Revisin de valores

Las revisiones de todo orden provocadas por la gran Guerra alcanzaron a un campo que por sus
motivos de desinters sustanciales pareca deber quedar firme e indemne en tales conmociones. Tal
el campo literario.
Pero no ha pasado as. Con una inquietud exagerada en la mayora de los casos, y exigua fe en los
menos, se han revisado no ya los valores lejanos que por efecto de la tradicin o la pereza
podramos continuar aceptando sin anlisis, sino los valores actuales, encendidos todava en nuestra
sangre, a cuyo calor hemos formado nuestra cultura y abroquelado nuestra conciencia del arte.
La literatura rusa, en primer trmino, sufre de esta perquisicin, ms por razones de tica que de
esttica, si hemos de atender al espritu transparentado entre lneas de los revisores.
Fue un dogma artstico para los escritores de ayer -catorce aos apenas- que ninguna literatura, en
ningn instante de esplendor, habra contado contemporneamente - o casi- con un grupo de
novelistas del valor de Turguniev, Tolstoi, Dostoievski, Gorki, Chjov y Andriev.
El poseer figuras tales, aun a lo largo de un dcada de siglos, llena de orgullo a cualquier raza o
pas. Rusia, por un privilegio de la suerte que nada explica, tuvo la gloria de sostenerlas
simultneamente.
La literatura rusa aport al arte en grado mximo un elemento si conocido, casi siempre retocado: la
vida, tal cual.
Esto decamos ayer. Hoy, iluminados por la nueva fe, disminuimos en una mitad el valer de tales
artistas.
As es; todo lo revisamos. Pero antes que los valores literarios valiera acaso ms revisar nuestras
conciencias. Si cabe que el arte de aquellos hombres no sea el que nos imaginbamos antes del
catorce, es tambin posible que nosotros no seamos ya lo que creamos bravamente ser antes de
aquella fecha. El tiempo y la posteridad nos dirn en suma quin tena razn.
Publicado en Vida Literaria, Buenos Aires, ao I, 7-8 de diciembre de 1928.