos
hombres eran como roca de granito

- No te preocupes pronto empezaremos la fiesta - dijo su captor con tono de burla

Horrorizada observo como guiaban a Shin y a ella hacia un claro en el bosque, rodeado
de llamas azules, Shin parecia no oponer resistencia, su dolor era tal que ya nada le
importaba, su ojos estaban perdidos en la nada. Los hombres los tumbaron dentro del
círculo de fuego y esperon a que acabara la transformación y la sangre fuera
derramada.

- Shin resiste, Shin te quiero, Shin quedate a mi lado...- Vane no dejaba de hablarle al yo
de su amigo que estaba desapareciendo lentamente para dejar lugar a un enorme
monstro de 2 metros que le gruño al sentir su aroma

Paco estaba observando la caja que Nicolas le había entregado, la habitación donde
estaba era oscura y sentia grandes deseos de que todo terminara, sin duda era el poder
de esa daga lo que le hacía sentir eso, no estaba seguro de como proceder pero tenpia
que cumplir ordenes lo antes posible, tampoco vio venir al grupo de lobos que noqueron
con facilidad a tres de sus guardias, tampoco cuando un lobo dorado se le lanzo
enseñandole los dientes y mirada impregnada con rabia. El animal parecía fuera de si, si
no hubiera sido por el lobo negro que habpia llegado despues de su compañero era casi
seguro que este le hubiera arrancado la cabeza.

170
- Dime donde esta ella - habló en su mente el lobo - ¡ahora!

- Nunca traicionaria a mi familia

- Ella es mi Paula - gruño el animal

-¡Eliseo reunete con los demas al parecer te necesitan para localizar el rastro de la
cuentista! - la voz en su mente de otro lobo dorado sono como bomba -¡Marcus yo me
ocupare de esto! - el enorme lobo negro asintio y corrio arrastrando con los olmillos a su
otro compañero

Cuando estuvieron lejos los otros dos, Paco aprovecho para convertirse en Jaguar y
esconder el cofre de Nicolas en un lugar seguro, claro que esto no paso desapercibido
por Adolfo quien ya estaba al tanto de sus acciones.

- Muy bien gatito si quieres lechita tendras que responder

- Vete al diablo mugroso saco de guesos - ataco con rapidez al enorme perro que solo se
tomo la molestia en esquivarlo

-¿Mugroso?- el animal hizo ademan de olerse pero al parecer no habia encontrado lo


que deseaba - no creo la verdad tomo tres baños al día - afirmo

- Me importa un bledo lo que tu hagas - el jaguar negro ahora le veía con rabia - ¿que
tienen que ver con esto?

- Nosotros no hubieramos intervenido si tu nunca le hubieras puesto un dedo encima a


nuestros compañeros- el lobo camino a su alrededor con elegancia mostrando cual
superior podria ser

- ¡Largense! - el jaguar vilvió a remeter contra Adolfo quien esta vez logro tomarlo por la
yugular y apretarsela lo que causo quejidos departe el enorme gato

- Creo que ya no eres tan valiento ¿cierto?

- ¿Qué pueden importarte? - le espeto el animal, los ojos de Adolfo brillaron de furia y su
mandibula se apreto aun mas

171
- Ella es mi familia y si le hiciste algo - los pensamientos de Adolfo le transmitieron la
imagen de un jaguar descuartizado - esto sera poco para lo que te planeo hacer - el
jaguar intento dar un zarpazo pero el lobo aplasto sin piedad sus patas - no soy tan
bueno, no me tientes

- ¡Adolfo! - la voz de Paula le tomo por sorpresa, solto al jaguar y este se coloco
rapidamente en modo de defensa- ¿que haces aqui? - los labios de se compañera
seguian tan apetecibles como la ultima vez, su voz tan fuerte y alegre, solo que su rostro
estaba contraido en una arrugita de la frente

- No es ovbio a que he venido - dijo sarcastico mientras hechaba una ojeada al pequeño
que ella traia de la mano - ¿es Chac? - ella abrio sus ojos por la sorpresa, esa forma de
reaccionar era tan tipica de ella

- S-si - Paula agarró a Chac y lo puso tras de ella al ver al enorme gato tras de Adolfo -
¿ese es...?

- Mi tío - el niño sujeto a Paula por el brazo y se pego a ella como si quisiera que fueran
siamese - ¿por que esta enojado?

- Tu tío se ha portado mal - afirmo Adolfo - y quiere una lección

- ¿Dónde esta Vane y Shin? - Paula cambio de tema tan rapido que Adolfo solo pudo
contestarle sinceramente

- Al parecer los han llevado al bosque - su semblante torno sombrio - el esta e fase

- Debo de buscarles - Paula tomo a Chac y corrió hacia la puerta principal

- Ten cuidado - Adolfo se sorprendio de haber dicho estas palabras, Paula se paró en la
puerta y le dedico una de esas sonrisas que podrian derretir a cualquier bloque de hielo

Shin olía y se acercaba peligrosamente, paso a paso; Vane se mantuvo muy quieta y no
dejaba de mirarle a los ojos, era un ser impresionante, su pelaje era negro con tonos
cafes, sus patas parecian acolchonadas y sus orejas hacían ver que él podía escuchar el
latido acelerado de su corazón.

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- Shin... - gimió ella el animal la miro por un instante antes de aullar a la luna y lanzarse a
ella - ¡No! - Vane pudo esquivar el primer ataque y corrio con dificultad al otro lado del
aro de fuego queles rodeaba - Shin ¡porfavor! - el animal le gruño y volvio a poners en
poscición

Solo basto un minuto para que Vane se diera cuenta que no había escapatoria, trato de
esquivarlo de nuevo pero el lobo ya no quería jugar mas, le dio un zarpazo que la avaneto
por encima de su espalda y callo psadamente contra el suelo, su sangre empezó a brotar
de su cabeza, se toco y trato de deterla, a pesar de que era inutil.

- No Shin - el lobo se hacercó a ella y enterro sus garras en la espalda rasgandole su ropa y
ocasionando heridas graves, sus uñas eran como cuhillos que se enterraban al mismo
tiempo, esto hizo queun grito de dolor puro se oyera a los oidos de todos los presentes
qienes estaban disfrutando el espectaculo

-¡Vamos matala ahora! ¡Tienes que matarla! ¡Que brote la sangre! - eran las exclamasiones
que Vane podía alcanzar a oir cuando sintio como la enorme pata del animal le rompia
el hueso del femur de una pierna

-¡Ah! - Vane lloro por que ya no podía mas, su fin se hacercaba latentemente su corazon
bombeaba rapidamente

Uno de los hombres presentes salto al circulo de fuego con una sonrisa soncarrona, otros
nueve se le unieron, empezaron a desvestirse y a reir de lo que al parecer era el mejor
espectaculo dado. El enorme lobo dejo a Vane semiinconsiente y volteo su atención a los
intrusos, gruño y les indico que no quería participantes; los hombres solo le ignoraron y
como si fuera a peor la cosa estos empezaron a tomar una forma, Vane abrió los ojos y
comprobo a 10 hermosos jaguares de pelaje negro mostrarse ante el enorme lobo, los
felinos rodearon al lobo que se puso histerico y empezo a mirar en todas direcciones,
Vane se hayaba bajo él no sabía si el lobo o Shin la protegían pero mantuvo la esperanza,
aunque tenía demasiado miedo.

Los jaguares uno a uno se lanzaron a la lucha contra el enorme lobo que los sujetaba y los
magullaba, pero estos parecian no sentir su ataque simplemente se sacudian y volvian a
enterrar sus uñas en él, Vane observó impotente como el enorme Lobo era golpeado,
mordido y humillado por los enormes y hermosos jaguares, uno de estos le miró y saltó
para clavarse en ella, pero algo en el lobo reaccionó en el ultimo momento,Vane no supo
si Shin había recobrado consiencia pero el enorme animal canino tomo al jaguar y lo

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lanzó fuera del circulo. Ante tal reacción los demas se enfuerecieron y empezo el
verdadero dolor, tomaron al lobo y lo empezaron a rasgar como papel tapiz, lo tumbaron
y uno a uno princo y rasgo sobre su piel hermosa que ahora estaba manchada de sangre,
el lobo no se podia levantar del suelo hizo varios intentos pero los felinos no dejaban de
atacarle, era una carniceria.

- ¡No! ¡Déjenlo! - Vane alargó su brazo y trato inutilmente llamar su atención

Uno de los jaguares agarró el cuello del lobo moribundo y lo apreto hasta que se escucho
el quebrar de unos huesos, las lagrimas de Vane se intensificaron cuando comprobo
como el enorme lobo se quedaba quietecito, y poco a poco volvia a tomar forma
humana, mientras el felino seguia apretando cruelmente, en pocos minutos el enorme
lobo solo era un chico de 15 años desnudo y siendo mordido por un enorme animal; las
manos de Shin todavia pareian tener vida pero cuando el jaguar termino por apretar la
yugular, el movimiento se detuvo con un espasmo del cuerpo juvenil. El jaguar lo solto
como quien tira la basura y se limpio la sangre en el pasto, los demas empezaron a salir
del circulo de fuego uno a uno hasta que solo quedo el asesino de Shin.

- ¿Por qué? - Vane no penso que su voz podria escucharse pero cuando el gato enorme
la vio supo que ella era la siguiente - ¡asesino!

El jaguar se hacerco sigilosamente hasta ella, olía a sangre de Shin por todo su cuerpo,
era repulsivo, Vane estaba muy triste por la muerte de su amigo asi que cuando vio como
el jaguar abria las fauses para matarla a ella igual cerró sus ojos con tranquilidad y espero
encontrarse con Shin y su familia al otro lado donde sea que fueran las almas despues de
morir.

Paula se estrelló en la espalda del jaguar a tal velocidad que Vane solo pudo ver cuando
este salio disparado como un boomerang fuera del circulo de fuego. Su amiga tenía un
aspecto realmente fiero sus ojos se habían tornado dorados y su poscisión estaba en
defensa como si esperara que el enorme gato volviera a intentar algo contra ellas. Vane
noto que la mirada de su amiga se posaba en ella, al ver su expresión comprendio que no
debpia tener buen aspecto, esta retorcio su boca con disgusto y mirada preocupada
cuando se agacho a revisarla.

-¡Malditos cobardes! - los demas jaguares que ahora eran hombres miraban amenazantes
a la pequeña rubia - estarás bien amiga - le sonrio con esfuerzo

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Algo en el ambiente cambio, fue como si miles de tambores se acercaran en todas
direcciones al lugar donde se encontraban, uando abrió los ojos de nuevo todos los
jaguares estaban siendo atacados por unos lobos enormes, fue cuando vio al lobo negro
que hace tiempo habia soñado, Marcus.

El enorme lobo negro salto dentro del circulo de fuego y se puso a lado de ella, la
hociqueo y lamio sus heridas; Paula le miraba como si este estuviera loco y le dio un
codazo; el animal las miró a ambas y asintió; fue hasta ese momento en que Vane vio los
enormes ojos dorados de Marcus que recordó a Shin y como si un puñal se hubiera
enterrado en su corazon gimió y quiso levantarse para sorpresa de ambos presentes.

- ¡Shin! - Vane estiró con esfuerzo su mano y señaló a un chico desnudo tirado y
desangrado que se veía a cierta distancia

-¿Q-qué? - Paula volteó rapidamente y cuando pudo ver a Shin un alarido de dolor salio
de sus hermosos labios antes de ir a buscarle -¡Shin!

Marcus estaba tengo y miró a Vane como buscando respuestas a lo que estaba
sucediendo, el ver a Paula tumbada en el suelo y tratando de revivir a Shin era la escena
mas desgarrante que ella había visto, las manos pequeñas de Paula tocaban los brazos,
pecho y piernas del chico que no mostraba signos de vida, tomo su rostro y le dio
respiración de boca a boca; Marcus aulló y todos los lobos que ya tenían controlados a
las hombres-jaguar, voltearon la mirada para contemplar a los dos chicos.

- Shin cariño...háblame - Paula tenía el rostro lleno de lagrimas, habia comprendido que su
amigo ya no volvería a abrir sus ojos - no, no, no, no, no- Paula gemia sacudia la cabeza
negativamente - ¡Vuelve!

Eliseo quien habia entrado en fase estaba a su lado en el moemento que la oyo y le
consolaba tocandole con la nariz su hombro y lamiendole el rostro para quitarle sus
lágrimas, Paula abrazó a Shin y siguió llorando desconsoladamente.

- Lo siento tanto- Vane estaba llorando y Marcus le vio con ojos tristes, era ovbio que él

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tambien estaba sufriendo por su amigo - es mi culpa - el lobo la miró y negó con su
enorme cabeza - si lo es no pude hacer nada

- No es tu culpa - la voz de Adolfo sonó en el aire, este se había hacercado a ellos sin que
se diera cuenta, no estaba en fase como los otros; pero se veía a leguas que por la forma
de vestir no había tenido tiempo de arreglarse bien - nadie dice que lo sea - por extraño
que pareciera la mirada acusadora sobre ella era tan distinta a sus palabras que
resultaba ovbio que ´por su parte él si la hacia respondable de todo - Marcus traje ropa
sal de fase para que puedas llevarla a un lugar seguro - miró a Vane - ahora - el lobo
negro salio corriendo hacia otra dirección, Vane observó como Adolfo recitaba algo y el
fuego azul se apagaba por completo, le vio con severidad y acontinuación se volteó y
caminó rumbo a Paula - ¡Eliseo basta tu has lo mismo que Marcus! - el lobo de pelaje entre
dorado y blanco le gruño, ignorandole siguio a lado de Paula - ¡hazlo ya! - Eliseo salio
corriendo tras de Marcus; mientras Adolfo llegaba hasta Paula, toco a Shin y comprobo su
estado, luego agarró a Paula y la alejo del cadaver, cosa que la enfureció

-¡Sueltame! - Paula se zafó facilmente del agarre de su superior y volvio a abrazar a Shin.
Esto no pareció caerle muy en gracia a Adolfo quien la tomo por la cintura y la volvio a
jalar - ¡¿Que te pasa estupido?! - le araño - quiero estar con ¡él!

- ¡Suficiente! - Adolfo la sacudio con brusquedad innecesaria - estoy harto de tu llanto -


agarró su rostro y lo volteó hacia él - ¡NO VOLVERA! - dijo tanjante - tus lagrimas no lo van
a regresar y comportate como debe ser una guerrera - Vane penso que Paula le
golpearía, pero la chica asintió quedamente con una mirada fría, él la soltó y ella se seco
las lagrimas para luego volver a lado de Shin tranquila al parecer

- Lo quería - dijo quedamente

- Era nuestro amigo - afirmó él

Marcus tomo a Vane con sumo cuidado cuando volvio vestido, pero ella grito del dolor al
sentir como sus heridas entraban en contacto con la piel de él; no era para nada
agradable y eso la enloquecía; se aferró a su camisa y se mordió los labios para aguantar
el dolor.

- Todo irá bien

- Confío en ti - Ella trato de sonreírle pero su cara se contrajo con otro sollozo

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- Perdóname por no haberte cuidado Palomita - dijo con un tono de melancolía. Ella se
aferró a él con más fuerza mientras la llevaba caminando fuera del círculo. Pero una voz
alegre surgio dentre el bosque y con ella un ser inimaginablemente bello

- No te la lleves aún Marcus - Este volteó junto con Vane y contemplo extrañado al tipo
que les sonreía con sus enormes ojos azules como llamas, algo dentro de él le decía que
este ser no era confiable

-¿Quién eres? -. Preguntó la voz fría de de Marcus

- ¡El es el que visita a mi tío! - Chac estaba rodeado de varios guardaespaldas con forma
lobuna cuando señaló en dirección al ser bello - ¡Vampiro! - gritó

Todos los lobos empezaron a gruñirle al nuevo visitante que contemplaba divertido como
todos se ponían en guardia, miró con sus enoremes ojos a Paula y Shin, luego cambio
hacia el rostro de Vane ensangrentado.

- Te vez tan bella con ese color - Marcus apreto a Vane y se tensó - Jajajajaja vaya que tu
perro mascota no deja que te digan un cumplido

- ¡Largo! o di tu nombre

- Mmmmm veamos...- el chico les miró picaramente, para finalmente sonreírles - Yo soy
Nicolas

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CAP 15. EL ENEMIGO

Junta tus sonidos vibrantes


unelos a mis dedos mágicos
mezclemos lo que el cosmos dice:
"el sonido del amor"

"Vampiro". Así era como ese niño había llamado al joven que se acababa de presentar
ante ellos como Nicolas. Vanessa estudio al hermoso joven de arriba a abajo, no parecia
lo que ella conocia como un "vampiro", al contrario, no era palido sino su piel era
sonrosada, no parecia tener algo raro en su rostro slavo el color de sus ojos que era azul
como el fuego que estuvo apunto de quemarla, tampoco tenia orejas puntiagudas,si ella
lo hubiera visto caminando por la calle, hubiera pensado que era el joven mas guapo
que sus ojos hayan visto pero por su mente jamas pasaría que fuera a ser un soldado de la
noche.

- Nicolas...- Marcus pronuncio el nombre de este chico con precaución y sujeto a Vane
con un poco mas de fuerza. Este gesto fue notado por Nicolas quien no dejaba de verles
con una sonrisa

- Te he estado buscando por mucho tiempo - Nicolas clavo su mirada en Vane - no sabes
como deseaba tu nacimiento Vanessa

- Tú sabes mi...nombre - Vane estaba sorprendida, ella jamás lo habia visto en su vida
como era que este Dios mitologico podria saber su nombre, no era bueno

- Si - El vampiro le sonrio mostrando su hermosa dentadura blanca - tambien conocí a tu


famila - con su mano larga empezo a enumerar - a tu papa, a tu mama y a tu...- le miró
con una maldad pura en los ojos que hiceron que Vane se estremeciera- ...hermanito

- ¿Co-?

- No te acerques - la abvertencia de Marcus se escucho por todo el campo de batalla, los


demas lobos empezaron a gruñirle al chico sonriente - ¡alejate!

- ¡Oh vamos Marcus! - Nicolas caminó hacie ellos pero tres lobos se adelantaron para
impedirle el paso - ¡Vaya! asi que quieren que no me acerque - un lobo quiso saltarle
encima pero una sombra negra lo obstruyo. Para asombro de Vane una chica con

178
cabellos negros fue la que sirvio como escudo, cuando el lobo se estrello contra ella salio
despedido hacia un lado - Ven no es bueno tratar las cosas agresivamente - dijo a los
demas lobos que le seguían gruñendo

- ¿Cómo sabes mi nombre? - logro preguntar Vane. Marcus la miró con algo parecido a la
precaución pero ella solo se fijo en los ojos de Nicolas - Habla

- Muy simple te estuve vigilando por mucho tiempo

- Palomita no creo que quieras...

- ¿Qué pasas? no quieres que le responda - Marcus le gruño a Nicolas y este se rio
mientras otra chica vestida de negro se ponia a su derecha, ahora tenia dos escudos

- Yo quiero oir... -vane vio a Marcus y le apreto el pecho - porfavor

- Tú no entiendes - Marcus la sujeto junto a su oido - no te gustara

- ¿Dime queires oir lo que tengo que decirte? - Nicolas los interrumpio y Vane le respondio
con cautela

- Si

- Bien. - Aplaudio - Veras yo he etado buscando a la elegida - la señalo - y cuando supe


que tu lo eras no sabes lo feliz que me senti - le sonrio tan dulcemente que Vane no se lo
imaginaba siendo parte de alguna jugarreta - te segui, te conoci estuve al pendiente de ti
esperando el momento indicado - su cara se torno oscura y le dedico una mirada llena
de rencor a Marcus - pero cuando me decidi que era momento de presentarme... tu no
estabas en casa

- ¿Qué?

- Así es - volvio a sonreir - no estabas... y yo me senti muy mal - se toco el pecho - me


rompiste el corazon. Mas aun cuando supe que te habias encontrado con tu destino -
Marcus se tenso - yo ya no podia hacer nada, tu estabas con él - las dos chicas que tenia
a su lado se acercarón a él y le abrazaron - y decidí que era hora de conocer a tu
familia...no seria un buen prometido sino me presentara

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- Mi familia - Vane empezó a sentirse mal, su familia nunca mas la volveria a ver - ellos
estan...

- ¡Muertos! - Nicolas dijo las palabras que mas herian a Vane - si... eso fue lamentable - la
sonrisa de Nicolas ya no le estaba gustando nada - tu padre nisiquiera sintio venir lo que le
esperaba - el corazon de Vane se oprimió en su pecho al punto de casi detenerse - tu
madre... ella era y tan bella, protectora pero eso no funciono. Sin embargo su escencia
era tan dulce - Nicolas miro al cielo pasandose la lengua por los labios como degustando
- estoy seguro que tu escencia es igual

- ¡ASESINO! - Vane salto de los brazos de Marcus con todas sus fuerzas y no supo como
corrio hasta Nicolas que la esperaba con los brazos abiertos, sino hubiera sido por que
Marcus la alcanzó y la sostuvo fuertemente mientras ella luchaba para soltarse, quien
sabe lo que hubiera ocurrido - ¡Asesino! ¡Desgraciado!

- Ohhhh que decepción - El vampiro bajo sus manos finjiendo desilusión - mi bella no
parece feliz

- Perdóname - Marcus la abrazón contra su pecho - debi decirtelo en cuento escuche su


nombre supe que el habia sido - Vane no creia lo que estaba pasando- Mi amigo Tonatiu
me dijo el nombre del causante del fuego azul, Nicolas, asi fue como le llamo. Lo siento

- ¡No! - Vane quiso voltearse y pegarle a Marcus por querer detenerla pero sus fuerzas se
estaban acabando - ¿Por qué?

- Querida no sabes lo especial que eres... - miró a todos los presentes. Paula sostuvo a Shin
y miraba a Nicolas con extrañeza - Para todos ellos eres una bomba de tiempo; pero para
mi eres lo mas bello que el mundo pudo crear. Si vienes conmigo te mostrare las cosas tan
bellas que junto podremos crear

- Tu hiciste esto - Paula acuso a Nicolas quien ahora la miró con mas interes; pero Adolfo
se colocó a su lado para evitar que esta hicera algo descabellado - ¡Tu hiciste esto!

- Si no lo niego, todo resulto como lo esperaba. Pero no estaba en mis planes que tu
amiguito muriera

- Matémoslo - dijo Eliseo quien ya estaba fuera de fase. Cuando dijo esto las dos chicas
que abrazaban a Nicolas se pusieron en guardia

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- Creo que no - Nicolas miró a Vane - Y bien ¿Vendras a mi lado? - levantó su mano

- Vete al infierno - escupio Marcus

- No pedi tu opinión perro - Ahora el vampiro mostraba su irritación - ¿Cuál es tu


respuesta? - se dirigió a Vane

- Nunca

- Que lastima - se encogio de hombros - yo tenia un regalo para ti

- Llevate tus malditos regalos contigo al infierno - dijo Marcus - por que para cuando te
acabemos no quedara nada de ti malnacido

- Mmmm no estaria tan seguro - Nicolas miró tras de él y chasqueo los dedos - Susana ven
y muestrale mi regalo a Vanessa

Una sombra tomo forma dentro de los arbustos, caminando hacia ellos una mujer
hermosisima vestida con un traje negro sostenia algo entre sus brazos, era una manta
blanca; la belleza de la mujer era asombrosa, sus ojos era iguales a los de Nicolas, su piel
era tan blanca y sonrosada que parecia una pintura de boticelli; como la hermosa Venus.
Vane se fijo en el bulto blanco que se movia y entonces vio una manito sobresalir y tocar
el cuello de la mujer.

- Querida hermana - Nicolas s dirigió a la chica quien se inclino a modo de saludo -


muestrale a Vane el por que debe venir a mi lado

- Si - la chica descubrió el bulto y Vane casi grita cuando vio a Teo su hermanito
durmiendo en los brazos de esa vampireza, sin un rasguño y completamente asalvo.

- ¡Teo!

- Shhhhhh... lo vas a despertar - la reprendio divertido Nicolas quien se hacercó al niño


dormido y acarició su mejilla - el es un buen niño; no le hemos hecho nada sigue siendo
humano

181
- ¡Bastardo! - Marcus estaba igualmente furioso

- He cuidado de tu hermano, pues se que él es importante para ti

- No le hagas daño - suplico Vane dejandose caer en los brazos de Marcus quien la
sostuvo con delicadeza - porfavor...no le dañes

- Claro que no le dañare - la miró para luego sonreir - aun no

- No ire contigo

- Bueno creo que pronto cambiaras de idea

- No lo hare

- Entonces me quedare con tu hermanito hasta que vengas a mi y supliques por estar a mi
lado

-¡Ella es mia!

- ¡Ella no es de nadie! – le espeto Nicolas a Marcus, ambos se miraban con odio puro -
bueno creo que ya es hora d partir - y cubrio a Teo que seguia durmiendo entre los brazos
de Susana quien lo empezó a arrullar

- ¡Devuelvemelo! - Vane quiso pararse de nuevo pero ya no tenia mas energia solo
alcanzo a brincar un poco

- No querida el se quedara aqui con nosotros - le enseño a sus escudos y a Susana quien
la miró con sus ojos azules - y si no decides venir a mi lado pronto - ciño sus cejas - creo
que Teo estara en graves problemas... la escencia de los niños es mas pura que la de un
adulto sera tan dlicioso

- ¡No!

- Entonces ven a mi - pero al ver la negativa de Vane este suspiró con decepción - bueno
entronces no hay nada mas...nos volveremos a ver

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Las lágrimas de Vane fluyeron al ver como Nicolas se adentraba en el bosque oscuro con
su hermano; quiso gritar, pelear, rasguñar, pero eso no la ayudaria en nada solo los brazos
de Marcus en su cintura la hacian sentirse protegida, quiso olvidarse en sus brazos pero
sabia que esta pesadilla no acabaria hasta que ella le pusiera fin a su historia.

- Siempre te protegere palomita - le suzurro Marcus mientras la volvia a cargar - lo


encontraremos de nuevo ahora tu eres la que debe curarse

- Alguna vez has sentido ganas de morir - Vane lloro en silencio despues de su pregunta

- Si - Marcus le alzó su barbilla - pero ahora se por que sigo vivo - Vane quedo maravilada
por sus ojos. Ambos podían sentir esa corriente de energia correr entre ellos, era tan
poderosa que no podían evitar sentir miles de emociones correr por su sistema nervioso.

- Marcus - Adolfo caminó hasta ellos y llamó la atención de Marcus quien aprtó la mirada
de Vane - Tonatihu esta cerca, ella estara bien

- ¿Y Paula? - Miró a su amiga quien estaba siendo levantada gentilmente por Eliseo

- Ella esta ahora mejor - Adolfo parecia no decir esto con mucho convencimiento - el
cuerpo de Shin será transportado a Inglaterra, se lo tendremos que entregar a su madre

- Si

- Siento lo de su hermano - miró a Vane quien oculto su cara - pero no podemos ir tras de
ese vampiro hasta informarlo a la Aemilia

- Ellos no querran meterse a menos que hablen con los Heraldos

- No hay otra solución

- Los Heraldos jamas aceptaran que uno de los suyos creo todo este jaleo - Marcus
caminaba rapidamente - habra problemas

- Como siempre - Adolfo le sonrio tristemente

183
- Entonces bienbenidos sean los problemas - y se perdieron en el bosque

***

Las despedidas siempre son dificiles. Marcus sabía mejor que nadie que el sentir que no
volverias a ver a alguien era peor que ser torturado dias y noches a manos de tus
enemigos; pero ahora que veía a Vane vendada de piernas y brazos, le entraba una
rabia inmensa de saber que por su testarudes ella podria haber muerto. Tonatiu curo las
heridad de Vane con ayuda de su Nieto Chac, ellos manejaban el poder de la herbolaria
que la ayudaria a sanarse rápidamente, pero le hicieron saber a ambos que la herida en
su espalda quedaria marcada para siempre, Vane dijo que para ella no resultaba
incomodo mientras pudiera seguir caminando.

- ¿Estas segura? - Él la miró extrañado, estaba seguro que a las mujeres normales tener
una marca como esa en la espalda resultaria doloroso, pero la cuentista no era como las
mujeres normales, ella le vio a los ojos con total serenidad

- Si. Hay cosas peores que una cicatriz en la espalda

- Siento esto pero por lo pronto es seguro dejar esta herida asi - el anciano Tonatiu colocó
una bolsita cafe en manos de la cuientista- esta raiz te ayudara con el dolor mientras la
demas heridas cicatrizan - sus ojos parecian cansados por la vida y con voz lastimera se
disculpo - siento que esto haya pasado y estare en deuda con la Familia Sol - miro a
Marcus

- No te preocupes - se inclino hacia Vane - puedo llevamela ya?

- Por supuesto

- Gracias Tonatihu espero verlo de nuevo

- Que los espiritus de los elementos te oigan - El anciano hizo una señal y Marcus le mostro

184
su muñeca a modo de despedida, el viejo se inclino - eres digno de ser llamado lider
Marcus El León

- jajaja viejo sera mejor que no digas mi nombre en esa forma o te acarrearas problemas -
tomó a Vane y se marchó de la habitación

- ¿Cómo esta Paula? - ella era muy especial aun y con el dolor que le producia su toque
no se quejaba y se preocupaba por una chica que penas y conocia

- Sufre mucho - no quería mentirle. Paula no había sonreido desde aquella noche,
tampoco lloraba pero su rostro era impávido y nisiquiera los abrazos y mimos de Eliseo la
habían confortado, esquivaba la mirada de Marcus y siempre se alejaba cuando oia a los
demás reirse por haber ganado la victoria contra el grupo rebelde, era claro que a ella le
parecia injusto ese momento de felicidad

- Yo tambien quería a Shin

- Creo que todos lo apreciamos de una u otra manera

- ¿Él tenia familia?

- Una madre... - titubeó y la acosto en una cama pequeña cuando llegaron a la


habitación de huspedes

- Ella va a llorar ¿verdad?

- Si - Marcus cuabrio a la cuentista con las mantas de la cama con mucho cuidado para
no hacerle daño en sus heridad - Shin era un Loki muy valiente, ella estara orgullosa de su
hijo

- ¿Quién era su padre? - Marcus se quedo de piedra pero decidio que Vane merecía
conocer una parte dela historia de la persona que la habia protegido y convivido con ella
durante el dolor

- No lo sabemos... los lokis son hijos de una mujer o un hombre normal con un eclipse - miro
a la cuentista fijamente - Shin era hijo de una mujer como tu y un ser como yo

185
- ¡Oh!
- Por alguna razon los Lokis no pueden evitar atacar agresivamente a sus seres queridos,
Shin es un ejemplo de que un Loki aun posee razocinio - se sentó junto a ella - por extraño
que parezca te protegio en el ultimo momento, eso quiere decir que para los d su clase
aun hay esperanza

- Por que tu gente los odia tanto

- La Aemilia no los odia, pero no les dejan libres. Desde que son pequeños los encierran y
tratan de encontrar una cura para que puedan vivir sanamente pero hay otros...- empuño
sus manos - como los que los capturaron que provienen de la familia principal de los Croix
Noir, esa familia se ha ncargado de desprestigiar a los lokis les llaman zorros y asustan a las
otras familias para que nadie se hacerque a ellos y los hagan unos parias

- Lo mismo que hicieron con Paula y los otros - suzurro Vane

- Si eso mismo

- Tu eres un eclipse - ella alzó su mano y le toco la cara, Marcus se estremecio por su
movimiento y clavo su mirada en ella - hijo de un hombre lobo puro y una mujer humana,
¿qué te puede hacer diferente de él? - pregunto - si ambos comparten su ascendencia
humana

- la diferencia no me es notoria para mi - tomo su mano y la bajo - pero esta en que mi


padre era un hombre lobo puro y el de él era un eclipse como yo lo soy en este
moemento y eso hace una diferencia pequeña pero que llega a ser grande y poderosa
en la sangre

- La sangre - ambos se quedaron rigidos. La sangre era lo que los habia traído hasta este
momento, la de su familia y la de sus amigos. Alguien llamó a la puerta

- ¿Quién? - Marcus se paro y se dirgio a la entrada

- Soy Eliseo puedo entrar

186
- Claro - Vane respondio antes que Marcus digiera algo y Eliseo sonrio cuando la puerta se
abrio, camianado hasta ella y depositando un beso en su frente a modo de saludo
- ¡Estoy feliz de que te este curando rapidamente! - exclamo - pero querida si te viera Elias
se desmayaría por tu look jajajaja

- Jejeje gracias Eliseo - tomo su mano y la apreto con unas lagrimitas

- Ya callate lassie que no ves que le duele - Marcus por alguna razón ahora estaba de mal
humor

- Vamos B- I-N-G- O calmate no estoy para tus escenas de celos jajajajaja

- Imbecil – lo insultó - me marcho para preparar la salida tu quedate para lo que ella
necesite

- A la orden mi capitán - Eliseo lo saludo de forma respetuosa y Marcus azoto la puerta


cuando salio maldiciendo

***

Es increible como aveces la naturaleza podía sentir cuando algo no estaba bien, el frío
que se transmitía por sus pulmones y la lluvia que cubría como mantos las cabezas de los
presentes en le funeral de Shin era evidencia de todo el dolor que se cernía sobre su
madre quien abrazaba el feretro de su hijo antes de que lo sepultaran.

-¡Mi bebe! ¡Mi hijo! ¿Por qué? - ella era una mujer pequeña, cuando Vane la vio al bajar
del avión noto su largo cabello cafe y sus ojos verdes apistachados; cuando Marcus se
hacercó a ella para contarle lo de su hijo esta solo suspiró y se cubrio el rostro. Pero ahora
estaba destrozada, Vane sabía lo que era perder a alguien querido, no conocía el dolor
de una madre paero si el de hija y hermana.

- Porfavor Camile dejemos que él se vaya en paz - Adolfo tomó a la mujer quien se apoyó
en él resignadamente, pero sus ojos solo estaban fijos en el feretro de su hijo que se
adentraba en la fosa oscura lentamente

- Nunca le gusto la oscuridad... él va a sufrir si no ve la luna – sollozo

187
- Camile toma mi mano - La voz de Paula sono dulce y vacía al mismo tiempo, Camile
tomo su mano y ambas apoyandose vieron como Shin era cubierto por la tierra de vida.

Elías y Eliseo estaban tan callados que no eran reconocibles, su alegría se había cubierto
de tristeza; Adolfo tomo el hombro de Paula quien no le miró y solo tiró una rosa blanca
aq modo de despedida.

- Shin Tokugawa fue un guerrero valiente - Marcus vestía de negro y su voz de autoridad
acallaba las de todos los que habían asistido al funeral - Un Hombre Lobo autentico y
digno de recordar - unos murmullos se levantaron pero volvieron a su silencio - el que diga
lo contrario es un cobarde que no sabe lo que en verdad te hace un guerrero de corazón
y que los espíritus lo lleven a la paz

- ¡Asi y por la eternidad! - pronunciaron todos

El funeral terminó, pero la lluvia seguía. Vane caminó por las tumbas de el cementerio
privado de los licaons, eran todas de plata, rígidas y tan frías a contacto; diferentes a los
seres que en ellas se encontraban, su significado dejaba claro que eran la muerte. Los
otros se habpian ido para seguir los papeleos, Paula se despidio de ella con un abrazo y le
dijo que la vería mas tarde, le dio un bolso negro y esbozo una sonrisa triste mientras se
alejaba de la mano de Eliseo quien la miraba con adoración y respeto.

- Es hora de volver - Vane levantó la vista, ahi frente a ella estaba Marcus su traje negro lo
hacía verse diferente y eso le oprimia el corazón en lo mas profundo de sus ser

- Su madre...

- Ella estara bien, la Aemilia dijo que cuidaran de ella como compensación a Shin

- Marcus tengo un deseo - se acercó con dificultad a Marcus, aun le dolia la herida de la
espalda, noto como él se ponía rigido - un deseo que viene desde el fondo de mi ser - el
la tomo por la cintura y caminó con ella rumbo al auto

-¿Cuál es? - su voz era rígida, abrió la puerta y la metio con mucho cuidado en el asiento
delantero, ella le miró a los ojos pero antes que le contestara alguien hablo tras de ellos

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- Señorita Vanessa - cuando ambos voltearon, se encontraron con Mateo y Lucas; estos
hombres eran especiales en cierta forma que aunque estuviera lloviendo parecía como si
el agua no les mojara, tendria algo que ver que fueran los cabezas de la Familia de los
Lacaión - nos hemos enterado de todo por medio de Baltazar y Melchor, sentimos las
heridas que le hubo ocasionado Shin Tokugawa

- No hay que disculparse, él me protegió - Vane estaba cansada quería hablar con
Marcus pero estos hombres ahora frente a ella parecían muy interesados por separalos

- Le importa si hablamos un momento con Marcus - Mateo sonrio y ella se rindio, en otra
ocasión tendrían que hablar

- No tengo nada que decir - Marcus cerró la puerta de Vane y cuando iba a subirse al
auto Lucas caminó hacia el

- Si no lo haces entonces no veremos en la pena de llevar con nosotros a esa chica - miró
a Vane con altanería, Marcus lo miró furioso y ambos se desafiaron con los ojos

- ¡Quedate aquí! - le dijo a Vane y cerró la puerta del conductor de golpe. Ella observó
como se alejaban para que no les pudiera oir, por sus miradas y la forma en que se
movian era logico que algo no estaba bien; luego Marcus empujo a Lucas y caminó
hacia el coche. - Listo - y prendio el carro, cuando se alejaron Vane observó por el
rotrovisor a Mateo quien seguía con una mirada de decepción el rumbo que ellos
tomaban

- ¿Qué pasó?

- No te incumbe - Vane se enojo ella estaba harta de sus secretos, tomo su bolso y se lo
lanzó a la cara -¡¿Que diablos te pasa?!

- Si no vamos a confiar en nosotros creo que llego la hora de que esto acabe - Vane abrió
la puerta y Marcus alargó la mano para cerrarla de nuevo

-¡Estas loca! como se te ocurre lanzarte a la calle asi

-¡Es mejor que estar cerca de alguien que esta loco! - Marcus paro el carro y la miró
furioso, ella tampoco sabía las razones y ahora le juzgaba - Eres un tozudo y ¡no quiero

189
seguir a tu lado! yo...- Marcus la tomo por el cuello y la besó; ella se sorpendio tanto de su
ataque. Podía sentir la respiración de él y la de ella, su cuerpos latián y quemaban era
una sencaión tan buena y peligrosa, era como jugar con fuegos artificiales, él seguía
tomandola y ahora la acercó a su cuerpo con urgencia la apretaba contra si como
diciendole con acciones lo que no podía con palabras "quedate conmigo". El beso
terminó cuando ella soltó un quejido por la herida en su espalda; Marcus la soltó
bruscamente y se apoyó en el volante, parecía furioso, confundido y a lavez lleno de
indignación, no entendía que era lo que le pasaba a ambos, ella tambien se lo
preguntaba.

- Tú y yo no podemos estar juntos - Vane se tensó al escucharlo, acaso le diria la verdad


despues de todo ella la exigio, pero ahora no sabía que pensar - creo que es mas que
ovbio que nosotros... - la miró buscando que ella le ayudara pero Vane no lo haría el
tendría que abrirse si quería que ella confiara en él despues de todo - nosotros estamos
marcados por la mala suerte y la muerte

- ¿Mala suerte? - Vane abrió los ojos por aquello, no se esperaba algo asi - no te creo

- Sabía que no lo harías - la jaló importandole poco sus quejas y la colocó arriba de sus
piernas, tomo su rostro y lo acercó al suyo - ahora en esta poscición o sin ella cuando
nuestras miradas se encuentran nuestros cuerpos reaccionan - su mirada verde destellaba
tan magicamnete, era un opecado tanta belleza en una mirada - yo soy como polvora
seca, tu eres la mecha que me enciende - sus labios se acercaron a los de ella - ¿que
crees que pasaría si nos juntaramos?

- Yo... - Vane sentía que le faltaba el aire, estar tan cerca no era bueno

- Muerte - la palabra retumbo en su oido cuando el la pronuncio - somos muerte juntos -


afirmo - y ellos quieren que te mate antes de que me lleves a la locura - ella le miró
asustada y fue cuando noto que la calle en que se habían estacionado estaba desierta

- Tú... ¿quieres matarme? - la pregunta se lanzo al aire

- No sabes cuanto deseo hacerlo desde que te soñe y lei tu libro - le confirmo - pero ahora
- la tomo por su cara - ahora no se que hacer

- No quiero morir...aun - ella le miró desafiante, no estaba lista tenia que encontrar a su
hermano, despues de eso él podria hacer con ella lo que quisiera

- Hay otra opción para que no te mate - Ella le miró confundida

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-¿Qué dices?

- Entregarte a uno de ellos - esa palabras calaron en el orgullo de Vane

-¡Jamás!

- Eso fue lo que dije - le sonrio, sus brazos pasaron al rededor de su cintura y la hicieron
apoyarse en su pecho rigido - eso no les agrado mucho pero no pueden hacer que
cambie de opinión

- Entonces...

- Te quedas conmigo hasta que cumpla mi palabra - ambos sentían como la calidez
recorría sus cuerpos, Vane tomo el rostro de Marcus y el le beso de nuevo, pero ahora con
delicadeza con algo diferente a la rabia y lejos de la venganza, algo que estaba
creciendo entre ellos. Si sus cuerpos eran una bomba juntos ya no importaba, harían
implosión juntos para no hacer daño a nadie.

- No sere tu novia - le afirmo Vane desafiante

- No quiero que seas mi "Novia"

- Tampoco sere tu amante - ella se sonrojó, cuando él la miró con curiosidad

- No lo habia pensado

- No te dare mi corazón - afirmo

- No quiero algo que tampoco estoy dispuesto a dar

- Entonces seremos socios deacuerdo - se alejo de él y extendio su mano, el la tomo pero


la jalo y la beso de nuevo, su lengua en su boca era como saborear un helado de fresas

- Me gustara ser tu socio - ella le sonrion divertida y una lagrima corrio por su mejilla, el se
la seco con su legua - y trataremos de no estallar mientras estemos juntos

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-¿Podremos? - el le beso de nuevo y ella le respondio atrayendolo hacia si

- No lo se- su mirada brillaba de una manera tan hipnotizante, el la volvio a besar con mas
pasión y necesidad

Cuando regresaron a la mansión se encontraron con sus compañeros, estaban en la sala


callados, Adolfo leía mientras escribia lo que le parecía mas importante, Elias miraba la
televisión con su hermano y Paula jugaba con Merlín quien ronroneaba de felicidad. Vane
saludó a la ultima y se sentó en el sofa grande junto a Marcus quien miraba a sus
compañeros como un padre a sus hijos, Vane se sintió por un momento feliz de estar a su
lado. Sin que los demás se dierna cuenta mas tarde cuando ella subia las escaleras,
Marcus la detuvo para interrogarla.

La descicion estava tomada, el tiempo corria y así como la vida misma es un sueño, Vane
volvio a escribir los suyos, si encontraba alguna pista entonces encontraria a Teo. Sería
dificil pero no imposible.

-¿Cuál es tu deseo? - Ella se puso a su altura y pronuncio las palabras tan claras para que
el no fuera a confundir lo que de verdad quería

- Quiero Matarle - le dijo refiriendose a Nicolas

- Entendido. Pero no será facil

- Lo se

- Pero allí estare

- Eso tambien lo se

- Entonces le mataremos - Y ambos subieron las escaleras juntos hasta irse cada uno a su
recamara por su lado.

192
INMORTALIDAD

Abre tus brazos y dejame en ti


muerde tus labios y sonrie para mi
mirame con tu corazon y prometo
que su palpitar sera lo ultimo que he de escuchar

Martha observa al pequeño mientras este juega bajo el arbol navideño, sus manitas
sonrosadas y regordetas cogian un oso de peluche y lo mosdisqueaba para asegurarse
de su material, él pequeño de tres años miró con detenimiento al juguete, luego
lentamente giró su rostro hacia ella que estaba sentada en el enorme sillon de terciopelo
rojo, a los ojos del pequeño ella era una diosa, una mujer hermosisima, pero tambien era
algo mas.

- ¡Mama! - el pequeño corrio hacia ella con el oso entre sus brazos, cuando llego extendio
un brazito y ella lo cogio acurrucandolo -¡Me gusta mi oso! - la voz de Teo era tan clara
que podría asombrar a cualquier niño de su edad, Teo era especial.

- Lose es solo para ti - ella acaricio su cara y miro dentro de sus ojos cafes claro - no hay
osos igual en el mundo, por que este es solo para ti

- ¿Mío? - ella asintio cuando el pequeño la miró con asombro, luego el le sonrio y apoyo
su cabezita en su pecho - mamá... gracias

- De nada mi bebé - El corazón de ella era frío como un hielo, hace mucho no habria
dudado en levantar al pequeño, inclinar su cuellito y beber de él hasta saciarse uniendo
su fuerza vital con la sangre roja, pero ahora todo era diferente - Teo mi bebe - pronucio
con posesividad, la diferencia de esos otros niños es que Teo ahora era suyo, era y sería su
bebé, desde el momento en que su hermano se lo entrego, en el instante que ella borro
su pequeña memoria y coloco nuevos recuerdos donde ahora ella era el centro de su
universo, los dos se pertenecían. Madre e hijo.

- Buenas noches - dijo una voz divertida desde la puerta y Martha la reconocio al instante,
y como reacción sujeto un poco más fuerte a Teo contra ella - ¿Es que no hay saludo
para mí?

- ¡Papá! - El pequeño Teo se solto de Martha y corrió hacia su posible asesino, a lo que

193
ahora tomaba el lugar de su padre - ¡Papá! - se rio cuando Nicolas lo alzo en brazos y le
dio vueltas

- ¡Que alegria verte despierto! - Nicolas lo hacercó y dio un beso enla frente, Martha salto
en su lugar al ver como Teo abrazaba el cuello de su hermano y sin querer tentaba al
destino; cautelosa vio como Nicolas aspiraba el aroma de el pequeño y sus ojos azules
brillaban por un momento - ¡Si te extrañe! ¿Y tú? - Miró a Martha

- Tambien te extrañe - contesto ella, el hizo una señal y sus dos guardianas que entraron a
la habitación, su aspecto lujubre no parecia alterar al niño quien les sonrio y saludo con su
manita pequeña. Ellas traian consigo dos bolsas rojas demasiado grandes, si fueran chicas
normales no habrian aguantedo el peso, pero ellas no eran normales se dijo a si misma.

- ¡Te traje regalos Teo! - Enusiasmado Nicolas bajo al pequeño y lo llevo de la mano hasta
las chicas quienes vaciaron el contenido de las bolsas y revelaron juguetes de todo tipo,
color y lugares; el pequeño aplaudio y se empezó a reir mientras revisaba con alegria
cada uno de sus presentes, cuando tomo un trenecito, Nicolas le agarro su mano - Este yo
lo colocare bajo el arbol ¿me ayudaras?

-¡Si!

- Muy bien - Nicolas tomo las piezas de la maquina y se puso a armalo - Teo tambien
tengo algo que decirte

- Si papá - dijo el pequeño mientras le pasaba unas vías

- Tú nos amas ¿verdad? - La mirada de Nicolas paso de la inocencia a la maldad en


cuestion de segundos, Martha no se explicaba como su hermano podia lograr eso

- Si los quiero mucho - contesto Teo quien no se intimido por la mirada de quien cree es su
padre, encambio le sonrio

- Tu me ayudaras cuando yo te pida un favor ¿verdad? - Martha estaba nerviosa por las
cosas que Nicolas decía, era ovbio que estaba tratando de recibir la palabra de Teo

- Si

-¿Lo que sea?

194
- ¡Si!

- ¡Estoy feliz por eso! - Nicolas solto las piezas y abrazó tan efusivamente a Teo Martha se
paró al instante, Nicolas noto su cambio y la vio con autoridad y mientras seguia
estrechando al pequeño la vio a los ojos, y le dejo claro quien era él - Soy Nicolas

- Lo siento - Martha se sentó y siguio observando pero la voz de su hermano había


retumbado en su cabeza "él no es tuyo" le habia confirmado, y con esos pensamientos
sonrió a Teo cuando este fue a abrazarla

- Mami tengo hambre

- Entonces vamos a cenar que ya son las doce - lo tomo en brazos, y seguida de Nicolas
entraron en el comendor que era el lugar mas sagrado en esa casa.

Teo observó a su madre, la amaba. Era tan pequeño pero aún asi comprendia lo que era
el querer, le gustaban los ojos de sus padres, no conocia otros; estaba feliz de sentarse
con ellos a la mesa, pero muy en el fondo en su pequeño corazón le decía que él había
sido mucho mas feliz en otro lugar, pero no recordaba ¿dónde? Tomo la mano de su
madre bajo la mesa y esta le sonrió asegurandole que siempre estaría por una eternidad
junto a él. Y le creyó.

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LA AUTORA

Briseira o Brizz como es conocida por sus amigos y compañeros. Es una estudiante de
Diseño Gráfico en México, su pasión por la lectura e ilustración la impulsaron a crear este
gran proyecto con el apoyo de su familia y conocidos.

Le encanta escribir desde que su madre le regalo su primer diario a los siete años y de ahí
no paró de imaginar y contarle a su hermana pequeña los cuentos que entre ambas
realizaban, su imaginación también la explotó con la pintura y el dibujo que son sus otras
dos pasiones y no ha dejado de practicarlos.

Los libros fueron una gran influencia para ella, en especial los de terror y suspenso; es asi
que su genero favorito de películas también se centra en este tema agregando efectos
especiales y animación de todo tipo; con el tiempo se ha dado cuenta de la forma de
expresión en la ilustración, música y cine que le puede brindar a sus obras.

Su música favorita es el genero Rock pero adora también la Clásica contraponiendo


muchos gustos de los jóvenes de su edad, adora los grupos como Coldplay, Linkin Park,
Maroon 5, Korn, Sin Bandera y Nirvana. Sus cantantes favoritos son Andrea Bocelli y
Marisela.

HOLA!!! Y saludos a todos aquellos lectores que han dedicado su tiempo a ver mi
proyecto de ante mano muchas gracias y espero sigan mi trabajo. Xoxo y muchos besos.

Brizz

Para más información sobre este libro y otros proyectos de la Autora puedes visitar su Blog
Oficial

http://brizzk.blogspot.com/

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